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II Congreso Nacional de Políticas Sociales (Mendoza, septiembre 2004) Diego Salcedo LA POLÍTICA SOCIAL FRENTE AL DESEMPLEO CRECIENTE. EVOLUCIÓN E IMPACTO SOBRE LOS RECEPTORES DE LOS PLANES DE EMPLEO TRANSITORIO EN LA PROVINCIA DE MENDOZA (1997 – 2004) 1 INTRODUCCIÓN En la última década hemos sido testigos de cambios importantes en nuestro país. Al proceso hiperinflacionario de fines de los ´80 le siguió una etapa de estabilidad relativa que permitió que se produjera crecimiento económico por varios años, aunque éste no se distribuyó de manera equitativa en la población. Las empresas de servicios públicos pasaron a manos privadas, así como las principales aglomeraciones productivas de bienes de uso difundido. Se produjo una modernización evidente en la infraestructura económica de servicios y en la entrada de muchos productos importados. Sin embargo, la apertura económica, la desregulación y privatizaciones junto con la creciente sobre valuación del peso, han producido un creciente desempleo y subempleo que golpea fuertemente a estratos medios y bajos en todo el país. Desde principios de la década del ´90 se sancionaron cambios en la legislación laboral que habilitaron la creación de programas temporales de empleo, con el fin de paliar de manera transitoria la falta de oportunidades que el mercado de trabajo crecientemente producía. En la Provincia de Mendoza este nuevo esquema de política pública social se instauró a finales de 1996 pero recién seis años después adquirió una dimensión realmente importante. La dimensión que han adquirido estos programas, el impacto que tienen sobre los receptores, sus familias y comunidades así como las modificaciones posibles que puedan formularse en atención a sus debilidades representan el cuerpo principal de este trabajo, el cual tiene carácter de revisión preliminar, e invita a la discusión y aportes constructivos de aquellos interesados en la política social, materia tan apasionante como controvertida. 2 CRISIS SOCIO-ECONÓMICA Y POLÍTICAS SOCIALES COMPENSATORIAS Durante los años noventa Argentina ha sufrido el declive de su industria y la caída de importantes contingentes poblacionales en la pobreza y el desempleo. Las políticas de liberalización económica, privatizaciones y fijación del tipo de cambio produjeron entrada de capitales e inversiones en un primer momento, pero luego acentuaron la recesión y la destrucción de empleos de calidad. Muchas personas pasaron a actividades informales y al desempleo abierto. La crisis económica derivada del proceso de ajuste estructural en nuestro país fue seguida por políticas sociales compensatorias, caracterizadas por: . Tener un papel emergente y de corto plazo; . Tratar de proveer satisfactores básicos a la población más afectada por los programas de ajuste macroeconómico; . Tratar de promover el desarrollo de una nueva gestión social con gerentes sociales con capacidad de innovación para adecuar necesidades y recursos[1] Este enfoque de política social, por su formulación y diseño abandona el universalismo y se construye en base a la focalización y descentralización de recursos. Se asienta en las organizaciones de la sociedad civil y sus intervenciones, por lo general, son de corto plazo. La política social compensatoria en Mendoza fijó como objetivos socorrer y aliviar a los hogares en situación de vulnerabilidad social y económica. Por ejemplo, entre sus objetivos se nombran, “aliviar la inseguridad económica de las familias más pobres de la Provincia a través de transferencias directas e indirectas de ingreso”[2] Entre las acciones más importantes que han tomado forma de programas, en Mendoza están la atención de las emergencias sociales y las referidas a la provisión alimentaria. Por su parte, los programas temporales de empleo se entienden –desde su inicio-como parte de una política productiva más que compensatoria. Los objetivos específicos de los mismos son: . Transferir ingresos contra una prestación laboral para los sectores de desocupados. . Promover la capacitación ocupacional de jóvenes y de trabajadores desocupados ó sujetos a reconversión productiva Sin embargo, desde otro ámbito se afirma que “en el financiamiento de los nuevos programas sociales constitutivos de la política social compensatoria por parte de los organismos bilaterales ú otros está presente la importancia del rol que cumple el mercado de trabajo en este proceso y como vínculo entre la esfera económica y las condiciones sociales, por lo que la mayoría de estos programas están dirigidos a la generación y protección de empleos y a la capacitación para el trabajo, entre otros. [3] 3 LOS PROGRAMAS TEMPORALES DE EMPLEO 3.1 CONCEPTUALIZACIÓN Los programas temporales de empleo son iniciativas públicas para enfrentar el desempleo de franjas crecientes de la población, en el marco de la activación de las políticas sociales. Esto es, esquemas en los que el receptor debe brindar algún tipo de contraprestaciones por el monto recibido desde las agencias gubernamentales. Constituyen transferencias dinerarias con contraprestación laboral, aunque también pueden ser de otro tipo (como finalización de estudios primarios ó secundarios). En este caso, se asimilan a los sistemas de becas. En todos los casos, se verifica la exigencia de contraprestaciones de algún tipo (por ejemplo, formación, trabajo comunitario) El no cumplimiento de la contraprestación conlleva la suspensión del beneficio. La forma legal que asumen es la de subsidios cuyo pago es una ayuda social no remunerativa y no un salario. Se los entiende también como “programas de asistencia laboral, ó ´workfare´, mediante los cuales los participantes deben trabajar para obtener beneficios, ( Estos programas son)…utilizados en gran escala en la lucha contra la pobreza” [4] 3.2 NORMATIVA El punto de partida de estos instrumentos de política social lo constituye la Ley Nacional de Empleo (N° 24.013, sancionada en 1991), en la que se describen una serie de acciones vinculadas al empleo y la capacitación, al mejoramiento