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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
Discursos transcritos en español
Convención Demócrata, Filadelfia – 25 al 28 julio de 2016
Discursos en orden cronológico y de acuerdo a la Agenda oficial
Julio 25
Discurso, de Astrid Silva, inmigrante mexicana, bautizada como ‘la
activista DREAMer’ (se llama ‘DREAMers’ o soñadores, en español, a aquellos
jóvenes que llegaron siendo niños a Estados Unidos y, dado que sus padres
no tenían los papeles legalizados y podían ser devueltos a sus países, se
vieron beneficiados por el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados
en la Infancia).
(Más sobre Astrid)
“A los cuatro años, mi madre y yo subimos a una balsa y atravesamos el río
para unirnos a mi padre en búsqueda de una mejor vida en los Estados
Unidos. Lo único que llevaba conmigo era una muñeca.
Crecí como una niña común y corriente. Mi padre trabajaba como jardinero
mientras mi madre se quedaba en la casa con nosotros.
Pero mientras mis amigas hacían cosas comunes y corrientes, yo no podía
porque mis padres temían que alguien descubriera que era indocumentada.
Mi familia creía de manera tan profunda en la promesa de este país que lo
arriesgamos todo por el sueño americano. Conozco de primera mano lo que
conlleva graduarse de la universidad, especialmente como estudiante
indocumentada. Tras un trayecto de 10 años, finalmente logré graduarme.
Mi familia y yo estamos aquí por personas como el Senador Harry Reid que
se colocaron en nuestra posición y nos ayudaron. A pesar que la acción de
inmigración que tomó el Presidente Obama me protegió, vivimos con un
miedo constante de que se puedan llevar a nuestros padres.
Cuando Donald Trump habla de deportar a 11 millones de personas, se refiere
a destrozar familias.
Hillary Clinton entiende que no somos así como país.
La he visto consolar a niños como Karla, que tienen miedo de que sus padres
sean deportados y los vaya a perder.
Yo sé que ella luchará para mantener a nuestras familias unidas. Lo sé”.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
Discurso del Senador Bernie Sanders
“Gracias. Gracias… Gracias. Gracias a todos, muchas gracias a todos.
Gracias… Gracias, muchas gracias.
Es un honor [gracias...muchas gracias] estar aquí esta noche [gracias,
muchas gracias] y estar siguiendo los pasos de mi gran amiga Elizabeth
Warren. Y estar aquí esta noche para agradecer a Michelle Obama por su
increíble servicio a nuestro país. Ella ha hecho que todos nosotros estemos
orgullosos.
Déjenme comenzar por agradecer a los cientos de miles de ciudadanos
estadounidenses que participaron activamente en nuestra campaña como
voluntarios. Déjenme agradecer a los dos millones y medio de ciudadanos
estadounidenses que ayudaron a financiar nuestra campaña con ocho
millones de contribuciones individuales. ¿Alguien sabe el promedio de esta
contribución? Exacto, 27 dólares. Y déjenme agradecer a los 13 millones de
estadounidenses que votaron por la revolución política, dándonos los 1.846
delegados que están aquí esta noche, el 46% del total. Y a los delegados:
gracias por estar aquí y gracias por todo el trabajo que habéis hecho. Tengo
expectativas y espero entusiasmado. Espero todos vuestros votos cuando
pasemos lista mañana martes por la noche.
Y déjenme ofrecer un agradecimiento especial a los ciudadanos de mi Estado,
de Vermont, que me han acompañado y apoyado como alcalde, diputado,
senador y candidato presidencial. Y a mi familia --mi esposa Jane, mis cuatro
hijos y siete nietos-- gracias, muchas gracias.
Entiendo que muchas personas aquí, en esta convención, en esta sala y en
este país están desilusionadas con el resultado final del proceso de
nominación. Creo que es justo decir que nadie está más desilusionado que
yo. Pero a todos los que nos apoyaron --aquí y en todo el país-- espero que
se sientan orgullosos del logro histórico que conseguimos.
Juntos, juntos amigos, empezamos una revolución política para transformar
los Estados Unidos y esa Revolución --nuestra revolución-- continúa. Los días
de elecciones vienen y van. Pero la lucha de los ciudadanos para crear un
gobierno que representa a todos, y no solamente al 1% --un gobierno basado
en el principio de justicia racial, económica--, esa lucha continúa. Y yo espero
entusiasmado ser parte de esa lucha con vosotros.
Déjenme ser tan claro como puedo serlo. Esta elección no es, y nunca ha
sido, sobre Hillary Clinton, o Donald Trump, o Bernie Sanders o cualquiera de
los otros candidatos que buscaron ser presidentes. Esta elección no trata
sobre chismes políticos. No trata de encuestas. No se trata de la recaudación
de fondos. Ni de todas las cosas que los medios de comunicación se pasan
tanto tiempo discutiendo.
@antonigr
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Esta elección es --y debe ser-- sobre las necesidades de los estadounidenses
y sobre el tipo de futuro que queremos crear para nuestros hijos y para
nuestros nietos.
Esta elección debe tratar de terminar con el declive de cuarenta años de
nuestra clase media. La realidad es que 47 millones de hombres, mujeres y
niños viven en la pobreza. Se trata de entender que, si no transformamos
nuestra economía, nuestra generación más joven probablemente tendrá un
nivel de vida más bajo que sus padres.
Esta elección es sobre terminar con el nivel grotesco de desigualdad de
riqueza que existe en la América actual, lo peor que ha pasado desde 1928.
No es moral, es inmoral, no es aceptable y es insostenible, que la décima
parte del 1% de los más ricos tengan casi tanta riqueza como el 90% de la
población. O que el 1% haya ganado este año el 85% de todos los ingresos.
Eso es inaceptable. Eso debe cambiar.
Esta elección es sobre recordar dónde estábamos hace siete años y medio,
cuando el presidente Obama asumió el cargo después de ocho años de
economía de goteo republicanos.
Los republicanos quieren que nos olvidemos de que, como resultado de la
avaricia, la imprudencia y la conducta ilegal en Wall Street, nuestra economía
estaba en la peor crisis económica desde la Gran Depresión. Ahí es donde
estábamos. Ahí es donde estábamos.
800.000 personas perdían su trabajo cada mes. 800.000 personas.
Estábamos alcanzando un déficit terrible, de $1.4 trillones (1.400 billones por
día), y el sistema financiero estaba al borde del colapso. Ahí es donde
estábamos cuando el presidente Obama asumió el cargo.
Pues bien, hemos recorrido un largo camino en los últimos siete años y medio,
que agradezco al presidente Obama y al vicepresidente Biden. Les doy las
gracias por su liderazgo y por sacarnos de esa recesión terrible.
Sí, hemos logrado avances, pero creo que estamos todos de acuerdo en que
debe hacerse mucho más.
Esta elección es sobre qué candidato entiende los problemas reales que tiene
este país y ofrece soluciones reales --no solamente grandilocuencia, no
alimentar el miedo, no insultar y dividir al pueblo.
Necesitamos un liderazgo en este país que mejore las vidas de las familias
trabajadoras, de los niños, de la gente mayor, de los enfermos y de los
pobres. Necesitamos un liderazgo que una a las personas y nos vuelva más
fuertes --no un liderazgo que insulta a los latinos y a los mexicanos, que
insulta a los musulmanes y a las mujeres, a los afroamericanos y los
veteranos y busca dividirnos.
@antonigr
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Con estas medidas, cualquier observador objetivo llegará a la conclusión de
que --sobre la base de sus ideas y su liderazgo-- Hillary Clinton debe
convertirse en la próxima presidenta de los Estados Unidos. Su elección no
debería estar ni siquiera reñida.
Esta elección trata sobre una madre soltera de Nevada, quien con lágrimas
en los ojos me dijo que estaba muerta de miedo por el futuro, porque ella y
su joven hija no llegaban a fin de mes con los 10,45 dólares a la hora que
ganaba. Trata de esa mujer y de los millones de trabajadores en este país
que están luchando por sobrevivir con salarios totalmente inadecuados.
Hillary Clinton entiende que si alguien en este país trabaja 40 horas a la
semana no debería vivir en la pobreza. Ella entiende que debemos
incrementar el salario mínimo a un salario que permita vivir dignamente. Y
está decidida a crear millones de nuevos puestos de trabajo mediante la
mejora de nuestras infraestructuras ---nuestras carreteras, puentes,
sistemas de agua y plantas de aguas residuales.
Pero su rival --Donald Trump-- tiene un punto de vista muy diferente. Él no
apoya subir el salario mínimo de 7,25 dólares la hora, un salario de pasar
hambre. Trump cree en enormes rebajas de impuestos para millonarios. Él
cree que los Estados deberían tener derecho a reducir el salario mínimo por
debajo de los 7,25 dólares la hora. ¡Qué ultraje!
Hermanos y hermanas, estas elecciones tratan sobre volver a mantener a los
ciudadanos unidos. Citizens United es una de las peores decisiones de la Corte
Suprema de nuestra nación. Esa decisión permite que los más ricos en los
Estados Unidos, como los multimillonarios hermanos Koch, gasten cientos de
millones de dólares comprando elecciones y, en el proceso, socavar la
democracia.
Hillary Clinton designará a jueces de la Corte Suprema que están preparados
para revocar a Citizens United y acabar con el movimiento hacia la oligarquía
que estamos viendo en este país. Sus designaciones también defenderán los
derechos de una mujer a elegir, los derechos de los trabajadores, de la
comunidad gay, las necesidades de las minorías inmigrantes y la protección
del medio ambiente.
Si ustedes no creen que esta elección es importante, que pueden quedarse a
un lado, tómense un momento para pensar en los jueces de la Corte Suprema
que Donald Trump nominaría, y qué significaría eso para los derechos civiles
y el futuro de nuestro país.
En estas elecciones se trata de los miles de jóvenes que he conocido en el
país. Los miles que conocí que dejaron la universidad con muchas deudas, y
los muchos otros que trágicamente no pueden permitirse el lujo de ir a la
universidad. Durante la campaña de las primarias, la secretaria Clinton y yo
tratamos este asunto, pero con un enfoque distinto. Recientemente, sin
@antonigr
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embargo, nos unimos en una propuesta que revolucionará la enseñanza
superior en los EEUU. Se garantizará que los hijos de cualquier familia en este
país con ingresos de 120.000 dólares al año o menos --el 83% de nuestra
población-- podrán ir a una universidad pública y tener educación gratis. Esa
propuesta también reducirá fuertemente la deuda estudiantil.
Esta elección es sobre el cambio climático, la mayor crisis ambiental que
enfrenta nuestro planeta, y la necesidad de dejar este mundo de una manera
saludable y habitable para nuestros niños y las generaciones futuras. Hillary
Clinton está escuchando a los científicos que dicen que --a menos que
actuemos con coraje para transformar nuestro sistema energético-- en el
futuro próximo habrá más sequías, más inundaciones, acidificación de los
océanos y aumento de su nivel. Ella entiende que podemos crear miles de
puestos de trabajo con una transformación de nuestro sistema de energía.
Empleos bien remunerados.
¿Donald Trump? Bueno, como la mayoría de los republicanos, opta por
rechazar la ciencia. Cree que el cambio climático es mentira. Hillary Clinton
entiende que el trabajo de un presidente es preocuparse de las generaciones
futuras, no los beneficios a corto plazo de la industria de los combustibles
fósiles.
Esta campaña es sobre una salud universal para todos y sobre reducir el
número de personas que no tienen seguro. Hillary Clinton quiere que los
ciudadanos tengan el derecho de elegir una opción pública en su cobertura
de salud. Ella cree que cualquier persona que tenga más de 55 años debería
poder elegir el Medicare y quiere ver a más millones de ciudadanos que
tengan acceso a la salud primaria, la salud dental, a los tratamientos mentales
y recetas más baratas gracias al aumento del número de centros de salud.
¿Y cuál es la posición de Donald Trump sobre el sistema de salud? Bueno,
aquí no hay sorpresas. Lo de siempre, lo que siempre han dicho los
republicanos para las familias trabajadoras. Él quiere abolir la ley de acceso
a la salud, quitarles a 20 millones de personas el acceso a la salud y eliminar
el Medicaid a los americanos con pocos ingresos.
Hillary Clinton también entiende que millones de personas mayores,
veteranos con discapacidad y otros están luchando con los escandalosos
precios de los medicamentos, y el hecho de que los estadounidenses paguen
los medicamentos más caros del mundo. Ella entiende que se debe negociar
los precios de los medicamentos con la industria farmacéutica y que las
farmacéuticas no deberían ganar miles de millones cuando uno de cada cinco
estadounidenses no puede pagarse los medicamentos. La codicia de las
empresas farmacéuticas debe terminar.
Esta elección es sobre el liderazgo que necesitamos para aprobar una reforma
migratoria integral y reparar un sistema de justicia criminal roto. Se trata de
asegurarse de que los jóvenes de este país están en buenas escuelas y en
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buenos puestos de trabajo, no pudriéndose en las cárceles. Hillary Clinton
entiende que tenemos que invertir en educación y en empleo para nuestra
gente joven, no más cárceles o encarcelaciones.
En estos tiempos difíciles para nuestro país, esta elección debe servir para
unir a nuestro pueblo, no para dividirlo. Mientras que Donald Trump está
ocupado en insultar a un grupo tras otro, Hillary Clinton entiende que nuestra
diversidad es una de nuestras mayores fortalezas. Sí. Nos volvemos más
fuertes cuando blancos y negros, latinos, asiático-americanos, nativos
americanos, cuando permanecemos juntos. Sí. Nos volvemos más fuertes
cuando hombres y mujeres, jóvenes y mayores, gais y heteros, nacidos aquí
o inmigrantes, luchan por crear el tipo de país que todos sabemos que
podemos llegar a ser.
