Download Sensi y prev com

Document related concepts

Violencia doméstica wikipedia , lookup

Violencia de género wikipedia , lookup

Violencia contra la mujer wikipedia , lookup

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer wikipedia , lookup

Proyecto de Derechos Civiles de Texas wikipedia , lookup

Transcript
guías y
manuales
© 2005
Secretaría de Desarrollo Social
LIC. JOSEFINA VÁZQUEZ MOTA
Secretaria de Desarrollo Social
Secretaría de Desarrollo Social
Paseo de la Reforma 116
Col. Juárez, CP 06600
México, DF
LIC. ANTONIO SÁNCHEZ DÍAZ DE RIVERA
Subsecretario de Desarrollo Social y Humano
Impreso en México / Printed in México
Se autoriza la reproducción del material
contenido en esta obra citando la fuente.
Coordinación Editorial
RODOLFO TUIRÁN
MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ
Investigación y Redacción
AURELIANO GARCÍA ARREGUÍN
BEATRIZ RIVERA FERNÁNDEZ
ANTONIO ORDAZ PINA
DR. RODOLFO TUIRÁN GUTIÉRREZ
Subsecretario de Desarrollo Urbano y
Ordenación del Territorio
DR. MIGUEL SZÉKELY PARDO
Subsecretario de Prospectiva,
Planeación y Evaluación
LIC. JULIO CASTELLANOS RAMÍREZ
Oficial Mayor
MTRO. DANIEL HERNÁNDEZ FRANCO
Coordinador de Asesores
LIC. EDUARDO BRAVO ESQUEDA
Jefe de la Unidad de Coordinación de Delegaciones
ABELARDO MARTÍN MIRANDA
Jefe de la Unidad de Comunicación Social
DR. JOSÉ LUIS RAMOS Y FUSTHER
Jefe de la Unidad de Programas
de Atención de la Pobreza Urbana
Modalidad de Seguridad para
las Mujeres y sus Comunidades
guías y
manuales
Modelo de sensibilización
y prevención comunitaria
de la violencia familiar
Secretaría de Desarrollo Social
Subsecretaría de Desarrollo Urbano y Ordenación del Territorio
Índice
INTRODUCCIÓN
7
PRIMERA PARTE
¿En qué consiste el modelo?
•
¿A quién va dirigido?
•
¿Por qué es necesario el MPCVF?
9
10
10
SEGUNDA PARTE
Conceptos básicos
•
Violencia
•
Violencia familiar
•
Multicausalidad de la violencia
13
13
13
16
TERCERA PARTE
Niveles de intervención
•
Sensibilización
•
Prevención
•
Las redes, concepto e integración
21
21
21
23
CUARTA PARTE
Operación
•
Ámbito de responsabilidades de las instancias involucradas
•
Las instancias ejecutoras
•
Instituciones locales
25
25
26
28
QUINTA PARTE
Etapas de operación del modelo
•
Proyecto preliminar y diagnóstico de la problemática familiar y comunitaria
•
Red institucional
•
Sensibilización y contacto con los habitantes de las colonias y/o barrios universo del proyecto
•
Formación de la Red Comunitaria
•
Planeación, ejecución y seguimiento del plan de acción
•
Evaluación del modelo
•
Continuidad del modelo comunitario para la prevención de la violencia
31
31
32
33
36
38
38
40
Introducción
La violencia contra la mujer es un fenómeno social transversal, cruza al conjunto de
las clases sociales e involucra a distintos niveles institucionales y de la sociedad civil.
La violencia parece estar siempre presente: recorre las calles, se pasea por los
parques, deambula por los caminos y también la encontramos asentada en los hogares.
Cuando se introduce en las familias, irrumpe en el bienestar de sus integrantes,
transgrede los derechos humanos, deteriora las relaciones y convierte los hogares en
espacios donde reina la tensión y el miedo.
La violencia no distingue edades o niveles socioeconómicos; sin embargo, cuando
se conjuga con otras condiciones de vulnerabilidad, como la pobreza, sus efectos son
más acentuados debido a que las personas y las familias tienen menos elementos
para hacerle frente. De acuerdo con diversas investigaciones, entre los grupos de
población que son afectados con mayor frecuencia por actos de violencia están las
niñas y los niños, las mujeres, las personas con discapacidad y adultos mayores.
Las mujeres representan un caso particular, pues en las distintas etapas del
ciclo de vida suelen ser blanco de violencia y discriminación debido, entre otras
razones, a las ideas, costumbres y prejuicios que promueven la cultura y la sociedad.
En este sentido, la violencia es un problema social por el impacto que tiene
sobre la salud de las personas, por el costo social y la vinculación que guarda con la
violencia social, es decir, el ciclo de la agresión doméstica se reproduce de una generación a la siguiente.
Al tratarse de un fenómeno social que involucra, en diversos niveles, a las
dependencias gubernamentales y la sociedad civil, su combate y prevención habrá
de hacerse tomando en cuenta la participación de ambos; por ello, la respuesta
institucional para enfrentarlo debe darse con la participación de todos los actores
sociales involucrados.
En el contexto social y comunitario podemos observar marcadas desigualdades
sociales y de género, sanciones débiles que la comunidad manifiesta contra la violencia social y de género, debilitamiento del tejido social y familiar, así como presencia
incipiente y desarticulada de entidades de apoyo social a las mujeres y sus comunidades.
Bajo estas circunstancias, resulta prioritario e impostergable para los gobiernos,
familias y comunidades intensificar las acciones e impulsar nuevas estrategias para
intervenir y revertir este problema.
El Programa Hábitat crea e impulsa la modalidad Seguridad para las mujeres y
sus comunidades, cuyas acciones prioritarias incluyen aquellas dirigidas a transformar
actitudes y comportamientos de las comunidades hacia la violencia social o doméstica,
como el impulso a campañas de sensibilización, educación y prevención y las dirigidas
a promover la resolución pacífica de conflictos.
Mediante esta modalidad, Hábitat contribuye y se articula con los gobiernos
estatales y municipales, así como con organizaciones de la sociedad civil interesadas
en la erradicación de la violencia familiar, para lo cual ha desarrollado los siguientes
documentos:
■
■
■
■
■
■
Modelo de operación de la modalidad Hábitat: Seguridad para las mujeres y sus
comunidades.
Modelo de operación de Centros especializados de atención de la violencia
familiar.
Modelo para operar Albergues para mujeres y sus hijos e hijas que viven violencia familiar.
Sensibilización y Prevención Comunitaria de la Violencia Familiar (Modelo y
Guía para la formación de personas sobre el tema de la violencia familiar).
Jóvenes en pareja (Modelo y Manual de capacitación).
Manual de orientación telefónica para la salud y seguridad de las mujeres.
Los materiales conforman una propuesta integral para enfrentar la violencia. De
manera particular, el presente documento incluye un modelo para realizar actividades
de sensibilización e información sobre este problema familiar; promover competencias de intervención interinstitucional en la prevención y atención de esta problemática para la solución creativa de conflictos con la participación de la comunidad;
propiciar la organización y motivar a los habitantes de las colonias para que participen en la elaboración y ejecución de planes de prevención en su entorno inmediato.
El texto se complementa con la Guía para la formación sobre violencia familiar.
Los lectores encontrarán en este documento una serie de propuestas que sin duda serán
enriquecidas con las aportaciones, ideas, reflexiones y experiencias de quienes lo
usen y adapten a las circunstancias específicas de la localidad donde trabajan.
•8•
Primera parte
¿En qué consiste el modelo?
Es una propuesta para que las instituciones de los gobiernos estatales o municipales
y organizaciones de la sociedad civil actúen, en coordinación con instancias de las
localidades, para promover en los barrios y colonias urbano-marginados donde opera
el Programa Hábitat la integración de un proyecto que aborde acciones de sensibilización, prevención e intervención, buscando la participación y organización de los
habitantes para la solución de problemas de la violencia social y doméstica.
Con este modelo se pretende desarrollar una estrategia incluyente que permita
sensibilizar a la población, así como prevenir y atender la violencia en todas sus
formas, con el fin de lograr seguridad para las mujeres y comunidades seguras.
Los objetivos que pretende el Modelo de sensibilización y prevención comunitaria de la violencia familiar (MSPCVF) son:
■
■
■
■
■
■
■
■
■
Promover y fortalecer las acciones institucionales que se llevan a cabo en las
ciudades donde trabaja el Programa Hábitat, dirigidos a prevenir y atender
situaciones de inseguridad y violencia doméstica y social.
Realizar acciones de prevención situacional que promuevan la acción institucional, con la participación ciudadana, para el estudio preventivo, vigilancia y
atención de la violencia.
Promover una cultura de no violencia personal y social, así como de protección
hacia las víctimas.
