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Transcript
Pa
­­ sse
relles
ES
Mayo 2015
ISSN : 2354-5410
N° 1
Revista de enlace
entre el mundo
de la investigación
y el campo
Microfinanzas
y Cambio Climático
African
Microfinance Week
Dakar, SENEGAL
29 June - 3 July 2015
The annual meeting
for microfinance
professionals in Africa
www.microfinance-africa.org
The African Microfinance Week 2015 is organised by the African networks AMT, AFMIN, AFRACA and MAIN, and is supported by ADA,
the Government of Senegal and the Government of the Grand Duchy of Luxembourg.
Pub_passerelles_2015_UK.indd 1
10/04/2015 15:58:13
Microfinanzas y Cambio Climático
Contenido
Preámbulo
Joaquim Monteiro
5
Introducción
¿Puede la Microfinanciación
contribuir de forma importante
al desarrollo sostenible?
Sophie Wiesner Editor
ADA asbl
39, rue Glesener
L-1631 Luxembourg
Tél.: +352 45 68 68 1
Fax: +352 45 68 68 68
www.ada-microfinance.org
RCS Luxembourg F 199
CCPL IBAN LU64 1111 1189 2705 0000
Cambio climático y
microfinanciación
Una emergencia que gestionar,
una oportunidad que aprovechar
Marc Bichler 6
10
El rendimiento medioambiental
de las IMF en América Central
en un contexto de cambio
climático
Davide Forcella, Juana Ramirez,
Marion Allet
16
Mitigación del cambio
climático y estrategias
de adaptación
16
Metodología
17
Medioambiente y Microfinanzas:
¿Quién hace qué?
17
Evolución en el rendimiento
medioambiental entre 2011
y 2014 en América Central
Sensibilización de las IMF
respecto a las políticas de
protección del medio ambiente:
¿un impulsor de un buen
rendimiento medioambiental
y de la buena gobernanza
de las IMFs?
25
Conclusión
29
Dos países, dos instituciones
y una preocupación común
Cuando las instituciones de
microfinanzas deciden
volverse ecológicas
31
Entrevista con CARD
Filipinas
32
Entrevista con
FUNDECOOPERACIÓN
Costa Rica
34
23
Copyright: ADA, Mayo 2015
© Fotos: ADA, Daniel Tiveau, Olivier Girard, Felix Sorger
© Foto portada: Pablo Tosco
Realización gráfica: Cropmark
Impresión: Imprimerie Centrale
Con el apoyo financiero:
Bajo el Alto Patrocinio de S.A.R.
la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo
ADA lleva a cabo su misión gracias al apoyo del Ministerio de
Cooperación para el Desarrollo y Acción Humanitaria luxemburgués.
Disclaimer: Las opiniones e interpretaciones contenidas en esta publicación pertenecen a los autores y no reflejan necesariamente la posición de ADA. Ni ADA, ni ninguna persona que
actúe en su representación podrá ser declarada responsable del uso que pudiera dársele a la información contenida en esta publicación. Los autores reconocen que ningún material escrito
y/o artístico perteneciente a una tercera parte ha sido incluido en la publicación sin previo consentimiento del detentor de los derechos de propiedad para que ese material continúe a ser
diseminado por otras terceras partes.
3
P­­asserelles – N° 1
4
Microfinanzas y Cambio Climático
Preámbulo
Establecer la agenda para una
nueva cooperación global
Joaquim Monteiro *
2015 es uno de esos años en los que las reuniones de alto nivel
parecen sucederse a un ritmo increíble. Este año marca la última
fase de los históricos Objetivos de Desarrollo del Milenio de las
Naciones Unidas, que fueron acordados por los líderes de todo
el mundo hace 15 años. Ha habido un progreso importante a la
hora de cumplir los objetivos, sin embargo, todavía queda mucho
por hacer. Para la adopción de la agenda de desarrollo post2015, la ONU prepara en Nueva York una Cumbre Mundial del
25 al 27 de septiembre.
La cumbre estará precedida por la Tercera Conferencia
Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, que se
celebrará en Addis Abeba, Etiopía, del 13 al 16 de julio. Lo que
se espera de la conferencia es un resultado intergubernamental,
negociado y acordado, que deberá constituir una importante
contribución y apoyo a la implementación de la agenda de
desarrollo post-2015. En concreto, el Secretario General de
la ONU, Ban Ki-Moon, considera “crucial para asegurar una
ambiciosa agenda post-20151” la canalización de una corriente
de efectivo de los sectores público y privado hacia iniciativas de
desarrollo sostenible.
A nivel europeo, el 2015 se ha denominado “Año Europeo del
Desarrollo”. Por primera vez en la historia, se debatirá sobre la
acción exterior de la UE y el papel de Europa en el mundo.
Además de iniciativas globales, el desarrollo sostenible
requiere acción por parte de todos los interesados. Por ello,
en este número de “Passerelles” tratamos de proporcionar al
lector algunas ideas sobre las investigaciones en curso y las
oportunidades ligadas a la Microfinanza Verde e intentamos
responder parcialmente a la pregunta: “¿Qué papel pueden jugar
las microfinanzas en la lucha contra el cambio climático?”.
Lejos de ser una lista exhaustiva, Passerelles ofrece a los
lectores algunas perspectivas seleccionadas sobre el tema e
invita a aquellos interesados en compartir sus experiencias y
puntos de vista a enviar sus comentarios a través del sitio web
de ADA.
Finalmente, a nivel global, tendrá lugar en diciembre en París
la 21ª sesión de la Conferencia de las Partes (COP) de la
CMNUCC2. Se espera mucho de la COP21 en términos de
resultados, especialmente unos objetivos claros y ambiciosos
para hacer frente al cambio climático y garantizar así un
desarrollo sostenible para todos.
*
Joaquim Monteiro, Responsable I&D, ADA
1
http://www.un.org/apps/news/story.asp?NewsID=50519#.VSfWWJNZsZM
2
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
5
P­­asserelles – N° 1
¿Puede la Microfinanciación
contribuir de forma importante
al desarrollo sostenible?
Sophie Wiesner *
E
n 1987, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (conocida como la Comisión
Brundtland) definió el desarrollo
sostenible como el desarrollo que satisface las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las
futuras generaciones para satisfacer sus
necesidades1.
Este concepto de sostenibilidad da prioridad a las necesidades de las personas
pobres y vulnerables y subraya las limitaciones de los recursos naturales a la hora
de satisfacer estas necesidades. No solo
hace referencia a los aspectos económicos y sociales del desarrollo, sino también
a los medioambientales y, en este sentido,
relaciona el ámbito del desarrollo con los
de la microfinanzas y el cambio climático.
Desde los primeros tiempos, cuando el
centro de la financiación inclusiva2 eran el
microcrédito y el rendimiento o ingresos de
las micro empresas, hasta la actualidad,
cuando las disposiciones sobre micro ahorros, micro seguros y muchos otros servicios financieros se centran en las oportunidades y opciones de los hogares con bajos
ingresos; las microfinanzas se ha considerado como una herramienta para promover
el desarrollo.
1
Véase Comisión Mundial sobre el Medio
Ambiente y el Desarrollo (1987), pág. 4; El
informe puede descargarse en: http://www.undocuments.net/our-common-future.pdf.
2
Definimos financiación inclusiva como el
abanico de productos y servicios financieros
disponibles para poblaciones marginadas y
de bajos ingresos que están excluidas del
sistema bancario tradicional. Empleamos
indistintamente, como sinónimos, los términos
“financiación inclusiva” y “microfinanciación”.
6
*
Sophie Wiesner, Encargada de proyecto I&D, ADA
Sin embargo, en los últimos años las microfinanzas también han sido consideradas
como una herramienta para hacer frente
al cambio climático. Los financiadores de
la microfinanciación otorgan cada vez más
importancia al rendimiento financiero, social y medioambiental de las instituciones
de microfinanzas (o a la meta triple de resultados integrada por los beneficios, las
personas y el planeta). Los proveedores
de microfinanzas están apostando por lo
verde a través de la financiación de soluciones ligadas a las energías renovables
y con bajas emisiones, de proyectos ligados a la agricultura adaptativa o de la gestión de recursos a nivel comunitario. Las
iniciativas locales de microfinanciación se
inscriben, por tanto, en marcos nacionales,
internacionales y globales para el desarrollo y el cambio climático.
No obstante, ¿pueden las microfinanzas
realmente contribuir de manera significativa al desarrollo sostenible así como lo define la Comisión Brundtland? El presente
número de “Passerelles” trata de arrojar
algo de luz sobre esta cuestión y examina
tanto las oportunidades como los desafíos
en esta empresa.
Microfinanzas y Cambio Climático
CAMBIO CLIMÁTICO, DESARROLLO Y MICRO­
FINANCIACIÓN – 3 CAMPOS INTERCONECTADOS
Países en vías
de desarrollo y gente
pobre/vulnerable
más afectados por
cambio climático
Cambio
climático
Desarrollo
Complementariedad
antes que contradicción
entre cambio climático
y desarrollo
Mitigación de los retos
Adaptación a las
consecuencias
Desarrollo económico
(Producción, ingresos,
bienestar)
Desarrollo humano
(Oportunidades, libertad,
bienestar)
MF como
herramienta para
afrontar el cambio
climático
SOSTENIBILIDAD
Papel clave para
agricultura
MF como
herramienta de
desarrollo
Cooperación
Norte-Sur y SurSur en términos
de desarrollo y
microfinanciación
División Norte-Sur
en cuestión de
enfoques ante el
cambio climático
Microfinanzas
Financiadores proporcionan apoyo
financiero y técnico a las IMF
IMFs proporcionan servicios financieros
y no financieros a empresas, hogares
y comunidades
Figura 1: Cambio climático, desarrollo y microfinanzas como dominios interrelacionados (Sophie Wiesner)
Cambio Climático
En primer lugar, debe reconocerse que las
dinámicas del cambio climático, el desarrollo y las microfinanzas se interrelacionan
y refuerzan mutuamente a nivel macro,
meso y micro.
Como ya estableció el Informe Stern de
2006 y también confirmó la investigación
académica durante los últimos años, hay
una clara evidencia de que el cambio climático es obra del ser humano y no solo
presenta un grave riesgo a nivel mundial
sino que exige respuestas rápidas a nivel
mundial3.
La cantidad enorme de emisión de gases
de efecto invernadero4 conduce al calentamiento climático, a la desaparición de los
glaciares y al aumento de los niveles del
mar; implica fenómenos atmosféricos extremos, inundaciones y sequías y también
afecta a nuestros ecosistemas (incluyendo
la fauna, flora y microorganismos). No obs-
tante, además de los problemas que afectan al medio ambiente como tal, el cambio
climático también ocasiona problemas que
atañen a las actividades económicas (especialmente ligados a la agricultura) y al
bienestar humano (incluyendo la nutrición
y la salud). Algunas de estas consecuencias ya se dejan sentir en algunas partes
del mundo5.
Las medidas de mitigación tratan de reducir los riesgos del cambio climático limitando las emisiones de gases de efecto
invernadero a corto y medio plazo. Por otro
lado, las medidas de adaptación tratan de
reducir el impacto del cambio climático
adaptando la vida a las nuevas condiciones en el medio y largo plazo.
Por lo tanto, deben combinarse las iniciativas individuales en un planteamiento integrado que no consista únicamente en la
formulación de estrategias y en la implementación de planes de acción, sino que
también incluya la respectiva financiación
de un año a otro y durante las próximas
décadas. Es imprescindible la implicación
del sector público y privado (también en régimen de asociaciones público-privadas) y
de la sociedad civil, aunque llegar a acuerdos y ponerlos en marcha no resulte tarea
fácil6.
Desarollo
Existe una clara separación Norte-Sur a la
hora de abordar el cambio climático, que
ralentiza de forma importante el proceso.
Mientras algunos países desarrollados (y
especialmente algunas economías emergentes) ya participan activamente en acciones climáticas, algunos países en vías
de desarrollo reclaman su “derecho a contaminar” para impulsar la industrialización.
Sin embargo, también existe una estrecha
cooperación Norte-Sur (y Sur-Sur) en términos de desarrollo, lo que podría acelerar
las actividades. Los países en vías de desarrollo (y por tanto las personas pobres y
vulnerables) son los más afectados por el
cambio climático, pero los países desarrollados ofrecen experiencias históricas de
leapfrogging (saltar etapas), tanto en términos de industrialización como de acción
climática.
Por tanto, los objetivos para abordar el desarrollo económico y humano y el cambio
climático, no deben entrar en conflicto sino
que pueden ser complementarios.
3
Puede consultarse el Informe Stern en http://
webarchive.nationalarchives.gov.uk/+/http:/
www.hm-treasury.gov.uk/independent_reviews/
stern_review_economics_climate_change/
stern_review_report.cfm.
El último informe del Panel Intergubernamental
sobre el Cambio Climático (IPCC por favor
ver (2015)) incluye información sobre la
investigación reciente sobre el cambio climático
y se pueden descargar en http://www.ipcc.ch.
4
Los gases de efecto invernadero son todos
aquellos gases que atrapan en la atmósfera
la radiación infrarroja, incluyendo el dióxido
de carbono (CO2) y el metano. Véase CGAP
(2009).
5
Véase Rippey (2009).
6
Ejemplos de este tipo de iniciativas, véase
la Conferencia de las UN sobre el cambio
climático (2014).
7
P­­asserelles – N° 1
Suele considerarse que el desarrollo económico (entendido como el crecimiento de
la producción, los ingresos o el bienestar)
solo es posible sobre la base de un uso
extensivo de energía y de una explotación
del medio ambiente. Sin embargo, si no
adoptamos ahora las medidas necesarias7,
a medio y largo plazo el sector industrial
dejará de contar con los recursos necesarios para crecer y no se podrá seguir impulsando. Los beneficios económicos de
la acción climática superan con creces los
costes económicos. A cambio, el desarrollo
humano (entendido como el aumento de
las oportunidades, opciones y bienestar) ni
siquiera puede concebirse sin la acción climática, ya que nuestra calidad de vida (y la
satisfacción de nuestras necesidades más
básicas, como respirar aire limpio, beber
agua limpia y encontrar comida) depende
de modo decisivo de la integridad de nuestros ecosistemas8.
En especial es la agricultura la que más influye en el bienestar humano y es también
la agricultura la forma más importante de
actividad económica en los países en vías
de desarrollo. Es un canal básico a través
del cual se transmite el impacto del cambio
climático y es el núcleo del desarrollo y de
las microfinanzas.
Microfinanzas
Las personas en zonas rurales remotas,
dedicadas a la agricultura, se exponen a
riesgos elevados, y las microfinanzas (incluyendo ahorros, crédito, seguros y otros
servicios financieros) es una herramienta
importante para la gestión de los riesgos.
No obstante, las respectivas comunidades
en los países en vías de desarrollo también
son el centro de la innovación en cuestión
de acción climática y la microfinanciación
les permite acceder y utilizar con este fin
nuevos productos.
7
Para conocer los indicadores sobre el
desarrollo económico, véase http://data.
worldbank.org.
8
La definición del desarrollo humano en términos
de oportunidades, opciones y libertades se
retrotrae al libro de Sen (1999). Para conocer
los indicadores sobre el desarrollo humano,
véase http://hdr.undp.org.
9
Para obtener más información sobre el micro
leasing, véase Deelen et al. (2003)
10
11
8
Para obtener más información véase Allet
(2012), SOS Faim (2014)
Cf. Allet (2012)
La oferta de las instituciones de microfinanzas incluye capital circulante para micro emprendedores, para la producción,
distribución o mantenimiento de productos
verdes; préstamos pequeños y medianos
a los hogares para la compra de estos
productos (aunque cada vez cobra mayor importancia el leasing9); así como la
enseñanza y formación sobre nuevas tecnologías. De esta forma, los proveedores
hacen uso de su probada experiencia para
atender a este segmento del mercado, de
sus vínculos en toda la cadena de mercado
y también de sus fondos (específicamente
dedicados a proyectos “verdes”). Junto a
las acciones externas, es decir, en término
de la oferta a los clientes de productos y
servicios verdes, las IMF también emprenden acciones internas, es decir, en términos de sus propias emisiones o gestión de
recursos10.
A cambio, los donantes e inversores de las
microfinanzas proporcionan fondos y asistencia técnica a las instituciones de microfinanzas y promueven el rendimiento “verde” de las IMF. De esta forma contribuyen
a la consolidación y credibilidad del movimiento y fomentan la competencia en el
sector con respecto a la acción climática11.
Pero, en realidad, no se trata únicamente
de instituciones de microfinanzas introduciendo la gobernanza y gestión para “ser
verdes” o de financiadores esforzándose en términos de su propio consumo de
energía y de gases de efecto invernadero, ya que cada uno de nosotros debería
empezar a pensar de forma diferente y a
actuar de forma inmediata.
Contenido y estructura
Este primer número de “Passerelles” examina la microfinanzas y el cambio climático
desde una perspectiva de la práctica y de
la investigación, analiza las oportunidades
y retos en el desarrollo sostenible a nivel
macro, meso y micro; y presenta a los actores, iniciativas e ideas clave.
Un primer artículo escrito por Marc Bichler,
Embajador en Misión Especial del Ministerio de Asuntos Exteriores de Luxemburgo para el Cambio Climático, presenta la
agenda política con respecto al desarrollo
sostenible para 2015 y más allá. Su artículo se centra en las necesidades de financiación de la acción climática, así como en
los métodos para hacer frente a estas necesidades. Se tiene en cuenta la experiencia pasada de las microfinanzas a la hora
de atraer fondos, definir objetivos y probar
resultados; y el artículo también analiza el
futuro potencial de la microfinanzas en lo
que respecta a la acción climática.
Un segundo artículo escrito conjuntamente por Marion Allet, Davide Forcella y
Juana Ramírez, expertos en el campo de
las microfinanzas y el cambio climático,
analiza una muestra de instituciones de
microfinanzas con respecto a sus motivos
para “ser verdes”, a su oferta en términos
de productos y servicios energéticos, así
como a su gobernanza y gestión medioambientales. El artículo identifica los motores
clave, actores principales y tendencias generales con respecto a las microfinanzas y
al cambio climático y se centra concretamente en el contexto centroamericano.
Finalmente, la última parte de la revista
está dedicada a las experiencias de dos
IMF: Fundecooperación de América Central/Costa Rica y CARD Bank del sudeste
asiático/Filipinas. Las entrevistas proporcionan información sobre los distintos contextos de los países y sobre la situación
de una pequeña ONG especializada en
microfinanzas, así como de un gran banco
de microfinanzas propiamente dicho. Parece haber similares lecciones aprendidas
con respecto a microfinanciación y cambio
climático, pero es clave una estrecha colaboración entre investigación y práctica
para convertirlas en posibles caminos para
el futuro y por tanto aprovechar las oportunidades y dominar los retos del desarrollo
sostenible. El actual número de “Passerelles” trata de contribuir a esta colaboración
y al intercambio entre investigadores y profesionales.
Microfinanzas y Cambio Climático
Referencias
Allet, M. (2012): “Why Do Microfinance Institutions
Go Green?”, CEB Working Paper, 12/015, 2012.
http://www.solvay.edu/working-papers#WP2012
Deelen, L., Dupleich, M., Othieno, L., and Wakelin,
O. (2003): Leasing for Small and Micro Enterprises
- A Guide for Designing and Managing Leasing
Schemes in Developing Countries (Ed.) Robert
Berold, International Labor Organization.