No es un secreto que Hillary Clinton y yo no estamos de acuerdo en una serie
de asuntos. Sobre esto ha sido esta campaña. De eso se trata la democracia.
Pero estoy feliz de poder decir que en el Comité de la Plataforma Demócrata
se produjo un importante acercamiento entre las dos campañas y hemos
creado, de lejos, la plataforma más progresista en la historia del Partido
Demócrata. Entre muchísimas otras propuestas importantes, la plataforma
pretende desarmar las grandes instituciones financieras en Wall Street y
aprobar la ley Glass-Steagall de trasparencia financiera del siglo XXI. También
busca una fuerte oposición a acuerdos destructores de empleo como el TPP,
el Tratado Trans-Pacífico. Tenemos que asegurarnos de que el TPP no llega a
la próxima sesión del Congreso.
Nuestro trabajo ahora es ver una plataforma demócrata fuerte, puesta en
marcha por un Senado controlado por el Partido Demócrata, por una Casa de
representantes Demócrata y la presidencia de Hillary Clinton --y yo voy a
hacer todo lo que pueda para que eso ocurra.
Conozco a Hillary Clinton desde hace 25 años. La recuerdo, como ustedes,
como una gran primera dama que rompió precedentes en cuanto al rol que
debía tener una primera dama, y ayudó a liderar la lucha por la sanidad
universal. Yo serví con ella en el Senado de los Estados Unidos y la conozco
como una fuerte defensora de los derechos de los niños, las mujeres y los
discapacitados.
Hillary Clinton hará una presidencia excepcional y yo estoy orgulloso de estar
con ella aquí esta noche. Muchas gracias a todos”.
Discurso de la Primera Dama, Michelle Obama
“Gracias a todos. Muchísimas gracias. ¿Saben? Es difícil creer que hayan
pasado ocho años desde que vine por primera vez a esta convención para
contarles por qué pensaba que mi marido debía ser presidente. ¿Recuerdan
cómo les hablé de su carácter y convicciones? ¿De su decencia y su bondad?
@antonigr
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Los rasgos que hemos visto cada día mientras sirvió a su país en la Casa
Blanca.
También les hablé de mis hijas, de cómo ellas son el corazón de nuestros
corazones, el centro de nuestro mundo. Y durante nuestro periodo en la Casa
Blanca, tuvimos la suerte de verlas crecer de niñas vivaces a jóvenes mujeres.
Una travesía que empezó poco después de que llegáramos a Washington,
cuando salieron el primer día hacia su nueva escuela.
Nunca olvidaré esa mañana de invierno en la que vi a nuestras hijas de 7 y
10 años de edad subir en aquellos vehículos blindados, con todos aquellos
hombres grandes y armados. Veía sus pequeñas caras pegadas a la
ventanilla, y lo único que podía pensar era: “¿Qué hemos hecho?”.
En ese momento me di cuenta de que nuestra etapa en la Casa Blanca iba a
sentar las bases de lo que ellas llegarían a ser, y que la manera en que
gestionásemos esa experiencia podía, realmente, fortalecerlas o destruirlas.
Eso es lo que Barack y yo pensamos cada día, mientras intentamos guiar y
proteger a nuestras hijas ante los desafíos de esta extraña vida bajo los focos.
Cómo las animamos a ignorar a aquellos que cuestionen la fe o la ciudadanía
de su padre. Cómo insistimos en que ese odioso lenguaje que escuchan de
los personajes públicos en televisión no representa el verdadero espíritu de
este país. Cómo les explicamos que cuando alguien es cruel o actúa como un
matón, uno no debe ponerse a su nivel. No, nuestro lema es: cuando ellos se
rebajan, nosotros nos elevamos.
Cada palabra que pronunciamos, cada cosa que hacemos, sabemos que
nuestras niñas nos están observando. Nosotros, como padres, somos sus
modelos de conducta más importantes.
Déjenme contarles que Barack y yo enfocamos del mismo modo nuestros
trabajos como presidente y primera dama porque los dos sabemos que
nuestras palabras y acciones afectan no sólo a nuestras hijas, sino a niños de
todo el país, niños que nos dicen: “Os vi en televisión, hice un trabajo sobre
vosotros para el colegio”
Niños como ese chico negro que miró a mi marido, con los ojos muy abiertos
por la ilusión y le preguntó: “¿Es mi pelo como el tuyo?”.
Y no os equivoquéis, en noviembre, cuando vayamos a las urnas, va a ser
esto lo que decidamos. No se trata de demócratas o republicanos, ni de
izquierda o derecha. No, en estas elecciones y en todas las elecciones
decidimos quién va a tener el poder para formar a nuestros hijos los
siguientes 4 u 8 años de sus vidas. Y estoy aquí esta noche porque en estas
elecciones sólo hay una persona a la cual confiaría esa responsabilidad, una
sola persona a la que veo realmente preparada para ser presidenta de los
Estados Unidos, y es nuestra amiga Hillary Clinton.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
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Miren, confío en Hillary para liderar este país porque la he visto entregarse,
durante toda una vida, a los niños de este país. No solamente a su propia
hija, a quien ha criado a la perfección... sino a todos los niños que necesitan
un defensor. Niños que van por el camino largo a la escuela para evitar a las
bandas, niños que se preguntan cómo van a pagar la universidad, niños cuyos
padres no hablan inglés, pero sueñan con una vida mejor. Niños que miran
hacia nosotros para determinar quién y qué pueden ser.
Hillary ha pasado décadas haciendo un trabajo constante e ingrato, para
marcar una diferencia real en sus vidas, defendiendo a los niños
discapacitados como joven abogada. Luchando por la atención sanitaria para
los niños como primera dama, y por una atención infantil de calidad en el
Senado. Y cuando no ganó la nominación hace ocho años, no se enfadó ni se
desilusionó. Hillary no hizo las maletas y se fue a casa. Porque, como una
auténtica servidora pública, sabía que esto es algo mucho más grande que
sus propios deseos o decepciones.
Así que, con orgullo, dio un paso al frente para servir a nuestro país una vez
más como secretaria de Estado, viajando por todo el mundo para mantener
seguros a nuestros hijos.
Y hubo muchos momentos en los que Hillary hubiera podido decidir que era
un trabajo demasiado duro, que el precio del servicio público era demasiado
alto, que estaba harta de que la criticaran por su aspecto físico o por su forma
de hablar, incluso por su forma de reír. Pero esa es la cuestión. Lo que más
admiro de Hillary es que nunca se da por vencida ante la presión. Nunca
escoge el camino fácil. Hillary Clinton no se ha rendido nunca en su vida.
Y cuando pienso en el tipo de presidente que quiero para mis hijas y para
todos nuestros niños, eso es lo que quiero. Quiero a una persona que haya
demostrado fuerza para perseverar, alguien que conozca su trabajo y se lo
tome en serio. Alguien que entienda que los problemas a los que se enfrenta
el presidente no son en blanco y negro, y no se pueden reducir a 140
caracteres.
Porque cuando tienes los códigos nucleares a mano y a las fuerzas armadas
bajo tu mando, no puedes tomar decisiones precipitadas. No puedes tener la
piel fina ni una tendencia a los ataques de ira. Tienes que ser constante,
moderado, y estar bien informado.
Yo quiero un presidente con un historial de servicio público, cuyo trabajo de
toda la vida les muestre a nuestros hijos que no buscamos la fama y la fortuna
para nosotros mismos, sino que luchamos para darles a todos la oportunidad
de tener éxito, y que ayudamos incluso cuando lo estamos pasando mal
nosotros mismos, porque sabemos que siempre hay alguien que lo necesita
más. Y así, por la gracia de Dios, lo haré.
@antonigr
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Yo quiero un presidente que les enseñe a nuestros niños que todos en este
país importan, que realmente crea en la visión que nuestros padres
fundadores expresaron hace tantos años: que todos hemos sido creados
iguales, cada uno de nosotros como una parte amada de la gran historia
estadounidense.
Y cuando nos golpea la crisis no nos enfrentamos los unos contra los otros,
no, nos escuchamos mutuamente, nos apoyamos los unos en los otros.
Porque siempre seremos más fuertes juntos.
Y estoy aquí esta noche porque sé que ese es el tipo de presidenta que va a
ser Hillary Clinton. Y por eso, en estas elecciones, yo estoy con ella.
Hillary entiende que ser presidente consiste es una única cosa, consiste en
dejar algo mejor para nuestros hijos. Así es como siempre hemos hecho
avanzar este país, uniéndonos por el bien de nuestros hijos. Tipos que se
ofrecen voluntarios para entrenar a este equipo, o para dar clases los
domingos porque saben que criar a un hijo es trabajo de todo un pueblo.
Héroes de cualquier color y credo que se ponen el uniforme y arriesgan sus
vidas para seguir expandiendo los beneficios de la libertad. Oficiales de policía
y manifestantes en Dallas, todos ellos desean desesperadamente que
nuestros hijos estén a salvo.
Gente que hizo colas en Orlando para donar sangre, porque su hijo o su hija
podrían haber estado en ese club.
Líderes como Tim Kaine, que enseña a nuestros hijos lo que es la devoción y
la decencia.
Líderes como Hillary Clinton que tiene las agallas y la voluntad de seguir
regresando y abriendo grietas en ese techo de cristal, hasta que logre
romperlo, elevándonos a todos con ella.
Esa es la historia de este país, la historia que me ha traído a este escenario
esta noche, la historia de generaciones de personas que sintieron el látigo de
la esclavitud, la vergüenza de la servidumbre, el dolor de la segregación, pero
que siguieron luchando, sin perder la esperanza, haciendo lo que tenían que
hacer para que hoy en día yo me despierte a diario en una casa que fue
construida por esclavos. Y vea a mis hijas, dos jóvenes negras, hermosas e
inteligentes, jugando con sus perros en el jardín de la Casa Blanca.
Y gracias a Hillary Clinton, mis hijas, y todos nuestros hijos e hijas, dan hoy
por hecho que una mujer pueda ser presidenta de los Estados Unidos.
Así que no dejen que nadie les diga que este país no es grande y que, de
algún modo, tenemos que hacerlo grande de nuevo. Porque ahora mismo, es
el país más grande del mundo.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
Ahora que mis hijas se preparan para salir al mundo, quiero un líder que sea
digno de esa realidad, un líder digno de las promesas de mis hijas y de todos
los niños, un líder guiado a diario por el amor y la esperanza y los grandes
sueños que todos tenemos para nuestros hijos.
Así que en estas elecciones no podemos sentarnos y esperar que todo salga
bien. No nos podemos permitir estar cansados, o frustrados, o ser cínicos.
Entre ahora y noviembre tenemos que hacer lo que hicimos hace 8 años y
hace 4 años: tenemos que llamar a cada puerta. Tenemos que sacar cada
voto. Tenemos que invertir toda nuestra pasión y nuestra fuerza y nuestro
amor por este país en la elección de Hillary Clinton como presidenta de los
Estados Unidos de América.
Así que a trabajar. Muchas gracias a todos y que Dios les bendiga”.
Julio 26
‘Las Madres del Movimiento’. (Vídeo y transcripción en inglés)
Nueve madres afroamericanas que han perdido a un hijo/hija por causa de la
violencia y el racismo y que se han unido en torno a este dolor para
pronunciarse en contra. El lema de este grupo de mujeres es ‘Black Lives
Matter’ (en español, Las vidas negras importan).
Este lema es una iniciativa que ya existe y se moviliza en contra del racismo.
Se ha convertido en hashtag en redes sociales y ya cuenta con un ícono propio
creado por Twitter, que aparece automático en el tuit cuando el usuario
escribe el hashtag.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
Geneva Reed-Veal:
Hace un año ayer, viví la peor pesadilla que podrías imaginar. Vi como
enterraban a mi hija, Sandra Bland, en un ataúd.
Sandy, la cuarta de mis cinco hijas, ya no estaba.
No se había ido temporalmente, se fue para siempre de esta tierra. La
encontraron colgando en una celda de la cárcel después de infracción vial
ilegal y un arresto ilegal.
Seis otras mujeres que también estuvieron detenidas murieron ese mismo
mes: Kindra Chapman, Alexis McGovern, Sarah Lee Circle Bear, Raynette
Turner, Ralkina Jones, y Joyce Curnell. Muchos de nuestros hijos están
muertos mas no olvidados. Apoyo a Hillary Clinton porque es una líder y una
madre quien llama a nuestros hijos por nombre. Hillary sabe que cuando la
vida de un joven es truncada, no es solamente una pérdida personal. Es una
pérdida nacional. Es una pérdida que nos afecta a todos nosotros.
Qué bendición estar aquí esta noche, para que Sandy todavía pueda hablar a
través de su mamá. Y qué bendición para nosotros que tengamos la
oportunidad, si la aprovechamos, de votar para una presidenta quien nos
guiará en el camino hacia la restauración y el cambio.
Lucia McBath:
No dejas de ser madre o padre cuando fallece tu hijo. Todavía soy la mamá
de Jordan Davis. Su vida terminó el día que fue disparado mortalmente por
tocar música a un volumen alta. Pero mi trabajo como su madre no ha
terminado.
Aún despierto cada mañana pensando en cómo ser su mamá. Cómo
protegerlo a él y su legado. Cómo asegurarme que su muerte no eclipse su
vida.
Esto es lo que no sabes acerca de mi hijo. Cuando Jordan era joven, no se
comía una paleta a menos que tuviera suficientes para compartir con sus
amigos. Adoraba hacer bromas. A él le gustaban las conversaciones
profundas sobre nuestro amor por Dios y por qué Él permite el sufrimiento y
el dolor.
Vivía con el miedo de que mi hijo muriera de esta manera. Hasta le advertí
que, por ser un joven negro, se encontraría con personas quienes no lo
valorarían.
