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Capítulo VI PRESTAMISTA DE ULTIMA INSTANCIA CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA POLITICA DE REDESCUENTO Si bien su importancia y prestigio se han venido debilitando durante los últimos años, el redescuento constituye el más antiguo y generalizado de los instrumentos de control monetario. No se concibe, por lo tanto, un banco central que no esté plenamente facultado para la realización de operaciones de este tipo, como tampoco una institución de esa naturaleza que no establezca una determinada tasa de redescuento, y la modifique con cierta frecuencia, aun cuando tales cambios no tengan la efectividad ni los resultados deseados. Dicha tasa, llamada en algunos países tasa del banco, debido a su origen inglés (bank rase), constituye en última instancia el costo que para la banca privada implica tomar recursos prestados del banco central. Sus variaciones, estudiadas por regla general con especial detenimiento, tienen como finalidad inmediata estimular o restringir el crédito bancario y se encuentran asociadas a propósitos expresos de las autoridades monetarias tendientes a combatir presiones inflacionarias o a activar el ritmo de los negocios. Una baja en el tipo de redescuento actúa normalmente como incentivo para estimular el crédito, ya que acentúa la diferencia existente entre éste y el interés que la banca puede cobrar por sus operacioaes activas. Una elevación contribuye, por el contrario, a restringirlo, debido a que en tal caso se opera el fenómenos inverso. Naturalmente que en la práctica la mayoría de los bancos centrales no establecen un solo tipo de redescuento sino varios, de acuerdo con los sectores de la economía de donde emanen los respectivos documen- 177 tos de crédito y el plazo de vencimiento de los mismos. I En esta forma se aspira a establecer un tratamiento diferencial de acuerdo con la importancia relativa de dichos sectores y sus necesidades de financiamiento. Como su nombre lo indica, el redescuento se materializa mediante la recepción de documentos a corto plazo que han sido descontados por instituciones financieras privadas e ingresan al banco central por endoso. Presenta, normalmente, el problema de la elegibilidad de los documentos, debido a que, de acuerdo con normas y reglamentos que tienen características bastante comunes, no todas las letras o pagarés que descuentan las referidas instituciones llenan los requerimientos necesarios para ser redescon1. Cabe añadir al respecto que en los países altamente desarrollados ha prevalecido e! criterio de establecer una sola tasa, mientras que en las naciones en desarrollo suelen fijarse varias, de acuerdo con e! origen de los documentos y su plazo. En los últimos años, sin embargo, las tasas múltiples y diferenciales han venido a constituir un fenómeno común en países de alto desarrollo financiero. Publicaciones de! Fondo Monetario Internacional ilustran esta situación así: En Austria e! Banco Nacional fija una sola tasa. El Banco Central de Holanda mantiene dos, una para redescuentos y otra ligeramente mayor para los anticipos. En Bélgica e! Banco Nacional establece varias de acuerdo con la garantía ofrecida y la posibilidad de que los documentos presentados se originen en operaciones de importación o exportación. En la República Federal Alemana existen normalmente dos ratas, una para redescuenros y otra para anticipos. En Suiza, además de la tasa ordinaria, se establecen dos más, una para anticipos garantizados con valores y otra para e! redescuento de documentos que contribuyan a incrementar los inventarios de materias primas básicas. El Banco de! Canadá, siguiendo la tradición británica, mantiene una sola y lo mismo sucede en la Unión Surafricana. En Australia normalmente no se publican tasas de redescuenro y se consideran las distintas solicitudes según las circunstancias prevalecientes y en forma discrecional. En la América Latina resultan representativos los casos de Colombia, en donde se fijan diez tipos de redescuento; así como también el de Costa Rica que mantiene diez, Ecuador nueve y Paraguay tres. Véase, por ejemplo, Jaramillo Rodrigo. "Central Bank Discount Rares", Staff Papers Vol. XIII, 1966. Cuando se utilizan varias tasas de redescueneo en lugar de una sola, las tasas subordinadas suelen estar vinculadas a la principal de diversas ma~eras o por medio de diferencias fijas o variables. En esta forma se pretende lograr una mayor vinculación entre las distintas actividades crediticias de! banco central. Además, resultan menos complejas las variaciones en los tipos de redescuenro, ya que los cambios en la tasa principal son acompañados de otros en proporción más o menos fijas para las tasas subordinadas (Garvy George. El Mecanismo de Redescuento como Instrumento de Control Monetario. Colección Ensayos, CEMLA, México 1969). 178 tados." Por ello, se ha creado otra modalidad más flexible de erédiro, constituida por anticipos, o sea, adelantos que se otorgan generalmente con garantía de títulos de la deuda pública u otros activos no elegibles para el redescuento. Si bien esta última modalidad es mucho más ágil que la anterior, el costo de financiamiento resulta normalmente más elevado, pues los intereses que se aplican suelen ser superiores, y menores también los plazos de vencimiento establecidos. 3 Descuentos, redescuentos y anticipos influyen sobre la liquidez monetaria al afectar el costo del dinero, mientras que los demás instrumentos lo hacen elevando o disminuyendo su dísponíbilidad. 2. Expone al respecto George Garvy: "La regulación del acceso al mecanismo de redescuento se funda tradicionalmente en requisitos de elegibilidad respecto a propósito, vencimiento y solvencia crediticia del girado y el endosante, Los plazos y condiciones, incluidos los requisitos de elegibilidad y el vencimiento, suelen ser especificados en términos generales por las leyes y administrados por las autoridades monetarias, que formulan los objetivos de política y promulgan las diversas reglas de funcionamiento. En la mayor parte de los países, la tasa de redescuento aplicable depende de la índole de los efectos ofrecidos". Op. cit. 3. Resulta, en todo caso, delicado generalizar sobre la materia: En principio se estima que el redescuento constituye el canal más importante de suministro de crédito por parte de la banca central y que los anticipos representan un instrumento secundario que ofrece mayor flexibilidad para ser usado en casas de emergencia. En algunos países, sin embargo, esta última modalidad ha adquirido tan relevante importancia que se considera la forma habitual de satisfacer las necesidades de la banca privada. El caso de los Estados Unidos constituye, quizás, uno de los más significativos al respecto, ya que en ese país los anticipos son el medio más generalizado, como lo demuestra el hecho de que los bancos afiliados al Sistema de la Reserva Federal suelen depositar parte de su cartera de valores en las correspondientes oficinas de este último, a fin de que les sirva de garantía permanente y poder hacerse de liquidez en casos de emergencia. Cfr. Federal Reserve Board. The Federal Reserve System; Purposes and Pueaions. En su estudio sobre la polltica de redescuento en once países altamente industrializados George Garvy expone, por el contrario, lo siguiente: "En la mayoría de los países de que aquí nos ocupamos, los anticipos se consideran como una forma menos normal o menos conveniente de suministrar fondos y se otorgan a una tasa mayor (como en Alemania Occidental y Austria, por ejemplo) y/o por tiempo limitado solamente". Más adelante, después de señalar otros ejemplos que robustecen este criterio, el mismo autor agrega: "Algunos países han dado un alcance bastante lato a la distinción conceptual y operativa entre redescuenros y anticipos. En otros (Italia y Holanda) son los anticipos y no el redescuenro lo que se ha convertido en la técnica más común de otorgar créditos del banco central, especialmente donde el uso de los anticipos se estimula proporcionándolos en condiciones idénticas al redescuento" (Garvy, George, op. C;I.). 179 Históricamente se atribuye a Bagehot el mérito de analizar, reconocer y difundir la idea de que el redescuento debería ser una de las funciones esenciales de la banca central, con el objetivo preciso de auxiliar a los demás bancos en momentos que podían calificarse de astringencia monetaria y solucionar así algunos de los problemas de liquidez planteados o, con el propósito contrario, en caso de que las condiciones económicas imperantes así lo demandarán." El Banco de Inglaterra, según las evidencias existentes, comenzó a realizar operaciones de esta naturaleza prácdcamente desde su fundación, pero al parecer sin orientación definida, con motivaciones puramente lucrativas y en forma esporádica. Fue sólo a partir de la década 1870-1880, precisamente cuando el aludido financista publica su obra Lombard Street y concibe la frase, "prestamista de última instancia", cuando se admite que tal actividad constituye una de las atribuciones normales de dicho banco y que, por lo tanto, debe llevarse a cabo en forma permanente con las finalidades de propiciar la expansión o contracción del crédito bancario a que se ha hecho referencia. II Posteriormente, todos los bancos centrales que se establecen en los países europeos acogen sin discusión esta idea y el redescuenro se convierte de ese modo en una de las funciones básicas de la banca central. La literatura económica, por otra parte, no ha dejado de teorizar acerca de los alcances y limitaciones de este recurso que, si bien originalmente se creía limitado en sus propósitos, hoy se admite que los mismos pueden ser de mayor significación, por cuanto su influencia no sólo se restringe al simple auxilio de bancos afectados por problemas de liquidez, sino que pretende alcanzarse, con su uso, objetivos de mayor significación. Después de numerosas experiencias aplicables tanto al régimen de patrón oro puro como a los sistemas monetarios existentes en la actualidad, se estima que las manipulaciones en la tasa de redescuento se realizan para lograr objetivos tanto a corto como a mediano y largo plazo, así: A corto plazo se espera que las citadas variaciones influyan positiva o negativamente sobre el crédito y el interés bancario, finalidad que se considera hasta ahora la méssínmediata y generalizada. En una segunda etapa se pretende ejercer por esta vía influencia sobre los precios, la balanza de pagos y el 4. Véanse, por ejemplo: de Kock. Banca Central (op. cis.), -5ayers. R. S. Cenlral Bank;ng Aller Begebot, Oxford ae che Oarendon Press, 19'7. s. 180 De Kock (op. dt.). mercado cambiaría, especialmente contribuir a limitar la demanda excesiva de divisas a fin de lograr el equilibrio en las transacciones externas o sobre los movimientos de capital a corto plazo. Como meta final se aspiran objetivos de mayor significación, tales como influir sobre el interés a largo plazo, el ingreso nacional, el volumen de inversión y el nivel de empleo. 