de la intermediación en el mercado de trabajo y a la contención de los desempleados a partir de la creación del Seguro de Desempleo. El conjunto de acciones que componen las políticas de empleo que lleva a cabo la Secretaría de Empleo y Capacitación Laboral del Ministerio de Trabajo de la Nación pueden agruparse en dos grandes áreas: a. Las políticas activas de empleo son aquellas que demandan algún tipo de capacitación y/o trabajo por parte del beneficiario, me jorando de esta manera su acceso al mercado de laboral. • Programas de empleo • Programas de capacitación laboral b. Las políticas pasivas de empleo que, a diferencia de las anteriores, son aquellas que no demandan ningún tipo de acción por parte del beneficiario. • Seguro de desempleo 4 PROGRAMAS TEMPORALES DE EMPLEO EN MENDOZA 4.1 PRIMER ETAPA “INICIOS” (DICIEMBRE 1996 – DICIEMBRE 1999) En enero de 1997 se creó por ley 6462, el Fondo de Inversión y Desarrollo Social (FIDES) [5] . El mismo funciona en el ámbito de la Subsecretaría de Desarrollo Social de Mendoza. Su objetivo es financiar programas sociales vinculados con la cooperación, la generación de empleo y el desarrollo social comunitario. Con ese fin, el FIDES establece líneas de financiamiento para programas alimentarios, programas de generación de empleo temporal, de apoyo a pequeñas empresas, cooperativas, mutuales, de fortalecimiento de la sociedad civil, entre otras. El Fondo de Inversión y Desarrollo Social (FIDES) define como finalidad “financiar programas y proyectos destinados a contribuir a la superación de la pobreza, a apoyar el ingreso económico de las familias y generar empleo. En lo particular, establecerá líneas de financiamiento respetando los criterios técnicos del plan de acción anual correspondiente para: a. b. Programas alimentarios, nutricionales y asistenciales; Programas de generación de empleo temporal ó de emergencia y de capacitación y reconversión laboral; c. d. Programas de apoyo técnico a las micro y pequeñas empresas Proyectos sociales de infraestructura comunitaria, fortalecimiento de la sociedad civil, autogestión y atención de servicios sociales. 4.1.2 EL PROGRAMA DE EMPLEO Y CAPACITACIÓN OCUPACIONAL ENTRE 1996 Y 1999[6] En este marco de modificaciones de la institucionalidad social, el Gobierno Provincial estableció entre sus prioridades la generación de políticas tendientes a combatir la pobreza, la exclusión y el desempleo. En este sentido, se instrumentaron programas de empleo temporario. Para este fin, participó y colaboró el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación (MTSS), con el desarrollo de los Programas “Trabajar” y “Servicios Comunitarios”. En el segundo semestre de 1.996 se creó en la órbita de la Subsecretaría de Desarrollo Social, el Programa de Empleo y Capacitación Ocupacional, teniendo a su cargo la gestión de diferentes programas de empleo temporario, pensados para dar respuesta a la creciente demanda de empleo proveniente de los sectores más vulnerables de la sociedad. El Programa se pone en marcha en el mes de noviembre de 1.996, a través del decreto 1.779/96 que instituye la Línea de Empleo para Zonas Críticas, primer experiencia de este tipo desarrollada con fondos provinciales. Los objetivos del Programa son: · Generar ocupación transitoria a desocupados, especialmente a jefes/as de hogar, jóvenes, discapacitados y mayores de 40 años. · · Transferir ingresos a hogares pobres. Asegurar capacitación ocupacional a trabajadores, orientada a mejorar la empleabilidad de las personas. La Provincia puso en marcha distintas Líneas de Empleo desde noviembre de 1996. Por medio de ellas, se otorgaba una ayuda económica mensual no remunerativa a jefes de hogar desocupados a cambio de una contraprestación laboral comunitaria. Los Organismos responsables de la ejecución y concreción de las actividades previstas, podían ser los Municipios u Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s). Los desocupados recibían una ayuda económica que oscilaba entre $150 y $200. En tanto que para las Líneas de Empleo de Discapacidad y Erradicación del Trabajo Infantil, la ayuda ascendía a $ 300. El gobierno provincial garantizaba la atención médica del trabajador y su familia a través de los efectores de salud pública además de la contratación de un seguro de responsabilidad civil, para accidentes de trabajo. El Programa administraba una Base de Datos de Trabajadores Activos, a partir de la cual se hacían los movimientos mensuales de beneficiarios (altas y bajas) que participaban en los diversos proyectos aprobados. 4.2 SEGUNDA ETAPA “CONSOLIDACIÓN” (ENERO 2000 – MARZO 2002) En los primeros meses del año 2000, tras el cambio de gestión política al nivel nacional y provincial, en Mendoza se mantuvo vigente el Programa de Empleo y Capacitación Ocupacional, cancelándose las obligaciones de pago previas. Hasta el mes de abril, en que el Gobierno Provincial envió a la Legislatura dos proyectos de ley, solicitando cuarenta y tres millones de pesos para atender la emergencia social y económica. Dichos fondos saldrían del Fondo para la Transformación y el Crecimiento. De este monto, quince millones se destinarían a cubrir durante el segundo semestre de 2000 distintas líneas de empleo transitorio. La Legislatura sanciona en junio la ley 6.783, reglament ándose el Plan Operativo del Plan mediante Resolución ministerial 1579/2000, con lo que se ponen en funcionamiento cinco líneas programáticas, a saber: 1. Producción y Trabajo: Serán beneficiarios de un ingreso mínimo para la ciudadanía los obreros rurales contratistas y pequeños productores 2. Protección integral a la familia, la infancia y la adolescencia: Destinado a la inclusión en el sistema educativo y de salud o de cuidados infantiles de niños y adolescentes en riesgo con padres desempleados, mediante la incorporación de estos en empleos subsidiados o capacitación laboral, o la asignación de becas para la escolarización. 3. Integración laboral para discapacitados: Para personas con discapacidad entre 16 y 60 años, desempleados y en situación de pobreza, preferentemente jefes de hogar. 