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INTERVENCION DEL DR. ASDRUBALBAPTISTA La Venezuela que amanece en 1920 es una sociedad misérrima. Luego de los años eufóricos que siguen a la conclusión de la Guerra de Independencia, un prolongado estancamiento de la actividad económica se discierne en la información estadística que, aun cuando muy parcialmente, da cuenta del comportamiento económico del país (1). En 1920 el ingreso por habitante de Venezuela monta a unos 150 dolares de valor constante. Pero ochenta años antes esa magnitud era de 110 dólares de igual valor constante. En 1840 la distancia entre Venezuela y los países más avanzados del mundo era más o menos de 1 a 4. En 1920 la distancia se ha anchado hacia algo así como 1 a 9. La naturaleza y las causas del crecimiento de la riqueza de las naciones, que es el gran tema de la Ciencia de la Economía Política, de manos de las mentes de excepción que le dieron origen se disciernen a la luz de unas pocas proposiciones, llenas de enorme belleza conceptual y de profundo sentido histórico: a) El crecimiento económico y la aparición del mercado como forma de organización social son cóetáneos. b) El crecimiento económico es la resulta de la aplicación continua del excedente social a los fines de expandir y desarrollar las capacidades productivas de la sociedad. c) El mercado, en cuanto forma de organización social, asegura de manera muy eficiente la generación de excedentes, y más, su misma razón de ser histórica, le constriñe a invertirlos. El prolongado estancamiento de Venezuela, por lo tanto, es la consecuencia de la junta de dos hechos, que al final no son sino expresiones de una única realidad histórica: en primer lugar, y preeminentemente, la organización social no 1. Asdrúbal Baptista, Las Tendencias de la Economía Venezolana: 1830-1920, (lESA, 1986). 23 fuerza la conducta económica hacia la inversión nacional; y segundo, acaso el excedente social, al menos en una importante porción suya, se canaliza hacia la inversión en otras economías nacionales. En el amanecer de 1920 hay un venezolano que comienza, pioneramente, a contemplar la economía del país a la luz de la razón científica. Venezuela, nos dice, "gracias a la explotación de sus campos petrolíferos veráintersificarse progresivamente la inmigración de hombres y de capitales" (2). La irresistible lógica del mercado, más un gran proceso civilizatorio que un simple acontecer económico, había tendido su mirada hacia la economía venezolana. Cualquiera hubiera sido el destino prefigurado para Venezuela según sus más profundas tendencias naturales, ahora el mercado le determinaba otra manera de ser. Alberto Adriani tomará para sí la tarea de pensar sobre el país de manera de adecuarlo a las nuevas realidades que en su clara lucidez se hacen verdad antes de que sucedan. De su pluma emergerá, así, una visión política, que ya tuvimos ocasión de detallar (3), y que descansa armoniosamente en una sistemática y metódica labor de investigación científica. lLa Economía Política de Venezuela difícilmente podía tener un mejor progenitor! La visión de Adriani, rigurosamente capitalista en su espíritu y en su ética, tiene en sus mismos inicios una singularidad sobresaliente. Escribe así: "Los pueblos latinos tienen necesidad para su formación y en vista de su política exterior, de crear Estados fuertes" (4). 2. 3. 4. 24 Alberto Adriani. Labor Venezonalista, Segunda Edición, (Caracas, 1946) p. 446. Asdrúbal Baptista, Un Esbozo de la Historia del Pensamiento Económico Venezolano: las grandes líneas (Caracas, 1985). Alberto Adriani, op, cit., p. 107. y añade seguidamente: "El Estado fuerte no significa gobierno tiránico o arbitrario... (sino) aquél que es capaz de someter a un plan armónico todos los factores de la producción" (5 ). y en el terreno de los hechos económicos, en obediencia a su espíritu y a su ética, la orientación es inequívoca: el futuro de Venezuela depende de lo que se haga con la producción. O en sus propias palabras, que siempre deberán leerse bajo el prisma del condicionamiento histórico: "La agricultura y la cría son hoy y serán mañana las bases de la prosperidad y grandeza del país" (6). y continúa: "La agricultura y la cría son mucho, mucho más importantes que otras actividades postizas y antieconómicas a las cuales dedicainos mayor atención" (7). En la visión de Adriani, pues, no tiene cabida el petróleo, por cuya razón Venezuela se estaba haciendo un mercado. No creo ir demasiado lejos cuando me permito afirmar que quizás le repugnaba conceptualmente. ¿No se sigue ello acaso de su riguroso pensar capitalista? La mente científica rechaza con mucha fuerza las aberraciones que nacen de anomalías causales o episódicas que perturban el curso natural de la razón. El petróleo, escribirá Adriani: "Es una actividad precaria y perecedera" (8). Pronto, sin embargo, los proventos petroleros empezarán a causar sus efectos. La Venezuela que nacía a la realidad del mercado llevaba en su seno un hecho singular para la Ciencia de la Economía Política. 