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DOCTOR MIGUEL RODRIGUEZ LA POLlTICA ECONOMICA DEL CRECIMIENTO PARA VENEZUELA Presentacion del Doctor Miguel Rodr/ques, Profesor de l.conomia de lESA, por la Doctora Pala Orttz, Miembro Directivo de la Academia Nac tonal de Ciencias Lconomicas La presentación del Doctor Miguel Rodríguez, destacado Economista y Profesor del IESA, estuvo originalmente a cargo del Doctor Asdrúbal Baptista, Individuo de Número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Pero, en vista de que asuntos imprevistos a última hora, obligaron al Dr. Baptista, a ausentarse de Caracas, me pidió que expusiera las palabras preparadas por él para la aludida presentación, las cuales citaré a continuación: "William Wordsworth tiene un verso hermoso que me voy a permitir utilizar para presentar ante ustedes, en esta tarde, a mi distinguido amigo Miguel Rodríguez: Estar vivo el/ ese amanecer fue una bendición; pero ser joven, además, acaso el para/so mismo. Venezuela está en los albores de una nueva historia. Las condiciones económicas han experimentado cambios tan dramaticos, que no es retórico decir que nuestro tiempo es una en13 crucijada. Tenemos detrás un largo trecho de éxitos y logros de toda suerte para el desarrollo del país. Ante el juicio de la razón científica, que no desde luego, el de la veleidad subjetiva, el pasado se nos revela como un poderoso impulso para la construcción entusiasta. Nunca menos que ahora el espíritu de los tiempos rechaz~ toda vocación pusilánime y todo sentimiento de frustración. En este cruce de caminos es una bendición tener el ánimo joven para el discernimiento y para la acción. En este cruce de senderos es una fortuna para el país contar con el ánimo juvenil y excepcionalmente lúcido de Miguel Rodríguez. Imaginativo en el entendimiento, educado en escuela de antigua raigambre, sabedor de experiencias, y, sobre todo, animoso ·~acaso en verdad no hay sustituto para el ánimoMiguel Rodríguez es herencia de la Venezuela que muchas cosas buenas supo hacer para garantizarse a sí misma su porvenir. La Econom ía Científica es poi ítica. No con un simple matiz adjetival, sino sustantivamente. Su ámbito es ese complejo universo de relaciones que aseguran el progreso de la riqueza de la sociedad. Y all í, la trama de los egoísmos grupales es factor esencial del movimiento. Sin facciones y contiendas e intereses, que son finalmente lo poi (tico, no hay -al menos esa es la experiencia histórica- movimiento social, que es lo mismo que decir, no hay Economía Científica. La Venezuela que tenemos hacia adelante como esperanza, porque los tiempos inmediatos son complejos, porque los cambios se han daJo con inesperada subitaneidad, porque la lucha de las facciones es aguda, requiere del más inteligente de los juicios, y de nuevo, del más animoso. Vamos a saber esta tarde del juicio de Miguel Rodríguez, que en ambos calificativos no sufre de mengua" 14 Me siento en el deber imperativo de complementar lo elocuentemente expresado por el Dr. Asdrúbal Baptista con algunos comentarios adicionales, en vista de que el destino me proporcionó el privilegio de haber tenido a Miguel Rodríguez como a.uno de mis más sobresalientes y brillantes alumnos en la Universidad Central de Venezuela, hecho que me motivó a seguir su trayectoria desde aquellos tiempos hasta los actuales momentos, trayectoria durante la cual mostró siempre una gran inquietud de explorar y analizar los desafíos de las tantas veces cuestionables corrientes de pensamiento económico, con el ánimo de contribuir a responder las innumerables interrogantes que constituyen un reto dentro de la ciencia económica y dificultan la escogencia e implementación de políticas económicas que merezcan un alto grado de confiabilidad. Graduado de Economista en la Universidad Central de Venezuela en el año de 1977, Miguel Rodríguez prosiguió sus estudios de postgrado en la prestigiosa Universidad de Yale en los Estados Unidos de Norte América, obteniendo su Doctorado (Ph.D.) en Economía en 1983, con especiaI idad en Macroeconom ía, Econom ía Monetaria y economía Internacional. En estas áreas ha actuado en calidad de Asesor de las Naciones Unidas, de Cordiplán, del 5E:LA y del Banco Mundial, realizando actualmente en este último organismo internacional, un Proyecto sobre el Rol del Sector Público en América Latina. Las mencionadas actividades no le han impedido ejercer la docencia, habiendo sido Profesor en la Escuela de hconomía de la Universidad Central de Venezuela durante el período 1974-1977, Profesor en el Departamento de Economía de la Universidad de Yale en el lapso 1982-83 y desde esa fecha ejerce la docencia en el campo económico en el lESA. . 15 Ha participado en Conferencias celebradas en Estados Unidos de Norte América, en Latinoamérica y en Venezuela, en las cuales se han discutido importantes tópicos como el endeudamiento externo en América Latina, las poi íticas de ajustes, la fuga de capitales en países de alto endeudamiento y otros temas no menos relevantes. Recientemente fué invitado ·por el Institute for International Economics de Washington, donde participó activamente en la Conferencia sobre Fuga de Capitales y Deuda del Tercer Mundo, celebrada en esa Ciudad Capital. En dicha oportunidad presentó la ponencia sobre "Consecuencias de la fuga de capitales para los países de América Latina", ante un auditorio de universalmente prestigiosos economistas como Franco Modigliani, Premio Nobel 1985, Charles Kindleberger y Rudiger Dornbush del MIT Y otros relevantes. En materia de publicaciones, son dignas de mencionar las síguientes: -- Inflación, la Balanza de Pagos y la Producción Real en Venezuela, Tesis de Ph.D. en la Universidad de Yale (1983) - El Ahorro y la Inversión en Venezuela en el Pericdo 1974-82 (1984) El Verdadero Origen del Endeudamiento Externo Venezolano (1984) Auge Petrolero, Estancamiento y Poiíticas de Ajuste en Venezuela (1985) Causas y Consecuencias de la Inflación y de las Políticas Anti-Inflacionarias en Venezuela(1986) 16 En preparación, una obra sobre Econom ía Venezolana de 1958 hasta el presente: Miguel Rodriguez acaba de ser seleccionado por el Institute for International Economics de Washington, en un concurso a nivel mundial en el cual participaron cerca de doscientos economistas de todos los Continentes, para trabajar en el programa de investigación sobre asuntos económicos del Tercer Mundo, bajo los auspicios de la Fundación Ford. Es de señalar, que para la referida.escogencia se tomaron en consideración, entre muchos otros factores, la capacidad analítica de los profesionales y la expectativa que ofrecían para su más efectiva contribución a sus respectivos pa (ses y al mejor conocimiento de las economías de las naciones en vías de desarrollo. El proyecto de trabajo que tendrá a su cargo el doctor Rodríguez versará sobre la "Diversificación de la Cartera Internacional en países en vías de desarrollo: causas, consecuencias e implicaciones para las políticas públ icas". Estoy consciente de la responsabilidad y del compromiso que involucra la afirmación en este Acto académico de mi fé y mi firme convicción en el futuro promisor de este joven Economista, quien disertará esta tarde sobre "La PoIítica Económica del Crecimiento para Venezuela". La selección de este tema pone en evidencia la preocupación del Conferencista por concientizar a los arquitectos de la política económica nacional a propiciar cambios estructurales que garanticen un crecimiento vigoroso y sostenido en una econom ía con menores ingresos petroleros; cómo crecer y cómo desarrollarnos a pesar del deterioro previsible de nuestros términos de intercambio y cuáles son las alternativas para retomar un patrón de crecimiento acelerado y hacia afuera con proyecciones futuras, serán algunos de los aspectos a tratar. 17 Para la Academia Nacional de Ciencias Económicas, para su Comité Directivo y para mi muy en particular, es motivo de especial complacencia recibir en nuestro seno al muy valioso Economista Miguel Rbdr íguez, a quien damos nuestras más expresivas gracias por su participación en este Ciclo de Conferencias auspiciado por dicha Corporación. Doctor Rodriguez: la tribuna es suya y bienvenido a nuestra Academia. Caracas, diciembre de 1986 18 Conferencia dictada por el Doctor Miguel Rodr/guez, en la Academia Nacional de Ciencias Económicas, el d/a 11 de diciembre de 1986 1.- INTRODUCCION El pasado sábado 6 de diciembre, el Presidente de la República anunció el esperado "golpe de timón" para hacerle frente a una situación económica que verua de ocho años de estancamiento y caracterizada por una severa carda de los ingresos petroleros para 1986. La decisión de poi (tica económica del gobierno se concretó básicamente en una maxi-devaluación de la moneda, que va a producir una fuerte aceleración inflacionaria y una contracción del producto y el ingreso real el año entrante, que se convertirá en el noveno consecutivo de la mas larga y profunda recesión que haya vivido nuestra econom ía en lo que va de siglo. 19 La aplicación sistemática de poiíticas de ajuste contractivo desde 1979 hasta hoy ha tenido un efecto destructivo sobre nuestra economía y un impacto profundamente negativo sobre' el nivel y las condiciones de empleo de los distintos factores .de la producción. En efecto, por causa de la parálisis y la contracción de 1979 a 1986, el producto territorial bruto real a comienzos de 19~7 estará por debajo del de' 1976, el ingreso per cápita real a niveles de mediados de los años sesenta, y el desempleo y subempleo han llegado a los niveles más altos en las últimas décadas. Lo impresionante es que este descalabro nacional ha ocurrido en medio de una extraordinaria abundancia de recursos externos provenientes del segundo shock petrolero de 1979 y comienzos de los ochenta. Por si fuera poco, a pesar del estancamiento y de haber acLlmulado un superávit corriente de unos 9.000 millones de dólares de 1979 a 1983, el país desarrolló un severo problema de endeudamiento externo dentro de su sector público, que sirvió esencialmente para financiar una extraordinaria acumulación de activos en dólares del sector privado en el exterior. Luego de haber producido durante todos estos años la paradoja del estancamiento en medio de la abundancia de recursos externos, el tema que nos ocupa en esta conferencia es el de las posibilidades de crecimiento de la economía venezolana en los próximos años, bajo el supuesto de que se mantenga una restricción relativa de nuestro ingreso petrolero. Pero ¿es posible la recuperación de nuestra economía en caso de continuar las dificultades en el mercado petrolero? Nuestra respuesta es inequívoca: Venezuela es, tal vez con la excepción de Brasil, el país con mayores posibilidades de crecimiento y expansión económica de América Latina. La profunda contracclqn del ingreso real y la 20 depresión que hemos venido padeciendo desde 1979, no ha sido producto de las condiciones de nuestra estructura económica, ni de los golpes externos, sino de las poi íticas contractivas, fiscales, cambiarias y financieras, instrumentadas sistemáticamente desde 1979. Aun con el deterioro marcado de nuestros términos de intercambio, el país cuenta con una serie de condiciones que le confieren un gran margen de maniobra en el corto y largo plazo para promover el crecimiento y el desarrollo. En nuestra intervención de hoy quisiéramos ponderar la situación actual de la econom ía venezolana, hacer el diagnóstico mas certero posible de sus desequilibrios fundamentales, y evaluar el acervo de recursos conque cuenta para enfrentar el reto del desarrollo. Sobre esta base, trataremos de explorar en consecuencia ¿cuáles son nuestras posibilidades reales de crecimiento?, y qué estrategia sería la apropiada para alcanzar las metas de expansión económica sostenida que nos fijemos para los próximos años? Para ello, comenzaremos por evaluar brevemente el rol que jugaron las poi íticas de ajuste implementadas a partir de 1979 para producir la paradoja del estancamiento en medio de la abundancia. El objetivo de este breve recorrido histórico es ilustrar como la equivocación sistemática en el diagnóstico apropiado sobre la situación cícl ica vivida por nuestra econom ía en el pasado, condujo a la formulación e implementación de planes de ajuste contractivos que disminuyeron nuestro potencial de creación de riqueza y bienestar. é Seguidarnente haremos el inventario de los recursos reales y financieros conque cuenta nuestra economía, y la evaluación de sus desequilibrios coyunturales y estructurales. Sobre esta base, y sobre un conju nto de proyecciones para la próxima década, ponderaremos cuales son nuestras posibilidades de inscribir al país en una nueva 21 senda de crecimiento estable y vigorosa en el largo plazo. Finalmente, plantearemos las líneas generales de poi ítica que nos permitirán obtener esas metas de crecimiento, paralelamente a la consecución del otro objetivo supremo de desarrollo, cual es una distribución del ingreso y la riqueza que favorezca cada vez mas a la gran mayoría de la población. 