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TEMA 7- EL VITALISMO DE NIETZSCHE Y LA CRÍTICA A LA CULTURA OCCIDENTAL “Yo conozco mi destino. Un día mi nombre irá unido a algo formidable: el recuerdo de una crisis como jamás la ha habido en la tierra, el recuerdo de la más profunda colisión de conciencia, el recuerdo de un juicio pronunciado contra todo lo que hasta el presente se ha creído, se ha exigido, se ha santificado. Yo no soy un hombre: yo soy dinamita. Y a pesar de esto, estoy muy lejos de ser un fundador de religiones. Las religiones son cosa de la plebe. Tengo necesidad de lavarme las manos, después de haber estado en contacto con hombres religiosos... Yo no quiero «creyentes»; creo que soy demasiado maligno para creer en mí mismo. Yo no hablo jamás a las masas... Tengo un miedo espantoso de que algún día se me declare santo. Se adivinará la razón por la que yo publico este libro antes, tiende a evitar que se cometan abusos conmigo. Yo no quiero ser tomado por un santo; preferiría que se me tomara por un bufón... Quizá soy un bufón... Y a pesar de esto «o mejor, no a pesar de esto, pues hasta ahora no hay nada más embustero que un santo», a pesar de esto, la verdad habla en mí. Pero mi verdad es terrible, pues hasta el presente, lo que ha sido llamado verdad es la mentira. -Transmutación de todos los valores: he aquí mi fórmula para un acto de suprema autognosis de la humanidad, acto que en mí se ha hecho carne y genio. Mi destino ha querido que yo fuera el primer hombre decente; ha querido que yo me ponga en contradicción con miles de años. Yo fui el primero en descubrir la verdad, por el hecho de que yo fui el primero en sentir -en oler- la mentira como mentira... Mi genio se encuentra en mis narices. Yo contradigo como jamás se ha contradicho, y, sin embargo, soy lo contrario de un espíritu que dice no. Yo soy un alegre mensajero como no lo ha habido nunca, y conozco tareas que son de tal altura, que el concepto ha faltado hasta el presente. Sólo a partir de mí existen de nuevo esperanzas. Con todo esto, yo soy también necesariamente el hombre de la fatalidad. Pues cuando la verdad entra en lucha con la mentira milenaria tendremos conmociones como jamás las hubo, una convulsión de temblores de tierra, un desplazamiento de montañas y de valles, tales como nunca se han soñado. La idea política quedará entonces completamente absorbida por la lucha de los espíritus. Todas las combinaciones de poderes de la vieja sociedad habrán saltado por los aires, porque todas estaban basadas en la mentira. Habrá guerras como jamás las hubo en la tierra. Solamente a partir de mí existe en el mundo la gran política.” Ecce homo, Por qué soy un destino, 1. Madrid: Alianza, 1984 pág. 123-124 1- INTRODUCCIÓN. EL SENTIDO DE LA FILOSOFÍA DE NIETZSCHE. Nietzsche es considerado junto con Freud y Marx un "pensador de la sospecha" (Paul Ricoeur), pues los tres ponen en entredicho algunas de las piezas esenciales de la metafísica occidental en que se asentaba cultura occidental: la noción de realidad, la de sujeto, la de verdad. Los tres descubren que lo que llamamos conciencia y racionalidad no son sino resultados de fuerzas distintas a ellas mismas y enmascaradas: Marx nos dijo que las formas de conciencia vienen determinadas en última instancia por las condiciones materiales de producción, y las ideologías enmascaran los intereses de clase. Freud dijo que lo consciente enmascara lo inconsciente. Nietzsche, que lo racional enmascara lo irracional, los valores, los conceptos y todas las creaciones culturales enmascaran los instintos, las pasiones. De los tres pensadores, es Nietzsche quien lleva a cabo la crítica más radical que se haya hecho a Occidente contra la cultura establecida en todas sus modalidades: Filosofía, Religión, Moral, Arte, Ciencia. Toda la 1 filosofía de Nietzsche está marcada por dos tendencias: la actitud crítica y demoledora de los viejos cimientos de la cultura europea ( el platonismo y el cristianismo), secularizados pero aún vigentes en la modernidad; y la reivindicación de la vida tal como es, eliminando cualquier trascendencia. La primera tendencia es la filosofía crítica, la filosofía del martillo. La segunda tendencia es la filosofía de la transvaloración de los valores, la filosofía de Zaratustra/Dionisos. La tarea filosófica de Nietzsche parte de un diagnóstico sobre la cultura del momento: se trata de una cultura decadente, alimentada de mentiras, enferma de nihilismo o de pérdida de los valores vitales, en definitiva. En ella se observa un acontecimiento crucial para la historia: la pérdida del sentido de los valores tomados hasta el momento como absolutos, expresada en "Dios ha muerto". Ante esta pérdida se está produciendo una actitud pesimista( el nihilismo pasivo/reactivo) que Nieztsche quiere superar. Se propone entonces buscar las raíces de esta decadencia, hacer un trabajo "arqueológico" o "genealógico" hasta encontrar su inicio, demoler los cimientos para así poder llevar a cabo la transvaloración o transmutación de los valores vitales y la llegada del superhombre. En esta demolición se vale de un método: el psicológico-genealógico. Se trata de analizar, a partir del estudio del lenguaje, de los conceptos y de su evolución, los impulsos psicológicos que se esconden tras la “objetividad”, “universalidad”, “superioridad” de los conceptos sobre los que se asienta la cultura, desenmascararlos, y mostrar su origen “humano, demasiado humano”. En resumen: Toda la filosofía de Nietzsche critica la decadencia de la cultura desde la reivindicación de la vida ( dice No para hacer posible el SÍ, o porque defiende el SÍ necesita decir No): - la reivindicación de la vida y su sentido no trascendente. Es la parte positiva de su filosofía, la filosofía del SÍ. Ésta aparece tematizada en los siguientes aspectos: - la voluntad de poder y el eterno retorno como metáforas metafísicas, de las que se deriva el fenomenismo como ontología, el perspectivismo como epistemología, la teoría pragmática de la verdad, el lenguaje como metáfora. - la moral de los señores como resultado de la transmutación de los valores. - el superhombre como nueva antropología. - la crítica a la actitud contraria a la vida que él recoge bajo el nombre de platonismo, cualquier teoría que escinda la realidad en 2 mundos, uno verdadero dado a la razón, inmutable, objetivo y verdadero, y otro aparente dado a los sentidos, engañoso. Bajo el término platonismo Nietzsche recoge el dualismo ontoepistemológico que ha dominado en la cultura Occidental (no sólo en la filosofía. El platonismo en Nietzsche no se limita a la filosofía de Platón. Lo encontramos en la filosofía de los presocráticos ( especialmente en Parménides), en Sócrates, en Platón. A partir de ahí el platonismo inunda Occidente, sobre todo gracias al cristianismo. La combinación de la raíz greco-cristiana platónica aparece en toda la cultura occidental: una Moral de esclavos, de rebaño ( dogmática y antivital), una Filosofía dualista, racionalista ( de hipertrofia de la razón), que niega el devenir, desprecia los sentidos, los instintos, los sentimientos...; una Religión, el Cristianismo ( platonismo para el 2 pueblo, con su metafísica dualista, su moral de esclavos), y una Ciencia que prolonga el error metafísico y la epistemología racionalista Esta vertiente crítica de la filosofía de Nietzsche es la filosofía del NO, la filosofía del martillo para acabar con los ideales, las viejas verdades ( los ídolos de la cultura), el ejercicio del nihilismo activo como negación de trascendencia (muerte de Dios) y disposición a transmutar los valores. La demolición del platonismo es necesaria para que la transmutación de los valores se dé y aparezca el superhombre. 