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Congreso de Colegios Católicos, “Una pasión que se renueva”. Pontificia Universidad Católica de Chile. Septiembre 2015.
Proyecto Educativo Pastoral y Curriculum Evangelizador.
Identidad y Calidad de la Escuela Católica.
Jesús Triguero1
Buenos días a todos. Se nos ha pedido entregar algunos elementos propios de
una escuela católica. Yo me referiré a los elementos de identidad de una escuela católica,
y posteriormente, abordaré el tema de la calidad en un centro educativo.
Partiré haciendo algunas preguntas. En el contexto de la extraordinaria
conferencia que acabamos de presenciar y que enmarca este congreso, el tema de la
identidad aterrizado a un centro educativo tiene mucha importancia y en estas preguntas
quisiera recoger las inquietudes de muchos de nosotros:
¿Qué hacemos en nuestras escuelas? ¿Hacemos lo correcto? ¿Por qué hacemos
esto? ¿Estamos haciéndolo bien? ¿Por qué lo hacemos de esta manera y no de otra?
¿Cómo nos organizamos para hacerlo? ¿Estamos satisfechos con lo que estamos
haciendo? ¿Podemos mejorar lo que hacemos? ¿Podemos hacerlo de otra manera más
satisfactoria?
Entonces, el tema es que somos integrantes de una comunidad educativa de una
escuela que es católica y como escuela, está llamada a tener calidad que se plasme en
proyectos educativos; en planes y programas propios; en mallas curriculares bien
pensadas; en objetivos de aprendizajes; en expectativas de logros. Es decir, una escuela
que sea eficaz, que logre objetivos, que sea eficiente, que optimice recursos, que sea
efectiva, que dé respuestas a las demandas de nuestros destinatarios y que sea
relevante.
Pero no basta con ser escuela. Es necesario que pensemos que es una escuela
católica. Y esto es lo que agrega el sello de la identidad. Ese proyecto, no es cualquier
proyecto; es un proyecto evangelizador, en clave solidaria; es un llamado a que nuestro
proyecto sea universal, que sea diverso, abierto a todos, que sea incluyente.
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Presidente Federación de Instituciones de Educación Particular (Fide)
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Congreso de Colegios Católicos, “Una pasión que se renueva”. Pontificia Universidad Católica de Chile. Septiembre 2015.
Una apoderada de nuestros colegios nos dice:
“Nuestra preocupación, como padres, es que nuestros hijos reciban una buena
educación, pero no solo académica, sino también en valores humanos (y en
nuestro caso también cristianos; por eso los llevamos a un colegio católico). Es
cierto que muchos padres no sabemos hacerlo y pedimos a la escuela que nos
supla. Ya sé que es una postura cómoda por nuestra parte, pero es el S.O.S. que
los padres lanzamos a la escuela católica para que nuestros hijos reciban una
buena educación como nosotros la entendemos”2.
1. El primer elemento que quiero entregar, es que
estamos viviendo en un
contexto especial; un contexto que en América y en Chile, se ve plasmado en reformas
educacionales. Y ese contexto educativo escolar que en Chile lo estamos viviendo en
nuestra reforma, ofrece una gran posibilidad para educar en valores. La escuela católica
debe aportar esa dimensión trascendente que no lo entrega la reforma claramente.
Al mismo tiempo, hay que pensar que en este nuevo contexto de la escuela
católica, hay que entender la pastoral, no en un sentido restringido, pues eso es una
dinámica del proceso evangelizador que la Iglesia realiza con los ya bautizados; ese es un
sentido restringido. Hay una pastoral en un sentido más amplio que es la dinámica del
proceso evangelizador que la Iglesia realiza con los creyentes, los alejados y los no
creyentes también.
Y esto nos lleva a que tengamos muy presente el objetivo de la pastoral en una
escuela católica. Debe ser el despertar, el acompañar y el animar,
desde el ámbito
educativo, el proceso de maduración de la fe para que adhiriéndose a Jesús, testimonien
los valores del evangelio y al mismo tiempo, transformen la sociedad donde viven. Este es
un proceso que se va desarrollando, y en el cual, todos somos agentes de pastoral y no
solo la persona encargada.
2. El segundo elemento que quiero entregar es que la pastoral la vamos a hacer
en una iglesia, en una sociedad que no es de cristiandad. Es una iglesia misionera, y
entender la pastoral como cristiandad, la iglesia y el colegio de cristiandad, tiene las
características de un acentuado clericalismo, una administración masiva de sacramentos
(cuanto más sacramentos, más católicos somos) y una fe basada en la herencia,
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Alicia Alcocer, apoderada.
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Congreso de Colegios Católicos, “Una pasión que se renueva”. Pontificia Universidad Católica de Chile. Septiembre 2015.
heredada. Sin embargo, la visión no es de una Iglesia de cristiandad, un colegio de
cristiandad, sino que es de una Iglesia y un colegio que tiene una pastoral misionera.
