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CONGRESSO TOMISTA INTERNAZIONALE L’UMANESIMO CRISTIANO NEL III MILLENIO: PROSPETTIVA DI TOMMASO D’AQUINO ROMA, 21-25 settembre 2003 Pontificia Accademia di San Tommaso – Società Internazionale Tommaso d’Aquino Santo. Tomás de Aquino, insigne maestro del humanismo cristiano P. Enrique Almeida, O.P. Quito, Ecuador According to St. Thomas, humanism can be considered in two ways: namely, the nature of man and humanity as a virtue, which consists in an exterior help condescending to the faults of others. Humanism is a doctrine, which teaches the true nature of man and a great effort for the comfort of others. St. Thomas considers man as an image of God. Man as a person composed of body and soul. Man is a person. In the works of St Thomas we find the fundamentals of Christian humanism. The false systems do not recognize man as a person, but as an instrument of social authority, without freedom. St. Thomas’ doctrine on humanism is valid for the present time. With his vivid sense of man John Paul II declares St. Thomas Doctor of humanity. He really is a famous master of Christian humanism. Muchos significados se han dado a este término humanismo. Se mencionan los errores del Humanismo marxista ateo, que reduce al hombre a pura materia; y del humanismo existencialista, que supone una pura posibilidad. Se da también un sentido sociológico al término de humanismo. Ser humano equivale a decir sentir amor, lealtad, benevolencia, servicio y otras cualidades semejantes. Por encima de estos significados se halla el humanismo enseñado por Sto. Tomás de Aquino. Hombre significa aquel que tiene la naturaleza humana.1 También explica Santo Tomás el doble significado de humanidad. "La humanidad se toma en un doble sentido, a saber: la naturaleza del hombre y humanidad como virtud que consiste en una ayuda exterior condescendiendo a los defectos de otros"2 . Y así tener sentido humano quiere decir experimentar benevolencia y servicio para otro. Humanismo sería la doctrina que enseña la verdadera naturaleza del hombre y un gran interés por el bienestar humano. 1 2 III, P.Q.4,a.3. f.Ad Tit. n 3, lec 1. © Copyright 2003 INSTITUTO UNIVERSITARIO VIRTUAL SANTO TOMÁS Fundación Balmesiana – Universitat Abat Oliba CEU E. ALMEIDA, Santo Tomás de Aquino, insigne maestro del humanismo cristiano Pero además, afirma que el hombre es imagen de-Dios. Se dice en la S. Escritura: el hombre fue hecho a imagen de Dios. Se afirma: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza, para que domine sobre los peces del mar, en las aves del cielo, en los ganados y en todas las alimañas3 . Dice el Angélico Doctor: el hombre supera a todos los animales, porque tiene razón y entendimiento, y así es imagen de Dios por la razón y el entendimiento4 . En realidad, el hombre es un compuesto de alma y cuerpo. El alma esta situada en el confín de los cuerpos y de las sustancias incorpóreas. Como existentes en el horizonte de la eternidad y del tiempo5 . El alma humana es la única forma sustancial, por la cual el hombre es un ser en acto, y es cuerpo, y es viviente, y es animal y es hombre; así lo declara Santo Tomás de Aquino6 . Su concepción sobre el hombre como persona es muy cristiana; no en el sentido que se apoye en la revelación, sino que es conforme a ella. Su antropología sobre el hombre es integral original, nueva, como lo es toda su filosofía. "Es la única filosofía integral surgida del pensamiento cristiano. Tomás nos ha dejado un pensamiento antropológico de gran alcance. Su comprensión del hombre es la más alta entre cuantas ha producido el pensamiento cristiano: debe contarse entre los grandes antropólogos de la humanidad". Tomás consideró al hombre como persona, como imagen de Dios. En la segunda parte de la Suma Teológica afirma claramente: el hombre se dice hecho a imagen de Dios, en cuanto que la imagen significa un ser intelectual, con libre albedrío y potestad propia; estudia la imagen de Dios, que el hombre es en cuanto