Download Contenido Contents - Comisión Nacional de Arbitraje Médico
Document related concepts
no text concepts found
Transcript
Contenido Editorial El acto médico DR. JORGE MANUEL SÁNCHEZ GONZÁLEZ Contents Editorial Medical Act DR. JORGE MANUEL SÁNCHEZ GONZÁLEZ 3 In Memoriam to Mtra.Graciela Arroyo de Cordero 5 Medical Act and Investigation DR. JUAN MANUEL MALACARA 6 3 In Memoriam a la Mtra. Graciela Arroyo de Cordero 5 El acto médico y la investigación DR. JUAN MANUEL MALACARA 6 El acto médico como acto humano moral DR. GABRIEL CORTÉS GALLO 12 Inconformidad con los servicios médicos` DR. JOSÉ LUIS MORAGREGA ADAME 16 La Eutanasia y el surrealismo jurídico (segunda y última parte) LIC. OCTAVIO CASA MADRID MATA 24 Caso CONAMED 38 Noticias CONAMED 43 Medical Act as Etical Human Act DR. GABRIEL CORTÉS GALLO 12 Dissent with Medical Services DR. JOSÉ LUIS MORAGREGA ADAME 16 Jurical Surrealism and Euthanasia LIC. OCTAVIO CASA MADRID MATA 24 CONAMED Case 38 CONAMED News 43 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 1 Editor Dr. Carlos Tena Tamayo Editor adjunto Dr. Jorge Manuel Sánchez González Consejo editorial Dr. Gabriel Manuell Lee Lic. Agustín Ramírez Ramírez Mtra. Celina Alvear Sevilla Lic. Octavio Casa Madrid Mata Dr. Renaldo Guzmán García Dr. Salvador Casares Queralt Lic. José Luis Ibarra Gil Comité editorial Ministro José Ramón Cossío Díaz, Dr. Alejandro Cravioto Quintana, Dra. Juliana González Valenzuela, Dr. Humberto Hurtado Andrade, Sr. Alberto Langoni Cirese, Dr. Jaime Lozano Alcazar, Dr. Osvaldo Romo Pizarro, Dr. Carlos Sánchez Basurto, Dr. Julio Sotelo Morales, Dr. Ruy Pérez Tamayo, Mgdo. Jorge Rodríguez y Rodríguez, Dr. Norberto Treviño García Manzo, Dr. Armando Vargas Domínguez. Procedimiento editorial Dr. Luis Ernesto Hernández Gamboa Dra. Esther Mahuina Campos C. L. E. O. Rebeca Victoria Ochoa Diseño y producción L. D. G. Mónica Sánchez Blanco Consejo de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico Antrop. Raquel Bialik de Shkurouich Dr. Fernando Cano Valle Dr. Ángel Porfirio Cervantes Pérez Dra. María de la Luz García Alonso Mtro. Gonzalo Moctezuma Barragán Dra. Helvia Graciela Rodríguez Ortega Dr. Misael Uribe Esquivel Dr. Diego Valadés Ríos Dr. Rodolfo Darío Vázquez Cardozo Portada: Reproducción fotográfica de una fracción del mural: “Derechos de los Pacientes y los Médicos”, realizado en especial para el Hospital General de Cd. Victoria, Tamaulipas “Dr. N. Treviño Zapata”, en el año 2004 por el pintor tamaulipeco Alejandro Rosales Lugo. Atención y asesoría CONAMED 5420-7000 Lada sin costo: 01 800 711 0658 Correo electrónico: [email protected] Registrada en: latindex (www.latindex.org) Indice Mexicano de Revistas Biomédicas Latinoamericanas (www.imbiomed. com.mx) Revista CONAMED es el órgano de difusión de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud, con domicilio en Mitla 250, Esq. Eugenia, Col. Narvarte, C. P. 03020, Delegación Benito Juárez, México, Distrito Federal. Tels: 5420-7103 y 5420-7032. Fax: 5420-7109. Correo electrónico: [email protected] Página web: www.conamed.gob.mx Publicación trimestral, Vol. 11, núm. 3, julio-septiembre de 2005. Distribución gratuita. Proceso Editorial por la Dirección General de Difusión e Investigación de CONAMED. Editor responsable: Dr. Carlos Tena Tamayo. Impresión: Talleres Gráficos de México, Canal del Norte 80, Col. Felipe Pescador, C. P. 06280. Tiraje: 8,000 ejemplares. Distribución autorizada por SEPOMEX PP-DF-025 1098. Certificado de Licitud de Título número: 9969. Certificado de Licitud de Contenido número: 6970. Distribución a suscriptores: Dirección General de Administración. Reserva de derechos al uso exclusivo del título, número: 04-2004-090909324900-102. Los artículos firmados son responsabilidad del autor, las opiniones expresadas en dichos artículos son responsabilidad de sus autores y no necesariamente son endosados por la CONAMED. Se permite la reproducción parcial o total del material publicado citando la fuente e informando a [email protected] Editorial Editorial El Acto Médico Dr. Jorge Manuel Sánchez González* En el proceso de transmutar el entorno, la Humanidad contemporánea ha logrado escudriñar las leyes que rigen su propia existencia, transgrediendo en ocasionas las barreras naturales de la vida y de la muerte. Es por ello que se ha visto así enfrentada a su cardinal desafío axiológico: Equilibrar el desarrollo moral del hombre con el progreso tecnológico que ha creado. Este hecho ha concatenado estudiosos de las más diversas ramas del saber, a incursionar en el complicado mundo de los valores en cuestiones de marcada trascendencia humana, como son la manipulación genética; la investigación con seres humanos; el aborto; la maternidad subrogada; los criterios de definición de la muerte; los trasplantes de órganos y la eutanasia, por mencionar sólo algunos de ellos. De esta forma se ha gestado un campo particular de reflexión multifacética, para el abordaje de los dilemas éticos que están floreciendo en relación con la forma de nacer, vivir, morir, y de la salud de los seres humanos. La diversidad y embrollo que estos dilemas adquieren en la actualidad, exige replantear las dimensiones éticas de cada una de sus acciones profesionales, en un marco de pluralismo moral donde decidir es todo un reto que se debe abordar con enfoque interdisciplinario, que incluya sin duda profundas reflexiones filosóficas, médicas, religiosas, psicológicas y jurídicas, entre otras. En éste sentido, la medicina moderna no puede dejar de reflexionar sobre el sentido que ha adquirido el Acto Médico como un acto humano y científico. Motivados por ello, es que para el presente número hemos incluido interesantes disertaciones sobre el tema, que es abordado desde diferentes perspectivas por destacados médicos, que sin duda promueven una profunda reflexión en el tema, toda vez que la problemática que entraña hoy en día el Acto Médico parte desde los dilemas éticos antes mencionados, hasta los más diversos puntos de contacto y concepciones que implican a diferentes ciencias y humanidades afines, como también aspectos contemporáneos relacionados con la economía y asignación de recursos, la política, la educación y la sobrepoblación que inducen modificaciones en la demanda de los servicios de salud. Como apreciarán, en los diferentes artículos se diserta sobre las investigaciones o reflexiones en torno al Acto Médico, donde se declara cómo el tema ha sido abordado esencialmente desde una interpretación teórica-filosófica o como discurso ontológico de la esencia humana, lo que nos lleva a plantear la necesidad de ubicarle un espacio a lo subjetivo en el estudio de tan compleja temática. En dichos manuscritos se parte de un breve análisis de los hechos históricos que influyeron en la concepción y forma de efectuar el Acto Médico hasta nuestros días, lo que brinda insumos para explicar las disímiles razones que condicionan la confusión en que puede encontrarse el médico en la actualidad, y comprender por que un mismo Acto Médico puede ser juzgado simultáneamente por diferentes códigos: El de la propia conciencia del médico, el código deontológico y el de la jurisdicción, pudiendo estos entrar en contradicción. * Médico Patólogo Clínico. Director General de Difusión e Investigación. El Dr. Juan Manuel Malacara, Médico Endocrinólogo, miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Ex director de la Facultad de Medicina de la Universidad de Guanajuato y profesor universitario desde varios lustros, en su artículo plantea dos interesantes preguntas sobre la evolución del Acto Médico: ¿Todavía falta trecho por caminar?, ¿O se ha ido demasiado lejos, distorsionando los valores esenciales?, las que va respondiendo magistralmente, con base en la ciencia y las herramientas de la investigación, propiciando una profunda reflexión y comprensión de las diferentes percepciones que tenemos hoy en día. El Dr. Gabriel Cortés Gallo. Médico Pediatra, profesor universitario y Vicepresidente de la Academia Mexicana de Pediatría, se introduce al tema del Acto Médico como un acto moral humano desde su perspectiva que proviene de una profunda formación bioeticista. Nos hace caer en cuenta que el tema nos expone obligadamente a una introspección sobre los fines y circunstancias que se presentan al momento de ejercer el Acto Médico, y considerar la influencia de los diferentes factores, no siempre concientes o tomados en cuenta en la práctica cotidiana. Efectúa una impecable diferenciación sobre los actos lícitos vs ilícitos; el valor ético, lo”bueno” y lo “malo”; y las valoraciones morales, ayudando a su comprensión, acotando el relativismo a partir de la identificación de la naturaleza del acto. Al cuestionar el emotivismo, intuicionismo y el absolutismo, los confronta con la ética normativa y sus posturas: Utilitarismo o consecuencialísmo, para ayudar al lector a comprender el Acto Médico moral y diferenciarlo de aquellos que no son apropiados, con base al análisis del objeto elegido, de su intención y de las consecuencias de los que se realiza. Por otra parte, el Acto Médico no se exime, aún cuando está dirigido a beneficiar a los pacientes, de propiciar una inconformidad y generar una ruptura en la relación del médico con su paciente. En este tema, el Dr. José Luis Moragrega, Médico Cardiólogo, Ex Comisionado Estatal de Arbitraje Médico, Ex Presidente de los Médicos del Estado de Guanajuato y profesor universitario, en su excelente manuscrito: “Inconformidad con los Servicios médicos”, realiza una profunda revisión pragmática de los hechos a través del tiempo, que han afectado la relación médico-paciente, y de los factores que han contribuido al deterioro de la relación del binomio aludido, y que hoy en día generan cotidianamente demandas contra los médicos. Encontrará también la segunda y última parte del Artículo “Eutanasia” del Lic. Octavio Casa Madrid, que sin duda será del interés de nuestros lectores ya que es un tema en boga que requiere de profundo análisis y comprensión. Donde el autor expone al “rojo blanco”, el surrealismo jurídico, desde su perspectiva como experto en el tema, para proporcionar al lector los elementos para dicho análisis e inducción a la reflexión sobre el tema de la eutanasia. Deseamos también compartirles nuestro entusiasmo por la publicación reciente del modelo de arbitraje médico en la revista British Medical Journal, una de las revistas más importantes en medicina, de mayor difusión y con estrictos criterios de selección de artículos. Este hecho permitirá que el modelo mexicano de arbitraje médico, del que se han interesado replicar en América, sea dado a conocer en otros continentes. Encontrará al final un breve resumen y el URL de acceso para obtenerlo in extenso desde la dominio de la Revista BMJ. 4 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 † IN MEMORIAM MAESTRA GRACIELA ARROYO DE CORDERO (1934-2005) “Tu misión de vida se cumple de muchas formas: en la academia buscando la verdad; en la vida pública buscando lo mejor para la enfermería mexicana; en la vida personal honrando el legado de tus padres y entregándolo como herencia viva para tu esposo y tus hijos” La enfermería nacional lamenta profundamente la irreparable pérdida de la maestra, amiga y líder de la enfermería mexicana y coordinadora de la Comisión Interinstitucional de Enfermería. Tratar de resumir su vida académica en breves líneas sería labor imposible. Ya que su vida profesional, humanística y científica fue fecunda. Realizó estudios de enfermería de nivel técnico, postécnico y licenciatura. Concluyó estudios de Maestría en Enseñanza Superior. Inicia su ejercicio profesional como enfermera clínica y sanitarista, desarrollándose en la carrera magisterial, en la que asumió los cargos de: profesora, coordinadora de área, secretaria académica y como Directora de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia, fue la primera enfermera que formó parte del Consejo Universitario. En éste último cargo consolidó el ingreso a la Licenciatura en años posteriores al primero, impulsó modelos innovadores de servicios de enfermería en atención comunitaria, en beneficio del ejercicio autónomo de la profesión, fundando el Centro de Atención Comunitaria de Atención Primaria y en Centro de Investigación Materno Infantil. Gestionó programas de intercambio académico a nivel internacional y sentó las bases para la formación de postgrado en la ENEO. A estas contribuciones debe agregarse la memorable actividad docente de nuestra ilustre Maestra cuantas directoras, jefes, enfermeras, alumnos..... recordamos con gratitud y afecto sus clases y provechosas enseñanzas. Participó en la elaboración del Programa de Reforma del Sector Salud. Fue asesora del Subsecretario de Coordinación Sectorial, coordinó la Comisión Interinstitucional de Enfermería y el Plan Integral de Desarrollo para la Formación y el Ejercicio de la Enfermería en México. Gestionó, implementó y dirigió los Programas de Estímulos a la Productividad y Eficiencia a favor del Personal de Enfermería, de aplicación nacional y el desarrollo gerencial para Directivos de Enfermería de carácter internacional. Por lo que atañe a algunas de sus principales contribuciones debe recordarse los documentos de carácter normativo, como: Plan Rector de Enfermería, Bioética en Enfermería, Evaluación de la Calidad de los Servicios de Enfermería 3 Indicadores, Guía Técnica para la Dotación de Recursos Humanos en Enfermería, Modernización de la Estructura de Enfermería en las Unidades Hospitalarias, Lineamientos para la Mejora Continua de los Servicios de Enfermería. Debe destacarse su invaluable lucha por alcanzar la retabulación y obtener un código dentro del organigrama de la Secretaria de Salud para las Licenciadas en Enfermería y las Enfermeras con nivel de postgrado. Se reconoce su liderazgo como fundadora de varias asociaciones, autora de numerosos artículos y consejera editorial de cuatro revistas nacionales. Miembro Distinguido del Comité Técnico de Enfermería de la Dirección General de Profesiones. Mujer ejemplar, sencilla, culta, inteligente, profesionista, visionaria, sin ninguna presunción, su labor deja una huella imborrable en la enfermería mexicana. Su testimonio de vida la hicieron acreedora a importantes reconocimientos entre ellos: • • • Premio Nacional de Enfermería “Isabel Cendala y Gómez” Premio por su Trayectoria, otorgada por la Secretaría de Salud en su 60 Aniversario. Premio Sor Ma. Guadalupe Alacoque Cerisola. Sociedad Mexicana de Cardiología. Su ejemplo de vida como persona, maestra como fuente inagotable de generación de conocimiento, como humanista y amiga dejarán siempre una huella imborrable. Expresamos nuestro profundo sentir y le reiteramos para los suyos nuestro respeto, cariño y admiración por nuestra querida Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 “Maestra Graciela Arroyo de Cordero” No es tu muerte, es tu vida la que hace tan dolorosa tu ausencia. Tu memoria privilegiada, tus conocimientos, tu don de gente, tu gran corazón, tu sentido tan agudo del humor, tu lealtad y el amor con que nos arropaste, son algunos de los muchos adornos de tu alma. ... te extrañamos tanto Lic. Enf. Sor María Suárez Vázquez Directora de Enfermería Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez 5 El acto Médico y la investigación Medical Act and Research Dr. Juan Manuel Malacara* Resumen El acto médico es eminentemente intelectual, que requiere la aplicación del rigor científico de la misma forma que la investigación. Para lograr el éxito debe basarse en datos cuya calidad sea conocida. Además el procedimiento de diagnóstico y la toma de decisiones en la medicina deben realizarse con método para evitar el error hasta donde sea posible. Debe tenerse en cuenta la importancia de la azarización y el cegamiento en la búsqueda de nuevos conocimientos y para seleccionar los estudios que ofrezcan lineamientos para la práctica clínica. Los aportes que han dado la investigación y el desarrollo técnico a la medicina moderna ha proporcionado recursos muy poderosos al acto médico. Pero, debe cuidarse que la tecnología no desvirtúe la naturaleza intrínseca de la medicina, que busca el alivio del sufrimiento humano. Palabras clave: Investigación, acto médico, azarización, probabilidad. Summary The medical act is eminently intellectual and requires the application of scientific rigor in the same manner as research does. To achieve success it should be based on data whose quality is known. Also the procedure of diagnosis and decision making in medicine should be carried out methodically to avoid mistakes as possible. The importance of random and blind studies should be kept in mind in the search of new knowledge and in the selection of rules for clinical practice. The contributions that research and technological development have given to modern medicine have provided very powerful resources to the medical act. Yet care should be taken so that technology does not taint the intrinsic nature of medicine which strives to relieve human suffering. Keywords: Investigation, medical act, random, probablility. Aspectos Generales La práctica médica y la investigación tienen puntos comunes, aunque no siempre se saca provecho de ello en la práctica. La investigación genera el conocimiento general de la medicina, y el diagnóstico consiste en la generación de conocimientos particulares, o sea el estado clínico del paciente. Por lo tanto, ambos procesos son complementarios. Sin embargo, por razones históricas todavía se observan algunas incongruencias en la esencia científica de la medicina. La medicina nació como un arte, ahora se empieza a consolidar su contenido científico, pero no debe dejar de ser también arte. * Médico Endocrinólogo. Sistema Nacional de Investigadores. Academia Nacional de Medicina. Instituto de Investigaciones Médicas. Universidad de Guanajuato. 6 Orígenes de la Medicina Científica Durante siglos, la medicina siguió las enseñanzas de Hipócrates y Galeno adoptando sus propios métodos, Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Malacara, J. apartados de las demás ciencias. La base de los conocimiento médicos ha sido el ejercicio de la clínica, literalmente el aprendizaje al lado de la cama del enfermo, complementados con las evidencias encontradas en el anfiteatro. Hasta hace poco más de un siglo el microscopio no era un instrumento médico, aunque existía desde los dos siglos previos, a finales del siglo XIX “la era de las máquinas” empezó a influir en la Institución Médica. William Osler predijo “el futuro pertenece a la ciencia”. Hasta entonces empezaron a tener impacto las enseñanzas de Bernard y Pasteur, quienes varios decenios antes habían demostrado que el método experimental es un recurso de inmenso valor para abordar los problemas médicos. Después de 1880, el liderazgo para establecer los laboratorios de microanatomía, fisiología y química orgánica como centros de avanzada del conocimiento médico se trasladó de Francia a Alemania, donde se fundó el primer Instituto de investigación dirigido por Robert Koch. El ejemplo fue seguido en el Reino Unido, con un Instituto dirigido por Lister. La transformación mundial de la medicina fue impulsada por el cambio radical del concepto de enseñanza de la medicina que resultó del reporte de Abraham Flexner en los Estados Unidos a principios del siglo XX. Flexner enfatizó que la base de la medicina y su enseñanza debe ser la ciencia. El profesor de medicina debe ser mas un científico que un médico práctico. El hospital de enseñanza debe ser un líder en la investigación. Este reporte cambió la estructura de las escuelas de medicina de los Estados Unidos, y el ejemplo se difundió a diversos países del mundo. El gobierno Norteamericano instaló los National Institutes of Health, y en el Reino Unido se fundó el Medical Research Council, ambas instituciones han tenido un enorme impacto en el conocimiento médico. La investigación médica recibió además el impulso del financiamiento privado, con los grandes magnates que en cierta forma han lavado sus enormes fortunas creando grandes centros de investigación médica como el caso del magnate petrolero John Rockefeller, y mas recientemente Howard Hughes. Así surgió la corriente actual que ha transformado profundamente la práctica de la medicina. Sin embargo, comparando la medicina tradicional, como un arte practicado con alta calidad humana, o la medicina científica altamente tecnificada, se plantea la pregunta: ¿Todavía falta trecho por caminar, o se ha ido demasiado lejos, distorsionando los valores esenciales del acto médico? Creo que hay elementos para contestar que ambas preguntas tendrían una respuesta al menos parcialmente positivas. Antes de buscar tales respuestas es conveniente comparar el acto médico con la investigación. Comparando la investigación y la Práctica Médica El médico con experiencia clínica, si eventualmente se inicia en el campo de la investigación suele sorprenderse por algunos contrastes que no entiende cabalmente al principio. En la investigación se presta demasiada atención a la “calidad” de los datos, las características de la toma de decisiones o sea la inferencia tienen matices “puntillosos”. El significado de la probabilidad es muy puntal en la investigación. Además el investigador tiene un respeto excesivo por procedimientos extraños como la azarización y para colmo ¡el cegamiento¡. La Calidad de los datos Tanto el clínico como el investigador deben basar sus conocimientos en evidencias, y estas se presentan como datos, sean números resultantes de mediciones, o entes discretos como los signos y síntomas. En la investigación científica el rigor en la obtención de los datos es una de las primeras lecciones que debe aprenderse. El control de calidad de los datos numéricos debe incluir exactitud, precisión, especificidad y reproducibilidad. Si se adoptara este criterio en la práctica clínica, el médico exigiría a su laboratorio le proporcione los parámetros de control de calidad, para utilizarlos apropiadamente. Por ejemplo: al decir que la determinación de las transaminasas tienen un coeficiente de variación interensayo de 8%, se evitarían expresiones comunes, pero sin sentido como: “...las cifras eran de 220, ahora son de 210, lo que indica que mejoró un poco”. El control de los datos cualitativos como los síntomas, sean físicos o emocionales es más problemático, pero aún mas necesario, e involucra dos criterios generales: la confiabilidad y la validez. La confiabilidad se refiere a la estimación de los errores de medición, sean sistemáticos o aleatorios, y se basa en dos criterios: la estabilidad que se refiere al grado en que se puede repetir una misma respuesta en ocasiones diferentes (se valora con la prueba – reprueba, es decir repitiendo el cuestionario en tiempos diferentes a las mismas personas) y la homogeneidad, que es la relación que tiene la respuesta a una pregunta a las obtenidas con preguntas similares (se valora con la alfa de Cronbach). Por su parte la validez informa en que medida estamos midiendo lo que queremos medir. Por ejemplo en que medida una escala de depresión, representa lo que en clínica se define como depresión. La validez se estima con tres criterios: la validez de construcción, la predictiva y la de contenido. La validez de construcción se refiere a la congruencia de los elementos que se usan para explorar el fenómeno, por ejemplo cada uno de los ítems de la escala de depresión. La validez predictiva se refiere a la relación de una prueba con un criterio externo estricto. Por ejemplo la relación que tendría una escala de riesgo cardiovascular con la ocurrencia real de los eventos cardiovasculares. La validez de contenido se refiere a la congruencia que tienen cada uno de los ítems de una prueba con los ‘dominios’ o Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 7 elementos del fenómeno. La validez de contenido se establece cotejando los contenido del instrumento con los criterios de dos o más expertos en el campo. En el acto médico de rutina queda mucho camino para mejorar el control de calidad de los datos, que muchas veces es insatisfactorio o hasta errático. Ello se debe tanto a técnica deficiente del médico como a descuido. Para ejemplos tan elementales como la medición de la estatura o la presión arterial pueden encontrarse en los expedientes clínicos deficiencias importantes en la calidad de los datos. En cuanto a la presión arterial se observa una desproporcionada frecuencia de cifras de 120/80, que no puede ocurrir en términos de probabilidad. Nosotros encontramos hace unos años en un servicio de neonatología una frecuencia excesiva de las cifras de estatura múltiplos de 5 en los neonatos, es decir 45, 50 y 55 cms. Sería interesante, aplicar los criterios de confiabilidad y validez antes mencionados no sólo a los síntomas emocionales, sino a los síntomas físicos como mareos, astenia, dolor precordial etc. Esto es de una importancia capital, pues es sabido que las diferencias de lenguaje y cultura, referentes a síntomas cuya descripción tiene un contexto cultural variado puede ser una causa de diagnósticos equivocados, especialmente en poblaciones multiétnicas como nuestro país. Puede entenderse lo complicado de establecer un estricto control de la calidad de los datos en un servicio clínico saturado y en la atención de problemas de salud sencillos. Pero sería de gran beneficio en la atención de problemas clínicos complejos o con evolución inesperada. Toma de decisiones Tanto el proceso inductivo de la investigación como el diagnóstico en el acto médico son proceso inferenciales que sustentan la toma de decisiones. Es la culminación de la tarea científica de la que derivan las acciones observables, como el tratamiento y el beneficio del enfermo, en el caso del acto médico, o bien las conclusiones y su difusión a la comunidad médica de los resultados de la investigación. En ambos casos se llega a un nuevo conocimiento fundamentado en los datos disponibles. Pero, en el sentido