5. 6. Ibid. pp. 91-108. Ibid. p. 191. 7. 8. tu« tu« p. 191. p. 363. 2S El conocimiento del gran tema del crecimiento económico, cuya peculiaridad metodológica sobresale en su ser una delicada combinación de lógica e historia, postula como objeto un proceso por el cual una sociedad nacional se organiza de un modo tal que produce más de lo que gasta para producir. La diferencia entre el total de lo producido y el costo para la sociedad de esa producción, son los recursos con los cuales la sociedad ha de financiar el proceso histórico de crecimiento de los estándares de confort material de sus habitantes, o mejor, de conformación de su estructura de mercado. Este complejo proceso, en cada circunstancia nacional, tiene sus especificaciones. Más ellas, finalmente, por lo general son variantes o condicionantes que hallan adecuada cabida dentro de la lógica más global que la ciencia discierne. El proceso histórico particular que conduce la sociedad venezolana hacia el mercado, empero, difiere en algo excepcional, y lo es en tal extremo que a quien lo investiga científicamente termina imponiéndole como un campo de trabajo singular y específico. En breve, Venezuela se ha hecho mercado financiada en gran medida por un ingreso rentista, propiedad del Estado, y obtenido del petróleo en el comercio internacional. Valga decir, la Ciencia de la Economía Política tiene que dar cuenta, en el caso de la economía venezolana, y por distinción de lo que es su objeto normal, del proceso de conformación del mercado en una sociedad que dispone de recursos excedentarios cuantiosos y crecientes en relación con su tamaño, que no son generados por ella misma, y que son en su origen propiedad del Estado. ¡Qué de alimentos para la avidez científica!. Hoy se saben muchas cosas de la lógica y del contenido empírico de tan singular proceso. Se sabe, por ejemplo, de la naturaleza de la ley del valor en el comercio internacional cuando se halla presente una renta, y también de los términos absolutos de intercambio del comercio petrolero venezolano. 26 Se sabe algo de la Contabilidad Nacional en una economía rentística, y también de las magnitudes del PTB no rentístico venezolano. Se sabe de la sobrevaloración del signo monetario como el único mecanismo de distribución de una renta internacional a través del mercado, y por ende de la relación entre el tipo de cambio y distribución nacional del ingreso. Se sabe de la naturaleza de los efectos del gasto público corriente sobre la expansión, de su tendencia dinamizadora decreciente y de los mecanismos de asignación de las capacidades productivas de la economía entre los diferentes sectores. Y se sabe algo del carácter del equilibrio dinámico de la economía rentística: en la economía rentística, como resultado natural, la oferta potencial crece más velozmente que la demanda efectiva, de manera que la economía se mueve de manera normal en el desequilibrio. Estas cosas y saberes hoy se tienen como prolongación de la jornada que puso en marcha Alberto Adriani. Cuando se lee la obra de Adriani se percibe pronto que uno está frente a un intelecto ejercitado en el trabajo metódico de la investigación científica. Hermoso y consecuente el ardor del joven de alejada provincia que tenía, empero, su mente abierta al mundo. A sus impulsos pioneros y labores, en esa extraña dialéctica colectiva que es el descubrimiento científico, estamos vinculados por lazos frescos quienes hoy hacemos aquí ciencia. Felíz generación la que tuvo entre los suyos a Alberto Adriani. Afortunada generación esa, que puede exhibir en Adriani y Uslar Pietri, el nacimiento de una gran pasión que perdura en muchos. lHonra grande, muy grande, a los años breves de Alberto Adriani, que han hecho caminos largos, muy largos! (APLAUSOS). 27 28 29