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Transcript
Cuadernos de Barrio Nº2
Encuesta de Cohesión Social:
Una mirada de los Consejos Vecinales
de Desarrollo de la Región Metropolitana
1
“¿qué democracia sería esa que nos permitiera dar nuestra opinión en los
asuntos nacionales, pero que prescindiera de cada uno de nosotros a la hora
de configurar las circunstancias de nuestra vida más cotidiana, esa que
justamente se desenvuelve al amparo del barrio que habitamos?”
Carlos Peña. Discurso inaugural de Diálogos de Barrios, Enero 2009, Universidad
Diego Portales.
2
INDICE
I Presentación……………………..…………………………………………..………………..p.4
II Marco Referencial…..………………………………………………………………………..p.6
Reposición de un viejo tema: la cohesión social
La cohesión social desde distintas perspectivas
Cohesión social y barrios
Recuperación de espacios públicos y ciudadanía
III Condiciones de producción de resultados ...………………………….…………..p. 10
IV. Resultados………………………………………………………………………...…….…..p.11
Calidad de la convivencia social
Calidad de la convivencia política
V Conclusiones………………………………………………….……………………….……..…p.31
VI Bibliografía………………………………………………………………………………………p.33
3
I PRESENTACIÓN
“…… Mi gobierno y yo queremos que las soluciones se tomen lo más cerca de la gente.
Yo quiero que lo que construyamos perdure, sea cuidado, sea amado y defendido
por la gente para la cual y con la cual fue pensado”
(Presidenta Michelle Bachelet, Discurso Anuncios en materia de vivienda,
18 de julio de 2006).
A partir del año 2006 la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, se comprometió a iniciar
un proceso de recuperación de 200 barrios en el país. Esta recuperación se ha iniciado y hoy en
cada uno de estos barrios, se encuentran comunidades que diseñan y deciden, en conjunto a los
gobiernos locales y regionales, asumiendo la condición de protagonistas de sus ciudades y
barrios.
En cada testimonio que emerge de los barrios, se encuentra una historia de transformación, que
se ha venido construyendo a través del reencuentro de los vecinos con su historia, su identidad,
con ellos mismos. Pero también, en donde el Estado ha introducido nuevas e innovadoras formas
de trabajo con los ciudadanos en la construcción de las ciudades.
El Ministerio de Vivienda y Urbanismo, a través del Programa de Recuperación de Barrios, ha
desarrollado en el país un enorme esfuerzo de innovación en materia de gestión de las políticas
públicas, con una invitación abierta a construir la ciudad desde los barrios y desde los
ciudadanos. Ello apunta a un nuevo urbanismo, uno de tipo ciudadano donde la recuperación
física de los barrios está íntimamente ligada a las condiciones del desarrollo social, comunitario
e institucional del territorio.
Para fortalecer el trabajo que se está desarrollando en esta línea, el Programa de Recuperación
de Barrios presenta un espacio de difusión y reflexión, “Cuadernos de Barrio”. Se trata de
documentos de trabajo, cuya finalidad es poner a disposición de la comunidad diversos aportes,
tanto académicos como de gestión, que amplíen la discusión acerca de la recuperación de
barrios. Son muchos los temas que serán abordados y que concentran el debate que por estos
días ha generado el programa. Temas como las condiciones sociales y las características
morfológicas de los barrios, las particularidades que debe tener la metodología de trabajo, o las
implicancias futuras de sostener un proceso de recuperación, son algunas de las cuestiones que
abordaremos a través de los distintos números de “Cuadernos de Barrio”.
4
En este número se presentan los resultados de la adaptación realizada a la Encuesta EcoSocial,
en conjunto con la Universidad Diego Portales. Esta se realizó en el mes de enero 2009, en el
marco de los Diálogos de Barrio de la Región Metropolitana. Aquí se analizan las opiniones y
evaluaciones de consejeros vecinales de desarrollo, acerca de su percepción de la cohesión
social, y también acerca de sus relaciones vecinales y proyecciones a partir del trabajo con el
programa.
Finalmente, sólo queda agradecer al Núcleo de Cohesión Social de la Universidad Diego Portales
por su trabajo y colaboración.
Abril 2009
Ministerio de Vivienda y Urbanismo
Programa de Recuperación de Barrios
5
II MARCO REFERENCIAL
1.- Reposición de un viejo tema: la cohesión social
Desde la perspectiva teórica, la temática de la cohesión social, remite a viejas
discusiones disciplinarias en sociología, ciencia política y derecho. El debate sobre la cohesión
social se inicia desde la sociología con Durkheim a fines del siglo XIX, en un contexto en que la
división del trabajo introducía el fenómeno de la heterogeneidad social. Entonces se preguntaba
de qué forma podría seguir la sociedad unida y no caer en la anarquía cuando se implanta un
nuevo orden. En particular le preocupaba quién reemplazaría la función de unidad moral que
había desempeñado la religión en el antiguo orden. Esta discusión ha permanecido por más de
un siglo.
Desde la ciencia política la preocupación por la legitimidad del orden político jurídico también se
vincula con la preocupación por la cohesión social.
En América Latina, la cuestión de la cohesión social ocupó un lugar central gran parte del siglo
XX, particularmente asociada al proceso de activación comunitaria y la mayor conflictividad
social. A partir de los 70 con la hegemonía del modelo social, basado en el mercado y el rol
subsidiario del estado, la cohesión social se entendió como el resultado automático de la
operación de estas instituciones, y por tanto, la cohesión social perdió presencia en el debate.
La reposición del concepto vino de la mano del nacimiento de la Unión Europea en el año 1992,
al incorporar en el Tratado de Maastrich un protocolo de cohesión económica y social con el fin
de promover un progreso económico y social equilibrado.. La preocupación por las disparidades
entre sus miembros, orienta a la Unión Europea a proponer la cohesión social como un
componente de una “economía solidaria”, sustentada en un modelo social de titularidad de
derechos que asegure el bienestar de todos sus miembros.
A partir de 2004 la cohesión social se convierte en un elemento estratégico en la relación de la
Unión Europea con América Latina y el Caribe. La Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno
celebrada en la ciudad de Guadalajara, México (mayo de 2004), subrayó en su declaración final
la “determinación de construir sociedades más justas a través del fortalecimiento de la cohesión
social”, destacando la responsabilidad y voluntad de los Gobiernos para dirigir procesos y
reformas orientadas a aumentar la cohesión.
En este marco, la iniciativa respecto de América Latina es el proyecto “Nueva Agenda de
Cohesión Social en América Latina” destinado a plantear orientaciones e iniciativas para
fomentar la cohesión social en América Latina, que desarrollan en conjunto la Comisión Europea,
PNUD-Chile, con CIEPLAN, responsable de su dirección ejecutiva y técnica.
