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Transcript
Competitividad y acumulación de capacidades tecnológicas en la industria
manufacturera después de la apertura comercial
Aldo A. Pérez-Escatel
Directores de tesis
Dra. Noela Invernizzi
Dr. Oscar Pérez Veyna
Zacatecas, Zac., México
2005
0
1. Antecedentes y formulación del problema
México es un ejemplo singular por su transformación económica radical desde mediados del
decenio de los ochentas. La década está marcada por su ingreso al GATT en 1986, la
negociación del Tratado de Libre Comercio de América Latina del Norte (TLCAN), la
creación de un ambiente favorable al inversionista extranjero, el fortalecimiento de la
protección de la propiedad intelectual industrial y la desregulación de transacciones
tecnológicas. Este conjunto de transformaciones tuvo su manifestación más aparente en un
crecimiento acelerado de las exportaciones 1 .
La apertura comercial mexicana ha sido exitosa en lo que ha exportaciones se refiere.
México ha logrado posicionarse como la primera potencia exportadora de América Latina,
con una plataforma de exportación integrada en un 90% por bienes manufacturados (Delgado
& Invernizzi, 2002). Pero, esta base exportadora aún no se refleja en un mejor desempeño
tecnológico para toda la economía.
El éxito exportador mexicano ha llevado a legitimar el discurso oficial según el cual
la apertura comercial y la actividad exportadora en sí mismas han dado lugar a un aumento
de las capacidades tecnológicas de las empresas manufactureras mexicanas. El argumento
establece que si con la apertura muchas firmas que antes no exportaban han empezado a
hacerlo a los mercados mundiales, entonces, esto se debe a que la liberalización comercial
por si sola ha llevado a que las empresas mejoren la calidad de sus productos y su eficiencia
productiva, una vez que el incremento de la calidad de productos y de la eficiencia
productiva va, por lo regular, acompañado de un aumento de las capacidades tecnológicas y
de la competitividad de la firmas. En suma, se asume que la apertura ha dado lugar a un
incremento de las capacidades tecnológicas de las empresas manufactureras mexicanas.
1
En lo que va de la década de los noventa, las exportaciones han crecido en 188.6 %. La tasa media de
crecimiento asciende al 14.2%. Las manufacturas representan casi el 90% de las exportaciones totales de nuestro
país. Figuran entre los principales productos exportados los automóviles para transporte de carga y personas,
motores para automóviles y autopartes; máquinas para procesamiento de información, la cerveza, conservas,
artículos de tela y algodón, materias plásticas y resinas sintéticas, manufacturas de materias plásticas o resinas,
vidrio y cristal, hierro en barras y en lingotes, y tubos de acero. En 1990, la maquila representaba el 34% del
total exportado. Para 1998, ya es el 45%. La tasa media de crecimiento de exportaciones distintas a la maquila
es, en el periodo 1990-1998, de 11.6%; la de las ventas al exterior de maquiladoras es, en el mismo periodo, de
18.3%. (INEGI, Varios años).
1
Sin embargo, algunos estudios cuestionan esta perspectiva mostrando que el
crecimiento exportador mexicano no ha conseguido revertir la fuerte dependencia del país de
las importaciones de bienes de capital, situación existente desde el período de sustitución de
importaciones. Sostienen que ni las presiones competitivas del mercado externo ni los
esfuerzos para alentar la difusión y la asimilación de tecnologías estimularon suficientemente
el desarrollo de capacidades tecnológicas, que continúan siendo débiles, de manera que, el
país sigue dependiendo de fuentes extranjeras de tecnología (Arjona y Unger, 1997; Cimoli,
2002; Romo, 2003; Unger, 2001, 2002).
