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Módulo Fascículo Estrategias de reperfusión en el infarto agudo4 de miocardioNº 2 2009 1 Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio Tratamiento fibrinolítico y angioplastia DR. CARLOS D. TAJER1, MTSAC Y DR. ADRIÁN A. CHARASK2, MTSAC ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Contenidos Criterios de selección de los pacientes Criterios cualitativos Presentación clínica La angina de pecho del infarto El electrocardiograma Criterios de selección de la reperfusión en el paciente individual Tiempo desde el comienzo de los síntomas Insuficiencia cardíaca aguda Sexo, diabetes e infarto previo Edad Electrocardiograma Trombólisis en pacientes con depresión del segmento ST Bloqueo de rama izquierda Taquicardia e hipotensión Decisión por juicio clínico Evaluación de la reperfusión miocárdica efectiva Contraindicaciones y riesgo de hemorragias Complicaciones no hemorrágicas de la estreptocinasa Estreptocinasa y t-PA ¿Estreptocinasa o activador tisular del plasminógeno? Nuevas drogas trombolíticas Trombolíticos en bolo, ventajas y desventajas Tratamiento con angioplastia primaria, facilitada y de rescate Angioplastia primaria ¿La angioplastia es preferible al tratamiento con trombolíticos? Angioplastia facilitada Angioplastia de rescate Angioplastia y shock cardiogénico Trombolíticos o derivación para realizar angioplastia ○ Director de la Revista Argentina de Cardiología Jefe de Cardiología del Hospital El Cruce de Alta Complejidad, Provincia de Buenos Aires Jefe de Cardiología del Instituto Alexander Fleming, Ciudad Autónoma de Buenos Aires 2 Jefe de Unidad Coronaria de la Clínica Bazterrica, Ciudad Autónoma de Buenos Aires MTSAC Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Cardiología 1 ○ ○ ○ ○ Continúa Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 2 Angioplastia, trombólisis y demora hasta la reperfusión Tiempo entre utilización de trombolíticos y angioplastia Tiempo de demora en escenarios asistenciales Pericia de los operadores y resultados de la angioplastia Tiempo de traslado Referencias ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Abreviaturas ACC ACV AHA AIT ATC ATC-f ATC-r BRI CK CK-MB ECG Gp IIb/IIIa IAM ○ ○ ○ ○ ○ ICCa n-PA r-PA SAC SCA SCR SK SST TL TNK t-PA vs American College of Cardiology Accidente cerebrovascular American Heart Association Accidente isquémico transitorio Angioplastia coronaria ATC facilitada ATC de rescate Bloqueo de rama izquierda Creatinquinasa CK-fracción MB Electrocardiograma Glicoproteínas IIb/IIIa Infarto agudo de miocardio ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ El reconocimiento de la trombosis coronaria(1) como mecanismo patogénico en la fase aguda del infarto de miocardio (IAM) con ST elevado en la década de los ochenta aportó el fundamento fisiopatológico y racional para su intervención con drogas trombolíticas, con el fin de recuperar el flujo anterógrado en el vaso ocluido. Se desarrollaron los estudios controlados y aleatorizados más grandes de la historia de la cardiología con la incorporación de decenas de miles de pacientes, cuyos resultados demostraron una reducción en la mortalidad del IAM y un riesgo de hemorragias aceptable. La magnitud de estos ensayos ha permitido extrapolar e identificar los diferentes subgrupos de pacientes que se benefician o se perjudican con esta terapéutica y su relación con el tiempo de evolución. Años más tarde, con el mismo objetivo, se incorporó a la práctica asistencial la reperfusión a través de la angioplastia en forma primaria luego de tratamientos parciales, que se denominó facilitada, y frente al fracaso de la trombólisis como procedimiento de rescate. Las drogas trombolíticas reducen un 20% la mortalidad del IAM. Este beneficio que se logra en la fase intrahospitalaria se mantiene en el ○ ○ ○ ○ ○ Insuficiencia cardíaca aguda Lanoteplase Reteplase Sociedad Argentina de Cardiología Síndrome de oclusión coronaria aguda Síndrome clínico de reperfusión Estreptocinasa Supradesnivel del segmento ST Trombolíticos Tenecteplase Activador tisular del plasminógeno (alteplase) Versus ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ tiempo, como lo ha demostrado el estudio GISSI1(2, 3) con un seguimiento alejado a 10 años (Figura 1). Por cada 1.000 pacientes tratados se logran salvar 20 vidas promedio y el beneficio se incrementa a 39 vidas si los pacientes son tratados en la primera hora de comenzados los síntomas. Como veremos luego, el impacto epidemiológico para mejorar la sobrevida se logrará, independientemente de la terapéutica elegida, cuantos más pacientes sean tratados en el menor tiempo desde el comienzo de los síntomas. Las drogas trombolíticas reducen un 20% la mortalidad del infarto. Se salvan 20 vidas por cada 1.000 pacientes tratados y 39 si se administran en la primera hora de los síntomas. En la actualidad, en la Argentina se utilizan en forma indistinta ambos métodos de reperfusión de acuerdo con el tipo de paciente y la disponibilidad del centro. En forma global, según la última encuesta de la Sociedad Argentina de Cardiología(4) (SAC) del año 2005, el 53% de los pacientes que ingresan con IAM son tratados con algún método de reperfusión y esta cifra aumenta al 80% si el paciente ingresa a la unidad coro- Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio naria con menos de 12 horas de haber comenzado los síntomas y elevación del segmento ST. Es probable que estas cifras no representen la realidad argentina, dado que incluyen sólo centros con cardiólogos vinculados a sociedades científicas y actividad académica. Recientemente hemos participado de la publicación de un documento en el que se estima que en la Argentina existe una subutilización de los tratamientos de reperfusión con la consecuente pérdida evitable de miles de vidas.(5) Criterios de selección de los pacientes ___________ Los candidatos a tratamiento de reperfusión deben cumplir con criterios cualitativos, de presentación clínica y electrocardiográficos. Fig. 1. Sobrevida a los 10 años del IAM tratado con estreptoquinasa de acuerdo con la precocidad de administración. Fig. 2. Síndrome de oclusión coronaria aguda (SCA), elevación del ST en la cara anterior con angor de 2 horas de evolución (este paciente presenta además hemibloqueo anterior izquierdo agudo, que sugiere obstrucción proximal de la arteria descendente anterior). 3 Criterios cualitativos 1. Sospecha de IAM: aquellos pacientes que presentan dolor precordial prolongado (mayor de 15 minutos, que no cede con nitroglicerina) sugestivo de angor con menos de 12 horas de evolución desde el comienzo de los síntomas. 2. La presencia de elevación del segmento ST mayor o igual a 1 mm en dos o más derivaciones contiguas o relacionadas (p. ej., AvL y V6) o la presencia de bloqueo completo de rama izquierda. Los criterios cualitativos expresan la mínima condición necesaria para definir el síndrome de oclusión coronaria aguda (SCA) (Figuras 2 y 3). Presentación clínica La angina de pecho del infarto Lo clásico es que la angina de pecho sea prolongada (≥ 15). Por definición, el dolor anginoso es producido por la isquemia miocárdica. A diferencia del dolor asociado con otras patologías en que sólo representa un síntoma y cuyo alivio no cambia la evolución de la enfermedad, en la cardiopatía isquémica en general y en el infarto en particular la desaparición del dolor o su disminución con terapéuticas de reperfusión permiten inferir una detención de la progresión de la isquemia o necrosis miocárdica. En este sentido, se ha establecido una forma sencilla de cuantificar el dolor otorgándole un valor subjetivo de un Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 4 máximo de 10 puntos a la mayor intensidad que refiere el paciente; una reducción a la mitad (5/ 10) o la desaparición del dolor (0/10) se correlacionan con reperfusión miocárdica positiva y mejor sobrevida alejada. En el subgrupo especial de pacientes añosos, sexo femenino y diabéticos, la angina no se presenta en forma típica y debe sospecharse isquemia miocárdica en presencia de síntomas como la disnea transitoria u otros denominados equivalentes anginosos (síncope, fatiga, síntomas digestivos, entre otros). Muchas veces, el dolor está acompañado por síntomas reflejos vasovagales, como náuseas y vómitos, sudoración fría, bradicardia e hipotensión. Es importante para el clínico de guardia pensar frente a estos cuadros en la causa cardíaca y efectuar un electrocardiograma. Esta forma de presentación, habitualmente asociada con los infartos de localización inferior, suele confundirse con patologías abdominales. Para la clasificación actual se consideran el electrocardiograma de ingreso y sus cambios de la repolarización: elevación o depresión del segmento ST, cambios de la onda T. En la evolución ulterior se conservan las nomenclaturas de la era prefibrinolítica, de acuerdo con el grado de compromiso necrótico: infarto tipo Q y no Q. Para este capítulo, el hallazgo clave es la presencia de cambios agudos en la repolarización. La elevación del segmento ST (SST) informa un sufrimiento miocárdico transmural como manifestación de la oclusión aguda de una arteria epicárdica en un territorio que carece de protección miocárdica y que hace necesaria la revascularización para evitar el avance de un frente de onda de necrosis miocárdica. Los pacientes sin elevación del segmento ST con la misma clínica no se han beneficiado con la administración de trombolíticos (TL), de manera que la presencia de SST persistente orienta rápidamente hacia una estrategia de reperfusión inmediata. Los mecanismos fisiopatológicos en los casos sin SST y dolor prolongado son más complejos y heterogéneos. En algunos casos, como la presencia de depresión del segmento ST difuso, puede atribuirse a un desequilibrio oferta-demanda en presencia de coronariopatía grave y la infusión de TL podría tener un efecto perjudicial (Figura 5). Fig. 3. Oclusión de la arteria descendente anterior (DA) a nivel proximal, antes del primer ramo diagonal. El electrocardiograma Es una herramienta simple y de gran utilidad que nos permite establecer el mecanismo fisiopatológico subyacente, la localización del infarto, su extensión y la respuesta al tratamiento de reperfusión. Asimismo, es la llave diagnóstica actual y universal para clasificar los síndromes isquémicos agudos (Figura 4). Fig. 4. Clasificación de los síndromes isquémicos agudos a partir del ECG de ingreso. Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio 5 Criterios de selección de la reperfusión en el paciente individual ___________ Fig. 5. Mortalidad de acuerdo con la localización electrocardiográfica del IAM. Podemos relacionar secuencialmente dos momentos del diagnóstico electrocardiográfico: al ingreso y evolutivo. La mayoría de los infartos que desarrollan ondas Q provienen del grupo con SST, si bien alrededor del 20% de ellos no desarrollan ondas Q. Este porcentaje puede incrementarse si el tratamiento de reperfusión es precoz y los pacientes no tienen Q al ingreso. A su vez, el 10% de los infartos con depresión del segmento ST al ingreso desarrollan ondas Q en su evolución,(6) por lo que hay coincidencia en que sólo es adecuado denominar a los infartos supra ST o no supra ST de acuerdo con el trastorno de repolarización presente al ingreso y tipo Q o no Q en función de la presencia de dichas ondas en la evolución. Finalmente, la presencia de bloqueo completo de rama izquierda nuevo o presuntamente nuevo debe considerarse como un trastorno electrocardiográfico secundario a un infarto con oclusión coronaria completa. Éste es un subgrupo de pacientes de alto riesgo, en el que la trombólisis ha demostrado beneficio. El ECG permite inferir la fisiopatología subyacente del síndrome coronario agudo. El supradesnivel ST indica sufrimiento transmural por oclusión de una arteria epicárdica que requiere reperfusión inmediata y el infradesnivel ST sugiere un desequilibrio entre la oferta y la demanda de oxígeno con una base más heterogénea. Hemos definido que los pacientes con elevación del segmento ST y dolor prolongado en general se benefician con estrategias de reperfusión. La dimensión de los ensayos que evaluaron el beneficio permiten analizar la singularidad de cada paciente e incluso se ha propuesto por Simoons y cols.(7): el tratamiento de reperfusión a medida. Este concepto hace hincapié en la construcción de un modelo para evaluar la indicación del tratamiento de reperfusión para cada paciente considerando el riesgo del cuadro isquémico y los factores que pueden incrementar el riesgo de complicaciones con el tratamiento. Los factores que deben tenerse en cuenta pueden extrapolarse del estudio FTT,(8) en el que se analiza en conjunto la información aportada por las bases de datos de todos los estudios clínicos aleatorizados a TL con más de 1.000 pacientes (un total de 58.600 pacientes), incluido el estudio EMERAS,(9) en el que se encuentran representados los pacientes de la Argentina. Para evaluar cuantitativamente al paciente en el que debemos tomar la decisión de utilizar alguna terapéutica de reperfusión, debemos considerar una serie de variables clínicas: el tiempo desde el comienzo de los síntomas, la presencia de insuficiencia cardíaca, el sexo, infarto previo, diabetes, edad y patrón electrocardiográfico. Con la evaluación de estos parámetros podemos determinar algunos aspectos cualitativos que nos orientarán en la decisión clínica. Tiempo desde el comienzo de los síntomas El tiempo desde el comienzo de los síntomas y la mejora en la sobrevida con el tratamiento tienen una relación lineal, lo que se expresa con claridad en la Figura 6, tomada del estudio FTT, en la que se observa el número de vidas salvadas por cada 1.000 pacientes tratados. Aunque persiste algún beneficio luego de las 12 horas, no alcanza una diferencia significativa, por lo que la ventana de tiempo para el uso de TL se limita a ese intervalo. Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 6 Fig. 6. Vidas salvadas en relación con el tiempo de demora para recibir trombolíticos. CONFERENCIA DR. BARRERO La relación crucial con el tiempo hace que el mejor tratamiento de reperfusión es aquel que se puede administrar al paciente lo antes posible. En la última encuesta de la SAC, la mediana de tiempo desde el comienzo de los síntomas hasta el ingreso de los pacientes a la unidad coronaria fue de 3,5 horas, el 50% de ellos consultaron entre la hora y las 10 horas de haber comenzado los síntomas y el 70% ingresaron en las primeras 12 horas. Dado que la mayor sobrevida se encuentra en los pacientes que pueden recibir el tratamiento trombolítico dentro de la hora de comenzados los síntomas, es de importancia epidemiológica que se instrumenten las medidas que alerten a la población y a los servicios de salud para no demorar la consulta especializada frente a la sospecha de un IAM. La ventana de tiempo establecida en 12 horas, basada en la falta de beneficio significativo en estudios de grandes dimensiones, no debe ser un criterio rígido, dado que la extensión de la necrosis y el tiempo desde el comienzo de los síntomas varía según la forma de presentación del infarto y las características particulares de cada paciente. Muchos pacientes refieren haber tenido angina de más de 24 horas de evolución, pero con frecuencia los dolores han sido recurrentes con períodos de calma, lo que conceptualmente coincide con la hipótesis de oclusiones intermitentes. El ECG representa aquí también una herramienta útil para evaluar el tiempo de evolu- ción del infarto. La ausencia de ondas Q difusas y la presencia de SST con ondas T positivas y QT corto lleva a pensar en la persistencia de la amenaza de avance de un frente de onda de necrosis miocárdica. Por el contrario, aun cuando el ST persista elevado, si las ondas T son negativas y las Q están presentes en la mayor parte de las derivaciones, lo más probable es que ya se haya producido la mayor pérdida de masa miocárdica. En los infartos de localización anterior es habitual observar persistencia del SST por días o semanas e incluso en forma permanente en asociación con aneurismas anteroapicales o áreas discinéticas. Hemos comentado que cuanto mayor es la demora en el tratamiento, menor resultará el beneficio de la reperfusión. El análisis pormenorizado de los motivos de demora desde el comienzo de los síntomas hasta la instauración del tratamiento de reperfusión ha aportado datos relevantes para la adopción de estrategias. La primera etapa es el denominado reconocimiento de los síntomas, o tiempo paciente. Es el tiempo transcurrido entre el comienzo del dolor y la decisión de la consulta al sistema médico. Abreviar ese tiempo no es sencillo, dado que las campañas de alarma sobre la eventual gravedad de un dolor torácico no han tenido una repercusión clara. Desde el momento de la consulta, los tiempos dependen de la agilidad del sistema de salud, denominado tiempos médicoasistenciales. Allí se conjugan todas las barreras burocráticas y profesionales: desde el llamado telefónico hasta la llegada de los médicos que efectuarán el traslado para la atención en guardia, la decisión de efectuar un ECG y la solicitud de una cama en cuidados intensivos o la gestión de un procedimiento en la sala de hemodinamia, previa eventual autorización de la obra social o cobertura médica privada. Corregir estos tiempos requiere un análisis detallado de cada contexto institucional y una actividad permanente de facilitación. Idealmente, el tiempo máximo desde el ingreso a la guardia y el comienzo de la infusión de estreptoquinasa (puerta-aguja) o angioplastia primaria (puerta-balón) no debería superar los 30 minutos para los TL y 90 minutos Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio para la angioplastia. Si la angioplastia se demora más de este tiempo es posible que se pierda la ventaja relativa respecto de la trombólisis, por lo que es conveniente entonces comenzar el tratamiento con TL y luego, si la respuesta clínica es negativa, intentar una angioplastia de rescate. En la Argentina, según el estudio HORIZONS, los pacientes consultan dentro de las 2 horas de comenzados los síntomas. La mayor demora se produce en el traslado al centro de tratamiento. Insuficiencia cardíaca aguda La insuficiencia cardíaca aguda (ICCa) junto con la edad son los principales determinantes del pronóstico inmediato y alejado de los pacientes con IAM. Uno de cada tres pacientes con IAM presentará diferentes grados de falla de bomba. En estos pacientes de alto riesgo es donde las terapéuticas de reperfusión han tenido el mayor impacto clínico. La presencia y el mecanismo presuntivo de la ICCa deben evaluarse con rapidez antes de instaurar el tratamiento de reperfusión. Habitualmente, es secundario a la extensión del miocardio en riesgo o a las condiciones de carga, pero en algunos casos puede deberse a una complicación mecánica que necesite reparación quirúrgica de emergencia. CONFERENCIA DR. KOTOWICZ Salvadas estas complicaciones poco frecuentes en la etapa aguda, el tratamiento de reperfusión ejerce un efecto beneficioso cuanto mayor es el grado de ICCa. En términos de sobrevida, se salvan 60 vidas por cada 1.000 pacientes con shock cardiogénico tratados con TL versus 20 vidas en pacientes sin shock. La angioplastia se considera hoy en día el tratamiento de elección en pacientes con shock, pero si no estuviera disponible, la contribución de la trombólisis es muy significativa y no debe evitarse. Es fundamental evaluar el grado de compromiso hemodinámico que presenta el paciente al ingreso, dado que de acuerdo con ello deberán implementarse las medidas de sostén que correspondan. La simple clasificación de Killip, acuñada en 1967, permite establecer un gradiente 7 entre la prevalencia de insuficiencia cardíaca y la mortalidad del IAM al lado de la cama del paciente. Se denomina Killip 1 en ausencia de ICCa, Killip 2 ante la presencia de estertores crepitantes en ambas bases pulmonares y/o la auscultación de un R3, Killip 3 si el paciente ingresa con edema agudo de pulmón y Killip 4 si presenta shock clínico(10) (Cuadro 1). La insuficiencia cardíaca y la edad son los principales determinantes del pronóstico del infarto. Uno de cada 3 pacientes presentarán algún grado de insuficiencia cardíaca. Sexo, diabetes e infarto previo El sexo es por sí mismo un marcador importante de mortalidad en el IAM. Hemos observado que sobre un total de 1.750 pacientes con IAM de las encuestas de la SAC,(11) las mujeres tienen el doble de mortalidad que los hombres, 17,1% y 8,7%, respectivamente (OR: 2,1; IC 95% 1,5-3; p < 0,00001). Sólo 1 de cada 4 IAM ocurre en mujeres; sin embargo, el 40% de la mortalidad total del IAM en la fase intrahospitalaria la compone el sexo femenino. Sólo un 25% de los infartos ocurre en mujeres, pero en ellas la mortalidad duplica la de los hombres. El estudio FTT evidencia el mismo comportamiento epidemiológico con respecto al sexo y Cuadro 1. Datos extraídos de las encuestas de la Sociedad Argentina de Cardiología de 1996 y 2000 en 602 pacientes con IAM y elevación del segmento ST de ingreso. 8 se observa que el tratamiento trombolítico reduce la mortalidad en ambos sexos (Cuadro 2). La diabetes y el infarto previo son variables que se asocian con mayor mortalidad en el IAM; asimismo, la encuesta SAC muestra una prevalencia del 17,1% y del 15,7%, respectivamente. La mortalidad vinculada a estos antecedentes fue del 15,4% para la diabetes y del 15,2% para el infarto previo versus el 9,5% en los pacientes sin ellos. La utilización de TL en el estudio FTT también demostró un beneficio en estos grupos (véase Cuadro 2). Edad La mortalidad del infarto se incrementa con la edad de los pacientes independientemente del tipo o localización del IAM (Cuadro 3). Ello podría inclinarnos a ser más intervencionistas en los grupos de mayor edad, pero el beneficio clínico total se ve reducido por la mayor incidencia de complicaciones, especialmente los accidentes cerebrovasculares (ACV) hemorrágicos. En los pacientes mayores de 75 años llega a más del 2% en el grupo tratado con respecto al 1,2% del grupo control. En promedio, tomando todos los grupos etarios, la incidencia de ACV en el IAM es del 0,8% y se incrementa al 1,2% cuando se utiliza estreptocinasa, con una incidencia neta de 4 ACV hemorrágicos por cada 1.000 pacientes tratados y se puede incrementar a 6 por cada 1.000 pacientes tratados si la droga trombolítica utili- Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 zada es de última generación y se administra en bolo intravenoso. La evidencia que disponemos acerca de si los TL mejoran la sobrevida en los pacientes ancianos es escasa y sólo se infiere del análisis de subgrupos de los grandes estudios clínicos y de estudios de tipo observacional. El metaanálisis FTT evaluó 58.600 pacientes y concluyó que la mortalidad a los 35 días de los 5.788 pacientes mayores de 75 años disminuye en aquellos que recibieron TL (24,3% versus 25,3%). La diferencia no fue estadísticamente significativa (IC 95% 16% a +36%); sin embargo, en términos absolutos se salvan 11 vidas por cada 1.000 pacientes tratados, similar al subgrupo de menos de 55 años. Un análisis reciente del FTT, publicado en un comentario de la misma revista, identifica a 3.300 pacientes mayores de 75 años, candidatos ideales a recibir agentes TL (elevación del ST y dentro de las 12 horas de iniciados los síntomas). En este grupo se demuestra una reducción de la mortalidad del 15% (de 29,4% a 26%; p = 0,03),(12) equivalente a salvar 34 vidas por cada 1.000 pacientes tratados, magnitud similar a la reducción observada en pacientes de entre 65 y 74 años (véase Cuadro 3). La edad no constituye una contraindicación para el uso drogas trombolíticas, pero puede orientar a una mayor preferencia por la angioplastia con la intención de evitar el ACV hemorrágico. Cuadro 2. Beneficio del tratamiento trombolítico en diferentes subgrupos. (estudio FTT) Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio La mortalidad en el infarto se incrementa con la edad, independientemente de la localización. Por lo tanto, a mayor edad, más intervención. La angioplastia es de elección, ya que se asocia con menos ACV que los trombolíticos. Electrocardiograma El beneficio de las drogas trombolíticas se concentra en los pacientes con elevación del ST y en los portadores de bloqueo completo de rama izquierda. En los pacientes con elevación del ST, el mayor impacto beneficioso en la sobrevida se observa en infartos de localización anterior y combinada, sin un beneficio estadísticamente significativo en el subgrupo de pacientes con infartos inferiores estrictos. Se ha discutido mucho si la falta de significación estadística del beneficio del tratamiento trombolítico en pacientes con infartos inferiores debe desestimar o contraindicar el uso de TL. En primer lugar, debemos aclarar que los estudios se diseñaron para incorporar todos los infartos y que no se aleatorizaron por localización, de manera que las subdivisiones electrocardiográficas son análisis por subgrupos, con las virtudes y las dificultades propias de éstos. En general, al analizar subgrupos, deben contemplarse dos tipos de interacciones: 1) cuantitativas: el beneficio existe, pero es mayor en un grupo que en otro; es mayor en los infartos de localización anterior y algo menor en los infartos de Cuadro 3. Beneficio del tratamiento trombolítico de acuerdo con subgrupos etarios. Análisis de pacientes ancianos “candidatos ideales” para tratamiento trombolítico. (FTT, Lancet 2001) 9 localización inferior y 2) cualitativas: en un grupo aporta beneficio y en otro perjuicio; podría ser el caso de los infartos con elevación del segmento ST en comparación con los infartos con depresión del segmento ST. Sabemos por los estudios angiográficos y anatomopatológicos que la fisiopatología de los infartos con elevación del segmento ST es idéntica en cualquier localización. En general, la comunidad ha adoptado la conducta de tratar todos los infartos con elevación del segmento ST con estrategias de reperfusión, sin tomar en consideración la localización. En nuestra opinión, este parámetro sólo puede considerarse para resolver casos dudosos; por ejemplo, en un paciente añoso que lleva 6 horas de evolución, con elevación del ST sólo en DIII y AvF de pequeña magnitud y sin imagen especular en cara anterior, es posible que no se indique trombólisis. Entendemos que el beneficio será escaso y existe el riesgo de ACV hemorrágico. Pero con la misma localización, si consulta a las 2 horas y la magnitud del ST es mayor y con depresión del ST especular anterior, la conducta será seguramente indicar reperfusión, porque suponemos que el impacto de protección miocárdica será mayor y contrapesará el riesgo de ACV. Las claves para tomar la decisión de indicar tratamiento de reperfusión son: el tiempo desde el comienzo de los síntomas, el sexo, el infarto previo, la diabetes, la edad y el patrón electrocardiográfico. 