22 11.- LA PARADOJA DEL ESTANCAMIENTO EN MEDIO DE LA ABUNDANCIA Después de varias décadas de crecrrruento acelerado, la econorrna venezolana se ha sumido en los últimos ocho años en su recesión mas larga y profunda del presente siglo. Lo paradójico de este comportamiento, es que tiene lugar en medio de una extraordinaria abundancia de recursos externos, que le permiten al pars acumular entre 1979 y 1985 un impresionante superávit en cuenta corriente de balanza de pagos de mas de 17 mil millones de dólares. En este contexto externo ampliamente favorable, la única explicación posible de la prolongada recesión es la sistemática implementación de poi íticas económ leas contractivas, que permitieron el reciclaje masivo hacia afuera de los cuantiosos fondos que el país pudo ingresar desde el exterior, además de contribuir al vasto superávit corriente, estas poi íticas restringieron la producción y el ingreso en niveles muy por debajo de su potencial, y elevaron el desempleo y el subempleo a sus valores mas altos de las últimas décadas. 23 A. El Crecimiento Previo a 1979 Venezuela fue uno de los países de mayor crecimiento relativo a nivel mundial desde los años de la postguerra hasta fines de la década pasada. Las cifras son elocuentes a este respecto. Como' puede apreciarse en el Cuadro 1, por ejemplo, el crecimiento interanual del PTB no petrolero promedió un 7,4 por ciento en términos reales para el largo período comprendido entre 1954 y 1978. En este mismo período, el PTB per cápita creció a la alta tasa promedio del 3,4 por ciento. CUADRO 1 Crecimiento e lnflaclon, 1954-1985 (tasas de variación interanual) P ra Preci os al Consumidor Precios al Productor 3.6 3.8 3.0 1.7 8.2 13.1 13.4 3.6 1.6 11.8 12.9 12.9 3.4 12.1 13.0 prs Años PTB 1954·1978 1954-1973 1974-1978 1979-1985 1979-1983 6.2 6.2 6.1 0.9 1.0 7.4 7.2 8.2 0.8 0.8 3.3 1984-1985 0.5 0.6 No Pet role ro Per Capita 3.4 3.4 Fuente: S.C.V., Anuario de Cuentas Nacionales 24 Hasta 1973, este comportamiento se origmo en un proceso de crecimiento hacia adentro, basado en la sustitución de importaciones, que permitió producir importantes avances en la parte productiva real de nuestra econom ía. La debilidad de este proceso, que se creta agotado para fines de los años sesenta, deven (a de su estrecha dependen-. cia del ingreso petrolero de exportación que tend (a a rezagarse para aquel entonces. CUADRO 2 Componentes de la Demanda Agregada Períodos Selectos 1974·1985 (variación porcentual real anual) Años 1974-78 1979·83 1984·85 Consumo Privado 12.8 1.5 I nve rsión Privada 14.2 24.2 Expor- Gasto Público taclón lmportación 16,5 --3.1 --9.7 -4.4 23.4 10.3 Fuente: B.C.V., Anuario de Cuentas Nacionales, (varios años). Cálculos propios. El extraordinario aumento de los precios del petróleo en 1973-74, proporcionó una oportunidad histórica para llevar a cabo una sustancial transformación de nuestra econom ía, que permitiera la diversificación de su estructura productiva para reducir ese grado de dependencia respecto al petróleo, paralelamente a mantener 25 CUADRO 3 Cuenta Corrlentede Balanza de Pagos, 1960-85 (miles de millones,de USA dólares) Año Saldo Cuenta corriente 1960-73* 1974 1975 1976 1977 1978 1979 4.09 5.96 2.34 0.49 2.90 -5.74 0.35 Año Saldo Cuenta - ,corriente 1980 1981 1982 1983 1984 1985 4.73 4.00 -4.00 4.70 5.30 3.00 * Saldo consolidado Fuente: BCV., Anuario de Series Estadísticas (varios años). un ritmo alto de crecimiento económico. Esta transformación comienza a gestarse a partir de 1974 con la ejecución de un vasto plan de inversiones públicas en infraestructura y en sectores estratégicos de la producción, que indujo un extraordinario crecimiento de la inversión privada durante el perIodo 1975-78. Ese proceso queda interrumpido a partir de 1978, cuando en medio de una renovada bonanza de recursos externos, comienzan a instrumentarse poi (ticas sustancialmente contractivas que detienen el crecimiento económico, no permiten la cosecha de la zafra de inversiones sembradas de 1975 a 1978, y paradójicamente gestan un severo problema de endeudamiento externo dentro del sector público dé [a econorrua. 26 Lo que queremos enfatizar aqu í, es que la instrumentación de poi íticas de ajuste contractivo a parti r de 1979 fue innecesario, e hizo muy poco para resolver los desequilibrios reales que tenía nuestra economía en 1978 (1). De esta fecha en adelante, la historia del estancamiento en medio de la abundancia, se explica por la elaboración, de diagnósticos equivocados de la situación coyuntural y estructural que vivió la economía en cada uno de esos años, y la consecuente aplicación de medidas de poi ítica económica que en muchos casos- empeoraron los desequilibrios macroeconómicos básicos que padecimos y que todavía vive nuestra economía en la actualidad. B. El Crecimiento Explosivo de 1974 a 1977 (2) Los Cuadros 1 al 3 resumen, a nivel agregado, el comportamiento de la economía venezolana de 1974 en adelante, en términos de crecimiento, inflación, demanda agregada y cuenta corriente de la balanza de pagos. La cuadruplicación de los precios del petróleo en 1973-74 permitió la aceleración de la tasa de crecimiento del gasto público en el quinquenio 1974-78. Para el período en su conjunto, el gasto público consolidado aumentó en forma sustancial en todos sus rubros (corriente y de inversión), a una tasa de crecimiento que promedió casi un 17 por ciento interanual en términos reales. Desde el lado de la demanda, este aumento del gasto se convirtió en un (1) De hecho, el desequilibrio básico que tenía la economía venezolana en 1978 era un déficit abierto en la cuenta corriente de la balanza de pagos, y éste fue eliminado totalmente en 1979 con la segunda gran alza de los precios del petróleo. (2) El análisis a continuación se basa en Rodríguez (1985) 27 factor de carácter altamente expansivo. A consecuencia del (rnpetu estimulante del lado fiscal, y del crecimiento de los salarios y el empleo, el consumo y la inversión privada reaccionaron vigorosamente y se incrementaron en el período a tasas reales del 12·.8 y 14.2 por ciento respectivamente (véase el Cuadro 2). La expansión de la masa salarial real, a causa del aumento de los salarios reales y el empleo, fue la principal propulsora del sustancial aumento en el consumo. El incremento sostenido de las ventas, y la rápida expansión económica que le permitió ocupar aceleradamente la capacidad instalada, fueron por su parte, los factores que estimularon la inversión privada. Él extraordinario incremento de la demanda agregada se tradujo en una aceleración significativa del crecimiento del PTB no petrolero, que promedió en el periodo 1974-77 más del 10 'por ciento interanual en términos reales. A pesar de que el crecimiento de la demanda fue mayor aún, la inflación sólo promedió un 8 por ciento, porque las importaciones crecieron a una tasa real superior al 23 por ciento, filtrándose así una parte del ímpetu de demanda hacia el exterior. Para 1977 el gobierno continuaba inyectando recursos en la economía, pero a una tasa que comenzaba a decrecer. El consumo y la inversión pública crecieron en menos de un 10 por ciento en términos reales, pero la inversión privada continuó su impresionante expansión a una tasa real del 33 por ciento. A estas alturas, el contínuo estímulo de la demanda agregada comenzó a hacerse sentir sobre el sector externo. Aunque la inflación fué controlada por debajo del 10 por ciento, las importaciones siguieron creciendo aceleradamente a una tasa del 30 por ciento, mientras el déficit en servicios creció más de un 50 por ciento. El efecto de esto último, combinado con el estancamiento de las exportaciones (diversificación era imposible a una tasa de cambio 'qominada por el petró- 28 leo) produjo ya en 1977 un déficit importante en cuenta corriente. El crecimiento del PTB no petrolero continuó siendo alto, promediando una tasa cercana al 8 por ciento. C. La Situación de la Economía en 1978 El incipiente recalentamiento de la econom ía,·. expresado en el desarrollo de ciertas presiones inflacionarias y el déficit en cuenta corriente de 1977, indujo al gobierno a disminuir todavía más la tasa de crecimiento del gasto en 1978 (a pesar de ser año electoral). La inversión privada sufre una parálisis súbita y no creció en términos reales ese año, entre otras razones precisamente, por su excesivo dinamismo de años anteriores, pero además por las medidas que terminaron reprimiendo a la construcción privada. A pesar de este rezago de la demanda por cuenta de la falta de dinamismo en la inversión privada y el gasto público (aunque el consumo privado creció a una tasa real de 10 por ciento), la cuenta corriente cayó en su más severo déficit histórico. El crecimiento real del PTB no petrolero se redujo violentamente a menos de un 3 por ciento (negativo en términos 'per cápita), mientras la inflación prosiguió su paso a una tasa del 8 por ciento. A cinco años del primer "shock" de los precios del petróleo, la ecorrorn ía venezolana estaba en una situación que requería de ciertos ajustes para restablecer su balance externo e interno. A pesar de todo, la situación no era, ni con mucho, desesperada. Contrario a lo que piensa la mayoría, el déficit en cuenta corriente era manejable con poi íticas de ajuste no contractivas, y el sector público no se endeudó en términos netos con el exterior entre 1974 y 1978. A pesar de las enormes inversiones en el sector de empresas básicas, y de la nacionalización del petróleo y el hierro, el sector público venezolano no acumuló pasivos netos '29 en el exterior durante ese quinquenio. Esto es incontrovertible, aún si estuviéramos de acuerdo en que el programa de inversiones y gasto contenidos en el V Plan de la Nación fué excesivo. Las cifras muestran con claridad que el endeudamiento público neto acumulado en el periodo 1974-1978 era prácticamente nulo, ya que todo el incremento de la deuda pública externa bruta se utilizó en el agregado para financiar la acumulación de activos de la República en el exterior (reservas internacionales, Fondo de Inversiones de Venezuela, PDVSA, etc.) La evolución del endeudamiento externo' de Venezuela en los perlados 1974-78 y 1979-82 se resume en el Cuadro 4. En el gobierno de Carlos Andrés Pérez la deuda bruta creció significativamente en más de 13.000 millones de "dólares,.de los cuales algo más de 10.000 millones correspondieron a endeudamiento público. En el mismo cuadro se observa que el saldo en cuenta corriente de la balanza de pagos consolidado para el período, fué levemente superavitario por unos 50 millones de dólares, lo que indica que el país generó ahorros internos propios para financiar el total de su inversión (recuérdese que el saldo en cuenta corriente es igual al exceso de ahorro interno sobre el total de inversión). Esto significa que el incremento total en la deuda tiene que haberse usado para aumentar las tenencias de activos en dólares por parte del Estado y los particulares. En efecto, el sector público aumentó sus activos externos en casi 10.000 millones de dólares (5.800 millones en reservas internacionales y activos del Fondo de Inversiones de Venezuela, 'más cerca de 4.000 millones en reservas de PDVSA y otros activos públicos). Esto quiere decir, simplemente, que el aumento de la deuda pública