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Mamografía wikipedia , lookup

Transcript
Diagnóstico y seguimiento de
lesiones premalignas de mama.
Visión del radiólogo
Introducción
La puesta en marcha de los programas de detección precoz de cáncer de
mama y la irrupción de los sistemas
digitales de mamografía, con su mejor
resolución para la detección de hallazgos radiológicos sospechosos, en
especial microcalcificaciones, han contribuido a un aumento considerable en
el número de biopsias diagnósticas(1,2) .
La evaluación de los hallazgos radiológicos con aguja de biopsia percutánea es una práctica habitual en
los centros de atención integral de
mama. Se pueden realizar biopsias
con aguja gruesa (BAG), con un sistema automatizado de resorte tipo
tru-cut con calibres que oscilan entre
14 y 18 gauges (G) o con dispositivos
asistidos por vacío (BAV) guiados
por ecografía, técnicas de estereotaxia o resonancia magnética(1,2).
Tras la toma de muestras y su evaluación por los patólogos, nos encontramos con una serie de lesiones benignas con características patológicas
heterogéneas que presentan tasas de
actualización variables a la lesión maligna tras la cirugía(3); las denominamos lesiones de alto riesgo de mama
(o lesiones premalignas) incluyen
entidades como: hiperplasia ductal
atípica (HDA), neoplasia lobular in-
cluyendo el carcinoma lobular in situ
(CLIS) y la hiperplasia lobular atípica
(HLA), lesiones papilares, cicatriz radial y lesiones mucocele-like.
A continuación vamos a describir los
hallazgos radiológicos más comunes de las mismas, la importancia de
los métodos de biopsia percutánea
utilizados, la relevancia de la concordancia radio-patológica y las recomendaciones para el manejo de
las mismas desde el punto de vista
radiológico.
Hiperplasia ductal atípica
Figura 1. Mamografía: acúmulo de
microcalcificaciones discretamente
polimorfas (BIRADS-4B). Se realiza
BAV-SUROS 12G, resultado: HDA (tras
cirugía sin cambio a malignidad).
Son lesiones comúnmente encontradas tras la realización de BAG/BAV en
la evaluación de microcalcificaciones
sospechosas, y menos frecuentemente en nódulos, masas y densidades asimétricas(1,4) (figuras 1 y 2).
Se encuentra asociada frecuentemente a otras lesiones de alto riesgo (figura 3). Mayor actualización
a malignidad en calcificaciones con
distribución lineal y ramificada, que
incluyen calcificaciones granulares
o polimorfas en mayor medida que
cuando incluyen calcificaciones redondas y finas (punteadas).
El grado de actualización a carcinoma ductal in situ (CDIS) o carcinoma
Figura 2. Mamografía: acúmulo de
microcalcificaciones de distribución
lineal orientadas hacia región areolar
(BIRADS-4C). Se realiza BAG-SUROS 12G,
resultado: HDA (sin cambios tras cirugía).
invasivo durante la intervención quirúrgica tras un diagnóstico de HDA
en la biopsia diagnóstica es directa-
“Cuando la totalidad o la mayor parte del hallazgo radiológico ha sido
biopsiado, el resultado patológico es totalmente benigno y existe correlación radio-patológica es posible plantear seguimiento radiológico
como alternativa a la cirugía en casos seleccionados”
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Boletín GEICAM | NOV 2013
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Dr. Juan Carlos Irizabal
Servicio de Radiodiagnóstico.
Fundación Onkologikoa.
Figura 3. Ecografía: Se objetivan dos
nódulos sólidos, uno ovalado y el
segundo polilobulado homogéneo, con
un área líquida intermedia (BIRADS4B). Se realiza BAG 14G con resultado
de papilomas y atípia. Tras cirugía
papilomas e HDA.
mente proporcional a la extensión de
las muestras obtenidas en la biopsia
percutánea. Tasas de actualización
que varían cuando se usaron agujas
de calibre 14-G (elevadas, mayores al
50%) en comparación con calibres 9
y 11-G asistidas por vacío(1).