Una de las actividades de esta iniciativa es generar conocimiento sobre los fundamentos de la
cohesión en América Latina mediante la aplicación de la Encuesta Ecosocial en un conjunto de
países de la región. El objetivo es levantar información en aspectos como movilidad, exclusión,
segregación, expectativas, confianza social, confianza en las instituciones y otras variables
relacionadas.
6
En este sentido la “Encuesta de Cohesión Social” respondida por dirigentes sociales del
Programa Quiero Mi Barrio, es tributaria de este trabajo. Con el debido acuerdo con CIEPLAN, el
Núcleo Académico de Cohesión Social de la Universidad Diego Portales se ha propuesto
profundizar en el conocimiento sobre los fundamentos de la cohesión social chilena, mediante la
aplicación de la encuesta Ecosocial a distintos actores sociales. En este caso, por el contexto de
aplicación se optó por una forma abreviada de la encuesta.
El desarrollo del debate y la investigación vinculada al concepto de cohesión social, aparece
como uno de los grandes desafíos institucionales y de la sociedad. En este sentido, el valor
político del concepto, su capacidad evocativa y normativa en torno al vínculo social, la equidad y
la ciudadanía han sido los ejes que han comprometido al Ministerio de Vivienda y Urbanismo y a
la Universidad Diego Portales a sumarse al trabajo en este campo.
2. La cohesión social desde distintas perspectivas
En el debate actual, las preguntas acerca de qué es lo que mantiene unida a la sociedad, o qué
elementos contribuyen o actúan como “cemento” para sostener a las comunidades, capturan la
atención de las instituciones y las sociedades. En este marco es posible reconocer a lo menos,
tres perspectivas:
Perspectiva norteamericana:
La cohesión social reposa naturalmente en la sociedad civil, el mercado y las asociaciones, aquí
el “cemento” de la unión social es la confianza entre extraños. Inspirado en las teorías de
cooperación y del capital social, que enfatizan una disposición natural de las personas a confiar,
asociarse y cooperar con extraños (fuera del círculo familiar). El concepto de cohesión social se
identifica entonces con la capacidad de una sociedad para generar redes de cooperación
efectivas entre extraños y para comprometer el interés y el respeto público en las acciones
individuales más la capacidad de sancionar al que obtiene ventajas indebidas de la fuerza social.
Desde esta perspectiva, la amenaza a la cohesión social, radica la violencia social y la
criminalidad, en este registro es el temor, la fuente principal de destrucción de la confianza y la
disposición a la colaboración. Lo opuesto a cohesión social es desorganización y anomia.
Perspectiva europea
La cohesión social es un logro de la sociedad para producir una distribución equitativa del poder,
bienestar y prestigio social. Aquí el “cemento” de la unión social es la equidad. Inspirado en la
cultura de derechos sociales, el concepto de cohesión social es equivalente al de integración
social mediante el acceso garantizado legalmente a diferentes funciones y recursos sociales que
provee el Estado. La cohesión se crea políticamente mediante la sanción legal de derechos que
el Estado tiene la obligación de asegurar, independientemente de cualquier vínculo natural o
tradicional. La amenaza a la cohesión viene dada por la polarización económica y/o social.
7
Cuando la guerra fría se acabó, las rivalidades económicas se hicieron importantes. Como ya no
existía la necesidad de asociarse y colaborar frente a la amenaza de la URSS, los
norteamericanos, europeos occidentales y japoneses, iniciaron una serie de disputas en torno a
las reglas comerciales, y su meta fue convertirse en líderes, desde sectores considerados
estratégicos como el aeroespacial hasta las series de televisión. Es así como se da inicio a la
geoeconomía, donde el interés radica en conquistar o mantener un papel protagónico en la
economía mundial. Cobra mayor importancia, por ejemplo, quien será el futuro desarrollador de
la próxima generación de aviones, ordenadores, productos biotecnológicos, servicios financieros,
entre otros (Luttwak, 1998). La competitividad subordina la cooperación en el mundo
desarrollado de hoy.
Perspectiva latinoamericana
La cohesión se anida en la cultura. Los resultados de la aplicación de la Encuesta Ecosocial
2007 mostró que la cohesión social en América Latina, no descansa sobre una base cívica y
asociativa; ni tampoco sobre las capacidades de las instituciones de asegurar equidad
(Valenzuela, 2008).
La desorganización social, el temor, la escasa confianza interpersonal y los bajos niveles de
participación en asociaciones debilitan el soporte cívico de la sociedad. Por otra parte, los
sentimientos de alienación y la precaria confianza en las entidades del estado, a lo que se suman
modestas tasas de lealtad democrática y una cierta legitimación de la violencia, debilitan el
sustento institucional de la cohesión social.
A partir de este diagnóstico, Valenzuela concluye que el fundamento de la cohesión social en
Latinoamérica, encuentra su sustento en el plano de la cultura, específicamente en las
relaciones de reciprocidad, en la lealtad a la nación, en las optimistas expectativas de movilidad
social ascendente y en una marcada predisposición a legitimar la desigualdad social.
Elementos como la comunidad, la religión, los lazos familiares y el populismo ocupan un lugar
más central que el Estado, el mercado o la sociedad civil, en la construcción de la cohesión
social latinoamericana. Situación que se verifica en Chile.
3.- Cohesión social y barrios
Hasta hace poco tiempo, la ciudad era sólo un escenario para el conflicto social, hoy se postula
que lo urbano es el factor crítico para entender la cohesión social y su quiebre. La relevancia de
lo urbano no es sólo, porque vivamos en ciudades, sino porque a través del urbanismo se ha
intentado resolver la conflictividad social.
En el análisis del caso francés, Donzelot (cit, en Tironi 2008) concluye que la crisis de cohesión
social tiene su origen en los inmensos complejos de vivienda social construidos a mediados del
siglo pasado para ordenar la vida colectiva en la periferia y mitigar el descontento de clase y,
finalmente, reconstruir el capital social erosionado por un crecimiento industrial que exacerbó
las diferencias sociales.
8
Para Rubén Kaztman (2005) “la segregación residencial refiere al proceso por el cual la
población de las ciudades se va localizando en espacios de composición social homogénea”.
Esta dinámica de distribución espacial de la población, particularmente de la población en
situación de pobreza, marcada por criterios de eficiencia económica constituye hoy una realidad
de la ciudad latinoamericana que se encuentra plenamente institucionalizada y legitimada, y que
cuestiona el estado de la integración social en nuestras ciudades y sociedades. Se trata como
decía Bourdieu en la “Miseria del Mundo” (2006), de afirmar las distancias sociales a través de
las distancias espaciales.
