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TEMA 18. FRACTURAS DE HUMERO.
FRACTURAS DE LA EXTREMIDAD PROXIMAL DEL HUMERO
Se considera extremidad superior del húmero el segmento óseo entre la superficie
articular proximal y la inserción del pectoral mayor, redondo mayor y dorsal ancho.
Son fracturas muy frecuentes, 4-5% de todas las fracturas. Son doble frecuentes en
la mujeres que en los hombres y el 75% de los casos se producen por encima de los 50
años, ya que es una fractura ligada a la osteoporosis; es la 4ª fractura osteoporótica más
frecuente.
La rica cubierta que tiene la extremidad proximal de húmero de inserciones musculares (manguito de los rotadores, subescapular, redondo mayor, pectoral mayor y dorsal
ancho) con sus expansiones aponeuróticas, así como el tendón largo del bíceps, hace
que gran número de estas fracturas no tengan desplazamiento.
MECANISMOS DE PRODUCCIÓN
El mecanismo traumático habitual es el indirecto por caída apoyando con la mano o
con el codo, en una posición de abducción del hombro. La fuerza axial originada en el
húmero provoca que la cabeza humeral impacte contra el acromion y se produzca la
fractura.
Mucho menos frecuente es el mecanismo directo por golpe sobre el hombro, ya que
el hueso está bien protegido por partes blandas, especialmente el deltoides.
Se han descrito fracturas por contracción muscular violenta en el curso de un ataque
epiléptico o un electroshock.
CLASIFICACIÓN
En las fracturas del extremo proximal del húmero se producen tres trazos principales de fractura:
- A nivel del cuello quirúrgico, inmediatamente por debajo de troquíter y troquín.
- Un trazo intertuberositario (entre troquíter y troquín) siguiendo el canal bicipital.
- Un trazo en cuello anatómico, en el límite del cartílago articular.
Estos trazos pueden darse aisladamente o combinados, dando fracturas en 2, 3 o 4
fragmentos.
La clasificación más difundida es la de Neer (1970), que considera la combinación
de estos trazos de fractura, el número de fragmentos, el desplazamiento de los fragmentos, y la presencia o no de luxación.
Neer distingue dos grandes grupos:
Fracturas no desplazadas: cualquier trazo de fractura, cuando es desplazamiento lateral es menor de 1 cm y la angulación menor de 45º. Son las fracturas más numerosas,
más del 80%.
Fracturas desplazadas: cuando el desplazamiento lateral es mayor de 1 cm o la angulación mayor de 45%.
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Dentro de las fracturas desplazadas considera 4 grupos: fracturas en 2 fragmentos,
fracturas en 3 fragmentos, fracturas en 4 fragmentos y fractura de la superficie articula.
Dentro de las fracturas en 2, 3 y 4 fragmentos considera la posibilidad de luxación o
no
Son fracturas en dos fragmentos:
Fractura del cuello anatómico: el trazo se localiza en el límite del cartílago articular. El fragmento capital suele tener un desplazamiento posterior y su vascularización
queda totalmente interrumpida, por lo que la necrosis es muy frecuente.
Fractura del cuello quirúrgico: el trazo se situa por debajo de troquíter y troquín.
Mas frecuente que la anterior y en pacientes de menor edad. Alguna de ellas son impactadas.
La fractura de la tuberosidad mayor o troquiter se produce a veces por golpe directo, pero la mayoría de casos se trata de un arrancamiento de la inserción del manguito
de los rotadores en el curso de una luxación anterior.
La fractura de la tuberosidad menor o troquín es una fractura por arrancamiento de
la inserción del subescapular, casi siempre en el curso de una luxación posterior.
Las fracturas en 3 fragmentos son la combinación de una fractura por arrancamiento
del troquiter o troquín y una fractura de cuello quirúrgico con 2 posibilidades:
1) Fractura del troquiter y del cuello quirúrgico. Es la más frecuente. Un fragmento será el troquiter, otro la diáfisis humeral y el tercero la cabeza con el troquin.
2) Fractura del troquín y fractura de cuello quirúrgico. Los fragmentos serán: el
troquín, la diafisis humeral y la cabeza junto al troquiter.
Las fracturas en 4 fragmentos resultan de la combinación de todos los trazos de fractura antes descritos, siendo los fragmentos: la cabeza humeral, el troquiter, el troquín y
la diáfisis. Con frecuencia se acompañan de luxación. El pronóstico queda ensombrecido por que la cabeza queda en muchos casos avascular, produciéndose su necrosis en
mas del 40% de los casos.
