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VIII Reunión de Economía Mundial
Título: “CHINA EN EL ESCENARIO INTERNACIONAL: EL CASO DEL TEXTIL
Y LA CONFECCION”
Autores:
Elena Martínez, ([email protected]; tlfno:946013795);
Efren Areskurrinaga ([email protected]; tlf:946013880);
Xabier Barrutia ([email protected]; 946013797)
Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea
Departamento de Economía Aplicada I (fax: 946013888)
1
CHINA EN EL ESCENARIO INTERNACIONAL: EL CASO DEL TEXTIL Y LA
CONFECCION
1. Introducción
La evolución de la economía china en las últimas décadas ha sido objeto de especial interés
por dos motivos diferentes. Desde el punto de vista del desarrollo, que el país más poblado
de la tierra (1.300 millones de habitantes) esté inmerso en un proceso de crecimiento
económico calificado como “milagroso” debe considerarse una buena noticia. Sin embargo,
este crecimiento no afecta por igual al conjunto del territorio sino que se concentra en la
costa Este del país. Además, aunque la renta per cápita y las condiciones de vida de la
población están mejorando, existen grandes desigualdades en la distribución de la renta así
como en el acceso a servicios básicos que evidencian que el progreso social avanza en
menor medida que el progreso económico.
Desde el punto de vista de las economías occidentales o ricas, el despegue de la economía
china se percibe más como una amenaza que como una oportunidad. Su modelo altamente
intervencionista hace cuestionarse las recomendaciones que emanan desde hace tres
décadas de los gobiernos e instituciones occidentales, todas ellas favorables al mercado, la
liberalización, apertura comercial, etc. La entrada masiva en los mercados occidentales de
productos de procedencia china hace que los países ricos vean peligrar los puestos de
trabajo y producción manufacturera en los sectores donde la competencia china se hace más
evidente. La primera señal de alarma se ha producido para la industria del textil y, más
concretamente, para la de confección. Tras más de cuatro décadas de proteccionismo las
economías occidentales se han revelado incapaces de reestructurar el sector del textil y la
confección para paliar los efectos de la entrada de este tipo de productos procedentes de
China. Si su economía sigue creciendo y diversificándose en la manera que lo ha hecho
desde los años 80, otros sectores manufactureros seguirán la misma pauta.
Los países del entorno del Pacífico también observan con recelo la creciente
industrialización y capacidad exportadora de manufacturas china. Los dragones asiáticos
(Hong Kong, Singapur, Taiwán y Corea del Norte) encuentran grandes oportunidades de
negocio en la dinámica expansiva de la economía china pero, al mismo tiempo, observan
preocupados cómo el ascenso en el valor añadido de las exportaciones chinas pone en
2
peligro su cuota en el mercado internacional. Otras economías del Sur que han basado su
capacidad exportadora en industrias intensivas en mano de obra, en concreto textil y
vestido, ven que su capacidad competitiva en el mercado internacional disminuye a pasos
agigantados, sobre todo en el escenario liberalizado para el comercio de este tipo de
productos que se da tras el vencimiento del Acuerdo sobre el Textil y Vestido de la
Organización Mundial del Comercio en enero de 2005.
Por otro lado, el modelo de desarrollo seguido en China no está exento de contradicciones.
Entre ellas que podemos destacar el desequilibrio regional y la dicotomía campo/ciudad, los
costes medioambientales del modelo expansionista o las condiciones laborales sobre las
que se asienta el modelo de producción. Desde la perspectiva macroeconómica también se
escuchan cada vez más voces que hablan de un recalentamiento de la economía, fuertes
ineficiencias del sector bancario y los posibles problemas asociados a la entrada de
capitales a corto plazo y a la reestructuración de las empresas estatales, entre otros.
En este artículo se analizan algunas de las cuestiones antes mencionadas. En una primera
parte, se estudiarán algunas de las características principales de la economía china desde la
década de los 80, analizando las desigualdades regionales y el papel jugado por la inversión
extranjera directa y las exportaciones, pilares de la estrategia de diversificación económica
y apertura de su economía. En la segunda parte, se presentan las bases de la ventaja
competitiva de los productos textiles y de confección así como las características de los
mismos en este país. El tratamiento de estos sectores presenta varias cuestiones que
consideramos interesantes. Por un lado, porque ha supuesto el reconocimiento por parte de
las economías occidentales de su incapacidad para hacer frente a la mayor competitividad
de los productos chinos a pesar de haber implementado estrategias proteccionistas de
amplio calado. Por otro lado, porque al tratarse de un sector estratégico para el proceso de
industrialización de los países del Sur, la creciente cuota de mercado alcanzada por los
productos chinos pone en entredicho las capacidades de avanzar en esta línea por parte de
los países del Sur así como la involución en los procesos de industrialización ya presentes
en algunos de estos países.
3
2. Evolución de la economía china a partir de la década de los 80: desarrollo regional
desigual
La tasa de crecimiento de la economía china en las últimas décadas ha sido muy superior a
la tasa de crecimiento de las economías en desarrollo y también a la de los países
desarrollados, que desde mediados de los 70 presentan tasas de crecimiento muy discretas.
En los primeros años del siglo XXI, mientras que en las economías desarrolladas la tasa de
crecimiento es especialmente baja la economía china ha crecido a una tasa media del 9% y
las predicciones para los próximos años son igualmente optimistas (OCDE, 2005). El
crecimiento del PIB se caracteriza por ser muy elevado y mantenido en el tiempo lo que ha
hecho que se acorten distancias respecto a las economías más desarrolladas y que 250
millones de personas hayan conseguido salir de la pobreza. Por parte de las autoridades el
objetivo para el año 2050 es que el país tenga una renta per cápita similar a la actual de
Estados Unidos (Bustelo, 2005).
Sin embargo, las desigualdades entre distintos grupos de renta, entre distintas zonas del país
y entre el campo y la ciudad han aumentado en este periodo de crecimiento económico lo
que evidencia que el mayor dinamismo económico no afecta a todo el país por igual y que
se encuentra concentrado en la zona costera y en las ciudades. Si atendemos a la
distribución de los ingresos entre la población, el índice de Gini ha aumentado un 50%
entre 1982 y 2002, lo que refleja la configuración de una sociedad profundamente desigual
(PNUD, 2005b). Estas desigualdades también se reproducen en el acceso a los servicios
sociales, sanidad y educación. Por ejemplo, se estima que en la actualidad entre el 70 y el
80% de la población del campo no tiene en la actualidad ningún tipo de cobertura sanitaria
debido al proceso de privatización de la salud en el país (PNUD, 2005a).