IPCC (2015): Climate Change 2014 - Synthesis
Report. http://www.ipcc.ch.
Rippey, P. (2009): “Microfinance and Climate
Change: Threats and Opportunities”, CGAP
Focus Note, 53, March 2009. http://www.cgap.org/
publications/microfinance-and-climate-changethreats-and-opportunities
Sen, A. (1999): Development as Freedom, Oxford:
Oxford University Press.
SOS Faim (2014): « Une microfinance de plus en
plus verte : tendance lourde ou effet de mode ? »,
zoom microfinance, 42, Septembre 2014.
UN Climate Change Conference (2014): Amaray
– Energía y desarollo para zonas rurales, edición
especial, Lima COP20/CMP10, New York: United
Nations.
WCED (1987): Report of the World Commission
on Environment and Development: Our Common
Future, New York: United Nations, World
Commission on Environment and Development.
http://www.un-documents.net/our-common-future.
pdf.
Stern, N. (2006): Stern Review: The Economics of
Climate Change, Cambridge: Cambridge University
Press. http://webarchive.nationalarchives.gov.
uk/+/http:/www.hm-treasury.gov.uk/independent_
reviews/stern_review_economics_climate_change/
stern_review_report.cfm
Further links
http://data.worldbank.org
http://hdr.undp.org
9
P­­asserelles – N° 1
Cambio climático y
microfinanciación
Una emergencia que gestionar,
una oportunidad que aprovechar
Marc Bichler *
hombre, y la inacción ante este fenómeno
supone una actitud irresponsable de cara
a las futuras generaciones que corren el
riesgo de sufrir daños irreversibles en el
medio ambiente. En la actualidad ya se ha
determinado que el cambio climático tiene
orígenes antropogénicos y, por fortuna, todavía no es tarde para reaccionar.
L
a lucha contra los efectos del
cambio climático no es solo conveniente, sino necesaria, incluso
indispensable. Esta advertencia
no es nueva, como tampoco lo es la llamada a la acción urgente que, para ser eficaz,
debe ser global y coordinada.
Por supuesto una reacción internacional
cuyo objetivo sea contrarrestar los efectos del cambio climático, ya sea a través
de medidas de mitigación o de medidas
de adaptación, supone un coste considerable. ¿Cuáles son las posibles fuentes
de financiación que pueden soportar este
coste? ¿Se pueden extraer lecciones de la
financiación innovadora introducida por las
microfinanzas? ¿Pueden servir de inspira-
1
10
http://www.ipcc.ch/home_languages_main_
spanish.shtml
ción los enfoques existentes en las finanzas inclusivas?
Desde 1988, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
(IPCC) estudia las diferentes formas de
cambio climático para conocer mejor sus
causas, las consecuencias que tienen y las
formas más eficaces para evitarlas. En su
Quinto Informe de Evaluación1, cuyas diferentes partes fueron publicadas entre 2013
y 2014, los expertos científicos, en un intento de divulgación, presentaron un resumen a la atención de los responsables políticos y económicos. El mensaje del IPCC
sigue siendo alarmante: el cambio climático se está produciendo ante nuestros ojos,
es en gran parte resultado de la acción del
*
Está ganando terreno una nueva idea que
considera que la lucha efectiva contra los
efectos del cambio climático no tiene por qué
expresarse necesariamente en términos de
limitaciones e inconvenientes. Más allá de
los cambios de comportamiento en cada individuo, que deben implicar una actitud responsable en relación al medio ambiente, al
igual que a nivel de las colectividades, una
acción determinada para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de
forma sustancial puede igualmente generar
oportunidades económicas y de inversión
insospechadas. El IPCC estima que para
estabilizar las concentraciones equivalentes de CO2 hasta 2100, las inversiones en
la producción de energía baja en emisión
de carbono y en eficiencia energética en los
sectores del transporte, la industria y el inmobiliario podrían aumentar varios cientos
de miles de millones al año hasta 2030. Por
este motivo, los expertos han concluido que
las sinergias potenciales entre la financiación internacional de la gestión del riesgo
de las catástrofes naturales y la acción de
adaptación están lejos de ser explotadas
a fondo. Es probable que ocurra lo mismo
en lo que respecta a las oportunidades de
inversión en actividades de mitigación (mitigation) de los efectos del cambio climático
que buscan ante todo reducir las emisiones
de gases de efecto invernadero.
Marc Bichler, Embajador de Luxemburgo para asuntos de cambio climático
Microfinanzas y Cambio Climático
La necesidad de actuar, científicamente
demostrada, constituye en sí misma razón
suficiente para activarse; estas perspectivas de oportunidades económicas y financieras que pueden presentarse como parte
integrante de una acción climática activa
añaden un nuevo y significativo elemento
motivador para actuar. En efecto, la responsabilidad ante las generaciones futuras
unida a una perspectiva de ‘crecimiento
verde’ puede constituir un motor potente
para llevar a cabo la transición de un modo
de vida y de producción alimentado por la
energía fósil a uno alimentado por la energía renovable. Como tantas otras veces, el
paso de la teoría a la práctica pasa por una
financiación adecuada y sostenible, sobre
todo si (como ocurre con la lucha contra
el cambio climático) el compromiso debe
ser a largo plazo. En cualquier caso, la hipótesis que relaciona la acción climática a
oportunidades económicas surgió para satisfacer a un nuevo tipo de inversor financiero que, a falta de una cualificación más
precisa, se define como inversores que
pueden acomodarse a rendimientos financieros menos espectaculares siempre que
se pueda demostrar el impacto medioambiental o social positivo de sus inversiones.
Cabe mencionar que es precisamente este
tipo de inversor el que, desde los años 90,
se interesa cada vez más en la inversión
microfinanciera.
¿Existe la posibilidad de que la microfinanciación juegue un papel importante en la
lucha contra el cambio climático? Para responder a esta pregunta, es necesario conocer cuáles son los desafíos que se plantean (I), quiénes son los actores implicados
(II) y cuáles son los medios e instrumentos
necesarios para desarrollar con éxito la misión de mantener el calentamiento global
por debajo de los 2ºC con respecto a los
niveles preindustriales (III). En base a esta
información, se podrá analizar si es posible
(y en qué medida) que el microcrédito, su
transformación en microfinanzas y el paso
hacia las finanzas inclusivas contengan
enseñanzas útiles para la financiación de
la acción climática (IV).
Los desafíos
El quinto informe de evaluación del IPCC
no deja apenas duda sobre la amplitud de
los desafíos que plantea el cambio climático.
Para los científicos, la influencia del hombre en el clima es evidente y las recientes
emisiones de gases de efecto invernadero
de origen humano son las mayores de la
historia. Los recientes cambios del clima
ya han tenido un amplio impacto en los sistemas humanos y de la naturaleza.
La predicción del IPCC para el futuro, en
base a los análisis de los datos disponibles, establece que más emisiones de
gases de efecto invernadero causarán un
calentamiento global aún mayor así como
cambios duraderos en todos los componentes del sistema climático. Estos cambios aumentarán la probabilidad de impactos graves e irreversibles para el hombre y
sus ecosistemas, especialmente en términos de seguridad alimentaria.
¿Cómo reaccionar? - El IPCC considera
que adaptarse a los efectos del cambio
climático y su mitigación constituyen dos
estrategias complementarias para reducir
y gestionar los riesgos del cambio climático. Reducciones sustanciales de las emisiones a lo largo de las próximas décadas
pueden reducir aún más los riesgos climáticos en el siglo XXI y más allá. Pueden incrementar las posibilidades de una adaptación efectiva, reducir los costes y desafíos
de la mitigación a largo plazo y contribuir a
vías climáticas resistentes hacia un desarrollo sostenible.
¿Cómo empezar? - Los expertos del IPCC
reconocen que hay múltiples opciones con
respecto a las medidas de adaptación y
mitigación, pero insisten en que una opción considerada de forma individual nunca funcionará. Una implementación efectiva de multitud de medidas debe hacerse
a costa de las políticas y la cooperación a
todos los niveles, y podrá ganar en eficacia
a través de un enfoque integrado que vincule la adaptación y la mitigación a otros
objetivos sociales, como por ejemplo una
mejor gobernabilidad, elecciones de vida
alternativas, actividades y empleos con beneficios sostenibles, el apoyo a la innovación y por tanto la inversión en tecnología e
infraestructuras sanas desde un punto de
vista medioambiental.
Por tanto, los expertos del IPCC recomiendan de forma algo más alentadora elecciones políticas y medidas adecuadas a todos
los niveles: internacional, regional, nacional y local. Son especialmente las políticas
en favor del desarrollo tecnológico, la difusión y transferencia de los conocimientos
así como de la financiación de respuestas
al cambio climático las que pueden completar y reforzar la eficacia de las políticas
de adaptación y mitigación. Existen múltiples oportunidades para conectar la mitigación, adaptación y otros objetivos sociales mediante respuestas integradas. Para
ello es necesario aproximar a los actores
competentes a estructuras de gobierno sólidas y disponer de capacidades y medios
de envergadura, incluyendo los medios financieros.
Los actores indispensables
Así como la complejidad de los desafíos
del cambio climático impide hacerle frente
con un único tipo de acción o medida, queda claro que una multitud de actores son
llamados a formar parte del plan con el fin
de conjugar sus conocimientos técnicos,
pericias y experiencias varias e identificar
las medidas que prometen ser eficaces,
formularlas con cabeza e implementarlas
de forma eficiente, es decir, con un efecto positivo, al menor coste posible y a su
debido tiempo y en su debido lugar. Un enfoque multidisciplinario (multistakeholder
approach) bien coordinado parece el más
prometedor.
Por otra parte, no hay que olvidar que se
trata de aportar respuestas adecuadas a
un fenómeno de orden mundial, de ahí la
naturaleza eminentemente internacional
de la tarea. En efecto, el IPCC consideró
la cooperación internacional como crucial
para una adaptación y atenuación eficaces de los efectos del cambio climático. La
Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático (CMNUCC)2 es
el principal foro multilateral en el que 195
Estados miembros discuten sobre el cambio climático.
Las Conferencias de las Partes (COP) formales constituyen momentos clave en el
calendario de la CMNUCC. En estos momentos, como en diciembre de 2014 en
Lima3 (Perú), los responsables políticos
de los gobiernos nacionales y los representantes de organismos internacionales
implicados entablan conversaciones y llevan a cabo negociaciones para definir las
medidas que deben adoptarse para luchar
contra el cambio climático. Se adivina fácilmente la complejidad de estas discusiones
entre unos socios con expectativas tan diferentes, por ejemplo un pequeño estado
insular del Pacífico en vías de desarrollo
cuyo territorio nacional está amenazado
por la subida del nivel de los océanos, un
país nórdico con una economía y un sentido ambiental fuertemente desarrollados
2
http://unfccc.int/portal_espanol/items/3093.php
3
http://unfccc.int/portal_espanol/items/3093.php
11
P­­asserelles – N° 1
o incluso un país de economía emergente
que, como China, acaba de sacar de la pobreza a cientos de millones de habitantes
a través de una fuerte industrialización alimentada por la energía fósil. Las realidades que viven cada día los ciudadanos y
dirigentes políticos y las expectativas que
presentan en una negociación internacional sobre un tema cuya urgencia es admitida por todos, están tan alejadas unas de
otras que no es de extrañar que el camino hacia un acuerdo importante sobre los
objetivos que deban fijarse para el periodo
posterior a 2020 sea tan lento.
En la actualidad, las miradas se centran en
los trabajos preparatorios para la COP214
de la CMNUCC, que tendrá lugar en diciembre de 2015 en París para determinar
las reglas internacionales en vigor en materia de lucha contra el cambio climático.
Hasta entonces, se está desarrollando de
forma multilateral, bilateral y en el seno de
grupos regionales como la Unión Europea,
una intensa actividad de negociaciones
más o menos formales para maximizar las
oportunidades de alcanzar un consenso y
asegurar así el éxito de la conferencia. El
reto es importante. Estamos hablando del
estado en el que dejaremos el planeta en
herencia a las generaciones futuras, los
intereses económicos son considerables
y algunos jefes de estado nos recuerdan
que la supervivencia económica, incluso
física, de poblaciones enteras está amenazada. Para tener en cuenta los comportamientos pasados y las capacidades
actuales de contribuir al esfuerzo internacional, en el marco de las negociaciones
internacionales se aplica el principio de la
responsabilidad común pero diferenciada.
Este principio reconoce que los países en
vías de desarrollo, en comparación con los
países industrializados, han emitido muy
pocos gases de efecto invernadero durante los últimos ciento cincuenta años, pero
corren el riesgo en la actualidad de ser los
más afectados por los efectos del cambio
climático. Ello supone una mayor responsabilidad del mundo industrializado que en
la actualidad todavía no ha sido aceptada
de buen grado. El nivel de las ambiciones
nacionales o regionales que los Estados
proclamarán en los próximos meses dirá
mucho acerca de las oportunidades de éxito de la COP21 en París.
4
http://www.cop21.gouv.fr/es
5
https://sustainabledevelopment.un.org/index.
php?menu=1558
12
No obstante, solo los compromisos de los
gobiernos (por muy importantes que sean)
no son suficientes para adecuar la gran
coalición multidisciplinar necesaria para
hacer frente a la complejidad del desafío
que supone el cambio climático. Junto a
los estados, la sociedad civil organizada y
especializada en materia medioambiental
y climática se ha implicado durante muchos años en un incansable esfuerzo de
sensibilización de las poblaciones con el
fin de explicar que además de la responsabilidad de los gobiernos, también cuenta
el compromiso de cada individuo. En este
sentido, el trabajo de las ONGs y de las
asociaciones es tremendamente importante ya que solo el buen entendimiento del
desafío y de las soluciones puede promover una actitud individual más responsable
y el consecuente cambio en el comportamiento.
Junto a estados y sociedad civil, el sector
privado tiene evidentemente un hueco importante en la contribución a estimular y
apoyar la transición de la energía fósil a la
energía renovable. Además, cabe señalar
los motivos tan diferentes de los distintos
actores a la hora de actuar: los gobiernos
deben preocuparse de la seguridad física
y alimentaria de sus poblaciones y de la
seguridad energética necesaria para que
marchen sus economías; la sociedad civil
adopta a menudo un enfoque ascendente
y hace un llamamiento al sentido de ciudadanía global de todos y el sector privado caminará en la dirección correcta solo
cuando los emprendedores e inversores
reconozcan las oportunidades económicas
y financieras de la transición energética y
dispongan de los medios para aprovecharlas. En aras de una aceptación a todos los
niveles, es importante que la acción climática internacional derive y tenga en cuenta las diferentes formas de compromiso.
Lamentablemente, la cuestión de la financiación de esta acción climática ocupa un
lugar central en el debate.
Los medios e instrumentos
para tener éxito
Es necesario tener una idea de las necesidades financieras antes de pretender responder a los modos y medios de financiación de la acción climática. En lo relativo a
la acción climática internacional, las necesidades de financiación son ilimitadas, por
así decirlo. Lo que a primera vista parece
una exageración, no refleja otra cosa que
una realidad que determina que, así como
ocurre en general en el ámbito del desa-
rrollo sostenible, es necesario razonar en
términos de proceso y no en términos de
etapas sucesivas con un punto final de llegada. Las necesidades de financiación no
se irán diluyendo con el tiempo sino que,
como mucho, cambiarán en función de las
realidades y de los nuevos datos. Lo que
a primera vista se presenta como una interminable labor de Sísifo, en realidad traduce una oportunidad ya que ¿qué sería
de este mundo si de repente alcanzara la
meta final que es su desarrollo?
Las necesidades de financiación para lograr el reto de una lucha eficaz contra los
efectos del cambio climático de traducen
en biliones de dólares (trillions of dollars) y
corre el riesgo de escapar al entendimiento
incluso de los más osados. El IPCC espera unas necesidades de financiación adicionales por un valor de cientos de miles
de millones solo durante el periodo hasta
2030. En su informe del 8 de agosto para
la ONU, el Comité Intergubernamental de
Expertos sobre Financiación y Desarrollo
Sostenible5 estimó que el orden de magnitud de las necesidades adicionales de
inversión para los escenarios de desarrollo
sostenible compatible con el clima se cifra en varios biliones de dólares (several
trillions of dollars) al año. Durante el Foro
Económico Mundial se adelantó una cifra
de 6 biliones de dólares al año solo para
cubrir las necesidades de los próximos 16
años en lo que respecta a infraestructuras.
Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva
de la CMNUCC, confirma estas estimaciones y sugiere que la comunidad internacional debe al menos triplicar sus esfuerzos
financieros para intentar mantener el calentamiento global por debajo de los 2ºC
con respecto a los niveles preindustriales.
Más allá de estos importes que desafían a
la imaginación, es crucial recordar que el
coste de la inacción superaría con creces
aquel de una acción internacional concertada. Esto es evidente para los países más
pobres, pero también lo es para los países
industrializados para los que un retraso en
la implementación de la acción de mitigación de los efectos del cambio climático se
traduciría ineludiblemente a medio y largo
plazo en mayores costes para proceder a
la transición hacia una economía con bajo
consumo de carbono. También cabe recordar que se trata de una aspiración de carácter planetario y debe concebirse a largo
plazo, a lo largo de los próximos cincuenta
años y probablemente más allá. Por tanto
se trata de la responsabilidad de múltiples
generaciones, que por tanto debe compartirse y diferenciarse, no solo geográficamente, entre los estados industrializados
Microfinanzas y Cambio Climático
y los países en vías de desarrollo, sino
también a través de los siglos. Dicho esto,
probablemente haya que hacer un esfuerzo de abstracción para trocear esta ambición y el esfuerzo que requiere su realización para que resulte digerible. Sin duda
es necesario si queremos examinar los
papeles que pueden asumir los diferentes
actores tradicionales y no tradicionales de
la financiación del desarrollo sostenible, y
especialmente el papel que pueden jugar
las microfinanzas y las finanzas inclusivas
ante el desafío de la financiación de la acción climática.
Afortunadamente, es obligado constatar
que en la actualidad el número de actores
susceptible de intervenir en este plan es
mayor que nunca y que se han desvanecido distinciones tradicionales algo artificiales entre las ventajas comparativas del
sector público y privado. A este respecto,
debemos felicitarnos por el reconocimiento
a nivel de Naciones Unidas, de la OCDE y
de la Unión Europea, de la identificación
de fuentes innovadoras para el desarrollo
sostenible y la financiación de la acción
climática (incluido en el sector privado) no
solo como una necesidad sino como una
esperanza.
Así lo demuestran extractos de tres documentos clave: el documento final The Future We Want de la Cumbre de Río+20, del
11 de septiembre de 2012; la comunicación
A decent Life for All: From Vision to Collective Action, de la Comisión Europea, del 2
de julio de 2014 y el Informe Final del Open
Working Group (OWG) de la Asamblea General de la ONU, del 19 de julio de 2014:
• Reconocemos la necesidad de una movilización importante de recursos provenientes de múltiples fuentes y del uso
eficiente de la financiación para promover el desarrollo sostenible... [cambio
climático]: Reconocemos la importancia
de movilizar fondos de una variedad de
fuentes, públicas y privadas, bilaterales
y multilaterales, incluyendo fuentes de
financiación innovadoras, para fomentar a nivel nacional acciones adecuadas
de mitigación, medidas de adaptación,
desarrollo tecnológico y la transferencia
y el desarrollo de capacidades en los
países en vías de desarrollo. –Río+20,
The Future We Want (septiembre 2012).