neta (igual a la deuda bruta total, menos los activos en dólares del sector público) fué despreciable. La adquisición de activos del sector privado por casi 3.500 millones de dólares, aparece financiada en el agregado con 30 endeudamiento externo del propio sector en algo más de 3.000 millones de dólares (Véanse las columnas 3, 5 Y 8 del Cuadro 4). En relación al desequilibrio externo en cuenta corriente, es necesario enfatizar que, a pesar de su magnitud (más de 5 mil millones de dólares de déficit), era maneja." ble en un contexto de poi (ticas de ajuste expansivas de reasignación del gasto, y no de contracción del mismo. En la rafz de los déficits de 1977 estuvo el crecimiento de las importaciones de todo tipo (consumo, insumos intermedios, y maquinaria y equipo), en un medio ambiente de total estancamiento de las exportaciones petroleras. El hecho de que se produjera un déficit de tal magnitud cuando la economía se encontraba en pleno empleo, sugería que la tasa de cambio real no se encontraba a un nivel de equilibrio. Por otro lado, la excesiva liberalidad con las importaciones de consumo, aunque permitió el control de la inflación, lo hizo al costo de deteriorar el equilibrio externo. Pero estas mismas caracter isticas del desequilibrio hacen pensar que éste podría ser resuelto en un contexto expansivo de reasignación del gasto, en lugar de uno recesivo. Por un lado, la final ilación de los grandes proyectos de inversión públicos y privados intensivos en capital, iban a permitir reducir el componente importado en maquinaria y equipo. Por otra parte, la maduración de los proyectos de inversión destinados a sustituir importaciones (cemento, acero, insumos de la construcción, etc.), también perrnitirfan un ahorro sustancial de divisas cuando fueran completados. Finalmente, la utilización de una poi ítica cambiaria y comercial más agresiva, pudiera haber contribuido a disminufr sustanciamente las importaciones innecesarias de bienes de consumo, permitiendo de esta manera ganancias comerciales que hubieran ayudado a controlar el déficit corriente en un contexto expansivo. 31 Cuadro 4 Evolución de la ~'terna Venezolono 1974-1962 (Miles de .11 Iones dlil' dÓleres: cl tras aproxl.adas) Año. li) (2) Sol do cense 11dodo ceuee Cuenta Corriente Total 197J (J) (4) Incremento Incremento Deuda Total Ooudo Púbt te e (5) • li )+(J) • (6)+(7)+(6) Increcaento Icte! Act I vos Externos (61 Inc ......nto f ncrelrlento Reservos+f IY Act .Públlcos 0.1 15.2 1J.2 10.0 IJ.J 5.6 1979 1982 4.6 }2.0 16.8 12.0 21.6 1.0· 32.0 zo,o 22.0 34.9 6.8 1974-62 (8) Incre-ento Ac:t .Prlvados 2.0 1974 1978 ~ (11 4.9 4.0 J.5 -1.5 2c.1 2.5 25.6 Fuente: B.C.V .• Anuario de Series Estadísticas (varios eños). y w. Cllno. "Vene:r.uele's Externa 1 Oebt- ('1-.0), Instituto for Internatlonoi Economlcs, 196). Las cifras de deudo externa total podrío eenser-se que estén subestlraodos 01 .l1.12.82 en un por de .lles de .llIones de dÓlares. CeDo se sabe. e eee t eocs de 198' dlstlntes Instituciones estlmobon el endeud_lento totol venezolano en unos'5 ",Iliones de dÓlares. De estos unos 27.11 .11 Iones correspondían 01 sector público. (*) No ta.a en cuento lo rev"lorlzaclóo del oro. En resumen, a pesar del sustancial déficit en cuenta corriente en 1978, la situación de la econorn ía continuaba siendo prometedora, y no se Justificaba el pesimismo que se apoderaba de los círculos de opinión del país en aquel entonces. Hacía falta efectuar ciertos ajustes en la asignación del gasto, comenzar a limitar las importaciones innecesarias y comenzar a manejar la poi íti-·. ca cambiaria y comercial para recuperar el equilibrio externo. Pero no hac ía falta un ajuste contractivo. Inclusive, las obras fundamentales del V Plan de la Nación hubieran podido concluirse de no darse el segundo gran aumento de los precios del petróleo (en 1979-81), comenzando a aumentar el endeudamiento externo neto del sector público. Una vez identificada la naturaleza del desequilibrio externo (en la cuenta corriente de la balanza de pagos), no puede menos que evaluarse en términos favorables los resultados macroeconómicos del quinquenio 19741978. El crecimiento del PTB no petrolero fue sustancial, y la inflación no se desató fuera de control, debido ciertamente a la amplia disponibilidad de importaciones. Aunque la expansión del gasto estaba determinando la balanzá de pagos (v.gr., la cuenta corriente), también estaba impulsando de manera decisiva el crecimiento de la producción real y el empleo, amén de los precios. r anta el sector público como el sector privado invirtieron en planta y equipos modernos que servirían de apoyo al crecimiento económico, en caso de mantenerse niveles apropiados de demanda agregada. 1::1 sector público, en particular, acometió la tarea de ejecutar los proyectos de inversión en las industrias básicas sobre las cuales se apoyará el desarrollo económico en las próximas décadas. El complejo hidroeléctrico del Guri, la Siderúrgica, el complejo del aluminio, y la gran inversión en infraestructura ejecutada, constituyen activos fijos Fundamentales con 33 que cuenta la nación sobre los que pueden basarse la expansión y la prosperidad futura. D. El Período 1979-83: Estanflación.Erisis¡ de Pagos y Deuda; 1:.1 período 1979-83 fué dramático para la economía venezolana. Durante el quinquenio el producto nacional real per cápita se reduce casi en un 20 por ciento. La inflación promedió un 12 por ciento interanual, y la balanza de pagos, aunque recuperada en 1979 gracias a la segunda explosión de los precios petroleros ese año, continuó su tendencia al deterioro. El sector externo hace crisis en 1982, producto no de los problemas en el mercado petrolero sino de una espectacular fuga de capitales en ese mismo año. Por último, es en este período que se desarrolló el problema de la deuda pública externa, no porque el país necesitó financiar un exceso de gastos de inversión, sino debido, precisamente, a la espectacular fuga de ahorros que se dió a través de la exportación de capitales privados. En nuestra opinión, las poi íticas económicas instrumentadas aparecen como las principales responsables de tan paradójico comportamiento. El marco externo fue absolutamente favorable para la econom ía venezolana. Sin embargo, a pesar de la espectacular nueva alza en los precios del petróleo, el gobierno puso en práctica un plan de estabilización contractivo que se apoyaba en un diagnóstico profundamente equivocado sobre la situación cíclica y estructural que vivía nuestra economía. El plan incluía una disminución brusca en la tasa de crecimiento del gasto público en 1979, y una extensa liberación de precios y aranceles. Más aún, en 1980-1981 el Banco Central reaccionó ante el aumento brusco en las tasas de interés mundiales, congelando las tasas domésticas dentro de un 34 esquema de libre convertibilidad. Al mismo tiempo, el gobierno mantuvo hasta 1983 un tipo de cambio abiertamente sobrevaluado que estimulaba excesivamente las importaciones, se oponía a cualquier intento de diversificar exportaciones, .e indujo al final una fuga masiva de capital privado especulativo. Ya hemos argumentado más arriba, que la induccron de una recesión a través de la contracción del gasto público podría haberse cuestionado severamente en 1979, porque el país tenía un gran margen de maniobra en aquel momento para continuar creciendo. Pod ía, por ejemplo, comenzar a endeudarse en términos netos, y tenía a su disposición diversos instrumentos de poi ítica cambiaría y comercial para resolver el desequilibrio externo. Luego de la evolución del mercado petrolero durante el año de 1979, esta apreciación se convirtió en académica: la contracción del gasto era absolutamente injustificable, máxime cuando la inversión privada se estaba cayendo en picada. El paquete de medidas de poi ítica se completó con las mencionadas liberaciones de precios y aranceles. Aparentemente, la primera no hizo mucho para estimular la producción en el sector privado, mientras que la liberación comercial, por su parte, contribuyó a cancelar parcialmente las ganancias en cuenta corriente producidas por la reducción en el nivel de actividad económica. Los resultados macroeconómicos de 1979-80 fueron extraordinariamente significativos. En medio de una renovada abundancia de recursos externos, el PTB no petrolero cayó en términos reales cerca de 1 por ciento • en promedio (cerca de un 4 por ciento en términos per cápita). Con el gasto público contrayéndose en términos reales (la inflación se aceleró hasta un 23 por cientu en 1980), la inversión privada colapsó en estus años, y el consumo privado se paralizó porque el empleo se estancó y 35 los salarios reales comenzaron una larga tendencia a la baja. El gran aumento de la inflación, en medio de una demanda agregada debilitada (ver el Cuadro 2), sugiere que los aumentos de precios reflejaban esencialmente factores inerciales, de costos y decaída en la productividad. En el frente externo, los desarrollos de 1980 fueron premonitorios. Debido al fuerte aumento de los ingresos de exportación por el aumento de los precios petroleros, la cuenta corriente mostró un amplio superávit de más de 4 mil millones de dólares para ese año. A pesar de este superávit y de las entradas de capital por cuenta del e~deuda miento, no hubo una gran acumulación de reservas y expansión de liquidez debido a que ese año se dieron fuertes salidas ge ahorro público y privado al exterior. Aunque todavía no parecían alarmantes, es claro que en 1980 comenzó una tendencia ominosa a la fuga de capitales, la cual tuvo su climax posteriormente durante' la segunda mitad de 1982 y comienzos de 1983. Precisamente estas fugas de capital se convrrtreron en un factor de primer orden que contribuyó a abortar la reactivación económica que intentó el gobierno en 1981, a través de una expansión real del gasto público ese año. El efecto expansivo del lado fiscal terminó filtrándose hacia el exterior por dos vías, las importaciones en un medio ambiente de abierta sobrevaluación del tipo de cambio, y la fuga de capitales que exportó el ahorro y contrajo la liquidez real. Como es bien sabido, el mercado financiero internacional sufrió en aquel 'entonces-un fuerte aumento de las tasas de interés, debido a las poi íticas antinflacionarias de la Reserva Federal en los Estados Unidos. Esto trajo como consecuencia aumentos similares en las tasas internacionales, ya que los otros paises no ten ían alternativa sino subir sus tasas, internas para evitar fugas de capital. Mientras menos flexible el tipo de cambio 36 respecto al dólar, mayor la necesidad de seguir el aumento en dichas tasas, o de establecer controles cambiarios a los movimientos de capital. En Venezuela, el Banco Central congeló las tasas domésticas durante 1980 y buena parte de 1981, lo que en un medio ambiente de total libertad cambiaria, comenzó a producir salidas fuertes de capital. En agosto de 1981 las tasas de interés venezolanas fueron'· liberadas y alcanzaron niveles competitivos con las internacionales, pero puede decirse enfáticamente que el episodio de represión de las mismas. cum libre convertibilidad entre 1980 y fines de 1981 representó un grave error de poi (tica económica que indujo a una importante exportación del ahorro nacional. Por una parte, sus consecuencias contractivas terminaron drenando al exterior los efectos expansivos fiscales. Por otro lado, las pérdidas de reservas a través de la cuenta de capital en esos años anularon parcialmente las ganancias transitorias en la cuenta corriente y dieron inicio a la sustitución de activos en dólares del sector público al sector privado, que son la verdadera rarz del problema del endeudamiento externo venezolano. El comportamiento de las autoridades monetarias venezolanas era totalmente injustificado. Corregidas por la inflación, las tasas de interés reales domésticas eran negativas, y por tanto, evitar el alza de las tasas nominales a niveles competitivos no iba a estimular a la inversión privada, que se estaba desplomando por razones que no ten (an nada que ver con las tasas de interés, sino con el enfriamiento de la econom (a. Pero más injustificable aún fué el haber promovido las exportaciones masivas de capital privado como instrumento de lucha antinflacionaria. En primer lugar, la inflación de 1980 y 1981 en Venezuela fué una inflación de costos, inercial y estructural, con muy pocos componentes de demanda. La demanda agregada se habfa 37 estado debilitanto (1), y de manera especial la demanda por la producción doméstica, en un medio ambiente de total libre convertibilidad del bol (var y abierto atraso cambiario. Una inflación de costos e inercial no se puede combatir con poi úicas de reducción de la demanda agregada, porque lo que se termina estrangulando es la producción real, en tanto que las alzas de precios terminan por manifestarse irremediablemente. Esto es lo que ocurrió en Venezuela en 1980 y 1981. A causa de las poi (ticas de promoción de fugas de capitales y pérdidas de reservas, se lograba una destrucción monetaria que contraía la demanda agregada, pero que no reprimía inflación, sino esencialmente la producción real y el empleo. El absurdo de la poi (rica se hace patético en 1981, porque en este año el objetivo espec (fica de. la poi (tlca fiscal pareció ser la expansión de la econom (a. La poi (tica financiera se constituyó entonces en uno de los principales frenos a la reactivación intentada por el lado fiscal. 