La cuestión de si las exportaciones estimulan la acumulación de capacidades
tecnológicas de las firmas es, de hecho, un tema que adquiere relevancia en la literatura
económica en las últimas dos décadas. En estudios recientes desde el enfoque de la economía
neoclásica (Clerieds et al., 1996; Bernard & Jensen, 1999, Barrios et al., 2001) se considera
que las firmas exportadoras tienen un alto desempeño por dos razones. Primero, cuando las
firmas exportadoras compiten en los mercados extranjeros se enfrentan a altas barreras
comerciales, a diferentes gustos de los consumidores y a una mayor competencia. Segundo,
para que las firmas compitan exitosamente en los mercados internacionales y obtengan
mayores beneficios, las firmas deber adquirir el conocimiento apropiado y mayores
capacidades tecnológicas
Por su parte, la corriente evolucionista, que considera el cambio tecnológico como un
proceso de aprendizaje dinámico a lo largo del tiempo, sostiene que la innovación, el cambio
y la difusión tecnológica significan una condición fundamental para el desarrollo de toda
empresa, rama y país que se proponga como meta la inserción y permanencia en la economía
internacional. Autores neoschumpeterianos o evolucionistas (Arjona, 1995; Dosi et al., 1993;
Dosi y Soete, 1988; López, 1998; Metcalfe y Soete, 1984; Montobbio, 2003; Nelson, 1990;
Nelson y Winter, 1982) argumentan que la distribución internacional de las capacidades
tecnológicas influye decisivamente en el patrón de especialización del comercio de cada país
y determina una jerarquía de las economías nacionales en el comercio internacional.
En las últimas décadas se ha registrado una creciente preocupación por explicar el
papel que juega la formación de capacidades tecnológicas en los países en desarrollo, y la
2
asociación que establece entre éstas y el desempeño industrial e innovador de las firmas en
dichos países en un entorno internacional. Relacionado a ello y a la inserción en los mercados
internacionales, ha sido replanteado el tema de la competitividad y sus fuentes.
Las bases del concepto de capacidades tecnológicas para países en desarrollo, de
acuerdo a Vera-Cruz (2003), las encontramos a finales de los setenta y principios de los
ochenta con la realización de dos grandes proyectos de investigación en esos temas. El
primero, dirigido por J. Katz y llevado a cabo entre 1975 y 1982, fue el Programa
BID/CEPAL/PNUD de Investigaciones en Temas de Ciencia y Tecnología en América
Latina. El segundo, dirigido por C. Dahlman y L. Westphal y financiado por el Banco
Mundial, fue un proyecto en torno a la adquisición de capacidades tecnológicas, publicado a
principios de los ochenta. A partir de dichos trabajos se establece por capacidades
tecnológicas las habilidades y el conocimiento tecnológico necesario para desarrollar,
producir y vender productos; asimilar, utilizar, adaptar y cambiar tecnologías existentes y
también la habilidad para crear nuevas tecnologías.
Lall (1992) elaboró una tipología de capacidades tecnológicas a nivel de firma que ha
sido muy influyente como referencia para estudios empíricos. El autor diferencia tres tipos de
capacidades tecnológicas: de inversión, de producción y de vinculación. Las primeras son las
habilidades que se requieren antes de crear nuevas instalaciones o de expandir la planta
existente: identificar necesidades, preparar y obtener la tecnología necesaria y después
diseñar, construir, equipar y conseguir el personal para las instalaciones.
Las capacidades de producción cubren desde las habilidades básicas –como control de
calidad, operación y mantenimiento- pasando por las que son un poco más avanzadas –como
la adaptación del equipo, su mejoramiento o su uso en otras aplicaciones- hasta las más
exigentes: investigación, diseño e innovación. Cubren tanto tecnologías de proceso como de
productos, así como las funciones de vigilancia y control incluidas en la ingeniería industrial.
Las capacidades de vinculación son las que se requieren para transmitir y recibir
información, habilidades y tecnología de proveedores de componentes o materias primas,
subcontratistas, asesores, empresas de servicios e instituciones tecnológicas. Estos vínculos
afectan no sólo la eficiencia productiva de la empresa (para permitirle una mayor
3
especialización), sino también la difusión de la tecnología en la economía y la profundización
de la estructura industrial, esenciales para el desarrollo industrial.
A finales de la década de los ochenta los temas del comercio internacional van a estar
indiscutiblemente unidos al concepto de competitividad, salvo en la ortodoxia económica,
que centra su análisis en las ventajas comparativas. La visión denominada evolucionista
señala como factor clave en la competitividad, en sus diferentes ámbitos, el factor
tecnológico. En el actual escenario económico y tecnológico, la variable vinculada a las
innovaciones tecnológicas ocupa un papel clave como determinante de la competitividad
internacional.
