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Terapias nuevas para la EM, parte 1: La ciencia y el impacto de las terapias orales para la EM Financiado por una subvención educativa independiente de Biogen Idec. http://www.medscape.org/viewarticle/823890 Terapias nuevas para la EM, parte 1: La ciencia y el impacto de las terapias orales para la EM www.medscape.org/viewarticle/823890 Público destinatario Esta actividad está orientada a un público global de neurólogos y médicos de atención primaria. Objetivo El objetivo de esta actividad es repasar los últimos datos clínicos y perfiles de las nuevas terapias modificadoras de la enfermedad para la esclerosis múltiple (EM) con respecto a la tasa de recaídas, al avance de la enfermedad, a la neurodegeneración, a los mecanismos de acción, a la eficacia y a los perfiles de seguridad. Objetivos de aprendizaje Después de realizar esta actividad, los participantes podrán: 1. Comparar y contrastar los mecanismos de acción de las terapias para la EM 2. Comentar los datos clínicos recientes sobre las nuevas terapias modificadoras de la enfermedad en relación con la eficacia, la seguridad y la tolerabilidad 3. Comparar y contrastar datos sobre agentes inyectables y orales de la EM 4. Revisar los beneficios y riesgos de los agentes inyectables y orales al seleccionar un medicamento para un paciente individual Información del editor y declaraciones de conflictos de intereses Magíster Ron Schaumburg Director Científico, Medscape, LLC Declaración de conflicto de intereses: el Magíster Ron Schaumburg no ha declarado relaciones financieras relevantes. Doctor Andrew N. Wilner Neurólogo hospitalario, Departamento de Neurología, Lawrence and Memorial Hospital, New London, Connecticut Declaración de conflicto de intereses: el doctor Andrew N. Wilner no ha declarado relaciones financieras relevantes. Informações e Declarações Legais do Autor / Docente Dr. Mathias Buttmann, Asesor sénior en Neurología, Jefe de la Clínica para Pacientes Ambulatorios con EM, Subjefe del Grupo de Investigación Clínica de Esclerosis Múltiple, Departamento de Neurología, Universidad de Würzburg, Würzburg, Alemania El Dr. Mathias Buttmann ha declarado las siguientes relaciones financieras relevantes: Trabajó como asesor o consultor para: Bayer HealthCarePharmaceuticals; Biogen Idec, Inc.; Genzyme Corporation; Merck Serono; Novartis Pharmaceuticals Corporation; Ocatapharma. Recibió subvenciones para la investigación clínica de: Merck Serono; Novartis Pharmaceuticals. El Dr. Buttmann pretende discutir los usos no indicados de medicamentos, dispositivos médicos, productos biológicos o diagnósticos aprobados por la FDA para su uso en los Estados Unidos. El Dr. Buttmann pretende discutir medicamentos de investigación, dispositivos médicos, productos biológicos o diagnósticos que no han sido aprobados por la FDA para su uso en los Estados Unidos. Pg.2 www.medscape.org/viewarticle/823890 Introducción La esclerosis múltiple (EM) es un trastorno inflamatorio crónico desmielinizante del cerebro y la médula espinal provocado por una combinación de predisposición genética y exposición ambiental.[1,2] Un ataque autoinmunitario mediado por células T contra los componentes mieloides puede ser fundamental para su patogénesis, aunque aún no se ha confirmado la presencia de un autoantígeno específico de la EM compartido por la mayoría de los pacientes.[2] La esclerosis múltiple afecta aproximadamente a 400.000 personas en Estados Unidos, a más de 600.000 en Europa, y se ha calculado que su presencia global alcanza los 2,3 millones de casos.[3,4] La enfermedad es al menos 2 veces más común en mujeres que en hombres, y la mayoría de los casos se diagnostican entre los 20 y los 40 años de edad. Si bien la evolución clínica generalmente es “recurrente-remitente”, aproximadamente dos tercios de los pacientes con esclerosis múltiple recurrente-remitente (EMRR) que no han sido tratados con las recientes terapias modificadoras de la enfermedad (TME) entran en una fase secundaria progresiva (EMSP) que se caracteriza por la acumulación constante de incapacidad.[5,6] En el 10% a 15% de todos los pacientes con EM, la enfermedad muestra una etapa primaria progresiva (EMPP). Quince años después del inicio de la enfermedad, el 50% de los pacientes que no han recibido tratamiento necesitan asistencia ambulatoria.[7] Estudios observacionales de diferentes partes del mundo indican que la evolución clínica general se ha vuelto más benigna durante los últimos años, lo que podría deberse en parte a la disponibilidad de TME modernas para pacientes con EMRR.[8] Las TME actuales apuntan principalmente a evitar recaídas, nueva acumulación de incapacidad permanente y actividad de la enfermedad, tal como se ha detectado con resonancias magnéticas por imágenes (RMI). Estos agentes se pueden administrar como inyección, infusión o por vía oral. Lamentablemente, aún no hay TME aprobadas disponibles para pacientes con EMPP. Las recaídas agudas se tratan con altas dosis de corticosteroides por vía intravenosa durante 3 a 5 días como terapia de referencia. Los medicamentos sintomáticos para aumentar la movilidad o aliviar síntomas, como la espasticidad y la fatiga, ofrecen oportunidades de tratamiento farmacológico a aquellas personas que presentan una evolución clínica progresiva crónica de la enfermedad. La introducción reciente de 3 TME orales ha aumentado notablemente la cantidad de opciones terapéuticas para personas con EMRR. Se espera próximamente la presentación de otros tratamientos, incluidos nuevos anticuerpos monoclonales.[9] Terapias inyectables Los tratamientos eficaces modernos para la EMRR aparecieron por primera vez en 1993 con la aprobación por parte de la Agencia de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (Food and Drug Administration, FDA) del interferón β-1b inyectable, seguido por preparaciones de interferón β-1a y acetato de glatiramer (AG).[10] Todos estos tratamientos están aprobados actualmente en la mayoría de los países del mundo. Algunas preparaciones de interferón β también están aprobadas en determinados países para pacientes con EMSP y recaídas superpuestas.