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Artículo científico Neuritis óptica infecciosa. A propósito de un caso pediátrico Ferrero Rosanas À. - O.C. nº 8.951 - Cavero Roig L. - oftalmólogo - Sierra Lorente - O.C. nº 17.113 La neuritis óptica es una inflamación del nervio óptico que puede provocar una pérdida súbita de la visión en el ojo afectado. Dicha inflamación puede ser el resultado de una infección, una intoxicación o puede estar causada por enfermedades hereditarias. Con el siguiente artículo pretendemos hacer un repaso sobre la etiología y la sintomatología que acompañan a la neuritis óptica infecciosa. Presentamos un caso pediátrico profundizando en el examen visual que conviene realizar y las pruebas complementarias que nos permiten establecer un diagnóstico diferencial adecuado. PALABRAS CLAVE Neuritis óptica, edema papilar, defecto pupilar aferente relativo (DPAR), escotoma centrocecal. INTRODUCCIÓN El término neuritis óptica1 hace referencia a las afecciones inflamatorias o desmielinizantes del nervio óptico (NO). Cuando afecta a la porción intraocular se denomina papilitis y se caracteriza por inflamación del disco óptico. En cambio, hablamos de neuritis retrobulbar si es la porción posterior del NO la que se ve afectada, con lo que el fondo de ojo es, en principio, normal. La neuritis óptica parainfecciosa2 es consecutiva a una infección por microorganismo. La causa más frecuente es la de origen vírico3 (parotiditis, varicela, etc.) y más raramente bacteriana o de otra naturaleza. Se presenta entre 1 y 3 semanas después del episodio infeccioso y en general afecta a niños. Puede ser unilateral, aunque casi siempre se trata de una neuropatía bilateral aguda4 con elevación de papila. Clínicamente se caracteriza por disminución de la agudeza visual 34 septiembre 440 Figura 1. Neuritis óptica infecciosa: se observa elevación y borrosidad de los bordes de la papila. Ausencia de hemorragias y de signos de neurorretinitis. (AV), alteración de la función pupilar y de la visión cromática. La exploración campimétrica evidencia la presencia de un escotoma centrocecal. El estudio del líquido cefalorraquídeo (LCR) de estos pacientes revela elevación de las proteínas con pleocitosis y los estudios de neuroimagen son normales. El pronóstico de la neuritis postinfecciosa en cuanto a recuperación visual es excelente, aunque lo habitual es que persista una palidez papilar con defectos sutiles de la función visual. CASO CLÍNICO Acude a nuestra consulta una niña de 8 años que refiere disminución de AV del OD de 10 días de evolución. La paciente no tiene antecedentes personales de interés ni ha tenido fiebre ni malestar general en los últimos días. No tiene antecedentes oftalmológicos ni utiliza graduación. Hasta la fecha su comportamiento visual resultaba normal y se mostraba asintomática. En el servicio de urgencias practican resonancia nuclear magnética (RNM) craneal y orbitaria y analítica general. Todas las pruebas resultan normales. Gaceta Optica Se orienta como neuritis óptica y la derivan a la unidad de oftalmología para diagnóstico y tratamiento. En la primera revisión oftalmológica, la agudeza visual sin corrección (AVsc) del OD es de percepción luminosa a 10 cm que no mejora con estenopeico. La AVsc del OI es de la unidad. La retinoscopía da: OD: +3,00 / OI: +2,00. Al explorar la función pupilar detectamos un DPAR del OD. La visión cromática (11 láminas pseudoisocromáticas de Ishihara) no se puede valorar en el OD debido a su baja AV y la del OI es normal. Al realizar la retinoscopía bajo cicloplegia el valor obtenido es de OD: +5,50 / OI: 10º-0,50+4,00. La motilidad ocular extrínseca es normal y la paciente no refiere dolor a la movilidad ocular. En el examen de fondo de ojo inicial se aprecia elevación y borrosidad de los bordes de la papila en el OD. No se evidencian hemorragias ni signos de neurorretinitis (Fig. 1). Se solicita serología5 para toxoplasma gondii, toxocara canis, bartonella henselae, borrelia bugdorferi, VEB (virus de Epstein-Barr), VDRL (sífilis) y FTA-Abs (absorción de anticuerpos treponémicos fluorescentes), siendo normales todos los resultados. La determinación de la ECA (enzima convertidora de la angiotensina) así como el PPD (derivado proteico purificado) resultaron negativos. Se pauta tratamiento con corticoides (1 mg x Kg de peso) con un protector gástrico por vía oral. A los 2 días la AVsc del OD le permite contar dedos a 80 cm (no mejora con estenopeico). La AVsc del OI es de la unidad. Continúa manifestando un DPAR con leve respuesta del reflejo directo en el OD. La campimetría del OD (Fig. 2) revela un escotoma altitudinal de predominio en el hemicampo inferior y con afectación central. La campimetría del OI es normal. A los 15 días