Facilitar a la población de los barrios y colonias participantes en el Programa
Hábitat la información y conocimientos que les permita visualizar la violencia
familiar como problema social y de salud pública.
Establecer mecanismos para la difusión de la violencia doméstica y comunitaria para sensibilizar a los habitantes y estimular su participación.
Propiciar entre los miembros de la comunidad el desarrollo de habilidades que
contribuyan a la solución creativa de conflictos.
Promover la organización y participación de las comunidades en las actividades de sensibilización y prevención de la violencia familiar.
Convocar a las instituciones gubernamentales para el establecimiento de mesas de trabajo que permitan complementar y fortalecer sus acciones.
Propiciar y fortalecer la coordinación entre las instituciones gubernamentales,
organizaciones de la sociedad civil y la población en la prevención de la violencia familiar.
¿A quién va dirigido?
■
■
■
■
■
A las mujeres, varones, familias y las comunidades que habitan en los municipios y localidades comprendidas en las zonas de atención prioritaria del Programa Hábitat.
A las autoridades involucradas, responsables de la planeación y ejecución de
este proyecto.
A las dependencias gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil que
participen en el proyecto.
A los prestadores de servicio social y jóvenes de la localidad que demuestren
interés de apoyar.
Al personal voluntario y grupos organizados de la comunidad dispuestos a
colaborar en el proyecto.
¿Por qué es necesario el MSPCVF?
La enorme dimensión y las consecuencias que la violencia familiar tiene en la calidad
de vida de las personas, familias y comunidades son hechos insoslayables. En México,
de acuerdo con la encuesta de ICESI, existe una percepción generalizada de
inseguridad frente a la multiplicación de actos de delincuencia o vandalismo, que
asciende a más de 50 por ciento de la población. Asimismo, la proporción de hogares
establecidos en asentamientos precarios que consideran necesario o muy necesario
realizar acciones en pro de la seguridad pública alcanza 95 por ciento.
Con base en los datos de defunciones de la Secretaría de Salud, se estima que
en 2002 ocurrieron en las ciudades un total de 5 mil 242 muertes de mujeres debido
a homicidios, suicidios y accidentes; se sabe que dos de cada tres homicidios y suicidios
de mujeres en las ciudades de México ocurren en el hogar.
Aunado a esto, en el país no existe una cultura de la denuncia, pues se considera
una pérdida de tiempo por desconfianza hacia las autoridades y por implicar trámites
largos y engorrosos.
En el caso de las mujeres, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre Violencia contra las Mujeres (INSP-SSA, 2003), una de cada cinco (21 por
ciento) vive violencia de la pareja actual; una de cada tres (34.5 por ciento) ha sido
receptora de la violencia de la pareja alguna vez en su vida, y dos de cada tres (60.4
por ciento) han vivido violencia familiar alguna vez en la vida.
Las formas que adquieren los actos violentos son variadas; incluyen agresiones
físicas, maltrato psicológico, relaciones sexuales forzadas, hasta amenazas de muerte
• 10 •
Los episodios de maltrato no son aislados, en México 70 por ciento de las mujeres
golpeadas por sus parejas vuelven a experimentar uno o más incidentes similares en
el lapso de un año.
Como consecuencia de las prácticas basadas en el uso de la fuerza hacia las mujeres,
se obstaculiza su desarrollo, perturba su existencia, incide sobre la confianza en sí
misma y afecta su autoestima, limita su participación en la vida pública, restringe
sus opciones, impone restricciones a la información, al acceso a los servicios y atropella
sus derechos.
En cuanto a las niñas y niños, en México, entre 1998 y 2002, ocurrieron cerca
de 3 mil 200 muertes de menores de diez años (es decir, casi dos por día) causadas
por homicidios (1 mil 500) o por accidentes (1 mil 700) que implicaron algún tipo
de descuido u omisión.
El maltrato a los niños y niñas es frecuente debido, en parte, a las ideas y
prácticas de crianza arraigadas en nuestra sociedad; baste señalar que alrededor de
4.9 millones de mujeres unidas de 15 años o más (una de cada cuatro) opinan que
“los padres tienen derecho a pegarle a sus hijos”. En consecuencia, cerca de 5.9 millones
de mujeres unidas de 15 años o más con hijos menores (casi una de cada dos) reconoce
pegarles a sus hijos “cuando se portan mal” y un total de 2.5 millones (una de cada
cinco) dice que su pareja le pega a sus hijos “cuando se portan mal”.
Por lo que se refiere a las personas adultas mayores, se estima que 35 por
ciento de los adultos mayores experimentan algún tipo de maltrato (físico, sexual,
psicológico, emocional o económico), ya sea por acción, omisión o rechazo.
En muchos hogares, la violencia permanece resguardada por el silencio de sus
habitantes; en el peor de los casos resulta invisible a los ojos de quienes la viven
cotidianamente, encubierta por la idea de que es un asunto que sólo atañe a la familia;
sin embargo, la realidad no es así, la violencia familiar es un hecho de la incumbencia de toda la sociedad debido, entre otras razones, al impacto que tiene sobre la
salud de los individuos y el sistema de salud; por sus repercusiones en la economía,
el costo social y la vinculación con la violencia social.
Tomando en cuenta las consideraciones anteriores, el Programa Hábitat se
propone contribuir, con la participación y el compromiso de los gobiernos locales
(estatales y municipales), la sociedad civil y las propias comunidades, a la sensibilización social, prevención de la violencia familiar y al fomento de relaciones basadas
en el respeto y el diálogo.
• 11 •
• 12 •
Segunda parte
Conceptos básicos
Son varios los términos involucrados en el presente documento y que forman el
soporte del modelo. Como cada uno puede tener diferentes significados dependiendo del contexto en que se utilicen. A continuación hacemos una breve descripción
de ellos. No pretendemos profundizar y detallar las referencias teóricas, sino precisar
a qué nos referimos cuando las empleamos en el documento.
Violencia
La Organización Mundial de la Salud define la violencia como “el uso intencional de la
fuerza o el poder físico (de hecho o como amenaza) contra uno mismo, otra persona,
grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones,
muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones”.
En consecuencia, es posible destacar que la violencia es de distintos tipos: la
auto-inflingida, que incluye los comportamientos en los cuales las personas se provocan
lesiones a sí mismas o llegan al suicidio; la interpersonal, que abarca la doméstica o
familiar (la violencia en la pareja, el maltrato a los niños o niñas, a las personas
adultas mayores o con discapacidad, entre otras); la comunitaria (violencia juvenil y
ataque por parte de extraños), y la colectiva, como son los genocidios, actos de terrorismo, conflictos armados y guerras.
El presente modelo se enfoca a aquélla que ocurre al interior de las familias y
repercute en el ámbito social y comunitario.
Violencia familiar
Las familias son las unidades básicas de la sociedad. Están formadas por personas que
comparten lazos consanguíneos y de afecto: padres, hermanos primos, tíos, abuelos,
así como por individuos que no tienen la misma sangre como son suegros, cuñados,
padrastros e hijastros. Las personas que las integran suelen ser diversas —en edades,
roles, necesidades, intereses y proyectos— y a la vez comparten una historia, formas
de vida, sentimientos, problemas, recursos y expectativas, lo cual le da riqueza y
complementariedad a la vida de estos grupos.
No hay un solo tipo de familia sino composiciones y arreglos diversos que se
estructuran de acuerdo con las necesidades, intereses y posibilidades de los integrantes;
sin embargo, independientemente del número de miembros y de la estructura que
tengan los grupos domésticos, en ellos las personas se vinculan en un espacio que es
privado; establecen normas y costumbres; asumen valores propios; definen formas
particulares para administrar los recursos y distribuir las tareas domésticas, e instauran
mecanismos específicos para resolver problemas de la vida cotidiana y responder
ante eventualidades.
En familia se tienen las primeras experiencias de vida, se construyen los conocimientos y se asumen valores, costumbres y formas de comportamiento que empleamos en otros espacios sociales como la escuela, el trabajo, la comunidad y las
relaciones con otras personas. En parte se puede decir que somos lo que vivimos en
familia, por ello es tan importante en el proceso de socialización de las personas.
Las familias son grupos de interacción que no están exentos de la presencia de
diferencias y conflictos, los cuales ponen en juego los recursos y estrategias de sus
integrantes para resolverlos.
Cuando los integrantes de las familias se procuran cariño, afecto, protección y
seguridad y resuelven los conflictos por la vía del diálogo, el respeto, la argumentación y la negociación, se forman seres integrales, armónicos, seguros de sí mismos y
con capacidades y habilidades para desarrollarse con plenitud. En caso contrario, si
no existen estas condiciones, ni una relación equitativa y solidaria, suelen ocurrir
actos arbitrarios e inequitativos basados en el uso de la fuerza y la coerción que
afectan y limitan el desarrollo de uno o varios de sus miembros.
