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¡Confiamos en tu gran 30 años VIH/SIDA misericordia! (Daniel 9:18) El comienzo de la historia... El 5 de junio de 1981 en EEUU se informa acerca de cinco hombres homosexuales, quienes padecen de una neumonía poco común por Pneumocystis carinii. Esta información se considera como primera mención del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Un mes después se escucha: “se detecta cáncer raro en 41 personas homosexuales“. Se trata del infrecuente cáncer de piel Sarcoma de Kaposi. Pero ya muy pronto se reconoce que la enfermedad no afecta solamente a personas homosexuales y el miedo de la epidemia invade la sociedad. En 1983 se identifica el virus y se descubre un test diagnóstico. Sin embargo, enfermedades graves y muerte son una realidad ante las cuales la medicina se siente impotente. En el año 1996 surge una nueva esperanza: se descubren los medicamentos antirretrovirales, los cuales, no son capaces de eliminar completamente el virus, no obstante bloquean la reproducción del mismo. Probablemente, al comienzo nadie se imaginó la magnitud ni las consecuencias de esta enfermedad, la cual hoy es un desafío mundial. Más de 34 millones de personas infectadas El VIH/SIDA fue la mayor epidemia del siglo XX y es la del XXI, así lo expresa el Prof. Jean-François Delfraissy de la agencia de informaciones sobre SIDA. En el 2010, 34 millones de personas vivían con VIH; 2,5 millones de ellos son niños. Diariamente se infectan 7000 personas con el virus y 5700 fallecen. La situación no es fácil, especialmente al sur del Sahara, donde viven dos tercios de las personas infectadas con VIH. Por años, aquí parecía que el tiempo se detuvo, ya que el VIH seguía con efectos devastadores. Pero ya pudieron verse varios cambios; por ejemplo, el precio de los medicamentos antirretrovirales logró reducirse en un 99%. ¿Hay razón para ser optimistas? Por un lado, el informe actual del Programa Conjunto de las Naciones Unidas dedicado al VIH/SIDA, optimista: conocido el número como de ONUSIDA, nuevas suena infecciones disminuye a nivel mundial, y por otro lado, aumenta el suministro de medicamentos. En los últimos diez años se redujo la cantidad de nuevas infecciones en casi 20%: de 3,1 millones en el año 1999, a 2,6 millones en 2009. Más de la mitad de las embarazadas que viven con VIH recibieron el tratamiento correspondiente en 2009, mientras en el 2007, solo fue un tercio. Así también la mortalidad decrece; en 2009 fallecieron 1,8 millones de personas, esto es cerca de 15% menos comparando con 2004. 30 años después del inicio se observan importantes resultados en la lucha contra el VIH/SIDA. En este sentido, las Naciones Unidas propusieron una meta bien elevada, presentando su visión en marzo del 2011: „Cero nuevas infecciones por el VIH. Cero discriminación. Cero muertes relacionadas con el sida.” Enfrentando la realidad Aunque esta mirada a las estadísticas actuales permite una impresión positiva de la situación, al mismo tiempo, estos números confirman la dificultad de la epidemia. Por cada persona que inicia el tratamiento antirretroviral, hay dos nuevas personas infectadas. Además, dos tercios de quienes precisarían la terapia medicamentosa de forma urgente, un total de 10 millones de personas, se encuentran sin tratamiento. Enfrentando la realidad, sigue vigente el reto de perseverar en este maratón de unir esfuerzos a favor de las personas afectadas. ¿Qué significa vivir con VIH/SIDA? Una persona infectada con el VIH puede vivir varios años sin que se presenten síntomas. El virus va deteriorando el sistema inmune, y si no se detecta y trata a tiempo, pasa a la etapa del SIDA, aparecen infecciones oportunistas y tumores, los cuales pueden ser mortales. A través de los medicamentos antirretrovirales se aumenta la esperanza de vida, pero la infección sigue siendo incurable. Las necesidades del grupo afectado aumentan a nivel general; además, muchas de las personas pierden su trabajo a consecuencia de la disminución de fuerzas físicas, o por discriminación y rechazo. Frecuentemente, varios integrantes de una familia se encuentran infectados, otras veces, se trata de la familia completa. No solamente aparecen manifestaciones a nivel físico, sino también en el área emocional y espiritual. Pueden presentarse temores, ansiedad, depresión, ideas suicidas, y otros. En casos de soledad y discriminación, esto tiende a agravarse; la persona se siente sola y abandonada con sus frustraciones. El mayor desafío sigue siendo la discriminación La discriminación es una de las barreras centrales en la lucha contra el VIH/SIDA. Muchas veces, las personas infectadas son calificadas como inmorales, siendo la vía sexual la más frecuente para el VIH. Muchos sufren rechazo de parte de familiares y amigos, son excluidos de grupos, pierden su trabajo, sufren de soledad y de maltratos emocionales. Por otro lado, una y otra vez se ven familias y amigos que brindan apoyo y aceptación, a sus seres queridos afectados. ¿Cuál es la realidad en Paraguay? Los primeros casos de VIH/SIDA en Paraguay