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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIA: DE LA VISIÓN DE EMPRESA A LA VISIÓN DE PAÍS1 LIC. MARYBEL ALVAREZ GATTI 2 LIC. NICOLÁS LIARTE VEJRUP3 ABSTRACT La expresión “responsabilidad social empresarial” ha cobrazo fuerza en los últimos años debido a que las empresas comenzaron a intervenir en espacios hasta hace unos años considerados responsabilidad exclusiva del poder público. Siguiendo a Josep Lozano “… al hablar de RSE conviene distinguir tres aspectos: 1) la agenda: el conjunto de prácticas, actuaciones y propuestas que se incluyen bajo la denominación de RSE; 2) la comprensión: qué se entiende por RSE y, en consecuencia, que modelo de empresa se propone y que papel se considera que desempeña la empresa en la sociedad; 3) la visión: en que proyecto de sociedad se enmarca la RSE y, más concretamente, qué tipo de país quiere contribuir a configurar (Lozano y otros 2007)” Focalizándonos en este último punto es que pretendemos reflexionar acerca de los factores que influyen en la ausencia de estrategias público-privadas en torno al desarrollo de la RSE, entendiendo que, el desarrollo de la RSE no logrará la seriedad pretendida sino se lo vincula a una visión de empresa y a una visión de país. 1 Presentado en el I Seminario Iberoamericano sobre modelos de docencia e investigación en Responsabilidad Social Empresaria. Junio 2011 2 Coordinadora de PROETICA – ICDA. Lic. en Ciencia Política por la Universidad Católica de Córdoba. Magíster en Dirección de Negocios por la Universidad Nacional de Córdoba. 3 Director Académico del ICDA. Lic en Ciencia Política por la Universidad Católica de Córdoba. Magíster en Dirección de Empresas por el ICDA, Universidad Católica de Córdoba. INTRODUCCIÓN En los últimos años surge una nueva tendencia mundial que realza el rol de las grandes empresas y conglomerados, promoviendo un nuevo concepto, el de Responsabilidad Social Empresaria (de ahora en adelante RSE). A partir de ello, se considera que la empresa ya no es sólo de sus propietarios, sino que se entiende y legitima desde toda la comunidad, el rol de la misma no se limita a la generación de dinero sino que trasciende su rol económico tradicional para convertirse en un actor fundamental creador de riqueza, impulsor de desarrollo, generador de bienestar social y crecimiento humano digno (Morello, 2004). De ese modo, las empresas, a través del impulso de organizaciones internacionales, comienzan a tomar conciencia de la posibilidad de transformación estructural del tejido social que tienen a su alcance en pos del beneficio de la comunidad en general y de su negocio en particular (Liarte V, Álvarez G., Llayá C., 2008). En otros términos: “Las empresas tienen el poder y deberían responder por él a la Comunidad” (Morello, 2004: 18). Progresivamente, la RSE comienza a estar presente en las esferas políticas y económicas, las agendas de las organizaciones no gubernamentales (ONG), de las organizaciones de consumidores y los sindicatos. En ese sentido, “Cuando se hace referencia a la RSE, se apunta en primer lugar a las empresas como los actores principales en el desarrollo e implementación de este concepto y en la consecución de un desarrollo sostenible. En segundo lugar, el debate reside en el papel que deben jugar las Administraciones Públicas, tanto desde su posición de órgano regulador y de fomento del concepto de RSE4, como por su potencial incentivador de cambios en los comportamientos empresariales a través de su papel como consumidor, dado el importante volumen de compras y contrataciones públicas”5. Así, entendiendo a la RSE como el conjunto de acciones planeadas a favor de las personas y su dignidad, emprendidas libremente por las empresas, que presentan 4 Modificado por autores del presente proyecto, originalmente se hace referencia a RSC: Responsabilidad Social Corporativa, sinónimo de RSE.5 Extraído de www.intermonoxfam.org (consulta Diciembre de 2007). las características de estar vinculadas de algún modo con el desarrollo del negocio y van más allá del cumplimiento de la ley y los convenios colectivos de trabajo, se hace necesario el fortalecimiento de círculos de confianza interactorales (Empresa Pymes, ONG, Gobierno) para lograr el éxito del objetivo propuesto y por ende propiciar un desarrollo social armónico e integral. Creemos que la RSE puede aportar al desarrollo de la sociedad en su