1982: Crisis del Sector Externo y el Mito de No Devaluar Durante 1982 se repitió la historia de 1981 con la pecul iaridad que se desarrolló una fuerte crisis de balanza de pagos, producto no del deterioro del mercado petrolero, sino de una espectacular fuga de capitales privados que culminó con el cierre del mercado cambiaría en febrero de 1983. Del lado real de la econorn ía, el gobierno continuó tratando de reactivar la economía a través de la expansión (1) 38 El consumo privado aumentó en términos reales 2 por ciento interanual en promedio de 1979 a 1981, la inversión privada cayó un 60 por ciento en 1979-1981 y el gasto público no creció significativamente en términos reales entre 1979 y 1981 a excepción de 1981. del gasto público, mientras la disminución de la inflación reanimó tímidamente el consumo privado. Ninguna de estas dos fuerzas del lado de la demanda fueron capaces de hacer crecer el producto, porque el continuo colapso de la inversión privada y las filtraciones externas se opusieron a que cristalizaran estas fuerzas expansivas. Por primera vez. desde 1979, y a pesar del estancamiento, las importaciones crecieron de manera significativa gracias a la abierta sobrevaluación del bol ívar. Por otro lado, la misma sobrevaluación, en un medio ambiente de deterioro del mercado petrolero, aumentó significativamente las expectativas de devaluación a las que el sector privado respondió sacando más de 8 mil millones de dólares en fuga de capitales ese año (1). La "caída" en el mercado petrolero y el aumento de las importaciones de bienes y servicios en 1982 produjeron un déficit en cuenta corriente de unos 4 mil millones de dólares ese año, que representaba apenas un 20 por ciento de las reservas internacionales en poder del Banco Central a mediados de año. Este déficit, por si solo, no hubiera definido ninguna crisis de balanza de pagos de no haberse producido la extraordinaria fuga de capitales privados ese año. Más aún, como ya hemos mencionado, el déficit corriente fue producto del crecimiento exacerbado de las importaciones originado también en la abierta sobrevaluación. Esta estimulaba simultáneamente la especulación en activos externos y también en bienes, por lo cual las importaciones rebasaron los 13 mil millones de dólares para el año. (2) , (1) y 3 mil millones de dólares adicionales entre enero y el 18 de febrero de 1983. (2) Solamente el déficit en turismo se estima que superó los 2.500 millones de dólares ese año. 39 Si bien es cierto que el gobierno ha debido devaluar y controlar desde 1981 el mercado cambiario, durante 1982 estas medidas eran de extrema necesidad para evitar la dilapidación final de las reservas internacionales por parte de los especuladores privados, Lamentablemente, los mitos de la moneda fuerte, de no devaluar, y de la libre convertibilidad (ique aún subsiste!), se impusieron sobre la necesidad obvia de preservar los activos fundamentales de la nación. El costo económico no se limitó sólo a la prolongación del estancamiento y la recesión de 1982, sino a producir un severo problema de endeudamiento neto del sector público y de redistribución' regresiva del ingreso y la riqueza, que agobia severamente a nuestra econom ía desde aquel entonces. El Problema del Endeudamiento Externo La fuga masiva de capitales privados al exterior entre 1981 y febrero de 1983, se constituye en el mayor descalabro que la econom ía venezolana haya sufrido en toda su historia económica contemporánea. Todo el problema real del endeudamiento externo venezolano tiene su origen, precisamente, en esta exportación del ahorro nacional. Como ya mencionáramos con anterioridad, la afirmación de que la deuda pública externa tiene su origen en el exceso de gasto e inversión pública, constituye una simple falacia de composición. Esto se demuestra fácilmente por la simple observación que, de 1974 a 1982, Venezuela acumuló un superávit en cuenta corriente de la balanza de pagos por casi 5.000 millones de dólares (véase el Cuadro 4)(1) (1) 40 Para un análisis detallado sobre la evolución del endeudamiento externo venezolano, véase, M.Rodríguez (1984) Con este excedente de ahorro, Venezuela podía haber pagado toda su deuda externa acumulada hasta 1973 (unos 2.000 millones de dólares), y podría, además, haber acumulado reservas internacionales. Lo que ocurrió en cambio fué que el país llegó a 1983 con una deuda externa de casi 35.000 millones de dólares, que tiene como contrapartida por casi el mismo monto, la inversión en ac-' tivos fijos y el ahorro en activos financieros del sector privado venezolano en el exterior. A pesar de que la exportación de la intermediacion financiera ocurre durante toda la década 1974-1983, existe una diferencia abismal entre los procesos que se dan en 1974-1978 y 1979-1983. En el primer período, esta exportación se dá dentro del mismo sector público,(2) y por eso es que no se produce un incremento de deuda pública neta en ese quinquenio. En el período 1979-1983 ocurre el descalabro para el sector público, cuando el Banco Central le entrega el grueso de sus reservas internacionales al sector privado para que éste las coloque masivamente en el exterior. Como puede observarse en el Cuadro 4, en el gobierno de Herrera Campins (1979-1983), el aumento total de la deuda externa pública y privada de unos 16.800 millones de dólares, más el sustancial superávit en cuenta corriente de 4.800 millones de dólares, sirven en el agregado para financiar compras de activos financieros y no financieros del sector privado por más de US$ 22.000 millones. (2) Realmente, la exportación de ahorros e intermediación financiera dentro del sector público se da para todo el período 1974-80. El grueso de la entrega de dólares al sector privado ocurre entre mediados de 1980 y el 18 de febrero de 1983. 41 Es importante entender y enfatizar la diferencia entre los dos tipos de endeudamiento. Mientras que en 1<)78 casi toda la deuda podría ser cancelada con los activos externos en poder del mismo sector público, en 1983, la contrapartida total del- endeudamiento eran activos venezolanos, pero del sector privado. Mas aún, para 1978 no había carga de deuda, porque los intereses que devengaban los activos públicos en dólares financiaban en el agregado los intereses que había que cancelar por deuda pública externa. La conclusión es obvia: el problema real de la deuda externa se origina en la sustitucjón de activos externos públicos por privados que se da básicamente entre 1980 y febrero de 1983 . . Lo que ocurrió en Venezuela durante el per iodo 1979-1983 va a quedar registrado como una de las paradojas más espectaculares en la historia económica contemporánea. A pesar de la enorme tranferencia de recursos externos que recibe el país, el resultado no pudo ser peor: estancamiento, inflación, deuda, y crisis de balanza de pagos. En febrero de 1983 se implementó un régimen parcial de control de cambios, que con racionamiento de importaciones redujo éstas a menos de la mitad (de más de $13.000 millones a unos $ 6.800 millones), provocando de paso una contracción del PTB de casi un 5 por ciento en términos reales para ese año. 1983: El Ajuste al Revés El examen del comportamiento de los agregados macroeconómicos de balanza de pagos, crecimiento e inflación desde 1979, sugiere que la "crisis del sector externo" en 1982-83 no fue otra cosa sino una crisis de reservas internacionales, producto de la fuga de capitales que comenzando en 1981 tiene su climax en febrero de 1983. 42 Ya hemos mencionado que el déficit en cuenta corriente de 1982 representaba apenas un 20 por ciento del total de reservas internacionales en poder del Banco Central a mediados de ese mismo año. A pesar de la fuerte disminución del ingreso petrolero y del aumento en las importaciones, la situación de la cuenta corriente no parecía. seriamente crítica, sobre todo después de la acumulación' de un superávit de casi 9.000 millones de dólares en los dos años anteriores. De la evolución del crecimiento y la demanda agregada en 1979-82, pareciera evidente que el déficit en cuenta corriente no se debió, como en 1978, al alto nivel de gasto, sino más bien al atraso cambiaría que se evidencia desde 1981. La crisis queda conformada por la salida de más de 12.000 millones de dólares de capital privado en los 14 meses previos a febrero de 1~83. Una vez identificada la verdadera naturaleza de nuestro desequilibrio externo originado por el atraso cambiario, pareciera claro que se justificaba un ajuste de precios relativos en 1983, pero no una reducción violenta del gasto que disminuyera el nivel de actividad real en forma sustancial. El gobierno de Herrera Campins en su último acto de poi ítica económica, procede a efectuar el ajuste, contrariamente, reduciendo fuertemente el gasto público y corrigiendo sólo levemente el atraso cambiario. Las principales medidas adoptadas para hacer frente a la crisis de reservas internacionales fueron: El establecimiento de un sistema de tasas de cambio múltiples, que devaluaba el tipo de cambio promedio para las importaciones en un 20 por ciento. La administración del sistema dio lugar a la instrumentación de controles cambiarios pa43 ra buena parte de las transacciones corrientes y al surgimiento de un mercado libre de divisas. La puesta en práctica de restricciones cuantitativas a las importaciones. Controles administrados, de precios. La instrumentación de una poi ítica de gasto público francamente contractiva, que reduce el mismo casi un 27 por ciento en términos reales. Los resultados del plan de estabilización de 1983 no se hicieron esperar. Como ya mencionarnos, el PTB se contrajo en un 5 por ciento, y el PTB no petrolero en un 3,5 por ciento. Las importaciones de bienes se reducen de 13.600 millones de dólares en 1982 a 6.800 millones, producto del racionamiento que produce la administración del control de cambios. La balanza comercial pasa de un superávit de 2.900 millones de dólares en 1982, a uno de más de 8.000 millones de dólares en 1983, mientras la cuenta corriente de un déficit de 4 mil millones de dólares a un superávit de 4.700 millones de dólares. Con la pequeña devaluación y fa situación severamente contractiva del lado fiscal, la inflación se mantiene obviamente baja, a un nivel del 6,4 por ciento. La fuerte caída en el nivel de actividad real se manifiesta en el mero cado de trabajo, y el desempleo alcanza la cifra del 12 por ciento a fines del año, mientras que los salarios reales disminuyen en un 4 por ciento. De nuestra evaluación de la 'economía para comienzos de 1983 surge la pregunta de ¿si era necesario un ajuste que produjera una mejoría en el saldo en transacciones corrientes de 8.000 millones de dólares, a costa de una contracción del PTB del 5 por ciento y un sustan- 44 cial aumento en el desempleo? Y además, ¿si fueron apropiadas las poi (ticas de ajuste para corregir los desequilibrios ex istentes en 1982? Corno ya