Download control de armas - Consejo General de Policía

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Transcript
RESPONSABILIDAD
DESARME
ÉTICA
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
EQUILIBRIO
PAZ
COMUNICACIÓN
RECOMENDACIONES
PARA EL DESARROLLO
DE UNA POLÍTICA
COMUNICACIONAL
CONVIVENCIA
SEGURA
Y DESARME
CONTROL DE ARMAS
EQUILIBRIO PAZ
PARTICIPACIÓN
FORMACIÓN VIVIR BIEN
DESARME
ÉTICA
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
RESPONSABILIDAD
CONTROL DE ARMAS
PARTICIPACIÓN
COMUNICACIÓN
Y DESARME
Recomendaciones
para el desarrollo
de una política
comunicacional
2
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
Tareck El Aissami
Ministro del Poder Popular para
Relaciones Interiores y Justicia,
Presidente de la Comisión
Joel Espinoza
Director de Actuación Procesal
del Ministerio Público
Secretaría Técnica
Reynaldo Hidalgo
Profesor de la Universidad de Los Andes
Pablo E. Fernández Blanco
Secretario Técnico de la Comisión
Presidencial para el Control de Armas,
Municiones y Desarme
Edwin Rojas
Viceministro de Política Interior
y Seguridad Jurídica
Gerardo Ygnacio
Velásquez R.
Director General de Armas y Explosivos
(daex), del Ministerio del Poder Popular
para la Defensa
Alejandra Guédez
Orbegozo
Coordinadora del Despacho de la
Secretaría Técnica y Coordinadora
de Campaña
Edgar Barrientos
Viceministro del Sistema
Integrado de Policía
José David Cabello
Superintendente Nacional Aduanero
y Tributario (Seniat)
José Humberto Ramírez
Director General del Cuerpo de
Investigaciones Científicas, Penales
y Criminalísticas
Gerardo Trotta Arnone
Presidente de la Federación
Venezolana de Tiro
Reynaldo Hidalgo
Coordinador de Aspectos Jurídicos
y Medidas Especiales. Coordinador
de Investigación y Diagnóstico
Néstor Reverol
Viceministro de Prevención
y Seguridad Ciudadana
Luis Fernández
Director General de la Policía
Nacional Bolivariana
Tibayde Hernández
Directora General de Derechos Humanos
del Ministerio del Poder Popular para
Relaciones Interiores y Justicia
Ninoska Queipo
Presidenta de la Sala de Casación
Penal del Tribunal Supremo de Justicia
Freddy Bernal
Diputado a la Asamblea Nacional
Investigadora responsable:
Gabriela Arenas de Meneses
Asesores:
Aglez Blanco
Javier Barrios
Coordinación de publicación:
Aglez Blanco
Edición de textos:
Aglez Blanco
Corrección:
Aglez Blanco,
Emilia Miranda Jaimes
y Leo Felipe Campos
Transcripción de textos:
María Antonia Erminy
María Esperanza Farías
Aurora Quintero
Montaje:
Helena Maso
Ana María Sanjuan
Profesora de la Universidad
Central de Venezuela
Jesús Machado
Representante del Centro de
Investigación
y Acción Social Gumilla
Pablo Eugenio
Fernández Blanco
Coordinador General de la Red de Apoyo
por la Justicia y la Paz y Secretario
Técnico de la Comisión Presidencial
Maureen Riveros
Coordinadora de Consulta
y Sistematización
Aglez Blanco
Coordinadora de Comunicaciones
Luis Rivas
Coordinador de la Unidad
Administrativa
Sergio Otero
Coordinador de la Unidad
de Planificación
Josefina Trompetera
Coordinadora de la Unidad
de Talento Humano
Hecho Depósito de Ley
Depósito legal:
lf80020123554517
ISBN:
978-980-7492-06-5
Dirección:
Av. Venezuela de El Rosal.
Torre Mariana, P.B.
Caracas - Venezuela.
Twitter: @comisiondesarme
Facebook: Comisión Desarme
Youtube: comisión desarme
www.comisionpresidencialdesarme.gob.ve
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
índice
presentación................................................................................................................................................ 5
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................................. 9
metodología ................................................................................................................................................
OBJETIVOS ...........................................................................................................................................................
Objetivo general..........................................................................................................................................
Objetivos específicos..............................................................................................................................
Tipo de investigación..............................................................................................................................
Diseño de investigación.......................................................................................................................
1
13
13
13
13
13
14
Experiencias previas en materia de comunicaciones para
promover procesos de control de armas y desarme.............. 17
Contexto.......................................................................................................................................................... 19
Caracterización de la violencia en América Latina...................................................... 20
La comunicación en procesos de control de armas, municiones
y desarme en América Latina......................................................................................................... 28
La información en procesos de desarme ............................................................................ 28
Legitimidad de las propuestas para el desarme, control de armas
y municiones, y construcción de paz ..................................................................................... 34
Participación del Estado, medios de comunicación y comunidades
organizadas en procesos de desarme y construcción de paz ........................... 38
Análisis de estrategias y experiencias de comunicación para la
promoción de una convivencia pacífica en América Latina ............................... 44
2
3
POLÍTICAS PÚBLICAS DEL ESTADO VENEZOLANO EN PROCESOS
DE DESARME Y ROL DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN........................ 49
SITUACIÓN ACTUAL EN VENEZUELA A PARTIR DE LA VOZ
DE ESPECIALISTAS, DIRECTORES DE MEDIOS, PERIODISTAS
Y ORGANIZACIONES COMUNITARIAS ............................................................................... 63
Contexto......................................................................................................................................................... 65
Académicos ................................................................................................................................................... 66
Directores de medios o jefes de información ................................................................... 67
Periodistas ....................................................................................................................................................... 67
Líderes de proyectos de construcción de paz ................................................................. 68
Organizaciones comunitarias consultadas ......................................................................... 73
Resultados de las entrevistas a académicos, directores de medios,
periodistas, líderes de proyectos de construcción de paz
y organizaciones comunitarias......................................................................................................... 77
4
RECOMENDACIONES EN POLÍTICAS PÚBLICAS COMUNICACIONALES
PARA PROMOVER PROCESOS DE CONTROL DE ARMAS, MUNICIONES
Y DESARME, Y CULTURA DE PAZ .................................................................................................. 93
Principios generales..................................................................................................................... 95
Recomendaciones generales y acciones propuestas.............. 96
Acceso a la información oficial .................................................................................................... 97
Tratamiento informativo ................................................................................................................... 98
Responsabilidad ética en la comunicación ....................................................................... 98
Formación y educomunicación ................................................................................................... 99
Comunicación y organización comunitaria ...................................................................... 100
Campañas a favor de la paz y el desarme ........................................................................... 100
Legitimidad y respaldo de la política ...................................................................................... 102
Participación y comunicación para la convivencia pacífica ................................ 102
Notas............................................................................................................................................................................ 103
5
p r e s e n ta c i ó n
E
n Venezuela, en los últimos años, se ha abierto un debate importante sobre el rol que
deben jugar los medios de comunicación social en el tratamiento de la información
relacionada con hechos violentos. Esta discusión se ha puesto de manifiesto por el
manejo político que han hecho y hacen algunos medios de las denominadas “noticias de sucesos”, desde las cuales se magnifica y sobredimensiona el problema de la violencia. Esto trae
como consecuencia un doble efecto: la sobre-explotación de la victimización delictiva y la
invisibilización de las acciones del Estado para su prevención.
Ante esta realidad, el equipo de Comunicaciones de la Comisión Presidencial para el
Control de Armas, Municiones y Desarme desarrolló una investigación para conocer: ¿Cuál
es la rigurosidad y el tratamiento ético que se le debe dar al tema? ¿De qué forma los medios
pueden fomentar la construcción de una cultura de paz? ¿Cuáles son los mecanismos que el
Estado venezolano puede adoptar para promover una comunicación ética y responsable?
Para responder a cada una de estas interrogantes se llevó a cabo el estudio que aquí se
presenta: Comunicación y Desarme. Recomendaciones para el desarrollo de una política
comunicacional. Este documento reúne una serie de principios, necesidades y tareas que
buscan redescubrir las funciones educativas y formativas de los medios de comunicación
para coadyuvar en la construcción de una cultura de paz. En sus páginas también se identifican las acciones concretas que las instituciones públicas pueden implementar para estimular
un tratamiento adecuado y responsable del tema de la violencia, especialmente el relacionado
con las armas de fuego. Es indispensable que los medios generen cambios en el lenguaje y en
la simbología de la información para evitar la producción de contenidos sensacionalistas y la
manipulación informativa. Esta es una tarea ardua, sí, pero imprescindible. Urgente.
Con esta publicación queremos contribuir con esta labor y seguir alimentando el debate. En sus cuatro capítulos se encuentran aportes y propuestas para que el Estado, los medios
y las comunidades organizadas logren abordar el tema de la violencia como un problema
multifactorial relacionado con diversos ámbitos de la vida ciudadana.
En el primer capítulo, se realiza un análisis completo de las experiencias comunicacionales que se desarrollaron en Argentina, Brasil y Colombia. Estas prácticas contribuyeron a
sembrar conciencia; y plantear la importancia del desarme en la población civil, sumado al
desarrollo de acciones llevadas a cabo por las autoridades competentes para brindar seguridad a la población. La experiencia acumulada por estos países refleja que la manera en que
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
6
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
estos temas son manejados en la agenda pública puede contribuir en el éxito o fracaso de los
esfuerzos de construcción de paz.
En el segundo capítulo, se examinan las políticas públicas que, en materia de control de
armas, ha desarrollado Venezuela desde el siglo XIX hasta la actualidad y el comportamiento
de los medios durante la aplicación de las mismas. En este apartado se hace especial énfasis
en las dos concepciones de seguridad: la primera consiste en la noción positivista del orden
público, en la cual surgen discursos como: “mano dura” y “plomo al hampa” que legitimaron
las políticas represivas para atacar la inseguridad. Casi siempre aplicadas a los sectores sociales más pobres. El segundo concepto que se analiza es el de seguridad ciudadana que se
establece a partir de la promulgación de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Desde esta nueva visión se garantiza la vida de las personas y sus propiedades, pero
priva el respecto por los derechos humanos.
También se explica en esta sección, cómo durante la llamada “cuarta república” la cobertura mediática nunca destacó el desarme y la violencia asociada al uso de armas de fuego
en su agenda de temas. Sin embargo, esto cambió en los últimos años. Algunos medios privados –audiovisuales, impresos y digitales– se constituyeron en una tribuna política incorporando con mucha fuerza la inseguridad y violencia en su agenda noticiosa.
En el tercer capítulo, se desarrollan entrevistas con académicos de larga trayectoria en
el área de la comunicación, directores de medios, periodistas especializados en la fuente de
“sucesos” y líderes de organizaciones comunitarias. Desde allí: Fernando Buen Abad, Marcelino Bisbal; Maryclen Stelling, Cenovia Casas, Vanessa Davies, Gerardo Lombardi, Eleazar
Díaz Rangel, Tania Díaz, Thabata Molina, Pedro García, Wilmer Poleo, Luisa Pernalete, Patricia Clarembaux y Pablo Fernández presentaron sus ideas, reflexiones y propuestas para la
formulación de una política comunicacional, adaptada a las características de la situación
venezolana.
Dentro de este análisis fueron fundamentales los aportes extraídos de los encuentros
con las organizaciones comunitarias: Bájale Dos (Distrito Capital), Universitarios en fronteras (Táchira), Fundación por la dignidad sagrada de las personas (Ciudad Bolívar) y de las
Madres Promotoras de paz en Catuche (Distrito Capital) y San Félix (Ciudad Bolívar). Mediante estos encuentros se logró escuchar y registrar la voz de quienes se dedican a incentivar
el desarme y la convivencia pacífica, junto a quienes han sido beneficiarios de sus acciones.
Finalmente, el cuarto apartado, destaca una serie de recomendaciones en materia comunicacional para acompañar estratégicamente las políticas de control de armas, municiones y desarme, así como las acciones de promoción de paz en nuestro país. Algunas de estas
propuestas son:
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
»»
Generar mecanismos de publicación y difusión de información oficial relacionada con
hechos violentos.
»»
Promover espacios de encuentro permanente con medios de comunicación para que
los mismos generen medidas de supervisión y análisis de los tratamientos y producción
de contenidos sobre violencia.
»»
Desarrollar programas de formación dirigido a todos los actores que intervienen en el
hecho comunicacional.
»»
Promover la revisión del Código de Ética del Periodista Venezolano.
»»
Fomentar una política de estímulos e incentivos para aquellos medios que desarrollen
campañas de promoción de paz y convivencia.
»»
Fortalecer las experiencias comunitarias de disminución de violencia.
»»
Crear una instancia que promueva el debate crítico sobre el rol que deben jugar los
medios en la reducción de este flagelo.
»»
Organizar una Red Nacional de Creadores de Contenidos.
Todos estos y otros aportes se encuentran en esta publicación. Los medios tienen mucho que aportar en procesos de difusión de información que deslegitime la violencia y posicione los temas en pro de una convivencia pacífica en la opinión pública. Sin embargo, cada
esfuerzo que se haga en esta dirección debe trascender la diatriba política. ✱
Aglez Blanco
Coordinadora de Comunicaciones
de la Comisión Presidencial para el Control
de Armas, Municiones y Desarme
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
7
8
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
9
INTR O D U CCIÓN
L
a violencia es un problema complejo, con múltiples causas y facetas, que se ha extendido en la sociedad manifestándose como: delincuencia, violencia urbana, acoso escolar,
violencia conyugal, maltrato infantil, abuso sexual, violencia intrafamiliar, maltrato a
personas con discapacidad o adultos y adultas mayores, entre otros.
De acuerdo con el Informe de América Latina en el marco del Estudio Mundial de las
Naciones Unidas sobre la violencia contra niños, niñas y adolescentes realizado en 2006, la
situación de Latinoamérica es una de las más graves en el mundo debido a los altos índices
que se presentan en distintos niveles de interacción social, especialmente, en lo que se refiere
al entorno de los adolescentes y jóvenes entre 15 y 24 años de edad.
La situación de la violencia en la región se agrava debido a la configuración de las
estructuras socioeconómicas de los países, el bajo nivel de logro educativo y la formación
cultural de los ciudadanos y ciudadanas. Adicionalmente, “muchas de las políticas de ajuste
se han desarrollado sin un rostro humano, por lo que América Latina y el Caribe sufre una
doble crisis: de generación de ingresos familiares y de desaparición de beneficios sociales, que
agudizan tanto las disparidades como la pobreza, y ello en la práctica significa una violación
sistemática de los derechos sociales y económicos de las familias”1.
En Venezuela, la situación socioeconómica y los programas sociales presentan indicadores más positivos que muchos otros países de la región. Sin embargo, las últimas estadísticas oficiales publicadas en el Anuario de Mortalidad 2008 del Ministerio del Poder Popular
para la Salud señalan el homicidio/suicidio como la primera causa de muerte en jóvenes entre
15 y 24 años. Al respecto: “Para el año 2010, el 94% de las muertes registradas por el Cuerpo
de Investigación Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) fueron homicidios cometidos
con armas de fuego”2.
Esta situación motivó, en 2011, la creación de una Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme, que tiene entre sus atribuciones: “diseñar y recomendar a los órganos y entes competentes, directrices para la elaboración de campañas comunicacionales que señalen aspectos contundentes acerca del riesgo que representa el uso de armas
de fuego para la seguridad personal, familiar, comunitaria, para el buen vivir, y que estimulen
una cultura de paz y convivencia ciudadana y la cultura de la vida”3.
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
Para ello, resulta fundamental conocer la importancia que tiene la comunicación no
sólo en el tratamiento y promoción de temas vinculados con la construcción de paz; también
es vital comprender “que nuestro tiempo, y por ende los fenómenos sociales que se presentan
en él, no pueden dejar de ser descritos, explicados, comprendidos y ampliados sin tener en
cuenta lo fundamental que se ha vuelto para nuestras vidas la presencia de la mirada comunicacional4.
Esta visión y el impacto que tienen los mensajes transmitidos, a través de los medios
de comunicación no pueden juzgarse a priori, sin considerar otros factores que influyen las
comunicaciones, sobre todo en procesos asociados a la construcción de una cultura de paz
en las sociedades.
Tomemos como ejemplo el referéndum sobre la comercialización de armas realizado en
Brasil el 23 de octubre de 2005, donde el “NO” a la prohibición ganó por una amplia ventaja5,
a pesar de que los ciudadanos conocían los beneficios del Estatuto de Desarme aprobado en
2003, el cual evitó en su primer año de vigencia la muerte de cinco mil personas6.
De acuerdo con la investigación presentada por el Dr. Ricardo Fabrino Mendonça*,
la consulta popular llevó a 95.375.824 ciudadanos brasileros a las urnas para responder la
siguiente pregunta: ¿debe prohibirse en Brasil el comercio de armas de fuego y municiones?
“El resultado de la consulta fue una victoria del ‘NO’ con 63,94% de los votos, mientras que
el ‘SÍ’ sólo alcanzó un 36,06%”7.
Algunos factores que coadyuvaron a la victoria del “NO”, presentados por diversos autores como Bernardo Sorj**, Christina Vital da Cunha*** y María Aparecida Mota**** fueron: la
falta de planificación estratégica de la campaña del “SÍ”, que se concentró en la inversión de
recursos para contar con la participación de artistas como voceros; la desmovilización de los
activistas por el “SÍ”, quienes tenían la creencia de que la victoria del referéndum sería fácil; y
la falta de apoyo de la mayoría parlamentaria. El 60,8% de los diputados federales no se pronunciaron a favor de ninguna de las opciones.
Sin embargo, tal como señalan Sorj, Vital da Cunha, y Mota: “El factor decisivo que
determinó tal resultado fue la insatisfacción de la población con respecto a la actuación del
gobierno en el área de seguridad pública”8, así como la desconfianza y, el rechazo que generó
en la población el carácter institucional que se dio a la campaña por el “SÍ”.
* Ricardo Fabrino Mendonça es estudioso de teoría democrática y de la relación entre comunicación y política de la Universidad Federal
de Minas Gerais en Brasil.
** Bernardo Sorj es profesor titular de Sociología, IFCS/UFRJ y director del Centro Edelstein de Investigaciones Sociales.
*** Christina Vital da Cunha tiene una maestría en Sociología por el Programa de Posgrado en Sociología y Antropología, IFCS / UFRJ, es
PhD en Ciencias Sociales en el Programa de Postgrado en Ciencias Sociales, PPCIS / UERJ Presidente y Profesor Asociado de Antropología
Cultural en la Universidad Federal Fluminense de Brasil.
**** María Aparecida Mota tiene una maestría en Antropología filosófica de la Universidad de Río Grande do Sul en Brasil.
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
Por esto, es fue importante examinar la complejidad comunicacional que supone tratar
el tema de la violencia y el desarme en la agenda pública; así como estudiar la percepción que
otras sociedades, que han atravesado por procesos similares, tienen en relación a las políticas
públicas en materia de comunicación y a las campañas adelantadas por sus países.
De acuerdo a las consideraciones presentadas, este estudio busca conocer las experiencias previas, que se han dado en el ámbito latinoamericano y nacional, en materia de políticas
públicas en el área de la comunicación para diseñar un pliego de recomendaciones que acompañe estratégicamente el proceso de control de armas, municiones, desarme y construcción
de paz que adelanta Venezuela. ✱
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
11
13
metodología
OBJETIVOS
Objetivo general
Proponer una serie de recomendaciones en políticas públicas de comunicación para
promover procesos de control de armas, municiones y desarme, y cultura de paz.
Objetivos específicos
»» Identificar experiencias previas –en el ámbito latinoamericano y nacional– en materia
de comunicaciones para apoyar procesos de desarme y control de armas.
»»
Establecer las valoraciones que sobre la comunicación en temas de desarme tienen diversos especialistas y organizaciones sociales.
»»
Identificar las acciones que permitirán trazar una política pública comunicacional para el
control de armas, municiones y desarme, adaptada a las características del caso Venezuela.
Tipo de investigación
Esta investigación de tipo mixta se realizó bajo el paradigma interaccionista, el cual
permitió relacionar una variedad de factores que pueden influir en una situación determinada. Bajo este modelo el investigador debía “asociar ciertos elementos para producir un conocimiento de ellos que antes estaba o se presentaba como disociado”.9
Asimismo, se trabajó bajo una perspectiva comparativa-cualitativa que permitió examinar de manera simultánea dos o más acontecimientos para identificar sus posibles diferencias y semejanzas. Para ello, se realizó un análisis de los lenguajes asociados a cada uno de
los fenómenos sociales a estudiar, buscando captar su significado y la valoración que de ellos
hacen quienes forman parte de esas realidades.10
El alcance es de tipo explicativo, lo que de acuerdo con Sierra Bravo* (1979) supone:
“(…) determinar algunos motivos que expliquen más o menos parcialmente los fenómenos sociales o bien precisar los efectos sociales de situaciones nuevas, de transformaciones sufridas, de innovaciones introducidas o de cualquier otro factor que haya
actuado en un grupo, fenómeno o situación social dada. Por ejemplo: se pueden estudiar los efectos de una acción educativa, una campaña (…), de la puesta en práctica
* Restituo Sierra Bravo es profesor titular jubilado de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
14
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
de un programa de desarrollo (…) y se trata de un estudio explicativo si este busca
determinar los efectos de ciertas causas, o al revés, las causas de ciertos efectos”.11
De acuerdo con lo anterior, este estudio tuvo como propósito encontrar la relación entre las políticas públicas comunicacionales para el control de armas, municiones y desarme,
y el establecimiento de una cultura de paz en las sociedades que han pasado por procesos
similares.
Diseño de investigación
Se trabajó en base a un diseño de investigación que permitió elaborar una serie de recomendaciones en materia de políticas públicas comunicacionales para promover procesos de
desarme, control de armas y municiones, y cultura de paz, esto implicó abordar una variedad
de aspectos (etarios, sociales y culturales) relacionados con la percepción y aceptación del
problema de la violencia. Por esta razón, este estudio conjugó estrategias metodológicas de
tipo cualitativo que permitieron explorar experiencias previas, dentro y fuera de las fronteras
venezolanas.
Esta metodología permitió conocer los aportes de quienes abordan el tema en Venezuela, para que pudiesen plantear sus propias soluciones desde lo que estiman es: posible,
probable y aplicable en la cotidianidad nacional. Debido a la complejidad del fenómeno de
la violencia asociada al uso de armas de fuego, esta investigación se planteó bajo un enfoque
integral. De esta manera, se analizaron los aprendizajes y aportes de académicos, especialistas,
directores de medios y periodistas para, finalmente, contrastarlos con las valoraciones de los
miembros de comunidades afectadas por el tema y de las organizaciones de base que enfrentan la realidad diariamente.
En función de satisfacer lo planteado por el paradigma interaccionista, este estudio
comprendió las siguientes técnicas: investigación documental, entrevista semiestructurada y
la Investigación Acción Participativa (IAP). Esto generó una base teórico-práctica que sustenta las propuestas y recomendaciones.
Investigación documental
A través de la investigación documental se revisaron las experiencias previas que otros
países, principalmente latinoamericanos, han tenido en el desarrollo de estrategias comunicacionales para el control de armas, municiones y desarme, entendiendo cómo estas se
relacionan con la seguridad ciudadana y políticas públicas de construcción de paz. En la
selección y revisión de los textos se dio prioridad a lo siguiente: se incluyeron sólo trabajos
de tipo académico, es decir, estudios y publicaciones con una perspectiva teórica del tema, un
planteamiento metodológico, bibliografía de referencia y autores cuya experiencia en investiComisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
gación académica puede ser comprobada a través de las instituciones académicas, instituciones del Estado y organismos internacionales.
Entrevista semiestructurada
Posteriormente, se realizó una serie de entrevistas a especialistas en comunicación, directores de medios de comunicación y periodistas encargados de la generación de información relacionada con violencia, con el propósito de conocer sus valoraciones sobre los datos
recogidos durante la investigación documental.
De acuerdo con Hernández* (2011), la entrevista:
Se basa en una guía de preguntas de carácter flexible (…) cuya herramienta de trabajo es el discurso, de allí se infieren aspectos psicosociales y culturales del sujeto (…)
la entrevista en profundidad se apoya en una serie de temas que pretende desarrollar
y requiere de conocimiento previo de los entrevistados para abonar un acercamiento
interpersonal..12
Las entrevistas, de este estudio, estuvieron relacionadas directamente con las consideraciones comunicacionales asociadas a fenómenos de la violencia generada con armas de fuego
y procesos de desarme. Los especialistas consultados cumplieron con una serie de criterios
preestablecidos, a fin de obtener un grupo multidisciplinario con experiencia en el área.
Investigación Acción Participativa
En el proceso que se llevó a cabo, con organizaciones de base, se utilizó la metodología
IAP. La cual, según Tomás Alberich Nistal** (1994), “tiene sus orígenes en la confluencia de un
conjunto de escuelas críticas de investigación social y de las escuelas de la pedagogía social:
educación popular latinoamericana; las teorías de Paulo Freire***; como la pedagogía de la liberación; Educación de Adultos, (...) que han confluido con bases epistemológicas comunes
europeas (búsqueda de una sociología práctica, socio praxis, sociología dialéctica...)”13.
La Investigación Acción Participativa apunta a la producción de un conocimiento propositivo y transformador, mediante un proceso de debate, reflexión y construcción colectiva
de saberes entre los diferentes actores de un territorio; con el propósito de lograr la transformación social. Lo que representa una base ideal para generar aprendizajes colectivos.
* Gustavo Hernández es Doctor en Ciencias Sociales, ex director del ININCO, y miembro del Consejo de Redacción de la Revista Comunicación del Centro Gumilla.
** Tomás Alberich Nistal es profesor en la Universidad de Jaén, España. PhD en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de
Madrid.
*** Paulo Freire fue uno de los más destacados pedagogos del siglo XX. Recibió el doctorado Honoris Causa de más de 20 universidades y
sus teorías sobre educación han sido puestas en práctica alrededor de todo el mundo. Fue fundador del Movimiento de Educación Popular,
Director de la Fundación Wilson Pinheiro, profesor de la Universidad Católica de Sao Paulo y de la Universidad del Estado de Sao Paulo.
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
15
16
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
Este método combina dos procesos: el de conocer y el de actuar, implicando en ambos
a la población cuya realidad se aborda. Conjuga, además, la teoría y la praxis, lo cual posibilita el aprendizaje, la toma de conciencia crítica de la población sobre su realidad y su acción
transformadora.
En relación a esto podemos citar: “La IAP, por tanto, no rechaza el papel del especialista,
pero sí plantea el para qué y el para quién de la investigación como primer problema a resolver. En una IAP hablamos de objetivar la realidad en una dinámica de investigación que surge
y se desarrolla como proceso en la complementariedad permanente de distintos saberes –el
saber técnico, el saber cotidiano–. En este sentido, podríamos referirnos a una construcción
dialéctica del saber que parte de considerar al objeto a investigar como sujeto (protagonista
de la investigación) y a la finalidad de la investigación como transformación social. Este tipo
de construcción, enmarcada en un proceso de investigación colectivo, genera como síntesis
dinámica un nuevo conocimiento científico sobre una situación problemática determinada”14.
Una realidad social no sólo es imposible de captar desde una objetividad pura, sino que
el proceso de aprehensión de la misma se desarrollará en una u otra dirección en función de
la práctica social. La meta es que la comunidad vaya apropiándose del cambio y teniendo un
control operativo, lógico y crítico. En el caso particular de esta investigación es fundamental
que así sea para que los lineamientos comunicacionales y mensajes a proponer estén acordes
con los lenguajes y realidades comunes a todos los involucrados. ✱
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
Experiencias previas en
materia de comunicaciones
para promover procesos de
control de armas y desarme
19
contexto
D
urante esta investigación se otorgó mayor importancia a las experiencias vinculadas
con países con características similares a las de Venezuela. Se incluyeron reportes
de investigación, artículos académicos, ensayos teóricos, ponencias y extractos de
congresos internacionales, libros, revistas electrónicas y páginas web de algunos centros de
investigación, en los cuales se describe, caracteriza y analiza la violencia vinculada a las armas de fuego, tomando en consideración la edad de las víctimas y victimarios, la situación
socioeconómica de la región y el componente comunicacional relacionado. En total se seleccionaron más de 70 textos.
Aún cuando se mencionaron algunos aspectos vinculados a los procesos de promoción
de paz en Centroamérica, estos no formaron parte del análisis de experiencias previas por las
características que las guerras civiles trazaron en países como Nicaragua, El Salvador y Guatemala, donde la desmovilización de grupos armados sin procesos de reinserción efectivos
ocasionaron la aparición de bandas urbanas con matices políticos y armas provenientes de
los conflictos de los ochenta y noventa.
El caso de México tampoco formó parte fundamental del análisis porque, a pesar de
tratarse de un país que durante décadas ha participado activamente en la Conferencia de
Desarme organizada por la Organización de Naciones Unidas, ha concentrado sus esfuerzos,
comunicaciones y recursos en la promoción del desarme nuclear y de armamento bélico. “En
septiembre de 2009, México participó, al más alto nivel, en la Cumbre del Consejo de Seguridad sobre Desarme Nuclear y No-Proliferación. Lo hizo con la plena convicción de que la
mera existencia de las armas nucleares, así como su acumulación y el surgimiento de nuevos
Estados poseedores de este tipo de armamento, representan una amenaza permanente a la
paz y la seguridad internacionales”15.
En la actualidad, México presenta un incremento de sus índices de homicidios, lo cual
–según información oficial– está asociado con los asesinatos y ajusticiamientos cometidos por
los grupos armados relacionados con el narcotráfico y la trata de personas. Esta situación les ha
obligado a voltear su atención hacia el interior de sus fronteras para hacer frente a tal situación.
Según Raúl Benítez Manaut*, una de las razones que explican la grave situación de la
violencia con armas de fuego y la inseguridad en el país, “es que la transición a la democracia
en México, desde fines de los 80 hasta inicios de los 90, no contempló como parte de la reforma del Estado la transformación de los sistemas de seguridad pública, justicia, defensa e inteligencia. Hoy ese déficit se refleja en la inseguridad que golpea la gobernabilidad y estabilidad
social y política. El crimen organizado, que antes era un poder paralelo y oculto, ha ampliado
* Raúl Benítez Manaut es estudioso del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
20
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
su radio de acción, con una descarnada lucha de poder entre los carteles, y se ha lanzado a la
ofensiva contra el Estado y la sociedad”16,
Manaut considera que las nuevas amenazas a la seguridad de México aún no han sido realmente enfrentadas por las autoridades, por lo que es necesaria una reforma de las estructuras de
inteligencia, los sistemas de justicia y de prevención civil dado que hasta ahora en el país “cada
vez es más frecuente emplear las Fuerzas Armadas para combatir la delincuencia, el narcotráfico,
atender desastres naturales y hasta problemas ambientales lo que obstaculiza la evolución normal
de las estructuras civiles y la profesionalización y dotación adecuada de los cuerpos policiales”17.
Caracterización de la violencia en América Latina
“La violencia se define como ‘el uso o amenaza de uso de la fuerza física o psicológica,
con intención de hacer daño’ (Buvinic et al., 1999) y en sus varias manifestaciones (homicidio,
robo, secuestro, violencia doméstica) es uno de los mayores obstáculos al desarrollo y bienestar de la población de América Latina”.18
La Organización Mundial de la Salud en el Informe Mundial sobre Violencia y Salud
define la violencia como:
“El uso deliberado de fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo,
contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o
privaciones. La intimidación y las amenazas, el abandono, la negligencia, o los actos
de omisión están también contemplados en esta definición”.19
Existen diversos enfoques para aproximarse a la violencia y quizás el menos aceptado
por los investigadores es aquel que plantea la violencia como una condición genética inherente al ser humano. Por el contrario, el análisis de autores como Londoño* y Guerrero** invitan a
descartar este planteamiento para tener una comprensión integral del problema.