conjunto, sin embargo es un hecho que si sus acciones se enmarcan en un contexto de desigualdad y exclusión, sin políticas públicas que aseguren la educación, la salud, trabajo, etc., su accionar se ve obstaculizado, ya que se impide producir con eficiencia. En ese sentido, el Estado y la empresa son aliados, el primero por su rol estratégico en el diseño y puesta en práctica de los grandes lineamientos de políticas y, sobre todo, como promotor del diálogo social, convocante de diferentes sectores en pro de un modelo de desarrollo consensuado y participativo. La empresa, por su parte, es un excelente aliado mediante sus acciones de RSE. La corresponsabilidad de los distintos actores para lograr el desarrollo de negocios éticos deviene relevante puesto que “Cada vez más se tiende a asumir que la gobernanza social en nuestro mundo interdependiente pide, al mismo tiempo, una nueva visión de la contribución de las empresas a la sociedad, una nueva relación entre los actores políticos y los empresariales y la capacidad de desarrollar un diagnóstico y una perspectiva compartidos acerca de cuáles son los principales retos de nuestras sociedades.(...) La RSE se configura como una manera de repensar el papel de la empresa en la sociedad incorporando como elemento vertebrador una perspectiva de gobernanza y sostenibilidad”(ESADE, 2005: 6). A partir de ello se deduce que no existen modelos estándares sino que cada gobierno debe vertebrar su modo de interacción según su contexto se lo exija y permita. Lo cierto es que ya no se discute si el Gobierno debe o no participar en el desarrollo de la RSE, el punto es saber de qué modo llevará adelante cada uno esta tarea. A propósito, “En Europa los gobiernos no han adoptado políticas de obligatoriedad de la RSE sino que han potenciado la dinamización de iniciativas referidas a la misma, la facilitación de políticas que favorezcan la RSE, el desarrollo de estándares y las prácticas de información que la promuevan, así como la creación de espacios de diálogo y partenariado” (ESADE, 2005: 5). Existen varios elementos de los cuales puede valerse un gobierno para propiciar el desarrollo de esta temática y brindar una perspectiva política que enmarque la RSE. La legislación sólo es uno de estos elementos posibilitadores: “El debate sobre legislación en RSE no es posible sin plantearse previamente dos preguntas: en primer lugar ¿debe haber una política y de qué tipo? (en la medida en que la eventual legislación no es mas que un instrumento entre otros posibles de dicha política) y en segundo lugar ¿Qué visión tenemos de la RSE? (puesto que si partimos de la RSE como una visión global de la empresa entonces deberemos concluir que ya tenemos mucha legislación sobre RSE (ESADE; 2005: 7).” Este artículo pretende iniciar la reflexión acerca de los factores que influyen en la ausencia de estrategias público-privadas en torno al desarrollo de la RSE, entendiendo que, el desarrollo de la RSE no logrará la seriedad pretendida sino se lo vincula a una visión de empresa y a una visión de país. Los datos analizados se recolectaron en diferentes instancias de investigación por parte del equipo de Proética. LA RSE EN EMPRESAS ARGENTINAS En el 2006 comenzamos a investigar la Integración de la Responsabilidad Social a la Gestión Empresaria Argentina mediante la Guía Gestionarse. La misma es una herramienta de auto evaluación desarrollada por el Centro de Gestión Ética Empresaria (Proética) del Instituto de Ciencias de la Administración de la Universidad Católica de Córdoba (ICDA-UCC). La primera edición se realizó en el año 2004 y fue autoaplicada por 88 empresas de Córdoba6 6 En el proceso de instalar el concepto y la agenda de la RSE en la consideración pública, académica y del management empresarial, algunas universidades han jugado un papel destacado en la producción de conocimientos, en la capacitación de cuadros profesionales y en la creación de centros de investigación. Al respecto la Universidad Católica de Córdoba (UCC) desde el Instituto En el año 2006 se realizó la Segunda Versión que incorporó los aprendizajes generados de la primera experiencia y la homologación de los indicadores GestionaRSE, a los diez principios del Pacto Global de Naciones Unidas, quedando distribuidos de la siguiente manera: 1. Cultura Organizacional: (Indicadores Nº 1, Nº 2 y Nº 3). 2. Comunidad (Indicadores Nº 4, Nº 5, Nº 6, Nº 7, Nº 8 y Nº 9). 