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Bacteriemias Asociadas a Catéteres ¿Gérmenes más resistentes o cuidados menos eficientes? Silvia Ilari* Introducción El uso de catéteres venosos centrales (CVC) está ampliamente difundido en el ámbito de la salud tanto en pacientes adultos, como pediátricos y neonatos y resultan ser dispositivos de suma trascendencia al momento de infundir soluciones y drogas tendientes a restablecer la salud de los enfermos hospitalizados, para el tratamiento de patologías crónicas en pacientes en domicilio, como así también para optimizar la calidad de vida en patologías digestivas. Los CVC alteran la integridad de la piel, haciendo que las infecciones por bacterias y hongos sean posibles. Estas infecciones suelen diseminarse a sangre produciendo bacteriemias asociadas a catéteres (BAC) con cambios hemodinámicos y fallo multiorgánico (sepsis severa) y de no mediar medidas tendientes a la prevención o al tratamiento pueden provocar la muerte del paciente. Las infecciones hospitalarias constituyen una de las principales causas de morbimortalidad en los sistemas de salud, prolongan la internación en unos 7 días e incrementan notablemente los costos del tratamiento. En la actualidad, hay una tendencia a que los sistemas sanitarios no asuman los costos de la atención médica cuando la infección se desarrolla durante la internación, por lo cual se hace casi obligatorio dirigir los esfuerzos para minimizar esta complicación e incluso para lograr tasas 0 de infección. *Lic. en Enfermería. Residencia en Terapia Intensiva. HIBA/Experta en Soporte Nutricional. AANEP/ Certificada en Control de Infecciones. ADECI/Carrera docente IUHIBA Aproximadamente unas 80.000 BAC ocurren en EE.UU cada año, provocando un costo adicional que oscila entre los 3700 y 29.000 U$S. Las tasas de mortalidad ocasionadas por BAC se estiman entre 5 al 35%, las cuales se podrían evitar aplicando cuidados específicos durante la colocación y el mantenimiento de estos dispositivos. En la literatura médica existe una amplia gama de estudios y publicaciones que exponen diversas medidas para impedir que ocurra la infección y que tienen como objetivos, por un lado, alertar a los equipos de salud sobre la relevancia que poseen y la justificación para incrementar su adherencia y por el otro, dar a conocer la gravedad y el costo implícito cuando no se cumplen. El CDC (Center Centers for Disease Control and Prevention) periódicamente publica reportes de tasas de infección obtenida de una red de hospitales que poseen las más bajas tasas de infección y demostraron ser eficientes en la implementación de medidas de prevención de infecciones. Las tasas aparecen agrupadas por percentiles que van entre el 10 y el 90. Ubicándose entre los primeros los hospitales con más bajas tasas de infección y entre los últimos los que reportaron cifras más elevadas.. Los propósitos de los reportes del CDC son los siguientes: Estimación de las Infecciones Asociadas al Cuidado de la Salud (IAC) Monitoreo de las IAC Facilitar la comparación con tasas de infecciones previas de la misma institución como así también con las tasas de los centros altamente calificados en atención de salud. (Percentiles) Asistencia para facilitar la vigilancia activa y el análisis de los métodos que permitan reconocer en el día a día los problemas más frecuentes y que pueden impactar en la seguridad del paciente Promover una intervención oportuna y aplicar medidas adecuadas ¿Por dónde empezamos? Lo más frecuente es el diseño de protocolos de colocación y mantenimiento de catéteres basándose en los que se aplicaron en hospitales de países desarrollados. En general son tomados como referencia debido a sus buenos resultados. Sin embargo, suele ocurrir que, al trasladarlos a hospitales de países de economías de transición, los logros son discordantes y hasta poco motivantes. Por otro lado, cuando un centro asistencial realiza la vigilancia epidemiológica de las infecciones asociadas a dispositivos, como la de catéteres, se comienzan a efectuar una serie de acciones tendientes a acercarse a un percentil aceptable de acuerdo a las establecidas por la red de hospitales de referencia, sean éstas nacionales y/o internaciones (CDC-VIHDA). No obstante, la implementación de las medidas que una institución adopta para prevenir infecciones, no es sencilla, ni menos aún fácil de aplicar. Existen diversas barreras sociales, culturales, de conocimiento y de adherencia que provocan que, hasta los mejores programas de prevención de las infecciones, claudiquen a menos que se tenga pleno conocimiento de las debilidades y fortalezas del lugar y se adapten a la cultura institucional; lo cual obviamente, no posee un abordaje intrascendente. Julio Cortázar en su texto diálogos imposibles. Hospital Blues (Publicado en “Papeles inesperados”. Alfaguara 2009) señala: “Ay, ojalá fuera así; la realidad es más prosaica y más triste: simplemente no hay contacto entre dos realidades que apenas se rozan tangencialmente unos pocos minutos por día” No caben dudas, son contextos diferentes y situaciones diversas a las que se pretende aplicar un mismo tratamiento y, generalmente, cuando no se obtienen resultados similares se esgrimen razones que intenten minimizar fracasos o se soliciten fervientemente y con premura: “cambios culturales”. Como si fuera un espontáneo canje del pasado que como tal, dejó huellas profundamente marcadas y se prometa la cercanía de un presente alentador y un futuro que seduce. También puede suceder que se pidan en forma genérica: “cambios”, pero sabido es que esos cambios no pueden ejecutarse en unas pocas semanas o en un breve año, porque cambiar implica tener motivación, evolución de conductas, crecimiento intelectual, empoderamiento de acciones, liderazgo y gestión que transforman el interior y justifican el proceso