• La movilización de recursos financieros
también será fundamental. Dados los
retos a los que se enfrenta el mundo,
es necesario un uso completo de todos
los recursos disponibles (nacionales
y extranjeros, públicos y privados...) A
medida que continúan las discusiones
sobre la financiación de un marco posterior a 2015, se hace necesario un enfoque integral e integrado para financiar
la erradicación de la pobreza y el desarrollo sostenible. – Comunicación de la
Comisión Europea (julio 2014)
• Para promover el desarrollo sostenible
es necesaria una movilización importante de recursos de diversas fuentes y
el uso efectivo de la financiación. – Informe Final del OWG (julio 2014)
En su resumen de los debates de la Cumbre sobre el Cambio Climático del pasado 23 de septiembre en Nueva York, el
Secretario General de la ONU, Ban KiMoon, señaló el papel central que juega
la financiación en el esfuerzo internacional por mantener el calentamiento global
por debajo de los 2ºC: “Para mantenerse
dentro del reto de los 2º centígrados, es
imprescindible movilizar fondos públicos
y privados suficientes para mantener un
crecimiento bajo en carbono y adaptado al
clima.”
En su informe del 8 de agosto de 2014, el
Comité Intergubernamental de Expertos
sobre la Financiación del Desarrollo Sostenible de la ONU presentó el siguiente
análisis estratégico: “Las fuentes financieras pueden dividirse en cuatro categorías:
sector nacional público, nacional privado,
internacional público e internacional privado. El reto para los políticos es canalizar
e incentivar una mayor cantidad de estas
fuentes diversas y descentralizadas para
convertirlas en inversiones deseadas en
desarrollo sostenible.”
Por su parte, la Comisión se hace eco de
esta visión de las cosas y menciona más
específicamente la parte que debe aportar el sector privado en la financiación de
la lucha contra el cambio climático y del
desarrollo sostenible así como su propia
disponibilidad a comprometerse en una
negociación seria y concreta para intentar
que estas oportunidades de inversión se
hagan realidad: “El sector privado aguarda
señales claras del Acuerdo de 2015. Queremos discutir con otras partes cómo hacer
que las inversiones se produzcan de forma
oportuna. El papel del sector privado debe
reconocerse expresamente en el Acuerdo
de 2015 (pero no como un sustituto de la
financiación pública). La financiación pública debe continuar donde haga falta y actuar como catalizador de inversiones. Para
proceder a una transformación consistente
con el reto de los 2ºC es imprescindible
crear el contexto adecuado para la inversión pública y privada.”
Por tanto, se están multiplicando las señales de una mayor comprensión de las
necesidades indispensables para organizar la financiación eficaz del desarrollo
sostenible y de la acción climática. En la
actualidad, el potencial de un recurso determinado a nuevas colaboraciones público-privadas ha sido bien aceptado en las
declaraciones de intenciones de los políticos, incluyendo a nivel de la futura presidencia francesa de la COP21 que señala
en su Nota Climat: “Será fundamental la
financiación innovadora con un elevado
efecto palanca para los actores privados.
La financiación privada será tan indispensable como la pública.” El propio presidente francés, François Hollande, precisó
durante el Coloquio Internacional sobre el
Clima y la Energía, celebrado en París el
3 de diciembre de 2014, que “debemos financiar un futuro sin carbón. Sin lugar a
duda, tendremos que imaginar nuevos recursos y las contribuciones que deben hacerse a la transición energética.”
Frente a las declaraciones de intenciones
de los políticos, el estudio Landscape for
climate finance 20146 de la Climate Policy
Initiative transmite al menos dos mensajes,
uno más bien alentador y el otro una llamada a la cruda realidad. En efecto, el estudio
muestra que en los últimos años muchos
de los actores susceptibles de interesarse
por la financiación de la acción climática
ya se encuentran activos en este campo:
gobiernos, instituciones financieras de desarrollo nacionales y multilaterales, fondos
de inversión, grandes empresas e incluso
los particulares. Lo que aún deja mucho
que desear son los importes entregados
o invertidos. Apenas 331 mil millones de
dólares (cifras de 2013), (¡28 mil millones
menos que en 2012!) se han invertido en
actividades de lucha contra los efectos del
cambio climático, una gota de agua en el
océano de necesidades que se cuentan
por trillones. Ante todo, lo que frena los
flujos más importantes de financiación es
la ausencia de interfaces eficaces entre
los inversores, por un lado, y los proyectos susceptibles de recibir inversión, por
otro. A este respecto, vale la pena recordar
cómo a partir de los años 90 las instituciones de microfinanzas comenzaron a tener
acceso a los mercados de capitales para
refinanciarse. También es necesario recordar las conclusiones positivas y negativas
que pudieron extraerse al respecto.
6
http://www.climatefinancelandscape.org/?gclid=
COLR3NSZ68MCFQGe2wodpJEAgg
13
P­­asserelles – N° 1
¿Tienen hueco las micro­
finanzas en la lucha contra
el cambio climático?
Los actores de las finanzas inclusivas y
de las microfinanzas que están listos para
invertir, a su nivel, en la lucha contra el
cambio climático, no deben dejarse impresionar demasiado por las enormes cantidades de dólares y euros en juego.
Por el contrario, deben saber que a nivel
macro, los instrumentos de deuda ya cuentan con una amplia popularidad ante los
inversores institucionales, mientras que la
afluencia de activos en capital sigue siendo
modesta. Ahora bien, la experiencia de las
últimas décadas muestra que a menudo
las instituciones de microfinanzas en los
países en vías de desarrollo necesitan dos
formas de inversión para trabajar y crecer.
Además, entre 2012 y 2013, el flujo de fondos para la lucha contra el cambio climático de los países industrializados hacia los
países en vías de desarrollo se redujo en
ocho mil millones de dólares, situándose
en 34 mil millones. Esto es tan lamentable
como el informe de 2013 de la ONU sobre
el estado de los países menos avanzados,
que identifica, entre otras, la necesidad de
sistemas de financiación especiales para
los pequeños campesinos, así como para
las pequeñas y medianas empresas, que
son clientes potenciales de las instituciones de microfinanzas.
Es necesario este recordatorio de la realidad puesto que es necesario presentar
un cuadro honesto de la situación actual:
el terreno exige todavía en gran medida
una rehabilitación (incluso en sentido literal en lo que respecta a las inversiones
en proyectos de reforestación que buscan
crear nuevos sumideros de carbón) pero
para que los proyectos piloto tengan éxito
es necesaria su difusión y mejora a través
de mayores inversiones. Además, las metodologías para documentar de forma probatoria el impacto medioambiental de un
proyecto dado se están ajustando con el
fin de proporcionar al inversor un balance
del impacto de su inversión, que complementa al informe financiero tradicional. El
trabajo llevado a cabo, por ejemplo, por la
Global Impact Investing Network (GIIN)7 va
justamente en este sentido.
7
http://www.thegiin.org/cgi-bin/iowa/home/index.
html
14
En este contexto, es evidente que todavía
se subestima el papel de los pequeños
campesinos y de las pequeñas y medianas
empresas en la lucha contra el cambio climático y en la adaptación a sus efectos.
Efectivamente, el pequeño productor agrícola que cuenta con los medios financieros
para abastecerse de semillas e insumos
y para participar en iniciativas de almacenamiento del grano recolectado gestiona
mejor su riesgo y contribuye a la seguridad
alimentaria de la población. De esta forma,
de alguna manera se adapta a condiciones
meteorológicas cada vez más duras, consecuencia del cambio climático, que amenazan la regularidad de las cosechas de
una agricultura que depende de las lluvias.
El sector de la pequeña y mediana empresa es aquel que ve florecer iniciativas
innovadoras para la producción de energía
renovable. Sobre la base de modelos económicamente viables, se hacen posibles
proyectos locales aislados o incluso pequeños proyectos que alimentan las grandes redes eléctricas, que apuestan por la
electricidad fotovoltaica, eólica, hidráulica
o incluso geotérmica, y cambian el día a
día de las poblaciones más pobres, especialmente en las zonas remotas que los
proveedores tradicionales no abastecen.
El impacto social de dichos proyectos en
las poblaciones es inmediato y evidente:
mejor calidad de vida, mejores condiciones
de trabajo y estudio, descenso de enfermedades (especialmente respiratorias) debidas al humo de los fogones para cocinar,
descenso del número de quemaduras e
incendios, fuente de energía segura para
recargar teléfonos móviles que a menudo
son el único vínculo con el resto del mundo.
El impacto medioambiental reside sobre
todo en la bajada del consumo de energía
de origen fósil, como el gasóleo, que se
emplea para el funcionamiento de generadores de electricidad obsoletos y de alto
consumo que a menudo son caros y contaminantes. El recurso a la energía renovable también reduce el consumo de madera
para cocinar, iluminar y calentar, contribuyendo de este modo a la reducción de la
deforestación de los escasos bosques de
la zona del Sahel, por ejemplo.
Es evidente que el acceso a fuentes de
energía renovable, como la adquisición de
un panel solar o de un horno solar, tiene
un coste y los medios de los clientes beneficiarios son limitados. Aquí es donde
pueden ser útiles los conocimientos de
las instituciones de microfinanzas. Ya sea
a través de instrumentos de microcrédito,
microahorro, microseguro o microleasing;
las instituciones de microfinanzas son muy
conscientes de la sostenibilidad económica indispensable que debe existir en la
base de cualquier actividad de microfinanciación. Su papel de acompañante, junto
a aquellos clientes que prefieren adquirir
un equipo que utilice energía renovable
en vez de consumir energía fósil, no debe
subestimarse en términos de formación y
asesoramiento.
Asimismo, en los eslabones iniciales de la
cadena económica, frente a los productores de energía renovable o a los revendedores de tales equipos, es muy valiosa la
pericia y experiencia de las instituciones
de microfinanzas, sobre todo el conocimiento que tienen de su clientela. Las
instituciones de microfinanzas contribuyen
a crear un entorno favorable que permite
ampliar las actividades de producción y comercio de energía renovable desde abajo
mediante esa apertura a estos otros actores de la cadena de valor de la producción
y del consumo de energía renovable. En
necesario alentarles para que den un paso
más y busquen un contacto con las autoridades de regulación de los mercados de
la energía, al igual que los profesionales
de las microfinanzas han comprendido que
a pesar de los obstáculos que les puedan
imponer, los bancos centrales pueden convertirse en aliados objetivos en aras de
una finanza inclusiva. En efecto, normas
prudenciales, la supervisión y la seguridad
jurídica son instrumentos poderosos para
crear un clima de confianza necesario para
el inversor y el cliente.
Al establecer de forma determinada una
red de múltiples actores con pericias y tradiciones muy distintas pero unidos por un
mismo objetivo de puesta en marcha de un
sistema de alimentación energética sostenible, la acción de base (iniciada, por qué
no, por una institución de microfinanzas)
puede unirse a las estrategias y políticas
sectoriales nacionales para obtener una
plusvalía sin precedentes. Una vez más,
es necesaria una pizca de realidad. Por
muy eficaz que pueda resultar el trabajo
en una red coordinada, no debe subestimarse el esfuerzo y el tiempo necesarios
para ponerlo en marcha y hacerlo funcionar. A menudo las pequeñas estructuras,
como aquellas de las instituciones de microfinanzas, resultan muy dinámicas para
hacer que progrese el alma de su trabajo,
pero no cuentan con tiempo para este tipo
de redes complicadas y costosas. Puede
ser de gran valor la ayuda por parte de sus
socios externos (por ejemplo, cooperaciones bilaterales y multilaterales o socios filántropos) como elemento de unión entre
Microfinanzas y Cambio Climático
los agentes sobre el terreno y los políticos
y reguladores.
La necesidad de interfaces útiles repercute
por una parte en los inversores que están
listos para financiar acciones climáticas y,
por otra, en los promotores y directores de
proyectos con falta de medios financieros
para trabajar, funcionar y crecer. Es aquí
donde se pueden extraer lecciones de las
microfinanzas. En primer lugar, no perjudica recordar que la viabilidad económica
del proyecto es esencial. Toda inversión
con ánimo de lucro debe producir al final
de la cadena de financiación una actividad
que genera ingresos, a falta de los cuales
se ve amenazado el reembolso del capital invertido y, por consiguiente, el pago
de los intereses convenidos. Mientras que
los inversores en microfinanzas a menudo
exigen la prueba del impacto social, cada
inversión en una acción climática requiere
una documentación precisa sobre su impacto medioambiental. Una vez más, de
nada sirve ocultar la verdad: medir y comunicar estos impactos sociales o medioambientales para demostrar un doble (incluso un triple) resultado para una inversión
concreta, tiene un coste que debe bien integrarse en el modelo financiero, bien cubrirse mediante una fuente de financiación
paralela.
Si en un futuro cercano los inversores
apuestan en mayor número por inversiones que resulten atractivas por su rendimiento financiero razonable y, al mismo
tiempo, por su impacto social o medioambiental, habrá que felicitarse por ello pero
poniendo atención en evitar (como ocurre
en microfinanzas) que estos nuevos flujos
financieros se conviertan en la víctima de
su propio éxito.
Existe el riesgo objetivo del exceso de liquidez de los instrumentos financieros que
deben implementarse y es necesario prever escenarios en los que las capacidades
de absorción a nivel de los proyectos de
acción climática no se desarrollen al mismo ritmo que el flujo de los fondos que
se les destina. Por ejemplo, los gestores
del Green Climate Fund8 son plenamente
conscientes de ello. Se trata de un fondo
multilateral que deberá contar con un capital de 100 mil millones de dólares de aquí
a 2020 y que fue creado por Naciones Unidas para financiar acciones climáticas en
los países en vías de desarrollo. Se impone una programación regular y sostenida
de acciones climáticas apropiadas. Parece
que lo más apropiado es identificar y formular aquellos proyectos realistas y eficaces, implicando al máximo a los futuros
beneficiarios y respetando las elecciones
estratégicas sectoriales de los respectivos
países de acogida.
Conclusión
Es difícil en 2015 no incluir las discusiones
sobre el papel de las microfinanzas y las
finanzas inclusivas en favor de la acción
climática en el contexto de las negociaciones internacionales que deben culminar
en diciembre de 2015, durante la 21ª Conferencia de las partes de la Convención
Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (CMNUCC). El objetivo
de la conferencia es definir un nuevo marco para la acción climática internacional
para el periodo posterior a Kioto9 e incluir
los compromisos nacionales que los 195
Estados Partes de la conferencia adoptan
para luchar contra el cambio climático más
allá de 2020.
Al Gran Ducado de Luxemburgo le corresponde un papel especial en este contexto
ya que preside el Consejo de Ministros de
la Unión Europea del 1 de julio al 31 de
diciembre de 2015 y tendrá, entre otras,
la obligación de coordinar la postura europea con respecto a la cuestión del cambio
climático así como defenderla durante la
negociación internacional. Luxemburgo,
que cuenta con sus propios desafíos en
materia de reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y de eficiencia
energética, podría optar por hacer valer
una de sus ventajas comparativas, especialmente en la cuestión central de la financiación de la acción climática. Constituyen
ventajas en este contexto, por una parte,
la proximidad de socios potenciales importantes tales como el Banco Europeo de
Inversiones o la segunda industria más importante del mundo en cuanto a fondos de
inversiones y, por otra parte, un compromiso internacional durante mucho tiempo
en favor de una financiación honesta del
desarrollo sostenible y de la lucha contra
el cambio climático. También podría considerarse una ventaja en este contexto el
apoyo continuo de Luxemburgo durante
las dos últimas décadas a la evolución de
las microfinanzas y de las finanzas inclusivas así como la experiencia acumulada
al respecto.
Para concluir, cabe constatar que el desafío del cambio climático está mundialmente reconocido en la actualidad y que las
amenazas inherentes se entienden mejor
que nunca. Además, ya no se rechaza categóricamente la importante participación
del hombre en el origen del calentamiento
global, especialmente a través de las exce-
sivas emisiones de gases de efecto invernadero. En respuesta, se han identificado
con claridad las medidas de atenuación y
mitigación de los efectos del cambio climático y ya no hay duda sobre la necesidad
de una puesta en marcha coordinada e
integrada de estas medidas para obtener
una reacción eficaz en nuestro propio interés y en el de las generaciones futuras.
Afortunadamente, aunque ya sean las
doce de la noche menos tres minutos10, todavía hay tiempo de actuar siempre que se
haga rápidamente y de forma coordinada
y global.
La adversidad contra la que debemos luchar ya se ha identificado, las alianzas entre estados, sociedad civil y sector privado
ya se consideran indispensables, si es que
aún no son efectivas, y la financiación del
arsenal de medidas que deben implementarse se encuentra en la primera fila del
debate internacional. Con respecto a esta
última cuestión, la historia de las microfinanzas (especialmente los esfuerzos que
han permitido a las instituciones de microfinanzas tener acceso a los mercados de
capitales) está plagada de enseñanzas
para crear nuevas coaliciones en forma
de asociaciones público-privadas y para
conseguir la financiación necesaria. Como
ocurre con las microfinanzas, la viabilidad
económica de los proyectos que serán financiados es crucial, pero en el contexto
de la lucha contra el cambio climático, su
impacto medioambiental y social también
lo son. Conforme al espíritu de las finanzas
inclusivas y a través de alianzas entre los
productores de energías renovables y las
autoridades y reguladores públicos, a los
profesionales del sector microfinanciero
les faltará tiempo para detectar las oportunidades de valorizar sus conocimientos,
sobre la base de análisis sólidos de las necesidades de sus clientes para ayudarles
en su desarrollo sostenible contribuyendo
a la lucha contra el cambio climático.
8
http://news.gcfund.org/
9
10
En relación al Protocolo de Kioto en virtud del
cual se establecieron en 1997 los objetivos
climáticos que se debían alcanzar a lo largo de
dos fases de compromisos sucesivos (20082012 y 2013-2020).
Según el reloj del fin del mundo del Boletín de
los Científicos Atómicos de la Universidad de
Chicago.
15
P­­asserelles – N° 1
El rendimiento medioambiental
de las IMF en América Central
en un contexto de cambio
climático
Davide Forcella, Juana Ramirez y Marion Allet *
Este documento presenta una interpretación del papel de las IMF en el apoyo a los sistemas de protección medioambiental en un contexto de cambio climático. Se centra en
el análisis de las prácticas medioambientales de la microfinanciación en América Central
y en la región del Caribe. El documento diferencia entre la evaluación del rendimiento
medioambiental de las IMF y las políticas de gobernanza corporativa contra los riesgos
medioambientales tales como el cambio climático. El primer enfoque nos ayudará a entender las prácticas respetuosas con el medio ambiente que las IMF están poniendo en
marcha en América Central y cuáles rinden más, mientras el segundo ofrecerá información sobre los marcos políticos o mecanismos de gobernanza corporativa que influyen
en las decisiones de los gestores de las IMF con respecto a las prácticas de protección
ambiental.
El cambio climático y la gestión medioambiental son cuestiones que, en los últimos años,
han llamado cada vez más la atención, incluso dentro del sector de las microfinanzas.