Las familias son grupos donde la violencia ocurre con frecuencia, debido a
múltiples condiciones, algunas de ellas son:
■
■
■
■
■
• 14 •
La carencia de mecanismos para contener y canalizar el estrés atribuible a las
diferentes etapas por las cuales pasa la familia (formación, expansión con el
nacimiento de los hijos, salida de éstos del seno familiar y “nido vacío”) así
como a las presiones sociales y económicas a las que está expuesta.
La existencia de conflictos entre sus integrantes, combinada con la carencia de
mecanismos de solución basados en la negociación, el diálogo y el respeto.
Diferencias de edad y sexo que, en lugar de percibirse como riqueza y complementariedad, se convierten en un distanciamiento, sobre todo con la presencia
de los débiles: mujeres, personas de la tercera edad, niñas y niños y las personas
con algún tipo de discapacidad, a quienes se les percibe como “carga”.
La verticalidad y rigidez de la estructura familiar basada en la obediencia y el
castigo, en lugar de relaciones horizontales y democráticas.
Formas encubiertas de violencia que ocurren en la familia a las cuales no se les
reconoce como problema.
■
■
El aislamiento y falta de comunicación.
La incidencia de la cultura y los medios de comunicación en las actitudes y
comportamientos de las personas.
Durante muchos años la violencia familiar permaneció encubierta por considerarse un hecho privado e íntimo. A partir de los años setenta, gracias al trabajo e
impulso de grupos y organizaciones de mujeres, la reflexión y el análisis de la violencia salió de los ámbitos especializados a la discusión pública, logrando con ello
darle reconocimiento como un problema jurídico y de salud pública y avanzar en la
legislación para atender este problema.
En los últimos diez años se promulgaron leyes para la prevención, atención y
tratamiento de la violencia en 25 entidades de nuestro país y en otros tres estados se
han formulado iniciativas de ley que se encuentran en proceso de aprobación.
La creación de la Norma Oficial Mexicana NOM-190-SSA en 1999 representa
un avance. Ahí se establecen los criterios para la atención médica de la violencia
familiar en los servicios de salud. Según esta Norma la violencia familiar se define
como “el acto u omisión único o repetitivo, cometido por un miembro de la familia,
en relación de poder —en función del sexo, edad o condición física— contra otro u
otros integrantes de la misma, sin importar el espacio físico donde ocurra el maltrato físico, psicológico, sexual o abandono”.
A partir de la definición anterior se identifican cuatro tipos de maltrato:
■
■
■
Físico. Se refiere a cualquier acto que lleve la intención de causar daño a la
integridad física de una persona, someterla o controlarla, ya sea perpetrado
mediante el uso de alguna parte del cuerpo, o bien, mediante la utilización de
armas, objetos o sustancias. En esta clasificación se tipifican golpes de diversa
intensidad, pellizcos, jaloneos o cortes de cabello, intentos de estrangulamiento, empujones, apretones, mordidas, quemaduras, patadas, puñetazos, torceduras, entre otras.
Psicológico. Corresponde a los actos u omisiones que afectan la integridad
emocional y desequilibran la estructura de personalidad de quien los recibe.
Comprende insultos, prohibiciones, coacciones, chantajes, descalificaciones,
gritos, críticas destructivas, amenazas, desvalorizaciones, burlas, desprecio, trato
despectivo, intimidación, etc.
Sexual. Alude a la imposición de actos de orden sexual cuyos efectos provocan
daños a la persona en quien recae el maltrato. En esta categoría se clasifica la
violación, el abuso, la comparación con otras personas, ridiculizar o burlarse
de la sexualidad de la pareja, el manoseo, las solicitudes reiteradas y las insinuaciones, entre otros.
• 15 •
■
Abandono. Es el acto de desamparo injustificado hacia uno o varios miembros de la
familia con quienes se tienen obligaciones (...) y que ponen en peligro su salud.1 Incluye
la privación de vivienda, alimentos, abrigo, protección y cuidado de la salud,
entre otros.
Los diversos tipos de maltrato suelen coexistir en una misma relación y además habría que considerar el abandono económico, el maltrato social y la violencia
laboral, que son otras formas que actúan en forma paralela, siendo los receptores más
frecuentes de estos actos las mujeres, niñas, niños, personas con algún tipo de discapacidad y los adultos mayores.
Multicausalidad de la violencia
La violencia familiar es un problema complejo. Las causas involucran factores culturales, sociales, económicos, familiares y también ciertos rasgos de personalidad. Ningún factor por sí mismo da cuenta del origen; todos se encuentran interrelacionados y
sólo al analizarlos en conjunto es posible construir una visión integral del fenómeno.
Especialistas e instituciones como la Organización Mundial de la Salud han
recurrido a modelos ecológicos para explicar los distintos sistemas que intervienen
en la generación y reproducción de la violencia familiar en las sociedades. Algunos
autores distinguen diversos contextos o sistemas vinculados entre sí, y que en conjunto
exponen de manera integral la complejidad del problema. (Ver Esquema 1)
El primer sistema se refiere al entorno social y cultural denominado “sociedad
patriarcal”. Ésta se rige por un tipo de organización basada en el dominio de unas personas sobre otras. Por ejemplo, las familias de la sociedad patriarcal tienen como eje de su
estructura el poder conferido al hombre sobre la mujer y a los padres sobre los hijos.
La sociedad patriarcal promueve una estructura vertical donde el hombre es el
jefe; a la mujer se le atribuye un papel secundario y a los hijos se les exige obediencia
y subordinación incondicional respecto de sus padres.
Así, los hombres y las mujeres de una familia aprenden, en el transcurrir de su
vida, los papeles definidos por la sociedad y los vividos en el seno familiar y asumen
1
• 16 •
Norma Oficial Mexicana NOM-190-SSA-1999, Prestación de Servicios de Salud.
Criterios para la Atención Médica de la Violencia Familiar.
ad
pa
ci
a
rc
l
So
ia
ed
tr
Primer sistema:
Representa la sociedad y
la cultura en la que vivimos e
incluye las ideas, creencias, costumbres,
actitudes y valores que en ella se tienen acerca
de las mujeres, los hombres, las familias, el poder,
la obediencia y el uso de la fuerza.
Estructura
jerárquica
Actitudes
discriminatorias hacia
la mujer
Poder conferido
al hombre
Segundo sistema:
Uso de la violencia
para resolver
conflictos
Son los espacios o ámbitos institucionales con los cuales tenemos
contacto durante algunas etapas de nuestra vida. Reproducen la
estructura de la sociedad y las ideas y creencias que prevalecen en la
cultura. Influyen en nuestros valores, creencias y formas de ser
ESCUELA
IGLESIA
Tercer
sistema:
Está conformado por la
familia a la que pertenecemos
y en la cual nos desarrollamos.
El poder de los
padres sobre los hijos
MEDIOS DE
COMUNICACIÓN
TRABAJO
Dimensión
individual
ESQUEMA 1. DIMENSIONES DE
LA VIOLENCIA FAMILIAR
responsabilidades y derechos diferenciados y desiguales: unos aprenden a mandar y
a tomar decisiones, otros, a obedecer.
Cuando alguno de los miembros de la familia no cumple las expectativas de
obediencia, quien ejerce el poder utiliza la fuerza para castigar u obligar a su cumplimiento. De esta forma se propicia la legitimación de la violencia.
El segundo sistema alude a los ámbitos en los cuales las personas permanecen
en contacto durante algunas etapas de su vida. Por ejemplo, en la escuela aprenden
conceptos, forman valores y asumen costumbres que se incorporan a la personalidad.
En etapas posteriores, los individuos construyen sus experiencias en diferentes
ámbitos institucionales que incorporan a su personalidad e influyen en su forma de
ser y en sus comportamientos.
Las instituciones educativas, laborales, religiosas, recreativas, culturales y
políticas funcionan como mediadoras entre la cultura y la población, y contribuyen
• 17 •
a reproducir la estructura patriarcal de la sociedad que legitima el uso de la violencia como mecanismo para enfrentar las diferencias.
A manera de muestra, cabe mencionar que:
■
■
■
La escuela reproduce la estructura de la sociedad patriarcal y la violencia cuando
recurre a esquemas jerarquizados y rígidos de educación y disciplina e incluso
cuando difunde imágenes que remarcan la desigualdad entre hombres y mujeres.
Los centros de trabajo promueven los patrones de conducta de la sociedad
patriarcal cuando emplean la coacción para resolver los conflictos interpersonales
y de trabajo, y basan la organización de sus actividades en ideas prejuiciadas y
distorsionadas de las mujeres y los hombres.