Si se considera que “en las ciencias sociales existen dos teorías básicas para el estudio de
la violencia (…): la teoría de las formas de socialización y la teoría de la ruptura o de la anomia”20, podríamos entender el enfoque de la violencia culturalmente aprendida, a partir del
análisis que plantea la primera donde “el énfasis se coloca en la socialización, es decir, para esta
teoría la violencia comprendería dimensiones organizativas, institucionales y culturales que
pueden conducir a la selección de estrategias violentas por parte de ciertos actores sociales”.21
La teoría de la socialización o el enfoque cultural para la comprensión de la violencia
podría sustentar el planteamiento realizado en el Informe de América Latina en el marco del
* Juan Luis Londoño, Magister en Política Económica de la Universidad de Los Andes y PhD en Economía en la Universidad de Harvard.
Fue Ministro de Salud en Colombia, trabajó con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo; y falleció en 2003.
** Rodrigo Guerrero Velasco, Alcalde de Cali para el período 2012-2015, durante su primer período en 1992-1994 implementó los programas Desarrollo, Seguridad y Paz – DESEPAZ, reconocidos por la OPS por lograr la disminución de los índices de homicidios en la ciudad.
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Estudio Mundial de las Naciones Unidas sobre la violencia contra niños, niñas y adolescentes
en 2006, en el cual se considera que los niños que crecen como víctimas de maltrato son más
proclives a convertirse en jóvenes y adultos violentos.
De acuerdo con Mayra Bunivic*:
“En países industrializados se ha constatado que existe un vínculo entre un hombre
que ha sido testigo o ha experimentado abuso de niño y su conducta violenta con su
esposa o compañera. Un estudio realizado por Strauss** et al. (1980) en los Estados
Unidos, muestra que la tasa de abuso por parte de cónyuges fue diez veces más alta
en hombres que habían tenido una niñez violenta que en aquellos que no la tuvieron.
Otros estudios en los Estados Unidos y Canadá indican que los niños expuestos a la
violencia dentro del hogar tienen puntos de vista inadecuados en cuanto a la aceptación y a la utilidad de la violencia como un medio para resolver conflictos. Dichos
estudios también muestran que esos niños tienen un mayor riesgo de ser víctimas y
perpetradores de violencia”.22
Estas consideraciones evidencian la necesidad primordial de atender la violencia intrafamiliar y el maltrato hacia niños, niñas y adolescentes, no sólo por lo abrumador de las cifras en la
región, también por lo que supone como vía para normalizar y dar continuidad a este fenómeno.
Según plantea Anitza Freitez***:
“Los cambios demográficos asociados con las notables transformaciones económicas
y sociales en la región latinoamericana han contribuido a que la población joven (…)
se hiciera más visible por su importancia numérica pero además por la intensificación de sus demandas en el ámbito de la educación, la salud, el trabajo, el bienestar
social y la recreación. Esas demandas no siempre han sido objeto de particular consideración en la formulación de las políticas públicas, de modo que las restricciones en
la satisfacción de necesidades de las y los jóvenes, en combinación con los efectos de
otros procesos de cambio social como el surgimiento de estructuras familiares más
inestables, los efectos de la urbanización descontrolada, el aumento de las tensiones
políticas y de la inseguridad pública, entre otros aspectos, contribuyen a configurar
un contexto donde los factores de riesgo comprometen la salud y hasta la sobrevivencia de esta población”. 23
* Mayra Bunivic fue Jefa de la División de Desarrollo Social del Departamento de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial, PhD en Psicología Social de la Universidad de Wisconsin-Madison.
** Murray Arnild Strauss, psicólogo norteamericano co-autor del estudio Behind Closed Doors: Violence in the American Family junto a
Richard J. Gelles y Suzanne K. Steinmetz.
*** Anitza Freitez es licenciada en Geografía de la UCV, con Maestría en Estudios Sociales de la Población del Centro Latinoamericano de
Demografía en Santiago de Chile y Doctora en Ciencias Sociales de la Université Catholique de Louvain, Bélgica. Actualmente es Directora
del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello.
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De acuerdo al estudio “La mortalidad juvenil por causas violentas en Brasil y Venezuela
1997-2007”, en la última década se ha presentado un crecimiento de la mortalidad de los jóvenes venezolanos cuya tasa subió de “230 a 316 por cien mil entre los años 1994 y 2005, período durante el cual las muertes por causas violentas incrementaron su peso de 50% a 59%”24.
Al comienzo de 1990 los homicidios eran la segunda causa de muerte en jóvenes venezolanos y en la actualidad “las agresiones se han convertido en la principal razón por la cual
pierden la vida alrededor de 2 de cada 5 jóvenes”.25 Esta cifra expuesta se encuentra reflejada en
el Anuario de Mortalidad 200826 presentado por el Ministerio del Poder Popular para la Salud.
En adición a los retos que presenta el tema de la violencia relacionada con armas de
fuego, en el entorno de los adolescentes venezolanos se presenta una serie de factores como
el embarazo adolescente, la no escolarización y la carencia de formación en oficios que dificultan a los jóvenes integrarse al sistema socioproductivo del país lo que ocasiona que el
panorama sea mucho más complejo; y que se considere otro enfoque que problematiza la
violencia como una reacción hacia las agresiones que los individuos perciben en el entorno.
Por su parte, aquellos se aproximan a la violencia desde el enfoque cultural sostienen
que la misma responde a convenciones culturalmente estructuradas que permiten que quienes pertenecen a una misma cultura o subcultura reaccionen igual frente algunos detonantes.
El instinto a la agresión presente en la especie humana es regulado, fundamentalmente, a través de las normas culturales existentes en la sociedad. Es a través de la cultura y las
normas religiosas de diversa índole, cómo las diferentes sociedades regulan esa tendencia a la
agresión. Por eso, es tan importante conocer las actitudes y las normas sociales según como
las perciben los diferentes integrantes de una sociedad.27
De acuerdo con la teoría de la anomia:
“la violencia surgiría de la ruptura o desajuste del orden social, es decir, de cambios sociales acelerados como efecto de la industrialización o la urbanización, por
ejemplo, que disuelven los mecanismos tradicionales de control social y generan una
brecha entre aspiraciones y los medios social y culturalmente aceptados para hacer
realidad esas aspiraciones (Martínez, 1990). En esa línea, la teoría de Maltón sostiene
que la conducta delictiva depende de la capacidad de los individuos para alcanzar
las metas-éxitos de acuerdo a su entorno social y a la importancia asignada al éxito
económico (ILPES, 1997). Por tanto, desde esta perspectiva, existiría una correlación
importante entre pobreza y delincuencia”. 28
Esta teoría soporta el enfoque estructuralista que supone que la violencia proviene en
gran medida de las desigualdades en la distribución de recursos y de las condiciones de pobreza estructural de las comunidades.
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Moser* y Holland** (1997) señalan como ejemplo útil para ilustrar las teorías antes expuestas la situación de “la violencia a nivel comunitario en Jamaica, fenómeno que se convierte en miedo generalizado, dando lugar también a una ausencia fundamental de normas de
cooperación y comunicación, es decir, generando anomia, lo que a su vez destruye el capital
social y el bienestar del país. Un impacto crucial de la violencia jamaiquina es la transmisión
intergeneracional. Si los adultos, las escuelas y los medios de comunicación y la sociedad
les enseñan a los niños y a los jóvenes que la violencia es una manera rápida de acumular
riqueza, no hay que sorprenderse cuando los jóvenes, especialmente los varones, adoptan
conductas violentas”.29
Según el Informe “Violencia en América Latina: Epidemiología y Costos” preparado
por el Banco Interamericano de Desarrollo, en Latinoamérica la violencia es extensa y tiene
inmensos costos. Los indicadores más tradicionales, que datan de finales de la década de los
noventa, ilustran su cuantía. En la región para 1999 había más de 140.000 homicidios cada
año. Cada latinoamericano perdía el equivalente a casi tres días anuales de vida saludable por
causa de la violencia; 28 millones de familias fueron víctimas de hurto o robo en un año.30
La violencia, medida por cualquiera de estos indicadores, era para finales de la década
de los años noventa, cinco veces más alta en esta región que en el resto del mundo. Y los indicadores no han disminuido: para 2001 se estima que globalmente circulan 875 millones de
armas de pequeño calibre y ligeras, tres cuartas partes de las cuales están en manos de civiles.
En el mundo, el 60% de los homicidios son por causa de este tipo de arma. Aproximadamente
el 50 o 60% del comercio mundial de las armas de pequeño calibre es legal, pero las armas que
se exportan legalmente generalmente terminan en el mercado ilegal, desestabilizando los Estados***.América Latina concentra el 14% de la población mundial y el 42% de los homicidios.****31
Según el Estudio Global sobre Homicidios, realizado por la Oficina sobre Drogas y
Crimen de las Naciones Unidas, la región con mayor índice de homicidios en el mundo es
Centroamérica donde ocurrieron 82,1 homicidios por cada 100 mil habitantes en Honduras,
66 en El Salvador y 41,4 en Guatemala.32
De acuerdo al Informe sobre Estadísticas Vitales elaborado por el Ministerio de Salud
de la República Argentina, durante el año 2008 se registraron 2.536 muertes por armas de
fuego: 665 casos de suicidios, 858 homicidios y el resto sin determinar. El 88% de las víctimas
* Caroline Moser es PhD por la Universidad de Sussex se ha especializado en antropología social urbana realizando estudios en Colombia,
Ecuador, Guatemala y Jamaica
** Jeremy Holland es Consultor para el Desarrollo Social, académico y profesor con más de 15 años de experiencia en investigación y asesoramiento para el desarrollo. Ha trabajado con el Banco Mundial y realizado diversas investigaciones en países latinoamericanos.
*** Sistematización de datos de acceso en http://content.undp.org/go/newsroom/2010/may/armed-violence-threatens-progress-on-millenniumdevelopment-goals.es?lang=es. El PNUD apoya en la actualidad a 27 países en lo relacionado con la proliferación de armas y la
violencia relacionada con ellas. Si desea más información, visitar el sitio: www.undp.org/cpr/we_do/avmasa.shtml
**** Datos sistematizados por la Asociación Alfredo Marcenac, en base a datos de 2002-2006 pertenecientes al Sistema de Información Estadística de la Organización Mundial de la Salud (OMS-WHOSIS).
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eran hombres. El grupo de edad que concentró la mayor cantidad de muertes por armas de
fuego fue el de 20 a 29 años.33 En 2009, la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes se
colocaba en 5,5 en todo el país sureño.
Según el Mapa de la Violencia, publicado por el Instituto Sangari en Brasil, en 2010 se cometieron 49.932 homicidios, lo que equivale a 26,2 homicidios por cada 100 mil habitantes. Es
importante destacar que en Brasil las estadísticas comenzaron a disminuir desde 2004 hasta 2007,
año que culminó con 47.707 homicidios; posteriormente se observó un incremento en 2008 y
2009, año en el que se cometieron 51.434 homicidios, es decir, 27 por cada 100 mil habitantes.34
“En Colombia, la tasa de homicidios –que aumenta durante finales de la década de los
ochenta y principios de los noventa– alcanza la cifra pico en el año 1992 con una tasa de 79
homicidios por cada 100.000 habitantes (hpcmh), año a partir del cual se ha presentado un
descenso sostenido con un incremento entre 1999 (58,6 hpcmh) y 2002 (65,8 hpcmh), para
volver a presentar una disminución en el año 2003, con 51 hpcmh. Desde 1995, en Bogotá hay
un cambio significativo en el tratamiento de la seguridad, deja de ser un proceso marginal
para hacer parte integral de las políticas públicas distritales”.35
En Colombia la cifra de homicidios en 2010 se ubicó en 33,4 por cada cien mil habitantes,
mientras que Bolivia alcanzó los 8,9 y en Paraguay 11,5. Por su parte, Chile registró en 2009 un
total de 3,7, Perú 5,2; México 17,9 y Venezuela 49 homicidios por cada cien mil habitantes.36
Tal como señala el estudio sobre Crimen e Inseguridad: Indicadores para las Américas,
realizado por FLACSO por solicitud del Banco Interamericano de Desarrollo:
“En la actualidad los países centroamericanos registran más muertes que aquellas
ocurridas durante las guerras civiles de los ochenta y principios de los noventa, lo
cual representa un obstáculo serio para el desarrollo de estos países y un desafío para
instituciones relativamente jóvenes como las policías. Los homicidios, al igual que
la mayoría de los problemas sociales, tienden a estar focalizados en determinados
territorios y, por ello, posiblemente, los niveles de homicidios en ciertos barrios o
ciudades de los países mencionados con anterioridad, pueden ser más altos que en
otras ciudades del mismo país donde los homicidios no ocurren con frecuencia. Es
una variable que puede ayudar a explicar los –a veces– paradójicos contrastes entre
tasas de homicidios y percepción de crimen en un país, como sucede en Chile y Perú
que tienen bajas tasas de homicidios y alta percepción de delincuencia, mostrando en
múltiples fuentes esta divergencia”.37
Es necesario comprender que los datos estadísticos sólo pueden dar cuenta de lo que se
conoce como inseguridad objetiva, es decir, solo pueden reflejar la cantidad de ocurrencias criminales. Pero no dan cuenta de la inseguridad subjetiva, conocida como sentimiento de inseguridad (Roche* 1990 y 1998) que independientemente de los datos objetivos, se puede exten* Sebastian Roché, sociólogo francés experto en criminología. Director de investigación del CNRS y profesor de la facultad de Ciencias
Políticas de Paría y en la Escuela Nacional Superior de Policía de Lyon.
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der por varios factores, pero principalmente por el impacto emocional de los acontecimientos
criminales, dependiendo de quién sea la víctima o el lugar donde se produjo el hecho criminal.38
Las consecuencias de la violencia objetiva y subjetiva son evidentes en las sociedades,
y en el caso de América Latina se ha afirmado que este problema constituye una importante barrera para el bienestar de la población y el desarrollo económico y social de la región.
Tanto la incidencia de las distintas manifestaciones de la violencia como los costos directos
e impactos negativos sobre la salud, la productividad, el ahorro y la inversión han sido documentados (ONU, 2006, p. 72). Esto evidencia la necesidad de entender la violencia desde una
perspectiva ecológica, intersectorial e interinstitucional.39
“Los homicidios tienen como principal víctima a hombres jóvenes de sectores de bajos
ingresos y los victimarios provienen del mismo grupo, lo cual complejiza la situación y las
relaciones sociales en determinados barrios”.40 En el caso de Brasil, Guatemala y Venezuela los niveles de violencia están alcanzando al punto que podrían impactar las estadísticas
demográficas, es decir, “el impacto de la violencia sobre el grupo poblacional más joven ha
generado la necesidad de revisar las pirámides de estructura poblacional predefinidas por la
presencia de un número menor de jóvenes al esperado previamente”.41
Es fundamental para el abordaje de la violencia, especialmente en la región, considerar que
más del 20% de la población de América Latina y el Caribe son jóvenes entre 10 y 18 años. De acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), “qué tan efectivamente naveguen
estos jóvenes por la adolescencia ayudará a determinar qué tan bien sobrevivan las sociedades a
los desafíos del futuro. Enfocarse en los y las adolescentes puede ser la clave para mejorar la situación de la salud pública, y para lograr el progreso social y económico, y el avance de sociedades”.42
La complejidad causal y manifiesta asociada al fenómeno de la violencia ha constituido
uno de los mayores retos en el planteamiento de programas y proyectos dirigidos a la construcción de una cultura de paz en las comunidades. Esto evidencia que no se puede reducir
la comprensión del problema a variables culturales o psicológicas. Una respuesta de mayor
alcance (aunque siempre provisional) debe considerar variables de diversos órdenes: políticas, económicas, jurídicas, sociales, entre otras. Más allá de esta complejidad causal, está lo
irrefutable: el fenómeno existe y representa un grave problema social, según lo expresan las
cifras objetivas de ocurrencia de homicidios por armas de fuego en la región.
Por otra parte, “las armas suelen portar un significado simbólico, ideológico y psicológico que excede su utilidad objetiva, haciendo que las cuestiones sobre desarme sean particularmente resistentes para lograr acuerdos y compromisos. Al mismo tiempo, controlar las
armas y desarmar grupos e individuos es con frecuencia un proceso de largo plazo, y varios
aspectos pudieran todavía necesitar más negociaciones o re-negociaciones en el futuro, a
medida que emergen nuevas problemáticas”.43
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Se estima que en la región mueren entre 73 mil y 90 mil personas cada año por disparos
de armas de fuego (Organización Mundial para la Salud, citado en Stohl y Tuttle, 2008). Esto
se debe a que las armas, además de ser utilizadas para cometer delitos, vienen aumentando su
participación como medio para resolver los conflictos entre las personas, ya sea entre bandas,
vecinos e incluso entre familias.44
“El estudio ACTIVA* de la Organización Panamericana de la Salud, midió en algunas
ciudades de América Latina las actitudes más relevantes acerca del comportamiento violento,
la creencia acerca de la eficacia de las diversas instituciones sociales, al igual que la percepción
referente a las habilidades individuales para resolver conflictos”45
“Aún cuando por lo general existe un alto porcentaje de aprobación de actitudes hacia
la violencia en la región, resalta la cifra elevada que se declaró en Caracas (…) Habitantes de
aproximadamente el 10% de las viviendas informan tener un arma de fuego; cerca del 45% de
los encuestados aprueban el derecho a matar para defender la propiedad, y alrededor del 30%
piensan que no pueden controlarse en caso de ser insultados”.46
El estudio ACTIVA se basó en una muestra de 10.821 entrevistas repartidas en ocho
ciudades de América Latina y España. En el caso de Caracas, se aplicaron 1.297 cuestionarios
(…) “la muestra fue estratificada por conglomerados, según nivel socioeconómico y densidad
de población”47.
En el caso del proceso de Consulta Nacional, “Por una convivencia sin armas” (2012),
desarrollado por la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme,
se realizó un estudio en el cual participaron 20.745 personas de diversos sectores sociales,
quienes dieron sus aportes para contrarrestar las múltiples causas que alimentan la violencia
generada por las armas de fuego.
En este proceso, se implementaron estrategias que combinaron mecanismos de consulta directa y difusa. En la consulta directa se realizaron talleres-consulta en 24 estados del
país. La consulta difusa se realizó a través del portal: www.comisionpresidencialdesarme.gob.
ve y, asimismo, 450 personas se convirtieron en multiplicadoras y multiplicadores de esta
consulta de forma voluntaria y replicaron la experiencia en sus trabajos, centros educativos
y comunidades.
En la muestra se incluyen 1.217 entrevistados en el Distrito Capital, lo que representa
un grupo similar al consultado por el estudio ACTIVA. Entre los hallazgos del proceso de
consulta se destaca: “que las principales motivaciones para el uso de armas de fuego son, en
primer lugar, la comisión del delito de robo, seguido de la resolución de conflictos interpersonales y luego el ajuste de cuentas. Sin embargo, (…) es importante señalar que la mayoría
* El estudio ACTIVA es elaborado por la Coordinación de Investigaciones de la División de Salud y Desarrollo Humano de la Organización
Panamericana de la Salud. “Es un estudio multicéntrico que evalúa las actitudes y normas culturales asociadas con los comportamientos
violentos en ciudades seleccionadas de América Latina y España”. Disponible en: http://www.paho.org/Spanish/HDP/HDR/serie04composite.PDF
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de los homicidios estuvieron motivados por el ajuste de cuentas y la resolución de conflictos
interpersonales, lo cual podría estar indicando una ausencia de mecanismos de autorregulación y resolución de conflictos por la vía pacífica”.48
Los resultados de ambas investigaciones podrían arrojar la presencia de patrones culturales que favorecen el comportamiento violento. Estos patrones están relacionados con la baja capacidad de autorregulación y ausencia de mecanismos alternativos de resolución de conflictos.
De acuerdo con los resultados finales del proceso de consulta que desarrolló la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme:
“En los jóvenes como sector consultado, el ajuste de cuentas iguala al robo como
principal motivación para el uso del arma de fuego, lo que indica un nivel mayor de
violencia interpersonal entre este grupo social. Siendo el único sector que presenta
esta alteración de la tendencia principal”. 49
El hecho de que, tanto el estudio ACTIVA como la Consulta Nacional “Por una convivencia sin armas” apunten hacia una imposibilidad o dificultad de autorregulación para la
resolución de conflictos por vías pacíficas podría ser indicativo de que la construcción de una
cultura de paz en la región y, en especial de Venezuela, requiere que se entienda y se atienda
el fenómeno desde todas sus vertientes, especialmente con programas que promuevan la reconstrucción del tejido social, el aprendizaje colectivo y el desarrollo humano, dado que estas
son las inversiones más importantes que los latinoamericanos podrían hacer para cimentar
una convivencia segura y en paz. Sin duda alguna, la violencia es en la actualidad la limitante
principal del desarrollo económico de América Latina.
Por ello, el planteamiento de programas para promover una cultura de paz podría lograrse a través de un proceso de aprendizaje colectivo, cuyo fundamento se basa particularmente
en la Teoría Social del Aprendizaje desarrollada por Etienne Wenger*. La idea fundamental de
este postulado supone que “el aprendizaje no es un fenómeno que tenga lugar exclusivamente
dentro de la mente del individuo sino que, por el contrario, la unidad de análisis apropiada
es el individuo dentro de un contexto inter-individual. La expresión ‘aprendizaje colectivo’ se
compone así de dos términos, donde ‘aprendizaje’ alude al desarrollo de un desempeño competente en determinado contexto; y ‘colectivo’ da cuenta de un cierto tipo de ‘comunidad’ en
sentido amplio (grupos, equipos, organizaciones, asociaciones, etc.) cuyos integrantes están
ligados por una historia, intereses comunes y diferentes grados de interacción”.50
En primer lugar, “el tema del aprendizaje colectivo nos interesa porque cualquier
desempeño individual remite a un desempeño colectivo en función del cual la contribución
individual cobra sentido. Si se piensa en las actividades más diversas de todo ser social y se
* Etienne Wenger es PhD en Ciencias de Computación por la Universidad de California, especialista en el estudio de las comunidades de
aprendizaje.
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encontrarán evidencias de cómo su realización pasa indefectiblemente por la trama de lo
colectivo; en consecuencia, en toda propuesta de paz, con el calibre de este emprendimiento,
la gestación de lo colectivo es insoslayable”.51
En segundo lugar, interesa el tema porque las sociedades latinoamericanas que han
logrado una disminución de los índices de homicidio parecen haberlo hecho a través de la
promoción de diversos procesos de aprendizaje colectivo apalancados en procesos de comunicación, tal como lo apuntan las experiencias que se revisarán a continuación.
La comunicación en procesos de control de armas, municiones y
desarme en América Latina
A pesar del incremento de los índices de homicidios, en algunos países de América Latina durante las últimas dos décadas, ha crecido la concientización sobre la importancia del
control de armas, desarme y la promoción de una cultura de paz. La experiencia ganada durante este período ha demostrado que la manera en que estos temas son manejados puede influenciar significativamente el resultado de los esfuerzos de construcción de paz y contribuir
en su éxito o fracaso.52 Procesos como los vividos por Argentina y Colombia son casos de estudio interesantes para comprender el alcance que la comunicación ha tenido en estos temas.
El desarme debe ser un componente formal en una estrategia integral de construcción
de paz, pero no el único. Se requiere también la adopción de medidas orientadas al establecimiento de la estabilidad y seguridad en la región. Esto es: el desarrollo de políticas y programas que fortalezcan el proceso desde las áreas de justicia de transición, reforma del sector de
seguridad, buen gobierno y desarrollo socioeconómico.
La comprensión de las características de la violencia con armas de fuego y el abordaje
de este fenómeno a través de programas integrales de construcción de paz, requiere que se
analice el papel que la comunicación tiene en los mismos, entendiendo el componente comunicacional como un eje que abarca principalmente tres niveles: el primero de ellos tiene que
ver con la información, el segundo con la legitimación de las acciones propuestas y el tercero
con la promoción de un proceso que logre el involucramiento activo de los actores políticos,
los medios de comunicación y el pueblo organizado. A continuación se analizan cada uno de
estos niveles a partir de las experiencias previas que otros países de América Latina han tenido en procesos de comunicación para el control de armas, municiones y desarme.
La información en procesos de desarme
Para entender el primer eje de intervención de la comunicación en procesos de desarme, control de armas y municiones para la construcción de paz, es necesario revisar a qué nos
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referimos cuando hablamos de información. De acuerdo con Mendes de Miranda*, el término
se refiere a un conjunto de hechos y/o datos acerca de algo. Lo que permite entender el acto
de informar como un proceso de interacción de un sujeto con el mundo exterior.
Según la teoría de la información, “expresar un mensaje permite la reducción de la
incertidumbre acerca de una realidad determinada. En este sentido, informar significa comunicar hechos, hacerlos públicos, y a favor de un punto de vista de los hechos como ‘cosas’, lo
que propiciaría una percepción de la realidad tal como es”. 53
No debe confundirse esta difusión de los hechos y el intento de mostrar la realidad tal
como ocurre, con la idea de la objetividad. Principalmente porque la búsqueda de la objetividad y la neutralidad ha sido un tema ampliamente discutido desde que Foucault** analizó la
compleja relación entre los saberes y el poder, afirmando que todo saber es político, no porque sea producido por el Estado, sino porque tiene su origen en relaciones de poder.
Estas relaciones de poder han sufrido cambios y rupturas en las últimas décadas, especialmente con la aparición de lo que conocemos como Tecnologías de Información y Comunicación (TIC). De acuerdo con Delgado Flores*** en el proyecto de declaración de principios
de la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información se lee la siguiente definición:
“La Sociedad de la Información es una nueva forma de organización social, más
compleja, en la cual las redes TIC más modernas, el acceso equitativo y ubicuo a la
información, el contenido adecuado en formatos accesibles y la comunicación eficaz
deben permitir a todas las personas realizarse plenamente, promover un desarrollo
económico y social sostenible, mejorar la calidad de vida y aliviar la pobreza y el
hambre” (Trejo, 2006: 36). Definición que dicho sea de paso, no fue adoptada por
falta de consenso, tanto en Ginebra como en Túnez.54
Esta reorganización de la información en la sociedad ha complejizado el proceso de
difusión de la datos en relación con la violencia. No debe perderse de vista que en la transmisión de mensajes también se comparten creencias a través del discurso, y en este proceso no
intervienen únicamente los medios masivos de comunicación, sino también otras instituciones como la familia, los centros educativos, la comunidad e incluso las redes sociales, encargadas de proveer a los miembros de la sociedad información que contribuye a determinadas
visiones de la realidad.
Si bien es cierto que los medios de comunicación juegan un papel central en la difusión de los discursos legitimadores de la violencia y, por tanto, en la visibilidad que un grupo
* Ana Paula Mendes de Miranda es Doctora en Antropología de la Universidad Federal Fluminense y coordinadora ejecutiva del Núcleo
Fluminense de Estudios e Investigación.
** Michel Foucault estudió filosofía y psicología en la Escuela normal superior de País, fue profesor en las universidades de ClermontFerrand y Vincennes y profesor de sistemas del Pensamiento en el Collège de France.
*** Carlos Delgado Flores es coordinador del Postgrado en Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello, investigador especializado en estudios de la Sociedad del Conocimiento con maestría en Comunicación para el Desarrollo.
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violento puede llegar a tener en la sociedad, por la capacidad que tienen los mismos de transmitir un mismo mensaje a miles o millones de personas al mismo tiempo. También es evidente su aporte para coadyuvar en procesos de difusión de información que deslegitime la violencia generada con armas de fuego y posicione la construcción de paz en la opinión pública.
Actualmente, esta capacidad de transmisión de información que tienen los medios masivos se ve influida por la transmisión de información a través de medios digitales, redes sociales, instituciones educativas y comunidades. Esto obedece a que toda información que se
hace pública genera efectos en la agenda y en el encuadre de los medios de comunicación.55
Para entender esto, tomemos como ejemplo los videos que graban los jóvenes con sus
propios teléfonos celulares con imágenes de peleas y violencia, los cuales han tenido un impacto significativo en las redes sociales y en los propios medios tradicionales. Para los adolescentes y las comunidades en general, es mucho más impactante saber que quien aparece
en el video cometiendo un delito es alguien con características similares a las suyas, que la
influencia que puede tener una película de acción hollywoodense o un personaje de ficción
de algún videojuego.
Este tipo de mensajes han permeado, incluso, a los medios tradicionales cuando reflejan
los casos en sus agendas informativas o de investigación. Según Ortiz Ariza*, esto se debe a
que en este tipo de grabaciones el televidente puede verse a sí mismo, situado en el escenario
de los acontecimientos, lo que produce en él mayores impactos.56
“La comunicación es un servicio público y la información un bien público. No es de
nadie en particular. En cuanto tal, compete a periodistas y fuentes ciudadanas ser cada día
más profesionales y más conscientes de su papel. Los procesos de violencia tienden a generar
mecanismos de auto perpetuación que se alimentan a sí mismos. El informe de la Comisión
de Estudios sobre Violencia, de la Universidad Nacional de Colombia, hace hincapié en este
fenómeno, para recomendar que no se extienda el ambiente de violencia, a veces hasta su
propia magnificación”.57
Esta magnificación de la violencia suele ocurrir en casos como la publicación de información relacionada con las muertes violentas en Bogotá, las cuales están concentradas en
pocos lugares de la ciudad (focos críticos) donde se han establecido como algo persistente en
el tiempo. “Estos focos se pueden asimilar como un escenario de difusión contagiosa de los
homicidios al converger en ellos alta densidad y concentración de la violencia”.58
Los medios masivos, medios alternativos, medios comunitarios, medios digitales, redes
sociales, escuelas y organizaciones populares pueden hacer mucho para promover la cultura
de paz, “si no presentan la violencia como omnipresente, cotidiana, inevitable y como parte de
todos los ambientes y fenómenos sociales. Pueden mostrar que la solución de los conflictos,
* Carolina Ortiz Ariza es licenciada en Comunicación Social, miembro de la directiva de la Fundación Universitaria Libertadores en Bogotá, Colombia.
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sean estos familiares, sociales, e incluso nacionales, no pasa necesariamente por la confrontación violenta”.59
Para lograr este tratamiento de la información en los medios masivos, alternativos y
digitales es necesario promover, como parte de un política pública, la formación de los periodistas y “periodistas ciudadanos”*, para que desarrollen habilidades investigativas que les permitan analizar la información sobre hechos violentos mucho más allá del reflejo del suceso,
pudiendo así aportar noticias distintas a las habituales e, incluso, logrando identificar hechos
noticiosos en las comunidades vinculados con la construcción de paz.
Según las investigaciones realizadas por Domènech** e Iñiguez*** una de las teorías más
importantes para entender el comportamiento agresivo es la del “aprendizaje social”. “En
esencia, lo que esta teoría postula es que se ‘pueden entender comportamientos por imitación, más concretamente, por la visión de que esos comportamientos observados han sido
recompensados o reforzados’. De este modo, si alguien ve que un comportamiento agresivo
de una persona es reforzado, entonces lo puede aprender”60.
Sin embargo, es fundamental destacar que el refuerzo a las actitudes de violencia se
produce principalmente en relaciones interpersonales y no en los medios de comunicación,
aunque los medios son responsables del tratamiento que se hace de la información y pueden,
como se explicaba anteriormente, contribuir en la magnificación de la violencia. Es a través
de las relaciones interpersonales donde se aprenden mayoritariamente las actitudes violentas.
“La familia es uno de los contextos donde la violencia se produce de forma más alarmante, inesperada y cruel. Todas las combinaciones son posibles y de ello dan testimonio
diario los medios de comunicación. Padres y madres contra hijos, miembros de la pareja
unos contra otros. Hermanos contra hermanos e hijos contra padres”61 (…) En este sentido,
un estudio de orientación crítica difícilmente puede atribuir una relación causal directa a los
medios de comunicación y la agresividad actual en las sociedades latinoamericanas, “más
bien volcará sus interés en comprender los procesos por los que las sociedades se dotan de
recursos interpretativos para definir la violencia”62, esto quiere decir que se interesará por los
discursos en torno a la agresión y la violencia, que emanan de lo social.
La información en procesos de control de armas, municiones y desarme, y promoción
de una cultura de paz, no sólo está relacionada con la publicación de información relacionada
con violencia en los medios tradicionales, se vincula también con el registro transparente de
* De acuerdo con el artículo del profesor Koldobika Meso Ayerdi, Periodismo Ciudadano: Voces paralelas a la profesión periodística, publicado en la Revista Latinoamericana de Comunicación Chasqui, Nº 090, junio 2005 y disponible en: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/
pdf/160/16009003.pdf. Se entiende el periodismo ciudadano como las noticias o textos publicados por lectores para generar contenidos
comunitarios fuera del status quo de los medios.