Es necesario remontarse a 1979 para entender el extremo diferencial en las tasas de
crecimiento de las distintas regiones dentro de China. La política de apertura del gobierno
chino iniciada en ese año se caracterizó por la gradualidad y la experimentación (Bustelo y
otros, 2004). Solamente se abrieron al capital extranjero cuatro zonas determinadas del
país, las denominadas Zonas Económicas Especiales (ZEE), las cuales estaban dotadas de
incentivos financieros y fiscales especiales para el asentamiento de los inversores
extranjeros. Estas ZEE contenían un gran número de actividades, que no sólo incluían los
principales sectores económicos sino también educación, actividades de investigación y
4
desarrollo (I+D), turismo, cultura, entretenimiento y residencia, aunque el sector industrial
se encontraba en el centro de la estrategia (Ge, 1999). La localización concreta de las
mismas es lo que va a determinar la pauta de crecimiento territorialmente desequilibrado
del país. Así, se crearon tres ZEE en la provincia de Guangdong frente a Hong Kong y una
frente a Taiwán, en la provincia de Fujian (ver mapa 1). La localización de estas zonas no
fue casual, puesto que perseguía la entrada de capital procedente de Hong Kong y Taiwan y
además se trataba de zonas costeras con la apropiada infraestructura portuaria para la
exportación de mercancías.
Desde un primer momento las autoridades chinas fueron conscientes de la importancia
estratégica que iban a tener las interrelaciones con estas dos economías y se buscaba
especialmente su participación en la estrategia de apertura. Además, esta estrategia
coincidía perfectamente con la evolución de Hong Kong y Taiwán, que se encontraban
inmersos en un proceso de industrialización muy potente que presionaba al alza los salarios
y el precio del suelo, así como el tránsito hacia actividades manufactureras de mayor valor
añadido. De esta manera se da una coincidencia con los intereses de deslocalización de las
actividades manufactureras más intensivas en mano de obra y de menor valor añadido,
entre las que desataca el caso de la confección, industria básica para el proceso de
industrialización de Hong Kong.
Esta primera fase de apertura se van a consolidar las relaciones entre las economías que
conformaran la Gran China (República Popular China, Hong Kong y Taiwán) y que va a
explicar en gran medida la elevada competitividad de los productos de confección chinos
que se abordará en la segunda parte del presente trabajo.
5
Mapa 1: Provincias de la República Popular China
Zona
Interior
Zona
Costera
El éxito obtenido por estas primeras ZEE en cuanto a atracción de inversión extranjera y
aumento de las exportaciones y diversificación productiva hizo que esta estrategia se
consolidase y el gobierno chino fuese abriendo su territorio progresivamente a la iniciativa
privada y capital extranjero. La forma que adoptó esta política en la década de los 80 fue el
establecimiento de una quinta ZEE es la isla de Hainan y la apertura de 14 ciudades
costeras a lo largo de la costa Este y varios cientos de zonas de desarrollo económico y
tecnológico en varios lugares de estas áreas abiertas. Todo ello hace que la práctica
totalidad de la costa Este del país se encuentre en la actualidad abierta al exterior y se haya
establecido una gran diferencia en las pautas de crecimiento y desarrollo entre estas
regiones costeras y las regiones del interior. En las regiones costeras la renta per cápita es
muy superior a la de las regiones del interior, destacando el caso de Shanghai como capital
económica del país, Beijing como capital administrativa y las provincias de Fujian y
Guangdong antes mencionadas (ver tabla 1 anexo).
En la tabla 2 se recogen los datos correspondientes al Indice de Desarrollo Humano para las
distintas provincias chinas y se observa que las pautas para la esperanza de vida y la
educación son similares que las obtenidas para la renta per cápita. Estos datos vienen a
confirmar la idea de que existen dos realidades sociales y económicas dentro del país: por
6
una parte la región costera con unas tasas de crecimiento económico muy elevadas y
esperanza de vida y educación similares a las de algunos países desarrollados mientras que
la región interior del país se encuentra hoy por hoy bastante alejada de esta realidad y
donde las tasas de educación y la esperanza de vida son muy inferiores a la media de las
regiones costeras. También es necesario señalar que estas desigualdades presentan pautas
diferenciadas por género. Para el caso de la educación, la tasa de analfabetismo para las
mujeres se sitúa en torno al 16% mientras que para los hombres sería de un 6%, además
este diferencial es muy superior en las provincias más atrasadas.
Tabla 2: Indice de desarrollo humano por provincias. 2003
Zona costa
Indice
PIB
Provincia
Zona Interior
Indice
esperanz
a
IDH
vida
Heilongjiang
Jilin
Xinjiang
Hubei
Shanxi
Hunan
Chongqing
Henan
Inner Mongolia
Jiangxi
Guangxi
Shaanxi
0.786
0.776
0.757
0.755
0.753
0.751
0.745
0.741
0.738
0.732
0.731
0.729
0.821
0.804
0.788
0.795
0.786
0.794
0.783
0.800
0.762
0.753
0.810
0.769
0.850
0.874
0.827
0.827
0.861
0.843
0.845
0.809
0.807
0.847
0.808
0.829
0.686
0.650
0.656
0.644
0.612
0.615
0.607
0.615
0.643
0.594
0.575
0.589
Sichuan
0.728
0.782
0.813
0.587
Anhui
0.727
0.800
0.793
0.588
Ningxia
Qinghai
Gansu
Yunnan
Guizhou
Tibet
0.712
0.684
0.675
0.657
0.639
0.586
0.783
0.730
0.730
0.690
0.694
0.680
0.759
0.713
0.749
0.715
0.731
0.478
0.594
0.608
0.547
0.567
0.491
0.599
Provincia
IDH
Indice
Indice
esperanza educació
vida
n
Shanghai
Beijing
Tianjin
Zhejiang
Liaoning
Guangdong
Jiangsu
Fujian
Shandong
Hebei
Hainan
Guangxi
0.909
0.882
0.855
0.817
0.808
0.807
0.805
0.784
0.776
0.766
0.761
0.731
0.901
0.864
0.849
0.835
0.823
0.833
0.843
0.821
0.817
0.794
0.846
0.810
0.908
0.926
0.890
0.836
0.881
0.836
0.823
0.801
0.796
0.834
0.806
0.808
0.919
0.856
0.824
0.778
0.721
0.752
0.748
0.729
0.714
0.670
0.631
0.575
China
0.746
0.773
0.819
0.646
Indice
educació
n
Indice
PIB
Fuente: Informe de Desarrollo Humano para China, PNUD, 2005
Un factor determinante a la hora de entender la creciente desigualdad en ingreso entre los
grupos de población y entre hombres y mujeres está relacionado con el estatus de las
personas que abandonan el campo y las regiones interiores para ir a trabajar a las grandes
ciudades. Estas personas no son consideradas como residentes y, por lo tanto, ven limitado
su acceso a los servicios de salud, educación y seguridad social. También ven recortado su
7
acceso a los empleos de mayor cualificación, reciben salarios inferiores que los estipulados
para la población residente y los beneficios sociales relacionados con el empleo también
son menores. Este tratamiento discriminatorio afecta a las 140 millones de personas que
han abandonado el campo en busca de un empleo en la ciudad y contribuye a mantener los
bajos costes salariales en la industria (PNUD, 2005b). Estos movimientos migratorios no
parece que vayan a detenerse habida cuenta del mayor desarrollo económico de las zonas
costeras y urbanas y se espera que los próximos veinte años 200 millones de jóvenes
campesinos y campesinas sigan la misma pauta (El País , 2005). Las mujeres jóvenes
representan una buena parte de estos desplazamientos y se encuentran ante un mercado
laboral altamente segmentado que les aboca a emplearse en aquellas actividades de menor
cualificación y retribución.