La fractura de la superficie articular puede ser una deformidad plástica por hundimiento de la cabeza o una fractura osteocondral mas o menos compreja. Puede presentarse de forma aislada o en el curso de una luxación.
CLÍNICA
Las fracturas no desplazadas tienen manifestaciones clínica poco expresivas: impotencia funcional parcial por la respuesta muscular antiálgica, actitud antiálgica sujetándose el brazo con el otro miembro y dolor selectivo a la presión del hombro.
En las fracturas desplazadas la impotencia funcional del hombro es absoluta. Es posible detectar una crepitación a la abducción del hombro. La equimosis es muy marcada
a las pocas horas, extendiéndose en la cara interna del brazo y cara externa del tórax
(signo de Hennequin) o menos frecuentemente sobre el deltoide.
En el caso de fractura en 2 fragmentos con luxación las manifestaciones son las
propias de la luxación. En caso de fractura en 4 fragmentos con luxación, las manifestaciones clínicas son las mismas que en las fracturas sin luxación.
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La complicación más frecuente, que exige siempre su exploración, es la lesión del
nervio circunflejo que abraza por detrás el húmero a nivel del cuello quirúrgico. Se manifiesta por parálisis del deltoides y anestesia en la porción posterolateral del muñón del
hombro. La lesión de este nervio es más grave que la luxación, pues gran número de
lesiones son axonotmesis o neurotnesis irrecuperables.
El diagnostico radiográfico exige una radiografía antero posterior, una proyección
lateral en el plazo de la escápula con 45º de inclinación y una axial axilar, y si no es
posible transtóracica, para ver el desplazamiento de la cabeza humeral en el plano antero posterior.
TRATAMIENTO
El tratamiento ortopédico tiene un lugar destacado en el tratamiento de estas fracturas, por sus características anatómicas y lesionales. Muchas fracturas son sin desplazamiento y estables requiriendo una inmovilización mínima. Se trata de un hueso esponjoso con una rica vascularización y la consolidación se consigue fácilmente aún con movilidad de los fragmentos. El hombro es una articulación de movilidad muy amplia y un
defecto de movilidad la articulación glenohumeral por defecto de reducción se compensa en parte con el movimiento escápulo-torácico, por todo ello deformidades residuales
importantes no suponen un gran déficit funcional.
Tratamiento ortopédico: Se base en la inmovilización limitada al tiempo de fase dolorosa seguido de un plan de rehabilitación precoz, que se inicia con ejercicios pendulares,
seguido de ejercicios de abducción y antepulsión asistida, y a partir de las 4 semanas se
intensifican los ejercicios.
La inmovilización aplicada es simple, mediante cuello-puño u otros sistemas de
suspensión.
Las fracturas de la extremidad proximal del humero con gran facilidad dan una rigidez, por fibrosis de los planos de deslizamiento de las numerosas partes blandas que
rodean la articulación, y por retracción de la cápsula articular. Es fundamental que la
movilización del hombro sea lo mas precoz posible, a los 15 días en los jóvenes, en el
viejo donde la posibilidad de rigidez es mucho mayor, la movilización con pendulares
se inicia tan pronto como lo permita el dolor, si es posible a partir de las 48 horas con
ayuda de analgésicos.
Este es el tratamiento de elección en todo fractura no desplazada. También lo es en
fracturas del viejo localizadas en cuello quirúrgico y fracturas en 3 y 4 fragmentos,
cuando las condiciones generales contraindiquen la anestesia o cuando el grado de conminución o de osteoporosis no permitan una reducción y fijación con garantías.
Manipulación bajo anestesia y fijación percutáneas con agujas: Consiste en la reducción cerrada de la fractura bajo anestesia, seguido de la colocación de agujas percutáneas desde vertiente lateral y superior, en número suficiente para fijar todos los fragmentos. Se utilizan agujas con la punta roscada para evitar su migración. Tras la fijación
se inicia la movilización precoz a partir de las 48 horas, Las agujas percutáneas se retiran entre la 4º y 8º semanas según la tolerancia.
Es el tratamiento ideal en el viejo en fracturas de cuello quirúrgico y fracturas de 3
y 4 fragmentos, para minimizar la lesión quirúrgica. Es necesario que se consiga una
reducción aceptable de lo contrario se decidirá la reducción abierta y fijación interna.
