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Esta verdura destaca por su gran aporte nutricional e incluso terapéutico
Frescos como lechuga
Carla González C.
Reina de las dietas, la lechuga es quizás una de las hortalizas con más presencia en nuestra
mesa. Refrescante sobre todo para su consumo en verano, estas verdes hojas además
contienen entre sus cualidades algunos beneficios terapéuticos y si bien no está recomendada
para todas las personas, sus aportes son innegables y vale la pena aprovecharlos.
“Más fresco que una lechuga” alguien decía por ahí. Y
es que lo saludable que se desprende de esta
verdura es innegable y a pesar de ser un placer
consumirla durante los días de verano, lo cierto es
que la lechuga es una hortaliza que está presente
todo el año para acompañar nuestras comidas. Para
algunos, un placer que no puede dejarse de lado.
Con poca cantidad de calorías, rica en fibra y baja en
proteínas e hidratos de carbono, la Lactuca Sativa –
nombre científico de la lechuga – se vuelve un
alimento perfecto para conseguir variados objetivos,
principalmente el que tiene que ver con la baja de
peso, pues además contiene un alto porcentaje de
agua (94%), por lo que contribuye a facilitar la
pérdida de los kilos de más.
La nutricionista del centro de salud integrativa Umuva, Mariela Espinoza Viguera, menciona que a pesar de
su bajo aporte calórico, la lechuga “no deja de contener una serie de vitaminas, minerales,
oligoelementos, enzimas y antioxidantes a los cuales poder adjudicar las cualidades de prevención y
facilitación de la salud que tiene esta verdura”.
Con respecto a la contribución de este vegetal en los procesos de disminución del peso corporal, la
nutricionista cuenta que al tener pocas calorías, mucha agua y bajo porcentaje de grasa, azúcar y
proteínas, “ayudaría a prevenir el exceso de peso o facilitar la baja” y agrega que además como es rica en
fibra, “te da mayor sensación de saciedad después de haberla consumido”.
Según la profesional de Umuva, la lechuga “tiene un suave efecto laxante”.
Esto se explica por la cantidad de fibra que posee, que a su vez tiene
cualidades que permiten mejorar la digestión, el tránsito intestinal y
también apoyar en la disminución del colesterol.
Verdes hojas para sanar
Además de las múltiples cualidades nutricionales que aporta la lechuga,
también pueden incluirse ciertas características que tienen que ver con
la sanación de enfermedades o trastornos.
Al respecto, Mariela Espinoza menciona que esta hortaliza tiene
virtudes como diurético y también como depurativo, lo primero gracias
a su gran aporte de agua y lo segundo, por su bajo contenido en sodio
y su riqueza en potasio. Por lo tanto, la profesional afirma que es
beneficiosa porque purifica, “lo que ayuda a pacientes con gota o con
altos índices de ácido úrico; también lo es en casos de cálculos renales,
hipertensión y retención de líquido”, enumera.
También comenta que la lechuga ayuda en el control de la glicemia en
pacientes diabéticos y es un gran aporte en ácido fólico, este último
destacado por la especialista, pues se trata de una vitamina de gran
importancia, sobre todo en mujeres embarazadas y durante el
transcurso de formación inicial de la guagua, es decir, “del proceso de
multiplicación celular que significa la creación del embrión”, aclara.
“Es muy relevante la presencia del ácido fólico – en este caso a través de la lechuga – para la prevención
de enfermedades del tubo neural y del sistema nervioso en recién nacidos”, comenta. Por lo tanto, lo más
recomendable es el consumo de este vegetal por parte de mujeres en edad fértil, antes de la formación
del embrión.
Según la nutricionista de Umuva, a la lechuga además se le otorgan ciertas propiedades medicinales como
la de lograr estados anestésicos, sedantes y somníferos (por eso es recomendada para quienes padecen
de insomnio). Esto podría explicarse debido a la presencia de ciertas sustancias presentes en el vegetal.
“También tiene una buena cantidad de antioxidantes generados por el betacaroteno y las vitaminas C y E.
Estos tienen como función bloquear el efecto de los radicales libres”, complementa Mariela Espinoza y
agrega que por esta razón, también ayudaría a reducir el riesgo cardio y cerebro vascular.
¿Amigo o enemigo de la lechuga?
“Todas las personas sanas pueden comer lechuga”, sentencia la profesional en nutrición y aclara que sólo
estaría contraindicada para aquellos que sufren de problemas gastrointestinales en los cuales haya que
reducir el consumo de fibra.
