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“Por la fe, los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad
del Evangelio, que los había trasformado y hecho capaces de llegar hasta el
mayor don del amor con el perdón de sus perseguidores”. (Porta Fidei)
MONICIÓN
Cristo Crucificado es el Evangelio definitivo de Dios al hombre.
Mirándolo en silencio se aprende a VIVIR, se aprende a hacer propias
sus mismas ACTITUDES. Su Sabiduría y su Poder se vuelven
nuestra sabiduría y nuestro poder. No en vano nuestras hermanas
Asumpta, Isabel y Gertrudis…miraron la Cruz con profundo silencio,
la acogieron y se identificaron con ella.
Hoy queremos hacer memoria agradecida de nuestras hermanas
que dieron testimonio, con sus vidas, de un amor y una entrega
“hasta el extremo”, fueron y son para toda la Iglesia: “TESTIGOS
FIRMES DE LA FE” .
SÍMBOLO: 3º LÁMPARA
HNAS. MÁRTIRES
HIMNO
Semillas de paz, mártires de Cristo,
signos del amor, valientes testigos,
antorchas de fe en nuestro camino.
Es semilla de cristianos vuestra sangre martirial,
es perdón de los hermanos y esperanza de la paz.
Sois racimo bien maduro que el Señor prensó en su cruz,
trigo sois limpio y fecundo triturado por Jesús.
En España el siglo veinte resplandece en santidad,
pues dais vida en vuestra muerte a una nueva humanidad.
Entregadnos el testigo que hoy queremos recoger,
por seguir en el camino al Señor, Testigo fiel.
Dadnos gozo y valentía al sembrar la paz y el bien,
proclamando en nuestra vida la alegría de la fe.
A MODO DE SALMO (A dos coros)
Señor Jesús, llámanos a ser tus Testigos.
Testigos fieles de tu amor.
Queremos gritar al mundo tu salvación.
Queremos gritar como voceros
que el mundo tiene sabor a Redención.
Queremos vivir en la luz y abrir caminos sin fronteras.
Queremos decir a los miedos: no temáis, tened ánimo,
Queremos marchar unidos sembrando la paz y el amor.
Queremos llamar al hombre, hermano,
vivir en armonía, en lazos de hermandad, de comunión.
Queremos decir al mundo que la ley ha sido vencida,
y no hay más ley que la del corazón.
Queremos llamar al corazón del ser humano para que crea en tu
Evangelio, en tu Palabra, en tu mensaje de amor.
Queremos caminar mirando hacia delante
sin volver los ojos hacia lo que atrás quedó.
Queremos ser tus Testigos donde tu amor está ausente.
Queremos ser tus Testigos donde la verdad no cuajó.
Queremos ser tus Testigos donde la libertad está atada.
Queremos ser tus Testigos donde el barrote oprime.
Queremos ser tus Testigos donde al hombre se le amordazó.
Queremos ser tus Testigos donde se necesita el perdón.
Queremos ser tus Testigos donde se mata al hombre y al niño.
Queremos ser tus Testigos donde la mentira mata la razón.
Queremos ser tus Testigos donde las injusticias duelen.
Queremos ser tus Testigos dando consuelo donde hay dolor.
Queremos ser tus Testigos donde impera la ley del más fuerte.
Queremos ser tus Testigos donde existe la opresión.
Queremos ser tus Testigos donde la vida se ha hecho muerte.
Queremos ser tus Testigos donde el hombre sobrevive al explotador.
Queremos ser tus Testigos unidos como un solo Pueblo-Iglesia.
Queremos ser tus Testigos sirviendo al humilde,
acogiendo al pecador
Queremos ser testigos de tu Cruz salvadora en el mundo.
Todos
Cristo, Testigo del amor del Padre, corazón de su corazón.
Cristo, amigo y hermano del hombre, del hombre oprimido, Cristo,
danos la fuerza de tu Espíritu Santo, tu Espíritu de Amor. Danos un
corazón Nuevo, un corazón que se asemeje al tuyo, para que él
anime nuestro compromiso de cambio en el mundo, de una
civilización de muerte, en Civilización del amor.
(Se puede dejar un tiempo de silencio y para hacer eco de algún verso)
Salmo 26:
An: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
Oigo en mi corazón: «Buscad mi rostro».
Tu rostro buscaré, Señor,
No me escondas tu rostro
Señor, enséñame tu camino,
guíame por la senda llana,
porque tengo enemigos.
No me entregues a la saña de mi adversario,
porque se levantan contra mí testigos falsos
que respiran violencia.
Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor.
Reflexión
La savia que alimenta y une a los mártires de ayer y a los de
nuestros días, es y ha sido siempre testimoniar la vida de Jesús, de
su mensaje cimentado en la FE, la esperanza, la justicia, la
misericordia y la fraternidad.
Nuestras hermanas Asumpta, Isabel y Gertrudis con sus
vidas manifestaron ser mujeres, firmes y valientes testigos de la
FE. Hacer presente el Reino, les llevó a “perder” la vida, esa vida
que iban entregando a jirones en el camino, denunciando las
injusticias y poniéndose al lado del pobre.
(Música de fondo para la reflexión)
Lectura: Mt 10,28
“No tengáis miedo a quienes pueden matar el cuerpo pero
no pueden matar el alma. ¿No se venden dos pajarillos por
una pequeña moneda? Sin embargo ni uno de ellos cae a
tierra sin que vuestro Padre lo permita. Así que no tengáis
miedo: vosotros valéis más que muchos pajarillos.