Esta es una conversación que ningún padre debería tener con su hijo.
Hillary Clinton no tiene miedo de declarar que las vidas de personas negras
importan. Ella no tiene miedo de sentarse alrededor de una mesa con madres
@antonigr
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afligidas y soportar el peso de nuestras angustias. Ella no construye muros
alrededor de su corazón.
Ella no sólo escuchó nuestros problemas, sino que nos invitó a ser parte de
la solución. Y eso lo haremos. Vamos a continuar contando las historias de
nuestros hijos e instarlos a decir sus nombres.
Vamos a seguir construyendo un futuro en el que la fuerza policiaca y las
comunidades de color trabajen juntos y con respeto mutuo para mantener
seguros a nuestros hijos, como Jordan, porque la mayoría de los policías son
buenas personas que hacen un buen trabajo.
Y también vamos a continuar elevando nuestras voces y votos para apoyar a
líderes como Hillary Clinton quien nos ayudará a protegernos el uno al otro
para que este grupo de madres afligidas deje de crecer.
Sybrina Fulton:
Soy un participante reticente en este movimiento. No me hubiera
voluntariado para esto. Ninguna de nosotras se hubiera ofrecido. Pero hoy
estoy aquí por mi hijo, Trayon Martin, quien está en el cielo.
También estoy aquí por mi otro hijo, Jahvaris, quien todavía está en la tierra.
No quería esta atención. Pero, recibiré toda la atención necesaria para abrir
un camino que nos guie fuera de esta oscuridad.
Hillary Clinton tiene la compasión y el entendimiento para consolar a una
madre afligida. Ella tiene el valor de dirigir la lucha por legislación sensata
sobre el control de armas. Y ella tiene un plan para afrontar la división que
tantas veces existe entre cuerpos policiales y las comunidades que protegen.
Esto no se trata de ser correcto políticamente. Se trata de proteger a nuestros
hijos.
Por eso estamos aquí esta noche para apoyar a Hillary Clinton. Y por eso, en
memoria de nuestros hijos, les imploramos a ustedes— a todos ustedes— que
voten en estas elecciones.
Hillary Clinton es la única madre que puede asegurarse de que nuestro
movimiento tenga éxito.
Los dejamos con lo que Dios nos da: fortaleza y paz.
Julio 28
Chelsea Clinton (Vídeo en inglés)
¡Gracias! ¡Gracias! Es un honor estar aquí esta noche.
@antonigr
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Estoy aquí como una orgullosa norteamericana, una demócrata orgullosa, una
madre orgullosa, y esta noche en particular, una hija muy, muy orgullosa.
Marc y yo casi no lo podemos creer, pero nuestra hija Charlotte tiene casi dos
años. Le encantan Elmo… los arándanos… y, sobre todo, le encanta hacer
FaceTime con la abuela. Mi mamá puede estar a punto de dar un discurso o
entrar al escenario para un debate. Eso no importa. Ella lo dejaría todo por
unos cuantos minutos de soplar besos y leer un poco de “Chugga Chugga
Choo Choo” con su nieta.
Nuestro hijo Aidan tiene apenas cinco y media semanas de edad.
Afortunadamente, está saludable y creciendo bien. Y pues, estamos un poco
sesgados, pero creemos que es el bebé más lindo del mundo, una opinión que
estoy segura que mi mamá comparte.
Y cada día que paso como madre de Charlotte y de Aidan, pienso en mi
madre; mi mamá maravillosa, pensativa y graciosa.
El primer recuerdo que tengo es de mi mamá recogiéndome después que
haberme caído, darme un fuerte abrazo y leerme “Goodnight Moon”.
Desde ese momento hasta éste cada recuerdo que tengo de mi madre es que
– sin importar todo lo que ella pueda estar pasando— ella siempre, siempre
está allí por mí.
Cada partido de futbol y softball. Cada recital de piano y de danza. Los
domingos en nuestra Iglesia Metodista y la biblioteca local. Los incontables
sábados que pasamos hallando formas en las nubes. Inventando historias
sobre lo que haríamos si alguna vez nos encontráramos con un triceratops –
en mi opinión, el dinosaurio más amigable, aunque mi mamá siempre me
recordó que, amigable o no, seguía siendo un dinosaurio. Estaba obsesionada
con los dinosaurios. El día que mis padres me llevaron al Parque Nacional del
Dinosaurio, no creía que la vida podría ser mejor.
Cuando mi madre se ausentaba por trabajo, que afortunadamente no ocurría
muy a menudo, me dejaba notas para que leyera uno cada día mientras
estuviera fuera; todas cuidadosamente apiladas en un cajón especial, cada
uno con una fecha en la parte delantera para que supiera cuál abrir en qué
día. Cuando ella fue a Francia para aprender sobre su sistema de cuidado
infantil, una nota era sobre la Torre Eiffel. Otro era sobre las ideas que
esperaba traer a casa para ayudar a los niños de Arkansas. Yo atesoraba cada
uno. Eran otro recordatorio de que yo estaba siempre en sus pensamientos y
en su corazón.
Al crecer, las conversaciones en torno a nuestro comedor comenzaban con lo
que había aprendido en la escuela ese día. Recuerdo una semana que
hablamos cada noche sobre un libro que había capturado mi imaginación,
“Una arruga en el tiempo”. Sólo entonces hablábamos sobre lo que mis padres
habían estado trabajando— educación, salud— todo lo que consumía sus días
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
y los mantenía despiertos por la noche. Me encantaba que mis padres
esperaban que compartiera mis opiniones y las respaldara con hechos. Nunca
dudé un instante de que ellos se interesaban por mis pensamientos e ideas.
Y siempre, siempre sabía cuán profundamente me amaban.
Ese sentimiento de ser valorado y amado es algo que mi madre desea para
cada niño. Esta es la vocación de su vida.
Mis padres me educaron para saber lo afortunada era— el nunca tener que
preocuparme por tener comida en la mesa, asistir a buenas escuelas, tener
un vecindario seguro para jugar. Y me inculcaron manifestar interés por lo
que sucede en nuestro mundo, y a hacer todo lo que pudiera para cambiar lo
que me frustraba y sentía incorrecto. Ellos me enseñaron que esa es la
responsabilidad que te corresponde cuando el destino te sonríe. Sé que mis
hijos son un poco pequeños, pero ya estoy tratando de inculcar los mismos
valores en ellos.
Hay algo más que mi madre me enseñó: el servicio público se trata de servir.
Y como su hija, he tenido una ventana especial hacia su manera de servir.
La he visto sostener las manos de las madres que luchan por alimentar a sus
hijos o conseguir la atención de salud que necesitan, prometiéndoles hacer
todo lo que ella pudiera para ayudarlas.
La he visto justo después de esas conversaciones, comenzar a trabajar de
una vez, pensando en lo que podría hacer, a quién podría llamar, qué tan
rápido podría obtener resultados. Ella siempre siente que no hay momento
que perder, porque ella sabe que, para esa mamá, para esa familia, no lo
hay.
Y la he visto en sus puntos más bajos, como el verano de 1994. Varias
personas en esta semana han mencionado su lucha por la atención universal
de la salud. Yo la vi de cerca. Fue lastimoso y agotador. Ella entregó su
corazón en esta batalla… y perdió. Para mí, en ese entonces con 14 años de
edad, era bastante difícil de ver. Pero mi mamá… era increíble. Ella se tomó
un poco de tiempo para reponerse. Las noches de cine con la familia sin duda
ayudaron. A mi papá, como ya oyeron, le gustaba Loca Academia de Policía…
a mi mamá y a mí nos encantaba Orgullo y Prejuicio. Y luego, ella regresó al
trabajo, porque pensaba que todavía podría lograr una diferencia para los
niños.
La gente me pregunta todo el tiempo cómo lo hace. ¿Cómo se mantiene en
el camino, entre el bullicio y la furia de la política?
De esta manera: porque a ella nunca se le olvida por quién lucha.
Ella ha trabajado para facilitar la adopción de los niños de los orfanatos. Para
que nuestros primeros rescatistas del once de septiembre obtuvieran la
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
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atención de salud que se merecen. Para que las mujeres del mundo estén
seguras, sean tratadas con dignidad, que tengan más oportunidades.
Luchas como éstas, son lo que la impulsan a seguir. Están sembradas en su
corazón y su conciencia, y no la sueltan nunca.
Esta es mi mamá, alguien que escucha y que construye, una mujer impulsada
por la compasión, por la fe, por un fuerte sentido de justicia y un corazón
lleno de amor.
Así que este mes de noviembre, voy a votar por una mujer que es mi modelo
a seguir como madre y como defensora. Una mujer que ha pasado toda su
vida trabajando por los niños y las familias.
Voy a votar por la persona progresista que protegerá nuestro planeta del
cambio climático y a nuestras comunidades de la violencia por armas de
fuego. Que reformará nuestro sistema de Justicia Penal… y quien sabe que
los derechos de la mujer son derechos humanos y los derechos LGBT son
derechos humanos, en este país y en todo el mundo.
Voto por una luchadora que nunca, nunca se rinde… y que cree que podemos
mejorar, cuando nos unimos y trabajamos juntos.
Espero que algún día mis hijos se sientan tan orgullosos de mí como yo de mi
madre. Estoy muy agradecida de ser su hija. Estoy muy agradecida de que
sea la abuela de Charlotte y de Aidan. Ella me enorgullece cada día.
Y, mamá…la abuela estaría muy, muy orgullosa de ti esta noche.
A todo el mundo que nos está viendo esta noche, sé con todo mi corazón,
que mi madre nos llenará de orgullo como nuestra próxima presidente.
Esta es la historia de mi madre, Hillary Clinton.
[Película biográfica de Hillary Clinton]
Señoras y señores: mi madre… mi héroe… y nuestra próxima presidenta:
Hillary Clinton.
Discurso de Hillary Clinton
"Muchísimas gracias. Gracias. Gracias a todos. Muchísimas gracias a todos
por esta increíble bienvenida. Gracias a todos por esta increíble convención y
Chelsea, gracias. Estoy tan orgullosa de ser tu madre y de la mujer en la que
te has convertido. Muchas gracias por traer a Marc a nuestra familia y a
Charlotte y Aidan al mundo.
Bill, esa conversación que empezamos en la biblioteca de Derecho hace 45
años sigue fuerte. Saben, esa conversación ha pasado por buenos momentos
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
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que nos han llenado de alegría y ha traído momentos difíciles que nos han
puesto a prueba. Hemos dicho palabras difíciles durante el camino.
El martes por la noche me sentí feliz de ver que mi comentarista en jefe [se
refiere a Bill Clinton] sigue trabajando. También estoy muy agradecida con el
resto de mi familia y mis amigos de siempre. A todos los que han trabajado
duro para que estemos aquí esta noche. Y a los que se han unido a nuestra
campaña esta semana. ¡Qué semana tan maravillosa hemos tenido!
Hemos escuchado a la persona de la esperanza, Bill Clinton, y al hombre de
la esperanza, Barak Obama.
Estados Unidos es más fuertes gracias al liderazgo del presidente Obama y
yo soy mejor gracias a su amistad. Hemos escuchado a nuestro fantástico
vicepresidente, el inimitable Joe Biden, quien habló con el corazón sobre el
compromiso de nuestro partido con los trabajadores. Y la primera dama
Michelle Obama nos recordó que nuestros hijos nos están mirando y que el
presidente que elijamos también será su presidente.
Y para los que apenas empiezan a conocer a Tim Kaine, pronto entenderán
por qué la gente de Virginia sigue ascendiéndole: de consejero y alcalde a
gobernador, y ahora senador. Él hará que estemos orgullosos de él como
nuestro vicepresidente. También quiero dar las gracias a Bernie Sanders.
Bernie, tu campaña ha inspirado a millones de estadounidenses,
especialmente a la gente joven que puso todo su corazón y alma en las
primarias. Tú has puesto la economía y la justicia social donde tienen que
estar, en el centro. Y para todos tus partidarios aquí y en el resto del país:
quiero que sepan que los he escuchado, su causa es nuestra causa.
Nuestro país necesita sus ideas, energía y pasión. Esa es la única forma en la
que podremos convertir nuestra plataforma progresista en un cambio real
para los Estados Unidos de América. La redactamos juntos, ahora hagamos
que se haga realidad juntos.
Amigos, hemos venido a Filadelfia –el lugar que vio nacer a nuestra nación–,
porque lo que sucedió en esta ciudad hace 240 años tiene aún algo que
enseñarnos hoy. Todos conocemos la historia. Pero solemos centrarnos en
cómo sucedió, y no prestamos suficiente atención a lo cerca que estuvo de
no escribirse jamás. Cuando los representantes de 13 colonias rebeldes se
reunieron justo aquí, algunos querían quedarse junto al Rey. Otros querían
abandonar. La revolución estaba descompensada.
Entonces, de alguna forma empezaron a escucharse, a ceder, a buscar un
propósito común y cuando dejaron Filadelfia ya habían comenzado a verse
como una nación. Eso hizo posible que se levantaran contra un rey. Hacía
falta tener mucha valentía, y la tenían. Nuestros fundadores abrazaron la
verdad de que somos más fuertes juntos.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
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Ahora, Estados Unidos está en un momento en el que hay que pensar muy
bien. Fuerzas muy poderosas tratan de dividirnos. Los lazos de confianza y
respeto se están quebrando. Al igual que nuestros fundadores, no tenemos
garantías de qué pasará. Tenemos que decidir si vamos a trabajar juntos para
poder levantarnos juntos. Nuestro lema nacional es: e pluribus unum (de
muchos, uno). ¿Vamos a seguir fieles a ese lema? Ya escuchamos la
respuesta de Donald Trump la semana pasada en su convención. Él quiere
dividirnos, del resto del mundo y entre nosotros. Dice que los peligros del
mundo de hoy nos cegarán ante sus amenazas.