Y esto se sitúa en un mundo plural, no hay un único sistema de pensamiento y
está cuestionada la jerarquía de valores. Es un mundo secularizado, hay una autonomía
del hombre y de la naturaleza frente a la omnipresencia de lo sagrado y de la religión. Eso
sí, que cuando la fe es asumida por opción personal, se dinamiza en una fe vivida en
comunidad.
Según esto, el llamado a nuestros colegios católicos y a nuestra pastoral en la
escuela católica es que es un servicio que la Iglesia presta a la sociedad, no exclusivo
para católicos, sino abierto a todos. Centra su objetivo en educar a la persona y no en
transmitir una doctrina. Desarrolla la dimensión humana y cristiana de la persona, sin
someter al educando a un modelo de persona. Esto es entenderlo con este concepto de
una pastoral misionera.
3. El tercer elemento que quiero entregarles es que no es lo mismo una comunidad
educativa que una comunidad cristiana. La característica de una comunidad educativa es
ser un conjunto de personas, las que con un sentido de responsabilidad, trabajan para
lograr los objetivos institucionales y personales. Promoviendo los valores de comunión,
participación, etc.
Pero formar parte de una comunidad cristiana, no es que sea algo especial, sino
que deben nacer en la misma comunidad educativa. Una comunidad cristiana es un grupo
no de profesores, no de padres, no de alumnos; sino que es un grupo de creyentes
bautizados que han hecho una opción
explícita por vivir la fe y desde la fe que se
comprometen a impulsar juntos un proyecto agilizador en la escuela católica. Por eso el
llamado
es que nuestras comunidades educativas nazcan y florezcan comunidades
cristianas.
4. El cuarto elemento es el llamado a tener un proyecto educativo evangelizador,
que sea realmente una alternativa al proyecto educativo que podemos recibir de las
autoridades del Ministerio. Y para eso, hago un gran llamado a diseñar bien cuál es la
visión que tenemos como colegios católicos, para qué está este colegio católico, cuál es
la misión y hacer un buen marco teórico doctrinal que responda a la realidad institucional
y que realmente levante proyectos de mejora.
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Congreso de Colegios Católicos, “Una pasión que se renueva”. Pontificia Universidad Católica de Chile. Septiembre 2015.
Pero esto no solamente en el plano declarativo, sino que de acuerdo a la
normativa vigente que tenemos en Chile, nosotros tenemos que hacer el proyecto
curricular del colegio, que no vayan por rieles separados, donde se fijen
bien las
concepciones curriculares, las innovaciones curriculares, el modelo de aprender y de
enseñar que tenemos en el colegio, y cuál es el proceso de evaluación. Después, con una
normativa vigente en Chile, que nos da las líneas pastorales de los obispos y el carisma
de nuestras instituciones religiosas, hacer una concreción de la tarea y el objetivo final de
nuestra pastoral colegial. Cuáles son las mediaciones eclesiales que hay, cuáles son los
niveles del proceso evangelizador y cuáles son los agentes y condiciones personales.
Por eso, un colegio no se puede dar por satisfecho por tener un librito donde está
expresado su proyecto educativo, otro librito con el proyecto curricular y otro librito con el
proyecto pastoral. El llamado es que ni siquiera del proyecto educativo se desglose un
proyecto curricular y un proyecto pastoral; sino que el proyecto colegial sea una
integración del proyecto educativo, el proyecto pastoral y el proyecto curricular del colegio.
De ahí el desafío de nuestra enseñanza en un colegio católico. Poner como
objetivos desarrollar en nuestros alumnos las capacidades
y destrezas, que es una
dimensión intelectual, que son herramientas mentales del alumno, pero con la misma
fuerza desarrollar
valores y actitudes, que es una dimensión afectiva que debemos
desarrollar en el alumno. Cada escuela y cada corriente educativa privilegian los medios.
Para la escuela clásica eran formas de saber y para la escuela activa eran formas de
hacer. Pero estos serán medios. El gran objetivo de una escuela en el aprender y en el
enseñar se centra allí.
5. El quinto elemento de identidad que les quiero dar, es sobre las articulaciones
en la praxis eclesial. En la exposición que acabamos de escuchar se hacía mención a
ello, a esta cuádruple dimensión de la persona, que en la escuela católica, esta pastoral
tiene una dimensión litúrgica. Una dimensión del anuncio de la palabra, una dimensión
solidaria, una dimensión comunidad. Agregando dos elementos más: una dimensión
vocacional y una dimensión espiritual. Esto es un trabajo integrado, de círculos
concéntricos para que los agentes y destinatarios adhieran a la persona de Jesús,
acepten y construyan el reino de Dios en sus vidas y en su misión, al ejemplo de María.
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Congreso de Colegios Católicos, “Una pasión que se renueva”. Pontificia Universidad Católica de Chile. Septiembre 2015.