El gobierno chino en reconocimiento de estos desequilibrios regionales ha implementado
una serie de medidas de política que se denomina “Go West” o “Plan Oeste” que buscan el
desarrollo de las áreas del interior a través del desarrollo de infraestructuras, política de
incentivos para la atracción de inversiones así como la promoción de zonas de desarrollo
económico y tecnológico. Además, esta política trata de deslocalizar actividades desde la
costa hacia el interior del país para intentar paliar la pérdida de competitividad derivada de
los mayores costes salariales y productivos en estas áreas costeras. Sin embargo, este tipo
de iniciativas por el momento no se han mostrado demasiado exitosas y las tasas de
crecimiento siguen siendo muy superiores en las regiones costeras (Bustelo, 2005).
También se han tomado algunas medidas dirigidas a la población migrante y que buscan
garantizar una equiparación en derechos y oportunidades respecto a la población residente.
Las bases del crecimiento de la economía china
El crecimiento de la economía china se sustenta en el sector industrial donde se han
centrado los esfuerzos políticos y donde se han recogido las principales inversiones y de ahí
que una de las críticas que se le hacen al modelo chino es la poca atención prestada al
sector servicios. Así en la actualidad China es considerada la “gran fábrica del mundo”.
Entre los sectores industriales desarrollados destaca el gran dinamismo de los sectores
intensivos en mano de obra, pero los últimos datos disponibles para 2004 destacan que
China se reveló como el primer exportador mundial de bienes relacionados con las
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Tecnologías de la Información y la Comunicación así como el cuarto fabricante mundial de
vehículos para el año 2005. No obstante, estos datos agregados sobre exportaciones y
fabricación están relacionados con las estrategias de las grandes empresas transnacionales
con implantación en el país y también con un gran volumen de importación de
componentes.
En el modelo de crecimiento de esta economía ha jugado un papel principal la inversión,
tanto nacional como extranjera. La inversión nacional ha sido muy elevada y supone más
del 90% de la inversión total, aunque destaca la escasa rentabilidad de algunos de los
proyectos acometidos (Cacho, 2004). Sin embargo, centraremos nuestro interés en la
inversión extranjera directa en lo que transferencia de tecnología y diversificación
industrial se refiere. Existen dos datos cruciales a este respecto que deben tenerse en
cuenta: es a partir del año 1992 cuando la inversión extranjera directa (IED) en China
adquiere una dimensión importante y las principales economías inversoras serán Hong
Kong y, en general, las economías del sudeste asiático.
La entrada de flujos de IED en China comenzó en 1979 y hasta 1991 fueron de escasa
cuantía. Provenían fundamentalmente de pequeñas y medianas empresas con sede en Hong
Kong y se dirigían a las ZEE situadas en la provincia de Guandong (Pingyao, 2002). El año
1992 marca un punto de inflexión en entrada de flujos de IED y se debe principalmente a
las medidas tomadas por el gobierno chino en cuanto al tratamiento de la misma. Para esa
fecha se consolida un marco legal más favorable a la inversión extranjera, se minimizan los
requerimientos para el establecimiento de empresas de capital extranjero, son admitidas las
empresas con 100% capital extranjero en diversos sectores y, además, se permite el acceso
al mercado interior de este tipo de empresas en sectores como telecomunicaciones,
transporte, banca y seguros. Un marco legal de referencia más estable y atractivo así como
el acceso al mercado interior supuso para las empresas de los países occidentales las
condiciones deseables para la inversión en este país. Esta política de atracción de IED tuvo
un gran éxito: los flujos de IED en 1993 (26 billones de $) superaron los flujos acumulados
de los trece años anteriores (23 billones de $ entre 1979 y 1991) (Zhang, 2002).
Por otro lado, Hong Kong es el principal origen de la IED que llega a China desde 1979
hasta la actualidad y conjuntamente con la procedente de Taiwán (relevante a partir de
1987) supone el 56% de IED acumulada en China entre 1979 y 2001 (Zhang, 2005). Su
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importancia relativa disminuye a partir de 1992 cuando la IED procedente de los países de
la Triada comienza a hacerse más importante (tabla 3). Estas relaciones se explican por
varios factores, entre los que destacan la política de apertura del gobierno chino orientada a
estos países que se ha comentado anteriormente; y lo que ha venido a denominarse la
“conexión china” que haría referencia a los lazos familiares, sociales y culturales que unen
a estos países y que facilitan el establecimiento de relaciones comerciales entre las dos
economías.
Tabla 3 Stock de IED acumulada en China por país de origen (%)
1983-1990
1991-1995
1996-1998
1983-1998
60,67
73,86
62,82
67,48
Hong Kong
58,53
58,85
45,22
52,42
Taiwan
1,06
9,84
7,30
7,85
Singapur
1,08
3,21
6,20
4,42
Corea del Sur
0,00
1,96
4,10
2,78
ASEAN 4
0,45
1,87
1,92
1,76
Japón
13,68
6,87
8,60
8,30
Estados Unidos
12,07
7,40
7,96
8,09
Unión Europea
6,56
4,46
8,72
6,65
Otros países desarrollados
1,32
1,13
1,42
1,28
Otros Asia
0,70
1,88
1,22
1,46
Europa del Este
0,14
0,13
0,11
0,12
América Latina
0,12
0,51
5,51
2,82
Africa
0,02
0,06
0,18
0,12
Total
100
100
100
100
Nuevos Países Industrializados
Fuente: MOFTEC
Nota: ASEAN 4: Tailandia, Malasia, Filipinas e Indonesia
La inversión procedente de Hong Kong y Taiwán se diferencia de la proveniente de las
economías occidentales en varios aspectos. Desde el punto de vista estratégico, mientras
que la primera busca la exportación de la producción la segunda busca el mercado interior.