2- CONTEXTO HISTÓRICO. VIDA Y OBRAS. Ya que la filosofía de Nietzsche se adentra en todas las manifestaciones culturales del momento, para entenderla hay que tener en cuenta el contexto histórico y cultural, pues vivió y pensó en un siglo lleno de corrientes de rasgos contrarios, lleno de revoluciones. El siglo XIX es heredero del proceso de secularización de la Modernidad, recoge las ideas de progreso científico-técnico unido a progreso moral y social de la Ilustración. Pero, a pesar de esta secularización y de la crisis de la fe en Dios, la moralidad del momento sigue asentada en valores religiosos, una moralidad muy puritana. Esta moralidad marca los roles de los individuos en la sociedad, lo “natural”, incluso en el ámbito del conocimiento científico (pensemos en las dificultades que tuvo Darwin para que sus tesis, contrarias al fixismo creacionista, fueran admitidas). No se observa sólo un contraste entre secularización y moralidad religiosa “de fondo”, sino en los propios logros de este proceso ilustrado, pues los signos de progreso herederos de la Ilustración ( crecimiento económico, bienestar para todos, libertad, igualdad y fraternidad…) venían también acompañados de signos de retroceso ( liberalismo económico industrial y pauperización del proletariado, lucha de clases, imperialismo y expolio de las colonias, nacionalismos etnocéntricos e ideologías racistas) los cuales se manifestaron con toda crudeza en los siglos siguientes, con todos los problemas asociados al desarrollo industrial, los movimientos totalitarios y el orden ( ¡o “desorden”) político del siglo XX, con sus dos guerras mundiales, 2.1. Contexto político-social. Nietzsche (1844-1900) vive en la 2ª mitad del siglo XIX. Todo el siglo XIX es un siglo dinámico. Desde 1815 hasta 1914 Europa vive una larga paz internacional, y las propias crisis revolucionarias de los años 30 y 40 aceleran la evolución económica. La segunda mitad del siglo es particularmente dinámica en cambios estructurales y culturales en el mundo. Es el mismo contexto que comparte Marx, el siglo de las revoluciones en todos los ámbitos: demográfico, económico (revolución industrial), científico y tecnológico, político (tendencias socialistas, liberales, anarquistas, conservadoras, nacionalismo, colonialismo) y cultural. Mientras el capitalismo industrial avanza, asociado al fenómeno de la pauperización del proletariado, las alianzas políticas en Europa cambian con la aparición de los estados nacionales de Alemania e Italia en 1870. En torno a Alemania 3 girará la política europea, política enlazada con los movimientos nacionalistas, el fenómeno del colonialismo etnocentrista y la exaltación de la raza y el espíritu del pueblo. Nietzsche siempre rechazó los nuevos valores de Nación, Raza, Estado…, pues siempre rechazó cualquier planteamiento que supusiera la subordinación del individuo al todo y la búsqueda de valores que sirvieran de consuelo seguro ante la incertidumbre de la vida. Es una época en la que aparecen los movimientos revolucionarios con la esperanza de liberación y justicia para el hombre y Europa difunde los principios jurídicos, institucionales y políticos del sistema democrático y liberal. Nietzsche se mostró siempre crítico con los movimientos de masas, del signo que fueran, porque él consideraba que cada individuo debía dominarse a sí mismo, sólo los mediocres, los débiles y los serviles necesitan los valores de igualdad y la esperanza de una justicia futura. El marxismo y los socialismos utópicos le parecían la secularización del paraíso religioso, pero en el fondo, una forma de escapar ante la realidad. La democracia le parecía una aberración con respecto a la diferencia clara entre los espíritus aristocráticos y los espíritus decadentes. A partir de 1848, con el fracaso de la Revolución, la reacción conservadora reforzará los sistemas de control sobre el individuo. El ejército cobra una importancia tremenda para el orden interno y para el externo en la política colonial. La idea etnocéntrica de la civilización europea, en la que se exaltan los valores militares, traerá como consecuencia los sistemas totalitarios y las dos guerras mundiales en el XX. Estas políticas se vieron apoyadas, o buscaron su apoyo en ciencias del momento: el evolucionismo en biología, la economía malthusiana, la antropología, la sociología de Comte y la sociobiología. Hegel y Nietzsche fueron tomados como baluartes ideológicos, entre otros. A ello contribuyeron los propios textos de Nietzsche, los cuales, leídos fuera del contexto de toda su obra, pueden resultar equívocos, y la labor de su hermana Elizabeth, casada con Bernhard Förster, profesor antisemita. Ella quiso enaltecer a su esposo con la fama de su hermano Nietzsche, y atosigó a éste para que propugnase ideas antisemitas. Él renunció a la nacionalidad alemana por la suiza, y rompió las relaciones con su hermana. Pero sus textos quedaban, y su obra "La voluntad de poder" (una recopilación de textos hecha por Elizabeth, una obra póstuma) se convirtió en una obra central para la historia de Alemania del siglo XX. 2.2- Contexto cultural La sociedad occidental va a sufrir una crisis pavorosa de certezas en todos los campos, tanto en las ciencias como en las artes y la moral. Ante esta crisis de certezas, se busca algo más firme en que creer El siglo XIX es pluriforme y sin unidad profunda. Asistimos a un proceso de diversificación de formas de pensar que desemboca en distintos sistemas o en movimientos ajenos a toda sistematización. Las nuevas generaciones de intelectuales renuncian a una concepción de tipo religioso para darse a especulaciones realistas o positivistas siguiendo los principios de la Ilustración, pero los valores laicos de la Ilustración también parecen estar en quiebra en algunos intelectuales que renuncian al exceso de racionalismo y buscan lo individual y lo subjetivo. 