6 Naturalmente que para materializar estos objetivos finales, o los de tipo intermedio, resulta imprescindible que las aludidas manipulaciones tengan efectos decisivos sobre el crédito y el interés a corto plazo, ya que es a través de esos elementos como se transmite en cadena la influencia sobre la actividad económica en general. De no lograrse los objetivos más inmediatos, tampoco podrán alcanzarse los finales. Normalmente las variaciones en la tasa de redescuento crean expectativa en la comunidad financiera y son interpretadas como signo de la orientación que debe darse a los negocios, en virtud de las perspectivas que, según se estima, han sido previstas por las autoridades monetarias para el desenvolvimiento económico. Una conocida publicación del Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos plantea el problema en los siguientes términos: "La comunidad financiera piensa que los tipos de redescuento constituyen el eje del mercado crediticio. La función clave que se les asigna depende fundamentalmente del hecho de que los mismos han sido establecidos por un acto administrativo emanado de una organización que tiene adecuada información y competencia para juzgar si el dinero se encuentra en concordancia con las necesidades de la economía. A la luz de tales hechos es que los hombres de negocios interpretan tales cambios". T Algunos autores han comparado las variaciones en los tipos de redescuento con las luces que controlan el tráfico ciradino, Las bajas en dichas tasas equivalen a la luz verde que indica que no existen peligros y que, por lo tanto, los negocios pueden avanzar sin obstáculos significativos que los entorpezcan. La luz anaranjada que precede a la roja constituye una señal de advertencia y un llamado a la prudencia y a la reflexión a fin de que no haya necesidad de registrar nuevas alzas que, comparadas igualmente con las luces de tráfico, equivaldrían a la roja que lo detiene. 8 6. Sen. S. N. Central Banking in Llnderdeoeloped Money Markets, Bookland Limited. Calcurta, 1967. 7. Board of Governors. The Federal Reserve System. Purposes and Frmctiom (op. cit.), 8. De Kock (op. cit.). 181 Coinciden los autores en afirmar que el redescuento aumenta la elasticidad y liquidez del sistema bancario para el otorgamiento de créditos. Los bancos comerciales disponen así de un medio rápido, seguro y normalmente económico de transformar en efectivo algunos de los renglones más importantes de su activo cuando se ven afectados por problemas de liquidez, o cuando sus reservas bajan o tienden a acercarse a los límites mínimos legales o acostumbrados. La demanda de efectivo por parte del público resulta, como es sabido, bastante variable y en no pocos casos tiene un carácter estacional perfectamente predecible. A finales de mes o de quincena se retiran fuertes sumas de los bancos para pagar sueldos y salarios o para liquidar deudas que se saldan normalmente en esos períodos. En los meses de vacaciones también se recurre a la banca para sufragar los gastos extraordinarios que de ellas se derivan. En los países donde la agricultura tiene gran peso sobre la actividad económica, los 'períodos de siembra y recolección inciden sobre los depósitos bancarios. Influyen igualmente sobre los referidos depósitos los cambios de estación, las costumbres, los ciclos normales de mayor exportación o importación, las navidades, los períodos de auge en las ventas y, en nuestro país, hasta la Semana Santa. Al actuar como prestamista de última instancia, el banco central contribuye a que los bancos e instituciones financieras privadas puedan afrontar todos estos cambios' sin mantener necesariamente elevadas disponibilidades de caja. La banca puede colocar parte sustancial de sus depósitos, siempre con la seguridad de que el banco central le prestará adecuado auxilio financiero, para lo cual sólo requiere mantener en cartera un volumen adecuado de papeles que llenen los requisitos normalmente exigidos por el instituto emisor para ser redescontados. Claro está que las disponibilidades del banco central no son ilimitadas. Sus posibilidades de emisión dependen de las reservas internacionales que se mantengan o de ciertas disposiciones legales, pero normalmente dicha institución tiene con que afrontar la demanda normal de los bancos. 9 La limitación funda9. El establecimiento de límires cuantitativos o topes máximos al volumen de crédito que los bancos centrales pueden facilitar a la banca comercial resulta práctica común en algunos países. Con ello se aspira a controlar el volumen de crédito y a influir sobre su distribución. Algunos bancos centrales fijan periódicamente límites absolutos tanto para el volumen total de sus colocaciones, como para la distribuci6n de las mismas entre los distintos bancos comerciales (Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras). Otros, por el contrario, relacionan el volumen de crédito 182 mental está dada sólo por la política de redescuento que se lleva a cabo, la cual, según se afirma, no puede ni debe ser sorpresivamente modificada, sino, por el contrario, en forma gradual como mecanismo de aviso, ya que si se acepta la tesis de la persuasión moral y la mutua cooperación como instrumentos de control monetario, resulta deseable que el banco central pueda orientar previamente a las instituciones financieras antes de tomar decisiones de mayor alcanee. 10 Otros elementos que es necesario tomar en consideración al abordar el problema del redescuento son los siguientes: a) Si bien se trata de una práctica ampliamente generalizada, existen diferencias de significación en la forma de llevarla a cabo, de acuerdo con la legislación, las costumbres, el desarrollo del mero con el capital, las reservas o el total de depósitos de cada institución. En Suecia, por ejemplo, el tope se establece en esa forma (50 % de capital de cada banco). En Finlandia se pueden otorgar redescuenros por un volumen no superior al doble de los activos de cada banco y en Colombia hasta el 45 % del capital y reservas. En los países donde existen tipos de redescuento de carácter penal no suelen establecerse límites máximos en razón de que la rata más elevada constituye el instrumento que frena automáticamente las solicitudes de la banca. Según estudios del Fondo Monetario, las naciones que no establecen limitaciones formales al total de créditos del Banco Central son, entre otras, Afganistán. Australia, Birmania, Canadá, Etiopía, Irlanda, Italia. Jamaica. Holanda, Estados Unidos y Venezuela (Véase, por ejemplo, jararnillo Rodrigo. Op. cis.): Cábe añadir, sin embargo, que casi todos los especialistas coinciden en afirmar que los apremios y las situaciones de urgencia privan en muchas ocasiones por sobre los reglamentos y que son pocos los bancos centrales que no han quebrantado sus normas para atender situaciones de esta naturaleza (Cfr. Garvy George. Op. cit.). 10. George Garvy (lbidem. pp. 39·40), expone al respecro: "Difieren, según los países, los montos mínimos por los cuales pueden modificarse las tasas, y ello es reflejo de la tradici6n y de los usos comerciales, así como de objetivos politices. 'Por lo general, las modificaciones tienen lugar por un monto mínimo de ~ %. pero algunos bancos practican también cambios escalonados, de ~ %. y existe cierta tendencia II efectuar los aumentos por el monto mayor y IlIS reducciones por el monto menor (En Japón, la modificaci6n de las tuas se hace por 0.365% o múltiplos de esta cifra. la cual equivale a una tasa de una milésima de 1 % al día). La acci6n decisiva se suele simbolizar por cambios de un punto porcentual completo en uno u otro sentido. y, en los años últimos ha habido casos de cambios más amplios (Reino Unido) para afrontar serios desequilibrios externos. En conjunto, las medidas implantadas por motivos externos determinaron modificaciones en las tasas por montos relativamenre mayores que las derivadas de razones simplemente internas. sobre todo siempre que el banco central ha manifestado una tendencia a seguir. más que a encabezar, la marcha del mercado". 183 cado monetario e incluso la coyuntura económica prevaleciente. Normalmente los autores agrupan para el estudio de esta materia a los distintos países en varias categorías, así: 11 Un primer grupo, constituido por el Reino U nido y aquellas naciones que han heredado más directamente la tradición británica en materia de banca central. En dichos países, según se admite, las autoridades monetarias desempeñan con mayor propiedad sus atribuciones de prestamistas de última instancia, al proporcionar a la comunidad financiera fondos líquidos a muy corto plazo y generalmente a un solo tipo de interés. El Reino Unido constituye por sí sólo un caso separado, por ser las casas de descuento de Londres, que constituyen el llamado "London Discount Market Association", quienes ocurren al Banco de Inglaterra en solicitud de redescuento. La actividad predominante de dichas casas consiste en tomar dinero prestado del ya citado banco y colocarlo en otras instituciones financieras. Sun función es, pues, la de servir de intermediarios y sus beneficios se derivan de la diferencia entre los intereses que cobran y los que pagan. La tasa de redescuento, o tasa del banco, se sitúa normalmente por encima del interés que prevalece para el mismo tipo de operaciones en el mercado crediticio, de modo que se ocurre a este recurso sólo cuando las demás fuentes son escasas. No existe límite máximo al volumen del redescuenro, sino ratas más elevadas de tipo penal. La segunda categorÍa está constituida por los países europeos de mayor desarrollo, en donde los bancos centrales proporcionan directamente fondos líquidos a la banca privada, mediante el redescuento de documentos de crédito que llenen los requisitos establecidos en los respectivos reglamentos. Normalmente se aplica más de una tasa de redescuento de acuerdo con el tipo de documentos de que se trate y no existen límites o topes máximos al volumen del crédito, pero sí intereses más elevados para frenar la demanda de recursos de este tipo. Debido a su peculiar estructura de banca central, Estados Unidos normalmente se considera como una categoría especial. En dicho país el Sistema de Reserva Federal sólo concede redescuentos a los bancos afiliados. Cada uno de los doce bancos que integran el Sistema puede establecer su tipo de redescuento de acuerdo con las condiciones imperantes en la zona de influencia de los mismos, pero debido al mejoramiento en las comu11. Jaramillo, Rodrigo. "Central Bank Discount Rares". Staff Papers Vol. XIII, NQ 1, 1966. 184 nicaciones y a la mayor vinculaci6n de los distintos mercados, se ha registrado en los últimos años una tendencia hacia la uniformidad. Como norma general priva el principio de la prudencia. Cada caso es examinado separadamente y se accede a las solicitudes de acuerdo con una serie de directrices, en las cuales se toma en consideraci6n no s6lo la situaci6n individual del solicitante sino también la siruaci6n económica del país o de la región. Como instrumento de control monetario, el redescuento ha demostrado relativamente poca eficiencia, en virtud de 10 cual ha sido necesario complementarlo con otras medidas. Finalmente, como una cuarta y última categoría se encuentran los países subdesarrollados, cuyo caso se ha creído oportuno examinar por separado a fin de poner más de relieve la situación imperante en Venezuela. b) Más de un siglo ha transcurrido desde la década en que Bagehor puso de relieve que el redescuento debía ser un instrumento normal de financiamiento. Sin embargo, todavía existen fuertes prejuicios en contra del uso de este recurso. En los países en desarrollo, donde la banca mantiene generalmente elevada liquidez y sus directivos actúan con prácticas en extremo conservadoras, no es extraño que tal fenómeno ocurra. Pero sucede que aun Estados Unidos, país de avanzada estructura financiera, no está libre de tales prejuicios. La literatura económica norteamericana hace continua referencia al problema y el propio Sistema de la Reserva Federal así 10 admite en sus publicaciones. 