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Tratamiento mediante reducción abierta y fijación interna: Busca la reducción anatómica mediante abordaje quirúrgico, y la fijación de los fragmentos con osteosíntesis,
bien con tornillos simples, agujas con cerclaje alámbrico con efecto obenque, o bien con
placa atornillada.
En las fracturas de cuello anatómico la cabeza queda avascular en un altísimo porcentaje de casos, evolucionando a la necrosis. Solamente en el joven esta justificada la
reducción y fijación con tornillos a compresión, esperando la revascularización de la
cabeza humeral desde la metáfisis.
Las fracturas del cuello quirúrgico la fijación con placa atornillada es un método
muy estable, pero es mas sencilla e igual de segura la fijación con agujas, desde el troquiter y troquín, con un cerclaje alámbrico con efecto obenque.
En las fracturas de troquiter pocas veces hay gran desplazamiento, y cuando se
acompañan de luxación, al reducir esta el troquiter queda prácticamente reducido. Solo
cuando el desplazamiento es importante se requiere la fijación con un tornillo.
Las fracturas de troquiter aunque están muy desplazadas se consigue una unión fibrosis manteniendo la función del subescapular. Su fijación con tornillo o cerclaje solo
se aconseja en jóvenes.
Las fracturas en 3 fragmentos se fijan igual que las cuello quirúrgico, con placa
atornillada y con agujas y cerclaje con efecto obenque.
Las fracturas de 4 fragmentos la cabeza humeral también queda muy avascular con
alto riesgo de necrosis. Solo se tratan con reducción y fijación interna, como las fracturas de 3 fragmentos, en pacientes jóvenes o en las formas que la cabeza queda enclavada
en valgo conservando la vascularización.
Tratamiento mediante sustitución protésica de la cabeza humeral: Esta indicada
como tratamiento de entrada en pacientes mayores de 50 años, cuando hay alto riesgo
de necrosis de la cabeza humeral, es decir las fracturas de cuello quirúrgico y las fracturas de 4 fragmentos. También esta indicado como tratamiento inicial en fracturas osteocondrales complejas de la cabeza humeral.
Como tratamiento tardío se emplea cuando aparece una necrosis de cabeza humeral
sintomática.
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FRACTURAS DE DIAFISIS HUMERAL
Las fracturas de diáfisis humeral es un hueso diafísario con cortical gruesa pero
con importantes músculos que se insertan en ella (deltoides, pectoral mayor ) y otros
que la cruzan (bíceps, tríceps). Este hecho lleva consigo que: Sean capaces de consolidar sin problemas.
Difíciles de mantener por métodos cerrados por lo cual el tratamiento suele ser
abierto.
Dichas fracturas quedarán delimitadas próximamente por el borde superior de la inserción del pectoral mayor y distalmente por la inserción del músculo supinador largo,
lugar donde se inicia el ensanchamiento supracondíleo.
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Mecanismo de producción
Directo.- Golpe directo sobre el brazo por caída, atropello o atrapamiento, cuyos
trazos transversos u oblicuos cortos, pueden ocasionar fracturas segmentarias o conminutas. Pueden ser fracturas abiertas de fuera a dentro.
Indirecto.- Caída apoyando la mano en el suelo pudiendo ocasionar trazos oblicuos cortos, tercer fragmento o espiroideos si existe componente rotatorio.
Suelen localizarse en el tercio medio diafísario, lugar donde cambia de morfología
la sección del hueso pasando de cilindrica a aplanada. En el tercio superior suelen darse
las fracturas patológicas, siendo la causa más frecuente los quistes esenciales de húmero, fractura que se producirá en el niño, o bien por metástasis tumorales en el adulto.
Según el nivel de fractura los desplazamientos serán diferentes debido a la inserción de los músculos del tercio superior:
- Trazo entre músculos pectoral y deltoides, el fragmento proximal es traído en
aducción por la acción del pectoral mayor, mientras el distal es ascendido por acción del
deltoides.
- Trazo distal a la inserción deltoidea, en el cual el fragmento superior se coloca
en abducción mientras el fragmento distal asciende, formándose angulación y acortamiento por acción del músculo bíceps y tríceps.
Síntomatología
El brazo aparece tumefacto y con acortamiento relativo. Presenta habitualmente
deformidad al aparecer una incurvación de vértice posterolateral. Son ostensibles la movilidad patológica, impotencia funcional y la crepitación al movilizar los fragmentos.