Frente a esta realidad, la amenaza urbana para la cohesión social es la polarización social, que
se expresa en una ciudad compuesta por barrios internamente homogéneos y heterogéneos entre
sí. La segregación residencial, con su correlato en segregación laboral y segmentación educativa,
se conjugan para restringir las interacciones sociales entre los mismos y el tránsito entre redes
sociales acotadas al entorno próximo, profundizando la exclusión social. En este escenario, el
desarrollo de un sentimiento de pertenencia a la “sociedad” se ve dificultado.
Como lo señala Kaztman la concentración de hogares que enfrentan muchas carencias y la
fragilidad del empleo, tienden a limitar la formación de redes de reciprocidad y la creación y
mantenimiento de instituciones barriales; todo lo cual va en detrimento del tejido social
comunitario. La importancia de la trama social del vecindario, radica en ser la fuente de
sociabilidad, formación de identidad y sentido de pertenencia más próximo a los espacios
privados de la gente.
4 - Recuperación de espacios públicos y ciudadanía
Las ciudades y sus barrios proyectan la sociabilidad humana, por ello, como dice Peña (2009) la
experiencia de vida cotidiana y democracia encuentra en ellos estrechos vínculos. “Si la
democracia es el esfuerzo de las comunidades humanas por autogobernarse, es decir, si la
democracia es el intento de que los seres humanos tengan el control de sus propias vidas,
entonces es fácil advertir que sin un barrio participativo, en el que sus miembros y sus vecinos
contribuyan mediante el diálogo a adoptar las decisiones que les afectan cotidianamente, no hay
una democracia a la altura de sus propias aspiraciones”.
Para que esta sociabilidad democrática se exprese se necesitan espacios públicos. El espacio
público consiste en los bienes colectivos que la gente tiene en común. Este es un campo donde
los actores sociales coordinan sus esfuerzos para fortalecer su capacidad de incidir en la
formación de lo político, esto es, la preocupación compartida por los temas públicos.
Así, el espacio público es espacio político, en tanto, es el lugar de encuentro del mercado, la
comunidad, la sociedad civil organizada, la familia y la institucionalidad pública. Es en este
sentido, que el Programa de Recuperación de Barrios constituye una oportunidad no sólo de
introducir mejoras en las condiciones físicas del entorno de la vivienda, sino que plantea la
encrucijada de seguir adelante con un habitar individualizado y reactivo ante el espacio público o
recuperar la condición socializadora e integradora del espacio público, como lugar de encuentro
y ejercicio de la ciudadanía.
9
III CONDICIONES DE PRODUCCION DE LOS RESULTADOS
a. Instrumento
El evento “Diálogos de Barrios” representó tanto para el Núcleo de Cohesión Social como para la
Unidad de Estudios del Programa Quiero Mi Barrio una valiosa oportunidad para aproximarse a
las percepciones sobre cohesión social de cientos de dirigentes en forma simultánea.
En acuerdo con CIEPLAN, se tomó como base a la Encuesta Ecosocial con el propósito de tener
parámetros de comparación a nivel nacional. Dado que la aplicación debía ser en un tiempo
acotado en el programa del evento, se construyó un cuestionario con sólo algunas dimensiones
de las evaluadas por la Ecosocial y se agregaron preguntas referidas al barrio y a la organización
comunitaria y al programa.
b. Muestra
La muestra estuvo compuesta por 300 Consejeros vecinales miembros de los Consejos Vecinales
de Desarrollo (CVD) de los cuales el 73% son mujeres y el 27% son hombres. Para efectos del
análisis las edades se distribuyeron en tres grupos: menores de 30 (10%) entre 30 y 49 años (42
%) y entre 50 y más (49%). En el cuadro siguiente se expresa el detalle de la muestra.
MUJER
29 y menos
30-39
40-49
50-59
60 y más
TOTAL
HOMBRE
18
25
68
66
43
220
TOTAL
11
16
16
10
27
80
29
41
84
76
70
300
c. Fecha de aplicación: 14 de Enero 2009
d. Modalidad de administración del instrumento: Colectiva y auto administrada con
facilitaciones a cargo de un equipo de estudiantes de la Universidad Diego Portales
e. Análisis: Los resultados que a continuación se presentan corresponden a las siguientes
dimensiones :
Calidad de la convivencia social
a. confianza social
b. participación comunitaria
c. calidad del barrio
d. responsabilidad por el desarrollo del barrio
e. integración en la comunidad
10
Calidad de la convivencia política
a. lealtad democrática
b. confianza en las instituciones
c. integración institucional
d. Legitimación de las desigualdad
IV RESULTADOS
ACERCA DE LA CALIDAD DE LA CONVIVIENCIA SOCIAL
a.- Confianza Social
La medición de confianza social contempla dos indicadores, expresados en las frases “se puede
confiar en la mayoría de las personas o hay que tener cuidado con ellas” y “la mayoría de la gente
actúa correctamente con uno o la mayoría trata de aprovecharse. Las respuestas muestran
confianza social. Las respuestas de los consejeros dan cuenta de un estado de confianza social.
35,0%
31,6%
30,0%
27,0%
25,0%
21,1%
20,0%
15,0%
17,0%
17,3%
50 o más años
Mujer
14,3%
10,0%
5,0%
0,0%
Menor 30 años 30 a 49 años
Hombre
Total
Gráfico 1: ¿Ud. diría que se pueda confiar en la mayoría de las personas o hay que tener cuidado con
ellas? Porcentaje que indica que se puede confiar en la mayoría de las personas
Entre los consejeros vecinales encuestados los niveles de confianza duplican a los que se
encuentran en la población en general, lo cual se asocia con mayor disposición a la cooperación
y las posibilidades de realizar trabajo en conjunto con contrapartes no conocidas. Los niveles de
confianza son más altos entre los hombres (31%) y los dirigentes que tienen entre 30 y 49 años
(27%). Los menores niveles de confianza se encuentran entre las mujeres (17,3%), los más
jóvenes (14,3%) y los dirigentes que superan los 50 años de edad (17%).
11
Respecto de las intenciones cerca de la mitad de los entrevistados (46,5%) percibe que las
personas tienen intenciones positivas, vale decir que “actúan correctamente con uno”. El
resultado es más alto que el obtenido en la encuesta Ecosocial que llega al 34%.
70,0%
63,6%
60,0%
50,0%
50,0%
46,5%
42,9%
43,4%
40,5%
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
0,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico 2: ¿Ud. diría que la gente actúa correctamente con uno o trata de aprovecharse?
Porcentaje que dice “la gente actúa correctamente con uno”.