Los medios masivos de comunicación —principalmente los electrónicos— son
una de las principales fuentes reproductoras de la estructura patriarcal. Difunden modelos de comportamiento basados en la discriminación y desvalorización, formas aparentemente “naturales” de vida que las personas asumen en la
cotidianidad. Las escenas, hechos o imágenes de violencia abundan en los
programas de televisión y radio; esto provoca, entre otras consecuencias, que
las personas se familiaricen con ésta y la perciban como una reacción común y
legítima; incrementen su tolerancia ante los abusos y consideren “normal” la
aplicación de la fuerza como medio para resolver las diferencias.
A estos factores, se agregan en el plano individual otros como el estrés, las
dificultades económicas, el desempleo, el aislamiento social, el alcoholismo y la pobreza, que si bien no son causas directas de la violencia, sí constituyen factores de riesgo.
El tercer sistema se refiere al entorno más inmediato y próximo a las personas,
constituido básicamente por la estructura y el ambiente familiar. En la familia ocurren los primeros aprendizajes y toman forma los valores y principios que condicionan el comportamiento de los individuos.
La familia es un factor clave en la reproducción del sistema de creencias que
avalan y justifican las formas violentas de relación entre las personas; por lo tanto,
también lo es para transformar las maneras en que se relacionan y conviven sus
integrantes.
Diversas investigaciones han comprobado que las personas que durante alguna etapa de su vida vivieron actos de violencia en el seno familiar, tienen muchas
probabilidades de convertirse en generadores o receptores de maltrato, como parte
de un ciclo de reproducción de estas conductas.
Finalmente, el cuarto elemento lo constituyen los rasgos de personalidad de
los individuos. Ya mencionamos que la sociedad, las instituciones sociales como la
familia, la escuela, el trabajo, la religión y los diversos medios de comunicación
ejercen su influencia en las ideas, valores, creencias, proyectos y formas de ser y
actuar de las personas; sin embargo, cada ser humano, de acuerdo con su propia
• 18 •
circunstancia personal, conocimientos, experiencias, habilidades, conductas, valores
y formas de relacionarse, asume, enfrenta o procesa de manera diferente esta influencia.
Se ha observado que ciertos aspectos de la personalidad tienen un efecto directo
sobre el manejo de la violencia. Determinadas competencias funcionan como factores de protección; el hecho de quererse a sí mismos es una de ellas.
Quienes conocen sus fortalezas y debilidades identifican sus necesidades, se
quieren y respetan a sí mismos, evitan situaciones generadoras de violencia y disminuyen la posibilidad de ser receptores de ésta.
Entre las habilidades que ayudan a las personas a fortalecer su potencial de
resolver los conflictos por vías pacíficas están la comunicación clara, abierta y oportuna de ideas y sentimientos, el establecimiento de límites y acuerdos, el diálogo y la
negociación, la toma de decisiones y la definición clara de un proyecto de vida propio.
La combinación de factores negativos de los distintos sistemas provocan la
violencia; por lo tanto, prevenirla y enfrentarla requiere, entre otras medidas:
■
■
■
■
Impulsar acciones para hacerla visible en la sociedad como problema social y
de salud pública.
Promover acciones de prevención y fortalecimiento de capacidades humanas,
crear y operar la infraestructura disponible en las localidades para atender y
dar refugio a las personas que viven maltrato.
El compromiso y participación conjunta de las instituciones, organizaciones
de la sociedad, de las comunidades y de las propias familias en las acciones de
prevención, y la búsqueda de mecanismos pacíficos de solución de conflictos.
Promover leyes de protección para los grupos en riesgo.
• 19 •
Tercera parte
Niveles de intervención
Sensibilización
Resulta primordial tratar el fenómeno de la violencia de género como un tema de
carácter social, dadas sus repercusiones que afectan a la sociedad en general.
La sensibilización social que se realice a través de mensajes y campañas para
concienciar y lograr visualizar este fenómeno como algo ajeno al desarrollo humano
permitirá conseguir el rechazo hacia cualquier tipo de violencia.
Se propone sensibilizar a la sociedad de los graves problemas familiares y sociales que acarrea la violencia hacia las mujeres y las comunidades a través de:
■
■
■
■
■
■
Campañas radiofónicas, televisivas y de medios en general dirigidas a la población para promover una cultura de no violencia e identificar conductas
agresivas encubiertas.
Promoción del rechazo social hacia los programas de medios de comunicación
que presentan la violencia como elemento cotidiano.
Promoción de mensajes que permitan identificar estereotipos negativos.
Impulso a una cultura de repudio hacia cualquier tipo de violencia, así como
de denuncia pública hacia los actos que la fomenten.
Aliento a las prácticas positivas de los medios de comunicación en el tratamiento de este problema.
Capacitación de servidores públicos, personal institucional, pasantes, estudiantes, hombres y mujeres de la comunidad para lograr su sensibilización ante
este fenómeno
Prevención
La prevención, en general, es el acto de planear y llevar a cabo medidas anticipadas
constantes y consistentes para reducir la probabilidad de que los acontecimientos no
deseados ocurran. Se aplica en múltiples contextos: en los centros de trabajo, para
reducir la probabilidad de accidentes; en las zonas urbanas, para aminorar la posibilidad de desastres, y en el campo de la salud, a fin de disminuir la presencia de enfermedades y epidemias, entre otros.
Dice una frase popular que es mejor prevenir que remediar, y también es aplicable
con relación a la violencia familiar.
La prevención de la violencia incluye niveles de acción distintos:
■
■
Primaria: se concentra en evitar la aparición o efecto de factores o agentes
causales específicos de la violencia.
Secundaria: se aplica cuando la violencia ocurre ya en las familias. Consiste
en impedir que los daños que provoca en sus integrantes se agraven o compliquen y que los actos violentos se repitan.
En este tipo de prevención es importante la detección oportuna y la aplicación
temprana de medidas de apoyo tanto para los receptores como para quienes ejercen
la violencia.
La identificación de este fenómeno como un problema social y de salud pública y la comprensión por parte de la población de que se trata de un hecho aprendido,
factible de ser transformado, es una de las primeras medidas de prevención. Sin
embargo se dificulta cuando la gente considera los casos de abuso y maltrato como
“normales”. Es necesario entender que nadie nace violento, o sea, ninguna persona
es violenta por naturaleza. La violencia se aprende y por lo tanto es una conducta
que se puede cambiar.
Actualmente en muchas familias se asume como un hecho inevitable que forma parte de la vida y de las relaciones. Frases como “es la cruz que nos tocó cargar”;
“te pego porque te quiero”; “sí, me grita... pero es porque tiene razón”, y muchas
más, son muestra del soporte ideológico con el que las personas interpretan los actos
de violencia familiar.
Cuando las familias no definen la violencia como un problema, adolecen de
condiciones para plantear alternativas que permitan prevenirla o detenerla.
La prevención demanda la participación de la sociedad en general, cambios de
orden cultural y jurídico y el funcionamiento eficaz de las instituciones sociales. Sin
embargo, una parte sustantiva corresponde a los ámbitos individual, familiar y
comunitario. En este sentido, la Norma Oficial Mexicana NOM-190-SSA-1999
propone como estrategia de prevención y participación de las comunidades “promover la integración de grupos de promotores comunitarios y de redes sociales para
prevenir y combatir la violencia familiar, en coordinación con las dependencias competentes”.
En congruencia con los lineamientos de esta Norma, el Modelo de Seguridad
para las Mujeres y sus Comunidades propuesto por el Programa Hábitat asume el
compromiso de promover la integración de Redes Ciudadanas como estrategia de
organización de los habitantes para realizar tareas de prevención.
• 22 •
Las redes, concepto e integración
Hay diversos tipos de redes; sin embargo, nuestro interés radica en describir las
interpersonales, aquéllas que se forman y operan en comunidades urbanas y se articulan con las instituciones de su localidad para llevar a cabo proyectos propios.
La red interpersonal es una forma de organización social en la cual se produce
el intercambio continuo de ideas, información, experiencias, recursos y servicios, a la
vez que permite difundir información, prevenir problemas, actuar con la perspectiva
del beneficio común y dar seguimiento a proyectos consensados.
Las redes forman parte de la vida cotidiana de la gente en las comunidades,
sobre todo las basadas en el intercambio de apoyos materiales, servicios o favores
como el préstamo de dinero, herramientas, objetos, así como el cuidado de la casa,
de las niñas y niños, personas adultas mayores o los enfermos.
Las redes de intercambio que se han establecido sobre las relaciones familiares,
de vecindad, amistad y compadrazgo, entre otras, han sido soporte para enfrentar
contingencias colectivas —inundaciones, sismos— o de emergencia individual de
algún miembro de la comunidad. Generalmente este tejido social ha servido de base
para articular grupos formales como organizaciones vecinales o comités de colonos.