12 Numerosos banqueros de esa nación consideran que acudir con frecuencia al redescuento no es una práctica sana, además de que revela debilidad por parte de quien 10 haga. Por ello, un grupo apreciable de bancos evita a toda costa el uso de este recurso y trata de resolver sus problemas de liquidez por otros medios. El Sistema de la Reserva Federal ha tratado, según 10 exponen sus voceros, de estimular el uso de dicho instrumento, pero ha encontrado escasa receptividad en un grupo apreciable de sus afiliados. c) Como quiera que el redescuento contribuye a hacer más efectiva la política monetaria -además de otros efectos indudablemente favorables sobre el crecimiento económico-- se estima que los bancos centrales deben propiciar su utilizaci6n por parte de la banca privada, especialmente en aquellos países donde existe mayor 12. The Federal Reserve Sysrem. PlH'poses ana Functions (Op. cis.). Aschheim, ]oseph. Tecbniqees 01 Maneta,., Control. Johns Hopkins Press, 1967. 18.5 resistencia en tal sentido. Una actitud receptiva frente a las exigencias de la banca, que no colida con los objetivos de la política monetaria, resulta en consecuencia saludable y se justifica en muchas oportunidades con finalidades puramente educativas, como medio para lograr objetivos de mayor significación como podría ser, entre otros, una mejor organización del mercado monetario. Por otra parte, es a través de su actuación de prestamista de última instancia como el banco central puede conocer más adecuadamente la política crediticia llevada a cabo por la banca comercial y palpar más de cerca las necesidades de financiamiento de la economía. Distintos autores hacen hincapié en el hecho de que el análisis de los documentos presentados al redescuento proporciona a las autoridades monetarias una noción de la política de colocaciones de los bancos, lo cual resulta especialmente valedero tanto en los países donde el banco central no realiza operaciones con el público, como en aquellos en donde, por existir un número apreciable de instituciones financieras, el único contacto del banco central con la economía privada se realiza a través de los citados documentos. 18 Estimular el uso del redescuento constituye, pues, según criterio de especialistas, una de las responsabilidades básicas de la banca central. d) Prestar rápida y oportuna asistencia a bancos con problemas especiales de liquidez es otra importantísima función que no puede omitirse. Como se sabe, cuando un banco experimenta una disminución de sus depósitos tiene que reajustar sus colocaciones, vender títulos de la deuda pública, utilizar financiamiento inrerbancario o acudir al redescuento. En circunstancias normales, este proceso de ajuste se cumple satisfactoriamente y sin mayores problemas, pero existen casos excepcionales de insuficiencia de liquidez por inmovilización de activos, imprudencia en las colocaciones u otros casos fortuitos. Surgen, además, retiros injustificados de fondos debido a la pérdida de confianza por parte del público, situación que afecta incluso a instituciones de gran solidez. En tales casos la asistencia financiera del banco central no puede dejarse esperar, ya que de lo contrario podría registrarse una crisis de grandes proporciones capaz de lesionar al sistema bancario y la economía en general. Experiencias sumamente desfavorables se han registrado en algunos países por la simple demora en atender las peticiones de un banco con reducida liquidez. Además, generalmente se concibe que 13. Garvy, George (op. c;t.). 186 la función de prestamista de última instancia se encuentra íntimamente vinculada a la solución de problemas de esta naturaleza y que el banco central constituye la garantía de solidez y solvencia del sistema bancario. Su asistencia oportuna, así como su orientación y sus consejos, son elementos en los cuales descansa la confianza del público y de la comunidad financiera. Naturalmente, no puede esperarse que las autoridades monetarias puedan continuar prestando ayuda indefinida a una institución que se mantenga en situación de permanente iliquidez o que no haga esfuerzos razonables por alcanzar su recuperación. Se impone en estos casos la necesidad de tomar las más drásticas medidas que autoricen las leyes, teniendo siempre en cuenta que el interés de la comunidad está por encima de la institución que origina el problema. e) Se estima que el redescuento debe reflejar operaciones efectivamente realizadas, pues de lo contrario la utilización de este instrumento proporcionaría a la banca una especie de capital de trabajo adicional, más allá de sus propias disponibilidades, que incrementaría la liquidez por encima de los requerimientos de la economía. La necesidad de mantener este principio es comúnmente citada en la literatura sobre redescuento. Por ello se insiste en el principio de la letra de cambio genuina y en la autoliquidabilidad de los instrumentos de crédito. El Dr. Hermann Max, cuyas ideas, como es sabido, contribuyeron a orientar la estructuración del Banco Central de Venezuela y la política desarrollada por el Instituto en sus primeros años, enfatizaba en sus informes la necesidad de actuar con base en estas reglas. 14 Según el distinguido economista, la manera más adecuada para medir las legítimas necesidades de circulante que demandaba la economía y que no conducía a apreciaciones erradas, era la oferta espontánea de documentos de crédito para su descuento o redescuento. Tales necesidades, añadía, surgen de los negocios mismos y aumentan o disminuyen con la expansión o contracción de la actividad económica. Destacaba que la emisión de los bancos centrales se clasificaba en orgánica e inorgánica. Orgánicas eran aquellas operaciones que se realizaban mediante el redescuento de documentos que acreditaban la realización de un acto de cambio o se relacionaban con la producción o negociación de bienes, e inorgánicas aquéllas que no reflejaban tales operaciones. Las emisiones orgánicas, según exponía, tenían efecto neutral sobre 14. Max, Hermana. "Informe sobre el Proyecto de Ley de Banco Central", Revista de Pamema N9 A, Extraordinario. 187 el circulante y no acarreaban peligro inflacionario, lo cual no sucedía con las inorgánicas en virtud de que las mismas equivalían a lanzar dinero adicional a la circulación. 11 la legislaci6n latinoamericana sobre banca central acogió durante mucho tiempo estas ideas con todo el rigor del caso, pero en los últimos años, según expone Tamagna.r'" las pgácticas sobre redeseuento se han liberalizado considerablemente en funci6n de necesidades más generales de la economía. De todos modos, quienes sustentan la tesis conservadora estiman que a medida que se desarrolla la actividad econ6mica surge mayor cantidad de documentos de crédito genuinos, y que la actuaci6n del banco central con base en estos principios resulta siempre justificada. f) Al conceder un determinado volumen de crédito a la banca privada, por pequeño que sea, el banco central ha de tener en cuenta para fines de su política monetaria el principio que se ha 15. La materia en referencia fue analizada por el Dr. Carlos Miguel Lollet en un estudio que, sobre la poHtica de redescuentos, presentó al Directorio del Banco Central en 1954. InsistÍa el distinguido economista en ajustar dicha polírica al principio orgánico de la emisión, y al respecto exponía: "Si se asienta en la doctrina de que en principio las operaciones de redescuento deben basarse en documentos de crédito nacidos de operaciones de legítimo carácter comercial es porque se quiere garantizar la existencia de la necesidad de circulante manifestada a través del crédito concedido entre comerciantes parriculares. Si se procede en esta forma, se logra dar gran elasticidad al sistema monetario y sólida liquidez al Insriruro emisor. Los documentos de crédito que pormenorizadamente se analizan en los anexos citados ofrecen la garantía de crear capacidad de pago en el término de su vigencia, es decir con documentos de crédito aurolíquidos. Cuando las operaciones de redescuento no tienen esta motivación el circulante creado no es absorbido por el mercado y su consecuencia lógica es una alza inusitada de los precios y posibles desequilibrios en la balanza comercial". Insistía, asimismo, en la necesidad de distinguir los verdaderos efectos comerciales surgidos de transacciones entre hombres de negocios y los llamados préstamos cambiarios; es decir, préstamos directos del banco al cliente, quien firma s610 un pagaré que documenta el crédito. Señalaba Que los documenros desconrables o redescontables eran 5610 los primeros, los cuales debían llevar por lo menos dos firmas distintas de la bancaria y que ingresaban al Banco Central por endoso. Para corregir muchos de los abusos en que se había incurrido y evitar que el crédito del Banco Central sirviera de capital de trabajo a la banca comercial, desvirtuando así la función del redescuento, proponía una reglamentación sobre la materia. Dicha reglamentación no llegó a adoptarse, aun cuando en la práctica se acogieron muchas de sus sugerencias. Cfr. Loller, Carlos Miguel, "Memorándum del D. l. F. C. Relativo al Proyecto de Reglamentaci6n de Redescuenros del Banco Central de Venezuela" (Archivos y Biblioteca del B.C.V.). 16. Tamagna, Frank. ÚI Btlflc. Ce"wlll tm Am4"¡ca ÚI#fItI (Ediciones CEMLA, México, 1963). 188 ciones en la tasa de redescuenroinfluieán en esa misma forma sobre el costo de sus operaciones y se reflejarán en el interés y el crédito. En tal caso, las autoridades monetarias podrán ejercer por este medio un control más directo sobre el crédito a corto plazo, las operaciones de compra-venta de divisas y la balanza de pagos. Una mayor vinculación entre banco central y bancos comerciales a través del redescuento requiere, sin embargo, de una serie de condiciones que normalmente se encuentran dadas en los países avanzados, pero que son menos frecuentes en las economías en desarrollo. La primera de dichas condiciones es la presencia de un sistema bancario muy bien organizado, con extensa red de sucursales y agencias, capaz de llevar el crédito a todos los sectores de la economía. Otros requisitos no menos fundamentales que el anterior son los siguientes: a) que los bancos no tengan prejuicios contra el redescuento; b) que mantengan una liquidez mínima para atender sólo sus necesidades habituales de caja; c) que las prácticas y costumbres financieras existentes le permitan proveerse de un volumen apreciable de documentos elegibles para el redescuento; d ) que el redescuento constituya un derecho automático y no una facultad discrecional y que la política del banco. central proporcione a la banca privada mayor confianza en el uso de estos instrumentos; y, e) que exista un mercado monetario que permita a la banca dotarse de liquidez por otros medios en caso de no obtener acogida favorable en el banco central. 