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PSICONEUROENDOCRINOINMUNOLOGÍA:
¿ERES MÁS DE HUIR O LUCHAR?
La Psicología, a lo largo de la historia, ha ido adquiriendo una gran cantidad de
apellidos en función del aspecto de la persona que se pretende estudiar, como la psicología
cognitiva o la psicología humanista, o del ámbito en el que intervenir, como la psicología
educativa o la psicología comunitaria. En este artículo queremos centrarnos en una rama de la
psicología que, si bien no es de aparición reciente, ha sido de unos años a esta parte cuando ha
hecho más ruido.
Ésta es la Psico-neuro-endocrino-inmunología (PNEI). Como ya os podéis imaginar,
surge de añadir la Psicología al estudio del Sistema Nervioso, del Sistema Endocrino y del
Sistema Inmune. Pero para poder comprender mejor el porqué de su aparición vamos a
retroceder a sus inicios.
Aunque la combinación de estas disciplinas viene de lejos, fue a principios del siglo XX
cuando el fisiólogo Walter Cannon comenzó a realizar experimentos que aunaban emociones,
percepciones, sistema nervioso y reacciones fisiológicas. Durante algunos de sus experimentos
con el sistema digestivo, comprobó que cuando alguno de sus animales se alteraba
emocionalmente, por situaciones estresantes o ansiógenas, su motilidad gastrointestinal
también se venía afectada; esto le llevó a incluir el sistema nervioso autónomo en sus estudios,
destinado a controlar las acciones involuntarias, como puede ser la actividad del sistema
digestivo. A raíz de estos descubrimientos, Cannon propuso lo que se ha conocido como
“reacción de lucha o huida”: respuesta fisiológica involuntaria a estímulos externos, como una
situación de daño o amenaza. Asimismo, Cannon propuso el proceso de homeostasis: pasos
La Separata. Julio de 2015. ISSN: 2444-7668
que lleva a cabo el organismo para que éste vuelva a su estado inicial tras una situación que lo
altera. Aquí volvemos a encontrarnos al sistema nervioso autónomo, también llamado
vegetativo, en el que su parte simpática produce la alteración en el cuerpo y la parte
parasimpática ayuda a que esta alteración se revierta.
Funciones
de
los
Sistemas
Nerviosos
Simpático
y
Parasimpático.
Fuente.
http://www.genomasur.com/BCH/BCH_libro/capitulo_09.htm
Pero volviendo al tema que nos ocupa, daremos un pequeño salto en el tiempo para
llegar a 1975 cuando el término de Psiconeuroinmunología fue acuñado por un psicólogo,
Robert Ader y un inmunólogo, Nicholas Cohen, tras una serie de experimentos, con los que
demostraron que el funcionamiento del sistema inmune puede ser condicionado mediante la
manipulación del sistema nervioso.
En este caso, con el condicionamiento aversivo de base, pretendieron medir el
aprendizaje en ratas; para ello, administraron como estímulo condicionado una solución de
sacarosa, y como incondicionado una droga con efectos gastrointestinales e inmunosupresora.
Como era de esperar, se produjo condicionamiento aversivo a la sacarosa al asociarla con las
alteraciones del sistema gástrico, pero lo que llamó la atención de los investigadores fue que
cuando quisieron extinguir esta asociación, las ratas fallecían, y lo hacía de una manera
proporcional al consumo de la sacarosa. Más tarde, repitieron el experimento, midiendo esta
vez la respuesta inmune de los animales al inyectarle sangre de ovejas y demostraron que las
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ratas a las que previamente se les había inyectado la solución producían una respuesta menor
de anticuerpos ante el antígeno administrado (la sangre), que las ratas empleadas como
control.
Rober Ader y Nicholas Cohen durante uno de sus experimentos. Fuente: http://www.apimanu.com/PNI-eineHoffnung-in-der-Stress-Immunologie.html
Con todo esto, proponer una definición completa y ajustada de esta disciplina es algo
complicado. Aquí os traigo la propuesta por el psiquiatra George Solomon que da una idea del
alcance que puede tener este paradigma: campo científico interdisciplinar que se dedica al
estudio e investigación de los mecanismos de interacción y comunicación entre el cerebro
(mente/conducta)
y
los
sistemas
responsables
del
mantenimiento homeostático del organismo, los sistemas: nervioso (central y autónomo),
inmunológico y neuroendocrino, así como sus implicaciones clínicas.
Pero vosotros os preguntaréis ¿y de qué me puede servir a mí todo este asunto de la
relación entre mente, sistema inmune y sistema endocrino? Pues bien, ahora vamos a
centrarnos en lo que, actualmente, la PNEI puede hacer por nosotros y lo que nosotros
podemos hacer con ella. Las investigaciones de la PNEI pueden agruparse en 4 vertientes:
- El estudio de las interrelaciones Psico-neuro-inmuno-endocrinas.
- Estudio epidemiológico de la relación entre el estrés crónico, ansiedad,
depresión o estados y rasgos emocionales como el miedo, la cólera, tristeza,
vergüenza y con las enfermedades y alteraciones inmunológicas.
- Estudio de los factores psicológicos asociados a la salud: emociones como la
alegría, felicidad, amor, estilos de pensamiento optimistas, cogniciones como
la fé y la esperanza, conductas como el altruismo, espiritualidad, conductas
resilientes, el apoyo social, el humor, afrontamiento positivo al estrés.
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- Estudios sobre intervención en prevención y como terapias de apoyo en
enfermedades.
Estos 4 grupos, de una manera más o menos directa, pueden ser utilizados para
mejorar nuestra vida diaria. Por ejemplo, diversos estudios han demostrado que la manera en
la que una persona afronte los sucesos que acontezcan en su vida puede influenciar la
aparición o no de determinadas enfermedades. Entendemos que esta cuestión puede
despertar controversia, ya que al no ser un efecto directo ni inmediato es muy complicado
controlar la relación entre una respuesta y la salud futura; asimismo, sabemos que hay
numerosos factores que influirán en el desarrollo de una enfermedad y que se quedan fuera
de esta relación. Sin embargo, sí ha quedado demostrado que una afrontamiento centrado en
el problema, optimista y adaptado socialmente, frente a la evitación, la huida o la rumiación,
puede tener efectos beneficiosos en el futuro.
Otra implicación hace referencia al hecho de si nosotros podemos influir en el devenir
de una enfermedad una vez que ha aparecido. Según la PNEI las emociones y cogniciones que
desarrollemos durante la enfermedad y la manera en la que la afrontemos también podrían
favorecernos o perjudicarnos. No tendrá el mismo efecto permanecer en cama el día entero
entre dolor y malestar que intentar disfrutar a pesar del dolor.
En este punto hay que ser cautos, ya que indagando sobre este tema hemos
encontrado personas que abogan por la simple actitud positiva frente a la enfermedad,
olvidándose del tratamiento recomendado desde la medicina. En ningún caso queremos
transmitir esa idea, pero si queremos recordar la fuerza que poseen las conexiones de nuestro
organismo y cómo nosotros podemos beneficiarnos de ellas.
PARA SABER MÁS:
-
http://www.medic.ula.ve/cip/docs/pni.pdf
-
Asociación Española de Psico-neuro-inmunología Clínica.
La Separata. Julio de 2015. ISSN: 2444-7668
Pilar Madueño es licenciada en Psicología por la Universidad de Granada y
cuenta con varios años de estudios en el campo de la psicología clínica.
La Separata. Julio de 2015. ISSN: 2444-7668