3. Consumidores (Indicadores Nº 10, Nº 11, Nº 12 y Nº 13). 4. Público Interno (Indicadores Nº 14, Nº 15, Nº 16, Nº 17, Nº 18, Nº 19, Nº 20 y Nº 21). 5. Medio Ambiente (Indicadores Nº 22, Nº 23, Nº 24, Nº 25 y Nº 26) 6. Proveedores (Indicadores Nº 27, Nº 28 y Nº 29) 7. Gobierno (Indicador Nº 30, Nº 31 y Nº 32) Estos públicos son y se entienden de la siguiente manera: 1. Cultura Organizacional: Se refiere al conjunto de principios éticos y valores que posee una empresa. Desde RSE se considera al conjunto de Principios de acción e interrelación que un grupo desarrolla para enfrentar sus problemas y alcanzar objetivos. 2. Comunidad: Es el entorno próximo donde se inserta la empresa y sus distintos actores locales, organizaciones de la sociedad civil, etc. Desde RSE se analiza la contribución que la empresa hace para mejorar la calidad de vida de la Comunidad. 3. Consumidores: Son los clientes pero desde un concepto revalorizado, entendiendo que el mismo tiene sus propias normas, creencias y valores. Por tanto la RSE plantea el desarrollo de una relación más allá de la simple satisfacción de sus necesidades. 4. Público Interno: Son los empleados - colaboradores y el personal en todos sus niveles jerárquicos pertenecientes a una empresa. Este de Ciencias de la Administración (ICDA) a partir de su Área de ProÉtica, ha realizados aportes orientados al diseño y elaboración de herramientas de gestión, esto es, protocolos o guías de auto evaluación y diagnósticos iniciales que permitan conocer y medir el grado de integración de la responsabilidad social empresaria en aquellas empresas que deciden aplicar la herramienta e iniciar un proceso de reflexión y conocimiento del tema. www.icda.uccor.edu.ar concepto engloba a los Sindicatos o agrupaciones de trabajadores, en tanto que nuclean a los trabajadores de una empresa. La RSE atraviesa esta relación y plantea el desafío de lograr la integración, el involucramiento y el compromiso mutuo. 5. Medio Ambiente: En este sentido nos referimos al compromiso de sustentabilidad con la naturaleza, basado en un concepto de Ecoeficiencia. Ello supone "Proporcionar bienes y servicios a un precio competitivo, que satisfaga las necesidades humanas y la calidad de vida, al tiempo que reduzca progresivamente el impacto ambiental y la intensidad de la utilización de recursos a lo largo del ciclo de vida, hasta un nivel compatible con la capacidad de carga estimada del planeta". 6. Proveedores: Son socios estratégicos del negocio y la RSE hace referencia a los vínculos desarrollados con los mismos, orientados a generar relaciones de colaboración y cooperación que fomenten el desarrollo recíproco. 7. Gobierno: Se entiende como Gobierno al conjunto de autoridades publicas. En este sentido la RSE fomenta la transparencia y claridad en la relación con estos distintos actores. Para cada indicador se otorga una escala de medición de 1 a 4, a través de la cual se indica cómo en forma gradual se va mejorando la integración de la RSE a la gestión de la empresa a medida que el puntaje o resultado obtenido se acerca a 4 (siendo 1 Deficiente; 2 Reactivo; 3 Correctivo y 4 Proactivo) De acuerdo a las mediciones7, si bien se notan mejorías, vemos que el grado de integración de la RSE, a la actividad privada en nuestro país, en líneas generales, aun se encuentra en una instancia claramente incipiente de desarrollo. Y a pesar de que el promedio general incrementa a lo largo de los años, la calidad de los vínculos para con el “Público Interno” y “Medio Ambiente” continúa siendo el más deficiente. 7 Ver: “Compromiso y responsabilidad de los actores sociales”. Nicolás Liarte Vejrup Ed. EDUCC 2010 En cuando a las relaciones para con el público Gobierno, si bien los directivos declaran un convencimiento sobre la inadecuación de los hechos asociados a la corrupción para favorecer o evitar un daño en la empresa, al no contar con reglamentos ni procedimientos que apoyen esta intención, como tampoco presentan una clara política de financiamiento de partidos, esto es, los requisitos para otorgar financiamiento, o los motivos por los que no lo hace. En este sentido, el desarrollo de la RSE no logrará la seriedad pretendida sino se la vincula a una visión de empresa y a una visión de país, al decir de Josep Lozano “la RSE contribuye a configurar un país como espacio donde economía y sociedad no se vivan esquizofrénicamente” DE LAS EMPRESAS, LA RSE Y EL GOBIERNO Como mencionamos anteriormente, todas