[11] En estudios clínicos importantes de 2 años de duración, estos tratamientos parenterales redujeron la frecuencia de nuevos episodios recurrentes-remitentes en aproximadamente un 30% en comparación con el placebo, y la mayoría de ellos redujeron de forma moderada el riesgo de desarrollar nuevas incapacidades permanentes. [12] El cumplimiento de las terapias inyectables puede verse impedida por efectos secundarios cutáneos, como dolor, inflamación, induración y lipoatrofia, o por efectos sistémicos adversos, como síntomas similares a los de la gripe, disfunción hepática y citopenias.[13,14] Las terapias inyectables son los tratamientos que se recetan con mayor frecuencia para la EM, pero su eficacia moderada, junto con un perfil de efectos adversos, generalmente benigno pero subóptimo, que limita el cumplimiento del tratamiento, ha provocado la búsqueda de terapias más eficaces y mejor toleradas.[15,16] Terapias de infusión Las terapias de infusión actualmente aprobadas para la EM por la FDA y la Agencia Europea de Medicamentos (European Medicines Agency, EMA) incluyen el natalizumab y la mitoxantrona. El alemtuzumab se aprobó en Europa en septiembre de 2013, pero la FDA rechazó su aprobación en los Estados Unidos en diciembre de 2013. Los 3 medicamentos son altamente eficaces en la reducción de la tasa de recaída, pero generalmente su uso se limita a segunda o tercera opción debido al potencial que presentan de provocar efectos adversos graves. El natalizumab se ha asociado con la leucoencefalopatía multifocal progresiva (LMP) en uno de cada 290 pacientes tratados hasta enero de 2014,[17] mientras la mitoxantrona puede provocar disfunción sistólica en un 12% de los pacientes, insuficiencia cardíaca congestiva en un 0,4% y leucemia secundaria aguda en un 0,8%.[18] El tratamiento con Pg.3 Terapias nuevas para la EM, parte 1: La ciencia y el impacto de las terapias orales para la EM alemtuzumab puede desencadenar efectos adversos autoinmunitarios que ponen en riesgo la vida del paciente, pero que son tratables, como la púrpura trombocitopénica inmunitaria en un 1% de los pacientes y el síndrome de Goodpasture en un 0,3%. Además, apareció disfunción tiroidea autoinmunitaria en aproximadamente un tercio de los pacientes en los 3 años posteriores a la infusión. En algunos casos, estas complicaciones pueden no aparecer hasta años después de haber recibido la última infusión.[19] Terapias orales Desde 2010, han surgido 3 terapias orales. Cada una presenta un mecanismo de acción diferente y un perfil de efectos adversos único. A continuación se repasan estos nuevos medicamentos y otras terapias orales adicionales aún en etapa de desarrollo. Fingolimod Historia. El fingolimod es un derivado de la miriocina/ISP-1, un metabolito del hongo entomopatógeno Isaria sinclairii.[15] Originalmente investigado como inmunosupresor para evitar el rechazo de injertos en trasplantes renales, el fingolimod no demostró ser eficaz en el aumento de los efectos de la ciclosporina en ensayos clínicos de fase 3.[15] Investigaciones adicionales revelaron que después de la fosforilación a su forma activa in vivo, el fingolimod se une a los receptores de esfingosina 1-fosfato (S1P) acoplados a la proteína G. El fingolimod reduce el recuento de linfocitos en la sangre periférica, incluidas células T CD4+, células T CD8+ y células B.[20] Los efectos en la migración y el tráfico celular sugirieron que el fingolimod podría tener aplicaciones terapéuticas en trastornos autoinmunitarios como la EM.[20] Mecanismos de acción. El fingolimod se une a 4 de los 5 receptores S1P (S1P1, 3, 4 y 5) y presenta al menos 2 mecanismos de acción que pueden beneficiar a los pacientes con EM. En uno de los mecanismos, el fingolimod antagoniza funcionalmente a los receptores de linfocitos S1P1, lo que resulta en la retención de linfocitos T de memoria central tempranos y vírgenes positivos para el receptor de quimiocina 7 (CCR7) dentro de los ganglios linfáticos, y evita su penetración en el sistema nervioso central (SNC), donde podrían causar daño inflamatorio. Por el contrario, el fingolimod preserva relativamente las células T de memoria efectoras y efectores tardías negativas para CCR7, necesarias para la defensa contra antígenos extraños y células cancerígenas. Con respecto al segundo mecanismo, el fingolimod, que atraviesa eficazmente la barrera hematoencefálica, puede afectar directamente a los astrocitos, los oligodendrocitos, las neuronas, microglías y las células dendríticas, que también expresan receptores S1P. Estos efectos directos en el SNC pueden ser neuroprotectores, lo que potencialmente fomentaría la conservación de mielina y evitaría la neurodegeneración, tal como lo indican estudios en animales.[21] Ensayos clínicos de fase 3. Un estudio de fase 3, aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo de fingolimod oral en 1272 pacientes con EMRR (FREEDOMS) demostró, en un período de 2 años, tasas de recaída anualizadas de 0,40 con placebo, 0,18 con 0,5 mg/d de fingolimod y 0,16 con 1,25 mg/d de fingolimod, lo que representa una reducción relativa del 54% y el 60% en ambas dosis de fingolimod, respectivamente (P <,001 para cualquiera de las dosis en comparación con placebo).[22] Como criterio de valoración secundario clave, se observó una evolución de la incapacidad confirmada a los 3 meses después del período de 2 años en un 24,1% de los pacientes con placebo, un 17,7% de los tratados con 0,5 mg/d de fingolimod y un 16,6% de los tratados con 1,25 mg/d de fingolimod, lo que representa reducciones relativas del índice de riesgo (IR) del 30% y el 32% en ambos grupos tratados con fingolimod en comparación con aquellos pacientes tratados con placebo, respectivamente (P = ,02 para cualquiera de las dosis de fingolimod en comparación con el placebo). Ambas dosis de fingolimod fueron superiores al placebo para todas las mediciones mediante RMI notificadas a los 24 meses (P <,001 a P =,03), incluida la atrofia cerebral (P <,001 para ambas dosis de fingolimod en comparación con placebo). No ocurrió ningún desequilibrio en las lesiones detectadas mediante RMI con gadolinio como método de contraste al inicio del ensayo FREEDOMS. Los eventos adversos incluyeron bradicardia y bloqueo de la conducción auriculoventricular en el momento de la primera dosis, enzimas hepáticas elevadas, hipertensión y edema macular. Un segundo ensayo de fase 3, aleatorizado, doble ciego, realizado principalmente en Estados Unidos (FREEDOMS II), cuyos resultados se presentaron en 2012 en conferencias médicas, evaluó dosis de fingolimod de 0,5 o 1,25 mg/d frente a placebo en 1083 pacientes con EMRR.