Tal como en el caso de la confianza, los mayores niveles de juicio positivo sobre los otros se
encuentran entre los hombres (63,6%) y quienes tienen entre 30 y 49 años (50%). Las
diferencias con respecto a los otros grupos son menos marcadas que en la pregunta anterior. Se
aprecia también el contraste antes anotado con respecto a la población general en la encuesta
Ecosocial en el sentido que los niveles de confianza entre los jóvenes dirigentes son menores que
entre los adultos. El efecto tiende a ser el opuesto en el caso de la población general. La
interpretación puede apuntar a los efectos del rol dirigencial sobre la percepción de los otros.
Una mayor exposición a círculos sociales diversos como la que experimenta un dirigente estaría
asociada con un incremento en la confianza con respecto a otras personas. En todo caso, si bien
no puede sostenerse que haya una relación causal o de aprendizaje, al menos se puede decir que
quienes desempeñan roles dirigenciales poseen una confianza más desarrollada en el prójimo.
Indice de confianza social
Al combinar los dos ítemes anteriores puede establecerse una medida sintética de confianza en
las personas o confianza comunitaria. El índice tendrá tres valores: alta confianza, confianza
media y baja confianza. La alta confianza identifica a los dirigentes que confían en la gente y
creen que ésta actúa correctamente.
12
Menor 30 años
30 a 49 años
53,6%
35,7%
10,7%
50 o más años
14,9%
Mujer
12,6%
43,5%
35,5%
21,0%
53,4%
31,8%
Confianza Baja
Confianza Media
55,0%
32,4%
Confianza Alta
Hombre
Total
49,0%
33,8%
17,2%
0%
32,5%
37,5%
30,0%
20%
40%
60%
80%
100%
Gráfico 3: Indice de Confianza Social
Las líneas de interpretación siguen la entregada para cada ítem, aunque resalta los valores de
alta y baja confianza. En general, son pocos quienes confían abiertamente en todos los casos y
aparece un nivel intermedio que otorga confianza con algunas reservas y que varía en un rango
más o menos estrecho, que va entre 31,8% de los dirigentes de 50 o más años de edad hasta
37,5% entre los hombres. Si sólo se considera los dirigentes más desconfiados, ello alcanza
prácticamente la mitad de los entrevistados (49%); pero los que confían bajo toda circunstancia
llegan solamente a 17,2%.
El nivel de confianza total de 17.2% que manifiestan los consejeros vecinales, son superiores a
los resultados de estudios con muestras representativas de nivel nacional. En la encuesta
Ecosocial Chile (2008) el índice de confianza social alcanza un 10%, semejante al 12,6% que
marca para Chile la quinta Encuesta Mundial de Valores (2006).
b. Participación comunitaria
Los entrevistados realizaron un juicio con respecto al interés de la población en general por
participar en cuatro organizaciones locales. La escala de respuesta identificó tres niveles de
interés: alto, medio y bajo. Para fines de interpretación se ha dejado el nivel bajo, lo cual debe
interpretarse como organizaciones que no concitan interés en la población. La participación
asociativa está vinculada con la calidad del civismo de las personas, por cuanto constituyen una
escuela de aprendizaje sobre las formas de vivir en la diversidad y desarrollar la ciudadanía.
13
70,00%
62,60%
60,00%
58,10%
55,90%
55,40%
57,40%
50,00%
40,00%
38,50%
30,00%
20,00%
10,00%
0,00%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico 4: Bajo interés por participar en Juntas deVecinos
Un 57.4% de los consejeros de los CVD perciben que los vecinos no tienen interés por participar
en las Juntas de Vecinos, lo cual revela su baja legitimidad en la población; sólo contrasta la
percepción de los más jóvenes (38,5%), quienes perciben mayor interés que el resto de los
dirigentes. Por contraste, el nivel más alto se encuentra entre los dirigentes de mayor edad
(62,6%). Dado el tipo de población que respondió esta pregunta los porcentajes observados
reflejan la experiencia de los dirigentes de mayor edad respecto a la pérdida de dinamismo de
las Juntas de Vecinos, aisladas de la población y controladas por dirigentes de mayor edad que
no logran desarrollar vínculos con la base social.
30,00%
24,80%
25,00%
22,80%
21,90%
22,20%
22,60%
Hombre
Total
20,00%
15,00%
11,50%
10,00%
5,00%
0,00%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Gráfico 5: Bajo interés por participar en clubes deportivos
En cambio el 22.6 % de los consejeros vecinales perciben que muy pocos en la población
carecen de interés por participar en clubes deportivos; incluso para los más jóvenes este
segmento es prácticamente inexistente (11,5%). Aparte de la percepción de los jóvenes, no hay
mayor diferencia por sexo o por edad.
14
40,00%
31,40%
30,00%
31,10%
32,40%
30,70%
29,60%
31,90%
20,00%
10,00%
0,00%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico 6: Bajo interés por participar en centros vecinales de desarrollo (CVD)
Respecto de los CVD (Centros Vecinales de Desarrollo). Los consejeros responden de forma
pareja que 31,9% de la población tiene poco interés por participar, es decir el 70% consideraría
participar en estas instancias.
60,00%
50,00%
40,00%
48,10%
38,70%
37,00%
38,60%
39,10%
38,80%
Mujer
Hombre
Total
30,00%
20,00%
10,00%
0,00%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Gráfico 7: Bajo interés por participar en organizaciones religiosas
De acuerdo con la mayor parte de los dirigentes 38,8% de los vecinos tiene bajo interés por
participar en organizaciones religiosas. La única diferencia se encuentra entre los dirigentes más
jóvenes, quienes perciben mucho menor interés (48,1%).
A fin de cuentas, el mayor interés de los vecinos sería el deporte, le sigue los Comités Vecinales
de Desarrollo (CVD), las organizaciones religiosas y el menor interés está en participar en las
Juntas de Vecinos.
15
c. Calidad del barrio
En este punto se analizan preguntas incorporadas al cuestionario que estaban orientadas a
recoger percepciones y evaluaciones de los consejeros vecinales de desarrollo, respecto de
indicadores del barrio, la comunidad y expectativas respecto del programa.
En primer lugar, se consultó a los consejeros acerca de la nota que le pondría a su barrio, a
efectos de obtener una evaluación de las condiciones en las cuáles se desarrolla su vida
cotidiana. Los datos muestran que la percepción es de aprobación más que de rechazo, es decir,
los consejeros muestran una evaluación positiva de los atributos de su barrio.
En términos generales, la distribución de las evaluaciones se concentra en las calificaciones
altas, con una nota promedio 4,74 de evaluación del barrio y con casi el 90% de aprobación de
su barrio. Aprobación que es compartida entre consejeros según género, aunque los hombres
presentan una percepción menor que las mujeres, en relación con la evaluación del barrio.
DISTRIBUCIÓN DE LAS CALIFICACIONES. ¿QUÉ NOTA LE PONDRÍA A SU BARRIO?