** Miquel Domènech Argemí es profesor titular de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del
Centro de Investigación de Psicología Social.
*** Lupicinio Iñiguez es doctor en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Barcelona, catedrático de psicología social y miembro
del GESCIT y del Grupo de Investigación en Metodologías Cualitativas.
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la inseguridad objetiva. Es por esto que el tema de la información sobre violencia es sensible
y complejo. En la medida en que por falta de mecanismos adecuados de información hay un
desconocimiento profundo sobre las dimensiones de este problema, se impide tomar decisiones al respecto y poner en marcha políticas efectivas de cara al fenómeno.63
De acuerdo con Germán Rey*:
“La comunicación tiene un lugar central en la vida social contemporánea, y a la vez
es un campo tensionado de intereses, un ámbito en que se producen colisiones semejantes a las que se viven en otras áreas de la sociedad entre la diversidad y la concentración, la democratización o el predominio hegemónico, lo local y lo global, la
exclusión o la participación (…) Esta crisis se manifiesta en los medios de comunicación de muchas maneras: a través de su representación de los problemas que vive la
sociedad, de las distancias entre la información ofrecida y las demandas y expectativas de la sociedad, de la instauración de regulaciones sociales, donde la invisibilidad
de unos temas y actores, legitiman otros”.64
Según establece el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos:
“todo individuo tiene derecho a investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas”.65 Y de acuerdo con Mattelart**: “cada sociedad tiene un modo particular de apropiarse
de los llamados “universales de la comunicación” que se merece. Lo hace con el peso de su
cultura, de su historia y de la pluralidad de los actores que les actúan y actualizan (…) por lo
que cada vez más actores sociales, económicos, políticos, culturales, con intereses no necesariamente convergentes, pueblan el espacio público”66.
La proliferación de actores que interactúan en la difusión de la información en el espacio público ha facilitado el acceso a la misma. Sin embargo, en los casos donde esta información no emana directamente de las instituciones oficiales es mucho más complejo evitar la
tergiversación y manipulación de la información.
Según lo planteado por el Gobierno de Nicaragua:
“El acceso a la información es un instrumento de participación ciudadana que genera
inclusión social, no sólo porque permite a los ciudadanos conocer el destino y uso de
los recursos públicos, también porque (…) permite determinar prioridades y contar
con las opiniones, necesidades e intereses de todos los sectores de la sociedad, para
que sean considerados en el diseño de políticas públicas (…) Es un instrumento de la
lucha contra la corrupción, ya que cuando la sociedad accede a la información sobre
* Germán Rey es comunicador social, con estudios en la Universidad Nacional de Colombia y en la Universidad Complutense de Madrid.
Actualmente es Asesor de la Presidencia de la fundación Social y defensor del lector del diario El Tiempo de Bogotá. Es profesor en los
postgrados en Comunicación de la Universidad Javeriana y en la Universidad de los Andes.
** Mattelart es sociólogo, con doctorado en Derecho de la Universidad de Lovaina en Bélgica. Co-dirigió la película La Espiral y fue co-autor
del texto Para leer al Pato Donald. Profesor catedrático en Ciencias de la Información y la Comunicación en la Universidad de Paris VIII,
es un destacado estudioso de la sociología y la comunicación.
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la ejecución de los recursos públicos se garantiza la transparencia de la gestión, dificultando las prácticas corruptas. Por lo que los regímenes de acceso a la información
fomentan mayor eficiencia en la administración pública (…) generan más confianza
entre gobernantes y gobernados, ayudando a mejorar la imagen del gobierno ante la
ciudadanía”67.
La comunicación, en especial la información transparente acerca de la violencia generada con armas de fuego, ha sido fundamental en el fortalecimiento de los procesos de desarme,
control de armas y municiones que se han llevado a cabo en el ámbito global, especialmente
en América Latina, donde las experiencias de Brasil, Argentina y Colombia son importantes
para entender la relación que existe entre estas dos variables. En la actualidad, estos casos son
todavía más valiosos porque en su revisión se pueden encontrar lecciones aprendidas que
han sido ajustadas por los gobiernos y las instituciones de estos países para incrementar el
éxito de sus políticas y acciones en pro de la promoción de una convivencia pacífica.
En Argentina, la falta de estudios rigurosos y periódicos sobre el tema y los problemas
metodológicos que tienen los actuales instrumentos de medición estadística, han sido un
problema recurrente y un condicionamiento negativo para la implementación de todo tipo
de política pública en materia de disminución de la violencia. Más allá de información oficial
exploratoria (del Poder Judicial y Procuraciones), existen básicamente dos fuentes oficiales
que dan cuenta de información sobre las muertes provocadas por el uso de armas de fuego:
las Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud y el Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) del Ministerio de Seguridad, Justicia y Derechos Humanos.68
Ahora bien, los datos oficiales sobre el impacto de las armas de fuego abordan la cuestión desde dos perspectivas: a partir de la información oficial sobre muertes registradas en el
sistema de salud o bien de la información sobre criminalidad registrada por el sistema penal.
Pero, a su vez y a partir de ambas perspectivas, en los últimos años se han llevado a cabo
encuestas y entrevistas que abarcan otros interesantes aspectos relacionados con la temática,
como la victimización. Este tipo de estudios contribuyen a obtener información complementaria para entender mejor el fenómeno.
Este nuevo análisis de la situación desde una perspectiva más profunda, y la publicación
de los datos obtenidos han permitido una mayor concientización de la población con respecto a la situación y un involucramiento de mayor cantidad de instituciones y gobiernos locales
en la implementación de las políticas de prevención propuestas por el gobierno central.69
En el proceso de desarme civil en Argentina ha sido fundamental el manejo de la información desde el momento en que se realizó en la provincia de Mendoza la primera experiencia, en la cual organizaciones de la sociedad civil recolectaron cerca de 2.500 armas y 6.600
municiones en 45 días. “La implementación del plan comenzó en los meses de abril y mayo
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2001 cuando comenzaron a entregarse bonos de compra en comercios locales y entradas para
ver partidos de fútbol a cambio de armas de fuego”70.
“Para el año 2004, nacía la Red Argentina para el Desarme (RAD), que reúne a las
organizaciones especializadas en la materia (INECIP, APP, Fundación Espacios, Fundación
Lebensohn, La Comuna, La Casa del Sur, Asociación Alfredo Marcenac e ILSED)”71 La sumatoria de estas fuerzas comenzó a tener como resultado la proliferación de campañas de sensibilización dirigidas a autoridades, y se inició un trabajo con concejales, legisladores, entre
otros. “El problema de la inseguridad se convirtió en uno de los centros de la agenda pública
argentina, llegando a convocar a más de 200.000 personas en la plaza del Congreso pidiendo
mayor seguridad en el año 2004”72.
A partir de esta acción el tema se posicionó en la agenda política del país, y se comenzaron a dar los primeros pasos que permitieron en 2006 la promulgación de la “Ley 26216 de
Armas de Fuego”, proceso que estuvo acompañado por la campaña “Tenés un arma, tenés un
problema” la cual fue desarrollada por el Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, pero contó con la activa participación de diversos sectores sociales, quienes fueron los
encargadas de la difusión del mensaje a través de los medios de comunicación* y de la Red
Argentina para el Desarme**.
De esta forma, la campaña de entrega voluntaria de armas no se presentó como un
mensaje gubernamental, por el contrario, la activa participación de organizaciones de la sociedad civil, los medios de comunicación y líderes de opinión como voceros de la misma, le
dieron un sentido mucho más ciudadano a la propuesta que incluso fue utilizada, posteriormente, en Uruguay y en Ecuador para promover procesos de desarme.73
Es importante resaltar que la ejecución del programa de desarme argentino se realizó
con la participación de varios niveles de gestión y de varios sectores de la sociedad. Así, se
estableció una nueva forma de hacer política en el área de seguridad ciudadana, abriendo
varios espacios de interlocución e, incluso, institucionalizando una mesa de participación
comunitaria y una mesa de gestión interministerial a nivel nacional, el Consejo Consultivo y
el Comité de Coordinación de las Políticas de Armas de Fuego74.
Legitimidad de las propuestas para el desarme, control de armas y
municiones, y construcción de paz
En los procesos de construcción de paz posteriores a la firma de acuerdos tras los combates armados tiene lugar un complejo proceso por medio del cual los excombatientes entregan sus armas, se separan de los grupos con los cuales combatieron y se reintegran a la
vida civil. Este complejo proceso se conoce como Desarme, Desmovilización y Reintegración
* Para visualizar uno de los reportajes realizados por el canal 4 en Uruguay, visitar http://www.youtube.com/watch?v=2suzHty34Jw
** Para mayor información, visitar www.redparaeeldesarme.org.ar
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
(DDR).75 En el desarme de población civil armada el proceso no es necesariamente tan complejo, pero si requiere en algunos casos de una modificación de las condiciones y oportunidades para las comunidades donde se encuentran las bandas o individuos armados.
Aunque cada programa tiene características particulares dependiendo del contexto del
conflicto o de la situación del país donde ocurra, todos requieren de la participación de los
implicados y del apoyo y legitimación de la sociedad para lograr los objetivos de control de
armas y municiones antes de convertirse en experiencias que permitan la construcción de
paz en las regiones.
De acuerdo con Enrique Serrano Gómez*,
“Weber** definió la legitimidad como la creencia en la validez de un orden social por
parte de un número relevante de los miembros de la sociedad (…) por lo que el
problema de la legitimidad requiere de una revisión crítica de la noción de fundamentación racional (…) para él, la fundamentación de los principios normativos sólo
puede localizarse en las condiciones que permiten la construcción de las relaciones
sociales, con la pluralidad y los conflictos a ellas inherentes”.76
Esto supone que los individuos asumen las normas que constituyen un orden social
como obligatorias o como modelos, es decir, como algo que “debe ser”. Entendida de esta
manera, la legitimidad es un requisito indispensable para lograr la estabilidad de un orden,
así como también para mantener restringido el uso de medidas coercitivas.77 Para alcanzar la
legitimidad es fundamental compartir un discurso social que contenga información, premisas y creencias compartidas y aceptadas por los diversos grupos sociales que forman parte de
la estructura de un país.
Tal como lo explican Barreto***, Borja**** y López-López*****:
“El papel del discurso como práctica social es importante, ya que a través de él se
influye en la forma de adquirir, aprender o modificar ideologías en la sociedad (…)
En este sentido, Van Dijk****** (2003) plantea que las creencias sociales que conforman
el discurso tienen una estrategia básica que se fundamenta en la categorización de
los grupos. Es decir, una vez diferenciados el endogrupo, entendido como el interior
* Enrique Serrano Gómez es Doctor en Ciencias Sociales y Humanidades, investigador del departamento de Filosofía de la Universidad
Autónoma Metropolitana de Iztapalapa, México.
** Max Weber, filósofo, jurista, historiador y sociólogo alemán es considero uno de los fundadores del estudio de la sociología moderna.
*** María Idaly Barreto es Doctora en Psicología de la Universidad Santiago de Compostela, docente i investigadora de la fundación Konrad
Lorenz con Maestría en Psicología del consumidor por la Universidad Católica de Colombia.
**** Henry Borja Orozco es Director de la Unidad de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Católica de Colombia.
***** Wilson López-López es profesor miembro de la Federación Iberoamericana de Asociaciones de Psicología y Miembro Titular del Comité
Científico Asesor del Sistema de Información Científica Redalyc – red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe y Portugal.
****** Teun Van Dijk es lingüista, Doctor por la Universidad de Ámsterdam y es considerado uno de los fundadores del análisis crítico del
discurso.
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del grupo donde comparto ideas y creencias; y el exogrupo, grupo que comparte
creencias sociales y experiencia diferentes a las mías, la estrategia del discurso ideológico es referirse a los aspectos positivos del endogrupo y a los aspectos negativos
del adversario. El objetivo de todo ello es, al igual que en cualquier otro agente de
influencia, conseguir la adhesión de los sujetos a sus posiciones”78.
La aparición de información proveniente del endogrupo, donde se coloca a sus miembros como víctimas es fundamental para lograr justificar sus acciones violentas. En especial
cuando estas son resultado de un largo período de los que ellos consideran sufrimiento o
exclusión del grupo. Ejemplos de esta posición de victimización pueden encontrarse las bandas urbanas que se niegan a entregar sus armas justificando su tenencia como algo necesario
para garantizar su supervivencia en el barrio e, incluso, en los grupos que defienden el porte
de armas como una herramienta de protección frente a la inseguridad existente en sus países.
Esta aparición de información proveniente de los endogrupos afecta considerablemente la
legitimidad que logran tener planes y campañas presentadas a la población por los gobiernos.
Para Barreto, Borja y López-López, “una confrontación armada provee a los medios
realidades interesantes desde el punto de vista mediático, ofreciendo hechos dramáticos que
llaman la atención de las audiencias, suministrando a los medios la materia prima ideal para
elaborar relatos noticiosos que se prestan fácilmente a la simplificación de roles de los actores
implicados (el bueno, el malo, el héroe, la víctima) y que, por su evolución, proporcionan historias que dejan en suspenso, suscitando así un interés particular en los receptores que desean
conocer el desenlace de la historia”79. Por esta razón la actuación y la interacción con los medios (masivos, comunitarios y redes sociales) durante las experiencias de desarme, control de
armas y municiones son fundamentales para lograr posicionar las propuestas como acciones
legítimas en pro de la construcción de una cultura de paz.
Esto supone lograr que los medios difundan información y discursos que legitimen las
acciones de desarme propuestas por las autoridades y deslegitimen la violencia. Un claro ejemplo de esto puede ser la experiencia vivida en Brasil con la incorporación de discursos deslegitimadores de la violencia en las telenovelas o en Uruguay, donde los noticieros realizaban la
cobertura de las acciones de desarme y de las noticias vinculadas a muertes por armas de fuego
desde una perspectiva de promoción del desarme y no de presencia espectacular de la violencia.
En el caso de Colombia, Antanas Mockus* durante su primer período como Alcalde de
la Ciudad de Bogotá, entre 1995 y 1997, empleó fundamentos comunicacionales, pedagógicos
y simbólicos para modificar el comportamiento de los ciudadanos y su percepción respecto a
la violencia y la importancia de las normas de convivencia. En este sentido destacan iniciati* Antanas Mockus tiene una Maestría en Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia, Licenciado en Matemáticas y filosofía de la
Universidad de Dijon en Francia y recibió el doctorado Honoris Causa de la Universidad de Paris y de la Universidad Nacional de Colombia. Alcalde de Bogotá entre 1995 y 1998, y luego en 2001 y 2003.
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vas como las jornadas de vacunación contra la violencia, jornadas de resistencia civil, y el uso
de mimos para concientizar a los ciudadanos respecto a la importancia de respetar el espacio
público, entre otras acciones.80
Estas experiencias de comunicación directa con alta carga de contenido simbólico y
donde se resaltaban los aspectos positivos de la resolución pacífica de conflictos frente a los
elementos negativos de la violencia, se transformaron para los bogotanos en manifestaciones
simbólicas que coadyuvaron a cambiar el imaginario del ciudadano respecto a la convivencia,
enfatizando en la importancia de la vida como derecho y la importancia de su protección.
Estas acciones generaron un proceso de legitimación de otras medidas adelantadas por la
municipalidad como el análisis epidemiológico de las muertes violentas en la ciudad, los controles al porte de armas y el consumo de alcohol.
Otro punto en el que coinciden los artículos sobre los planes de desarme es que estos
pueden lograr un mayor impacto si son parte de una estrategia más amplia de reducción de
armas y de otras políticas de seguridad, especialmente a nivel local. En ese sentido, las otras
medidas que integran el Estatuto de Desarme brasileño y las políticas de seguridad a nivel
estatal –ley seca, reformas policiales, entre otras– contribuyeron, junto con mejoras socioeconómicas, a que el impacto del plan de entrega voluntaria de armas fuera mayor en las ciudades de Río de Janeiro, pero especialmente en Sao Paulo.81
Barreto, Borja y López-López sostienen que:
“Es evidente la dificultad de concebir la construcción de una cultura de paz sin dilucidar el tipo de legitimación que se hace en relación con la paz. Teóricamente, las
conceptualizaciones sobre paz han girado en torno a dos propuestas centrales (Christie, 2006; Fisas, 2002, 2004; Galtum, 1969, 1993, 1995; Reettberg, 2003). Por una parte, la noción de paz negativa o como ausencia de guerra y conflicto. Esta posición
implica necesariamente que uno de los actores sea obligado por vía de la fuerza a
salir del conflicto y, en términos del discurso, a desaparecer la idea de que está ante
un conflicto o una guerra. Desde esta perspectiva, el objetivo es lograr que uno de
los actores termine por ser “eliminado” del panorama y así terminar la guerra. Esta
propuesta supone entonces, la legitimación de acciones de fuerza y violencia de los
actores de un grupo y la deslegitimación de las acciones y miembros del otro. Por
otra parte, se encuentra la denominada propuesta de paz positiva que es la asumida
por la UNESCO, en sus diversas declaraciones, y el Peace Global Index. Esta postura
apuesta por una paz como proceso de carácter estructural y cultural, es decir supone que la paz no es un estado, sino un proceso en el cual la ausencia de guerra es
sólo un elemento y está atado a variables de carácter estructural de tipo psicosocial,
económico, político y cultural (Basabe &Valencia, 2007; De-Rivera, 2004; Romeva i
Rueda, 2003). En este sentido, de lo que se trata cuando se legitima la búsqueda de
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una cultura de paz, es asegurar que los diversos actores sean legitimados en la medida
en que no actúen en forma violenta”.82
La legitimación de los actores involucrados en el proceso, entendiendo estos como: gobierno, bandas armadas, delincuentes, víctimas de la violencia, y comunidades, es mucho más
sencillo de lograr con la intermediación del Poder Popular, instituciones religiosas y cultos,
las ONG especializadas en el tratamiento de los temas vinculados con violencia, los medios
de comunicación, entre otros actores sociales, dado que son vistos por los diversos grupos
como posibles mediadores naturales en los conflictos.
Participación del Estado, medios de comunicación y comunidades
organizadas en procesos de desarme y construcción de paz
En Brasil, en diciembre de 2003, luego de un intenso debate entre Estado y organizaciones de la sociedad civil, el Congreso Nacional aprobó el “Estatuto de Desarme”, legislación
que prevé un riguroso control de todas las fases de la circulación de armas y municiones en
Brasil, desde la producción hasta la destrucción de armas recogidas, pasando por los requisitos para la posesión y porte de armas.
“En su primer año de vigencia, se estima que la ley evitó la muerte de cinco mil
personas (UNESCO, 2005). Uno de los principales aportes comunicacionales que
se incluyeron en el estatuto fue la unificación de un sistema único de registro de armas (SINARM), con el objetivo de concentrar los datos de armas de fuego en manos
civiles y centralizar estas acciones con la Policía Federal. Sin embargo, las fallas en
la actualización del banco de datos impiden que el inmenso potencial del SINARM
sea realizado plenamente. La información sobre los números de armas registradas,
robadas y aprehendidas en cada Estado no se pasa de forma completa, ya que las
policías estatales no tienen acceso directo para alimentar el sistema y los datos difícilmente llegan a la Policía Federal. En el caso de armas robadas y perdidas, la falta de
alimentación del SINARM es fatal, ya que están pasando del mercado legal al ilegal
y la falta de esta información no permite identificar ni su origen ni su destino”.83
Estas dificultades para el registro de armas, así como la imposibilidad de publicar informaciones verificables y datos auditables provenientes de este sistema han afectado la credibilidad de las autoridades como organismos encargados de la disminución de las armas en
circulación.
La falta de legitimidad del gobierno se evidenció al realizarse el referéndum para la
prohibición de ventas de armas en el país. De acuerdo con Sorj:
“A pesar de que gran parte del pueblo brasileño no está armado, lo que en principio favorecería la disposición a apoyar el desarme de la población, la propuesta de
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prohibición de la venta de armas fue rechazada por una mayoría de dos tercios de
los votos. El factor decisivo que determinó tal resultado fue la insatisfacción de la
población con respecto a la actuación del gobierno en el área de la seguridad pública,
y la consecuente sensación de inseguridad y desamparo que esto genera. Los argumentos planteados tuvieron, ciertamente, un impacto específico; pero posiblemente
la disposición de la ciudadanía a emitir un voto de protesta fue decisiva para generar
la predisposición a cerrarse a los argumentos presentados por la campaña del ‘SÍ’.”84
Los contenidos informativos de las campañas a favor del “SÍ” y del “NO” eran similares.
La página web del “SÍ” presentaba información sobre la violencia y las consecuencias del uso
de armas en Brasil. También incluía los nombres de empresas, instituciones religiosas y organizaciones de mujeres que apoyaban el fin de la comercialización de armas.
“Por su parte el sitio web del “NO” incluía las siguientes secciones: “Por qué votar No”,
con una lista de argumentos; “Noticias”, con algunas noticias o artículos extraídos de
periódicos; “Estadísticas”, donde solamente se presentaba una tabla con datos de un
conjunto de países, donde brevemente se argumentaba que no existiría correlación
alguna entre el número de homicidios y el número de domicilios con armas; “Artículos”, generalmente extraídos de periódicos, algunos de los cuales fueron escritos
por intelectuales, periodistas conocidos o políticos; “Opinión Popular”, con textos
supuestamente escritos por personas “del pueblo”; “Historias Reales”, con textos sobre padres cuyos hijos fueron asesinados por asaltantes, y que aunque no poseían
ni pretendiesen poseer armas, defendían el derecho de las personas a armarse”.85
Aunque los contenidos informativos y la estructura eran similares, el sitio del “SÍ” hablaba en un lenguaje mucho más institucional, dado que fue desarrollado por voluntarios de
la ONG Viva Río y con el apoyo de organizaciones de la sociedad civil, el gobierno, los medios
masivos de comunicación y el sector empresarial. “Esto podría indicar que el “SÍ” tendría una
victoria garantizada frente a un pequeño grupo constituido por productores, comerciantes y
propietarios de armas de fuego, quienes apoyaban el “NO”. Sin embargo, la experiencia demostró cómo el carácter más personal y no institucional de los mensajes de correo electrónico
masivos (SPAM) tuvo mucho más impacto que los mensajes explícitamente institucionales”86.
“La campaña del “SÍ” vía e-mail, realizada por el mismo grupo que organizó el sitio,
consistía en un e-mail diario (Sí-Express), cuyo lenguaje básicamente coincidía con
el del sitio. Dado su formato institucional, el Sí-Express ya anunciaba su contenido y,
por lo tanto, carecía de la atracción de la novedad que los SPAMS sin filiación obvia
prometían. La lista de e-mails del Sí-Express, constituida por 15.000 direcciones en el
inicio de la campaña y 30.000 al final, estaba constituida por direcciones de personas
conocidas o cercanas a Viva Río. El número de direcciones era extremadamente bajo
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y de cierta forma redundante: representaba un universo de personas que ya simpatizaban con la causa”87.
“Los propietarios y comerciantes de armas representaban un grupo de activistas comprometidos. Aunque eran una minoría de la población (menos del 10%), este grupo ciertamente se empeñó con más ahínco que los no propietarios en la campaña del referéndum realizada a través de la Internet, divulgando los SPAMS producidos por la campaña del ‘NO’”.88
La campaña del “NO” se realizó utilizando mensajes masivos no identificados, (SPAMS).
En estos correos se incluían testimonios de personas que perdieron a sus familiares víctimas
de la violencia y la inseguridad. Eran mensajes cargados de emocionalidad, carecían de un
lenguaje institucional y se aproximaban al tema desde un punto de vista mucho más personal,
defendiendo el derecho de las víctimas a armarse en defensa personal. Estos correos electrónicos fueron enviados a través de listas de correo masivo que llegaban a millones de lectores.
“Todo indica que el carácter aparentemente no institucional del SPAM tiene un impacto más contundente que la promoción de mensajes explícitamente gubernamentales. Además, esta última aparece como propaganda, y por lo tanto, el receptor asume una actitud de desconfianza frente a la misma. La campaña del SI en Internet fue
particularmente frágil; desarticulada estratégicamente de la campaña realizada en la
TV y en la radio, simplemente reprodujo los mensajes divulgados en estos vehículos
y no captó la novedad del lenguaje y las potencialidades del nuevo medio”.89
“Además de no entender cómo utilizar internet para potenciar el alcance de su mensaje el equipo de campaña del “SI” tuvo dificultades a la hora de encontrar un lenguaje que fuese familiar para la población, esto se debe a que acostumbradas a trabajar
con personas cercanas a sus campañas, las ONG utilizan un lenguaje, si no auto complaciente, por lo menos auto referido, orientado a personas que ya son propensas a su
discurso y/o estilo intelectual”.90
Resulta fundamental entender que el aporte de las ONG en los procesos de información
relacionados con procesos de desarme, control de armas y municiones no es el desarrollo de
mensajes y campañas. Por el contrario, su verdadero valor está en la legitimación de la información, en la difusión de la misma a través de sus redes y voceros; además de lograr la movilización activa para contar con la participación de las comunidades. El desarrollo de mensajes
y campañas debe ponerse en manos de especialistas que sepan traducir el sentir del interlocutor y de los medios que serán quienes podrán apoyar en el posicionamiento de los mensajes.
Aún cuando la participación de las ONG en el proceso de promoción de la campaña
por el “SI” en el referéndum para la prohibición de ventas de armas en el país no fue exitosa, si
lo fue su participación en el proceso de desarme voluntario, donde “una de las características
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
destacables del plan de entrega en Brasil fue, en líneas generales, la gran participación de la
sociedad civil, en particular de las iglesias y de varias ONG como Viva Rio y Sou da Paz, que
impulsaron las medidas y fueron actores fundamentales en su implementación, pues funcionaron como puestos de recepción de las armas”.91
Esta participación de la sociedad civil como mediadora en un proceso de entrega voluntaria de armas no sólo aumentó la confianza en la neutralidad del proceso, también permitió
ampliar el alcance a muchas más comunidades que las inicialmente pensadas. Esto fue evidente
cuando se estableció un puesto de recogida de armas en una de las sedes de la ONG Viva Río,
en Río de Janeiro, el éxito de esta iniciativa hizo que se extendiera a otros 23 estados brasileños.
“Viva Río confeccionó material conceptual y práctico gratuito sobre el desarme (y al
ser una ONG secular sin vínculos políticos o religiosos la aceptación que tuvo como
mediadora en la entrega voluntaria de armas fue mayor considerando que Brasil no
tiene conflictos interreligiosos, sus problemas son la violencia y la pobreza), organizaron talleres en los 23 estados implicados, se conectaron con líderes locales y regionales de todo el país y supervisaron todos los puntos de recogida de armas con el
apoyo de la policía civil”92.
En Brasil, gran parte de la aceptación de la población hacia el proceso de entrega voluntaria de armas tuvo que ver con la participación de las ONG como veedoras y con la selección de
240 iglesias católicas y evangélicas como lugares apropiados y seguros para entregar las armas.
“Las razones para seleccionar las iglesias incluían el hecho de que eran muy conocidas, estaban
ubicadas cerca de los lugares de trabajo y de los hogares de la mayoría de la población, eran fiables (mucho más que las comisarías policiales) y el hecho de que las armas eran destruidas por
los propios propietarios (quienes simbólicamente las inutilizaban con un martillo) hicieron
del proceso una experiencia exitosa en la que se destruyeron más de 5.000 armas de fuego”93.
En cuanto a la campaña de promoción del proceso,:
“fue fundamental el compromiso de los medios de comunicación como O Globo y
Folha y la inclusión del tema en telenovelas, en publicidades con personalidades y en
eventos artísticos. Sin embargo, dado que los valores del incentivo económico fueron
menores al precio de las armas tanto en el mercado legal como en el ilegal, no se fomentó la participación de sectores sociales bajos. Tampoco los jóvenes participaron
de forma masiva de la entrega de armas, un problema frecuente en estas campañas”.94
En 2002, el entonces Ministro de Justicia de Brasil, José Gregori decidió regular la producción de contenidos y la exhibición de programas con contenidos violentos en medios
audiovisuales “a partir del ‘derecho de los niños’ a no ser sorprendidos por productos inadecuados a sus perfiles psicológicos a través de la pantalla (…). A finales de 2006, el sucesor del
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Ministro Marcos Thomas Bastos, presentó un documento legal, estableciendo una política de
‘clasificación indicativa’ de las producciones (…). Cuestiones técnicas, culturales y políticas
pasaron a figurar en los programas de educación para la recepción, especialmente en los espacios de educación no formal. Efectivamente en Brasil, al igual que en América Latina, no
es exactamente en la enseñanza formal, sino en la educación popular y el trabajo que realizan
las organizaciones no gubernamentales, junto a niños y adolescentes, el ambiente privilegiado
para los ejercicios direccionados a la formación de espectadores críticos (…). El centro de las
preocupaciones no radican exactamente en la pantalla –sus signos, lenguajes o contenidos–,
sino en la relación entre las audiencias y los medios”95.
Claudia de Almeida Mogadouro* garantiza que desde la niñez los jóvenes se relacionan
con la televisión, y arroja que “43% de los adolescentes encuestados en escuelas públicas de
Brasil, ven telenovelas diariamente, el 44% las ven a veces y el 13% no las ven (...). Así la telenovela se ha convertido en uno de los productos culturales con más fuerte presencia en la
vida diaria de los jóvenes (…). Al profundizar el debate se hizo evidente que los adolescentes
pueden, a partir de lo que ven en la pantalla, profundizar temas importantes para sus vidas”.96
Muchos de los temas vistos en la telenovela son discutidos en la familia y, a pesar de
esto, todavía hoy en día las instituciones gubernamentales y la escuela permanecen ajenos a
esta realidad, en algunos casos por considerar a los medios y a la telenovela como influencias
negativas y en otros por considerar que son asuntos secundarios en el proceso de disminución de violencia generada con armas de fuego.
En el caso de Brasil, la Agencia de Noticias de los Derechos de la Infancia (ANDI),
en Brasilia, entendió la importancia del medio y de la telenovela como socializador no sólo
porque efectivamente puede coadyuvar en el aprendizaje social de la violencia, también porque diversos estudios realizados en USA y Canadá reflejan que la exposición prolongada a
la violencia en televisión ocasiona una normalización de la misma por parte de los jóvenes
espectadores97.
Para incentivar un cambio en el tratamiento de temas relacionados con violencia en
telenovelas y demás programas transmitidos en horario infantil, Brasil comenzó a participar
cada segundo domingo del mes de diciembre en el Día Internacional de Radio y TV a favor
de los niños. Esa fecha “todas las emisoras que participan, cuentan con el apoyo del Área
de Comunicaciones de UNICEF”98 quienes proporcionan talleres y materiales audiovisuales
para la formación de sus equipos de producción, guionistas y periodistas.
“El objetivo y reto principal de ese día es que los niños se conviertan en participantes
activos de los medios para hablar de los problemas que les incumben (…) Esta idea está siendo premiada cada año, desde 1994, por el Consejo Internacional de la Academia Nacional de
* Claudia de Almeida Mogadouro es investigadora del Núcleo de Investigación de la Telenovela de la Universidad de Sao Paulo, Brasil.
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Artes y Ciencia de la Televisión en Nueva York”99 y Brasil ha sido ganadora en varias oportunidades por el tratamiento que ha dado al tema de la violencia armada y la infancia en los
programas de TV y, especialmente, en las telenovelas.
De acuerdo a los resultados de la observación de programación televisiva de ficción
realizada en ocho países iberoamericanos durante 2008, desde el Observatorio Iberoamericano de la Ficción Televisiva (OBITEL), en Brasil fueron producidos doce títulos de producción
nacional que incluyeron unitarios, micro series, docudramas y telenovelas100. Estas últimas
son las más destacadas y las que en los últimos años han formado parte de un debate en torno
al “estrecho límite entre ficción y realidad, y la intención de educar a partir del abordaje de
temáticas reales y actuales”101.