Encontramos en la literatura una diferenciación de las fuentes de la competitividad.
Un primer tipo de competitividad se logra a través de la reducción constante del salario real,
la explotación de los recursos abundantes y manteniendo el tipo de cambio subvaluado. Este
tipo de competitividad es el que Fajnzylber (1989,p. 65; 1990, p. 85) denominó
competitividad espuria. El otro tipo de competitividad, es la llamada competitividad
“autentica” de acuerdo con Fajnzylber. Es la que se logra en base a incrementos en la
productividad, lo que exige un progreso técnico continuo; mayor diferenciación de productos,
incorporación de innovaciones tecnológicas, introducción de nuevas formas de organización
empresarial y privilegia el eslabonamiento de cadenas productivas que aumenta la eficiencia
del ciclo productor (Hernández, 2000, p. 16).
A nivel micro ¿qué determina la competitividad de una firma? Romo y Andel (2003)
señalan que ésta se deriva de los métodos de producción y organización de la firma (precio y
calidad
de
productos
finales).
Indudablemente
las
características
del
entorno
macroeconómico y sectorial en el que se desenvuelve una empresa, afectan a su
competitividad. Pero, la tecnología es uno de los factores determinantes de la competitividad;
o, dicho en otros términos, la capacidad para generar cambios tecnológicos. Schumpeter
(1952) [1996] fue el pionero en señalar que la base de la competencia reside, principalmente,
en la innovación tecnológica.
Las diferentes interpretaciones sobre el milagro exportador mexicano señaladas al
inicio se fundamentan, en última instancia, en diversas concepciones de competitividad.
4
Mientras la igualación entre exportación y competitividad deja de lado la diferenciación entre
fuentes de corto y largo plazo de la competitividad, aquellos que cuestionan la solidez del
vuelco exportador lo hacen con base en una evaluación de la acumulación de las capacidades
tecnológicas y de la capacidad competitiva auténtica desarrollada. Sin embargo, las
evidencias empíricas aún no dirimen claramente en que medida las exportaciones han llevado
a acumular algún tipo de capacitación tecnológica que pueda sustentar la competitividad de
forma más sustentable en, por lo menos, algunos de los sectores manufactureros exportadores.
2. Objetivos
A partir de la problemática antes expuesta, los objetivos de esta investigación son:
-
Analizar la acumulación de capacidades tecnológicas de las empresas
mexicanas después del periodo de apertura comercial.
-
Identificar la naturaleza de las ventajas competitivas (espurias o autenticas,
de acuerdo a la terminología de Fajnzylber) de las empresas a nivel sectorial.
-
Identificar los tipos de capacidades tecnológicas más desarrollados por los
distintos sectores industriales desde la apertura comercial y aquellas que han
encontrado mayores obstáculos para desarrollarse.
3. Hipótesis
•
La apertura comercial en México no ha estimulado las capacidades tecnológicas de las
empresas manufactureras no exportadoras mientras si lo ha hecho, en diversos grados,
en el caso de las empresas orientadas al mercado exterior.
•
Las ventajas competitivas auténticas (de acuerdo a la terminología de Fajnzylber) de
las empresas a nivel sectorial han aumentado con la apertura comercial en los sectores
volcados a la exportación no así en los sectores con un porcentaje de ventas al
extranjero pequeño.
5
4. Metodología
Una gran cantidad de estudios empíricos se han producido en años recientes desde el enfoque
de capacidades tecnológicas (Archibugi y Coco, 2004, 2005; Arias y Dutrénit, 2003; Bhaduri
y Ray, 2004; Dutrénit, 2003; Dutrénit et al., 2003; Dutrénit y Vera-cruz, 2005; Vera-Cruz,
2003; Wignaraja, 2001). La mayor parte de estos estudios utiliza la clasificación de
capacidades tecnológicas propuesta por Bell y Pavitt (1992, 1995), y principalmente, la
tipología propuesta por Lall (1992).