6,1
5,4
6,3
SIETE
16,8
14,9
SEIS
17,6
38,7
35,1
CINCO
40,0
26,2
CUATRO
32,5
23,9
9,3
9,5
9,3
TRES
DOS
1,4
1,4
1,5
UNO
1,4
1,4
1,5
0
5
10
15
20
MUJER
25
VARÓN
30
35
40
45
TOTAL
Gráfico 8: Evaluación del barrio
Esta aprobación positiva por parte de los consejeros, queda reflejada cuando se solicita evaluar
algunos atributos del barrio, en particular, los referidos a servicios de seguridad, transporte,
salud y educación.
Escuelas primarias
Escuelas secundarias
Servicios de salud
Transporte público
Policía
¿Cómo evaluaría los siguientes servicios? (%)
Muy Bueno y bueno
Regular
37,7
34,5
29,0
36,6
27,9
38,1
24,1
29,3
13,8
44,6
Mala y muy mala
26,1
22,9
31,8
43,8
40,9
Fuente: Cuestionario UDP-PRB “Cohesión Social desde la perspectiva de los Consejeros Vecinales de Desarrollo de la Región Metropolitana”,
2009.
16
En términos generales, los consejeros evalúan positivamente el conjunto de servicios
consultados. Los servicios de educación tanto primaria como secundaria, son los de mejor
evaluación en su barrio. Sin embargo, respecto de las escuelas secundarias un 11,5% menciona
que en su barrio no existe disposición de establecimientos de este tipo. Posteriormente,
aparecen los servicios de salud, seguido de los servicios de transporte público y policía.
d. Responsabilidad por el desarrollo de los barrios
Las preguntas respecto a la responsabilidad en el desarrollo de los barrios incorpora cuatro
instancias y pregunta por alta media o baja responsabilidad. Dada la pauta de repuesta, ella
puede tratarse de forma agregada, considerando las respuestas para alta participación.
¿Qué responsabilidad cree que debieran tener los siguientes actores en el mejoramiento del barrio? Porcentaje que responde
Alta responsabilidad
Gobierno
Cada vecino
El municipio
Organizaciones sociales del
barrio
Menor 30
años
53,8%
100,0%
92,3%
30 a 49
años
82,8%
89,0%
90,8%
88,5%
86,7%
50 o más
años
88,0%
79,4%
86,7%
Mujer
83,3%
87,4%
89,1%
Hombre
80,3%
82,2%
90,5%
Total
82,5%
86,0%
89,5%
82,9% 85,2% 86,5% 85,6%
Todos los actores mencionados obtienen en promedio sobre 80% de menciones respecto de su
responsabilidad. La única variación notable se encuentra entre los dirigentes más jóvenes, que
entregan mucha menor responsabilidad al gobierno (53,8%). Puede suponerse que todos ellos
conciben que se trata de socios potenciales en un proyecto de mejoramiento. Si alguna
discriminación puede ofrecerse es que como principal responsable se percibe al municipio
(89,5%), seguido por los vecinos (86%) y las organizaciones sociales del barrio (85,6%). El
gobierno figura más atrás dada la respuesta de los más jóvenes.
Complementariamente, la respuesta respecto de la necesidad que todas las organizaciones
sociales trabajen juntas por el progreso del barrio alcanza prácticamente unanimidad (97,8%).
e. Integración social
La encuesta ocupa una escala de tres ítemes con cinco niveles de respuesta cada uno, que
evalúan la distancia de los dirigentes entrevistados con respecto a situaciones de exclusión
social. Las afirmaciones están planteadas de forma que las respuestas de acuerdo indican una
percepción de marginación personal, respecto de las ideas, procesos y apoyo social.
17
Lo que yo piense no le importa mucho a nadie
70,0%
63,4%
60,0%
55,2%
55,1%
48,9%
50,0%
42,0%
44,0%
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico 9: Lo que yo piense no le importa mucho a nadie. En desacuerdo y Muy en desacuerdo.
Respecto de las ideas, la experiencia de inclusión relativamente difundida, pues prácticamente
la mitad de ellos (48,9%) piensa que sus ideas son tomadas en cuenta. Consistente con su
condición de dirigentes. Mayor nivel entre los hombres (63,4%) y menores entre los de mayor
edad (42%) y las mujeres (44%).
80,0%
70,0%
60,0%
69,1%
65,5%
65,0%
61,8%
59,4%
56,5%
50,0%
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico 10: Siempre me dejan al margen de las cosas... En desacuerdo y Muy en desacuerdo.
Respecto de los procesos, la afirmación “siempre me dejan al margen de las cosas alcanza un
Nivel alto de desacuerdo (61,8%) lo que revela que, acorde con su posición de dirigentes, rara
vez se encuentran marginados de los acontecimientos. Niveles de desacuerdo mayores entre los
hombres (69,1%) y los menores de 50 años (alrededor de 65%).
18
80,0%
70,0%
69,0%
66,9%
63,0%
60,0%
60,0%
62,2%
56,7%
50,0%
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico11: La gente que me rodea haría poco por ayudarme si me pasara algo. En desacuerdo y
Muy en desacuerdo.
Respecto del apoyo social, el nivel de desacuerdo alto (62,2%) con la afirmación “la gente que
me rodea haría poco por ayudarme si me pasara algo” revela confianza en la disponibilidad de
apoyo social en su entorno. Cabe hacer notar que, si bien no hay efectos marcados del sexo, la
confianza tiende a disminuir a medida que avanza la edad, partiendo en 69% entre los más
jóvenes para descender a 56,7% entre los dirigentes de 50 años o más. Es probable que el tipo
de apoyo que requieren las personas mayores, independiente de su sexo, no esté disponible en
su entorno como lo está para personas más jóvenes. O bien puede ser que los más jóvenes
demanden menos apoyo que los mayores. En todo caso hay un efecto marcado de la edad.
Indice de integración social
Los tres ítemes pueden sumarse de forma que se obtiene una escala que resume la distancia
entre situaciones de marginación e integración, cuyo puntaje varía de 3 a 15. Para fines de la
presentación la escala será seccionada en los valores entre 12 y 15, que reflejan un consistente
rechazo a las afirmaciones de marginación en todas las dimensiones.
19
60,0%
55,2%
50,0%
50,0%
44,0%
40,1%
40,0%
36,6%
33,1%
30,0%
20,0%
10,0%
,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico12: Percepción consistente de integración social
La percepción consistente de integración social se refiere al rechazo de las tres afirmaciones que
conforman la escala. El nivel global no sobrepasa la mitad de los entrevistados (40,1%) o, dicho
de otra forma, en más de la mitad de ellos hay algún sentimiento de marginación. Además,
pueden advertirse variaciones marcadas al considerar el sexo y la edad de los entrevistados. Los
hombres se sienten consistentemente más integrados que las mujeres, mostrando porcentajes
de 50% y 36,6% respectivamente.