4 2.2.1- La Ciencia En la historia de las ideas se establece una estrecha vinculación entre ideas metafísicas y teorías científicas. El siglo XIX es incomprensible si se desliga la ciencia de la filosofía: algunas teorías científicas afectaron de lleno a problemáticas filosóficas, como la imagen del hombre ( el evolucionismo darwinista que influye en la antropología, la economía y la sociología), el libre arbitrio (la psicología y el psicoanálisis), la imagen del mundo ( el apogeo del mecanicismo pero la preparación de la teoría de la relatividad y de la teoría cuántica) o la idea misma de verdad ( problema introducido por la crisis de las matemáticas), por lo que el siglo XIX muestra dos corrientes dispares: a) Una corriente positivista y mecanicista. El siglo XIX es el siglo de la ciencia y de la técnica, en el que se afirma la fe en la ciencia como última consecuencia de la fe en la razón que se inició en la Modernidad. Nietzsche se mantiene siempre crítico con esta ciencia positivista, que él considera una prolongación del error histórico del platonismo. El mecanicismo físico, que tiene su apogeo en el siglo XIX, entrelaza con las teorías químicas y fisiológicas y el enlace se une a la idea de progreso y a la industria: microbiología que vence las enfermedades infecciosas, la aplicación de electromagnetismo a la industria, la radio, el radar, el telégrafo y el teléfono. La unión de mecanicismo y evolucionismo marca el devenir de las ciencias sociales que ven su aparición en el XIX: la historia, la sociología, la economía, la antropología, la psicología, la lingüística comparada, orgullo de la lingüística alemana del XIX ( Nietzsche era filólogo clásico). b) Pero también un siglo en el que se acaban las certidumbres. Se acaba con la certidumbre en las matemáticas, con las extrañas geometrías no euclídeas y extrañas álgebras que llevan a admitir, de mala gana, que las matemáticas no eran verdades indiscutibles. Aparentemente no había un diseño matemático inherente a la naturaleza. La clave de la realidad había sido perdida. En la biología también está presente una concepción vitalista, en lugar de mecanicista. Se postula la existencia de un principio propio en los seres vivos, principio responsable de su comportamiento finalista, irreducible a las leyes de la física y la química. Este principio recibe el nombre de fuerza vital (Claude Bernard), fuerza dominante (Reinke), entelequia ( Hans Driesch). Nietzsche tenía un buen conocimiento de esta corriente en biología. Pero si hay dos teorías científicas que tienen implicaciones filosóficas grandes son el evolucionismo y el psicoanálisis. El evolucionismo, en cuyo desarrollo es central el trabajo de Charles Darwin, descubre como principio de la evolución la variación genética, la herencia de los caracteres adquiridos y la selección natural mediante la lucha por la existencia y la supervivencia de los más fuertes. El pensamiento de Nietzsche muestra gran influencia del darwinismo. 5 El psicoanálisis de Freud pronto se convirtió en el "sustrato" cultural de gran importancia en las artes. Lo que une a Freud y Nietzsche como filósofos de la sospecha puede entenderse mejor si se tiene en cuenta el clima social que comparten ambos: una sociedad alemana puritana, donde está presente la doble moralidad. En algunos casos, los análisis de Nietzsche se adelantan a las propias conclusiones de Freud. Para éste, el sujeto no es auto transparente, sino el campo de batalla de las pulsiones del ello o Inconsciente (la pulsión sexual o Eros y la pulsión agresiva o Thanatos) y de las exigencias de un super-yo, sede del modelo ideal del yo de origen ideológico, generado por la educación y el proceso de socialización. El deseo como libido es la fuerza que da origen, por sublimación, a la razón a la que acompaña, siempre interfiriendo en la actividad racional, a través de síntomas patológicos (neurosis, histeria, complejo de Edipo, fobias), de prácticas cotidianas ( lapsus lingüísticos, tics, pequeñas manías) y los sueños. 2.2.2- El arte En la primera mitad del siglo XIX domina el Romanticismo como una reacción frente a los excesos ilustrados. Se trata de un movimiento estético que exalta los sentimientos, la imaginación, la intuición, frente al progreso racional. Promueve la vuelta a la tradición, a la historia, a las raíces de los pueblos, frente a la ciencia, exalta el arte y la figura del genio. Nietzsche se verá fuertemente influido por el Romanticismo, pero también presenta críticas a este movimiento. Del Romanticismo asume la figura del genio (en Nietzsche será el espíritu libre), lo irracional, lo instintivo, lo pasional, pero rechaza la visión del arte como escape a mundos absolutos, míticos y perfectos, o la defensa del espíritu del pueblo. En esta influencia del Romanticismo en Nietzsche, hay que recordar la fidelidad de este autor por Goethe, el único alemán, dice en ocasiones, por el que siente admiración. Pero también hay que recordar la tormentosa relación con Richard Wagner. La obra y la vida de Nietzsche serían incomprensibles sin la figura del músico romántico Richard Wagner. Nietzsche formó parte del círculo íntimo del compositor durante la década de 1870 y su primera obra publicada, El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música, proponía la música de Wagner como el renacer dionisiaco de la cultura europea en oposición al racionalismo decadente apolíneo. Nietzsche rompió su relación con el compositor después del Festival de Bayreuth en 1876, porque creía que el periodo final del compositor representaba una complacencia con la piedad cristiana y una entrega al nuevo Imperio alemán. A mediados de siglo se imponen nuevas corrientes artísticas que reaccionan al Romanticismo: el Realismo y el Naturalismo. En ambos movimientos confluyen planteamientos filosóficos, científicos y políticos: el positivismo (Auguste Comte), el marxismo (mundo obrero, lucha de clases) y en cierta medida las filosofías de Schopenhauer y Nietzsche. El realismo presupone la idea de que se puede observar la realidad social y el individuo, cuyo comportamiento responde a leyes (psicológicas, morales, sociales…). El naturalismo supone un paso más: el hombre está determinado por rasgos biológicos y sociales. Estos rasgos del Realismo y del Naturalismo encuentran en los análisis que realiza Nietzsche de los “impulsos humanos, demasiado humanos”(cobardía, venganza, miedo, resentimiento…) que hay detrás de los grandes ideales y virtudes ( mansedumbre, justicia, prudencia, altruismo…) una gran fuente inspiradora. 6 Nietzsche fue un gran lector y conocedor de la literatura de su tiempo, y de gran influencia en su obra tenemos a Dostoyevski y Stendhal: “Dostoyevski, el único psicólogo, por cierto, del cual se podía aprender algo, es uno de los accidentes más felices de mi vida, más incluso que el descubrimiento de Stendhal.” (Nietzsche. El crepúsculo de los ídolos). 