22 Finalmente, como complemento de todo este mecanismo se requiere de una cadena de instituciones jerárquicamente estructuradas que se encuentren siempre dispuestas a tomar o a dar en préstamo dinero a corto plazo. De existir todas estas condiciones, el banco central se mantendrá en la cúspide de un sistema financiero fuertemente interrelacionado y sus funciones como prestamista de última instancia tendrán carácter decisivo, pues cualquier cambio en su política afectará a todo el sistema. En las economías subdesarrolladas no existen mecanismos bancarios capaces de satisfacer la primera de las condiciones establecídas. ni tampoco una interrelación tan estrecha en el sistema financiero. Son frecuentes. además, los prejuicios contra el redescuento, hasta el punto de que numerosos bancos se abstienen de utilizar este recurso por temor a ser calificados de insolventes. Por su parte, la banca suele mantener elevada liquidez a fin de depender de sí misma 22. IbiJ,,,,. 191 Al abordar los aspectos concernientes a la banca central en los países de mercado monetario insuficientemente desarrollado, el economista hindú S. N. Sen plantea una serie de interrogantes acerca de la efectividad que ofrece el redescuento en tales mercados. 18 Señala, por ejemplo, casos como el de Nueva Zelandia, en donde el Banco de _Reserva de ese país modificó siete veces su tasa de redescuento en un período de doce años, sin que se registrara como consecuencia de ello modificación alguna en el interés bancario a corto plazo. Apreciaciones semejantes destaca el mismo autor en el caso del Commonwealth Bank of Australia y el Banco de Reserva de la Unión Surafricana, aun cuando en estos países la situación parece haber cambiado en años recientes como resultado del mayor desarrollo financiero. El Banco de Reserva de la India ha confrontado, igualmente, dificultades para influir sobre el interés y el crédito bancario. 19 Por supuesto que tales experiencias no son suficientemente sólidas para generalizar sobre la materia, pero observaciones y estudios realizados por varios expertos confirman la existencia de una situación similar en América Latina. En nuestros países, como es sabido, tampoco ha podido el redescuento operar en forma efectiva como instrumento de control de la liquidez, debido a la ausencia de un mercado monetario organizado y a la relativa importancia que conservan todavía los prestamistas no bancarios como proveedores de fondos. México, que sin lugar a dudas es una de las naciones de mayor desarrollo financiero, se encuentra todavía influido por esta situación. 20 Lo mismo sucede en Argentina en donde se ha recurrido a la emisión de bonos como medio más efectivo de restringir el exceso de liquidez que en determinadas ocasiones ha mantenido la banca. 21 En otros países las experiencias han sido todavía menos satisfactorias. Por ello, se tiende a la utilización de instrumentos más directos de control del crédito. Para que el redescuento opere satisfactoriamente como instrumento de control monetario se requiere que su uso constituya una práctica habitual de la banca y no un medio esporádico de obtener liquidez en casos de emergencia como sucede en nuestras economías. Si los bancos utilizan en forma permanente este recurso, las variaOp. cit. 19. Ibidem. 18. 20. 21. 190 Martínez Ostos, Raúl (op. cit.). Sen, S. N. op. cit. venido llamando poder multiplicador de las reservas bancarias, según el cual, cualquier crédito que se otorgue a la banca engendra una capacidad adicional de crédito, debido a que los créditos originan depósitos y estos depósitos, a su vez, nuevos créditos, tal como se comenta con mayor detalle en el capítulo sobre oferta monetaria. Como caso ilustrativo puede señalarse que en Estados Unidos se ha estimado que la banca puede aumentar sus préstamos o inversiones en cuarenta mil millones de dólares, 11 si por acción del Sistema de la Reserva Federal se añaden diez mil millones de dólares a sus reservas. DIFICULTADES QUE PLANTEA LA UTILIZACION DEL REDESCUENTO EN PAISES INSUFICIENTEMENTE DESARROLLADOS En países altamente industrializados que cuentan con un mercado monetario bien estructurado, el redescuento opera en forma relativamente satisfactoria como instrumento de control monetario, salvo las limitaciones que más adelante se examinan. En algunos de esos países la economía responde casi automáticamente a los estímulos que se derivan de un cambio en la tasa de redescuento, mientras que en otros la influencia del referido instrumento es más restringida, aun cuando en todo caso el balance general es positivo. En los países no desarrollados la situación es mucho menos satisfactoria al respecto. La mayoría de los autores que han abordado el problema concluyen en afirmar que el redescuento tiene importancia secundaria en esas regiones del mundo, debido a que su influencia sobre el tipo de interés y el crédito bancario es reducida. De ser así, también serán reducidas las posibilidades que ofrece este instrumento para contribuir al equilibrio de la balanza de pagos y para alcanzar los objetivos económicos y sociales de mayor significación que normalmente se le asignan. También se admite que las variaciones en el tipo de redescuento carecen del efecto psicológico que se atribuye a las mismas en economías más avanzadas, y que las funciones del banco central como prestamista de última instancia son menos frecuentes, y menores, por lo tanto, las vinculaciones que mantienen las autoridades monetarias con la banca privada y la economía en general. 17. The Federal Reserve Sysrem (01'. ';1.). 189 en casos de emergencia y no existe un mercado monetario que le permita dotarse de recursos por otros medios distintos de los que proporciona el banco central. Asimismo, como el redescuento se utiliza en forma más o menos esporádica para solucionar problemas excepcionales de liquidez, tal procedimiento acentúa los prejuicios contra su uso. En muchos países en desarrollo la no utilización del redescuento por parte de un banco suele constituir sinónimo de liquidez, solvencia y prestigio financiero. Cada banco se convierte así en su propio banco central y los depositantes se sienten muy satisfechos con ello. La economía en su conjunto suele, sin embargo, resentirse por estas prácticas, ya que no se obtiene el máximo provecho de los recursos financieros existentes y se obstaculiza el desarrollo de una adecuada política monetaria. Existen, además, otros factores que restan efectividad al redescuento en estos países. El primero de ellos está dado por la diferencia sustancial que se observa entre las llamadas economías de centro y las de periferia. En las primeras, o sea en las naciones avanzadas, el ritmo de los negocios y la actividad económica dependen en mayor grado de factores endógenos, como pueden ser, entre otros, cambios tecnológicos e innovaciones que se traducen normalmente en un aumento en la tasa de inversiones, en incremento en el consumo o en cambios en los hábitos de los consumidores. En tales oportunidades se incrementan, como es natural, las solicitudes de crédito, y la banca, que conserva normalmente reducida liquidez, se ve obligada a recurrir al banco central. La política desarrollada por las autoridades monetarias tiene entonces carácter decisivo y las manipulaciones en el redescuento pueden acelerar, moderar o detener la expansión. En las economías de periferia, por el contrario, el ritmo de la actividad económica depende en mayor grado de factores externos, generalmente del aumento de las exportaciones o del alza en los precios de los productos de exportación. Al registrarse cualquiera de estos fenómenos, la banca privada aumenta casi de inmediato su liquidez y escapa, por 10 tanto, a la influencia del banco central. Además, los países altamente desarrollados suelen ser centros bancarios internacionales, en donde los movimientos de capital a corto plazo en la forma de depósitos o inversiones en cartera son frecuentes. Un alza en el tipo de redescuento se traduce normalmente en ingresos de capitales a corto plazo, mientras que una baja puede propiciar la salida de los mismos. En los países en desarrollo se registran también, como es natural, movimientos de capital, pero 192 ellos asumen más comúnmente la forma de mversiones directas a largo plazo y poco tienen que ver con las manipulaciones del redescuento, Finalmente, un factor adicional que hace poco operante el redescuento en los países atrasados es la preponderancia que tienen en esas economías los prestamistas no institucionales, debido al escaso desarrollo y diversificación del sistema bancario. EL BANCO CENTRAL DE VENEZUELA COMO PRESTAMISTA DE ULTIMA INSTANCIA Cualquier lector que haya seguido el curso de las publicaciones, discursos, conferencias, notas de prensa y opiniones de banqueros sobre el tema del redescuenro en nuestro país, habrá podido percatarse de la existencia de apreciaciones y puntos de vista de la más variada índole, algunos de ellos divergentes, entre los cuales se destacan: i) Se ha venido admitiendo como válida la tesis de que en Venezuela, como sucede en la mayoría de los países de escaso desarrollo financiero, la banca mantiene prejuicios en contra del redescuento y, por lo tanto, poco acude al Banco Central en solicitud de asistencia crediticia, lo que ha impedido que el redescuento haya podido convertirse en un instrumento efectivo de control monetario; ii) Suele afirmarse también que el Banco Central mantiene una posición altamente conservadora en materia de redescuento, y que es demasiado exigente en la calificación de los documentos elegibles para ese propósito, lo cual ha impedido que la banca haga uso más generalizado de dicho recurso; iii) Existe la opinión de que elredescuento debería canalizarse preferentemente en función del desarrollo económico, así como la presunción de que en no pocas ocasiones ha sido utilizado indirectamente para financiar salidas de divisas o estimular la importación de artículos no esenciales y suntuarios; Predomina un alto grado de consenso respecto a que las variaciones en la tasa de redescuenro por parte del Banco Central han tenido poca influencia sobre el volumen de crédito y los tipos de interés; y iv) 193 v) La asistencia crediticia del Banco Centra! ha SIdo decisiva para solventar problemas de bancos en situación de precaria liquidez. Examinemos estos planteamientos con base en la muy escasa información disponible, comenzando por algunas opiniones sustentadas en torno a la poca efectividad del redescuento corno instrumento de control monetario. Limitaciones del redescuento como instrumento de control monetario: opiniones sobre la materia Debido a la presencia de factores que son comunes a la mayoría de las naciones de escaso desarrollo, la política de redescuento no ha tenido en nuestro país los alcances deseados como instrumentO de control monetario. El Banco Central, corno prestamista de última instancia pareciera estar relegado a un plano secundario y por ello no ha podido influir decisivamente sobre el circulante y el crédito corno sucede en economías más avanzadas. Tales afirmaciones no tienen carácter novedoso sino que, por el contrario, han sido reiteradamente señaladas por técnicos y especialistas en cuestiones monetarias y, muy especialmente, por aquellas personas a quienes ha correspondido la responsabilidad de actuar corno presidentes o directivos del Instituto. Consignamos algunos criterios expuestos al respecto: Una de las primeras opiniones sobre esta materia, quizás la más antigua, es la del economista norteamericano Constantine Mc Guire, formulada en 1938 al ser consultado sobre el Proyecto de la Ley de Banco Central que había sido sometido a la consideración del Congreso Nacional por el grupo de parlamentarios que encabezaba el doctor Julio Alvarado Silva. McGuire, como lo hemos expuesto, se mostró contrario a la idea de establecer