El tema es cada vez más visible en conferencias, talleres, instrumentos y publicaciones.
La cuestión principal que trata este documento es si la cada vez mayor atención
que atraen el cambio climático y la degradación medioambiental ha servido para
mejorar el rendimiento medioambiental en el seno de las IMF. Es decir, cómo se
adaptan las IMF a las amenazas del cambio climático y si están contribuyendo a mitigar
el calentamiento del planeta.
Mitigación del cambio
climático y estrategias
de adaptación.
“Las respuestas al cambio climático se
estructuran en dos amplias categorías:
mitigación y adaptación. La mitigación se
centra en reducir la gravedad del cambio
climático mediante la limitación de las emisiones de gases de efecto invernadero. La
adaptación se centra en tomar medidas
que ayuden a la gente a adaptarse a las
nuevas condiciones. Muchas acciones tales como promocionar productos de ener-
gía limpia y la innovación agrícola, apoyan
tanto la mitigación como la adaptación.”1
Por tanto, vamos a proponer un análisis de
las acciones desarrolladas por las IMF de
nuestra muestra en términos de mitigación
y adaptación para hacer frente al cambio
climático. Para ilustrar ambos enfoques, el
artículo se centra en la zona geográfica de
América Central y el Caribe y se estructura
en tres partes distintas. La primera se centra en identificar cuáles son las IMF que se
están “volviendo ecológicas”, teniendo en
cuenta las respuestas de las IMF a cuestionarios cuantitativos y cualitativos. La se-
Davide Forcella, Associate Researcher at CERMi (Center for European Research in Microfinance) –
Université libre de Bruxelles
Juana Ramirez, Encargada de proyecto I&D, ADA
Marion Allet, Associate Researcher at CERMi (Center for European Research in Microfinance) –
Université libre de Bruxelles and Senior Programme Officer at PAMIGA.
*
1
16
Rippey Paul, CGAP Focus Note, N°53, marzo
2009
gunda analiza si ha habido una evolución
en términos de prácticas y rendimiento
medioambiental en la zona geográfica seleccionada, teniendo en cuenta resultados
procedentes de datos recogidos en 2011
y 2014. Finalmente, la tercera parte tiene
en cuenta tendencias identificadas (a partir
de los cuestionarios) y vincula dichas tendencias a los mecanismos de gobernanza
corporativa que potencialmente influyen en
el rendimiento medioambiental.
Microfinanzas y Cambio Climático
Metodología
Nuestras conclusiones se basan en información recogida en 2014 mediante un
cuestionario diseñado por ADA2. El cuestionario pretendía crear un inventario de
prácticas y herramientas de gestión del
riesgo medioambiental utilizadas por las
IMF en la región seleccionada. El cuestionario se divide en cuatro secciones y pretende asesorar las intenciones, procesos,
productos y prácticas respetuosas con el
medio ambiente de las IMF, y fue compartido con IMFs miembros de REDCAMIF, la
Red Centroamericana y del Caribe de Microfinanzas3. Por tanto, para recoger datos
cuantitativos y cualitativos, se distribuyó el
cuestionario a 133 IMFs4 y se realizaron
25 entrevistas cualitativas parcialmente
estructuradas con directores de 25 IMFs.
Estas últimas se organizaron con aquellas IMF que ya implementan prácticas
medioambientales previamente identificadas mediante el cuestionario cuantitativo.
Es más, el artículo también se refiere al
análisis de los resultados de las IMF de
acuerdo con la estructura y metodología
del Índice Verde5, una herramienta diseñada para evaluar el rendimiento medioambiental de las IMF. El Índice Verde se
establece conforme a 3 dimensiones. La
primera se refiere a la estrategia medioambiental formal de la IMF e incluye indicadores tales como tener una política medioambiental oficial como nombrar a alguien para
que gestione los temas medioambientales
o informe sobre el rendimiento medioambiental. La segunda está ligada a la gestión del riesgo medioambiental. Las IMF
pueden examinar sus riesgos internos (su
huella ecológica interna) y, por ejemplo,
definir mecanismos para reducir el consumo de papel, agua y energía a nivel de sus
oficinas. También pueden examinar sus
riesgos externos (riesgos medioambientales de las actividades que financian) y
decidir utilizar una lista de exclusión para
condicionar el acceso al consiguiente préstamo o concienciar a los clientes sobre las
soluciones de mitigación. Finalmente, la
tercera dimensión se centra en cómo pueden las IMF fomentar las oportunidades
verdes, ofreciendo préstamos específicos
o formaciones para promover negocios
respetuosos con el medio ambiente (tales
como las actividades de reciclaje), prácticas verdes (como la agrosilvicultura) o tecnologías verdes (paneles solares, cocinas
mejoradas).
El análisis comparativo de las respuestas
de las IMF tanto al Índice Verde como al
Cuestionario de ADA nos permitió, en pri-
mer lugar, identificar las tendencias de
rendimiento medioambiental; en segundo
lugar, establecer comparaciones con otros
estudios que aplican el Índice Verde en
Europa y en otros países en desarrollo y,
en tercer lugar, aportar más información
sobre el entorno político o económico que
rige las IMF en América Central.
1. Medioambiente y
Microfinanzas: ¿Quién hace
qué?
La industria microfinanciera es muy heterogénea. Las IMF presentan una gran variedad de perfiles dependiendo de su tamaño,
situación geográfica, misión y condición
jurídica, que también pueden variar de un
país a otro, dependiendo de las exigencias
reglamentarias6. Por tanto, analizamos en
qué medida esta heterogeneidad influye
en la capacidad de una IMF para participar
en cuestiones medioambientales.
Teniendo en cuenta esta heterogeneidad y
unos estudios previos7, se pueden formular
las hipótesis siguientes:
• Las IMF más grandes tienen mayor probabilidad de tener un mejor rendimiento
medioambiental debido al acceso a recursos (financieros o humanos), a economías de escala y a la exposición a la
opinión pública.
• Las instituciones con ánimo de lucro
pueden participar en iniciativas ecológicas para diferenciarse en un mercado
competitivo, ofreciendo nuevos productos y tratando de llegar a nuevos clientes.
• Las IMF más antiguas pueden tener
un mejor rendimiento medioambiental
debido al tiempo y recursos necesarios
para formalizar los procesos medioambientales e implementar las iniciativas
medioambientales, excepto cuando una
organización haya nacido con una misión medioambiental (poco frecuente
en la industria MF).
• El interés en la conservación del medio
ambiente de nuevos actores tales como
los donantes o inversores, puede llevar a las IMF a mejorar su rendimiento
medioambiental para atender las necesidades de sus actores y, por tanto,
garantizar el acceso a más fondos o
nuevos fondos.
• El mejor rendimiento financiero, la capacidad o posibilidad de subvencionar
de forma cruzada las operaciones MF
con recursos provenientes de actividades no microfinancieras más rentables
2
Puede consultarse el cuestionario en www.adamicrofinance.org
3
REDCAMIF representa a asociaciones
nacionales de microfinanzas de Guatemala,
El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica,
Panamá y República Dominicana.
4
Las muestras de ADA recogen respuestas de
otras 53 en REDCAMIF, visite http://redcamif.
org/MFIs. El 45% son ONGs, el 16% son
IFNBs, el 8% son bancos y un 6% son uniones
de crédito o cooperativas. El 22% son redes u
organizaciones de apoyo que no serán tenidas
en cuenta en nuestro análisis.
5
El Índice Verde es el resultado de la labor
de colaboración entre varias organizaciones
e individuos que participan en el Grupo
sobre Microfinanzas y Acción Ambiental de
la Plataforma Europea de Microfinanzas
(e-MFP). Ha sido incluido en la nueva versión
de la herramienta para los Indicadores del
Desempeño Social (SPI14) desarrollada por
CERISE (herramienta de referencia para el
sector microfinanciero en lo que respecta a
normas en materia de responsabilidad social)
como módulo opcional sobre rendimiento
medioambiental, y se encuentra actualmente
en fase de prueba
6
Por tanto, las IMF tienen estructuras de
propiedad diferentes: pueden ser ONGs
orientadas al desarrollo, instituciones o
cooperativas privadas. Pueden ser bancos
comerciales multinacionales o bancos locales
estatales así como redes.
7
Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green
microfinance: Characteristics of microfinance
institutions involved in environmental
management. Journal of Business Ethics.
126(3), 395-414 y Allet, M. (2014). Why do
microfinance institutions go green? Journal of
Business Ethics, 122(3), 405–424. Forcella,
D., & Hudon, M. (2014). Green Microfinance
in Europe. Journal of Business Ethics. Las
hipótesis consideradas a continuación son
una combinación debatida en estudios previos.
• Las IMF con una misión social más fuerte pueden, por el contrario, participar en
causas ecológicas como una de las dimensiones de su rendimiento social.
• La condición jurídica de las IMF puede
influir en el rendimiento medioambiental. Es decir, es posible que las IMF
inscritas como bancos tengan una mejor estrategia de valoración del riesgo
medioambiental o gestión del riesgo
medioambiental porque se encuentran
más vigiladas por las normas medioambientales.
• Las ONG con una misión social clara
pueden tener un mejor rendimiento en
servicios medioambientales no financieros porque se usan tradicionalmente
para proporcionar servicios adicionales
junto con el crédito suministrado.
17
P­­asserelles – N° 1
8
La muestra de ADA recoge respuestas de
53 IMFs de las cuales el 45% eran ONGs, el
16% IFNBs, el 8% bancos y el 6% Uniones
de Crédito o Cooperativas. El 22% eran
redes u organizaciones de apoyo que no
serán tenidas en cuenta en nuestro análisis.
Estas IMF operan en 8 países: Costa
Rica, República Dominicana, El Salvador,
Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá
y Perú (solo 1 IMF). Es importante subrayar
desde el principio que nuestro análisis persigue
investigar los factores que facilitan o limitan
la gestión medioambiental de las IMF. No
obstante, no pretendemos (ni podemos a estas
alturas) valorar el vínculo causal entre una
característica particular y su influencia en el
rendimiento medioambiental de la IMF.
Cada una de estas cuatro dimensiones tiene
una puntuación que va de un valor mínimo de
0% a uno máximo de 100%. Esta estructura
es casi idéntica a la presentada en el índice
verde, con la única diferencia que en el índice
verde la gestión del riesgo interno y externo se
agrupa en una única gestión del riesgo y tiene
un peso del 0,5 del índice medioambiental total.
El índice de rendimiento medioambiental total
tiene una puntuación del 0% al 100%.
10
Estas características fueron seleccionadas de
acuerdo con dos criterios: su relevancia a la
hora de influir en el rendimiento medioambiental
de las IMF y la disponibilidad de datos.
9
11
Realizamos dos Test-T sobre las puntuaciones
de cada uno de los cinco índices medioambientales con respecto a las cinco características
consideradas, sin asumir una variación equitativa de las dos poblaciones, y apoyamos esto con
la implementación de una prueba no paramétrica: la prueba Mann-Whitney-Wilcoxon (MWW),
muy útil para pequeñas muestras y muestras
no aproximativas distribuidas normalmente.
Para las variables continuas también realizamos
algunos análisis simples de correlación lineal
utilizando la correlación Pearson. Apoyamos
este análisis con un análisis de correlación no
paramétrico empleando la correlación de Spearman y comprobamos si las correlaciones eran
significativas. El valor de correlación va de un
mínimo de 0 a un máximo de 1.
12
13
También se realizó algún análisis de regresiones econométricas, pero debido al pequeño
tamaño de la muestra solo se han usado para
comprobar la consistencia de los resultados del
análisis de las diferencias de medias.
Afganistán, Albania, Armenia, Azerbaiyán,
Bangladesh, Benín, Bolivia, BosniaHerzegovina, Brasil, Bulgaria, Burkina,
Camboya, Camerún, Colombia, Congo,
Costa Rica, Ecuador, Egipto, El Salvador,
Etiopía, Georgia, Ghana, Guatemala, Guinea,
Honduras, India, Iraq, Jordania, Kazakstán,
Kenia, Kosovo, Kirguistán, Líbano, Madagascar,
Mali, México, Mongolia, Marruecos, Nepal,
Nigeria, Pakistán, Palestina, Paraguay, Perú,
Filipinas, RDC, Rumanía, Rusia, Samoa,
Senegal, Serbia, Sierra Leona, Sri Lanka,
Tayikistán, Tanzania, Gambia, Togo, Uganda y
Vietnam.
Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green
microfinance: Characteristics of microfinance
institutions involved in environmental
management. Journal of Business
Ethics.126(3), 395-414.
18
o el acceso a donaciones, pueden tener efectos positivos en el rendimiento
medioambiental de la IMF porque pueden proporcionar fondos adicionales
necesarios para el desarrollo de nuevos
productos o procedimientos medioambientales.
• La existencia de una demanda de productos respetuosos con el medio ambiente o necesidades relacionadas,
como la falta de acceso de la energía
de los clientes, puede motivar a las IMF
a volverse ecológicas. Otras características como la situación geográfica, la
cultura local, la exposición a la degradación medioambiental, pueden influir
en el rendimiento medioambiental.
• La población o actividades objetivo, medidas en términos de tamaño medio del
préstamo por cliente, puede influir también en el rendimiento medioambiental
de la IMF. Las instituciones con un tamaño medio del préstamo inferior pueden
tener un menor rendimiento medioambiental que aquellas con mayores préstamos debido al capital necesario para
invertir en iniciativas medioambientales
o comprar tecnologías más limpias.
Seguidamente procedimos a verificar algunas de las hipótesis mencionadas más
arriba en nuestra muestra de 53 IMFs de
América Central o el Caribe8.
1.1. Consideraciones
metodológicas y muestra
Para permitir un enfoque comparativo, se
evalúa el rendimiento medioambiental de
las IMF de América Central y el Caribe de
acuerdo con las tres principales dimensiones incluidas en el Índice Verde mencionado más arriba: estrategia medioambiental,
gestión del riesgo y oportunidades verdes.
La gestión del riesgo puede, a su vez,
subdividirse en gestión del riesgo interno
y externo, con el fin de realizar un análisis más preciso. También introducimos un
índice de rendimiento medioambiental total que simplemente se computa como la
media de los cuatro sub-índices anteriores,
que debería dar una visión común sobre
el compromiso medioambiental de la IMF9.
Para comprobar algunas de las hipótesis
proporcionadas, comparamos las puntuaciones de las IMF del cuestionario de ADA
con información sobre cinco características10: situación geográfica (país), condición
jurídica, edad de la institución, tamaño de
la institución (en términos de número de
prestatarios activos en 2013) y población
objetivo (clientes o actividades medidos
en términos de préstamo activo medio por
persona en 2013). Se recopiló información
adicional del portal MIX Market (MIXM).
Desafortunadamente, tan solo 42 de las
53 IMFs que participaron en el cuestionario
de ADA informan al MIX Market y solo 37
transmiten toda la información relativa a las
cinco características señaladas más arriba.
En análisis de si las cinco características
influyen en el rendimiento medioambiental de las IMF y de cómo influyen, se hizo
en dos pasos. Primero calculamos el valor medio del rendimiento medioambiental
en torno a las diferentes dimensiones y de
conformidad con las características de la
IMF (situación geográfica, condición jurídica, edad, tamaño y número de clientes, extraídas de Mix Market). Los resultados nos
permitieron, por un lado, valorar cómo se
puede distinguir el rendimiento medioambiental en diferentes tipos de IMF y, por
otro, analizar cómo las características de
las IMF pueden explicar las tendencias
en el fomento o limitación de la puesta en
marcha y adopción de procedimientos y
productos medioambientales de las IMF
dentro de la muestra de IMFs de ADA en
América Central.
Después analizamos si las tendencias observadas pueden generalizarse y explicar
el rendimiento medioambiental de otras
IMF similares no incluidas en la muestra de
ADA pero que operan en la misma región.
Con este fin se llevaron a cabo pruebas estadísticas simples11. Por tanto, si una tendencia observada para una característica
de la IMF particular dentro de la muestra
de ADA puede extenderse a toda la población de IMFs en la misma zona, denominamos dicho resultado “significativo” para
todas las IMF con las mismas características. Si no es el caso, denominamos a la
tendencia observada “no significativa”.
A nivel empírico, dos estudios previos ya
han analizado las características que fomentan o limitan la participación de las IMF
en asuntos medioambientales respectivamente en una muestra de 160 IMFs en 59
países en desarrollo12 con información recopilada en 201113 y en una muestra de 58
IMFs que operan en 36 países europeos14
con información recopilada en 201315 (Ver
Tabla 3).
Microfinanzas y Cambio Climático
Tabla 1: Características de las IMF en la muestra de ADA
Número de
observaciones
Min.
Max.
Media
Año de constitución
42
1962
2004
1989
IFNB
40
0
1
22.5%
ONG
40
0
1
57.5%
Banco
40
0
1
10.0%
Unión de Cred. – Coop.
40
0
1
7.5%
Número de prestatarios activos (2013)
37
136
177,951
21,409
Préstamo medio (2013)
37
189
11,757
1799
Tabla 2: Análisis comparativo sobre el rendimiento medioambiental
Número de
observaciones
Media
IMFs
latino­
americanas
IMFs en otros
países en
desarrollo
IMFs
europeas
Rendimiento
medioambiental total
42
36.3%
25%
26%
28,3%
Estrategia
medioambiental
49
29,6%
25%
26%
18,8%
Riesgo
medioambiental
interno
45
30,2%
42%
33%
34,1%
Riesgo
medioambiental
externo
47
45,7%
17%
23%
23,8%
Oportunidades
Verdes
49
39,3%
17%
22%
36,5%
Tabla 3: Tabla comparativa de las características de las IMF que influyen en su rendimiento medioambiental
Estudio en países en desarrollo
(Allet & Hudon 2015)
Estudio en países europeos
(Forcella & Hudon 2014)
Estudio en América Central-Caribe
(Muestra de ADA 2014)
Tamaño
Las IMF más grandes tienen un mejor
rendimiento medioambiental
Las IMF más grandes tienen un mejor
rendimiento medioambiental
Las IMF medianas-pequeñas tienen un
peor rendimiento medioambiental, las
IMF medianas-grandes tienen un mejor
rendimiento medioambiental
Edad
Las IMF más viejas tienen un mejor
rendimiento medioambiental
Las IMF más viejas tienen un mejor
rendimiento medioambiental
Las instituciones jóvenes-de mediana edad
tienen un mejor rendimiento medioambiental,
las instituciones más viejas tienen peores
rendimientos medioambientales
Condición jurídica Los bancos tienen un mejor rendimiento
medioambiental
para aquellas con o sin ánimo de lucro no
influye en el rendimiento medioambiental
Los bancos tienen un mejor rendimiento
medioambiental
Situación
geográfica
Las IMF de Europa del este tienen un mejor
rendimiento medioambiental en la industria
europea
Las IMF de República Dominicana tienen
un mejor rendimiento medioambiental
Las IMF de Asia tienen mejor rendimiento
medioambiental entre los países en
desarrollo
1.2. Análisis de datos
Situación geográfica
14
15
Austria, Bélgica, Bulgaria, Chipre, Croacia,
República Checa, Dinamarca, Estonia,
Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría,
Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo,
Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal,
Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, España,
Suecia, Reino Unido, Islandia, Montenegro,
República de Macedonia, Serbia y Turquía,
Albania, Bosnia-Herzegovina, Kosovo.