La inversión procedente de Hong Kong y Taiwán se concentrará en sectores intensivos en
trabajo y, geográficamente, se dirigirá a las regiones costeras con mayores facilidades para
la exportación. Por su parte, la inversión proveniente de los países de la Triada se centra en
sectores intensivos en capital y tecnología tales como la energía, electrónica e industria
pesada, entre otras, y se concentra en las grandes áreas urbanas tales como Beijing,
10
Shanghai, Guangzhou o Nanjing que constituyen centros comerciales para los mercados
regionales (Zhang, 2005).
En coherencia con los datos de renta per cápita, son las regiones costeras las principales
receptoras de los flujos de IED y es en ellas donde se concentra la actividad productiva
(tabla 4 del anexo 1). Se aprecia que las regiones costeras reciben el 86,5% de los flujos de
IED, lo que contribuye a profundizar las diferencias entre las dos zonas del país. La
ubicación cercana a las principales economías inversoras, la presencia de fuertes economías
de aglomeración, la consolidación de grandes mercados de consumo y el desarrollo de
grandes infraestructuras hacen de esta zona el principal foco de crecimiento y desarrollo de
la economía china (Bustelo, 2005).
3. La ventaja competitiva china en los sectores del textil y la confección
El estudio del sector del textil y de la confección ofrece la posibilidad de analizar las
características del crecimiento económico chino y a la vez observar las oportunidades y
amenazas que supone para los países desarrollados. También tiene claras implicaciones en
las economías de los países del Sur, las cuales se verán resentidas por la irrupción de un
competidor a escala internacional con bajos costes laborales y grandes capacidades
técnicas.
Los países desarrollados han mantenido protegidos sus mercados y sus puestos de trabajo
en estos sectores tradicionalmente. A pesar de la progresiva liberalización de los
intercambios comerciales de manufacturas en el seno de la Organización Mundial del
Comercio, este sector se ha conseguido mantener fuera de sus reglamentaciones hasta enero
de 2005. Los países desarrollados observaron que la libre competencia en el sector llevaría
a una entrada cada vez más importante de estos productos en sus mercados por lo que
impusieron un sistema de cuotas que suponían un límite a las importaciones de ciertos
productos procedientes de determinados países en desarrollo. De esta manera, la capacidad
exportadora de países como China se ha visto artificialmente limitada durante décadas.
En 1995 en el seno de la OMC se acuerda el final progresivo de este sistema de protección
por lo que a través del Acuerdo sobre Textil y Vestido se contempla la disminución de estas
cuotas en 10 años, hasta su total desaparición en enero de 2005. Este tipo de
proteccionismo ha sido selectivo y se centrado en los países que contaban con mayores
11
ventajas competitivas en el sector como ha sido el caso de China o India. Por otro lado, y
como resultado del mismo proteccionismo selectivo, otros países se han visto
indirectamente beneficiados (Bangladesh, Sri Lanka o Camboya, entre otros) y han
desarrollado un floreciente sector dedicado a la exportación que ahora se ve en peligro.
Factores de competitividad de los sectores textil y de la confección
El marco regulador impuesto por los países desarrollados derivó en la creación de ventajas
competitivas artificiales para algunos países en desarrollo y contribuyó a la dispersión de la
producción a escala internacional. Son muchos los factores que han determinado la
capacidad competitiva de estos países en el mercado internacional y su permanencia en el
mismo dependerá de su habilidad para adaptarse a un nuevo escenario marcado por la gran
capacidad exportadora de la economía china. A continuación se exponen algunos de los
aspectos claves sobre los que se asentará este nuevo escenario internacional:
1. Los costes laborales: a menudo se aduce que son los bajos costes laborales los que
determinan las pautas de producción y localización de los sectores del textil y la
confección. Sin embargo, el sector textil es menos dependiente de los costes laborales y
más intensivo en tecnología que el sector de la confección, y es por ello por lo que los
países desarrollados tienen una mayor capacidad competitiva. A su vez, el sector de la
confección abarca diversas actividades de alto valor añadido como son el diseño, el
marketing o la distribución y también diferentes tipos de productos. Algunos de ellos, los
productos de diseño y más dependientes de la moda exigen una serie de capacidades
productivas diferentes a la de los productos básicos y de menor calidad, lo que también les
hace menos dependientes de los costes laborales. Así pues, el tipo de producto es relevante
a la hora de calibrar la importancia relativa de los costes laborales y encontramos con
países con altos costes laborales que son líderes en la producción y exportación de los
mismos. Esto nos lleva necesariamente a la consideración de la productividad, la
innovación y cualificación de la mano de obra como factores igualmente relevantes a la
hora de analizar la localización de las actividades productivas.
2. Otros costes de producción como el suministro de energía y agua, el precio de los inputs
importados, almacenaje…. Existen una serie de requerimientos mínimos para que las
empresas puedan realizar las labores de producción con cierta garantía. En muchos países
12
en desarrollo la provisión de este tipo de servicios, que no son generales en todo el
territorio, se garantizan para las empresas asentadas en las denominadas zonas francas o
zonas de procesamiento de exportaciones, donde las empresas del textil y la confección se
ubicarán preferentemente debido, por una parte, a los servicios e infraestructuras de los que
se disponen y, por otra parte, por una gran gama de beneficios fiscales y financieros de los
que gozarán en las mismas. En estos lugares se instalan las actividades productivas más
intensivas en mano de obra y de menor valor añadido, en concreto las labores de
ensamblaje o cosido de prendas de vestir. Los bajos costes laborales en estos lugares son un
factor importante para las empresas del sector, sin embargo otros costes de producción
también deben tenerse en cuenta. Para muchos países del Sur, sobre todo para los Países
Menos Adelantados, la rebaja de estos costes no laborales y la rebaja del tiempo de entrega
será fundamental para garantizar su permanencia en los mercados internacionales (Nordas,
2005).