un banco central en el país debido a que, en su opinión, no existía en Venezuela un mercado monetario que justificase la creación de un instituto de esta naturaleza. Al refutar la tesis de McGuire, el doctor Manuel R. Egaña --en su conferencia dictada en el Paraninfo de la Universidad Central a la que ya hemos aludido-- admitía igualmente estas limitaciones, pero no dudaba que las mismas se superarían lentamente con la creación del instituto, el cual, por su propia 194 naturaleza, influiría favorablemente en el desarrollo de ese mercado. J. M. Herrera Mendoza, presidente de la institución durante sus primeros años, expone su criterio en la siguiente forma: "En Estados Unidos, la aplicación del redescuenro como instrumento de regulación monetaria ha resultado en general poco satisfactorio. Numerosos elementos han ocasionado esta tendencia, entre ellos, la rigidez del sistema de precios y costos, la mayor influencia del Tesoro en los mercados, la especulación.y los movimientos anormales de capital, etc. En países sin un mercado monetario avanzado y donde las operaciones de crédito se hacen principalmente a base de sobregiros en cuenta corriente y no en letras de cambio, menos puede el redescuento servir como arma de regulación". Jls Veinte años después de haber sido promulgada la Ley de Banco Central, el entonces Presidente de la Institución, Dr. Alfonso Espinosa, al analizar la situación monetaria predominante en el país reconoce que subsisten todavía las mismas limitaciones planteadas originalmente: "Nuestro Banco Central sólo ha desempeñado, como lo dije en otra época y en otra ocasión, las funciones de una casa de cambio con las características y deficiencias propias del tipo de casa, oficina, fondo o junta de conversión de cambios que liquidó el período de los regímenes de papel moneda en América Latina, en la segunda mitad del siglo XIX. Su trabajo ha consistido en expandir la provisión nativa de dinero por medio de la adquisición de .los saldos activos del cambio exterior. En época desfavorable no sabemos hasta qué punto el Banco Central de Venezuela estaría en condiciones de forzar una deflación interna en beneficio de la estabilidad del bolívar, o si, como fue la conducta de las casas de cambio en otros tiempos, en época de dificultades, se encontraría constreñido, como es lo probable por sus escasos instrumentos de control, a abandonar las operaciones de cambio exterior y a transferir las consecuencias de una desfavorable balanza de pagos de la 23. Herrera Mendoza, J. M. Historia Je las Actuaciones Jel Banco Central tU Venezuela en sus Prirruros Ocho Años d, VúhI. 1940 a 1948. Caracas, 1960, p. 338. 195 deflación interna a la depreciación de la moneda, si el Gobierno Nacional no arbitra otro medio de control más eficaz. 24 Para el año de 1962 el Dr. Ernesto Peltzer, en un estudio sobre el redescuento y el sistema monetario y cambiarlo, formula interesantes consideraciones y llega a conclusiones similares a las antes expuestas respecto a la poca efectividad de este instrumento como medio para influir sobre la dinámica monetaria, 10 que atribuye al poco uso que la banca hace del crédito del Banco Central, salvo en casos excepcionales por retiro de fondos o inmovilizaciones de su cartera. Para aquella época, según asienta en su exposición sólo 15 bancos de los 37 que operaban en el país habían recurrido a la utilización del redescuento y de ellos apenas seis tenían saldos deudores de consideración. 25 En 1965, con motivo de cumplirse los veinticinco años de fundado el Instituto, el Dr. Alfredo Machado Gómez, en el prólogo de una obra editada para conmemorar ese acontecimiento, se refiere igualmente a las limitaciones existentes para que el redescuento constituya un instrumento eficaz de la política monetaria y dice: "Para regular la cantidad de dinero en circulación el Banco Central cuenta, en primer lugar, con uno de los instrumentos clásicos sobre la materia, cual es el redescuento. La utilización de este instrumento por parte de la banca comercial en su conjunto ha sido, como bien se sabe, relativamente limitada. Su poca efectividad como medio para regular el circulante se deriva fundamentalmente del hecho de que el dinero creado a través de este instrumento es relativamente reducido en comparación con el que se crea a través de las operaciones cambiarías". 26 En 1974 el Dr. Roosevelt Velásquez, en un trabajo sobre oferta de dinero y política monetaria en Venezuela, pone de relieve que todavía continúan las mismas limitaciones: 24. Espinosa Alfonso. El Proceso Monetario. Venezuela 1930-1960. Caracas, 1963, p, 52. 25. Peltzer, Ernesto. Ensayos sobre Economla, Caracas, 1965. 26. Machado Gómez, Alfredo. "Consideraciones Generales sobre el Desarrollo Económico de Venezuela y la Política de Actividades del Banco Central", en La Economla Venezolana en los Ultimas Veinticinco Años, Caracas, 1966. 196 "Prácticamente desde sus orígenes el Banco Central de Venezuela ha realizado operaciones de redescuentos y anticipos, pero más como auxilio financiero a la banca en momentos críticos, o como instrumento de estímulo al sector agropecuario, que como un efectivo instrumento de política monetarias con fines estabilizantes de la economía". 27 Disposiciones legales La vigente Ley del Banco Central de Venezuela autoriza al Instituto para realizar las siguientes operaciones en materia de redescuento: a) Descontar, redescontar o adquirir letras de cambio, pagarés u otros documentos de crédito relacionados con operaciones de legítimo carácter comercial, cuyo plazo de vencimiento no sea superior a 360 días; b) Comprar o descontar letras de cambio u otros documentos de crédito sobre el exterior con plazo no mayor de 360 días, salvo en caso de promoción de exportaciones, cuando dicho plazo pueda ampliarse; e) Descontar, redescontar o adquirir letras de cambio, pagarés o documentos provenientes de operadones relacionadas con la producción, elaboración, almacenamiento, transporte o venta de productos agrícolas, pecuarios, pesqueros, forestales o industriales de carácter nacional con plazo no superior a 360 días. Asimismo, el Banco Central de Venezuela puede acordar anticipos por plazo fijo, que no excedan de 360 días así: a) Sobre valores del Gobierno Nacional, hasta por el 90% de la cotización de dichos valores en el mercado; b) Sobre cédulas hipotecarias y otros títulos de crédito de organismos del Estado u otras instituciones bancarias o de crédito, cuando fuesen ofrecidos por terceros distintos del emisor, hasta por el 85 % de la cotización de dichos valores en el mercado; c) Sobre letras de cambio, pagarés u otros documentos elegibles para el redescuento, hasta por el 80% del valor nominal de tales efectos; d) Sobre obligaciones o bonos de compañías venezolanas, hasta por el 75 % de su cotización en el mercado; y, e) Sobre títulos valores emitidos por organismos fí27. Velásquez, Roosevelt. ·O/e,11I Je Dinero 'Y Politic« Monelllrill ", V,,,.· zuel« (Ponencia presentada ante el I Seminario Internacional de Política Monetaria y Administración de la Deuda Pública, celebrado en Río de ]aneiro en febrero de 1974). 197 nancieros internacionales en los cuales Venezuela tenga participación, hasta por el 85 % de su cotización en el momento del anticipo. En casos excepcionales el Banco Central de Venezuela, previo voto favorable de seis de los miembros del Directorio, y con la finalidad de asegurar la debida liquidez de un banco o instituto de crédito en dificultades transitorias puede suministrarle fondos a plazo no mayor de 90 días, prorrogables, con garantía de otros elementos de su activo, distintos a los enumerados anteriormente. La Ley prohibe al Banco Central conceder préstamos a los bancos e instituciones de crédito cuando las dificultades por que atraviesen se deban, en opinión del Directorio, a mala administración o inadecuada inversión de sus recursos. Por otra parte, se desprende del texto de la Ley que el otorgamiento de redescuentos y anticipos por parte del Banco Central tiene carácter discrecional y que el Instituto toma las correspondientes decisiones sobre la materia en función de la conveniencia económica general del país y la situación financiera del banco o institución de crédito solicitante. A este respecto, el Instructivo para la tramitación de redescuentos y anticipos elaborados por el Banco Central, destaca los siguientes aspectos fundamentales: "El Banco Central de Venezuela tomará en cuenta la situación de la cartera y la política de préstamos e inversiones de los institutos solicitantes dentro del marco de la coyuntura económica, para determinar el grado de acceso al crédito del Instituto Emisor que tendrá cada solicitante. Para los mismos efectos, examinará también el fiel cumplimiento por parte del banco solicitante de las disposiciones legales que lo rigen". T ltJas de redescuentos 1 sus variaciones Desde el mes de mayo de 1941, fecha en la cual se establecen los primeros tipos de redescuento, las Memorias, Revistas y otras publicaciones del Banco Central de Venezuela, dan cuenta de distintas modificaciones al interés aplicable a operaciones de redescuentos y anticipos, así como a la diferencia máxima que puede existir entre dichos tipos y los que pueden cargar los bancos públicos. Desafortunadamente no existe información acerca de las 198 razones que privaron para estas modificaciones. Una muestra de los principales tipos de interés aplicables a operaciones de redescuentos y anticipos por parte del Banco Central de Venezuela, se incluye a continuación: Mayo de 1941. Comienzan a regir los primeros tipos de redescuento, así: Para efectos garantizados con certificados de primas de exportación se estableció un plazo de 90 días y un tipo de redescuento de 2 %. La diferencia máxima entre el tipo de redescuento y el interés que podrían cobrar los bancos al público se fijó en un 3 %. Para efectos provenientes de otras operaciones de legítimo carácter comercial: plazo 90 días, tipo de redescuento dos y medio por ciento, diferencia máxima 3 %. Documentos de crédito provenientes de operaciones relacionadas con la producción, elaboración o negociación de productos agrícolas, pecuarios o industriales: plazo máximo 180 días, tipo de redescuento dos y medio por ciento, diferencia máxima 3 %' Redescuento de documentos de crédito prevenientes de operaciones agrícolas exclusivamente: plazo 270 días, tipo de redescuento 3 %, diferencia máxima 3 %. Noviembre de 1943. Entra en vigencia una nueva reglamentación que conrempla los siguienres tipos y plazos: Redescuento de Letras del Tesoro Nacional, 180 y 270 días, 2 % anual. Redescuento de operaciones de legítimo carácter comercial, hasta 90 días, dos y medio por ciento anual. Redescuenro de documentos de erédiro provenienre de operaciones relacionadas con la producción, elaboración, almacenaje, transporte o venta de productos agropecuarios o industriales, hasta 180 días, dos y medio por ciento anual. Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones agrícolas o pecuarias exclusivamente, de 181 a 360 días, 3% anual. Anticipos sobre Letras del Tesoro, hasta 90 días, 2 % anual; sobre oro amonedado o en barras, 90 días, 2% anual; sobre letras de cambio, pagarés u otros documentos negociables, 90 días, tres y medio por ciento anual; sobre obligaciones garantizadas con bonos o acciones de compañías venezolanas, tres y medio por ciento, 90 días. No se estableció en esa oportunidad límite máximo de interés que podían cobrar los bancos al público en operaciones de esa naturaleza. Mayo de 1947. Los redescuentos y anticipos se modifican en la siguiente forma: Redescuento de efectos provenientes de operaciones de legítimo carácter comercial, hasta 90 días, 2 % anual. 