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Tr atamientos antivir ales Autor: J osé Ramón Azanza. Consultor del Departamento de F armacología Clínica. Clínica Universitaria. “ Tanto in vitro como in vivo el efecto de estos fármacos es mayor cuanto más precozmente se ponen en contacto con el virus” . “ La escasa incidencia de la gripe aviar entre el ser humano impide establecer concusiones definitivas” En la actualidad existen dos grupos de antivíricos con actividad frente al virus de la infuenza: adamantanos (amatadina) y los inhibidores de la neuroaminidasa (oseltamivir y zanamavir). Los primeros, están en desuso porque no presentan actividad frente a influenza B, son capaces de producir resistencias de forma rápida y además, pueden producir numerosos efectos adversos. Los segundos tienen actividad frente a los dos tipos (A y B), la probabilidad de que se presenten resistencias es reducida y estructuralmente son análogos del ácido siálico (Figura 1), por ello inhiben la acción de la neuroaminidasa –que es la responsable de ejercer la acción de potreolisis sobre las uniones, produciendo la liberación de virus activos­. Los virus recién replicados son eliminados al espacio intersticial unidos entre sí y además, con la pared de las células en la que se ha producido la replicación. Sólo cuando se liberan de esta unión son capaces de atacar. Tanto in vitro como in vivo el efecto de estos fármacos es mayor cuanto más precozmente se ponen en contacto con el virus (Figura 2). Diferencias en la farmacocinética Las diferencias entre los dos fármacos se localizan en la farmacocinética. Zanamavir no se absorbe tras la administración PO, mientras que la absorción de oseltamivir es rápida y completa. Zanamivir se administra por vía inhalatoria, lo que para algunos puede limitar su uso en el tratamiento de la gripe aviar. Oseltamivir se elimina activo por la orina a través de filtración y secreción tubular activa, con una semivida (6­190 h) que permite su administración en intervalos largos (12­24 h). La eficacia en la prevención y en el tratamiento de la gripe humana ha sido comprobada en diferentes ensayos clínicos con casuística muy amplia, habiendo mostrado una reducción de la duración de los síntomas (1­2 días), siempre que el fármaco se administre en las primeras 24 h. de evolución. La mejoría se relaciona directamente con la precocidad del tratamiento. También se ha demostrado que el fármaco reduce el riesgo de sufrir la gripe mientras se procede a su administración. La tolerancia es adecuada con síntomas digestivos (náuseas y vómitos son los efectos adversos más frecuentes). La escasa incidencia de la gripe aviar entre el ser humano impide establecer concusiones definitivas sobre la utilidad de los inhibidores de los neuroaminidasa ya que, aunque los resultados han sido poco esperanzadores, debe considerarse que los escasos pacientes de los que se dispone de información iniciaron el tratamiento cuando la evolución era muy avanzada lo que implica un riesgo conocido de ineficacia.
Oseltamivir debe administrarse a dosis de 75 mg (un comprimido) cada 12 h. cuando el objetivo es tratar y cada 24 h. cuando se busca prevenir la enfermedad. En el primer caso la duración aceptada es de 5 días, mientras que en profilaxis se debe mantener la administración mientras dure el riesgo. Tratamiento y profilaxis La avalancha de solicitudes para adquisición de oseltamivir y las dificultades de hacer frente a las mismas conlleva que deban realizarse planteamientos terapéuticos restrictivos por parte de las autoridades sanitarias. De este modo, parece evidente que se utilice el fármaco para tratar a los pacientes con síntomas iniciales y, además, se aconseje hacer prevención entre los profesionales sanitarios y entre otras personas con profesiones estratégicas que habrá que definir. La magnitud de la pandemia terminará por definir si será posible tratar a todos los contactos o solo a aquellos que presentan factores de riesgo, y si es factible realizar prevención en algún grupo de pacientes. En cualquier caso, resulta de gran importancia considerar que es preciso iniciar el tratamiento cuanto antes por lo que es decisivo establecer los criterios clínicos y/o analíticos que definan a los casos.
Fi gu urr a 2 . F ig 2. a Ev ol lu uc ci ió ón n d de e l la a c ca arr ga vi irr al en n l la av va ad do os s n na as sa al le es s E vo a v g l e a 4,5 4,0 3,5 3,0 2,5 2,0 1,5 1,0 0,5 0,0 ­0,5 ­48 ­36 ­24 ­12 0 12 24 36 48 inoculación
Hayden FG, et al. JAMA. 1999;282:1243 60 72 84 96 108 120 132 144 156 Fi gu urr a 1 F ig a 1 In hi ib bi id do orr es de e l la a n ne eu urr oa mi in ni id da as sa a. . E Es st trr uc tu urr a q uí ím mi ic ca a I nh s d e am o ct u a qu O O O O O O O O O H H O NH N H N NH N H 22 ∙∙ H
H 33 P O C Zanamavir Oseltamivir fosfato O CH C H 22 O O O O O H O O CH C H Ácido siálico
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