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MINISTERIOS CONFRATERNIDAD DE FE
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Sirviendo en los planes de Dios
Pastora GISELLE ROGER CARTES
Vamos a compartir una palabra que nos ayudará grandemente a entender como entrar en los
planes que Dios preparó para cada uno de nosotros. Es incómodo cuando las personas hacen planes
y nos dejan fuera de ellos, cuando otros planifican hacer cosas y no nos invitan a participar, a veces
decimos que no nos importa que nos consideren pero, en realidad, a la mayoría nos gusta que nos
tomen en cuenta, sobre todo si es algo trascendente. Bueno, la primera buena noticia que vamos a
recibir hoy es que Dios quiere involucrarnos en un plan que Él tiene y está buscando siervos suyos
para hacerlo.
Vamos a ver cuál es la clase de hombres y mujeres que Dios anda buscando para involucrarlos en
sus planes
Hebreos 11: 6-8
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le
hay, y que es galardonador de los que le buscan. Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca
de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe
condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, siendo
llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde
iba.”
La vida del cristiano que entiende lo que Dios está haciendo con su vida, debe pasar lo más rápido
posible de dejar de centrarse en sí mismo y en sus problemas, y empezar a centrarse en Dios y en su
reino, porque es ahí cuando comienza a tener verdadera ganancia, crecimiento y entendimiento de
quien es Dios. Jesucristo nos compró a ti y a mí a precio de sangre, esa redención va más allá de que
estemos cantando una alabanza en la iglesia solamente, Él nos compró por miles de otras razones
más que cada día vamos descubriendo cuando vemos que encajamos perfectamente en el plan
divino.
Cuando somos gente de fe, vamos a ir cada día al encuentro de nuestro destino, la gente piensa a
veces, y quizá algunos de nosotros pensó alguna vez también, que la fe es solamente para que Dios
nos sane, nos dé un trabajo, para que estemos bien, para que no tengamos un accidente, no nos
asalten en la calle, que es por eso que necesitamos fe. Pero vemos a través de estos versículos que la
fe de esta gente no las llevó a ser personas que no hicieran nada, que se sentaron sólo a recibir
beneficios, sino que fueron personas que salieron a su destino por causa de que le creyeron a Dios.
Dice el versículo 6 que “sin fe es imposible agradar a Dios”, y comienza a mostrar el ejemplo de
Noé y de Abraham, quienes hicieron algo porque le creyeron a Dios, por lo tanto, estos ejemplos nos
enseñan que:
A. Varas 1181, Temuco - Chile. / [email protected] / Fono: (56) - 45 - 2403055
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La fe nunca nos va a dejar quietos, nos moverá a ver la palabra de Dios cumplida en
nuestras vidas. Noé construyó un arca cuando nunca se había visto lluvia para hacer flotar
un barco de esas dimensiones y, por otra parte, Abraham salió a un lugar que no conocía,
dejó todo lo conocido, su propia comodidad para moverse al lugar que Dios le había dicho.
Por la fe Noé construyó el arca y porque le creyó a Dios condenó al mundo, o sea, la fe
delante de Dios nos capacita para hacer cosas que otros no harán porque no quieren creerle
a Dios.
La fe es algo tan poderoso y tan ilimitado, por eso cuando no está presente, limita nuestra
vida, porque Dios no puede hacer algo con nosotros si no le estamos creyendo a Él.
Es importante entender que Dios quiere hacer algo con nosotros, quiere involucrarnos en su plan.
Dios involucró en su plan a Noé, involucró a Abraham, a Isaac, a Jacob, Dios involucró al pueblo de
Israel en un plan, por lo tanto nosotros tampoco estamos ajenos a sus planes cuando desarrollamos
esa clase de fe.
Otra característica que necesitamos desarrollar para entrar en esos planes que Dios tiene para
este tiempo, es tener el corazón correcto. Dios no escogió a Noé porque se le ocurrió que podía
servir, sino que vio algo en su corazón.
Génesis 6:8
“Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.”
Había algo especial en el corazón de Noé y de Abraham que los hizo escogibles para ese plan.
Nunca antes había llovido sobre la tierra pero Noé hizo un arca, Abraham salió sin saber dónde iba
solamente obedeció porque creyó. A veces, nosotros estamos estancados en cosas que sólo nos
retardan en caminar en los planes preparados para nosotros, pero Dios en este tiempo nos está
diciendo: “te aparte a ti para esta parte de mi plan”, Él no nos dejó fuera, no dijo que invitaría a unos
pocos, Dios tiene un lugar para cada uno de nosotros en su plan, ¿queremos ir con Él? Entonces
tenemos que empezar a creerle a Dios porque no podemos caminar con un Dios tan poderoso sin
creerle. Sin embargo, los ejemplos de fe que vemos aquí nos hacen darnos cuenta que gente común
y corriente tuvieron algo especial en su corazón, le creyeron a Dios, y por eso fueron apartados para
un plan específico, y vieron como sus vidas se encontraron en la plena voluntad de Dios.