[23] Después de 2 años, la tasa de recaída anualizada fue de 0,40 para el placebo, 0,21 para 0,5 mg/d de fingolimod y 0,20 para 1,25 mg/d de fingolimod (P <,001 para cualquiera de las dosis frente al placebo). A diferencia de FREEDOMS I, no se observó una reducción importante en la evolución de la incapacidad confirmada con ninguna de las dosis. No obstante, el fingolimod redujo notablemente el cambio en el volumen cerebral, la actividad inflamatoria y la morbilidad en la RMI en comparación con el placebo.[24] Los efectos adversos que se presentaron con mayor frecuencia en los grupos tratados con fingolimod en comparación con el grupo tratado con placebo incluyeron carcinoma basocelular, infecciones por herpes zóster, hipertensión, linfopenia, leucopenia, niveles más elevados de alanina-aminotransferasa, bradicardia sintomática y bloqueo cardíaco de segundo grado. Pg.4 www.medscape.org/viewarticle/823890 En el estudio de comparación directa TRANSFORMS de fase 3, aleatorizado, doble ciego, de 12 meses de duración en 1292 pacientes con EMRR, se compararon dosis de fingolimod de 0,5 mg/d y 1,25 mg/d con inyecciones intramusculares semanales de interferón β-1a (30 μg) en un diseño doble ciego.[25] La tasa de recaída anualizada fue de 0,33 para el grupo tratado con interferón, 0,16 para el grupo tratado con 0,5 mg/d de fingolimod y 0,20 para el grupo tratado con 1,25 mg/d de fingolimod (P <,001 para cualquiera de las dosis de fingolimod). En este ensayo, de 1 año de duración, no se observó una diferencia importante entre los grupos con respecto a la evolución de la incapacidad. Las lesiones nuevas o agrandadas detectadas mediante RMI en T2, las lesiones detectadas en T1 potenciada con gadolinio y la atrofia cerebral después de 1 año disminuyeron notablemente en los dos grupos tratados con fingolimod en comparación con el grupo tratado con interferón β-1a. Hubo dos casos fatales de encefalitis diseminada por el virus de la varicela zóster primaria y herpes simple en el grupo tratado con la dosis de fingolimod más elevada. Aparte de esto, los eventos adversos fueron similares a los que se observaron en FREEDOMS II. Investigación actual. Existe un programa de investigación clínica en curso sobre fingolimod que incluye un estudio multicéntrico, doble ciego, controlado con placebo en pacientes con EMPP, cuya finalización preliminar se espera para septiembre de 2014 (INFORMS), y también ensayos que abordan la neuritis óptica, la esclerosis lateral amiotrófica, el síndrome de Rett y otros indicios. Además, se están realizando varios estudios observacionales de seguridad en pacientes con EM, que incluyen un registro global de embarazos[26]. Indicaciones. Hasta la fecha de este escrito (abril de 2014), el fingolimod 0,5 mg como terapia oral principal una vez al día en pacientes con formas recurrente o recurrente-remitente de EM está aprobado en (en orden de aprobación) Rusia, Estados Unidos, Emiratos Árabes Unidos (en los 3 países se aprobó en 2010), Suiza, Australia y en más de 30 países adicionales. En Canadá y la Unión Europea, el fingolimod se aprobó en 2011 únicamente para aquellos pacientes con EMRR altamente activa; la misma decisión se tomó en otros países. A enero de 2014, la experiencia clínica incluía más de 84.500 pacientes con más de 118.500 años/paciente.[27] Contraindicaciones. El fingolimod no se debe recetar a pacientes con un infarto de miocardio reciente, angina inestable, accidente cerebrovascular, accidente isquémico transitorio, insuficiencia cardíaca descompensada que requiera hospitalización, insuficiencia cardíaca de clase III/IV, antecedentes o presencia de bloqueo auriculoventricular de segundo o tercer grado de tipo Mobitz II, enfermedad del nódulo sinusal (a menos que el paciente lleve un marcapasos), intervalo QTc inicial de ≥500 ms o tratamiento con medicamentos antiarrítmicos de clase Ia o III.[28] Dado que los datosobtenidos en estudios con animales sugieren un riesgo de teratogenicidad (FDA categoría C), las mujeres con capacidad de concebir pueden recibir fingolimod, pero deben utilizar un método anticonceptivo eficaz durante el tratamiento y durante los 2 meses posteriores a la interrupción del mismo.[29] Teriflunomida Historia. El segundo medicamento de administración oral para la EMRR en obtener la aprobación de la FDA en 2012 fue la teriflunomida. La teriflunomida es un metabolito activo de la leflunomida, un fármaco de segunda opción, después del metotrexato, para la artritis reumatoide.[30] La leflunomida fue descubierta originalmente por programas de compuestos a gran escala que tenían como objetivo la identificación de pesticidas agrícolas, pero rápidamente se detectaron sus propiedades antiinflamatorias.[31] En la Unión Europea, la leflunomida ha estado disponible para el tratamiento de la artritis reumatoide desde 1999 y para la psoriasis desde 2004, con una experiencia acumulada de más de 2 millones de años/paciente. Como efecto adverso, la leflunomida puede provocar disfunción hepática grave y demostró ser teratógena en experimentos con animales,[30] aunque aún no se han demostrado efectos teratogénos en humanos.[31] Mecanismo de acción. La teriflunomida inhibe al dihidroorotato deshidrogenasa, que es la enzima que actúa como limitadora de velocidad en la síntesis primaria de la pirimidina mitocondrial.[31] La teriflunomida ataca a los linfoblastos que requieren una gran cantidad de pirimidina, pero preserva a los linfocitos en reposo y los linfocitos de expansión homeostática, que pueden obtener suficiente pirimidina mediante una vía de recuperación independiente.[31] En concentraciones más elevadas, la teriflunomida inhibió, además, la tirosina cinasa y la ciclooxigenasa 2 in vitro, lo que provoca una expresión alterada de las citocinas y las moléculas de adhesión, que podría, o no, ser de importancia terapéutica in vivo.