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cru
zand
2 014
L
a Temporada de Teatro Latinoamericano y Caribeño Mayo Teatral 2014 fue realidad del 16 al
25 de mayo y hasta un poco más allá. Si en la
entrega anterior lanzamos un aviso, hoy aún vibramos
con los ecos de la fiesta y celebramos la labor cumplida y la excelente acogida que tuvo el evento en sus
espacios capitalinos al igual que en las sedes de Cienfuegos, Camagüey y Santiago de Cuba.
En torno al cruce –de fronteras geográficas, géneros y perspectivas escénicas, en franco diálogo abierto
al cine y el video, la poesía, la narrativa, el ensayo y el
performance– reunimos a siete grupos visitantes y cinco
cubanos: De Bolivia, Teatro de los Andes con Hamlet
de los Andes, de Diego Aramburo en creación colectiva
del grupo bajo su dirección, y Kiknteatr con Romeo y
Julieta de Aramburo, con texto y montaje de Aramburo;
de Brasil, Boa Companhia con Primus, bajo la dirección de Verónica Fabrini, y el Teatro da Margem con
Potestad y Memorial de silencios y margaritas, unipersonales de Narciso Telles, dirigidos por Andre Carreira
y Mara Leal, respectivamente. Instrucciones para
abrazar el aire fue la representación del Teatro Malayerba, del Ecuador, con dramaturgia y dirección de
Arístides Vargas. El Teatro de Ciertos Habitantes trajo
desde México El automóvil gris, dirigida por Claudio
Valdés Kuri, y de la República Dominicana, la Compañía Nacional de Danza Contemporánea presentó Sed,
con dramaturgia y coreografía de Marianela Boán. La
muestra cubana estuvo integrada por Un elefante ocupa
mucho espacio, del grupo El Ciervo Encantado, bajo la
dirección de Nelda Castillo; Hojas de papel volando,
del Estudio Teatral de Santa Clara en unipersonal con
adaptación, dirección y actuación de Roxana Pineda;
Alicia en busca del conejo blanco, del Teatro de las Estaciones, adaptada y dirigida por Rubén Darío Salazar;
Matrimonio blanco, del Teatro de la Luna, conducido
por Raúl Martín, y Antigonón, un contingente épico, del
Teatro El Público, con texto de Rogelio Orizondo y
Carlos Díaz y dirección de Díaz.
El Encuentro de Teatristas Latinoamericanos y Caribeños favoreció el intercambio entre los artistas –al
cual se sumaron directores como Fernando Vinocour,
de Costa Rica, y Kamber Betancur, de Colombia– críticos
e investigadores, y sirvió para compartir puntos de
vista frente a la realidad del teatro hoy, trayectorias,
referentes y perspectivas de cada quehacer. La cita
fue también el espacio para celebrar el cumpleaños
50 años de esta revista, con un panel integrado por la
investigadora colombiana Marina Lamus junto con tres
revisteros hermanos: Genoveva Mora (El Apuntador),
Jaime Chabaud (Paso de Gato) y Juan Pablo Ricaurte
(A Teatro), y para presentar su edición más reciente,
el número 171, lo que hizo esta vez con animados
comentarios quien ha asumido en los últimos quince
años su concepto visual, el director de Diseño de la
o s
Casa, Pepe Menéndez, y para poner en circulación la
multimedia Conjunto 1964-2014, con intervenciones de
la investigadora cubana Esther Suárez Durán, y de uno
de sus editores, José Luis Prado, director de Publicaciones de Ediciones Cubarte.
Un mensaje de saludo y celebración, enviado por
el actor Manuel Santos Iñurrieta, director de El Bachín
Teatro, de Argentina, fue también convite para participar activamente en la construcción de la Red de
Teatros En Defensa de la Humanidad.
La entrega del Premio El Gallo de La Habana 2012,
que le fuera conferido en la edición anterior de la Temporada Mayo Teatral al actor, dramaturgo y director
Arístides Vargas, líder del Teatro Malayerba, se hizo
efectiva en manos del poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar, presidente de la Casa de las
Américas como cierre del Encuentro.
sus
bor
des
El Gallo de La Habana de este año fue adjudicado
al Teatro de los Andes,
Por su labor artística, visible en puestas en escena
como Las abarcas del tiempo, La Ilíada, Crónica de
una muerte anunciada, Solo los giles mueren de amor,
Frágil, En un sol amarillo, Otra vez Marcelo, y Hamlet
de los Andes, muchas de ellas presentes en ediciones de Mayo Teatral; por su empeño en buscar un
nuevo público para el teatro y en crear un nuevo
teatro para el nuevo público; por su compromiso
con la historia y con el presente, y por su consecuencia profesional y ética.