Cuando la HDA se limita en patología
a tres o menos unidades terminales
lobulares (focos) y se eliminan todas
las microcalcificaciones en las imágenes mamográficas, la probabilidad de
encontrar una lesión de alto grado en
la escisión quirúrgica es muy baja(5).
Un estudio(6) con 149 casos de HDA
y 2 escenarios: el primero, cuando
se eliminaron todas las microcalcificaciones y en el estudio patológico
se involucraban al menos 3 focos de
HDA, el paso a malignidad tras cirugía fue del 28% (15/53). El segundo,
en aquellos casos con uno o dos focos, la tasa de actualización bajó al
12%.
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Boletín GEICAM | NOV 2013
Forgeard(7) et ál. describieron tasas
de actualización del 4% en lesiones
con uno o dos focos, tanto menores
de 6 mm como en lesiones entre 6
y 21 mm. Habiéndose retirado por
completo los hallazgos radiológicos
(microcalcificaciones). Cuando incidían más de dos focos o las microcalcificaciones no eran completamente
retiradas las tasas de actualización se
incrementaban al 38%.
El concepto de subestimación de malignidad concurrente en la biopsia
con resultado de HDA, incluso cuando la lesión radiográfica ha sido completamente eliminada, es la razón
principal para optar por tratamiento
quirúrgico.
La mayoría de las evaluaciones sobre
características para determinar qué
pacientes con diagnóstico de HDA en
biopsia percutánea, con baja probabilidad de actualización, pueden evitar
la escisión quirúrgica se ha realizado
con estudios retrospectivos. Hay una
necesidad de estudios prospectivos
para determinar si las características
Figura 4.
clínicas, radiológicas y patológicas específicas pueden ser usadas para predecir baja probabilidad de malignidad
y evitar la cirugía. (8)
Neoplasia lobular
Es un término que incluye HLA y
CLIS. Una creencia común sostiene
que la neoplasia lobular es una patología incidental sin presentar correlación radiográfica. Sin embargo,
diferentes estudios han demostrado
que se puede representar como hallazgo radiográfico, siendo los más
frecuentes:
Calcificaciones, hallazgo típico en
CLIS, tanto en forma clásica como
pleomórfica.
– Calcificaciones asociadas a CLIS
en formas clásicas, suelen ser puntiformes de alta densidad y con un
diámetro de 0,5 mm o menor.
– Calcificaciones asociadas a CLIS
tipo pleomórfico, suelen ser pleomórficas de mayor tamaño y densidad que las observadas en la forma clásica.
Figura 5.
Figuras 4 y 5. Mamografía, proyecciones oblicua y cráneo-caudal: acúmulo
de microcalcificaciones polimorfas sin claro patrón de distribución en un área
de 6 mm. (BIRADS-4B) Se realiza BAV-SUROS 12G, y posteriormente cirugía.
Resultado: CLIS forma clásica en ambos.
vasivos, 3 entre los sometidos a cirugía y 2 en seguimiento de imágenes
radiológicas. La cirugía inmediata no
identificó cánceres concurrentes ni
redujo la frecuencia de cáncer posterior en el seguimiento.
Figura 6.
Figura 7.
Figuras 6 y 7. Mamografía, proyecciones oblicua y cráneo-caudal:
microcalcificaciones polimorfas de distribución ramificada en un área de 3
cm (BIRADS-5). Se realizó BAV-SUROS 12G y cirugía. Resultado: CLIS tipo
pleomórfico con necrósis.
Masas o formas nodulares, suelen traducirse en ecografía como
masas hipoecóicas sólidas con
márgenes polilobulados o mal
delimitados más frecuentemente
que como masas de bordes bien
delimitados (figuras 4, 5, 6 y7).