3. Procesos de producción y proximidad: la capacidad que tienen las empresas de un país
para avanzar en la cadena del valor, realizar actividades cada vez más complejas, enlazar
distintas fases del proceso productivo dentro del mismo país y entrar en la fase de paquete
completo1 es cada vez más importante a la hora de determinar las ventajas competitivas de
un país o tipo de producción. Por ello, las ventajas derivadas de la proximidad a los grandes
mercados de consumo (EEUU y la Unión Europea) se ven recortadas por la mayor
capacidad productiva de algunos países más lejanos como es el caso de algunos países del
sudeste asiático y China. Los países de la Cuenca del Caribe, así como Marruecos, se han
especializado en labores de ensamblaje de productos previamente importados que les ha
llevado a especializarse en labores de bajo valor añadido. Por su parte, las intensas
relaciones entre productores, el eslabonamiento de actividades productivas así como la
incursión en la fase de paquete completo, hace que la producción china entre en
competencia en una gama creciente de productos. El gran reto para los países próximos a
los mercados de consumo descansa en su habilidad para entrar en esa fase de producción,
capacidad no desarrollada hasta la fecha en la mayoría de ellos, con la excepción de
Turquía.
1
En el paquete completo, un fabricante local recibe del comprador especificaciones detalladas para las
prendas de vestir y el proveedor es responsable de las compras de los componentes así como de coordinar las
etapas del proceso productivo
13
4. Transporte y distribución: los costes y tiempo de transporte se revelan como
fundamentales y se deben analizar conjuntamente con la ventaja de proximidad así como
con la capacidad para entrar en la fase de paquete completo. Tradicionalmente se ha
asumido que algunos países por encontrarse próximos al mercado de consumo gozaban de
una “renta de proximidad” imposible de imitar o reproducir. No obstante, la reciente
evolución del textil y la confección nos lleva a considerar que la ventaja derivada de la
proximidad se encuentra cada vez más amenazada por la capacidad desarrollada por países
más lejanos para producir productos de igual calidad pero bajo procesos productivos más
sofisticados. Valga como ejemplo el caso mexicano, donde el escaso desarrollo del paquete
completo ha hecho que sus ventajas de proximidad y acceso preferencial al mercado
estadounidense se vea recortado por los productores asiáticos capaces de producir una gama
cada vez mayor de productos y enviarlos a la costa oeste americana en un plazo de entre 12
y 15 días. De esta manera, los productores asiáticos son capaces de entrar en segmentos de
producción dependientes de la moda, aquellos que se suponía que iban a quedar anclados
en su entorno más inmediato debido al imperativo del tiempo de distribución. Esta
evolución nos lleva a considerar la importancia relativa que tiene la dotación de
infraestructura y la logística de transporte en la capacidad competitiva. Los nuevos
desarrollos en estas áreas serán fundamentales para aquellos países que quieran recortar
distancias respecto a sus competidores asiáticos y más concretamente, al tándem ChinaHong Kong.
5. IED y las alianzas estratégicas. La inversión extranjera directa y las alianzas estratégicas
juegan un papel fundamental en estos sectores, sobre todo para los países en desarrollo. En
el sector del textil y de la confección la IED ha jugado un papel secundario frente a otro
tipo de relaciones comercial-productivas. Para el caso europeo destaca el tráfico de
perfeccionamiento pasivo entre los países de la UE15 y los países de nueva adhesión y del
Mediterráneo, para el caso estadounidense la producción compartida con México y los
países de la Cuenca del Caribe y, para el caso asiático, también han sido fundamentales las
relaciones de procesamiento de exportaciones entre Hong Kong y China. Este tipo de
relaciones se basan en la previa exportación de telas y complementos por parte de los países
con un sector más desarrollado y la posterior re-importación de las prendas de vestir
elaboradas bajo regímenes fiscales ventajosos (en general se grava el valor añadido
14
incorporado en la labor de cosido o ensamblaje). Para las empresas exportadoras esta
relación supone una rebaja importante en costes que ha contribuido a mantener unos
precios competitivos para sus productos, mientras que para los países receptores ha
supuesto la especialización en las actividades de menor valor añadido. Este hecho es
especialmente relevante para los países del entorno EEUU y Unión Europea, puesto que las
empresas con sede en Hong Kong han tendido a deslocalizar y contratar actividades de
mayor valor añadido, lo que le ha permitido retener los servicios relacionados con la
producción.
El sector textil y de la confección en China
El desarrollo de este sector en China debe explicarse atendiendo al espacio geográfico más
amplio, en concreto Hong Kong ha jugado un papel principal. El sector del textil y la
confección había sido de gran importancia en el desarrollo de su economía y cuando en
1979 se pone en marcha la política de puertas abiertas las empresas de Hong Kong ven la
posibilidad de deslocalizar la parte más intensiva en mano de obra a China, de manera que
las actividades de mayor valor añadido se mantengan en Hong Kong. Sin embargo, a lo
largo del tiempo las actividades que se han deslocalizado a China han sido cada vez más
complejas y se han ido elaborando partes del proceso productivo de mayor valor añadido.
Cuenta con una cadena productiva muy integrada y completa y sus principales debilidades
se concentran en la fase de diseño y en la maquinaria anticuada, ámbitos en los que está
haciendo grandes esfuerzos de mejora, sobre todo en lo que a importación de maquinaria se
refiere (Condo y otros, 2005). Por su parte, Hong Kong se convierte en un centro de
contratación regional para productos de confección, centralizando las actividades de mayor
rango y de servicios relacionados con esta industria como son el desarrollo de producto,
provisión de materiales, control de calidad, financiación de actividades comerciales y
logística de transporte y distribución (USIC, 1999). Dentro de China y a lo largo de las
últimas décadas también se ha dado un cambio importante en la distribución de las
actividades productivas más intensivas en mano de obra: desde la zona sur de la costa hacia
el norte y más tarde hacia el interior del país.
En las últimas dos décadas, y a pesar de las medidas proteccionistas implementadas por los
países del Norte, China se ha convertido en el primer exportador mundial de productos de
15
confección y el segundo para productos textiles. Además, en parte debido a las cuotas que
le eran impuestas, ha ido aumentando la calidad y valor de los productos de exportación así
como ha conseguido establecer importantes eslabonamientos productivos que van desde la
materia prima hasta el producto terminado, de forma que se instala en el nivel productivo
denominado paquete completo. Es precisamente esta capacidad productiva la que le permite
entrar en competencia con otros países del Sur que se encuentran más próximos a los
mercados de consumo más importantes pero que se encuentran anclados en las actividades
más sencillas como es el cosido de prendas de vestir a partir de inputs previamente
importados.