4. Refacción del hábitat: Destinado a jefes familias desocupados en situación de pobreza crítica para la refacción de la vivienda, específicamente para techos. 5. Pensiones para ancianos indigentes o inválidos [7] La última línea en realidad corresponde a otro tipo de intervención, las pensiones para discapacitados y ancianos indigentes, de carácter vitalicio. Las Mesas de Concertación Departamentales tenían que integrarse con los siguientes actores: · “Un representante del Municipio, sugiriéndose al referente del Área Departamental de Apoyo Laboral; · Un representante del H. Consejo Deliberante del Departamento, designado por ese Cuerpo; · Un representante de la Federación Agraria de la Provincia de Mendoza; · Un representante del Consejo Social Departamental ú organización de segundo grado de Familia, Niñez y Adolescencia; · Un representante de la Subsecretaría de Desarrollo Social No era éste un formato obligatorio pero sí indicativo en lo referido a la cantidad de miembros y los actores que tenían que estar presentes en dicho espacio. Con el correr del tiempo, algunas Mesas se ampliaron, incorporando representantes de uniones vecinales, organizaciones de desocupados, distintas confesiones religiosas, entre otras. La importante cuota de beneficiarios en tareas de producción rural partió de una decisión de política pública del Gobierno provincial, plasmado en la misma Ley, que buscaba explícitamente asegurar un piso a las actividades productivas agrícolas a lo largo del territorio mendocino en las pequeñas propiedades bajo daño climático. En el año 2001 continuó el Programa Jefas de Hogar y las líneas programáticas de empleo fueron principalmente tres: social comunitaria, rural y socio-productiva. Las dos primeras correspondían a las que en el año 2000 se llamaban “Protección a la Familia” y “Producción y Trabajo” respectivamente, en tanto emprendimientos productivos que y la tercera comerciales representaba urbanos, un acercando intento estos por llegar planes a a pequeños sectores muy castigados por la persistente recesión económica. Durante este año, continuaron vigentes las Mesas de Concertación Departamentales y los mecanismos básicos de altas y bajas de beneficiarios de empleo. Se entregaron 125.203 prestaciones de empleo transitorio (10.434 beneficiarios mensuales promedio). Durante 2002, hasta mayo, fueron cerca de 11.000 prestaciones mensuales, con una distribución de recursos consensuada con los Municipios a partir del Indice Socio-laboral (ISL). Este índice tenía en consideración tres datos básicos: porcentaje de población con necesidades básicas insatisfechas por departamento respecto a su propia población y a la de la provincia con NBI y porcentaje de jefes de hogar desocupados por departamento pertenecientes al primer quintil de ingresos. Las líneas principales en las que desempeñaban actividades los beneficiarios fueron: Líneas de Empleo en el año 2001 Productivo – Comunitaria Jefas de Hogar [8] Empleo Rural % sobre Total 47,7 % 18,5 % 14,8 % Pacto Metropolitano / Limpiavidrios 7,5 % Vivienda 6,3 % Socio – Productiva 5,2 % Por su parte, los proyectos presentados mostraban diversidad en cuanto a los lugares de contraprestación y el tipo de actividades a realizar. A modo ilustrativo, se expone el siguiente cuadro con una tipificación de los proyectos: TIPOLOGÍA DE PROYECTOS SOCIALES DE EMPLEO EN LOS DEPARTAMENTOS DE MENDOZA – (AÑOS 2000, 2001 y 2002) 1) CONTRAPRESTACIÓN EDUCATIVA (finalización de estudios primarios y secundarios– Plan Jefas Hogar) 2) APOYO EN INSTITUCIONES SOCIALES, EDUCATIVAS Y SANITARIAS Apoyo en Biblioteca, Apoyo a Comedores Escolares, Atención Refrigerio, Auxiliar de Guarderías y Jardines, Auxiliar de Celador, Limpieza en Centros de Salud 3) ACTIVIDADES DE UTILIDAD SOCIAL Y CUIDADOS PERSONALES Recreación de Niños y Ancianos, Atención de Ancianos, Apoyo a Adolescentes Vulnerables, Prevención de Violencia Intrafamiliar, Promotores de Salud 4) ACTIVIDADES COMUNITARIAS Y PRODUCCIONES SOCIALMENTE VALORADAS Manos Unidas (preparación de dulces y salsas en conserva), Ropero Comunitario, Taller de Reciclado de Ropa, Taller de Enseñanza Tapiz y Telares, Reciclado de calzado, Red de auxiliares vecinalistas 5) CONSTRUCCIÓN DE INFRAESTRUCTURA LOCAL y VIVIENDAS Construcción Plaza Azocar, construcción centro comunitario, ampliación Iglesia de San Carlos, cooperativas de vivienda. 6) ACTIVIDADES EN ZONAS RURALES (cosecha, poda, labores culturales, etc.) 7) CUADRILLAS AMBIENTALES (LIMPIEZA DE CALLES, DESMALEZADO, ETC.) Espacios Verdes, Servicios Públicos, Reparación de Arterias y Baches, Parquización y Urbanización, Brigadas Ecológicas, Limpiemos las Hojas, Apoyo Defensa Civil, Higiene Urbano Ambiental Fuente: Elaboración propia con base a datos provenientes de bases de Empleo. 4.3 TERCER ETAPA “MASIVIDAD” (ABRIL de 2002 en adelante) El 4 de abril de 2002, se instituye el Programa Jefes de Hogar por decreto presidencial nº [9] 565 , para ser aplicado mientras durase la Emergencia Ocupacional Nacional (se ratificaba en principio hasta el 31 de diciembre del mismo año). Según el artículo 2 se destinaría a: “jefes/as de hogar con hijos de hasta 18 años de edad, ó discapacitados de cualquier edad y a hogares en los que la jefa de hogar ó la cónyuge, concubina ó cohabitante del jefe de hogar se hallare en estado de gravidez, todos ellos desocupados y que residan en forma permanente en el país” Más adelante se establecía como ayuda económica mensual la suma de ciento cincuenta pesos, que aseguraban el “Derecho Familiar de Inclusión Social”. Se preveía la asistencia de los menores a la escuela, la participación en acciones de capacitación y la incorporación en proyectos productivos ó en servicios comunitarios. El Programa Jefes y Jefas de Hogar Desocupados (conocido como “Jefes II”) modificó la metodología utilizada desde principio de año. El Gobierno Nacional promocionó por medios masivos de comunicación el inicio de inscripción en los Municipios, que se inició el 15 de abril y culminó a mediados de mayo, a toda aquella persona