mencionamos cun anterioridad, el déficit corriente de 1982 de uns 4.000 millones de dólares se produce, no tanto por la carda en los ingresos petroleros de ese año, corno por el sustancial aumento en las importaciones y en el déficit en servicios. Una devaluación a un nivel de equilibrio, conjuntamente con restricciones comerciales y a la cuenta de viajeros (que era deficitaria en más de 2.500 millones de dólares}, hubiesen resuelto este desequ ilibrio. Una devaluación a un nivel de equilibrio [de un 50 por ciento) hubiera hecho posible mantener, e, inclusive, aumentar el nivel real de gasto público, lo que hubiera permitido mantener el nivel de la producción interna y el empleo. En Venezuela, corno más del 95 por cientu de las exportaciones proceden del sectur públ ico, la devaluación aumenta instantáneamente 105 ingresos del sectur, y los fiscales en particular. La reinyección cunveniente de esos recursos a través del gasto público, hubiera permitido mantener niveles de demanda agregada cónsonos con un mayor nivel de actividad económica real. En smtcsis, en 1983 la econom ía venezolana requería solamente de un ajuste apropiado del tipo de cambio que eliminara la apreciación real, y algunas restricciones cuantitativas a ciertas importaciones y a los movimientos de capital. Sin necesidad de contraer la econorn (a interna, estas medidas hubieran logrado eliminar el desequilibrio en la cuenta corriente de 1982. Lamentablemente, a pesar del enorme superávit en cuenta corriente que se produce en 1983, el nuevo gobierno que se encarga en 1984 apoya su diagnóstico macroeconómico sobre la base de que se 45 mantienen serios desequilibrios externos e internos, y continúa la aplicación de pohticas contractivas de gasto de 1984 hasta hoy. E. Las Poi íticas de Ajuste de la Administración Lusinchi El diagnóstico que sirve de base a la formulación de la política del nuevo gobierno en 1984 guarda gran similitud al de 1979. Se declara repetidamente que "recibimos un país en ruinas", y a pesar del colapso de la demanda agregada de los años anteriores y del enorme superávit en cuenta corriente de 1983, el gobierno vocea su preocupación por las "presiones inflacionarias" y por el "equilibrio externo e interno de las cuentas del sector público". Todo esto sirve de base para justificar la renovada aplicación de pohticas de ajuste contractivo, que en aquel momento tenían el objetivo adicional de amortización acelerada de deuda externa. Nuevamente, la puesta de objetivos poi íticos en el primer plano del debate económico nacional enturbia la elaboración del diagnóstico apropiado, y somete el país a un nuevo período de experimentos contractivos que no le permiten restablecer su patrón de crecimiento acelerado. Por un lado, a comienzos de 1984 se ajustó de nuevo la paridad con una devaluación que promedió un 35 por ciento, justificado en términos de que la devaluación en 1983 fue muy pequeña e insuficiente. Se mantuvo, sin embargo, el sistema de cambios múltiples, incluyendo el mantenimiento de la vieja paridad de 4,30 8s/$ para las importaciones de ciertos alimentos (hasta que en 1986 la evolución del mercado petrolero obligó a tomar otra decisión). Por otru lado, a pesar de la alta tasa de desempleo y de capacidad ociosa promedio en la econom (a, y de haberse conseguido un sustancial superávit en cuenta corriente el año anterior, se decidió mantener una poi ítica de ajuste y reordenamiento del sector público. Esta polí46 tica terminó concretándose en una nueva contracción del gasto público interno del 4 por ciento en términos reales, que unida a una reducción en el consumo privado indujo una nueva calda en el PTB real cercana al 1 por ciento. El ajuste en los precios relativos producto de la devaluación, se expresó en un aumento en la inflación que' se ubicó en un 18 por ciento, y en el sector externo se produjeron grandes superávits comerciales (más de 8.000 millones de dólares) y en cuenta corriene (por más de 5.000 millones de dólares). Debido a que los salarios nominales se definieron a través de la contratación colectiva, y en virtud de la debilidad del mercado de trabajo, los salarios reales se contrajeron abruptamente. Esta reducción, aunada a un estancamiento en el empleo, ocasionó una disminución en la masa salarial real, que es lo que explica esencialmente la nueva calda en el consumo privado. Con la prolongación de la contracción el desempleo alcanzó niveles cercanos al 15 por ciento y el subempleo creció aceleradamen te. Como ya mencionamos, la nueva devaluación llevó el tipo de cambio real a un nivel que podr ía pensarse era de equilibrio. Sin embargo, se mantuvieron importantes distorsiones en' los precios relativos. La más importante, de lejos, se produce cuando se decide concederle al sector privado el dólar preferencial a 4,30 bol (vares para la amortización de su deuda externa. Luego de la enorme ganancia de capital que tiene el sector privado cuando se apropia del grueso de los activos en dólares del pafs en 1981 y 1982, esta concesión luce injustificable. De hecho, como ya hemos mencionado, el sector privado es acreedor neto en el exterior por un monto cercano a los 30.000 millones de dólares, y no precisamente por su propensión especial a la frugalidad. En este sentido, el reconocimiento de la deuda privada externa a la vieja paridad, se convierte en 47 una transferencia patrimonial del sector público al sector privado que agrava todavía más el proceso regresivo de redistribución de la riqueza que se dió en 1981-83. Si se creía necesario instrumentar el rescate de las empresas endeudadas para evitar quiebras y agravar el desempleo, se han debido utilizar los mecanismos financieros apropiados de una economía capitalista, cuales son la compra de acciones o la concesión de préstamos para estabilizar la situación patrimonial y financiera de las mismas. Lo que es injustificable es el rescate mediante la gratuita reposición del capital, que implica el reconocimiento de la deuda, a la vieja paridad. La combinación de la poi ítica fiscal restrictiva con la ausencia de una política de ingresos, son las que terminaron produciendo la contracción del producto y el aumento del desempleo en 1984. La mezcla de poi ítica pareciera injustificable, pues, a diferencia de 1983, la devaluación generó ingentes recursos de ingresos al gobierno central y a otros agentes del sector público, que hubieran permitido un nivel de gasto muy superior, financiado con recursos de ahorro generados dentro del mismo sector. En efecto, la devaluación, el nuevo nivel del dólar petrolero, y el sistema de cambios diferenciales, produjeron un gran incremento en los ingresos del gobierno central, en los ahorros del sector petrolero (PDVSA) y en las utilidades cambiarias del Banco Central. En particular, estos ahorros de PDVSA y una porción importante de las utilidades cambiarias (el 40 0 /0), se transformaron en ahorros ociosos y no financiaron inversión o gasto que hubiera sido capaz de ejercer una influencia expansiva sobre la econom ía. Como PDVSA utiliza al Banco Central como su banco, tanto sus ahorros como las utilidades cambiarias, aparte de convertirse en recursos OciOSáS, se constituyeron en factores contractivos de la masa monetaria y del lado de la demanda. 48 El superávit público consolidado constituyó ahorros superior a los 25.000 millones (un 8 0 / 0 del PTB), con los que hubiera fi nanciar un nivel de gasto pú bl leo capaz un mayor nivel de actividad en 1984 (1) una masa de de bol (vares sido posible de mantener Los resultados finales de este celoso ajuste de 1984, aparte de lo negativo en términos sociales y de aprovechamiento de los recursos, crearon condiciones macroeconómicas muy especiales, la generación de un enorme superávit corriente y la acumulación de 13.000 millones de dólares de reservas internacionales (20 meses de importaciones), una enorme capacidad ociosa y desempleo abierto de la fuerza laboral, un ahorro financiero masivo en el sector público, y un sector privado que es acreedor neto en el exterior por casi 30.000 millones de dólares. En síntesis, el país parecra contar con todas las condiciones apropiadas para comenzar un proceso sostenido de expansión no inflacionaria, sin necesidad de generar cuellos de botella en el sector externo. Tal como lo anunció el gobierno en aquel entonces, 1985 debería haber sido el año de la reactivación. Lamentablemente ~omo en una historia de nunca acabar, ese año se constituyó, en cambio, en el séptimo año consecutivo de ajuste para la econom (a venezolana. Como dato francamente curioso podría agregarse que todo este ejercicio de autoflagelación se logró sin haber llegado a ningún convenio o acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. (1) La util ización de los pasivos no monetarios del BeV para financiar el mayor gasto público, hubiera sido el mecanismo armónico que hubiera permitido aumentar la oferta monetaria paralelamente a la demanda de dinero, sin crear desequilibrios mayores en el mercado monetario. 49 1985: El Séptimo Año de Ajuste 1985 se convirtió en el séptimo año consecutivo de estancamiento o contracción para la econom ía venezolana. La explicación, como en 1984, fue la conservadora política económica que el gobierno ejecutó durante ese año. En primer lugar, la poi ítica fiscal del gobierno y del sector público en su conjunto ejerció presiones contraetivas.La demanda real de bienes y servicios del sector público se contrajo nuevamente, y se generó un nuevo superávit público consolidado superior al 4 por ciento del PTB. Esto significa que el gobierno contó de nuevo con ingentes recursos con los que apuntalar una expansión económica, pe~o la decisión polúica fué la de continuar con el "ajuste". Los recursos a disposición del gobierno se concentraron una vez más en el ahorro financiero del gobierno central, en los ahorros de PDVSA, y en las utilidades cambiarias represadas en el Banco Central. Con el acervo de ahorro acumulado de 1984, existfa un margen de maniobra para aumentar el gasto fiscal por encima de los 50.000 millones de bolívares (un 150/0 del PTB), sin necesidad de recurrir a a fondos de ahorro privado o endeudamiento externo. Sin embargo, el gobierno optó, repetimos, por amortizar deuda y ahorrar compulsivamente dentro del sector público, en medio de una econom ía paralizada y con un desempleo abierto. A la poi (tica fiscal se sumó el rezago de la inversión privada en una econorrua caracterizada por una abierta capacidad ociosa. Finalmente, ante una poi ítica salarial pasiva, los salarios reales continuaron deteriorándose en un medio ambiente de empleo estancado. Esto continuó deprimiendo el consumo privado y, por tanto, contribuyendo al debilitamiento de la demanda agregada y la producción. 50 Los resultados en términos de la econom ía real no se hicieron esperar: estancamiento del producto y nueva caída de mas del 2 por ciento del PTS y el ingreso per cápita. La inflación promedio se situó alrededor del 2 por ciento, y se produjo un nuevo superávit en cuenta corriente de balanza de pagos de unos 3 mil millones de dólares que se usó para amortizar deuda externa y para continuar financiando importantes fugas de capital. 1986: El Colapso del Ingreso Petrolero Luego de siete años de estancamiento en medio de la abundancia, la econom ía venezolana llegó a una encrucijada histórica en 1986. Los precios del petróleo se derrumbaron a comienzos del año, para producir una caída del ingreso petrolero de exportación en el orden de los 5 mil millones de dólares. En apariencia, este deterioro violento de los términos de intercambio habría hecho necesario en cualquier país la implementación de medidas de ajuste contractivo para acoplarse a la nueva realidad de ingresos externos. En el caso venezolano, como ya hemos visto, este deterioro del ingreso de exportación se produce a partir de una situación abiertamente superavitaria en cuenta corriente de balanza de pagos y en las cuentas internas del sector público y a partir de un extraordinario desequilibrio interno, expresado en una utilización altamente ineficiente del potencial productivo del país. Como discutiremos con detalle más adelante, estas circunstancias le conferían un gran margen de maniobra a la econom ía para manejar la carda de los precios del petróleo en un contexto de ajuste expansivo. A pesar de esto, el gobierno instrumentó una poi ítica tímidamente anticíclica que produjo resultados mediocres en términos de crecimiento, y profundamente negativos en términos de balanza de pagos. 