También existen otras formas de organización cuya integración obedece a fines
específicos, ya sean coyunturales o permanentes. Un ejemplo es la que se forma entre
los vecinos con el propósito de evidenciar su rechazo a los actos violentos para evitar
o frenar la delincuencia y garantizar la seguridad de los barrios, o para gestionar
servicios públicos para la colonia.
Asimismo existen estructuras formales que se integran por determinados periodos y se convierten en un puente de comunicación entre las necesidades de la
colonia y las autoridades municipales. Los comités vecinales son un ejemplo de este
tipo de organización.
La conformación de grupos o comités de trabajo es un mecanismo que se da en
barrios y colonias para fomentar la participación social, es un medio para producir
recursos y aprovechar su utilización para resolver problemas.
En este sentido, para la construcción y puesta en marcha de este modelo es
necesario que la entidad ejecutora identifique los comités, grupos organizados o líderes que existen en los polígonos que se van a intervenir. En un mismo barrio o
colonia pueden operar varias redes con fines específicos, por lo que es importante
identificarlos y buscar la forma de que se integren a las actividades del proyecto.
También existen redes institucionales integradas por dependencias de los
gobiernos estatales o municipales y por organizaciones de la sociedad civil; este tipo
de organizaciones tienen establecidos, programas y servicios dirigidos a los grupos
de población de colonias y barrios.
• 23 •
Ninguna institución por sí misma, ni la comunidad por sí sola, pueden enfrentar
todos los problemas de un barrio o colonia; es necesario el trabajo conjunto para
ampliar las opciones de desarrollo y mejorar la calidad de vida de los habitantes.
La vinculación de grupos, comités de trabajo, redes de vecinos y las instituciones contribuyen a que se apliquen adecuadamente los programas y tengan mayor
impacto en la población beneficiaria.
Debido a la efectividad de esta forma de trabajo, instituciones como la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud proponen
entre sus estrategias conformar redes de apoyo que incluyan la participación de las
instancias del gobierno, de la sociedad civil y de las comunidades.
La vinculación de grupos, comités de trabajo, redes de vecinos y dependencias
estatales y municipales contribuye a operar más adecuadamente los programas sociales
y a potenciar su impacto.
En este sentido, la conformación de redes vecinales ofrece una valiosa
herramienta para enfrentar algunos problemas de inseguridad en el ámbito local.
De esta forma, las autoridades municipales se encuentran en mejor posición para
crear canales de comunicación con los residentes de las zonas urbano-marginadas y
para fortalecer el tejido social.
Se considera que es posible disminuir las tasas de la delincuencia y mejorar la
percepción de seguridad pública por medio de acciones que fortalezcan las redes
comunitarias entre los residentes de un barrio o colonia: la lógica de esta estrategia
es que el conocimiento entre los vecinos abre la posibilidad de ejercer un control
informal sobre situaciones de riesgo. Esto se debe a que la cohesión comunitaria
incrementa los niveles de confianza y transmite información que reduce la percepción
de impunidad.
Desde esta perspectiva, se pueden sumar propuestas como la policía comunitaria, basadas en las relaciones sociales del barrio o la calle. Sin embargo, la policía
comunitaria no puede construir capital social donde no existe, sino simplemente
aprovecharlo para mejorar sus propias acciones.
• 24 •
Cuarta parte
Operación
Ámbitos de responsabilidades de las instacias involucradas
El reto a vencer para implantar este modelo es la demanda de trabajo conjunto, corresponsable y complementario de los diversos actores sociales, entre ellos el Programa
Hábitat de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y las Delegaciones estatales
de esta dependencia, con las instancias ejecutoras: dependencias públicas y
organizaciones sociales de los estados y municipios vinculadas a la prevención y
atención de la violencia.
Cada una de las instancias involucradas tendrá funciones específicas y complementarias e integrarán el equipo de trabajo que diseñe y opere las acciones de sensibilización y prevención en sus comunidades.
El Programa Hábitat
Hábitat implementa ocho modalidades que atienden aspectos de desarrollo urbano
y social en los barrios urbano-marginados. La modalidad Seguridad para las Mujeres
y sus Comunidades impulsa acciones dirigidas a transformar actitudes y
comportamientos de las comunidades hacia la violencia social o doméstica, incluido
el impulso de campañas de sensibilización, educación y prevención y las destinadas
a promover la resolución pacífica de conflictos.
Funciones o compromisos de Hábitat
■
■
■
■
Otorgar subsidios para instrumentar el modelo en el ámbito local. Los recursos federales se complementan con las aportaciones de los gobiernos locales.
Poner a disposición el Modelo Operativo de la modalidad de Seguridad para
las Mujeres y sus Comunidades, así como el de Prevención Comunitaria de la
Violencia Familiar y los materiales que lo integran.
Brindar la asesoría requerida por delegaciones e instancias ejecutoras para el
diseño e implementación de proyectos desde una perspectiva integral dirigida
a la prevención comunitaria de la violencia.
Seleccionar, de manera conjunta con los gobiernos estatales, los barrios y colonias que participan en el Programa Hábitat. Estas comunidades conformarán
el universo potencial para la aplicación del modelo.
Las Delegaciones de la SEDESOL en los estados
Cada entidad federativa de nuestro país cuenta con una Delegación de la SEDESOL
que promueve y coordina los programas de esta dependencia federal, entre ellos el
Programa Hábitat, mismo que cuenta con una Oficina Coordinadora. Ambos son el
enlace con las instituciones de los gobiernos estatales y municipales y tienen la
responsabilidad de verificar y operar el presupuesto proveniente de los subsidios
federales que ejercen las instancias ejecutoras.
Funciones o compromisos de las delegaciones de la Sedesol
■
■
■
■
■
■
Promover el modelo entre las instituciones gubernamentales u organizaciones
de la sociedad civil que por su experiencia o por la función social que cumplen
tienen la posibilidad de ser instancias ejecutoras que coordinen esfuerzos para
operar el trabajo en las localidades.
Convocar a las organizaciones sociales para dar a conocer las bases y procedimientos de participación para implementar el modelo.
Informar a las instancias ejecutoras sobre las particularidades de las Reglas de
Operación del Programa Hábitat con relación a los tipos de apoyo que otorga
a las organizaciones interesadas en aplicar el modelo en las comunidades urbanomarginadas.
Difundir entre las instituciones y organismos interesados los logros y avances
del Programa Hábitat.
Recibir y analizar los proyectos que presenten las dependencias interesadas para
participar en la instrumentación del modelo; dictaminar los proyectos y difundir los resultados.
Apoyar a las instancias ejecutoras con los diagnósticos que se dispongan en las
colonias universo del proyecto.
Las instancias ejecutoras
El Programa Hábitat denomina instancias ejecutoras a las dependencias y organizaciones que realizan las acciones del programa en las colonias, barrios o ciudades; en
este caso, a quienes aplican y coordinan el modelo en las comunidades. Pueden ser
dependencias de los gobiernos estatales y municipales: DIF, Procuraduría de la Defensa del Menor, la Mujer y la Familia; Instituto de las Mujeres y dependencias del
propio municipio u otras como las Delegaciones de la SEDESOL.
• 26 •
Funciones o compromisos que asumen las instancias ejecutoras
■
■
■
■
■
■
■
Presentar un proyecto para implantar la Modalidad de Seguridad para las Mujeres
y sus Comunidades a través del Modelo de Prevención Comunitaria de la
Violencia Familiar, en la Delegación de la SEDESOL en la entidad.
Contar con elementos que puedan conformar el diagnóstico en materia de
violencia doméstica y comunitaria de las colonias y/o barrios a intervenir.
En caso que el proyecto sea autorizado, suscribir el Convenio Hábitat de coordinación si se trata de un gobierno local.
Articular la participación de las dependencias gubernamentales y organismos
de la sociedad civil para darle un carácter integral al proyecto propuesto en las
colonias y/o barrios universo.
Identificar, conjuntamente con la Delegación estatal de la Sedesol, las zonas
donde se desarrollarán las acciones del Programa.
Aplicar el modelo en los barrios y colonias establecidos por el Programa Hábitat
y definidos en el proyecto.
Presentar informes mensuales ante la Delegación estatal de SEDESOL acerca
de los avances en la aplicación del modelo.
En la operación concreta del modelo, las instancias ejecutoras se comprometen
a:
■
■
■
■
■
■
Llevar a cabo las estrategias de contacto, planeación, ejecución, difusión y evaluación del proyecto en el ámbito de las colonias y/o barrios.
Establecer contacto con los comités vecinales, los grupos organizados existentes y líderes comunitarios en las colonias donde operará el modelo.
Desarrollar campañas de sensibilización para la prevención comunitaria de la
violencia.