Creo que si la iglesia no entiende que está puesta en una ciudad para bendecirla, para levantar el
nombre de Cristo en medio de ella, para que la familias de la ciudad conozcan la clase de vida que
Dios puede darles, propósito y destino, realmente todavía no hemos entendido porque Dios nos
tiene aquí. Necesitamos comprometernos con el plan de Dios, Él quiere tocar a las familias, tocar a
nuestros vecinos, amigos, colegas de trabajo, a ese que está lejos Él quiere tocarlo porque lo ama, y
lo va a hacer a través de nuestras vidas, la palabra dice que no encargó Dios a los ángeles la
predicación del evangelio, sino que lo encargó a hombres como tú y como yo, débiles tal vez,
muchas veces en nuestra carne, pero poderosos cuando el Espíritu Santo habla a través de nuestras
bocas.
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Génesis 12:1-2
“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la
tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y
serás bendición”.
Entonces, el motivo por el cual Dios bendijo a Abraham no era para que Abraham estuviera bien
con su señora Sara no más, o para cuidar al hijo que iban a tener ambos, Dios lo bendijo para
bendecir, para ser una bendición a todas las familias de la tierra, o sea, Dios escogió a uno para que
por ese uno la bendición pasara a todas las familias de la tierra. Sólo imaginemos como puede ser
bendecida esta ciudad porque hay gente que cree a Dios aquí para ser una bendición. Entonces tiene
que cambiar nuestro enfoque, de esperar siempre ser bendecidos y entender que ya somos una
bendición y esa bendición está lista para bendecir a mucha gente.
Abraham entendió que él era parte del plan de Dios, o sea cuando se aparece Dios y dice: “ te voy
a bendecir , te voy a dar lo que tú no tienes, te voy a dar una tierra, una familia a ti que no tienes
hijos, te voy a dar una descendencia como las estrellas del cielo, como la arena del mar”, hay que
entender que Dios no se le aparece a la gente porque si, Dios no nos habla porque si, Dios no nos da
una palabra porque si , si Dios no nos da una palabra es porque tiene un sueño, y para llevarlo a
cabo nos incluye en su plan. Con todo lo que somos, con nuestros errores y fracasos, Dios nos
escogió, desde antes de la fundación del mundo, con nuestro carácter, con inseguridades, con
debilidades, Dios nos escogió, ¿le creemos o no le creemos?
Si le creemos tenemos que caminar en la vida llenos de gozo, porque no somos cualquiera, no
andamos por la vida queriendo un día vivir y al otro morir, queremos vivir largos años porque
sabemos que somos bendición para nuestra nación. Entonces el propósito de Dios tiene que ser el
motor de nuestra vida, porque problemas matrimoniales, con los hijos, con las finanzas vamos a
tener que enfrentar siempre, toda la vida tendremos algún problema que enfrentar, pero lo más
importante que está dentro de nosotros es el propósito que un día Dios diseñó y puso en nuestro
corazón, es lo más importante, y por eso debemos aprender también a conectarnos con gente que a
va despertar en nosotros el deseo de caminar cada día en el plan y el propósito. Esto es importante
porque eso nos mantendrá mirando lo importante, porque cuando caminar en el plan de Dios es
menos importante, entonces es porque nosotros somos más importantes, nuestros problemas son
más importantes, y como nos sentimos más importantes, entonces dejamos de conectarnos por la fe
con Dios. Empezamos a mirar más grandes nuestros problemas que al Dios con el cual caminamos
cada día de nuestras vidas.
Génesis 13:14-16
“Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar
donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente. Porque toda la tierra que ves, la daré a
ti y a tu descendencia para siempre. Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno
puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada”.
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¿Qué fue lo primero que buscó Dios en la vida de Abraham? ¿Qué hiciera algo o que creyera algo?
Sin duda que creyera algo, que creyera lo que le había dicho. A veces nosotros somos al revés,
pensamos que lo que hacemos es lo que nos califica, pero en realidad lo que creemos es lo que nos
califica, por eso a veces estamos en mucho hablar, pero no hay realidad en nuestro interior,
entonces cuando vienen los tiempos difíciles temblamos, nos caemos, tastabillamos, nos cuesta,
estamos tristes. Pero cuando entendemos que Dios no nos anda buscando ni por lo que tenemos,
sea mucho o sea poco, sino que Dios está buscando gente de fe para involucrarles en su plan, tal
como lo hizo con Abraham, entonces recibiremos por medio de la fe, eso que de gracia se nos ha
concedido.