199 Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones relacionadas con la producción, elaboración, almacenaje, transporte o venta de productos agropecuarios o industriales, hasta 180 días, 2 % anual. Redescuenro de documentos de crédito provenientes de operaciones agrícolas o pecuarias exclusivamente, de 181 a 360 días, dos y medio por ciento anual. Anticipos sobre títulos de la Deuda Pública hasta 90 días, 2% anual; sobre oro amonedado o en barras, hasta 90 días, 3 % anual; sobre obligaciones garantizadas con bonos o acciones de compañías venezolanas que se coticen en el mercado y que no hayan dejado de pagar dividendos, hasta 90 días, 3 % anual. Se estableció en esa oportunidad que los bancos comerciales no podían cobrar un interés superior al 6 % para aquellas operaciones de crédito cuyos documentos podían ser admitidos al redescuento. Noviembre de 1959. Comenzaron a regir los siguientes tipos y plazos: Redescuento de efectos provenientes de operaciones de legítimo carácter comercial, hasta 90 días, cuatro y medio por ciento anual. Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones relacionadas con la producción, elaboración, almacenaje, transporte o venta de productos agrícolas, pecuarios o industriales, hasta 180 días, cuatro y medio por ciento. Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones agrícolas o pecuarias exclusivamente, de 181 a 360 días, cuatro y medio por ciento. Anticipos sobre títulos de la Deuda Pública, hasta 90 días, 4 %; sobre oro amonedado o en barras, hasta 90 días, 4 %; sobre letras de cambio, pagarés u otros documentos, hasta 90 días, cuatro y medio por ciento; sobre obligaciones garantizadas con acciones o bonos de compañías venezolanas, hasta 90 días, 5 %. Diciembre de 1960. Comienzan a regir los siguientes tipos: Redescuento de efectos provenientes de operaciones de legítimo carácter comercial, hasta 180 días, cuatro y medio por ciento. Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones relacionadas con la producción, elaboración, almacenaje, transporte o venta de productos agrícolas, pecuarios o industriales, hasta 180 días, 4 %. Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones de la misma naturaleza anterior, pero con plazos de 181 a 360 días, cuatro y medio por ciento. Anticipos sobre títulos de la Deuda Pública, hasta 180 días, 4%; sobre oro amonedado o en barras, hasta 90 días, 4%; sobre letras de cambio o pagarés, hasta 180 días, cuatro y medio por ciento; sobre obligaciones ga200 rantizadas con bonos o acciones de compañías venezolanas, hasta 180 días, 5%. Septiembre de 1962. Se modifican algunos plazos y tipos de interés vigentes desde diciembre de 1960, en la siguiente forma: Redescuenro de efectos provenientes de operaciones de legítimo carácter comercial, hasta 180 días, cuatro y medio por ciento. Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones relacionadas con la producción, elaboración, almacenamiento, transporte o venta de productos industriales de carácter nacional, hasta 180 días, 4% anual. Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones relacionadas con la producción, elaboración, almacenaje, transporte o venta de productos industriales de carácter nacional, de 181 a 360,días, 4Jh % anual. Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones agropecuarias relacionadas con la siembra, cultivo, recolección, almacenamiento, transporte y venta de productos agropecuarios, hasta 360 días, 2 % anual. Anticipos sobre oro amonedado o en barras, hasta 90 días, 4 % anual; sobre valores del Gobierno, hasta 180 días, 4% anual; sobre cédulas hipotecarias hasta 180 días, 4% anual; sobre letras de cambio, pagarés u otros documentos de crédito, hasta 180 días, 4lh % anual; sobre obligaciones garantizadas con bonos o acciones de compañías venezolanas, hasta 180 días, 5 % anual. Se estableció en esa oportunidad que la diferencia entre el tipo de redescuento y el interés que podían cobrar los bancos al público, incluidas las comisiones, no podía exceder del 4Jh %. Junio de 1969. Entra en vigor la siguiente reglamentaci6n: Redescuenros de documentos de crédito provenientes de operaciones de legítimo carácter comercial, hasta 180 días, 5Jh % anual. Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones relacionadas con la producci6n, elaboración, almacenamiento, transporte o venta de productos industriales de carácter nacional, de 180 a 360 días, 6% anual. Redescuento de documentos de crédito provenientes de operaciones agropecuarias relacionadas con la siembra, cultivo, recolecci6n, almacenamiento, transporte y venta de productos agropecuarios, para las instituciones de crédito del Estado, hasta 360 días, 2 % anual. Redescuentos de documentos de crédito provenientes de operaciones agropecuarias para otras instituciones distintas de las organizaciones de crédito del Estado, 5 % anual. Anticipos sobre oro amonedado o en barras, hasta 90 días, 5Jh % anual; sobre valores del Gobierno hasta 180 días, 5% anual; 201 sobre cédulas hipotecarias hasta 180 días, 5 % anual, sobre obligaciones garantizadas con bonos o acciones de compañías venezolanas, hasta 180 días, 6% anual. Finalmente, a partir de 1974 comienza a prevalecer un mecanismo mediante el cual el costo de los redescuentos no está determinado por una tasa fija, sino por un diferencial respecto al interés que cargan la banca comercial e instituciones financieras. al público. Dentro de este esquema se fijan, con ligeras variables, tipos para redescuento y anticipos en 1974, 1976 Y 1979. La Resolución correspondiente a 1979 establece: Para operaciones de descuentos y redescuentos sobre letras de cambio, pagarés relacionados con operaciones de legítimo carácter comercial, la tasa de interés que ·regirá será la que resulte de restar el 2% a la tasa de interés cobrada por los bancos o institutos de crédito en las operaciones que hayan dado origen a los documentos presentados; para descuentos o redescuentos provenientes de documentos relacionados con la producción, transporte o almacenamiento de productos agropecuarios, el diferencial se fija en 21h %; y para anticipos con garantía de valores públicos o privados, se determina que la tasa de interés será igual a la tasa nominal de los correspondientes valores. Asimismo la Resolución establece límites mínimos absolutos tanto para redescuentos como para anticipos. En febrero de 1980 se dicta una nueva Resolución en la cual se mantienen los mismos tipos de interés aplicables a las operaciones de redescuento que se habían fijado en 1979. En materia de anticipos se mantiene en vigor el criterio de que el interés aplicable será igual a la tasa de interés nominal de los valores dados en garantía, pero se agrega una disposición según la cual el interés cobrado en el caso de operaciones de esa naturaleza no será inferior al 11%. Se desprende de las informaciones precedentes que ha existido un tratamiento preferencial para redescuentos provenientes de operaciones agropecuarias e industriales. Asimismo, en las Memorias e Informes Económicos se pone de relieve el interés del Banco Central en canalizar la mayor cantidad de recursos hacia esos sectores y se destacan las acciones que se han tomado en ese sentido. No obstante, esta materia se examina con mayor detalle en el capítulo sobre posibilidades y limitaciones para financiar el desarrollo económico. 202 Otros elementos de apreciación Cuantificar los efectos del volumen de redescuentos sobre el tipo de interés y el crédito bancario constituiría, sin lugar a dudas, la base más. sólida para reafirmar los argumentos expuestos. Ello resulta difícil por la carencia de información estadística adecuada y, fundamentalmente, por algunas razones decisivas como son, en primer lugar, el hecho de que el Banco Central de Venezuela ha cotizado tradicionalmente una serie de tasas múltiples no directamente interrelacionadas que dificultan los cálculos y apreciaciones al respecto. En segundo lugar, porque conjuntamente con las variaciones en los tipos de redescuento se han alterado también los plazos aplicables a algunas operaciones; y, finalmente, por el hecho de que el interés bancario que registran nuestras estadísticas no es totalmente representativo del costo del dinero, debido a la influencia de comisiones, avalúos y otras cargas financieras. En aquellos países donde existe una sola tasa de redescuento y el plazo aplicable a la realización de operaciones de esta naturaleza ha permanecido invariable, resultan frecuentes las estimaciones sobre la interrelación existente entre el crédito del Banco Central y el crédito e interés bancario a corto plazo, lo cual no se ha abordado cabalmente en Venezuela por las circunstancias ya señaladas. De todos modos, cualquier observación superficial del problema pone de relieve que los intereses bancarios han tenido pocas variaciones en virtud de los cambios registrados en la tasa de redescuento del Banco Central. Esta situación parece demostrar la presunción de algunos aurares en el sentido de que, en los países insuficientemente desarrollados como un todo, los tipos de interés juegan un papel poco relevante en la expansión de la demanda de crédito y que tanto los plazos como las condiciones de elegibilidad de los documentos suelen ser en muchas ocasiones más importantes que las variaciones en la tasa de redescuento. Por consiguiente, sería indudablemente exagerado pretender demostrar que las variaciones en la tasa de redescuento han tenido en nuestro medio influencia decisiva sobre el tipo de interés, el crédito o la circulación monetaria, aun cuando no puede desestimarse que en determinados momentos de la coyuntura dichos cambios han sido necesarios y útiles. Venezuela, por su condición de país de mercado monetario insuficientemente desarrollado se encuentra afectado por todos o la gran mayoría de los obstáculos ya 203 comentados que impiden a los bancos centrales ejercer influencia decisiva sobre la actividad económica a través de su política de prestamistas de última instancia. En efecto, muy poco uso se hace del redescuento como instrumento habitual de refinanciamiento de la banca. Más de la mitad de los bancos de depósito que operan en el país no utilizan el crédito del Banco Central y los que lo hacen, que constituyen la minoría, han recurrido a las autoridades monetarias sólo en forma esporádica, frente a necesidades extraordinarias de liquidez por retiro de depósitos, o ante situaciones depresivas de la economía. Corroboran estas afirmaciones, entre otros datos y cifras conocidos, el hecho marcadamente notorio de que, al cierre del decenio de los años setenta, alrededor de las tres cuartas partes de los saldos deudores de la banca comercial para con el Banco Central correspondían a cuatro o cinco instituciones crediticias que fueron afectadas por problemas de liquidez durante el período 1959-1962 y que confrontaban dificultades para alcanzar su recuperación definitiva. Por otra parte, a finales de 1979 la prensa local destacó en varias oportunidades que más del 50% de los redescuenros concedidos por el Banco Central correspondían a una institución bancaria que había experimentado dificultades y tuvo que ser intervenida. La posibilidad de que el régimen legal existente