Él está llevando el Partido Republicano muy lejos… del "Buenos días América"
a "Medianoche América". Quiere que tengamos miedo al futuro y nos
temamos los unos a los otros. Un presidente demócrata maravilloso, Franklin
Delano Roosevelt, lanzó la perfecta reprimenda a Trump hace más de 80
años, en una época mucho más peligrosa: "Lo único que tenemos que temer
es el temor en sí mismo". Ahora sabemos a lo que se enfrenta nuestro país,
pero no tenemos miedo, vamos a prepararnos para este desafío, como
siempre lo hemos hecho. No construiremos un muro, sino una economía en
la que todo el mundo que quiera un trabajo bien pagado lo tenga.
¡Construiremos un camino hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes
que ya están contribuyendo a nuestra economía! Nosotros no vamos a
prohibir una religión, sino que trabajaremos con todos los estadounidenses y
nuestros aliados para luchar y vencer al terrorismo.
Tenemos mucho trabajo por delante. Demasiadas personas no han tenido un
aumento de sueldo desde la crisis económica. Hay demasiada desigualdad y
muy poca movilidad, hay demasiada parálisis en Washington, demasiadas
amenazas en casa y fuera. Pero miren la fortaleza que tenemos para afrontar
estos desafíos:
Tenemos al pueblo más dinámico y diverso del mundo; Tenemos a la gente joven más tolerante y generosa que hemos tenido jamás;
Tenemos a los militares más poderosos, a los empresarios más innovadores
y los valores más profundos: libertad e igualdad, justicia y oportunidades.
Deberíamos sentirnos muy orgullosos de que estas palabras estén asociadas
a nosotros, que cuando la gente las escucha, escuchan 'Estados Unidos'.
Así que no dejen que nadie les diga que nuestro país es débil, porque no lo
es. O que no tenemos lo que hace falta, sí lo tenemos. Y sobre todo, no crean
a nadie que les diga: “Yo puedo arreglarlo solo”. Esas fueron las palabras que
Donald Trump dijo en Cleveland y deberían hacer saltar las alarmas. ¿En
serio? ¿Yo solo puedo arreglarlo? Se le olvida quizá que hay tropas en el
frente, oficiales de policía y bomberos que corren hacia el peligro, médicos y
enfermeras que nos cuidan, profesores que cambian las vidas de sus alumnos,
empresarios que ven posibilidades en cualquier problema, madres que han
perdido a sus hijos por la violencia y crean un movimiento para mantener a
sus hijos seguros. Se olvida de todos nosotros. Los estadounidenses no dicen
“puedo arreglarlo solo”, sino “lo arreglaremos juntos”.
@antonigr
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Recuerden: nuestros fundadores lucharon y crearon la Constitución para que
Estados Unidos nunca fuera una nación en la que una sola persona tuviera
todo el poder. 240 años después seguimos confiando los unos en los otros.
Vean lo que pasó en Dallas después del asesinato de cinco valientes policías.
El jefe de policía David Brown pidió apoyo a la comunidad, incluso que se
unieran a ellos. ¿Y saben cómo respondió la comunidad? Casi 500 personas
se apuntaron en solo 12 días. Así es como los estadounidenses responden
cuando hace falta ayudar. Hace 20 años escribí un libro titulado It takes a
village (en español 'Es labor de todos'). Mucha gente leía el título y me
preguntaba: "¿A qué demonios te refieres?" Me refiero precisamente a esto:
ninguno de nosotros puede levantar una familia, un negocio, una comunidad
o un país completamente solo. Estados Unidos necesita que todos nosotros
pongamos nuestra energía, nuestro talento y ambición para lograr que
nuestra nación sea mejor y más fuerte. Creo en esto con todo mi corazón.
Por eso 'juntos somos más fuertes' no es solo una lección de nuestra historia
ni únicamente un eslogan de campaña. Es un principio que guía el país que
siempre hemos sido y el futuro que vamos a construir. Un país donde la
economía funcione para todos, no solo para los que están arriba. Donde se
puede conseguir un buen trabajo y enviar a tus hijos a un buen colegio sin
importar el código postal en el que vives. Un país en el que nuestros hijos
pueden soñar y que sus sueños estén a su alcance, en el que las familias sean
fuertes, y las comunidades estén seguras. Y donde el amor triunfe sobre el
odio.
Ese es el país por el cual luchamos, ese es el futuro por el que estamos
trabajando. Así pues, amigos, con gran humildad, determinación y una
completa confianza en la promesa de Estados Unidos, ¡acepto su nominación
para ser presidenta de Estados Unidos!
Ahora bien, hay también personas en este podio que son nuevas a nivel
nacional. Como saben, yo no soy una de ellas. He sido primera dama,
senadora durante ocho años en el maravilloso estado de Nueva York, y
después les representé a todos ustedes como secretaria de Estado. Pero mi
trabajo solo dice lo que he hecho, no dice por qué. La verdad es que, durante
todos estos años de servicio público, la parte de servicio ha sido siempre más
sencilla que la parte pública. Entiendo que muchas personas simplemente no
saben qué pensar de mí. Se los voy a contar.
En la familia de la que vengo nadie tenía su nombre en grandes edificios. En
mi familia eran constructores de otro tipo, como la mayoría de familias
estadounidenses. Utilizaron las herramientas que tenían, las que Dios les
había dado y construían vidas mejores para sus hijos. Mi abuelo trabajó en el
molino de Scranton durante 50 años porque creía que, si daba todo lo que
tenía, sus hijos tendrían una vida mejor que él. Y tenía razón.
@antonigr
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Mi padre, Hugh, llegó hasta la universidad, jugó fútbol en Pennsylvania y
después se alistó en la marina tras Pearl Harbour. Cuando la guerra terminó,
abrió su propio pequeño negocio de impresión de telas para cortinas.
Recuerdo verle imprimiendo durante horas. Quería darnos a mi hermano y a
mí las oportunidades que él no había tenido. Y lo hizo. Mi madre, Dorothy,
fue abandonada por sus padres cuando era una niña. A los 14 años se
mantenía sola limpiando casas. La salvó la bondad de otros. Su profesora de
primer grado vio que no tenía nada para comer y se llevaba comida de más
para compartirla con ella. La lección que me pasó años después se me ha
quedado grabada: Nadie pasa por la vida solo. Tenemos que cuidarnos y
ayudarnos mutuamente. Ella se aseguró de que aprendiera las palabras de la
fe metodista: "Haz todo el bien que puedas, a todas las personas que puedas
y de todas las formas que puedas, durante el tiempo que puedas".
Me fui a trabajar para el Fondo de Defensa de los Niños, yendo puerta por
puerta en New Bedford (Massachusetts) en representación de niños con
discapacidad física que no podían ir al colegio. Recuerdo verme con una niña
en el porche se su casa. Quería ir a la escuela, pero no era posible. No podía
dejar de pensar en mi madre y lo que ella había vivido de niña. Para mí estaba
claro que el simple cuidado no es suficiente. Para traer verdadero progreso
uno tiene que cambiar los corazones y las leyes. Se necesitan ambos: corazón
y acción. Nuestro trabajo empezó en el Congreso para garantizar que todos
los estudiantes con discapacidad tuvieran acceso a la educación. Una gran
idea, ¿no creen?
Cada niño con una discapacidad física tiene derecho a ir a la escuela. ¿Pero
cómo se hace una idea así realidad? Día a día, año a año, a veces incluso
puerta a puerta. Mi corazón se hinchó cuando vi a Anastasia Somoza sobre
este escenario representando a millones de jóvenes que, gracias a esos
cambios en nuestras leyes, han podido recibir una educación.
Es cierto… importan todos los detalles de la política, ya estemos hablando del
nivel exacto de plomo en el agua potable en Flint (Michigan), del número de
centros de salud mental en Iowa o del coste de los medicamentos. Porque no
es un detalle si se trata de su hijo o su familia. No es algo pequeño, es grande.
Y también debe serlo para su presidente. Durante los últimos tres días de
esta convención han visto a algunas de las personas que me han inspirado,
que me han permitido entrar en sus vidas y convertirse en parte de la mía.
Gente como Ryan Moore y Lauren Manning, quienes contaron su historia el
martes por la noche.
Primero conocí a Ryan cuando tenía siete años. Llevaba una faja en todo su
cuerpo que debía pesar 40 libras. Niños como Ryan hicieron que siguiera
trabajando cuando nuestro plan de sanidad universal falló, e hizo que siguiera
trabajando con líderes de todos los partidos para crear el Programa de Seguro
de Salud Infantil que cubre a ocho millones de niños cada año.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
Lauren resultó gravemente herida el 11 de septiembre. Y Debbie St. John, y
John Dolan y Joe Sweeney y todas las víctimas y sobrevivientes también
hicieron que siguiera trabajando tan duro como pude en el Senado en
representación de las familias del 11 de septiembre y de las personas que
enfermaron por trabajar en la zona cero. Aún seguí pensando en Lauren,
Debbie y todos los demás diez años después en la sala de decisiones de la
Casa Blanca cuando el presidente Obama tomó la valiente decisión que hizo
justicia con Osama Bin Laden. En esta campaña he conocido a mucha gente
que me ha motivado para seguir luchando por un cambio.
Con su ayuda, me llevaré todas sus voces e historias a la Casa Blanca. Seré
una presidenta para los demócratas, los republicanos y los independientes.
También para los que sufren, aquellos que se esfuerzan y los exitosos. Para
los que votan por mí y para los que no. Para todos los estadounidenses,
juntos. Esta noche hemos alcanzado un hito en nuestro país para lograr una
unión perfecta: es la primera vez que un partido grande nomina a una mujer
para ser presidenta. Estando aquí, de pie, como la hija de mi madre y la
madre de mi hija, me siento muy feliz de que haya llegado este día por las
abuelas y niñas, por los niños, hombres, porque cuando una barrera cae en
Estados Unidos, se abre el camino para todos. Cuando no hay techos, el cielo
es el límite.
Así que sigamos adelante hasta que los 161 millones de niñas y mujeres de
Estados Unidos tengan las oportunidades que se merecen. Pero incluso algo
más importante que la historia que hoy escribimos, es la historia que vamos
a construir en los próximos años. Empecemos por lo que ya estamos haciendo
para ayudar a los trabajadores de nuestro país a que salgan adelante. No creo
que el presidente Obama ni el vicepresidente Biden hayan recibido el
agradecimiento suficiente por sacarnos de la peor crisis económica de
nuestras vidas. Nuestra economía está mucho más fuerte que cuando llegaron
al gobierno. Se han creado cerca de 15 millones de nuevos puestos de
trabajo. 20 millones más de estadounidenses tienen seguro médico y la
industria automovilística ha tenido su mejor año. Eso es un gran progreso.
Pero ninguno de nosotros puede sentirse satisfecho con el estatus quo, no
por mucho tiempo.
Aún nos enfrentamos a profundos problemas que surgieron mucho antes de
la recesión y que han permanecido con nosotros durante la recuperación. He
viajado por todo el país hablando con las familias trabajadoras. Y he sabido
de muchos de ustedes que sienten que la economía no está funcionando.
Algunos de ustedes están frustrados, incluso furiosos. ¿Y saben qué? Tienen
razón. Aún no está funcionando como debería.
Los estadounidenses están dispuestos a trabajar, y trabajar duro. Pero en
este momento, una gran cantidad de gente siente que hay cada vez menos
respeto por el trabajo que hacen. Y menos respeto hacia ellos en general. Los
demócratas son el partido de los trabajadores, pero no hemos hecho un buen
@antonigr
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Convención demócrata
trabajo demostrándoles que entendemos por lo que están pasando y que
vamos a hacer algo al respecto.
Por eso quiero decirles esta noche cómo vamos a empoderar a los
estadounidenses para que vivan una vida mejor. Mi misión principal como
presidenta será crear más oportunidades y buenos empleos con mayores
salarios aquí en Estados Unidos. ¡Desde mi primer día en el cargo hasta el
último! Especialmente en lugares que han sido olvidados y abandonados
durante demasiado tiempo. Desde nuestras ciudades hasta nuestros
pequeños pueblos, desde los territorios indígenas hasta las regiones
carboneras. Desde las comunidades devastadas por las adicciones hasta las
regiones vaciadas por el cierre de plantas.
He aquí lo que pienso: Creo que Estados Unidos prospera cuando la clase
media prospera; creo que nuestra economía no está funcionando como
debería, porque nuestra democracia no está funcionando como debería. Por
eso tenemos que nombrar a jueces de la Corte Suprema que separen el dinero
de la política y amplíen los derechos electorales, no que los limiten. ¡Y
pasaremos una enmienda constitucional para revocar Ciudadanos Unidos!
Creo que las empresas estadounidenses que han recibido tanto de nuestro
país deben ser igualmente patrióticas a cambio. Muchas lo son, pero muchas
otras no lo son. No está bien recibir exenciones fiscales con una mano y
entregar cartas de despido con la otra. Y creo que nunca se debe volver a
permitir que Wall Street arruine al pueblo.
Creo en la ciencia. Creo que el cambio climático es real y que podemos salvar
nuestro planeta, y a la misma vez crear millones de empleos bien
remunerados en el sector de la energía limpia.
Creo que cuando tenemos millones de trabajadores inmigrantes que
contribuyen a nuestra economía, sería contraproducente e inhumano
expulsarlos. La reforma migratoria integral hará crecer nuestra economía y
mantendrá las familias juntas, y eso es lo correcto.