epistemológico estricto ambos procesos son diferentes. En la investigación se utiliza el proceso inductivo, es decir con base en datos o elementos particulares se busca una ley o conocimiento general. En cambio en el diagnóstico del acto médico se utiliza un proceso deductivo, es decir con base en un conocimiento general (leyes de la fisiopatología), se busca un conocimiento particular, que es el estado clínico del paciente. A pesar de la dirección inversa de estos procesos, ambos son similares, son un proceso mental que conduce a una explicación para uno o varios fenómenos de la natu- 8 raleza. Plantear explicaciones es siempre una labor de riesgo en el cual el error parece inevitable. Ello obliga a hacer esfuerzos para minimizar su frecuencia, ya que las consecuencias son serias. El error en el acto médico pone en riesgo la salud del paciente, pero, el error en la investigación puede conducir a una práctica médica equivocada generalizada, poniendo en riesgo a muchos pacientes, además puede inducir a otros científicos por caminos equivocados. Por razones históricas, en la investigación se aplican medidas más estrictas para aceptar un nuevo conocimiento. En el ámbito de la ciencia es preferible perderse un conocimiento correcto a aceptar uno incorrecto. Esto, desde el punto de vista técnico se refleja por los valores estadístico de α y de β. Se exige un valor más estricto para el primero (de 0.05), que para el segundo (de 0.2). En cambio en la práctica médica, es usualmente inaceptable la incertidumbre. Pero tampoco es aceptable el error. En la medicina académica se aconseja abordar este problema planteando soluciones escalonadas. Un ejemplo de esto se ilustra en la sección de la revista médica New England Journal of Medicine, llamada Clinical problem solving: Inicialmente se plantean posibilidades diagnósticas muy amplias. Al progresar el conocimiento de la evolución clínica se va circunscribiendo el perfil diagnóstico en límites más estrechos. En un caso publicado recientemente se relató: “... en la mujer embarazada, las causas de enfermedad cardiovascular incluyen: la crisis hipertensiva, el síndrome coronario agudo, la pericarditis, la miocarditis y la disección aórica...” En la etapa siguiente del análisis afirma el autor: “...mi diagnóstico diferencial sigue siendo amplio e incluye el tromboembolismo pulmonar, un síndrome coronario agudo, la disección aórtica y la pericarditis...” Más adelante continúa: “... aunque este ecocardiograma no puede descartar totalmente una disección aórtica aguda, debería detectar un daño en la íntima de la aorta proximal...” En una etapa avanzada se alcanzan consideraciones de tratamiento “...La heparina intravenosa tiene un valor limitado en esta condición e incluso puede ser dañina, porque no se ha descartado totalmente la disección aórtica aguda, con daño en la coronaria derecha” El evitar comprometerse con un diagnóstico definitivo, cuando no se tiene, lo que es muy frecuente, es muy útil en la práctica clínica. Por una parte permite un mejor manejo, estamos realizando una medicina científica, prestando una atención jerárquica (según su severidad y rapidez de evolución) a las posibilidades diagnósticas mas sostenibles. Por otra parte no se compromete la propia credibilidad con los pacientes y sus familiares. Es muy raro que ellos se incomoden cuando les decimos. “aún no tengo el diagnóstico, pero estoy considerando seriamente las posibilidades A, B y C, aunque ya hemos adelantado bastante porque los diagnósticos X e Y ya no son posibilidades importantes” Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Malacara, J. El Significado de la Probabilidad En la investigación el significado de la probabilidad es usualmente bastante directo. “Bajo las condiciones experimentales, las probabilidades del evento adverso son menores de 0.01”. Esto quiere decir que ya hemos estudiado el problema y el evento ocurrió precisamente en la centésima parte de los casos estudiados. Aunque el significado es simple habitualmente su extrapolación es limitada como lo indica el enunciado: “bajo las condiciones experimentales”. Esto le da al investigador un margen de seguridad para discrepancias que aparecieran posteriormente. En cambio, en la práctica médica el empleo de cifras de probabilidad puede prestarse a malas interpretaciones. Sobre ello podemos distinguir tres situaciones en las que el manejo de la probabilidad puede ser motivo de confusión. La primera es cuando el médico usa cifras de una manera totalmente figurativa. Por ejemplo cuando el médico dice al paciente: “Con este tratamiento las probabilidades de curación son del 100%”. Bajo un criterio científico esto es difícilmente aceptable. Sin embargo, habitualmente el médico que así se expresa no tiene una intención cuantitativa, pero el paciente puede interpretarlas en sentido estricto. Otra situación es cuando el médico utiliza cifras obtenidas de manera científica, pero bajo condiciones distintas, usualmente obtenidas de otro sitio. Puede hacer la siguiente afirmación “Esta operación se complica sólo en el 2% de los casos”. Pero no se aclara que las cifras fueron obtenidas de la literatura, del reporte de un trabajo realizado en un centro de alta especialización y tecnificación, y con pacientes seleccionados. Las cifras reales para el servicio clínico propio simplemente no las conocemos, pero en la mayoría de las ocasiones son menos optimistas. En una tercera circunstancia, podríamos utilizar cifras propias, pero no siempre bien aplicadas, cuando afirmamos “Con este tratamiento, las probabilidades de recidiva de la leucemia a dos años son de sólo 10 %”. Aunque hubieran sido obtenidas las cifras en el propio servicio clínico, debe saber el paciente si el riesgo sería mayor o menor según su edad, sus condiciones generales y el estado de avance de la enfermedad, sea para preocuparlo menos o bien evitarle expectativas poco reales. Otro tema importante en relación a la probabilidad, es que según algunos estudios la comprensión y el manejo de la probabilidad Bayesiana es una deficiencia importante de los médicos en la clínica, aun en centros de enseñanza altamente reconocidos. Explicado de una manera muy breve, este concepto permite calcular correctamente las probabilidades de estar enfermo cuando resulta positiva una prueba diagnóstica en un tamizaje. La respuesta no es simplemente el valor de la especificidad, la cifra debe corregirse según la fórmula correspondiente, tomando en cuenta la frecuencia de la enfermedad. Adicionalmente, el Teorema de Bayes permite correcciones para costo y beneficio. La Azarización La importancia de la azarización, o sea la elección de los sujetos de estudio y su asignación a los diversos tratamientos por azar estricto fue propuesta a principio del siglo XX por R. A. Fisher. Sin embargo, sólo fue aceptada ampliamente en la investigación médica hasta la segunda mitad de dicho siglo. Es particularmente importante para el médico en la clínica entender la importancia de la asignación al azar, para aceptar la validez de los resultados de un estudio clínico. La decisión de iniciar o no un tratamiento depende tanto del paciente, que busca o no atención, como del médico, que tiene criterios establecidos, según su apreciación de la condición clínica del paciente. Es importante convencerse de que ambos elementos contienen factores que afectan la evolución de la enfermedad independientemente del tratamiento. Esta bien reconocido que quienes acuden en búsqueda de atención médica tienen factores que favorecen una mejor evolución de la mayoría de las enfermedades. Estas personas son más cuidadosas, educadas, con mejor nivel socioeconómico y por tanto con mejor conciencia de la salud. Por otra parte la decisión del médico de asignar un tratamiento también desbalancea los factores pronóstico, es decir los factores asociados con una evolución clínica más o menos favorable. Por ejemplo cuando el clínico considera que la condición del paciente es más severa, indica un tratamiento que considera más potente, sea un antibiótico o un hipoglucemiante. Por tanto un tratamiento considerado ‘potente’ tiene desventaja en la comparación no azarizada respecto al convencional. Otro factor a considerar es que cuando el médico estima que el paciente no cuida lo suficiente de su salud, tiende a indicar tratamientos radicales, por ejemplo quirúrgicos, sin intentar previamente tratamientos conservadores. Esto también afecta los resultados de la comparación. Hay ejemplos importantes de estudios azarizados recientes, usualmente de gran magnitud, que buscaron corroborar los resultados de estudios en sección transversal no aleatorizados. Por ejemplo en el decenio de los noventas, se terminó el estudio DCCT (Diabetes Control and Complications Trial), en el que se azarizaron pacientes con diabetes tipo 1 a tratamiento con insulina convencional (1 o dos dosis al día), o bien con insulina en forma intensiva (con bomba de infusión o con 3 o mas dosis). El resultado fue que en efecto el tratamiento intensivo retrasa la aparición de las complicaciones de la diabetes. Esto ya se sospechaba pero el estudio azarizado le dio certeza al conocimiento. En cambio el estudio WHI (Women’s Health Initiative) diseñado de manera prospectiva y azarizada para corroborar la protección cardiovascular del tratamiento de reemplazo Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 9 hormonal en las mujeres menopáusicas ofreció resultados diferentes. Las dos ramas del estudio, con estrógeno mas progestágenos y con estrógenos solos fueron suspendidos en 2002 y 2004 al no confirmarse la supuesta cardioprotección que indicaban los estudios no azarizados. Por esta razón, cuando el médico analiza su experiencia clínica y compara diversos tratamientos, puede obtenerse alguna información útil, pero con ella no tiene elementos suficientes para establecer un criterio clínico. Para esto debe efectuar una asignación aleatoria de los tratamientos. El Cegamiento El médico habitualmente cultiva altos valores éticos y se considera tiene mayor solidez moral que otros profesionistas. Sin discutir este punto, debemos sin embargo, aceptar que todo ser humano puede engañarse, o al menos recopilar datos incorrectamente. Este hecho es poco aceptado en la comunidad médica, pero debe establecerse que la necesidad del cegamiento en el método científico nada tiene que ver con las posibilidades de falsificación. Las razones de este error o equivocación son complejas, pero se han propuesto varias explicaciones para ello. La primera es que la percepción funciona a partir de expectativas. Por ello los umbrales de percepción de lo inesperado son mas altos. Se supone que mediante este proceso se facilita la velocidad de percepción. Otra explicación que se ha planteado para la percepción equívoca es que aquellos datos que conduzcan a amenazar nuestra estabilidad emocional, también tienen un umbral mayor, para una mejor homeostasis emocional. De acuerdo con esta explicación sobre el error perceptivo de todo ser humano, el médico puede recopilar de una manera distorsionada los datos clínicos, bajo la influencia de diversas circunstancias de las cuales habitualmente no se percata. Por ejemplo, tendría menos sensibilidad para los datos clínicos que modificarían una impresión previamente formada. Quizá por resistencia a rectificar un diagnóstico ya expresado, lo cual supone deteriora su credibilidad. También es posible que una relación interpersonal de larga duración y afectuosa con el paciente, le dificulte percibir datos que conduzcan a un pronóstico sombrío. La necesidad del cegamiento fue reconocida en el campo de la investigación médica desde medio transcurso del siglo XX. Es importante proponer se implante el cegamiento en algunas etapas del acto médico, para re-evaluar algunos datos clínicos clave o incongruentes en pacientes que ofrecen un problema diagnóstico. Para ello se pediría a uno o varios expertos sin información clínica (cegado) recopilaran específicamente un síntoma o dato de exploración física. Es interesante que los especialistas que interpretan estudios clínicos de imagen, exigen conocer los datos clínicos. ¿Podría por el contrario exigirse que ellos hicieran 10 las interpretaciones de manera cegada? En los casos problema o incongruentes sería útil contrastar las opiniones de tres o mas expertos de manera cegada. ¿El Contenido Científico ha distorsionado el Acto Médico? Los usuarios de la medicina y los propios médicos han expresado la preocupación de que el acto médico se ha mecanizado en exceso, abandonando los valores de la medicina tradicional. Esta percepción es real y ha sido señalada en muchos trabajos. Sin embargo, el problema no es de la ciencia en sí misma, sino del manejo inconveniente que se ha dado a la tecnología. Hay algunos ejemplos que ilustran esta preocupación. El uso de procedimientos de diagnóstico altamente tecnificados ha desplazado al estudio clínico. Es posible que la apatía, la desconfianza, o la falta de tiempo conduzcan al médico a sustituir un examen clínico cuidadoso, por un procedimiento tecnificado y oneroso. Tal sería el caso del uso de una resonancia magnética para una cefalea común o una tomografía computada para molestias abdominales sin datos clínicos de alarma. La enseñanza de la medicina y los comités de control de calidad de los servicios médicos deben participar intensamente para evitar este problema. Los avances de la ciencia han vuelto la medicina muy cara. Este es un problema complejo en el que interviene de manera decisiva el médico. Los procedimientos diagnósticos avanzados, mencionados en el párrafo anterior son un punto importante que debe considerar el médico. Pero otro similar es el de los medicamentos. Hay medicamentos nuevos con efectos verdaderamente notables e insustituibles para el tratamiento de algunas condiciones clínicas, pero son pocos. La mayoría de los medicamentos nuevos agrega poco o bien son sustituibles en diversas condiciones por tratamientos ya consolidados y con menor costo. Un balance juicioso de las opciones clínicas y las condiciones del paciente permitirán hacer una elección apropiada. La otra cara del problema, sobre la que se hace poco énfasis, es que lo que parece caro, no lo es tanto. Por ejemplo ante la sospecha de una lesión intracraneana, los procedimientos de imagen modernos son más baratos, tanto en términos económicos, de utilidad diagnóstica y de sufrimiento humano, que la angiografía y la neumoencefalografía que eran las opciones en el pasado. Un tratamiento moderno a primera vista caro, pero bien indicado puede evitar los gastos todavía mayores de una evolución larga, evitar las complicaciones o incluso la muerte que resultaba con los recursos anteriores. La tecnificación ha deshumanizado la medicina. No hay duda de que el avance de la ciencia en los aspectos biológicos de la medicina no se ha acompañado de un avance paralelo en los problemas de la esfera emocional. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Malacara, J. En este ámbito se requieren con urgencia mas conocimientos y procedimientos para la atención y apoyo del paciente. Sin embargo no es fácil saber si la práctica médica pretecnificada, considerada de manera global, era realmente muy apegada a los valores humanos y con calidez interpersonal. Estamos seguros que había entonces y todavía hay ahora médicos con notables cualidades éticas y con profunda capacidad de compasión por el sufrimiento humano. Lo que no es fácil saber es si la proporción de estas notables personas ha disminuido, y en su caso si ello se puede atribuir a los avances científicos. Es posible que el médico puede sentirse desplazado por la tecnología de su “papel central” en la atención del paciente y con ello responda con actitudes negativas. La formación del médico debe enfatizar que su papel en los servicios de salud no es unipersonal sino de colaborador en un equipo multidisciplinario. En cualquier caso urge mayor desarrollo de la investigación del efecto del acto médico en las emociones y la conducta del paciente. Igualmente deben mejorarse los programas para capacitar a los médicos para el mejor manejo de sus propias emociones. De esta manera estarán más capacitados para ofrecer el apoyo que requiere la atención del sufrimiento humano. Debe considerarse que los problemas de aparente deshumanización de la medicina han progresado en forma paralela a otros procesos que podrían estar también asociados con el fenómeno, como la despersonificación en los servicios médicos, la sobresaturación de los servicios de seguridad social, la mayor exigencia de los usuarios de servicios de salud, que son menos pasivos a las indicaciones del médico, el auge de los seguros médicos, y el incremento de las demandas a los médicos. También debe considerarse el problema de la ética de la tecnificación en la medicina. El advenimiento de procedimientos complejos y costoso como los trasplantes de órganos se ha considerado una fuente de injusticia social, ya que hace mas profundo el abismo de los que tienen respecto a los que no tienen. Se ha planteado el problema del valor moral del gasto en trasplantes de corazón o en reproducción asistida, cuando hay muchas personas afectadas por enfermedades previsibles, y cuando hay tantos pacientes con enfermedades crónicas sin acceso a un tratamiento adecuado. En respuesta a esta postura se hace la observación de que se gastan más recursos en la exploración espacial y sobre todo en gastos bélicos, sin que pueda hacer la sociedad nada efectivo para orientar dichos gastos al alivio de la desnutrición y el sufrimiento humano. Esto no resuelve el problema pero permite entender mejor los males que aquejan a las estructuras sociales, de los que no escapa la medicina. Conclusiones La investigación médica ha tenido un impacto profundo en el acto médico, pero todavía hay aspectos de la metodología científica que deben ser aplicados en la medicina clínica. La profunda transformación de la práctica médica también puede atribuirse a cambios importantes en los aspectos sociales de la atención médica. Los productos de la investigación han traído grandes beneficios, pero nuevos problemas y nuevas perspectivas para la práctica médica. Para mejor beneficio de los pacientes es necesario mayor acercamiento de los médicos a la disciplina científica, y mayor interés de los investigadores por los problemas de salud más frecuentes, y por interaccionar con el médico de los servicios de salud. Referencias Bibliográficas Booth WC, Colomb GG, Williams SM (2003). The craft of research 2th ed. The University of Chicago Press, Chicago. DCCT Research Group (1993). The effect of intensive treatment of diabetes on the development and progression of long term complications in insulin-dependent diabetes mellitus. N Engl J Med; 14: 977-986. Lipton P (2005). Testing hypothesis: Prediction and prejudice. Science; 307: 219-221. Mineka S, Nugent K (1999). Mood-congruent memory biases in anxiety and depression. En DL Schechter Ed. Memory distortion Harvard U Press. Cambridge Mass. Nallamothu BK, Saint M, Saint S, Mukherjee D (2005). Clinical Problem-Solving. Double Jeopardy. N Engl J Med 353: 75-80 Nunnally JC, Bernstein IH (1994). Psychometric theory. 3th edition. McGraw-Hill, Inc. New York. Porter R (1997) . The greatest benefit to mankind. W. W. Norton &Co. New York, London. Redmon C, Colton T (2001) Biostatistics in clinical trials. John Wiley and Sons. Chichester Tallis R (2004) Hippocratic oaths. Medicine and its discontents. Atlantic Books. Taper ML, Lele SR (2004). The nature of scientific evidence. The University of Chicago Press. Chicago. Writing group for the Women’s Health Initiative Investigators (2002) .Risks and benefits of estrogen plus progestin in healthy postmenopausal women. Principal results from the Women’s Health Initiative Randomized controlled trial. JAMA 288:331-333. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 11 El acto médico como acto humano moral Medical Act as Etical Human Act Dr. Gabriel Cortés Gallo* Resumen El acto específicamente humano es aquél que el hombre efectúa de manera consciente y libre; no existen en verdad actos humanos sin conocimiento del objeto del acto, porque ser hombre significa regirse por el entendimiento. La moralidad es la calidad de los actos humanos en cuya virtud los designamos como buenos o malos, acertados o erróneos. Para que un acto sea moralmente bueno, es preciso que sea bueno el objeto, el fin y las circunstancias; si es mala alguna de estas tres cosas, el acto es malo. El acto médico, en el cual se concreta la relación médico - paciente, es una forma especial de relación entre personas; por lo general una de ellas, el enfermo, acude motivada por una alteración en su salud a otra, el médico, quien está en capacidad de orientar y sanar, de acuerdo a sus capacidades y al tipo de enfermedad que el primero presente. A través del acto médico se intenta promover la salud, curar y prevenir la enfermedad y rehabilitar al paciente. Palabras clave: ética, relación médico-paciente, salud. Summary The specifically human act is that one that man carries out consciously and freely; no human act truly exists without knowledge of the object, because to be human means to be governed by understanding. Through morality human acts are designated good or evil, right or wrong. For to be moral, it is necessary that the object, end and circumstance be good. If any of these is evil, the act in itself is evil. The medical act in which the physician-patient relationship takes shape, is a special form of relation between people; generally one, the patient motivated by an imbalance in health goes motivated to the other, the physician who is in capacity to guide and to heal, according to the patient’s illness. It is through the medical act that health promotion is intended as well as to prevent and cure disease and to rehabilitate the patient. Keywords: etics, physician-patient relationship, health. El hombre (como género), no nace moralmente bueno, o moralmente malo, sino que se hace bueno, o malo, moralmente hablando, según realiza actos (morales) buenos, o malos, en el transcurso de su vida. Difiere de los animales, en especial por su entendimiento y libertad. Algunas de las acciones que realiza no son distintas de las que efectúan los animales, pues no se encuentran bajo la influencia del entendimiento y de la libertad; es decir, muchas de ellas, como comer, retirar el cuerpo ante el dolor, o buscar placer, son actos comunes con los animales, no media en ellos el entendimiento o la libertad. El acto específicamente humano, es entonces, aquél que el hombre efectúa de manera consciente y libre; no existen en verdad actos humanos sin conocimiento del objeto del acto, porque ser hombre significa regirse por el entendimiento. Asimismo, el conocimiento es esencial para el ejercicio de la libertad, pues no puede haber elección verdadera, sin el conocimiento del objeto de nuestra voluntad. La voluntad es ciega sin la información que le ofrece el entendimiento; cuando obramos en forma verdaderamente humana, primero captamos el objeto de nuestro acto, y entonces se procede libremente a realizarlo. * Director de Coordinación Pericial, Dirección General de Arbitraje.CONAMED Vicepresidente de la Academia Mexicana de Pediatría. 12 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Cortés, G El conocimiento y la libertad dan el dominio sobre el acto, de tal manera que el hombre se hace responsable del mismo, y la responsabilidad procede de tales cualidades 1. La moralidad es la calidad de los actos humanos en cuya virtud los designamos como buenos o malos, acertados o erróneos. Se considera que la moralidad de un acto humano depende del objeto, del fin y de las circunstancias: a) El objeto elegido, que constituye aquel bien hacia el que tiende la voluntad, es la materia del acto humano. Y es que hay cosas que son buenas por sí mismas y cosas que son malas de suyo, es decir, siempre. Por ejemplo, quitar la vida a un inocente, siempre será un crimen, aunque se quiera disimular con eufemismos; decir la verdad, por el contrario, es un acto bueno en sí mismo. b) El fin o la intención del acto puede modificar la moralidad, agravando o disminuyendo la cualidad buena o mala de una acción; y afirmando con claridad que lo que es malo no puede volverse bueno, sean cuales sean las circunstancias. c) Las circunstancias son aquellos factores que afectan al acto humano. Se pueden considerar en concreto las siguientes: 1. Quién realiza la acción (el efecto que produce quien teniendo autoridad moral efectúa un acto erróneo o equivocado, por ejemplo, el profesor de medicina y la repercusión que tiene sobre uno o más médicos en formación). 2. Las consecuencias o efectos que se siguen de la acción (los errores en la prescripción, en términos de elección de un medicamento, o en su dosis, o bien la omisión de los antecedentes de alergia en el interrogatorio, puede tener desenlaces graves o fatales). 3. El tipo de acción efectuada (cobro desmedido de honorarios, cirugía fantasma, dicotomía). 4. El lugar donde se realiza la acción (público o privado, por la repercusión social que pueda tener). 5. Con qué medios se realizó la acción (si hubo fraude o engaño). 6. El modo como se realizó el acto (impericia, negligencia). 