que cumpliese los requisitos y presentase la documentación requerida: a) DNI y CUIL del solicitante y cónyuge, si lo tuviera; b) Certificados de escolaridad, DNI y partida de nacimiento de los hijos ó niños a cargo; c) Libretas de salud y certificados de vacunación de los menores de 18 años; d) En caso de embarazo ó discapacidad, la certificación correspondiente. El propio formulario de inscripción explicitaba la fecha de inscripción durante el período abril / mayo y hacía hincapié en no aceptar gestores ni intermediarios para anotarse en los Municipios. El Ministerio de Trabajo comenzó a liquidar mensualmente –a partir de mayo- los pagos correspondientes, habiendo –en algunos casos-, planillas complementarias a los pagos principales de cada mes. El decreto de creación del Programa estableció la conformación del Consejo Nacional de Administración, Ejecución y Control (CONAEyC) así como Consejos Consultivos Municipales y uno en cada Provincia. En Mendoza, existía ya uno en funcionamiento y también en los departamentos (Mesas de Concertación). Es por eso que estos Consejos replicaron en gran medida aquel esquema inicial, si bien en cumplimiento del Convenio Marco entre Nación y Provincia se amplió en un cincuenta por ciento la cantidad de miembros.[10] Como en un primer momento en dicho Programa no se establecieron cupos por departamento y, al principio, no estaba claro si podían elevarse bajas de beneficiarios, el rol de las Mesas quedó básicamente limitado a lo consultivo[11] puesto que las altas se otorgaban a nivel central, luego de cruces informáticos. Posteriormente, con nuevas reglamentaciones, se posibilitó el envío de bajas desde los Consejos (en buena medida debido a que los propios beneficiarios renunciaban al Plan por encontrar trabajo en el mercado ó por otras razones y por el no cumplimiento reiterado [12] contraprestaciones requeridas) La inversión monetaria entre mayo y septiembre del año 2002 del Programa Jefes y Jefas de Hogar Desocupados se muestra a continuación: de las Se puede ver que en mayo solo cobró una cantidad pequeña y que en junio el Plan mostró un carácter masivo de inclusión de beneficiarios. Si consideramos este mes como base cien, el aumento acumulado a septiembre llega al 74% en Mendoza. Algunos meses después el Plan llega al pico de 62.500 beneficiarios para luego ir descendiendo paulatinamente hasta 49 mil en junio de 2004. Evolución de prestaciones promedio mensuales de empleo transitorio desde el inicio del Programa de Empleo y Capacitación Ocupacional en Mendoza financiadas por Provincia y Nación (1996 – 2003) Prest. x Prest. x Prest. x Prest. x Prest. x Prest. x Prest. x Prest. X mes Año mes Año mes Año mes Año mes Año mes Año mes Año mes Año 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 1,082 10,057 7,393 10,280 18,458 15,434 39,760 54,600 100 73 101 183 153 395 542 Total Provincial Evolución 1997=100 ------- Fuente: Programa de Empleo y Capacitación Ocupacional – Gobierno de Mendoza y Ministerio de Trabajo de la Nación (1996-2003) Se observa que en el transcurso de 7 años se quintuplicó el promedio de personas con planes temporales de empleo en Mendoza, pasando de 10 mil a casi 55 mil prestaciones mensuales. 5 LUCES Y SOMBRAS DE LOS PROGRAMAS TEMPORALES DE EMPLEO 5.1 OPERATIVIDAD Y EFECTIVIDAD COMO RED DE SEGURIDAD DE INGRESOS Las redes de seguridad en los ingresos involucran a diferentes áreas de los Estados e incluso del sector privado y voluntario. Constituyen la base de sustentación de los regímenes modernos de reducción de los riesgos. Se anclan fundamentalmente en el buen funcionamiento del mercado de trabajo: salarios, asignaciones familiares, jubilaciones, pensiones, seguros de desempleo, etc. Sin embargo, en los últimos veinte años, dichas redes han sufrido erosiones y cambios de direccionalidad por sucesivas reformas a los Estados de Bienestar. En su sentido puro, implican políticas de sostenimiento de los ingresos, que operan de manera preventiva para que las familias no sufran caídas abruptas en las crisis económicas ó los cambios al interior de las mismas. Pero, por otro lado, existen las redes compensatorias de seguridad en los ingresos, que operan cuando las anteriores fallan ó directamente no existen. Entre las últimas, las principales son: · Programas temporales de empleo (obras públicas ó de utilidad social) · · · Intervenciones nutricionales (niños y embarazadas) Provisión de comida en escuelas y comedores y cupones de alimentos Sistemas de bonificaciones directas en efectivo, que pueden estar condicionadas a determinadas conductas (asistencia a escuela y/o visitas a centros de salud) · Pensiones no contributivas. · Fondos sociales para financiar pequeñas obras en zonas rurales. El Banco Mundial considera como características positivas de una red de seguridad en los ingresos, las siguientes: Cobertura suficiente de la población. Acceso simple y predecible. CARACTERÍSTICAS Supervisión de instituciones confiables. Carácter anticíclico, con cláusulas gatillo. [13] POSITIVAS DE UNA RED DE SEGURIDAD Sustentabilidad fiscal. EN LOS INGRESOS [14] Entrega rápida de recursos (efectivo, vales, otros). Complementar otras redes de protección. En este trabajo, interesan principalmente los programas temporales de empleo, más que el resto de intervenciones compensatorias, por una cuestión de especificidad de la ponencia. [15] La efectividad como red de ingresos de los programas temporales de empleo puede medirse, tentativamente por dos indicadores: el carácter suficiente de la prestación entregada y su periodicidad. Sobre la primera, solo considerando el monto distribuido mensualmente de las prestaciones, resulta lo siguiente para el caso de una familia tipo, formada por el jefe de hogar, su cónyuge y dos hijos menores: Planes Abril 2001 Dic 2001 Junio 2002 Junio 2003 Junio 2004 de empleo Contribución para salir de 78% 83% 55% 48% 45% la indigencia Contribución para salir de 33% 34% 24% 21% 20% la pobreza Fuente: Elaboración propia en base a datos de monto mensual de la CBA y CBT – INDEC. En diciembre de 2001, el monto