Sea cual sea el partido al que usted pertenece, o si no pertenece a ningún
partido, si comparte estas creencias, ésta es su campaña. Si usted cree que
las empresas deben compartir las ganancias con sus trabajadores, en lugar
de engrosar los bonos de los ejecutivos, únase a nosotros. Si cree que el
salario mínimo debe ser un salario digno y que nadie que trabaja a tiempo
completo debería tener que criar a sus hijos en la pobreza, únase a nosotros.
Si usted cree que cada hombre, mujer y niño en Estados Unidos tiene derecho
a recibir asistencia médica asequible, únase a nosotros. Si usted cree que hay
que decirle 'no' a los acuerdos comerciales injustos, que debemos enfrentar
a China, que debemos apoyar a nuestros trabajadores siderúrgicos, a los
trabajadores de la industria automovilística y los fabricantes domésticos,
únase a nosotros.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
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Si usted cree que deberíamos ampliar la seguridad social y proteger el
derecho de la mujer a tomar sus propias decisiones en materia del cuidado
de la salud, únase a nosotros. Y sí, si usted cree que su madre, esposa,
hermana o hija trabajadora merece igualdad salarial, únase a nosotros.
Asegurémonos de que esta economía funcione para todos, no sólo para los
que están arriba.
Ahora, ustedes no escucharon nada de esto de Donald Trump en su
convención. Habló durante 70 y tantos minutos, bastante más de 70, y no
ofreció ninguna solución. Pero ya sabemos que él no cree en estas cosas.
No es de extrañar que no le guste hablar de sus planes. Quizás usted lo notó,
a mí me encanta hablar de los míos. En mis primeros 100 días, vamos a
trabajar con ambos partidos para aprobar la mayor inversión en nuevos
empleos bien pagados desde la Segunda Guerra Mundial. Empleos en la
industria manufacturera, la energía limpia, en tecnología e innovación, en
pequeñas empresas, y en infraestructura. Si invertimos en infraestructura
ahora, no solo crearemos puestos de trabajo hoy, sino que sentaremos las
bases para los empleos del futuro. Y transformaremos la forma en que
preparamos a nuestros jóvenes para esos empleos.
¡Bernie Sanders y yo trabajaremos juntos para hacer que las colegiaturas
universitarias sean gratis para la clase media y libres de deudas para todos!
También liberaremos a millones de personas que ya tienen deudas
estudiantiles. No es justo que Donald Trump pueda ignorar sus deudas, pero
que los estudiantes y las familias no puedan refinanciar las suyas. Y aquí hay
algo que no decimos con suficiente frecuencia: la universidad es crucial, pero
un título de cuatro años no debería ser el único camino para obtener un buen
empleo.
Vamos a ayudar a más personas a aprender un oficio o a practicar un oficio
y a que ganen buenos salarios con esos oficios. Vamos a darles un impulso a
las pequeñas empresas, facilitar el proceso de obtención de créditos.
Demasiados sueños mueren en los estacionamientos de los bancos. En
Estados Unidos, si usted puede soñarlo, usted debería poder lograrlo.
Vamos a ayudarle a equilibrar la familia y el trabajo. ¿Y sabe qué?, si luchar
por un sistema asequible de cuidado de niños y de baja familiar remunerada
es jugar la 'carta de la mujer', ¡pues juego esa carta! (Ah, ¿ya habían
escuchado ésa?)
Ahora, aquí está la cosa, no sólo vamos a hacer todas estas inversiones, sino
que vamos a pagar por cada una de ellas y de la siguiente manera: Wall
Street, las corporaciones y los súper ricos van a comenzar a pagar su
proporción justa de impuestos. No porque nos moleste el éxito, sino porque
cuando más del 90% de las ganancias las recibe el 1% de las personas, pues
ahí es donde está el dinero. Y si las empresas reciben exenciones fiscales y
@antonigr
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luego envían empleos al extranjero, haremos que nos compensen. Y vamos
a hacer que ese dinero produzca ... ¡creando empleos aquí en casa!
Ahora, sé que algunos de ustedes están sentados en casa pensando que todo
esto suena bastante bien. Pero, ¿cómo vas a lograrlo? ¿Cómo vas a romper
el estancamiento en Washington? Miren mi historial. He cruzado las barreras
entre partidos para aprobar leyes y tratados y para lanzar nuevos programas
que ayudan a millones de personas. Y si me dan la oportunidad, eso es lo que
haré como presidenta.
Pero Trump, él es un hombre de negocios. Él debe saber algo de la economía.
Bueno, vamos a analizarlo más de cerca. En Atlantic City, a 60 millas de aquí,
se pueden encontrar contratistas y pequeñas empresas que lo perdieron todo
porque Donald Trump se negó a pagar sus cuentas. Las personas hicieron el
trabajo y necesitaban el dinero, y no lo obtuvieron – y no porque no pudo
pagarles, sino porque no quiso pagarles. ¿Ese es el argumento de venta que
tiene para ser su presidente? Confíen en él y... ¿ganarán mucho? Ese es el
mismo argumento de venta que les lanzó a todas aquellas pequeñas
empresas. Después Trump se fue y dejó a la gente con las deudas.
También fanfarronea mucho sobre poner a Estados Unidos primero. Por favor,
que alguien me explique qué parte de Estados Unidos primero hace que las
corbatas Trump se fabriquen en China y no en Colorado; los trajes Trump en
México, no en Michigan; los muebles Trump en Turquía, no en Ohio; los
marcos de fotos Trump en la India, no en Wisconsin. Donald Trump dice que
quiere hacer de Estados Unidos nuevamente un gran país – bueno, pues
podría empezar por fabricar las cosas en Estados Unidos nuevamente.
La opción que enfrentamos es igual de sombría cuando se trata de nuestra
seguridad nacional. Cualquiera que lea las noticias puede ver las amenazas y
la turbulencia que enfrentamos. Desde Bagdad y Kabul, hasta Niza, París y
Bruselas, hasta San Bernardino y Orlando, estamos lidiando con enemigos
resueltos que debemos derrotar. No es de extrañarse que la gente esté
ansiosa y busque tranquilidad, que busquen el liderazgo constante.
La gente
quiere un líder que entienda que somos más fuertes cuando trabajamos con
nuestros aliados en todo el mundo y cuidamos de nuestros veteranos aquí en
casa. Mantener seguro nuestro país y honrar a las personas que lo hacen será
mi primera prioridad.
Estoy orgullosa de que hayamos contenido el programa nuclear de Irán sin
disparar un solo tiro – ahora tenemos que hacer que se cumpla, y seguir
apoyando la seguridad de Israel. Estoy orgullosa de que hayamos alcanzado
un acuerdo climático global – ahora tenemos que hacer que todos los países
responsables rindan cuentas, incluidos nosotros mismos. Estoy orgullosa de
apoyar a nuestros aliados en la OTAN contra cualquier amenaza que
enfrenten, incluyendo las de Rusia. He presentado mi estrategia para derrotar
al Estado Islámico: vamos a golpear sus santuarios desde el aire y apoyar a
@antonigr
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las fuerzas locales para que los desalojen de sus territorios. Vamos a
aumentar nuestra inteligencia para poder detectar y prevenir los ataques
antes de que ocurran; vamos a interceptar sus esfuerzos en línea para
alcanzar y radicalizar a los jóvenes de nuestro país.
No será fácil ni rápido, pero que quede bien claro: vamos a vencer.
Ahora Donald Trump dice, y esto es una cita, "sé más del Estado Islámico que
los generales…" No, Donald, no sabes. Él cree que sabe más que nuestros
militares porque ha afirmado que nuestras fuerzas armadas son "un
desastre". Bueno, he tenido el privilegio de trabajar en estrecha colaboración
con nuestros soldados y nuestros veteranos durante muchos años, incluso
como senadora en la Comisión de Servicios Armados. Yo sé lo equivocado que
está. Nuestro Ejército es un tesoro nacional. Le encomendamos a nuestro
comandante en jefe tomar las decisiones más difíciles que enfrenta nuestro
país, las decisiones sobre la guerra y la paz, sobre la vida y muerte.
Un presidente debe respetar los hombres y mujeres que arriesgan sus vidas
para servir a nuestro país – incluyendo a los hijos de Tim Kaine y Mike Pence,
quienes son infantes de marina. Pregúntese: ¿Tiene Donald Trump el
temperamento para ser comandante en jefe? Donald Trump ni siquiera puede
manejar la rudeza de una campaña presidencial. Pierde la calma ante la
menor provocación: cuando un reportero le hace una pregunta difícil, cuando
lo desafían en un debate, cuando ve a un manifestante en una protesta.
Imagínenselo en la Oficina Oval frente a una crisis real. Un hombre al que
puedes provocar con un mensaje de Twitter no es un hombre al que podamos
confiarle armas nucleares.
No puedo decirlo mejor que Jackie Kennedy después de la crisis de los misiles
en Cuba. Dijo que lo que le preocupaba al presidente Kennedy durante ese
momento tan peligroso era que se iniciara una guerra – no por parte de los
grandes hombres con autocontrol y moderación, sino por los pequeños
hombres – a los que los mueven el miedo y el orgullo. La fuerza de Estados
Unidos no proviene de las agresiones. La fuerza se basa en la inteligencia, el
juicio, la determinación con sangre fría, y la aplicación precisa y estratégica
del poder. Ese es el tipo de comandante en jefe que me comprometo a ser.
Y si tomamos en serio la seguridad de nuestro país, tampoco podemos darnos
el lujo de tener un presidente que esté en el bolsillo del lobby de las armas.
No estoy aquí para revocar la Segunda Enmienda. No estoy aquí para
quitarles sus armas. Simplemente no quiero que ustedes reciban un disparo
de alguien que, en primer lugar, no debería tener un arma de fuego.
Deberíamos estar trabajando con los propietarios de armas responsables para
aprobar reformas sensatas y mantener las armas lejos de las manos de los
criminales, terroristas y todos aquellos que quieren hacernos daño.
Durante décadas, la gente ha dicho que este tema era demasiado difícil de
resolver y que la política era demasiado difícil de manejar. Pero me pregunto:
@antonigr
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¿cómo podemos quedarnos de brazos cruzados y no hacer nada?
Ya oyeron,
ya vieron a los familiares de personas muertas por la violencia con armas de
fuego. Ya oyeron y ya vieron a los familiares de los policías muertos en
cumplimiento del deber porque los delincuentes tenían más armas que ellos.
Me niego a creer que no podamos encontrar intereses comunes aquí.
Tenemos que sanar las divisiones en nuestro país. No sólo en cuanto a las
armas de fuego, sino a la raza, la inmigración y más. Eso comienza
escuchándonos unos a otros, prestándonos atención unos a otros, tratando
lo mejor posible de ponernos en el lugar de los demás.
Así que pongámonos en los zapatos de los jóvenes negros y de los hombres
y mujeres latinos que enfrentan los efectos del racismo sistémico, y les hacen
sentir que sus vidas son desechables. Pongámonos en el lugar de los oficiales
de policía, quienes se despiden con un beso de sus hijos y cónyuges todos los
días y van a hacer un trabajo peligroso y necesario. Reformaremos
completamente nuestro sistema de justicia criminal y reconstruiremos la
confianza entre la policía y las comunidades a las que sirven. ¡Vamos a
defender todos nuestros derechos – los derechos civiles, humanos y
electorales ... los derechos de la mujer y de los trabajadores ... los derechos
de la comunidad LGBT y los derechos de las personas con discapacidad! Y
enfrentaremos la retórica divisiva y hostil venga de donde venga.
Durante el año pasado, muchas personas cometieron el error de reírse de los
comentarios de Donald Trump – justificándolo como un artista que acaba de
hacer su espectáculo. Muchos piensan que en realidad no cree todas las cosas
horribles que dice – como cuando llamó a las mujeres "cerdos", o cuando dijo
que un juez estadounidense no podía ser justo debido a su herencia
mexicana, o cuando se burla e imita a un reportero con una discapacidad, o
cuando insulta a prisioneros de guerra como John McCain: un verdadero
héroe y patriota que merece nuestro respeto.
Admito que al principio yo tampoco creí que él hablara en serio. Era
demasiado difícil entender que alguien que quiere dirigir nuestra nación
pudiera decir esas cosas, que pudiera ser así. Pero esta es la triste verdad:
no hay otro Donald Trump ... Él es así. Y al final, todo se reduce a lo que
Donald Trump no entiende: que Estados Unidos es grande – porque Estados
Unidos es bueno. Así que basta de intolerancia y grandilocuencia. Donald
Trump no está ofreciendo un cambio verdadero, está ofreciendo promesas
vacías. ¿Qué ofrecemos nosotros? Una agenda valiente para mejorar la vida
de las personas de todo el país, para mantenerlas seguras, para conseguirles
buenos empleos y para darles a sus hijos las oportunidades que se merecen.
La elección es clara.
Cada generación de estadounidenses se ha unido para hacer de nuestro país
un país más libre, más justo y más fuerte. Ninguno de nosotros puede lograrlo
solo. Sé que en un momento en que tantas circunstancias parecen estarnos
separando, puede ser difícil imaginar cómo podríamos volver a unirnos, pero
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
estoy aquí para decirles esta noche: el progreso es posible. Lo sé porque lo
he visto en la vida de personas en todo Estados Unidos que caen y se vuelven
a levantar. Y lo sé por mi propia vida. Unas cuantas veces he tenido que
levantarme y volver al juego. Como tantas otras cosas, eso lo aprendí de mi
madre. Ella nunca me permitió desistir de ningún desafío, cuando yo trataba
de esconderme de algún bravucón del vecindario, ella literalmente bloqueaba
la puerta: "Vuelve allá afuera", decía. Y tenía razón, hay que enfrentar a los
bravucones.