principio de sus obras por estar dotado de libre albedrío y dominio sobre sus actos7 . El Aquinate es muy actual por su humanismo. Por su sentido vivísimo del hombre puede definirse Doctor de la Humanidad; así lo ha dicho Juan Pablo II. Ha estado pronto y disponible a recibir los valores humanos de toda cultura8 . No cabe duda. En las obras de Santo Tomás encontramos los principios fundamentales de aquel humanismo cristiano, que se identifica con la 3 4 5 6 7 8 Gen. N-1,26 P.Q.3, a.la objeción. S.G, Libro II, Cap 80 y 81. I,q.76.a.6. I-II, prólogo Discurso del 13 de septiembre de 1980 p. 2 Congresso Tomista Internazionale civilización de la persona, la única civilización de la persona verdaderamente humana. Ella tiene por centro al hombre. Consiste en la máxima realización de la persona como ser inteligente y libre. En la doctrina tomista la persona es el mayor valor de todo el universo visible. Todo se ordena a su bienestar y desarrollo. El hombre tiene significado en la historia, en el trabajo, en la economía, en el progreso y no viceversa. Es el artífice de su destino, el protagonista, el fin de la vida social, y de todo progreso. Todos los sistemas erróneos destruyen la realidad substancial del individuo. El concepto tomista del hombre respeta todas sus exigencias tanto material como espiritual y resuelve de modo verdaderamente humano el gran problema de la relación entre individuo y comunidad, entre libertad y autoridad. Supera los varios socialismos e individualismos exagerados. No reduce la persona a la masa, ni exalta al individuo como valor absoluto. Defiende los derechos de la persona y exalta los valores de la comunidad, salva la exigencia de la vida social y al mismo tiempo los derechos de los individuos. Los totalitarismos convierten al individuo en simple instrumento del poder político y económico y aparecen en ambientes culturales dominados por el materialismo o idealismo. No reconocen el valor del personalismo, que coloca a la persona sobre cualquier otro valor humano, con derechos propios anteriores a los del Estado e impone al Estado el deber de respetarlos y favorecer sus ejercicios. La moral que se apoya en la persona, contiene un valor objetivo y universal. Es la única de la que puede surgir una sociedad justa y humana. Hay morales particulares, que se fundan sobre ideologías falsas y defienden los intereses de ciertas categorías de las personas. Por ello son fuentes de injusticias. Sólo la moral que se apoya en la persona, no encierra privilegio, defiende a todos los hombres, porque defiende al hombre en cuanto hombre. Sólo en una sociedad que reconoce el primado de la persona, se puede obtener el bien común como obra de los que tienen la responsabilidad de la cosa pública. Las Leyes del Estado encuentran sus límites en los derechos fundamentales de la persona. En esta sociedad los derechos de la persona implican siempre deberes. Se reconoce el derecho de propiedad; se acepta la función social de los bienes materiales, se defiende igualmente el derecho de la p. 3 E. ALMEIDA, Santo Tomás de Aquino, insigne maestro del humanismo cristiano libertad y se afirman los deberes de una persona libre, con sentido de responsabilidad y con respeto a la libertad de otro. En esta sociedad no se da la lucha de clases. Se impone la solidaridad, como ley fundamental del desarrollo; no se acepta el privilegio, sino el sentido moral, la justicia social, la fraternidad como base de la convivencia civil. No se reconoce el provecho, ni la economía, ni la técnica, ni tampoco el beneficio material, sino que se afirma la exigencia moral procedente de los derechos de la persona. Tienen la preeminencia absoluta. Cuando el progreso ya sea técnico, e industrial económico niega el primado de la persona, surgen el tecnicismo, el industrialismo, el consumismo. La ideología social, que se funda en los principios del materialismo, del positivismo, o del individualismo, no podrá jamás resolver el problema de la convivencia civil de los hombres porque ignoran el