de los planes de empleo llegó a significar más del 80% del valor de la Canasta Básica Alimentaria para una familia tipo y mas de un tercio de la Canasta Básica Total. En los meses siguientes y hasta el día de hoy, debido al proceso inflacionario –sobre todo en bienes básicos de la canasta familiar-, y por la no actualización del monto mensual nominal, la relación se desplomó. Cabría argüir, por otra parte, que en aquel momento el total de beneficiarios estaba descendiendo, mientras que en a partir de junio de 2002 aumentó en un 400%. Sobre el Plan Jefes y Jefas de Hogar Desocupados, transcurridos veinticinco meses desde que tomó carácter masivo puede afirmarse que: a. el número total de beneficiarios aumentó mes a mes, alcanzando el techo a principios del año 2003, para luego ir descendiendo paulatinamente. b. desde que se permitieron bajas desde el nivel local de implementación, estas fueron aumentando gradualmente, principalmente al comprobarse la falta de contraprestación continuada de muchos beneficiarios., c. Junto con esta causal, las principales razones de salida del Plan han sido: renuncia del titular del beneficio por variadas razones, prestación del cónyuge, problemas de documento ó Cuil, aportes a la seguridad social ó jubilación / pensión del titular del beneficio, doble anotación de hijos o ausencia de menores de 19 años en el hogar. 5.2 El “PROBLEMA” DE LA ELEGIBILIDAD El “problema” de la elegibilidad, esto es, los criterios que se utilizan para priorizar la entrada de determinadas categorías de personas de acuerdo a la edad, sexo, condición ocupacional, conductas previas sobre alguna situación determinada, etc. en los programas temporales de empleo, parece sencillo. Uno diría, si la persona se encuentra desocupada, “califica” ó “merece” entrar en este esquema. Pero pueden verse diferencias significativas, aún dentro de un mismo Programa ó Plan. Esto porque los subsidios de empleo operan tal cual un sistema regular, previsible, de entrega de recursos monetarios a contingentes variables de población. Si el resto de intervenciones de la política social opera tardíamente ó no da suficientes respuestas, su lugar lo ocupa este Sistema. ¿Conviene poner condiciones a la elegibilidad de beneficiarios de planes temporales de empleo? 1) Para algunos no resulta conveniente poner condiciones a la elegibilidad. Argumentan que, a los montos y condiciones generales de los planes de empleo, aquellos que se anotan lo hacen porque efectivamente son desocupados, pobres y no ven oportunidades de trabajo en otro lado. Es decir, opera aquí la autofocalización de los demandantes. Por otro lado, cuando uno dice “solo pueden entrar los jefes de hogar desocupados”, se entrometería en los arreglos familiares e impediría que, por ejemplo, la mujer pudiera anotarse e incrementar los magros ingresos del hogar mientras su marido, por ejemplo, “hace changas”.[16] 2) En casi todos los casos, sin embargo, se producen restricciones del tipo “Un plan por hogar” ó “sólo para jefes ó jefas de hogar desocupados con hijos a cargo”, mediante el afán de llegar a la mayor cantidad posible de hogares. Ahora nótese que ambos criterios –cruzados-, son en cierta medida inconsistentes, ya que puede darse lo siguiente: Un plan de empleo por hogar SI NO Jefe de Hogar c/hijos CRITERIO GENERAL SE DA DE BAJA EL OTRO No es Jefe de Hogar ¿CUÁL SE PRIORIZA? SE DAN DE BAJA TODOS ¿ó queda uno? Se trata de saber cual de los dos criterios tiene preeminencia cuando uno se cumple y el otro no. La respuesta posible es flexibilizar el criterio de jefatura de hogar para obtener un plan de empleo, por ejemplo, que pueda entrar el / la cónyuge ó un hijo desocupado, cumpliendo el criterio de “uno por hogar”. La consecuencia de lo anterior es un aumento probable en los demandantes (que de hecho ya se verifica en las oficinas de acción social de los Municipios) pero acotado por el funcionamiento del segundo criterio, redundando en mejoras del ingreso neto del hogar e impidiendo que se produzcan las conocidas trampas del desempleo y la pobreza. Por otro lado, al no flexibilizarse los criterios de asignación sucede que la restrictiva oferta (planes de empleo para jefes desocupados con hijos menores de 18 años) crea su propia demanda (personas con hijos menores pero que pueden ó no ser jefes de hogar y pueden ó no estar desocupados), aumentando la cantidad total de postulantes. 5.3 EFECTOS SOBRE EL BIENESTAR DE LAS FAMILIAS Y LA EMPLEABILIDAD DE LOS RECEPTORES DEL PLAN JEFAS Y JEFES DE HOGAR La discusión sobre el impacto que los programas temporales de empleo tienen sobre la pobreza, el empleo y el desempleo excede ampliamente el marco de este trabajo. Diremos sí que desde la concepción misma de estos programas se piensa en compensar los efectos del ajuste económico entre los más pobres, brindando ocupación transitoria a cambio de asignaciones dinerarias no remunerativas. De aquí que –aún en sus propios términos-, no ofrezcan una salida sustentable al problema de la pobreza. Es cierto que, como afirman los expertos del Banco Mundial, los programas temporales de empleo se expanden con rapidez en los momentos de crisis, cubriendo áreas pobres y a personas pobres (por los bajos montos que distribuyen), pero como indican reconocidos especialistas en el tema, “los programas que se basan en la idea de redes de seguridad social como emergencia de corto plazo son lógicamente inconsistentes. ¿Por qué? Porque no son políticas que actúen al nivel que exigen los principios que determinan las tensiones propias de la cuestión social” [17] Respecto del mercado de trabajo se pueden -en principio-, suponer dos impactos inmediatos: a. descenso de la tasa de desocupación abierta; b. aumento de la subocupación (demandante ó no demandante) Como en los Programas de empleo se exige de los beneficiarios la realización de actividades comunitarias ó de utilidad social (por lo general) por cuatro ó seis horas diarias, objetivamente desciende el desempleo y crece el subempleo. [18] Precisamente, durante 2003 y 2004, una de las razones principales para la baja del desempleo ha sido la contabilización de los planes Jefas y Jefes de Hogar como ocupaciones. Lo que también se incrementa es el espacio de los empleos no plenos, empleos de indigencia (según el sociólogo Agustín Salvia), que no disponen de descuentos jubilat orios, tienen corta duración y están por debajo del salario mínimo ($250 mensuales). Esto, a su vez, puede operar como efecto demostración sobre otras actividades, tendiendo a la depresión de los ingresos derivados del trabajo.