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Renovación Carismática Católica de España
Material de Formación
ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO (Ap. 3, 20)
MOTIVACIÓN. Hoy queremos tener un encuentro
nuevo, radiante, palpitante con Jesús de Nazaret.
Jesús está vivo y quiere hoy una VIDA NUEVA
para cada uno de nosotros.
Desea que le abramos el corazón y que podamos
celebrar juntos una fiesta. El Señor quiere liberarnos
de nuestra esclavitud; hoy pretende lavar nuestras
vestiduras, ponernos un traje blanco si nosotros le
dejamos. Desea celebrar la fiesta de la vuelta a casa de
cada uno de sus hijos, que somos tú y yo.
PALABRA
He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y abre la puerta,
entraré a él y cenaré con él, y él
conmigo.”. Ap. 3,20
Hoy Jesús quiere tener un encuentro con cada uno de
nosotros, está llamando a la puerta de tu corazón. Él
tiene un plan de salvación de Salvación para cada uno
de nosotros, El Señor quiere que todos los hombres se
salven y lleguen al conocimiento de la verdad. (1ª Ti 2.
3-4)
En esta carta del Apocalipsis, se escribió a la Iglesia
de Laodicea. La palabra de Dios siempre es actual: Hoy
es para nosotros, nos dice:
El Amén, el testigo fiel y verdadero, el origen de la
creación de Dios, dice estas cosas: Conozco tus obras:
no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente!
Pero porque eres tibio y no frío o caliente, voy a
vomitarte de mi boca. Tú piensas: «Soy rico, tengo de
todo, nada me falta». Y no te das cuenta de que eres
un infeliz, digno de compasión, pobre, ciego y
desnudo.15-17
Desde la oscuridad de nuestro corazón en razón al
Evangelio, llegamos a pensar que los bienes de la
tierra son suficientes para conseguir la felicidad, que
nuestro ser, va a ser saciado con los bienes terrenales,
sin tomar el alimento espiritual que nos da la vida
eterna y que ya empezamos a disfrutar. Y Jesús hoy te
pregunta:
¿No te das cuenta de que eres un infeliz,
digno de compasión, pobre, ciego y desnudo?
Este mensaje más que un duro reproche, es un encargo
que nos hace para que tomemos conciencia de donde
estamos y hacia dónde vamos; nos invita a la reflexión;
es un mensaje de optimismo y consuelo para los que
respondamos fielmente al Espíritu del Señor: “Aquí
estoy Señor para hacer tu voluntad”.
VAMOS A SITUARNOS
El hombre a imagen y semejanza de Dios
Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios.
Nos creó para estar unidos a él para compartir su
gloria. Él quiere que seamos felices. “Con amor eterno
te he amado, por eso prolongué mi favor contigo” (Jr
31, 3).
El CIC 374, nos dice que el primer hombre fue no
solamente creado bueno, sino también constituido en
la amistad con su creador y en armonía consigo mismo
y con la creación en torno a él.
Por tanto, cuando el hombre da la espalda a Dios y se
mira a sí mismo, pierde la armonía para la que fue
creado: se empobrece pierde la vista, y ciego camina
hacia ninguna parte; sin ninguna meta para conseguir
la felicidad
Sin embargo Dios nunca nos abandona, por eso hoy
llama a nuestra puerta y te dice: “¿Dónde estás?”.
Quiere tener un encuentro contigo, quiere mostrarte
el camino de salvación. El es la verdad, la luz, el
camino, la vida; y sin Él no podemos hacer nada.
La misma palabra nos aconseja que compremos oro
refinado para hacernos ricos, ropas blancas para
cubrir nuestra desnudez y por último nos propone
que le pidamos un colirio que nos pondremos los ojos
para ver.
Así es el amor de Dios:
Yo reprendo y corrijo a los que amo.
Vamos, anímate y conviértete.
Esta transformación de limpieza, ropas blancas,
colirio para ver, nos las da el Señor con su gracia y
solamente hay una forma de adquirirlas:
Estoy a la puerta y llamo (Ap. 30, 20)
OBJETIVO: Abrir nuestro corazón al Señor
1
Renovación Carismática Católica de España
Material de Formación
La conversión, es una decisión voluntaria que
responde a la llamada de DIOS.