Forcella, D., & Hudon, M. (2014). Green
Microfinance in Europe. Journal of Business
Ethics. doi: 10.1007/s10551-014-2452-9.
La figura 1 muestra la puntuación de las
cuatro dimensiones medioambientales
consideradas y la puntuación del rendimiento medioambiental total por país en
que operan las IMF.
Hay una clara tendencia de las IMF que
operan en República Dominicana a tener
mejores puntuaciones, mientras que las
IMF en Panamá tienden a puntuar menos
en comparación con otros países. No obstante, las IMF en Costa Rica tienen mejores puntuaciones en oportunidades verdes
mientras que son las IMF de Nicaragua las
mejores en gestión del riesgo medioambiental externo.
Los únicos resultados estadísticamente
significativos son:
• Las IMF de República Dominicana tie­
nen una mejor estrategia medioam­
biental;
• Las IMF de Panamá tienen en térmi­
nos generales peor puntuación en
rendimiento medioambiental total,
estrategia medioambiental y riesgo
medioambiental interno.
19
P­­asserelles – N° 1
Figura 1: Número y porcentaje de IMFs en la muestra de ADA de acuerdo con su situación geográfica
Honduras
República Dominicana
9
17%
Guatemala
Nicaragua
11
20.8%
7
13.2%
El Salvador
5
9.4%
7
13.2%
Costa Rica
10
18.9%
Ya se ha examinado en estudios previos la
influencia de la situación geográfica en el
rendimiento medioambiental de las IMF. En
otros países en desarrollo, en particular las
IMF de Asia, tienen un mejor rendimiento
medioambiental probablemente debido a
tendencias miméticas influidas por líderes
como Grameen Shakti16. En Europa se ha
examinado17 que las IMF que operan en
países de Europa del este tienen un rendimiento medioambiental mejor. Esto se
debe probablemente a una mayor competitividad y a menores subsidios en Europa
del este en comparación con Europa occidental, lo que implica que las IMF se ven
empujadas a diversificar sus productos y
a tener más en cuenta su imagen pública.
En el caso de las IMF de la muestra de
ADA, se puede explicar el mejor rendimiento medioambiental de las IMF de
República Dominicana por la alta compe-
16
Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green
microfinance: Characteristics of microfinance
institutions involved in environmental
management. Journal of Business Ethics.
126(3), 395-414.
17
Forcella, D. & Hudon, M. (2014). Green
Microfinance in Europe. Journal of Business
Ethics. Doi: 10.1007/s10551-014-2452-9.
18
Forcella, D., & Hudon, M. (2014). Green
Microfinance in Europe. Journal of Business
Ethics. doj: 10.1007/s10551-014-2452-9.
20
Panamá
3
5.7%
Perú
Total
1
1.8%
53
100%
titividad. Por tanto, las IMF pueden tratar
de diferenciarse de la competencia implementando estrategias medioambientales.
Otra explicación para el mejor rendimiento
medioambiental podría estar relacionada
con normas vigentes y adaptadas en la
República Dominicana.
Condición Jurídica
La figura 3 presenta las puntuaciones
para cuatro dimensiones medioambientales y las puntuaciones para el rendimiento
medioambiental total de acuerdo con la
condición jurídica de las IMF.
Parece que las IMF de la muestra que figuran como bancos tienden a tener un
mejor rendimiento medioambiental global
y en particular para la dimensión de la estrategia medioambiental y gestión del riesgo medioambiental interno y externo. Las
IFNB, Uniones de Crédito o Cooperativas
tienen mejores puntuaciones en oportunidades verdes. Sin embargo, el único resultado estadístico significativo es:
• Las IMF inscritas como bancos tie­
nen una mejor gestión del riesgo
medioambiental externo que las que
tienen otras condiciones jurídicas.
• Las IMF inscritas como bancos tie­
nen una mejor gestión del riesgo
medioambiental interno que las que
tienen otras condiciones jurídicas.
Este resultado coincide con los hallazgos
de IMFs en otros países en desarrollo, según los cuales los bancos tienen un mejor rendimiento medioambiental y puntúan
mejor en las dimensiones de estrategia
medioambiental y gestión medioambiental
del riesgo18.
Podría explicarse este resultado por el hecho de que las IMF inscritas como bancos
pueden encontrarse más sujetas a las normas medioambientales y, por tanto, es más
probable que establezcan procesos para
limitar su exposición a riesgos medioambientales, como la adopción de una lista de
exclusión o el estudio de los préstamos de
acuerdo con criterios medioambientales.
Edad de las instituciones
La figure 4 muestra las puntuaciones de
cuatro dimensiones medioambientales
consideradas y la puntuación del rendimiento medioambiental total de acuerdo
con el año de la constitución de las IMF de
nuestra muestra.
Microfinanzas y Cambio Climático
Puntuaciones para las distintas dimensiones medioambientales
Figura 2: Puntuaciones medias por dimensión medioambiental y por país
0,700
0,600
Estrategia MA
Oportunidades Verdes
Riesgo MA interno
Rendimiento MA Tot.
Riesgo MA externo
53%
0,500
0,400
41%
40%
36%
35%
31%
0,300
• Las IMF constituidas antes de 1980
tienen peor el rendimiento medioam­
biental, la gestión del riesgo
medioambiental interno y las oportu­
nidades verdes;
0,200
11%
0,100
0,000
El Salvador
Honduras
Guatemala
Costa Rica
Panamá
La edad de constitución de la IMF no parece mostrar ninguna tendencia clara hacia un mejor rendimiento para IMFs más
viejas o más jóvenes19. Parece que la
influencia de la edad de la institución en
su rendimiento medioambiental sigue una
dependencia no lineal con unas peores
puntuaciones de las instituciones más viejas, mientras las instituciones constituidas
entre 1990 y 1995 tienen una mejor puntuación. Los resultados estadísticamente
significativos son:
Nicaragua
Rep.
Dominicana
• Las IMF constituidas entre 1990 y
1995 tienen mejor el rendimiento
medioambiental total y la gestión del
riesgo externo;
Figura 3: Puntuaciones medias por dimensión medioambiental y por condición jurídica
Puntuaciones para las distintas dimensiones
medioambientales
Países
• Las IMF constituidas entre 1995 y
2000 tienen unas peores oportunida­
des verdes.
0,600
0,500
0,400
40%
37%
32%
0,300
27%
0,200
Estrategia MA
Oportunidades Verdes
0,100
Riesgo MA interno
Rendimiento MA Tot.
Riesgo MA externo
0,000
NBFI
NGO
Bank
Condición Jurídica
Credi U/Coop
Puntuaciones para las distintas dimensiones
medioambientales
Figura 4: Puntuaciones medias por dimensión medioambiental y por año
de constitución
0,700
0,600
0,500
42%
0,400
31%
0,300
30%
29%
0,000
19
En efecto, las correlaciones de Pearson y
Spearman son bastante débiles (entre 0,2
y 0,3) y la única correlación ligeramente
significativa es para la gestión del riesgo
medioambiental externo.
20
Mientras en Europa y otros países en
desarrollo había una evidente tendencia
lineal de instituciones más antiguas con mejor
rendimiento medioambiental, en la muestra
de ADA la dependencia era más no lineal y en
forma de U invertida.
21
Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green
microfinance: Characteristics of microfinance
institutions involved in environmental
management. Journal of Business Ethics.
126(3), 395-414
22
Forcella, D., & Hudon, M. (2014). Green
Microfinance in Europe. Journal of Business
Ethics. doi: 10.1007/s10551-014-2452-9.
Estrategia MA
Oportunidades Verdes
0,200
0,100
Este resultado es diferente20 cuando se
compara con otros países en desarrollo21
y con Europa22, donde en promedio las
instituciones más antiguas tienen un mejor
rendimiento medioambiental. En América
Central y el Caribe parece que hace falta
un cierto grado de madurez para desarrollar un rendimiento medioambiental, pero
no el mismo grado de madurez que el de la
muestra de IMFs de Europa y de otros países en desarrollo. Estudios realizados para
esas muestras argumentan que las IMF
maduras invierten los recursos que acumulan, su experiencia y conocimiento de los
clientes en desarrollar nuevos productos y
procesos. Esto se considera una inversión
en cuestiones ambientales. No obstante,
una vez aumenta el grado de madurez, las
Riesgo MA interno
Rendimiento MA Tot.
Riesgo MA externo
8%
Less 1980
1980-1985 1985-1990
1990-1995
Años de constitución
1995-2000
21
P­­asserelles – N° 1
El tamaño de las instituciones, medido en
términos de número de clientes activos, no
parece subrayar una tendencia clara (Figura 5) hacia un mejor rendimiento de las IMF
más grandes23. La dependencia del rendimiento medioambiental al tamaño de la
institución parece seguir una tendencia no
lineal. Las instituciones medianas-pequeñas tienen el peor rendimiento medioambiental global, las instituciones medianasgrandes tienen la mejor puntuación en
rendimiento medioambiental global. Los
resultados estadísticamente significativos
son:
• Las IMF que tienen entre 2.500 y
10.000 clientes tienen un rendimien­
to medioambiental, una estrategia
medioambiental y una gestión del
riesgo medioambiental externo me­
nores;
• Las IMF que tienen entre 10.000 y
20.000 clientes en 2013, tienen una
mejor gestión del riesgo medioam­
biental externo.
Los resultados son distintos de aquellos de
otros estudios realizados en otros países
en desarrollo y en Europa. En efecto, se
concluye que las IMF más grandes tienen
un mejor rendimiento medioambiental, especialmente con respecto a su estrategia
medioambiental y a la valoración del riesgo
medioambiental externo.
En América Central y el Caribe parece que
se confirma dicha tendencia por parte de
las IMF de tamaño medio, mientras que
las más grandes no rinden mejor que las
otras y las más pequeñas parecen tener
23
24
En efecto, las correlaciones de Pearson y
Spearman son bastante débiles (de promedio
sobre 0,3 para las diferentes dimensiones
medioambientales) y la importancia de dicha
correlación es bastante escasa.
Las correlaciones estadísticas entre las
diferentes dimensiones medioambientales y los
préstamos promedio son, en efecto, débiles y
negativas y ninguna es significativa.
22
Puntuaciones para las distintas dimensiones medioambientales
Tamaño de las instituciones
Figura 5: Puntuaciones medias por dimensión medioambiental y por número de
clientes activos en 2013
0,70
0,60
0,50
45%
0,40
88%
37%
0,30
21%
0,20
Estrategia MA
Oportunidades Verdes
0,10
Riesgo MA interno
Rendimiento MA Tot.
Riesgo MA externo
0,00
Menos de 2500 2500-10000 10000-20000
Más de 20000
Número de clientes activos en 2013
Figura 6: Puntuaciones medias por dimensión medioambiental y
por importe medio de los préstamos en 2013
Puntuaciones para las distintas dimensiones
medioambientales
IMF de América Central ya no invierten en
productos ecológicos. Una posible explicación de este resultado radica en que las
IMF maduras tienen más limitaciones a la
hora de innovar porque ya han conseguido
construir un modelo de negocios bien definido, mientras que las IMF más jóvenes
tienden más a la innovación porque necesitan diferenciarse y abrirse camino en el
mercado. Sin embargo, es necesario un
mayor análisis.
0,600
0,500
45%
0,400
0,300
34%
28%
27%
Estrategia MA
Oportunidades Verdes
Riesgo MA interno
Rendimiento MA Tot.
Riesgo MA externo
0,200
0,100
0,000
Menos de 500 500-1000
1000-2000
Más de 2000
Importe medio de los préstamos en dólares
un rendimiento medioambiental comparable con el de las IMF de tamaño medio.
Estos resultados pueden explicarse por
dos factores: las IMF más grandes son
más visibles y deben llevar a cabo acciones para responder a las expectativas de
donantes e inversores o a la normativa, en
particular en términos de gestión del riesgo
medioambiental. Las IMF más pequeñas
suelen estar más integradas en comunidades locales y observan con más facilidad
las cuestiones medioambientales de los
clientes, como la degradación y contaminación ambientales, que son las principales amenazas en la región, especialmente
en lo que respecta a la deforestación.
Objetivo de las instituciones
Concluimos con un breve análisis del rendimiento medioambiental de las instituciones en función del importe medio de préstamo por cliente activo en 2013 (Figura 6).
El objetivo es valorar si los clientes objetivo
o el promedio de actividades financiadas
influye en el rendimiento medioambiental
de las IMF.
El importe medio del préstamo de las
IMF no parece tener una clara influencia positiva o negativa en su rendimiento
medioambiental24. La relación entre el importe medio de los préstamos y el rendimiento medioambiental de la IMF parece
seguir une tendencia no lineal en forma de
U invertida. Las IMF con unos préstamos
medios entre 500 y 1.000 dólares tienen un
mejor rendimiento medioambiental global,
mientras que las IMF con mayores o menores promedios puntúan peor. Esta tendencia parece reproducirse en todas las dimensiones medioambientales excepto en
la dimensión de oportunidades verdes que,
en lugar de eso, parece seguir una tenencia más lineal por la que las IMF con mayor
promedio de los préstamos puntúan mejor.
Microfinanzas y Cambio Climático
Sin embargo, los únicos resultados ligeramente significativos son:
• Las IMF con préstamos promedio
inferiores a 500 dólares aprovechan
menos las oportunidades verdes;
• Las IMF con préstamos promedio su­
periores a 2.000 dólares tienen una
menor gestión del riesgo medioam­
biental interno.
Esta aparente tendencia en nuestro análisis puede interpretarse como el resultado de dos tendencias contrapuestas. Los
clientes que solicitan préstamos demasiado pequeños probablemente no tienen
recursos, no están sensibilizados o no tienen la posibilidad de comprometerse con
dimensiones medioambientales, y las IMF
no tienen el interés o la capacidad para
investigar sus actividades o proporcionar
productos ecológicos adaptados. Por otro
lado, las IMF que conceden mayores préstamos suelen preferir centrarse en actividades más rentables y no consideran la
adaptación del rendimiento medioambiental como un valor añadido ya que implica
costes iniciales. La dimensión de oportunidades verdes es la excepción, ya que se
necesitan los recursos necesarios y unos
mayores préstamos podrían facilitar la provisión de créditos verdes adaptados. El
resultado de estas dos tendencias contrapuestas podría explicar el por qué las IMF
de préstamos promedio medianos-pequeños en América Central tienden a tener un
mejor rendimiento medioambiental.
En otros países en desarrollo se descubrió que las IMF con mayores préstamos
suelen tener una mejor gestión del riesgo
medioambiental25, probablemente debido
a una mayor exposición al riesgo. Por otro
lado, se descubrió que en la región europea las IMF que otorgan préstamos no
microfinancieros tienden a tener una mejor
puntuación, probablemente debido a la responsabilidad de utilizar los recursos provenientes de estos mayores préstamos para
subvencionar de forma cruzada productos
innovadores más respetuosos con el medio
ambiente26. También podría explicarse por
la mayor exposición a la opinión pública y a
la normativa que obliga a las IMF a adoptar
una mejor gestión medioambiental.
2. Evolución en el
rendimiento medioambiental
entre 2011 y 2014 en América
Central
biental primero implementaron acciones
muy concretas, como el desarrollo de préstamos verdes o la sensibilización de los
clientes en cuanto a los riesgos medioambientales30.
Las cuestiones sobre medio ambiente y
cambio climático han recibido en los últimos años cada vez más atención. ¿Ha
seguido la industria de las microfinanzas
esta tendencia? ¿Se han involucrado cada
vez más las IMF en la gestión medioambiental?
Estas iniciativas eran muy a menudo independientes y estaban separadas de
sus actividades normales. Solo unas pocas insituciones definían su estrategia
medioambiental de manera más formal y
sistemática. Los resultados de 2014 muestran que las IMF de América Central parecen prestar más atención a la definición de
una estrategia formal para la gestión del
medioambiente. A pesar de ello, la proporción de IMFs que dedican personal a la
implementación de la estrategia medioambiental o a informar sobre sus prácticas
medioambientales ha permanecido igual,
cuestionando la importancia para la IMF
de una “estrategia medioambiental oficial”.
2.1. Consideraciones
metodológicas
Las cifras de 2011 se basan en datos
extraídos de la base de datos de Allet y
muestra los resultados promedio de seis
IMFs de cuatro países de Centroamérica
(Costa Rica, Guatemala, Honduras y El
Salvador)27.
La base de datos se creó en marzo-abril
de 2011 a través de un cuestionario con
IMFs de países en desarrollo, con el objetivo concreto de evaluar su rendimiento
medioambiental28.
Dentro de la base de datos, 55 IMFs provenían de América latina. Más concretamente, 6 IMFs vienen de cuatro países de
Centroamérica (Costa Rica, Guatemala,
Honduras y El Salvador) que después se
compararon con la información del conjunto de datos de ADA.
Con el fin de tener una base común para
comparar, seleccionamos indicadores del
Índice Verde, presentes en ambas bases
de datos. En un paso posterior, decidimos
estructurar los indicadores en torno a las
dimensiones del Índice Verde, lo que nos
permitió identificar una lista de 12 indicadores presentes en ambas bases de datos
(véase la Tabla 10 más arriba). Las puntuaciones de cada base de datos fueron
analizadas de acuerdo con esta lista de
indicadores comparables.
2.2. Resultados a partir
de una comparación
Los resultados presentados en la Tabla 4
muestran algunas tendencias interesantes29. En primer lugar, una mayor proporción de IMFs en América Central parece
definir en 2014 una estrategia medioambiental oficial, comparado con 2011. En
efecto, en 2011 se observó que las IMF
más pioneras implicadas en gestión am-
El análisis también muestra que las IMF
centroamericanas se han esforzado poco
en la gestión de sus riesgos medioambientales internos entre 2011 y 2014, mientras
que parecen haber incrementado su interés en la gestión de los riesgos medioambientales externos. Este giro en las
prioridades podría indicar una mejor comprensión de los desafíos medioambientales a los que hacen frente lo clientes de
las microfinanzas y el impacto que pueden
25
Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green
microfinance: Characteristics of microfinance
institutions involved in environmental
management. Journal of Business Ethics.
126(3), 395-414
26
Forcella, D., & Hudon, M. (2014). Green
Microfinance in Europe. Journal of Business
Ethics. doi: 10.1007/s10551-014-2452-9
27
Allet, M., & Hudon, M. (2015). Green
microfinance: Characteristics of microfinance
institutions involved in environmental
management. Journal of Business Ethics.
126(3), 395-414
28
Reúne datos para una muestra de 160 IMFs
de 59 países. Se demostró que estas 160
IMFs eran representativas del sector de
las microfinanzas en términos de ubicación
regional, condición jurídica, tamaño (número de
prestatarios), edad media, cartera de riesgos
media, rendimiento financiero medio, etc.