[19] El impacto sobre los niveles de vida de la población pueden dividirse: a) en la población total, modera la entidad del desempleo masivo –sobre todo en ciertas categorías de la misma (jefes de hogar, mujeres, etc.), y amplía la del subempleo masivo. b) en la población objetivo: mejora el ingreso en estas familias pero no al nivel ni en la forma requerida para sacarlas de la pobreza en forma continua. Sí colabora en contrarrestar la indigencia en los hogares. El bienestar de los hogares que perciben el Plan Jefas y Jefes de Hogar depende de múltiples factores, a saber: - si el que percibe el Plan es el Jefe ó la cónyuge; - si las trayectorias ocupacionales previas eran de alta ó baja vulnerabilidad [20]; - si los arreglos familiares a la hora de capitalizar el Plan con otras actividades remuneradas son o no exitosos; [21] - el tamaño de las familias[22] Respecto del efecto que el Plan Jefas y Jefes tiene sobre la empleabilidad de los receptores hay que hacer una aclaración previa. El propio concepto de empleabilidad es relativo tanto respecto de la oferta de trabajo como de la demanda del mismo. Entonces, por un lado representa: a. la conjunción de actitudes, intereses, motivaciones, conocimientos, formación y aptitudes que posicionan a una persona favorablemente ante el mercado de trabajo; y por el otro… b. hace referencia a la demanda que existe en el mercado por los distintos tipos de formación que hacen las personas y a las características de la oferta de formación. Teniendo esto en consideración, la gama de impactos sobre la empleabilidad de los beneficiarios varía ampliamente. Desde situaciones en las que no se observa la adquisición de competencias ni activos de empleabilidad (cuando no se realizan contraprestaciones) hasta otras en donde los beneficiarios se capacitan en oficios, finalizan sus estudios primarios o secundarios o ejercen una actividad regular en trabajos de utilidad social y comunitaria. En el último grupo, se destacan las 2.700 mujeres que estuvieron bajo el Plan Jefas de Hogar Educación en Mendoza y que finalizaron sus estudios educativos formales. En estos momentos muchas de ellas están cursando el nivel superior y están ocupadas en empleos afines a su formación. 5.4 CONTRAPRESTACIONES y PROYECTOS. ¿HACIA DONDE IR? La discusión previa sobre como el Plan Jefas y Jefes contribuye al bienestar de las familias y a la empleabilidad de los receptores está relacionada con el carácter asistencial de aquellos y los límites que eso conlleva. Asimismo con el vínculo ambivalente que guardan con el concepto de trabajo remunerado. En el momento en que la condición salarial normal se desestabiliza en todas partes, dando lugar a situaciones de vulnerabilidad social y el desempleo y subempleo –en el caso argentino -, han llegado a niveles elevados, la presencia masiva de los programas temporales de empleo reinstala férreamente la ética del trabajo en un importante sector de la población, aunque de manera imperfecta y, en algunos casos, caricaturesca. Se repite hasta el hartazgo la obligación de cumplir con contraprestaciones diarias en un espacio horario dado [23] genuinos pero, a su vez, se niega que estos puestos sean empleos ó trabajos . Con esto se devuelve a muchas personas un horizonte de reglas, límites e incentivos que previamente habían perdido, pero a cambio de una modificación en la relación tradicional empleador – empleado por otra de administrador – beneficiario Según algunos expertos en el tema, los programas temporales de empleo se expanden con rapidez en los momentos de crisis, cubriendo áreas pobres y a personas pobres (por los bajos montos que distribuyen). Sin embargo, las obras realizadas tienden a ser deficientes y en muchas oportunidades los trabajos realizados compiten con aquellos desempeñados por empleados públicos y otros colectivos de trabajadores. Se producen, entonces, efectos de redundancia y sustitución de mano de obra. [24] Debido a que en tiempos de crisis las personas pobres necesitan reforzar rápidamente sus ingresos, “se dan sesgos hacia proyectos ficticios que no serían muy valiosos. En una crisis, la rápida expansión del programa agota la reserva de proyectos viables”[25] . Esto se debe a que la prioridad en este caso es generar empleo e ingreso entre las personas pobres de manera rápida. Desde otra perspectiva, crítica a estos programas, se afirma que “si la obra a encarar mejorará ó no las condiciones de vida de una comunidad, si realmente los organismos participantes podrán cumplir lo que comprometieron, si se mejorarán las condiciones de empleabilidad de los trabajadores, si se podrán cumplir los plazos, si la capacitación es adecuada, pasan a ser cuestiones accesorias. Lo importante es que el mayor número posible de personas durante el mayor tiempo posible perciba un ingreso”[26] Corroborando desde la práctica esta situación, desde un municipio empobrecido, el Ministro de Trabajo bonaerense afirma, “…Moreno fue uno de los municipios que recibió más cantidad de programas en la provincia. Al principio tuvimos un buen momento en el que pudimos aprovecharlos y hacer cosas. La clave de los planes de empleo es que los municipios tienen que poner herramientas y materiales. Por eso, a medida que la crisis económica se profundizó, las intendencias nos fuimos quedando sin recursos y todo se volvió más difícil” [27] El cuadro siguiente muestra claramente este punto, cuando los beneficiarios y proyectos llegan a un cierto punto, lo que importa es que estén empleados en algo y tengan un ingreso, más que la importancia de las obras ó servicios a realizar. Óptimo no Óptimo para Ponderado workfare Fuente: Ravallion, op.cit., p.5. En la provincia de Mendoza, como ya se expuso precedentemente, la mayoría de los beneficiarios realizan actividades comunitarias y de utilidad social (atendiendo la amplia red social en los territorios, esto es, cocineras y ayudantes en comedores escolares, auxiliares de celador en escuelas, auxiliares de limpieza en centros de salud, realizando actividades de cuidado y limpieza del medio ambiente, formando equipos de prevención de la salud, entre otros). Otro contingente importante se capacita formalmente y con la ayuda de estos programas, termina el ciclo primario ó secundario de educación[28], siguiendo, en tercer lugar, aquellos que se desempeñan en actividades rurales.