Según datos del gobierno chino estos dos sectores darían empleo a 19 millones de personas
(la mayoría mujeres jóvenes) y cerca de 80 millones dependerían indirectamente de estas
industrias (OIT, 2005). La estructura del sector textil difiere en gran medida de la del sector
de prendas de vestir, siendo este último más competitivo a escala internacional. En la tabla
5 se indican algunas de las principales distinciones entre los dos sectores para las empresas
que facturan más de 5 millones de yuan, por lo que quedarían fuera el gran número de
pequeñas y medianas empresas que también participan en el sector. El sector del textil aún
conserva una gran presencia de empresas estatales las cuales funcionan con pérdidas, lo que
responde al compromiso con el empleo de este tipo de empresas así como su consideración
como sector estratégico. No obstante, este sector está inmerso en una profunda
reestructuración que está dando como resultado una creciente modernización del mismo.
Para el caso de la confección, la presencia de empresas con financiación extranjera es muy
superior así como su rentabilidad.
Tabla 5: Indicadores de los sectores textil y del vestido en China, 1999
Empresas con
financiación
extranjera
3.032
88,3
Todas las
empresas
10.981
414,8
Sector textil
Empresas de
propiedad
estatal
3.011
148,2
6.611
184,7
Sector del vestido
Empresas de
propiedad
estatal
792
13,5
Empresas con
financiación
extranjera
2.864
90,9
100,0
35,7
21,3
100,0
7,3
49,2
24,7
26,9
24,2
24,8
28,4
24,9
21.900
15.300
38.500
24.500
16.800
25.800
3,90
-0,14
1,29
6,20
0,13
2,64
1,46
3,36
0,96
2,90
Todas las
empresas
Número de empresas
Ventas (miles de mill
yuan)
Participación porcentual
en el total de las ventas
del sector
Valor añadido, como %
producción
Valor añadido por
trabajador (yuan por año)
Beneficios (miles de mill
de yuan)
Beneficios, % ventas
-0,09
0,94
Fuente: Trade and Development Report, UNCTAD, 2002
16
A menudo se considera que la principal ventaja competitiva de China para el sctor textil y
de la confección descansa en sus bajos costes laborales. Esta apreciación, sin embargo,
debe ser matizada, puesto que en las regiones costeras en las que se asienta prioritariamente
este tipo de industria los costes laborales exceden a los costes de otras zonas del país así
como a los de otros países del entorno. Por ello, aunque estos costes explican un parte de la
ventaja competitiva de los productos chinos son otros factores relacionados los que marcan
la diferencia respecto a otros países del Sur. En concreto, entre los principales factores
considerados estarán la elevada productividad, economías de escala, calidad final de los
productos, la fiabilidad de los proveedores en tiempo de entrega, la capacidad para entrar en
la fase de paquete completo y la infraestructura y logística de transporte que rebaja los
tiempos de entrega. También como factor fundamental destaca las interrelaciones con las
grandes empresas intermediarias con sede en Hong Kong que organizan la producción para
los grandes distribuidores de los países del Norte. De hecho, en los últimos años las partes
de proceso productivo más intensivas en mano de obra se están subcontratando a países del
entorno con menores costes laborales, dando lugar a la producción triangular entre Hong
Kong y China y otros países de menores costes laborales.
4. Consideraciones finales y perspectivas futuras
El Acuerdo sobre el Textil y Vestido (ATV), sucesor del Acuerdo Multifibras, y su reparto
de cuotas y contingentes entre los países en desarrollo, ha determinado en gran manera la
estrategia de localización de las empresas de estos sectores en los últimos tiempos. La
desaparición de este acuerdo a partir del 1 de enero de 2005, tendrá como consecuencia que
muchas empresas que se han localizado en ciertos países únicamente por este motivo se
desplacen a otros lugares donde otros factores adquirirán más relevancia (menor coste de
mano de obra, mejor infraestructura, y proximidad a los mercados, por ejemplo). No
obstante, la protección y el escalamiento arancelario siguen vigentes en el sector y
conforman otra realidad importante a la hora de fijar las localizaciones productivas del
sector.
Pero, ¿hasta qué punto puede influir la expiración de este acuerdo en la evolución futura del
sector? Según estimaciones existentes realizadas con modelos de equilibrio general
(Francois et al., 1997), las exportaciones de productos textiles van a aumentar entre un
17
17,5% y un 72,5% según se utilice un modelo estático ó dinámico, mientras que en el caso
de la confección este aumento es muy superior y se cifra entre el 70% con el modelo
estático y un 190 % con el modelo dinámico.
Ahora bien, los estudios más recientes (IFM, 2004; Mayer, 2004; Nordas, 2004 y 2005;
OCDE, 2004; Buelens, 2005, Ernst, Hernández y Zult, 2005; OIT, 2005 y UNCTAD, 2005)
indican que además de un aumento de las exportaciones se va a producir una
transformación importante del panorama de localización de las empresas de este sector, que
tendrán una fuerte incidencia en la distribución mundial de la producción y el empleo.
Estos estudios coinciden en señalar que China y la India, economías de bajos costos y
enorme potencial laboral, van a ser los principales beneficiarios de este reajuste productivo
a nivel internacional. A su vez se señalan perdedores natos como los países industrializados
y los países en desarrollo beneficiarios del anterior sistema de cuotas. Si bien este ajuste
tendrá efectos negativos en términos de empleo y producción para los países del Norte, el
ajuste será mucho más dramático en aquellos países como Bangladesh, Camboya, Nepal o
Sri Lanka, en los que el sector textil y de la confección creció amparado por la restricciones
impuestas a otros países más competitivos, en concreto China e India (PNUD, 2005:140).
Finalmente tenemos otro grupo de países, donde destacan el resto de países del Sudeste
Asiático, que cuentan con potencialidad para beneficiarse del nuevo contexto, ya sea por su
nivel de competitividad, su proximidad a los países de destino, o como consecuencia de
relaciones comerciales preferentes.
Así, los estudios referidos, señalan también que la alta integración vertical existente en el
sector textil y la importancia del suministro flexible en tiempo real en el sector de la ropa,
junto con un escenario de protección y escalamiento arancelario selectivo, y el papel
preponderante de unas pocas Empresas Transnacionales (ETNs) en la producción y
distribución mundial de este tipo de productos, configuran unas características específicas
que hacen que los resultados efectivos esperados del escenario post-cuotas en el medio y
largo plazo sean más matizados que la esperada huida masiva de este tipo de localizaciones
hacia China y la India señalada por los modelos de equilibrio general. Nordas (2004) señala
que localizaciones más próximas a los mercados de destino, como México, el Caribe,
Europa Central y Oriental y Norte de Africa, y aquellos países con acuerdos comerciales
preferentes con la Unión Europea y Estados Unidos, podrán retener con mayor éxito parte
18
de las instalaciones productivas de este tipo sitas en su territorio, al compensar su menor
competitividad con la reducción de los costes de transporte o las menores tarifas
arancelarias.