La marcada diferencia resalta que los efectos de discriminación de género están presentes entre
los dirigentes, ya que en las mujeres el sentimiento de marginación aparece más marcado. En el
caso de la edad, la sensación de integración pierde su peso a medida que avanza la edad,
pasando de 55,2% entre los más jóvenes a 33,1% entre los de mayor edad. Dado el tipo de datos
no es posible afirmar si la variación apreciada se debe a un cambio que ocurre de todas formas
con la edad o bien a un cambio generacional en términos de los sentimientos de integración
social.
f. Felicidad
La pregunta sobre la felicidad de las personas es un indicador del bienestar general. En el
cuestionario se preguntó por el nivel de felicidad en una escala de cinco niveles.
20
40,0%
38,5%
35,7%
33,3%
34,2%
35,3%
32,2%
30,0%
20,0%
10,0%
0,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico13: En general y teniendo en cuenta todos los aspectos de la vida se siente "Muy Feliz"
En el nivel de felicidad más alto de la escala se encuentra 35,3% de los entrevistados, sin
mayores diferencias en términos de sexo o edad. En el peldaño siguiente (“Bastante Feliz”, que
no se muestra) se encuentra 38,9% de la población; sumando los dos primeros peldaños se
encuentra 74,2% de los entrevistados. En la encuesta Ecosocial, la respuesta alcanza 62% de la
población sin mayores variaciones entre estratos. Aparentemente, la condición de dirigente está
asociada con un sentimiento de bienestar, lo cual puede deberse a su contacto con otras
personas y niveles de actividad y responsabilidad por el resto.
21
ACERCA DE LA CALIDAD DE LA CONVIVENCIA POLITICA
a. Lealtad democrática
En la estimación de lealtad democrática se ha procurado combinar una referencia a la forma de
gobierno, y la otra, a la extensión y profundidad con que deben respetarse los derechos
constitucionales. Los entrevistados debieron elegir entre afirmaciones sobre gobierno
democrático, autoritarismo o indiferencia. El mayor nivel de aprobación lo lleva la afirmación de
que “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno” (65,8%). Los niveles de
aprobación son mayores entre los hombres (76%) que entre las mujeres (62,1%) lo cual está
sobre el nivel nacional (55%). Se aprecia también un descenso en la preferencia por un gobierno
democrático junto con la disminución de la edad: entre los dirigentes de mayor edad 74,4%
prefiere la democracia a cualquier otra forma de gobierno, porcentaje que desciende a 48%
entre los más jóvenes. La democracia alcanza mayor legitimidad entre los de mayor edad.
80,0%
76,0%
74,4%
70,0%
65,8%
60,2%
62,1%
60,0%
50,0%
48,0%
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
,0%
Menor 30 años30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico14: La democracia es mejor que cualquier otra forma de gobierno
El respeto de los derechos individuales es un componente fuerte del actual régimen democrático.
Los entrevistados fueron expuestos a dos afirmaciones entre las que debían elegir, una de
carácter genérico respecto de los derechos de las personas bajo toda circunstancia y otra que
establecía una excepción en el caso de los criminales, a los cuales no se les debían acordar los
mismos derechos que a las personas honestas. La segunda afirmación suele asociarse con
tendencias autoritarias y puntos de vista más conservadores.
22
80,0%
72,6%
70,0%
63,2%
63,6%
50,0%
62,0%
58,2%
60,0%
48,1%
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico15: Los derechos de las personas se deben respetar en toda circunstancia
La afirmación acerca del respeto estricto a los derechos de las personas alcanza el mayor apoyo
entre los dirigentes entrevistados (62%), lo cual esta sobre el nivel nacional (51%).
Las principales desviaciones respecto del total se observan entre los hombres (72,6%) quienes
son más partidarios del respeto de los derechos individuales bajo toda circunstancia; entre los
más jóvenes el apoyo a esta afirmación desciende a 48,1%. Aunque los jóvenes en esta muestra
son pocos, por lo que los resultados pueden no representar el cuadro general, debe tomarse con
cuidado la orientación más conservadora que se observa entre los jóvenes.
La lealtad democrática de los consejeros vecinales es levemente superior al promedio nacional.
b. Legitimidad de la desigualdad
Un aspecto decisivo en la percepción de la estructura social es el conjunto de creencias y
actitudes respecto de la distribución de la riqueza. Diversos estudios han mostrado que una
opinión favorable sobre la disponibilidad de oportunidades y explicaciones fuertemente
individualista en torno al logro contribuyen a legitimar la desigualdad social. La encuesta evalúa
este segundo aspectos a través de la exploración por la legitimidad de la riqueza y la pobreza.
Legitimidad de la riqueza
Las razones para la riqueza se exploran a través de cuatro sentencias que se agrupan en dos
categorías: el esfuerzo personal y las ventajas derivadas de desigualdades previamente
existentes. El esfuerzo personal puede tomar la forma de habilidad y talento personal, así como
iniciativa y trabajo duro. Los factores asociados con ventajas derivadas desigualdades previas
corresponden a patrimonio heredado y la capacidad para ejercer influencia.
23
Menor 30 años
38%
30 a 49 años
38%
50 o más años
Mujer
30%
Total
20%
17%
32%
19%
30%
40%
60%
14%
14%
12%
21%
26%
22%
37%
0%
21%
30%
39%
Hombre
18%
30%
35%
20%
15%
27%
Influencia y
contactos sociales
El dinero heredado
de su familia
Gran habilidad y
talento personal
Iniciativa y trabajo
duro
14%
80%
100%
Gráfico16: Primera razón para que la gente tenga dinero. Porcentaje sobre total de respuestas
Los factores asociados con el esfuerzo personal se llevan el grueso de las respuestas,
especialmente iniciativa y trabajo (36,8%), seguido por habilidad y talento (29,8%). Entre ambas
alternativas se alcanza dos tercios de las respuestas (66,6%). La confianza en el esfuerzo
personal es más alto entre las mujeres (71,5%) que entre los hombres (52,1%). Puede
interpretarse que los entrevistados tienden a percibir una sociedad más abierta en las cuales
existen oportunidades para que todo el mundo mejore sus condiciones de vida a condición de
que ponga el suficiente esfuerzo. No obstante, debe anotarse que esta percepción se encuentra
más entre las mujeres que los hombres.