[31] Pg.5 Terapias nuevas para la EM, parte 1: La ciencia y el impacto de las terapias orales para la EM Ensayos clínicos de fase 3. Un ensayo de fase 3, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo de teriflunomida (TEMSO) en 1088 pacientes con EMRR demostró una tasa de recaída anualizada en un período de 2 años de 0,54 para el placebo en comparación con 0,37 para la teriflunomida 7 mg/d y 0,37 para la teriflunomida 14 mg/d, lo que representa una reducción del riesgo relativo del 31,2% y 31,5% para ambas dosis de teriflunomida frente al placebo, respectivamente (P <,001 para cualquiera de las dosis de teriflunomida).[32] La evolución de la incapacidad confirmada en un período de 12 semanas mostró únicamente una tendencia estadística para una posible reducción con teriflunomida 7 mg/d (21,7% de los pacientes) en comparación con el placebo (27,3 %) (P =0,08), pero la evolución de la incapacidad se redujo notablemente con la dosis de 14 mg/d de teriflunomida (20,2 %, P =,03) en comparación con el placebo. Después de 108 semanas, el principal resultado observado en RMI para la modificación del volumen total de las lesiones en T2 fue una reducción del 39,4% (P =,03) con la dosis de 7 mg/d y una reducción del 67,4% (P =,03) con la dosis de 14 mg/d en comparación con el placebo.[33] Las lesiones observadas con el agente de contraste gadolinio en T1 se redujeron notablemente con ambas dosis de teriflunomida en comparación con el placebo (P <,001 para ambas dosis), mientras que la atrofia cerebral no se vio afectada en gran medida por la teriflunomida (P =,19 para 7 mg y P =,35 para 14 mg en comparación con el placebo). Los efectos adversos fueron diarrea, náuseas, reducción del grosor del cabello, que muy pocas veces provocaron la interrupción del tratamiento, y niveles de alanina-aminotransferasa ligeramente elevados, pero ningún caso de disfunción hepática grave. Otro estudio de fase 3, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo (TOWER) demostró tasas de recaída anualizadas más bajas con teriflunomida 7 mg/d (0,39, P =0,0183) y teriflunomida 14 mg/d (0,32, P =0,001) en comparación con el placebo (0,50) en 1169 pacientes con EM recurrente.[5] Al igual que los resultados observados en el ensayo TEMSO, la teriflunomida 14 mg/d redujo notablemente el riesgo de acumulación constante de incapacidad (reducción relativa del índice de riesgo de un 32%, P =,0442), pero no se observó una diferencia con la dosis de 7 mg/d en relación con el placebo. TOWER no incluyó criterios de valoración de RMI. Los efectos adversos más comunes fueron similares a los observados en TEMSO. TOPIC fue un ensayo de fase 3 controlado con placebo, de 2 años de duración, en 618 pacientes con un primer episodio clínico que sugería la presencia de EM (síndrome clínicamente aislado).[34] Tanto la dosis de 7 mg/d como la de 14 mg/d de teriflunomida redujeron notablemente el riesgo de conversión a EM clínicamente confirmada; placebo (35,9 %), teriflunomida 7 mg/d (27,6 %, P =,0271), teriflunomida 14 mg/d (24,0 %, P =,0087). Ambas dosis redujeron notablemente el riesgo de nuevas recaídas y de nuevas lesiones en T2 observadas mediante RMI. En general, el perfil de efectos adversos confirmó los hallazgos de TEMSO y TOWER. En el ensayo comparativo de fase 3 TENERE con enmascaramiento para los investigadores, que se realizó en 324 pacientes con EM recurrente, las tasas de recurrencia anuales como criterio de valoración secundario no difirieron notablemente entre teriflunomida 14 mg/d (0,26) e interferón β-1a (44 μg) (0,22, P =,6); no obstante, la tasa de recaída anual fue notablemente mayor en los pacientes que recibieron teriflunomida 7 mg/d (0,41) en comparación con interferón β-1a (P =,03).[35] El principal criterio de valoración compuesto, tiempo transcurrido hasta una complicación, que se define como la primera aparición de una recaída confirmada o la interrupción permanente del tratamiento por cualquier causa, no difirió entre los tres grupos de tratamiento. Investigación actual. Las investigaciones clínicas en curso con teriflunomida continúan concentrándose en la EM mediante estudios en farmacocinética, eficacia y seguridad, efecto en células inmunitarias, patología cerebral y otras investigaciones (clinicaltrials.gov). Además, se están ejecutando programas observacionales de seguridad, y a partir de junio de 2014 se comenzará a recopilar datos para un registro internacional de embarazos solicitado por la EMA.[36] Indicaciones. Teriflunomida está aprobada por la FDA para el tratamiento una vez al día de formas recurrentes de esclerosis múltiple. En la Unión Europea, la teriflunomida está aprobada para adultos con EMRR. Otros países donde está aprobada actualmente son Argentina, Australia, Colombia, Canadá, México, Venezuela y Corea del Sur. En abril de 2014, más de 25.000 pacientes con EM habían recibido el medicamento.[37] Contraindicaciones. La teriflunomida tiene una etiqueta negra de advertencia de la FDA para la insuficiencia hepática, basada en la experiencia con el fármaco original, la leflunomida.[38] Hasta la fecha, no se han notificado casos de insuficiencia hepática grave con teriflunomida. No obstante, está contraindicada en aquellas personas con insuficiencia hepática grave preexistente. Asimismo la teriflunomida también tiene una etiqueta negra de advertencia de la FDA para la teratogenicidad, y está contraindicada durante el embarazo (FDA categoría X).[38] El fármaco ha mostrado teratogenicidad en animales, pero la poca experiencia en humanos aún no ha revelado un potencial teratógeno. La teriflunomida posee una semivida prolongada de aproximadamente 2 semanas y puede dar lugar a niveles séricos medibles de teriflunomida hasta 2 años después de la interrupción del tratamiento. En consecuencia, las mujeres que se queden embarazadas mientras se encuentren en tratamiento con teriflunomida deben suspender de inmediato la administración del medicamento, recibir asesoramiento y someterse a un proceso de eliminación acelerada con colestiramina o carbón activado para alcanzar una concentración verificada de teriflunomida en plasma inferior a 0,02 µg/ml.