Tarjan et ál. evalúan la incidencia de
neoplasia lobular como signo directo de una lesión mamográfica y/o
ecográfica. Sobre 2.280 biopsias se
hallaron 108 casos (4,7%) de neoplasias lobulares, 38 casos presentaban hallazgos radiográficos (1,7%) y
70 casos incidentales. Los hallazgos
encontrados fueron en 32 ocasiones
calcificaciones-microcalcificaciones,
y en 6 casos masas-nódulos.
Brem(8) et ál. revisaron 32.000 BAG,
de las cuales 278 (0,9%) resultaron
HLA o CLIS como lesión de mayor
grado. Recomendaron cirugía tras la
biopsia en base a sus tasas de subestimación de malignidad (23% con carcinoma invasivo o CDIS). Evaluaron
la concordancia radio-patológica con
82 casos concordantes que presentaban una tasa de subestimación de
malignidad del 17%; 74 casos discordantes (28% de malignidad). Independientemente de la concordancia
radio-patológica, la escisión quirúrgica fue su recomendación final.
Hwang(9) et ál. sobre 333 casos de neoplasia lobular, el 41% fueron a intervención quirúrgica inmediata, el 36%
de los cuales presentaban hiperplasia
ductal atípica junto a neoplasia lobular.
Excluyendo los casos de HDA se encontró un tumor maligno en la escisión quirúrgica en el 23% (9/39) de
los casos de CLIS y en el 2% (1/48)
de los caso de HLA. De los 9 casos de
CLIS, 6 casos mostraban discordancia radio-patológica y 3 casos eran
CLIS de tipo no clásico (con necrosis
o pleomórfico). Tras la exclusión de
los casos de discordancia y de CLIS
no clásicos la actualización a malignidad tras cirugía del resto de los casos
queda reducida al 1%. Estos autores
recomiendan imagen de seguimiento radiológico de la forma clásica de
CLIS y HLA tras cuidadosa correlación radio-patológica.
Chuba(10) et ál. observaron en el seguimiento a 10 años de neoplasias lobulares tras BAG-BAV, un 5% de casos de cáncer invasivo. La lateralidad
implicada tras la escisión quirúrgica
era similar: 46% ipsilateral vs. 54 %
contralateral.
Sohn(12) et ál. sobre 50 pacientes encontraron 0 neoplasias sobre 21 intervenciones quirúrgicas inmediatas. Tras 6
años de seguimiento aparecen 4 carcinomas invasivos (1 contralateral). Estos
últimos autores, concluyen que la intervención quirúrgica inmediata no estaba
justificada y que la neoplasia lobular
fue sólo un marcador de riesgo para el
desarrollo de cáncer de mama bilateral.
Lesiones papilares
Los hallazgos clínico-radiológicos incluyen(13):
Masa palpable o secreción a través
del pezón, son formas comunes de
presentación.
La mamografía puede revelar
imágenes nodulares, masas de
diferentes tamaños, con o sin microcalcificaciones, que presentan
características morfológicas variables (más frecuentemente como
masas bien delimitadas pero pudiendo corresponder a masas polilobuladas o mal delimitadas).
En ecografía, presentan amplio
espectro de imágenes: lesión intraquística compleja, lesión sólida
heterogénea o nódulo sólido homogéneo son las más habituales
(figuras 8, 9, 10 y 11).
Mulheon(11) et ál. evaluaron 25 neoplasias lobulares con estudio de cohorte a 5,5 años. 0/12 casos de carcinoma invasivo tras cirugía inmediata.
En el seguimiento, 5/25 cánceres in-
La variabilidad de las imágenes nos
indica que el aspecto radiológico no
Figura 8. Ecografía: nódulo sólido
de 17 mm de morfología ovalada con
margen inferior parcialmente mal
delimitado (BIRADS-4B). Se realiza
BAG-14G con resultado de papiloma
benigno (sin cambios tras cirugía).
Figura 9. Ecografía: nódulo mixto
quístico-sólido (BIRADS-4B). Se
realiza BAG-14G sobre el área nodular
sólida de 5 mm, con resultado de
papiloma benigno (sin cambios tras
cirugía).