7. La temporalidad del efecto (permanente o transitorio). Hay circunstancias que atenúan la moralidad del acto, circunstancias que la agravan y, finalmente, circunstancias que añaden otras connotaciones morales a ese acto. Por ejemplo, actuar por impulso de una pasión puede -según los casosatenuar o agravar la culpabilidad. Engañar es siempre malo, pero hacerlo a una persona sana sería mucho menos grave que a una persona enferma. Resulta evidente que en el examen de los actos morales sólo deben tenerse en cuenta aquellas circunstancias que posean un influjo moral, así por ejemplo, en el caso de una cirugía fantasma, resulta indiferente el día o la hora en que haya sido efectuada. Además, hay circunstancias que añaden connotación moral, haciendo que en un solo acto se cometan dos o más faltas específicamente distintas (para continuar con el ejemplo de la cirugía fantasma, además del engaño, al dejar vigente el problema médico, se produce un daño económico al enfermo). La circunstancia que añade nueva connotación moral es en este caso, añadir al engaño, el cobro por un acto no realizado. Para que un acto sea moralmente bueno, es preciso que sea bueno el objeto, el fin y las circunstancias; si es mala alguna de estas tres cosas, el acto es malo. Hay actos que – por sí y en sí, independientemente de las circunstancias y de la intención- son gravemente ilícitos por razón de su objeto; por eso la moral afirma rotundamente que nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien 2, 3. En el significado de los términos “correcto o equivocado”, “bueno o malo” debe reconocerse la presencia de juicios de valor ético. Lo primero que se debe hacer es distinguir entre enunciados evaluativos y no evaluativos, el lenguaje evaluativo es más común en medicina de lo que se piensa. Es lógicamente imposible cualquier decisión médica, no importa qué tan trivial, sin un proceso de valoración, la clave está en distinguir el lenguaje evaluativo cuando ocurre; tales palabras incluyen: tener que, deber, preferir, desear y otros verbos relacionados, y también incluye caracterizaciones como: preferible, deseable, bueno y malo, al igual que correcto o equivocado. También es necesario diferenciar las valoraciones morales de las que no lo son. Esto puede ser más difícil, puesto que esta separación no surge comúnmente del propio lenguaje. Decir que el aborto en un embarazo resultado de una violación es correcto, puede corresponder a una inmoralidad o a una legalidad; o que los narcóticos son deseables, puede ser que su uso médico sea moral, o que simplemente producen placer y son posiblemente inmorales. La tarea principal consiste en discernir la dimensión de los valores, y separarlos de otros hechos fisiológicos o psicológicos. La selección entre diferentes alternativas de acción depende, por lo menos en parte, de lo que significa el término ético, o más genéricamente, de lo que hace correcto un acto correcto. Se han ofrecido algunas respuestas. Una, que reconoce que distintas sociedades parecen alcanzar diferentes conclusiones acerca de si un determinado acto es correcto o erróneo; bajo esta perspectiva, decir que un acto es correcto, es decir que está de acuerdo con los valores de quien habla por la sociedad, o simplemente que es aprobado por ellos. Algunas sociedades practican y aprueban el aborto, mientras que otras lo consideran una de las más grandes ofensas morales. Esta posición, llamada relativismo social, explica lo correcto en la base de si el acto encaja o no con las costumbres y usos sociales. El problema con este punto de vista es que parece sensato decir que un acto puede ser incorrecto, aun a pesar de ser aprobado por la sociedad. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 13 Una segunda respuesta de la pregunta, consiste en decir que un acto es correcto cuando es aprobado por la propia persona. Esta posición, llamada relativismo personal, reduce el significado ético a las preferencias personales, sin embargo, también crea problemas, porque el comportamiento visto inmoral por unos, es aprobado por otros. El control natal, la eutanasia y la investigación con niños para el beneficio de otros, son algunos ejemplos médicos. Señalar que dos personas están en desacuerdo moral, simplemente porque el acto es juzgado como bueno por una y equivocado por otra, requiere probar que ambos ven los hechos en la misma forma. Las diferencias de circunstancias acerca de los hechos, pueden ser causa fácil de muchos conflictos morales. La comprensión de los términos éticos por relativistas personales o sociales, parece en conflicto con la noción exacta de llamarle a un acto correcto o equivocado. Ciertamente, estos relativismos minimizan la disputa ética. En contraste con los relativismos personal y social, hay otro grupo más universal de respuestas. Estas posiciones, en conjunto llamadas universalismo o absolutismo, sostienen en principio, que los actos llamados moralmente buenos o malos, son buenos o son malos independientemente de los prejuicios personales o sociales. Cuando se asume que existe un estándar universal, parece más sensato debatir sobre lo “bueno o malo”, “correcto o incorrecto”. La naturaleza del estándar universal, para los teológicamente orientados, puede ser un estándar divino; de acuerdo con esta postura decir que una acción es correcta, es decir que Dios la aprueba. A esta posición se le denomina absolutismo teológico. Otro punto de vista toma la observación empírica como modelo, el estándar, en este caso, es la naturaleza o realidad externa. El problema de si un acto es correcto o incorrecto, radica en conocer cuál es su naturaleza. El absolutismo empírico o naturalista, como se le llama, ve el problema, en forma análoga al conocimiento de hechos científicos. Como en las ciencias empíricas, la ética requiere que la gente observe y registre sus percepciones; sólo que en la ética, se observan y registran las percepciones de correcto o incorrecto con requerimientos morales. Como en las empíricas, también se usan dispositivos para evitar errores de observación, pero tampoco se tiene la certeza de que los sentidos no engañan. La posición es algunas veces denominada de la ley natural, puesto que como en la ley de la gravedad de los físicos, se piensa que las leyes morales están inexplicablemente enraizadas en la naturaleza. Otra forma de universalismo o absolutismo, rechaza los modelos teológico y empírico, y supone que lo correcto o equivocado no son empíricamente conocibles, pero son propiedades no naturales, conocidas sólo por intuición (intuicionismo o no naturalismo). Aunque para ellos lo correcto o incorrecto no se conoce empíricamente, sigue siendo universal. Todas las personas tendrían, en principio, 14 las mismas intuiciones sobre un acto particular, suponiendo que intuyen apropiadamente. Existen otras respuestas, por ejemplo, el llamado emotivismo, ve las expresiones éticas como sentimientos sobre acto particular. Sin embargo, si una controversia ética importante sobre un caso particular, no se puede resolver, si uno dice que es malo decir la verdad a un moribundo porque le produce ansiedad, y otro dice que es bueno o correcto, porque el consentimiento para un tratamiento es un imperativo moral, debe encontrarse un camino para adjudicar la discrepancia entre los dos principios. Entonces, debe uno preguntarse qué tipo de actos son correctos y cómo puede resolverse el conflicto 4. Esto constituye un problema de la ética normativa. Cuestiona si existen algunos principios o normas generales, que describan las características que hacen a las acciones correctas o equivocadas. La ética normativa occidental está dominada por dos escuelas de pensamiento. Una, mira hacia la consecuencia de los actos, la otra, a lo que se toma como inherentemente correcto o incorrecto. La primera señala que los actos son correctos en la medida que producen buenas consecuencias, e incorrectos si las producen malas. Los términos evaluativos en esta postura, llamada utilitarismo o consecuencialísimo son: bueno y malo. En el utilitarismo clásico se determina la clase de actos que son correctos, por sustracción de las consecuencias buenas menos las malas y luego las suma para encontrar el bien total neto; toma también en cuenta la certeza y duración de lo beneficios. Aunque aparentemente tiene la ventaja de la simplicidad posee algunos problemas, pues, de hecho, determinar con integridad y precisión los daños y los beneficios reales, es extraordinariamente difícil, si no imposible. En contra de estas posiciones que están orientadas a las consecuencias, el otro grupo de respuestas asevera que lo correcto o incorrecto es inherente al acto mismo, independientemente de las consecuencias. Esta postura, colectivamente conocida como formalismo o deontología. El acto médico, en el cual se concreta la relación médico - paciente, es una forma especial de relación entre personas; por lo general una de ellas, el enfermo, acude motivada por una alteración en su salud a otra, el médico, quien está en capacidad de orientar y sanar, de acuerdo a sus capacidades y al tipo de enfermedad que el primero presente. A través del acto médico se intenta promover la salud, curar y prevenir la enfermedad y rehabilitar al paciente. El médico se compromete a colocar todos los medios a su alcance para efectuar un procedimiento (médico o quirúrgico), actuando con apoyo en sus conocimientos, su adiestramiento técnico y su diligencia y cuidado personal para curar o aliviar los efectos de la enfermedad, sin poder Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 garantizar los resultados, previa advertencia de los posibles riesgos y complicaciones inherentes al mismo. Cuatro características principales lo distinguen: Profesionalidad, pues solamente el profesional de la medicina puede efectuar un acto médico. Ejecución típica, es decir, su ejecución conforme a la denominada «lex artis ad hoc», a los estándares aceptados, interpretados conforme a las circunstancias de modo, tiempo y lugar. Finalidad: curación o rehabilitación del enfermo Licitud, o sea su concordancia con las normas legales 5, 6. Habrá que agregar, para terminar, que se han planteado otros fines de la medicina, y por ende, del acto médico, como son: la paliación del dolor y del sufrimiento, y evitar prolongar indebidamente la vida 7. El acto médico, constituye un acto esencialmente humano por ser consciente y libre, e inmanentemente moral, pues puede valorarse como bueno o malo, correcto o incorrecto, a partir del análisis del objeto elegido, de su intención, y de las circunstancias en las que se realiza. Referencias Bibliográficas: 1. 2. 3. 4. 5. 6. Varga AC. Hacerse hombre. Antropología filosófica. 2ª edición. Bogotá: San Pablo, 1997. Royo MA. Teología moral para seglares. 3ª ed. Madrid: Editorial católica, 1965. Sada R, Monroy A. Teología moral. www.encuentre.com/includes/ imprimelo.php Veatch RM. Case studies in medical ethics. Massachusetts: Harvard University press, 1997. Guzmán MF. El acto médico: consideraciones esenciales. Disponible en: http://www.medspain.com/lista.htm Casa Madrid MO. La atención médica y el derecho sanitario. México: Ciencia y Cultura Latinoamericana, 1999. 7. The goals of medicine. Hastings Center Report, 1996;26(6). Special supplement. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 15 Inconformidad con los servicios médicos Dissent with medical services Dr. José Luis Moragrega Adame* Resumen Summary La revisión de los relatos históricos, muestra el tipo de relación que ha existido entre pacientes y médicos, la cual ha sido variable a través de la historia de la medicina. Mientras que en algunas épocas y culturas, el médico ha sido un personaje respetado, en otras ha sido sujeto de críticas intensas, en ocasiones propiciadas por la falta de conocimiento científico o por la actitud comercial y de charlatanería, de quienes han practicado la profesión. La aparición de recursos tecnológicos, que han permitido un mejor tratamiento y pronóstico de las enfermedades, no se ha acompañado necesariamente de una mejoría de la relación. Este artículo analiza las principales causas de la mala relación entre pacientes y médicos y da algunas sugerencias para mejorarla. Throughout humankind history, the doctor – patient relationship has been variable. While in some moments and places, doctors have had a good reputation and the profession was respected by society, in others they were criticized due to a lack of professional competence and the predominance of commercial practices. The appearance of technological devices, complicated the matters worse; the patients expected more than medicine was able to offer, doctors acted defensibly and the human aspect of the practice of medicine has been slowly abandoned. This paper analyzes the principal reasons of the currently bad doctor – patient relationship, and gives some advices to reverse the phenomenon. Palabras clave: Queja médica, mala práctica, historia de la medicina, relación médico-paciente. Keywords: Medical claims, malpractice, history of Medicine, physician-patient relation ship. Introducción La historia de la medicina es tan antigua como la historia de la humanidad. Algunos cráneos del período neolítico que muestran trepanaciones cicatrizadas, hacen pensar que había intención terapéutica en esas acciones (Austria, Cuzco). Pinturas rupestres de hace 25 mil años, muestran a los chamanes asociados con los dioses en rituales de curación (Lascaux). La intervención del médico, de conjuradores y videntes es tan antigua como el imperio babilónico. El uso de plantas medicinales también es muy antiguo y en la biblioteca de Asurbanipal en Nínive, hay vestigios de recetas para la elaboración y administración de medicamentos, acompañadas de la descripción de la enfermedad. En México, el Herbolario Azteca de Juan Badiano y Martín de la Cruz, es un ejemplo de estas prácticas. Los límites entre la ciencia y la religión no eran precisos. En Egipto, a pesar de un periodo breve durante el Imperio Antiguo en el que se buscaba una explicación científica de los fenómenos naturales, a partir del Imperio Nuevo (1550 a de C) se vuelven a situar en el mismo plano la ciencia, la magia y la religión. Existían médicos, sacerdotes y hechiceros y una misma persona podía tener los 3 títulos. Había especialistas y se daba especial atención a la exploración del cuerpo y los papiros describen el diagnóstico y la terapia para cada enfermedad; pero frente a los dioses, las acciones de los hombres carecen de valor y se entregan al destino impuesto por la divinidad. Entonces, la relación y la confianza en el médico es la misma que en el sacerdote: para pedir ayuda con la oración y las promesas. La mayoría de las acciones de los brujos, curanderos o médicos, estaban centradas en ayudar a la naturaleza a la manera de Hipócrates, o en invocar a los dioses y a expulsar los demonios que se apoderaban del enfermo. En el Egipto de los faraones, el aspecto de los enfermos que llega hasta nosotros a través de las pinturas y las esculturas, despierta sentimientos de compasión, del mismo aspecto que el médico de Ámsterdam pintado por Rembrandt de la edad media * Médico Cardiólogo.Universidad de Guanajuato Ex Comisionado Estatal de Arbitraje Médico de Guanajuato 16 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Moragrega, J fechado en 1651. Se consideraba que los médicos poseían un alto grado de conocimiento y los 13 papiros dedicados a temas médicos muestran el grado de avance de la praxis médica. Los enfermos eran tratados con amor y no con rechazo. Además el efecto psicológico de los rituales era determinante para la mejoría del enfermo, así que la relación entre el paciente y el médico tiene que haber sido de confianza. Asclepios en Grecia y Tlazolteotl en el altiplano mexicano, nos recuerdan las termas y el temascal que purificaban al enfermo mientras los sacerdotes oraban ante la divinidad. Es claro ante los avances modernos de la ciencia, que los resultados de la intervención de la medicina dependían de la evolución natural de las enfermedades y del efecto que pudiera resultar de la interacción médico – paciente. La relación tenía un aspecto claramente místico y actualmente se diría que tenía un efecto placebo. En realidad la relación parece profunda y el médico intervenía como un verdadero sacerdote al que probablemente se le tenía un alto grado de confianza. Es difícil pensar, que hubiera una enfermedad verdaderamente grave cuya historia natural fuera modificable por la medicina, y no obstante los médicos ocupaban un lugar preponderante en la escala social de los pueblos de la antigüedad. En la Grecia clásica, a pesar de la tendencia general de explicarse el universo por la intervención de los dioses y basados en deducciones, hubo una rama de pensadores encabezados por Aristóteles, Arquímedes y Tales de Mileto, que propuso estudiar a la naturaleza. Sin embargo, el pensamiento de Platón prevaleció y puso por delante y por casi dos mil años, al pensamiento sobre la materia. Así, la teoría de los 4 elementos del universo (aire, agua, tierra y fuego), las cuatro cualidades (caliente, húmedo, seco y frío), se vio reflejada en los cuatro humores de Hipócrates para explicar las enfermedades (bilis negra, bilis amarilla, flema, sangre) y sólo sufrieron un cambio de nombre siglos después con Galeno en la teoría de los cuatro temperamentos (flemático, colérico, sanguíneo y melancólico). La relación médico paciente continuó en el terreno de la fe, reforzada en la era cristiana por pasajes como la parábola del buen samaritano, que promueve la caridad al prójimo, y con personajes como los médicos mártires Cosme y Damián, quienes efectuaron el trasplante de una pierna. Alrededor del año 370, se inició en occidente (Imperio Bizantino) lo que se puede considerar los primeros hospitales. Basilio el Grande en Cesárea, funda un “pueblo de sacerdotes”, pequeñas construcciones agrupadas alrededor de una iglesia, donde los pobres, viejos y enfermos encuentran refugio. De ahí en adelante los enfermos graves son cuidados en el nombre de Dios y se practica la caridad cristiana. En los hospitales la medicina era monacal aunque no como una disciplina independiente. La enfermedad era un castigo por los pecados cometidos, contra los cuales Cristo otorgaba la salvación a aquel que se arrepentía y rezaba. En los monasterios de la orden benedictina, año 529, las mujeres que conocían el poder de las hierbas, se encargaban de los enfermos. De ahí hasta la edad media, lentamente fueron apareciendo sitios de aprendizaje (Alejandría, Godishapur) hasta que se establecen estatutos para la profesión, se regulan las organizaciones profesionales y aparece el doctorado. Al terminar la Edad Media con el advenimiento del Renacimiento y el método científico, la humanidad buscó la explicación de la naturaleza de otra manera y ya no tenía que recurrir al destino impuesto por Dios. Así hubo rápidos avances en la astronomía y algunas disciplinas relacionadas con la vida diaria se vieron beneficiadas, no así la medicina en forma inmediata. Las esperanzas de que la medicina siguiera rápidamente los pasos de la ciencia, se vieron frustradas y ante la falta de resultados y el desorden de la profesión se iniciaron las demandas. En el siglo 19 una caricatura de Thomas Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Rowlandson muestra al “Doctor Dobledosis matando dos pájaros de un tiro”, lo que muestra la baja estima en que se tenía a la profesión. Tendemos a pensar, que la relación entre pacientes y médicos era ideal en la antigüedad y se ha deteriorado recientemente. Algunos datos indican que no es así. En el Código de Hammurabi, la ley del Talión amenaza al médico con duras sanciones como de “ojo por ojo y diente por diente”. En los mismos artículos – 215 a 217- en que se menciona el pago de 50 monedas por atender a un habitante de palacio, 10 por atender a un señor y 2 por atender a un esclavo, se menciona la pena de cortarle la mano al médico si el enfermo muere o pierde el ojo. Hipócrates previene contra la confianza excesiva hacia los pacientes e indica que serán fieles mientras convenga a sus intereses. En la misma época en Grecia, la fama de los médicos era mala y se considera que el Juramento Hipocrático, un voto de carácter religioso para ejercer “su vida y su arte puro y santo” sólo podía ser seguido por una pequeña secta. Del resto, algunos eran considerados como practicantes carentes de formación, los que descuidan sus tareas, los teóricos especulativos y los farsantes codiciosos. En la medicina china, el médico era pagado mientras el paciente se mantenía en buenas condiciones y cesaba la remuneración cuando enfermaba. Aunque la única consecuencia del mal comportamiento era la mala fama, parecen haber sido los mismos médicos los que propusieron un sistema de formación y un código de comportamiento, el que cobró importancia en la era cristiana. Más adelante, cuando se renovó la curación por la fe y aparecieron las curas milagrosas, el médico fue equiparado al sacerdote y gozó de respeto por algunos siglos. El ejemplo del Salvador es el modelo para los médicos (Ambrosio de Milán): “Todo lo hallamos en Cristo. ¿Quieres curar una herida? Él es médico. ¿Estás ardiendo a causa de la fiebre? Él es manantial”. La fama de los médicos parece ser cíclica. En 1352 Francesco Petrarca 17 ridiculiza a la profesión médica diciendo entre otras cosas que “sus opiniones son siempre divergentes… adquieren sus conocimientos a nuestra costa y nuestra muerte les sirve de aprendizaje”. Paracelso (1527) ridiculiza a los “humoristas” tachándolos de mamarrachos sin conocimientos ni experiencia. Molliere en El Enfermo Imaginario (1673), critica no sólo algunos métodos de la época como los enemas, sino que define al médico como un comerciante sin escrúpulos: “Los señores Fleurant y Purgón (el médico) se lo pasan muy bien con su cuerpo; han encontrado una vaca que ordeñar”. Jacques Rousseau (1762) en su novela Emilio, propone que una vida natural ahuyentará al médico “La única rama útil de la medicina es la higiene… Vive de modo natural, se paciente y ahuyenta al médico. Aunque no escaparás a la muerte, sólo será una vez, mientras que a aquel lo has de recordar diariamente y sus fanfarronadas te amargan la vida”. En el siglo XVIII en algunas ciudades europeas, los médicos formaban parte de la alta sociedad, y aunque cobraban altos honorarios por sus servicios, dependían de un grupo de pacientes acomodados y sus caprichos. En cambio, la situación de los médicos rurales era deplorable. En Austria debieron ser rescatados por la archiduquesa Maria Teresa, y en Francia se les permitió para sobrevivir, ejercer otros oficios como el de tabernero. El pintor español Francisco de Goya aquejado por muchas enfermedades, entrega en 1780 su primer retrato de un médico en un tapiz, donde lo representa como un asno. Como hoy, aunque ahora en los medios de difusión masiva, a un elevado costo y un gran esfuerzo de mercadeo, desde hace muchos años numerosos charlatanes (ciarlatano = parlanchín o embaucador) ofrecen en los mercados sus milagrosos remedios, acompañados de actores que deslumbran a la gente con las curaciones que ahí se representan. Los elíxires comunes curan enfermedades y rejuvenecen. La aparición del método científico en el Renacimiento y su incorporación 18 a la medicina a partir del primer hospital fundado por Florence Nightingale en la guerra de Crimea (1854), facilitó la revolución que permitió a los anatomistas (Andrés Vesalio), a los fisiólogos (William Harvey), a los bacteriólogos (Pasteur) y a todo el grupo de científicos que los siguieron, cambiar para siempre la faz de la profesión. La publicación clave parece ser la obra de Rudolf Virchow en 1858 “La patología celular justificada en su histología fisiológica y patológica”. Con esta larga historia, los grandes avances científicos y los logros tecnológicos, han permitido el diagnóstico y tratamiento eficaz de muchas enfermedades. Esto ha traído como consecuencia un aumento en la esperanza y la calidad de vida, sin paralelo antes de la segunda mitad del siglo 20. No obstante estos avances, los pacientes y los médicos experimentan una creciente falta de satisfacción por los servicios médicos y hasta los estudiantes de medicina o de especialidades médicas, ven el futuro de la profesión con temor. Las causas son múltiples y aunque cada aspecto puede pertenecer a varias categorías a la vez, los rubros más importantes tienen que ver con algunos aspectos del orden social, económico y administrativo: falta de acceso a los servicios, encarecimiento, administración de la medicina por terceros. Una muy importante es que a diferencia del Renacimiento, donde destacó la búsqueda de la confianza en la especie humana - y de ahí el resurgimiento de las humanidades -, el final del siglo 20 y el inicio del siglo 21 se caracterizan por las luchas de clases, razas, religiones y por lo tanto por una creciente desconfianza en el ser humano. Otras causas están relacionados con la calidad de la medicina: escuelas de medicina, instituciones de salud, falta de control por parte del Estado y las agrupaciones profesionales. Los médicos hemos sido víctimas de los avances de la medicina. Las primeras demandas, aparecieron ante la falta de regulación de la autoridad, con una profesión médica muy heterogénea tendiente a la mala calidad y las crecientes e injustificadas esperanzas de los pacientes, de que para cada problema la ciencia médica tuviera una solución, generalmente perfecta e impecable. Así por ejemplo, una fractura complicada de una pierna que hubiera terminado inevitablemente en amputación, fue abordada por el traumatólogo y el cirujano vascular, con operaciones, antibióticos y analgésicos, y se convirtió en una causa de demanda al exigir resultados imposibles de obtener, dada la naturaleza de la lesión. A cada avance ha seguido una nueva expectativa injustificada y nueva insatisfacción y demandas. Las teorías de la probabilidad (Pierre Simon de Laplace), el cálculo infinitesimal e integral (Leibnitz y Newton) y su incorporación a la estadística descriptiva e inferencial (Francis Quetelet y R.A. Fisher entre otros), son como en las demás disciplinas que se basan en el método científico, la parte medular para entender como funciona la naturaleza. Esto ha permitido grandes avances no sólo en las ciencias básicas (matemáticas) sino en las aplicadas (astronomía, física) y en las profesiones que han hecho la vida más confortable (ingeniería, arquitectura, mecánica). En estas profesiones, no se concibe un grupo de ingenieros que pretenda construir un edificio o distribuir la electricidad, sin tomar en cuenta y conocer a fondo las reglas derivadas de las leyes