2.2.3- Contexto filosófico La segunda mitad del XIX reacciona al hegelianismo (idealismo absoluto) y a su exaltación del orden racional de toda la realidad como manifestación del Espíritu. La reacción se da desde diferentes corrientes: el positivismo, el socialismo utópico, el materialismo (y dentro de éste, el materialismo histórico de Marx y Engels), las filosofías de Kierkegaard y Schopenhauer, las corrientes historicistas y el vitalismo, al que pertenece Nietzsche. De toda la tradición filosófica anterior a él, Nietzsche sólo mantendrá como fieles acompañantes a quienes admirar a Heráclito, a los ilustrados franceses (especialmente a Voltaire), y de sus contemporáneos, seguirá el individualismo de Max Stirner, y el influjo poderoso ( durante un tiempo) de Schopenhauer. El Positivismo, el Socialismo utópico y el Materialismo histórico comparten la fe en el progreso de la humanidad y la consecución de la felicidad terrenal gracias a la conquista de la visión ajustada de la realidad, fuera de la metafísica idealista hegeliana A los tres se opondrá Nietzsche como pensamientos dogmáticos, herederos seculares del platonismo y del cristianismo, el gran pervertidor de Occidente. A pesar de que Nietzsche comparte con el Positivismo y el Materialismo la consideración material de la realidad y el rechazo de la Metafísica, critica la fe en la razón del Positivismo y el mesianismo del Materialismo histórico. El Socialismo utópico ( Saint-Simón, Fourier, Proudhon) como filosofía social y política, busca una ordenación más justa de la sociedad capitalista del momento, para lo cual consideran básica una repartición más igualitaria de las riquezas y la reforma de la educación. El Positivismo y el Materialismo histórico comparten el espíritu positivo de la época que reacciona frente al idealismo hegeliano. - El Positivismo (Augusto Comte) como teoría sociológica establece la necesidad de llegar al estado positivo, en el que la ciencia de lo observable, cuantificable y verificable ordene el mundo, tras haber superado los estados anteriores (el teológico, en el que el mundo es interpretado como producto de fuerzas sobrenaturales, y el filosófico, en el que el mundo es interpretado por fuerzas abstractas). -El Materialismo histórico expone que el curso de la historia se desarrolla siguiendo leyes concretas: de la infraestructura económica a la superestructura, por la relación dialéctica entre fuerzas productivas y relaciones de producción, siendo el motor de avance la lucha de clases. Con el comunismo se acabará la prehistoria como historia de la explotación humana. Las filosofías de Kierkegaard y Schopenhauer no son homogéneas, pero las dos son figuras solitarias en el panorama del poshegelianismo, anteponiendo a la 7 razón elementos ateoréticos o prerracionales. De los dos es Schopenhauer quien influye en Nietzsche de forma poderosa. Igual que no se puede entender la vida y filosofía de Nietzsche sin Richard Wagner, lo mismo sucede con respecto a Schopenhauer. En Schopenhauer el hombre es el que da sentido al mundo como totalidad, ya que éste pasa a ser por entero representación suya. La razón no es el fundamento del mundo, puesto que ella es un elemento derivado del fundamento último de lo real: la voluntad. Ésta es la cosa en sí. En su concepción de la voluntad como realidad última presenta una clara influencia de la sabiduría hindú. Los Vedas y los Puranas enseñan que la realidad interna es un fluir continuo, del cual las cosas concretas son maya, ensueño. Los seres reales son de hecho un mundo ilusorio. La vida humana es dolor por el deseo de infinitud. Cada uno quisiera atraer en sí la voluntad participada en todos los demás seres. Quisiera ser todo. Schopenhauer convertirá el arte en el conocimiento esencial del mundo, capaz de liberar al entendimiento del vasallaje al que le somete la voluntad prerracional. Nietzsche convertirá la voluntad de Schopenhauer en la voluntad de poder, asumirá el fluir continuo como rasgo fundamental de la realidad, el arte como el mejor modo de interpretar el mundo, pero criticará el pesimismo de Schopenhauer, su nihilismo pasivo, que busca la evasión. El vitalismo o Filosofías de la vida engloba a diferentes autores que afirman la vida como realidad radical irreductible a cualquier conceptuación o demostración. Se trata de una reacción al racionalismo y dogmatismo como negación de la vida, y al espíritu positivo que reduce la vida a procesos físico-químicos mecanicistas, que hacen de la realidad algo estático. Es habitual señalar dos formas de entender la vida: - en el sentido biológico, subraya el papel del cuerpo, de los instintos, de lo irracional, la fuerza y la lucha por la subsistencia. - en sentido biográfico-histórico, como conjunto de experiencias humanas en su dimensión personal o social-histórica. Ortega y Gasset, Bergson y Nietzsche son los filósofos vitalistas más importantes. 2.2.4. Biografía, períodos filosóficos y obras. Nietzsche nos dice en su obra autobiográfica Ecce homo, de 1888, que el día en que cumplía 44 años, el 15 de octubre de 1888, decidió “contarse su vida a sí mismo”. El título de la obra ya contiene dos elementos imprescindibles en su vida y filosofía: tiene resonancias evangélicas (Pilatos, en el momento en que presenta al pueblo a un Jesús azotado y escarnecido, dijo: Ecce homo, ahí tenéis al hombre), pero también tiene resonancias griegas ( Nietzsche era catedrático de filología clásica), pues lleva como continuación del título Cómo se llega a ser el que se es, recogiendo una sentencia del poeta Píndaro: “Llega a ser el que eres”. Nietzsche, educado en un ambiente pietista, batalló contra el cristianismo y su moral decadente, y se presenta a sí mismo como discípulo del filósofo Dionisos, una vuelta al mundo griego arcaico, aristocrático, antes de la aparición de la filosofía. 