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Boletín GEICAM | NOV 2013
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ricas (tercio posterior de la mama
en mamografía o tercio distal del
tejido de la mama circunferencialmente en ecografía).
Figura 10.
Figura 11.
Figuras 10 y 11. Clínica: mujer de 70 años con nódulo palpable y telorragia areolar
izquierda. Mamografía: imagen nodular de alta densidad redondeada, bien
delimitada. Ecografía: nódulo mixto quístico-sólido con área nodular sólida mal
delimitada y engrosamiento parietal quístico (BIRADS-4C). Se realizó BAG-14G
sobre área sólida con resultado de papiloma benigno (sin cambios tras cirugía).
es fiable para diferenciar lesiones
benignas de malignas (figuras 12, 13
y 14).
El tratamiento del papiloma benigno sigue siendo un tema a debate;
en estudios con muestras BAG con
calibre 14-G se presentan tasas de
actualización a malignidad de hasta
el 36%, en ellos se recomienda cirugía. En los realizados con biopsia
tipo BAG/BAV con calibres 9-12 G,
mostraron tasas de actualización
mínimas y proponen que lesiones
papilares con resultados totalmente
benignos pueden no requerir extirpación quirúrgica.
Kim et ál. compararon tasas de actualización a malignidad tras cirugía
entre dispositivos BAG 14-G con resultado del 10,2% (21/206) en comparación con dispositivos BAV 9-12 G
con resultado del 0% (0/65).
Ko(15) et ál. caracterizaron 69 papilomas (46 papilomas benignos, 18
atípicos, 7 carcinomas papilares intraductales y 1 carcinoma papilar invasivo). Concluyen que cuando existe concordancia de imágenes usando
categorías BIRADS al asignar a las
lesiones categorías benignas, no es
necesaria la intervención.
Lam et ál. no encontraron características radiológicas fiables para distinguir lesiones papilares benignas y
malignas.
Dos estudios mostraron diferencias
significativas entre los tamaños de
papilomas benignos y malignos:
(14)
Figura 12. Ecografía: nódulo
polilobulado de 14 mm de localización
periareolar, con pequeña área
quística adyacente (BIRADS-4B). Se
realiza BAG-14G y posterior cirugía
con resultado de carcinoma papilar
(indistinguible por imagen de nódulos
biopsiados con resultado benigno,
véase imagen 3).
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Boletín GEICAM | NOV 2013
Chang et ál. describieron un tamaño medio de 1,4 cm (malignos) y
de 0,9 mm (benignos).
Kil et ál. encontraron diferencias
significativas de malignidad cuando el tamaño es mayor de 1,5 cm.
Describieron más frecuente la situación de papilomas atípicos o
malignos en localizaciones perifé-
Figura 13.
Existe consenso en la escisión quirúrgica tras el hallazgo patológico
de papilomas atípicos o si estos son
múltiples. Debido a la heterogeneidad de las lesiones papilares y
la dificultad en la diferenciación de
enfermedad benigna o maligna sin
evaluar toda la lesión, las lesiones
papilares con limitación de la muestra diagnóstica deben ser extirpadas
quirúrgicamente incluso si el hallazgo preoperatorio con BAG/BAV es
totalmente benigno.
La correlación de un diagnóstico de
papiloma con respecto a hallazgos
clínicos e imagen radiológica es obligatoria. Si la mayor parte de la lesión
se muestrea con un dispositivo asistido por vacío y el hallazgo histológico
es totalmente benigno, la paciente
se convierte en candidata a estrecho
seguimiento con imagen radiológica
porque la probabilidad de malignidad es muy baja. Esta propuesta debe
ser validada en grandes estudios
prospectivos multi-institucionales.
Cicatriz radial
Inicialmente descrita por Ashoff en
el siglo XIX, aunque la definición
más conocida la realizó Linell en 1980
como “una de las pocas lesiones benignas que pueden formar espiculaciones similares a las producidas por
algunos cánceres”.