de evolución la paciente refiere mejoría. La AVsc del OD es de 0,2 (no mejora con estenopeico) y la AVsc del OI es de Gaceta Optica Figura 2. La campimetría, en el estadio inicial de la neuritis óptica, revela un escotoma altitudinal que afecta sobre todo al hemicampo inferior y a la zona macular. la unidad. La valoración de la visión cromática del OD revela una deuteranomalía y la del OI se mantiene normal. La exploración biomicroscópica y la tensión intraocular son normales en ambos ojos. La evolución oftalmoscópica resulta progresivamente favorable disminuyendo la elevación y la borrosidad de los bordes papilares. Ya se evidencia el borde temporal de la papila (Fig. 3). En la campimetría del OD se mantiene el escotoma central con resolución progresiva del escotoma inferior (Fig. 4). Ante la evolución favorable del cuadro clínico se inicia descenso progresivo de la dosis de corticoides sistémicos. A los 25 días la AVsc del OD es de 0,8 (no mejora con estenopeico) y la del OI es 1. Con oftalmoscopía comprobamos que a nivel papilar persiste la borrosidad del borde nasal con palidez del sector temporal. La campimetría del OD se ha normalizado (Fig. 5). A partir de este momento se suspende el tratamiento con corticoides. A los 45 días la AVsc es de 1en AO. Retinoscópicamente encon- 440 septiembre 35 de ángulo abierto con discromatopsia azul-amarillo, o distrofia de conos y enfermedad de Stargardt con discromatopsia rojo-verde)8. 5. Campimetría. La repercusión de una lesión sobre el campo visual depende en gran medida de la zona del NO comprometida y de su localización sobre el conjunto de la vía visual9. Las neuropatías ópticas son posiblemente la causa más frecuente de escotoma central o centrocecal donde la pérdida funcional se concentra sobre el área macular o sobre la zona del haz papilo-macular. Figura 3. Mejora funduscópica tras los 15 días de evolución, donde ya se evidencia el borde temporal de la papila. tramos OD: +2,25 / OI: +2,00. El examen subjetivo da OD: +1,00 / OI: +1,00. La prueba de Ishihara confirma que la visión cromática es normal en AO y en la exploración funduscópica vemos que se ha resuelto la elevación y borrosidad de la papila, mientras que persiste cierta palidez de predominio temporal (Fig. 6). DISCUSIÓN La exploración optométrica6 y oftalmológica va a resultar de gran importancia, no sólo como método diagnóstico de la neuritis óptica, sino también para valorar a través de su evolución la eficacia del tratamiento. Entre las exploraciones optométricas que deberemos realizar, destacamos las siguientes: 1. Medida de la AV. La inflamación de disco óptico provoca una disminución de la AV que en ocasiones puede ser severa. 2. Motilidad extrínseca. Es normal y en algunos casos puede acompañarse de dolor ocular. 3. Reflejos pupilares. En una neuropatía óptica unilateral el ojo afecto presenta una disminución del reflejo pupilar directo al estímulo luminoso, pero con mantenimiento de la res- 36 septiembre 440 puesta consensual si estimulamos el otro ojo, y sin anisocoria. El ojo contralateral en cambio presenta reflejo directo y consensual. Esto se conoce como el defecto pupilar aferente relativo (DPAR) o pupila de Marcus–Gunn, e indica patología de la vía óptica pregeniculada. Si existe una respuesta nula a la luz pero se mantiene la consensual hablamos de pupila amaurótica. El DPAR suele ser proporcional a la severidad de la afectación del NO7. Cuando la afectación es bilateral y simétrica, al no haber diferencias significativas, no podemos hablar de DPAR, pero observamos una respuesta pupilar lenta y perezosa. 4. Visión cromática. La mayoría de los axones del NO transportan información de la zona macular y en ella los fotorreceptores más abundantes son los conos. Mientras dura el proceso inflamatorio, la visión cromática se ve alterada con una clara discromatopsia del ojo afecto, que en algunos casos no llega a desaparecer totalmente. La afectación de la visión cromática en las neuropatías ópticas sigue la denominada regla de Köllner, según la cual en los pacientes con enfermedad primaria del NO predominan las alteraciones de la discriminación cromática entre rojos-verdes, mientras que pacientes con trastornos retinocoroideos muestran más frecuentemente problemas de discriminación entre azules y amarillos (existen excepciones a dicha regla como el glaucoma La exploración oftalmológica se va a centrar en el examen del segmento posterior del ojo. El segmento anterior y la presión intraocular no suelen verse afectadas por esta patología. - Segmento posterior. En el caso de tratarse de una papilitis el disco óptico estará inflamado, caracterizándose por la elevación y borrosidad de los bordes papilares. Si se tratase de una neuritis óptica retrobulbar el aspecto