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iglesia protestante libre
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boletín de ayuda litúrgica
lecturas sugeridas domingo 11 de Marzo
Salmo 19 :8 –14
19:8 Los mandamientos de Jehová son rectos, que alegran el corazón;
El precepto de Jehová es puro, que alumbra los ojos.
19:9 El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre;
Los juicios de Jehová son verdad, todos justos.
19:10 Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado;
Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.
19:11 Tu siervo es además amonestado con ellos;
En guardarlos hay grande galardón.
19:12 ¿Quién podrá entender sus propios errores?
Líbrame de los que me son ocultos.
19:13 Preserva también a tu siervo de las soberbias;
Que no se enseñoreen de mí;
Entonces seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión.
19:14 Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti,
Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.
Lectura –1 de corintios 1:22-25
1:22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;
1:23 pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;
1:24 mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios,
y sabiduría de Dios.
1:25 Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil
de Dios es más fuerte que los hombres.
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Evangelio según San Juan 2:13-25
2:13 Estaba cerca la pascua de los judíos; y subió Jesús a Jerusalén,
2:14 y halló en el templo a los que vendían bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas allí sentados.
2:15 Y haciendo un azote de cuerdas, echó fuera del templo a todos, y las ovejas y
los bueyes; y esparció las monedas de los cambistas, y volcó las mesas;
2:16 y dijo a los que vendían palomas: Quitad de aquí esto, y no hagáis de la casa
de mi Padre casa de mercado.
2:17 Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu casa me
consume.
2:18 Y los judíos respondieron y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, ya que
haces esto?
2:19 Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.
2:20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y
tú en tres días lo levantarás?
2:21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo.
2:22 Por tanto, cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron
que había dicho esto; y creyeron la Escritura y la palabra que Jesús había dicho.
2:23 Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía.
2:24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos,
2:25 y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.
Comentario pastoral al Evangelio
El Evangelio de hoy nos brinda el hecho, un tanto complicado de entender la actitud agresiva de Jesús, cuando Él mismo era un rey de paz, pero si vemos la inquina que seguramente brotó en el por ver el templo, lugar sagrado de oración, convertida en un nido de comercio espurio y de allí la tarea de la expulsión de los vendedores del templo que lo habían convertido en lugar de prácticas ruines, y no
siendo un lugar sagrado. No estamos habituados los cristianos al retrato airado de
Jesús expulsando del templo a aquellos hombres pecadores al utilizar la casa de
Dios como un ámbito de comercio y que no buscan otra cosa sino su propio negocio, pero ello nos tiene que llevar a la reflexión ¿cuántos hoy también comercian
con “el templo de Dios”, cuantos viven una seuda fe y solo les interesa sumar ganancias y contar un evangelio diferente al dado? ¿Cuántos invocando teologías
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descabelladas, procuran llenarse los bolsillos de dinero a costa de la fe de la gente? ¿acaso no sucede hoy también eso? Pues creo que tendríamos que comenzar a reaccionar como Jesús, no con violencia, pero si con una palabra fuerte y
eficaz unida a la verdad del Evangelio de nuestro Señor
El templo deja de ser lugar de encuentro con Dios y pasa a ser un lugar de comercio, hoy mismo iglesias o que parecen iglesias son lugares de comercio de la
fe, de los milagros, de los pactos, etc., y eso nos tiene que hacer replantear
nuestra conducta y misión profética como pastores reformados, ¿estamos
haciendo las cosas bien? ¿Realmente nos interesan las almas que caen en manos de esos saqueadores? ¿O también ellos existen por causa de nuestra ineficiencia la hora de predicar la verdad? ¿o será que nuestra vida es un mercado
donde se rinde culto a numerosos ídolos que nos invitan constantemente a ser
adorados y no somos capaces de romper eso para luego señalar los problemas
que se vive dentro de las iglesias que van rumbo a esas idolatrías o al comercio
de la fe?
Por ello que en este tiempo de adviento, de preparación para la pascua del Señor, Jesús nos invita a “convertir el corazón” y no a jugar con el corazón y la fe de
los más humildes que acuden a nuestras iglesias y así aprovecharnos de los poco que tienen a cambio de palabras vacías
.
Hoy, en el Evangelio, vemos a Jesús expulsando del templo a los vendedores
que había en él, tengamos cuidado que no llegue el día que Él nos expulse a nosotros de nuestro ministerio por ser mercaderes de la fe, seamos pues humanos,
fieles a su Palabra, a sus indicaciones de cómo debemos ser nosotros sus hijos
predilectos y no caer en la oscuridad de la ambición, y comenzar a transformar
nuestros lugares y nuestras predicaciones en un “llame ya”, “venga y busque”, o
“siembre y recibirá”. La línea que separa al buen pastor del malo, es muy delgada, no sea que nos convirtamos en lobos, en vez de corderos de Dios y recordemos las palabras de Jesús que dijo “Nadie va al Padre sino por Mí” y no creamos
que llegamos a la patria celestial por obras o por comprar o vender cosas, no
seamos tan ciegos, comencemos a ser firmes en la fe al verdadero Evangelio de
Jesucristo, quien es el único que nos salva y nos lo da gratuitamente, sin sembrar o pagar nada.
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El día jueves 8 de Marzo fue el día internacional
de la mujer a ella vaya nuestros saludos y respetos, sobre todo a ese gran números de mujeres que trabajan en la obra de Dios ayudando
desinteresadamente a cada pastor, cada obrero,
cada misionero, en las escuelas dominicales, y
sobre todo el maravilloso don de ser madre.
A ellas nuestro más profundo saludo por todo lo
que hacen cada día.
Rev. José Luis Podestá