Aunque la mayoría de las cicatrices radiales se encuentran en la evaluación
Figura 14.
Figuras 13 y 14. Clínica: mujer de 72 años con nódulo palpable periareolar en
mama derecha. Mamografía: nódulo de alta densidad bien delimitado con margen
superior polilobulado. Ecografía: nódulo mixto sólido-quístico de 3 cm con
predominio del componente sólido (BIRADS-4C). Se realiza BAG-14G y cirugía con
resultado de carcinoma papilar (véase similitud en mamografía con imagen 10).
microscópica de muestras de biopsia
por otras lesiones, el uso generalizado de mamografías ha llevado a la
identificación de elementos característicos. Se denomina cicatriz radial
si es menor a 1 cm; si lo sobrepasa,
se denomina lesión esclerosante
compleja (criterio en anatomía patológica).
Presentan un diagnóstico diferencial
difícil de establecer, siendo su definición mamográfica insuficiente para
lograr su caracterización como lesión
benigna o maligna.
La descripción radiológica realizada
por Tábar (1985) sigue vigente:
Diferente aspecto en distintas proyecciones mamográficas.
Ausencia de centro sólido, sustituido por áreas radiolucentes.
Presencia de múltiples espículas
radiales largas y finas con origen
en el centro de la lesión.
Estructuras lineales radiolúcidas
paralelas a las espículas.
Generalmente no asocian cambios
cutáneos ni son palpables (figuras
15 y 16).
Becker et ál. sobre 15.000 biopsias,
hallaron 227 (1,4%) de cicatrices radiales. De ellas 125 no presentaban
atipias, el resultado tras cirugía fue
de 5 carcinomas (4% - 5/125).
Brem et ál. encontraron similares
resultados, 4% (5/128). Diferentes
autores coinciden en que el calibre y
número de muestras influyen notablemente en la precisión de la biopsia
percutánea diagnóstica.
y presentaron imagen hipoecóica o
ecoestructura compleja heterogénea
el 78% (7/9) (figuras 17 y 18).
Figura 16. Mamografía, proyección
cráneo-caudal: Imagen de distorsión
sin nódulo asociado, sin traducción
en el estudio ecográfico (BIRADS-4B).
Se realiza BAG-14G por estereotaxia
y posterior cirugía, con resultado de
cicatriz radial.
Becker et ál. comparan 176 lesiones
con BAG 14-G (número medio de
muestras: 6) con 51 casos de BAV
11-G (número medio de muestras:
32). En el primer grupo se obtiene
un 5% (5/100) de cánceres tras intervención quirúrgica. En los que se
utilizó BAV 11-G no se detectaron tumores malignos en cirugía (0/25).
Resetkova et ál. no encuentran tumores malignos tras biopsia con resultado benigno en una cohorte de 80
pacientes a las que se realiza BAV 12-G
(número de muestras 12 +/- 4) o BAV
9-G (número de muestras 9 +/- 3).
Concluyen que el grado de subestimación preoperatorio es proporcional
a la cantidad de tejido disponible para
el examen histopatológico. Se recomienda la obtención de muestras suficientes con dispositivo BAV, de éste
modo se reducen significativamente
las tasas de subestimación de malignidad obtenida en biopsias tipo BAG.
Atipia epitelial plana
Hay una gran variabilidad en los resultados, tras el hallazgo de AEP, en diferentes estudios que presentan tasas de
actualización a malignidad tras cirugía:
14% (9/63) Martell et ál. Otros estudios 17,5% (7/40), 20% (3/15) y 21%
(3/14), en ellos el tratamiento quirúrgico fue defendido como elección
frente a otros estudios que recomendaron seguimiento con tasas de actualización del 0% (0/41, 0/20 y 0/20).
Los estudios que no observaron cambios a malignidad utilizaron agujas
11-G, mientras que los que diagnosticaron mayores actualizaciones a
malignidad emplearon generalmente
agujas de menor calibre.