10 Trombólisis en pacientes con depresión del segmento ST En los infartos con infradesnivel del ST, los TL han demostrado ausencia de beneficio, con tendencia a perjuicio en su utilización. Esta manifestación electrocardiográfica agrupa estos infartos, que tienen una fisiopatología heterogénea. Algunos son verdaderos infartos subendocárdicos secundarios a progresión de la enfermedad coronaria, con múltiples vasos afectados y circulación colateral coronaria insuficiente y se presentan con mayor prevalencia en pacientes añosos. En muchos casos pueden ser secundarios al incremento de la demanda de oxígeno o a la disminución de la oferta (infecciones, crisis hipertensiva o anemia, entre otras causas) y en otros pueden ser producto de la oclusión de un vaso menor que desestabiliza una circulación coronaria crónicamente comprometida. Existe coincidencia en que estos infartos no deben ser tratados con agentes TL y que la terapéutica debe seguir el camino de los infartos sin elevación del ST. Los trombolíticos son más efectivos en pacientes con supradesnivel del ST o bloqueo de rama izquierda, pero son perjudiciales en los que tienen infradesnivel del ST. Otros infartos que también se expresan con depresión del ST en el ECG se deben a oclusión trombótica de la arteria circunfleja. Es característico el infradesnivel del ST horizontal de V1 a Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 V4 respecto de las derivaciones V5 y V6. Estos pacientes en general son más jóvenes y en el ECG las derivaciones V7 y V8 pueden mostrar SST y orientar al compromiso de la cara posterior. El ecocardiograma puede ser de ayuda para confirmar esta localización. El sustrato fisiopatológico es idéntico al de los IAM con SST y en la actualidad las guías internacionales basadas en subestudios del estudio LATE(13) sugieren utilizar TL en este grupo de pacientes (Figura 7). Bloqueo de rama izquierda Finalmente, los pacientes que ingresan con angor y bloqueo de rama izquierda (sospecha de IAM) deben recibir tratamiento de reperfusión, dado que el uso de TL salva 50 vidas por cada 1.000 pacientes tratados. El diagnóstico es de probabilidad, ya que la mitad de los IAM no presentan trastornos de la repolarización que orienten a sospechar el mecanismo subyacente del infarto. La incidencia es baja; en la encuesta de la SAC fue menor del 1,5% y en el estudio GUSTO-I fue de sólo el 0,5%. La mortalidad es muy elevada, mayor del 20%. Recientemente, Sgarbossa desarrolló un puntaje que permite sospechar la ocurrencia de un IAM en presencia de BRI(14) (Cuadro 4). Un paciente con angor y BRI con un puntaje ≥ 3 o 2 tiene una especificidad del 90% y del 80%, respectivamente, para confirmar un IAM. La sensibilidad es baja, pero cuando los criterios están presentes aseguran el diagnóstico. Estos criterios también son aplicables a pacientes que ingresan con ritmo de marcapasos. Fig. 7. Indicación de trombolíticos en un paciente con sospecha de IAM de localización posterior. Se observa infradesnivel del ST horizontal de V1 a V4, compatible con oclusión de la arteria circunfleja. Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio Taquicardia e hipotensión El beneficio del tratamiento trombolítico es mayor en términos absolutos en pacientes de alto riesgo, identificados en el estudio FTT por taquicardia e hipotensión. Los pacientes que ingresan con tensión arterial menor de 100 mm Hg o una frecuencia cardíaca mayor de 100 latidos por minuto tienen una incidencia elevada de mortalidad a los 35 días. El tratamiento trombolítico salva 33 vidas por cada 1.000 pacientes tratados que ingresan con una frecuencia mayor de 100 latidos por minuto o 60 vidas por cada 1.000 pacientes tratados si ingresan con una tensión arterial menor de 100 mm Hg. Estos signos vitales expresan diferentes grados de insuficiencia cardíaca y la sospecha de una amenaza miocárdica extensa. El beneficio de los TL también se observa en forma independiente de la frecuencia cardíaca y de la tensión arterial en forma general, salvo en los pacientes que ingresan con hipertensión arterial no controlada, mayor de 175 mm Hg de sistólica. En estos pacientes no hay beneficio, debido probablemente a la mayor incidencia de ACV (contraindicación relativa, Cuadro 5). Decisión por juicio clínico En manos de un médico que no ha sido entrenado en unidades con alta afluencia de infartos, es preferible que la decisión de administrar tratamiento de reperfusión se base en criterios sencillos: dolor, elevación del ST y horas de evolución. En las manos de un cardiólogo clínico con experiencia en pacientes con infarto en fase aguda, con frecuencia se toman en cuenta otros elementos más finos o sutiles para escalonar la decisión, particularmente en pacientes tardíos o con cambios limítrofes. ¿Cuáles son los elementos que se toman en consideración para enfrentar este problema? Debemos valorar el riesgo del infarto y el eventual beneficio de utilizar el tratamiento. De este análisis que balancea el riesgo con el beneficio obtendremos la respuesta de si debemos utilizar la terapéutica. 11 Cuadro 4. Criterios de IAM en presencia de bloqueo de rama izquierda. QRS positivo y ST elevado o QRS negativo y ST infradesnivelado (derivación concordante) y QRS negativo y elevación del ST (derivación discordante). Absolutas 1. ACV (isquémico < 6 meses; hemorrágico siempre 2. Trauma o tumor craneoespinal 3. Cirugía Mayor < 3 semanas 4. Sangrado: Gastrointestinal < 1 mes, diátesis hemorrágica 5. Disección aórtica 6. Punciones no compresibles Relativas 1. AIT < 6 meses 2. Anticoagulación 3. Embarazo o puerperio (1 semana) 4. HTA ≥ 180/110 mmHg 5. Hepatopatía avanzada 6. Endocarditis infecciosa 7. Úlcera péptica activa 8. RCP prolongada Cuadro 5. Contraindicaciones para la administración de trombolíticos. Modif. de Acute Myocardial Infarction - European Society of Cardiology Guidelines. European Heart Journal 2008;29:1909-1945 Tomemos un ejemplo: un paciente añoso que ingresa a la unidad coronaria con varias horas de dolor. En el interrogatorio no queda claro cuándo fue el comienzo de los síntomas, pero sospechamos que pueden ser más de 12 horas. En el electrocardiograma encontramos ondas Q, elevación del ST en toda la cara anterior con ondas T positivas y en el examen físico presenta signos de insuficiencia cardíaca (Killip 2) y taquicardia sinusal. ¿Qué debemos hacer? En primer lugar tratar de estimar el riesgo clínico: la mortalidad intrahospitalaria de este grupo etario con insuficiencia cardíaca es muy elevada, mayor del 20%. El riesgo de hemorragias también aumen- Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 12 ta: la incidencia de accidente cerebrovascular hemorrágico con estreptocinasa es del 2% al 3%, pero la relación riesgo-beneficio nos inclinará a favor del tratamiento. Si el centro dispone de angioplastia primaria, la preferiríamos porque el riesgo hemorrágico es mucho menor. En cambio, un paciente de la misma edad pero con un infarto de localización inferior sin signos de insuficiencia cardíaca, el beneficio de utilizar estreptocinasa y/o angioplastia puede verse superado por el riesgo subyacente de hemorragia, rotura cardíaca u otras complicaciones asociadas con comorbilidades vinculadas a la edad. La trombólisis debe indicarse en todo paciente con angor y elevación persistente del segmento ST mayor o igual a 1 mm en dos o más derivaciones contiguas o relacionadas, en aquellos con sospecha de IAM y bloqueo de rama izquierda que ingresan con un tiempo de evolución menor o igual a 12 horas desde el comienzo de los síntomas y en aquellos con infradesnivel horizontal del ST de V1 a V4 en que se sospecha IAM de arteria circunfleja. El tiempo puerta-aguja debería ser de 30 minutos o menos. Si bien el beneficio persiste independientemente de la edad, el sexo, infarto previo, diabetes, frecuencia cardíaca, tensión arterial y localización del IAM, la evaluación clínica permite establecer la relación riesgo-beneficio que nos ayudará con la decisión en pacientes con situaciones dudosas.(15) Evaluación de la reperfusión miocárdica efectiva ___________ CONFERENCIA DR. MAURO El objetivo del tratamiento de reperfusión es lograr la lisis del trombo que ocluye la arteria coronaria para poder obtener una perfusión miocárdica efectiva. Recuperar el flujo anterógrado en la arteria epicárdica no es sinónimo de lograr perfusión miocárdica. Hasta hace poco tiempo, el patrón de oro para evaluar la efectivi- dad del tratamiento de reperfusión era la imagen cinecoronariográfica a los 90 minutos, que permitía categorizar la permeabilidad de la arteria y el flujo coronario.(16) Se establecieron diferentes grados de flujo coronario: el óptimo, llamado TIMI 3, corresponde a una arteria coronaria permeable y con flujo sanguíneo normal. De esta manera, la superioridad de la acción farmacológica de una nueva droga trombolítica se establecía evaluando su efectividad para obtener un TIMI 3. Si lo lograba, luego se evaluaba en forma prospectiva en ensayos clínicos controlados de grandes dimensiones para poder detectar si esa acción se asociaba con una disminución en la mortalidad. Este paradigma del flujo TIMI 3 no fue, sin embargo, adecuado para predecir qué ocurriría en el escenario clínico de estudios de grandes dimensiones. La recuperación de la permeabilidad y del flujo de los vasos de conductancia o coronarias epicárdicas no era suficiente para predecir que la droga sería efectiva clínicamente. Uno de los aspectos que explica esta discrepancia clínico-farmacológica es el fenómeno denominado no reflow.