científicas. Si así fuera, con toda seguridad el edificio se caería y la electricidad no llegaría a su destino. No se intenta una explicación alternativa que no esté derivada de la experimentación científica sólida, dado que las reglas derivadas de estos estudios se cumplen con poca variabilidad y un amplio margen de seguridad (alto valor predictivo). La medicina es otra cosa. Tiene un aspecto científico, pero la incertidumbre es parte cotidiana de la práctica. Nadie ve el futuro y el pronóstico se establece en estudios de grupos de pacientes con diagnóstico y características parecidas al paciente actual. La falta de certeza en el diagnóstico, el pronóstico y el éxito Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Moragrega, J del tratamiento, no los conoce o no los acepta el paciente y frecuentemente tampoco los conoce el médico. Desde el punto de vista social, la medicina no es una isla fuera del entorno que es la sociedad de un país, sino que recibe influencias de todos los ámbitos. Varios factores la han modificado en forma decisiva, al grado que la práctica actual de la profesión dista mucho de lo que todavía algunos de los que estamos en trabajo activo, estudiamos en la Universidad. Eduardo Césarman en el libro “Ser Médico” y Federico Ortiz Quezada en “La Medicina Está Enferma”, plantean los conflictos actuales de la profesión. Desde 1901, Sir William Osler mencionó que uno de los factores decisivos para la mala calidad de la medicina, es la proliferación de escuelas de mala calidad. Si bien en México la Asociación Nacional de Facultades y Escuelas de Medicina, ha hecho un esfuerzo para regular este aspecto. Desde la edad media la medicina se consideraba como la culminación del conocimiento científico. Recordemos que la ciencia nació en Babilonia y Grecia y que aunque por siglos fue suplantada por creencias mágico/religiosas, su esencia permaneció en grupos selectos hasta su difusión y progreso amplios a partir del siglo XV. El Obispo Isidoro de Sevilla (alrededor de 620), señala la tríada que el médico debe dominar: la dieta, la cirugía y la farmacia. Pero además se requiere el estudio de las siete artes liberales: gramática, dialéctica, retórica, aritmética, geometría, astronomía y música. Este conjunto de conocimientos permite el estudio, la observación, el análisis y el tratamiento de la enfermedad. A la luz de la evolución de las escuelas de medicina y el perfil de los egresados, parece muy improbable que el médico actual domine las habilidades requeridas, por supuesto ajustadas al avance social y científico de la actualidad. La socialización de la medicina en México, los seguros de gastos médicos y la medicina administrada por terceros en los Estados Unidos (Managed Care), han sido repetidamente acusados de convertir al médico en un asalariado que trabaja como un obrero y al paciente es un número de cama o de expediente. El médico suele tener sobrecarga de trabajo, frecuentemente no cuenta con los recursos necesarios ya sea porque no existen (Seguridad Social) o porque se busca a cualquier costo el ahorro (Seguros privados y Managed Care). Por su parte, el paciente no suele estar a cargo de un médico responsable de su caso y acude a solicitar los servicios con la concepción previa de que pueden ser de mala calidad, van a ser escatimados o se le van a otorgar sin la calidez que el ser humano espera en estas circunstancias. En México, algunos hospitales del Sector Salud han sido ejemplos de investigación, docencia y atención médica de buena calidad, pero esto se debe a la concentración de recursos y la presencia de médicos con interés académico, más que a bondades inherentes al sistema, ya que la situación no se reproduce en la mayoría de los hospitales asistenciales. Numerosas publicaciones han tratado de definir un sistema para evaluar la calidad de la medicina. Los dos aspectos principales son el proceso y los resultados. Aunque el primero es fácil de evaluar, el segundo puede reflejar mejor la realidad pero ser casi imposible de medir de manera confiable. Esto lleva a planteamientos simples como (“hacer lo correcto bien”) que pueden definir conceptualmente el problema, pero que son insuficientes para una definición operativa y un planteamiento de las acciones a realizar. Es así como ciertos esquemas útiles desde el punto de vista científico, administrativo y económico, pueden producir buenos resultados estadísticos y muy malos resultados en la satisfacción de los pacientes y los médicos. El temor a las demandas por mala práctica de la medicina, ha agravado la situación. Una costumbre que nació en los Estados Unidos entre 1850 y 1860, debido a la mala calidad de los servicios y a la falta de regulación por Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 parte de las autoridades, se vio perpetuada por vicios en el sistema legal que permiten demandar ante los tribunales (en México por la vía penal), sin efectuar un gasto significativo y dejando la decisión a individuos no capacitados en la ciencia y arte de la medicina. Esto se ha convertido en un negocio de tal magnitud en los Estados Unidos, que ha puesto en riesgo la economía de su sistema de salud. Aunque en México, las comisiones de arbitraje médico y las salas de conciliación son un avance y una esperanza para que estos casos se ventilen ante personal capacitado y en plan confidencial, la profesión médica no ha aceptado cabalmente esta opción y actualmente un gran número de casos se manejan ante el ministerio público y los jueces. Esto ha puesto en riesgo y a la defensiva a la profesión médica y aunque es innegable el derecho del paciente a la atención de calidad, también es verdad que algunos pacientes y abogados aprovechan la situación para obtener beneficios injustificados e ilícitos. Esto amenaza con convertir a la relación médico – paciente en un enfrentamiento, más que en la búsqueda de la salud o el alivio de la enfermedad. El médico no sólo trabaja temeroso y a disgusto, sino que en muchos casos prefiere no atender pacientes graves y pide gran cantidad de estudios (medicina defensiva), lo que encarece y vuelve de mala calidad la atención. El perjudicado está siendo el paciente, que es el único que puede revertir esta tendencia si vuelve a ver al médico como un aliado para su salud y si trata de dirimir sus diferencias con él y cuando ésto no es posible, hacerlo en las instancias especializadas para ello. Ver al médico como un enemigo o como un negocio potencial sólo perpetuará las dificultades. La mala calidad general de la medicina se origina en las escuelas y facultades. Algunas no tienen recursos, otras son inexpertas y otras están plagadas de problemas políticos. Una vez que el estudiante se gradúa, se enfrenta a la creciente dificultad para especializarse y a lo poco estimulante que puede ser 19 la práctica actual de la profesión. Los ejemplos que ve, son de olvido de las artes clínicas, tecnología que se aplica con exceso y profesionistas con poco sentido humano y un alto sentido comercial. Aunque cueste trabajo reconocerlo, esta situación se está volviendo común y es la consecuencia de la existencia de escuelas que proporcionan al alumno un poco de información técnica y no de verdaderas universidades que formen cabalmente al profesionista. La muerte como la vida, es un fenómeno natural, pero ahora se le busca un culpable. Indudablemente la enfermedad es una carga que altera la vida del paciente y su familia, pero la búsqueda obsesiva de la salud eterna es en si una enfermedad. A pesar de los avances de la medicina y la tecnología, nada parece suficiente y se exige la curación de enfermedades incurables o que sólo son susceptibles de control. No se entienden los riesgos ni se acepta el envejecimiento. De esta forma, el paciente está siempre descontento a pesar de los grandes avances a su servicio. Con cada avance de la medicina, las expectativas de los pacientes superan la realidad y parte de la culpa la tienen los médicos, por ofrecer más de lo que permite el avance científico. Actualmente la propaganda de productos disfrazados de medicamentos, que ofrecen entre otras cosas la eterna juventud y la salud total, hacen pensar a la gente que la medicina debe ofrecer lo mismo. En los Estados Unidos, la mitad del gasto directo del bolsillo del paciente en medicamentos, es para remedios “naturales”, lo que muestra la desconfianza ante la medicina científica. Uno de los vicios de la medicina norteamericana, es considerar un “error médico” a todo resultado que no sea la curación o al menos la buena evolución del enfermo. Las cerca de 100 mil muertes al año, debidas a efectos indeseables de los medicamentos, son atribuidas a los médicos. No se toma en cuenta que, dado el estado actual del conocimiento, exista inevitablemen- 20 te un número de pacientes que fallecen, (por ejemplo. el 10% de los infartos del miocardio), o que se complican (por ejemplo, el 1% de angioplastías que tienen que ir a cirugía) y se considera error médico a la mala evolución. Los pacientes como todo ser humano, tienen derecho a soñar con la inmortalidad. Lo han hecho desde la más remota antigüedad y ello originó la búsqueda de la panacea. Pero el paciente cree que la ciencia debe tener una respuesta a cada problema. Los médicos y las instituciones, no hemos sabido explicar sus alcances y limitaciones. La creencia de que existiría un “jugo vegetal de la inmortalidad” está bien para el siglo II, y la búsqueda de la Fuente de la Juventud (que fue por primera vez representada en un cuadro de Lucas Cranach el Viejo) está bien para 1546; pero el exigir en el siglo XXI la certeza absoluta en el diagnóstico y el pronóstico, y la infalibilidad del tratamiento aún en enfermedades incurables, es un vicio que debe desterrarse. La inconformidad de los pacientes irá en aumento, a menos de que los médicos primero aprendamos y luego seamos capaces de transmitir a los pacientes, las probabilidades de éxito con nuestras intervenciones. La inconformidad con los servicios médicos es mayor en las áreas quirúrgicas. El único factor relacionado que se ha podido demostrar, es la duración de la entrevista con el paciente, la que es mayor en la consulta de tipo médico que en las disciplinas quirúrgicas. Esto significa que aún hay lugar para la atención personal y las buenas relaciones, y dar a la consulta el valor agregado de una práctica verdaderamente profesional. De esta forma, la relación médico – paciente es determinante en la satisfacción del enfermo. Es frecuente que el médico se queje del éxito del charlatán, quien puede tener una consulta más numerosa que el médico graduado en la universidad y con cursos de postgrado. Esto es comprensible para una época en la que la medicina podía ofrecer pocas ventajas, dado el escaso avance de la ciencia, pero ahora que la esperanza de vida se ha duplicado en un siglo, han desaparecido enfermedades que eran endémicas o causaban epidemias graves y muchos padecimientos que causaban muerte prematura son controlados, es más difícil encontrar las causas de este fenómeno. Una de ellas, es indudablemente el trato personal que cada individuo da a su interacción con los demás. En su libro “El sutil arte de entender a los pacientes”, Richard Bates insiste en que mientras la ciencia trata de las relaciones entre la salud y la enfermedad, el arte trata de las relaciones entre seres humanos y su propósito, como cualquier arte, es elevar y enriquecer la mente y el espíritu. Pero el arte en la medicina, ha sido visto a veces como la antítesis de la ciencia y así el clínico avezado que dedica tiempo a la semiología de las enfermedades y al entendimiento de las circunstancias del paciente, puede ser visto como alguien “que no está al día”. Esto ha sido perjudicial tanto para los pacientes como para los médicos. Los médicos tratamos a los seres humanos – pacientes – en una etapa desafortunada de su vida. Se sienten mal, tienen miedo de perder la vida, tienen que pagar para tener una mejor oportunidad de mejorar y en el proceso tendrán, entre otras cosas, que perder su privacidad y permitir a un extraño entrar a la parte más íntima de su ser. En muchas ocasiones, en especial en las instituciones, pierden su individualidad. En este escenario, los médicos debemos encontrar como gozar del trato con enfermos infelices y difíciles. Debemos encontrar la manera de conquistar al cascarrabias, motivar al obstinado y agradar al intratable. Cuando se establece una relación de contrato, como entre un médico y un paciente, la inconformidad resulta de la falta de cumplimiento de dicho contrato. ¿Cuáles son las características del médico y del paciente, así como del contrato? Los médicos creemos que los pacientes esperan de nosotros paciencia, Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Moragrega, J tacto, dedicación, preparación, habilidades, optimismo y delicadeza. Se ha dicho en cambio, que los enfermos esperan confianza, amistad y calor humano y que su médico sería el primero a quien le confiarían un problema delicado. Pero los médicos estamos muy ocupados por las enfermedades, como para ocuparnos de los enfermos. Se describe al médico actual como atareado, preocupado, cansado, descontento, inquieto, intranquilo e incomprendido. Así, una habilidad que se ha desarrollado es interrumpir al paciente cuando empieza a hablar de algo que el médico no considera clave para la atención. La sobrecarga de trabajo y la rotación de varios médicos para atender a un mismo paciente, agravan esta situación en las instituciones. Es difícil encontrar, especialmente en nuestro país, las razones por las que se escoge la carrera de medicina. Se mencionan los logros económicos, la curiosidad – científica o no-, el prestigio y la autoridad que da la profesión, el ejemplo de algún médico y en algunos casos el idealismo de la ayuda al prójimo. El paso por la universidad nos cambia a todos y al ser médicos nos damos cuenta de la baja estima que actualmente tiene la población acerca de la medicina, aunque los individuos a veces encuentran la excepción en su médico personal. Además, el ser humano tiene la necesidad de reducir al poderoso a la dimensión ordinaria, y así apoya al débil y puede sentir el deseo de bajar al médico a su altura – o en algunos casos frecuentes – por debajo de él. El paciente enfermo descarga sus resentimientos contra la sociedad, la fatalidad, la divinidad, su propia falta de cuidado, su familia y contra la figura del médico. Lo hacen más con el médico que con otra profesión, aunque los políticos, el clero y los abogados están sobre nuestros pasos. Hace años, la medicina se encontraba en un mercado en el que la demanda de consultas era menor que el número de médicos que las ofrecían. Se dice que a partir el Informe Flexner que en 1910 acabó con las fábricas de títulos médicos disfrazadas de escuelas de medicina, ahora los médicos tienen exceso de pacientes y no necesitan cuidar la calidad de sus servicios. Es posible que eso haya sido verdad en los Estados Unidos, pero la situación actual en México se asemeja a la de aquel país en aquella época y el distanciamiento de los pacientes y los médicos es aquí y ahora una realidad. Este distanciamiento tiene otras causas. La capacidad de disfrutar de la profesión tiene relación con la capacidad de actuar como ser humano y no como un técnico, por muy preparado que se esté. Para quitarnos la máscara profesional, se requiere meditar sobre la desconfianza general que involucra la relación con nuestros semejantes y los médicos tenemos derecho a ser precavidos, así que esto puede tomar tiempo. Además, para no revelar sus limitaciones, muchos médicos adoptan el carácter de seres superiores e infalibles, situación que se revierte contra ellos mismos ante una mala evolución del enfermo. Algunos médicos sólo pueden establecer una relación con pacientes que consideren inferiores, y algunos pacientes tienen la misma regla para la relación. Se requiere madurez para establecer una relación entre iguales, sin sentir que el ego y la independencia sufren menoscabo. El médico suele tener un gran ego, que se defiende ante la posibilidad de exponer la inseguridad, la que es mayor conforme el profesionista es más joven, menos preparado y menos avanzado en su madurez psicológica. El médico debe adquirir confianza en sí mismo. Actualmente le llamamos autoestima a la visión que se tiene de uno mismo, que permite desarrollar cabal y eficazmente las actividades de la vida diaria y que es aplicable en todos los niveles en los que podamos estratificar a la especia humana (sexo, edad, nivel socioeconómico, entre otros). Se había dicho hacia la mitad del siglo pasado, que el médico tenía temor de ser derribado del pedestal en que se encontraba. En los inicios de este nuevo siglo, ya ha pasado largo tiempo desde Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 que caímos del pedestal y ahora la lucha es frontal (conceptualmente hablando ya que no siempre se toman acciones al respecto) contra las autoridades, las organizaciones de atención a la salud, la medicina alternativa, la propaganda deshonesta y por supuesto dentro de las propias organizaciones médicas. El médico debe eliminar el estereotipo que hemos adquirido, para obtener una verdadera personalidad segura de si misma, productiva y “profesional”. Se dice que las cumbres son lugares solitarios y nos obligan a estar siempre actuando. Los pacientes se dan cuenta y tarde o temprano desconfían del actor. El médico tiene un largo camino para convencerse de no ser frío y distante, y conocer las características de la humanidad y lo que esta espera de él. “El cliente siempre tiene la razón” no se puede aplicar a la práctica de la medicina. Es frecuente que el paciente no sepa con claridad qué espera, aunque sí sepa lo que no espera del médico, pero conforme el paciente es más poderoso económicamente, tiende a explicar al médico lo que quiere obtener. Dado que hay varias categorías de pacientes, sus pretensiones varían mucho. Se pueden catalogar en los que están sanos, acuden a revisiones y buscan conservar su salud; los enfermos que pretenden algo para corregir la enfermedad; y los sanos que debido a características mentales quieren estar enfermos. Este último grupo suele ser el que más problemas crea. Se ha dicho que la ciencia actual cura o menosprecia enfermedades que antaño requerían multitud de medicamentos y que el paciente hasta disfrutaba y hoy tiene más éxito el que receta antibióticos y multitud de medicamentos para un resfriado, que el que indica aspirinas y reposo por unos días. La solución no está en volvernos charlatanes ni en tratar de educar a las masas, sino en dedicarle al paciente mayor atención psicológica en lo que es su verdadero problema. El paciente verdaderamente enfermo espera de nosotros atención, tiem- 21 po, conocimientos, instrumentos, equipo y personal calificado. Pero sobre todo la confianza. La confianza no se gana de forma simple y el esquema es complejo. Intervienen la apariencia del médico, su prestigio, el éxito que tenga en el paciente en cuestión y parecen ser clave para ello la franqueza y la honestidad. Con el tiempo la relación se vuelve más íntima sin llegar a exageraciones. El paciente hospitalizado Aunque los comentarios de insatisfacción también se producen en el consultorio, las mayores inconformidades ocurren con el paciente hospitalizado. Las demandas provienen principalmente de los pacientes obstétricos y quirúrgicos y de éstos, los de traumatología y ortopedia. Analizaremos más detenidamente la problemática del enfermo hospitalizado, el cual en primer lugar suele ser más grave que el ambulatorio. Es fácil que pierda su intimidad, especialmente en salas compartidas con otros pacientes y en lugares de enseñanza donde el médico es acompañado por un séquito de estudiantes y residentes. Se requiere un tacto y un esfuerzo adicional para granjearse la confianza del enfermo. El hospital da al enfermo sensación de encierro; el ego sufre porque se está bajo las órdenes del grupo médico (tanto mayor el conflicto cuanto mayor la categoría del personaje hospitalizado), sin la protección que le brinda su entorno habitual; hay sensaciones de culpabilidad y envidia ante la enfermedad. La ansiedad es el común denominador en estos casos, lo que se agrava con la habitual brevedad de la visita médica. Se han descrito tres preocupaciones principales del paciente hospitalizado y aunque no siempre se pueden resolver completamente las dudas, el médico debe colaborar con la mejor información disponible. La carta de consentimiento informado, ahora un requisito legal dentro de la Norma Oficial Mexicana del Expediente Clínico, 22 puede ser elaborado con talento para informarle al paciente lo más relevante de su caso, sin colaborar a una mayor ansiedad y desconfianza.¿Cuanto cuesta, cuanto tiempo y que me van a hacer?, son las principales preguntas. Por otra parte, el paciente que sale del hospital debe ser informado de muchos factores que influyen en su salud y también resolver sus dudas como cuál es el pronóstico y cuando puede regresar al trabajo. Es frecuente que las demandas por mala práctica ocurran cuando el médico invade áreas que no le corresponden, ofrece resultados que no puede o en general no se pueden cumplir o efectúa cobros desproporcionados; pero sobre todo, cuando se rompe la relación médico – paciente. Todos debemos llamar a Doña Rosa por su nombre, en vez de decir “el paciente de la neumonía” o “del cuarto No. 2”. El día que nos toca ser enfermos, vivimos cabalmente el trato impersonal que los mismos médicos hemos creado. La relación entre los médicos es un factor de gran importancia y resulta a la vez desagradable y desalentador ver como en un número muy elevado de demandas, hay un médico que aconseja al paciente o la familia para hacerlo. La mala relación entre médicos no es nueva y en México el Dr. Joaquín Delgado, de San Luis Potosí publica en 1899 sobre la mala preparación profesional y la mala relación entre los médicos. No hemos sido un verdadero gremio, sino que cada quien actúa en defensa de sus intereses personales. El desconocimiento de la esencia probabilística en la toma de decisiones, de las reglas de incorporación de los conocimientos científicos a la práctica diaria de la medicina, de las ventajas y limitaciones de la medicina basada en las opiniones o en las evidencias, de las dificultades para que haya concordancia entre diversos observadores de un mismo fenómeno, se suman a la difícil tarea de aprender las ciencias básicas y clínicas fundamentales y a los problemas cada vez mayores de separar la información relevante para el enfer- mo, de la propaganda tendenciosa de la industria farmacéutica. Si agregamos los problemas económicos, políticos y administrativos que enfrenta la medicina, nos daremos cuenta que ya se está haciendo tarde para que cada uno de los médicos, tomemos acciones para mejorarla. Dice Lucean Leape, que la culpa de la debacle actual de la medicina son los sistemas y no las personas. Busca reformar los sistema de enseñanza y la práctica de la medicina para volverla más segura. Sin duda tiene razón, pero el camino para lograr las reformas en un sistema de salud, inevitablemente es largo y sujeto a las vicisitudes de la economía y la política. En cambio Alvan Feinstein dice que “para avanzar en el arte y la ciencia del examen clínico, el equipo que el médico necesita mejorar más, es él mismo”, con lo que quiere decir que hay mucho en donde mejorar individualmente, mientras el estado y las organizaciones médicas actúan. La “barrera” médico-paciente Se ha dicho que el estudiante llega a la escuela de medicina lleno de ilusiones de ayuda a la humanidad, mismas que pierde durante su paso por la escuela y los cursos de especialidad, para en algunos casos, madurar más tarde y con los años perder la hostilidad que caracteriza a esta etapa de la profesión médica. Tal parece que el médico joven no está consciente de esta hostilidad, la que resulta manifiesta para los empleados del hospital y los maestros. Esta actitud lo lleva a considerar a los pacientes como casos o números y no como seres humanos, conducta que parece estar presente también en los estudiantes de psicología y trabajadores sociales. El que éste fenómeno sea tan común y que ocurra en diversos ámbitos, no se debe exclusivamente a defectos en la enseñanza, sino a la idiosincrasia de la práctica de la medicina. El paciente espera cierta reciprocidad del médico. Al permitirnos entrar en su intimidad, al “desnudarse”, espera que con nuestra afectividad y sinceridad le Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Moragrega, J digamos qué y quiénes somos y qué le podemos y qué no le podemos ofrecer. El estudiante en su primer contacto con el paciente, difícilmente ofrecerá esta igualdad y pretenderá la posición de superioridad que ha caracterizado a la medicina, pero el médico experimentado debe haber dejado mucho tiempo atrás estos prejuicios y esta incapacidad de comunicación. El médico no se debe sentir en una posición de poder ante el enfermo, como en la infancia los padres ejercían el poder sobre él. Por otra parte, algunos pacientes se encuentran precisamente en este pedestal y son ellos los que no permiten la igualdad y la intimidad, con riesgo de perder su propia sensación de superioridad que ellos mismos han construido en su mente. Algunos pacientes muestran hostilidad injustificada hacia el médico, quien puede romper la barrera actuando con cordialidad. Para otros, el médico representa una figura odiada y se da el fenómeno de la substitución, el cual requiere una acción más frontal para resolver el problema. Recordemos que la insoportable anciana impertinente para un médico, puede ser la más encantadora de las viejitas para otro. La afinidad entre seres humanos no es universal y son tantos los factores que intervienen, que explica porqué hasta el paciente más difícil puede encontrar un sitio donde ser atendido. En el caso del enfermo grave y especialmente el moribundo, el trato con los familiares es crucial. Algunos familiares expresan con hostilidad, su propio sentido de culpa por haber desatendido en algún momento de la vida al enfermo o por no haber participado a tiempo para buscar su curación. El encontrar signos, aunque sean leves, de desconfianza, debe llevarnos a sugerir la participación o la opinión de otro médico. Se ha descrito cierto desprecio del médico por la incapacidad del paciente a seguir sus indicaciones. Esta creencia de que los demás deben ser como uno es, llevada al extremo en el fundamentalismo religioso, hace pensar que es debilidad la falta de apego al tratamiento o la eliminación de los vicios y puede conducir al desprecio y a la falta de compasión. Ambos, médico y paciente, tienen que volver a aprender a ser humanos. Las siguientes han sido mencionadas como las principales características de una buena relación: • Respeto al paciente. • Tolerancia de las debilidades humanas. • Conocimiento de sí mismo y del comportamiento humano. • Honestidad. • Preocupación por los demás. (Reverencia por la vida, le llama Schweitzer). • Disciplina para el progreso personal y nuestros propósitos. • Confianza en uno mismo y en los demás *. Los médicos deberíamos buscar la simpatía con los pacientes, no sólo la empatía. Tiene riesgos como toda relación en la que esperamos reciprocidad. Tiene riesgos como el sufrimiento al adentrarnos y solidarizarnos en el dolor del enfermo. Requiere habilidad, especialmente técnicas de comunicación y manejo adecuado del lenguaje corporal. Requiere abandonar en la casa nuestras propias neurosis. Olvidarse de uno mismo y ser cabalmente profesionales en el trabajo. El primer ejercicio podría ser sonreír un poco más. El objetivo es una relación caracterizada por armonía, entendimiento, acuerdo y afinidad y con ello, aun con sobrecarga de trabajo, en las grandes instituciones impersonales y con pacientes difíciles, lograremos más en la relación médico – paciente y habrá menos pacientes y médicos insatisfechos. Aun con todos los problemas que conlleva la práctica de la profesión, difícilmente otra actividad puede brindar la satisfacción personal de tratar con un ser humano en la situación de privilegio en que nos encontramos los médicos. Cuando sintamos que la carga es pesada, recordemos las palabras de Scott Peck, “la vida es difícil, la vida es compleja y no hay soluciones fáciles”. * Por supuesto sin caer en una inocencia infantil y tomando en cuenta la existencia de la delincuencia y la mala fe. Referencias bibliográficas: 1.