[29] Como puede observarse, el arco de actividades realizadas por los beneficiarios de planes temporales de empleo en Mendoza es amplio y responde a necesidades locales, requerimientos de cuidados personales, promoción comunitaria, apoyo a servicios sociales, labores culturales en zona rural, capacitación y finalización de estudios, entre otros. Hacia junio de 2002, con la explosión de beneficiarios que acaeció con el Programa Jefes de Hogar Desocupados los municipios se vieron rápidamente desbordados en su capacidad para coordinar actividades de contraprestación. Las maneras principales en que se fueron resolviendo estas situaciones fueron: a. descentralización de responsabilidades y diseño de actividades a Organizaciones de la Sociedad Civil y uniones vecinales; b. derivación de importantes contingentes de beneficiarios a actividades de limpieza del medio ambiente y cuidado de rutas y paseos públicos (cuadrillas) c. cobertura completa en servicios sociales (comedores, centros de atención comunitaria, escuelas y centros de salud) d. por no contar inicialmente con cobertura de seguro, se optó inicialmente por no exigir cumplimiento de contraprestaciones. Para finalizar, diremos que los programas temporales de empleo - sin ser ninguna panacea y producir efectos no deseados entre diferentes tipos de trabajadores-, efectivamente solucionan un problema grave de ocupación en personas con carencias y vulnerabilidad social. Lo hacen, eso sí, de manera imperfecta y precaria. Precisamente es allí donde corresponde intervenir y colocarle un contenido diferente a estas estrategias compensatorias. ¿Cómo? · · Estableciendo reglas claras de implementación. Promoviendo en acuerdo con el propio receptor un plan de trabajo que puede modificarse y en el cual se cubran expectativas de capacitación, empleabilidad y realización personal, por un lado, y productividad social en el desempeño por el otro. · Buscando ocupar espacios de utilidad social en áreas que el mercado no ambiciona y que la comunidad sí valora, como promoción de la salud, guarderías infantiles, ámbitos recreativos y deportivos, otros yacimientos de empleo, constituyendo centros de expansión de ciudadanía, áreas plurales de encuentro social y comunitario. · Reforzando los yacimientos de empleo en el territorio. Estos son áreas de actividad innovadoras en las que las necesidades de los ciudadanos no están suficientemente satisfechas, por su reciente aparición como actividades con contenido económico. Son potenciales nuevas actividades empresariales fruto del análisis de las nuevas necesidades sociales.[30] ¿Cómo hallarlos? Ya estarían prefigurados en las actividades que ya hoy realizan muchos beneficiarios de planes sociales y voluntarios de organizaciones civiles. · Modificando, finalmente, el estatuto jurídico de ayuda por algún otro que sea formalmente menos elusivo y atienda el problema del trabajo remunerado · Redefiniendo a los planes como “servicio público” ó “trabajo cívico” [31] Sin ser una carga adicional para el Estado, constituiría sí una fuerte toma de posición a favor de la integración social. · Incorporando esquemas similares al salario indirecto (descuento jubilatorio, obra social) con el objeto que estos trabajadores cívicos obtengan protección social, consiguiendo una mayor [32] previsibilidad a sus vidas y la de sus familias. Bibliografía Andrenacci, L. Neufeld, M.R. y Raggio, L. 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Programa de Empleo y Capacitación Ocupacional – Subsecretaría de Desarrollo Social – Gobierno de Mendoza” [7] Plan de Integración y Desarrollo Social “Entre Todos”. Instructivo. Gobierno de Mendoza. (2000) [8] Este es un Programa vigente desde el año 2000, por el cual mujeres con baja ó nula escolaridad completaban la educación primaria ó secundaria ó cuidaban a los chicos de quienes lo hacían a cambio de una prestación en dinero de ciento cincuenta pesos mensuales. Corresponde a lo que en los países anglosajones se llama “learnfare”. [9] En los considerandos del Decreto, se mencionaba la recomendación de la instancia plural “Diálogo Argentino”, en el sentido de universalizar el Plan Jefes y Jefas de Hogar, con el fin de asegurar un mínimo ingreso mensual a todas las familias argentinas. [10] La participación de las organizaciones de la sociedad civil en las Mesas de Concertación y Consejos Consultivos ha tenido resultados disímiles. El balance entre los costos por participar y los beneficios potenciales son contrapesados y evaluados en cada caso diferentemente por quienes participan. [11] En parte esto se debía a la publicidad del Plan que planteaba la prestación como un Derecho Familiar de Inclusión Social y en parte a la propia indefinición del mismo entre un ingreso ligado a contraprestaciones laborales, a la simple necesidad detectada, a obligaciones parentales ó como derecho incondicional. [12] Asimismo, una fuente importante de bajas está dado por el cotejo informático en ANSES, que saca del listado a aquellos beneficiarios que perciben jubilaciones, pensiones, seguro de desempleo ó trabajan formalmente. Un cotejo más abarcador (en atención a los arreglos familiares), deja fuera a las personas que también tienen a sus cónyuges dentro del Programa. También, a quienes no aparecen en la base de personas, ó tienen problemas