(17) En esta circunstancia se logra la permeabilidad arterial del vaso epicárdico, pero cuando se inyecta el material de contraste no se observa un flujo coronario adecuado, queda retenido en la arteria coronaria y el flujo en el miocardio irrigado es muy lento o ausente. Las hipótesis para explicar el mecanismo del fenómeno de no reflow son diversas: 1) un daño reversible o irreversible en la microcirculación producido por el tiempo de isquemia, 2) microembolización y/o 3) daño miocárdico por reperfusión. Estos mecanismos serían los responsables de un trastorno de la perfusión miocárdica efectiva, que pone en juego la sobrevida del miocito, verdadero protagonista del IAM. El ECG, nuevamente, aquí también tiene un papel fundamental, que permite monitorizar la acción del tratamiento de reperfusión tanto para las drogas trombolíticas como para los tratamientos con angioplastia. La máxima expresión electrocardiográfica de reperfusión corresponde a un descenso completo del segmento ST, aparición de ondas T negativas y QT prolongado.(18) Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio Este patrón es muy específico pero poco sensible. Un criterio sensible y específico es considerar reperfusión positiva a la caída del 50% o más de la sumatoria del ST medida a los 0,08 seg del punto J, luego de las 2 horas de haber comenzado la infusión. Este parámetro sencillo permite establecer en lo inmediato y en el paciente individual la respuesta miocárdica al tratamiento de reperfusión y en forma mediata tiene valor pronóstico independiente de otras variables(19) (Figura 8). En la Argentina se ha popularizado el término de síndrome clínico de reperfusión (SCR) positivo o negativo, que consiste en tomar en forma conjunta la clínica, el ECG y las enzimas cardíacas medidas a las 2 horas de haber comenzado el agente TL. Se considera positivo cuando hay una disminución o desaparición de la angina (véase Criterios cualitativos), reducción de la sumatoria del ST del 50% o más y un incremento del valor de CK al doble del normal o el 50% mayor que un valor incrementado de ingreso. La presencia de los tres criterios positivos es muy específica para detectar TIMI 3, pero aún más importante todavía es que los pacientes tienen menos complicaciones y menor mortalidad alejada.(20) En la práctica diaria, el ECG es el principal marcador de reperfusión, dado que la clínica no es específica y las enzimas cardíacas son muy tardías. Cuando el ECG no mejora y el paciente tiene un riesgo clínico elevado, habitualmente se deriva a hemodinamia para intentar un procedimiento de rescate. Fig. 8. Pronóstico alejado en pacientes que resuelven el ST. 13 El alivio del dolor y la resolución significativa del ST son los indicadores críticos del éxito de la reperfusión. Un criterio sensible y específico para evaluar la reperfusión es la caída del 50% o más de la sumatoria del supradesnivel ST. Contraindicaciones y riesgo de hemorragias ___________ Las contraindicaciones para el uso de TL se encuentran listadas en el Cuadro 5. Las contraindicaciones absolutas están especialmente relacionadas con patología cerebral previa, dado que ésta predispone enormemente al sangrado por TL. La otra contraindicación absoluta se refiere a la disección aórtica. Ésta puede hacer su debut como un infarto agudo de miocardio (1% de todas las disecciones) debido a que el desgarro intimal compromete el ostium coronario, con más frecuencia el de la arteria coronaria derecha. La sola sospecha de disección debe detener la indicación de TL hasta que pueda establecerse el mecanismo del infarto. En cuanto a las contraindicaciones relativas, siempre debe evaluarse la relación riesgo-beneficio. En la encuesta de la SAC, las contraindicaciones fueron menores del 10%. Las causas de no utilización de TL se relacionaron mayormente con la falta de elevación del ST y con el hecho de estar fuera de la ventana de tiempo.(21) Las hemorragias mayores, sobre todo el ACV hemorrágico, constituyen la complicación más temida luego del tratamiento con agentes TL en general y del t-PA y sus derivados en particular; asimismo, la incidencia se incrementa con la edad de los pacientes. Las variables independientes relacionadas con el mayor riesgo de ACV hemorrágico son: hipertensión sistólica al ingreso, bajo peso corporal, edad avanzada y empleo de t-PA. La sumatoria de estos factores de riesgo incrementa aún más la incidencia de ACV hemorrágico (Cuadro 6). Otras complicaciones hemorrágicas son más frecuentes pero de menor gravedad; las más graves se relacionan con los procedimientos 14 Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 invasivos. En los pacientes tratados con trombólisis hay que evitar punciones centrales y/o arteriales innecesarias, dado que el 70% de las complicaciones están vinculadas a estos procedimientos. Aunque la vida media de la estreptocinasa es corta (30), el estado lítico y de falta de coagulabilidad de la sangre dura entre 12 y 24 horas. La hemorragia interna es otra complicación, que si bien es infrecuente también es grave y puede manifestarse con un cuadro de shock de aparición aguda o en otras ocasiones en forma insidiosa, como en el hematoma retroperitoneal; en estos casos debe realizarse en forma urgente una tomografía y/o una ecografía abdominal. El antecedente de ACV hemorrágico y la disección aórtica son contraindicaciones absolutas para la trombólisis. Complicaciones no hemorrágicas de la estreptocinasa Consisten esencialmente en reacciones alérgicas, que suelen responder al tratamiento con corticosteroides. La presencia de títulos aumentados de anticuerpos vinculados a la exposición de infecciones por estreptococo o a la misma estreptocinasa puede inducir resistencia a la acción de la droga. Por este motivo se recomienda no repetir la medicación después del quinto día de haberla indicado y hasta por lo menos un año después. La hipotensión, inducida por la liberación de bra- Cuadro 6. Factores de riesgo asociados con ACV hemorrágico y puntaje de riesgo para ACV hemorrágico dicininas, es otra complicación frecuente y guarda relación con la velocidad de la infusión. En estos casos se debe suspender en forma momentánea el goteo y expandir al paciente hasta que se pueda continuar con la infusión y completar la dosis. Conceptualmente, siempre debe tenerse en cuenta que la hipotensión inducida en el infarto tiene un efecto muy nocivo y contrarresta cualquier posible beneficio de un tratamiento al comprometer en forma crítica la perfusión miocárdica. Estreptocinasa y t-PA Desde la publicación del estudio GISSI-1, que demostró una reducción del 23% de la mortalidad en el IAM con el uso de 1.500.000 UI de estreptocinasa administrada en infusión de 60, en la Argentina se comenzó a incorporar rápidamente su utilización. En las encuestas de la SAC de los años 1996-2000 se observó que del total de pacientes ideales (elevación del ST dentro de las 6 horas) el 78% recibió tratamiento de reperfusión y en el 81% de ellos usaron drogas trombolíticas. La droga de elección fue la estreptocinasa (92%); le siguieron el t-PA (6%) y otros TL (2%), estos últimos relacionados con estudios internacionales multicéntricos. En término de costos, la estreptocinasa tiene un beneficio importante, dado que su valor es 4 a 5 veces menor que el de las drogas fibrinoespecíficas. En 1993, el estudio GUSTO-I(22) comparó cuatro estrategias de tratamiento trombolítico con la incorporación de lo que se llama t-PA acelera- Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio do, que consiste en dar en 90 una infusión de t-PA (convencional = 180) completando los dos tercios de la dosis en los primeros 30, seguida por anticoagulación intravenosa con heparina; con este esquema se obtuvo por primera vez una superioridad del t-PA frente a la SK, ya que se logró una reducción de muerte del 14%, equivalente a salvar 10 vidas por cada 1.000 pacientes tratados. Asimismo, se incrementó el riesgo de ACV hemorrágico a un total del 0,72%, un riesgo absoluto con respecto al de la SK del 0,3%, equivalente a un exceso de 3 ACV por cada 1.000 pacientes tratados. El estudio GUSTO-I, independientemente del resultado obtenido, confirma la hipótesis de que a mayor permeabilidad del vaso, mayor sobrevida (Figura 9); como luego veremos, ésta es la base de sustentación de los grandes estudios que comparan nuevas drogas trombolíticas. ¿Estreptocinasa o activador tisular del plasminógeno? Tres estudios han evaluado en forma comparativa la SK y el t-PA y el análisis conjunto de estos estudios no demostró beneficio del t-PA con respecto a la SK (Figura 10). Sin embargo, el estudio GUSTO-I evaluó un esquema de t-PA acelerado y heparina intravenosa, no así los otros dos estudios. En las guías internacionales figura como primera elección el uso de t-PA; sin embargo, la diferencia clínica es tan exigua y para nuestro país el costo es tan alto que en la práctica diaria se utiliza SK. Asimismo, debemos considerar que si disponemos de t-PA, los grupos que más se benefician con el esquema de t-PA acelerado corresponden a pacientes jóvenes, infartos extensos y de pocas horas de evolución; en cambio, en los pacientes añosos, la SK es de elección dada la alta tasa de ACV hemorrágico con los TL fibrinoespecíficos. La ventaja del t-PA en su forma acelerada (GUSTO-I) provocó un gran entusiasmo en los investigadores por modificar aún más su farmacocinética y es así como el t-PA se evaluó en doble bolo, pero lamentablemente el estudio debió suspenderse precozmente por el exceso de mortalidad.