[38] Pg.6 www.medscape.org/viewarticle/823890 Dimetilfumarato (DMF) Historia. El DMF, un éster del ácido fumárico también conocido como BG-12, se aprobó por primera vez en 2013 como medicamento de administración oral para el tratamiento de la EMRR. Los ésteres del ácido fumárico se han utilizado en el tratamiento de la psoriasis desde 1959 y son el tratamiento más utilizado para la psoriasis grave en Alemania, donde se aprobaron formalmente para esta indicación en 1994.[39] En lugar de una mezcla de ésteres del ácido fumárico como se utiliza en Alemania, el DMF es un derivado individual del fumarato.[39] El DMF experimenta un metabolismo rápido de primer paso para convertirse en monometilfumarato, que también es farmacológicamente activo.[40] El DMF se utilizó en el pasado como biocida en calzados y muebles, pero la Unión Europea lo prohibió para este uso por su alto potencial de provocar dermatitis por contacto a bajas concentraciones.[41] Mecanismo de acción. El DMF activa la vía de respuesta antioxidante 2 similar al factor nuclear 1 (derivado eritroide 2), que teóricamente combate la neuroinflamación, la neurodegeneración y el estrés oxidativo tóxico.[42] Además, el DMF inhibe la vía del factor nuclear KB, que bloquea las funciones celulares inducidas por el factor de necrosis tumoral alfa, incluidos sus efectos proinflamatorios. Ensayos clínicos de fase 3. En un estudio de fase 3, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo (DEFINE) en 1237 pacientes con EMRR, la proporción estimada de pacientes que sufrieron recaídas durante el período de 2 años del ensayo fue notablemente inferior con el DMF 240 mg 2 veces al día (27 %) y el DMF 3 veces al día (26 %) en comparación con el placebo (46 %, P <,001 para cualquiera de las dosis), lo que se utilizó como criterio de valoración principal.[42] La tasa de recaída anualizada a los 2 años fue de 0,36 para el placebo, 0,17 para el DMF 240 mg 2 veces al día y 0,19 para el DMF 240 mg 3 veces al día, lo que corresponde a una reducción relativa con el DMF del 53% y el 48%, respectivamente (P <,001 para cualquiera de las dosis). No obstante, cabe destacar que al inicio ocurrió un desequilibrio importante en relación con la presencia de lesiones observadas en la RMI con gadolinio en pacientes que recibían placebo en comparación con los que recibían DMF. De los pacientes que se sometieron a una RMI (placebo, n=180, DMF 2 veces al día, n=176), un 30% más de pacientes en el grupo de placebo presentaron lesiones en la RMI con gadolinio al inicio; la presencia de tales lesiones es un pronosticador establecido de futuras recaídas. Además, y a diferencia de los ensayos de EMRR anteriores, no se exigió actividad de recaída clínica durante los 12 meses previos para la inclusión en el ensayo DEFINE. En consecuencia, es justo asumir que en el ensayo DEFINE, los pacientes que recibieron placebo presentaron una mayor actividad de enfermedad inflamatoria al inicio que aquellos que recibieron DMF, lo que, posiblemente, inclinó los resultados a favor del DMF. Ambas dosis de DMF redujeron la tasa confirmada de evolución de la incapacidad en 12 semanas, que fue del 27% en el grupo de placebo, del 16% en el grupo de 2 veces al día (P =,005) y del 18% en el grupo de 3 veces al día (P =,01), lo que corresponde a una reducción relativa del índice de riesgo del 38% y el 34%, respectivamente. Por el contrario, ninguna de las dosis de DMF mostró un efecto importante en la progresión de la incapacidad confirmada en 24 semanas en comparación con el placebo. La cantidad de lesiones observadas con el agente de contraste gadolinio y las lesiones hiperintensas nuevas o en proceso de agrandamiento ponderadas en T2 se redujo con ambas dosis de DMF en comparación con el placebo (P <,001 para cualquiera de las dosis). No obstante, se debe tener en cuenta que la cantidad de lesiones observadas con agente de contraste al inicio fue un 30% mayor en el grupo de placebo, lo que puede haber provocado la sobrevaloración del efecto del tratamiento con DMF. Se observó un efecto inconsistente en la atrofia muscular durante los 2 años de duración del estudio; ocurrió una reducción importante únicamente con la dosis más baja (P =,02) pero no con la más alta.[43] En una evaluación de calidad de vida relacionada con la salud, la puntuación de resumen del componente físico en el formulario abreviado 36 (SF-36) favoreció al DMF sobre el placebo (P <,001 para cualquiera de las dosis).[44] Los efectos adversos observados en el ensayo DEFINE incluyeron eritema, diarrea, náuseas, dolor abdominal superior, recuento de linfocitos reducido, niveles elevados de aminotransferasa hepática y proteinuria. El eritema y los síntomas gastrointestinales disminuyeron durante los primeros meses de tratamiento. No obstante, si bien la incidencia de los síntomas gastrointestinales y el eritema disminuyó en el transcurso de varios períodos de tratamiento, la prevalencia de estos efectos adversos no se redujo en la misma proporción.[41] La prevalencia general del eritema fue del 31% durante el primer mes; la tasa cayó al 24% en el segundo mes y volvió a caer ligeramente, si es que lo hizo, durante los meses siguientes. En tres de los eventos de eritema graves, se debió hospitalizar a los pacientes y tratarlos con corticosteroides intravenosos. La prevalencia general de los síntomas gastrointestinales para los pacientes que recibían DMF 2 veces por día fue del 22% en el primer mes, del 17% en el segundo mes y del 6% al 12% en los meses siguientes. Si bien las tasas generales de los pacientes que interrumpieron el tratamiento fueron comparables entre los grupos de placebo y de DMF, el triple de pacientes que recibían DMF suspendieron el tratamiento a causa de eritema o síntomas gastrointestinales; los pacientes que recibían placebo fueron más propensos a suspender el tratamiento a causa del avance de la enfermedad. La incidencia del eritema y síntomas relacionados fue 5 veces más elevada en el grupo de DMF que en los pacientes tratados con placebo y con AG. Dada la naturaleza parcialmente transitoria de estos efectos adversos, es importante educar a los pacientes y controlarlos de cerca, especialmente durante las primeras semanas de tratamiento, a fin de garantizar la continuidad. Pg.7 Terapias nuevas para la EM, parte 1: La ciencia y el impacto de las terapias orales para la EM En otro ensayo de fase 3, aleatorizado y controlado con placebo (CONFIRM), 1430 pacientes con EMRR recibieron DMF 240 mg 2 veces al día, DMF 240 mg 3 veces al día, placebo o inyecciones subcutáneas diarias de AG (20 mg) como comparador de referencia activa frente al placebo.