Dios quiere hablarnos, quiere poner sueños que ya están en su corazón, nacimos con un plan y un
propósito dado por Dios, pero se van a ir revelando en la medida que vamos dando pasos de fe con
el Señor, es un plan específico y tenemos que levantarnos en fe para empezar a dar pasos hacia ese
destino. Dios está buscando gente que vibre con las cosas que Él vibra, que le importen las cosas que
a Él le importan, porque si nosotros queremos hacer un plan con alguien y esa persona no quiere
hacerlo o no le gusta hacerlo, no le interesa, ¿Para qué lo vamos a hacer con esa persona, si todo el
tiempo vamos a estar mirando que está desagradado?
Entonces ¿con quién lo va a hacer Dios? Con los que quieren hacerlo, no con los que hay que
arrastrarlos para que lo hagan, con el que está listo para dar el primer paso, que tiene humildad en
el corazón. Nunca debemos renunciar a lo que el Señor puso en nuestra vida, jamás, eso es algo que
nadie puede tocar, nadie lo puede sacar. Las palabras de maldición no lo pueden arrancar del
corazón, las circunstancias no lo pueden hacer, ni el propio diablo las puede arrancar del corazón,
pero nosotros tenemos que empezar a vibrar con las cosas que a Dios le importan.
Nehemías 1:1-4
“Palabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo
en Susa, capital del reino, que vino Hanani, uno de mis hermanos, con algunos varones de Judá, y les
pregunté por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén.
Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal
y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas
palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos”.
Cuando Nehemías escuchó el reporte, no quedó indiferente a lo que le dijeron, no quedó
indiferente a la situación, porque cuando Dios habla una palabra no es para que digamos: “Dios me
habló una palabra”, no, es para hacernos sensibles a una necesidad, porque recordemos que somos
bendecidos para bendecir. Entonces cuando viene el reporte a Nehemías, él no se queda insensible a
lo que le está pasando a su pueblo, sino que él empieza a comprometerse espiritualmente primero,
su corazón se puso triste y comenzó a buscar al Señor, a pedir, a abrir la brecha y empezó a decir:
“Señor, ¿cómo tu pueblo va a estar así?, Señor perdona nuestros pecados, pero abre una brecha para
que tu pueblo sea restaurado, Señor, yo no puedo ser indiferente a esta necesidad” (parafraseado).
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Nehemías era el copero del rey, él tenía un lugar privilegiado, vivía en el palacio, cómodamente,
no tenía ninguna necesidad, comía de la mesa del rey, se tomaba el mejor vino antes que el rey lo
hiciera, le pagaban bien, tenía su propio cuarto, realmente él estaba bien. No necesitaba
involucrarse con la necesidad de otro, como muchos de nosotros nos sucede, que no queremos
involucrarnos con la necesidad de la gente, con el dolor de la gente, la problemática de la ciudad,
pero él tuvo una actitud diferente, él se hizo útil para Dios.
Cuando la iglesia no está para bendecir la ciudad significa que no tiene un corazón comprometido
con Dios. Necesitamos un corazón comprometido con Dios primero para que seamos
comprometidos con la ciudad, con la gente, porque cuando hablamos de ciudad estamos hablando
de la gente, no estamos hablando de las casas ni de los edificios, estamos hablando de las familias,
de los jóvenes, de los niños, de los ancianos de esta ciudad, entonces necesitamos empezar a
sensibilizarnos, si es que somos gente de fe y queremos que Dios nos ponga al servicio del Rey Jesús.
Dios fue sensible a nuestra necesidad y envió a Jesús, nos dio lo mejor que el tenia, Él nos tomó a
nosotros, a nuestra familia, nos dio promesas, nos dio palabra, nos dio aliento cuanto estábamos
desalentados, nos levantó, nos sanó, Él ya nos bendijo, tenemos diez mil y una promesa sobre
nosotros, pero ¿cuantos vamos a creer a Dios que todas esas promesas van ser de bendición en este
tiempo para otros? Necesitamos aprender esto ahora como iglesia, ahora porque es la necesidad
pronta del Señor que nosotros aprendamos a ser sensibles a la necesidad de la gente.
Esto hizo que Nehemías actuara y este hombre lo hizo porque estaba comprometido con Dios. No
podemos orar si no estamos dispuestos a que Dios nos diga: “Muy bien, estas orando, entonces yo te
voy a decir lo que tú vas a hacer”. No vamos a poder estar indiferentes ni sentados en la silla,
tenemos que saber que si vamos a levantar una oración Él la va a tomar en cuenta, si vamos a
levantar el corazón al Señor para ser de bendición, entonces Él nos va a tomar como instrumentos en
sus manos, nos revelará sus planes y, mediante la fe, vamos a ser exitosos en la tarea que Él nos va a
dar.
¡Bendecidos!
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