(23) 15 Nuevas drogas trombolíticas Las nuevas drogas trombolíticas están basadas en modificaciones de la molécula de t-PA o alteplase, denominadas por este origen en mutantes de t-PA o drogas trombolíticas de tercera generación. Las características fundamentales de estas drogas es que son fibrinoespecíficas, actúan en forma directa sobre el plasminógeno, no son alergénicas y pueden administrarse en bolo (Cuadro 7). Los nuevos agentes líticos se han evaluado en diferentes estudios clínicos. El primer estudio que evaluó estas drogas fue el GUSTO-III.(24) La droga que utilizó es el reteplase (r-PA), con una vida media más prolongada que el t-PA y se administra en dos bolos de 10 mg. Todos los grandes estudios clínicos tienen una fase previa lla- Fig. 9. Permeabilidad angiográfica (TIMI 3) con t-PA acelerada, SK y mortalidad. Fig. 10. Nuevas drogas trombolíticas comparadas contra t-PA. Obsérvese que la p de equivalencia del estudio GUSTO-III no es significativa y que el intervalo de confianza supera el límite prefijado de –1. Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 16 mada piloto en la cual se evalúa si la nueva droga trombolítica es superior angiográficamente al t-PA, con el logro de una incidencia mayor de TIMI 3 a los 90 minutos; el estudio piloto que precedió al GUSTO-III fue el RAPID II,(25) que demostró superioridad angiográfica. Sin embargo, el estudio GUSTO-III, que incorporó 15.059 pacientes para demostrar la superioridad del r-PA sobre el t-PA, no encontró diferencias en la sobrevida ni en la incidencia de complicaciones (Figura 11). Luego se publicaron dos estudios de grandes dimensiones que evaluaron tenecteplase (TNK) y lanoteplase (n-PA), ASSENT-2 (26) e InTIME-II,(27) con más de 30.000 pacientes; no se obtuvo beneficio clínico e incluso con el n-PA se observó una incidencia mayor de ACV. Asimismo, a esta altura de los acontecimientos con los resultados negativos del GUSTO-III, los protocolos se diseñaron con una nueva y sofisticada metodología estadística que permitiera evaluar equivalencia con el t-PA. Así, de los tres grandes estudios mencionados, vemos que sólo son equivalentes al t-PA el TNK y, en menor medida, el n-PA. De los requisitos que debería tener un TL ideal (Cuadro 8), sólo se ha logrado: que se pueda administrar en bolo, que no induzca hipotensión y que no sea alergénico. Sin embargo, no aumentan la tasa de reperfusión y tienen una incidencia mayor de hemorragias, especialmente cerebral. Fig. 11. Estudio GUSTO-III. Comparación de r-PA con t-PA. - Rápida lisis del trombo (15-30 min) 100% de reperfusión Bolo intravenoso(*) Baja incidencia de ACV hemorrágico Baja frecuencia de hemorragia sistémica Especificidad para trombo reciente Baja incidencia de reoclusión Sin efecto hemodinámico(*) Sin antigenicidad(*) Sin interacción con coadyuvantes Costo aceptable (*) Efectos logrados. Cuadro 8. Características del trombolítico ideal Cuadro 7. Diferencias farmacológicas de trombolíticos de nueva generación y SK Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio Trombolíticos en bolo, ventajas y desventajas La forma de administración en bolo tiene la ventaja con respecto a la infusión de que asegura que el paciente tenga toda la dosis necesaria en un solo momento y se evita así cualquier error que pudiera ocurrir durante el tiempo que demanda pasar una infusión. Asimismo, en el estudio GUSTO-I se ha demostrado que los pacientes que no reciben el tratamiento completo tienen una incidencia mayor de mortalidad. Es importante tener en cuenta este concepto para el uso en general de los TL. Una desventaja de la forma en bolo es que incrementa en un 25% la incidencia de ACV hemorrágico con respecto a la infusión. Asimismo, no hay beneficio en relación con la mortalidad.(28) Tratamiento con angioplastia primaria, facilitada y de rescate ___________ Angioplastia primaria La angioplastia primaria se ha incorporado en nuestro medio en forma complementaria al tratamiento trombolítico e incluso es una estrategia de primera elección en muchos centros de nuestro país. En la encuesta de la SAC 1996-2000 puede verse que un 20% del tratamiento de reperfusión se realizaba con angioplastia primaria y en la actualidad se observa un incremento en la ATC primaria y reducción de utilización de TL. El empleo de este recurso se encuentra limitado por la complejidad del procedimiento, la disponibilidad durante las 24 horas, la experiencia del operador y el requisito sugerido de un volumen adecuado de angioplastias realizadas en el centro (más de 400 angioplastias por año o 75 por operador), ya que existe una relación inversa entre la experiencia y la mortalidad. ¿La angioplastia es preferible al tratamiento con trombolíticos? La alta tasa de éxito de la angioplastia coronaria primaria para lograr la permeabilidad de la arteria responsable del infarto (90%) con respecto a los TL no se vio reflejada en un impacto abrumador en cuanto a descenso de la mortalidad. El 17 estudio de mayores dimensiones con 1.138 pacientes (GUSTO-IIb)(29) logró demostrar una reducción del evento combinado de muerte, reinfarto y ACV a los 30 días, pero esta diferencia no se mantuvo con el seguimiento a seis meses. El metaanálisis de Keeley y cols., (30)que engloba todos los estudios que comparan angioplastia con TL, muestra una leve mejora de la sobrevida en el grupo tratado en forma invasiva. En principio, dado que la ventaja con angioplastia primaria no es tan impactante en comparación con el tratamiento con drogas trombolíticas, es importante no perder de vista al paciente y evaluar el tiempo real en que pueda hacerse efectiva la angioplastia; cuando la demora sea mayor de 90 minutos entre el ingreso al hospital y la angioplastia, es conveniente comenzar tratamiento con drogas líticas y de acuerdo con la respuesta clínica realizar eventualmente una angioplastia de rescate. Los pacientes que presentan mayor riesgo de sangrado deberían ser sometidos como primera elección a angioplastia, al igual que los pacientes con contraindicaciones para el uso de TL. Otros candidatos a angioplastia primaria son los pacientes con infartos extensos o complicados con insuficiencia cardíaca que necesitan una reperfusión rápida. La angioplastia primaria es el tratamiento de elección para el IAM, particularmente en infartos anteriores, con insuficiencia cardíaca o en ancianos, siempre que pueda efectuarse antes de los 90 minutos del ingreso al centro; de lo contrario, deben elegirse los trombolíticos. Angioplastia facilitada La angioplastia facilitada (ATC-f) es la que se realiza inmediatamente después de utilizar drogas que permitan incrementar la permeabilidad coronaria. Asimismo, es una estrategia complementaria de reperfusión (farmacológica y mecánica) con la finalidad de amortiguar el tiempo que media entre el contacto con el paciente y la realización de la ATC, que en la mayoría de los 18 Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 casos es muy prolongado; en los Estados Unidos supera las 3 horas.(31) Los estudios con dosis completa o parcial de TL y/o Gp IIb/IIIa no demostraron beneficio con esta estrategia. En el estudio ASSENT-4,(32) con una dosis completa de TNK y mayor flujo TIMI 3 en el momento de la coronariografía (43% versus 15%), paradójicamente los pacientes asignados a ATC-f tuvieron el doble de mortalidad (6% versus 3%; p = 0,01); el estudio se suspendió con 1.667 pacientes, el 40% del total planificado. La ATC facilitada con administración previa de trombolíticos o inhibidores IIb/IIIa (en dosis plenas o parciales) no mostró beneficio y en algunos casos tuvo una mortalidad mayor, por lo que no debe recomendarse. demuestra una reducción no significativa de mortalidad, quizás debida al escaso número de pacientes (RR = 0,69 IC 95% 0,46-1,05), aunque sí mostró una disminución significativa en la incidencia de insuficiencia cardíaca y reinfarto. La angioplastia de rescate se asocia con 4 o 5 veces más complicaciones hemorrágicas, lo que se compensa con el beneficio clínico en casos graves. El riesgo hemorrágico es similar al que ocurre cuando se administra una segunda dosis de TL, pero con esta nueva infusión no se obtienen beneficios clínicos.