51 En efecto, a consecuencia de la poca expansión fiscal, apoyada parcialmente en un plan de obras públicas que evitó la calda por octavo año consecutivo del producto en el sector construcción, el PTS no petrolero se expandió (por primera vez desde 1~78) a una tasa que puede estar entre el 2 y el 3 por ciento en términos reales. La inflación se mantuvo controlada promediando el 12 por ciento, gracias a la debilidad de la demanda y del mero cado laboral, que exhibió una situación de abierto desernpleo y de exacerbado crecimiento del sector informal. Los peores resultados se concretaron, sin embargo, en las cuentas externas del país. A pesar de que el déficit en cuenta corriente se ubicó en apenas mil millones de dólares, la amortización acelerada de deuda externa y las continuadas fugas de capital privado produjeron un déficit en cuenta de capital cercano a los 3 mil millones de dólares (1). En total, el efecto combinado de ambos saldos negativos produjo un déficit de balanza de pagos (y la consiguiente pérdida de reservas internacionales) que se acercó a la astronómica suma de 4 mil millones de dólares. De este déficit sólo una cuarta parte se explica por la calda del ingreso petrolero, mientras que el resto fue causado por la absurda poi (tica de endeudamiento y de movimientos de capital. Los resultados macroeconómicos de 1986 se pueden resumir en un sustancial sacrificio del crecimiento y del empleo, para continuar exportando capitales en la forma de amortización neta de deuda y fugas privadas de capital. A pesar del deterioro en los términos de intercambio, el margen de maniobra para evitar el estancamiento era con- (1) 52 Venezuela es el único país de América Latina con una cuenta de capital de balanza de pagos negativa. siderable, si se hubiera comprendido que el desequilibrio externo que produjo la carda del petróleo era menor. Como 1986 ya es historia, lo que queda es entender que ese margen de maniobra para inscribir a nuestra economía en un patrón de crecimiento todavía existe, de adoptarse una poi (tica económica que con vocación de futuro explote las enormes potencialidades y recursos conque cuenta nuestra nación. 53 111. LAS POSIBILIDADES DE CRECIMIENTO DE LARGO PLAZO En el recuento que hemos hecho de la historia económica reciente de Venezuela, quisimos dejar cidro que el persistente estancamiento que hemos producido de 1978 hasta hoy, no tuvo nunca que ver con las condiciones de nuestra estructura económica ni con golpes adversos provenientes de la economía mundial. Todo el retroceso productivo y el deterioro de los ingresos que ha tenido lugar en el país en los últimos ocho años, ha sido producto de profundos desaciertos en la formulación e implementación de la poi (tica económica. De 1979 a 1983, en lugar del crecimiento, optamos por fomentar la recesión y la fuga de capitales privados financiada con deuda pública. En los últimos tres años también se han privilegiado objetivos cuestionables de poi ítica económ ica, que han continuado perpetuando el estancamiento, el desempleo y el subernpleo, han agravado de distribución regresiva del ingreso y la riqueza, y han producido una tendencia ominosa reciente a la dilapidación de nuestras reservas internacionales. La crisis petrolera actual, sin embargo no nos condena a mantener la recesión. Por un lado, puede afirmarse 55 enfáticamente que los desequilibrios que presenta la econom ía venezolana a comienzos de 1987 son manejables, si se implementan poi (ticas apropiadas que fomenten paralelamente el cambio estructural de nuestra base productiva y la expansión económica: De hecho, el desequilibrio externo real que nos deja la caída del ingreso petrolero se expresa en una brecha en la cuenta corriente de la balanza de pagos que se ubicó en apenas mil millones de dólares en 1986. Poiíticas que aumenten o favorezcan la inversión en transables, podrían con relativa facilidad cerrar esta brecha en el mediano plazo. Del lado, interno, el severo desempleo y la baja utilización de nuestra capacidad productiva, también pueden ser absorbidos en el mediano plazo con poi íticas que promueven la expansión de l$l demanda por la producción interna. La expansión de la demanda y la ejecución de un programa de inversiones en transables destinados a resolver los desequilibrios macro-económicos básicos y restablecer un patrón de crecimiento, son viables en el mediano y largo plazo porque el país cuenta con abundantes recursos reales y financieros conque acometerlos. Pero, écuales son esos recursos y las condiciones que hacen de Venezuela uno de los países con mayor potencial de crecimiento en América Latina? A. Inventario de Recursos Productivos Reales y Financieros 1.- 56 En primer lugar, Venezuela posee enormes recursos productivos reales ociosos o utilizados ineficientemente. La capacidad ociosa en la industria y en otros sectores de la producción es muy alta, en tanto que existe una enorme masa de 'desempleados y subempleados de la mas variada cal ificación, que son tam bién un valioso recurso productivo, y que define un mercado laboral que contribuiría sin mayores presiones a una expansión no inflacionarie de la econom ía. 2.- El país cuenta con un vasto acervo acumulado de recursos financieros en dólares, con los cua-' les hacer frente a una expansión sustancial del gasto en el corto y mediano plazo. Este acervo de ahorro financiero, producto de la ejecución de masivos superávits en cuenta corriente de balanza de pagos, de 1983 a 1985, se expresa en unas elevadas reservas internacionales (unos 12 mil millones de dólares dentro del sector público) equivalentes todavía a casi dos años de importaciones. 3.- Venezuela es el país semi-industrializado de América Latina con el mayor componente importado de su PTB, lo que garantiza, dada una definición apropiada de política carnbiaria, comercial e industrial, una brecha sustancial de crecimiento con una apertura selectiva que no au mente sign ificativamente su razón importaciones-producto. Además, el país posee un conjunto de ventajas comparativas estáticas y dinámicas (dada su dotación privilegiada de recursos naturales y productivos) que le permitirán un aumento sustancial de nuevas exportaciones derivadas del petróleo y no petroleras, que nos proporcionan un potencial sustancial de crecimiento y desarrollo económico. 4.- Venezuela tiene la deuda externa neta mas pequeña de América Latina en relación al ta57 de su sector externo (unos 17 mil millones de dólares), lo cual le dá un margen de maniobra potencial a la poi ítica de endeudamiento ante la caída del mercado petrolero. Además, el sector público venezolano prácticamente no posee deuda interna neta, lo que le confiere amplias posibilidades para ejecutar ambiciosos planes en la esfera productiva, y para cumplir el papel de reanimador del sector privado, a través de la expansión de su gasto financiado internamente. maño B. Proyecciones de Crecimiento para la Próxima Década En esta sección presentamos los resultados de un conjunto de proyecciones de balanza de pagos y de endeudamiento, que arrojan luces sobre las capacidades de la econom ía venezolana para ejecutar poi (ticas que aceleren el crecimiento para la próxima década. En este ejercicio prospectivo nos planteamos recuperar para 1996 el nivel del PTB per cápita de 1978, que correspondió al valor más alto de nuestra historia económica. Para ello se hace necesario crecer a una tasa promedio interanual del 6 por ciento en términos reales. Bajo ciertos supuestos y distintos escenarios petroleros que mencionaremos a continuación, las proyecciones muestran cuales serían las consecuencias sobre la cuenta corriente de la balanza de pagos y sobre el endeudamiento, de producirse tal crecimiento del PTB en los próximos diez años. Los supuestos en los que se basan nuestras proyecciones son los siguientes: 58 1.- El PTB crece a una tasa interanual del 6 por ciento real, para recuperar el PTB per cápita de 1978 en 1996. La población crece al 2.7 por ciento, lo que hace que el PTB/cápita crezca por encima del 4 por ciento. ' 2.- Impl {cita en las proyecciones, aparece una estrategia de crecimiento que se apoya en una apertura ex terna selectiva y moderada. De hecho, se permite que el coeficiente importado del PTI3 aumente a un ritmo del 2 por ciento interanual desde su piso histórico de 1986. Esto hace que las importaciones aumenten a una tasa real alrededor del 8 por ciento anual para la década. 3.- La inflación importada se proyecta a un 3 por ciento para la década, en tanto que las tasas de interés internacionales se mantienen en términos nominales. 4.- Las exportaciones no petroleras se suponen creciendo a una tasa real del 10' por ciento por año, lo cual pareciera cautelosamente consistente con el supuesto básico de apertura externa selectiva. 5.- El valor de las exportaciones petroleras se supone que crece a las tasas anuales de 10 y 14 por ciento respectivamente, para los escenarios "bajo" y "de consenso". En el escenario del 14 por ciento se supone que los precios aumenten de 16 dólares por barril en 1987, a 20 d/b en 1990 y a 25 d/b en 1995, en tanto que la producción de la OPEP sube de 18 millones de barriles diarios, a 23 millones de b.d. en 1990 y a 28 millones de b.d. en 1995. El escenario bajo, por supuesto, es más pesimista en 59 relación a la evolución de los precios y/o la producción (1) Escenario Petrolero Bajo Partiendo de los supuestos anteriores y de un incremento del valor nominal de las exportaciones petroleras del 10 por ciento promedio interanual hasta 1996, las cifras de crecimiento, balanza de pagos en cuenta corriente y endeudamiento aparecen en el Cuadro 5. Los resultados son sorprendentes, e ilustran la gran capacidad de crecimiento que tiene la econom ía venezolana en el largo plazo. A pesar del crecimiento real relativamente alto del PTB (6 por ciento interanual), y de la apertura externa implícita en el crecimiento de la razón importaciones-producto, la tendencia de la cuenta corriente es a diminuir progresivamente su déficit para mediados de la próxima década. Los déficits en cuenta corriente que se producirán tendrán que ser financiados con un aumento del endeudamiento neto en unos 10 mil millones de dólares, lo que llevarán la cifra de deuda neta total a unos 27 mil millones de dólares para '1996. A pesar de este aumento, la razón deuda/exportaciones caería abruptamente de 1.9 en 1986 a 1.13 en 1996 (2) (1) (2) fíO L;¡~ proyecciones sobre el mercado petrolero mundial están tomadas del trabajo de A. Quirós C;; "La Industria Petrolera Apuntes para el Año 2000", mirneo 1986. Nótese que aún en la actualidad, la razón deuda/exportaciones es relativamente baja en Venezuela. Para Brasil, México y Argentina. esta razón es superior a 4, ~ Proyecciones de Balanu de Pagos. Venezuela, 1987-1996 Escenorlo Petrolero "Bajo· <.lles do .11 Iones do dÓlares) prel Mo f'li¡¡1 C~pl 10 2 MlPTB M$11leO M X XNo Petrol. Petrol. Servicios No Finare. Servicios Fln.ne. Cuenta Corriente OMld. DeudolX 1978 255.9 18.2 29.~ 17.79 1985 238.5 13.8 1I.9S 6.ro 7.39 12.6 1.32 -1.00 -2.00 2.73 1986 238.5 13.4 10.6J 5.88 6.70 7.50 1.4J -1.70 -1.00 -I.JJ 17.00 1.71 1987 252.8 13.8 10.8J 6.35 7.45 8.25 1.58 -1. 79 -1.10 -I.JJ 18.J:> 1.86 1918 268.0 14.2 II.OJ 6.87 8.27 9.08 1. 79 -1.87 -2.01 -1.29 19.59 1.90 1989 284.1 14.7 11.2J 7.43 9.19 9.98 2.02 -1.97 -2.11 -1.27 ~.86 1.74 1990 Xli. I 15.2 1I.5S 8.03 10.22 10.98 2.28 -2.07 -2.21 -1.23 22.10 1.67 1991 319.2 15.7 II.IJ 8.68 11.35 12.08 2.58 -2.17 -2.31 -1.17 23.27 1.'9 1992 338.3 16.2 11.9S 9.)9 12.61 13.29 2.91 -2.28 -2.41 -1.10 24.)7 l.!) 1993 3'8.6 16.7 12.2J 10.15 14.02 14.62 ).29 -2.)9 -2.49 ~.99 2'. )6 1.42 1.32 1994 380.1 17.2 12.4J 10.98 15.57 16.08 ).72 -2.51 -2.57 ~.86 26.22 1995 4J2.9 17.8 12.7S 11.87 17. )1 17.68 4.21 -2.64 -2.64 -O .69 26.91 1.23 1996 427.1 18.3 12.