En este trabajo adoptaremos la clasificación utilizada por Domínguez y Brown (2004),
quienes construyen un índice de capacidades tecnológicas para la industria mexicana de
acuerdo a la taxonomía elaborada por Lall y ampliada por Bell y Pavitt (1995). En la
taxonomía de Lall, las capacidades tecnológicas se dividen en capacidades de inversión, de
producción y de vinculación. El índice de capacidades de Domínguez y Brown se construye
con base en la Encuesta Nacional de Empleo, Salarios, Tecnología y Capacitación en el
sector manufacturero (ENESTYC, 1999) del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI). El índice que vamos a utilizar en la presente investigación incluye 26
variables relacionadas con la inversión, producción y la vinculación entre empresas e
instituciones.
Asimismo vamos a aplicar la clasificación de los patrones sectoriales de Pavitt (1984),
la cual agrupa las industrias en cuatro tipos de acuerdo a su perfil y cambio tecnológico. La
tipología distingue a dos sectores con mayor dinamismo tecnológico: los sectores basados en
avances de la ciencia y los oferentes especializados; los sectores con menos dinamismo
tecnológico, que son los sectores intensivos en escala y los dominados por los proveedores.
Vamos a presentar tres modelos econométricos, sin embargo, por cuestiones de
espacio no se desarrollan en este documento. El primer modelo econométrico intentará
establecer los determinantes del índice de capacidades tecnológicas y los determinantes de las
exportaciones. El segundo modelo pretende arrojar los principales determinantes de las
exportaciones después de la apertura comercial. La tercera especificación intentará establecer
una relación entre las capacidades tecnológicas y las ventajas competitivas auténticas.
6
La fuente de información en que se basa la investigación es la ENESTYC, que
contiene información representativa a nivel nacional sobre las características tecnológicas y
de la organización productiva, nivel y tipo de empleo generado, estructura ocupacional,
remuneraciones y capacitación de las empresas manufactureras. La base de datos de la
ENESTYC de 1992, 1995 y 1999 cubre a 5.071, 5.242 y 8.181 establecimientos,
respectivamente. La encuesta considera a todas las empresas de los estratos grande y mediano,
tomando una muestra aleatoria representativa de los estratos pequeño y micro.
5. Contribución
Este trabajo de investigación propone contribuir a incrementar el entendimiento de la
adquisición de capacidades tecnológicas en los países en desarrollo tomando el caso
específico de México. La escasez de estudios que analizan la adquisición de capacidades
tecnológicas de las firmas a nivel sectorial es particularmente evidente con respecto a los
estudios de caso de ciertas empresas “exitosas”. Si bien los trabajos sobre procesos de
aprendizaje, adquisición de capacidades tecnológicas e innovación han venido aumentando
en las dos últimas décadas siguen siendo escasos comparados con la relevancia del tema.
En este sentido, una mayor comprensión sobre los procesos de aprendizaje y de la
acumulación de las capacidades tecnológicas permitirá elaborar políticas de ciencia y
tecnología más apegadas a los requerimientos de las firmas, sectores y necesidades de la
sociedad mexicana.
6. Estructura del trabajo
Introducción
1. Comercio y adquisición de capacidades tecnológicas
1.1. El papel de la tecnología en el desarrollo económico: los enfoques clásicos
1.2. Aprendizaje, innovación y capacidades tecnológicas
1.3. Comercio internacional y desarrollo de capacidades tecnológicas
1.4. Capacidades tecnológicas y competitividad
2. Apertura, capacidades tecnológicas y competitividad en economías en desarrollo: el caso
de México.
2.1 Enfoques estructuralistas y evolucionistas del aprendizaje tecnológico en América
Latina.
2.2 La apertura comercial en México y su impacto en la industria
7
2.2.1 La fase ISI
2.2.2 La apertura comercial y la situación de la industria mexicana
2.2.3. El desarrollo exportador
2.3 Apertura y capacidades tecnológicas de la industria mexicana: balance de los
estudios realizados en la década de los 90s.
3. Adquisición de capacidades tecnológicas de la industria mexicana
4. Apertura comercial, adquisición de capacidades tecnológicas y ventajas competitivas de
la industria mexicana.
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