(34) La ATC-r debe realizarse en los pacientes con signos negativos de reperfusión y amenaza miocárdica extensa. Debe evaluarse el riesgo-beneficio de su realización, dada la mayor incidencia de hemorragias en este contexto. Angioplastia de rescate La angioplastia de rescate (ATC-r) es la que se realiza cuando luego de haber administrado drogas trombolíticas el paciente continúa con signos de reperfusión negativos. Los pacientes que luego de 90 minutos de haber recibido TL no tienen alivio del dolor ni caída del ST tienen peor recuperación de la función ventricular global y una incidencia mayor de infarto transmural, complicaciones mecánicas y mortalidad. En el estudio REACT, (33) realizado en el Reino Unido, los 427 pacientes incluidos, ingresados dentro de las 6 horas de comenzado el dolor y elevación del ST de 0,1 mV en dos o más derivaciones, tratados con TL (60% SK) y sin reducción del ST (≥ 50%) a 80 mseg del punto J en la derivación de mayor lesión, se consideraron no reperfundidos y se aleatorizaron en tres grupos: conservador, segunda dosis de TL y derivación a ATC-r. Este último grupo tuvo una incidencia menor de eventos combinados a los 6 meses (muerte, reinfarto, ACV e insuficiencia cardíaca grave): 13,8% versus 25,6% y 22,4% entre el grupo retrombolizado y conservador, respectivamente. Asimismo, el tiempo medio de realización de la ATC fue a 4,6 horas del TL, una diferencia tres veces mayor que el de la ATC-f del estudio ASSENT-4. El metaanálisis de ocho estudios con 1.177 pacientes y seguimiento a seis meses luego del alta Angioplastia y shock cardiogénico El shock cardiogénico sigue asociado con una mortalidad elevada, que varía de acuerdo con el tipo de infarto, la edad del paciente, el sexo y el tiempo de evolución. Asimismo, en todo paciente con shock se desencadena una respuesta inflamatoria sistémica que, independientemente de que se logre la apertura de la arteria, marcará el pronóstico alejado del paciente. El estudio SHOCK(35) es el único ensayo de grandes dimensiones que evaluó en forma prospectiva y aleatorizada la evolución del shock inicial en pacientes con elevación del ST comparando angioplastia y TL. A todos los pacientes se les colocó balón de contrapulsación; un grupo era tratado con TL y el otro con angioplastia primaria. A los 30 días se evidenció mejoría para el grupo tratado con angioplastia, pero sólo a los seis meses la diferencia de mortalidad a favor de la angioplastia alcanzó niveles estadísticamente significativos. El análisis por subgrupo demostró que los pacientes menores de 75 años son los que obtuvieron beneficio ya en los primeros 30 días. Los pacientes añosos fueron un subgrupo de muy alto riesgo que no se benefició en ningún momento del estudio. La enseñanza de este estudio reside en la importancia de detectar en forma precoz a los Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio pacientes con shock y colocar balón de contrapulsación. Ante la imposibilidad de realizar angioplastia se debe comenzar tratamiento trombolítico. La expectativa de vida de los pacientes añosos sigue siendo muy baja, probablemente por la mala tolerancia al shock y las comorbilidades asociadas. CONFERENCIA SHOCK CARDIOGÉNICO La angioplastia es hoy el tratamiento de elección en el paciente con shock asociado con el infarto, ya que reduce la mortalidad y es superior a los trombolíticos. Las estrategias de reperfusión han mediado un cambio cualitativo en el tratamiento y el pronóstico del IAM. En los últimos años se evaluaron nuevas drogas trombolíticas, pero lamentablemente no hubo avances para incrementar la expectativa de vida del IAM con respecto a la estreptoquinasa o el t-PA. La angioplastia primaria con stent, las drogas antitrombóticas y la posibilidad de realizar angioplastia de rescate son herramientas muy útiles e incluso en buenas manos son superiores al tratamiento trombolítico, pero su disponibilidad está limitada a centros especializados o de alta complejidad. Cuadro 9. Metaanálisis de los seis estudios que analizan la estrategia de administración de fibrinolíticos en el hospital de referencia versus derivación a un centro para angioplastia primaria sobre el evento combinado muerte, reinfar to y ACV al mes. ATC: Angioplastia. n: Población incluida. 19 La angioplastia facilitada no debe realizarse debido a la mayor incidencia de complicaciones isquémicas y hemorrágicas. Trombolíticos o derivación para realizar angioplastia La decisión de realizar tratamiento con TL o de derivar a una ATC primaria es muy importante como problema comunitario, dado que la mayoría de los pacientes llegan a centros sin disponibilidad de hemodinamia. Seis estudios(36) han evaluado comparativamente la reperfusión con TL en el hospital al que llega el paciente versus (vs) la derivación a un centro con ATC. Seguidos durante 30 días, sobre un total de 3.749 pacientes hubo una tasa menor de evento combinado (muerte, reinfarto y ACV) a favor de la ATC [OR = 0,54 (0,44-0,67); p < 0,001]. Se estimó que cada 19 pacientes derivados se evita 1 evento combinado (Cuadro 9). El mayor impacto en el beneficio de la ATC ocurrió sobre la reducción del reinfarto [1,54% vs 5,4%, OR IC 95% 0,3 (0,22-0,44); p < 0,001], así como sobre el ACV [0,64% vs 1,8%, OR IC 95% 0,45 (0,25-0,85); p < 0,015]. No se observaron diferencias significativas en la mortalidad [6,3% vs 7,7%; OR 0,80 (IC 95% 0,60-1,05], pero Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 20 el número de pacientes en forma global es reducido para sacar conclusiones definitivas. El tiempo desde la aleatorización a la administración del TL osciló entre 10 y 23 minutos, mientras que a la ATC fue de entre 63 y 122 minutos. Éstos son tiempos ideales, muy difíciles de cumplir en la práctica cotidiana, por lo que la validez de estos ensayos para diferentes modelos asistenciales es muy limitada. El reinfarto es uno de los eventos isquémicos más importantes para prevenir, dado que a pesar de su baja prevalencia (3%) tiene una mortalidad elevada (20% a 50%). Su fisiopatología está vinculada a la reoclusión de la arteria coronaria responsable del IAM. La identificación clínica de este evento requiere la presencia de un nuevo episodio de dolor asociado con cambios isquémicos en el ECG (ondas Q nuevas o alteraciones del segmento ST-T) y diferentes niveles de aumento (o repique) enzimático. Sin embargo, a lo largo del tiempo los estudios han adoptado clasificaciones más sensibles pero menos específicas, basadas solamente en elevación enzimática o de troponinas. En el estudio DANAMI-2 se consideraron diferentes definiciones entre ambas estrategias: para el grupo TL fue cualquier aumento enzimático de la CK o MB o un aumento del 50% sobre el último valor si ésta se hallaba aumentada, mientras que para la ATC se exigía la duplicación de la CK o 2 veces el valor basal. De esta manera, la frecuencia de reinfarto fue del 6,3% para los TL vs 1,6% para la angioplastia (p < 0,001). En el estudio PRAGUE-2,(37) que utilizó la definición clásica (duplicación de la CK-MB y desarrollo de nuevas ondas Q), la frecuencia para el grupo TL fue del 3,1% vs 1,4% para la ATC (p = ns). En el tratamiento del infarto es crucial lograr una reperfusión temprana, con el método que tengamos disponible, y no demorar buscando el mejor. Lograr una consulta temprana del paciente es un problema de salud pública, de difusión y de educación médica. Abreviar el tiempo desde la consulta a la reperfusión (puerta-aguja o puerta-balón) es un problema del médico tratante y de organización de la institución. Angioplastia, trombólisis y demora hasta la reperfusión ___________ En la Figura 12 se puede observar la relación que existe entre el tiempo de inicio de los síntomas y la probabilidad de reducir la mortalidad. A las 3 horas de comenzados los síntomas, la probabilidad de reducir la mortalidad es del 20%. En este punto, la ATC parece ser más eficaz que los TL, dado que en más del 90% de los casos logra una rápida repermeabilización coronaria; los TL, en cambio, necesitan un tiempo de acción mayor (60-90 minutos) en un punto declive CONFERENCIA DR. BARRERO de la curva. Un ejemplo de ello puede observarse en los estudios CAPTIM(38) y PRAGUE-2. En el primero no hubo diferencias de mortalidad al mes entre los TL y la ATC, con ventajas para los TL [3,8% vs 4,8%; RRA -0,9 (IC 95% -3,71,8); p = 0,61]. La mediana de tiempo de demora entre el inicio de los síntomas y la administración del TL (prehospitalaria) en este estudio fue de 130 minutos, mientras que para la ATC fue de 190 minutos. Si, además, se analizan los pacientes que se presentaron con un tiempo de evolución menor a 2 horas, puede observarse que la mortalidad al mes en el grupo ATC fue mayor en comparación con los TL [5,7% vs 2,2% RR 2,6 (IC 95% 0,95-7,24); p = 0,058], sin diferencias luego de ese período (más de 2 a 6 horas). Algo similar ocurrió en el estudio PRAGUE-2, en el cual los pacientes aleatorizados dentro de las 3 horas de Fig. 12. Relación entre tiempo de comienzo de los síntomas, tratamiento de reperfusión y reducción de mortalidad. Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio evolución no tuvieron diferencias de mortalidad entre los TL y la ATC (7,4% vs 7,3%), mientras que en aquellos con más de 3 horas y hasta 12 horas fue mayor en el grupo TL (15,3% vs 6%; p < 0,02). La importancia de la administración precoz del TL en la evolución del infarto es remarcada por el hecho de que si excluimos del metaanálisis el estudio CAPTIM (fibrinólisis prehospitalaria) y comparamos los cinco estudios restantes que lo administraron en la etapa hospitalaria (como comúnmente ocurre en la práctica diaria), la ATC se mostraría superior a los TL en reducción de la mortalidad [RR 0,76 (IC 95% 0,6-0,98); p = 0,035]. Debe destacarse que la diferencia de tiempo de administración de los TL y la ATC en ellos fue de 43 minutos (± 38,3, rango 10 a 104). Dentro de las 3 horas de iniciados los síntomas, la ATC primaria tiene la mayor efectividad, pero no debe desecharse en infartos con un tiempo mayor de evolución. Tiempo entre utilización de trombolíticos y angioplastia Si volvemos a la curva de la Figura 12, un paciente que ingresa con 3 horas de evolución de los síntomas y un tiempo puerta-balón que se demorará más de 90 minutos (tiempo de acción de los TL), el beneficio relativo de la ATC respecto de la trombólisis se pierde. Nallamothu y cols.