Eso sí, no hay mejoras automáticas. El resultado efectivo va a depender, por una parte, de
las decisiones de estas grandes ETNs de la distribución respecto a sus proveedores y sus
exigencias de calidad y suministro rápido y flexible y las decisiones de inversión de las
principales ETNs productivas, y por otra parte, de las medidas que se adopten en estos
países para poder aumentar su producción en niveles competitivos, adaptándose a las
nuevas necesidades de estos agentes principales y del mercado y así poder afrontar con
éxito el nuevo escenario, tanto a nivel institucional como industrial como en mejora de
infraestructuras de todo tipo transporte, comunicaciones, etc. (Nordas, 2005; UNCTAD,
2005)
Pero sin duda la previsión compartida más importante es la irrupción de la India y sobre
todo, China. Estos países van a experimentar aumentos significativos tanto en la producción
y el empleo como en las exportaciones de estos productos. En efecto, la ausencia de trabas
y contingentes para este tipo de exportaciones permitirá a estas economías expandir de
forma importante producción y superar con creces sus cuotas de mercado actuales, que han
estado artificialmente limitadas por el sistema de cuotas anterior2. Las mejoras esperadas
son mayores en el mercado de la confección que en los textiles. Así, se estima que China
obtendrá un aumento de su cuota de importaciones en el mercado estadounidense de ropa
superior a un 300 %, pasando del 16 % al 50 % de las importaciones de este mercado. La
India, por su parte, pasa a ser el segundo exportador mundial experimentando un
incremento superior, pasando de una cuota del 4 % al 15 %. En el ámbito europeo los
incrementos son más modestos, pero en la misma dirección. China y la India se perfilan
como los principales países exportadores de ropa a la Unión, pero con un peso menor (del
19 al 32 % para China y del 6 al 10 % para la India) y una variedad mayor de países
relevantes. Destacan, por su proximidad, países de Europa Central y Oriental y del Norte de
2
La desaparición de las cuotas para China en 11 productos de confección el año 2001 supuso un incremento
promedio de las importaciones de estos productos del 66 % durante 2002 (Buelens, 2005:14)
19
Africa3.Como se puede apreciar en el gráfico 2 el aumento más espectacular se produce
para China en el mercado de importaciones de Estados Unidos, lo cual es reflejo por, una
parte, de la mayor protección llevada a cabo frente a China con el sistema de cuotas y, por
la otra, al mejor acceso a este mercado por las mejores comunicaciones marítimas
existentes entre ambas (Nordas 2004: 27-30).
Estas excelentes previsiones se están quedando cortas si tenemos en cuenta algunos de los
pocos datos reales disponibles respecto a la entrada de productos textiles chinos en los
mercados de Occidente tras la efectiva desaparición del ATV. Los incrementos han sido
tales que han dado origen al estudio de posibles medidas de salvaguarda y antidumping
para estas importaciones tanto por parte de los Estados Unidos como de la Unión Europea4.
Así, según datos de la Comisión Europea, en el primer trimestre de 2005, los aumentos
acumulados para algunos productos de confección procedentes de China respecto al mismo
periodo de 2004 han sido muy importantes, destacando el aumento del 164% de las
camisetas, el 415% de los pantalones ó el 534% de los jersey5. No obstante, esta tendencia
no se ha consolidado en los trimestres siguientes donde los incrementos han sido mucho
más moderados. De hecho, el comportamiento de los principales distribuidores de
productos de confección a nivel mundial ha sido decisivo en este resultado. Estos
distribuidores han retrasado mucho de los pedidos previstos para el último trimestre del
2004 al primer trimestre, sin cuotas, de 2005 y han concentrado una parte de las
importaciones previstas para el segundo semestre del 2005 también en el primer trimestre
de 2005 por temor a las previsibles cláusulas de salvaguarda por parte de la UE y EEUU,
concentrándose en ese trimestre un volumen excepcional de pedidos (OIT, 2005:27).
3
Nordas (2004: 27-30).
4
Si bien en el caso europeo el 10 de junio se ha alcanzado un acuerdo entre las dos partes para la limitación
de las exportaciones de China - crecimiento máximo del volumen de exportaciones actuales entre el 8% y
12,5 %-hasta fines de 2007 en diez categorías sensibles donde se ha producido ese alza repentino (Comisión
Europea, 12 de junio).
5
CE, nota de prensa del 24 de abril de 2005
20
Gráfico 1: Cuotas de los diferentes países en el mercado de importaciones del sector de la
confección en la Unión Europea y Estados Unidos antes y después del ATV.
Unión Europea antes del ATV
Estados Unidos antes del ATV
China
19%
Resto del
Mundo
33%
Resto del
Mundo
24%
China
16%
Turquía
10%
Otros
PECOs
10%
Bangladesh
3%
Indonesia
3%
India
6%
Marruecos
5%
Otros Norte
Africa
6%
Polonia
5%
Bangladesh
4%
India
4%
Indonesia
4%
Filipinas
Taipei
4% Chino
Unión
4%
Europea
5%
Resto de
America
16%
México
10%
Hong kong,
China
9%
Unión Europea después del ATV
Estados Unidos después del ATV
Resto del
Mundo
26%
Tailandia (3%)
China
32%
Sri lanka 2%
Resto del M...
Bangladesh ...
angladesh
4%
India (15%)
Indonesia
3%
Turquía
6%
Marruecos
4%
Polonia
4%
Otros PECOs
6%
India
10%
Otros Norte
Africa
5%
China (50%)
Indonesia (2%)
Filipinas (2%)
Taipei Chino...
Hong kong, C...
Resto de Ame...
Fuente: elaboración propia en base a Nordas (2004)
21
Así, los primeros datos de Eurostat disponibles sobre el aumento conjunto de las importaciones de
productos textiles y de confección hacia la UE25 del periodo post-cuotas (hasta septiembre de
2005) se recogen en el gráfico 2. Los mismos confirman un aumento significativo de las
importaciones de estos productos, respecto al mismo periodo de 2004, prevenientes de China (45%)
y la India (16%), y en menor medida Turquía (3%). Los aumentos en las categorías más restringidas
ha sido muy superior (un 73% para China). China alcanza ya una cuota del 30 % de las
importaciones. El resto de suministradores, en su mayoría, han perdido mercado, si bien los países
que conforman la PANEUROMED han experimentado un descenso menos pronunciado y
permanecen entre los principales exportadores a la Unión.