Un ejemplo son las telenovelas escritas por Manoel Carlos y producidas por la Red
Globo: Mujeres apasionadas (2003) y Páginas de vida (2006). “Ambas ficciones son urbanas,
realistas y contemporáneas. Abordan hechos sencillos, presentes en el cotidiano de la vida de
las personas. Muestran la vida rutinaria, con situaciones incluso banales, teniendo como referencia el presente, el día a día del telespectador (…) Ambas telenovelas alcanzaron récords
de audiencia (…) por lo que desde hace varios años la Red Globo incluye en sus telenovelas
lo que denomina mercadeo social. En un informe anual de la productora y emisora se reveló
que en 2002 se emitieron un total de 1.138 escenas vinculadas con temas de interés social.
Abordaron temáticas como el alcoholismo, la salud sexual, la donación de órganos, el uso de
preservativos y el cuidado del medio ambiente, entre otros”102.
“Manoel Carlos, Benedito Ruy Barbosa y Gloria Pérez son algunos de los guionistas
y productores brasileños que se adhirieron a este propósito. ‘La ficción ha sido una
buena aliada en momentos de aclarar cuestiones importantes para la sociedad. La
telenovela como uno de los géneros con más alcance, debe estar atenta a esto’ (…).
En ‘Mujeres apasionadas’, Manoel Carlos introdujo una campaña en pro del respeto
al adulto mayor, que tuvo como objetivo sensibilizar a la audiencia y abrir camino
para mostrar que en Brasil los ancianos son relegados a un segundo plano. El abordaje de esta temática trascendió el ámbito de la telenovela y aterrizó en el Congreso
Nacional, la telenovela también incluyó entre sus temáticas a la violencia doméstica,
con el objetivo de incentivar la denuncia de estos casos y la violencia armada.”103.
El tratamiento de los temas relacionados con violencia en Brasil y más recientemente
en Colombia, dentro de la programación de los medios privados, ha contado con la asesoría
técnica del Sistema de Naciones Unidas y de diversas ONG especializadas en la materia. Esto
es fundamental para poder hacer un tratamiento adecuado del tema, lo cual contribuya a la
disminución de la violencia y logre prevenir su posicionamiento.
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De acuerdo con Rondelli* “los medios de comunicación actúan como constructores
privilegiados de representaciones sociales y, específicamente, de representaciones sobre el
crimen, la violencia y sobre aquellas personas involucradas en sus prácticas. Comprender el
sentido de esta violencia representada como agente directo e indirecto de la dinámica social
y cultural, posibilitará una reflexión y un análisis más adecuado de su relación con el proceso
general de simbolización de la realidad social”104.
La información, en especial aquella que se difunde a través de los medios, considerando
las premisas de la Comunicación para el Desarrollo, “puede ofrecer a las sociedades información
verificable y contextualizada, de tal manera que los ciudadanos puedan participar más activamente en la defensa de sus derechos y en el ejercicio de la vida democrática de las naciones”105.
“Los medios de comunicación juegan un importante papel en el desarrollo de las orientaciones culturales, las visiones del mundo y las creencias, como también en la distribución
global de los valores e imágenes. Ellas no sólo son espejos de tendencias culturales sino también son en sí mismas partes importantes de la sociedad (…) Por eso es importante identificar cuál es su contribución a la propagación de la violencia”106, o el aporte que pueden hacer
para disminuir la aceptación de la misma.
En este sentido, es importante fomentar la responsabilidad y el comportamiento ético
de los medios de comunicación. “El control centralizado y la censura han demostrado no ser
eficientes, y no cumplen con los criterios de las sociedades democráticas. Por lo que se deben
considerar tres estrategias importantes: el debate público y las conversaciones en ‘terreno neutral’ entre políticos, productores y profesores; el desarrollo de códigos de ética entre los profesionales de los medios y la autodisciplina de los productores; establecer formas innovadoras
de educación para los medios que permitan crear usuarios más competentes y críticos”107.
Este proceso requiere –sin lugar a duda– del diálogo entre las instituciones gubernamentales, las comunidades organizadas, las instituciones religiosas y cultos, ONG y medios
de comunicación, entre otros actores. De lo contrario, las iniciativas orientadas a disminuir la
violencia en los medios fracasarán por la omnipresencia de medios universales como internet
o las redes sociales.
Análisis de estrategias y experiencias de comunicación para la
promoción de una convivencia pacífica en América Latina
Analizar estrategias de comunicación y promoción de procesos de desarme, control de
armas y municiones, resulta complejo debido a las características particulares de cada caso.
Sin embargo, existen experiencias que han sido documentadas y sistematizadas donde se reconocen logros importantes en materia comunicacional.
* Elizabeth Rondelli es profesora en la Universidad Federal de Río de Janeiro e investigadora del Núcleo de Estudios y proyectos en Comunicación.
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Como primer elemento de análisis se encuentra el uso de la comunicación como catalizador para el desarrollo de programa de aprendizaje colectivo o aprendizaje social. Un
ejemplo de esto es la estrategia de comunicación: “Mejor hablemos”, desarrollada entre 1996 y
2000 para promover la convivencia pacífica en Cali, Colombia.
“La estrategia tenía como objetivos generar herramientas para la prevención de la
violencia, la promoción de la convivencia, la resolución de conflictos de forma pacífica y el
desarrollo de habilidades específicas para resolver problemas a través de formas no violentas;
cambiar las percepciones subjetivas sobre normas sociales y practicas violentas, teniendo en
cuenta que el comportamiento violento está controlado, al menos en parte, por normas y
actitudes sociales”.108
“Mejor hablemos” se basó en la Teoría del Aprendizaje Social de Bandura que sostiene
que los individuos adquieren sus conocimientos, destrezas y conductas de un modo instrumental, mediante la observación y la imitación de otros. Esto se explica, de acuerdo a este
planteamiento teórico, porqué en el ser humano ocurre una serie de procesos cognoscitivos
mientras observa, que influyen en su decisión de imitar o no alguna acción específica.
“Basándose en esta teoría, se buscaba disminuir en el mediano y largo plazo las actitudes y prácticas violentas que llevaban a que las comunas 13 y 20 tuvieran las tasas
de homicidios más altas de la ciudad, promoviendo comportamientos de convivencia
y el desarrollo de habilidades específicas para resolver los conflictos interpersonales a
través de procesos de observación aprendidos e implementados por sus habitantes”.109
En principio se dio capacitación principalmente a mujeres, líderes de hogar, interesadas
en aprender y compartir información sobre temas relacionados con la convivencia. Luego se
incluyó en los procesos de formación a otros grupos como personas de tercera edad, jóvenes
excluidos del sistema escolar y estudiantes.
A partir de la evaluación realizada se pudo identificar que la “estrategia de comunicación tuvo mayor penetración y fue mejor conocida en las áreas con intervención comunitaria y personalizada que en las áreas que usaron medios masivos de comunicación (…) Las
evidencias de promoción de la convivencia pacífica y prevención de la violencia con armas
de fuego han demostrado ser más costo-efectivas en los niveles primarios que en los niveles
secundarios y/o terciarios, por tanto estrategias como “Mejor Hablemos” es necesario promoverlas, estimularlas, desarrollarlas y difundirlas dentro de un proceso de ‘construcción
social’”110, no a través de medios masivos, sino del trabajo directo con las comunidades y es
allí donde el apoyo de las instituciones gubernamentales, las universidades y las ONG especializadas es fundamental para formar a las comunidades organizadas para que puedan
emprender acciones como esta en función de lograr los objetivos.
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Por su parte, en Pereira-Colombia, ciudad fuertemente afectada por la violencia con
armas, la municipalidad con el apoyo de diversas ONG ha desarrollado un amplio paquete
de proyectos en el cual se destaca una campaña pedagógica donde jóvenes que pertenecían a
grupos violentos recorren los colegios de la localidad llevando el mensaje: “No a las armas”.111
Este tipo de estrategias de educomunicación no sólo son útiles para deslegitimar el papel de
las armas como elemento de protección o seguridad, también son exitosos en la desmitificación de la violencia como elemento de estatus entre los jóvenes de sectores populares.
En el Informe Mundial sobre la Violencia y la Salud de 2003, se resaltó que mientras
el programa estuvo en funcionamiento “la tasa de homicidios de Cali descendió de un nivel
máximo nunca visto de 124 por 100.000 habitantes a 86 por 100.000 entre 1994 y 1997; es
decir, una reducción de 30%.”112
En 1995, en el Plan de Desarrollo: “Formar Ciudad”, el alcalde Antanas Mockus (19951997) estableció la cultura ciudadana como eje transversal, la cual definió como “el conjunto
de costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia,
facilitan la convivencia urbana y el reconocimiento de derechos y deberes ciudadanos.113
“Se afirmaba la existencia en Colombia de un divorcio entre cultura, ley y moral, que daba
cuenta de la existencia de una violencia y alto grado de conflictividad generalizadas, por lo que,
a partir del enfoque de la cultura ciudadana se buscaba modificar el comportamiento de los bogotanos introduciendo formas de regulación individual y colectiva a través de la pedagogía y la
comunicación (Llorente y Rivas, 2004:312)”.114 Este proceso es considerado por organismos internacionales como la ONU, PNUD, BID como uno de los planes estratégicos y de políticas públicas más exitosos para la reducción de la violencia generada con armas de fuego en la región.
“Durante la gestión de Enrique Peñalosa* (1997-2000) se puso en marcha el Plan de
desarrollo: ‘Por la Bogotá que queremos’, el cual basó su modelo de políticas públicas
para la ciudad argumentando la necesidad de un modelo igualitario de ciudad, con
un mayor énfasis en las condiciones externas a favor de los ciudadanos, mediante la
defensa del espacio público y la recuperación de entornos urbanos deteriorados, a fin
de generar espacios de orden (Llorente y Rivas, 2004:314). El manejo de la seguridad
se caracterizó por la adopción de la teoría de la ventana rota y el principio de cero tolerancia. Respecto a la teoría de la ventana rota, esta da cuenta de la importancia que
fue atribuida al espacio público y sus implicaciones para los ciudadanos, su entorno
y seguridad. Según dicha teoría, “si alguien rompe una ventana en un edificio y el
daño no se repara rápidamente, pronto romperán otras; luego comenzaran a arrojar
basura; enseguida personas dedicadas a actividades no lícitas se ubicarán allí y el
lugar terminará volviéndose de alta criminalidad” (Martín y Ceballo, 2004:159)”115.
* Enrique Peñalosa es licenciado en Economía e historia en la Universidad de Duke, USA. Con postgrados en administración y administración pública en el IIAP y la Universidad de Paris. Fue Alcalde de Bogotá entre 1998 y 2001
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Dichas medidas fueron acompañadas de estrategias comunicacionales donde se exhortaba a los ciudadanos a no ser tolerantes con la violencia, para ello se establecieron mecanismos anónimos que permitían denunciar y hacer públicos a través de medios comunitarios y
alternativos las alteraciones al orden público, los hechos de violencia e, incluso, las violaciones
de los derechos humanos sin que esto representara un riesgo para el denunciante. Estas medidas se acompañaron de la difusión a través de medios (masivos, alternativos y redes sociales)
de mecanismos alternativos para la resolución de conflictos, lo que impulsó las “Unidades de
conciliación y Mediación” y las “Inspecciones de Policía”. Esto además consolidó la participación de la ciudadanía como garante y defensor de la seguridad ciudadana.
En el caso de Brasil, la estrategia de comunicación asociada a la campaña para promover el desarme voluntario en 2003 tuvo sus efectos sólo como parte de una estrategia más
amplia de control de armas (implementación del Estatuto) y gracias a la participación de las
ONG y de los medios en dicha campaña (…) Las conclusiones provenientes de las evaluaciones analizadas sostienen que el plan de entrega de armas tuvo un importante impacto en la
reducción de la violencia, especialmente en Sao Paulo y Río de Janeiro (…) donde el plan de
entrega de armas redujo en un 11% las tasas de muertes con armas de fuego, especialmente
los casos de violencia interpersonal y por causas triviales (Dreyfus et ál., 2008).116
“En el Estado de São Paulo, las tasas de homicidios se redujeron en un 29% en el período 1999-2004 (de 56 a 40 homicidios por 100.000 residentes) (…) aún mayor en barrios muy
violentos dentro de la ciudad”.117 Algunos de los factores que explican esta reducción de los
hechos violentos asociados a las armas de fuego son similares a las experiencias de Cali y Bogotá, e incluyen el uso de sistemas de información integrados sobre violencia y control de armas que han facilitado la acción policial, la participación de las comunidades en programas de
promoción de convivencia pacífica, las oportunidades de desarrollo de espacios creativos para
los jóvenes, lo que apoyado por las campañas de promoción del desarme, la disminución de
armas ligeras a disposición de la gente y programas de desarrollo social como bolsas de trabajo
en zona populares, han significado un cambio sustancial en el bienestar de las comunidades.
“La importancia de los programas de prevención dirigidos a los jóvenes se debe a la
prevalencia de jóvenes entre los agresores y las víctimas de violencia. Hay numerosos programas de prevención social en América Latina que se centran en modificar los factores de
riesgo (aumentar los factores de protección) que llevan a los jóvenes a tener conductas violentas. Varían desde programas que enseñan técnicas de resolución pacífica de conflictos en
las escuelas (prevención primaria), a programas que promueven la reintegración a la familia
de jóvenes en riesgo o niños de la calle (prevención secundaria), al trabajo con los jóvenes
delincuentes, como los programas de libertad asistida (prevención terciaria)”118. Todos estos
programas son mucho más exitosos si se acompañan por una estrategia de comunicación que
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posicione mensajes claves asociados a la convivencia pacífica, y si esta estrategia se basa en
una comunicación viral no institucionalizada tanto mejor.
Otro aprendizaje importante extraído de la experiencia del estado de Río de Janeiro
tiene que ver con la publicación mensualmente de los registros de crímenes y otros eventos
ocurridos en todo su territorio en los Diarios Oficiales. Estas informaciones también están
disponibles en Internet y forman parte de un trabajo que se inició en 1999 como parte del
programa de Certificación de estadísticas y relaciones con los medios. Cuando se inicio la publicación de las cifras muchos de los ciudadanos dudaban de la transparencia de las mismas
y acusaban al gobierno de maquillar los hechos violentos para no dejar en evidencia sus debilidades en materia de provisión de seguridad a la población.
Como mecanismo para garantizar la veracidad de las estadísticas, el gobierno del estado de Río de Janeiro invitó a participar en el proyecto a diversos sectores de la sociedad, en
especial, investigadores que estudian el tema de la violencia, el crimen y la seguridad pública.
Los objetivos principales de esta inclusión fueron: garantizar la transparencia de los datos, incorporar conocimiento especializado en el análisis de las estadísticas provenientes de fuentes
policiales; y desagregar los datos por Áreas Integradas de Seguridad Pública (AISP), a fin de
producir mapas de riesgo que indiquen los puntos de concentración de ocurrencia delictiva.
Esta publicación periódica de las estadísticas auditadas por entes no gubernamentales
ha incrementado los niveles de confianza de los habitantes de Río de Janeiro hacia el gobierno
regional y ha permitido que la cantidad de publicaciones de noticias relacionadas con sucesos
disminuya en los medios masivos porque las estadísticas son públicas y se encuentran a disposición de todos los ciudadanos.
Estas líneas que han sido trazadas a través de las experiencias comunicacionales asociadas a procesos de promoción de cultura de paz en América Latina, serán profundizadas
y analizadas en los próximos capítulos a partir de las entrevistas realizadas a expertos en
comunicación, directores de medios de comunicación, periodistas y líderes de proyectos de
promoción de paz. De esta forma, se espera lograr una visión integral que permita trazar
un pliego de recomendaciones en materia de políticas públicas en comunicaciones para el
control de armas, municiones, desarme y la promoción de la convivencia pacífica en el país.
Se hace imprescindible comprender los tres ejes transversales donde actúa la comunicación en un proceso de desarme y construcción de paz: información, legitimación y participación. Luego, es necesario cruzarlos con los alcances que las acciones comunicacionales
tienen en la prevención de la violencia asociada con armas de fuego a través de programas de
formación y comunicación directa en comunidades; de deslegitimación de la violencia a partir de acciones simbólicas, campañas y experiencias testimoniales y a partir del tratamiento
transparente de la información para disminuir la espectacularidad asociada a la publicación
de sucesos en medios. ✱
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POLÍTICAS PÚBLICAS DEL
ESTADO VENEZOLANO EN
PROCESOS DE DESARME
Y ROL DE LOS MEDIOS DE
COMUNICACIÓN
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L
as políticas públicas asociadas al mantenimiento del orden público y específicamente
al control de armas en poder de civiles no es algo desconocido en nuestro país. Desde
la llamada Constitución Federal de Venezuela de 1811, redactada por Cristóbal Mendoza y Juan Germán Roscio se incluyen en el Capítulo VIII, sección Primera y Segunda, una
serie de artículos que regirán la seguridad pública en los primeros años de la construcción
de la República de Venezuela. En tal sentido, se pueden mencionar los siguientes artículos:
“178. Una milicia bien arreglada, é instruida, compuesta de los ciudadanos, es la defensa natural más conveniente, y más segura a un Estado libre. No deberá haber por
tanto tropas veteranas en tiempo de paz, sino las rigurosamente precisas para la seguridad del país, con el consentimiento del Congreso.
179. Tampoco se impedirá a los ciudadanos el derecho a tener y llevar armas lícitas, y
permitidas para su defensa; y el Poder Militar en todos los casos se conservará en una
exacta subordinación a la autoridad civil, y será dirigido por ella”119.
Luego de esta Constitución que tuvo un lapso de vida muy corto, Venezuela pasa por
varios procesos de organización político territorial. Con la separación de la Gran Colombia
en 1830, el país se fragmenta según Elías Pino Iturrieta* “la ausencia de recursos materiales
no permite a un solo jefe, ni a un solo partido, ni a un solo puñado de notables, establecer las
reglas del juego. Los gobiernos pretenden imponer una suerte de manual de conducta común,
pero sus propuestas permanecen en el papel”120.
Esta fragilidad en la convivencia pacífica nacional se mantiene durante el gobierno de
Ignacio Andrade y es Joaquín Crespo el llamado a recomponer el orden, pero no logró proteger al presidente y muere al iniciarse una nueva guerra civil. Durante un largo período, caracterizado por lo que comúnmente la historiografía denomina el “Caudillismo”**, Venezuela
vive el sobresalto de los combates en las regiones, la debilidad institucional, el endeudamiento
con otras naciones y las luchas políticas entre federales y liberales.
* Elias Pino Iturrieta es historiador por la Universidad Central de Venezuela. En 1969 obtiene su doctorado en El Colegio de México y luego
se desempeña como investigador, escritor, director de la Academia Venezolana de la Historia y del Centro de Investigaciones Históricas de
las Universidad Católica Andrés Bello.
** El caudillismo, es como tradicionalmente se llama al fenómeno político-social que surgió en los territorios Latinoamericanos durante el
siglo XIX con el auge de los caudillos. De acuerdo con el Dr. Pedro Castro, investigador adscrito al departamento de sociología en la Universidad Autónoma Metropolitana de México: “El origen de la palabra caudillo viene del diminutivo latino caput, que significa “cabecilla”, y
aunque no existe una definición actual única e incontrovertible, tanto en términos académicos como populares el término evoca al hombre
fuerte de la política, el más eminente de todos, situado por encima de las instituciones de la democracia formal (…) los caudillos ejercen
un liderazgo especial por sus condiciones personales; que surge cuando la sociedad deja de tener confianza en las instituciones.
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
Según Inés Guardia*:
“Se puede comprender este proceso recurrente en la historia venezolana, señalando
que a partir de 1830, la violencia sistemática se convirtió en un mecanismo fundamental en el debate político, a pesar de que en 1840, con la fundación del partido
liberal, se pretendió crear otro escenario de lucha política y dar a conocer una nueva
manera de oposición a los distintos. Sin embargo, fueron las luchas caudillistas de
fines del siglo XIX expresadas alzamientos, rebeliones, movimientos armados, insurrecciones y revoluciones, los mecanismos de lucha política que se manifestaron en
cada crisis”121.
A pesar de la situación de reyertas y alzamientos que se producen en el país, Venezuela
proclama en 1858 su segunda Constitución, texto de importancia capital porque establece el
sufragio directo y universal (aunque el mismo no tuvo aplicación práctica). Adicionalmente, es la primera oportunidad en la que se crea legalmente la figura de los jurados para los
juicios criminales, lo cual supuso establecer las diferencias entre los derechos y las garantías
de los habitantes en el país, fuesen estos venezolanos o extranjeros. Asimismo, aunque no se
observan políticas específicas en materia de desarme, en esta carta magna se menciona en el
título V, de los derechos individuales, artículo 15. “Todos los venezolanos tienen el derecho
de asociarse o reunirse, sin armas, con cualquier objeto público o privado, y el de representar
a las autoridades lo que estimen conveniente”. Este aporte de la constitución sirvió de base
para exponer en las ordenanzas municipales que en las reuniones públicas no se podía portar
armas de fuego, ni blancas.
Años más tarde, “cuando Cipriano Castro llega al gobierno en 1899, el país sigue dividido en multitud de parcelas que no le rinden obediencia al poder central”122. El gobierno
de Castro es convulso y el endeudamiento de Venezuela ocasiona un bloqueo a sus costas. A
partir de esta situación, el discurso del presidente y sus acciones patrióticas logran unificar las
regiones divididas, reconociéndolo como líder.
Una vez que Cipriano Castro logra superar las barreras impuestas por el bloqueo internacional, comienza a unificarse el país en torno a un presidente, cuya primera acción, una vez
eliminada la amenaza internacional, fue el desarrollo de un plan de desarme civil.“Procura el gobierno quitarle a la sociedad, pero especialmente a sus cabecillas, los hierros que la hacen levantisca: fusiles, escopetas, chopos, navajas y todo cuanto pueda ofender y alarmar.Aunque no logra
completar la operación, puede hacerse de numerosos objetos bélicos que pone a resguardo”123.
Este proceso de desarme, estuvo dirigido principalmente a los grupos armados de la Revolución Restauradora y de bandas irregulares en las diferentes regiones del país que tenían
como fin llegar al poder. En este momento político, la idea de seguridad estaba relacionada
* Inés Guardia Rolando es licenciada en sociología y candidata a doctora en historia por la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas.
Obtuvo su maestría y doctorado en ciencias políticas por la Universidad Simón Bolívar en Caracas.
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con el componente militar, el cual fue ordenado con una formación profesional por Cipriano
Castro para poder controlar a los grupos armados y unificar la República.
Esta es la primera oportunidad en que Venezuela atraviesa por un proceso de desarme
progresivo, ocasión de especial interés porque antecede a una serie de gobiernos dictatoriales
y democráticos, donde la posición del Estado es la de reprimir o la de controlar el orden y el
espacio público para proporcionar seguridad a los ciudadanos.
En relación a los lineamientos de regulación de medios, durante la época era común
durante los gobiernos de Cipriano Castro y de Juan Vicente Gómez ver “decomisos de libros
en las aduanas del país, expulsiones de extranjeros, y obstaculización de la distribución de
periódicos y revistas. Tal fue el caso del periódico “El Pregonero” en 1904 –quizás el primer
acto censor del siglo XX–. Para aquel entonces Castro decretó que debido a las permanentes críticas efectuadas por el periódico contra el servicio postal, este no podría continuar
consignando sus ediciones en las estafetas de correo para su oportuna distribución. Castro
suspendió la medida tres meses más tarde”124.
Con la llegada de Juan Vicente Gómez al poder, se establece una dictadura que se extiende hasta 1935. En este período se produjeron siete reformas constitucionales, entre las que
destaca la “Constitución de 1936, donde se establece: ‘La Nación garantiza a los venezolanos
la libertad del pensamiento, manifestado de palabra, por escrito o por medio de la imprenta
u otros medios de publicidad, pero quedan sujetas a pena, conforme lo determine la ley, las
expresiones que constituyan injuria, calumnia, difamación, ultraje o instigación a delinquir.
No es permitido el anonimato ni se permite ninguna acción o propaganda de guerra ni encaminada a subvertir el orden público o social. Se consideran contrarias a la independencia,
a la forma política y a la paz social de la Nación las doctrinas comunista y anarquista, y los
que las proclamen, propaguen o practiquen serán considerados como traidores a la Patria y
castigados conforme a las leyes’”125.
El mantenimiento del orden público era potestad absoluta del Estado, los cuerpos de seguridad eran rigurosos en el control de su cumplimiento y, durante la época, aquellos que no
adversaban los ideales políticos de la dictadura vivieron un clima de aparente seguridad. “Para
aquel momento estábamos en presencia de un tipo de Estado formal y concretamente autocrático. La “política” era abiertamente despótica. El rasgo fundamental de la “Política Comunicacional” era la concentración de poder en manos de una minoría: una minoría con poder de comunicar, con poder de informar, de censurar, de decidir quién tenía derecho a hablar y opinar”126.
Posterior a la muerte de Juan Vicente Gómez comienzan a surgir diversas fuerzas políticas, que luego se consolidan como partidos políticos. En este marco, se desarrolló el período
presidencial de Eleazar López Contreras, quien durante su gestión adelantó diversas acciones
en materia de seguridad y control de armas. Así tenemos que creó la Guardia Nacional el 4 de
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agosto de 1937, según decreto N° 1320, el cual tenía como fin servir como cuerpo de cooperación a las fuerzas armadas y las policías.
Del mismo modo, en 1939 promulga la Ley General de Armas y Explosivos, según
Gaceta Oficial N° 19.900 de fecha 12 de junio de 1939, en la cual se define quién puede tener
un arma, qué tipo de arma puede ser y bajo qué condiciones puede obtenerla; destacando
que el único que pueda controlar y aprobar que otros porten armas es el Estado. Además, de
promulgar el Código Penal y la Ley Contra Vagos y Maleantes, las cuales son utilizadas para
que cualquier persona pudiera ser acusada de alterar el orden público o ser reclutada para
incorporarse en los cuerpos militares.
En materia comunicacional, en este período “la normativa jurídica para los medios
radioeléctricos (…) aparece en nuestro país entre 1936 y 1940. Para esas fechas se promulga,
en pleno gobierno del General Eleazar López Contreras, la Ley de Telecomunicaciones y el
Reglamento de Radiocomunicaciones. En esos instrumentos se regulaba todo lo relativo ‘(…)
al establecimiento y explotación de todo sistemas de comunicación telegráfica por medio de
escritos, signos, señales, imágenes y sonidos de toda naturaleza, por hilos o sin ellos u otros
sistemas y procedimientos de transmisión de señales eléctricas o visuales’”127.
Esta legislación estuvo vigente durante 60 años, hasta que en el año 2000 se aprueba
la Ley Orgánica de Telecomunicaciones. Antes de la aprobación de este nuevo instrumento
legal se aprobaron varios decretos y resoluciones “que tenían que ver con aspectos sociales,
culturales, de contenido, educativos y de operación”128
Ahora bien, entre 1945 y 1948, Venezuela experimentó un llamado proceso democrático que dio pasó a una Asamblea Constituyente, elecciones presidenciales y municipales. El
proceso de democracia no logró cristalizarse en el país y en pocos meses se produjo un giro
político que sumió a Venezuela en la dictadura de Marcos Pérez Jiménez hasta el año de 1958.
Durante la dictadura de Pérez Jiménez el orden público continuaba siendo potestad
absoluta del Estado. La creación de la Seguridad Nacional* no sólo criminalizaba la militancia
de los partidos Acción Democrática y del Partido Comunista de Venezuela, también reprimía
con rigor cualquier intento de alterar el orden público. La cantidad de presos se incrementó
de forma importante durante estos años.
Es importante destacar que “el 22 de noviembre de 1952, en plena dictadura, irrumpe en
Venezuela, al igual que en Argentina, Colombia y Perú, la televisión. Se inicia como un medio
estatal, aunque rápidamente irán surgiendo estaciones con patrones de televisión privadacomercial, casi nula reglamentación y con gran influencia de las trasnacionales audiovisuales
americanas”129.
* La Seguridad Nacional era una dirección policial que tenía como fin mantener el orden público, dependiendo del entonces Ministerio de
Relaciones Interiores. Sin embargo, este cuerpo de seguridad fue utilizado como policía política de Marcos Pérez Jiménez para controlar
a los grupos que le eran adversos.
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Este hecho dará paso a futuras experiencias de promoción de convivencia pacífica a
través de campañas y programas para radio y televisión. Hasta entonces toda la información
relacionada con seguridad y orden público se transmitía a través de comunicados, proclamas
y decretos emanados del Estado y, salvo contadas excepciones, más bien de carácter personal
y aislado. No se desarrollaban ni en la prensa, ni en la radio campañas ni estrategias de comunicaciones para promover la convivencia y el orden público.
Luego del derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958, se inicia el
llamado período democrático venezolano, precedido por la alianza conocida como el “Pacto
de Punto Fijo”, que supuso un acuerdo establecido entre los partidos de oposición para culminar la situación de transición.
Durante esta etapa continuó entendiéndose el orden público como una responsabilidad
del Estado, que debe mantenerse para garantizar a los ciudadanos la seguridad personal. Esta
posición permite que surjan discursos, ampliamente aceptados entre los ciudadanos, como
“mano dura”, “lucha contra el crimen” y “plomo al hampa”, buscando legitimar políticas represivas para luchar contra la inseguridad. En el ámbito de las comunicaciones el primer período
de la historia democrática venezolana transcurre sin mayores pronunciamientos en cuanto al
desarme y la violencia asociada al uso de armas de fuego. No eran temas fundamentales en la
agenda pública, las preocupaciones más álgidas del país eran otras para ese entonces.
Las propuestas venezolanas en relación a la comunicación durante ese período histórico,
“estuvieron marcadas por un espíritu de concertación con el sector privado y por el interés por
brindar servicios complementarios. Los presidentes Carlos Andrés Pérez (74-79) y Herrera
Campíns (79-84) realizaron planteamientos de políticas de comunicación en una continuidad
pluralista, pese a las presiones empresariales, la crisis económica y las limitaciones del Estado”130.
Según sostiene Max Tello*, en términos de legislación y elaboración de políticas públicas en comunicaciones:
“Los corpus políticos venezolanos han sido los más coherentes e integrados de América Latina. La razón es que siempre se han sostenido en un esfuerzo de investigación
previa. Durante la administración del presidente Pérez se reguló la publicidad, se
crearon y reorganizaron los Ministerios de Comunicación e Información, se creó
la Oficina Central de Información y la Comisión Nacional de Cultura. Esta última
encargó la producción del informe RATELVE, que contenía propuestas sobre radiodifusión de servicio público, concertación entre los sectores público y privado, servicios complementarios, calidad de infraestructura y programación y ampliación de
la cobertura.
* Max Tello es licenciado en Comunicación Social egresado de la Universidad de Lima en Perú, con un Master en Estudio sobre información y tecnología por la Universidad de Liverpool; y estudios de postgrado en Estudios de Población por la Universidad de Costa Rica.
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El V Plan de la Nación (1976-80) –durante la administración de Pérez– vincula la comunicación al desarrollo, reconoce la necesidad de control estatal, plantea la creación
del Sistema Nacional de Comunicación Social, la participación colectiva, la integración regional y la evaluación de la tecnología a incorporar. Finalmente se pronuncia
en favor del Nuevo Orden Económico Internacional
Durante la administración de Herrera Campíns el VI Plan (81-84) define las políticas
de la comunicación en razón del desarrollo, el acceso y la participación, la consolidación del sistema de medios del Estado y el apoyo al Nuevo Orden Mundial de la
Información y la Comunicación”131.
El proyecto RATELVE sostenía que el gobierno debía regular el sistema nacional de
radiodifusión, generando una política pública de comunicaciones que fortaleciera la creación
de un sistema de propiedad de medios mixtos y que ejerciera control sobre los contenidos y
la publicidad transmitida por los medios radioeléctricos. Este esfuerzo no logró concretarse
debido a las críticas de los medios privados y parte de la sociedad, convirtiéndose así en un
esfuerzo teórico y académico reconocido internacionalmente, pero sin mayor repercusión en
el panorama de los medios venezolanos.