Promover la integración e incorporación de una Red Institucional de apoyo a
las comunidades urbanas donde se aplica el modelo y propiciar su coordinación con el propósito de articular sus servicios, potenciar los alcances de las
actividades de sensibilización y prevención, así como optimizar los recursos y
atender desde una perspectiva integral la problemática de las comunidades.
Promover la integración de por lo menos una Red Comunitaria formada por
vecinas y vecinos voluntarios de las colonias y barrios. Las personas participantes podrán ser líderes, representantes de los comités vecinales y de los programas sociales; Oportunidades, Salud, DIF, programas culturales y deportivos,
entre otros.
Coordinar el proceso formativo de las y los integrantes de la Red Comunitaria
sobre acciones de promoción y sensibilización para la prevención de la violencia doméstica.
• 27 •
■
■
■
■
Coordinar y ejecutar las acciones de prevención de la violencia doméstica, apoyándose en los integrantes de la Red Comunitaria para llevar a cabo las tareas
de promoción y sensibilización.
Organizar y realizar talleres de sensibilización para la prevención de la violencia
doméstica tanto para la población en general, como para la formación de
multiplicadores en lo específico.
Turnar los casos de las personas que soliciten apoyo profesional a las instituciones especializadas que forman parte de la Red de Apoyo.
Elaborar materiales de difusión sobre la violencia familiar y las formas de prevención para distribuirlos en las colonias donde opera el Programa Hábitat.
Instituciones locales
Son dependencias que brindan servicios de atención directa en materia de violencia
familiar en los diversos ámbitos de especialización como salud, apoyo psicológico,
asesoría jurídica y albergues o refugios para personas víctimas de violencia, entre
otros.
Aquí se ubican dependencias de los gobiernos estatales y municipales del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), centros de salud e institutos de
las mujeres en los estados y municipios, así como servicios de atención telefónica,
universidades y organizaciones de la sociedad civil especializadas.
Entre los apoyos que potencialmente pueden ofrecer para instrumentar el
Modelo de sensibilización y prevención comunitaria de la violencia familiar en los
barrios urbanos de atención prioritaria están:
■
■
■
■
Llevar a cabo estudios, proyectos, campañas. cursos y talleres a profesionales y
población beneficiaria del proyecto.
La participación de especialistas que aporten sus conocimientos y experiencias
para los talleres de capacitación y sensibilización.
Elaboración y/o difusión de materiales de información sobre la violencia familiar o temas preventivos afines (carteles, trípticos, folletos, libros, videos, etc.).
Apoyo con becas de capacitación en materia de violencia familiar o temas afines para el personal voluntario que desee continuar su formación y puedan
fungir como multiplicadores del modelo.
Las comunidades
En el marco de la corresponsabilidad, las comunidades tienen un papel central en la
implantación del modelo. Ningún cambio es posible sin una actitud de apertura,
interés, disposición y compromiso de los habitantes de las colonias o barrios.
• 28 •
Asimismo existen varios actores sociales importantes que pueden desempeñar
un papel destacado con este mismo propósito: el comité vecinal, que es uno de los
interlocutores entre las demandas de la colonia y las autoridades del Ayuntamiento.
Por otro lado, hay grupos organizados de carácter social: promotoras Oportunidades, Salud, DIF, culturales, deportivos, las y los líderes que tienen representación y
autoridad moral sobre la población. Todos estos actores sociales representan los
recursos humanos potenciales para conformar la Red Comunitaria y ser las
representantes de las colonias.
Compromisos de la comunidad
■
■
■
■
■
■
■
Estar convencidos y aprobar el proyecto a instrumentar en su entorno.
Participar con la instancia ejecutora en la elaboración y análisis del diagnóstico
comunitario.
Apoyar en la identificación de los líderes, grupos u organizaciones de la colonia que puedan contribuir y sumarse para implementar el modelo e integrarse
en la Red Comunitaria.
Integrar un grupo de enlace comunitario para que actúe como interlocutor.
Convocar a los habitantes de la comunidad para asistir y participar en las sesiones
de sensibilización sobre el problema de la violencia familiar, en las cuales la
instancia ejecutora les presentará el Modelo de Prevención Comunitaria de la
Violencia Familiar y los invitará a participar en su aplicación mediante la
integración de redes de personas voluntarias.
Apoyar a la instancia ejecutora, convocando a los habitantes en las diversas
reuniones que se realicen, tanto para la capacitación en materia de prevención
de la violencia doméstica, como en las acciones de sensibilización.
Difundir las actividades programadas en la colonia e invitar a participar a los
residentes de colonias y barrios.
En conclusión, la base para operar el modelo es el trabajo conjunto, fundamentado en los compromisos y responsabilidades compartidas.
La instancia ejecutora es determinante para favorecer la articulación entre las
instituciones y las comunidades, tarea que demanda capacidad de diálogo, negociación y concertación.
• 29 •
Quinta parte
Etapas de operación del modelo
El proceso general de aplicación del Modelo de sensibilización y prevención comunitaria de la violencia familiar (MSPCVF) consta de siete etapas:
1)
2)
3)
4)
5)
6)
7)
1.
Proyecto preliminar y elementos para el diagnóstico de la problemática familiar y comunitaria.
Integración de la Red Institucional local de apoyo para la prevención y atención de la violencia familiar.
Sensibilización y contacto con los habitantes de las colonias y/o barrios universo del proyecto.
Formación de la Red Comunitaria.
Planeación, ejecución y seguimiento del plan de acción.
Evaluación del modelo.
Ajuste y continuidad del Modelo Comunitario para la Prevención de la Violencia Doméstica.
Proyecto preliminar y diagnóstico de la problemática
familiar y comunitaria
La instancia ejecutora del Modelo deberá contar con su propuesta de trabajo durante
el periodo programado en el Convenio Hábitat. Es importante que en este documento se cuente con datos y referencias que permitan el acercamiento a un primer
diagnóstico sobre el comportamiento del fenómeno de la violencia doméstica y comunitaria en las colonias y/o barrios y a partir de allí establecer las estrategias, líneas
de trabajo y acciones a instrumentar para la sensibilización y prevención de este
problema social.
Asimismo, deberá contar con su equipo de trabajo debidamente capacitado,
que tendrá las siguientes responsabilidades.
■
■
Realizar el trabajo de contacto en el ámbito comunitario para la sensibilización de los líderes y grupos comunitarios existentes.
El diseño de las campañas de sensibilización y prevención.
■
■
2.
Programar los talleres de capacitación en materia de prevención comunitaria
de la violencia dirigida a la población en general, así como a grupos específicos
previamente detectados.
Aplicar talleres de capacitación para la formación de los integrantes de la red
en materia de prevención de la violencia doméstica, así como en el manejo de
técnicas grupales para la organización y participación social.
Red Institucional
La Red Institucional de apoyo integra al conjunto de instituciones y organizaciones
que son afines a las tareas de sensibilización, prevención y atención de la violencia
familiar. Todas estas instituciones y organizaciones comparten el propósito de llevar
a cabo actividades conjuntas en las colonias y barrios en situación de pobreza.
En casi todas las entidades del país existen consejos estatales y municipales
que coordinan, de manera local, las acciones de atención y prevención de la violencia
familiar con la participación de instituciones como el Sistema para el Desarrollo
Integral de la Familia (DIF), el Instituto de la Mujer, la Procuraduría para la Defensa del Menor y la Familia, Salud, Educación y Derechos Humanos, así como organizaciones de la sociedad civil.
La instancia ejecutora deberá convocar a esas y otras instituciones del gobierno
federal, estatal y municipal dedicadas a la atención y prevención de la violencia
familiar, a través de los consejos estatales y municipales (si están funcionando), o
bien, de manera directa invitarlos a una mesa institucional para presentarles el proyecto específico a implantar en los polígonos de mayor pobreza, así como conocer las
acciones que el resto de las dependencias están realizando.
A partir de las primeras sesiones de trabajo y la especificación del ámbito de
responsabilidades de la entidad ejecutora y de las dependencias que integrarán la
red, se establecerán estrategias para elaborar un plan conjunto de trabajo, así como
los mecanismos de participación, periodicidad de las reuniones y designación de
enlaces de cada dependencia para darle operatividad a la Red Institucional.
El esquema establecido para el funcionamiento de la Red Institucional dependerá de las experiencias más prácticas que cada entidad federativa ha establecido.
Corresponde a la entidad ejecutora impulsar el funcionamiento de esta red.
Una tarea importante es la integración de un directorio de referencia y contrarreferencia para los casos de violencia detectados en las colonias, el cual incluya:
nombre de la institución, dirección y teléfono, servicios que ofrece, horarios, costos
y requisitos, entre otros.