las mediciones realizadas muestran una relación empresa-gobierno deficiente. Las empresas sostienen que no existe vínculo alguno entre ellas y el gobierno, no se dialoga, ni cuentan con instrumentos formales orientados a generar una relación de transparencia, mencionan la ausencia de intermediadores o espacios válidos para el tratamiento de temáticas que vinculan a ambos sectores. DEL GOBIERNO Y LA RSE Por su parte el Gobierno consecutivamente acciona pretendiendo atacar las causas de los problemas sociales, medioambientales y económicos, sin embargo, es evidente que con su sola intervención no basta. El mismo inconveniente posee la empresa a la cual se le otorga un papel fundamental, en tanto se la considera progresivamente como actor protagónico en las distintas comunidades en las que convive, sin embargo no le es posible controlar por si misma y de modo aislado la obra completa. Surge entonces la necesidad de trabajar en conjunto, pero dado el predominio de prejuicios paralizantes entre los distintos actores locales, se torna casi imposible comenzar a cambiar la historia de manera coordinada y coparticipativa, tal como se propone internacionalmente a través de los ODM y el Pacto Global, es decir accionando conjuntamente. DEL GOBIERNO, LA RSE Y LAS EMPRESAS Desde Gobierno, en post de la construcción de un diálogo intersectorial se lanzaron varios planes pero, si tenemos como base el concepto de RSE - entendida como el conjunto de acciones planeadas, a favor de las personas y su dignidad, emprendidas libremente por las empresas, que presentan las características de estar vinculadas de algún modo con el desarrollo del negocio y van más allá del cumplimiento de la ley y los convenios colectivos de trabajo - hace necesario el fortalecimiento de círculos de confianza interactorales (Empresa Pymes, ONG, Gobierno) para lograr el éxito del objetivo propuesto y por ende propiciar un desarrollo social armónico, económicamente constructivo y ambientalmente amigable. Es notable la deficiencia conceptual que se posee ya que normalmente se hace referencia a la necesidad de “solidaridad empresarial”, orientando las acciones a la promoción de la filantropía. A partir de entrevistas y diálogos informales entablados con los responsables de dichos programas sociales, el equipo de Proética pudo averiguar que las áreas gubernamentales encargadas de la promoción de los planes mencionados, no desarrolla vínculos de dialogo y concertación con el sector empresarial ni posee un conocimiento real de la temática de la RSE. Siguiendo a Josep Lozano, el sector público posee una diversidad de roles con relación a la RSE, a saber: OBLIGAR Legislación de obligación y control Regulación e inspección Sanciones e incentivos legales y fiscales. Legislación facilitadora de actuaciones. Creación de incentivos Capacitación Apoyo financiero Aumento de la concienciación Estimulación de mercados Combinación de recursos Implicación de stakeholders Diálogo FACILITAR COLABORAR PROMOCIONAR Apoyo político Difusión y reconocimiento Fuente Joseph Lozano ESADE 2007 INTERACCIÓN GOBIERNO- EMPRESA El siguiente cuadro distingue claramente cómo y cuáles son y deberían ser las líneas de acción que puede adoptar cada sector en busca de motivar el involucramiento mutuo para el desarrollo de la RSE en un país: GOBIERNO EMPRESA AUSENCIA DE ESTRATEGIA Ausencia de estrategia Falta de Iniciativas Contribuir al desarrollo de la RSE Iniciativas empresariales individuales FOMENTAR LA RSE Iniciativas publicas unidireccionales de legislación y control Visión compartida Iniciativas publicas de facilitación y Combinación de recursos (diálogo, paternariados y redes) Fuente Joseph Lozano ESADE Si tenemos en cuenta la información antes mencionada acerca de cada sector en particular y el marco general en torno a esta temática de interacción intersectorial desde la perspectiva de la RSE, y la articulamos con el cuadro presentado anteriormente, podemos afirmar que hay “algunas iniciativas empresariales individuales”. Empresas que están trabajando en contribuir al desarrollo de la RSE o implementando la misma y una ausencia de estrategia por parte del gobierno. Desde ambos sectores, privado y público, se tiene la convicción de que los problemas que afronta nuestro país deben ser abordados desde un enfoque múltiple para lograr su solución lo que hace necesario un trabajo en conjunto entre sociedad civil, sector público y