Gráfico 2. Evolución de las importaciones de textil y confección de la UE-25
en el periodo post-cuotas
(en millones de €)
18,00
16,00
14,00
12,00
10,00
Ene-Sep 04
8,00
Ene-Sep 05
6,00
4,00
2,00
In
di
a
um
a
n
Ba
n g ia
la
de
sh
Tú
ne
M
z
ar
ru
ec
os
Pa
ki
st
H
an
on
g
Ko
ng
In
do
ne
si
a
S
C
u
or
ea iza
de
lS
ur
Bu
lg
ar
ia
EE
U
Ta U
ila
nd
ia
Sr
iL
an
ka
R
C
hi
na
Tu
rq
ui
a
0,00
Fuente: Eurostat, Comisión Europea 28 de noviembre.
Estos datos manifiestan claramente la importancia de China en este sector en el nuevo escenario
post-cuotas. Los países desarrollados se encuentran preocupados por la pérdida de empleos y dejan
claro que los 10 años de transición no se han utilizado adecuadamente para la reestructuración del
sector. Por ello, se intenta seguir protegiendo los mercados a través de otros mecanismos, claúsulas
de salvaguardia, contempladas en el documento de adhesión de China en la OMC en 2001.
Esta preocupación no sólo viene por parte de los países desarrollados, sino que existe todo un
conjunto de países que se han visto beneficiados indirectamente por un sistema de cuotas que les
dotaba de unas ventajas artificiales. Por una parte, tenemos a países en desarrollo para los que las
cuotas no eran vigentes y por tanto las empresas transnacionales del sector se instalaban en ellos
para poder introducir los productos en los mercados de EEUU y Europa libre de cuotas. Y, por otro
lado, tenemos a ciertos países próximos a los mercados de consumo que se han venido beneficiando
de acuerdos comerciales específicos, y que ha posibilitado que las labores de ensamblaje de las
prendas de vestir se realicen en sus territorios, pero que ahora se enfrentan a serios problemas. Nos
22
referimos sobre todo a los países de la Cuenca del caribe y los países Mediterráneos y de Europa
Oriental.
No obstante, para el caso de China, parece improbable que su estrategia de industrialización se vaya
a basar en este sector, habida cuenta de que ahora la intención del gobierno es implementar
estrategias “hacia la innovación y tecnología”. Si esta estrategia se consolida podría suponer un
“respiro” para ciertos países del Sur que han basado en el sector del textil y la confección su
actividad exportadora. De hecho, el desarrollo del mercado interior para estos sectores así como la
creciente importancia relativa de otros productos dentro de sus rublos de exportación podría
suponer un cambio en el panorama internacional para los próximos años. Por último, cabe destacar
la importancia que siguen teniendo las medidas proteccionistas en forma de cláusulas de
salvaguardia y normas de origen utilizadas por la Unión Europea. En virtud al acuerdo firmado por
China en su acceso a la OMC, la Unión Europea ha negociado un nuevo plan de cuotas que seguirá
rigiendo hasta 2008 los intercambios comerciales con China para los productos textiles y de
confección. Además, parece constatarse que la estrategia de industrialización del gobierno chino no
pasaría por especializarse en este tipo de productos intensivos en mano de obra sino en sectores
manufactureros que requieren una mayor cualificación (UNCTAD, 2005). De hecho en 2004 China
emerge como el primer exportador mundial de productos tales como teléfonos móviles, ordenadores
portátiles y cámaras digitales, superando a EEUU en estos rublos (OCDE, 2005)
Los países del Sur próximos a los grandes mercados de consumo se encuentran también ante una
situación comprometida. Al haber aprovechado al máximo su proximidad geográfica y la firma de
acuerdos comerciales preferenciales se han hecho dependientes de las condiciones impuestas por las
economías de destino, lo que les ha abocado a especializarse en las labores de ensamblaje de menor
valor añadido. Su futuro vendrá determinado por su capacidad para avanzar hacia actividades de
mayor valor añadido y complejidad, así como en el aprovechamiento de los nichos de mercado más
dependientes de la moda y, por tanto, de los plazos de entrega. En el caso de algunos países del Sur
alejados tanto del área de influencia China como de los grandes mercados (Leshoto, Madagascar,
Mauricio, entre otros) se presentan como grandes perdedores (OIT, 2005).
Un tema abierto a la especulación es el impacto que tendrá la apertura y desarrollo del mayor
mercado potencial mundial. El mercado chino para el textil y la confección es un mercado que
ofrece grandes oportunidades a las empresas del sector. Desde la venta de maquinaria y materias
primas hasta la de productos terminados, y pasando por servicios de asesoría, comercialización
distribución, etc. se abren numerosas oportunidades de negocio para las que los países del entorno
del Pacífico se encuentran por el momento mejor situadas. No obstante, para los productos que
compiten en diseño y calidad, así como para las marcas más prestigiosas, el mercado chino supone
un reto a futuro.
23
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en China&World Economy, nº 16, pp. 293–307
25
Anexo 1
Tabla 1: Indice de renta per capita por región.
2003
Zona costa
Zona interior
Beijing
Tianjin
Hebei
Liaoning
Shanghai
Jiangsu
Zhejiang
Fujian
Shandong
Guangdong
Guangxi
Hainan
271,01
224,28
88,87
120,52
394,91
142,09
170,30
126,62
115,48
145,50
50,46
70,30
Shanxi
Inner Mongolia
Jilin
Heilongjiang
Anhui
Jiangxi
Henan
Hubei
Hunan
Chongqing
Sichuan
Guizhou
Yunnan
Tibet
Shaanxi
Gansu
Qinghai
Ningxia
Xinjiang
62,85
75,86
78,93
98,18
54,56
56,45
63,99
76,17
63,85
60,94
54,25
30,46
47,86
58,08
54,78
42,45
61,51
56,56
81,99
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico Chino 2004
Tabla 4: Inversión extranjera driecta realizada, por región. 2003
Región
Total IED
Región
Total IED
Beijing
219.126
Shanxi
21.361
Tianjin
153.473
Inner Mongolia
8.854
Hebei
96.405
Jilin
19.059
Liaoning
282.410
Heilongjiang
32.180
Shanghai
546.849
Anhui
36.720
Jiangsu
1.056.365
Jiangxi
161.202
Zhejiang
498.055
Henan
53.903
Fujian
259.903
Hubei
156.886
Shandong
601.617
Hunan
101.835
Guangdong
782.294
Chongqing
26.083
Guangxi
41.856
Sichuan
41.231
Hainan
42.125
Guizhou
4.521
Zona costa
4.580.478
Yunnan
8.384
Tibet
-
Shaanxi
33.190
Gansu
2.342
Qinghai
2.522
Ningxia
1.743
Xinjiang
1.534
Zona interior
713.550
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Anuario Estadístico Chino 2004
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