El directorio es un recurso básico porque aun cuando el MSPCVF pondera las
tareas de prevención, en el trabajo de campo con las comunidades resulta difícil sepa-
• 32 •
rar los casos en los que ya está presente el problema y, por lo tanto, requieren atención
especializada y el cuidado de que la violencia que ya se ha presentado no se repita.
Por otra parte, al realizar actividades preventivas y de información se prevé un
aumento en la demanda de ayuda profesional, tanto en los servicios de salud como
psicológicos y jurídicos; por ello, el directorio es una herramienta básica para derivar
de manera eficiente a las personas hacia las diversas instituciones especializadas.
Las labores de atención se agilizan al incorporar en la Red de Apoyo a las
instituciones más cercanas a las comunidades, o bien al solicitarles la colaboración
de brigadas especiales de servicio que atiendan los casos de violencia en días y horarios específicos y en espacios designados por los propios habitantes.
Experiencias similares a la propuesta en este modelo muestran que es posible
el apoyo institucional para movilizar de manera temporal (de seis meses a un año o
visitas sistemáticas) a terapeutas y abogados que ofrecen atención en Centros de
Desarrollo Comunitario, de salud, deportivos, dispensarios, iglesias, salones de usos
múltiples y otros espacios de la comunidad.
3.
Sensibilización y contacto con los habitantes
de las colonias y/o barrios universo del proyecto
Contacto con
la comunidad
Presentación
del proyecto
y diagnóstico
comunitario
a los grupos
comunitarios,
comités vecinales
y líderes
Identificación de la
infraestructura
Convocatoria
a reuniones
comunitarias de
información, y
sensibilización.
Integración
de las redes
comunitarias.
a.
Contacto con la comunidad
Antes de iniciar el contacto con los actores sociales de las colonias y/o barrios,
es necesario que la instancia ejecutora cuente con elementos del diagnóstico preliminar
sobre el problema de la violencia social y doméstica.
• 33 •
El contacto comunitario deberá, en primera instancia, incluir a los actores
sociales más importantes: el comité vecinal, los grupos organizados, sociales,
culturales, deportivos, y los líderes que tienen representación y autoridad moral
sobre la población.
En algunas localidades donde opera Hábitat, existen grupos organizados
denominados Comités de Barrio, que en forma conjunta con diversas dependencias
y organizaciones elaboran diagnósticos para identificar los problemas que viven, así
como sus recursos y fortalezas; de ser así, es importante incorporarlos en la
conformación de la Red Comunitaria.
Es necesario realizar el recorrido y visitar a cada una de estas personas, informarles de las actividades que realizará la instancia ejecutora y proponerles una reunión
de trabajo con todos los actores involucrados.
b.
Presentación del proyecto a los grupos comunitarios
Las y los actores sociales de las colonias y/o barrios representados por los líderes y titulares de los comités vecinales, los integrantes de grupos organizados, las
dependencias públicas (Salud, DIF), los programas sociales como Oportunidades y
los Comités de Barrio Hábitat, constituyen una importante fuente de información
para conocer las características y problemas de la comunidad, y a la vez son las instancias para convocar y organizar la participación de sus habitantes.
En este sentido, resulta imprescindible que la instancia ejecutora informe a
todos los actores sociales sobre el o los proyectos y los motive a valorar su aplicación
en la colonia.
En esta primera fase es importante detectar a las personas que hayan participado
en cursos de capacitación sobre violencia, pues representan apoyos valiosos para las
tareas de prevención por su alto grado de sensibilización y sus conocimientos, pero
sobre todo porque forman parte de los recursos humanos calificados de la comunidad.
No basta que la instancia ejecutora reconozca el problema de la violencia
familiar; es fundamental que la misma población lo perciba, lo considere una prioridad y manifieste su interés para cambiar la situación.
En este sentido, resulta a todas luces conveniente que en sesión plenaria con
los principales actores sociales que puedan participar de la colonia y/o barrio, el
personal de campo de la instancia ejecutora presente el modelo de trabajo bajo el
siguiente esquema.
■
■
• 34 •
Presentación de la instancia ejecutora del proyecto, experiencia y trayectoria
en la implementación de proyectos sociales en el municipio y la entidad.
Información del programa, los recursos federales a través de Hábitat y de la
modalidad Seguridad para las Mujeres y sus Comunidades.
■
■
■
c.
Presentación del diagnóstico preliminar sobre el fenómeno social de la violencia social y doméstica.
Análisis del problema de la violencia por el grupo participante; el fenómeno
nace y se desarrolla en la comunidad, por lo que transformar esta realidad social
exige la participación plena e integral de sus habitantes durante todo el proceso.
Presentación del proyecto a ejecutar en las colonias y/o barrios identificados
como prioritarios de atención.
Identificación de la infraestructura disponible
Durante el recorrido para conocer a la comunidad y hacer las visitas para
establecer contacto con los actores sociales, el personal de campo de la instancia
ejecutora deberá identificar la infraestructura instalada en las colonias o barrios, los
espacios que pueden ser utilizados para la celebración de reuniones con la población
y llevar a cabo talleres informativos y formativos. Son útiles para estos fines las
escuelas, los Centros de Desarrollo Comunitario, las salas de juntas, salones de usos
múltiples, palapas, centros deportivos, de salud y culturales.
d.
Convocatoria y reuniones comunitarias de sensibilización
e información
La convocatoria a las reuniones va dirigida por igual a mujeres, hombres, jóvenes y adultos; a población cautiva como los grupos que asisten a los talleres y actividades de los Centros de Desarrollo Comunitario DIF, escuelas y población abierta.
Esta tarea debe ser realizada por la instancia ejecutora y por las y los integrantes de
los grupos organizados que estén dispuestos a iniciar su incorporación al proyecto.
La invitación podrá realizarse a través de volantes, carteles, mantas, perifoneo
o sonido local, visitas domiciliarias, invitaciones verbales en centros de reunión como
tiendas, tortillerías, plazas, iglesias, canchas deportivas, escuelas, Centros de Desarrollo Comunitario y casas de atención infantil, entre otros. En experiencias comunitarias se ha observado que la invitación más efectiva es la que se lleva a cabo
personalmente.
Las reuniones tienen dos objetivos:
■
■
Despertar el interés de los habitantes acerca de la necesidad de participar en
acciones de prevención de la violencia familiar y comunitaria.
Motivar a los habitantes para que se integren a las Redes Comunitarias.
Para alcanzar estos objetivos, el personal de campo de la instancia ejecutora
deberá abordar los siguientes aspectos:
• 35 •
■
■
■
■
■
■
■
Diagnóstico de la problemática de la violencia doméstica y comunitaria, sus
repercusiones en las mujeres, la familia y el entorno comunitario.
La violencia familiar. Definición, consecuencias y daños para las personas y las
familias.
Presentación del proyecto.
Importancia de la participación de los habitantes para evitar situaciones y
actitudes que propicien la violencia familiar.
Características y funcionamiento de la Red Comunitaria.
Los y las promotoras comunitarias de la red.
Beneficios de la aplicación del modelo e impacto en las familias y la comunidad.
Durante las reuniones, el equipo responsable de aplicar el modelo deberá promover la reflexión colectiva para sensibilizar e identificar situaciones de violencia en
la cotidianidad e invitar a los asistentes a integrar Redes Comunitarias para el desarrollo de acciones de sensibilización y prevención de la violencia social y familiar en
sus colonias y/o barrios, o bien a participar en las actividades consideradas en el plan
de trabajo.
Las reuniones de sensibilización e información deben concluir con la designación de las personas que de manera voluntaria se propongan para formar la Red
Comunitaria y definir con los habitantes las acciones que van a ser instrumentadas
durante el periodo de vigencia del proyecto y los mecanismos para su continuidad.
Antes de cerrar cada sesión de información y sensibilización, se elabora un
directorio de participantes, identificando a las y los líderes para iniciar un proceso
de formación y capacitación.
4.
Formación de la Red Comunitaria
Los integrantes de la Red Comunitaria participarán en un proceso de formación que
les permita realizar acciones específicas de sensibilización, así como de promoción,
relacionadas con la convocatoria a los habitantes para las diferentes acciones como
son talleres de capacitación, obras de teatro, cine-debates, campañas de sensibilización, eventos comunitarios, entre otros.
El personal operativo de la instancia ejecutora del modelo podrá determinar si
algunos integrantes de la Red Comunitaria cuentan con el perfil y liderazgo y tienen el interés para convertirse en multiplicadores de los talleres de prevención comunitaria de la violencia familiar. En este sentido, consideramos importante que el
proceso de formación de las y los integrantes de la Red Comunitaria deberá ser
enfocado al conocimiento sobre la violencia doméstica y comunitaria y a prepararlas
para llevar a cabo acciones de sensibilización y promoción.
• 36 •
El proceso consta de dos fases:
Sensibilización acerca de la violencia doméstica
y comunitaria.