[45] El estudio no se diseñó para evaluar la superioridad o no inferioridad del DMF en comparación con AG. La tasa de recaída anualizada fue de 0,40 en el grupo de placebo e inferior en los 3 grupos activos: DMF 240 mg 2 veces al día (0,22, P <,001), DMF 240 mg 3 veces al día (0,20, P <,001) y AG (0,29, P =,01). No hubo desequilibrio en la distribución de las lesiones observadas mediante RMI con gadolinio al inicio en el ensayo CONFIRM, en el que la dosis de DMF 2 veces al día redujo la tasa de recurrencia en un 44% en comparación con el placebo. Los análisis de subgrupos en los ensayos DEFINE y CONFIRM revelaron que se observó un menor efecto del DMF en las recaídas en pacientes que tenían puntuaciones más altas en la Escala Extendida del Estado de Incapacidad (Extended Disability Status Scale, EDSS) al inicio, en pacientes que no era la primera vez que se sometían a tratamiento y en pacientes que tenían al menos 40 años de edad. No obstante, se demostró una reducción constante en las tasas de recaída para la proporción limitada de pacientes con una alta actividad de la enfermedad previa. Una posible reducción relativa del riesgo en el avance de la incapacidad confirmada durante 12 semanas no alcanzó un nivel significativo desde el punto de vista estadístico para ninguno de los tratamientos activos: DMF 2 veces al día (-21%, P =,25), DMF 3 veces al día (-24%, P =,20) o AG (-7%, P =,70). En los 3 tratamientos activos se redujo la cantidad de lesiones hipertensas nuevas o en proceso de agrandamiento ponderadas en T2 y observadas mediante RMI en comparación con el placebo (P <,001 para todos), como también las lesiones hipotensas nuevas ponderadas en T1 (P <,001 para cualquiera de las dosis de DMF y P =,002 para el AG). En cambio, la atrofia cerebral, que no se notificó en el estudio CONFIRM ni en el DEFINE, no se redujo notablemente en comparación con el placebo en ninguno de los 3 grupos de tratamiento activos.[46] Los eventos adversos fueron similares a los que se observaron en el DEFINE. Los pacientes tratados con placebo tendían a presentar puntuaciones más bajas en la subescala SF36, mientras que los pacientes tratados con el DMF y el AG generalmente mejoraban o permanecían estables.[47] Investigación actual. La investigación clínica actual se centra principalmente en la farmacocinética, poblaciones especiales, tolerabilidad y uso de DMF en EMRR y psoriasis. Además, se están llevando a cabo estudios observacionales de seguridad y un registro mundial de exposición al embarazo. Indicaciones. El DMF ha sido aprobado por la FDA y en Australia para el tratamiento de formas recurrentes de la esclerosis múltiple en adultos. En la Unión Europea y Canadá, el DMF está aprobado para el tratamiento de pacientes con EMRR. En Europa, hasta marzo de 2014, el fármaco solo se comercializaba en Alemania. Hasta septiembre de 2013, aproximadamente 35.000 pacientes estaban siendo tratados en todo el mundo con DMF, lo que incluía a pacientes en el entorno posterior a la comercialización, en ensayos clínicos y a través de programas de medicamentos gratuitos.[48] ¿Puede el ácido fumárico provocar LMP? Hasta la fecha de este escrito, se notificaron 4 casos de LMP en pacientes con psoriasis relacionados con productos que contenían ácido fumárico. Al menos tres de esos pacientes tenían linfopenia grave y prolongada antes de presentar LMP. Hasta la fecha, no se han notificado casos de LMP relacionados con el DMF en pacientes con EM. La reducción en los niveles de linfocitos en los ensayos de fase 3 DEFINE y CONFIRM demostró una meseta hasta la semana 96.[42,45] A la vista de estos datos, se recomienda el control cuidadoso y continuo de los linfocitos para poder identificar de forma temprana a pacientes con EM tratados con DMF que puedan correr riesgo de desarrollar LMP. Contraindicaciones. El prospecto no explicita contraindicaciones absolutas para el DMF, pero sería prudente no recetar este fármaco a pacientes con infecciones graves.[53 ] Dado que el DMF puede provocar linfopenia, se debe realizar un hemograma completo antes de comenzar el tratamiento y repetirlo con frecuencia según lo que sugiera la información de prescripción. Si se desarrolla linfopenia grave durante el tratamiento, es probable que ocurra durante los primeros meses de la terapia. Se desconoce la presencia de efectos teratógenos en humanos, pero se han observado efectos adversos en animales (categoría C). Agentes orales adicionales evaluados de fase 3 y de fase 2 Azatioprina. La azatioprina, análogo nucleósido de las purinas, se aprobó en Alemania en el año 2000 como agente secundario para la EMRR, pero nunca se ha investigado exhaustivamente de acuerdo con los estándares actuales. En Estados Unidos, la azatioprina está aprobada para la prevención del rechazo en homotrasplante renal y para el control de la artritis reumatoide activa.[54] Cladribina. La acumulación intracelular del metabolito activo de la cladribina, 2-clorodeoxiadenosina trifosfato, altera el metabolismo celular, inhibe la síntesis y reparación de ADN, y provoca apoptosis.[55] Su preferencia por los linfocitos tiene como consecuencia reducciones rápidas de células T CD4+ y CD8+ y de células B CD19+, con una preservación relativa de otras células inmunitarias. Además, la cladribina reduce las citocinas proinflamatorias, las quimiocinas, la expresión de moléculas de adhesión y la migración de células mononucleares.[55] Pg.8 www.medscape.org/viewarticle/823890 El estudio de fase 3, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo (CLARITY) de 2 dosis de cladribina (3,5 mg/kg o 5,25 mg/kg) en 1326 pacientes con EMRR redujo notablemente las tasas de recaída, el riesgo de evolución de la incapacidad y las mediciones de la actividad de la enfermedad observadas mediante RMI.