Menor 30 años
35%
30 a 49 años
34%
50 o más años
55%
59%
26%
Mujer
5%
58%
30%
0%
8%
63%
25%
Total
7%
66%
32%
Hombre
10%
20%
18%
62%
40%
Ventajas Sociales
Esfuerzo y Ventajas
Esfuerzo Personal
60%
8%
80%
100%
Gráfico17: Primera y Segunda razón combinadas. Porcentaje sobre total de respuestas
24
La pregunta solicitaba una segunda razón, combinando ambas respuestas se tiene las siguientes
atribuciones:, esfuerzo y ventajas, ventajas sociales y esfuerzo personal. La distribución muestra
que un abrumador 61,8% entrega respuestas que combinan la confianza en el esfuerzo personal
con ciertas ventajas afincadas en la desigualdad previa. Las respuestas que apuntan en forma
consistente al esfuerzo personal corresponden a 30% de los entrevistados, con mayor peso entre
las mujeres (32,1%) que entre los hombres (25%). Este tipo de respuestas también es frecuente
en los menores de 50 años. Cabe también anotar que hay escaso peso de respuestas afincadas
en la pura ventaja (7,9%), lo cual revela que aún cuando hay recursos derivados de ventajas, ellos
pueden ser improductivos si no van acompañados con el esfuerzo personal.
Legitimidad de la pobreza
Las razones que se atribuyen al origen de la pobreza pueden clasificarse en dos factores
principales: los individuales y los estructurales. Entre los primeros deben considerarse “flojera y
falta de iniciativa”, así como “vicios y alcoholismo”. Los factores estructurales se refieren a la
reproducción intergeneracional de la pobreza – “que los padres también sean pobres” – y
“discriminación social”.
Razón más importante para que una persona sea pobre
Menor 30 años
21%
56%
30 a 49 años
50 o más años
Mujer
20%
56%
Hombre
Total
0%
10%
La flojera y la falta
de iniciativa
20%
30%
40%
Los vicios y el
alcoholismo
50%
60%
70%
La discriminación
social
8%
24%
16%
20%
52%
16%
16%
18%
42%
12%
16%
20%
52%
8%
24%
16%
18%
42%
16%
80%
12%
90% 100%
Que los padres
también sean
pobres
Gráfico18: Razón más importantes de la pobreza. Porcentaje sobre total de respuestas
En los entrevistados predominan las respuestas que atribuyen la pobreza a factores individuales,
especialmente “flojera y falta de iniciativa” (52,3%), seguido por “vicios y alcoholismo” (19,7%);
entre ambos factores alcanzan 72%. La atribución de la pobreza a factores individuales es más
alta entre las mujeres y los menores de 30 años (76,6% en ambos estratos). El peso de los
factores individuales es menor entre los dirigentes que tienen entre 30 y 49 años, así como entre
los hombres (59,5% en ambos estratos).
Al combinar la primera y segunda razón la atribución a factores exclusivamente individuales
desciende al 32,2%, pero también desciende la atribución a factores estructurales (6,3%). De
esta forma, 61,3% de los entrevistados atribuye la pobreza a una combinación de ambos
factores.
25
Las respuestas indican que los dirigentes de los comités vecinales se apartan marcadamente de
las pautas encontradas en la encuesta Ecosocial para el nivel nacional, en las cuales 44%
atribuye la pobreza a factores individuales y 10% a factores estructurales.
c. Confianza en las instituciones
El cuestionario incluye una pregunta que pide al entrevistado indicar su confianza en seis
instituciones, lo cual habitualmente es utilizado para reportar su grado de legitimidad entre la
población. Con el fin de hacer los resultados comparables con la encuesta Ecosocial se reportan
los porcentajes de entrevistados en los niveles más bajos de la escala de respuesta.
Porcentaje de personas que poseen poca o ninguna confianza en las siguientes instituciones
Menor 30 a 49 50 o más
30 años años
años
Mujer
Hombre
Total
Gobierno
Congreso
Partidos políticos
Alcaldes
Tribunales de justicia
Policía
34,5%
48,3%
34,4%
62,4%
25,7%
59,5%
29,9%
58,5%
33,8%
65,0%
30,9%
60,2%
55,2%
37,9%
48,3%
75,2%
39,2%
69,6%
72,3%
39,9%
73,0%
71,9%
41,1%
70,5%
72,5%
37,5%
66,3%
72,0%
40,1%
69,4%
41,4%
60,8%
53,4%
60,7%
40,0%
55,3%
Los menores niveles de desconfianza se refieren al gobierno que en total alcanza 30,9% de
rechazo. La desconfianza es menor entre los mayores de edad (25,7%) y se incrementa entre los
menores de 50 años (34,4%). Entre hombres y mujeres la diferencia es leve. Entre los alcaldes
los niveles de desconfianza son los segundos más bajos entre los entrevistados (40,1%); no hay
mayores diferencias respecto de su edad o sexo. En ambos casos, los niveles de desconfianza
son sensiblemente menores a los observados en la población chilena en general por la encuesta
Ecosocial. Esta los ubica en 50% para el gobierno y 54% para los alcaldes. Puede hipotetizarse
que la cercanía y el trabajo conjunto con organismos de gobierno y alcaldes contribuyó a
incrementar los nieles de confianza entre los dirigentes, por contraste con la población general.
Otra posible interpretación es que identifiquen “gobierno” con la Presidenta, lo cual acerca el
valor al observado en la encuesta nacional.
La desconfianza respecto de la policía alcanza 55,3% en el total de entrevistados. La
desconfianza es mayor entre las mujeres (60,7%) que entre los hombres (40%); es también más
alta entre los dirigentes que tienen entre 30 y 49 años. Los niveles de desconfianza son
considerablemente mayores que en la encuesta Ecosocial, en la cual alcanza 40%,
constituyendo la institución mejor evaluada del conjunto.
La desconfianza en los tribunales de justicia es 69,4%, y sólo desciende entre los dirigentes más
jóvenes (48,3%). El nivel observado es muy cercano al reportado en la encuesta Ecosocial (66%).
Aparentemente, los esfuerzos por modernizar los sistemas procesales, aún no han logrado
incrementar la confianza en la operación de la justicia.
26
Los ítemes considerados en la encuesta incluyen al congreso y los partidos políticos, que
pertenecen al sistema de representación política. Las evaluaciones de ambos son diferentes,
alcanzando la desconfianza 60,2% par el Congreso y 72% para los partidos políticos; los niveles
son menores a los reportados en la encuesta Ecosocial para nivel nacional, donde alcanzan 70%
y 80%, respectivamente. Los niveles de desconfianza en el sistema de representación son las
más altas de la escala, revelando la distancia de los dirigentes y la población en general respecto
de las instancias que la componen. Hay una indicación de que el congreso posee mejor
evaluación que los partidos políticos, pero en ambos casos son altas.
d. Integración Institucional
Las frases como: “la gente que dirige el país no le importa lo que le pase a las personas como
uno”; las autoridades no harían nada si hubiera un problema grave en mi barrio o vecindario” y
“la mayor parte de las personas con poder solo tratan de aprovecharse de personas como yo”
exploran la distancia con las instituciones y el poder (distancia vertical).