sea causa directa o indirecta de la escasa utilización del Banco Central de Venezuela como prestamista de última instancia debe descartarse. La Ley, como anteriormente se ha señalado, tiene suficiente amplitud y flexibilidad en esta materia. Así lo han reconocido, además, las propias autoridades de la institución, cuando en la Memoria Especial 1961-1965 (p. 93) se exponen los siguientes conceptos: "Nada impide, en efecto, manipular la tasa de redescuento con finalidades preferentemente cambiarias o de control cuantitativo de la oferta de crédito; extender la emisión con base en el descuento o redescuento de documentos originados en la comercialización y producción de la renta nacional, inclusive a través de operaciones directas con el público en algunos casos. También es posible seleccionar el crédito mediante tasas diferenciales de interés. Los requisitos de elegibilidad de los papeles redescontables son de por sí un instrumento selectivo de control del crédito. Tan variado alcance sugiere, en principio, la existencia de un marco jurídico lo suficientemente amplio y flexible como para permitir el desarrollo de una política ágil y fluida, con una gran capacidad de adaptación 204 al curso de los acontecimientos". Por consiguiente, se conduye en dicho documento que los problemas que pudiere confrontar la política de redescuento, así como el éxito de sus resultados, no pueden atribuirse a deficiencias del régimen legal. También resulta errónea la afirmación de que la política llevada a cabo por el Banco Central haya sido en extremo conservadora y que por esa causa la banca poco acuda al redescuento, Puede que en determinadas ocasiones, ante la necesidad de proteger la estabilidad interna y externa, el Instituto Emisor haya sido poco receptivo ante las aspiraciones del sector bancario, pero en líneas generales resulta difícil aplicarle el calificativo de conservador. Al respecto debe tenerse presente la apreciable asistencia crediticia otorgada a los bancos en situación de precaria liquidez a que se ha hecho referencia, así como las renovaciones de documentos y ampliaciones de plazo. Refiriéndose a crédito otorgado a varias instituciones financieras durante el decenio de los años sesenta el Dr. Ernesto Peltzer exponía: "La liquidación de esta posición deudora constituye evidentemente un problema a largo plazo, lo que significa que los redescuentos y anticipos se han convertido en colocaciones a largo plazo". 28 Asimismo, al hacer referencia a la asistencia crediticia que se prestaba a la banca comercial en ocasiones en que se registraban salidas de capitales, este distinguido economista solía afirmar que el Banco Central no sólo vendía divisas a la banca de manera irrestricta, sino que también le suministraba crédito para adquirirlas. 29 Por consiguiente, parece poco sensato aceptar la hipótesis de que el Banco Central haya sido en extremo conservador en su política de redescuento, en especial si se toma en consideración la amplia asistencia .credíticia que ha otorgado a bancos con dificultades de liquidez, como lo demuestran los porcentajes de concentración del redescuento en pocas instituciones bancarias que ha pre28. Peltzer, Ernesto, op. cil. 29. Dentro de este mismo orden de ideas resultan de apreciable interés unas declaraciones de prensa formuladas por el Dr. Carlos Rafael Silva (El Nacional, 7 de febrero de 1979), quien manifestó que en Venezuela se había venido registrando un proceso de paulatina nacionalización de la banca, no por voluntad expresa del Estado sino por la mala administración que de sus bancos habían hecho algunos banqueros. Se refería, indudablemente, a la recepción de acciones de bancos privados por parte del Banco Central como pago de obligaciones derivadas de redescuentos y anticipos. 205 valecido en distintas oportunidades, así como las ampliaciones de plazo a que se ha hecho referencia. Naturalmente, es evidente que el Instituto tiene que examinar los documentos presentados y analizar tanto la situación del banco solicitante como la coyuntura económica imperante, lo cual puede crear expectativa e incertidumbre por parte de los sectores afectados y dar origen a críticas sobre el conservatismo del Banco Central. Asimismo, frente a las quejas que han surgido de algunos banqueros, debe tenerse presente que planteamientos de ese tipo resultan comunes en muchos países donde el redescuento tiene carácter discrecional. Veamos, por ejemplo, algunos conceptos que se han expresado respecto al Sistema Federal de los Estados Unidos en su carácter de prestamista de última instancia: "Ha sido motivo de gran irritación para los bancos miembros del Sistema de la Reserva Federal la incertidumbre que existe acerca del monto y duración del crédito que pueden recibir. Como prestamistas en un mercado crediticio competitivo, dichos bancos aspiran a informar a sus clientes sobre las facilidades de crédito que pueden otorgar y sobre los plazos de las mismas". 30 De los elementos de juicio antes expuestos parece desprenderse que las causas por las cuales el redescuento no ha adquirido importancia como instrumento de control monetario son semejantes a las que han influido en otras economías de estructura similar a la nuestra. La primera de ellas radica en el incipiente desarrollo del sistema bancario, el cual, a pesar del crecimiento y diversificación registrados en los últimos años, no parece estar suficientemente bien estructurado para aprovechar al máximo la liquidez existente en el país y para llevar el crédito del Banco Central a todos los sectores de la economía. Tal responsabilidad no puede atribuirse por supuesto sólo a la banca y a los banqueros. Influyen también en forma determinante los hábitos de la población y las costumbres y prácticas mercantiles. Además, se carece de organizaciones que estén siempre dispuestas a tomar y a dar dinero prestado, ya que las prácticas de refinanciamiento son poco comunes y no existe tampoco una cabal interrelación entre todos los sectores financieros 30. Young, Ralph. lnstruments 01 Monetar'Y Polic'Y in tb« United Stetes, Inter- national Monetary Fund, 1973. 206 de la economía, en cuyo caso la influencia del Banco Central a través del redescuento podría ser decisiva. La banca, por su parte, ha mantenido tradicionalmente en nuestro país una elevada liquidez, como lo demuestran los excedentes de reservas no colocados que comúnmente registran nuestras estadísticas monetarias. Cada banco trata, por lo tanto, de depender de sí mismo en situaciones de emergencia, pues se carece de mecanismos de refinanciamiento interbancario distintos de los que presta el Banco Central. Causas aparentes de esta situación son los prejuicios contra el redescuento que, como es sabido, son bastante comunes en nuestras economías y que posiblemente son aún más acentuados en Venezuela. El sistema bancario tampoco parece estar siempre suficientemente provisto de papeles elegibles para el redescuento o para garantizar anticipos, lo que parece evidenciarse por el elevado volumen de documentos no admitidos por el Banco Central. Tampoco los valores gubernamentales representan un fuerte renglón de la cartera de los bancos. Sin embargo, la causa fundamental que determina esta escasa vinculación financiera con el Banco Central puede ser la elevada liquidez que, en su conjunto, mantiene el sistema. Sólo en situaciones de emergencia acuden algunos bancos a la asistencia crediticia del Banco Central. En muchas ocasiones se ha recurrido al crédito externo antes de solicitar redescuentos o lo que es más grave aún, se han restringido las colocaciones. Naturalmente que esta reticencia no es común a toda la banca. Algunas instituciones se han excedido incluso en sus so·licitudes de redescuento y en muchas ocasiones ha habido necesidad de atender su requerimiento por situaciones de apremio. Tales casos son indudablemente aislados y no pueden constituir elementos representativos de una política de redescueoros orientada a influir sobre la actividad económica. La acruación del Banco Central de Venezuela como prestamista de última instancia no ha tenido, pues, la amplitud ni generalidad característica de instituciones semejantes de otros países, incluso de aquellos de igual o menor desarrollo económico que el nuestro. A ello se agrega otro fenómeno íntimamente ligado al anterior o, presumiblemente, su efecto inmediato, como es el de que el dinero creado a través del redescuento es reducido en comparación con el que generan las operaciones cambiarias, la gestión fiscal o el propio crédito bancario, alimentado preferentemente por depósitos y recursos propios de dichas instituciones. Frente a una situación 207 como la planteada, resulta difícil pretender, que la tasa de redescuento pueda haber tenido influencia sobre la expansión o contracción del crédito bancario en su conjunto o sobre los tipos de interés, mucho menos el efecto psicológico de influir como mecanismo de aviso en la conducción de los negocios privados. Algunas evidencias históricas Un breve recuento histórico corrobora en gran parte los argumentos expuestos. Dicho enfoque pone de relieve que el Banco Central de Venezuela ha realizado operaciones de redescuentos y anticipos prácticamente desde su fundación, pero en cuantía relativamente moderada, tanto en lo que respecta a su número como a su monto global. Escasamente habían transcurrido cuatro meses de la fecha en que el Instituto abrió sus puertas al público cuando se registra la primera operación, la cual se llevó a cabo el 17 de febrero de 1941 y correspondió a efectos provenientes del Banco Agrícola y Pecuario por una cantidad ligeramente superior a los doscientos mil bolívares. La actividad crediticia continuó incrementándose durante el transcurso del año hasta alcanzar un monto de ocho millones de bolívares al cierre del segundo semestre..En esa oportunidad hicieron uso de las facilidades del redescuento tres bancos nacionales y dos extranjeros y se realizó un total de cuatrocientas diecinueve operaciones, de las cuales la mayoría correspondió a documentos agropecuarios. 31 En 1942 el volumen de redescuentos alcanzó a treinta millones de bolívares, pero en 1943, debido a un aumento de la liquidez bancaria, su monto descendió nuevamente a ocho millones. En ese último año se reforma la Ley de Banco Central, entre otras finalidades, con la de eliminar algunos requisitos que se consideraban innecesarios en materia de redescuentoo También se modificaron las tasas fijadas originalmente en 1941 y se establecieron algunas condiciones más liberales. No obstante, el incremento de los años subsiguientes no puede considerarse significativo. Ya la Memoria del Banco Central correspondiente al año 1941 había previsto la imposibilidad de alcanzar a mediano plazo aumentos de significación en el volumen de redescuentos, debido a la 31. Banco Central de Venezuela. Memoffll, 1941. 