- Bates RC. El Sutil Arte de Conocer a los Pacientes. Edición especial. Laboratorios Merrel. Ediciones PLM: México, 1974. 2.- London O. Kill as few patients as posible. Ten Speed Press: California, 1987. 3.- Chávez I. Ideario. El Colegio Nacional: México, 1997. 4.- Weinberg S L. The Golden Age of Medical Care and the Dark Age of Health Care Delivery. Charles Press: Philadelphia, 2000. 5.- Osler W. Aequanimitas. Blakiston: Filadelfia, 1942. 6.- Césarman E. Ser médico. Editorial Pax: México, 1991. 7.- Feinstein AR. Clinical Biostatistics. Mosby Company: Saint Louis, 1977. 8.- Peck MS. The Road Less Taveled. Touchstone: New York, 1978. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 23 La eutanasia y el surrealismo jurídico A la memoria de mi padre… El sello de la muerte da precio a la moneda de la vida y hace posible comprar con ella lo que realmente tiene valor. Rabindranath Tagore Jurical Surrealism and Euthanasia Lic. Octavio Casa Madrid Mata* * Director General de Arbitraje de la CONAMED Presidente de la Asociación Mexicana de Derecho Sanitario. 24 Si en la paz no hallas consuelo dime entonces: ¿qué es la vida? Resumen: Sin suda uno de los casos que mayor impacto ha generado en los últimos años, se refiere a esta infortunada paciente quien dependió de tubo de alimentación por un lapso cercano a los quince años y cuyo deceso estuvo rodeado de toda suerte de argumentaciones jurídicas, pronunciamientos discutibles, y activismo político. En el presente artículo concluimos la revisión desde el punto de vista jurídico y ético del problema, concluyendo que La vida humana es la realidad donde se dan todas las demás realidades, es el fundamento desde el cual todo lo demás cobra sentido y es explicado; por lo tanto resulta un contrasentido y una negación restar valor a la vida humana, privilegiando un valor que no es sino instrumental para la vida misma, en tanto existencia. Palabras clave: Eutanasia, vida humana. Summary: Without a doubt one of the cases that bigger impact has generated a major impact in the last years sweats, he/she refers to that unfortunate soul who depended of a feeding tube for a close to the fifteen years and whose death was surrounded with all sort of juridical arguments, debatable commentaries, and political activism. The present paper includes a revision from the juridical point of view and includes an ethical revision of the problem, concluding that human life is the reality in which all other realities exist, it is the base where everything else gains meaning and is explained; therefore it is nonsense and a negation to reduce the value of human life, privileging a value that is not but instrumental for life itself, in as much existence. Keywords: Euthanasia, human life. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Casa Madrid, O. Eutanasia y lógica de lo razonable Algún sector de la doctrina ha sostenido que “el debate sobre la eutanasia se ha caracterizado por la retórica” 1, quizá el asunto no deba de ser planteado en esos términos extremos, pues en un asunto de tan grande importancia todos los sectores de opinión sin duda habrán de plantear su punto de vista y esto puede suponer la eclosión de posiciones extremas; en efecto, en los últimos años han proliferado asociaciones proeutanásicas e incluso buscan prosélitos a fin de llevar a las cámaras legislativas propuestas de reforma, a fin de propiciar lo que los publicistas no han dudado en denominar “muerte a la carta” . De igual suerte, existe la otra cara de la moneda que no duda en penalizar los actos tendentes a esta especie de homicidio y calificar de criminal a la llamada muerte piadosa. Y en medio de éstas, ha emergido la teoría de los cuidados paliativos que busca el justo medio y plantea soluciones médicas a un problema médico. 2 Este punto de partida nos parece a todas luces certero y objetivo, sin embargo, no lo es todo, pues en los extremos de la balanza inciden aspiraciones, valores, y necesidades sociales básicas que deben tener su correcta expresión en la legislación y que no se reducen a lo médico, incluso no sólo se refieren al derecho sanitario. Sin duda la pregunta central y el meollo del asunto estriba en la siguiente reflexión: cuáles han de ser los límites de la libertad personal, en el entendido siguiente de la respuesta a tal interrogante deben desprenderse las consecuencias jurídicas, es decir, la atribución de derechos y obligaciones y tales han de ser los parámetros de la justicia formal. En efecto, si se establece que la libertad personal ampara el derecho a disponer de la propia vida, lo cual hasta el momento no ha sido aceptado en todas las familias del derecho,3 más bien se trata de un rubro fragmentaria y colateralmente aceptado, a manera de excepción, en 1 2 3 Keown, John. (compilador) La eutanasia examinada. Perspectivas éticas, clínicas y legales. Fondo de Cultura Económica. Y por supuesto, no se trata solamente de un problema médico, es un problema social que estriba en la fijación de los límites que el orden público ha de tener por irreprochables y seguros para aceptar o rechazar conductas que inciden en un hecho trascendental como lo es la conservación de la vida humana. Luego entonces, si bien el problema es, en su esencia, de derecho sanitario, pues ahí se observa la expresión más dramática del problema, trasciende al ámbito de la teoría general del derecho. Los especialistas en derecho comparado clasifican a los sistemas jurídicos por familias, atendiendo a su origen, principios y sistemática, la de mayor aceptación nos habla de las siguientes: a.) La romano germánica o romano canónica. b.) La del common law (anglosajona). c.) La de los derechos socialistas. d.) La de los derechos religiosos. El derecho mexicano estaría dentro de la primera, junto con el derecho español, el italiano y el francés. algunos sistemas específicos, perfectamente localizados; dicho en otros términos, el criterio generalmente aceptado informa que no es posible disponer de la vida propia.4 Sin perjuicio de lo expuesto, el asunto es de no poca monta, pues algunos precedentes extranjeros podrían llevar a algunos a tratar de revisar la cuestión y si bien no aparecen elementos que justifiquen una posición proeutanásica, siempre se corre el riesgo de que alguna minoría poco informada incorpore algunas reglas en ese sentido y si bien no existe la necesaria sustentación ontológica, como tampoco la permisión constitucional para la eutanasia, no falta quien preconize un régimen anarquizante y derogatorio del orden constitucional. 5 Las presentes líneas están destinadas a plantear algunos lineamientos sistemáticos para abordar el tema, en términos de la lógica de lo razonable; para ello ha menester precisar, en principio, qué ha de entenderse por lógica de lo razonable: Así, ha escrito Ricardo Haro: 6 Es por demás evidente que toda interpretación jurídica tiene una enorme trascendencia, no sólo para la elaboración de las normas, sino además para la aplicación de las mismas, finalidad en la que encuentra su razón de ser el “orden jurídico”, logrando el paso de la formulación teórica y genérica de las reglas de conducta, a la aplicación concreta y específica sobre conflictos de intereses y situaciones concretas de seres humanos, de sujetos de derecho. A dicho propósito, es necesario señalar que el orden jurídico y el Estado de Derecho, descansan esencialmente en el respeto a la Constitución, pues en ella se plasman valores, principios y fines de naturaleza indiscutible y en tanto tales, axiomáticos, por ende, es imprescindible a fin de no hablar de mera retórica de lo jurídico transformarlos en estándares mínimos y en tanto tales, derechos esenciales del gobernado.7 Merced a lo expuesto, Haro y el común de la doctrina coinciden en señalar: 4 5 6 7 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Es cierto, sin embargo, que algún sector minoritario ha supuesto que sí existe esta posibilidad, sin embargo, no se trata sino de un mero punto de vista. De hecho existen precedentes de tentativas legislativas al respecto, y ha ocurrido que alguna minoría legislativa haya logrado insertar normas discutibles y anticonstitucionales, tal y como ya sucedió con la inserción de los criterios para tener por aceptada la fertilización asistida heteróloga en el Código Civil para el Distrito Federal, y además de ser anticonstitucional, insistimos, se ha dado origen a problemas sociales inimaginables; entre ellos haber insertado las discutibles pluralidad de paternidad y maternidad ajenas al derecho mexicano y de consecuencias imprecedicibles. Lejos de resolver problemas jurídicos, los originan. En efecto, el párrafo segundo del artículo 293 del citado ordenamiento señala a la letra: También se da parentesco por consanguinidad, en el hijo producto de reproducción asistida y de quienes la consientan. (SIC) La Razonabilidad y las Funciones de Control. Ius et Praxis, 2001, vol.7, no.2, p.179-186. ISSN 0718-0012. De ahí el concepto de garantía constitucional. 25 la coherencia lógica entre unos determinados supuestos y su conclusión; la lógica de lo razonable abarca todos los aspectos decisivos de las decisiones jurídicas donde cabe destacar : “…lo razonable es lo ajustado a la Constitución, no tanto a la letra como a su espíritu, y lo irrazonable es lo que conculca la Constitución, lo anticonstitucional.” Por lo tanto, los dos principios esenciales que presiden la reglamentación de los derechos, deberes y garantías constitucionales, son:8 a) El principio de legalidad, que en términos genéricos implica la exigencia de una norma jurídica, de cualquier rango por medio de la cual se manifieste la reglamentación con las limitaciones que exige una convivencia social ordenada al bien general. b) El principio de razonabilidad que fundamentalmente significa que la legislación respecto de los derechos y garantías constitucionales, deberá ser razonable, es decir, no contraria a la Constitución debiendo atender a las condiciones y limitaciones provenientes del espíritu y la letra de las normas constitucionales.9 Luego entonces, una de las interpretaciones aceptadas de lo razonable es lo ajustado a la letra y espíritu constitucionales. Pero el asunto no para ahí, siguiendo al llorado maestro Recaséns Siches,10 podemos decir que la razonabilidad es fruto del logos humano, luego entonces estaría inmersa en el contexto de la experiencia, el devenir y lo posible, esencialmente en el plano ético; luego entonces, la lógica de lo razonable estaría caracterizada por los elementos que presentamos en el siguiente cuadro sinóptico: Lógica de lo razonable • Está influida por la axiología, la realidad y la experiencia. • Se sustenta en valoraciones • Está limitada por las posibilidades fácticas • Las finalidades del acto humano están delimitadas por la congruencia entre los valores y lo posible. 9 12 10 Aquí seguimos la interpretación del autor señalado. Por su parte, el maestro Ignacio Burgoa habla del principio de juridicidad que, a su vez comprende los de constitucionalidad y legalidad en sentido estricto. Recaséns Siches. Introducción al Derecho, México, Editorial Porrúa, 1985, p. 231 y ss 26 El planteamiento del problema. Los valores en juego. Las alternativas de solución. Los postulados de la justicia. Es decir, la solución se plantea en el plano ontológico11 y ya no meramente en el lógico. Se ha insistido en que las enseñanzas de “lo razonable”, se desprenden de la experiencia de la razón vital y de la razón histórica, es decir, de la experiencia vivida por los hombres individual y colectivamente, y por ello, han de atender a las condiciones de persona, tiempo, modo y lugar y en función de todos los valores que, en un orden jerárquico, integran el plexo axiológico del orden jurídico (libertad, igualdad, solidaridad, paz, seguridad, orden, bienestar, etc.). 12 El maestro Recaséns Siches demostraba hace ya poco más de medio siglo que las normas del derecho positivo, no han de ser sino instrumentos prácticos, elaborados y construidos por los hombres para que, mediante su manejo, se produzcan en la realidad social unos ciertos efectos, estimados justos, precisamente para el cumplimiento de los propósitos concebidos que inspiraron la elaboración de tales normas...» 13 Luego entonces, no se puede normar por normar, ni suponer que debe aceptarse una propuesta, por más sugerente que se antoje, sólo por innovar, como tampoco apelar a la mera argumentación retórico-persuasiva y menos aun recurrir más al voluntarismo que a la valoración de la justicia. 14 En tal estado de la cuestión, resulta difícil sostener que una legislación proeutanásica y los actos tendentes a ella 11 A diferencia de la lógica de lo razonable, encontramos a la lógica matemática o racional, la cual se centra sólo en explicar la causalidad entre procesos y fenómenos; merced a lo anterior, mientras que la lógica formal, lógica de tipo matemático, o “lógica de lo racional” únicamente estudia 8 • • • • 13 14 Es decir, atendiendo a la naturaleza real del problema y no a la mera argumentación teórica que es meramente retórica. Esta dirección se encuentra en la doctrina más ameritada: Recaséns, García Bacca, Villey, Struck, Kriele, Perelman, Levi, Esser, quienes aprecian insuficiente atenerse a un simple criterio deductivo-sistemático; en efecto, falta una orientación teleológica, una preocupación casuística y de búsqueda de lo axiológico (es decir, de los valores) especialmente de justo en cada problema jurídico planteado. Merced a lo anterior, el derecho positivo es siempre una obra circunstancial... las normas jurídicas son gestadas y elaboradas bajo el estímulo de unas ciertas necesidades sentidas en una sociedad y en una época determinadas, es decir, bajo el conjuro de las urgencias de una cierta circunstancia social... (por ello) no se puede interpretar el Derecho extrayendo una consecuencia de ciertas premisas; antes bien, las normas deben ser interpretadas a la luz de la confrontación de sus efectos con el propósito que inspiró la elaboración de la norma. Decía el maestro: se trata de una respuesta práctica a un problema práctico, sentido como de urgente solución. En el caso de la eutanasia se puede afirmar que existe un escenario similar, en efecto, algunos han propuesto que se legisle en pro de la eutanasia a fin de “actualizar” (SIC) el criterio. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Casa Madrid, O. puedan ser admisibles, y menos aun que se pueda privilegiar el ejercicio de derechos de libertad por encima del respeto a la vida humana; en efecto el desideratum reconocido por el orden jurídico contemporáneo es el de proteger la salud, 15 e incluso ha sido explícito en la carta constitucional mexicana. Por si fuera poco, no se ha reconocido la existencia de un valor superior o la existencia de limitaciones provenientes del voluntarismo personal. Y valga recordar aquí a Castán Tobeñas, 16 quien haciéndose portavoz de la connotación en vigor refiere el no reconocimiento a un derecho al suicidio y si bien no se sanciona al suicida fallido, no por ello se le reconce el derecho de haberlo intentado. Debe tomarse en cuenta, así mismo, que no es dable transgredir la jerarquía de valores y aquí resulta algo de gran importancia, el derecho a la conservación de vida es el primer derecho de la persona humana que resulta reconocido y garantizado por el orden jurídico, de ahí que en la Constitución se haya tutelado, además, a través del derecho a la protección a la salud y no se trata de una mera preceptiva declarativa, se trata de un derecho no renunciable. A mayor abundamiento, en fecha reciente el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, estableció el siguiente criterio que, a nuestro juicio, zanja paladinamente la cuestión, en efecto, la Corte estableció: 17 “…la Constitución Federal reconoce como derecho fundamental, entre otros, el derecho a la vida, y es tajante al disponer expresamente que nadie puede ser privado de ella, sino mediante juicio seguido ante los tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho. 15 16 17 Y no sólo en México, en la casi totalidad de las legislaciones de tradición romano – canónica ha sido establecido a título de garantía constitucional. CASTÁN TOBEÑAS, José, «Los derechos de la personalidad», Revista General de Legislación y Jurisprudencia, 1952, t. II. Cfr. Los derechos de la personalidad. Sobretiro del Instituto Editorial Reus. Aborto. Requisitos para que se configure la excusa absolutoria prevista en el artículo 334, fracción III, del Código Penal para el Distrito Federal. Acción de inconstitucionalidad. En el caso de una resolución mayoritaria en el sentido de la inconstitucionalidad de la norma impugnada, que no sea aprobada por la mayoría calificada de cuando menos ocho votos exigida por el artículo 105, fracción ii, último párrafo, de la constitución federal, la declaratoria de que se desestima la acción y se ordena el archivo del asunto debe hacerse en un punto resolutivo. Derecho a la vida del producto de la concepción. Su protección deriva de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de los tratados internacionales y de las leyes federales y locales. Acción de inconstitucionalidad 10/2000. Diputados integrantes de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Ministra ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Secretario: Pedro Alberto Nava Malagón. México, Distrito Federal. Acuerdo del Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente a los días veintinueve y treinta de enero de dos mil dos. Así es, el artículo 14 constitucional reconoce como derecho fundamental inherente a todo ser humano, el derecho a la vida y protege este derecho de manera general, es decir, protege toda manifestación de vida humana, independientemente del proceso biológico en el que se encuentre. Por su parte, el artículo 22 de la Constitución Federal, en su cuarto párrafo prevé: “Artículo 22. ... “Queda también prohibida la pena de muerte por delitos políticos, y en cuanto a los demás, sólo podrá imponerse al traidor a la patria en guerra extranjera, al parricida, al homicida con alevosía, premeditación o ventaja, al incendiario, al plagiario, al salteador de caminos, al pirata y a los reos de delitos graves del orden militar”. Del artículo transcrito se desprende que nuestra Constitución Federal permite que se imponga la pena de muerte en determinados casos. No obstante lo anterior, dicho mandamiento se debe interpretar de manera excepcional, ello encuentra sustento en que la locución “podrá” gramaticalmente entraña la facultad para hacer alguna cosa, por lo que es válido concluir que atendiendo a dicho dispositivo constitucional la imposición de la pena de muerte, o bien, la privación de la vida, únicamente puede ser concebida de manera excepcional, siempre y cuando se cumplan los requisitos establecidos en el artículo 14 constitucional, en el caso de la comisión de alguno de los delitos que están contemplados textualmente en el artículo 22, los cuales son: traidor a la patria en guerra extranjera, al parricida, al homicida con alevosía, premeditación o ventaja, al incendiario, al plagiario, al salteador de caminos, al pirata, y finalmente a los reos de delitos graves del orden militar. Fuera de los casos mencionados anteriormente, nuestra Constitución no contempla otra causa por la cual se pueda privar de la vida a alguien… …Este numeral nos confirma que nuestra Constitución Federal protege como derecho fundamental la vida, esto es así ya que, tal como se señaló, la Constitución permite que se aplique la pena de muerte únicamente en determinados casos, por lo que si esta pena se encuentra limitada, es claro que el valor fundamental que es la vida, se encuentra protegido por nuestra Constitución Federal. Así entonces, el artículo 22 constitucional al prohibir la pena de muerte, reitera el criterio que sostiene el artículo 14 constitucional referente a la protección de la vida. Por tanto, de un análisis integral de todos los artículos señalados con anterioridad, es válido concluir que nuestra Constitución Federal protege el derecho a la vida de todas las personas, pues contempla a la vida como un derecho fundamental inherente a todo ser humano, ya que es un derecho supremo del ser humano, sin el cual no cabe la existencia y el disfrute de los demás derechos. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 27 Ciertamente, cuando se habla de la conservación de la vida debemos ponderar que se trata de una vida moralmente humanizada,18 no de la simple vida vegetativa o artificial; pero así también, los valores no son mera imagen ideal, a mayor abundamiento, no se trata de un valor arbitrario o meramente instrumental. Atendiendo a lo expuesto, pareciera no necesitarse mayor argumentación para dejar en claro que en el Derecho Mexicano no existe posibilidad legal para la eutanasia, como tampoco existe permisión legal para disponer de la vida de terceros. En consonancia a lo expuesto, el Código Penal Federal establece: “ARTICULO 312.- El que prestare auxilio o indujere a otro para que se suicide, será castigado con la pena de uno a cinco años de prisión; si se lo prestare hasta el punto de ejecutar él mismo la muerte, la prisión será de cuatro a doce años. ARTICULO 313.- Si el occiso o suicida fuere menor de edad o padeciere alguna de las formas de enajenación mental, se aplicarán al homicida o instigador las sanciones señaladas al homicidio calificado o a las lesiones calificadas.” En el mismo contexto, el Código Penal para el Distrito Federal señala: “ARTÍCULO 142. Al que ayude a otro para que se prive de la vida, se le impondrá prisión de uno a cinco años, si el suicidio se consuma. Si el agente prestare el auxilio hasta el punto de ejecutar él mismo la muerte, la pena aplicable será de cuatro a diez años de prisión. Al que induzca a otro para que se prive de la vida, se le impondrá prisión de tres a ocho años, si el suicidio se consuma. Si el suicidio no se consuma, por causas ajenas a la voluntad del que induce o ayuda, pero sí se causan lesiones, se impondrá las dos terceras partes de la pena anterior, sin que exceda de la pena que corresponda a las lesiones de que se trate. Si no se causan éstas, la pena será de una cuarta parte de las señaladas en este artículo. ARTÍCULO 143. Si la persona a quien se induce o ayuda al suicidio fuere menor de edad o no tuviere capacidad de comprender la relevancia de su conducta o determinarse de acuerdo con esa comprensión, se impondrán al homicida o inductor las sanciones señaladas al homicidio calificado o a las lesiones calificadas.” Caracterización del surrealismo jurídico Sin perjuicio de lo expuesto, y siguiendo a Eduardo Melero Alonso es necesario distinguir claramente entre los argumentos de lege lata, es decir, las interpretaciones del derecho vigente, y los argumentos de lege ferenda, que proponen modificaciones legislativas de la normativa existente. 