8 ¿Por qué contarse su vida a sí mismo? Contarse su vida a sí mismo, pues sabía del rechazo que su filosofía despertaba en la mayoría de los intelectuales europeos, del poco público que lo leía. Tenía pensado por entonces dar al mundo su obra definitiva, La voluntad de poder, aún no escrita pero sí diseñada y madurada durante décadas, una obra que, según él, cambiaría el destino de la humanidad. “He aquí el hombre”, para que “¡Sobre todo, no me confundáis con otros! (…) Por ejemplo, yo no soy en modo alguno un espantajo, un monstruo de moral (….) La última cosa que yo pretendería sería “mejorar” a la humanidad. Nietzsche siempre se consideró un intempestivo, un hombre fuera de su tiempo e inoportuno, tuvo muy pocos pero muy fieles amigos (como el teólogo radical Franz Overbeck, y su secretario Peter Gast), gran rechazo entre sus contemporáneos alemanes, y más admiración por lectores no alemanes:“Me basta hablar con cualquier “persona culta” de las que en verano vienen a la Alta Engadina para convencerme de que yo no vivo“. “Cómo se llega a ser el que se es”, cómo mantenerse fiel a sí mismo en su vida y obra:”La filosofía, tal como yo la he entendido y vivido hasta ahora, es vida voluntaria en el hielo y en las altas montañas- búsqueda de todo lo problemático y extraño que hay en el existir, de todo lo proscrito hasta ahora por la moral (…) ¿Cuánta verdad soporta, cuanta verdad osa un espíritu?, esto fue convirtiéndose cada vez más, para mí, en la auténtica unidad de medida”. Una unidad de medida que aplicó en la crítica a la cultura occidental, que aplicó a sus propias amistades ( el enfrentamiento con Wagner fue continuo), una unidad por la que parece, se midió a sí mismo, en su tensión personal de una vida marcada desde muy joven por la enfermedad, y que, no obstante, elabora una filosofía como exaltación de la vida, pues “Toda conquista, todo paso adelante en el conocimiento es consecuencia del coraje, de la dureza consigo mismo, de la limpieza consigo mismo” Nietzsche nació el 15 de octubre de 1844 en Röcken, cerca de Leipzig, hijo de un pastor protestante, y de quien se esperaba que siguiera la tradición familiar de carrera religiosa. Perdió a su padre a la edad de 5 años. Nietzsche nos cuenta que siempre se preguntó por qué ese Dios a quien su padre servía, había permitido que sufriera tanto. Educado en una de las más famosas escuelas de Turinga, recibió una sólida formación en Humanidades, destacó por sus excelentes resultados académicos (sobre todo en religión, lenguaje y música), y por su fuerte carácter y espíritu solitario. Desde edad muy temprana, con la pubertad, empezó a padecer fuertes dolores de cabeza y dificultades en la vista que sólo fueron empeorando con el tiempo. En 1864 empieza estudios de Teología en Bonn, pero los abandona por la Filología clásica, y pronto se empieza a sentir atraído por la filosofía. En 1868 se siente fascinado por la música y la figura de Wagner, a quien considera una representación del espíritu griego trágico. En 1869, sin ser aún doctor, es nombrado catedrático de griego en la Universidad de Basilea. De 1869 a 1879 transcurren 10 años en los que Nietzsche está en contacto con el mundo académico, admirado por sus alumnos y denostado por sus compañeros, que poco a poco lo van arrinconando y despreciando. Es el catedrático más joven hasta el momento, despierta envidias y recelos. A medida que Nietzsche va publicando sus 9 obras y arremete contra la cultura dominante y sus principales figuras, el rechazo va siendo aún mayor. En 1870 se presenta como enfermero voluntario en la guerra franco-prusiana. Contrae disentería y difteria, lo cual agrava sus problemas de salud. Posiblemente, también contrae sífilis, una enfermedad de transmisión sexual frecuente en la época. De vuelta a la vida académica, en 1878 se acaba su amistad con Wagner, y en 1879 debe abandonar la vida académica por enfermedad. No tiene aún 35 años y ya es un académico jubilado gravemente enfermo. Desde entonces (1879- 1889) empezará su vida errante, fuera del ámbito académico, con la pequeña pensión dada por la universidad, pasando los inviernos en Italia y los veranos en Suiza (Sils- Maria). En 1882 conoció a Lou Andreas Salomé, quien significó un nuevo renacer en el ánimo de Nietzsche. Con ella y el poeta Paul Ree Nietzsche imaginaba crear una sociedad-comunidad filosófica. En dos ocasiones pidió en matrimonio a Lou, y fue rechazado. Los conflictos con su madre y su hermana Elizabeth, a causa de su relación con Lou, fueron en aumento. Rompe con Lou y con Paul Ree. La hermana comienza a interferir en las decisiones y publicaciones de su hermano. "El maldito antisemitismo” de su hermana, como declara Nietzsche, es causa de continuas discordias. En mayo de 1885 se casa Elizabeth con Bernhard Förster, a principios del año siguiente ambos marchan hacia Paraguay a fundar una colonia aria. Nietzsche no asiste a la boda. No soporta el antisemitismo de su hermana y de su cuñado. Nietzsche se encuentra con problemas económicos, no encuentra editor para sus obras, y muchas veces tiene que acudir a la edición privada Durante 1888 escribe de manera febril. Es un año de pésima salud, pero de una gran creatividad. Pero el derrumbe de Nietzsche está próximo. Nietzsche se queja en una carta a Overbeck de una “negra desesperación” que lo tiene agarrado y no le permite escapar, se queja de “la falta de un amor humano realmente refrescante y reconstituyente, de la absurda soledad, la cual trae consigo que casi todos los restos de conexión con los hombres sean mera causa de heridas”. Nietzsche muestra una curva febril de depresión y euforia. El 8 de diciembre de 1888 le dice a Karl Fuchs ( un amigo, crítico musical) que “¡Todo ha acabado!” En las cartas que escribe durante esta época comienza a demostrar, a través de sus firmas, que no solamente le es extraña su filosofía sino también su identidad (firma como “El Crucificado”, “Dionisos”). El 31 de diciembre de 1888 ya no sabe su dirección y comienza a verse a sí mismo como el organizador de un Congreso europeo de Príncipes. El derrumbe es ya algo irreversible El 3 de enero de 1889 Nietzsche tuvo un colapso mental. Ese día fue detenido tras, al parecer, haber provocado algún tipo de desorden público, perdida ya la razón, por las calles de Turín. Lo que pasó exactamente es desconocido. La versión más extendida sobre lo sucedido dice que Nietzsche caminaba por la Piazza Carlo Alberto, cuando un repentino alboroto que causó un caballo al tropezar y caer junto con el furgón que arrastraba llamó su atención, Nietzsche corrió hacia el caballo y lanzó sus brazos rodeando su cuello para protegerlo de los latigazos que le estaba dando el cochero. Dicen que, abrazado al cuello del caballo, llegó a pedirle disculpas en nombre de la 10 humanidad por la brutalidad humana, desvaneciéndose acto seguido contra el suelo. En los días siguientes, escribió breves cartas para algunos amigos, incluidos Cósima Wagner ( la mujer de Wagner) y Jacob Burckhardt ( amigo historiador), en las que mostraba signos de demencia y megalomanía. Overbeck recibe también una carta parecida, y acude a Turín en busca de su amigo Nietzsche. En enero de 1889 es internado en una clínica psiquiátrica de Basilea. El diagnóstico es de parálisis cerebral. Pocos meses después del derrumbamiento, la noticia llegó a Pau, Bayreuth y Epsom. El último editor de Nietzsche, C.G. Naumann, olfateaba el gran negocio: era excitante para la imaginación la lectura de un filósofo que había puesto en boca de un loco la muerte de Dios ( La Gaya Ciencia) y que ahora él mismo se había