Martell et ál. presentan datos con seguimientos de entre 1 y 11 años (media
Figura 17. Mamografía: acúmulo de
microcalcificaciones puntiformes de
baja densidad en un área de 5 mm
(BIRADS-4B). Adyacentes se aprecian
microcalcificaciones puntiformes
dispersas de características benignas.
Se realiza BAV-SUROS 12G y posterior
cirugía, con resultado en ambos: atipia
epitelial plana, HDA y mastopatía
fibroquística.
Se presenta habitualmente como microcalcificaciones agrupadas con morfología variable: puntiformes, pleomórficas o amorfas.
Figura 15. Mamografía, proyección
cráneo-caudal: imagen espiculada con
centro radiolucente (BIRADS-4B). Se
realiza BAV-SUROS 12G y cirugía con
resultado en ambas de cicatriz radial.
Solorzano et ál. hallaron microcalcificaciones mamográficas en un 61%
(20/33) de biopsias con resultado de
atipia epitelial plana (AEP), de ellas,
el 70% en acumulo (14/20), siendo el
65% amorfas (13/20). Como hallazgo ecográfico se objetivaron nódulos
en 9 de 11 casos, de ellos presentaron bordes irregulares el 67% (6/9),
bordes microlubulados el 50% (5/9)
Figura 18. Ecografía: nódulo
hipoecogénico de 5 mm mal delimitado
a nivel periareolar de mama izquierda
(BIRADS-4B). Se realiza BAG-14G y
cirugía con resultado de Atipia epitelial
plana e HDA.
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Boletín GEICAM | NOV 2013
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6,2 años). Se detectan 9 carcinomas, 7
ipsilaterales con una media de aparición a los 3,7 años (sobre 2 de los cuales se realizaron biopsias en el intervalo hasta el diagnóstico de carcinoma
invasivo, con resultado en las muestras
de AEP con HDA) y 2 contralaterales con una media de aparición a los
7 años. Posiblemente AEP refleje un
proceso neoplásico lento que puede o
no evolucionar a carcinoma y deba ser
considerado como marcador de riesgo
que justifique una estrecha vigilancia
por imagen radiológica.
Los estudios muestran resultados contradictorios en la frecuencia de malignidad concurrente en el momento
de la biopsia con resultado de AEP.
La tendencia parece indicar que si el
muestreo se realiza mediante BAV con
un número elevado de muestras, de tal
manera que el hallazgo mamográfico
(generalmente microcalcificaciones)
es práctica o totalmente eliminado, el
riesgo subyacente de malignidad es
muy bajo o inexistente.
Lesiones mucocele-like
La mayoría de estas lesiones se presentan como calcificaciones indeterminadas con o sin masa asociada en
mamografía. En ecografía se muestran como lesiones quísticas complejas (quistes con ecos internos difusos) o como masas sólidas.
Debido a la probable subestimación
de presencia de lesiones de grado
más alto en este tipo de hallazgos
con resultados benignos en la biopsia
percutánea diagnóstica, la escisión
quirúrgica se realiza generalmente
para asegurar la detección de probables carcinomas in situ o carcinomas
mucinosos invasivos.
Algunos autores promueven actuaciones similares a otras lesiones de alto
riesgo si el resultado es benigno, la lesión está ampliamente representada
con un dispositivo tipo BAV y si la paciente se encuentra disponible para realizar seguimiento clínico-radiológico.
Lesiones
de alto riesgo y RM
No encontramos imágenes específicas que puedan predecir malignidad.
Las lesiones de alto riesgo pueden
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Boletín GEICAM | NOV 2013
mostrar contornos irregulares, márgenes espiculados, realce en anillo
o curvas cinéticas sospechosas (tipo
3). También pueden mostrar realces
lineales o en acúmulos sin masa asociada que sugieren CDIS, pero no son
predictivos de lesión de alto riesgo.