Estos proyectos, decretos y regulaciones representaron algunos de los esfuerzos realizados para promover un uso más equilibrado del espacio en los medios, en especial en lo que se
refiere a los medios radiofónicos. Sin embargo, durante este período e, incluso hasta nuestros
días, son los medios privados quienes dominan los contenidos, la penetración y las audiencias
en todo el territorio nacional.
Los medios públicos y privados desarrollaron durante todo el período 1958-1988 una
variedad de campañas de concientización para promover la convivencia ciudadana y pacífica.
Pero es importante destacar que estos esfuerzos no respondían a una política pública consultada y consensuada. En su mayoría partían de las preocupaciones particulares de los medios
o de alguna recomendación gubernamental o empresarial.
Entre las campañas con mayor repercusión en promoción de una convivencia pacífica se
encuentran las desarrolladas por Renny Ottolina. El conocido animador fue el primer director
de Venevisión en 1953, cuando el canal inicia sus transmisiones “con el apoyo de la cadena norteamericana American Broadcasting Company (ABC) y la corporación de bebidas gasesosas
Pepsi-Cola Internacional”132,en sociedad con el empresario cubano-venezolano Diego Cisneros.
Luego Ottolina pasa a trabajar en 1954 en Radio Caracas Televisión (RCTV), primero
como animador del programa “Lo de Hoy” y luego con programas como “Tómelo o déjelo”,
“Venezuela mira su futuro” y “El Show de Renny”. En 1960 se convierte en el primer animador
latinoamericano en tener sus propio programa en inglés, al ser contratado por el canal 7 New
York-W ABC TV. En 1964, de vuelta en Venezuela, Renny Ottolina se convierte en el animaComisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
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dor número uno de Venezuela, gracias al programa “Renny Presenta” y a la tercera etapa de
“El show de Renny”, transmitidos por RCTV.
A principio de los años setenta, Ottolina comienza a participar en una serie de campañas de concientización para promover la ciudadanía y la convivencia entre los venezolanos.
Por esto, renuncia a ser imagen de publicidades de cigarrillos y licores y participa como
voluntario en una campaña desarrollada por el Ministerio de Transporte y Comunicaciones
para incentivar el respeto a las normas de tránsito. Dichas campañas son todavía referencia
para los ciudadanos y para algunos medios de comunicación que se encuentran desarrollando experiencias similares.
En el ámbito sociopolítico existe durante los años 60, 70 y 80 una tendencia a la profesionalización en el país, se incrementa el acceso a la educación básica, se fortalece el sector
cultural y se crea un sistema de salud y seguridad social. Sin embargo, “esto no parece haber
influido en la marcha de los asuntos políticos internos; en estos años, la corrupción fue creciendo, las desigualdades sociales se acentuaron y, por último, en febrero de 1983 se produjo
la mayor crisis económica de la historia de Venezuela, con la devaluación del bolívar y la
constatación del prodigioso crecimiento de la deuda exterior, acompañado de los síntomas
clásicos de la crisis: paro, inflación, etcétera”133.
Entre los años setenta y noventa comienza a surgir una serie de investigaciones académicas que analizan la relación entre lo transmitido por los medios de comunicación, especialmente por la televisión y lo percibido por las sociedades. De acuerdo con McCombs*
“en casi todos los temas del repertorio público los ciudadanos ven una realidad de segunda
mano que viene estructurada por las informaciones que dan los periodistas de esos hechos
y situaciones. Esta información viene seleccionada y filtrada, desde la escogencia del tema,
pasando por el espacio que se le dedica o la cantidad de tiempo o repeticiones que se hagan
de la misma (…) El autor, sin embargo, advierte sobre cualquier determinismo de su teoría:
‘el establecimiento de la agenda no es un regreso a la teoría de la aguja hipodérmica (o de
la bala): no postula unos efectos todopoderosos de los medios. Ni tampoco considera a los
miembros de la audiencia unos autómatas, que están esperando a que los medios informativos vengan y los programen”134.
La referencia teórica es fundamental para entender lo ocurrido a finales de los noventa.
Las agendas informativas de los medios estaban cargadas de violencia, pero esto no se debe necesariamente a un interés en posicionar el tema en la agenda pública, sino que se explica porque los hechos que marcan este período histórico están marcados por acontecimientos muy
violentos. “En 1989 ocurre el llamado Caracazo y en 1992 hubo dos intentos para derrocar al
* Maxwell McCombs, profesor de comunicación en las universidades de Los Ángeles (1965-66) y Carolina del Norte (1967-73). Fue director del News Research Center de la American Newspaper Publishers Association (1975-84). Es uno de los principales referentes de la
“Teoría del establecimiento periodístico de temas” o “Agenda Setting”.
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gobierno. El sistema representativo se pone en tela de juicio y aumenta progresivamente la
abstención electoral. Entra en crisis la democracia representativa y aparece de nuevo el pensamiento antipartidista en la opinión pública. Todo esto prepara el escenario para el ‘colapso
electoral de los partidos políticos tradicionales en 1998, el triunfo como presidente de quien había sido el protagonista de una de las rebeliones militares del año 1992 Hugo Chávez Frías’”135.
Luego de la llegada de Hugo Chávez Frías a la Presidencia de la República se inicia
un período de reformas, que tiene su punto central en la aprobación de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela. Las modificaciones en la carta magna y la situación
de exacerbación de la violencia que se vivía en el país, son fundamentales para entender la
situación actual.
De acuerdo con Gilda Núñez*:
“En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) de 1999 se
consagra por primera vez a nivel constitucional la seguridad ciudadana (artículo 55),
entendida en sentido amplio como la protección de los derechos, libertades y garantías constitucionales. Ello implica –al menos conceptualmente– la superación del
tradicional modelo de seguridad basado en el orden público acuñado durante largo
tiempo en el país, que garantizaba sobre todo el normal funcionamiento de las instituciones del Estado y bajo el cual se protegía el orden económico y político, tanto
en gobiernos dictatoriales como democráticos, incluso por encima de los derechos y
garantías civiles”136.
Este paso del orden público a la seguridad ciudadana generó un quiebre de la irrupción
del control del Estado en la lucha contra la inseguridad, que diera paso a la protección de los
derechos ciudadanos a través de un servicio público de protección de la seguridad y la promoción de una mejor convivencia desde las instituciones gubernamentales.
“Para el período 2001-2007 fue diseñado un Plan de Desarrollo Económico y Social
de la Nación (…) donde se reconoce la seguridad ciudadana como una condición
fundamental para el desarrollo humano, garantizando la superación de amenazas,
vulnerabilidad y riesgo para la vida de las personas y sus propiedades, la paz y la convivencia pacífica, y ello se alcanzará –según el Plan– con la nivelación de los desequilibrios macrosociales, la prevención y control del delito y con la reestructuración del
sistema penitenciario. Bajo esta concepción en materia de seguridad ciudadana, el
Plan establece que: El enfrentamiento de los índices de criminalidad, se asume como
una política integral, que comprende, por una parte, la reducción de las desigualdades sociales, el incremento del nivel de empleo y la atención a los grupos sociales relativamente pobres y, por la otra, una política específica para la prevención y combate
de la criminalidad y la violencia”137.
* Gilda Núñez es Doctora en Derecho por la Universidad de Barcelona en España; y se desempeña como docente e investigadora del Instituto de Ciencias Penales de la Universidad Central de Venezuela.
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Esta propuesta que supone la evolución hacia una seguridad ciudadana más humana y
preocupada por los derechos humanos encontró graves escollos en la práctica real por el nivel de pugnacidad que generaron en el país los sucesivos hechos de violencia ocurridos entre
1992 y 2002. Es importante destacar que desde 1899, luego del primer plan de desarme de
la población civil realizado durante el gobierno de Cipriano Castro, Venezuela siempre tuvo
políticas de seguridad que implicaban el resguardo del orden público a través de las fuerzas
de seguridad y en algunos casos a través del uso de fuerzas represivas. El cambio que supone
esta nueva política pública en la forma de entender la seguridad ciudadana –acompañada
de una disminución de las políticas– requería de la participación de la sociedad para poder
cristalizarse y profundizarse.
“Cuando se habla de seguridad ciudadana se ven involucrados distintos actores: distintas instancias públicas y privadas, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, y sobre todo la sociedad civil como parte importante para la solución de los
asuntos públicos; sin embargo –y muy especialmente– son las actividades desarrolladas por (y desde) el Estado las que ponen a prueba la coherencia política e institucional de todo el sistema, por cuanto el desarrollo de la política de seguridad requiere de
la intervención de una multiplicidad de organismos, y en su debida articulación, el
Estado tiene una gran responsabilidad. Específicamente a los organismos del Poder
Público Nacional (Asamblea Nacional, Ministerio del Interior y Justicia, Ministerio
Público y Tribunales de la República, entre otros) les corresponde desempeñar un
papel fundamental en el desarrollo de la política nacional de seguridad”138.
En lo referido a las comunicaciones, “en cada una de estas coyunturas el papel de las
empresas privadas de comunicación ha sido protagónico (…) los medios de comunicación
privados se han constituido en una importante tribuna política para la oposición al gobierno.
Por su parte, el gobierno ha tenido unas recíprocas relaciones virulentas con las empresas privadas de comunicación, en una clara aversión política mutua. Ante la relevancia que ha alcanzado la diatriba político-mediática con las empresas privadas de comunicación, el gobierno
ha creado nuevos medios de comunicación del Estado, así como promovido el surgimiento
de medios de comunicación alternativos”139.
Desde la perspectiva de Maryclen Stelling*:
“Los medios de comunicación social se han convertido en ejércitos, en la batalla de
confrontación del enemigo, de destrucción del enemigo a través de la palabra, de las
caricaturas (…) tratando de destruir al contrario de manera simbólica. Los medios
* Maryclen Stelling es socióloga, con especialización en Desarrollo Organizacional. En su ejercicio profesional ha sido Directora Ejecutiva
del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos; Coordinadora del Observatorio Global de Medios, Capítulo Venezuela; Rectora suplente del Consejo Nacional Electoral Vicepresidenta de la Junta Directiva de la Asociación de Planificación Familiar (PLAFAM) y
Miembro del Consejo Asesor del Portal de Estudios en Comunicación y Periodismo.
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
tienen ahorita una importancia absoluta en la confrontación política, porque además, los partidos políticos están absolutamente debilitados, llámese PSUV, llámese
Primero Justicia, no son fuertes como partidos, se han convertido en maquinarias
electorales.
Los partidos son hoy en día maquinarias electorales y al presentarse esa situación los
medios toman protagonismo por lo que podrían ser importantes actores en coadyuvar en políticas de promoción de la cultura de paz”.
Aún cuando el Estado venezolano se ha preocupado por abrir nuevos espacios comunicacionales y por incrementar la participación de los medios comunitarios en el debate nacional, los medios privados han incorporado con mucha fuerza el tema de la inseguridad
en su agenda noticiosa. La inclusión de este tema se incrementó “a mediados del año 2006,
cuando las empresas de comunicación dieron una impresionante cobertura a cuatro casos:
1) El asesinato de tres estudiantes universitarios en el sector Kennedy (Caracas) por parte de
cuerpos policiales; 2) el secuestro y posterior asesinato de los hermanos Faddoul y su chofer;
3) el asesinato del influyente empresario Filippo Sindoni y 4) y el asesinato del sacerdote Jorge
Piñango, quien fue encontrado muerto en la habitación de un hotel capitalino”140.
Esta situación convirtió el tema de la violencia y la victimización delictiva en un asunto
politizado. Sectores de la oposición, los medios e incluso algunos voceros del gobierno comenzaron a vincular los hechos de violencia con la pugnacidad existente entre los afectos al
oficialismo y la oposición, explicando el tema como un resultado de las “agendas mediáticas”
o “con la ineficiencia del gobierno”, lo que ha ocasionado que se pierda de vista los verdaderos
detonantes del problema y las acciones que permitirían una disminución del mismo.
De acuerdo con Keymer Ávila*:
“La conflictividad y violencia social son temas que ameritan una discusión política
profunda, seria y comprometida, que trascienda a las meras coyunturas electorales
(...) La instrumentalización de estos temas por este tipo de coyunturas hace difícil
crear condiciones para la construcción y desarrollo de políticas democráticas de prevención y contención de la violencia. La política criminal no debe estar supeditada
a los ritmos de la agenda mediática (…) En este sentido, es necesario que las instituciones gubernamentales no sean tan fácilmente seducidas o inducidas por estas lógicas, el debate político coyuntural es inevitable para el gobierno, pero la elaboración
y ejecución de políticas coherentes, democráticas e inclusivas, de protección de los
derechos fundamentales en el día a día de las personas, es su deber”141.
* Keymer Ávila es abogado, egresado de la Universidad Central de Venezuela, con Master en criminología y sociología jurídica penal de la
Universidad de Barcelona, España.
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El debate en torno al tema del posicionamiento de la violencia en la agenda pública,
no debe centrarse en la búsqueda de culpabilidades, debe dirigirse hacia la comprensión del
fenómeno y la formulación de estrategias conjuntas por parte del Estado, la sociedad y los
medios de comunicación que logren contribuir a la disminución de la violencia.
“La demanda que ejercen sobre los gobiernos grupos de poder que a su vez operan
sobre medios de comunicación que aptos para generar una gran alarma social a partir de
una difusión escandalizadora de los hechos delictuales, emprenden campañas de ley y orden.
Estas campañas de ley y orden crean, o más bien aumentan un sentimiento de inseguridad
que usualmente está muy por encima de los índices reales”142.
Para evitar esta sensación de inseguridad se requiere que los medios utilicen fuentes
oficiales e índices confiables sobre la violencia generada por las armas de fuego que diversifiquen el tratamiento que tradicionalmente hacen de la noticia de sucesos, incluyendo análisis
sobre las causas y consecuencias de la misma. De esta forma, los ciudadanos podrán tener una
comprensión mucho más amplia del problema. ✱
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SITUACIÓN ACTUAL EN
VENEZUELA A PARTIR DE LA VOZ
DE ESPECIALISTAS, DIRECTORES
DE MEDIOS, PERIODISTAS
Y ORGANIZACIONES
COMUNITARIAS
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Contexto
E
n Venezuela, la mayoría de los medios informativos, impresos y digitales, publican la
información relacionada con homicidios y hechos violentos que involucran armas de
fuegos en una sección denominada “sucesos”. Así lo refleja la consulta realizada, durante el desarrollo de esta investigación, a 60 diarios y semanarios de distintas regiones del país.
60
50
40
30
20
10
0
No poseen sección de sucesos
Tienen sección de sucesos
El 85% de los medios consultados poseen una sección para la publicación específica
de las informaciones relacionadas con violencia, principalmente los diarios regionales que
representan un 75% de la muestra. Sólo dos de los periódicos: Wayuunaiki en Zulia y diario
el Católico en Los Andes, carecen de un espacio específico para este tipo de noticias. Sin embargo, incluyen algunos hechos destacados en sus páginas de actualidad.
En el diario de mayor circulación nacional, Últimas Noticias, este tipo noticias son
escritas por periodistas especializados en el tema y suelen ser supervisadas por los jefes de
información. Así lo expresó Wilmer Poleo, coordinador de sucesos de ÚN en una entrevista
realizada para el desarrollo de esta investigación. Al respecto, Poleo expresó: “Muchas veces,
hay una línea editorial en los medios para trabajar las noticias de sucesos, aquí particularmente, las cosas se dicen en formas muy sutiles. Hay periódicos en donde si te ordenan explícitamente seguir casos específicos”.
El tratamiento de la violencia en los medios de comunicación es un tema ampliamente
estudiado por académicos, así como la importancia que tiene el marco regulatorio que suponen las políticas públicas en comunicaciones para poder incentivar y promover una cultura
de paz a través de estos espacios informativos.
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
De acuerdo con Fernando Buen Abad*: Fundador de la Universidad de la Filosofía,
Miembro del Comité Consultor de Telesur y representante de la Fundación Federico Engels
en Argentina:
“Las herramientas de comunicación con que contamos hoy tienen una capacidad
para incentivar la construcción de conciencia y la clarificación de problemas sociales
que todavía no hemos acabado de descubrir en su mayor y mejor potencia, (...) en
el campo específico de las tareas de construcción de climas de paz, en los cuales la
convivencia se haga más fraterna, más solidaria, más participativa, las herramientas
comunicacionales pueden ser de gran utilidad”.
Por las razones antes expuestas, se incluyó en el análisis una caracterización de la publicación o transmisión de información relacionada con violencia y una serie de entrevistas
realizadas a un grupo de especialistas en el área.
La especialización se estableció desde lo académico, especialmente relacionado con
personas que han formulado estudios sobre comunicación, así como a partir del ejercicio periodístico o la formulación de líneas editoriales en los medios de comunicación que realizan
cobertura a los temas vinculados con violencia. Adicionalmente, se incluyeron profesionales
que han desarrollado proyectos comunitarios, cuyo objetivo primordial ha sido lograr la disminución de este flagelo.
Los perfiles establecidos para la selección de los entrevistados fueron subdivididos en
cuatro grupos: académicos, directores de medios o jefes de redacción, periodistas y líderes de
proyectos para promoción de una convivencia pacífica.
Académicos
Los criterios establecidos para la selección de los académicos fueron los siguientes:
»»
Ser profesionales egresados de las carreras de Comunicación Social o de licenciaturas
afines en el área de las ciencias sociales con especialización en el estudio de la comunicación.
»»
Título de maestría, estudios de postgrado o doctorado en áreas vinculadas a la comunicación.
»»
Investigaciones en materia de comunicación, las cuales debían estar arbitradas y publicadas por universidades o institutos de investigación iberoamericanos.
»»
Se consideró como deseable que los académicos en alguna de sus investigaciones hubiesen trabajado temas como: políticas públicas en comunicación, violencia y procesos de
comunicación alternativa y popular.
* Fernando Buen Abad es fundador de la Universidad de la Filosofía, Miembro del Comité Consultor de Telesur y representante de la
Fundación Federico Engels en Argentina
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Estos lineamientos permitieron reunir a un grupo de entrevistados con trayectoria en
el estudio riguroso de la comunicación social y sus implicaciones políticas, sociales, culturales
y formativas.
Directores de medios o jefes de información
El segundo grupo de entrevistados estuvo conformado por directores de medios, jefes
de redacción o información. Para la selección de los mismos se establecieron los siguientes
parámetros:
»» Ser profesional egresado de la carrera de Comunicación Social o de licenciaturas afines
en el área de las ciencias sociales.
»»
Tener la responsabilidad profesional de dirigir un medio de comunicación, bien sea
impreso, radiofónico o televisivo. En caso de no haber tenido experiencia como director de algún medio, fue necesario contar con profesionales que se desempeñaran como
jefes de redacción o información.
»»
Tener dentro de sus responsabilidades profesionales la formulación o establecimiento
de líneas editoriales para los periodistas que cubren las fuentes vinculadas con la violencia, especialmente relacionada con armas de fuego.
»»
Se consideró como deseable que tuviesen alguna especialización o maestría en comunicación, pero no se estableció como un elemento limitativo si su trayectoria profesional
era sólida y comprobable.
Estos lineamientos se establecieron para lograr reunir en el grupo de entrevistados a quienes tienen la responsabilidad de definir los lineamientos fundamentales para el tratamiento
de las informaciones vinculadas con violencia. Para ello fue fundamental contar con personas
encargadas de establecer, regular y supervisar las líneas editoriales que rigen la labor periodística, sobre todo de aquellos profesionales que cubren las denominadas “noticias de sucesos”.
Periodistas
Este grupo estuvo integrado por periodistas especializados en la cobertura de hechos
violentos. Los criterios de selección fueron:
»»
Ser profesionales egresados de la carrera de Comunicación Social o de licenciaturas
afines en el área de las ciencias sociales.
»»
Responsabilidad en el quehacer periodístico, trabajo reporteril o de investigación de los
temas vinculados con violencia, especialmente asociada a las armas de fuego. En caso
de no haber tenido experiencia profesional en el diarismo fue indispensable que el periodista haya tratado el tema a través de entrevistas o programas de opinión.
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»»
Manejo y tratamiento de noticias vinculadas con violencia.
»»
Se consideró como deseable que tuviese alguna especialización o maestría, pero no
se estableció como un elemento limitante, si su trayectoria profesional era sólida y
reconocida.
Estos criterios garantizaron que se pudiera contar con periodistas conocedores del oficio reporteril que tienen en sus manos la responsabilidad de registrar los hechos noticiosos
vinculados con la violencia en Venezuela.
Líderes de proyectos de construcción de paz
El cuarto y último conjunto de entrevistados estuvo conformado por líderes de proyectos comunitarios para la construcción de paz. Los criterios establecidos para la selección de
los ciudadanos y ciudadanas consultados fueron los siguientes:
»»
Contar con experiencia en el liderazgo de proyectos comunitarios para la disminución
de violencia y construcción de paz.
»»
Tener más de dos años de trabajo sostenido en el desarrollo de proyectos comunitarios.
Se consideró deseable que los mismos estuviesen sistematizados a través de las Tecnologías de Información y Comunicación.
»»
No se consideró limitante la formación académica de los entrevistados en este grupo.
En este grupo se incluyó a líderes de organizaciones no gubernamentales o comunidades organizaciones, con experiencias personales y directas en el parea de mediación, resolución pacífica de los conflictos y estudios sobre violencia.
Para realizar las entrevistas fueron seleccionados tres académicos, cuatro directores de
medios, cuatro periodistas de sucesos y tres líderes de proyectos de construcción de paz. Los
entrevistados no sólo cumplieron con los perfiles antes mencionados sino que, además, se
logró una muestra equilibrada de especialistas, a saber:
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Sector
Representante
Currículo
Maryclen
Stelling
Los estudios de Maryclen Stelling van desde la sociología
hasta el desarrollo organizacional. Las universidades donde estudió incluyen: Universidad Católica Andrés Bello,
Universidad Central de Venezuela en Caracas, Instituto
Universitario de Pesquisas de Río de Janeiro-Brasil; École
Pratique des Hautes Études de París-Francia. Durante su
ejercicio profesional ha sido directora ejecutiva del Centro
de Estudios Latinoamericanos “Rómulo Gallegos”; coordinadora del Observatorio Global de Medios, Capítulo Venezuela; Rectora Suplente del Consejo Nacional Electoral;
vicepresidenta de la Junta Directiva de la Asociación de
Planificación Familiar (PLAFAM) y Miembro del Consejo
Asesor del Portal de Estudios en Comunicación y Periodismo. Su hoja de vida también incluye más de diez años
como profesora de postgrado y pregrado en la Universidad Católica Andrés Bello; en la Fundación Escuela de Gerencia Social y en la Universidad Nacional Experimental
Politécnica de la Fuerza Armada Nacional.
Marcelino
Bisbal
Marcelino Bisbal obtuvo su licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, con
el mérito de Cum Laude. Una vez culminada su carrera
se dedicó a la docencia, la investigación y la comunicación. A través de su trabajo ha logrado obtener el respeto
y reconocimiento de la comunidad de especialistas latinoamericanos en el área, por su trayectoria como investigador y docente en la Universidad Central de Venezuela y
la Universidad Católica Andrés Bello. Bisbal cursó el doctorado en Ciencias Sociales otorgado por la Universidad
Central de Venezuela, y obtuvo el grado de especialista en
Análisis Semiótico de Textos por el Instituto Pedagógico
de Caracas. Fue director de la Escuela de Comunicación
Social de la UCV entre 1987 y 1990. Actualmente, es director del Postgrado en Comunicación Social de la Universidad Católica Andrés Bello.
Fernando
Buen
Abad
Fernando Buen Abad es Doctor en Filosofía. Tiene un
Máster en Filosofía Política, Licenciado en Ciencias de la
Comunicación, además, es Director de Cine, egresado de
la Universidad de Nueva York. Es uno de los fundadores de
la Universidad de la Filosofía; Miembro del Comité Consultor de Telesur y representante de la Fundación “Federico Engels” en Argentina. Fue vicerrector de la Universidad
Abierta de México, director del Instituto de Investigaciones sobre la Imagen de la misma casa de estudios, y profesor de semiótica, cine, producción audiovisual, periodismo, radio, lingüística, comunicación profesional integral,
técnicas en comunicación y comunicación internacional
en los pregrados y postgrados de diversas Universidades
de México, Argentina y Estados Unidos.
Académico
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Sector
Dirección
de medios
Periodismo
Representante
Currículo
Cenovia
Casas
Cenovia Casas es Licenciada en Comunicación Social,
egresada de la Universidad Católica Andrés Bello, con un
master en Ciencias Políticas de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos; y una trayectoria que incluye
años como reportera del diario El Nacional, cubriendo
la fuente parlamentaria; luego en la jefatura de la sección
“Internacional” del mismo periódico y actualmente en su
jefatura editorial. También fue consejera en la Misión de
Venezuela ante la OEA y parte del equipo responsable del
rediseño de El Nacional.
Vanessa
Davies
Vanessa Davies es periodista egresada de la UCV, con
una maestría en Comunicación Social de la misma casa
de estudios. Durante 17 años trabajó como periodista del
diario El Nacional, y actualmente es directora del Correo
del Orinoco. Además, es moderadora del programa Contragolpe, transmitido por Venezolana de Televisión.
Gerardo
Lombardi
Gerardo Lombardi es Licenciado en Comunicación Social, con amplia experiencia en comunicación alternativa
y comunicación para el desarrollo. Actualmente, Lombardi es Director Nacional del Instituto Radiofónico Fe y
Alegría; Presidente de la Asociación Latinoamericana de
Educación Radiofónica (ALER); y miembro de la Dirección General del Instituto Latinoamericano de Comunicación para el Desarrollo.
Eleazar
Díaz
Rangel
Eleazar Díaz Rangel es Lic. Comunicación Social en la
UCV. Su dilatada trayectoria en el ámbito de la comunicación social lo ha convertido hoy en día en el Director
del diario de mayor circulación en Venezuela, Últimas
Noticias (UN). Recibió la Mención de Honor del Premio
Nacional de Periodismo en 2006. Fue director de Venezolana de Televisión; presidente de la Asociación Venezolana de Periodistas, directivo del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Prensa; y presidente-fundador de la
Federación Latinoamericana de Periodistas. Actualmente
esprofesor jubilado de la UCV, donde se desempeñó como
director entre 1983 y 1986.
Tania
Díaz
Tania Díaz es periodista, egresada de la Escuela de Comunicación Social de la UCV. En su trayectoria profesional ha
trabajado en diversos medios de comunicación entre los
que se encuentran Radio Nacional de Venezuela y la antigua Venpres, hoy Agenda Venezolana de Noticias (AVN).
En 2002 entró a formar parte del equipo de Venezolana de
Televisión (VTV), y en 2010 fue designada presidenta de
esa planta televisiva. Ese mismo año fue nombrada Ministra del Poder Popular para la Comunicación e Información (Minci). También formó parte del equipo fundador
de ANTV, el canal de la Asamblea Nacional de Venezuela
y, actualmente, se desempeña como diputada por el Partido Socialista Unido de Venezuela y como conductora del
programa Toda Venezuela, transmitido por VTV.
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
Sector
Periodismo
Líderes de
proyectos de
construcción
de paz
Representante
Currículo
Thabata
Molina
Thabata Molina es Comunicadora Social, egresada de la
Universidad Santa María. Tiene diez años trabajando en
la fuente de sucesos. Los primeros cinco años fue pasante
del diario El Nacional y luego se quedó trabajando como
una de las periodistas fijas encargadas de la cobertura de
hechos violentos. En 2004 recibió el Premio Rafael Ángel
García otorgado por el Centro Comunitario de Aprendizaje por los derechos de niños, niñas y adolescentes (Cecodap), en la categoría Mejor Reportaje.
Pedro
García
Pedro García Otero es periodista egresado de la Universidad Católica Andrés Bello. Actualmente, es jefe de la sección Caracas del diario El Universal.
Wilmer
Poleo
Wilmer Poleo es comunicador social con 23 años de experiencia en medios impresos. Comenzó su carrera periodística en el Diario El Globo, haciendo la cobertura
deportiva, pero el oficio lo llevó a la fuente de sucesos.
Fue reportero de esa fuente en los diarios El Universal y
El Nacional. Hace 10 años entró a formar parte del equipo
de periodistas de Últimas Noticias, el diario con mayor
circulación en el país, donde comenzó realizando la cobertura de hechos noticiosos en la fuente política. Luego
de estar tres meses en esa área pasó a coordinar la sección
de sucesos de este diario. En el año 2005 recibió el Premio
Nacional de Periodismo, Mención Informativo-Prensa
Escrita por su columna semanal “Crónicas Negras”, donde
realiza análisis y reportajes de investigación sobre hechos
violentos.
Luisa
Pernalete
Luisa Pernalete es Licenciada en educación, pero su vocación por la formación de niños, niñas y adolescentes la
ha llevado mucho más allá de cumplir con lo establecido
en los programas formales de aula, dedicando su vida a
educar familias alrededor de Venezuela. Se inició en Fe y
Alegría mientras era estudiante universitaria. En 1990 fue
directora de este movimiento educativo en el estado Zulia. Luego, en 1997 se trasladó a Ciudad Guayana, estado
Bolívar, donde dirigió la seccional de esta organización.
Actualmente forma parte del Centro de Formación e Investigación “Padre Joaquín”, donde desarrolla el área de
educación para la paz y la ciudadanía.
Patricia
Clarembaux
Es comunicadora social egresada de la Universidad Católica Andrés Bello. Se inició en el periodismo en el Diario
Tal Cual, donde fue reportera de la fuente penitenciaria
por más de dos años. Durante año y medio, Patricia se dedicó a investigar la situación de las cárceles venezolanas,
esa experiencia dio como resultado la publicación del libro “A ese infierno no vuelvo”. Actualmente, Patricia Clarembaux se desempeña como oficial de comunicaciones
de la oficina del coordinador residente en el Sistema de
Naciones Unidas en Venezuela.
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
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Sector
Líderes de
proyectos de
construcción
de paz
Representante
Currículo
Pablo
Fernández
Blanco
Pablo Fernández Blanco es profesor de enseñanza primaria, con especialización en conducción del aprendizaje,
título que obtuvo en Córdoba, Argentina. Actualmente cursa la Maestría en Seguridad Ciudadana y Sistema
Penal con Perspectiva Crítica en la Universidad Nacional
Experimental de la Seguridad (UNES).
Desde el año 2007 es Coordinador General de la Red de
Apoyo por la Justicia y la Paz, organización no gubernamental venezolana, dedicada desde hace 27 años a la defensa y promoción de los derechos humanos.
En la actualidad es Secretario Técnico de la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme y Miembro del Consejo Académico de la Fundación
Juan Vives Suriá, adscrita a la Defensoría del Pueblo de la
República Bolivariana de Venezuela.
Durante su trayectoria profesional ha sido autor de diversos artículos y publicaciones educativas, ha desarrollado
actividades pedagógicas en el campo de la educación en
derechos humanos para contribuir a la formación de docentes, funcionarios públicos, policiales, militares y líderes comunitarios.
Debido al amplio volumen de los datos obtenidos en las entrevistas, se utilizó un análisis cualitativo que permitió “darle estructura a los mismos (Patton, 2002), lo cual implica
organizar las unidades, las categorías, los temas y los patrones”143 presentes en los aportes
obtenidos durante el proceso. Dentro del análisis se incluyeron los datos extraídos de los
encuentros con las organizaciones: Bájale Dos, Universitarios en fronteras, Fundación por la
dignidad sagrada de las personas y de las Madres Promotoras de paz en Catuche y San Félix.
Estos encuentros se realizaron utilizando la técnica de la IAP, a través de la cual se presentó a los representantes de las organizaciones comunitarias las reflexiones y aportes hechos
por los entrevistados. A partir del diálogo en relación con estos planteamientos, las organizaciones aportaron sus opiniones y consideraciones de acuerdo a su propia experiencia en el
desarrollo de programas y proyectos de construcción de paz en las comunidades.
En los casos en los que fue posible fueron consultados también algunos beneficiarios de
las acciones realizadas por estos grupos, con el propósito de conocer cuál ha sido la repercusión que estas iniciativas han tenido en la comunidad.