[55] Los eventos adversos importantes incluyeron linfocitopenia (21,6% en el grupo de dosis baja y 31,5% en el grupo de dosis alta) y herpes zóster (8 pacientes en el grupo de dosis baja y 12 pacientes en el grupo de dosis alta frente a ningún paciente en el grupo de placebo). En un estudio de fase 3, aleatorizado, doble ciego (ORACLE), la cladribina oral también demoró notablemente el diagnóstico de la EM en pacientes con un primer evento clínico desmielinizante.[56] Si bien se aprobó inicialmente en Rusia y Australia, la cladribina fue rechazada por la FDA y la EMA debido a inquietudes con respecto al aumento de neoplasias malignas e infecciones oportunistas.[56] El patrocinador posteriormente suspendió el desarrollo de la cladribina. Laquinimod. El aquinimod es un derivado oral del roquinimex de tipo quinolina-3-carboxamida, que ha sido evaluado anteriormente en ensayos de fase 3 como tratamiento de la EM, pero se retiró debido a eventos adversos graves mediante mecanismos inmunitarios que incluyen serositis, pericarditis e infarto de miocardio.[16,57]El laquinimod se desarrolló con la esperanza de que proporcionaría un mejor perfil de seguridad que el roquinimex. Se ha observado que el laquinimod reduce la infiltración de células inflamatorias en el SNC, disminuye la desmielinización y evita la pérdida axonal. Si bien se desconoce su mecanismo de acción exacto, incluida su diana molecular, el laquinimod limita la migración linfocítica al SNC y reduce la respuesta proinflamatoria de los astrocitos.[16] Su capacidad de reducir la atrofia cerebral sugiere un posible efecto neuroprotector. En un estudio de fase 3, aleatorizado, doble ciego (ALLEGRO), 1106 pacientes con EMRR recibieron laquinimod oral 0,6 mg/d o placebo durante 2 años.[57] El grupo de laquinimod presentó una tasa de recaída anualizada inferior a la del grupo de placebo, 0,30 frente a 0,39 (P =,002 después del ajuste con respecto a las variables de referencia), lo que corresponde a una reducción del índice de riesgo del 23%. El grupo de laquinimod también presentó un menor riesgo de evolución de la incapacidad confirmada en un período de 3 meses (11,1%) frente al grupo de placebo (15,7%) (P =,01 después del ajuste con respecto a las variables de referencia). Las mediciones mediante RMI de la cantidad acumulativa de lesiones observadas con gadolinio y las lesiones nuevas o agrandadas en imágenes ponderadas en T2 fueron inferiores en el grupo de laquinimod que en el grupo de placebo (P <,001 para ambos después del ajuste). Además, la atrofia cerebral fue menos pronunciada en los pacientes que recibían laquinimod (P <,001 después del ajuste). No se informaron análisis no ajustados en los resultados del ensayo ALLEGRO.[57,58] Veinticuatro pacientes (5%) que recibían laquinimod presentaron elevaciones transitorias de los niveles de alanina-aminotransferasa más de 3 veces mayores del límite normal frente a 8 pacientes (2%) en el grupo de placebo con elevaciones más de 5 veces mayores del límite normal, lo que muestra una distribución equitativa entre los dos grupos. Los efectos adversos observados en al menos 2 pacientes que recibían laquinimod y con mayor frecuencia que en el grupo de placebo, incluyeron diarrea, náuseas, dolor abdominal, infección de las vías urinarias, sinusitis, apendicitis (5 pacientes del grupo de laquinimod, 1 paciente del grupo de placebo), tos, dolor de espalda, artralgia e insomnio. Un estudio de fase 3, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo (BRAVO) de laquinimod 0,6 mg/d en 1331 pacientes con EMRR incluyó un tercer grupo de referencia con enmascaramiento para los investigadores de interferón β-1a (30 μg 1 vez a la semana) con fines de comparación descriptiva.[59] Los datos sin ajustar del ensayo BRAVO, presentados como innovación en la reunión de ECTRIMS/ACTRIMS de 2011, mostraron solo una tendencia estadística para una diferencia en la tasa de recaída anualizada entre laquinimod y placebo, que fue el criterio de valoración principal (reducción relativa con laquinimod: -18%, P = ,075).[60] No obstante, después de realizar correcciones con respecto a las diferencias iniciales entre los grupos de tratamiento en el volumen de las lesiones en T2 y en el porcentaje de pacientes con lesiones potenciadas con gadolinio, un análisis ajustado demostró que el laquinimod redujo notablemente la tasa de recaída anualizada a 0,29 frente a 0,37 para el placebo (P =,026). Al inicio, un 16% menos de pacientes en el grupo de placebo presentaron lesiones en las RMI potenciadas con gadolinio en comparación con el grupo de laquinimod. Asimismo, el laquinimod mostró una importancia dudosa con respecto a la reducción de la evolución de la incapacidad, con solo un 13% de pacientes del grupo de placebo con evolución confirmada frente a un 10% de los pacientes en el grupo de laquinimod (reducción del índice de riesgo: -31%, P =,063). La atrofia cerebral observada mediante RMI presentó una reducción notable del -28% en comparación con el placebo (P <,001). Los efectos adversos fueron similares a los que se observaron en ALLEGRO. No ocurrieron neoplasias malignas que pusieran en riesgo la vida ni infecciones oportunistas. [16] El interferón β-1a redujo notablemente la tasa de recaída anualizada a 0,27 frente 0,37 para el placebo (P =,002). El interferón β-1a no mostró un efecto importante en comparación con el placebo con respecto al riesgo de evolución de la incapacidad o de atrofia cerebral. Actualmente se está realizando un tercer ensayo de fase 3 denominado CONCERTO. En este ensayo participarán aproximadamente 1800 pacientes durante un período de hasta 24 meses e incluirá un grupo que recibirá laquinimod 1,2 mg/d, otro que recibirá 0,6 mg/d y un grupo de placebo. Actualmente se está planificando un ensayo de fase 2 llamado ARPEGGIO, que incluirá a 500 pacientes con EMPP. Pg.9 Terapias nuevas para la EM, parte 1: La ciencia y el impacto de las terapias orales para la EM Agentes sometidos a prueba en fase 2 Actualmente se están desarrollando antagonistas nuevos del receptor S1P con una mayor selectividad de subtipo de receptores que el fingolimod. Estos compuestos de “última generación” incluyen siponimod, ponesimod, KRP-203, ONO-4641, RPC1063, CS0777 y GSK2018682.