29
Estas tendencias permanecen iguales cuando
comparamos una muestra más amplia (aunque
más heterogénea) de IMFs: la puntuación
media de cincuenta y cinco IMFs de América
latina (11 países) en 2011 (base de datos de
Allet) y la puntuación media de cincuenta y tres
IMFs de América Central y Caribe (8 países) en
2014 (base de datos de ADA)
30
Allet, M. (2014). Why do microfinance
institutions go green? Journal of Business
Ethics, 122(3), 405–424
23
P­­asserelles – N° 1
representar para las IMF, así como la mayor madurez para implementar programas
más complejos de gestión ambiental. Para
una IMF con intención de gestionar su impacto medioambiental, el comienzo más
sencillo es observar los riesgos medioambientales internos: puede “simplemente”
concienciar a su personal y establecer
una serie de procesos y políticas internos
para reducir el consumo de papel, agua o
energía a nivel interno, en la sede y en las
oficinas. Comenzar a presentar el tema de
la gestión medioambiental dentro de una
institución es una estrategia positiva. No
obstante, puesto que las IMF son proveedores de servicios, su impacto directo en
el medio ambiente sigue siendo bastante
limitado. Los riesgos medioambientales
son más importantes cuando se examinan las actividades financiadas por la IMF.
Sin embargo, la gestión de estos riesgos
medioambientales resulta más complicada
para una IMF ya que requiere el desarrollo
de capacidades en el asesoramiento de
los riesgos medioambientales de una serie
de microempresas y pequeñas empresas y
en el suministro de respuestas adaptadas
para mitigar estos riesgos.
En 2014, las IMF de América Central parecieron centrarse un poco más en la evaluación de los riesgos medioambientales de
los clientes y un poco menos en concienciar al personal sobre la huella ecológica
interna. Esta evolución podría indicar que
las IMF comienzan a entender que su impacto medioambiental indirecto puede ser
mucho más importante que el directo. No
obstante, observando más detalladamente
las puntuaciones, las IMF de América Central no parecen más implicadas en la sensibilización de sus clientes de lo que lo estaban en 2011 (cerca de la mitad menciona
que realizan actividades de concienciación
sobre los impactos medioambientales). El
cambio más sorprendente es la proporción
de IMFs que ha adoptado listas de exclusión, que va desde un 17% en 2011 a un
56% en 2014. Este cambio podría reflejar
un mejor conocimiento del impacto negativo potencial que pueden tener las IMF
a través de las actividades que financian,
o puede deberse a la influencia de inversores o donantes, quienes podrían estar
exigiendo la adopción de una lista de exclusión como requisito.
Finalmente, parece que en 2014 hubo una
mayor proporción de IMFs centroamericanas implicadas en el fomento de oportunidades verdes. Más concretamente,
la proporción aumentó del 25% al 55%
con respecto al suministro de préstamos
“verdes” que son productos de préstamo
específicos dedicados a la financiación
de actividades respetuosas con el medio
ambiente y de tecnologías de energía no
contaminante.
Tabla 4: Evolución del rendimiento medioambiental entre 2011 y 2014 en América Central
Estándares del índice verde
Indicadores
Puntuaciones
Centroamérica
(Allet, 2011) – 6 IMFs
Puntuaciones
Centroamérica
(ADA, 2014) – 36 IMFs
La institución afronta los temas ambientales mediante una estrategia formal
9%
23%
La institución define e implementa su estrategia ambiental
9%
23%
La institución define su estrategia ambiental
Tiene una política ambiental oficial
Define su estrategia ambiental
La institución implementa su estrategia ambiental
31%
0%
Tiene una persona/ personal designado para
gestionar cuestiones ambientales
Informa sobre las prácticas ambientales de la IMF
15%
17%
La institución gestiona sus riesgos ambientales
33%
33%
La institución gestiona sus riesgos ambientales internos
42%
27%
La institución implementa acciones para
reducir su huella ecológica interna
Realiza actividades para sensibilizar a empleados
sobre las buenas prácticas en cuanto a consumo
de papel, agua y energía, gestión de desechos, etc.
50%
17%
La institución vigila sus riesgos ambientales
internos
Hace un seguimiento de la consecución de
objetivos cuantitavios para el consumo de papel,
agua y energía, gestión de desechos o emisiones
de carbono
33%
37%
La institución gestiona sus riesgos ambientales externos
25%
38%
La institución evalúa el nivel de riesgo ambiental
de sus clientes
Utiliza herramientas concretas para evaluar el
riesgo ambiental de las actividades de los clientes
(ficha sectorial, encuestas, etc.)
33%
41%
La institución incluye el nivel de riesgo ambiental
como factor en el proceso de aprobación del
préstamo
Se niega a financiar actividades peligrosas para
el medio ambiente (uso de una lista de exclusión)
17%
56%
La institución vigila los riesgos ambientales externos
Incluye indicadores en el SIG para vigilar
el rendimiento ambiental de los clientes
0%
9%
La institución sensibiliza a los clientes sobre
el medio ambiente
Realiza actividades como sesiones de formación
y discusiones / pega carteles /distribuye panfletos
sobre impactos ambientales
50%
46%
La institución fomenta oportunidades verdes
29%
40%
La institución proporciona a sus clientes productos y servicios verdes
29%
40%
25%
55%
33%
25%
La institución ofrece préstamos verdes específicos
Productos de préstamos específicos dedicados
a energías renovables y eficiencia energética
Productos de préstamo específicos para promover
actividades respetuosas con el medio ambiente
(por ej. reciclaje, gestión de desechos,
agrosilvicultura, etc.)
La institución ofrece servicios verdes no financieros Formación en prácticas o negocios respetuosos
con el medio ambiente
24
Microfinanzas y Cambio Climático
En líneas generales, estas tendencias
muestran que las IMF de la región comienzan de forma progresiva a darse cuenta
de que las cuestiones medioambientales
ya no son un tema secundario que deba
tratarse únicamente como parte de una política de responsabilidad social corporativa
(CSR) limitada, sino que son una cuestión
clave que debe integrarse en sus negocios
y actividades.
3. Sensibilización de las
IMF respecto a las políticas
de protección del medio
ambiente: ¿un impulsor
de un buen rendimiento
medioambiental y de la
buena gobernanza de las
IMFs?
Para una organización, la habilidad para
definir e implementar metas ecológicamente estratégicas implica que los órganos de
gobierno, de gestión y el personal sean,
hasta cierto punto, conscientes de las prácticas y técnicas de protección medioambiental. Los datos recogidos de 53 gestores y directores de las IMF que participaron
en la encuesta sobre el medio ambiente
de ADA en América Central muestran, sin
embargo, que en general existe una falta
de concienciación en lo que respecta a las
políticas y herramientas para la protección
del medio ambiente. Se pudo concluir en
el sub apartado anterior que hay una tendencia de las IMF a prestar más atención
a definir su estrategia medioambiental formal. No obstante, si una muestra de evolución de las estrategias de rendimiento
medioambiental a nivel de las IMF ya es
un resultado esperanzador, parece existir
una contradiccion entre esta tendencia y el
hecho de que el 89% de los encuestados
en el cuestionario de ADA desconocían las
políticas y herramientas para la protección
del medio ambiente. ¿Cómo es posible que
las IMF estén participando de forma más
proactiva en prácticas respetuosas con
el medio ambiente sin tener conocimiento de los marcos de protección del medio
ambiente o sin estar técnicamente equipadas para poner en marcha tales prácticas?
Para abordar esta cuestión nos centraremos en comprender mejor las intenciones
y mecanismos de gobernanza corporativa
de las IMF con el fin de comprender cómo
se rigen los gestores de las IMF.
3.1. Definición de los
mecanismos de gobernanza
corporativa y consideraciones
metodológicas
Proponemos tomar como referencia el
marco de gobernanza corporativa de Gérard Chareaux para identificar una serie
de mecanismos de gobernanza corporativa o de patrones institucionales que
puedan explicar cómo reaccionan los
directores de las IMF ante los desafíos
medioambientales en la región. La selección de prácticas ofrece información sobre
la manera en la que las IMF gestionan
los riesgos medioambientales. El análisis
comparativo entre los mecanismos de gobernanza corporativa de Chareaux y las
prácticas medioambientales observadas
nos permitirá formular hipótesis y reconocer sistemas institucionales importantes o
las reglas del juego para los gestores de
IMFs en América Central. Estas reglas o
comportamientos pueden arrojar algo de
luz a las intenciones de las IMF. Hemos
seleccionado mecanismos de gobernanza
corporativa que puedan ilustrarse con estrategias medioambientales en la región.
Se muestra en la tabla 5 la comparación
entre los mecanismos de gobernanza corporativa y las prácticas de gestión del riesgo medioambiental de las IMF de América
Central.
El marco de Chareaux31 sugiere una clasificación de los mecanismos de gobernanza corporativa basada en dos criterios: la
intencionalidad de los mecanismos y su
caracter específico y no específico. Los
“mecanismos específicos” son aquellos
creados para una “empresa específica”
(en nuestro caso, una IMF), mientras que
los “mecanismos no específicos” se crean
para un conjunto de empresas parecidas o
grupo de IMFs32.
Tal y como sugieren Labie y Mersland, el
marco proporciona una serie de factores
que pueden ayudar a entender cómo se
estructura la gobernanza corporativa con
respecto a una organización. Los “mecanismos intencionados” están pensados
originalmente para mejorar la gobernanza
corporativa. Se trata, por ejemplo, de reglamentos, métodos de supervisión, consejo
de administración, así como estructuras
oficiales concretas u organigramas. Los
“mecanismos espontáneos” son otra serie
de “reglas del juego dentro de la sociedad”, que pueden clasificarse, por ejemplo,
como una cultura de empresa, un mercado
político (mecanismos no específicos), una
determinada cultura corporativa y relaciones informales (específicas para las IMF
o las redes de IMFs). Estos “mecanismos
espontáneos” son “restricciones creadas
por el hombre que definen la forma de interactuar de las personas”33. De acuerdo con
el marco de Chareaux, estos mecanismos
tienen un efecto indirecto en la gobernanza, que demasiado a menudo es infravalorado ya que incluso puede jugar un papel
decisivo a la hora de definir la gobernanza
dentro de las organizaciones34. Un análisis
de las prácticas de las IMF realizado desde el punto de vista de estos mecanismos
puede ayudarnos a entender los sistemas
de gobernanza de la protección del medio
ambiente que influyen en la toma de decisiones a nivel de las IMF.
3.2. Mecanismos intencionados
de la Gobernanza Corporativa
“El entorno legal, los reglamentos y los
procesos de supervisión” son normas o
mecanismos que guian las intenciones
de las instituciones o individuos. Proporcionan un marco de interacción y afecta
a las estrategias de las empresas o a los
comportamientos de los gestores. Entre
ellos, el “consejo de administración” y sus
métodos de trabajo representan un mecanismo intencionado específico de gobernanza corporativa. Decidimos centrarnos
en esta opción ya que los encuestados
de la encuesta semi estructurada eran exclusivamente directores generales. El papel del consejo parece fundamental para
comprender las intenciones y estrategias
de las IMF. Nuestra hipótesis se centra en
que un análisis de la información sobre el
rendimiento medioambiental recibido por
los consejos de las IMF debería permitir
31
Para Chareaux, el sistema de gobernanza
representa una serie de mecanismos
institucionales que establecen las reglas del
juego para los gestores. Define la gobernanza
como una serie de mecanismos organizativos
e institucionales (un ‘matrix’ institucional) que
define los poderes de los gestores y les influye.
En otras palabras, que “rige” su conducta y
define su autonomía.
32
Marc Labie y Roy Mersland, Corporate
Governance Challenges in Microfinance, en
el Handbook of Microfinance, World Scientific
Publishing Co.Pte.Ltd 2011, pag.291.
33
También se entiende por “mecanismos” las
“instituciones” que, de acuerdo con North, son
las reglas del juego en una sociedad o, más
formalmente, las restricciones creadas por el
hombre que definen la forma en que interactúan
las personas... [y] definen y limitan la elección
de los individuos. North, 1990, p.3-4.
34
Ibid
25
P­­asserelles – N° 1
una valoración de la capacidad de quienes
toman las decisiones para tomar decisiones informadas con respecto a cuestiones medioambientales. Simultáneamente,
los “mecanismos del salario o bonos” se
introdujo en el análisis para identificar la
existencia de incentivos específicos para
el rendimiento medioambiental así como
de la política para contratar personal para
iniciativas ligadas al rendimiento medioambiental. El motivo que justifica la selección
de estos mecanismos es que los mecanismos monetarios o no monetarios pueden
proporcionar información directa sobre las
intenciones de los directores de las IMF y
sobre su disposición a pagar o recompensar el conocimiento o experiencia en protección medioambiental. Finalmente, otro
mecanismo de gobernanza como los “auditores internos”, cuya evidencia implica la
disponibilidad de la IMF a rendir cuentas
con respecto al rendimiento medioambiental, también puede indicar la existencia de
un cierto grado de experiencia, del deseo
de desarrollarla y de la capacidad de aplicar herramientas de gestión del riesgo
medioambiental.
3.3. Mecanismos espontáneos
de la gobernanza corporativa
Se eligió un mecanismo espontáneo concreto, a saber, la “relación informal o gobernanza en red”, debido a que las IMF
encuestadas son en su mayoría miembros
de la asociación profesional de microfinanzas REDCAMIF35 y a que todas expresaron su interés en mejorar su rendimiento
medioambiental. Este interés común puede traducirse en reuniones informales o
eventos de networking que obligan a las
IMF a saber más sobre el papel de las microfinanzas y sobre ejemplos de protección
medioambiental, sobre oportunidades de
negocio en este campo de trabajo y sobre
35
REDCAMIF es una asociación profesional de
microfinanzas que representa a 7 asociaciones
nacionales de microfinanzas en la región de
América Central. Si desea más información
sobre REDCAMIF, visite www.redcamif.org
36
Impacto por alcance de la IMF: las actividades
que financia y el tipo de clientes de empresa
que alcanza
37
Abdelmoula Inès Miladi, Governance for SMEs:
Influence of leader on organizational culture,
International Strategic Management Review
Volumen 2, Número 1, junio 2014, Páginas
21–30
38
Robin Hanson 25 de abril, 1996 en http://
mason. gmu.edu/~rhanson/policymarkets.html
26
las mejores prácticas que puedan inspirarles a mejorar su impacto indirecto36 como
proveedores de servicios financieros.
Es más, teniendo en cuenta que governanza también puede definirse como “el
sistema de reglamentos administrativos”,
resulta relativamente sencillo asumir que
este sistema depende en gran medida de
las normas culturales. La cultura puede definirse como el conjunto de valores y normas que comparte un grupo de individuos.
Ya aparezca escrito como declaración de
principios, comunicado verbalmente o
simplemente sobreentendido, la “cultura
corporativa” describe y rige las formas en
las que los dueños y empleados de una
empresa piensan, sienten y actúan. Describe la manera en la que se resuelven los
conflictos y también expresa los intereses
de actores como los clientes, proveedores,
inversores o acreedores37. Por tanto, la cultura corporativa es un mecanismo espontáneo importante que puede ayudarnos a
comprender las intenciones de las IMF y
proporcionar información sobre la forma de
poner en marcha el rendimiento medioambiental y sobre la asimilación de prácticas
medioambientales en el seno de las IMF
(implementación del proceso). Este artículo sostiene que la cultura tiene un impacto
en la dirección estratégica de los negocios.
Puede influir en la gestión y todas las funciones empresariales, esencialmente porque incluye normas sociales que afectan
a las relaciones interpersonales dentro
del entorno empresarial. Por consiguiente,
una “cultura de empresa” puede definirse
como el hacer cosas de forma que haya
probabilidad de tener éxito o de una forma
tal que sea aceptada por el grupo de empresas dentro de un mercado.
Se incluyó el mecanismo de la cultura
corporativa en el marco de nuestro análisis para ayudarnos a entender cómo se
hacen las cosas dentro de IMFs concretas
y, específicamente, a través de la implementación de procesos y herramientas. No
obstante, se eligió el mecanismo de cultura empresarial para ayudarnos a identificar
prácticas básicas o el núcleo de la empresa para un grupo de IMFs, (actividades
empresariales).
Otro mecanismo espontáneo como el “mercado político” (o un mercado creado para
documentar directamente las decisiones
políticas con su precio38) puede explicar el
comportamiento de una organización en el
seno de una industria o entorno de mercado concreto. De hecho, las IMF pueden
crear políticas para formular estrategias
de gestión medioambiental que afectan al
precio de los servicios financieros ofreci-
dos. Pueden utilizar tipos de interés distintos a lo largo de una cartera de productos
diversificada. Este tipo de políticas depende en gran medida del comportamiento del
mercado, pero también puede responder a
iniciativas de reglamentos específicos del
país o a estrategias de gestión de cartera
institucionales que buscan fomentar la demanda de un producto o servicio financiero
concreto. En el caso de las IMF de América
Central, el 26% de las IMF declaró ofrecer
tipos de interés más bajos a aquellos clientes que invertían en equipos de energía
renovable. Los resultados del cuestionario
de ADA también muestran que hay una clara preocupación por conceder préstamos
verdes como actividad ecológica principal
de las IMFs centroamericanas comprometidas. Sin embargo, las instituciones incorporan en menor grado el análisis del nivel
de riesgo medioambiental como factor en
el proceso de aprobación del préstamo
(de hecho, el 37% de las IMF declaró hacerlo). Esto significa que no todas las IMF
de la muestra evalúan el nivel de riesgo
medioambiental de sus clientes o que las
IMF simplemente no evalúan los riesgos
al mismo ritmo que distribuyen préstamos
verdes. No obstante, el 36% de las IMF
declara evaluar el nivel de riesgo de sus
clientes mientras el 57% de las instituciones de la muestra declara conceder líneas
de préstamo vinculadas a equipos de energía renovable o eficiencia energética. Esta
disparidad pone en duda la adaptabilidad
de los productos de préstamo verde ofrecidos así como la capacidad o interés de las
IMF en evaluar rigurosamente los riesgos
y, por tanto, de responder de forma adecuada a las necesidades del cliente.
3.4. La influencia de los
mecanismos de gobernanza
corporativa en las intenciones
de las IMF
Los resultados de una clasificación de los
mecanismos de gobernanza corporativa y de las prácticas de gestión de riesgos medioambientales de las IMF centroamericanas sugieren que el rendimiento
medioambiental depende en gran medida
de los “mecanismos de gobernanza intencionados”. Por tanto, las intenciones de las
IMF de volverse ecológicas pueden explicarse por una decisión tomada por el consejo de administración, acompañada de la
presencia de auditores internos y empleados con conocimientos sobre cuestiones
medioambientales o sobre la adopción de
las mejores prácticas medioambientales.
En este último caso, las prácticas conoci-
Microfinanzas y Cambio Climático
Tabla comparativa 5: Clasificación de los Mecanismos de Gobernanza Corporativa y Prácticas de Gestión
del Riesgo Medioambiental de las IMF en América Central
Selección del Indicador de Práctica Institucional corporativa de Chareaux – Mecanismos de gobernanza del cuestionario sobre medio
ambiente de ADA 2014
Mecanismos concretos de la empresa - IMF
70%
149%
Mecanismos intencionados
Mecanismo de gestión de riesgos medioambientales internos
43%
122%
Consejo de administración
Se informa al consejo de administración (CDA) sobre el rendimiento medioambiental de la institución
47%
¿Define la institución su estrategia medioambiental?