La selección de las organizaciones se realizó considerando que su trabajo estuviese dirigido a promover una cultura de paz en sus comunidades a través de labores como: mediación
en conflictos entre bandas, promoción de los derechos humanos entre los jóvenes, formación a otros miembros de la comunidad para que puedan intervenir como mediadores en
conflictos interpersonales, además de acciones que le permiten servir de interlocutores con
las autoridades para desarrollar iniciativas que disminuyan la violencia en su entorno. Cada
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organización realiza estas acciones de acuerdo a sus competencias y a las necesidades de sus
comunidades.
Organizaciones comunitarias consultadas
organización
descripción
Bájale dos,
creando
conciencia
De acuerdo con Isaac Martínez, miembro de la organización: “Bájale dos, creando conciencia” se inició en el año 2008 con un proyecto audiovisual que surgió de un encuentro
sostenido por sus miembros con reclusos del internado judicial La Planta. En esta visita
identificaron que los privados de libertad tenían la necesidad de expresar lo que hacían,
de mostrar a sus familiares que no todos son personas dedicadas al delito dentro de la
cárcel y que son muchos los que se trabajan la artesanía, el deporte y la cultura.
Escogieron el nombre “Bájale dos, creando conciencia” para identificarse con el lenguaje
de los sectores populares caraqueños y como reflejo de su interés por prevenir la violencia. En sus primeros programas transmitidos por “Ávila TV”, recorrieron 17 recintos
penitenciarios para mostrar otra cara de la realidad que viven los privados de libertad.
Al iniciar este proyecto contaban con el apoyo de los equipos audiovisuales de Ávila TV
y aprovechaban las pautas de grabación para hacer este trabajo social, promoviendo actividades deportivas y culturales.
Darwin Landaeta, miembro del equipo, señala que obtener los permisos necesarios para
poder realizar su trabajo en estos recintos fue muy difícil. Además, indica que entrar a
una cárcel sin conocer a nadie representa un riesgo muy alto. Sin embargo, - refiere – que
siguieron adelante porque consideran que los medios privados solo muestran las informaciones negativas, pero no se preocupan por exaltar las experiencias positivas que hay
en las cárceles.
La labor con los privados de libertad fue la base para luego iniciar actividades de prevención del delito en los sectores populares.
Hasta la fecha han realizado más de trece conciertos en barriadas de Caracas como la
Cota 905, Petare, Santa Rosalía, entre otras. El objetivo de estas presentaciones es integrar
a jóvenes que están ociosos a las actividades culturales para promover su talento. También incentivan a las organizaciones populares y a los jóvenes que están sin estudiar para
que recuperen junto a ellos sus espacios públicos y sus canchas.
Para los jóvenes fundadores de “Bájale dos, creando conciencia” ha sido fundamental
el hecho de saber comunicarse con los jóvenes de los sectores populares a partir de un
lenguaje común y de los códigos que ellos respetan. Consideran que su mayor acierto ha
sido utilizar la música y los conciertos para como herramientas para acercarse a los sectores populares. A partir de estas experiencias comienzan a ganarse el respeto de quienes
forman parte de la comunidad e inician su trabajo de prevención.
Madres de San Félix
Las madres promotoras de paz en San Félix, estado Bolívar, están divididas en diferentes
grupos, entre los que se encuentran: el Grupo de Brisas del Orinoco, el Grupo de Pablo
Sexto, el Grupo de La Victoria, entre otros. Todos están organizados de acuerdo a su comunidad, a su escuela o a la vicaría que haya apoyado la formación de las participantes.
Las madres pasan por un programa educativo del Centro de Formación e Investigación
“Padre Joaquín” donde comparten herramientas para ser más comprensivas, poner límites y disciplina sin violencia y para aprender a resolver conflictos por la vía pacífica.
Para ello inician un proceso donde aprenden a autorregular sus propias expresiones violentas, e identificar los miedos y los bloqueos que sienten cuando se encuentran frente a
un problema. Una vez que terminan esta primera etapa de formación se inicia un proceso
que les permite comprender cómo disminuir la violencia en su familia, cuáles son los
marcos legales que pueden utilizar para proteger a sus hijos (Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna), Ley Orgánica de Educación, entre otros).
En este nivel de formación se trabaja también para romper esquemas que legitiman la
violencia como parte de la crianza o de la disciplina.
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organización
descripción
Madres de San Félix
Una vez que las participantes han desarrollado habilidades de autorregulación y de resolución de conflictos en la familia por la vía pacífica, se inicia un proceso para entender
cómo pueden extrapolarse estas experiencias a la comunidad.
Cuando culmina su formación, las Madres de San Félix inician acciones y proyectos de
promoción de cultura de paz en sus comunidades. Sin embargo, una de las principales
dificultades que han encontrado para llevar adelante su trabajo es que muchas personas
en las comunidades no creen que sus comportamientos sean detonantes de violencia y
no quieren cambiar. Algunos padres consideran que deben golpear a sus hijos para educarlos; piensan que dejar la basura frente a la puerta del vecino o colocar la música a un
volumen alto no contribuye al caos en la comunidad y no están dispuestos a colaborar.
A pesar de esto han logrado influir en familias donde se presentaban casos muy graves
de maltrato familiar y de violencia de género. El trabajo lo han iniciado con los niños y
jóvenes, quienes han sido mucho más receptivos que los adultos.
Entre las acciones que las madres promotoras de paz han realizado en sus comunidades
se encuentran: planes vacacionales, talleres de dibujo para niños, turnos de cuidado para
que los niños que no tienen actividades en las tardes estén acompañados y supervisados
por algún adulto, paseos con los adolescentes, caminatas de promoción de paz, actividades deportivas con los jóvenes y talleres de formación para madres y docentes en las
escuelas.
Madres de Catuche
La experiencia de las madres de Catuche se inició en el año 2007, después de que la mamá
de un joven asesinado en la comunidad acudiera a Fe y Alegría, con la finalidad de solicitarle su apoyo para disminuir los enfrentamientos armados en su entorno.
Desde entonces, Fe y Alegría se constituyó como un espacio para el diálogo entre las
madres de las comunidades de La Quinta y Portillo. En sus primeros encuentros, estas
madres decidieron dialogar con los jóvenes y los miembros de las dos comunidades para
establecer un acuerdo de convivencia.
Crearon instancias para la resolución de conflictos en cada comunidad, los llamados “comités” son los grupos a los que deben acudir los vecinos para resolver sus diferencias.
Quienes forman parte de estos grupos son miembros de las comunidades que han recibido formación en temas vinculados con la construcción de paz, el diálogo y la mediación.
Para estas madres, las situaciones de tensión originadas por los enfrentamientos entre los
jóvenes fueron la motivación para la acción. Ellas sostienen que la comunicación ha sido
fundamental para el logro del cese al fuego.
Universitarios
en Frontera
Esta organización nació como un voluntariado formado por los jóvenes que habían participado en el programa de Liderazgo Universitario de la Universidad Católica Andrés
Bello – núcleo Táchira. En su proceso de formación, los jóvenes comenzaron a plantearse
qué podían hacer para trabajar con los demás.
Luego de algunos meses de planificación comenzaron a trabajar en una parroquia del
Barrio 23 de enero, en el sector La Concordia de San Cristóbal. Allí organizaban reuniones con los padres y líderes comunitarios, pero no lograron una buena participación de
la comunidad, por eso decidieron cambiar sus actividades a “La Cruz de la Misión”, un
pequeño sector ubicado justo en el centro de la comunidad.
Desde que iniciaron sus actividades en La Cruz reciben cada sábado a niños y jóvenes
que participan en talleres de dibujo y en actividades deportivas. También han organizado
cines-foros con la comunidad y reuniones con los líderes comunitarios.
El objetivo de Universitarios en Fronteras no es solucionar los problemas de las comunidades, sino darles formación a los propios vecinos para que puedan pensar por sí mismos
en las soluciones que mejor se adapten a sus posibilidades.
Para esta organización el mayor reto ha sido lograr el apoyo de las madres para que se
integren en los proyectos y dialoguen con sus hijos adolescentes de forma que respeten
acuerdos y espacios de convivencia que se han tratado de establecer.
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
organización
descripción
Fundación
“Por la sagrada
dignidad de las
personas”
La Fundación “Por la sagrada dignidad de las personas”, surge cuando un grupo de vecinos de Puerto Ordaz decidió comenzar a rechazar la violencia con acciones de calle en las
que tomaban espacios públicos con pancartas y mensajes para tratar de crear conciencia
sobre la magnitud del problema en la región.
Luego, cuando la violencia comenzó a incrementarse en su entorno inmediato vieron
morir al hermano de una de las fundadoras de la organización. Posteriormente, fueron
asesinados tres familiares más de miembros de esta fundación. Uno de ellos fue víctima
de homicidio el 29 de marzo de 2010, cuando un joven que pertenecía a una banda de la
zona lo confundió con un integrante de la banda rival.
El dolor de estas familias fue un detonante para que comenzarán a desarrollar acciones
para apoyarse unos a otros y llamar la atención de las autoridades competentes. Para la
organización, el trabajo no implica solo activismo para levantar la voz frente a la violencia, también supone atender a las víctimas sociales que genera este problema: niños
que pierden a sus padres y quedan huérfanos, ancianos que dependían de un hijo para
mantenerse y quedan desatendidos, etc.
Esta fundación organiza grupos de apoyo psicológico, proporciona los insumos necesarios para que puedan satisfacer sus necesidades básicas y acompaña en su duelo a las
víctimas para que puedan superar, eventualmente, el dolor que la pérdida de su familiar
les ha producido.
Para el análisis de los datos obtenidos en las entrevistas y de las declaraciones que
se recogieron como resultado de los procesos de Investigación Acción Participativa con las
comunidades, se utilizó la teoría fundamentada en el “método interpretativo que comparte
una filosofía común a la fenomenología –o sea, son métodos que se emplean para describir
el mundo de mundo de la persona o personas en estudio– (…) Existe un gran número de
similitudes entre todos los métodos interpretativos, en los que etnógrafos, fenomenólogos y
teóricos fundamentados utilizan la observación y la entrevista como una forma de recopilar
datos. Sin embargo, los métodos subyacentes difieren”144.
De acuerdo con Morse*:
“El marco teórico de la teoría fundamentada está enraizado en el interaccionismo simbólico, en donde el investigador intenta determinar qué significado simbólico tienen los artefactos, la ropa, los gestos y las palabras para las personas cuando interactúan con otras.
Desde este punto de vista, el investigador espera construir lo que los interactuantes ven como
su realidad social (…) los teóricos fundamentados también funcionan en un marco teórico
en el cual el investigador da por sentado que los individuos le dan información que ellos, los
participantes o entrevistados, consideran precisa”145. El teórico entra al proceso sin una teoría
preformada. La observación y las preguntas son guiadas por la interacción con los individuos
que participan en las consultas.
* Janice M. Morse es PhD en Antropología y PhD en Enfermería por la Universidad de Utah en los Estados Unidos. Ha sido distinguida con
diversos reconocimientos por sus aportes en el campo de la investigación cualitativa. Es profesora honoraria de la Universidad de Bournemouth, miembro vitalicio de Sigma Theta Tau en la Universidad de Columbia y recibió el Doctorado Honoris Causa de la Universidad
de Newcastle en Australia.
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Para garantizar la mayor imparcialidad, la identificación de los entrevistados se ha
mantenido como confidencial durante el análisis de los datos obtenidos en las entrevistas.
Esta decisión obedece a la necesidad de separar el tema del ámbito político para destacar la
importancia de su comprensión académica, profesional y social. Por esta razón las entrevistas
fueron codificadas de la siguiente forma:
Entrevistados
Código asignado a las entrevistas
Entrevista 1.A
Grupo 1.
Académicos
Entrevista 1.B
Entrevista 1.C
Entrevista 2.A
Grupo 2.
Directores de medios
y jefes de información
Entrevista 2.B
Entrevista 2.C
Entrevista 2.D
Entrevista 3.A
Grupo 3.
Periodistas
Entrevista 3.B
Entrevista 3.C
Entrevista 3.D
Entrevista 4.A
Grupo 4.
Líderes de proyectos
de construcción de paz
Entrevista 4.B
Entrevista 4.C
En el caso de las organizaciones comunitarias, la codificación fue realizada de forma
diferente porque fueron varios los voceros que dieron su opinión en relación a la experiencia
de cada organización. Por ello, se codificaron de la siguiente manera:
Código asignado a la organización
Código asignado a los voceros
Entrevista 5.A
Organización 1.
Bájale dos, creando conciencia
Entrevista 5.B
Entrevista 5.C
Entrevista 6.A
Organización 2.
Madres de San Félix
Entrevista 6.B
Entrevista 6.C
Entrevista 6.D
Organización 3.
Madres de Catuche
Entrevista 7.A
Entrevista 7.B
Organización 4.
Universitarios en Frontera
Entrevista 8.A
Organización 5.
Fundación “Por la sagrada dignidad de las personas”
Entrevista 9.A
Entrevista 9.B
Entrevista 9.C
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
Resultados de las entrevistas a académicos,
directores de medios, periodistas, líderes de
proyectos de construcción de paz y organizaciones
comunitarias
Los datos fueron organizados de acuerdo a su relación con las tres dimensiones fundamentales del eje comunicacional que deben servir de sustento a una política integral de
disminución de la violencia generada con armas de fuego y de promoción de una cultura de
paz, a saber:
1. La información en procesos de desarme, control de armas y municiones y promoción
de una convivencia pacífica.
2. Legitimidad de las propuestas para el desarme, control de armas y municiones, y construcción de paz
3. Participación del Estado, medios de comunicación y comunidades organizaciones en
procesos de desarme y construcción de paz
Dentro de la dimensión asociada a la información en procesos de promoción de convivencia pacífica, desarme, control de armas y municiones los temas que se plantearon en las
entrevistas fueron los siguientes:
Acceso a la información oficial sobre violencia generada
con armas de fuego
En relación a este tema, todos los entrevistados coincidieron en que actualmente es difícil tener acceso a las estadísticas oficiales relacionadas con el tema de la violencia generada
por las armas de fuego en el país. Señalan que los medios, universidades y grupos organizados
a los que representan no reciben datos provenientes de fuentes gubernamentales.
Para los académicos la carencia de información oficial representa una dificultad importante a la hora de desarrollar investigaciones sobre el tema, porque no se conoce a ciencia
cierta la dimensión del problema en Venezuela. Refieren también que las cifras publicadas
por los medios de comunicación no pueden considerarse como insumos para estudios formales porque carecen de exactitud y validez, debido a la forma como son recopiladas.
Los entrevistados pertenecientes a los medios de comunicación afirman que la imposibilidad de contar con estadísticas provenientes de los cuerpos de seguridad, representa una
dificultad importante a la hora de trabajar, profundizar y conocer las causas que alimentan la
violencia. Algunos directores de medios señalaron que han preferido dejar de publicar datos
sobre la cantidad de homicidios que ocurren en el país, por lo complejo que resulta discri-
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
minar las cifras si no se tiene acceso a los expedientes o a la información proveniente de las
autoridades competentes.
Para los representantes de las organizaciones comunitarias y los líderes de proyectos de
construcción de paz, es necesario que las instituciones del Estado venezolano generen mecanismos que garanticen mayor acceso a la información oficial para que los medios desarrollen
un tratamiento informativo más ajustado a la realidad.
Es importante apuntar que todos los grupos consultados cuestionaron el hecho de que
algunos medios publiquen información no verificada. Los periodistas con mayor experiencia
en la cobertura de sucesos y algunos directores de medios calificaron como una manipulación
aquellas informaciones que se publican sin aclarar explícitamente al lector y a los usuarios de
radio y televisión que las cifras que se incluyen no están discriminadas, porque se desconocen
las causas y las circunstancias de algunos hechos de violencia.
Los entrevistados consideran que los voceros de los organismos competentes en el tema
deben establecer un protocolo formal de acceso a la información que permita a los periodistas, académicos y organizaciones sociales que trabajan esta materia recibir datos oficiales.
Consideran que si el Estado venezolano establece una política de publicación de información,
este tema dejaría de ser tan atractivo para los medios o sectores que se benefician de la información no oficial que obtienen de familiares o vecinos de las víctimas.
Durante las entrevistas, algunos de los aportes más destacados fueron:
»»
“Como ciudadana, no solamente como periodista, me gustaría ver que puedo tener un
acceso a la información que en este momento no tengo. Yo creo que el tema de la transparencia de la información es absolutamente vital. Como periodistas hemos sufrido
al tratar de conocer el número de víctimas de homicidios y las causas de los mismos.
Esa estadística antes provenía de la oficina de prensa del CICPC, luego esa oficina se
clausuró; y al no poseer información oficial es terrible lo que los periodistas de sucesos
tienen que hacer para poder recabar las cifras de muertos de los fines de semana en este
país. Además, nunca tenemos exactamente la seguridad de que las cifras que estamos
publicando son las correctas”. (Entrevista 2.B)
»»
“Al al negarse a dar las cifras es más fácil que exista la manipulación, no solamente
porque vayas a manipular los datos, sino que además la manera y el lugar donde los
obtienes no sabes con toda certeza si son totalmente confiables”. (Entrevista 1.B)
»»
“Yo particularmente me inscribo e, incluso, en las oportunidades en que he podido
hacerlo lo he planteado, que si la población no tiene acceso a la información oficial la
buscarán por las vías alternativas o sencillamente la inventarán. Además, planteo las dos
posibilidades porque está quien actúa de buena fe buscando la información, pero no la
consigue en la fuente oficial, y está quien actúa de mala fe”. (Entrevista 4.C)
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
»»
“Se ha dado un proceso de magnificación de la violencia, y si tú no estás pendiente
como reportero, corres el riesgo de caer en ese juego. ¿Qué están haciendo los periodistas hoy en día? En primer lugar, no están asistiendo a los sitios donde ocurren los
hechos violentos, se conforman con la versión de los hechos que les llega, a través de
la familia del muerto, o de algún vecino. Entonces, ¿qué pasa?, se consiguen, por ejemplo en la morgue de Bello Monte, a alguien que les dice que en lo que va de mes han
ingresado 400 cadáveres, pero no te especifican cómo murieron esas personas (…) Si
el periodista no puede conseguir la discriminación, tiene que hacer la aclaratoria: “ingresaron 48 muertos, de los cuales no se ha determinado cuántos son por accidentes de
tránsito, cuánto por homicidio, etc.” Lo importante es dejar abierta la posibilidad para
que el lector reflexione, y entienda que no todos esos muertos son víctimas de homicidios o secuestros”. (Entrevista 3.D)
»»
“Las autoridades deben responder a las comunidades. Tienen que estar en capacidad
de responder sin tener que esperar una respuesta de Caracas. Uno de los principales
problemas que tenemos es que rotan a los funcionarios cada tres meses, de esa forma no
es posible darle continuidad a las acciones y se pierde el contacto entre las autoridades
y los periodistas. Al final los periodistas terminan escribiendo lo que encuentran en
la calle, porque no tienen un funcionario capacitado para responder sus preguntas en
relación con los hechos de violencia que se presentan”. (Entrevista 8.A)
Desarrollo de estrategias y campañas de sensibilización para
promover una convivencia pacífica
Para los académicos, la cultura de la violencia no está legitimada en la sociedad venezolana. Aunque existe un incremento de los hechos de violencia a causa de la imposibilidad de
la resolución pacífica de los conflictos interpersonales, esta tendencia no refleja la forma en
que actúa la mayoría de los venezolanos.
A pesar de estas consideraciones, existe una preocupación entre los representantes del
sector académico, organizaciones comunitarias y ONG que trabajan el tema de la violencia,
quienes consideran que en la actualidad se está generado un cambio en la valoración que los
jóvenes venezolanos tienen sobre la violencia, llegando incluso a entenderla como mecanismo para lidiar con los problemas, obtener recursos económicos o lograr un mayor estatus y
reconocimiento en las comunidades a las que pertenecen.
Los académicos consultados afirmaron que los medios de comunicación pueden convertirse en aliados fundamentales para cambiar la percepción positiva que algunas comunidades tienen sobre la violencia, especialmente en los jóvenes. Para ello, refieren que es importante diseñar estrategias para lograr una construcción de sentido y no respuestas efímeras en
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
la población. Sin embargo, advierten que estas acciones no deben ser coercitivas, porque se
ha comprobado que ese tipo de mensajes no generan respuestas que coadyuven a disminuir
el problema.
Por su parte, los representantes de los medios de comunicación, tanto directores como
periodistas, afirmaron estar de acuerdo en la necesidad de que los medios logren potenciar
estas iniciativas, incluso manifestaron su interés en participar y apoyar cualquier acción dirigida a promover la construcción de una cultura de paz y destacar el trabajo de las instituciones públicas, organizaciones de base y ONG en la reducción de la violencia.
En este sentido, resultaron claves los siguientes aportes:
»» “Una estrategia para promover el desarme no puede ser restrictiva. Acuérdate de la estrategia que se utilizó en los años 90 para disminuir el consumo de drogas, que le decía
al público: “No consumas”. Esa fue una estrategia que no funcionó, ya está probado y
estudiado. Por eso, yo creo que habría que hacer un trabajo previo para identificar bien
los tipos de violencia que están imperando ahora en Venezuela y desarrollar una estrategia que trabaje sobre sus causas”. (Entrevista 1.A)
»»
“Yo creo que una campaña bien hecha: incisiva, sistemática pero creativa, puede hacer
algo. Nosotros, por ejemplo, vamos a empezar a hacer unos micros con las mamás, donde ellas cuenten su experiencia resolviendo casos, no sólo de los extremos, sino de casos
más sencillos en su familia” (Entrevista 4.B)
»»
“No se trata de que a través de estos objetivos comunicacionales se produzcan ni respuestas efímeras, ni respuestas superfluas y mucho menos respuestas que conduzcan a
conductas esquivas o particularmente a respuestas de maquillaje o de pura mascarada.
La tarea profunda, la tarea compleja consiste en elaborar un proceso de construcción de
conciencia, un proceso de análisis, un proceso de síntesis y un proceso de compromiso,
lo que en términos concretos significa –por un lado– generar movilización colectiva,
pero por otro lado afianzar los valores.”. (Entrevista 1.C)
»»
“Desde el periodismo se puede promover la publicación de todas las actividades y noticias que tengan que ver con disminución de violencia, todas las noticias positivas. Se
puede apoyar las iniciativas de recuperación y reinserción de los privados de libertad.
Se puede promover todo lo que tenga que ver con construcciones de cárceles con condiciones más humanas”. (Entrevista 3.A)
»»
“Además de hacer campañas, hay que hacer la tarea de ir casa por casa para saber que
están haciendo los jóvenes; para ver si están estudiando o no están estudiando, y para
apoyarlos hasta que puedan conseguir un trabajo con el que puedan reunir para pagar
el pasaje, las camisas, un pantalón, y unos zapatos. Así pueden volver a estudiar y crear
algo sustentable que se mantenga en el tiempo”. (Entrevista 5.A)
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Formulación e implementación de estrategias de educomunicación
Los representantes de las comunidades que han desarrollado proyectos de construcción
de paz consideran que ninguna estrategia o campaña comunicacional modificará las actitudes de los jóvenes y de las personas en general si no está acompañada de un componente
formativo. Este proceso debe intervenir transversalmente el sistema educativo para lograr
incorporar el tema de la seguridad ciudadana, las medidas alternativas de resolución de conflictos y la construcción de una cultura de paz desde la educación inicial hasta la universitaria.
En este sentido, los académicos consideran que los medios pueden ser utilizados como
herramientas para la formación si se incluye dentro de la práctica comunicacional elementos de educomunicación. Esta línea de trabajo no sólo incluye el uso de los medios para la
formación, sino que incorporar procesos de educación dirigidos a los ciudadanos para que
manejen herramientas de análisis crítico de los contenidos expuestos a través de los medios
de comunicación.
Algunos de los comentarios más destacados en relación a este tema fueron:
»» “Yo creo que discutir sobre la violencia o sobre las dificultades en la convivencia en la
sociedad, debería ser un eje transversal. Este es un tema que se debe abordar, incluso,
con los niños que a lo mejor no saben cómo resolver un conflicto. También debe tratarse con la mamá y el papá para que dejen de resolverlo con el típico: “pégale tú más duro
(…) Entonces debería ser un eje transversal en la educación, la resolución en paz de los
conflictos, creo que es algo que nos ayudaría mucho”. (Entrevista 2.C)
»»
“Podríamos pensar en las ONG y en los grupos organizados dentro de las propias comunidades para que sean ellos los que promuevan y lancen, no solamente una campaña
por la convivencia pacífica, sino programas de formación para mediación y resolución
pacífica de conflictos en comunidades. Luego en un segundo orden, pueden apoyarlos
el parque de medios, tanto privados como públicos, pero creo que en la medida en que
se le da un nivel de poder en la toma de decisiones a la comunidad organizada, en esa
misma medida la comunidad será más exitosa porque tiene un acceso o un puente más
directo con su propia gente (…) Desde hace mucho tiempo hay académicos que vienen
proponiendo esto. En el caso venezolano, el profesor, Gustavo Hernández; y en el caso
latinoamericano Guillermo Orozco, de México. Ellos han propugnado la idea de que
el tema de los medios, el tema del análisis de los medios, internet y el mundo de las
redes sociales forme parte de los contenidos curriculares en la educación, y yo no diría
solamente educación universitaria, sino educación media. Ahí va una línea de trabajo
que permitiría educar a las audiencias para analizar críticamente el contenido de los
medios y que contribuiría a desarrollar mensajes formativos interesantes y novedosos”.
(Entrevista 1.B)
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
»»
“Deben trabajarse estas unidades representativas comunicacionales, siempre en un
contexto de dinámica que reciba acompañamiento logístico de otro conjunto de acciones comunicacionales, si no me parece que el riesgo es que efectivamente, de manera
episódica y efímera, construyas cierto tipo de reflexión y cierto tipo de conductas, pero
es necesario para que estas conductas permanezcan lograr un afianzamiento y un sistema de espejos contextuales que apoye cada cosa que se dice. Por eso, es necesario que la
estrategia comunicacional esté acompañada de acciones interdisciplinarias y multidisciplinarias en un contexto específico” (Entrevista 1.C)
»»
“Todo lo que sea formación es algo bueno y algo nutritivo. No hay nada que te forme
que no sea beneficioso. Entonces, la idea de dar formación en comunicación es muy
buena, pero hay que ver a que mamá se le dice, porque hay que tener el ojo clínico para
saber cuál es la indicada para conseguir frutos ¿no? Tiene que ser una mamá que no
desista después o que esté consciente que la violencia no es el camino (…) y ya se está
despertando el interés de las personas por acá, o sea, es algo nuevo que están recibiendo
de manera positiva. Entonces, eso también es un cambio, conocer otra manera de ver
las cosas y saber que hay un espacio donde se puede trabajar, que no se necesita tantos
recursos o tantas cosas para involucrarse y demostrar que con compromiso se logra un
cambio progresivo, porque no todo es de hoy para mañana, son plazos largos, pero, eso
también es algo positivo que lo vean ellos, que lo respeten y lo acepten”. (Entrevista 9.B)
Equilibrio informativo y redimensión del tratamiento
de la violencia en los medios de comunicación
La mayoría de los entrevistados consideran que los medios de comunicación son corresponsables en la disminución del problema de la violencia porque afianzan antivalores que
legitiman la misma como mecanismo para la resolución de conflictos. Además, no profundizan en el tratamiento de la información relacionada con hechos violentos, suelen magnificar
este flagelo y descontextualizarlo de sus causas y consecuencias.
Todos coincidieron en que los medios de comunicación deberían equilibrar la cantidad
de información que publican sobre este tema y las que tienen que ver con iniciativas positivas
de construcción de paz. Sin embargo, algunos directores de medios señalaron que lograr este
tipo de práctica resulta sumamente difícil, porque es muy poca la información que reciben de
las organizaciones comunitarias responsables de estas experiencias.
Es importante destacar que algunos de los periodistas consultados asumieron que desconocen la información sobre experiencias de organizaciones sociales que han coadyuvado
en la disminución de la violencia en diversas comunidades del país, razón por la cual no han
desarrollado trabajos al respecto.
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Al ser consultados sobre la preponderancia de las noticias de sucesos, algunos directores de medios y periodistas justificaron esta tendencia señalando que los lectores y usuarios
de radio y televisión respaldan y buscan este tipo de información. Para algunos de los entrevistados, las noticias de sucesos forman parte de una “tradición” de la prensa.
En relación a este punto destacan los siguientes aportes:
»» “Yo creo que la responsabilidad de todos los medios (prensa, radio y televisión) en la
promoción de la violencia es muy alta. Seguramente, con una investigación profunda
podría determinarse que los medios son uno de los factores que estimulan o promueven las acciones violentas de los delincuentes. Ahora bien, el caso de Últimas Noticias
no escapa a esa generalización. En la última página, casi siempre va una noticia de
sucesos, una noticia policial. Eso significa que se le da un valor significativo a ese tipo
de información (…) Lo que ocurre es que aquí en Venezuela ha habido una tradición,
particularmente en los tabloides, donde las noticias de sucesos siempre han sido muy
importantes. Esto se debe a que los tabloides generalmente tienen un nivel de lectura
muy alto, en los niveles populares, los niveles socioeconómicos D y E”. (Entrevista 2.A)
»»
“El derecho humano fundamental es el derecho a la vida. Cuando una vida se quita
violentamente, tu deber es denunciarlo como medio. ¿Publicar sucesos te hace sensacionalista? No todos los medios hacen sensacionalismo. Hay medios que hacen sensacionalismo, que han encontrado un target en el sensacionalismo. Yo te puedo hablar
por El Universal, nosotros no hacemos sensacionalismo con los sucesos, contamos las
cosas con sobriedad. No sacamos las cosas de su contexto y tratamos de no escandalizar con fotos explícitas, tratamos de no escandalizar con textos que incluyan groserías,
imprecaciones, etc.; pero no vamos a maquillar cifras, no vamos a maquillar realidades”
(Entrevista 3.A)
»»
“Hay que hacer visibles las conquistas de ese pueblo que ha venido trabajando, pero visibles de verdad, o sea, no hablar de un graduado de la Misión Sucre como una estadística; sino ver de dónde viene y qué posibilidades tuvo de graduarse, que antes no tenía
(...) Hay que dejar de hablar de los muchachos que han incurrido en violencia o son
víctimas de la violencia como alguien que irremediablemente tenía ese destino. Hay que
ver lo que hay detrás, quién es la familia, en qué momento se desvió. De manera que,
las otras familias, los otros barrios, se vean reflejados y aprendan de su experiencia (…)
Eso me parece que es fundamental y que debería tener un espacio privilegiado dentro
de los medios de comunicación, ¿por qué?, porque la violencia es uno de los principales
problemas que tenemos. Es el cáncer de la sociedad venezolana, y como periodistas debemos contribuir con las experiencias que puedan luchar contra eso.” (Entrevista 3.C)
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»»
“El mensaje audiovisual que llevan los canales privados es que el que tiene más plata vale
más, el pobre siempre está humillado, la mujer solo se ve en las novelas culebreras, pero
nunca se ve el que estudia, el chamo que hace deporte, o el que resalta bien (…)… y eso
lo ven los muchachos, los niños que están creciendo que se pegan todo el día en una televisión. Y la visión que tienen es que para yo tener una pistola o un carro tengo que ser
un capo, el más maduro en el barrio, el más respetado (…) por lo menos ahora tenemos
la ley Resorte que está tratando de poner un filtro (…) Pero vámonos ahora un poco a
la autocrítica, porque nosotros debemos estar claros que dentro de este trabajo hemos
visto cualquier cantidad de irregularidades dentro de los ministerios”. (Entrevista 5.B)
»»
“Bueno, yo personalmente, al leer la página de sucesos de la prensa, lo que me lleva es
a despertar más, a que mi ambición por la paz siga creciendo, donde yo lo que hago es
respirar profundamente, y ver que hace falta seguir trabajando por la paz. Hace falta
llevar eso a muchos otros lugares, donde la gente pueda tener ese despertar (...) Hace
falta también una página más grande con información comunitaria, social, donde la
gente pueda leer mensajes lindos, mensajes que le llenen, mensajes que le transformen,
que nos haga ver que hay un Dios demasiado grande, y que él es el que nos ayuda para
hacer esto y muchas cosas más” (Entrevista 6.D)
Posicionar el tema de la ética periodística en medios públicos,
privados, alternativos y comunitarios
Luego de identificar la responsabilidad que tienen los medios de comunicación y los
propios periodistas en el tratamiento y difusión de la información relacionada con violencia, indefectiblemente todos los consultados hicieron referencia a la necesidad de abordar el
asunto desde la perspectiva ética.