Hay que seguir trabajando para mejorar las cosas, aun cuando las
probabilidades sean pocas y la oposición sea feroz. Perdí a mi madre hace
unos años, la extraño todos los días y aún escucho su voz que me impulsa a
seguir trabajando, a seguir luchando por lo que es justo, sin importar las
dificultades. Eso es lo que tenemos que hacer juntos como nación. Aunque
"puede que no vivamos para ver la gloria", como dice la canción del musical
Hamilton, "unámonos a la lucha con gusto".
Qué nuestra herencia sea "plantar las semillas en un jardín que nunca
llegaremos a ver". Para eso estamos aquí ... no sólo en esta sala, sino en esta
Tierra. Los padres fundadores nos enseñaron eso y también muchos otros
desde entonces. Estaban unidos por el amor al país y la pasión desinteresada
de construir algo mejor para todos los que vendrían después.
Esa es la historia de Estados Unidos y esta noche empezamos un nuevo
capítulo. Sí, el mundo está observando lo que hacemos. Sí, nosotros debemos
elegir el destino de Estados Unidos.
Así que debemos ser más fuertes juntos. Mirando hacia el futuro con valentía
y confianza, construyendo un futuro mejor para nuestros queridos hijos y
nuestro querido país. Cuando lo logremos, Estados Unidos será más grande
que nunca.
¡Muchas gracias y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América!
OTROS DISCURSOS
Discurso Senador Tim Kaine, candidato a la Vicepresidencia junto a
Hillary Clinton
¡Gracias y bienvenidos todos!
Quiero darle las gracias a mi bella esposa, Anne y a mis tres hijos maravillosos
Nat, Woody y Annella. Hace dos días Nat acaba de ser enviado con su batallón
de los Infantes de Marina para proteger y defender a los mismos aliados de
la OTAN que Donald Trump ahora dice que abandonaría. ¡Semper Fi, Nat! Mis
padres y suegros están aquí, nuestros hermanos y sus cónyuges, nuestros
sobrinos, cientos de amigos de Virginia y más allá, incluyendo a mi gran
amigo, el representante Bobby Scott. Los queremos a todos.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
Hoy, para mi esposa Anne y cada mujer fuerte en este país; para Nat, Woody
y Annella y para todos los jóvenes que se inician en la vida para convertir sus
propios sueños en realidad; para cada hombre y mujer sirviendo en nuestras
fuerzas armadas, aquí en casa y en el extranjero; para cada familia que
trabaja duro para salir adelante; para mis padres y suegros y todos de la
tercera edad, que esperan un retiro digno con cuidados de salud y esperan
las investigaciones para acabar con enfermedades como el Alzheimer; por
cada persona que quiere que los Estados Unidos sea una comunidad de amor,
donde la gente no se degrada una a la otra por ser quienes son, sino más
bien respetados por sus contribuciones a la nación; para todos los que
conocemos que el futuro más brillante para nuestro país es el que nosotros
podemos construir juntos; y para mi amiga Hillary Clinton, yo, humildemente,
acepto la nominación de mi partido para ser el vicepresidente de los Estados
Unidos.
Yo nunca esperé estar aquí. Pero déjame contarles cómo sucedió.
Nací en Minnesota y crecí en Kansas City. Mis padres no estaban muy en la
política. Mi padre tenía un taller de metal. Mi madre era su mejor vendedora.
Mis hermanos y yo les ayudábamos durante los veranos y los fines de
semana. Así es como funcionan las pequeñas empresas familiares. Mis
padres, Al y Kathy me enseñaron el valor del trabajo duro, sobre la bondad y
más importante aún, acerca de la fe.
Fui a un colegio jesuita para varones — Rockhurst High School. El lema de
nuestra escuela era “hombres (de servicio) para los demás”. Ahí es donde mi
fe se hizo fundamental, el norte para orientar mi vida. Y entonces sabía que
quería luchar por la justicia social.
Por eso decidí tomar un año después de la facultad de leyes para ser
voluntario con las misiones jesuitas de Honduras. Le enseñé a niños clases
de soldadura y carpintería. Aprendí los valores del pueblo – fe, familia, y
trabajo. Fe, familia y trabajo. Los mismos valores de la comunidad Latina aquí
en nuestro país. Somos americanos todos.
Y esto es lo que realmente me impactó. Estando allí, fui testigo de un sistema
— una dictadura — donde unas cuantas personas de arriba tenían todo el
poder y los demás vivían al margen. La experiencia me ha convencido que
tenemos que promover oportunidades para todos. Sin importar de dónde
vengan, ni la cantidad de dinero que tengan, ni cómo se vean, ni cómo
practiquen su fe o a quién amen.
En 1970 en Virginia, el gobernador republicano Linwood Holton creía
exactamente lo mismo. Integró las escuelas públicas de Virginia, para que
niños negros y blancos finalmente aprendieran juntos, y la familia inscribió a
sus propios hijos, incluyendo a su hija, Anne, en las escuelas recientemente
integradas en zonas urbanas.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
Cuando Anne se fue a la universidad se llevó con ella las lecciones que esa
experiencia le brindó. Un día en un grupo de estudio, ella conoció a un chico
un poco tímido quien había pasado tiempo enseñando a niños en Honduras.
Ahora Anne y yo hemos estado casados durante casi 32 años y soy el hombre
más afortunado del mundo.
Los padres de Anne, Lin y Jinks, aquí presentes hoy, con más de 90 años y
quienes arriba siguen adelante y fuertes. Lin es todavía un republicano, pero
estos días vota más y más por demócratas. Ya que cualquier partido que
nomine a Donald Trump como presidente se ha extraviado muy lejos del
partido del presidente Lincoln. Y si alguno de ustedes busca el partido de
Lincoln, tiene un hogar aquí en el Partido Demócrata.
El ejemplo de Lin me inspiró a defender los derechos civiles como abogado.
Por más de 17 años, luché contra bancos y propietarios, empresas de bienes
raíces y gobiernos locales, contra quién sea que tratara a la gente
injustamente — como la empresa de seguros que discriminaba en los barrios
de minorías, a través de todos los Estados Unidos, en la emisión de seguros
de propiedad.
Estas son las batallas que he estado luchando toda mi vida. Y esa es la historia
de porque decidí lanzarme para ser funcionario público. Mi ciudad de
Richmond estaba dividida y desanimada. Una epidemia de violencia armada
abrumaba a nuestros vecindarios de bajos ingresos. En lugar de buscar
respuestas, la comunidad comenzó a señalar culpables. Yo no podía
soportarlo. Así que decidí lanzarme a un escaño de concejal municipal.
Gané esa primera contienda, hace más de 20 años, por 94 votos. Y he dicho
desde entonces que — si soy bueno en algo, es porque empecé a nivel local,
escuchando a la gente, aprendiendo sobre sus vidas y tratando de conseguir
resultados. Más tarde, llegué a ser el alcalde de Richmond, el vicegobernador
y después el gobernador número. 70 de Virginia. Fui un gobernador en
tiempos difíciles — dirigiendo mi estado durante la recesión más grave desde
la década de los ‘30. Pero los tiempos difíciles no duran para siempre — sin
embargo, la gente trabajadora sí que perdura. Y en Virginia la gente es fuerte
e inteligente también.
Hemos logrado reconocimiento nacional por nuestro trabajo — el estado
mejor administrado, el mejor estado para negocios, el mejor estado para que
un niño crezca, la tasa más baja de desempleo, altos ingresos familiares.
Derramamos lágrimas en los días después de una horrible masacre en Virginia
Tech, pero levantamos la cabeza en alto y arreglamos las faltas del sistema
de verificación de antecedentes para asegurar un espacio más seguro.
Invertimos en nuestra gente — expandiendo la educación de pre-kínder y
educación superior, porque la educación era la clave para todo lo que
queríamos lograr y ser.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
Ahora tengo el honor de servir en el Senado. Trabajo en el Comité de Fuerzas
Armadas y en el Comité de Relaciones Exteriores para mantenernos a salvo
en casa y fuertes ante el mundo. Trabajo en la Comisión de Presupuesto con
Bernie Sanders, un gran líder, luchando por inversiones en la educación, la
salud, la investigación, el estudio y el transporte. Y formo parte del Comité
de Adultos Mayores, asegurándonos que las personas mayores tengan una
jubilación segura y no sean robados por estafadores que quieren
aprovecharse de sus ahorros o cobrarles de más por sus medicamentos. Y
algo curioso: paso tiempo con una gran cantidad de senadores republicanos
que, una vez se aseguran que nadie los está escuchando, comentan lo
fantástica que es la senadora Hillary Clinton.
Mi viaje me ha convencido de que Dios ha creado un tapiz rico en este país
— una increíble diversidad cultural que tiene éxito cuando nos abrazamos
todos en el amor y nos unimos en la batalla contra las fuerzas oscuras de la
división. Todos somos vecinos y debemos amar a nuestro prójimo, así como
a nosotros mismos.
Hillary Clinton y yo somos compañeros del alma. Compartimos la misma
creencia: hacer todo el bien posible que se pueda hacer. Servir uno al otro.
De esto estoy hecho. De esto estamos hechos. De esto está hecho Bernie
Sanders. De esto está hecho Joe Biden. De esto están hechos Barack y
Michelle Obama. De esto está hecho Hillary Clinton.
Ahora, la semana pasada en Cleveland, oímos mucho sobre la confianza. Así
que vamos a hablar acerca de la confianza también. Les quiero decir por qué
confío en Hillary Clinton.
En primer lugar, ella es consistente. Ella ha luchado para poner a los niños y
a las familias primero desde que era una adolescente — en las buenas y en
las malas, en la victoria y la derrota, dentro y fuera de la oficina, contra viento
y marea. Luchando por los niños de familias de bajos ingresos en el Fondo
para la Defensa de los Niños. Luchando para obtener un seguro de salud para
8 millones de niños cuando era primera dama. Luchando por el bienestar de
las mujeres y niñas por todo el mundo.
Tengo aquí un pequeño consejo para usted: cuando usted quiera saber sobre
el carácter de una persona en la vida pública, mire a ver si tienen alguna
pasión, una que comience desde antes de que estuvieran en su puesto, y que
se hayan sostenido consistentemente a lo largo de su carrera. La pasión de
Hillary es aquellos de los niños y las familias. Donald Trump tiene una pasión
también: una pasión por sí mismo.
Y no son sólo palabras con Hillary, son una lista de logros. Ella entrega
resultados. Como senadora, después del 9/11, se enfrentó contra los
republicanos del congreso para cuidar los derechos de los socorristas que
salvaron a las víctimas de ese ataque terrorista. Como secretaria de estado,
implementó duras sanciones contra Irán para allanar el camino para un
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
avance diplomático que frenara un programa peligroso de armas nucleares.
Le dio la cara a asesinos y dictadores, y fue una parte clave del equipo de
seguridad nacional de Obama que decidió ir hasta los confines de la tierra
para ultimar a Osama Bin Laden.
Y recuerdan a Karla, ¿la niña que hemos escuchado el lunes que temía que
sus padres serían deportados? Ella confía en Hillary para mantenerlos juntos.
¿Y se acuerdan de las Madres del Movimiento que oímos la noche anterior?
Ellas confían en Hillary para mantener a sus hijos e hijas de otras madres a
salvo también.
Y como él está sirviendo a nuestro país en el exterior, le confío a Hillary
Clinton la vida de nuestro hijo.
¿Y saben de quién no confío? Donald Trump. Ese tipo promete mucho. Sin
embargo, es posible que ya lo hayan notado, él tiene la costumbre de decir
la misma palabra justo después de hacer todas sus gigantescas promesas.
¿Ustedes conocen la palabra a la que me refiero? “Créame.”
Va a ser grandioso – ¡Créanme! Vamos a construir un muro y hacer que
México pague por él – ¡Créame! Vamos a destruir a ISIS rápidamente –
¡Créanme! No hay nada sospechoso en mis declaraciones de impuestos –
¡Créanme! Por cierto, ¿alguien aquí cree que Donald Trump ha pagado lo que
debería en impuestos? ¿Creen que debería hacer públicas esas declaraciones
de impuestos como todo candidato presidencial en la historia moderna? Claro
que debería. Donald, ¿qué escondes?
Y todavía él nos dice, “Créanme” ¿Créanme? Aquí está el problema. La
mayoría de aquellos, cuando están lanzándose para presidente, no solo dicen
“Créanme”. Te respetan lo suficiente para decirte cómo planean llevar a cabo
las cosas.
Por ejemplo, ustedes pueden ir ahora mismo a HillaryClinton.com y ver
exactamente cómo hará la mayor inversión para generar empleos y cómo
defenderá, y ampliará, la reforma de Wall Street. Pueden ver cómo reformará
nuestro sistema de inmigración y creará un camino hacia la ciudadanía, y
como hará posible el poder graduarse de la universidad libre de deudas.
Pueden ver cómo garantizará igualdad de pago para las mujeres y hará
realidad la licencia familiar pagada. Con un solo clic podremos ver cómo lo
hará, cómo pagará por ello y cómo nos beneficiará.
Donald Trump no. Él nunca dice cómo hará las cosas que dice que va hacer.
Él solo dice, “créanme.” Y por eso la pregunta: ¿Ustedes realmente le creen?
Toda la carrera de Donald Trump nos indica que es mejor no creerle.
Pequeños negocios – compañías como las de mi padre – creyeron en él
cuando les dijo que les pagaría por construir un casino en Atlantic City. Ellos
hicieron el trabajo, instalaron las paredes de yeso, vertieron el concreto. Pero
a un año de su apertura, el proyecto de Trump de declaró en bancarrota. El
@antonigr
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salió con millones. Ellos recibieron centavos por cada dólar que les debían.
Algunos perdieron sus empresas. Todo porque creyeron en Donald Trump.