se diagnosticaron en el año 1985 y actualmente se registran 9573 personas. No obstante, como lo informa el Programa Nacional de Control de SIDA-ITS (PRONASIDA), hoy en día viven aproximadamente 13000 personas con VIH, entre 15 a 49 años, en nuestro país. En el año 2010 se han registrado 1097 personas; de este grupo, 135 son embarazadas. Por día se registran tres nuevas personas, de todas las edades, viviendo con VIH/SIDA. La vía de transmisión sexual es la más frecuente, con un 97% de los casos. La prevención, en especial en el grupo de los jóvenes, y el acompañamiento a las personas infectadas, se encuentran entre las prioridades para responder ante esta situación. Confiar en la misericordia de Dios La certeza de la presencia y la misericordia de Dios son el refugio y el sustento de muchas personas que viven con VIH a nivel mundial. En todos estos años, se escuchó de cómo en medio de las dificultades, por la fe en Dios surgió una nueva esperanza en los corazones y una nueva meta para esta vida y para la eternidad. Aún cuando la medicina ya no podía ofrecer esperanza alguna, hubieron personas que en el lecho de muerte pusieron su confianza en Dios y volvieron a recuperarse de forma maravillosa. Algunas de ellas hoy en día están brindando su servicio y su apoyo a otras personas afectadas por el VIH. Ser instrumentos de la misericordia de Dios Nosotros también hemos experimentado la misericordia de Dios (Romanos 12:1) y fuimos llamados a compartirla con nuestro prójimo. Usted se preguntará, ¿cómo puedo ser un instrumento de amor para las personas que viven con esta enfermedad? ¿Cómo lo puede ser mi iglesia, empresa u organización? En primer lugar, puede hacerlo informándose ampliamente sobre el tema, para así prevenir o atenuar los temores y prejuicios. En segundo lugar, con su solidaridad, la cual brota de un corazón que decidió amar y aceptar de forma incondicional. En tercer lugar, ofreciendo su apoyo de forma práctica, buscando la intervención de Dios en oración, o brindando su presencia, palabras de edificación y servicio a quienes sufren. SOLIDARIAD... significa unidad, brindar respaldo, unir fuerzas para alcanzar metas comunes... La Biblia lo define así: “Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo” (Eclesiastés 4:9) Palabras del Pr. David Schmidt, Director de AMAR: “30 AÑOS DE VIH/SIDA ¿QUÉ HAY PARA FESTEJAR?” Estamos recordando los 30 años del descubrimiento del VIH; durante estos años muchos han sufrido y muchos han muerto. ¿Es esto motivo para celebrar? Tal vez no, pero yo sí tengo una razón para festejar. La Biblia dice que “todas las cosas ayudan a bien, para los que aman al Señor.” ¿Puede Dios hacer algo bueno del VIH/SIDA? Hace 14 años que el Señor nos insertó al mundo del VIH, y hemos visto que Él ha abierto una GRAN PUERTA para el Evangelio. Muchas personas han conocido el amor de Dios a través del ministerio de AMAR, y cada día se presentan nuevas oportunidades para tocar vidas y ofrecer una esperanza viva. ¡Gracias por ser parte en esto! ¡Gracias por formar parte de AMAR! Solo Dios puede recompensarle por el apoyo que nos están brindando. Testimonio de Victoria: „Hoy agradezco a Dios...“ Soy Victoria (nombre cambiado), tengo 32 años y soy voluntaria de AMAR. Para mí es un gusto tremendo estar allí y más todavía siendo portadora del VIH, hace 14 años. En mi vida he pasado por muchas situaciones difíciles, cuando adolescente fui violada, estuve metida en las drogas, estuve por la cárcel, y a los 19 años me diagnosticaron el VIH. A pesar de todo, cuando ya no quería saber nada de la vida, la entregué a Dios y el proceso de transformación empezó ahí. Dios me ayudó a dejar muchas cosas malas y pude iniciar una nueva vida, donde mi mayor desafío ahora es ayudar a luchar a otras personas que tienen VIH. También estoy dando mi testimonio en charlas sobre el VIH/SIDA, enfocando a la no-discriminación, siendo que experimenté la discriminación en varias ocasiones. Hoy en día agradezco a Dios porque estoy felizmente casada y tengo una hija sana (la cual es un milagro de Dios), además, estoy trabajando en un lugar donde puedo ayudar y servir a las personas que viven con el VIH. Mi mensaje para todos es que “delante de Dios todos somos iguales y fuimos creados por él con un propósito. Seamos fieles a Dios y ayudemos a quienes nos necesitan.” A Annttee eell ddeessaaffííoo ddee uunnaa vviiddaa ccoonn VVIIH H//SSIID DA A,, qquuee eessttáánn eennffrreennttaannddoo m muucchhaass ppeerrssoonnaass,, ¡¡ssoom mooss llllaam maaddooss aa ppoonneerr nnuueessttrraa ccoonnffiiaannzzaa eenn llaa m miisseerriiccoorrddiiaa ddee D Diiooss yy sseerr uunn iinnssttrruum meennttoo ddee aam moorr eenn ssuuss m maannooss!! Bibliografía: Dpto. de Vigilancia Epidemiológica de VIH/SIDA; DIXON, P. (2003); GARCÍA, A., A.; I. NOGUER, y K. COWGILL (2004); PRATT, R.J. (1988); SÁNCHEZ.M y otros (2000); VELÁZQUEZ DE V., G. y R. D. GÓMEZ (1996); WEINREICH, S. y C. BENN (2004); www.abc.com.py; www.blog.aidshilfe.de; www.derstandard.at; www.desarrollocristiano.com; www.onusida.org.co; www.presseportal.de; www.pronasida.gov.py.