Para los entrevistados es importante avanzar en la promoción de principios éticos en la
cobertura de hechos de violencia, con el fin de evitar la producción de contenidos sensacionalistas y la manipulación informativa. Desde diversas ópticas, consideraron que no es ético
publicar información no verificada y hacer un uso indiscriminado de fuentes que no deseen
ser identificadas, lo que se conoce en el quehacer periodístico como información “off the
record”. También insistieron en la necesidad de profundizar en las causas de los sucesos y no
producir contenidos que fomenten antivalores.
Comentarios más importantes en torno a este tema:
»»
“El gran debate que hay que dar en Venezuela, no sólo en lo comunicacional sino en lo
político, es el tema de la ética; es decir, desde cuál perspectiva nosotros estamos construyendo lo que estamos construyendo en los medios, en la educación formal, en las
instituciones, en la sociedad civil, en nuestros ámbitos naturales de interacción social.
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Yo creo que en Venezuela, tenemos un quiebre de valores bien grave, porque tenemos
una lógica consumista, individualista, marcada por prácticas históricas del rentismo
petrolero del que venimos. Mucha gente piensa: “yo estoy haciendo lo que tengo que
hacer”, pero actúan bajo una lógica del ataque y la defensa, y efectivamente eso es parte
del problema”. (Entrevista 4.C)
»»
“Así como Chávez habla de la refundación ética y moral de la patria, yo creo que en
este momento es indispensable una refundación ética y moral del periodismo. Y me
parecería ideal que esa refundación ética y moral se construya al sentar en una mesa
a los directores y periodistas del Sistema Nacional de Medios Públicos, de los medios
privados y a las escuelas de Comunicación Social de las universidades para generar un
documento que recoja sus pareceres, experiencias y que se convierta en algo compartido por todos”. (Entrevista 2.C)
Incluir temas de construcción de paz en telenovelas, miniseries y
otros formatos audiovisuales
Al ser consultados sobre la posibilidad de incluir temas sobre experiencias de disminución de la violencia en telenovelas, todos los entrevistados estuvieron de acuerdo en que
podría ser un mecanismo exitoso para la promoción de una convivencia pacífica. Algunos
especialistas señalaron que no sólo en este formato, sino además en miniseries y otras producciones audiovisuales, las cuales permitan posicionar experiencias constructivas a escenarios de violencia.
En su mayoría consideran que esta incursión del tema debe hacerse con la asesoría de
especialistas, porque de lo contrario podrían generarse contenidos que refuercen antivalores
o que tergiversen los mecanismos de abordaje del problema de la violencia en la sociedad.
En cuanto a este asunto, los entrevistados plantean:
»»
“Las telenovelas tienen una función educativa muy importante. Las novelas brasileras
han pasado, incluso, por etapas. Tuvieron una etapa donde tenían contenidos, yo diría
que hasta feministas. Eran historias donde la mujer lograba cierta autonomía con su trabajo, su formación académica y su independencia económica. No lograba la realización
a través de un príncipe valiente que llegaba y la salvaba para llevarla a vivir al Country
Club, donde ella descubría ser hija de otra señora riquísima, y así de la noche a la mañana ella salía de su miseria por azar y magia. Esas novelas no existen en Brasil desde
hace años, incluso, allá tienen hoy en día una real convicción de que se puede educar a
través de las novelas. Eso pasa por convencer a los medios de comunicación social de
que tienen que cambiar la tónica de sus historias, pero allí hay otro círculo vicioso. Las
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novelas de nuestros países que se ven en todo el Caribe, México, etc., tienen rating. Esas
novelas donde el azar y la magia son la solución tienen rating (Entrevista 1.A)
»»
“Las novelas, tal como están planteadas –lo sé porque tuve la oportunidad de conversar
con un amigo que trabaja en Venevisión– quien me contaba: ‘no Patricia, si tú escuchas
las discusiones que tienen en las mesas para plantear una novela ¡te puedes morir! ‘Ponla bien pobrecita, bien pobrecita, que no se supere, porque eso es lo que vende’, y esa
pobrecita es la que se enamora del más rico. Siempre tienen unos planteamientos tan
escuetos que no tienen ni el más mínimo de raciocinio, ni análisis, nada de objetividad,
ni el más mínimo interés de enseñar algo”. (Entrevista 4.A)
»»
“Estoy convencido de que efectivamente estos vehículos narrativos como el formato
telenovela o la radionovela, incluso, tienen una capacidad de aproximación muy grande
en públicos masivos. Y eso lo podemos probar también en el sentido inverso, ¿no? Las
telenovelas han sido uno de los vehículos que con mayor facilidad han instaurado exactamente todo lo contrario de lo que se quiere. Hemos visto cómo las narco-telenovelas,
narco-mensajes, narco-música o la llamada narco-cultura, han establecido un conjunto
de antivalores. Sí creo que la vía del relato, por ejemplo, haciendo uso del modelo narrativo del melodrama o de la construcción de escenas en las que se pueden construir maquetas de conductas cotidianas, en las cuales se pueden verificar o modelizar acciones
y respuestas de influencias o de las salidas de escenarios de violencia o de inseguridad,
puede ser una herramienta muy poderosa, pero ¡no la única!, y no aisladamente, sin
contexto”. (Entrevista 1.C)
»»
“Una de las formas que estamos estudiando para llegarle más a las personas es a través
de los micros radiales, para que escuchándolos puedan darse cuenta de que hay algo
para las madres que no es una cosa del otro mundo, y que va a ayudar a la paz a entrar
en sus hogares a través de las escuelas, porque así empezamos nosotros, ¿cierto? Cuando a mi me llega la invitación para formarme como mediadora es porque mi hijo había
entrado en secundaria y había en el colegio un ambiente violento terrible. Y, podemos
decir con convicción, que la violencia en el colegio bajó, con los cuatro talleres que se
han hecho y los cuatro grupos que se han organizado”. (Entrevista 6.A)
Legitimidad de las propuestas para la promoción de procesos
de desarme, control de armas y municiones y cultura de paz
En cuanto a la legitimidad de las propuestas para la promoción del desarme y de la
cultura de paz, se presentaron las siguientes consideraciones:
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Despolitizar el tema de la violencia
Todos coinciden en que uno de los principales obstáculos para entender el tema de la
violencia como un problema multifactorial relacionado con diversos ámbitos de la vida ciudadana, es el hecho de que se haya politizado la concepción del mismo.
Sostienen que, durante los últimos años, algunos medios de comunicación y sectores
de la oposición han utilizado la violencia como mecanismo para descalificar las acciones gubernamentales en materia de seguridad de ciudadana y prevención del delito. De acuerdo con
los entrevistados estas situaciones han generado que la información en relación con hechos
violentos generalmente se presente vinculada a la diatriba política.
En relación a este tema fueron fundamentales los siguientes planteamientos:
»» “El problema es la polarización. Al gobierno no le gusta escuchar la crítica, y a veces las
críticas de la oposición tampoco son ajustadas a la realidad. Pero cuando tú no tienes
argumentos reales, empiezas a pelear por cosas tontas y empiezas a exigir tonterías.
Lamentablemente eso parece que sólo se resuelve cuando en las comunidades dos personas con posiciones políticas encontradas se sientan y dicen: ‘me mataron a mi hijo,
¿cómo resuelvo yo este rollo?” (Entrevista 4.A)
»»
“Un tema como el de la violencia y el desarme abarca todos los órdenes de la vida,
porque ataca el orden valorativo, el orden cultural, la violencia, el dinero que gana una
persona que está inserta en la violencia organizada y también el dinero que gana un
canal de televisión con una telenovela que expone el tema de la violencia, no de manera
educativa, sino para lograr rating. Entonces, al trabajar con una estrategia conjunta para
promover el desarme estaríamos rompiendo con estructuras económicas, culturales y
políticas”. (Entrevistado 1.A)
»»
“Los venezolanos no hemos elegido la violencia, a pesar de vivir esta situación política
donde podríamos haber llegado a una guerra civil. Nosotros hemos elegido otras vías para
confrontar al contrario. Una de ellas son las caricaturas con contenido político. Los medios de comunicación social se han convertido en ejércitos, en la batalla de confrontación
del enemigo, de destrucción del enemigo a través de la palabra, de las caricaturas. Nosotros estamos tratando de destruir al contrario de manera simbólica” (Entrevistado 1.A)
Desarrollar iniciativas en las cuales participen
diversos sectores del país
Para darle mayor legitimidad a las estrategias comunicacionales que se emprendan,
buena parte de los entrevistados estiman que sería de gran ayuda que las mismas sean desarrolladas en conjunto por diversos actores de la vida nacional: instituciones gubernamentales,
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Sistema Nacional de Medios Públicos, medios privados, alternativos y comunitarios, comunidades organizadas, universidades, organizaciones no gubernamentales especializadas en
temas de disminución de violencia, instituciones religiosas y cultos, entre otros.
En este sentido, los entrevistados algunos de los entrevistados expresaron lo siguiente:
»» “Yo apoyaría cualquier iniciativa hecha con el espíritu de esa campaña realizada en Argentina, definitivamente. Primero, porque a veces las organizaciones llegan a donde no
llega el gobierno y de maneras distintas. Tienen más credibilidad, porque en verdad la
gente se siente tocada por el trabajo de la organización”. (Entrevista 4.A)
»»
Para que una campaña sea efectiva, el Estado tiene que nuclear a las ONG, darles el espacio y dejar que ellas trabajen. Por una razón muy sencilla, porque el Estado tiene los
recursos, no sólo los recursos económicos, también los recursos coercitivos, una ONG
no puede llegar a un barrio a decirle al malandro: ‘deme su arma’, porque le van a dar
unos tiros. Necesita llegar con el apoyo de las fuerzas de seguridad”. (Entrevista 3.A)
»»
“Aparte de los videojuegos que se ven en una pantalla, tenemos también muchos videojuegos en vivo y en directo: papás que golpean a mamás, mamás que golpean a los
hijos por todo, mamás que gritan, mamás que simplemente se les va la paciencia, mamás
que buscan un trabajo no adecuado. Eso, eso influye demasiado. Y si nosotros podemos
transformar nuestras vidas, cambiar nosotros primero, y luego trabajar juntos, como un
todo: gobierno, medios y comunidad, podemos cambiar mucho”. (Entrevista 6.C)
»»
“Para nosotros está organización ha sido facilitadora del proceso de paz en la comunidad, nos ha enseñado a dialogar, nos ha brindado espacios y formación, por eso confiamos en ella, por eso le pedimos que sea nuestro apoyo cuando tenemos que llegar a los
medios o las autoridades”. (Entrevista 7.B)
Participación de los medios y comunidades organizadas
en la verificación de las estadísticas relacionadas con
violencia armada
En relación a este tema, los entrevistados consideraron que la creación de una red de
veedores que pueda verificar las estadísticas oficiales antes de que las mismas sean publicadas
por las instituciones competentes sería de gran ayuda para darle mayor legitimidad a los datos. Esta red debería estar conformada por representantes de instituciones gubernamentales
competentes en la materia, medios de comunicación y organizaciones sociales. Al consultar
sobre la posibilidad de que sean sólo las ONG las que auditen estas cifras, no hubo consenso
al respecto. Algunos consultados señalaron que la mayoría de las ONG han perdido legitimiComisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
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dad porque han utilizado los temas de seguridad ciudadana, derechos humanos y libertad de
expresión para descalificar al gobierno nacional.
En este sentido, algunos de los aportes más destacados fueron:
»» “El hecho de que las cifras sean auditadas por Organizaciones No Gubernamentales no
es una señal de confianza. Creo que las organizaciones están bastante cuestionadas, por
lo que ha ocurrido en nuestro país, eso lo quisiera aclarar de entrada. Además, en segundo lugar, no creo que teniendo el boletín oficial habría una especie de sanción moral
para quienes no se ajustaran a él. Aquí ocurren bastantes irregularidades mediáticas y
la sanción moral parece que no interesarle a nadie, aquí es común la política de mentir,
de tergiversar, de exagerar, de ocultar y la sanción moral no tiene ningún efecto en los
medios venezolanos”. (Entrevista 2.D)
»»
“Haciendo la salvedad de que las ONG no son la tapa del frasco, sí creo que son importantes, de cara a dar un aporte sustancial desde su experiencia, y ahí es donde creo que
ha habido un éxito en algunos países como los que tú estás nombrando, donde las ONG
pudieron jugar un rol protagónico, sin opacar las responsabilidades directas que tiene el
Estado. En el caso venezolano, la propuesta que estamos haciendo es que las ONG tengan un rol dentro del plan para el canje voluntario de armas, como órganos receptores
de armas, por ejemplo. Esto va generar una dinámica de confiabilidad social, hay gente
que puede confiar en las instituciones del Estado, pero hay gente que absolutamente
no va a confiar, ni ahora ni nunca, en ir a entregar un arma a un cuerpo policial, a un
organismo militar o a una oficina del Ministerio”. (Entrevista 4.C)
»»
“Para nosotros está organización ha sido facilitadora del proceso de paz en la comunidad. Nos ha enseñado a dialogar, nos ha brindado espacios y formación. Por eso, confiamos en ella, por eso le pedimos que sea nuestro apoyo cuando tenemos que llegar a los
medios o las autoridades”. (Entrevista 7.B)
Participación del Estado, medios de comunicación y comunidades
organizaciones en procesos de desarme y construcción de paz
Desde el punto de vista de la participación de los medios de comunicación, las comunidades organizadas y las instituciones del Estado en los procesos de desarme, control armas
y municiones, y construcción de una cultura de paz, se plantearon los siguientes temas:
Creación de una instancia multidisciplinaria para la comunicación y promoción
de una sociedad pacífica
Para algunos de los entrevistados, fundamentalmente representantes del sector académico, sería importante crear un “Consejo Nacional de la Comunicación”, entendido como un
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órgano integrado por representantes de diversos sectores del país vinculados con la comunicación: el sector gubernamental, medios públicos, privados, alternativos y comunitarios,
líderes de proyectos de construcción de paz, académicos, periodistas, guionistas, productores
de radio, televisión y cine, locutores, entre otros. Este consejo tendría entre sus objetivos desarrollar estrategias para promover la comunicación para el desarrollo, velar por la promoción
de mensajes y contenidos que promuevan una convivencia segura y en paz y desarrollar programas de formación para periodistas y organizaciones sociales en esta materia.
Al respecto, estos fueron los aportes más significativos:
»» “Tendría mucho sentido crear un Consejo Nacional de la Comunicación, donde pudieran estar representados todos los sectores de la vida del país. Desde allí, se podría iniciar
acuerdos entre el parque privado de medios de comunicación, que es mayoritario, y que
son los que tienen mayor número de unidades comunicacionales, el sector gubernamental y comunitario”. (Entrevista 1.B)
»»
“Dada la dinámica sociopolítica del país y el peso importantísimo que tienen los medios, podrían ser llamados a colaborar en una estrategia que promueva el desarme”.
(Entrevistado 1.A)
Visibilización en los medios de las experiencias de construcción de
paz y disminución de la violencia
La mayoría de los entrevistados coincidieron en que sería enriquecedor visibilizar las
experiencias que han tenido diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales, organizaciones no gubernamentales y otras formas de organización social en la implementación de proyectos de construcción de paz y disminución de la violencia.
Los participantes consideraron que el registro y la difusión de esas experiencias a través
de los medios públicos, privados, alternativos y comunitarios pueden inspirar a otras comunidades que enfrentan problemas similares.
Con relación al tema, algunos de los aportes extraídos de las entrevistas fueron:
»»
“Hay que llamar a todas las organizaciones, escuchar sus experiencias y de ahí trazar
estrategias para cada área. Eso sí, hay que llamarlas a todas, no importa el color político.
Lo fundamental es romper con las distancias políticas que hay ahorita en Venezuela”.
(Entrevista 1.A)
»»
“Creo que es necesario que haya una participación de las organizaciones sociales con
cierta trayectoria, sin desmerecer ninguna otra. Lo que pasa es que estamos en un ejercicio en Venezuela un poco peligroso a mi modo de ver, con el tema de la creación de
los Consejos Comunales de nuevas estructuras de la organización comunitaria, que
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
si bien son necesarias, legítimas y pertinentes bajo un nuevo modelo de organización
inclusiva; porque las ONG en un cierto momento han llegado a ser un tanto elitistas y
responden a una concepción de sociedad mucho más liberal, pero los Consejos Comunales no se pueden terminar convirtiendo como dijo muy acertadamente la Ministra de
las Comunas, en el mentol chino, que dan pa’ todo, que sirven pa’ todo y que lo curan
todo; es decir, el Consejo Comunal tiene que saber de seguridad, tiene que saber de los
problemas del aseo urbano, de arquitectura, de los problemas de servicios básicos, del
tema de la vivienda, de educación, de justicia, de paz y de cuanta idea salga por allí, no, el
Consejo Comunal no es Dios y la propia dinámica del Consejo Comunal ha demostrado que saturamos los Consejos y al final ni pintan, ni prestan el pincel”. (Entrevista 4.C)
»»
“Yo estaría dispuesta a mostrar estas iniciativas. Sobre todo para que la gente pueda ver
cómo algunas de ellas han dado resultados, porque si bien es cierto que nos están matando, tampoco podemos sumirnos en la desesperanza”. (Entrevista 3.B)
Formación y capacitación de las comunidades organizadas y
del talento humano que labora en los medios de comunicación
comunitarios sobre herramientas relacionadas a la producción
de contenidos, tratamiento de los temas asociados a la violencia
y construcción de una cultura de paz
En relación a este punto, todos los consultados coincidieron en que el trabajo que vienen realizando los representantes de los medios comunitarios y digitales (redes sociales,
blogs, portales web) se convierte en una oportunidad para crear espacios de producción y
transmisión de contenidos relacionados con la prevención de la violencia y promoción de
una cultura de paz.
Para cumplir con este propósito se hace necesario diseñar un programa de formación
y capacitación dirigido a elevar la calidad de las programaciones y generar procesos de innovación en los formatos y lenguaje utilizado en las producciones. Estas acciones educativas
redundarán en una mayor aceptación, aumento de las audiencias, usuarios y lectores de estos
medios comunitarios que efectúan una labor más localizada.
En este sentido encontramos los siguientes aportes:
»»
“A partir de los sucesos de abril de 2002, el gobierno le dio apertura a la creación de
una gran variedad de medios comunitarios a través del Reglamento de Radiodifusión
Sonora Televisiva para las Comunidades y, a partir de allí, han crecido este tipo de emisoras de manera considerable. Allí hay un sector muy importante, porque son pequeños medios que están circunscritos a comunidades pequeñas, pero que hoy no tienen
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
audiencia, lamentablemente. Si tú logras convertir a esos medios – porque además la
Ley Orgánica de Telecomunicaciones así lo establece– en medios de servicio público
que coadyuven a este tipo de políticas en pro de la convivencia, creo que sería muy
efectivo, porque ellos responden a espacios pequeños, y pueden mediar en comunidades muy reducidas y alejadas. A través de CONATEL, debe financiarse la formación y el
desarrollo de estos medios comunitarios”. (Entrevista 1.B)
»»
“Es necesario fortalecer a la sociedad organizada para que comience a presionar. Nosotros somos un pueblo al que le encanta acometer nuevos proyectos pero nos cuesta mucho hacerle seguimiento. A mí me llamaron en un principio para evaluar los contenidos
que se transmitirían con el apoyo de la Ley RESORTE, pero creo que esa función de la
ley se perdió. La Comisión de Responsabilidad Social era la responsable de esto pero yo
no sé si aún existe y qué está haciendo. Yo creo que hay que reformar la Ley RESORTE.
Creo que hay que hacer una evaluación de esa ley, identificar qué funcionó y qué no
funcionó; evaluar si esa ley más bien protegió a los grandes consorcios y dejó por fuera
a los pequeños productores, a las veedurías, los observatorios”. (Entrevista 1.A)
»»
“La labor de nosotros es social, nosotros aprovechamos el trampolín del canal con el
que trabajábamos y hacíamos trabajo audiovisual, pero no teníamos ningún equipo
audiovisual, ni cámaras ni nada de eso. Aprovechamos esos equipos y ese trampolín
para hacer el trabajo social en las cárceles (…) y dentro de ese trabajo nos encontramos
muchas piedras en el camino por los permisos (…) pero explicábamos que el trabajo
que nosotros queríamos mostrar era algo que nunca se había hecho. Nosotros queríamos llegar ahí, no para mostrar sus delitos, o lo malo que fueron, sino todo lo contrario.
Porque ese trabajo de mostrar lo malo, ya lo hacían los periódicos o los medios televisivos, los medios de radio. Nosotros queríamos mostrar lo contrario: el joven que hace
deporte, el joven que hace artesanía, el que boxea, el que canta; todo lo contrario, o sea,
mostrar todos los talentos para que esta sociedad, que esta aquí afuera, vea que en la
cárcel hay hombres y mujeres que tienen la necesidad de ser reinsertados en la sociedad”. (Entrevista 5.B) ✱
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RECOMENDACIONES
EN POLÍTICAS PÚBLICAS
COMUNICACIONALES PARA
PROMOVER PROCESOS
DE CONTROL DE ARMAS,
MUNICIONES Y DESARME,
Y CULTURA DE PAZ
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Principios generales
L
a Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece en su artículo 55
que “toda persona tiene derecho a la protección por parte del Estado a través de los órganos de seguridad ciudadana regulados por ley, frente a situaciones que constituyan
amenazas, vulnerabilidad o riesgo para la integridad física de las personas, sus propiedades,
el disfrute de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes. La participación de los ciudadanos y ciudadanas en los programas destinados a la prevención, seguridad ciudadana y
administración de emergencias será regulada por una ley especial. Los cuerpos de seguridad
del Estado respetarán la dignidad y los derechos humanos de todas las personas. El uso de armas o sustancias tóxicas por parte del funcionario policial y de seguridad estará limitado por
principios de necesidad, conveniencia, oportunidad y proporcionalidad, conforme a la ley”.
La Carta Magna también dispone en su artículo 58 que “la comunicación es libre y plural, y comporta los deberes y responsabilidades que indique la ley. Toda persona tiene derecho
a la información oportuna, veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de
esta Constitución, así como el derecho de réplica y rectificación cuando se vean afectados directamente por informaciones inexactas o agraviantes. Los niños, niñas y adolescentes tienen
derecho a recibir información adecuada para su desarrollo integral.
Por su parte, la Ley Orgánica de Participación Ciudadana y Poder Popular, en su artículo 5 señala que es una “obligación por parte del Poder Público de proporcionar al ciudadano
la oportuna y necesaria información para el efectivo ejercicio de su derecho a la participación”. Destacando en el artículo 6 los fines de la participación ciudadana que son “consolidar
una sociedad democrática, participativa, protagónica, pluralista, deliberativa, solidaria y tolerante en función de optimizar la aplicación y los resultados de las políticas públicas”.
Del mismo modo, la Ley Orgánica de Educación promueve la participación ciudadana
y el uso de los medios de comunicación como instrumentos fundamentales de servicio público. En tal sentido, en su artículo 9 impulsa las funciones recreativas, informativas y formativas
de los medios. Además, incorpora en los subsistemas educativos la formación para el conocimiento, comprensión, uso y análisis crítico de los contenidos que transmiten los medios de
comunicación.
En esta misma línea, la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión en su capítulo I, Disposiciones Generales. Artículo 1. Objeto y ámbito de aplicación de la Ley, establece
que: “Esta Ley tiene por objeto establecer, en la difusión y recepción de mensajes, la responsabilidad social de los prestadores de los servicios de radio y televisión, los anunciantes, los
productores nacionales independientes y los usuarios y usuarias, para fomentar el equilibrio
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
democrático entre sus deberes, derechos e intereses a los fines de promover la justicia social
y de contribuir con la formación de la ciudadanía, la democracia, la paz, los derechos humanos, la cultura, la educación, la salud y el desarrollo social y económico de la Nación, de
conformidad con las normas y principios constitucionales de la legislación para la protección
integral de los niños, niñas y adolescentes, la cultura, la educación, la seguridad social, la libre
competencia y la Ley Orgánica de Telecomunicaciones”.
En virtud del interés que tiene el Estado venezolano de trabajar junto a los diversos
medios de comunicación social para fomentar los derechos de cada ciudadano e impulsar los
valores democráticos de paz y desarrollo pleno de nuestra cultura, sin distinción de sexo, lugar, nacionalidad, situación de residencia, religión, preferencia política o cualquier otra condición, desea estimular un debate sobre la responsabilidad de los diversos actores en el hecho
comunicacional.
Asimismo, el principio de justicia social y respeto a los derechos humanos, que es parte
de los lineamientos fundamentales que establece el Estado en sus cuerpos legales, es la base
para diseñar una política pública de comunicaciones que promueva el desarme, el control de
armas y municiones, y la convivencia pacífica.
Considerando estos principios, las experiencias en promoción de convivencia pacífica
en Latinoamérica y las opiniones de quienes abordan el tema en Venezuela se propone incluir
las siguientes recomendaciones en una política pública en comunicaciones para promover la
cultura de paz en el país.
Recomendaciones generales y acciones propuestas
Las recomendaciones que se presentan a continuación están enmarcadas en las dimensiones de la comunicación que debe servir de sustento a una política integral para promover
procesos de control de armas, municiones y desarme, y construcción de una cultura de paz,
a saber:
1.Información en procesos de desarme.
2.Legitimidad de las propuestas para el desarme, control de armas y municiones, y construcción de paz.
3.Participación del Estado, medios de comunicación y comunidades organizaciones en
procesos de desarme y construcción de paz.
En relación con el tratamiento de la información en procesos de desarme, control de
armas y municiones, y construcción de una cultura de paz, se recomienda:
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
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ACCESO A LA INFORMACIÓN OFICIAL
»» Crear un Sistema Nacional de Información Oficial sobre violencia, especialmente relacionada con el uso de armas de fuego. Este sistema deberá incluir: cifras, estadísticas
estratificadas, causas e impacto de la violencia generada con armas de fuego y municiones en el país. Asimismo, facilitará datos con sustento científico a los medios de
comunicación, académicos, cuerpos de seguridad del Estado, instituciones públicas y
organizaciones sociales para generar una comprensión profunda de las dimensiones de
este problema. Adicionalmente, contendrá información relacionada con la implementación de la política pública para el control de armas, municiones y desarme, a saber:
cantidad de armas incautadas a la delincuencia; inutilización y destrucción de armas de
fuego; procesos de entrega voluntaria de armas, supervisión de Zonas Libres de Armas;
auditorías de parques de armas y salas de evidencias que están bajo la responsabilidad
de los cuerpos policiales, marcaje de municiones; entre otros aspectos. También, reflejará las investigaciones realizadas en este campo.
La creación de este Sistema Nacional de Información Oficial se propone a partir de la
experiencia en Brasil, donde los datos han permitido importantes avances en los tratamientos comunicacionales y han logrado disminuir la espectacularidad asociada a
la publicación de sucesos en medios. Igualmente, los especialistas consultados sobre el
tema consideran que un sistema de información con estas características permitiría que
los medios generen un abordaje del tema de manera integral, lo cual contribuiría a prevenir el sobredimensionamiento de las cifras de homicidios y fortalecería la confianza
en las instituciones gubernamentales. Cuando este tipo de información no emana directamente de los organismos oficiales es mucho más complejo evitar la tergiversación
y manipulación de la misma. Además, la publicación de datos permite una mayor concientización de la población con respecto a la situación y un involucramiento de mayor
cantidad de instituciones, organizaciones sociales, entre otros sectores.
»»
Generar mecanismos de publicación y difusión de información oficial relacionada con
hechos de violencia asociados a las armas de fuego. Para ello es necesario:
»
»
Diseñar un protocolo de publicación y difusión permanente de información vinculada a hechos violentos con armas de fuego, políticas públicas en materia desarme,
prevención del delito, seguridad ciudadana y procesos de construcción de paz. Esta
política aportará conocimiento contextualizado del problema y estimulará tratamientos informativos responsables.
Diseñar un manual de vocería para todos los órganos competentes en materia de control
de armas y seguridad ciudadana. Este documento deberá establecer los lineamientos
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
sobre quiénes serán los organismos o funcionarios encargados de proporcionar información oficial; qué tipo de información se suministrará; con qué frecuencia; y a
través de qué medios. Esto evitaría que los funcionarios que no conocen realmente la
dimensión del problema faciliten información inexacta ante la opinión pública.
TRATAMIENTO INFORMATIVO
»»
Promover mesas de diálogo con periodistas, directores y dueños de medios de comunicación social públicos, privados, alternativos y comunitarios para construir acuerdos
que faciliten un tratamiento equilibrado y responsable de la información relacionada
con violencia y la incorporación de contenidos asociados a la construcción de una convivencia pacífica y experiencias de desarme y control de armas.
»»
Fomentar espacios de encuentro permanente con los medios de comunicación para
que los mismos generen mecanismos de supervisión y análisis de los tratamientos y
producción de contenidos sobre violencia y así evitar la publicación o difusión de información sensacionalista o amarillista, la cual pueda perjudicar a individuos, familias
o comunidades.
RESPONSABILIDAD ÉTICA EN LA COMUNICACIÓN
»»
Estimular el debate público sobre la importancia de la deontología periodística en el
tratamiento de las noticias vinculadas con hechos violentos, con el propósito de visibilizar las responsabilidades que tienen los periodistas y los medios de comunicación en
la publicación y difusión de información ajustada a la realidad.
»»
Fomentar el conocimiento y el debate del Código de Ética del Periodista Venezolano;
así como las normativas que rigen la materia (Ley de Responsabilidad Social en Radio y
Televisión, Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, Ley Orgánica de Educación, entre otros), dentro de las Escuelas de Comunicación Social del país.
»»
Promover una revisión del Código de Ética del Periodista Venezolano, con miras a actualizar su contenido con el consenso de periodistas, comunicadores populares, directores y dueños de medios, académicos y comunidades organizadas.
»»
Exhortar a las organizaciones y gremios que agrupan a periodistas para que impongan
las sanciones morales y disciplinarias a que hubiere lugar cuando uno de sus agremiados viole los acuerdos éticos establecidos.
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
FORMACIÓN Y EDUCOMUNICACIÓN
»» Incorporar dentro de los pensum de estudios un componente relacionado con el uso de
los medios de comunicación social como herramientas para difundir contenidos relacionados con: construcción de paz, ética en la cobertura y tratamiento periodístico de
hechos violentos, análisis crítico de los contenidos que transmiten los medios, y las implicaciones y riesgos asociados al uso y circulación de las armas de fuego y municiones.
»»
Exhortar a los dueños y responsables de los medios de comunicación públicos, privados, alternativos y comunitarios a dar cumplimiento a las normativas vigentes sobre la
obligación que tienen los medios en divulgar contenidos y programaciones que promuevan valores de convivencia, cultura de paz, resolución pacífica de los conflictos,
prevención a delitos, entre otros aspectos.
»»
Crear y poner a disposición una red de especialistas que trabajen los temas de violencia en el país para que puedan prestar asistencia técnica a los periodistas, guionistas,
productores, dueños de medios y afines que quieran hacer investigaciones al respecto o
deseen incorporar esta temática en sus producciones audiovisuales.
»»
Generar programas de formación en materia de violencia, dirigida a estudiantes y comunicadores sociales, productores, realizadores, creativos, comunicadores populares,
guionistas, y población general, con el propósito de fortalecer el conocimiento sobre
los temas relacionados con la violencia, especialmente asociados a las armas de fuego
y municiones, con miras a lograr una mayor comprensión en esta materia y mejorar el
tratamiento y producción de este tipo de contenidos.