(39) analizaron los resultados del metaanálisis efectuado por Keeley y cols., que informó una mortalidad menor con ATC (7% vs 9%). En dicho estudio los autores analizaron la relación entre la demora (diferencia de tiempo entre puerta-balón y puerta-aguja) y el beneficio de la ATC para definir un tiempo óptimo y límite para su realización. La conclusión fue que la ventaja de la angioplastia se pierde después de un retraso de 62 minutos para TL fibrinoespecíficos y de 88 minutos con la estreptocinasa. En el metaanálisis de Keeley y cols., la demora en la realización de la ATC en relación con los TL fue de 39,5 minutos (± 22,1, rango 7 a 104), tiempo muy difícil de obtener en la práctica clínica. Widimsky y cols.(40) 21 refieren hallazgos similares en un estudio multicéntrico que comparó traslado para efectuar una angioplastia primaria versus trombólisis versus la estrategia combinada. El beneficio relativo de la angioplastia se pierde en el paciente que ingresa con menos de 3 horas de ventana y cuyo tiempo puerta-balón supera los 90 minutos. En estos pacientes sería preferible la trombólisis inmediata. Tiempo de demora en escenarios asistenciales Es indudable que en la práctica real los tiempos breves obtenidos en los ensayos clínicos son difíciles de reproducir. El Registro Nacional de los Estados Unidos (NRMI 3-4)(31) incluyó 419 hospitales con disponibilidad de ATC. En los 4.278 pacientes transferidos, la mediana de tiempo puerta-balón fue de 180 minutos con sólo el 4,2% de los pacientes tratados dentro de los 90 minutos. En el análisis multivariado, las principales causas de la demora fueron diabetes, cirugía coronaria previa, ausencia de dolor en la presentación, presentación tardía mayor de 2 horas de evolución, momento y día de ingreso (fin de semana u horarios nocturnos). En los seis estudios que analizaron los resultados de efectuar trombólisis vs derivación para angioplastia, los cinco efectuados en Europa tuvieron un tiempo promedio aleatorización-inflado del balón de 90 minutos, mientras que en el único efectuado en los Estados Unidos fue de 120 minutos. En los hospitales participantes del registro GRACE (41) se observó que los pacientes que ingresaron con un IAM con elevación del segmento ST dentro de las 12 horas de evolución (n = 3.693), la mediana de tiempo puerta-aguja para los TL fue de 37 minutos, mientras que el correspondiente a puerta-balón para la angioplastia fue de 100 minutos. Un índice de calidad institucional de atención del IAM en un centro con disponibilidad de hemodinamia elaborado por la AHA/ACC junto con otras organizaciones de la salud de los Estados Unidos proponen como criterio satisfactorio cuando al menos el 75% de los pacientes son tratados dentro de los 90 minutos del ingreso. 22 En una evaluación reciente en Calgary, Canadá, se implementó una estrategia comunitaria con un centro único con angioplastia y un programa de reconocimiento precoz del infarto y derivación a través del sistema de emergencias. Obtuvieron una mediana de tiempo puertabalón de 62 minutos (IC 95% 45-84). En el 48,9% alcanzaron un tiempo puerta-balón de 60 minutos y en el 78,8% menos de 90 minutos, con una tasa de mortalidad muy baja, del 3,1%.(42) Pericia de los operadores y resultados de la angioplastia La experiencia del operador y el número de angioplastias anuales del centro tienen un impacto reconocido sobre los resultados de la ATC. Los resultados del estudio PRAGUE-2 son la consecuencia de la participación de siete centros con gran experiencia en ATC, con un volumen anual de aproximadamente 200 casos, éxito primario del 93% y mortalidad del 5,9% en los dos años previos al estudio. Por el contrario, en el estudio DANAMI-2, de los cinco centros participantes, tres tenían escasa experiencia en ATC. En el estudio PRAGUE-2, la tasa de éxito primario (TIMI-3) fue del 88%, mientras que en el DANAMI-2 fue del 82%. En el registro estadounidense mencionado, el 45% de los centros tenían un volumen anual de ATC menor de 20 casos y sólo el 17,4% tenían más de 40 casos al año. En un metaanálisis se observó una interacción significativa entre el número de pacientes sometidos a angioplastia en un centro por año (bajo < 15 vs alto > 30 pacientes) y los resultados sobre la mortalidad al mes (8,7% vs 3,6%; p = 0,03), respectivamente.(43) Asimismo, Magid y cols.(44) efectuaron un análisis retrospectivo de los resultados de la trombólisis vs ATC en 62.299 IAM con < 12 horas de evolución y analizaron la mortalidad según la ATC se llevara a cabo en centros de bajo volumen (< 16 procedimientos por año), mediano (17-48 por año) o alto (> 49 por año). No hubo diferencias en la mortalidad entre ambos tratamientos en los centros de bajo volumen (ATC 6,2% vs TL 5,9%; p = 0,6) aun luego de ajustar las variables demográficas, clínicas, tratamiento recibido y factores hospitalarios. En los centros de mayor Módulo 4 Fascículo Nº 2 2009 experiencia, en cambio, la ATC primaria fue superior. Tiempo de traslado El tiempo de traslado es crucial y todo retraso determina peor evolución. En los seis estudios de derivación analizados previamente, la demora promedio fue de 43 minutos. No hubo complicaciones graves relacionadas con la derivación (0,5% de mortalidad en un estudio e incidencia de arritmia ventricular del 0,5% al 1,4%). Particularmente, en el estudio CAPTIM, la aleatorización se realizaba en forma prehospitalaria y la administración del TL se efectuaba durante el traslado al centro de referencia, evitando su demora a un hospital local. En el DANAMI-2, los pacientes se evaluaban brevemente en el hospital de referencia y si se aleatorizaban a efectuar una ATC se derivaban en la misma ambulancia, con una mediana de tiempo de transferencia de 32 minutos. En el PRAGUE-2, el traslado se efectuó dentro de los 30 minutos de la aleatorización. En los cinco ensayos comparados contra TL administrados en el hospital de referencia del paciente, la ATC mostró una disminución combinada de muerte, reinfarto y accidente cerebrovascular. Sin embargo, el estudio que la comparó con trombólisis prehospitalaria no evidenció beneficios para la ATC en ninguno de sus parámetros. Las diferentes definiciones del evento reinfarto, la tasa elevada de ACV observada en los estudios en los pacientes asignados a TL, así como el uso diferente de angioplastia de rescate, pueden haber modificado los resultados. Antes de las 3 horas de iniciados los síntomas, la ATC primaria es superior sólo si puede implementarse en 90 minutos. Después de las 3 horas, la ATC siempre es mejor, por lo que se puede trasladar el paciente sin mayor riesgo, pero si la ATC primaria no está disponible deben utilizarse trombolíticos. El beneficio observado con la ATC se neutraliza en relación con los TL cuando la demora en su realización (puerta-balón) supera los 90 minutos. Es aceptable que estos tiempos sean más Estrategias de reperfusión en el infarto agudo de miocardio prolongados en los pacientes que se presentan con falla de bomba grave o shock cardiogénico, infartos extensos, más añosos (≥ 65 años) y tiempo de evolución del IAM más prolongado (> 120 min), en los cuales la reperfusión con TL no se ha mostrado eficiente y la ATC ha evidenciado mejores resultados.(45) Existen dudas acerca de si los resultados de la ATC en la práctica diaria son similares a los observados en los estudios, considerando que la mayoría de los centros no tienen un volumen o una experiencia adecuados y los tiempos de derivación y traslado son difíciles de reproducir aun en países como los Estados Unidos. Como modelo, los estudios mencionados resaltan el valor de la mejor estrategia en cada comunidad de acuerdo con su infraestructura y condiciones. Es difícil establecer la validez externa de los resultados, es decir, su extensión o aplicabilidad a otras estructuras sanitarias. Sería de extraordinario interés evaluar en nuestra comunidad estas prácticas, tanto la trombólisis prehospitalaria cuando los tiempos de traslado esperados son prolongados, incluidas las eventuales demoras institucionales en la derivación, como la trombólisis intravenosa en el hospital que recibe al paciente y la ATC en los centros a los cuales pueden ser derivados. La disponibilidad de recursos con que cuentan todos los grandes conglomerados urbanos de la Argentina haría factible cualquiera de estas estrategias. Referencias ___________ (La bibliografía en negrita es la que los autores destacan como lectura complementaria al texto. Se encuentra a su disposición en nuestra biblioteca o a través de www.sac.org.ar [tres sin cargo]). 1. 2. 3. DeWood MA, Spores J, Notske R. 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