Respecto de la dirigencia del país, el nivel de desconfianza es relativamente alto, que se
mantiene parejo por sexo y edad.
27
50,0%
43,7%
42,1%
41,4%
43,2%
42,9%
43,1%
Mujer
Hombre
Total
40,0%
30,0%
20,0%
10,0%
,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Gráfico19 : A la gente que dirige el país no le importa... Muy de acuerdo y De acuerdo
La idea que las autoridades no harían nada encuentra menos sustento en esta muestra de
consejeros vecinales, manifestando menor desconfianza hacia ellas, especialmente entre los
hombres (24%); la desconfianza tiende a incrementarse con la edad, aunque las diferencias no
ameritan mayor elaboración.
50,0%
40,0%
33,6%
33,6%
31,1%
30,0%
30,0%
27,6%
24,0%
20,0%
10,0%
,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico20: Las autoridades no harían nada... Muy de acuerdo y De acuerdo
28
La percepción de las personas con poder como aprovechadores muestra un nivel relativamente
elevado entre estos dirigentes (44,5%). No se aprecian diferencias entre sexos, pero si un
incremento en la distancia desde los más jóvenes (31%) hacia los de mayor edad (48,2%).
60,0%
48,2%
50,0%
45,3%
43,0%
44,5%
42,3%
40,0%
31,0%
30,0%
20,0%
10,0%
,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico21: La mayor parte de las personas con poder sólo tratan de aprovecharse... Muy de
acuerdo y De acuerdo
En síntesis el sentimiento de alienación (distancia con la institucionalidad) considerando las
respuestas de acuerdo en los tres ítemes, es levemente menor que en la población general
(46%). Para el conjunto de consejeros vecinales, se observa cercanía en algunas dimensiones,
con el poder en algunas. No hay mayor diferencia entre sexos. El sentimiento de alineación se
incrementa con la edad, especialmente desde los 30 años; los dirigentes más jóvenes tienden a
sentirse menos alienados con respecto al poder.
29
30,0%
25,7%
25,0%
23,2%
21,6%
22,5%
23,0%
20,0%
15,0%
13,8%
10,0%
5,0%
,0%
Menor 30 años 30 a 49 años 50 o más años
Mujer
Hombre
Total
Gráfico22: Percepción de alienación con respecto al poder
30
V. CONCLUSIONES
La cohesión social tal como hemos venido trabajando en este Cuaderno de Barrio, se debe
entender como el resultado de diversos componentes, que sólo como un proceso
multidimensional explican la posición y las relaciones que tienen los ciudadanos con el sistema
social.
En este sentido, como lo plantea la CEPAL (2007), el concepto de cohesión social está
compuesto de diferentes nociones. En primer lugar como capital social, es decir, el estado
normativo, y de las redes y lazos sociales de confianza en una sociedad. La segunda, como
integración social, es decir, la provisión de un nivel mínimo de bienestar consistente con el nivel
de desarrollo de un país. La tercera, como inclusión social, es decir, la capacidad de una
sociedad de tener una respuesta institucional que incorpore a la pluralidad de actores. Y la
cuarta, como ética social, es decir, el desarrollo de valores compartidos como la solidaridad y la
reciprocidad.
El concepto de cohesión social también debe ser entendido como relacional y sistémico, cuyas
implicancias pueden reflejarse o verse profundizadas, tanto positiva como negativamente, en el
territorio. Como lo señala Kaztman (2005), para el caso de la situación de aislamiento social de
los pobres, la concentración de hogares que enfrentan muchas carencias y la fragilidad del
empleo, tienden a limitar la formación de redes de reciprocidad, y la creación y mantenimiento
de instituciones barriales; todo lo cual va en detrimento del tejido social comunitario. La
importancia de la trama social del vecindario, radica entonces, en ser la fuente de sociabilidad,
formación de identidad y sentido de pertenencia más próxima a los espacios privados de la
gente.
Los resultados del cuestionario aplicado a los consejeros vecinales de desarrollo de la región
metropolitana, muestran un nivel de cohesión social, entendida como confianza social, superior
al parámetro entregado por la ECoSocial 2008, y superior también al parámetro nacional que
entrega la Encuesta Mundial de Valores 2006.
Si entendemos la cohesión social como la formación de capital social, los consejeros muestran
una mayor disposición al trabajo colaborativo con personas desconocidas. En este sentido,
presentan un mayor nivel de confianza y expectativas acerca de la proyección de su acción
dirigencial, lo que hace pensar positivamente en el objetivo de recuperación barrial, basado en
una acción intersectorial y con participación de pluralidad de actores, públicos y privados.
Como integración social, la cohesión muestra que los consejeros evalúan positivamente las
condiciones de habitabilidad que poseen. Sin embargo, presentan una alta propensión a
demandar mejoras en las condiciones e indicadores urbanos de sus viviendas y barrios. Desde
esta perspectiva, el programa es evaluado positivamente, en tanto, es percibido como una
oportunidad de mejoras significativas de su entorno inmediato.
Si el desafío de la cohesión social se mira desde la perspectiva de la inclusión social, los
resultados muestran no sólo una mayor disposición al trabajo colaborativo, sino que también,
una mayor confianza en el trabajo de las instituciones, particularmente valoradas resultan las
instituciones de gobierno y municipio.
31
Respecto de los objetivos que se plantea el Programa Recuperación de Barrios, en materia de
inclusión social, los resultados nos muestran que los consejeros manifiestan que la
responsabilidad fundamental en la recuperación es compartida y plural, que constituye el foco
del programa presentado por la Presidenta Michelle Bachelet. Por otro lado, los mayores índices
de felicidad que expresan pueden entenderse como el resultado de los espacios de participación
y decisión que el Programa ha generado, el Consejo Vecinal de Desarrollo, y el mayor
reconocimiento social que de su trabajo se ha realizado.
Finalmente, como ética social, la cohesión social aparece manifestada por los consejeros a
través de una mayor lealtad democrática, interés por participar y recuperar la experiencia de
proyectos compartidos. En este sentido, la reconstrucción de la identidad, la memoria colectiva y
los valores comunes, constituyen requisitos fundamentales para el fortalecimiento de la
convivencia social y de un mayor civismo basado en la solidaridad y reciprocidad.
32
VI. BIBLIOGRAFIA
Bordieu, P. (2000) . La miseria del mundo. Fondo de cultura Económica. Buenos Aires.
CEPAL (2007). Cohesión Social: Inclusión y sentido de pertenencia en América Latina y el
Caribe.
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