»»
Proponer una política de estímulos e incentivos para aquellos medios de comunicación
que realicen investigaciones periodísticas con sustento científico sobre el problema de
la violencia, o desarrollen campañas de concienciación sobre los riesgos del uso de las
armas de fuego y las herramientas alternativas de resolución de conflictos, cultura de
paz y convivencia. Por ejemplo, en el caso de los medios privados, se puede emplear un
estímulo fiscal dirigido a las personas jurídicas de derecho privado que presten servicio
de comunicación social para disminuir la carga de impuestos que los mismos deben
cancelar si incluyen en su programación regular este tipo de contenidos. Esta estrategia
se llevó a cabo en Brasil, donde los medios televisivos y radiofónicos comenzaron a incluir el tema dentro de las tramas de sus telenovelas –con el apoyo de especialistas en el
área–, y lograron, a través del alcance masivo de este tipo de producciones, cambiar la
valoración que la población tenía en relación con la violencia.
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
COMUNICACIÓN Y ORGANIZACIÓN COMUNITARIA
»» Fortalecer en el ámbito comunicacional las experiencias comunitarias de disminución
de violencia. Para ello es necesario: diseñar e implementar un programa de formación
dirigido a diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales que trabajan el tema de la reducción de la violencia, con el propósito de brindarles las herramientas comunicacionales que les ayuden a divulgar con
eficiencia, mayor alcance e impacto sus acciones y experiencias. Esta formación puede
hacerse de la mano de instituciones del Estado venezolano, universidades, organismos
especializados, ONG, entre otros. Desde la perspectiva de las experiencias en Colombia y Argentina, y de los académicos consultados, es necesario desarrollar un proceso
de educomunicación para dar formación crítica a las comunidades y proveerles de las
habilidades necesarias para el desarrollo de mensajes, cuya construcción simbólica y
semántica apunte a la construcción de una cultura de paz.
»»
Desarrollar una política de financiamiento para que las organizaciones comunitarias,
movimientos sociales y organizaciones no gubernamentales puedan desarrollar campañas de comunicación en sus espacios comunitarios a través de mensajes formativos que
genere movilización colectiva sobre la prevención de violencia, resolución pacífica de
los conflictos, riesgo de uso de las armas de fuego y temas conexos. Es importante que se
pueda generar un registro de cada una de las organizaciones que tienen una trayectoria
trabajando y estudiado el tema.
Esta recomendación surge de los aportes realizados por las organizaciones comunitarias. Desde su perspectiva, no se debe trasladar a las familias y comunidades la responsabilidad de mediar en un tema tan delicado sin tener el conocimiento adecuado y
necesario. Esta estrategia produciría movilización, conciencia y activación civil, pero es
fundamental nutrirse de la experiencia de quienes llevan años desarrollando procesos
de disminución de violencia en los espacios comunitarios.
CAMPAÑAS A FAVOR DE LA PAZ Y EL DESARME
»»
Desarrollar estrategias que incluyan campañas de comunicación directa en las comunidades y acciones simbólicas para promover el desarme y la construcción de una cultura
de paz. Esta recomendación nace de la experiencia de Argentina, Brasil y Colombia,
donde fueron exitosas las campañas y acciones simbólicas desarrolladas por diversos
actores sociales: instituciones gubernamentales, medios de comunicación, organizaciones comunitarias, instituciones religiosas y cultos, organizaciones no gubernamentales,
entre otros.
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
Estas estrategias incentivaron, por ejemplo, la entrega voluntaria de armas y deslegitimaron el papel de las armas como elemento de protección y seguridad. En este sentido
destacan también los aportes hechos por los académicos consultados, quienes consideran que la difusión de información relacionada con experiencias de construcción
de paz puede coadyuvar a que se generan aprendizajes colectivos que permitan a otras
comunidades conocer y emprender este tipo de acciones.
Para el desarrollo de las campañas se requiere tomar en cuenta las siguientes acciones:
» Evaluar estudios previos sobre el problema de la violencia y realizar consultas públicas para analizar a profundidad los contextos locales y comunitarios donde se va a
desplegar la Campaña. Esto permitiría construir los mensajes claves con la participación de los ciudadanos. También se deben identificar las experiencias exitosas en la
promoción de una cultura de paz para conocer cuáles fueron las prácticas y metodologías utilizadas.
Definir los objetivos comunicacionales de la campaña.
» Caracterizar el público o beneficiarios de la misma (niños, adolescentes, jóvenes, entre otros).
» Conceptualizar la campaña (definir los mensajes claves, datos e información a transmitir).
» Identificar los voceros y voceras (comunitarios, ONG, medios de comunicación, instituciones del Estado, instituciones religiosas y cultos, entre otros).
» Elaborar presupuesto.
» Efectuar diseño creativo de los mensajes (afiches, micros de radio, pancartas, folletos,
materiales de divulgación, etc.)
» Desplegar la campaña:
1. Difusión en medios de comunicación impresos, digitales y audiovisuales.
2. Agitación popular (marchas, concentraciones, caminatas, actividades culturales y
deportivas, conciertos, encuentros, entre otros); jornadas de promoción y divulgación (toma de espacios públicos, estrategias de stencil, grafitis, murales, concursos,
entre otros).
3.Acciones de educación y formación (desarrollo de estrategias pedagógicas para
concientizar a la población sobre el problema de la violencia y mecanismos de prevención, así como construcción de una cultura de paz. Algunas acciones serían:
talleres, foros, charlas, conversatorios, exposiciones, entre otras)
4.Multiplicación del mensaje (sumar a aquellas personas que de manera voluntaria
quieren contribuir con la difusión de estos mensajes).
» Evaluar su incidencia en las comunidades.
»
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
LEGITIMIDAD Y RESPALDO DE LA POLÍTICA
Para conseguir que las políticas públicas en materia de control de armas, municiones y
desarme obtengan el respaldo social y la legitimidad necesaria, es indispensable construir un
discurso socialmente compartido, empleando fundamentos comunicacionales, pedagógicos
y simbólicos para modificar el comportamiento de los ciudadanos y su percepción respecto a
este tema. Para ello se propone:
»» Crear una instancia conformada por diversos sectores sociales que promueva el debate
crítico sobre el rol que deben jugar los medios en la disminución de la violencia, el cual
trascienda la diatriba política. Además de establecer las líneas y acciones comunicacionales y educativas para contribuir en la construcción de paz y promover estrategias dirigidas a desmitificar el uso de las armas de fuego como símbolo de seguridad, poder y
reconocimiento social. Esta sería una instancia plural, conformada por organizaciones
comunitarias, instituciones del Estado, medios de comunicación, académicos, organizaciones no gubernamentales, instituciones religiosas y cultos, productores, guionistas,
locutores, entre otros.
PARTICIPACIÓN Y COMUNICACIÓN PARA LA CONVIVENCIA PACÍFICA
»» Organizar una Red Nacional de Creadores de Contenidos para la reducción de la violencia. Esta sería una instancia plural y estaría integrada por equipos multidisciplinarios con experiencia en el tema de la violencia: instituciones del Estado, productores,
creativos, educadores, psicólogos, sociólogos, historiadores, académicos, criminólogos,
dramaturgos, guionistas, organismos especializados, profesionales de la comunicación,
líderes comunitarios, comunicadores populares y organizaciones comunitarias dedicados a trabajar el tema de la violencia en sus comunidades, entre otros. Su misión fundamental será la conceptualización y construcción de mensajes para poner en el debate
público las acciones que como sociedad debemos adoptar para disminuir el problema de
la violencia. En este sentido, se encargará de la producción de telenovelas, miniseries, radionovelas y otros formatos audiovisuales, con el propósito de generar una construcción
de signos que posicionen el tema. Para lograr esto, se requiere que los equipos aporten
elementos de investigación, análisis de contextos y de los destinatarios del mensaje y
efectuar ejercicios creativos que compitan con la maquinaria del discurso mercantil.
»»
Promover mesas de diálogo que faciliten las transmisiones simultáneas en medios públicos, privados, alternativos y comunitarios de campañas, programas y mensajes dirigidos a fomentar valores de convivencia pacífica. Esta mesa deberá reunir a dueños de
medios de todos los sectores de la comunicación, sin distinción. ✱
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
Notas
1 Asamblea General de Naciones Unidas (2006). Informe del experto independiente para el estudio de la violencia contra los
niños. Bruselas. Disponible en: http://www.unicef.org/republicadominicana/Estudio_violencia(4).pdf
2 Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme (2012). A un año de gestión, rendimos cuentas
al pueblo 2011-2012. Disponible en: http://comisionpresidencialdesarme.gob.ve/descargas/comunicados/Informe-de-gestion-2011-2012.pdf
3 Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. Año CXXXVIII . Mes VIII. Caracas, viernes 13 de mayo de 2011.
Número 39.673. Disponible en: http://comisionpresidencialdesarme.gob.ve/descargas/gacetas/gaceta_oficial_39673.pdf
4 De Los Reyes, David (1995). La Mirada Comunicacional. Revista Comunicación. Estudios Venezolanos de la Comunicación, Nº 90. Fundación Centro Gumilla, Caracas.
5 Sorj, Bernardo (2006). Internet, Espacio Público y Marketing Político: Entre la promoción de la comunicación y solipsismo
moralista. Centro Edelstein de Investigaciones Sociales. Brasil. Disponible en: http://www.bernardosorj.com.br/pdf/wp2_espanol.pdf
6 Mack, Daniel (2011). Implementación del Estatuto de Desarme en Brasil: Del papel a la práctica. Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10. Quito.
7 Fabrino Mendoça, Ricardo (2009). A Cooperaçao na Deliberaçao Pública: Um Estudo de Caso sobre o Referendo da Proibiçao da Comercializaçao de Armas de Fogo no Brasil. Revista de Ciências Sociais, Río de Janeiro, Vol. 52, Nº2, pp. 507 a 542.
Disponible en: http://www.scielo.br/pdf/dados/v52n2/v52n2a07.pdf
8 Sorj, Bernardo (2006). Internet, Espacio Público y Marketing Político: Entre la promoción de la comunicación y solipsismo
moralista. Centro Edelstein de Investigaciones Sociales. Brasil. Disponible en: http://www.bernardosorj.com.br/pdf/wp2_espanol.pdf
9 Hernández, Gustavo (2011). Manuales de investigación en comunicación. Revista Comunicación. Estudios Venezolanos de
la Comunicación, Nº 155. Fundación Centro Gumilla. Caracas.
10 Ibid.
11 Sierra Bravo, Restituto. (1979). Técnicas de investigación social. Madrid: Paraninfo.
12 Hernández, Gustavo (2011). Manuales de investigación en comunicación. Revista Comunicación. Estudios Venezolanos de
la Comunicación, Nº 155. Fundación Centro Gumilla. Caracas
13 Alberich Nistal, Tomas. La Investigación Acción Participativa, método y práctica. Ponencia realizada durante el IV Congreso Internacional sobre Investigación Acción Participativa. Octubre, 2007. Valladolid, España. Disponible en: http://hera.
fed.uva.es/congreso/images/TomasAlberich.doc
14 Arenas, Gabriela; Henríquez, Jogreg; Ojeda, Janet; y Soto, Naibet. (2010) Estudio sobre la violencia a partir de su conceptualización y valoración por parte de los niños, niñas, adolescentes, madres y educadores de las comunidades de la fila de
Turgua. Maestría en Comunicación para el Desarrollo, UCAB. Caracas, Venezuela.
15 Intervención del Embajador Juan José Gómez Camacho, Representante de México, en la primera reunión del primer
período de sesiones de 2010 de la Conferencia de Desarme. Recuperado el 14 de junio de 2012, de: http://portal.sre.gob.mx/
oi/popups/articleswindow.php?id=640
16 Benítez Manaut, Raúl. La crisis de la seguridad en México. Revista Nueva Sociedad Nº 220, marzo-abril 2009, ISSN:0251-3552.
17 Ibid.
18 Buvinic, Mayra; Morrison, Andrew; y Orlando, María Beatriz (2005). Violencia, crimen y desarrollo social en América
Latina y el Caribe. Papeles de Población, Nº 043, Enero-marzo. México
19 Larizgoitia, Itziar (2006) La violencia también es un problema de salud pública. Grupo de trabajo para el estudio de la
violencia colectiva de la SEE y grupo ISAVIC. Disponible en: http://www.sespas.es/informe2006/p2-3.pdf
20 Arriagada, Irma (2001). Seguridad Ciudadana y violencia en América Latina. Ponencia presentada a LASA durante su
XXIII Congreso Internacional. Extracto del artículo publicado en Revista de la CEPAL N° 70 en co-autoría con Lorena Godoy.
21 Ibid.
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
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COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
22 Bunivic, Mayra. (s.f.) Un balance de la violencia en América Latina: los costos y las acciones para la prevención. Revista
Pensamiento Iberoamericano Nº 2. Banco Mundial.
23 Freitez, Anitza; Romero, Dalia y Di Brienza, María. (2011) La mortalidad juvenil por causas violentas en Brasil y Venezuela.
V Encuentro Nacional de Demógrafos y Estudiosos de la Población. Universidad Central de Venezuela FACES-FAU. Recuperado el 6 de junio de 2012, de: http://www.somosavepo.org.ve/download/cdt_573.pdf
24 Ibid.
25 Ibid.
26 Ministerio del Poder Popular para la Salud. (2010) Anuario de Mortalidad 2008. Disponible en: http://www.bvs.org.ve/
anuario/anuario_2008.pdf
27 Londoño, Juan y Guerrero, Rodrigo (1999). Violencia en América Latina. Epidemiología y Costos. Publicado por el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID). Recuperado el día 15 de abril de 2012, de http://www.iadb.org/res/publications/pubfiles/pubr-375.pdf
28 Arriagada, Irma (2001). Seguridad Ciudadana y violencia en América Latina. Ponencia presentada a LASA durante su
XXIII Congreso Internacional. Extracto del artículo publicado en Revista de la CEPAL N°70 en co-autoría con Lorena Godoy.
29 Bunivic, Mayra. (s.f.) Un balance de la violencia en América Latina: los costos y las acciones para la prevención. Revista
Pensamiento Iberoamericano Nº 2. Banco Mundial.
30 Londoño, Juan y Guerrero, Rodrigo (1999). Violencia en América Latina. Epidemiología y Costos. Publicado por el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID). Recuperado el día 15 de abril de 2010, de http://www.iadb.org/res/publications/pubfiles/pubr-375.pdf
31 Concaro, Carola & Olaeta, Hernán. Violencia Armada y el desarme de la sociedad civil. El caso de la República Argentina.
Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 60-76, FLACSO, sede Ecuador. ISSN:
1390-3691
32 UNODC (2011). Global study on homicide. Descargado el 9 de julio de 2012, de: http://www.unodc.org/unodc/en/dataand-analysis/statistics/crime/global-study-on-homicide-2011.html
33 Ibid.
34 Waiselfisz, Julio (2011). Mapa da Violência 2012: Os novos padroes da violência homicida no Brasil. Instituto Sangrai. Recuperado el 10 de junio de 2012, de http://mapadaviolencia.org.br/pdf2012/mapa2012_web.pdf
35 Vargas Velásquez, Alejo y García Pinzón, Viviana (s.f.). Violencia urbana, seguridad ciudadana y políticas públicas: la
reducción de la violencia en las ciudades de Bogotá y Medellín (Colombia) 1991-2007. Revista Pensamiento Iberoamericano
Nro. 2. Banco Mundial.
36 Gibbons, Jonathan. (2011) Global study on homicide. United Nations Office on Drugs and Crime (UNODC). Recuperado
el 06 de junio de 2012, de http://www.unodc.org/documents/data-and-analysis/statistics/Homicide/Globa_study_on_homicide_2011_web.pdf
37 Dammert, Lucía (2010). Crimen e Inseguridad: Indicadores para las Américas. BID-FLACSO, Chile.
38 Mendes de Miranda, Ana Paula (s.f) Informação, política de segurança pública e sentimento de (in) segurança. VIII Congresso Luso-Afro Brasileiro de Ciências Sociais Simpósio da Rede Interdisciplinar de Estudos Comparativos (RIEC): Direito,
Justiça e Segurança Pública. Painel 3 - Políticas Públicas, Violências e Discursos.
39 Arenas, Gabriela; Henríquez, Jogreg; Ojeda, Janet; y Soto, Naibet. (2010) Estudio sobre la violencia a partir de su conceptualización y valoración por parte de los niños, niñas, adolescentes, madres y educadores de las comunidades de la fila de
Turgua. Maestría en Comunicación para el Desarrollo, UCAB. Caracas, Venezuela.
40 Dammert, Lucía (2012). La Seguridad Ciudadana: El principal problema de América Latina. Latinobarómetro, Chile. Recuperado el 11 de junio de 2012 de http://www.latinobarometro.org/latino/latinobarometro.jsp
41 Ibid.
42 UNICEF (2008). La Promoción del Desarrollo Adolescente en América Latina y el Caribe. Recuperado el 26 de mayo de
2012, de: http://www.unicef.org/venezuela/spanish/resources_23678.htm
43 Buchanan, Catherine. (2008) Puntos de Vista: Negociando el Desarme Volumen I. Reflexiones sobre armas, combatientes y
violencia armada en procesos de paz. Centro para el diálogo humanitario
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
44 Otamendi, Alejandra. Las armas de fuego en América Latina: Tiempo de balance. Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana No. 10, Noviembre 2011: 7-13, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691
45 Londoño, Juan y Guerrero, Rodrigo (1999). Violencia en América Latina. Epidemiología y Costos. Publicado por el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID). Recuperado el día 15 de abril de 2010, de http://www.iadb.org/res/publications/pubfiles/pubr-375.pdf, p-35.
46 Ibid., p-37.
47 Cruz, José Miguel. Proyecto ACTVA: La victimización por violencia urbana: niveles y factores asociados en ciudades seleccionadas de América Latina y España. Disponible en: http://www.paho.org/Spanish/HDP/HDR/serie04composite.PDF
48 Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme (2012) Proceso de consulta y sistematización por
una convivencia sin armas. Caracas, Venezuela.
49 Ibid.
50 Vázquez Mazzini, Marisa y Gore, Ernesto. (2003) Aprendizaje colectivo y capacitación laboral. XIII Congreso de Capacitación y Desarrollo, Buenos Aires
51 Arenas, Gabriela; Henríquez, Jogreg; Ojeda, Janet; y Soto, Naibet. (2010) Estudio sobre la violencia a partir de su conceptualización y valoración por parte de los niños, niñas, adolescentes, madres y educadores de las comunidades de la fila de
Turgua. Maestría en Comunicación para el Desarrollo, UCAB. Caracas, Venezuela.
52 Buchanan, Catherine. (2008) Puntos de Vista: Negociando el Desarme Volumen I. Reflexiones sobre armas, combatientes y
violencia armada en procesos de paz. Centro para el diálogo humanitario
53 Mendes de Miranda, Ana Paula. (s.f.) Informação, política de segurança pública e sentimento de (in) segurança. VIII Congresso Luso-Afro Brasileiro de Ciências Sociais Simpósio da Rede Interdisciplinar de Estudos Comparativos (RIEC): Direito,
Justiça e Segurança Pública. Painel 3 - Políticas Públicas, Violências e Discursos
54 Delgado Flores, Carlos (2010) Ciberpolítica para la sociedad del conocimiento en Venezuela. ILDIS. Caracas, Venezuela.
55 Barreto, Idaly; Borja, Henry; Serrano, Yeny; López-López, Wilson. (2009) La legitimación como proceso en la violencia
política, medios de comunicación y construcción de culturas de paz. Univ. Psychol. Bogotá, Colombia V. 8 Nº 3 PP. 737-748
sep-dic 2009 ISSN 1657-9267
56 Ortiz Ariza, Carolina (2002). El papel de los medios de comunicación en una situación de violencia como la colombiana. Revista Latina de Comunicación Social, Nº 48. Disponible en: http://www.ull.es/publicaciones/latina/2002/
latina49abril/4902ortiz.htm
57 Ibid.
58 Llorente, María; Escobedo, Rodolfo; Echandía, Camilo y Rubio, Mauricio. (s.f.) Violencia Homicida en Bogotá: Más que
intolerancia. Disponible en: http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/Violencia%20homicida%20en%20Bogota.pdf
59 Ibid.
60 Domènech i Argemì, M; y Íñiguez, L. La construcción social de la violencia. Revista Athenea Digital. Nº 2, otoño 2002.
Universidad Autónoma de Barcelona. Disponible en: http://psicologiasocial.uab.es/athenea/index.php/atheneaDigital/article/view/54/54
61 Ibid.
62 Ibid.
63 Vargas Velásquez, Alejo y García Pinzón, Viviana (s.f.). Violencia urbana, seguridad ciudadana y políticas públicas: la
reducción de la violencia en las ciudades de Bogotá y Medellín (Colombia) 1991-2007. Revista Pensamiento Iberoamericano
Nro. 2. Banco Mundial.
64 Rey, Germán (2003). Ver desde la ciudadanía: Observatorios y veedurías de medios de comunicación en América Latina.
Revista Probidad, Edición 24. Disponible en: http://revistaprobidad.info/024/011.pdf
65 Gobierno de Nicaragua & The Carter Center (2006) El derecho de acceso a la información y los servidores públicos. Disponible en: https://cartercenter.org/resources/pdfs/peace/americas/nicaragua_public_servants_spanish.pdf
66 Mattelart, Armand. La Sociedad de la Información: El enfrentamiento entre proyectos de sociedad. Trabajo tomado de su
exposición en la VI Conferencia Internacional “Los retos de México ante la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Informa-
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
105
106
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
ción”, celebrada en el Senado de la República del 28 al 30 de mayo de 2003. Disponible en: http://www.dialogosfelafacs.net/
wp-content/uploads/2012/01/67-revista-dialogos-la-sociedad-de-la-Informaci%C3%B3n.pdf
67 Ibid.
68 Concaro, Carola & Olaeta, Hernan. Violencia Armada y el desarme de la sociedad civil. El caso de la República Argentina.
Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 60-76, FLACSO, sede Ecuador. ISSN:
1390-3691
69 Ibid.
70 Godnick, William (2001). Transforming attitudes towards the tools of violence: The arms Exchange Programme in Mendoza, Argentina. Peace Studies Papers, University of Bradford.
71 Ibid.
72 Fleitas, Diego (2006). El Problema de las Armas de Fuego en el Cono Sur: Los casos de Argentina, Paraguay y Uruguay.
Secretaria General FLCSO, Buenos Aires. Disponible en: http://www.redparaeldesarme.org.ar/biblioteca/investigacion%20
armas%20en%20argentina%20paraguay%20y%20uruguay.pdf
73 Concaro, Carola & Olaeta, Hernan. Violencia Armada y el desarme de la sociedad civil. El caso de la República Argentina.
Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 60-76, FLACSO, sede Ecuador. ISSN:
1390-3691
74 Ibid.
75 Caramés, A. Y Sanz, E. (2009). Análisis de los programas de DDR existentes en el mundo durante 2008. Bellaterra: Escola
de Cultura de Pau.
76 Serrano Gómez, Enrique. (1994). Legitimación y racionalización: Weber y Habermas: la dimensión normativa de un orden
secularizado. Editorial Anthropos. Barcelona, España.
77 Barreto, Idaly; Borja, Henry; Serrano, Yeny; López-López, Wilson. (2009) La legitimación como proceso en la violencia
política, medios de comunicación y construcción de culturas de paz. Univ. Psychol. Bogotá, Colombia V. 8 Nº 3 PP. 737-748
sep-dic 2009 ISSN 1657-9267
78 Ibid.
79 Ibid.
80 Vargas Velásquez, Alejo y García Pinzón, Viviana (sf). Violencia urbana, seguridad ciudadana y políticas públicas: la reducción de la violencia en las ciudades de Bogotá y Medellín (Colombia) 1991-2007. Revista Pensamiento Iberoamericano Nº 2.
Banco Mundial.
81 Otamendi, Alejandra. Las armas de fuego en América Latina: Tiempo de balance. Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 7-13, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691
82 Barreto, Idaly; Borja, Henry; Serrano, Yeny; López-López, Wilson. (2009) La legitimación como proceso en la violencia
política, medios de comunicación y construcción de culturas de paz. Univ. Psychol. Bogotá, Colombia V. 8 Nº 3 PP. 737-748
sep-dic 2009 ISSN 1657-9267
83 Mack, D. Implementación del estatuto de desarme en Brasil: Del papel a la práctica. Urvio, Revista Latinoamericana de
Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 93-105, FLACSO, sede Ecuador. ISSN: 1390-3691
84 Sorj, Bernardo. (2006) Internet, espacio público y marketing político: Entre la promoción de la comunicación y el solipsismo
moralista. Centro Edelstein de Investigaciones Sociales.
85 Ibid.
86 Ibid.
87 Ibid.
88 Ibid.
89 Ibid.
90 Ibid.
91 Ibid.
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
92 International Network on Religions and Mediation in Urban Areas (2005). La elevada violencia juvenil y urbana exige
una movilización coordinada de todos los agentes sociales, incluidas las iglesias. Disponible en: http://www.rel-med.net/
fitxer/656/cas_rio_armes_CAST.pdf
93 Ibid.
94 Otamendi, Alejandra. Las evaluaciones de impacto de los planes de recolección de armas en Brasil: Alcances y limitaciones.
Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 106-119, FLACSO, sede Ecuador. ISSN:
1390-3691
95 Oliveira Soares, Ismar. El derecho a la pantalla: de la educación en medios a la educomunicación en Brasil. Revista Comunicar, Nº 30, v. XV, 2008. Revista Científica de Comunicación y Educación; ISSN: 1134-3478, páginas 87-92.
96 Ibid.
97 ANDI (2012). Mídia e Infancia: O impacto da exposiçao de crianças e adolescentes a cenas de sexo e violência na TV.
Disponible en: http://www.andi.org.br/politicas-de-comunicacao/publicacao/midia-e-infancia-o-impacto-da-exposicaode-criancas-e-adolescent
98 Chacón Medina, Antonio. La infancia ante los nuevos medios: La televisión. Revista Etica.net. Año II, Nº 4. Enero 2004.
Disponible en: http://www.ugr.es/~sevimeco/revistaeticanet/Numero4/Articulos/Formateados/Lainfancia.pdf
99 Ibid.
100 Orozco Gómez, Guillermo y Vassallo de Lopez, María. Observación de la ficción televisiva en ocho países latinoamericanos. Revista Comunicación y Sociedad, Nº 13, enero-junio 2010, pp. 13-42. ISSN 0188-252x
101 Ayres de la Barrera. Telenovela, entretener y educar. Cuadernos del Claeh, Nº 98. Montevideo, 2ª serie, año 32, 2009. ISSN
0797-6062. pp 55-68. Disponible en: http://www.claeh.org.uy/html/images/cuadernos/98/c98-melina-ayres.pdf
102 Ibid.
103 Ibid.
104 Siqueira Montoro, Tânia, (2001) La violencia como noticia: Un análisis de los telediarios de mayor audiencia en Brasil.
Tesis doctoral para la obtención del grado de doctora en Ciencias de la comunicación audiovisual. Universidad Autónoma
de Bracelona. Disponible en: http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/4098/tsm01de13.pdf?sequence=1
105 ANDI (2012). Adolescentes em conflito com a lei: Guia de referência para a cobertura jornalística. Disponible en: http://
www.andi.org.br/infancia-e-juventude/publicacao/adolescentes-em-conflito-com-a-lei-guia-de-referencia-para-a-cobertu
106 Groebel, Jo (1999). La violencia en los medios: Estudio global de la UNESCO. Disponible en: http://www.infoamerica.org/
documentos_pdf/violenciatv.pdf
107 Ibid.
108 Fandiño-Losada, Andrés.; Rodríguez, Jorge.; Muñoz, Edgar.; y Gutiérrez, María. (2006) Evaluación de la Estrategia de Comunicación “Mejor Hablemos” para promover la Convivencia Pacífica en Cali, 1996-2000. Revista de Salud Pública. Volumen. 8,
Noviembre 2006: 168-184. Colombia.
109 Ibid.
110 Ibid.
111 Aguirre Tobon, Katherine. (2006) Hacia un plan de desarme integral
112 Ibid.
113 Martín, Gerard y Ceballos, Miguel (2004) Bogotá: Anatomía de una Transformación. Políticas de Seguridad Ciudadana
1995-2003. Editorial Pontificia Universidad Javeriana, Colombia.
114 Vargas Velásquez, Alejo y García Pinzón, Viviana (s.f.). Violencia urbana, seguridad ciudadana y políticas públicas: la
reducción de la violencia en las ciudades de Bogotá y Medellín (Colombia) 1991-2007. Revista Pensamiento Iberoamericano
Nº 2. Banco Mundial.
115 Ibid.
116 Otamendi, Alejandra. Las evaluaciones de impacto de los planes de recolección de armas en Brasil: Alcances y limitaciones.
Urvio, Revista Latinoamericana de Seguridad Ciudadana Nº 10, Noviembre 2011: 106-119, FLACSO, sede Ecuador. ISSN:
1390-3691
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
107
108
COMUNICACIÓN Y DESARME. Recomendaciones para el desarrollo de una política comunicacional
117 Bunivic, Mayra (s.f.) Un balance de la violencia en América Latina: los costos y las acciones para la prevención. Revista
Pensamiento Iberoamericano Nº 2. Banco Mundial.
118 Ibid.
119 Constitución Federal para los estados de Venezuela (1811) p. 55. Disponible en: http://www.fakemink.com/1811.PDF
120 Pino Iturrieta, Elías (2006) Venezuela metida en cintura, 1900-1945. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas.
121 Irwing, Domingo; Langue, Frédérique; Guardia Rolando, Inés y otros (2005) Militares y poder en Venezuela. Ensayos
históricos vinculados con las relaciones civiles y militares en Venezuela.
122 Ibid.
123 Ibid.
124 LiCausi, Raúl. Política comunicacional, radiodifusión y grupos privados no tradicionales. Revista Comunicación. Centro
Gumilla. Disponible en: http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/COM198551-52_122-128.pdf
125 Villabona Blanco, María. Política y elecciones en Venezuela. Revista de Estudios Políticos Nueva Época. Nº 52. Septiembre-Octubre 1986.
126 LiCausi, Raúl. Política comunicacional, radiodifusión y grupos privados no tradicionales. Revista Comunicación. Centro
Gumilla. Disponible en: http://gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/COM198551-52_122-128.pdf
127 Ibid.
128 Ibid.
129 Bisbal, Marcelino (2005) Televisión: Pan nuestro de cada día. Alfadil Ediciones, Caracas.
130 Tello, Max (2008) La historia efectiva de una utopía: Políticas y planificación de la comunicación en América Latina.
Disponible en: http://www.maxtello.com/24-08MaxTello.pdf
131 Ibid.
132 Bisbal, Marcelino. El espectáculo visual de la modernidad. Revista Comunicación. Centro Gumilla. Disponible en: http://
gumilla.org/biblioteca/bases/biblo/texto/COM2002120_4-17.pdf
133 Ibid.
134 Ávila, Keymer. La instrumentalización del délito: política, empresas de comunicación e inseguridad, sobre cómo la inseguridad logró posicionarse en el primer lugar de la agenda pública en Venezuela. Revista Crítica Penal y poder. Nº 2, 2012.
Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos, Universidad de Barcelona. Disponible en: http://revistes.ub.edu/
index.php/CriticaPenalPoder/article/view/2944/3186
135 Ibid.
136 Núñez, Gilda (2001) Policía, Política y Seguridad Nacional. Tesina presentada para la obtención del título de Master
Europeo en Sistema Penal y Problemas Sociales. Universidad de Barcelona, España.
137 Ibid.
138 Ibid.
139 Ávila, Keymer. La instrumentalización del delito: política, empresas de comunicación e inseguridad, sobre cómo la
inseguridad logró posicionarse en el primer lugar de la agenda pública en Venezuela. Revista Crítica Penal y poder. Nº 2,
2012. Observatorio del Sistema Penal y los Derechos Humanos, Universidad de Barcelona. Disponible en: http://revistes.
ub.edu/index.php/CriticaPenalPoder/article/view/2944/3186
140 Ibid.
141 Ibid.
142 Ibid.
143 Hernández Sampieri, Roberto; Fernández Collado, Carlos y Baptista Lucio, Pilar (2010) Metodología de la Investigación.
McGraw-Hill, Chile.
144 Morse, Janice (2003) Asuntos críticos en los métodos de investigación cualitativa. Editorial Universidad de Antioquía,
Colombia.
145 Ibid.
Comisión Presidencial Control de Armas, Municiones y Desarme
Rif: G-20009924-0