Al concluir la tercera y última función de Hamlet de
los Andes en el Teatro Mella, la escultura de Agustín
Drake fue entregada a su coordinador Paolo Nalli, por
Vivian Martínez Tabares, directora del evento.
Como complemento a los espectáculos, se realizaron diálogos y desmontajes con todos los grupos,
moderados por los teatrólogos Aimelys Díaz y Andy
Arencibia, especialistas de la Dirección de Teatro, y al
finalizar cada encuentro, se pusieron en circulación los
libros Víctor Jara, su vida y su teatro, de Gabriel Sepúlveda, introducido por su autor y por Antonio Briones,
director de la Editorial Ventana Abierta, de Chile; Teatro en las fronteras y Antología de teatro ecuatoriano
contemporáneo, coediciones del Fondo Editorial Casa
de las Américas y la Casa de la Cultura Ecuatoriana
Benjamín Carrión, a cargo de Arístides Vargas, autor
del primero y antologador del segundo; una muestra
de novedades de Ediciones Alarcos (Cuba); junto con
las más recientes entregas de las revistas especializadas Paso de Gato (México), A Teatro (Colombia) y El
Apuntador (Ecuador).
Amplia fue la acogida de artistas profesionales y
de estudiantes del nivel superior de teatro para los
talleres de formación impartidos, por la actriz Charo
Francés, “”El silencio de la actriz-actor”; por el dramaturgo y director uruguayo Gabriel Calderón, “La
Dramaturgia contra el Teatro y viceversa”, y “La
música de Elis Regina como material creativo para el
actor”, a cargo de la actriz y profesora brasileña Liana
Ferraz. En Santiago, el actor y profesor Narciso Telles
y la directora Mara Leal dictaron otro taller dedicado
a la improvisación.
Se inauguraron varias exposiciones, dos en la Casa,
Teatro para mirar, a cargo de la Dirección de Artes
Plásticas, con diseños teatrales de destacados artistas
caribeños: el puertorriqueño Antonio Martorell, que
en la sala central exhibe carteles, bocetos escenográficos, elementos de vestuario a partir de papel calado,
máscaras en serigrafía, xilografías y fotos, y los cubanos Eduardo Arrocha, María Elena Molinet, Vladimir
Cuenca, Roberto Ramos, Zenén Calero y Armando
Morales, quienes aportan bocetos, máscaras, elementos de escenografía, trajes y muñecos, que dan cuenta
de un amplio universo teatral y recuperan la memoria
de hitos como las diferentes puestas de María Antonia,
Santa Cecilia, montajes titiriteros a partir de textos de
Javier Villafañe, entre otros. La otra, Carteles para Mayo,
recorre parte de la cartelística en torno a los festivales
de teatro latinoamericano organizados por la Casa de las
Américas en los años 60 y de la saga de Mayo Teatral,
exhibida en la Sala Manuel Galich. También, la exposición de fotografía teatral Gestos del riesgo en solitario, con
imágenes de los fondos de la Dirección de Teatro, recogió instantáneas de actrices y actores latinoamericanos
y caribeños, muchos de ellos en montajes que integraron
la cartelera de ediciones anteriores de esta cita, tomadas
por seis artistas cubanos del lente, y se vió en la Galería
Tina Modotti, del Teatro Mella, y Transgresiones, curada
por la revista Tablas, con obras de varios fotógrafos cubanos, en el vestíbulo de la Sala Tito Junco, del Centro
Cultural Bertolt Brecht. Y en coordinación con la Biblioteca de la Casa, se sacó a la luz la colección completa
de esta publicación en la muestra bibliográfica Conjunto,
50 años.
Doce grupos, trece espectáculos, cuarenticuatro
funciones y la confluencia de teatreros de catorce países son un índice mínimo del júbilo y la creatividad de
los días de Mayo Teatral 2014.
A continuación, publicamos valoraciones de algunos participantes. m
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