del fondo de ojo estaría dentro de la normalidad. El diagnóstico diferencial de una pérdida visual aguda con elevación papilar en la edad pediátrica se debe establecer con las siguientes entidades: enfermedad de Leber, neurorretinitis, infiltración neoplásica, neuropatía tóxica o nutricional y papiledema10. La neuropatía óptica de Leber es una neuropatía óptica hereditaria provocada por una mutación del ADN mitocondrial11. Afecta de forma predominante a varones y suele debutar entre los 15 y 35 años. Se caracteriza por la aparición de una pérdida visual central e indolora de un ojo, seguida de una pérdida similar en el ojo adelfo con el curso de la enfermedad. Junto a la elevación papilar suele aparecer microangiopatía telangiectásica. Ninguna de las características precedentes se producía en nuestra paciente. La neurorretinitis asocia depósitos de exudados en el polo posterior. Gaceta Optica Artículo científico La causa más frecuente en pediatría es la enfermedad por arañazo de gato producida por bartonella henselae12. Otras causas como virus, borreliosis (borrelia bugdorferi)13 o sífilis (VDRL, FTA-abs.)14 fueron descartadas serológicamente. El PPD resultó negativo15. La infiltración neoplásica más frecuente es la leucemia. El NO se infiltra en el 13% de los procesos leucémicos16. En nuestra paciente la analítica sanguínea resultó normal. La neuropatía tóxica aguda es un proceso bilateral con importante discromatopsia, escotoma centrocecal y con historia de exposición a tóxicos. Las más frecuentes son las intoxicaciones por plomo o por fármacos. Nuestra paciente no presentaba historia de exposición a ninguno de esos agentes. Determinadas anomalías nutricionales17 pueden provocar neuropatía óptica. Las principales causas son los déficits de vitamina B1, B6, B12 o ácido fólico. En nuestro caso no se dio alteración del estado nutricional. El papiledema18 es la elevación papilar bilateral con borrosidad de bordes provocada por hipertensión endocraneal. La elevación papilar es más evidente en los polos superior e inferior del disco, suele presentar ausencia del pulso de la vena central de la retina, hemorragias peripapilares y dilatación venosa. El cuadro clínico asocia cefalea, vómitos y sintomatología neurológica19. Figura 4. Escotoma central con resolución progresiva del escotoma altitudinal inferior. El tratamiento con corticoides obtiene en la mayoría de ocasiones una resolución completa del cuadro2. En la edad pediátrica se debe controlar la inducción de efectos secundarios sistémicos (hirsutismo, aumento de peso, insomnio, hipertensión arterial, facies de luna llena, etc.) y/o locales a nivel ocular (catarata subcapsular posterior, hipertensión ocular, etc.). En nuestra paciente sólo se presentó un discreto aumento de peso que se normalizó al retirar la medicación. En casos resistentes puede ser preciso recurrir a inmunosupresores como la azatioprina. A través de la anamnesis obtendremos información importante para establecer el diagnóstico, pero en Gaceta Optica CONCLUSIÓN La neuritis óptica infecciosa infantil es una de las causas más frecuentes de pérdida visual de origen neurológico. pacientes pediátricos no siempre resulta sencillo completarla debido a la dificultad que tienen para diferenciar los procesos agudos de los crónicos o para definir si el trastorno que padecen es congénito o adquirido. Debido a esto la exploración y los resultados de la serología resultan determinantes no tan sólo para establecer un buen diagnóstico, sino para valorar la mejoría tras el tratamiento. En nuestro caso establecemos el diagnóstico final por eliminación, 440 septiembre 37 Artículo científico pues todas las serologías solicitadas fueron negativas y la evolución clínica fue satisfactoria. Es frecuente en las neuropatías ópticas en niños que la mayoría de pacientes refieran afectación bilateral, pero este no es el caso de nuestra paciente. De momento optamos por no prescribir la hipermetropía, porque la paciente sigue mostrándose asintomática y esta graduación no afecta a su visión binocular. BIBLIOGRAFÍA Figura 5. Campimetría normalizada a los 25 días de evolución. 1. Vaphiades MS, Kline LB. Optic neuritis. Compr Ophthalmol Update 2007; 8(2): 67-75; discussion 77-8. 2. Sanchez-Dalmau B. Afecciones postvacunales y postinfecciosas. Enfermedades infecciosas. Arruga J, Sánchez-Dalmau B. Neuropatías ópticas: Diagnóstico y tratamiento. Sociedad Española de Oftalmología, 2002. 9: 190-3. 3. Roussat B, Gohier P, Doummar D et al. Les neuropathies optiques aiguës de l’enfant: particularités cliniques et thérapeutiques. À propos de 28 yeux chez 20 enfants. J Fr Ophtalmol 2001; 24: 36-44. 4. Chirapapisan N, Borchert MS. Pediatric optic neuritis. 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