19 Dicho en otros términos, siempre es útil comparar las interpretaciones de derecho vigente, respecto de las soluciones propuestas, a fin de evaluar posibles alternativas; en la especie y siguiendo el sistema de los escolásticos, siempre resulta de utilidad demostrar la validez de los razonamientos mediante la revisión crítica de los argumentos a favor, al igual que atendiendo al los argumentos en contrario. Y en medio de todo, decimos con García Ramírez: 20 “No podemos engañarnos: la “buena muerte” prolifera, mientras los juristas disertan sobre la pertinencia o la impertinencia de autorizarla, o por lo menos moderar sus consecuencias penales, que figuran más en la ley que en las sentencias. En fin, “el enjuiciamiento de la eutanasia pertenece a los problemas más difíciles del derecho penal”. Uno de los tratadistas clásicos en el tema, Luis Jiménez de Asúa, también colige que existen más casos de muerte piadosa de los que imaginamos y pudiera ser que no le falte razón, acaso el subregistro en la materia exista; por nuestra parte no tenemos evidencia de que esto en realidad sea así. Empero, ya resulta estremecedor que en algunos sectores prive la idea equivocada de que se está realizando un bien al enfermo. Jiménez de Asúa, refiere treinta y ocho casos conmovedores y en ninguno de ellos se muestra que después de la atroz decisión haya existido liberación alguna para el autor de los hechos, por el contrario, se refiere un intolerable estado de culpa. En tal contexto vale también preguntarse si la comisión de un hecho como éste tiene sentido, cuando a una verdadera desgracia se acumula otra desgracia que habrá de comprometer (independientemente de que no existiere sanción penal) no sólo la existencia ética del agente, sino su salud mental y su devenir. Entre los casos citados figura el de Pasteur y Tillaux, cuando enfrentaron el tormento de los campesinos rusos atacados de rabia, una enfermedad incurable y devastadora. Axel Munthe refiere el proceso: “Esa misma noche, los dos sabios tuvieron una conferencia: pocos supieron la decisión que durante ella se había tomado…” Sin duda para el hombre sabio y padre de la teoría microbiana de la enfermedad debió ser un hecho brutal, haber adoptado una decisión radical; acaso en esa hipótesis podría haberse planteado alguna no exigibilidad de otra conducta; empero en el siglo XXI, ante los avances de la medicina paliativa y la existencia de drogas para controlar el dolor y en especial para la sedación terminal, vale la pena 19 20 18 Por ello se ha instaurado el criterio de muerte cerebral, destinado a evitar el lamentable ensañamiento terapéutico. 28 La dogmática jurídica es política. La importancia de las concepciones políticas en el trabajo de los juristas: un acercamiento desde el derecho público. Se recomienda la lectura de su interesante ensayo Una reflexión jurídica sobre la muerte. Boletín mexicano de derecho comparado. UNAM. Instituto de Investigaciones Jurídicas. número 111. 132.248.65.10/ publica/rev/boletin/cont/111/res/res3.htm Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Casa Madrid, O. preguntarse si es justificable extrapolar criterios arcaicos que acaso sean válidos en la práctica veterinaria, empero, tratándose de seres humanos resultan sinceramente discutibles. Al respecto es imprescindible señalar un hecho: La reciente discusión del tema en la Unión Europea ha establecido que ante la posibilidad de una sedación terminal, carece de sustentación seguir discutiendo un tema que debe tenerse por superado en razón de los avances de la Medicina. Luego entonces, según el planteamiento más reciente del Derecho Sanitario, ha de tenerse por una discusión bizantina la posibilidad eutanásica y ha de estimarse superada, insistimos, en razón de los avances de la Medicina. Sin embargo, prevalece un actitud surrealista, merced a la cual se siguen planteado falsos derechos, entre ellos: a.) El derecho de ser matado. b.) El derecho a disponer de la vida de terceros, al socaire de pretendidos derechos de libertad. c.) El derecho irrestricto sobre el propio cuerpo. d.) El derecho de contrariar al orden público merced a una interpretación ilegal del derecho de objeción de conciencia. 21 En el planteamiento de todos estos falsos derechos, existe un entrampe y estriba en una argumentación paradójica, se pretende la reivindicación de derechos para negar el derecho. Y lo más grave no es la posición anarquizante que subyace, sino el régimen de inseguridad jurídica que acarrearía aceptar esta suerte de supuestas reivindicaciones. El patrón histórico que ha seguido a la aceptación de la muerte piadosa , resulta paladinamente devastador y atentatorio de lo humano, y supone transitar las siguientes fases: 1ª. Aceptación de la posibilidad de que la persona disponga de su vida para obtener una “muerte digna”. 2ª. Aceptación de participación de terceros a fin de coadyuvar en el propósito del suicida. 3ª. Aceptación de la posibilidad de renunciar a vivir en razón de enfermedades incurables aun en el evento de no tratarse de enfermos terminales. 4ª. Aceptación de la posibilidad suicida y de suicidio asistido hacia personas aquejadas de una depresión mayor. 5ª. Inicio de una política seleccionadora por el Estado. 6ª. Admisión del homicidio y esterilización de seres estimados sin valor (estigmatizados). 7ª. Instauración de políticas genocidas. La historia del derecho demuestra que la progresión ha sido la misma en los lugares donde se ha permitido la eutanasia y esta suerte de posibilidad resulta incalificable. Al respecto establece García Ramírez: A la expresión eutanasia se reprocha lo que evoca: la brutalidad nazi, volcada, paso 21 Cfr. Casa Madrid Mata, Octavio La objeción de conciencia en el derecho sanitario mexicano. En el cuaderno: Objeción de conciencia. Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. a paso, en las leyes sobre esterilización obligatoria, castración y supresión de “vidas sin valor”. Dicho en otros términos, lo que resulta repulsivo en términos del orden público es el desprecio por la vida específicamente humana y la devastadora progresión a que da lugar. Veamos entonces a qué se refiere el surrealismo: El término surrealismo 22 (del francés sur-realisme, «por encima de la realidad»), en principio denominaba un movimiento artístico que nace en Francia en 1924. Su fundador lo fue el poeta André Bretón. El surrealismo se basa en las teorías de Freud, quien había descubierto el inconsciente, la región de la mente que no podemos controlar con la razón. De esa región, mucho más importante y poderosa, según Freud, que la parte consciente, nacen nuestros deseos más profundos, nuestros sueños (cuando dormimos y cuando imaginamos) y nuestra vida sexual. Habitualmente reprimimos nuestro inconsciente porque sus deseos están prohibidos por la sociedad: incesto, asesinato, homosexualidad… Freud descubrió que explorando el inconsciente de los neuróticos (primero mediante el hipnotismo y más tarde, estudiando sus sueños y mediante la asociación libre) podía curar sus síntomas, como fobias y obsesiones. Más adelante Jung, agregó a lo anterior, el concepto de inconsciente colectivo. Bretón después de leer a Freud fue más lejos que él. No había que curar a los locos: había que convertirse en loco. Llegó a la conclusión de que el inconsciente estaba en contacto con el mundo real y que la razón era una forma de esclavitud que despersonalizaba a la gente. Propuso la revolución surrealista: que todo el mundo viviera en su inconsciente y abandonara la razón. Bretón arribó a estas conclusiones pues según él, la razón había fracasado. -La razón de los generales y los políticos había producido la enorme crueldad de la primera guerra mundial -La razón de los científicos y lógicos había llegado a conclusiones paradójicas que destruían el poder de la razón: «la verdad depende de la posición del observador» y «todos los profesores mienten». Bretón pretendía llegar a la revolución surrealista, mediante: • la provocación. • el arte. • la revolución comunista como un antecedente necesario. El surrealismo como medio de expresión artística todavía es muy importante. Muchos artistas apelan a la irracionalidad para expresar sus ideas, que con frecuencia pueden ser interpretadas de manera racional. Por ejemplo, Buñuel y Dalí en España escribieron juntos el guión de la película «Un perro andaluz.» El título era una 22 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 es.wikipedia.org/wiki/Surrealismo 29 broma a García Lorca, que era andaluz. Para escribir el guión tenían una regla: ponían en común imágenes visuales: si podían encontrar una explicación racional a las imágenes, no las incluían en el guión. Posteriormente rodaron la película en Francia. Dalí desarrolló el método paranóico-crítico en pintura. Reunir en un cuadro todas las imágenes absurdas que uno pueda relacionar con un tema en concreto. De esta manera, según Dalí, pueden expresarse los deseos inconscientes. Lorca, por su parte en su libro de poemas Poeta en Nueva York, desarrolló el surrealismo poético. En concordancia a lo anterior, Luis Eduardo Aute, escribió ANDA SUELTO SATANÁS, poema que paradójicamente cobra un sentido explicativo de la progresión a la que nos hemos venido refiriendo: Cae fuego en lugar de maná, se disfraza el asfalto de mar. El zapato no encuentra el pedal, parece que anda suelto Satanás. ¡Parece que anda suelto Satanás! Pero sin duda quien mejor explicó lo anterior fue nuestro connacional José Vasconcelos, en: El surrealismo La muerte es el instante en que la mariposa escapa de la oruga; en nuestro cuerpo el alma está larvada y es la muerte quien le otorga el ser. En el contexto referido, no puede aceptarse como válido entramparse en soluciones nacidas del miedo grave y menos aun, admitir su generalización a grado tal que esto de pábulo a modificar criterios prevalentes en la legislación. Si bien el surrealismo, en tanto expresión del arte podría tener algunos valores, especialmente de crítica hacia el pensamiento unidimensional 23 no creemos que pueda ser una opción para la justicia, en tanto no aporte valores superiores; infortunadamente redunda más bien en una suerte de lamentaciones, que en propuestas de índole axiológica. Según podrá observarse y por una suerte de paralelismo, las brutalidades de Hitler, hubieron de ser abonadas con 23 El pensamiento unidimensional ha sido caracterizado por Marcusse como una suerte de caos en el cual todos y ninguno somos responsables de lo que sucede y sufrimos las consecuencias devastadoras de procesos devastadores y antihumanitarios; es decir, una suerte de neurosis colectiva que propicia mayores males de los que resuelve y tiene los efectos de un detonador, hace que el hombre deje de tener confianza en sí mismo. Esta suerte de desesperanza, es la mayor tragedia para la humanidad. 30 pensamientos como los anteriores;24 sobre el particular y pese a lo repulsivo que resulta, el parámetro lo es llamado proyecto T4, cuya nada edificante cronología se enuncia a continuación: 25 • La decisión de “eutanizar”, de aplicar la eutanasia a los disminuidos mentales y físicos fue tomada directamente por la Cancillería del Führer (de Hitler). • Los que se encargaron de ello tenían oficinas en el número 4 de la calle Tiergartenstrasse en Berlín, de ahí el nombre de “proyecto T4”. Este proyecto comenzó en 1939 con la decisión de poner fin a los sufrimientos de un niño gravemente disminuido y tomó una amplitud típica de los excesos progresivos de los nazis. Dicho niño disminuido, cuyo nombre era Knauer, vivía cerca de Leipzig. Su familia le solicitó por escrito autorización a Hitler para practicar una eutanasia. Hitler la autorizó. • A partir de ahí, y desde el verano del 39, se pensó en la posibilidad de extender la eutanasia a todos los pacientes de los asilos, considerados como bocas inútiles, “indignos de vivir”. • En el otoño del 39, Hitler dio secretamente al jefe de la Cancillería del Führer, Philipp Bouhler, y a su médico personal, Karl Brandt, la autorización escrita (en su propio papel de correspondencia y firmado de su puño y letra) de lanzar el programa de la eutanasia. • Este programa eutanizador de Hitler dio lugar a la muerte de, al menos, entre 70.000 y 90.000 personas a las que se les aplicó la eutanasia, y terminó de forma secreta el verano de 1941 después de las protestas del obispo de Münster. Sin embargo, el Proyecto T4 permitió experimentar con métodos de exterminación, especialmente con el gas de monóxido de carbono, y que pronto sería empleado para la exterminación de los judíos en los campos de concentración de Polonia. • En otoño de 1941, los principales responsables del proyecto eutanizador T4 se desplazaron a Polonia oriental, en la región de Lublin, para levantar los primeros campos de exterminio del sector como el de Belzec. Con la creación de otros dos campos de la muerte, 24 En justa repulsa, escribía León Felipe: «...poetas infernales! Virgilio, Dante, Blake, Rimbaud... ¡Hablad más bajo! ¡Tocad más bajo!... ¡Chist!... ¡¡Callaos!! Yo también soy un gran violinista... Y he tocado en el infierno muchas veces... Pero ahora, aquí... Rompo mi violín... y me callo» (Auschwitz) 25 Tomado de la entrevista realizada a Ian Kershaw para La revista semanal francesa Le Nouvel Observateur dedica su Nº 2097 (13 al 19 de enero 05). Kershaw es un gran especialista del nazismo, profesor de historia contemporánea en la Universidad de Shefffield (Inglaterra), autor de la monumental biografía de Hitler en dos tomos y de la obra «¿Qué es el nazismo?». Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Casa Madrid, O. • Sobibor y Treblinka, Belzec formó parte, a partir del verano del año 1942 de la Aktion Reinhard . Esta denominación se utilizó en homenaje a Reinhard Heydrich y consistió en el plan de exterminación de todos los judíos de Polonia. Así explica Kershaw como Hiltler y el nazismo pusieron en marcha el proceso eutanizador de los judíos y otros colectivos (gitanos, negros, enfermos y discapacitados mentales y físicos, homosexuales, etc.). Reinahard Heydrich, alemán de Sajonia, militar expulsado de la Armada por un tribunal de honor, fue un antiguo miembro de las SS de Himmler y que llegó a ser considerado medio judío (como su padre Bruno Heydrich, músico de cámara, compositor y director del conservatorio de Halle en Sajonia y al que pusieron el apodo de Isidoro) y que posteriormente llegaría a ocupar altos cargos en dicha organización criminal del nazismo. También llegó a ser “presidente de la Interpol” y gozar de otros altos cargos. El nazi Heydrich (que cuando se alistó al partido nazi no tenía esta ideología, estaba en paro y lo hizo para buscar empleo y poder volver a vestir • Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 el uniforme) aplicó métodos espantosos contra la Resistencia, lo que dio lugar a un atentado contra su persona que le costó la muerte. Hitler y las SS respondieron de forma violentísima con una de sus muchas y macabras “acciones ejemplares”. A título de corolario de esta posición examinemos la teleología de las ideas preconizadas por Hitler- BindingRosemberg ««La creación aún no ha terminado», dijo Hitler. «A todo evento, no en lo que a la criatura Hombre concierne. Contemplado biológicamente, el hombre claramente ha llegado a un punto de giro. Una nueva variedad de hombre está empezando a separarse. Una mutación, precisamente en el sentido científico. El tipo existente de hombre está pasando, en consecuencia, inevitablemente al estado biológico de atrofia. El viejo tipo de hombre sólo tendrá una existencia atrofiada. Toda la energía creativa será concentrada en el nuevo. Los dos tipos pronto van a divergir uno del otro. Uno se sumergirá en una raza sub-humana y el otro se alzará muy por encima del hombre actual. Podría llamar a las dos variedades el dios-hombre y el animal-masa». 31 Así las cosas, la pretendida bioética de la eutanasia nazi, estaría dada por los siguientes elementos: • • • • • • Evolucionismo darwiniano: se da por sentada la aplicabilidad de los criterios del Origen de las especies a la humanidad. Intervencionismo biológico: un buen gobierno debe asumir las enseñanzas y advertencias de la Biología, y desarrollar o fomentar programas destinados al mejoramiento biológico de la humanidad, interviniendo en el proceso selectivo como un granjero con sus cultivos. La apariencia humana puede no implicar humanidad. De las diferencias externas se desprenden estados jurídicos diversos, es decir, se instauraría de nueva cuenta el depauperado sistema de castas. Eugenesia individual y social: en concordancia con las enseñanzas y advertencias de la ciencia, la humanidad debe ser depurada de sus elementos biológicamente contraproducentes por la vía de su esterilización, voluntaria o compulsiva, o inclusive de su eliminación física (muerte). Eutanasia individual y social: la vida como mero fenómeno biológico no merecería respeto jurídico de por sí. 26 Por lo que hace a la desmeritada legislación holandesa, el principio del que se partió no fue el de entronizar la eutanasia como tal, pues se observó que en ese medio se practicaba a discreción en amplio sector de la profesión médica; por ende, la nueva regla establecida refiere la obligación del personal médico para notificar a las autoridades encargadas de la procuración de justicia; una vez realizado el mal llamado acto eutanásico y justificar a posteriori su acción, en el entendido de que las autoridades habrán de revisar que se hubiesen cumplido las formalidades previstas en la Ley (consentimiento, consulta a otro facultativo, coincidencia de opiniones médicas, etc.) y en el evento de haber existido abuso, se proseguirá una causa penal. Dicho en otros términos, se trata de regularizar homicidios ya consumados. Admitir criterios como éste lleva a las siguientes consecuencias de derecho: a.) Abjurar del criterio deontológico aceptado para la Medicina, el cual proviene del juramento de Hipócrates: No me avendré a pretensiones que afecten a la administración de venenos, ni persuadiré a persona alguna con sugestiones de esa especie… 27 26 27 Ricardo D. Rabinovich-Berkman. ¿Triunfó el nazismo? O de cómo y hasta qué punto sobrevive hoy la cosmovisión bioética del nacional socialismo. Fuente: arvo.net Ha escrito Sergio Morán Velásquez: Se crea al médico un conflicto propio con respecto a su capacidad de prognosis y los efectos de sus decisiones, ya que es muy complicado prevenir si un proceso patológico terminal va a tener un final más o menos largo, e incluso si no puede 32 b.) Asignar al facultativo la extraña y exorbitante tarea de establecer el momento en que el paciente debe morir, e inducir al paciente a la muerte por causa pretendidamente humanitaria. c.) Transgredir el mandato constitucional de proteger la vida y la salud. d.) Dar validez a consentimientos afectados por estados emotivos especiales o por francas incapacidades mentales y no sólo esto inducir a la toma de decisiones suicidas al paciente. e.) En suma, contradecir los principios aceptados por la Asociación Médica Mundial, la cual ha establecido que el acto eutanásico es ajeno a la ética médica, incluso se ha definido a la eutanasia como el hecho de matar con medios de apariencia médica. Sinceramente, no creo que existan motivos suficientes para la admisibilidad de hipótesis como éstas; por más que una corriente poco informada postule lo contrario, en tanto el franco atentado que resultaría hacia uno de los valores esenciales del derecho, como lo es la seguridad jurídica. 28 A nuestro entender la única solución posible, en términos de la lógica de lo razonable es la de proscribir pretendidos criterios bioéticos que resultan más bien un alarde del biologismo social post-darwiniano. Podríamos señalar que, en el fondo, las reflexiones sobre la eutanasia surgen de un hecho, la inquietud y angustia respecto del proceso que ocurre durante la muerte misma; ser reversible en determinados casos. La muerte es irreversible. La medicina no es una ciencia exacta. Por tanto cabe la posibilidad de que en algún caso se provoque la muerte de un paciente con posibilidades de supervivencia o curación por error médico Asimismo, confiar en el médico como agente decisorio en un caso de eutanasia avoluntaria supone correr el riesgo de que este médico pueda decidir una eutanasia influido por factores propios, como la sensación de impotencia ante la enfermedad incurable, el hastío, la sobrecarga de trabajo, el desaliento o alteraciones de su vida particular que puedan afectar a su decisión, como depresión, sufrimiento o postura favorable a una eutanasia en sí mismo. Los médicos son humanos. La extensión de la eutanasia podría producir un cambio en el tratamiento y cuidados de los pacientes desahuciados, deteriorándose este al considerarlos, inconscientemente, como “pre-eutanásicos”. Vide infra, nota 28. 28 En contrapartida a lo expuesto recordemos el caso del gran físico inglés Steven Hawking de talla mundial e histórica, profesor de la Universidad de Cambridge, autor de “La historia del tiempo: del Big bang a los agujeros negros” y que hizo sus grandes aportaciones, pese a estar enfermo de esclerosis lateral amitrófica. Recientemente se da cuenta en España, de un joven con una enfermedad similar a la de Hawking pero mas grave aún, que hizo la carrera con unas notas excelentes y que ha sido fichado por un buffete de abogados como un importante especialista. En sentido análogo a los anteriores Rubén Blanco, nieto del líder comunista español Ignacio Gallego, y con parálisis mental cuenta en su obra “Blanco sobre negro”, cómo fue arrebatado a su madre y fue ingresado en asilos y orfanatos de mala muerte en Rusia, pues, los hijos o nietos de la nomenklatura soviética no eran admitidos si tenían este tipo de graves minusvalías. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Casa Madrid, O. como afirma Sergio Morán Velásquez: 29 El hombre se pregunta si este será largo y doloroso; o cruel y pesado para él y sus seres queridos. Luego entonces, es el miedo frente al proceso de morir lo que ha hecho, entre otras cosas, que la población se pregunte acerca de la validez de la eutanasia. Al respecto es impostergable evitar que la actitud de pánico siga siendo una constante; hemos hablado a lo largo del presente, de una prevalencia desinformativa; por regla general la población no es educada acerca del proceso tanatológico, lejos de esto, se observa un acto de evasión y este acto evasivo sorprende siempre de improviso a cada uno en el momento definitivo. Luego entonces, ante un acto de negación y miedo grave, la reacción defensiva, como a menudo sucede en estos casos- se torna en contra de quien la asume; se trata pues de una forma de violencia que se torna en contra del paciente terminal y ahí está otro de los entrampes lógicos del planteamiento proeutanásico; es decir, para solucionar el problema se plantea la lógica de la evitación y el aniquilamiento personal. En términos del derecho sanitario y de sus referentes por antonomasia, la lex artis y la deontología médicas, la labor del personal de salud no puede ser otra que la de informar, a fin de desterrar ese estado de angustia que si bien explicable, debe ser controlado, y así también se ha de buscar el menor sufrimiento; pero sin que por ello se pueda argumentar la destrucción vital. El paciente amerita atención personalizada, a fin de evitar que de ello se sigan mayores problemas y pueda desembocarse en procesos patológicos o en la adopción de decisiones equivocadas. Lo anterior muestra resabios del modelo paternalista en la atención médica; en efecto, se transfieren al médico la obligación de resultados y la responsabilidad y por ende, se ha pretendido asignar al médico responsabilidades exorbitantes, entre ellas la asignación de la carga eutanásica. Insistimos, merced a un proceso de evitación y transferencia del que la eutanasia es una de sus manifestaciones críticas, se pretende que el paciente deje de afrontar su responsabilidad existencial y esto, por supuesto, que pugna con el propio concepto de salud generalmente aceptado. Aunado a lo anterior, sería francamente yatropatogénico reforzar el proceso de evitación, incluso podría denotar una actitud francamente negligente y evitativa del facultativo; es por ello que se ha considerado a la práctica eutanásica contraria a la ética médica. 30 29 30 Una reflexión sobre la eutanasia. Publicado por la Universidad Católica de Chile en la Revista Ars Medica Volumen 5, número 5. Siguiendo a Morán podemos señalar que en la época actual, la eutanasia ha vuelto a ser tema de discusión y de reflexión, dado que en la mentalidad contemporánea se producen ciertos condicionantes que parecen favorables a ella. Entre ellos podemos destacar el positivismo económico, que da un enorme valor a la productividad efectiva y mensurable del hombre, a través de índices como el producto per cápita, por ejemplo. Pero insistimos, el problema subyacente es la aversión al dolor y una falta de explicación racional a aceptar el sufrimiento. Así también incide -y el propio Morán lo destaca- la capacidad tecnológica de la medicina, si es posible prolongar artificialmente la vida, aun de aquellos sin esperanza razonable de recuperación, si es posible incidir en el comienzo de la vida, ¿por qué no también al término de ella? Luego entonces, la irresponsabilidad del hombre fáustico 31 es otro de los elementos que incide en las apreciaciones de este surrealismo jurídico; es decir, el empleo de la ciencia y la tecnología en un ámbito de amoralidad. Expuesto lo anterior examinemos las principales argumentaciones que se han esgrimido a fin de pretender legitimar la eutanasia: 1. Suposición de que cada uno es dueño de su vida y su persona. (Tanto para sí, como con respecto a los demás.) El derecho a morir dignamente y a respetar la libertad de la persona con respecto a su propia vida deben primar por encima de todo (eutanasia voluntaria). En el mismo sentido se parte de la suposición de la legitimidad eutanásica, pues se aplicaría para obtener un bien (evitar sufrimientos innecesarios o la degradación del individuo). Se apoya en deseos de compasión hacia nuestros semejantes, en las mismas circunstancias que se aplica a los animales (tiro de gracia). Esta suposición, según hemos referido es una petición de principio y no tiene sustento jurídico, pugna con el espíritu constitucional al cual nos hemos referido con antelación. A mayor abundamiento, el Código Civil Federal, es meridianamente claro al señalar: Artículo 6º La voluntad de los particulares no puede eximir de la observancia de la ley, ni alterarla o modificarla. Sólo pueden renunciarse los derechos privados que no afecten directamente al interés público, cuando la renuncia no perjudique derechos de tercero. Artículo 7º La renuncia autorizada en el artículo anterior no produce efecto alguno si no se hace en términos 31 En efecto, se estarían prohijando problemas de salud mental que, agregados al proceso patológico terminal surtirían efectos devastadores y sufrimientos necesarios. Ciertamente hemos de hacernos cargo que la asunción de la propia muerte no es modo alguno como dijera Carlyle un paseo sobre algodones, empero, esto no justifica la entronización de males mayores. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 El hombre fáustico es una gráfica imagen acuñada por Oswald Spengler, siguiendo a Goethe, en su obra La decadencia de occidente. Merced a esta se mira al hombre dotado de una curiosidad interminable y un afán por descubrir cosas, sin pensar en las consecuencias de sus actos. Es por así decirlo, una suerte de imagen similar al aprendiz de brujo original del propio poeta alemán Johann Wolfgang von Goethe y escrita en una balada que a su vez inspiró la música de Paul Dukas y a la película de Walt Disney. 33 claros y precisos, de tal suerte que no quede duda del derecho que se renuncia. Artículo 8º Los actos ejecutados contra el tenor de las leyes prohibitivas o de interés público serán nulos, excepto en los casos en que la ley ordene lo contrario. Luego entonces, la renuncia al derecho a la conservación de la vida o a la protección de la salud, está desautorizada en tanto es contraria a leyes prohibitivas, afecta al orden e interés públicos y propicia la comisión de delitos. Valga aquí citar célebre postulado del derecho romano: Nadie tiene la vida en propiedad, se trata de un usufructo temporario. Por otra parte, ha sido de sobra cuestionado aplicar criterios veterinarios en la atención de seres humanos. 5. Evitación de problemas a la familia del paciente. Sin duda es uno de los puntos salientes de la controversia; en efecto, es de sobra sabido que ante agonías prolongadas y el efecto devastador para la familia, el deceso termina siendo una suerte de alivio. Sin embargo, se corre el riesgo de incidir en actos real o pretendidamente liberatorios para la familia, a costa del enfermo. Ante un problema jurídico ha menester reflexionar sobre todos y cada uno de los rubros que inciden en el mismo y buscar una solución normativa; así el maestro Preciado Hernández, al sistematizar la teoría general del derecho, refiere la necesidad de observar que en toda regulación jurídica inciden los siguientes elementos: 2. Intolerancia al sufrimiento de la sociedad actual. Esta argumentación queda refutada en tanto se han instaurado en la lex artis médica los cuidados paliativos y la sedación terminal. 3. Envejecimiento constante de la población en los países desarrollados pioneros en la aplicación de la eutanasia. Aquí observamos el peligroso embate de una instrumentalización económica, en efecto, el ser humano no productivo en el sentido económico, sería prescindible y como toda instrumentalización se trata de hechos aberrantes para la justicia; luego entonces, la argumentación subyacente no es aceptable desde la lógica de lo razonable y en consecuencia, para el orden jurídico. 4. Deshumanización de la muerte hospitalaria. Este dato de sobra denunciado, se refiere a la entronización de actos de mal praxis, por negligencia; sin embargo, la solución no es combatir el fuego con fuego, por el contrario, ha menester la reversión de este fenómeno por vías de inducción, mejora continua y establecer medidas jurídicas de índole correctiva (no ha de pensarse, sin embargo, en la entronización de un modelo autoritario que en asuntos de esta índole ha probado su ineficacia y que, además incidiría en medicina defensiva.) 32 32 Volvemos a citar aquí a Morán: Dado que la mayoría de las peticiones de eutanasia voluntaria proceden de personas con dolores o sufrimientos extremos en procesos irreversibles, cabría preguntarse hasta qué punto está siendo tratado adecuadamente ese paciente, ya que las técnicas actuales de analgesia y las terapéuticas encaminadas a mejorar los síntomas de las patologías crónicas han mejorado sustancialmente en los últimos años. Existe una falsa disyuntiva: eutanasia vs muerte con sufrimiento. 34 • • • • • Sujeto Supuesto Relación jurídica Objeto Consecuencias. En esos términos y siguiendo a Recaséns, el problema estriba en encontrar la vía de la justicia, esto es, no el valor teorético y en abstracto, sino en su realización práctica a fin de resolver problemas prácticos sentidos de urgente solución. Visto de ese modo, no parece que la solución eutanásica atienda con la claridad necesaria a los elementos anteriormente descritos; cuando más para reforzar la solución hasta ahora aceptada, en el sentido de establecer penas privilegiadas, es decir, atenuadas ante la consumación de esta especie de ilícito, en razón del cabal entendimiento de los estados afectivos especiales que rodean el hecho, pero nada más. Por otra parte, desde el ángulo del derecho sanitario, la vía es la de tener por obligatorias, previsiones especiales para la atención de estos casos: • • • • • • Instauración de programas de cuidados paliativos. Educación para la salud, y establecimiento de contenidos mínimos en la materia. Otorgamiento de facilidades para la obtención de los insumos necesarios. Fortalecimiento de los programas de atención domiciliaria. Ordenación de los protocolos de sedación terminal. Evitar actos de ensañamiento terapéutico. Merced a lo anterior, en el proyecto de Reglamento General de Atención Médica de los Estados Unidos Mexicanos, se plantean los siguientes preceptos: Artículo 26.- Para los fines de este reglamento se entenderá por: II.- Ensañamiento terapéutico: Cualquier acto u omisión que entrañe riesgo o lesiones innecesarios a un paciente, Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Casa Madrid, O. especialmente cuando no exista sustento diagnóstico, terapéutico o paliativo. Quedan incluidas en este rubro las medidas extraordinarias, especialmente las que tengan como fin prolongar artificialmente las funciones vegetativas una vez confirmada la muerte cerebral; Artículo 32.- El personal de salud deberá evitar emprender acciones terapéuticas sin esperanza cuando supongan molestias o sufrimientos innecesarios para el paciente. Respetará profundamente el derecho que tiene el paciente a una muerte digna, acorde con su condición humana. Artículo 33.- La decisión de poner término a la supervivencia artificial ante la muerte cerebral, únicamente deberá tomarse en función de los más rigurosos conocimientos científicos, atendiendo a las reglas establecidas en la Ley. Artículo 36.- El personal médico encargado de la atención de un paciente con pronóstico fatal podrá, en uso de su libertad prescriptiva, determinar si en primer término es necesario informar a la familia y, en su caso, a la representación legal del paciente, a efecto de ponderar el tiempo, el modo y las circunstancias en que deba proporcionarse la noticia al paciente y si amerita apoyo emocional. En caso de menores e incapaces el facultativo en unión de la familia y, en su caso, del representante legal, podrán optar por no informar al paciente su condición. Uno de los rubros básicos para pronunciarnos en sentido contrario a la eutanasia, se refiere al asunto del consentimiento; en efecto, se estaría dando un sesgo y una solución equivocados a una solicitud producto de un estado afectivo especial. Por supuesto que las manifestaciones del paciente requieren de una respuesta; empero, no es posible privilegiar una voluntad viciada de origen. Ante esta objeción se ha dicho que un grupo de expertos e imparciales podrían evaluar si el consentimiento es válido; sin embargo, no estamos ciertos de que en casos como éste podría existir la necesaria imparcialidad. No obstante, aun suponiendo que se consiguiera, esto no resuelve el problema de fondo: la falta de facultades para ejecutar un homicidio. En efecto, la objeción principal estriba en la inexistencia de derechos subjetivos para disponer de la vida humana. Por si fuera poco, en la especie se estaría transfiriendo a terceros un derecho que no se ha reconocido siquiera al paciente mismo. Un corolario dramático, el caso de Terri Schiavo. Sin suda uno de los casos que mayor impacto ha generado en los últimos años, se refiere a esta infortunada paciente quien dependió de tubo de alimentación por un lapso cercano a los quince años y cuyo deceso estuvo rodeado de toda suerte de argumentaciones jurídicas, pronunciamientos discutibles, y activismo político. Empero, amén del sensacionalismo y las actitudes panfletarias, nos lleva, en el plano jurídico (único al que nos interesa referirnos en estas líneas) a serios motivos de reflexión. A fin de plantear el asunto en sus justos límites, hemos de recordar que en el derecho norteamericano se ha privilegiado la voluntad en casos extremos, siendo atribución de los tribunales resolver en cada caso concreto acerca de la admisibilidad de medidas extremas. En tal contexto, se han presentado célebres resoluciones que han dejado mal parados a los tribunales, ya por ser cuestionable la legalidad de los pronunciamientos, ya sea por haber sido insuficientes las pruebas o bien por los discutibles criterios de justicia que inspiraron los fallos. Es bien conocido el caso de Karen Ann Quinlan, cuyos padres finalmente obtuvieron la autorización de la Corte Suprema de Nueva Jersey para eliminar las medidas extraordinarias de soporte a los que aquélla se hallaba sometida. Según esto, la paciente fallecería al momento de ser retirados los medios de soporte; empero no fue así, la enferma sobrevivió varios años. Luego entonces, esto demuestra que no siempre los criterios médico – forenses esgrimidos en los tribunales son correctos y que sin duda existen graves problemas probatorios en estos asuntos. No es el objetivo hacer una glosa de los diversos precedentes norteamericanos que de hecho ameritarían, por si solos, un estudio especial; empero, baste el antecedente del caso Quinlan para tener por demostrado que existe el yerro judicial y que sus consecuencias pueden ser devastadoras. En el caso de Terri Schiavo, la historia, en términos generales, fue la siguiente: • Terri Schiavo sufrió daño cerebral severo en 1990, seguido de un ataque del corazón. El daño cerebral la dejó incapaz cuidar de sí misma. Por los 13 años pasados dependía de un tubo de alimentación. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 35 • Michael, su marido, quien no promovió demanda de divorcio, en 1995 estableció otra relación con una mujer y procreó dos hijos. • Había recibido una cantidad de alguna fundación para el apoyo de su cónyuge. • Sin embargo, concurrió a los tribunales para solicitar desconexión de la sonda, al efecto sostuvo que su esposa le dijo en algún momento que no le gustaría vivir en condiciones como esas. • Los padres argumentaron que esto no constaba por escrito y afirmaron que la paciente podría mejorar mediante el tratamiento adecuado. • Sin embargo, los tribunales dieron crédito a las argumentaciones y probanzas del marido y se retiró la sonda. • Se tuvo por cierto que la paciente era irrecuperable y que la representación legal de la Sra. Schiavo correspondía a su marido y por lo tanto, que en su calidad de tal sus argumentaciones eran razonables. • En respuesta a lo anterior, la Cámara de Representantes aprobó una ley de urgencia que permitió a la madre de Schiavo acudir a la justicia para lograr que su hija fuera reconectada a un tubo alimentario. • Marzo 30-2005: El Tribunal Federal de Apelaciones de Atlanta aceptó una nueva demanda de los padres de Terri para revisar todos los informes médicos del caso, pero, pocas horas después, rechazó la petición disipando, el último resorte judicial para mantenerla con vida. • Marzo 31-2005: Terri Schiavo fallece en un hospital para enfermos terminales de Pinellas Parak (Florida), 14 días después de que se le retirara la sonda. • Su deceso se produjo 14 días después de ser desconectada, por orden judicial, de la sonda que la alimentaba. La paciente permaneció 15 años en estado vegetativo. El presidente Bush, uno de los promotores de la ley que permitió la apelación, señaló en una conferencia: En casos de incertidumbre, «como éste, nuestra sociedad, nuestras leyes y nuestros tribunales deben dar preferencia a la vida». Epílogo. Hasta aquí los hechos. La evaluación del caso a la luz del derecho plantea diversas interrogantes y profundas refutaciones jurídicas; en efecto, es claro que en este caso, no se trataba de una paciente terminal, se trataba de una paciente que ameritaba cuidados especiales, bastante onerosos y tenía mal pronóstico. Luego entonces, la resolución judicial del caso supone la progresión del proceso histórico al que nos hemos referido líneas atrás; en efecto, los Estados Unidos transitan hacia la tercera etapa: aceptación de la posibilidad de renunciar a 36 vivir en razón de enfermedades incurables aun en el evento de no tratarse de enfermos terminales. Sin embargo, lo más delicado del asunto es que la argumentación jurídica que fue aceptada por los tribunales, aun para el derecho norteamericano es cuestionable, en efecto: a.) Partieron de una solicitud del representante legal que, además, y por más que se argumente en contrario resultaba beneficiario de la resolución. Y cuando menos debía ser cuestionado acerca de los motivos personales que sin duda incidieron en su reclamación judicial. b.) Se tomó en cuenta una suerte de consentimiento presunto, pues sin duda era cierto que la Sra. Schiavo no querría haber vivido así. Al efecto vale decir ¿quién habría querido vivir así? (Luego entonces, este supuesto argumento, no lo es.) En la arena judicial, el litigio versaba más sobre quién debía representar a la paciente, lo cual no deja de ser un absurdo, pues el asunto debió ser visto primero en interés de la paciente y no de los terceros que rodeaban el caso, por más derechos que existieran a su favor. En esos términos, el fallo resulta profundamente cuestionable, pues terminó en una sentencia absurda, que sirve de precedente para casos similares y permitirá a terceros evadir obligaciones familiares, cuando se trataba de un asunto que, en términos de justicia, debió haberse resuelto de una manera mucho más sencilla, es decir: a.) Mediante la disolución del vínculo conyugal a fin de permitir al marido enfrentar sus nuevas obligaciones familiares. 33 b.) Mediante la protección de la paciente, y c.) Mediante el otorgamiento de la custodia a quien ofrecía hacerse cargo de la paciente. Huelgan los comentarios, lo que resulta preocupante para el jurista es que en la especie, un tribunal desoyó la reclamación incluso de los poderes legislativo y judicial que se postularon en contra de tan discutible decisión. Sin duda hay mucho en qué pensar. La vida humana es, siguiendo a Recaséns y a Ortega y Gasset, la realidad donde se dan todas las demás realidades, es el fundamento desde el cual todo lo demás cobra sentido y es explicado; por lo tanto resulta un contrasentido y una negación restar valor a la vida humana, privilegiando un valor que no es sino instrumental para la vida misma, en tanto existencia. Ciertamente, es necesario ponderar las circunstancias en que se da la vida, sin embargo, no por ello es sustentable extrapolar la cuestión hasta la negación del principio. 33 Por más que para algunos pudiera haberse calificado de no ético. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Casa Madrid, O. Por su parte, Pelayo García Sierra, en su diccionario filosófico refiere: Es un error casi infantil proceder como si un principio ético pudiese ser aplicado con abstracción absoluta de todos los demás principios o normas morales. Quien esto escribe termina estas líneas con la siguiente reflexión: Para llegar a la unidad tenemos que encontrar la integración, siempre hemos visto la dualidad como una cosa normal, y por tal motivo no tenemos sino sufrimiento. SEMINARIO SOBRE PREVENCIÓN DEL CONFLICTO DERIVADO DEL ACTO MÉDICO 2006 OBJETIVO GENERAL Analizar la vinculación de los principios éticos y legales en la regulación de la práctica de la medicina, y su influencia sobre la Lex Artis como fundamento para comprender la génesis de los conflictos derivados del acto médico, los mecanismos para solucionarlos y los mecanismos para prevenirlos. TEMARIO 1. Acto médico y génesis del conflicto 2. Comunicación y la relación médico paciente (resultados de CONAMED). 3. Ética y Derecho Sanitario 4. Normatividad aplicable a la medicina 5. Expediente clínico y consentimiento informado 6. Recomendaciones de enfermería 7. Recomendaciones de odontología 8. Modelos de comunicación en la relación médico paciente 9. Métodos alternos de solución de controversias 10. Modelo CONAMED DIRIGIDO A Médicos, abogados, odontólogos y personal de salud a nivel licenciatura titulados. TITULAR Dr. Jorge Manuel Sánchez González INFORMES COMISIÓN NACIONAL DE ARBITRAJE MÉDICO (CONAMED), http://www.conamed.gob.mx Dirección General de Difusión e Investigación. Mitla 250 esquina eje 5 sur Eugenia, 8º piso. Col. Vertíz - Narvarte. Teléfonos: 5420 7147, 5420-7148, 5420 7003, 5420 7103 y 5420 7093. Correo electrónico: [email protected] , [email protected] Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 37 Caso CONAMED CONAMED Case Síntesis de la Queja Los familiares de la paciente presentaron inconformidad en contra del personal médico manifestando que no diagnosticaron la enfermedad y retardaron el tratamiento, lo que originó su deceso. Resumen clínico 6 de junio de 2002, Oncología consulta externa, primer hospital: Femenino de 26 años de edad, acude por aumento de volumen en mama derecha, progresivo, de un mes de evolución, sin dolor ni secreciones. Otro facultativo tomó biopsia incisional el mes pasado, reportándose adenosis esclerosante. Exploración física: masa que abarca toda la glándula mamaria derecha, dura, móvil, no dolorosa, sin adenomegalias; mama izquierda pequeña, sin alteraciones. Ultrasonido mamario y mastografía muestran mayor densidad. Plan: mastectomía total derecha, biopsia transoperatoria, disección de axila derecha y colocación de prótesis. Se solicitan estudios preoperatorios y valoración por cirugía reconstructiva. 7 de junio de 2002, Cirugía plástica, estética y reconstructiva: Programada para mastectomía subcutánea. Exploración física: tumor en mama derecha de 9 centímetros de diámetro que ocasiona asimetría mamaria. Se sugiere colocación de implante de gel de silicón submuscular. Preoperatorios en parámetros normales. 9 de junio de 2002, Nota operatoria: Diagnóstico preoperatorio: tumor mamario derecho. Diagnóstico postoperatorio: tumor Phyllodes de mama derecha. Estudio transoperatorio diferido. Cirugía realizada: mastectomía 38 subcutánea derecha, disección baja de axila derecha, colocación de implante mamario submuscular derecho. Indicaciones: Ayuno, vendaje, soluciones parenterales y analgésico. 10 de junio de 2002, Nota de evolución: Signos vitales estables, iniciar dieta blanda, retirar soluciones y medicamentos intravenosos; analgésico oral, prealta. 11 de junio de 2002, Nota de egreso: Evolución satisfactoria, asintomática. 14 de junio de 2002, Reporte de estudio histopatológico: a) Imagen extrema de adenosis esclerosante, no se descarta carcinoma. b) Fibrosis inespecífica. c) Tejido fibroadiposo inespecífico. Diagnóstico: Tejido mamario con acentuado cambio proliferativo, epitelial y estromal, posible adenosis esclerosante. Se informó en el acto quirúrgico posible tumor Phyllodes sin clasificar grado y sin descartarse carcinoma. 15 de junio de 2002, Cirugía plástica, estética y reconstructiva: Evolución satisfactoria, dolor en área quirúrgica, edema moderado, sin datos de sangrado activo ni hematomas, herida quirúrgica sin datos de infección. Se retiran puntos parciales de sutura, continúa con antibióticos, analgésicos, vendaje y reposo. Cita en una semana. 19 de junio de 2002, Oncología, consulta externa. Se solicita revisión de laminillas. 20 de junio de 2002, Reporte de estudio histopatológico:Descripción microscópica.- Tejido mamario en el cual se aprecian extensas áreas de adenosis esclerosante, focos de hiperplasia florida, en algunas áreas hiperplasia atípica focal del epitelio ductal. Diagnóstico: adenosis esclerosante; adenosis florida; hiperplasia atípica focal del epitelio ductal. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 22 de junio de 2002, Cirugía plástica, estética y reconstructiva: Disminución del edema, implante sin alteraciones. Refiere que la prótesis está más grande, se explica que se debe al edema, pues el implante descenderá para tomar forma natural. Se retiran puntos totales de sutura, se cita a revisión en un mes. 25 de junio de 2002, Reporte de estudio histopatológico: Descripción microscópica.- Tejido mamario en el cual se aprecia extensas áreas de adenosis esclerosante, focos de hiperplasia florida, en algunas áreas hiperplasia atípica focal del epitelio ductal. Diagnóstico: adenosis esclerosante; adenosis florida; hiperplasia atípica focal del epitelio ductal. Reporte de revisión de laminillas: Descripción microscópica.- Proliferación de células mioepiteliales marcada fibrosis, patrón pseudo infiltrativo y focos de hiperplasia severa del epitelio de los conductos, no pueden determinarse los márgenes quirúrgicos. Diagnóstico.- Alteraciones compatibles con adenosis esclerosante e hiperplasia severa del epitelio ductal. 26 de junio de 2002, Oncología consulta externa: Cicatríz en vías de consolidación, buen estado general. La revisión de laminillas reporta alteraciones compatibles con adenosis esclerosante e hiperplasia severa del epitelio ductal con foco de hiperplasia atípica. 3 de julio de 2002: Asintomática, evolución satisfactoria, cierta asimetría mamaria, mama izquierda pequeña. 20 de julio de 2002, Cirugía plástica, estética y reconstructiva: Implante suave al tacto, consistencia normal, movilización del brazo derecho en parámetros normales. Se indican ejercicios y masajes sobre el implante, así como cuidados generales. Valoración cada seis meses. 3 de agosto de 2002, oncología, consulta externa: No asistió a la cita. 17 de agosto de 2002: Asintomática, se palpa zona de induración periareolar en mama derecha; sin adenomegalias, signos vitales estables. Se indica antiinflamatorio. 31 de agosto de 2002, Oncología, consulta externa: No asistió a su cita. 27 de septiembre de 2002, Oncología, consulta externa: Enrojecimiento en mama derecha, se palpa zona nodular que involucra complejo areola-pezón y se extiende hacia línea media, paraesternal derecha. Sin adenomegalias, prótesis en parámetros normales. Se explica a la paciente y familiares que requiere nueva cirugía, pues presenta recurrencia tumoral. Se solicita resonancia magnética de tórax. 4 de octubre de 2002, Cirugía plástica, estética y reconstructiva: Nódulos a nivel de cicatriz quirúrgica. Exploración física: tumoración dura, no dolorosa, bordes indefinidos, involucra complejo areola-pezón, el cual está fijo y retraído, la tumoración infiltra tejido de la parte central, cuadrante inferointerno y cuadrante superointerno de la mama, llegando hasta la línea esternal media. Implante debajo de la tumoración, rechazado hacia arriba. No adenomegalias axilares. Se trata de recidiva del tumor, se indica acudir a oncología. 5 de octubre, 2002, Oncología: Se solicita tomografía. 9 de octubre de 2002, Reporte de tomografía computada de tórax: Datos compatibles con mastectomía derecha y prótesis. Cambios cicatrizales fibróticos en porción anterior, cerca de línea media paraesternal derecha, podría asociarse a cambios postquirúrgicos vs recidiva. Sin datos de crecimiento ganglionar mediastinal; ganglios axilares derechos; quiste mamario izquierdo. (sin fecha) Oncología: Se solicitan preoperatorios, pues es necesaria nueva cirugía. 10 de octubre de 2002, Oncólogo particular: Ocho meses de evolución con aumento de volumen rápidamente progresivo de mama derecha. Realizaron varias biopsias y mastectomía subcutánea con colocación de prótesis; evolución tórpida con área paraesternal multinodular y pétrea, fija a plano profundo, desplazamiento de la prótesis hacia axila por presencia de masa. Se envían reportes de patología, bloques de parafina y laminillas para su estudio. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 13 de octubre de 2002, Reporte de estudio histopatológico realizado en medio particular: Diagnóstico.