38%
La institución tiene la capacidad de generar información sobre su agenda verde/ambiental
28%
El CDA requiere información sobre su agenda verde/ambiental
23%
La institución usa una lista de exclusión o cualquier política explícita para rechazar la financiación
de actividades de alto riesgo para el medio ambiente
65%
Mecanismo de salario y bonos
La institución cuenta con personal que trabaja en el campo del medio ambiente
17%
Auditores internos
La institución vigila sus riesgos medioambientales internos
40%
La institución implementa acciones para reducir su huella ecológica interna
89%
Mecanismos espontáneos
Mecanismo de gestión del riesgo medioambiental externo
27%
Cultura corporativa
La institución ofrece un premio ecológico anual a la mejor microempresa “verde”
2%
La institución está asociada y colabora con proveedores de equipos de energía o con expertos
que ofrecen asistencia post-venta a los clientes
29 %
La institución ofrece formación y coaching empresarial a los clientes que no cumplan los requisitos
medioambientales de la IMF
10%
La institución ofrece servicios ecológicos no financieros
35%
La institución usa mapas para vigilar las amenazas agroclimáticas
16%
La institución usa criterios específicos para asesorar los riesgos medioambientales del cliente
53%
La institución evalúa el nivel de riesgo medioambiental de sus clientes
36%
La institución incluye el nivel de riesgo medioambiental como factor en el proceso de aprobación del
préstamo
37%
La institución usa cualquier herramienta/práctica para vigilar los riesgos medioambientales externos
12%
La institución crea asociaciones y colaboraciones con universidades o expertos para fomentar a nivel
local una cultura respetuosa con el medio ambiente
37%
40%
17%
65%
27%
27%
Mecanismo no específico para un grupo de empresas – Un grupo de IMFs
40%
90%
Mecanismos intencionados
Mecanismo de gestión del riesgo medioambiental interno
15%
15%
Entorno legal (normas y
procedimientos de supervisión)
La institución incluye cláusulas concretas sobre temas medioambientales en los contratos del personal
(por ej.. reciclaje, evaluación de las emisiones de CO2 por cada miembro del personal)
4%
La institución ofrece tipos de interés más bajos a los clientes que inviertan en equipos de energía
renovable o de eficiencia energética
26%
Mecanismos espontáneos
Mecanismo de gestión del riesgo medioambiental externo
25%
Redes informales (relación)
La institución organiza reuniones entre pares para promover el intercambio de las mejores prácticas
medioambientales
29%
La institución organiza grupos de discusión sobre nuevas tecnologías, productos o prácticas respetuosos
con el medio ambiente
24%
La institución organiza campañas de comunicación respetuosas con el medioambiente
25%
¿Conoce la política de protección del medio ambiente (Lista de Exclusión) de la “Corporación Financiera
Internacional” (CFI)?
36%
¿Conoce la política de protección del medio ambiente (Normas) de la “Organización Internacional de
Normalización” (ISO)?
21%
¿Conoce la política de protección del medio ambiente (Indicadores) de los “Indicadores de Rendimiento
Social” (SPI4-SPTF)?
24%
¿Conoce la política de protección del medio ambiente (Indicadores) de la “Agenda sobre el Rendimiento
Ecológico” (GPA-Hivos/Enclude)?
22%
¿Conoce cualquier otra política de protección del medio ambiente?
12%
¿Ha identificado conflictos de interés entre los desafíos prácticos de promover la protección del medio
ambiente y los derechos humanos de sus clientes?
13%
La institución ofrece líneas de préstamo ligadas a los equipos de energía renovable o eficiencia
energética (por ej. linternas solres/sistemas solares domésticos/secador/digestor de biogás, etc.)
57%
La institución ofrece programas de micro seguros para aumentar la resistencia de los clientes al cambio
climático
10%
La institución ofrece programas de ahorro vinculados a la compra de tecnologías respetuosas con el
medio ambiente
12%
La institución ofrece líneas de préstamo vinculadas a los negocios respetuosos con el medio ambiente
(agrosilvicultura, ecoturismo, gestión de desechos, reciclaje, abono, producción orgánica, etc.)
52%
Mercado político
Cultura empresarial
15%
75%
21%
27%
La institución paga por servicios medioambientales (por ej. fijación de carbono, servicio de mantenimiento
6%
de aguas subterráneas, etc.)
Juana Ramirez - 2015
27
P­­asserelles – N° 1
das están integradas en mecanismos espontáneos como el “mercado político” y la
“cultura empresarial”. Los proveedores de
servicios financieros utilizan el cambio climático como el detonante para identificar
nuevos negocios y perspectivas de inversiones de impacto. Estas ventajas, también denominadas oportunidades verdes
de inversión, están guiando las prácticas
de los proveedores de servicios financieros, y las IMF no son una excepción. Están
surgiendo dentro del sector políticas específicas de protección del medio ambiente,
y se promueven más a menudo indicadores, normas y herramientas. Un ejemplo
es la cuarta versión de los indicadores de
rendimiento social (la herramienta SPI4) y
su índice verde, y hay otros como la lista
de exclusión de la Corporación Financiera
Internacional (CFI) o las normas 14001 de
la Organización Internacional de Normalización (ISO). Sin embargo, aunque hay
interés y una clara intención por parte de
las IMF de mejorar e implementar prácticas
para la protección del medio ambiente, a
menudo existe una falta de capacidad.
Pese a que algunas organizaciones han
declarado tener personal dedicado al
campo del medio ambiente (el 17% de la
muestra), no parece existir un incentivo
o bono específico para estos empleados.
Esto sugiere que no existe una política de
recursos humanos específica que recompense los conocimientos o experiencia
medioambientales locales entre las IMF
encuestadas. No se puede concluir que las
IMF no tengan intención de volverse ecoló-
39
El Grupo Intergubernamental de Expertos
sobre el Cambio Climático (IPCC) es el
órgano mundial que estudia las cuestiones
científicas relacionadas con el cambio
climático. El IPCC fue creado en 1988 por la
Organización Meteorológica Mundial (OMM)
y por el Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (PNUMA), respaldado
por la Asamblea General de las Naciones
Unidas; para dar a los responsables políticos
evaluaciones periódicas sobre la base científica
del cambio climático, sus impactos y riesgos
futuros, y las opciones para la adaptación y
mitigación.
28
Los miembros del IPCC, que forman el Grupo,
son sus 195 gobiernos miembros. Trabajan en
consenso para aprobar los informes del IPCC y
establece sus procedimientos y presupuesto en
sesiones plenarias del Grupo. La palabra “intergubernamental” en el nombre de la organización
refleja esto. No es una agencia de Naciones Unidas, pero está patrocinada por dos organizaciones de la ONU (OMM y PNUMA).
gicas solo porque no tenan una política de
recursos humanos específica orientada a
incentivar los conocimientos o experiencia
medioambientales locales. No obstante,
se puede argumentar que las intenciones
de las IMF no tienen por qué ser el resultado de sistemas de política internos o de
normas sociales. La cultura corporativa
parece guiarse por políticas o sistemas de
conocimiento externos que no pertenecen
a las IMF. Teniendo en cuenta el contexto
local y las prácticas de las IMF, las políticas medioambientales adaptadas podrían
aplicarse mejor si fueran intencionadas y
estuvieran ligadas a bonos, recompensas
o tutorías para el personal con la correspondiente capacidad o conocimientos. El
diseño de estas políticas requiere la sensibilización de los órganos de gobierno y el
fomento de la capacidad de los responsables de IMFs. Sin embargo, los requisitos
del fomento de las capacidades dentro del
ámbito de la protección medioambiental no
debe asociarse únicamente a la identificación de recursos humanos con el potencial
para desarrollar destrezas y conocimientos
en protección medioambiental adaptadas
dentro de las IMF. También debe tener en
cuenta la capacidad de los responsables
de reconocer la diferencia entre los intrumentos y los métodos más adecuados (por
ej. métodos de gestión del riesgo, financiación agrícola o seguros de inclemencias)
o necesarios para el desarrollo de la experiencia local. Un proceso adaptado de
fomento de las capacidades también requiere asegurar la capacidad de identificar
lagunas, de identificar las competencias
adecuadas y gestionar los recursos humanos que han desarrollado conocimientos en protección medioambiental. Dicho
sistema de fomento de las capacidades
determinará cómo se rigen los gestores de
IMFs.
3.5. El nivel de sensibilización
de las IMF centroamericanas
con respecto a las políticas de
protección medioambiental
El acceso a políticas fundadas y herramientas ligadas a cuestiones medioambientales sigue estando limitado y no todos
los proveedores de servicios financieros
comparten el mismo nivel de sensibilización y entendimiento. Algunos de estos instrumentos de política o políticas públicas
siguen siendo una tarea en curso. Otras
de las herramientas que existen siguen sin
adaptarse al sector microfinanciero y sus
clientes objetivo. Las políticas adaptadas
y fundadas son el resultado de juntar una
combinación de aptitudes de gestión teóricas, técnicas y prácticas para la protección
del medio ambiente. Este proceso lleva
tiempo y las aptitudes y recursos adecuados son escasos o no siempre están disponibles. Teniendo en cuenta los resultados
de la encuesta de ADA, las ONG y los bancos son más conscientes de las prácticas y
técnicas adecuadas para gestionar el rendimiento medioambiental. Sin embargo,
los bancos comerciales ocupan el primer
puesto, de cada 3 instituciones encuestadas, 1 conocía las políticas de protección
medioambiental; mientras que en el caso
de las ONG, eran 4 de cada 18. También
puede considerarse un indicador de dos
tipos de enfoques diferentes en la gestión
de los riesgos medioambientales.
Los bancos o instituciones financieras con
capacidad para identificar oportunidades
de negocio dentro del ámbito de las iniciativas de protección ambiental adoptan un
enfoque fundado y proactivo (por ej. financiación de equipos de energía renovable o
similares). Los actores menos informados
o conscientes de las políticas o herramientas efectivas tienden a adoptar un enfoque
reactivo, como forma de adaptarse a los
riesgos del cambio climático. Ambos enfoques pueden distinguirse por el acceso al
conocimiento y a la información adecuados,
que permite a los actores tomar decisiones
y concebir estrategias. Es más probable
que se produzca una proactividad para hacer frente a los riesgos del cambio climático
cuando la gente y las instituciones tienen
los medios y recursos financieros para llevar a cabo acciones y anticiparse a los riesgos. Por el contrario, una falta de capacidad
de anticipación y reacción a las amenazas
del cambio climático también puede explicarse por una situación de vulnerabilidad o
de falta de los medios o capacidades necesarios para adaptarse. Las herramienta de
gestión medioambiental puede ayudar a los
gestores a generar importante información
que permita gestionar sus IMF. Los marcos
políticos nacionales e internacionales también explican cómo se rigen los gestores de
las IMF o dónde buscar inspiración sobre
las mejores prácticas sobre protección del
medio ambiente. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC)39 es el responsable del discurso
más influyente en la actualidad que informa
a los responsables políticos sobre la degradación del medio ambiente.
A pesar de ello, si el mercado político sobre cuestiones medioambientales se rige
por respuestas políticas y científicas a los
datos del cambio climático, la cultura empresarial que influye en las prácticas res-
Microfinanzas y Cambio Climático
petuosas con el medio ambiente funciona
en torno a un mercado para las energías
renovables. Los gestores de IMFs tienen
que intentar encontrar un equilibrio y considerar hasta qué punto los marcos políticos
internacionales o las normas del mercado
en favor de una nueva cultura empresarial
en energías renovables también benefician
a las necesidades de sus clientes, que generalmente son pobres y vulnerables. De
lo contrario, se corre el riesgo de que estos
mecanismos espontáneos de gobernanza
corporativa se impongan y se pasen por
alto los mecanismos intencionados de gobernanza provenientes de las propias IMF.
Las IMF tienen un papel que jugar en la financiación de estrategias de adaptación al
cambio climático. Se han identificado prácticas innovadoras interesantes: el 16% de
las IMF utilizan mapas para controlar las
amenazas agroclimáticas y el 10% ofrece formación y coaching empresarial a
los clientes que no cumplan los requisitos
medioambientales de la IMF. De hecho,
parece que las IMF centroamericanas
aprenden con la práctica, implementando
políticas y prácticas de protección del medio ambiente y aprovechando las oportunidades de negocio disponibles. No obstante, existen razones para creer que todavía
hay espacio para más adaptabilidad, especialmente en lo que respecta a métodos y
prácticas aplicados a sus contextos locales, y así lo indican los resultados del cuestionario sobre medio ambiente de ADA. En
concreto, en base al reducido porcentaje
de IMFs que declara utilizar herramientas de gestión del riesgo medioambiental externo (el 12%), pero también por la
adopción de listas de exclusión como una
práctica oficial de las IMF; el 65% de las
instituciones utiliza una lista de exclusión o
una política que rechaza explícitamente la
financiación de actividades altamente peligrosas para el medio ambiente.
4. Conclusión
Los resultados de un análisis comparativo
del rendimiento de las IMF en 2011 y 2014
muestran que las instituciones de América
Central están más centradas en actividades principalmente financieras ligadas al
medio ambiente, tales como la evaluación
de los riesgos del cliente y la provisión de
productos financieros, en lugar de centrarse únicamente en actividades de sensibilización. Estos resultados muestran que las
IMF de la región dan cada vez más importancia a la formalización de su estrategia
medioambiental. No obstante, se podría
mejorar y promover más la difusión de políticas de protección del medio ambiente al
nivel de la gobernanza de la IMF. Las IMF
de Costa Rica, Guatemala, El Salvador y
Honduras poco a poco empiezan a darse
cuenta de que las cuestiones medioambientales ya no son un tema secundario
que deba tratarse únicamente como parte
de una política de responsabilidad social
corporativa limitada, sino que son un aspecto básico de su trabajo diario, acompañado de nuevas oportunidades de negocio
potenciales.
En líneas generales, las IMF de América Central no siempre adoptan prácticas
o métodos medioambientales concretos
adaptados a su contexto local. Sin embargo, una mayor atención a la evaluación del
nivel de riesgo medioambiental del cliente
y el uso de criterios específicos como factor en el proceso de aprobación de préstamos, indican que en las IMF de la muestra
existe un comportamiento de protección
del medio ambiente más importante, comparado con los estudios anteriores.
Mediante la concesión de préstamos que
facilitan el acceso a equipos de energía
renovable, las IMF de América Central
contribuyen a la elaboración de estrategias de mitigación del cambio climático.
Están proporcionando y creando nuevas
asociaciones y sistemas de aprendizaje.
El interés de algunas instituciones en unir
fuerzas con universidades, proveedores
de equipos de energía, expertos en medio ambiente y proveedores de servicios
verdes no financieros; sugiere la aparición
de una “cultura corporativa” proactiva. No
obstante, es necesario reforzar los sistemas locales de gobernanza, en particular
en términos de intencionalidad de las decisiones y de la sensibilización en temas
medioambientales. Es necesario poner en
práctica procesos de desarrollo de capacidades adaptados y en este sentido será
determinante el papel de inversores y donantes.
Es importante seguir evaluando la forma
en la que las IMF adaptan sus prácticas
para responder a los desafíos locales. En
particular aquellas ligadas a los desafíos
agroclimáticos, que afectan a las poblaciones más vulnerables. El estudio del posicionamiento de los gobiernos locales ante
las amenazas del cambio climático, así
como los intereses del sector privado, pueden ayudar a comprender mejor los mecanismos de gobernanza que impulsan las
estrategias medioambientales de las IMF.
La adopción de metodologías externas que
proponen soluciones para la adaptación y
mitigación ligadas al cambio climático puede resultar útil e inspiradora. No obsante,
el riesgo de adoptar un enfoque verticalista
como solución copiada de otros contextos
sin tener en cuenta las especificidades
del país o cultura, puede comprometer
el hallazgo de soluciones guiadas por la
demanda que respondan a las necesidades de las poblaciones vulnerables. Son
necesarias las inversiones que apoyen el
desarrollo de los sistemas medioambientales locales. Un enfoque adaptable de metodologías microfinancieras que integren
los desafíos y riesgos del cambio climático
debe tener en cuenta un enfoque glocal40.
Las inversiones que ofrecen sistemas locales de conocimiento con la herramienta
de la tecnología, los recursos humanos
y la investigación, deben formar parte de
una estrategia de conservación del medio
ambiente a nivel nacional o regional. Las
experiencias concretas del día a día de las
personas en países en desarrollo pueden
ser una fuente de estrategias de adaptación y mitigación con respecto al cambio
climático.
La financiación de la agricultura familiar41 o
de granjas de minifundios a través de cadenas de valor es un ejemplo de estrategia
de triple resultado que valdría la pena seguir explorando. La diversificación de productos es crucial en el sector financiero.
Son ejemplos concretos los seguros agrícolas y de inclemencias, los resguardos de
almacén o el factoring.
40
41
Se refiere a una solución que adapte
específicamente un producto o servicio a la
localidad o cultura en la que se vende.
Las Naciones Unidas promovió la agricultura fa-
miliar en 2014 como solución económicamente
sostenible y respetuosa con el medio ambiente
que lucha contra las causas fundamentales de la
pobreza, la inseguridad alimentaria y la vulnerabilidad de la gente ante el cambio climático.
29
P­­asserelles – N° 1
No obstante, también son necesarios nuevos sistemas de gobernanza que impongan nuevos mercados políticos y culturales
empresariales. Las poblaciones vulnerables de América Central y de todo el planeta necesitan nuevos sistemas de gobernanza que permitan el avance de normas
de derechos humanos. Los desafíos del
cambio climático ponen de manifiesto la
42
Del 30 de noviembre al 11 de diciembre de
2015, Francia acogerá y presidirá la 21ª
Sesión de la Conferencia de las Partes en la
Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático (COP21/CMP11),
también conocida como “París 2015”. La
COP21 será una conferencia crucial ya que
es necesario alcanzar un nuevo acuerdo
internacional sobre el clima, aplicable a
todos los países, con el fin de mantener el
calentamiento global por debajo de los 2ºC. Por
tanto, Francia asumirá el liderazgo internacional
para procurar que los puntos de vista converjan
y facilitar el consenso de las Naciones Unidas,
así como dentro de la Unión Europea, que tiene
un papel fundamental en las negociaciones
sobre el cambio climático.
30
necesidad de reformar las normas sociales
permitiendo el desarrollo de las poblaciones actuales sin poner en peligro el futuro
de las generaciones venideras. En este
sentido, mucho se espera de la próxima
COP2142 que tendrá lugar en París, principalmente un nuevo acuerdo internacional
sobre cambio climático que, con suerte,
será de aplicación en todos los países.
Microfinanzas y Cambio Climático
Dos países, dos instituciones
y una preocupación común
Cuando las instituciones de microfinanzas
deciden volverse ecológicas
Entrevistas preparadas y dirigidas por Carla Palomares y Sophie Wiesner *
Las experiencias de CARD1 en Filipinas
y de FUNDECOOPERACIÓN2 en Costa Rica.
Todo son diferencias entre Costa Rica, un país en el istmo de América Central, con 4 millones de habitantes y un sector microfinanciero joven y bastante restringido; y Filipinas,
un archipiélago en el Sureste de Asia, con más de 7.000 islas, 97 millones de habitantes y
uno de los entornos más favorables del mundo para la inclusión financiera. Sin embargo,
ambos países son sensibles al cambio climático. Costa Rica ansía convertirse de aquí
al 2021 en el primer país del planeta sin emisión de carbono y Filipinas ya es un país
gravemente afectado por ciclones que se han hecho cada vez más frecuentes debido al
cambio climático.
Ante esta situación, hemos entrevistado para “Passerelles” a representantes de dos instituciones de microfinanzas en estos dos países, que han expuesto sus posicionamientos
y sus propuestas ante el cambio climático y en favor del medioambiente: CARD en Filipinas y FUNDECOOPERACIÓN en Costa Rica.