[61] Siponimod ataca selectivamente a los receptores S1P1 y S1P5, pero preserva los receptores S1P2, 3 y 4. Este perfil puede resultar particularmente beneficioso, ya que los receptores S1P1 y S1P5 participan en la astrogliosis, la supervivencia celular, la modulación de los procesos de los oligodendrocitos y en la migración de células T al SNC. La eficacia y seguridad de siponimod para la EMSP se está estudiando actualmente en el ensayo de fase 3 EXPAND.[61] ONO-4641 también es un antagonista selectivo de S1P1 y S1P5. En un ensayo de fase 2 de EMRR (DreaMS), ONO-4641 redujo las lesiones cerebrales observadas mediante RMI,[61] pero aún se deben realizar más ensayos clínicos para determinar si los antagonistas selectivos de S1P son más seguros que el fingolimod.[62] Además, el firategrast, un inhibidor oral de la integrina alfa 4, generó expectativas en un estudio de fase 2, aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo en pacientes con EMRR, pero aún no ha comenzado ningún ensayo de fase 3.[63] Impacto de los nuevos agentes orales en el tratamiento de la EM La adición reciente de tres nuevos TME orales, fingolimod, teriflunomida y DMF, ha expandido ampliamente las opciones de tratamiento para personas con EMRR. Al seleccionar un tratamiento para un paciente individual, se deben considerar los beneficios y riesgos relativos de estos agentes. Eficacia. Si bien existen pocas comparaciones directas entre los agentes orales y los TME parenterales para la EM, la información sobre eficacia de estos ensayos puede resultar instructiva. Los pacientes con EMRR tratados con fingolimod presentaron una tasa de recaída anualizada mucho más baja y una menor atrofia cerebral que aquellos tratados con interferón β-1a intramuscular en el estudio de comparación directa doble ciego de un año de duración denominado TRANSFORMS.[25] El estudio CONFIRM no se diseñó para comparar de forma directa la eficacia del DMF y el AG; no obstante, ciertas mediciones parecieron favorecer al DMF, aunque no se demostró que el DMF fuera mejor que el placebo en una serie de aspectos clave.[44] En el ensayo TENERE con enmascaramiento para los investigadores, la teriflunomida 14 mg/d fue comparable al interferón β-1a con respecto a la tasa de recaída anualizada y al tiempo transcurrido hasta una complicación en el tratamiento, mientras que la tasa de recaída fue notablemente superior en pacientes que recibían teriflunomida 7 mg/d.[35] Si bien el laquinimod no redujo considerablemente la tasa de recaída anualizada en comparación con el placebo, sí mostró un efecto importante del tratamiento en la atrofia cerebral en el ensayo BRAVO. Por el contrario, el interferón β-1a intramuscular redujo notablemente la tasa de recaída, pero no la atrofia cerebral en comparación con el placebo. Este ensayo no se diseñó para determinar la superioridad o inferioridad del laquinimod en comparación con el interferón β-1a. Aún se necesitan más datos comparativos para estratificar con claridad la eficacia relativa de los medicamentos orales e inyectables. Seguridad y tolerabilidad. Si bien el AG y los interferones inyectables tienen una larga trayectoria de seguridad, sus beneficios terapéuticos moderados pueden verse comprometidos por la falta de cumplimiento. Los agentes orales que se administran 1 vez al día (por ejemplo, fingolimod y teriflunomida) o 2 veces al día (DMF) poseen el potencial teórico de aumentar la continuidad del tratamiento por parte del paciente al eliminar la incomodidad de las inyecciones frecuentes. No obstante, también pueden presentarse problemas de tolerabilidad con los medicamentos orales. Por ejemplo, pueden ocurrir infecciones por herpes zóster con el fingolimod, malestar gastrointestinal con el DMF y reducción del grosor del cabello con la teriflunomida. Además, también pueden ocurrir efectos secundarios sistémicos potencialmente graves con cada uno de los agentes orales. Si bien todos los medicamentos orales se han estudiado en al menos 2 ensayos clínicos de fase 3, la experiencia a largo plazo en el “mundo real” continúa siendo limitada. Asimismo, la teratogenicidad es una preocupación, ya que muchos pacientes con EM son mujeres con capacidad de concebir; el fingolimod y el DMF poseen la clasificación de categoría C de la FDA en el embarazo, y la teriflunomida posee la categoría X de la FDA. La experiencia aún muy limitada no ha demostrado un potencial teratógeno de estos medicamentos en humanos. El interferón β se relacionó con un menor peso medio al nacer, una menor duración media del parto y nacimiento prematuro en humanos, y posee la categoría C de la FDA para el embarazo. El AG, del que se ha divulgado menos datos de estudio en humanos en comparación con el interferón β, posee la categoría B.[64] Aún no se han descrito efectos teratógenos en animales ni en humanos con el AG, que actualmente cuenta con una trayectoria de más de 2 millones de años/ paciente (Teva Pharmaceuticals, comunicado personal, marzo de 2014). Pg.10 www.medscape.org/viewarticle/823890 Conclusiones Los nuevos agentes orales para la EM ofrecen un suplemento muy aceptado para el arsenal terapéutico ya establecido de TME parenterales. Tanto los medicamentos más antiguos como los nuevos presentan ventajas y desventajas. Debido a que no contamos con datos sobre seguridad a largo plazo para los nuevos agentes orales, sería prudente supervisar la experiencia clínica que se va acumulando sobre la eficacia y los efectos adversos al considerar el uso de estos medicamentos en nuestros pacientes. Los potenciales registros observacionales de seguridad deben incluir la mayor cantidad de pacientes posible. Dada la cantidad en aumento de opciones de tratamiento disponibles, el hallazgo de biomarcadores predictivos que podrían ayudar a individualizar decisiones de tratamiento es una necesidad aún no satisfecha en el campo del control de la EM. Reconocimiento personal. El autor desea dedicar este artículo a un familiar que padece EMRR y que, después de un comienzo dramático, se encuentra bien gracias a la administración de un agente inyectable primario durante los últimos 15 años. Pg.11 Terapias nuevas para la EM, parte 1: La ciencia y el impacto de las terapias orales para la EM REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. 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