vuelto loco. Ya en el año 1890 hizo nuevas ediciones de las obras de Nietzsche, que alcanzaron ventas considerables. De 1889 a 1900, Nietzsche queda al cuidado primero de su madre, y después de su hermana, cuando en 1897 muere la madre. La hermana se hace cargo de él y lo lleva a la villa Silberblich en Weimar, donde se había trasladado el año anterior con el archivo Nietzsche (fundado por ella en 1894 en Naumburg a su regreso de Paraguay). En la villa, la hermana hizo erigir un estrado en el que el aletargado Nietzsche fue presentado ante el público como mártir del espíritu (Nietzsche, biografía de su pensamiento. Rüdiger Safranski, Editorial Tusquets, Barcelona 2001, página 342). En este último periodo, su hermana se encargará de editar las últimas obras escritas, tomando un control absoluto ( manipulaciones de fragmentos incluidas) sobre lo escritos del filósofo alemán, y publicando una obra póstuma, La voluntad de poder, recopilando anotaciones de su hermano ( hasta 1969 no se pudieron editar las obras de Nietzsche no controladas por su hermana). El sábado 25 de Agosto de 1900, muere Nietzsche, a causa de una neumonía. Ha estado 10 años en estado prácticamente vegetativo. Es mediodía, gran paradoja, por el significado de mediodía en Nietzsche: el periodo de la filosofía en el que Nietzsche escribe su obra capital Así habló Zaratustra, una joya de la literatura alemana donde Nietzsche nos presenta los temas fundamentales de su filosofía vitalista, es conocido como la filosofía del mediodía. En su obra El crepúsculo de los ídolos dice que en la historia del error que es la filosofía, hay ya un momento, el último, en el que se ha eliminado el error del dualismo metafísico, aludiendo a su propia filosofía del mediodía: Mediodía, es el instante de la sombra más corta, final del error más largo; punto culminante de la humanidad. INCIPIT ZARATHUSTRA. El hilo de la filosofía del “sí” y del “no” se puede seguir en la elaboración de su obra, en la que se suelen distinguir cuatro etapas (Eugen Fink): 1- Período romántico o filosofía de la noche. Coincide con su estancia como docente en Basilea. Bajo la influencia de Schopenhauer y Wagner, comprende 3 obras importantes: El nacimiento de la tragedia griega en el espíritu de la música (1871) en la que habla de la vida como conflicto entre lo dionisíaco (lo irracional, el 11 devenir informe) y lo apolíneo (lo racional, lo estructurado) manifestado en el arte de la tragedia griega. Aquí ya inicia la crítica a la filosofía socrática y platónica como decantación por lo apolíneo en detrimento de lo dionisíaco, con lo que esto supone de decadente y engañoso. La crítica a la tradición socrático-platónica y la defensa de lo dionisiaco formarán parte de toda la filosofía y obra posterior de Nietzsche. Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (1873) analiza la formación de los conceptos como pérdida de la capacidad metafórica del lenguaje y refugio del miedo a la vida. La importancia del lenguaje en la creación y consolidación de conceptos, la actitud psicológica detrás de todo concepto, son también elementos que forman parte de la filosofía posterior. Consideraciones intempestivas (1873-1875) analiza la cultura del momento. La cultura alemana le parece el culmen de la decadencia. 2- Período positivista o ilustrado, o filosofía de la mañana. Apartado de la influencia de Wagner y del pesimismo de Schopenhauer habla de la necesidad de una actitud crítica (a la que él llama ciencia), desenmascaradora de engaño, sea éste de carácter filosófico, religioso o artístico. De este período son: Humano, demasiado humano (1878-1879) que descubre el trasfondo demasiado humano de lo "ideal" ( el origen psicológico de los conceptos) Aurora (1881) pensamientos sobre los prejuicios morales. Para Nietzsche, todos los conceptos morales son resultado de prejuicios morales, nacidos de una actitud de negación de la vida. El gay saber ( la Gaya ciencia, 1882)), en el que habla por primera vez del eterno retorno, de la muerte de Dios. Critica al idealismo y el cristianismo como ideologías hostiles a la vida 3- Período de la filosofía de Zaratustra, o filosofía del mediodía. Este período es fundamental y conocido por la obra básica de Nietzsche Así habló Zaratustra, un libro para todos y para nadie (1883-1885). En esta obra reemprende la crítica de la metafísica, la moral y la cultura occidentales, y desarrolla sus conceptos claves: nihilismo, transmutación de los valores, voluntad de poder, eterno retorno, superhombre ( Übermensch). Cada parte del libro contiene una idea central: en el prólogo aparece el último hombre ( el pesimista ante la falta de valores) y el superhombre. En la primera parte habla de la muerte de Dios, en la segunda de la voluntad de poder, y en la tercera del eterno retorno. 4- Período crítico o filosofía del atardecer ( del ocaso). En este período critica de forma demoledora la cultura occidental. En él utiliza un método ya empleado en el período ilustrado: el método psicológico-genealógico, el método con el cual sigue la génesis, el origen psicológico y lingüístico de los conceptos. Se trata de un método de desenmascaramiento de lo que se oculta detrás de los conceptos: la renuncia a la vida. 12 Más allá del bien y del mal, Preludio de una filosofía del futuro (1883) en la que critica la religión, la moral y la filosofía. Considera a los filósofos como hombres dirigidos por prejuicios morales inconfesados, a los hombres religiosos como neuróticos envenenadores y a los hombres morales como vengativos. La genealogía de la moral, un escrito polémico (1887). En esta obra critica los valores tradicionales de la cultura occidental, aplicando de manera constante el método psicológico-genealógico. Es una obra fundamental en Nietzsche, pues muestra la profunda relación que existe entre Moral y Metafísica, rastrea los orígenes de los prejuicios morales de nuestra cultura en los impulsos resentidos, cobardes y vengativos, y muestra cómo nociones como “bueno” y “malo” surgieron por una inversión de los valores aristocráticos. Contrapone lo que él llama la moral de señores (moral de valores vitales) con la moral de esclavos y del rebaño, propia del cristianismo. Esta obra guarda mucha relación con El Crepúsculo de los ídolos. El crepúsculo de los ídolos, o cómo se filosofa con el martillo (1888), obra en la que critica la filosofía (el dualismo onto-epistemológico), la moral y la ciencia, utilizando el método psicológico-genealógico. El Anticristo, Maldición contra el cristianismo (1888) critica la religión y la moral cristianas. Ecce homo, Cómo se llega a ser el que se es (1888), autobiográfica. La obra La voluntad de poder es una obra póstuma (1901) elaborada a partir de selección de textos y editada por su hermana, en la que aparecen los cuatro temas de "Así habló Zaratustra". 