CARD (Center for Agriculture and Rural Development) empezó su andadura en 1986
como una fundación social, ofreciendo ayuda para la formación específica centrada en
la comunidad y los medios de subsistencia de trabajadores pobres en plantaciones de
coco en Filipinas. La fundación se convirtió en una institución de microfinanzas, ofreciendo préstamos a grupos solidarios de conformidad con una versión modificada del
método Grameen, transformándose más tarde en un banco propiamente dicho (obtuvo
su licencia del Bangko Sentral ng Pilipinas en 1997), para adaptarse al mercado crediticio
comercial y movilizar ahorros. En la actualidad, CARD está compuesto por un número
de instituciones que se refuerzan mutuamente (IRM), que atiende a más de 2,6 millones
de clientes y que, como parte de su oferta de productos y servicios, también proporciona
créditos de microfinanciación verde a microempresas y a familias con bajos ingresos.
A su vez, FUNDECOOPERACIÓN fue fundada en 1994, inspirada en la Cumbre de Río
de 19923. Desde sus inicios, la organización trabajaba en proyectos para la sostenibilidad
económica y medioambiental y solo fue más tarde cuando lanzaron sus operaciones
microfinancieras o de microcréditos. En 2004, tras la conclusión de su asociación con la
cooperación holandesa, la institución adopta un modelo de negocios de microfinanzas
y comienza en 2006 su programa de microcréditos. A pesar de estos importantes cambios institucionales, FUNDECOOPERACIÓN mantiene su misión inicial dirigida a apoyar
proyectos económica y medioambientalmente viables. Hasta la fecha, FUNDECOOPERACIÓN ha proporcionado apoyo financiero y técnico a más de 250 proyectos para granjeros y pequeños empresarios en términos de desarrollo sostenible.
Sin embargo, por muy distintas que puedan ser estas dos instituciones microfinancieras
que operan en dos países distintos, ambas tienen una preocupación común: el cambio
climático. Ambas instituciones han decidido volverse ecológicas y han extraído varias
conclusiones comunes.
1
2
3
Más información en http://cardbankph.com/
Más información en http://fundecooperacion.
org/?lang=es
Conferencia de las Naciones Unidas sobre
el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD)
en Río de Janeiro, 3-14 junio, 1992.
*
Carla Palomares, Encargada de proyecto, Innovación Financiera Inclusiva, ADA / Sophie Wiesner,
Encargada de Proyecto I+D,ADA
31
P­­asserelles – N° 1
Entrevista con CARD
Filipinas
Preguntas respondidas por D. Julius Adrian R. Alip y por Dña. Clarisse Dimaculangan*
¿Qué actividades en
cuestión de microfinanzas
y cambio climático habéis
decidido emprender?
CARD ofrece una variedad de productos
y servicios de microfinanciación verde a
familias con bajos ingresos y a micro empresarios. La oferta incluye paneles solares para familias en zonas rurales con un
acceso limitado a la electricidad, cocinas
energéticamente eficientes para familias
en zonas rurales y urbanas que anteriormente utilizaban leña para cocinar, y centrales de biogás para empresas (especialmente aquellas con granjas de unas 20
cabezas de ganado, dedicadas a actividades de explotación porcina).
Otros dos proyectos denominados “green
farms for mothers” (“granjas verdes para madres”) y “bamboos for mothers” (“bambúes
para madres”), apoyan de forma específica
« No obstante, es posible
que las centrales de biogás
ofrezcan oportunidades para
PYMES, por lo que CARD
se encuentra estudiando
estas oportunidades en la
actualidad
»
la producción de azúcar orgánica en Filipinas y proyectos de reforestación de bambú
tras los tifones. Se centran principalmente
en las mujeres y comunidades, y ambos se
presentan como paquetes completos de productos y servicios, es decir, CARD ofrece a
sus clientes un micro préstamo, pero también
suministra herramientas/equipamiento y formación para el desarrollo empresarial (incluyendo los materiales para plantar y procesar
el azúcar orgánica/bambú, como las semillas
de bambú, instalaciones de molienda para el
azúcar, cocinas para el azúcar o vínculos a lo
largo de la cadena de valor del procesamiento del bambú y del marketing).
Además de esta oferta ecológica a clientes de la microfinanciación, CARD también
proporciona una oferta ligada a la energía
y el medioambiente a clientes fuera de la
microfinanciación, incluyendo servicios de
arrendamiento con opción a compra de
equipos energéticamente eficientes como
sistemas de climatización tipo inversor/
asistido por energía solar y paneles solares
conectados a la red. Y por último, pero no
por eso menos importante, CARD implementa políticas medioambientales a nivel
de la institución, incluyendo, por ejemplo,
una política que prohíbe conceder préstamos a aquellas empresas que no cumplan
con la legislación a la hora de transformar
la leña en carbón. CARD no mide específicamente las emisiones de carbón de la
institución, pero integra una unidad (con 12
oficiales de proyecto regulares a cargo de
promocionar y sensibilizar, 3 de los cuales
son instaladores fotovoltaicos certificados)
que acompaña a la oferta de productos y
servicios ecológicos de CARD y también
evalúa su impacto en el planeta y en las
personas.
¿Cuáles fueron los
principales retos y
oportunidades con respecto
a estas actividades?
El principal reto con respecto al proyecto
de paneles solares estaba relacionado con
los servicios post venta, pero gracias a
que la unidad especializada integrada en
la institución cuenta con instaladores certificados de sistemas solares, fue posible
formar a un número de técnicos locales en
un cierto radio de las zonas atendidas, por
lo que en la actualidad los paneles solares defectuosos o deficientes ya no son un
problema.
CARD enfrenta retos con respecto al desarrollo de cocinas energéticamente eficientes, ya que la leña (la principal alternativa
empleada para cocinar) está disponible de
forma gratuita en Filipinas y los gastos de
adquisición de la cocina energéticamente
eficiente son unas 20 veces superiores
a los de la cocina tradicional no eficiente
desde el punto de vista energético. En sus
inicios, CARD financiaba la concatenación
progresiva y regresiva, es decir, apoyaba a
las empresas que producían las cocinas y
también compraba y revendía las cocinas
entre las familias que eran clientes suyos.
Sin embargo, en la actualidad las actividades de CARD se limitan a suministrar
préstamos a los productores, sin dedicarse
a comprar y vender cocinas para los usuarios finales, excepto aquellas incluidas en
el paquete del proyecto para la producción
de azúcar orgánica (que se agradecen
enormemente).
El proyecto piloto de CARD relacionado
con el establecimiento y mantenimiento de
pequeñas centrales de biogás es un reto
para las microempresas, ya que la tecnología es muy cara y tienen un plan de amortización fijo, a pesar de que existen distin-
* D. Julius Adrian R. Alip, CARD Leasing and Finance Corporation, Presidente/ Miembro del Comité
Ejecutivo de CARD MRI
Dña. Clarisse Dimaculangan, Directora de Operaciones de CARD BDSFI/ Miembro del Comité de
Gestión de CARD MRI
32
Microfinanzas y Cambio Climático
tos niveles de estiércol almacenado y por
tanto, distintos niveles de biogás producido
en las granjas. No obstante, es posible que
las centrales de biogás ofrezcan oportunidades para PYMES, por lo que CARD está
estudiando en la actualidad estas oportunidades.
El proyecto “granjas para madres” es uno
de los proyectos insignia de CARD. Se
está desarrollando la producción de azúcar
orgánica en Filipinas, por lo que existe una
gran demanda del paquete de servicios de
CARD, que incluye un préstamo, así como
herramientas y formación para emprendedores. De forma parecida, el proyecto de
CARD “bambúes para madres” ha tenido
mucho éxito y los clientes agradecen especialmente el hecho de que el micro préstamo se desembolse poco después del tifón
e incluya herramientas y formación para el
desarrollo empresarial. Esto ayuda a las
mujeres a hacer frente a la emergencia a
corto plazo y al mismo tiempo a poner en
marcha una actividad empresarial sostenible a medio y largo plazo. La organización
de actividades ligadas a la comunidad es
intensa para la institución, tanto en términos de recursos financieros como en términos de recursos humanos, pero da sus frutos en lo que respecta a los resultados de
los proyectos. En el futuro, CARD planea
fortalecer aún más los vínculos a lo largo
de la cadena de valor, en relación con el
proyecto de azúcar orgánica y especialmente con el proyecto del bambú, suministrando apoyo financiero y técnico también
a los transformadores del bambú (por ej.
para las cañas de bambú, cuyo uso está
muy extendido en Filipinas).
¿Por qué habéis elegido
emprender actividades en
favor del medioambiente?
Y ¿cómo habéis emprendido
estas actividades?
CARD fue animado por sus socios técnicos y de financiación a “hacerse ecológico”
(por ej. por el Banco Asiático de Desarrollo
e inicialmente por Shell con respecto al primer proyecto de paneles solares) y además los proyectos se desarrollan en estrecha colaboración con estos socios.
En el transcurso de los últimos 4 años,
CARD ha generado una cantidad total de
1,5 millones de dólares, dedicada a productos y servicios ecológicos.
Para alcanzar una escala suficiente, fue
necesario un alto grado de especialización
(incluyendo la creación de la mencionada
unidad que acompaña la oferta de servicios y productos ecológicos), y por lo tanto,
el desarrollo de experiencia técnica junto
con competencias financieras era un componente clave.
La oferta de productos y servicios ligados
al cambio climático permite a CARD explorar nuevos segmentos de mercado y una
mayor expansión está prevista para los
próximos años. El objetivo será una cartera total de al menos un 20% para CARD
Leasing and Finance, al mismo tiempo que
se integrará un objetivo relativo a “una cartera de préstamos ecológicos para Instituciones de Microfinanciación” en la próxima
planificación de mediados de año. No obstante, a corto y medio plazo, CARD intenta
consolidar los proyectos de mayor éxito y
reorientar los de menor éxito.
En los últimos 4 años, se ha dedicado un
importe de 250.000 dólares de financiación
externa al desarrollo de capacidades y a
la sensibilización (tanto a nivel institucional como de mercado) y puesto que las
consecuencias del cambio climático ya se
han hecho patentes en Filipinas, hay un
claro aumento de la sensibilización. También existe un número creciente de nuevas
iniciativas en camino tanto a nivel privado
como público, incluyendo: 1. El gobierno
filipino cuenta con un departamento dedicado al cambio climático que apoya activamente aquellos proyectos del campo de
la energía y el medioambiente; 2. MERALCO (empresa minorista de distribución de
electricidad) ha lanzado un programa de
medición neta de la energía para productos solares conectados a la red, gracias
al cual las familias pueden vender a la
red el exceso de electricidad. CARD colabora con la Comisión/Departamento de
Medioambiente y Cambio Climático en la
creación de iniciativas mutuamente beneficiosas.
De modo que, según CARD, el contexto
existente para actividades de microfinanciación y cambio climático en Filipinas es
favorable, pero la puesta en marcha de
proyectos para la mitigación y adaptación
sigue siendo una tarea difícil y puede llevar mucho tiempo. Uno no puede hacerse
ecológico de la noche a la mañana, pero
ofrecer productos y servicios de microfinanciación verde y acompañar esta oferta
con un desarrollo adecuado a nivel de la
institución de microfinanzas es como correr una maratón con el espíritu de que la
meta promete valer la pena.
33
P­­asserelles – N° 1
Entrevista con
FUNDECOOPERACIÓN
Costa Rica
Preguntas respondidas por Dña. Marianella Feoli*
¿Qué actividades en
cuestión de microfinanzas
y cambio climático habéis
decidido emprender?
Desde su creación, FUNDECOOPERACIÓN tiene por objeto apoyar proyectos que entrañen un impacto social y
medioambiental positivo.
En términos de productos y servicios suministrados, nosotros damos apoyo financiero a proyectos (mediante la concesión
de créditos). Estos créditos se pueden emplear para financiar distintas actividades en
determinadas áreas temáticas: turismo y
agricultura sostenibles, gestión medioambiental y tecnologías limpias, energía sostenible y eficiencia energética, redes empresariales públicas o privadas y cambio
climático. La capacitación de las mujeres
se considera un eje transversal en nuestro
trabajo. El sector agrícola es muy importante y apoyamos proyectos que promueven el desarrollo y generan cambios en los
sistemas tradicionales de producción que
suponen un menor impacto medioambiental (negativo). Sin embargo, no es el único
sector económico que apoyamos. Dentro
de nuestra cartera de clientes algunos
trabajan en turismo, artesanía, transformación de materiales reciclados, productos de salud, etc. Finalmente, aportamos
recursos financieros a actividades que se
centran en la mitigación y adaptación ligadas al cambio climático.
1
2
34
Red Costarricense de Organizaciones para
la Microempresa
Red Centroamericana y del Caribe de
Microfinanzas
Nuestros productos financieros están hechos a medida, lo que implica, en primer
lugar, facilitar el acceso a la financiación a
aquellas personas que, por el motivo que
sea, tienen pocas posibilidades de obtener
apoyo financiero a través de los sistemas
tradicionales de financiación. Algunos de
nuestros clientes integran el sistema tradicional de financiación en una segunda
etapa, una vez su negocio se ha puesto en
marcha y es sostenible.
El programa de financiación a la medida
está dirigido a pequeños y medianos emprendimientos productivos, tanto para individuos como para asociaciones, dedicados
a actividades económicas sostenibles y,
sobre todo, innovadoras. Sus actividades
deben contribuir a la calidad de vida, a la
protección medioambiental y a la igualdad
de género. Financiar programas adaptados a los clientes también se traduce,
por ejemplo, en flexibilidad en los planes
de amortización. No obstante, para poder
optar a ellos, los proyectos deben buscar
un resultado final triple y demostrar que se
enfocan en base a esta perspectiva.
Además del aspecto puramente financiero,
creemos que el apoyo técnico a nuestros
clientes es de vital importancia. Se debe
sensibilizar a la gente acerca del cambio
climático y sus consecuencias. Es necesario que entiendan cuáles son las consecuencias que ya existen debido al cambio
climático para poder adaptarse mejor a
estos desafíos y, sobre todo, es necesario
que comprendan que una economía “más
verde” puede ofrecer oportunidades de negocio. Por otro lado, para nosotros es importante comprender los motivos y efectos
del cambio climático en los contextos en
los que operamos. Esto nos ayuda a adaptar mejor nuestra oferta de servicios.
*
¿Cuáles fueron los
principales retos y
oportunidades con respecto
a estas actividades?
Fue particularmente difícil el periodo de
transición, después de tomar la decisión
de suministrar servicios financieros. Durante este proceso de importante cambio
institucional, tuvimos que someternos a
un proceso de aprendizaje corporativo. Es
más, promover créditos que tratan de tener
un impacto medioambiental positivo resulta mucho más complicado que ofrecer créditos tradicionales. Por ejemplo, requiere
más tiempo para sensibilizar a las personas. En este sentido, trabajamos en estrecha colaboración con REDCOM1, nuestra
red nacional de microfinanzas y también
con su homólogo regional REDCAMIF2.
Durante la última asamblea general de
REDCAMIF en 2014 intentamos hacer
hincapié en algunas de las oportunidades
ecológicas con un doble fin: 1) compartir
nuestros conocimientos con nuestros colegas y 2) conseguir que las IMF descubran
nuevas oportunidades potenciales. Algunas de ellas están muy interesadas en el
tema y, por otro lado, hay otras que todavía
se muestran reticentes a un enfoque de triple resultado final.
Dña. Marianella Feoli, Directora Ejecutiva de Fundecooperación
Microfinanzas y Cambio Climático
¿Por qué habéis elegido
emprender actividades en
favor del medioambiente?
Y ¿cómo habéis emprendido
estas actividades?
La fundación tiene por meta promover el
desarrollo sostenible a través de la financiación y el apoyo de un amplio número de
PYMES (pequeñas y medianas empresas),
tanto mediante el desarrollo de sus planes
de negocios como mediante la comercialización de sus productos a nivel nacional e
internacional. A lo largo de los años, la fundación ha invertido cerca de 35 millones
de dólares en más de 300 proyectos que
promueven el desarrollo sostenible.
Los proyectos que hemos financiado dentro del marco del programa sur-sur3 van
desde la plantación de piñas orgánicas en
la ciudad de Acosta, hasta el aumento de
producción de piña cerca de Cotonou, en
Benín, África occidental; desde la plantación de champiñones comestibles en
la región del Cerro de la Muerte, hasta la
mejora del sistema de información sobre
biodiversidad en Bután, sur del Himalaya;
y entender de taxonomía de insectos comestibles en Benín.
Del total de la financiación, se han asignado cerca de 4 millones de dólares a nuestro programa más reciente: “Crédito a su
Medida”. La financiación se personaliza
para adaptarse a las necesidades de cada
proyecto. Esto incluye garantías, plazos y
amortizaciones, que se personalizan para
satisfacer las necesidades de cada proyecto. Hemos comprendido que el éxito no
se encuentra en los tipos de interés sino en
que la financiación se adapte al proyecto
y no al contrario. Creo que esta es la diferencia entre nuestro programa de créditos
y los programas tradicionales que ofrecen
las instituciones financieras locales e internacionales.
Como institución, FUNDECOOPERACIÓN
intenta dar ejemplo. En este sentido, hemos adaptado nuestro sistema de iluminación a una electrificación más eficiente,
hemos instalado un panel solar que hace
funcionar una bomba de pozo en nuestras
instalaciones, fomentamos la digitalización
de documentos en vez de la impresión,
intentamos combinar diversos objetivos
cuando viajamos y, finalmente, hemos
iniciado un proyecto sobre actividades de
reciclaje enmarcado en nuestro vecindario.
FUNDECOOPERACIÓN cree firmemente
que el enfoque de triple resultado final es
el correcto para poder avanzar.
Desde el principio no nos hemos limitado a
proporcionar servicios financieros sino que
los hemos combinado desde el inicio con
asistencia técnica durante la implementación. En ocasiones proporcionamos directamente la asistencia técnica, otras veces
nos apoyamos en nuestros socios proveedores, especialmente cuando se refiere a
aspectos técnicos de la implementación.
«
El programa de
financiación a la medida
está dirigido a pequeños y
medianos emprendimientos
productivos, tanto para
individuos como para
asociaciones, dedicados
a actividades económicas
sostenibles y, sobre todo,
innovadoras.
A pesar de ser un equipo relativamente pequeño, las asociaciones con instituciones
distribuidas por todo el territorio nos permiten llegar a poblaciones residentes en
zonas remotas. Es decir, proporcionamos
fondos a instituciones socias (banca de
segundo piso), que a cambio proporcionan
créditos a los beneficiarios finales. La banca de segundo piso está dirigida a organizaciones, entidades financieras, cooperativas y asociaciones cuya meta es promover
las capacidades de producción (ya sea de
sus asociados y afiliados o simplemente
de grupos comunitarios específicos). Las
instituciones socias son las responsables
de asignar los recursos que FUNDECOOPERACIÓN facilita y de asegurar que dicha financiación se utilice y se capte de
forma apropiada.
»
3
La cooperación sur-sur es una asociación
estratégica para la cooperación en el desarrollo
sostenible que pretende convertirse en un
modelo repetible. Más información en
www.southsouthcooperation.net
35
www.ada-microfinance.org