El tamaño tampoco nos sirve como
predictor de malignidad en los actuales estudios. Striegel et ál. compararon lesiones menores y mayores de
1 cm las cuales presentaban tasas de
malignización similares tras cirugía
del 33% (8/28) y 27% (4/15), respectivamente. Las lesiones papilares
son las únicas en este grupo de alto
riesgo que en ocasiones muestran
características diferenciales.
Bhattarai et ál. con ayuda de una microcánula realizan 18 RM-galactografía
objetivando dilatación ductal en todos
los casos, los ductos mostraban hiperintensidad en secuencias T1 y T2, provocada por contenido mixto hemorrágico típicamente asociado a lesiones
papilares. Además en 16/18 se identificaban nódulos bien delimitados y realce temprano homogéneo en 17/18.
De todas maneras, ninguno de los estudios, al igual que en otras lesiones
de alto riesgo, muestran imágenes
morfológicas o cinéticas específicas
para predecir infravaloración de malignidad.
Seguimiento radiológico
desde el cribado
Cuando acude al programa de cribado una mujer con diagnóstico previo
por biopsia de lesión premaligna o
de alto riesgo de mama es catalogada
dentro del grupo de riesgo intermedio (riesgo aumentado hasta el 20%).
La recomendación en las principales
guías de actuación incluyendo American College of Radiology (ACR),
American Cancer Society (ACS),
European Society of Breast Cancer
Specialists (EUSOMA) y European
Society of Breast Imagining (EUSOBI) es la realización del estudio mamográfico anual.
Se añadirá ecografía sobre todo si
existe otro factor de riesgo intermedio: mama densa, historia personal
de cáncer de mama o historia intermedia familiar (pacientes con riesgo
del 20-30% definido por test tipo
BRCAPRO u otros similares).
En las recomendaciones actuales de
sociedades radiológicas europeas y
americanas no figura ninguna recomendación específica de añadir resonancia magnética a la mamografía
en estas pacientes, salvo recomendación parcial de alguna guía puntual:
ACS: debería considerarse individualmente y valorar si hay otros
factores de riesgo.
ACR: puede considerarse.
Guía NCCN (2009): se recomienda MX y RM anual en pacientes
con CLIS.
EUSOMA: si el diagnóstico previo de HDA o neoplasia lobular no
se acompaña de otros factores de
riesgo, no se añadirá RM a la MX
en el cribado.
Las razones para no recomendar RM
para cribado de este tipo de lesiones
son: baja prevalencia y análisis-coste
(efectividad desfavorable y mayor
tasa de falsos positivos).
Observaciones finales y
conclusiones
No existen hallazgos radiológicos
específicos para el diagnóstico de
lesiones de alto riesgo, en ocasiones
se presentan hallazgos sugestivos,
como en los casos de cicatriz radial
o papilomas, pero no son definitivos
sólo por imagen.
Cuando la totalidad o la mayor parte del hallazgo radiológico ha sido
biopsiado, el resultado patológico
es totalmente benigno y existe correlación radio-patológica es posible
plantear seguimiento radiológico
como alternativa a la cirugía en casos
seleccionados.
Se necesitan ensayos prospectivos
con meticuloso seguimiento clínico
y de imágenes radiológicas, con concordancia radio-patológica; los cuales podrían proporcionar datos basados en la evidencia que nos guíen en
el seguimiento y manejo apropiado
cuando en la biopsia se diagnostica
una lesión de alto riesgo (3).
En estos momentos que se tiende a
la realización de medicina personalizada, un único enfoque de gestión
para el manejo de lesiones mamarias
de alto riesgo no parece razonable (1).
Las unidades de mama, con especialistas en los diferentes ámbitos de
patología mamaria, deberán realizar
un análisis individual basándose en
datos de la historia clínica, anatomía
patológica y radiología. Tras una
evaluación de riesgos y beneficios
deberán decidir entre el tratamiento quirúrgico o el seguimiento radiológico.
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Boletín GEICAM | NOV 2013