~ 12.8) 19.23 19.45 4.75 -2.77 -2.70 -O .49 27.4J 1.13 Fuente: [¡tllloclones propias hotas: 1 Miles ó• • 1I Iones da bOl~vare~ 0', 2 Hiles de ecr iver es Escenario Petrolero "de Consenso" Si aceptamos las predicciones de la mayoría de los analistas petroleros internacionales, tendríamos que proyectar aumentos mayores para el valor de las exportaciones petroleras venezolanas en los próximos años. Para un aumento nominal del 14 'por ciento para las mismas, los sorprendentes resultados de balanza de pagos corriente se presentan en el Cuadro 6. Para el mismo crecimiento económico, y con el mismo nivel de apertura externa, el déficit en cuenta corriente desaparecería para 1989, a partir de donde comenzaría a producirse un superávit creciente que terminaría en unos 10 mil millones de dólares para 1996. Con ellos, Venezuela podría llegar a amortizar toda su deuda externa y todavía mantener unos 19 mil millones de dólares en reservas internacionales para 1996. Para producir los resultados de balanza de pagos en ambos escenarios, hemos supuesto, evidentemente que no se producen fugas privadas de capital. Los dos ejercicios numencos que hemos presentado ilustran muy claramente, las enormes potencialidades que tiene nuestra econom ía para comenzar u n proceso de largo plazo de crecimiento acelerado que recupere el ingreso y explote nuestras capacidades de creación de riqueza. Con poi íticas macroeconómicas eficientes con vocación de crecimiento, Venezuela podrá revertir el patrón de estancamiento a que ha sido sometida ya casi por una década. 62 ~ Proy«:clones de 8el.nu de Pago d. V.netuell. EKenarlo ·Consenso". 19B7-1996 (Miles d. ,.illones de dÓlllres) X XNo ServiCios Servicios Petrol. Petral. No flnanc. flnanc. e.-t. Corriente PTBI 1978 255.9 IB.I 29.91 1985 DB.5 13.7 11.91 6.00 7.)9 12.6 1.)2 -1.00 -2.00 2." 1986 DB.5 13.4 10.6S 5.BB 6.10 7.lO l. el -1.10 -1.00 -I.:xl 17.00 1.71 1987 252.B I3.B 10.BS 6.)5 7.45 B.55 1.5B -1. 79 -1.SIl -1.00 IB.OO 1.78 I98B 268.0 14.2 II.OS 6.Bl B.27 9.75 1.79 -1.B7 -1.98 -<l.OO IB.8) 1.61 1989 2B4.1 14.7 1I.2S 1.4) 9.19 11. 11 2.02 -1.97 -2.0' -<l.06 18.66 1.42 MlPTB MSI9&:> M Deuda OeudalX 17.79 191D :xl1.1 15.2 11.5S B.O' 10.22 12.67 2.28 -2.07 -2.04 0.6' 18.0' 1.21 1991 )19.2 15.7 1I.1S B.6B 11.'5 14.44 2.5B -2.17 -1.99 1.51 16.'2 0.97 1992 "B.' 16.2 11.9S 9.'9 12.61 16.46 2.91 -2.2B -1.Bl 2.62 13.89 0.72 1993 "B.6 16.7 12.2S 10.15 14.02 IB.77 '.29 -2.)9 -1.66 4.00 9.1D 0.4' 1994 :lBO.1 17.2 12.4S 10.98 15.57 21.)9 ).72 -2.51 -1.34 5.69 4.:lll 0.17 1995 «>2.9 I7.B 12.7S II.B7 17,31 24.'9 4.21 -2.64 -<l.BB 7.77 -'.57 -<l.12 1996 427.1 ra.s 12·91 12.B' 19.23 27.00 4.75 -2.77 -Q.26 10.:xl -1'.87 -<l.0 F_t.: Cl"'I VJ PTBI Cép1t. 2 AÑO Notas: EstlaeclOl'les. propias. Mil .. da .11 Iones de bol ívar•• Miles. de bolívores. IV. LA POllTICA ECONOMICA PARA EL CRECIMIENTO Y EL CAMBIO ESTRUCTURAL Para cualquier PalS en desarrollo, el objetivo supremo de la política económica debe ser el del crecimiento de su producto e ingreso per cápita, dentro de un patrón de redistribución progresiva de ese ingreso, de tal forma de incorporar a las grandes mavorras. de la población al bienestar y al progreso modernos. Cuando el país en desarrollo está a su vez ricamente dotado en recursos, como en el caso de Venezuela, esos objetivos deben buscarse con una vocación inequ ivoca y permanente. La estrategia de poi (tica económica que requiere nuestro país para lograr cumplir con estos objetivos en la próxima década no debe circunscribirse al corto plazo, sino que debe orientarse, a propiciar los cambios estructurales que necesita nuestra economía para crecer con vigor y sostenidamente, en un medio ambiente de recuperación moderada del mercado petrolero. Para ello se hace necesaria la instrumentación no sólo de poi íticas de ampliación del gasto, sino muy 65 especialmente de aquellas que reasignen el mismo de tal forma de ampliar la capacidad productiva en el sector de bienes comercializables internacionalmente. Paralelamente, deben estimularse diversos mecanismos que promuevan una redistribución progresiva del ingreso y la riqueza, para revertir la tendencia altamente regresiva y concentradora del bienestar que se ha acentuado en los últimos años. Si se logran instrumentar estas poi (ticas, Venezuela podrá continuar la transición hacia una econorma menos petrolera en medio del crecimiento económico, y no del empobrecimiento y la contracción que venimos padeciendo. El conjunto de medidas a instrumentar debe ser integral y abarcar todos los ámbitos de ejercicio de la pofúica económica. En particular, es fundamental entender que dadas las condiciones estructurales de nuestra econom (a, la poi (tica industrial cambiaria, fiscal y monetaria deben tener un alto nivel de consistencia para ser capaces de propulsar la expansión. A. Poi íticas del Sector Externo El punto de partida de las poi (ticas orientadas al sector externo, debe ser la comprensión cabal de que el único recurso productivo real que nos proporciona el petróleo (aparte de la energia barata que consumimos internamente) son divisas. Por esta razón, el objetivo fundamental de la poi (tica del sector externo debe ser el de sustituir los dólares del petróleo, por divisas generadas (o ahorradas) en otros ámbitos del. sector productor de bienes transables. El otro aspecto fundamental que debe ser tomado en cuenta para diseñar nuestra estrategia de largo plazo para el sector externo, es que nuestro desequilibrio externo real es relativamente poco importante, 66 y se expresa en un déficit pequeño de la cuenta corriente de la balanza de pagos. Nuestro gran desequilibrio de balanza de pagos de 1986 no fue real, en el sentido de que fue ocasionado por movimientos de capital, que pueden revertirse con relativa facil idad. ¿Pero cuáles serían las poi íticas que garanticen la corrección de estos desequilibrios? Básicamente tres: (i) una que oriente a la reasignación del gasto entre bienes transables y no transables vía cambio en los precios relativos; (ii) otra que coadyuve a esta reasignación a través de una estrategia industrial y productiva que dirija las inversiones públicas y privadas hacia los sectores donde el país tiene ventajas comparativas; (iii) y otra que tiene que ver con el manejo de la política de endeudamiento externo y con la fuga de capitales. 1.- En primer lugar, una poi ítica cambiaria y comercial que establezca precios relativos y condiciones favorables para la producción en el país de bienes importables y exportables. El nuevo sistema cambiaría debe establecer como objetivo el mantenimiento de una tasa de cambio real que garantice el equilibrio de largo plazo de la cuenta corriente de nuestra balanza de pagos a un nivel alto de empleo. Para ello sugerimos el establecimiento de un sistema de minidevaluaciones que ajuste la tasa de cambio nominal relevante, de forma tal de corregir los diferenciales de inflación de Venezuela con sus clientes comerciales. Por supuesto que, dada la baja importante de los precios del petróleo, se hacía necesario devaluar en términos reales el tipo de cambio. En estimaciones preliminares, hemos calculado, por ejemplo, que a los precios petroleros actuales era aconsejable una devaluación del 20 por ciento en pro- 67 medio de la tasa de cambio oficial para las importaciones de 7.50 Bs. por dólar, de tal forma de mantener los precios relativos a un nivel de "equilibrio". Si a partir de esta devaluación discreta moderada se hubiera instrumentado un sistema de corrección permanente del tipo de cambio que no permitiera lá sobrevaluación, el país podría haber comenzado a transitar el camino de una sustitución eficiente de importaciones que en los próximos años le proporcionara un margen sustancial de crecimiento (1) Aparte del mantenimiento de precios relativos, la política cambiaria debe tener como objetivo evitar la continuación de la fuga de ahorros privados al exterior. Para ello es absolutamente necesario un tipo de intervención distinto en-el mercado cambiario por parte del Banco Central, de tal forma que éste no continúe suministrando dólares que se demandan en el mercado libre con fines especulativos. Ello implicaría de facto, un control de cambios estricto que elimine de raíz la fuga de capitales, que debe pasar, además, por una prohibición absoluta de tenencia de activos (1) 68 Lamentablemente el gobierno, en su reciente paquete de medidas, escogió el camino de la devaluación masiva del tipo de cambio (que debe promediar un 500/0). La consecuencia de corto plazo será una fuerte aceleración inflacionaria, y a través de una contracción en el gasto público real y en el salario real, una nueva contracción del productopara el año entrante. externos por parte del sector privado, para fines distintos a los de la actividad comercial propia de las empresas (1) La poli'tica comercial debe coadyuvar en el estímulo a la producción de bienes importables, pero-. debe orientarse también (aunque suene paradójico) a una apertura externa selectiva que permita ganancias de eficiencia y rentabilidad que favorezcan al sector productor - de bienes potencialmente exportables. Ello debe expresarse, tal como hemos supuesto en nuestras proyecciones, en un aumento del componente importado de nuestro PTB, que ha caído a niveles muy bajos en los últimos años. Consideraciones de eficiencia hacen pensar que una econom ía con el mercado interno venezolano, debería importar mas en proporción a su producto, para poder promover mas intensamente el crecimiento de sus exportaciones no tradicionales. 2.- (1 ) El desequilibrio fundamental que se crea en la economía venezolana por causa de la caída del ingreso petrolero, es un déficit pequeño pero potencialmente importante en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Este déficit se ubicó alrededor de mil millones de dólares para 1986 y dada la dinámica actual del mercado petrolero, éste podrja persistir hasta fines de la década. Para Como de hecho ocurre en la mayoría de los países del mundo y en especial en aquellos semi-industrializados como Brasil' Korea y Taiwan, que han tenido gran éxito en el crecimiento hacia afuera de sus econom ías. 69 enjugar este déficit en el mediano a largo plazo, debe adicionarse a las ganancias posibles en ingreso petrolero aquellas que provengan de la expansión de las exportaciones no petroleras. Para producir ambas es necesario acometer un extraordinario esfuerzo de inversión en los sectores de la producción donde nuestra econorn ía posee ventajas comparativas, que le permitan en un medio ambiente cambiario razonable competir eficientemente en el mercado internacional. Para ello, es necesario llevar adelante' con audacia y responsabilidad los proyectos de inversión en petróleo, aluminio, petroquúnica, siderurgia, energía y agricultura, que permitirán para comienzos de la década de los noventa generar las divisas que hoy nos niega el petróleo. Es absolutamente crucial darse cuenta que la solución de este desequilibrio básico en nuestro sector externo no puede producirse con el continuado estrangulamiento de nuestra economía. Su resolución pasa por una poi ítica de expansión que acometa los proyectos de inversión para el desarrollo que nos permita explotar eficientemente nuestras ventajas comparativas y generar los excedentes que, aparte de permitir establecer un patrón de crecimiento acelerado, permitan una solución de largo plazo a nuestro problema de endeudamiento. 3.