de documentación. En este caso, la baja puede revertirse si se consiguen fehacientemente los datos personales. [13] El carácter contracíclico implica que, cuando arrecia la recesión y el desempleo aumenta, los gastos sociales deben responder, aumentando, para hacer frente al empeoramiento de la situación y no bajar, como el resto. [14] Hicks, Norman y Wodon, Quentin (2001): Protección social para los pobres en América Latina”, Revista de la CEPAL, Santiago de Chile, Abril 2001, p.99. [15] Sin embargo, resulta interesante observar las vinculaciones con el resto. Fundamentalmente la referida a la complementación con otras redes de protección, situación que generalmente no ocurre, debido al procedimiento típico de “cortar cabezas, cuando estas se levantan de cierto nivel”, es decir, cortar beneficios cuando se superponen en una persona ó en su núcleo familiar. [16] Ravallion, M. (1998): Evaluación de los programas de empleo, Banco Mundial, Washington DC, Septiembre. Este especialista indica que, “la mejor manera de elevar el beneficio neto por transferencias es dejar que las familias pobres dispongan sus propias actividades en forma óptima, de tal manera que puedan tomar ventaja de su acceso al esquema. Al agregar limitaciones a los ajustes hechos por la familia misma, el uso de criterios de elegibilidad adicionales, -más allá del deseo de trabajar por este salario-, efectivamente puede disminuir el beneficio neto para los pobres” (p. 21) [17] Lo Vuolo, R., Barbeito, A. y otros (1999): La pobreza... de la política contra la pobreza, Miño y Dávila Editores, CIEPP, Bs.As. [18] Decimos objetivamente, porque a nivel subjetivo -en muchos casos-, las personas no consideran estas actividades como trabajo genuino. Asimismo, poco más del 60% de quienes perciben el Plan son mujeres, muchas de ellas en inactividad laboral al momento de inscribirse en abril de 2002. [19] Es cierto que también puede argumentarse que con los planes de empleo temporario desciende el total de desocupados con ingresos nulos y, así, mejora el promedio general de ingresos de la población. [20] Ver Cortés, R. Groisman, F. y Hoszowski, A. Transiciones ocupacionales: el caso del Plan Jefes y Jefas , en Revista Realidad Económica nº 202, febrero – marzo 2004, Bs.As. [21] La investigación del autor sobre trayectorias laborales, estrategias familiares y condiciones de vida de receptores del Plan Jefas y Jefes y sus familias está en plena elaboración por lo que no se incorpora en esta ponencia. [22] Este aspecto resulta importante debido a que el Plan es indiferente al tamaño de las familias y por tanto distribuye mucho menos recursos per cápita a los hogares más numerosos. [23] Ya había sucedido en Francia a fines del siglo XVIII, “los talleres de caridad pagaban una remuneración inferior al nivel del mercado. Se procuraba así prácticamente evitar una afluencia demasiado grande de trabajadores. Pero el estatuto de esta remuneración, a fin de cuentas, seguía siendo indeterminado, oscilando entre la noción clásica de salario (que remunera un trabajo) y la de ayuda pública (contrapartida de una deuda moral de la sociedad” (Rosanvallon, P.La nueva cuestión social. Repensar el Estado Providencia, Manantial, Bs.As. 1995, p.138. [24] Nótese aquí que las actividades realizadas si se enmarcan en la categoría trabajo puesto que lo que se convalida con la generalización de los planes temporales de empleo es la desestabilización específica de la condición salarial del trabajo, mientras renacen formas premodernas de vinculación laboral. [25] [26] Hicks y Wodon, p.102 Gutvay, M. Dorzán de Ante, M (1999): Trabajo y Política Social: Análisis desde lo normativo y desde la experiencia en la Provincia de San Luis, Revista Kairós, Año 3 Nº 3, UNSL, Septiembre de 1999 [27] [28] West, Mariano: “Las provincias vamos a tratar que los planes ayuden a reactivar”, Página 12, enero de 2002 Plan Jefas de Hogar Educación (2700 personas) y diferentes componentes de formación, capacitación y terminalidad educativa (17.000 personas adicionales) en la Provincia de Mendoza. [29] En este punto, se produce un efecto no deseado en el diseño de las líneas de empleo: muchos trabajadores en el campo entienden que su “empleador” es un Estado impersonal que a fin de mes le paga por ventanilla y no el productor, por lo que en muchos casos se relaja la disciplina laboral tradicional. Por otra parte, muchos de estos pequeños productores, de no ser por el apoyo de los programas temporales de empleo, no podrían realizar las imprescindibles labores culturales en sus tierras ni proceder a las tareas de cosecha. [30] A principios de 1995, la Comisión Europea, motivada por el problema del desempleo, elabora un estudio sobre “las iniciativas locales de desarrollo y empleo” Este estudio propone una serie de posibles nuevos mercados para combatir el desempleo. Son los Yacimientos de Empleo. [31] Según lo conceptualiza Ulrich Beck (“Un nuevo mundo feliz”), según el cual el receptor del dinero cívico realiza públicamente un trabajo cívico importante y eficaz, vinculado al compromiso cívico con la comunidad [32] Este punto no es trivial. Redefinir el estatuto de los planes temporales de empleo (ayudas públicas) hacia “trabajos cívicos” decentes (trabajo remunerado) es complicado y plantea resistencias varias. Por ejemplo, recordemos lo dicho hace más de 200 años por el barón de Gerando: “El derecho a recibir ayuda no es de la misma naturaleza que el derecho a ser respetado en su vida, su libertad, sus bienes, su honor: sin ser menos sagrado, es menos positivo, menos riguroso, menos absoluto. No es el derecho de requerir, de exigir una prestación, de ejercer una acción, de hacerse atribuir tal ó cual beneficio: es una esperanza legítima; es una recomendación poderosa; es una solicitación digna de los mayores miramientos. No es el reclamo de una deuda; es la justa espera de un servicio” (Rosanvallon, op.cit. p.151) Como puede verse, un beneficiario de planes de empleo está bajo un status diferente al de un trabajador corriente y, aún más, al de un jubilado ó una pensionada.