- Carcinoma lobular infiltrante de células grandes (tipo B) con áreas de variante histiocitoide. Márgenes quirúrgicos y tamaño del tumor no evaluable. Las biopsias examinadas presentan carcinoma infiltrante de células grandes variante lobular. Azul alciano positivo en forma multifocal en células neoplásicas. Resumen clínico del segundo hospital: Asistió por primera vez el 19 de octubre de 2002, con múltiples nódulos sobre prótesis en mama derecha, duros, irregulares, levemente dolorosos, eritema del 50% de la piel de mama. La prótesis evidentemente asimétrica, pues no correspondía al volumen mamario original, ni era estéticamente aceptable. La impresión diagnóstica fue cáncer de mama derecha no clasificable, probable N3 por actividad en cadena mamaria interna. Se solicitó valoración inmediata para tratamiento adyuvante. Se propuso radioterapia posterior a quimioterapia. El resultado de revisión de laminillas fue carcinoma lobulillar infiltrante tipo clásico moderadamente diferenciado (grado II histológico) con permeación linfática sin necrosis, receptores estrogénicos positivos en 80% del tejido neoplásico. Receptores de progesterona y C-ERB-2 negativos. Bordes de sección quirúrgica no valorables. Sin cortes de ganglios linfáticos. Recibió quimioterapia de cuatro ciclos, posteriormente radioterapia; se realizó retiro de prótesis, luego recibió cuatro ciclos de quimioterapia. Continuó hormonoterapia (Tamoxifeno). El 1° de octubre de 2003 presentó vértigo, náusea y vómito, ingresando al hospital; se realizó tomografía, identificándose metástasis cerebral en región periventricular izquierda con edema perilesional en contigüidad con el asta occipital izquierda. Fue valorada por neurocirugía estimándose que dada la localización, no era candidata a resección 39 total por riesgo de déficit neurológico importante, motivo por el cual se inició radioterapia; sin embargo, debido a deterioro neurológico y del estado general, sólo pudo ser tratada con medidas antiedema, sin respuesta alguna, fue valorada por clínica del dolor y medicina interna, continuando con deterioro neurológico, sin respuesta al manejo médico, falleciendo. Análisis del Caso Para el estudio del caso se estiman necesarias las siguientes precisiones: Atendiendo a la literatura especializada, el cáncer mamario es la segunda neoplasia más frecuente en la mujer mexicana y ocupa la segunda causa de muerte por cáncer. Su frecuencia se ha incrementado en los últimos años, sobre todo en el grupo de mujeres menores de 65 años, siendo la edad promedio de presentación 52 años. La bibliografía reporta algunos factores de riesgo para padecer la enfermedad, entre ellos: herencia, nuliparidad, primiparidad tardía, historia menstrual prolongada, uso de radiación ionizante, terapia hormonal de reemplazo a dosis alta y por tiempo largo, sin embargo, sólo un bajo porcentaje de mujeres que desarrollan la enfermedad los presentan. Dentro de las manifestaciones clínicas es fundamental la presencia de tumoración en glándula mamaria, la cual generalmente es detectada por la paciente, otros síntomas menos frecuentes son: salida de secreción sanguinolenta a través del pezón y adenopatía axilar ipsilateral. No todos los cánceres de mama tienen la misma historia natural, pues existen algunos, sobre todo en la mujer joven, en donde son tumores indiferenciados que por lo general carecen de receptores hormonales de estrógenos y progesterona en las células cancerosas y pueden ser tumores más agresivos. Ante la sospecha clínica de la enfermedad, la exploración física realizada en forma minuciosa, puede aportar datos relevantes, así mismo, el examen 40 clínico debe complementarse con estudios de imagen, entre ellos: mastografía y ultrasonografía mamaria. Es importante antes de cualquier procedimiento terapéutico etapificar la enfermedad conforme a la clasificación TNM (tumor, ganglios linfáticos regionales, metástasis distantes) de la AJCC (American Joint Committee on Cáncer) y tener documentado el diagnóstico con estudios cito e histopatológicos, pues el tratamiento debe instituirse atendiendo a la etapa clínica y al estado de salud general de la paciente. Los tratamientos que deben emplearse para su manejo son en general de dos tipos: los que buscan controlar la enfermedad, y aquellos que sólo ayudan a sobrellevar el padecimiento, estos segundos son considerados paliativos. En el presente caso, la paciente asistió a consulta por aumento de volumen en mama derecha; oncología propuso mastectomía total derecha. En efecto, la nota médica del 6 de junio de 2002, señala que la masa abarcaba toda la mama, era dura, no dolorosa, no fija y sin retracciones en piel o pezón, ni adenomegalias. Así mismo, dicha nota señala que otro facultativo efectuó biopsia incisional reportándose adenosis esclerosante, así como realización de ultrasonido mamario y mastografía, los cuales sólo mostraban mayor densidad. Por lo anterior, se informó a la paciente la necesidad de realizar mastectomía total derecha, solicitando estudios preoperatorios e interconsulta a cirugía plástica para colocación de prótesis. En ese sentido, el personal de oncología incurrió en mala práctica al incumplir sus obligaciones de medios de diagnóstico y tratamiento, pues decidió efectuar el procedimiento terapéutico sin antes confirmar la naturaleza (benigna o maligna) del tumor; es decir, la paciente presentaba tumor que sustituía la mama derecha, de consistencia dura, según lo señala la nota, así como resultado de biopsia realizada por otro facultativo, reportada como mastopatía fibroquística y adenosis esclerosante. Por ello, era necesario que antes de plantear el tratamiento, se confirmara el tipo de patología que presentaba la enferma, teniendo en cuenta las características clínicas del tumor y que la primera biopsia no fue realizada por oncólogo, siendo indispensable establecer el diagnóstico, y en su caso, etapificar la enfermedad, antes de efectuar cualquier procedimiento terapéutico. Pese a lo anterior, el personal de oncología se concretó a efectuar mastectomía subcutánea derecha, sin haber realizado antes de ello, procedimiento alguno para establecer el diagnóstico e indicar el tratamiento correspondiente. Cabe mencionar, que ante la duda clínica, es aceptado realizar nueva biopsia. En este caso, no se efectuó biopsia confirmatoria, ni se indicó revisión de laminillas de la biopsia efectuada por otro facultativo, de manera previa a la cirugía, situación que era indispensable para establecer el tipo de tratamiento que el caso ameritaba. Esto es un elemento de mala práctica, pues el personal de oncología incumplió con sus obligaciones de diligencia en el diagnóstico y tratamiento de la paciente. A mayor abundamiento, todo indica que el tumor que presentaba la enferma, de manera previa a la cirugía correspondía a etapa clínica IIB como etapa mínima, siendo evidente que no se estudió suficientemente a la paciente para brindar el tratamiento que el caso ameritaba, pues se intervino quirúrgicamente, como si se tratara de proceso tumoral benigno, realizando mastectomía subcutánea con colocación de prótesis para sustituir volumen. Atendiendo a la nota operatoria del 9 de junio de 2002, durante la mastectomía el estudio transoperatorio fue diferido, y pese a ello, continuaron la cirugía. Así mismo, según demostró el reporte de estudio histopatológico del 14 de junio de 2002, se informó durante el acto quirúrgico la posibilidad de tumor Phyllodes sin clasificar grado y sin descartar carcinoma. Lo anterior, es un elemento más para tener por Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 cierta la mal praxis, pues ante el diferimiento del estudio histopatológico transoperatorio y la posibilidad diagnóstica mencionada, se debió suspender la cirugía para esperar el reporte histopatológico definitivo y estar en condiciones de establecer el plan de tratamiento que el caso ameritaba, pues no se descartaba cáncer; empero, se continuó la intervención quirúrgica, efectuándose mastectomía subcutánea derecha, disección baja de axila y colocación de implante mamario submuscular derecho. En el mismo sentido, el citado reporte de estudio histopatológico, es concluyente para demostrar que la proliferación del epitelio atípico se extendía hasta los bordes de resección, lo cual indica que durante la intervención quirúrgica no se cercioraron que los márgenes quirúrgicos estuvieran libres de tumor. De igual manera, los reportes del 25 de junio y 13 de octubre de 2002, aportan elementos para sustentar tal hecho. Por cuanto hace a la prótesis mamaria colocada a la paciente durante la cirugía, quedó demostrado que era de mayor tamaño en relación a la mama izquierda, según la información aportada por el segundo hospital, pues entre otras cosas, el resumen de dicho nosocomio señala que la prótesis evidentemente era asimétrica, no correspondía al volumen mamario original y no era estéticamente aceptable. Más aún, la nota del 3 de julio de 2002, elaborada por el personal demandado, confirma que existía asimetría mamaria. En esos términos, quedó demostrada la mala práctica, por cuanto a este rubro se refiere, pues indebidamente colocaron prótesis mamaria, dada la falta de precisión diagnóstica y el diferimiento del estudio histopatológico transoperatorio, además que la prótesis ni siquiera se ajustaba a los requerimientos de la paciente. La nota de evolución del 19 de junio de 2002, señala que se solicitó revisión de laminillas; sin embargo, los estudios histopatológicos realizados no modificaron sustancialmente el citado diag- nóstico; el reporte del 20 de junio de 2002, señala como diagnóstico adenosis esclerosante, adenosis florida e hiperplasia atípica focal del epitelio ductal. De igual forma, el reporte del 25 de junio de 2002, establece este diagnóstico. Por su parte, el reporte de revisión de laminillas del 25 de junio de 2002, establece como diagnóstico: alteraciones compatibles con adenosis esclerosante e hiperplasia severa del epitelio ductal. Así las cosas, la paciente asistió a consulta el 26 de junio de 2002, la nota de evolución señala que presentaba cicatriz en vías de consolidación, buen estado general y que la revisión de laminillas reportó alteraciones compatibles con adenosis esclerosante e hiperplasia severa del epitelio ductal con foco de hiperplasia atípica. De igual forma, la nota de evolución del 17 de agosto de 2002, reporta que la paciente estaba asintomática, palpándose zona de induración periareolar en mama derecha; sin adenomegalias. En esos términos, los facultativos demandados nuevamente incumplieron con sus obligaciones de medios de diagnóstico y tratamiento, pues se concretaron a indicar antiinflamatorio, sin buscar la causa de la patología que presentaba la paciente. En la consulta del 27 de septiembre de 2002, la paciente presentaba infiltración de piel; en efecto, la nota reportó enrojecimiento y nódulos a nivel de la cicatriz, estimando los demandados que se trataba de recurrencia tumoral, la cual debía ser tratada mediante cirugía. Luego entonces, es evidente que nunca refirieron la necesidad de efectuar biopsia de los nódulos o de la piel para confirmar que se trataba del proceso descrito, sin embargo se estimó que la paciente presentaba recurrencia tumoral; es decir, datos de proceso maligno. Lo anterior, confirma la mala práctica, pues con tal aseveración en las notas médicas, se reconoce que el proceso original que presentaba la paciente era maligno. Así las cosas, fue necesario que la paciente Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 consultara otro facultativo, quien envió reportes de patología, bloques de parafina y laminillas para su estudio, lo cual estaba plenamente justificado ante el cuadro clínico de la paciente. Tal actuación permitió establecer el diagnóstico de carcinoma lobular infiltrante, según lo demostró el reporte de estudio histopatológico del 13 de octubre de 2002, el cual es concluyente al señalar que la paciente presentaba carcinoma lobular infiltrante. Cabe mencionar, que el citado reporte, señala que las biopsias examinadas presentaban carcinoma infiltrante de células grandes variante lobular. El citado estudio, aunado a las laminillas aportadas para el estudio del caso, demostraron la mala práctica en que incurrieron los demandados, pues la enferma presentaba cáncer mamario desde el inicio de su atención, el cual no fue debidamente diagnosticado. Abundando sobre este rubro, si bien es cierto que existió dificultad diagnóstica, también es cierto que ante la duda, los demandados debieron tomar las medidas necesarias para cerciorarse del mismo, situación que omitieron. Contrariamente del estudio del caso se desprende, que pese a que el reporte del 14 de junio de 2002 establece que no se descartaba carcinoma y que el reporte del 25 de junio de 2002 reportó hiperplasia atípica, no se insistió en la precisión diagnóstica, máxime que la evolución de la paciente hacía sospechar malignidad. Dicho en otros términos, desde el estudio histopatológico inicial no se integró debidamente el diagnóstico; se difirió el estudio histopatológico transoperatorio y en el reporte del 14 de junio de 2002, se estableció que no se descartaba carcinoma, empero, no realizaron procedimiento alguno para buscar mayor precisión diagnóstica. Por su parte, en la revisión de laminillas del 25 de junio de 2002, tampoco se integró debidamente el diagnóstico y pese a que se reportó hiperplasia atípica, tampoco se buscó mayor precisión diagnóstica, esto a pesar de que la evolución de la paciente no era satisfactoria. 41 Después de la confirmación del diagnóstico por los facultativos que atendieron a la paciente de manera subsecuente, en el segundo hospital se valoró a la enferma estableciendo que se trataba de carcinoma lobulillar infiltrante de mama derecha etapa mínima IIIB, N3, M0, por ello fue manejada con quimioterapia y radioterapia, efectuándose retiro de prótesis; sin embargo, pese al tratamiento establecido presentó metástasis cerebral en región periventricular izquierda, estimándose que debido a la localización no era candidata a tratamiento quirúrgico por riesgo de déficit neurológico importante, por ello fue tratada mediante radioterapia, empero, presentó deterioro del estado neurológico, así como del estado general, sin respuesta al manejo médico, ocurriendo su fallecimiento. Apreciaciones Finales • • El personal demandado incumplió con sus obligaciones de medios de diagnóstico y tratamiento, pues la paciente presentaba carcinoma desde el inicio de su atención. Existió mala práctica a cargo de los facultativos demandados, sin • embargo, la defunción de la paciente se debió al cáncer mamario que presentaba. No existió relación causal entre la mal praxis y el deceso de la paciente, pues este último fue a consecuencia de la historia natural de la enfermedad. Agradecimiento A la Dra. Maria del Carmen Dubon Peniche, de la Dirección General de Arbitraje por la elaboración del presente análisis. Referencias Bibliográficas • Winchester DP .Cáncer mamario en mujeres jóvenes. Clin Quirur NA 1996; 2:275-283. Mc Graw-Hill Ed Interamericana. • Rodríguez-Cuevas S. Macias M CG, Labastida AS. Cáncer de mama en México ¿Enfermedad de mujeres jóvenes? Gin Obstet Méx 2000; 68: 185-190. • Rodríguez Cuevas S. Macias M CG, Labastida AS. Breast Cancer in mexican women a decada before Woman in the USA or European countries. Cancer 2001; 91 (4): 863-868. • American College of Radiology (ACR) Breast Imaging Reporting and data system (BI-RADS STM) 3a. ed Reston (VA); ACR 1998. • Venta A L. Mamografía Intervención e Imagen. Capítulo 4. Tumores Infiltrantes p 81-84 Lippincott Williams & Willkins: Philadelphia, 2000. • AJCC Cancer Staging Manual 6a ed. American Committee on Cancer. Spring 2002. • Bland KI, Copeland EM. La mama. Tomo 2, capítulo 94. Panamericana: México: 2000. P:1609-1652. • Simpson J, Wilkins EJ. Anatomía patológica de los tumores mamarios. En: Bland KI, Copeland EM. La mama. Tomo 2, capítulo 13. Panamericana: México, 2000. p: 292-293. • Rosen PP. Oberman HA. Tumors of the mammary gland. Armed Forces Institute of Pathology: Bethesda Maryland, 1993. • Tavassoli F. Pathology of the Breast. Second Edition. Mc Graw Hill: Hong Kong, 1992. 42 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 Noticias CONAMED CONAMED News X SIMPOSIO CONAMED Durante el 30 de junio y 1º de julio del presente año la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, llevó a cabo en el Auditorio Nanahuatzin del Instituto Nacional de Rehabilitación el Décimo Simposio CONAMED, con un tema toral en boga, para mejorar la calidad de los servicios de salud: “El Error Médico y la Seguridad del Paciente”. Los objetivos planteados para este evento se resumen en las siguientes líneas: Considerando que en la medicina como en todas las actividades humanas ocurren errores involuntarios. Es importante que este aspecto sea considerado al analizar objetivamente el error médico, para que sea entendido y aceptado en su verdadera dimensión por los propios médicos y por los pacientes en general. El tema del error y la inseguridad debe abordarse con profundidad y honestidad. En los últimos años hemos estado inmersos en un cambio importante sobre la visión del error médico, habiéndose iniciado un proceso sistematizado para su detección, corrección y prevención. La seguridad en la atención de los pacientes es un aspecto prioritario en el funcionamiento de todo sistema de salud y tiene implicaciones directas en su atención. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 43 Para la construcción de un sistema de atención seguro es necesario analizarlo objetivamente para encontrar solución a los distintos determinantes del error. Es por lo anterior que los temas tratados estuvieron relacionados con el análisis de las causas más frecuentes de errores en la práctica diaria. La inauguración del evento estuvo presidida por el Secretario de Salud Dr. Julio Frenk Mora, compartiendo el presidium con el Dr. Carlos Tena Tamayo, Comisionado Nacional de Arbitraje Médico, el Dr. Manuel Urbina, Subdirector General Médico del ISSSTE, los Doctores Luis Guillermo Ibarra y el Acad. Ángel Porfirio Cervantes Pérez, anfitrión en el Instituto Nacional de Rehabilitación y Presidente de la Academia Mexicana de Cirugía, respectivamente, así como el Dr. Jacobo Finkelman, Representante en México de la OPS/OMS. Estuvieron también presentes directivos y funcionarios del Sector Salud, algunos Comisionados Estatales de Arbitraje Médico, y Presidentes de los diferentes Consejos y Asociaciones de Especialidades Médicas. Durante el desarrollo del evento académico, los profesores invitados, todos de reconocido prestigio en México, España, Chile y Estados Unidos, expresaron sus posiciones respecto de los temas relacionados con la detección, corrección y prevención del error médico y la mejora constante en la seguridad del paciente, ponencias que pondremos a su disposición en el próximo número de ésta revista. Se contó con la asistencia de los representantes de las Comisiones Estatales de Arbitraje Médico, así como de miembros de varias facultades y escuelas de medicina, de profesionales en enfermería, odontología y demás disciplinas afines. La experiencia acumulada durante el desarrollo de los temas del programa, sin duda acrecentará el conocimiento en ésta área de la salud que poco se ha tratado en los niveles de formación de profesionales de la salud. Oportuno resulta mencionar el interés y la reflexión que los temas abordados generaron en el público asistente, así como a quienes siguieron el evento en tiempo real en diferentes latitudes por la WEB Internet, gracias al apoyo invaluable de la UNAM a través de la Facultad de Medicina y la Dirección General de Servicios de Cómputo Administrativo. 44 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 PRIMER CURSO - TALLER EN HABILIDADES COGNITIVAS PARA LOS PROCESOS DE CONCILIACIÓN La primera semana del pasado mes de julio se celebró el Primer CursoTaller en Habilidades Cognitivas para los procesos de conciliación, organizado por la CONAMED y dirigido a personal conciliador de controversias suscitadas por la prestación de servicios de atención médica. Tuvo como propósito coadyuvar en el proceso de formación de los conciliadores en procesos de atención de quejas médicas, para responder a este perfil que buena parte se construye con el desarrollo de habilidades cognitivas y la introspección que lleva al autoconocimiento, con el fin último de incidir en una óptima resolución de los conflictos. El curso fue organizado como una respuesta a una necesidad latente de instancias análogas a la CONAMED: el personal conciliador de controversias suscitadas por la prestación de servicios de atención médica ha desarrollado en forma empírica las técnicas necesarias para la atención de las quejas médicas, pues hasta la fecha no se cuenta con un centro de capacitación acorde con sus necesidades específicas. Aunado a ello, existen en el mercado cursos relativos al tema carentes de la experiencia adquirida por los servidores públicos de esta Comisión Nacional. Asistieron 30 personas, de 10 Comisiones Estatales de Arbitraje Médico, del Sindicato Médico del Uruguay, del Centro Asistencial del Sindicato Médico del Uruguay, así como de esta Institución. Al final del curso se les entregó un reconocimiento con valor curricular emitido por la CONAMED como Centro de Educación Continua de la Facultad de Medicina de la UNAM. De lo plasmado en las evaluaciones del curso, se observó la satisfacción de los participantes con los resultados obtenidos ya que fueron superadas sus expectativas al tratarse de un evento que atendió integralmente los procesos de formación mediante esquemas teóricos y prácticos. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 45 THE BRITISH MEDICAL JOURNAL (BMJ) PUBLICÓ EL ARTÍCULO: MALPRACTICE IN MEXICO: ARBITRATION NOT LITIGATION En su edición del 20 de agosto pasado, la revista médica The British Medical Journal (BMJ) publicó en sus páginas un artículo de los médicos mexicanos Carlos Tena Tamayo (actual Comisionado Nacional de Arbitraje Médico) y de Julio Sotelo (ex consejero de la CONAMED y actual director del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía), sobre el modelo mexicano de arbitraje médico. La revista BMJ es publicada semanalmente en el Reino Unido por la Asociación Médica Británica, es una de las revistas médicas de mayor impacto para la difusión del conocimiento científico, con una enorme influencia en la formación del criterio en los médicos del mundo. Recibe anualmente más de seis mil artículos para revisión y tras una rigurosa selección, publica apenas 9 por ciento de ellos. En su formato digital, cada semana acceden alrededor de 1.5 millones de personas interesadas en la socio medicina. El artículo en mención describe que en México se ha desarrollado, a través de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, un sistema alternativo de solución de conflictos entre médicos y pacientes que se ha vuelto un modelo a seguir en América Latina, y con la publicación se piensa generar interés en otros países. Dicho modelo mexicano de arbitraje médico forma parte de una estrategia para cumplir dos de las expectativas de mayor demanda social de la medicina moderna: retomar su humanismo y mejorar la calidad de los servicios. El modelo planteado por la CONAMED cuenta además con un alto índice de satisfacción tanto por parte de los pacientes como de los médicos que deciden someter sus diferencias ante la institución, y al mismo tiempo el proceso resulta más rápido y más barato en comparación con un litigio llevado en la vía judicial. Dicho modelo para solución de conflictos se basa, como es conocido en México, en la conciliación y el arbitraje médico, que promueve restaurar la confianza en la relación médicopaciente. El artículo in extenso, que incluye al detalle lo antes mencionado, lo puede consultar en el domicilio electrónico de la revista British Medical Journal en el siguiente URL: http://bmj.bmjjournals.com/ cgi/content/extract/331/7514/448 British Medical Journal 2005; 331; 448-451 46 Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 REPORTE DE ERRORES MÉDICOS CONAMED invita al gremio médico a reportar los errores médicos, en forma anónima y confidencial para que juntos construyamos un sistema interactivo de información y se reconozca al error como insumo para una mejor práctica profesional en beneficio de los pacientes. Se ha puesto en marcha a través de la página de la CONAMED, http://www.conamed.gob.mx, la Unidad de Reportes anónimos del Error del Acto Médico, en donde los integrantes del equipo de salud pueden ingresar información acerca de los errores en la atención médica, para que sea analizada y posteriormente compartidos los resultados. El propósito del sitio es dar continuidad con el trabajo de identificar los factores que intervienen en la génesis del error, estudiarlos y abatirlos mediante un esfuerzo conjunto, es decir, contar con más insumos que nos ayuden a mejorar la calidad de la atención y la prevención de los fallos. Los reportes servirán también de base para emitir recomendaciones, proponer el rediseño de métodos, procedimientos o protocolos, pero en especial, mejorar la práctica de los profesionales de salud del país y la seguridad de los pacientes. Entre los factores relevantes que generan el error podemos citar: la capacidad instalada en las instituciones, la provisión de suministros, la capacitación de sus recursos humanos, así como factores subjetivos y poco estudiados que influyen en los momentos críticos tales como: la fatiga, insatisfacción, saturación, falta de protocolos y procedimientos, entre otros. El reporte que se realiza es anónimo, confidencial y no implica ninguna consecuencia a quienes estuvieron involucrados, por lo que, no es necesario mencionar nombres de personas ni instituciones, sólo apegarse a la objetividad que el caso requiera. Extendemos la invitación a los equipos de salud en los diversos ámbitos de la medicina, ocupados en reforzar la calidad de los servicios de salud en México, a que participen expresándonos las circunstancias que consideren susceptibles de mejora en el rubro de la salud. Con su experiencia y esfuerzo, allanaremos aún más el camino por recorrer. Revista CONAMED, Vol. 11, Núm. 3, julio - septiembre, 2005 47 FIRMARON CONVENIO LA FEDERACION MEXICANA DE RADIOLOGIA E IMAGEN A. C. Y LA COMISION NACIONAL DE ARBITRAJE MEDICO El pasado 18 de agosto se formalizó el convenio de colaboración institucional entre la Federación Mexicana de Radiología e Imagen, A.C. y la Comisión Nacional de Arbitraje Médico, cuyo objeto está enfocado a establecer acciones conjuntas de promoción y difusión, para la mejora continua en la prestación de los servicios de salud que proporcionen a la población en general los agremiados de Federación. Al acto como firmantes asistieron el Doctor Edgardo Jesús Martínez Menéndez, Presidente de la Federación Mexicana de Radiología e Imagen, A.C. y el Doctor Carlos Tena Tamayo, Comisionado Nacional de Arbitraje Médico, como testigos los Doctores Francisco Jesús Avelar Garnica, Coordinador del Comité de Educación y Jorge Manuel Sánchez González Director General de Difusión e Investigación. Las partes coincidieron y significaron la importancia de la formalización de este tipo de convenios, toda vez que privilegian el respeto y el espíritu de colaboración entre la CONAMED y las diversas Asociaciones y Sociedades que mediante este tipo de instrumentos así lo han expresado.