- 70 Venezuela ejecutó masivos superavits en cuenta corriente de 1983 a 1985, que superaron en total a los 12 millones de dólares. A pesar de que apenas un tercio de ese superávit se utilizó para acumular reservas internacionales, el margen de maniobra para absorber una caída en los precios del petróleo es sustancial. Sin embargo es fundamental entender que la absorción de estos superávits v(a deterioro en los términos de intercambio y crecimiento económico, es incompatible cun cualquier nivel de amortización neta de la deuda externa. De hecho, Venezuela es el únicu país de América Latina con una cuenta de capital severamente negativa, precisamente por ser, la única econom (a que ha amortizado deuda neta y continúa financiando importantes fugas de capital. Usar las reservas para amortizar 13 deuda n o disminuye el endeudamiento neto, y le quitará al gobierno todo margen de maniobra para instru mentar poi (ticas expansivas, en un medio ambiente de restricción en la oferta de fondos internacionales. De continuar con el patrón actual de amortizaciones netas y fugas de capital, dado el déficit de cuenta corriente de alrededor de mil millones de dólares en los próximos años, se conformarfan déficits en balanza de pagos cercanos a los 4 mil millones de dólares que en 2 años agotarán las reservas internacionales. Si llegamos a este punto, nuestras dificultades se harán significativamente extremas. Por esta razón, se hace necesaria una poi ítica agresiva de manejo de la deuda que elimine las amortizaciones netas y que aumente el endeudamiento para financiar los déficits corrientes,(l) y una pol itica de estrictos controles para eliminar las fugas de capitales. En esta forma se le daría un vuelco positivo a la cuenta de capital de la balanza de pagos y se mantendr ía en un m ínimo la disminución de reservas. (1) Nótese que en nuestras proyecciones para el escenario petrolero bajo, a pesar del aumento en el endeudamiento neto por 10 mil millones de dólares, la razón deuda/exportaciones se reduce casi a la mitad. 71 B. Poi íticas del Sector Público 1.- La poi ítica de gasto públ ico debe ser expansiva tanto en el corto tomo en el mediano plazo, para ser consecuente con los objetivos fijados de resolver nuestro desequilibrio estructural en el sector externo. Además la necesidad de una política de gasto expansiva es un derivado estructural de la propuesta de poi ítica cambiaria dinámica. En Venezuela, donde el sector público realiza más del 95 por ciento de las exportaciones, una poi ítica de corrección del tipo de cambio que nó reinyecte convenientemente los recursos que el estado obtiene del manejo cambiario sería básicamente contractiva. 2.- Pero ¿cuál debe ser la cornposrcron del gasto público? Hay que enfatizar que la expansión fiscal debe ser balanceada e integral, pues aunque en primer término debe promover un aumento en la inversión reproductiva en proyectos de desarrollo, debe también aumentar la inversión en obras públicas y en el gasto corriente, con fines de restablecer la demanda, agregada y la producción en el corto plazo. Es crucial entender que el mantenimiento de una tasa de cambio real de "equilibrio" hará rentables numerosos proyectos públicos y mixtos en el sector de bienes comercializables internacionalmente, y por tanto una parte importante de los recursos de inversión deben orientarse hacia estos proyectos de desarrollo. Ellos serán la base del cambio estructural hacia una economía en la que el petróleo reduciría su papel relativo como generador de divisas y, por tanto, como motor fundamental del crecimiento. 72 El gobierno debe continuar impulsando con vigor sus planes de inversión en obras públ icas por sus altos efectos multiplicadores de corto plazo, y por ser la fuente de generación de infraestructura necesaria para el desarrollo. En un país joven con gran potencial en recursos y una amplia geografía, hay que entender la crucial importancia que tiene el establecimiento de esa infraestructura apropiada para el desarrollo. Las carreteras, autopistas, acueductos, canales, vías de penetración, escuelas, hospitales, viviendas, infraestructura turística y el mantenimiento de la infraestructura ya existente que necesita Venezuela para acometer el reto del desarrollo, pasa por una política agresiva de inversiones que demandará recursos sustanciales del lado fiscal. Pero también debe entenderse la necesidad de ampliar y reasignar de manera efectiva el gasto corriente, porque el sector público necesita mantener bien remunerada y capacitada su plantilla de capital humano, bien dotado el sistema educativo y de salud pública, la investigación y el desarrollo, y además debe mantener y ampliar sus programas de gasto social dirigidos a mantener niveles apropiados de demanda en los sectores de ingresos medios y bajos de la población. 3.- El financiamiento no inflacionario del gasto estaría garantizado en el corto y mediano plazo por el stock de reservas internacionales conque cuenta el país, y en el largo plazo cuando se coseche la zafra de inversiones en exportables e importables que permitan sustituir a las divisas petroleras. El financiamiento interno en bolívares puede realizarse por distintas vías: los recursos que se generen de una política cambiaria activa, los recursos que se ahorren de la 73 no amortización neta de deuda, la absorción de fondos ociosos privados a través de emisión de pasivos públicos, el financiamiento monetario del déficit, y la más importante, una profunda reforma tributaria con un alto carácter redistributivo. C. Poi ítica de Ingresos A las poi íticas industrial, cambiaria, comercial, de gasto público, monetaria y financiera, es fundamental adicionarle una coherente poi ítica de ingresos que refuerce el objetivo del crecimiento. 1.- El control de la aceleración inflacionaria deberá lograrse mediante el manejo adecuado de la poi ítica fiscal y de corrección monetaria. Deben, sin embargo, mantenerse los controles administrados de precios en aquellos rubros y sectores donde formas no competitivas de mercado puedan dar origen a la fijación de márgenes especulativos. Al margen de esta consideración, deben controlarse y subsidiarse los bienes en la canasta básica, para proteger el ingreso real de los sectores de menores ingresos de la población. 2.- De 1979 a 1985 los salarios reales en Venezuela se contrajeron más de un 30 por ciento. Esta ha sido la causa fundamental en el colapso del consumo privado en los últimos años, lo que a su vez ha contribuido al rezago de la demanda agregada y al crecimiento en ese período. La apropiada devaluación del bolívar que acometió el gobierno en 1984 no tuvo efectos macroeconóm icos expansivos, precisamente proque el efecto ingreso negativo (expresado en la contracción del consumo privado y el gasto público en términos reales) dominó sobre 74 el efecto sustitución producto del cambio en los precios relativos. Razones parecidas a las que hacen una poi ítica contractiva de gasto público incompatible con una política cambiaria dinámica en Venezuela, se pueden argumentar para instrumentar una polúica de' largo plazo que evite a toda costa el deterioro de los salarios reales. Si los aumentos de los salarios reales son moderados, es posible imaginar que estos no tengan ninguna consecuencia inflacionaria ya que sería posible financiarlos con las alzas cíclicas en la productividad que se dan en una econom ía en ex pansión. La caída brusca en los precios del petróleo, que nos ha deteriorado fuertemente los términos de intercambio, ya hemos señalado que hace necesaria una devaluación real del tipo de cambio que podría tener corno consecuencia una nueva caída del salario real. Lo que es fundamental entender, es que esta disminución no tiene pur qué ser proporcional a la devaluación real y que además debe ser puntual en el tiempo. A partir de al! í se hará necesario instrumentar una política salarial activa que se fije los objetivos arriba mencionados. D. Poi ítica Financiera y Monetaria 1.- La polúica financiera debe permitir la fluida intermediación interna de los ingentes recursos de ahorro propio con que cuenta el país. El primer paso fundamental para propiciar esta intermediación es precisamente crear mecanismos que eviten la esterilización de fondos de agentes superavitarios de los sectores público y privado, canalizándolos para 75 que financien los proyectos de inversión. Además, como mencionamos anteriormente, un control estricto a los movimientos de capital privado hacia el exterior, sería la forma ideal para evitar la salida de recursos de ahorro. privado en dólares y en boIívares de nuestro circuito financiero, de tal forma que ellos contribuyan también a financiar la ampliación de nuestra capacidad instalada. 2.- La poi ítica monetaria debe continuar siendo pasiva, pero lo suficientemente flexible para permitir el crecimiento de la oferta monetaria y permitir que se adecúe a los requerimientos de la demanda de dinero. En particular, debe prestarse especial atención a la racionalización del proceso de absorción de títulos de deuda pública por parte del Banco Central de Venezuela. Deberá mantenerse también un control flexible de las tasas de interés, procurando lograr tasas reales que no comprometan la expansión sostenida de la inversión, no desalienten el ahorro privado, y coadyuven a que la poi (tica de control de cambios cumpla con su cometido. Además, la poi (tica debe ser lo suficientemente heterodoxa para que se convierta en estúnulo a la inversión en sectores estratégicos para el desarrollo. Una de las características básicas de la poi (tica industrial y financiera de países inversionistas exitosos (v.gr.: Corea o Brasil) ha sido el estímulo a la inversión en transables y en sectores claves a través de una poi (tica agresiva de subsldiosa las tasas de interés relevantes para esas inversiones. E.- Investigación y Desarrollo (R & D) Una de las razones que explican la falta de dinamismo del gasto público y privado en Venezuela en los años 76 recientes es la escasez de proyectos de inversión. Como ocurre en todos los paises, el rezago fiscal se origina entre otras cosas porque la ejecución del gasto asignado pasa por un proceso complejo y largo de evaluación de estos proyectos. Dada nuestra urgente necesidad de crecimiento y de una eficiente utilización de nuestros recursos, se. hace indispensable que el gobierno haga parte integral de' su poI Itica de gasto pú blico a un programa de Investigación y Desarrollo aplicado, para determinar los proyectos de inversión que hagan viable-a la Venezuela del Futuro. El objetivo del programa debe ser la creación del inventario de una cartera de proyectos de desarrollo y obras públicas que permitan: determinar las ventajas comparativas estáticas y dinámicas que posee el pafs, la formulación de una estrategia de poi (tica industrial para el crecimiento hacia afuera, e incrementar el efecto multiplicador del gasto público a través del aumento en su eficiencia y de la reducción del rezago fiscal. 77 · V. CONCLUSION FINAL La lección fundamental de nuestra historia económica reciente es inquietante: Venezuela desaprovechó una extraordinaria oportunidad para crecer y avanzar en su proceso de desarrollo. Las poi (ticas contractivas de 1979 a 1983 no permitieron cosechar a tiempo lamagn (fica zafra de inversiones que el pars sembró de 1975 a 1978. La continuación del "ajuste" en los últimos años también es injustificable. Si hubiéramos instrumentado una poi (tica de crecimiento que hubiera además evitado la fuga de capitales, Venezuela hubiera sido de los pocos paises que hubiera podido expandirse a un ritmo sostenido, sin necesidad de generar un severo problema de endeudamiento neto del sector público, y acumulando recursos externos que permitieran apuntalar la expansión en la segunda mitad de la década de los ochenta. La situación ahora es distinta, pero si se quiere mucho más interesante y retadora: poder crecer en medio de una restricción relativa de recursos externos. Para ello contarnos con un pars pródigo en recursos reales de 79 todo tipo. 1.0 que hace falta es una voluntad poi úica que sea capaz de poner en tensión estos recursos para que exploten las inmensas posibilidades de creación de riqueza y bienestar que tiene nuestra nación. El ingrediente indispensable será la implementación de una poi (tica económica con vocación de crecimiento como la que hemos delineado. 80 REFERENCIAS Hausrnann, Ro, y MoRodríguez: "Venezuela", en Coyuntura Económica Andina, No. 7, FEDESARROLLO, Bogotá 1986 Pazos, F.: Quirós e, "Efectos de un Aumento Súbito en los Ingresos E>: ternos; La Econom ía Venezolana en el Quinquenio 1974-1978", Banco Central de Venezuela, 1979 A: "La Industria Petrolera: Apuntes para el Año 2000" Mimeo, 1986. Rodríguez, M.: "Auge Petrolero, Estancamiento y Políticas de Ajuste en Venezuela", en Coyuntura Económica, FEDESARROLLO, Bogotá 19850 Rodríguez, M.: "Mitos y Realidades del Endeudamiento Externo Venezolano", en Revista del Colegio de Economistas de Venezuela, 1985. 81