208 existencia de una serie de factores contrarios a la utilización de ese instrumento. Entre dichos factores destacábanse los siguientes: a) El fortalecimiento que había experimentado la banca en virtud de los créditos recibidos del Banco Central por traspaso de emisiones; b) Los elevados recursos propios de que disponía el sistema, cuyo monto de su capital y reservas. El sistema bancario continuaba utilicuales un sesenta y dos por ciento se había destinado a colocaciones e inversiones; y, e) El uso excesivo del crédito en cuenta corriente. Se señalaba que el comercio venezolano estaba habituado a la Cuenta corriente como instrumento predilecto de crédito y que, mientras perdurara esa tendencia, no era posible desarrollar un mercado monetario propiamente dicho. Se hacía un llamado a las Cámaras de Comercio a fin de que contribuyesen a modificar esa situación y se destacaba el hecho de que más del cuarenta por ciento de las colocaciones de la banca estaba constituido por créditos en cuenta corriente. La provisión de papel redescontable no era, pues, en esa oportunidad, una de las características más resaltantes del sistema. Al finalizar la década de los cuarenta, la situación no había cambiado sensiblemente a pesar del acentuado desarrollo que había experimentado la economía y del crecimiento de la banca, tanto en su aspecto geográfico como en el número de institutos y en el monto de su capital y reservas. El sistema bancario continuaba utilizando las mismas prácticas de financiamiento y su liquidez se había incrementado apreciablemente como resultado de los consecutivos saldos activos de la balanza de pagos. Durante la década en referencia el volumen más elevado que alcanzó el redescuenro fue de ciento cuarenta y nueve millones de bolívares y correspondió al año de 1948. En 1950 la cifra se situó en ciento veinticuatro millones de bolívares y en 1952 alcanzó a doscientos diecisiete millones. A partir de esa fecha se registran algunas bajas que tienen su punto culminante en 1953 cuando el volumen de operaciones se situó en setenta y cuatro millones de bolívares. 32 En 1954 un mayor número de bancos acude al redescuento y se comienza a intensificar tanto el volumen como el número de operaciones. Algunos funcionarios del Banco Central comienzan a expresar preocupación por algunas irregularidades observadas en los mecanismos a 32. La Economla Venezolana en los Ultimas Veinticinco Años (Ediciones BCV, 1965). 209 empleados, así como por los abusos en que se incurría al utilizar indebidamente el crédito proveniente del Instituto. En esa oportunidad el Directorio deroga la decisión original adoptada en 1941 de conceder redescuentos sólo hasta un máximo de treinta por ciento del capital pagado y reservas de cada institución, y se establece un nuevo mecanismo mediante el cual los cupos individuales para cada banco deberían calcularse como un cincuenta por ciento del capital pagado y fondos de reserva hasta los primeros diez millones, más un cuarenta por ciento de los mismos fondos cuando excedieran de diez millones. Esta reglamentación tuvo pocos años de vigencia efectiva, ya que a partir de 1959, al tornarse pasiva la balanza de pagos y producirse la conocida crisis de confianza con su correspondiente salida de capitales, las situaciones de apremio privaron por sobre las reglamentaciones y el Banco Central tuvo que conceder créditos individuales por cantidades superiores a las originalmente previstas. En el lapso 1959-64 se registra la más intensa actividad crediticia conocida en la historia del Banco Central. El monto de los redescuentos y anticipos otorgados en 1960 se situó en Bs. 1.925 millones. Dicha cifra se incrementó en 1961 hasta alcanzar un tope máximo de Bs. 2.816 millones. En 1962 se otorgan créditos por un monto de Bs. 2.427 millones y en el año siguiente Bs. 1.171 millones. La Memoria Especial 1961-68 al referirse a esta situación anota lo siguiente: "El auxilio financiero prestado por el Banco Central a la banca comercial y otros institutos de crédito registró durante los años 1959 a 1964 cifras sin precedentes en toda la historia del Banco Emisor. Entre 1941 y 1958, o sea en diecisiete años, éste otorgó créditos por un monto de Bs. 2.173 millones, mientras que sólo en 1961 dichos créditos alcanzaron un valor de Bs. 2.816 millones". Esta política crediticia constituyó una respuesta a la baja en los depósitos que se registraba como consecuencia de las salidas de capitales, aun cuando se estima que el crédito del Banco Central constituyó en algunas ocasiones elemento adicional de financiamiento de las compras de divisas. Por ello, el Instituto tuvo que asumir una actitud cautelosa y analizar con gran cuidado las solicitudes presentadas para no contribuir indirectamente a agravar el problema que se deseaba solucionar. Muchos de los créditos otorgados en esa oportunidad no pudieron ser cancelados en los plazos previstos y se convirtieron prácticamente en colocaciones a largo plazo. Por tales razones se ha apuntado muy sensatamente que el 210 grueso de las colocaciones registradas en ese período no se derivó de una política de redescuento expresamente destinada a influir sobre la actividad económica, sino de acciones individuales de salvamento de bancos que confrontaban agudos problemas de liquidez. A partir de 1963 comienza a experimentarse un proceso de recuperación financiera que restringe de nuevo la posición del Banco Central como prestamista de última instancia. Sin embargo en 1974 y 1975 el Banco tuvo que atender de nuevo problemas de escasez de liquidez de la banca, como consecuencia de salidas de capitales, tal como se evidencia en la Memoria Especial 1971-1975 (p. 152) que dice: "En el lapso 1974-1975 la intervención del Banco Central estuvo dirigida a solventar problemas transitorios de liquidez en algunas instituciones financieras, como resultado de la cuantiosa salida de divisas que se produjo en el mes de mayo de 1974, cuyos efectos contractivos se prolongaron hasta agosto siguiente". Se destaca asimismo que esta intervención se concretó en operaciones de anticipos y redescuentos y que se modificaron las normas que regulan dichas operaciones. Por otra parte, se indica en dicha Memoria que durante ese lapso el Instituto adquirió por primera vez cédulas hipotecarias de los bancos hipotecarios, con el objeto de proporcionar liquidez a esas instituciones y evitar que se produjera una situación recesiva en la industria de la construcción. CONCLUSIONES En conclusión, puede afirmarse que las funciones del Banco Central de Venezuela como prestamista de última instancia tienen en nuestro medio un alcance reducido y que el redescuento no ha constituido ni constituye un instrumento efectivo de control monetario. Las Memorias e Informes Económicos del Banco Central, con criterio bastante objetivo así lo señalan y algunos directivos del Instituto Emisor han dejado constancia de sus impresiones al respecto. Sin embargo, tal situación no es privativa sólo de Venezuela sino fenómeno bastante común en las economías en desarrollo, donde la ausencia de un mercado monetario adecuadamente estructurado impide a los bancos centrales ejercer influencia decisiva sobre la actividad económica a través de la tasa de redescuento. La elevada liquidez de la banca, la escasez de papel redescontable, 211 el predominio del sobregiro en cuenta corriente como instrumento predilecto de crédito y el reducido hábito bancario, son causas determinantes de esa situación. Desde luego que en los últimos años muchos de estos problemas han sido superados. El sistema bancario ha adquirido un desarrollo y .diversificación bastante significativos; las instituciones se han modernizado; han mejorado los hábitos de ahorro y la población se ha concentrado en centros urbanos, lo que permite utilizar más cabalmente los recursos financieros de la economía. Nuestro mercado monetario parece, por lo tanto, más ágil y flexible que el que predominaba en la Venezuela todavía semirrural de los años treinta y cuarenta y los prestamistas no institucionales han cedido paso a la banca y otras instituciones de crédito. Predominan, sin embargo, algunos fenómenos decisivos que determinan la escasa utilización del crédito del Banco Central, como son, la elevada liquidez que en su conjunto mantiene el sistema bancario y ciertos prejuicios contra el redescuento por parte de algunos bancos, lo que hace que la utilización de este instrumento no tenga la uniformidad deseada. Desde otro punto de vista, es indudable que el redescuento ha sido un medio efectivo de promover la liquidez y solvencia del sistema bancario, tal como lo establece la Ley del Banco Central, y que la política de dar un tratamiento preferencial a los documentos provenientes de operaciones agropecuarias e industriales ha permitido canalizar apreciables recursos hacia esos sectores, favoreciendo así su desarrollo. Asimismo no puede pasarse por alto que los anticipos sobre valores públicos y cédulas hiporecarias han contribuido de manera apreciable a proporcionar liquidez a dichos instrumentos y a sostener sus cotizaciones, de lo cual se han derivado, a la vez, importantes beneficios para el sistema financiero y la economía nacional en su conjunto. No parece acertada la tesis de que el conservatismo del Banco Central haya sido causa de la escasa utilización del redescuento por parte de la banca comercial, en especial si se toma en cuenta la considerable asistencia crediticia otorgada al sector bancario en situaciones de apremio, con la característica muy especial de que muchos de esos apremios obedecieron a retiros de fondos por salidas de capitales, en cuyo caso la liquidez adicional inyectada por ese mecanismo contribuía también a financiar nuevas salidas de divisas y creaba un 212 círculo vicioso que daba origen a problemas de difícil solución. También en no pocas ocasiones se ha prestado asistencia financiera especial y extraordinaria a instituciones cuyas dificultades han obedecido a inmovilización de recursos como consecuencia de una inadecuada política de colocaciones. Ante situaciones de este tipo el Banco Central se ha visto obligado a recibir numerosos activos en dación de pago, incluyendo la totalidad o buena parte de las acciones de los bancos afectados y, frente a tales evidencias, no puede calificársele de conservador. Como sucede en otros países, el sector bancario aspira a que el redescuento funcione de manera más automática y que sea menos discrecional por parte de las autoridades monetarias. Es obvio que los banqueros deben contar con la garantía de que los documentos que llenen las condiciones de eligibilidad para el redescuento les sean aceptados, ya que su política de colocaciones puede estar supeditada a la eventual asistencia financiera que reciban del Banco Central. Pero sucede que el crédito basado en documentos inobjetables para el propósito mencionado, puede ser utilizado para financiar actividades no prioritarias o contrarias a la economía nacional. Nuestro Banco Central, según se desprende de sus Memorias e 11'!formes Económicos, siempre ha deseado que el redescuento se vincule más efectivamente al financiamiento de actividades productivas y ha hecho esfuerzos en ese sentido, a la vez que ha abrigado temores ante la posibilidad de que este recurso sea utilizado indirectamente para financiar salidas de capitales y que, por lo tanto, incida negativamente sobre la balanza de pagos. Por tales razones, el automatismo no resulta siempre posible. En consecuencia, es fundamental intensificar los esfuerzos tendientes a orientar más adecuadamente a la banca respecto a la dirección que debe imprimir al crédito para contar con la asistencia del instituto emisor. Asimismo, dado el mayor desarrollo que ha adquirido nuestro sistema financiero, parece oportuno comenzar a explorar las posibilidades de creación de mecanismos de refinanciamiento interbancario, semejantes a los Fondos Federales que funcionan en Estados Unidos, con lo cual se lograría una más adecuada utilización dél potencial crediticio de la banca. 213