CANTO: Entre tus manos está mi vida, Señor
Reflexión
La cruz sacude, la cruz golpea, la cruz desconcierta. La cruz
paraliza y enmudece, la cruz oprime, doblega… pero la cruz está
aquí, en medio de la vida, en el corazón de todo hombre. Sin cruz,
no hay evangelio y sin la lectura desde la cruz del Evangelio, le falta
a éste la meta: La RESURRECCIÓN.
En el dolor, nuestras hermanas levantarían su grito, su
llanto al Cristo crucificado y… le mirarían, le hablarían, le pedirían
ayuda y Él las miraría, las hablaría, las respondería ofreciéndoles
toda su cercanía y fortaleza. Y juntas orarían:
“Creo, porque Tú Oh Dios has creído en mí,
Creo porque tu palabra ha sido el don de tu Hijo,
Creo y estoy desconcertada por tanto amor”.
Silencio…
Preces
“Os aseguro que esta sangre no ha sido derramada en tierra
estéril. “La beatificación en el Año de la FE es una ocasión de
gracia, de bendición y de paz para la Iglesia y para toda la sociedad.
Vemos a los mártires como modelos de FE y por tanto, de amor y
perdón. Al volver la mirada hacia ellos, que entregaron su vida por
Cristo, nuestra Iglesia se ensancha y contempla en el cielo a sus
mejores hijos, se siente estimulada por su ejemplo y pide la
intercesión de aquellos que a los pies del Príncipe de los mártires,
velan con solicitud por cada uno de nosotros”. ( Benedicto XVI)
1. Los mártires fueron “firmes y valientes testigos de la fe”.
 Pedimos que su ejemplo y su intercesión estimule a
toda la IGLESIA a vivir la alegría y la gracia de la
conversión para asumir las exigencias de la fe;
2. Los mártires son reflejo del verdadero rostro de Dios.
 Pedimos que el Señor nos enseñe a ver el rostro de
Jesús reflejado en el otro, dándoles lo mejor de nosotros
mismos y, compartiendo con ellos lo más valioso que
tenemos: LA FE en Cristo y su Evangelio”.
3. Los mártires son testimonio de fe viva y de perdón heroico
que dará frutos de justicia y de paz.
 Pidamos, al Señor, por intercesión de los mártires que
nos ayude a perdonar, como ellos a cuantos nos
ofenden, siendo ejemplo de paz y reconciliación.
4. Los mártires son maestros de vida, en ellos queda patente,
el valor absoluto de Dios, la seguridad de la FE, la firmeza
del amor.
 Pedimos que el testimonio de sus vidas, sostenga a
tantos cristianos que, en estos tiempos y en tantos
lugares del mundo, sufren violencia a causa de su fe, y
les dé el valor para seguir mirando a Dios como al Dios
de la VIDA.
5. Nuestras hermanas mártires: Asumpta, Isabel y Gertrudis
mantuvieron su adhesión a Jesucristo de manera radical y
plena.

Pedimos que su vida hecha donación hasta el extremo,
estimule nuestra entrega y nos ayude a renovar nuestra
fidelidad al Señor.
(Podemos añadir peticiones)
MARÍA, REINA de los MÁRTIRES
María, mártir de la fe,
Que tuviste que morir a ti misma,
para que naciera en ti la esclava del Señor.
Danos tu misma fe valiente,
Para que aprendamos a decir SÍ al amor y no al egoísmo,
sí a la vida y no a la muerte, a la libertad y no a la esclavitud,
sí a Dios, que es amor, vida y libertad, y nunca defrauda
María, reina de los mártires, ruega por nosotros
María, la espada del dolor atravesó tu corazón.
Danos tu misma fe valiente
Para que seamos de Dios por entero,
para que nuestro corazón, nuestro cuerpo, nuestro afecto,
nuestra inteligencia y libertad,
se ofrezcan cada día a Quien se nos ha dado:
Para que amemos totalmente a Quien totalmente se os entregó
María, reina de los mártires, ruega por nosotros
María mujer valiente, que dijiste sí a Dios,
sin temer las consecuencias de tu entrega;
Danos valentía para escuchar a Dios
Con el corazón abierto y la voluntad dispuesta;
A convertirnos en instrumentos de salvación.
María, reina de los mártires, ruega por nosotros
María, tú que te mantuviste firme junto a la cruz,
Confiando en Dios hasta el final.
Danos coraje para mostrar nuestra fe
Danos valor para defender siempre la justicia;
Danos entusiasmo para ser apóstoles de Jesús
María, reina de los mártires, ruega por nosotros
ISABEL…, ASUMPTA…, GERTRUDIS…
FELICES vosotras, Mujeres de fe porque ya gozáis de las promesas
de Jesús:
“bienaventurados los perseguidos por mi causa,
porque de ellos es el Reino de los cielos”.
FELICES vosotras, mujeres, abiertas al Espíritu, disponibles para
Dios, maravilladas, asombradas, ante el don gratuito de su AMOR.
FELICES vosotras, mujeres testigos de esperanza, estrellas y faro
en la noche, Nos alegramos con vosotras porque supisteis guardar
y hacer vida la Palabra de Dios.
FELICES vosotras porque arriesgasteis vuestra vida en coherencia
con vuestro "sí". Fuisteis fieles al Espíritu, fuego, vida, misión.
Gracias porque nos enseñáis a amar, a escuchar, a servir
al hermano, a luchar por el Reino, a ofrecer nuestro ser entero en
disponibilidad de amor
AYUDADNOS, HOY,
A NOSOTRAS,
A SER FIRMES Y VALIENTES TESTIGOS DEL SEÑOR.
Beatificación en el Año de la FE
13 de octubre de 2013