valor real de la persona. Sólo la concepción personalista del hombre, como enseña Santo Tomás; puede constituir la base de una civilización verdaderamente humana. Una civilización en la que las exigencias del vivir material no excluyen las exigencias espirituales y éstas requieren las necesidades materiales. La autonomía de la persona no se opone al deber de la solidaridad social. Las exigencias de la economía y de la producción se armonizan con los derechos de la persona. Todo hombre debe reconocer que el beneficio propio no puede crecer al menoscabo del beneficio de otro y la verdadera libertad propia se afirma con el respeto de la libertad de otro. La Antropología de Santo Tomás será siempre actual, porque considera la persona en su realidad objetiva. Es ante todo Aristotélica. Tomó de Aristóteles el concepto clave de alma, acto primero y única forma sustancial del compuesto. Pero se elevó más el Doctor Angélico con su concepción de Alma como espíritu y es como horizonte y confín de lo corpóreo e incorpóreo. El alma está situada en el confín de los cuerpos y de las sustancias incorpóreas, como existentes en el horizonte de la eternidad y del tiempo9 . Es la única forma sustancial por la cual el hombre es ser en acto y es cuerpo, y es viviente, y es animal y es hombre10 . La antropología de Santo Tomás es cristiana, no en el sentido que se apoya en la revelación, sino que es conforme a ella. Todo lo que ha escrito sobre el hombre, su origen, su naturaleza, sus operaciones y su fin absoluto, todo está 9 S.G. Libro II, Cap 80 y 81 I.P.q.76,a.6, a la I.obgj. 10 p. 4 Congresso Tomista Internazionale conforme a la verdad revelada. En plano sobrenatural, puede hablarse de una Antropología Teológica, ya que Sto. Tomás de Aquino es principalmente teólogo. Su antropología es integral, original, propia, nueva, como lo es toda su filosofía. "Es la única filosofía integral surgida del pensamiento cristiano. Tomás nos ha dejado un pensamiento antropológico de gran alcance. Su comprensión del hombre es la más alta entre cuantas ha producidos el pensamiento cristiano debe contarse entre los grandes antropólogos de la humanidad". La base de su doctrina antropológica es la unión esencial y personal entre alma y cuerpo. Sto. Tomás refuta varios errores. Declara que si la sustancia intelectual se une al cuerpo no solo como motor, como pensó Platón ni comunica con él solamente como las imágenes sensibles, como dice Averroes, sino como forma; sin embargo, el entendimiento con que entiende el hombre, no es una preparación en la naturaleza humana, como dijo Alejandro, ni en la complexión como pensó Galeno, ni la armonía como afirmó Empédocles, ni es cuerpo, ni sentido o imaginación, como dijeron los antiguos, se sigue, por tanto, que el alma humana es sustancia intelectual unida al cuerpo como forma11 . Al mismo tiempo enseñó Sto. Tomás la unión personal. El concepto de persona implica una perfección de un modo de ser singular. Lo repite mucho esta afirmación y lo expresa de varios modos. Comenta la definición de Boecio: sustancia individual de naturaleza racional. Afirma que es la realidad más alta entre las que ofrece la naturaleza; Omnium Naturarum dignísima12 . Lo más perfecto que hay en toda la naturaleza y así da esta definición: el ser subsistente en la naturaleza racional o intelectual13 . Cuanta dignidad tiene la naturaleza humana, lo afirma Santo Tomás con estas palabras: por la Encarnación se nos instruye sobre la gran dignidad de la naturaleza humana para que no la manchemos pecando. De aquí que San Agustín: Dios nos ha mostrado haciéndose verdadero hombre el lugar prominente que ocupa la naturaleza humana entre las demás criaturas. El Papa S. León dice: conoce ¡OH cristiano! Tu dignidad; y, ya que ha sido hecho partícipe de la naturaleza divina no quieras volver a tu antigua vileza por un comportamiento indigno. Por ello se puede calificar a Sto. Tomás como insigne Maestro del humanismo cristiano. 11 12 13 S.C. Libgro I, Cap. 68 DePot.a.3. III, q1.a,2 p. 5