Personas retiradas y familias en la Florida creyeron en Donald Trump cuando
les dijo que les construiría condominios. Ellos pagaron los depósitos, pero los
condominios nunca se construyeron. Él solo se quedó con su dinero y se alejó.
Ellos perdieron decenas de miles de dólares, todo porque creyeron en Donald
Trump. Organización benéfica tras organización benéfica le creyó a Donald
Trump cuando les dijo que le donaría. Y miles de estudiantes de la Universidad
de Trump creyeron en Donald Trump cuando les dijo que les ayudaría a
alcanzar el éxito. Fueron estafados.
Él dice “créanme.” Bueno, sus acreedores, sus contratistas, sus empleados
despedidos, sus estudiantes estafados hicieron eso. No se puede creer ni en
una sola palabra que salga de la boca de Donald Trump. Nuestra nación es
demasiado valiosa para ponerla en las manos de un fanfarrón, que hace falsas
promesas, que solo se promueve a sí mismo; un hombre quien es en sí un
equipo de demolición.
Pero no me hagan caso a mí. Háganle caso a la ex primera dama Bárbara
Bush. Ella dijo que no sabía cómo una mujer podría votar por él después de
sus ofensivos comentarios. O háganle caso al ex asesor económico de John
McCain – quién calculó que las promesas de Trump le costaría a los Estados
Unidos 3.5 millones de empleos. O a los analistas independientes que
descubrieron que el plan de impuestos de Trump es un regalo para los ricos
y las grandes corporaciones que acumularía hasta $30 trillones en deuda.
O recuerden a John Kasich, el gobernador republicano que tuvo el honor de
ser el anfitrión de la Convención Republicana en Cleveland, pero ni siquiera
asistió porque piensa que Trump es un desastre moral. O tómenlo del coautor
de la autobiografía de Trump. Para Trump, dijo él, “mentir es como su
segunda naturaleza” Así que, ¿ustedes le creen? ¿Alguien aquí cree en él?
El próximo presidente se enfrentará a varios retos. Será mejor que elijamos
a un candidato que nos ha probado que se le puede confiar con el cargo. La
candidata que ha demostrado estar lista para el trabajo. Y, por cierto, utilizo
la palabra “lista” por una razón especifica. Cuando viví en Honduras aprendí
que el mejor cumplido que le puedes hacer a alguien es decir que es listo. No
“inteligente”. No “amable”. No “rico”. Pero “listo.” Porque “listo” en español
es estar preparado, listo para la batalla, fuerte, dispuesto a cualquier cosa,
nunca dar un paso atrás. Y Hillary Clinton está “lista”.
Ella está lista gracias a su fe. Ella está lista gracias a su corazón. Ella está
lista gracias a su experiencia. Ella está lista porque entiende que en los
Estados Unidos juntos somos más fuertes. Mis compañeros demócratas, esta
semana empezamos un nuevo capítulo de nuestra gran historia.
@antonigr
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Thomas declaró que todos los hombres son iguales, y Abigail recordó a las
mujeres. Woodrow negociaba la paz, y Eleanor rompió las barreras. Jack nos
dijo qué preguntar, y Lyndon contestó el llamado. Martin tenía un sueño,
César y Dolores dijeron “sí se puede” y Harvey dio su vida. Bill tendió un
puente a un nuevo siglo, y Barack nos dio esperanza.
Y ahora Hillary está lista. Lista para pelear, lista para ganar, lista para dirigir.
Gracias Filadelfia. Dios los bendiga a todos.
Discurso de Khizr Khan. Padre musulmán que perdió a su hijo
sirviendo como militar estadounidense en Irak hace 12 años. La
madre también estuvo presente en el escenario, pero no habló.
(Vídeo preparado por el Partido Demócrata con extractos de los comentarios
que Hillary Clinton hizo en diciembre en honor al Capitán Humayun Khan,
para presentar durante la Convención antes de las palabras de su padre).
"Esta noche es un honor estar aquí como los padres del capitán Humayun
Khan, y como patriotas estadounidenses musulmanes con completa lealtad a
nuestro país.
Como muchos inmigrantes, vinimos a este país con las manos vacías. Creímos
en la democracia de EEUU, en que con trabajo duro y la generosidad de este
país, podríamos compartir y contribuir a sus bendiciones.
Fuimos bendecidos al criar a nuestros tres hijos en una nación donde ellos
fueron libres de ser ellos mismos y seguir sus sueños.
Nuestro hijo, Humayun, tenía el sueño de ser un abogado militar. Pero él puso
esos sueños a un lado el día que sacrificó su vida para salvar a sus
compañeros soldados.
Hillary Clinton tenía razón cuando llamó a mi hijo 'lo mejor de Estados Unidos'.
Si fuera por Donald Trump, él nunca hubiera estado en EEUU.
Donald Trump difama constantemente la figura de los musulmanes. Él
irrespeta a otras minorías, mujeres, jueces, incluso a las directivas de su
propio partido. Él promete construir muros y expulsarnos de este país.
Donald Trump, usted pide a los estadounidenses que le confíen su futuro.
Déjeme preguntarle: ¿Alguna vez ha leído siquiera la Constitución de Estados
Unidos? Con gusto le prestaré mi copia. En este documento, busque las
palabras 'libertad' y 'protección igualitaria de la ley'.
¿Alguna vez ha estado en el Cementerio de Arlington? Vaya y mire las tumbas
de los patriotas valientes que murieron defendiendo a Estados Unidos de
América. Verá todos los credos, géneros y etnias.
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@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
Usted no ha sacrificado nada ni a nadie.
No podemos resolver nuestros problemas construyendo muros y sembrando
división.
Juntos somos más fuertes.
Y seguiremos haciéndonos más fuertes cuando Hillary Clinton se convierta en
nuestra presidenta.
En conclusión, le pido a todos los patriotas estadounidenses, a todos los
inmigrantes musulmanes y a todos los inmigrantes no tomar estas elecciones
a la ligera.
Esta es una elección histórica y yo solicito honrar el sacrificio de mi hijo y el
día de las elecciones tómense el tiempo para salir a votar, y voten por la
sanadora, voten por la candidata más fuerte y más calificada, Hillary Clinton,
no por el divisor.
Que Dios los bendiga. Gracias
 Ante la referencia de Khizr Khan a Donald Trump de «no haberse
sacrificado por nada, ni por nadie»:
 El candidato republicano respondió:
"Yo creo que he hecho muchos sacrificios. Yo trabajo muy, muy
duro. He creado miles y miles de empleos, decenas de miles de
empleos, construido grandes estructuras. Yo he tenido un éxito
tremendo. Creo que hecho mucho".
 Ghazala, la madre del joven musulmán fallecido en Irak, publicó un
artículo en The New York Times en el que confiesa que reza y llora a
diario por la pérdida de su hijo. "Donald Trump -concluyó la madredice que ha hecho muchos sacrificios. Él no sabe lo que significa
la palabra sacrificio".
Discurso de Francisca Ortiz y Karla Ortiz. Una mamá indocumentada de
México y su hija, Karla, de 11 años nacida en Las Vegas se tomaron el
escenario en el día inaugural de la Convención Nacional Demócrata sobre el
temor que viven a diario de que Francisca sea deportada por su estatus
migratorio.
Valiente.
Así me llamó Hillary Clinton cuando le dije que estaba preocupada de que mis
padres serían deportados. Desde que era pequeña, veía que mis padres
siempre lloraban sin que yo entendiera por qué.
Soy americana.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
Nací en Las Vegas. Mis padres vinieron a este país buscando una mejor vida…
buscando el sueño americano.
Pero yo no me siento valiente todos los días. La mayoría de los días tengo
miedo… De que en cualquier momento mi mamá y mi papá serán obligados
a irse de este país. Me pregunto… ¿qué pasará si llego a mi hogar y lo
encuentro vacío?
Quiero que mis padres me vean hacer experimentos científicos y encontrar
piedras poco comunes en el desierto. Quiero convertirme en una abogada
para poder ayudar a otras familias.
Tengo esperanza.
Hillary Clinton me dijo que haría todo lo que pueda para ayudarnos. Me dijo
que yo ya no tenía que preocuparme, porque de eso se encargará ella. Ella
quiere que yo tenga las preocupaciones de una niña de once años, no el peso
del mundo entero en mis hombros.
Francisca Ortiz:
Valiente…Brave
Como todos los padres, trabajamos duro para proveer a nuestros hijos con
una mejor vida, viviendo cada día con la esperanza de que nuestros esfuerzos
aseguren que sus sueños sean realizados.
El sistema de inmigración necesita ser mejorado para que todas las familias
puedan estar juntas y puedan alcanzar al sueño americano.
Karla Ortiz:
Sabemos que Hillary luchará por todas nuestras familias…por esperanza…por
el sueño americano.
¡Hillary Clinton para presidenta!
Discurso de Barack Obama
Hello, America.
Twelve years ago tonight, I addressed this convention for the very first time.
You met my two little girls, Malia and Sasha — now two amazing young women who
just fill me with pride. You fell for my brilliant wife and partner Michelle, who’s made
me a better father and a better man; who’s gone on to inspire our nation as First
Lady; and who somehow hasn’t aged a day.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
I know the same can’t be said for me. My girls remind me all the time. Wow, you’ve
changed so much, daddy.
And it’s true — I was so young that first time in Boston. Maybe a little nervous
addressing such a big crowd. But I was filled with faith; faith in America — the
generous, bighearted, hopeful country that made my story — indeed, all of our
stories — possible.
A lot’s happened over the years. And while this nation has been tested by war and
recession and all manner of challenge — I stand before you again tonight, after almost
two terms as your President, to tell you I am even more optimistic about the future
of America.
How could I not be — after all we’ve achieved together?
After the worst recession in 80 years, we’ve fought our way back. We’ve seen deficits
come down, 401(k)s recover, an auto industry set new records, unemployment reach
eight-year lows, and our businesses create 15 million new jobs.
After a century of trying, we declared that health care in America is not a privilege
for a few, but a right for everybody. After decades of talk, we finally began to wean
ourselves off foreign oil, and doubled our production of clean energy.
We brought more of our troops home to their families, and delivered justice to Osama
bin Laden. Through diplomacy, we shut down Iran’s nuclear weapons program,
opened up a new chapter with the people of Cuba, and brought nearly 200 nations
together around a climate agreement that could save this planet for our kids.
We put policies in place to help students with loans; protect consumers from fraud;
and cut veteran homelessness almost in half. And through countless acts of quiet
courage, America learned that love has no limits, and marriage equality is now a
reality across the land.
By so many measures, our country is stronger and more prosperous than it was
when we started.
And through every victory and every setback, I’ve insisted that change is never easy,
and never quick; that we wouldn’t meet all of our challenges in one term, or one
presidency, or even in one lifetime.
So tonight, I’m here to tell you that yes, we still have more work to do. More work
to do for every American still in need of a good job or a raise, paid leave or a decent
retirement; for every child who needs a sturdier ladder out of poverty or a worldclass education; for everyone who hasn’t yet felt the progress of these past seven
and a half years. We need to keep making our streets safer and our criminal justice
system fairer; our homeland more secure, and our world more peaceful and
sustainable for the next generation. We’re not done perfecting our union, or living
up to our founding creed — that all of us are created equal and free in the eyes of
God.
That work involves a big choice this November. Fair to say, this is not your typical
election. It’s not just a choice between parties or policies; the usual debates between
left and right. This is a more fundamental choice — about who we are as a people,
and whether we stay true to this great American experiment in self-government.
Look, we Democrats have always had plenty of differences with the Republican Party,
and there’s nothing wrong with that; it’s precisely this contest of ideas that pushes
our country forward.
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
But what we heard in Cleveland last week wasn’t particularly Republican — and it sure
wasn’t conservative. What we heard was a deeply pessimistic vision of a country
where we turn against each other, and turn away from the rest of the world. There
were no serious solutions to pressing problems — just the fanning of resentment, and
blame, and anger, and hate.
And that is not the America I know.
The America I know is full of courage, and optimism, and ingenuity. The America I
know is decent and generous. Sure, we have real anxieties — about paying the bills,
protecting our kids, caring for a sick parent. We get frustrated with political gridlock,
worry about racial divisions; are shocked and saddened by the madness of Orlando
or Nice. There are pockets of America that never recovered from factory closures;
men who took pride in hard work and providing for their families who now feel
forgotten; parents who wonder whether their kids will have the same opportunities
we had.
All that is real. We’re challenged to do better; to be better. But as I’ve traveled this
country, through all fifty states; as I’ve rejoiced with you and mourned with you,
what I’ve also seen, more than anything, is what is right with America. I see people
working hard and starting businesses; people teaching kids and serving our country.
I see engineers inventing stuff, and doctors coming up with new cures. I see a
younger generation full of energy and new ideas, not constrained by what is, ready
to seize what ought to be.
Most of all, I see Americans of every party, every background, every faith who
believe that we are stronger together — black, white, Latino, Asian, Native American;
young and old; gay, straight, men, women, folks with disabilities, all pledging
allegiance, under the same proud flag, to this big, bold country that we love.
That’s the America I know. And there is only one candidate in this race who believes
in that future, and has devoted her life to it; a mother and grandmother who’d do
anything to help our children thrive; a leader with real plans to break down barriers,
blast through glass ceilings, and widen the circle of opportunity to every single
American — the next President of the United States, Hillary Clinton.
Now, eight years ago, Hillary and I were rivals for the Democratic nomination. We
battled for a year and a half. Let me tell you, it was tough, because Hillary’s tough.
Every time I thought I might have that race won, Hillary just came back stronger.
But after it was all over, I asked Hillary to join my team. She was a little surprised,
but ultimately said yes — because she knew that what was at stake was bigger than
either of us. And for four years, I had a front-row seat to her intelligence, her
judgment, and her discipline. I came to realize that her unbelievable work ethic
wasn’t for praise or attention — that she was in this for everyone who needs a
champion. I understood that after all these years, she has never forgotten just who
she’s fighting for.