Se pueden detectar candidatas a multiplicadoras
del taller de prevención de la violencia doméstica.
Formación en acciones de sensibilización y
promoción.
• Campañas de sensibilización.
• Visitas domiciliarias.
a.
Sensibilización en temas relacionados con la violencia familiar
En la primera fase el objetivo es proporcionar a las y los integrantes de la Red
Comunitaria una base de información para entender las causas y consecuencias de la
violencia familiar, así como las habilidades orientadas a la solución creativa de conflictos. Los temas de la primera fase son:
■
■
■
■
■
■
■
Tipo de familias.
Violencia familiar: tipos, factores de riesgo, consecuencias, mitos y realidades.
Círculo de la violencia.
Autoestima.
Expresión de sentimientos.
Comunicación asertiva.
Negociación y conciliación.
Los contenidos se abordan con base en las estrategias didácticas contenidas en
la Guía para la formación sobre violencia familiar, las cuales han sido diseñadas para
orientar los procesos de reflexión, diálogo y debate de los participantes.
Las sesiones formativas serán ejecutadas y coordinadas por la instancia ejecutora;
se pueden complementar con la intervención de especialistas o representantes de las
instituciones que conforman la Red de Apoyo. Para ello, a través de la Red Institucional, se invita a los especialistas a participar, se les da a conocer el programa formativo y se acuerdan los contenidos y fechas de sus intervenciones.
b.
Formación en acciones de sensibilización y promoción
Como parte de la formación, los integrantes de la red se preparan en aspectos
básicos de planeación: elaboración y evaluación de proyectos sociales. Temas que les
van a ser útiles para llevar a cabo su propio plan de acción preventivo en la comunidad.
• 37 •
5.
Planeación, ejecución y seguimiento del plan de acción
a.
Consideraciones al plan de actividades
En esta etapa, corresponde a la dependencia ejecutora la elaboración de un
Plan de Trabajo que aborde cada una de las etapas del modelo de intervención con
acciones específicas en colonias y barrios bajo las siguientes premisas:
■
■
■
■
■
b.
Contar con datos relevantes para elaborar un diagnóstico.
Para efectos de planeación de actividades: contemplar la intervención, con
acciones específicas de las dependencias gubernamentales y organizaciones de
la sociedad civil.
Abordar acciones de cada uno de los niveles de intervención del modelo como
son la sensibilización, prevención y canalización, así como la atención especializada y la formación y preparación de la Red Comunitaria.
Que en todo el proceso de planeación y ejecución de las acciones del modelo,
se considere la participación y formación de las y los integrantes de las Red
Comunitaria.
Que el Plan de Trabajo sea congruente con las necesidades manifestadas por
los habitantes en las reuniones de sensibilización.
Plan de actividades
La dependencia ejecutora deberá realizar su plan de trabajo, considerando los
recursos disponibles (federales y locales), así como las aportaciones en especie (folletos,
campañas y recursos humanos de las instituciones que integran la Red Institucional).
Es recomendable iniciar con actividades sencillas, viables y utilizar los recursos a su alcance. Cumplir con éxito los objetivos a corto plazo aumenta la motivación de la población para emprender nuevas acciones, enriquece la experiencia de las
y los participantes y los acerca paulatinamente a proyectos más complejos.
En el cuadro de la página siguiente, se presentan las acciones que pueden
ejecutarse con base en el nivel de intervención propuesto en el modelo. Lo anterior
deberá servir como marco de referencia y ser ajustado con base en las necesidades de
cada ciudad donde opera el Programa Hábitat.
6.
Evaluación del modelo
La evaluación es considerada como un proceso permanente que se ubica en cada una de
las etapas operativas del modelo. Nos permite reconocer e identificar los avances
cuantitativos y cualitativos; conocer las desviaciones, el impacto de la intervención, así
como el nivel de participación comunitaria y el funcionamiento de la Red Institucional.
• 38 •
Es recomendable evaluar el resultado de la intervención al concluir una actividad
directa en la comunidad, sea campaña, plática, conferencia, feria de servicios, talleres
de sensibilización, entre otros.
A partir de los resultados de la evaluación, en ocasiones es necesario redefinir
el plan de acción y reorientarlo en función de la propia manifestación de necesidades
de la comunidad.
INDICADORES PARA
INTEGRAR EL PLAN DE ACTIVIDADES
Niveles de intervención
Sensibilización
●
●
●
●
Prevención
●
●
●
●
●
●
●
●
●
Red Comunitaria
●
●
●
●
●
Red Institucional
●
●
●
●
●
●
●
Acciones a instrumentar
Campañas contra la violencia.
Folletos, carteles, pintas de bardas, periódicos.
Murales, radio, televisión, entre otras.
Reuniones comunitarias de sensibilización
Talleres de capacitación.
Prevención de la violencia doméstica.
Comunicación no violenta en jóvenes. Juventud y violencia, el género como
construcción social, violencia y sexualidad, familia y violencia.
Formación de multiplicadoras para la prevención de la violencia doméstica.
Talleres de teatro, teatro popular, teatro guiñol.
Cine-debates.
Eventos de convivencia comunitaria.
Propuestas de mejoramiento del entorno comunitario.
Organización de conferencias de manera coordinada con instituciones
gubernamentales o de la sociedad civil en las cuales la comunidad gestione
los apoyos logísticos ante las dependencias del gobierno municipal.
Reuniones de sensibilización.
Talleres de capacitación para la prevención comunitaria de la
violencia doméstica.
Selección de integrantes de la red que puedan actuar como multiplicadoras.
Prepararlos en acciones de promoción, sensibilización de la población para
la organización de todas las acciones programadas.
Red vecinal contra la delincuencia.
Reuniones de trabajo, presentación del diagnóstico y el proyecto.
Establecer un grupo operativo para la coordinación del modelo.
Reuniones de seguimiento y evaluación del modelo.
Diseño de campañas comunitarias.
Participación de especialistas en los talleres de prevención
y los de formación de multiplicadoras.
Reuniones de trabajo del grupo Institucional con las integrantes
de la Red Comunitaria.
Continuidad de acciones a través de las dos instancias.
• 39 •
Es importante llevar un control sobre los aspectos cualitativos y cuantitativos
que se van evaluando, de tal forma que contemos con información para realizar una
valoración más profunda de cada vertiente de intervención del modelo y de cada
etapa operativa.
Asimismo, en esta etapa es responsabilidad de la dependencia ejecutora la sistematización de la experiencia en la aplicación del modelo. La sistematización tiene el
propósito de registrar las actividades realizadas por las y los integrantes de la Red
Comunitaria, los resultados obtenidos, la participación comunitaria, la cotidianidad,
las experiencias y el quehacer comunitario.
Para registrar y documentar el proceso se sugiere el uso de videocámaras o
grabadoras; la escritura de testimonios y la elaboración de minutas o actas de las
sesiones de la red. La información sistematizada permite una visión global del trabajo y es un material de consulta y actualización para los nuevos integrantes; además,
el registro audiovisual y documental es un medio para compartir experiencias con
otras personas o instituciones.
7.
Continuidad del modelo comunitario para la prevención
de la violencia
Al concluir el periodo de intervención de la dependencia ejecutora, se requiere establecer los mecanismos para que los trabajos desarrollados con los habitantes y los
integrantes de la Red Comunitaria tengan la continuidad que necesita un proyecto
de carácter social.
La dependencia ejecutora, la Red Institucional y la Red Comunitaria representan las instancias que deberán sustentar la continuidad del proyecto. En este
sentido, corresponde a la instancia ejecutora elaborar un plan de trabajo dirigido a:
■
■
■
■
• 40 •
Preparar a la Red Comunitaria para mantener la interlocución con los habitantes y convocarla a los diferentes eventos que se programen.
Incorporar nuevos proyectos de las distintas modalidades del Programa Hábitat,
principalmente los dirigidos al mejoramiento del entorno comunitario y
aquéllos que favorezcan el desarrollo de las mujeres y sus familias.
Capacitar a los integrantes de la Red Comunitaria para reforzar su trabajo.
A través de la Red Institucional, continuar el proceso de capacitación a la
población en general en temas relacionados con la prevención de la violencia
familiar.
MODELO DE SENSIBILIZACIÓN Y PREVENCIÓN
COMUNITARIA DE LA VIOLENCIA FAMILIAR
DE LA SERIE GUÍAS Y MANUALES
SE TERMINÓ DE IMPRIMIR EN:
IMAGEN Y ARTE GRÁFICA, S.A. DE C.V.
EN SEPTIEMBRE DE 2005.
EL TIRAJE CONSTA DE
MIL EJEMPLARES.
EL DISEÑO ESTUVO A CARGO DE
EDITORIAL SESTANTE, SA. DE CV.