Deben siempre descartarse otras lesiones asociadas, tales como : fracturas del carpo, antebrazo, hombro. La lesión del N. radial producida por contusión, con o sin interposición del nervio en el foco de fractura que originaría una mano péndula por pérdida
de extensión activa de la muñeca y dedos, además del trastorno sensitivo en el dorso del
pulgar y borde lateral del antebrazo.
El diagnóstico radiográfico permite juzgar el nivel del trazo de fractura, tipo de la
misma y clasificarla para plantear el tratamiento correcto. La separación entre fragmentos induciría a pensar en la posibilidad de interposición de partes blandas.
La consolidación es fácil siempre que exista buena aposición en 2/3 de su superficie y una inmovilización adecuada, lo cual es difícil por :
1. Excesiva tracción originada por el yeso y la gravedad originando diastasis en el
foco de fractura.
2. Frecuente interposición de partes blandas (p.e. músculo tríceps )
3. Fracturas de trazo transverso que con escasa sección o superficie de coadaptación, sería difícil su mantenimiento en buena posición.
4. Lesión de partes blandas en fracturas por mecanismo directo
Tratamiento
Hay métodos cerrados y abiertos. Aunque con los métodos cerrados se puede obtener la consolidación, hoy día se tratan quirúrgicamente para conseguir una rápida re-
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habilitación de las articulaciones vecinas.
Tratamiento cerrado.- Hay varios métodos :
1. Yeso colgante de CADWELL.- Alcanzó una gran difusión pero se ha dejado de
utilizar por el alto índice de pseudoartrosis que originaba al provocar la distracción sobre el foco. Tiene más inconvenientes que ventajas y únicamente se podrían tratar fracturas espiroideas de tercio inferior humeral. Consiste en un yeso braquial suspendido
desde la muñeca por una cincha al cuello.
2. Férula en "U" de DE PALMA.- Tiene ventajas respecto al anterior ya que no
proporciona distracción sobre el foco. Consiste en una férula que se moldea desde el
acromion por la cara lateral del brazo, rodeando el codo y por cara interna hasta la axila.
Es método útil en fracturas no desplazadas, fracturas estables en niños o como método
de inmovilización para traslados. Exige cambiarlo cada semana y a las 4 semanas puede
ser sustituido por un yeso funcional.
3. Tracción transesquelética.- De utilización excepcional hoy día. Sólo para pacientes encamados y contraindicación operatoria.
4. Yeso toracobraquial. No utilizado hoy día.
5. Fijación externa.- Para casos con graves lesiones de partes blandas que exijan
vigilancia para su evolución.
6. Yesos funcionales.- Su utilización es en fracturas que han alcanzado cierta estabilidad en su fase de consolidación o para completar la inmovilización en fracturas
tratadas con osteosíntesis insuficientes.
Tratamiento mediante osteosíntesis
Sus indicaciones son:
1. Fracturas con interposición de partes blandas en el foco de fractura
2. Fracturas diafisarias segmentarias
3. Fracturas humerales asociadas a otras distales en el antebrazo (codo flotante)
4. Politraumatizados
5. Fracturas patológicas por metástasis
6. Fracturas espiroideas de tercio inferior con atrapamiento del N. Radial
7. Fracturas con lesión de la A. Humeral
8. Fracturas en enfermos neurológicos: hemiplejías, parkinson
Los métodos de osteosíntesis son:
1. Placa atornillada a compresión
2. Osteosíntesis axial mediante clavos de Rush, agujas en gavilla de Kirschner
(técnica de Hacketal) o clavos intramedulares encerrojados o no.
3. Los tornillos únicamente están indicados como técnica auxiliar.
Complicaciones
1. Afectación del N. radial.- Se produce en el 2% de las fracturas del tercio medio
y en el 10% de las fracturas espiroideas del tercio distal. Sus causas pueden ser: por el
mecanismo que produjo la fractura, durante las maniobras de reducción o en el acto
operatorio.
2. Lesión de la arteria humeral.- Es poco frecuente.
3. Pseudoartrosis.- Se consideran así las fracturas que no muestran consolidación
en unas 12 semanas. Sus causas son: fracturas con trazos transversos tratadas conserva-
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doramente y bajo distracción del foco, interposición de partes blandas, fracturas tratadas
mediante cirugía y osteosíntesis
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