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Siendo niño y acólito o monaguillo en la iglesia de Candelaria, montaba a caballo y acompañaba al cura del pueblo hasta las lomas visitando los guajiros de la zona, llegaban hasta la finc a de mi abuelo (Finca de los Errasti) distante 8 o 10 km del pueblo; allí conoció a mis dos tíos mayores Ignacio y Pancho Errasti. Esa relación con el campo y su gente no la ha abandonado aún. Teresita María Geada. de la Catedral de Pinar del Rio, vive en Italia. Pastor, es la primera palabra que me viene en mente cuando pienso en ese obispo que con sencillez, tenacidad y firmeza cultivó la tierra que lo vio nacer y guió la grey que el Señor le dio en c ustodia. Compartí con Mons. Siro más de 20 años de trabajo pastoral en la diócesis de Pinar del Río, rec uerdo con pasión los días pasados a su lado tratando de encontrar el justo equilibrio ent re prudencia e inmovilismo, audacia e insolenc ia, servicio a la iglesia y protagonismo personal. Su corazón de pastor me enseño a mirar, y en muchos casos, a buscar para descubrir cuando no era muy claro, la semilla del bien que hay dentro de cada hombre y cada mujer, sobre todo si estaba disfrazada de poder o de instituc ión. Con esa s abiduría que da la vida de oración y el constante confrontarse con el Evangelio, siembra amigos en los terrenos más áridos y recoge frutos donde casi nadie lo espera. ¡Gracias Señor por esos años vividos junto a Mons. Siro! Roberto Sánchez Graverán. Diácono de la Diócesis de Pinar del Río. Después de años trabajando en la pastoral diocesana y, habiendo sido invitado por él a la preparac ión al diaconado, puedo hablar de Monseñor Siro con satisfacción. Hombre sencillo, alegre y al tanto de las necesidades de sus fieles y del pueblo de su diócesis. Padre, de sus sacerdotes, religiosas y fieles; ac ogedor, hospit alario, atento a las situaciones y comprensivo de las limitaciones. Con gran estima y apertura a los laicos, lo que favoreció un laicado fuerte en la diócesis. Firme, valiente y con gran es píritu misionero, apoyó el Ministerio de la Palabra en la diócesis. Al cumplir Gloria María y yo las Bodas de Plata le pedimos que orara por nosotros y nos dijo: orar sólo no, voy a estar con Ustedes y, vino a Artemisa y presidió la Eucaristía. Le estamos agradecidos y le ratificamos aquella fras e que le dedicamos en uno de sus aniversarios: «La melodía de unos pas os firmes es el mejor canto al Camino» Ismael Puigvert. de la parroquia de Guanajay. En nuest ra tricentenaria Iglesia parroquial de San Hilarión abad ex iste una hermosa cruz sustituyendo el cuadro octavo del V iacrucis, este cuadro fue sus traído del templo, por lo que nuestro Obis po José Siro nos obsequió dicha cruz para colocarla en lugar del cuadro. El gran valor que le atribuimos a es ta cruz es que fue c onfeccionada por él, que emulando a su santo patrono San José tiene afición por la carpintería. Agradecemos su regalo como grato cbbff recuerdo de su presencia en Guanajay y como Obispo diocesano, de quien esperamos prontamente otra visita. Le agradecemos también la cercanía que muestra en su corazón para con nosotros guanajayenses. María del Carmen Gort. de la Catedral de Pinar de Rio, ahora en Guanajay. Al Padre Siro, de mi infancia lo recuerdo como un sacerdote cercano a todos y muy familiar, dispues to a hacer que todos sintiéramos su casa como la nuestra, sencillo, trabajador y hombre de oración. Ya de adolescente y juvenil, como un amigo, dis puesto a escuchar y de palabras certeras, que respetaba el criterio de cada uno, que nos ayudó a crecer en libertad y responsabilidad y nos enseñó a amar a la Iglesia. De joven y adulta he tenido la dicha de trabajar junto a él, y siempre será el asesor que escucha y cuestiona, ilumina y anima a buscar la verdad. Quienes llegan a su casa siempre encuentran una sonrisa franca, un abrazo, un consejo y un lugar en su mesa. La riqueza de su vida solo ha sido posible desde una profunda vida espiritual, es un hombre de oración. Su integridad lo ha llevado a ser un sacerdote con los pies siempre pues tos en esta tierra, y con un corazón que vibra c on las alegrías y con los sufrimientos de sus hijos. Su fidelidad al Evangelio y a la Iglesia, lo ha llevado a promover proyectos , grupos, instituciones que han procurado el bien de es te pueblo cubano. Doy gracias a Dios por su vida, que es un testimonio de alegría, entrega y fidelidad y porque me ha permitido ser su amiga. «Amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad.» (Gottfied Leibniz) 6/ EL PENSADOR Año XV.II No. 98