Hillary’s still got the tenacity she had as a young woman working at the Children’s
Defense Fund, going door to door to ultimately make sure kids with disabilities could
get a quality education.
She’s still got the heart she showed as our First Lady, working with Congress to help
push through a Children’s Health Insurance Program that to this day protects millions
of kids.
@antonigr
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Convención demócrata
She’s still seared with the memory of every American she met who lost loved ones
on 9/11, which is why, as a Senator from New York, she fought so hard for funding
to help first responders; why, as Secretary of State, she sat with me in the Situation
Room and forcefully argued in favor of the mission that took out bin Laden.
You know, nothing truly prepares you for the demands of the Oval Office. Until you’ve
sat at that desk, you don’t know what it’s like to manage a global crisis, or send
young people to war. But Hillary’s been in the room; she’s been part of those
decisions. She knows what’s at stake in the decisions our government makes for the
working family, the senior citizen, the small business owner, the soldier, and the
veteran. Even in the middle of crisis, she listens to people, and keeps her cool, and
treats everybody with respect. And no matter how daunting the odds; no matter how
much people try to knock her down, she never, ever quits.
That’s the Hillary I know. That’s the Hillary I’ve come to admire. And that’s why I
can say with confidence there has never been a man or a woman more qualified than
Hillary Clinton to serve as President of the United States of America.
And, by the way, in case you were wondering about her judgment, look at her choice
of running mate. Tim Kaine is as good a man, as humble and committed a public
servant, as anyone I know. He will be a great Vice President, and he’ll make Hillary
a better President. Just like my dear friend and brother Joe Biden has made me a
better President.
Now, Hillary has real plans to address the concerns she’s heard from you on the
campaign trail. She’s got specific ideas to invest in new jobs, to help workers share
in their company’s profits, to help put kids in preschool, and put students through
college without taking on a ton of debt. That’s what leaders do.
And then there’s Donald Trump. He’s not really a plans guy. Not really a facts guy,
either. He calls himself a business guy, which is true, but I have to say, I know plenty
of businessmen and women who’ve achieved success without leaving a trail of
lawsuits, and unpaid workers, and people feeling like they got cheated.
Does anyone really believe that a guy who’s spent his 70 years on this Earth showing
no regard for working people is suddenly going to be your champion? Your voice? If
so, you should vote for him. But if you’re someone who’s truly concerned about
paying your bills, and seeing the economy grow, and creating more opportunity for
everybody, then the choice isn’t even close. If you want someone with a lifelong
track record of fighting for higher wages, better benefits, a fairer tax code, a bigger
voice for workers, and stronger regulations on Wall Street, then you should vote for
Hillary Clinton.
And if you’re concerned about who’s going to keep you and your family safe in a
dangerous world — well, the choice is even clearer. Hillary Clinton is respected around
the world not just by leaders, but by the people they serve. She’s worked closely
with our intelligence teams, our diplomats, our military. And she has the judgment,
the experience, and the temperament to meet the threat from terrorism. It’s not
new to her. Our troops have pounded ISIL without mercy, taking out leaders, taking
back territory. I know Hillary won’t relent until ISIL is destroyed. She’ll finish the
job — and she’ll do it without resorting to torture, or banning entire religions from
entering our country. She is fit to be the next Commander-in-Chief.
Meanwhile, Donald Trump calls our military a disaster. Apparently, he doesn’t know
the men and women who make up the strongest fighting force the world has ever
known. He suggests America is weak. He must not hear the billions of men, women,
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
and children, from the Baltics to Burma, who still look to America to be the light of
freedom, dignity, and human rights. He cozies up to Putin, praises Saddam Hussein,
and tells the NATO allies that stood by our side after 9/11 that they have to pay up
if they want our protection. Well, America’s promises do not come with a price tag.
We meet our commitments. And that’s one reason why almost every country on
Earth sees America as stronger and more respected today than they did eight years
ago.
America is already great. America is already strong. And I promise you, our strength,
our greatness, does not depend on Donald Trump.
In fact, it doesn’t depend on any one person. And that, in the end, may be the
biggest difference in this election — the meaning of our democracy.
Ronald Reagan called America “a shining city on a hill.” Donald Trump calls it “a
divided crime scene” that only he can fix. It doesn’t matter to him that illegal
immigration and the crime rate are as low as they’ve been in decades, because he’s
not offering any real solutions to those issues. He’s just offering slogans, and he’s
offering fear. He’s betting that if he scares enough people, he might score just
enough votes to win this election.
That is another bet that Donald Trump will lose. Because he’s selling the American
people short. We are not a fragile or frightful people. Our power doesn’t come from
some self-declared savior promising that he alone can restore order. We don’t look
to be ruled. Our power comes from those immortal declarations first put to paper
right here in Philadelphia all those years ago; We hold these truths to be self-evident,
that all men are created equal; that together, We, the People, can form a more
perfect union.
That’s who we are. That’s our birthright — the capacity to shape our own destiny.
That’s what drove patriots to choose revolution over tyranny and our GIs to liberate
a continent. It’s what gave women the courage to reach for the ballot, and marchers
to cross a bridge in Selma, and workers to organize and fight for better wages.
America has never been about what one person says he’ll do for us. It’s always been
about what can be achieved by us, together, through the hard, slow, sometimes
frustrating, but ultimately enduring work of self-government.
And that’s what Hillary Clinton understands. She knows that this is a big, diverse
country, and that most issues are rarely black and white. That even when you’re 100
percent right, getting things done requires compromise. That democracy doesn’t
work if we constantly demonize each other. She knows that for progress to happen,
we have to listen to each other, see ourselves in each other, fight for our principles
but also fight to find common ground, no matter how elusive that may seem.
Hillary knows we can work through racial divides in this country when we realize the
worry black parents feel when their son leaves the house isn’t so different than what
a brave cop’s family feels when he puts on the blue and goes to work; that we can
honor police and treat every community fairly. She knows that acknowledging
problems that have festered for decades isn’t making race relations worse — it’s
creating the possibility for people of good will to join and make things better.
Hillary knows we can insist on a lawful and orderly immigration system while still
seeing striving students and their toiling parents as loving families, not criminals or
rapists; families that came here for the same reasons our forebears came — to work,
and study, and make a better life, in a place where we can talk and worship and love
@antonigr
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Antoni Gutiérrez-Rubí
Convención demócrata
as we please. She knows their dream is quintessentially American, and the American
Dream is something no wall will ever contain.
It can be frustrating, this business of democracy. Trust me, I know. Hillary knows,
too. When the other side refuses to compromise, progress can stall. Supporters can
grow impatient, and worry that you’re not trying hard enough; that you’ve maybe
sold out.
But I promise you, when we keep at it; when we change enough minds; when we
deliver enough votes, then progress does happen. Just ask the twenty million more
people who have health care today. Just ask the Marine who proudly serves his
country without hiding the husband he loves. Democracy works, but we gotta want
it — not just during an election year, but all the days in between.
So if you agree that there’s too much inequality in our economy, and too much
money in our politics, we all need to be as vocal and as organized and as persistent
as Bernie Sanders’ supporters have been. We all need to get out and vote for
Democrats up and down the ticket, and then hold them accountable until they get
the job done.
If you want more justice in the justice system, then we’ve all got to vote — not just
for a President, but for mayors, and sheriffs, and state’s attorneys, and state
legislators. And we’ve got to work with police and protesters until laws and practices
are changed.
If you want to fight climate change, we’ve got to engage not only young people on
college campuses, but reach out to the coal miner who’s worried about taking care
of his family, the single mom worried about gas prices.
If you want to protect our kids and our cops from gun violence, we’ve got to get the
vast majority of Americans, including gun owners, who agree on background checks
to be just as vocal and determined as the gun lobby that blocks change through
every funeral we hold. That’s how change will happen
Look, Hillary’s got her share of critics. She’s been caricatured by the right and by
some folks on the left; accused of everything you can imagine — and some things
you can’t. But she knows that’s what happens when you’re under a microscope for
40 years. She knows she’s made mistakes, just like I have; just like we all do. That’s
what happens when we try. That’s what happens when you’re the kind of citizen
Teddy Roosevelt once described — not the timid souls who criticize from the sidelines,
but someone “who is actually in the arena…who strives valiantly; who errs…[but]
who at the best knows in the end the triumph of high achievement.”
Hillary Clinton is that woman in the arena. She’s been there for us — even if we
haven’t always noticed. And if you’re serious about our democracy, you can’t afford
to stay home just because she might not align with you on every issue. You’ve got
to get in the arena with her, because democracy isn’t a spectator sport. America isn’t
about “yes he will.” It’s about “yes we can.” And we’re going to carry Hillary to victory
this fall, because that’s what the moment demands.
You know, there’s been a lot of talk in this campaign about what America’s lost —
people who tell us that our way of life is being undermined by pernicious changes
and dark forces beyond our control. They tell voters there’s a “real America” out
there that must be restored. This isn’t an idea that started with Donald Trump. It’s
been peddled by politicians for a long time — probably from the start of our Republic.
@antonigr
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And it’s got me thinking about the story I told you twelve years ago tonight, about
my Kansas grandparents and the things they taught me when I was growing up.
They came from the heartland; their ancestors began settling there about 200 years
ago. They were Scotch-Irish mostly, farmers, teachers, ranch hands, pharmacists,
oil rig workers. Hardy, small town folks. Some were Democrats, but a lot of them
were Republicans. My grandparents explained that they didn’t like show-offs. They
didn’t admire braggarts or bullies. They didn’t respect mean-spiritedness, or folks
who were always looking for shortcuts in life. Instead, they valued traits like honesty
and hard work. Kindness and courtesy. Humility; responsibility; helping each other
out.
That’s what they believed in. True things. Things that last. The things we try to teach
our kids.
And what my grandparents understood was that these values weren’t limited to
Kansas. They weren’t limited to small towns. These values could travel to Hawaii;
even the other side of the world, where my mother would end up working to help
poor women get a better life. They knew these values weren’t reserved for one race;
they could be passed down to a half-Kenyan grandson, or a half-Asian
granddaughter; in fact, they were the same values Michelle’s parents, the
descendants of slaves, taught their own kids living in a bungalow on the South Side
of Chicago. They knew these values were exactly what drew immigrants here, and
they believed that the children of those immigrants were just as American as their
own, whether they wore a cowboy hat or a yarmulke; a baseball cap or a hijab.
America has changed over the years. But these values my grandparents taught me —
they haven’t gone anywhere. They’re as strong as ever; still cherished by people of
every party, every race, and every faith. They live on in each of us. What makes us
American, what makes us patriots, is what’s in here. That’s what matters. That’s why
we can take the food and music and holidays and styles of other countries, and blend
it into something uniquely our own. That’s why we can attract strivers and
entrepreneurs from around the globe to build new factories and create new industries
here. That’s why our military can look the way it does, every shade of humanity,
forged into common service.
That’s why anyone who threatens our values, whether fascists or communists or
jihadists or homegrown demagogues, will always fail in the end.
That’s America. Those bonds of affection; that common creed. We don’t fear the
future; we shape it, embrace it, as one people, stronger together than we are on our
own. That’s what Hillary Clinton understands — this fighter, this stateswoman, this
mother and grandmother, this public servant, this patriot — that’s the America she’s
fighting for.
And that’s why I have confidence, as I leave this stage tonight, that the Democratic
Party is in good hands. My time in this office hasn’t fixed everything; as much as
we’ve done, there’s still so much I want to do. But for all the tough lessons I’ve had
to learn; for all the places I’ve fallen short; I’ve told Hillary, and I’ll tell you what’s
picked me back up, every single time.
It’s been you. The American people.
It’s the letter I keep on my wall from a survivor in Ohio who twice almost lost
everything to cancer, but urged me to keep fighting for health care reform, even
when the battle seemed lost. Do not quit.
@antonigr
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Convención demócrata
It’s the painting I keep in my private office, a big-eyed, green owl, made by a seven
year-old girl who was taken from us in Newtown, given to me by her parents so I
wouldn’t forget — a reminder of all the parents who have turned their grief into action.
It’s the small business owner in Colorado who cut most of his own salary so he
wouldn’t have to lay off any of his workers in the recession — because, he said, “that
wouldn’t have been in the spirit of America.”
It’s the conservative in Texas who said he disagreed with me on everything, but
appreciated that, like him, I try to be a good dad.
It’s the courage of the young soldier from Arizona who nearly died on the battlefield
in Afghanistan, but who’s learned to speak and walk again — and earlier this year,
stepped through the door of the Oval Office on his own power, to salute and shake
my hand.
It’s every American who believed we could change this country for the better, so
many of you who’d never been involved in politics, who picked up phones, and hit
the streets, and used the internet in amazing new ways to make change happen.
You are the best organizers on the planet, and I’m so proud of all the change you’ve
made possible.
Time and again, you’ve picked me up. I hope, sometimes, I picked you up, too.
Tonight, I ask you to do for Hillary Clinton what you did for me. I ask you to carry
her the same way you carried me. Because you’re who I was talking about twelve
years ago, when I talked about hope — it’s been you who’ve fueled my dogged faith
in our future, even when the odds are great; even when the road is long. Hope in
the face of difficulty; hope in the face of uncertainty; the audacity of hope!
America, you have vindicated that hope these past eight years. And now I’m ready
to pass the baton and do my part as a private citizen. This year, in this election, I’m
asking you to join me — to reject cynicism, reject fear, to summon what’s best in us;
to elect Hillary Clinton as the next President of the United States, and show the world
we still believe in the promise of this great nation.
Thank you for this incredible journey. Let’s keep it going. God bless the United States
of America.
@antonigr
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