privado. Sector privado y Público poseen una visión concreta y coincidente sobre cuáles son los temas de agenda social y económica de nuestro país, es decir que, en líneas generales se cumple dos condiciones que son necesarias para el desarrollo de estrategias conjuntas. La principal traba que existe es la inexistencia de Planificación por parte del Estado en el desarrollo de relaciones entre ambos sectores, siendo el Estado por su naturaleza y objetivo primordial, el bien común, quien debe generar las condiciones para que dichas relaciones se generen. Desde el sector privado no se reconoce órgano, presupuesto no interlocutor válido en el gobierno que propicie un diálogo continuo y honesto entre ambos sectores lo que genera “prejuicios” y una visión del Estado negativa. ALGUNAS CONCLUSIONES Como mencionamos al inicio, la RSE es una expresión que cobró fuerza en los últimos años en la agenda económica y empresarial, y posteriormente en la política y social. Sin embargo hay varios términos que se asocian a ésta sin lograr un concepto unívoco y esto repercute a la hora de establecer estrategias en esa dirección. Por ello, “… al hablar de RSE conviene distinguir tres aspectos: 1) la agenda: el conjunto de prácticas, actuaciones y propuestas que se incluyen bajo la denominación de RSE; 2) la comprensión: qué se entiende por RSE y, en consecuencia, que modelo de empresa se propone y que papel se considera que desempeña la empresa en la sociedad; 3) la visión: en que proyecto de sociedad se enmarca la RSE y, más concretamente, qué tipo de país quiere contribuir a configurar (Lozano y otros 2007)” El desarrollo de la RSE no se puede plantear seriamente si no se la vincula a una visión de empresa y de país, y es esto lo que se evidencia en la realidad Argentina. El horizonte es consolidar un ámbito de gestión inclusiva donde la excepción sea el desconocimiento de la RSE. Se debería desarrollar, de este modo, un mayor Capital Social para generar una cadena de valor integrada con todos los públicos, de manera que adquieran mayor valor los servicios y productos que las empresas producen socialmente (Liarte y otros: 2006). Se podría sostener que el Estado debiera iniciar acciones y políticas en el marco de la RSE adoptando diversos roles como: Facilitar la promoción del desarrollo de la RSE en la sociedad. Promover el diálogo entre los actores implicados., facilitando flujos de información. Generar proyectos colectivos, donde participen diferentes actores sociales. Regular y ratificar medidas de transparencia y rendición de cuentas empresariales. En el plano de las empresas, se podría afirmar que algunos de los desafíos en materia de RSE, sin ser exhaustivos, serían: Reforzar la función de aprendizaje de la RSE, principalmente respecto de los Públicos: Publico Interno y Medio Ambiente, en consonancia con los principios del Pacto Global, promoviendo la integración de los principios al interior de las organizaciones. Realizar una planificación de actividades sostenidas a favor de la RSE como modelo de gestión, buscando y proporcionando asistencia técnica y facilitando el diálogo entre los distintos sectores en orden a reforzar la asociatividad como herramienta de construcción social. Promover la incorporación de los distintos proveedores de las empresas, al modelo de integrado de gestión de la RSE. Se vuelve necesario generar un espacio de debate y diálogo donde se logre el entendimiento común sobre qué es la RSE para las empresas y el Gobierno en Argentina. Partir de una definición común de RSE que se adapte a las características y necesidades de ambos actores en el contexto argentino contemporáneo es el primer punto a resolver. Una vez logrado ese puntapié inicial compartido, trabajar sobre necesidades sociales compartidas, actores e intermediarios compartidos, y estrategias o soluciones que se puedan generar en conjunto. “Plantearnos la RSE nos lleva a explicitar una forma de entender el papel de la empresa en la sociedad y al mismo tiempo, contribuye a configurar un país como un espacio donde economía y sociedad no se vivan esquizofrénicamente.”(Lozano y otros 2007) BIBLIOGRAFÍA Beltrán, Eduardo Gustavo (2000); Globalización, Regionalismos: “La Globalización” (Córdoba, Argentina).- Integración y Camps, Victoria. (1999). Paradojas del individualismo.(Barcelona: Editorial Crítica) ESADE: “Manual de empresa responsable. 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