3- LA FILOSOFÍA DE NIETZSCHE 3.1- El estilo de Nietzsche. Cuando la forma revela el fondo. La filosofía de Nietzsche no se desarrolla en sus obras de una forma sistemática, recurriendo a argumentaciones y conceptos. Utiliza las sentencias, el aforismo, la fabulación, las parábolas, las paradojas, las metáforas. Todos los grandes conceptos de Nietzsche son en sí mismos metáforas: superhombre, eterno retorno, muerte de Dios, voluntad de poder. Esta forma de contar sin explicar es coherente con su propia intención con respecto a toda la tradición anterior: desmontar la lógica racional sobre la que se había asentado la visión del mundo occidental impide utilizarla como herramienta de trabajo. Su forma asistemática dinamita el afán sistemático y sistematizador de los discursos filosóficos y científicos del momento. Nietzsche quiere provocar la lectura profunda, la reflexión, la contradicción, el pensar dilatado, no la memorización y la adhesión rápida: “Ambiciono decir en diez frases lo que otro cualquiera dice en un libro, lo que otro cualquiera no dice en un libro”. Si concibe la realidad como devenir, juego de fuerzas 13 y el conocimiento como perspectiva, su narración es una combinación de sentencias breves y rápidas como flechas, desarrollo minucioso de un tema en varios apartados y al que vuelve una y otra vez desde otro punto, de juegos de lenguaje que buscan la profundidad de sentidos en la belleza literaria. No reprime, sino que exprime la parte emocional y expresiva del discurso, usa abundantes recursos retóricos (signos de entonación, cursivas, retruécanos). Al respecto, es muy usual en él encontrar dos recursos combinados en ocasiones: - el uso de las comillas, cuando quiere llamar la atención sobre expresiones o conceptos para criticarlos. - el uso de las cursivas, para afirmar palabra o expresiones en un sentido positivo o de pura definición. 3.2. El punto de partida: el nihilismo en Occidente. La crítica de Nietzsche parte de un diagnóstico sobre la cultura de su momento: la crisis de los valores, el nihilismo, un acontecimiento terrible pero que es a la vez la posibilidad de abrirse a nuevos valores ( es la gran “aurora” de la humanidad). El nihilismo tiene diferentes significados: se refiere a la historia de Occidente como historia de la decadencia de los valores vitales, se refiere también a la situación del XIX ( la pérdida de valores en los que creer), y a las actitudes que se manifiestan ante la pérdida de valores ( el nihilismo pasivo/reactivo y el nihilismo activo) El nihilismo como historia de la decadencia de Occidente es la historia de los valores inadecuados y ficticios, la creencia en un mundo objetivo, verdadero, inmutable y racional como fundamento de dichos valores. Esta historia comenzó ya en el mundo griego. La época de esplendor del mundo griego era el tiempo anterior a la aparición de la filosofía, el mundo del arte trágico y de la religión politeísta como expresión de la vida. El inicio de la decadencia está en Sócrates y Platón, que recogen tradiciones presocráticas tiznadas de decadencia ( Parménides especialmente). Con ellos comienza la metafísica como la máxima mentira sobre el mundo, aparición conjunta con la moral. Occidente se ve inundada de valores suprasensibles (opuestos a la vida): La Verdad, La Belleza y El Bien, y los grandes principios de La Lógica (falaces y encubridores de la realidad) como son el principio de identidad, de causalidad...La decadencia de Occidente (el nihilismo) nace, pues, con el platonismo, el dualismo onto-epistemológico y su moral antivital, que no se reduce a la filosofía de Platón ( podríamos decir que el nihilismo de Occidente es causado por el platonismo). El cristianismo se ocupó de hacer total la presencia de estos valores antivitales, haciendo del platonismo filosófico platonismo para el pueblo, dominando durante toda la Edad Media. A partir del Renacimiento, durante la historia ha habido nihilismos parciales en los que la voluntad de negación de la vida se manifiesta, intentando buscar valores que sustituyan a los platónicos y cristianos: la moral kantiana con sus valores"laicos" de ilustración para todos, y el socialismo, que pretende sustituir los ideales del cristianismo con la promesa de la felicidad en este mundo, el positivismo con sus valores científicos y tecnológicos. Así que los valores decadentes, identificados con alguna forma de valor 14 absoluto, también son el Progreso, la Revolución, la Ciencia, el Estado, la Nación, la Raza...La crítica de Nietzsche a todos los aspectos de la cultura es una crítica al nihilismo como historia de la decadencia de Occidente. Este espíritu decadente desemboca en la época de Nietzsche ( en el XIX) en la falta de respuesta a la pregunta "para qué", "el convencimiento de la absoluta inconsistencia de la existencia, cuando se trata de los supremos valores reconocidos". Se trata de la pérdida de la fe en los valores tradicionales, y la ausencia de valores alternativos, que se expresa en el grito de Zaratustra ¡Dios ha muerto! Ante la “muerte de Dios” ( la ausencia de valores), surge el nihilismo pasivo/reactivo El nihilismo pasivo/reactivo no cree en ningún valor, puesto que considera que todo valor es posible sólo si Dios existe, y Dios no existe. Termina en la desesperación, la inacción, la renuncia al deseo, el suicidio. El pesimismo budista de Schopenhauer y Dostoyevski ( "Si Dios no existe todo está permitido") son representantes de este pesimismo. En Así habló Zaratustra esta actitud se representa con la figura del camello, símbolo de la aceptación resignada de las mayores cargas. Nietzsche quiere también superar este nihilismo pasivo/reactivo Ante la falta de valores, puede existir también la actitud del nihilismo activo, que pretende adelantarse a la instauración del vacío de valores, creando los suyos propios, apareciendo como una exaltación de la vida. Y este nihilismo filosofa " a martillazos" para acabar con la decadencia. Lleva a cabo la crítica a todos los ámbitos de la cultura, requisito previo para la transmutación de los valores. Viene representado por el león en Así habló Zaratustra. La filosofía crítica de Nietzsche es una filosofía nihilista en este sentido: destruye los valores decadentes para instaurar valores vitales. 3.3- La crítica a la cultura occidental. La filosofía del NO o la filosofía del martillo. 