de transformación. Además, a veces dudo de la propia convicción de la institución para propiciar estos movimientos debido a que se pueden interpretar como amenazantes para sus miembros y el organismo. La sentencia “siempre se hizo así y por favor tenga cuidado si cambia algo” parecería ser la razón de la desazón. Por lo que el cambio nunca llega o llega tarde. En este estado de situación estimado lector, permítame brindarle mi reflexión: Si quiere modificar su realidad, cambie, pero asegúrese de estar plenamente convencido en dar vuelta la página, animarse a volver a empezar y sentirse confiado de ser capaz de sortear obstáculos, que obviamente no le faltarán. Equipos de colocación y mantenimiento de catéteres. ¿Si o no? La tendencia actual en brindar a los pacientes cuidados de calidad centrados en la seguridad ha producido un sinfín de búsquedas, alternativas, herramientas y programas que garanticen poder alcanzarlos. Por otro lado, frecuentemente la persona que más conoce del tema, que posee más habilidades y destrezas sobre la práctica y la técnica, es la que más garantiza los buenos resultados. En general éstas premisas no se discuten, sin embargo habrá que considerar otros factores en el momento de querer implementar un equipo específico: Ideas para la creación y el mantenimiento del proyecto a lo largo del tiempo Selección de los miembros Capacitación del equipo Inserción del proyecto en la institución, diseño de objetivos, puesta en marcha, y análisis de los resultados Contemplar variables como ausentismo, licencia, motivación de cada miembro, rediseño del equipo dado que es poco probable que el grupo trascienda más allá del valor de cada una de las individualidades Detección de fallas, definir acciones y medir procesos Rediseño de propósitos Un ítem que se suma y es fundamental, es que exista una buena interacción entre los miembros del grupo. La falta de interacción hace que las personas no intenten cambiar un modelo que falla, menos aún construir uno nuevo. Se puede recordar información y objetivos durante un breve tiempo (apenas se inicia), pero solamente si surgen preguntas que responder, desafíos por superar y acciones que trascender, habrá espacio para que se produzca el cambio de estructuras necesario para la inserción del equipo y se comuniquen los éxitos. Si todas o la mayoría de estas variables son conocidas y tenidas en cuenta probablemente el team de catéteres prospere de lo contrario es poco probable que logre los beneficios esperados. Recomendaciones para la colocación y el mantenimiento de catéteres A continuación se describen una serie de medidas que demostraron ser eficaces para la prevención de Bacteriemias Asociadas a Catéteres (BAC). El cumplimiento diario de todas ellas es clave para disminuir las tasas de BAC de una unidad EVALUAR DIARIAMENTE LA NECESIDAD DEL CATÉTER: Si la terapia EV es > a 6 días considerar el uso de PICC HIGIENE DE MANOS: Antes y después de colocar, inspeccionar, curar o realizar algún procedimiento con el catéter. Esta medida debe respetarse aunque se utilicen guantes estériles o manoplas. TECNICA ASEPTICA: Incluye la inserción y el mantenimiento. Máximas barreras de precaución durante la colocación PREPRACIÓN DE LA PIEL: Realice baño pre- colocación del catéter con clorhexidina jabonosa. Utilice clorhexidina con base alcohólica para la inserción y curación. Si existiera contraindicación iodopovidona solución o alcohol al 70% UTILICE GUIA ECOGRÁFICA PARA LA COLOCACIÓN: Siempre que sea posible para minimizar el número de punciones EVITAR UBICACIÓN FEMORAL: en pacientes pediátricos no existe esta contraindicación. Evite la ubicación subclavia para catéteres de hemodiálisis Realice una guía de cotejo o check list para la colocación del catéter y otro para el mantenimiento. Controle el porcentaje de adherencia al cumplimiento de las medidas. CURACIÓN LIMPIA Y PEGADA: utilice apósito transparente. Si hay contraindicación use gasa con cinta de papel. Remueva la curación cuando esté sucia, húmeda o despegada. DESINFECCIÓN DE AMPOLLAS Y PUERTOS DE INYECCIÓN: Antes de administrar medicación realice un fricción del puerto de inyección con gasa embebida en alcohol al 70%. Conclusiones La prevención de infecciones asociadas al cuidado de la salud, entre ellas las de catéteres continúa siendo uno de los mayores desafíos de la atención de enfermos hospitalizados. Identificar y aplicar estrategias no convencionales para minimizar la ocurrencia de las bacteriemias debe ser la mayor motivación de los miembros del equipo de salud. El trabajo multidisciplinario, en donde el éxito sea producto de la sumatoria de voluntades y no el esfuerzo de unos pocos y el foco este puesto en optimizar los cambios que sean necesarios para lograr los objetivos, garantizarán un buen programa de prevención de las infecciones intrahospitalarias Bibliografía Flodfren, G. et al. Interventions to improve professional adherence to guidelines for prevention of device-related infections. Cochrane database syst rev. 2013. Pubmed. NCBI Chandonnet, C.; et al. Health care failure mode and effect analysis to reduce NICU lineAssociated Bloodstream infections. Pediatric 2013; 131:6. 1961-196. Hakan, L.; et al. Impact of a multidimensional infection control approach on central lineassociated bloodstream infections rates in adult intensive care units of 8 cities or Turkey. Annals of clinical microbiology and antimicrobials. 2013;12(10). From www.medscape.com Jonathan R. Edwards, MStat, Kelly D. Peterson, BBA, Yi Mu, PhD, Shailendra Banerjee, PhD, Katherine Allen-Bridson, RN, BSN, CIC, Gloria Morrell, RN, MS, MSN, CIC, Margaret A. Dudeck, MPH, Daniel A. Pollock, MD, and Teresa C. Horan, MPH Atlanta, Georgia. National Healthcare Safety Network (NHSN) report: Data summary for 2006 through 2008, issued December 2009. Am J Infect Control 2009;37:783-805.)