La palabra conversión viene del griego "epistrepho"
que significa literalmente "volver atrás" o "dar media
vuelta": anímate, conviértete, se refiere a la decisión
de renunciar al pecado y volver a Dios. Es una opción
consciente por Cristo, una adhesión personal a Jesús
como Salvador y Señor.
Es Cristo es el que está a tu puerta: llama a tu
corazón y al mío, al de todos los hombres. De ti
depende, Él no quiere coartar tu libertad, eres libre
para elegir.
Nos dice el Señor que al vencedor, al que
vuelve la mirada a Cristo, lo sentará junto
a su trono, igual que yo, nos dice: después
de vencer al pecado y a la muerte , me
senté junto a mi Padre en su trono. (Ap
3,18-22)
¿Quién de vosotros quiere celebrar hoy una fiesta con
Jesús?
Hoy Señor quiero adherirme a ti. Hoy hago un acto
de Fe, y de voluntad; y te digo que a partir de este
momento te reconozco mi salvador y mi Señor.
Esta afirmación, es un SÍ a la presencia y a la acción
salvadora de Jesús. Un sí consciente como el de
María, aquí estoy Señor, hágase en mí según tu
Palabra. Un sí, que se renueva en la adhesión libre y
responsable a Jesús y a la totalidad de su mensaje y
su obra.
TRANSFORMACIÓN
En la medida en que Jesús va tomando posesión de
nosotros, le damos la oportunidad de a través nuestro
ir transformación el mundo que nos rodea. Nos hace
promotores, de su Reino entre los hombres. Nos hace
Evangelizadores.
“Esta Evangelización es posible por la unción
que hemos recibido de Él y que permanece en
nosotros” (1Jn 20, 25)
CELEBRACIÓN
Nos dice la parábola, del Hijo Pródigo, que el hijo
menor pidió a su padre la parte de la herencia que le
correspondía, y el padre les repartió la herencia. A los
pocos días el hijo menor reunió todo lo suyo, se fue a
un país lejano donde gastó toda su fortuna, llevando
una mala vida.
Cuando se le abrieron los ojos, se dijo: Los jornaleros
de mi padre tienen pan de sobra, mientras que yo aquí
me muero de hambre! Y se puso en camino y le diré a
mi Padre: he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no
merezco llamarme hijo tuyo, trátame como a uno de
tus jornaleros.
También nosotros nos alejamos de la casa del Padre,
queremos ser autosuficientes, y elegimos la esclavitud
del pecado. Sin embargo la casa del padre siempre
está abierta. Cuando aún estaba lejos, su padre lo vio y
se conmovió. Fue corriendo, se echó al cuello de su
hijo y lo cubrió de besos.
Esto mismo quiere hoy el Señor de nosotros: llenarnos
de besos conmovido por la vuelta de sus hijos a al casa
del Padre. Traed enseguida el mejor vestido y
ponédselo; ponedle también un anillo en la mano, el
anillo de la Casa Real, el sello indeleble de hijo recibido
en el bautismo, que nada ni nadie nos puede quitar,
ponedle sandalias en los pies, que mi hijo no es un
esclavo, es el heredero de mi casa.
Celebremos un banquete de fiesta, porque este hijo
mío había muerto, ha vuelto a la vida, se había
perdido y ha sido encontrado.
Aun considerando que el hijo Pródigo estaba muerto
espiritualmente, él todavía tenía la oportunidad de
actuar sabiamente y arrepentirse, lo que le llevó de
vuelva a la vida otra vez, y se pusieron todos a
festejarlo.
Estoy llamando a tu puerta, si hoy me abres tu
corazón, saldrás de la esclavitud, de tus ataduras; ten
FE, yo he venido para que tengas vida en abundancia
y solamente la puedes tener en la presencia de tu
Salvador y Señor.
Abre la puerta de tu corazón que vamos a
celebrar una gran fiesta, porque este hijo/a
mío había muerto y ha vuelto a la vida, se
había perdido y ha sido encontrado/a.
Hoy es el momento de hacer un compromiso con
Jesús, y el que debemos renovar cada día: Bendice y
alaba al Señor, ora en comunidad, vive en plenitud los
sacramentos. Lee, contempla y haz vida su PALABRA
en tu vida. El nunca te abandonará. Hoy te dice:
“Eres mi hijo amado en quien me complazco”
ESTAMOS DE FIESTA CON JESÚS
¿ Estoy a la puerta y llamo (Ap. 30, 20)
CONVIÉRTETE
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