Y a pesar de todas las cualidades que posee la hortaliza, Mariela Espinoza subraya la idea de que este
alimento “no es completo”, por lo tanto es imprescindible combinarlo con otros productos que contengan,
por ejemplo, proteínas.
Por último, dice que “hay que fomentar el consumo de este tipo de alimentos como entrada al plato de
fondo” y explica que esto es porque al comerlas primero, se utilizará algo de la capacidad gástrica que
luego la ocuparán productos con mayor densidad energética.
No hay que olvidar que uno de los puntos más importantes a considerar en
el consumo de lechuga es su preparación. Por su origen, debe ser
cuidadosamente lavada bajo el chorro de agua corriente potable para así
prevenir la intromisión de la bacteria Escherichia coli.
Por su parte, Mauricio León, vidya médico ayurveda del International Himalayan Ayurveda Institute (India)
y director ejecutivo de la escuela indoamericana Ayurvastu, comienza aclarando que desde el punto de
vista de esta disciplina, la nutrición es mirada en forma diferente a cómo lo hace la medicina alópata.
De esta manera, menciona a la Ahara Ayurveda como la especialidad médica dedicada a la nutrición.
Explica que ésta ve más allá de la composición química de los alimentos para mirarlos desde un enfoque
que contempla cuatro aspectos: su sabor y la influencia en el cuerpo, la temperatura, el efecto post
digestivo y la potencia que posee cada uno de ellos.
Así, Mauricio León relaciona a la lactuca sativa con estos principios para anunciar que su sabor es amargo;
su efecto post digestivo, refrescante; su temperatura es fría y por último y con respecto a su potencia,
cuenta que este vegetal “posee un efecto que acrecienta el éter dentro de las personas que la consumen”.
Teniendo en cuenta la información anterior, el especialista en medicina ayurvédica dice que si una persona
tiene exaltado su sistema nervioso, “no será conveniente darle lechuga, pues la verdura tiene un efecto
sutil que afectará en la psiquis de las personas, inquietándolas aún más, además le provocará algunos
efectos físicos como la generación de gases”, añade.
De esta manera, los “enemigos” de la lechuga serán – según la ayurveda - los pacientes vata (uno de los
tres principios metabólicos fundamentales de esta medicina) y para ellos es más recomendable consumir
otras verduras, tales como zanahorias, rábanos, remolacha, betarragas, papas, etcétera.
El vidya médico ayurveda, Mauricio León, sostiene que las personas que se
encuentran bajo los efectos terapéuticos de la ayurveda, deberían evitar el
consumo de la mayoría de las verduras en su estado crudo. Para explicarlo,
sentencia que debido a que son astringentes, podrían “cerrar los canales
energéticos sutiles del cuerpo cuando es necesario que dejen el paso libre”.
Al contrario de lo anterior, León dice que sí está recomendada la prescripción de la lechuga (y en general
de toda verdura con hojas) para las personas con los principios metabólicos pita y kapha, “especialmente
cuando están exaltados, así se provoca en ellos un efecto refrescante”, manifiesta.
Para saber cuándo recurrir a esta verdura – y en general a cualquier hortaliza de color verde – el director
de Ayurvastu cuenta que será un buen momento cuando se padezca de problemas gástricos como
hiperacidez, reflujo, trastornos de hígado y biliares, hipertensión, entre otros.
“Además, la lechuga tiene minerales, azúcares, proteínas y vitaminas y también emolientes que ayudarán
a limpiar la sangre de impurezas”, menciona y agrega que así como a los vata el consumo de lechuga le
puede generar gases, a los pita puede curarles problemas como úlceras, colitis, gastritis, el control de la
bilis, entre otros.
Mauricio León recomienda que el consumo de lechuga y en general de las hortalizas de hojas verdes sea
acompañado con algunas gotas de limón y consumidas antes de las comidas. Al respecto, explica que este
fruto ácido, “ayudará a desarrollar la limpieza de la peptina – enzima que ayuda a tener una mejor
digestión y asimilación de los alimentos - en la saliva”.
Por último, el especialista en ayurveda asegura que verduras verdes como la lechuga, son “fundamentales
para el cuerpo y la mente”, pues la mayoría de ellas aportan principios botánicos irremplazables por otros
alimentos y mucha fibra para “mantener en buena forma la flora intestinal de nuestro tracto digestivo”.
Punto Vital Marzo 2009 ©