La Iglesia de Santiago, la Iglesia en Misión “Chile una mesa para todos” 3, nos
entrega las cuatro dimensiones de la pastoral. Nos decía: “He venido para que tengan
vida y la tengan en gran abundancia”, es el gran objetivo, pero eso se hace a través de
mediaciones eclesiales. Tenemos que el reino de Dios se proclama, con la palabra, con el
anuncio, con la catequesis, con las homilías, y hay una encíclica que ilumina este proceso
que es Dei Verbum 4 . También el reino de Dios se celebra, y la eucaristía, los
sacramentos, la piedad popular, las devociones, lo recoge muy bien la encíclica
Sacrosantum Concilium5. También el reino de Dios se realiza, se actúa al servicio, la
caridad, la promoción, la educación, la solidaridad, y Gaudium et Spes6 nos ilumina esto.
Y el reino de Dios se vive en comunidad, en grupos juveniles, en fraternidad; Lumen
Gentium 7 es la encíclica que nos da elementos para ello. Todo y todos al servicio
misionero del reino de Dios que es reino de vida.
6. El sexto elemento que les quiero entregar es que en la escuela, no toda la
comunidad educativa, no todos los profesores, no todas las familias, no todos los alumnos
estamos en un mismo proceso de desarrollo de la fe; tenemos diferentes niveles; hay
quienes están en un primer nivel que es de la personalización, es la pedagogía del
umbral y allí la escuela debe educar en los valores, pasar de una situación de pasividad a
una situación crítica; de una educación de la utopía, que para los cristianos es la
esperanza, no aceptar la realidad como única posible; una educación para la búsqueda,
no dar muchas respuestas, sino más bien generar preguntas. Es la pedagogía del umbral
donde muchos de nuestros educadores, familias y alumnos están. Nadie en la comunidad
educativa sobra en este proceso de crecimiento en la fe.
Hay otro grupo que ha dado un paso más, y ese paso es el integrar el diálogo fe y
cultura. Vale decir, evangelización desde la cultura, dando sentido y significado a los
saberes de la cultura, pero también inculturando la fe, que es transmitiendo al evangelio
las interrogantes de la ciencia y la cultura.
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Ver documento completo en: http://www.iglesiadesantiago.cl/documentos_vgp/acentuaciones_2010.pdf
Ver documento completo en: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vatii_const_19651118_dei-verbum_sp.html
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Ver documento completo en: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vatii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.html
6
Ver documento completo en: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vatii_const_19651207_gaudium-et-spes_sp.html
7
Ver documento completo en: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vatii_const_19641121_lumen-gentium_sp.html
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Congreso de Colegios Católicos, “Una pasión que se renueva”. Pontificia Universidad Católica de Chile. Septiembre 2015.
Finalmente, el tercer círculo es de la catequesis de iniciación; un compromiso con
Cristo, una integración a la comunidad cristiana y en el reino.
Si no abrimos las puertas de las instituciones educativas al tratamiento de la
diferencia, estamos preparando el camino por el que transitará la discriminación.
¿Cómo visualizamos la calidad educativa de nuestras escuelas?, abiertas y
participativas (familia – escuela); con planteamientos colectivos; amigas de lo virtual y de
las redes; comunidad educativa con valores propios con un proyecto educativo
evangelizador y en clave solidaria; vitales, lideradas, informadas, autónomas; con
conocimiento, con procesos sociales, y con comunidades que generen aprendizaje.
7. El último elemento es que la pastoral de la escuela debe integrarse en la Iglesia
local, pasar del consejo de profesores a una comunidad de educadores; pasar de la
comunidad educativa a la comunidad cristiana, en la que se desarrolla una comunidad
cristiana en la comunidad educativa; pasar de una comunidad religiosa, a una comunidad
de fe; de un colegio de resultados inmediatos, a un colegio que se sitúa en camino, y del
colegio poseedor de la verdad, al colegio que busca la verdad. Pasar del proyecto
específico de pastoral de un colegio, al proyecto educativo pastoral; de un colegio que
realiza muchas actividades pastorales, a un colegio que está en proceso pastoral; de una
pastoral individualista de nuestras escuelas, a una pastoral de equipo; de los grupos
aislados, a los grupos integrados en el proyecto educativo evangelizador, y pasar de un
colegio autónomo en pastoral, a un colegio en red.
A modo de conclusión, cito: “¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos
salir al encuentro de las personas, las familias, las comunidades y los pueblos para
comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo…!” 8 En el número 18 dice:
“Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una gracia, y transmitir este
tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha
confiado”9.
Contemplen un minuto esta cruz, al lado están las palabras del Padre Nuestro que
rezamos nosotros, y con esta cruz los invito a escuchar estas mismas palabras, mientras
Mons. Héctor Vargas se prepara.
8
Conferencia V, Aparecida. Pág. 208, núm. 548. Ver documento en: http://www.vidanueva.es/wpcontent/uploads/2013/04/Documento_Conclusivo_Aparecida.pdf
9
Ibíd., pág. 41, núm. 18.
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