3.3.1.La decadencia de Occidente (el nihilismo en la cultura occidental): historia del platonismo, la gran mentira de siglos. La decadencia de Occidente como pérdida de los valores vitales tiene una causa: el platonismo. Nietzsche llama platonismo a toda teoría onto-epistemológica que escinde la realidad en dos mundos: un mundo llamado “verdadero, inmutable, racional, objetivo, perfecto” dado a la razón, y un mundo llamado “aparente, cambiante, imperfecto, dado a los sentidos, subjetivo”. La filosofía y la religión son formas de platonismo, y defienden este dualismo, con palabras distintas. Aunque el platonismo no se reduce a la filosofía de Platón, encontró en Platón su máximo representante en la filosofía antigua, y como toda la filosofía posterior es heredera de la filosofía platónica, el platonismo se propagó, y a ello contribuyó eficazmente el cristianismo, platonismo para el pueblo. El platonismo, nos dice Nietzsche, se ha instalado en la cultura, viene a ser la actitud de todos los hombres de nuestra civilización. Nietzsche explica la aparición del platonismo mostrando que deriva de una actitud interesada (ocultar el devenir, la realidad del cambio, sobrevalorar la razón y despreciar los sentidos) y cobarde (el miedo a la vida lleva a inventar una realidad 15 suprasensible donde no existe el dolor, la muerte, la lucha, la irracionalidad). Así, la cultura occidental se inventa un mundo (objetivado en Dios, gracias al cristianismo) para encontrar consuelo. 3.3.1.1- Antes de la decadencia: la concepción dionisiaca y apolínea de la vida en el mundo griego antiguo. El espíritu de la tragedia. En su obra “El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música”, Nietzsche cuestionó la valoración tradicional del mundo griego que situaba en la Grecia clásica (el siglo de Pericles) el esplendor de su cultura. Nietzsche considera que en esta época, Grecia ya estaba en decadencia, y que el esplendor se dio cuando todavía la tradición filosófica de Sócrates y Platón no dominaba en el mundo heleno. El mundo griego arcaico, a través de su mitología, supo captar la contradicción inherente a la realidad, sin ocultar ninguna de sus dimensiones, bajo las figuras de Apolo y Dionisos. Apolo es el dios de las artes plásticas, del orden, del equilibrio, representa el mundo como una totalidad ordenada y racional, la individuación. Dionisos es el dios de la embriaguez, del exceso, de la pasión, del desorden, de la música, de la fusión. Se trata no sólo de dimensiones estéticas, sino que revelan las intuiciones profundas acerca de la realidad. En la tragedia griega, dice Nietzsche, los griegos antes de la filosofía encontraron el arte completo donde se expresaba la vida, donde Apolo y Dionisos se complementaban: Apolo (lo apolíneo) estaba en los personajes individuales, en su discurso, Dionisos (lo dionisiaco) estaba en la música y la danza, en el coro. Fuerzas estéticas Religión de la que procede: Divinidad en que se inspira: Lo "apolíneo" Lo "dionisiaco" Religión olímpica Religiones esotéricas: Misterios de Eleusis y el orfismo Apolo: es el dios de la belleza, el sol, la luz. Representa: El orden, la medida, el límite, el equilibrio, el control. Dionisos: es el dios de la vegetación, espíritu de la savia de las plantas y del jugo de los frutos del vino y la fecundidad animal. En su honor se celebran orgías en los ritos de las Bacantes. Es el dios Baco de los romanos. La desmesura, la aniquilación de la conciencia personal, el flujo profundo de la vida misma que rompe barreras e ignora todas las limitaciones, el descontrol. El primitivismo y la naturaleza. La embriaguez mística Refleja la unidad primordial de todo por encima del principio de individuación. La música (indefinida e ilimitada) La cultura y la civilización. Los sueños. El principio de individuación. Arte arquetípico En la tragedia representada por La escultura (límite, definida en sus contornos) La escenificación (forma escultórica) y los personajes El coro (la voz anónima del destino, la vida, etc.), con su música y su danza. 16 3.3.1.2- Historia de la decadencia. Si nos preguntamos cuándo empieza la decadencia, Nietzsche nos responde: cuando se rompe el equilibrio entre lo dionisiaco y lo apolíneo a favor de lo apolíneo, cuando lo dionisiaco se convierte en lo “aparente” y lo apolíneo en lo “real”. Una vez que esta ruptura se produce, sólo es cuestión de “tiempo” para llegar a la situación actual de nihilismo: a) Nietzsche observa que ya con el poeta Eurípides, comienza la decadencia respecto al tono vital anterior. Eurípides comenzó a quitar relevancia al coro a favor de los personajes. Después, con la aparición de la filosofía, con el paso del mito al logos, lo racional se impuso sobre lo irracional. Parménides marcó los rasgos fundamentales de esta tradición racionalista que fue imperando en toda la filosofía griega (Heráclito será una excepción para Nietzsche en esta decadencia). Con Sócrates y su discípulo Platón, el platonismo queda definitivamente configurado: la creencia en un mundo “verdadero, objetivo, bueno, eterno, racional”, y el desprecio de las categorías de la vida: el cuerpo, la sexualidad, la temporalidad, el cambio, la multiplicidad, la singularidad. Los valores suprasensibles se apoderan de la cultura y la veneración por la lógica del conocimiento. b) La presencia del cristianismo, “platonismo para el pueblo” hace que las ideas exclusivas de unos pocos, de los filósofos, se extiendan a la gran masa de creyentes: el mundo inteligible de Platón pasa a ser el mundo divino, el mundo sensible el mundo terrenal, el alma se opone al cuerpo, y este mundo, como un valle de lágrimas, sólo tiene sentido por su relación con el más allá. El cristianismo es importante en esta decadencia de Occidente no sólo por su influencia en las masas, sino porque todos los filósofos son, en el fondo, teólogos, y las etapas posteriores de la filosofía siguen conservando la sangre de la teología en las venas. c) La Edad Moderna, desde el Renacimiento, es un proceso de secularización. La propia filosofía prepara la “muerte de Dios” en el sentido de ir quitando a Dios funciones en este mundo: el Racionalismo, el Empirismo, la Ilustración, a la par que van confiando en la razón, van prescindiendo de Dios. Pero no prescinden de otros valores asociados a Dios como lo Absoluto: la existencia de la Verdad, del orden racional, del conocimiento racional objetivo, de la universalidad de los valores. El dualismo ya no está planteado en el más allá y el mundo terrenal, pero sigue existiendo: lo evidente racionalmente// lo falso, la Ciencia// la opinión, el fenómeno // el noúmeno, la moral universal // los intereses personales. d) En la actualidad (dice Nietzsche, refiriéndose a su tiempo), el materialismo cada vez más pujante muestra el carácter ilusorio de las creencias anteriores. Es una época de crisis de valores, pero todavía no ha generado sus propios valores. Cree que si Dios no existe, todo está permitido (Dostoyevski), y en su desorientación busca nuevos absolutos: la justicia social para todos, la igualdad para todos, el progreso, la nación, la raza…. Es una época que no se ha desligado del pasado (la moralidad dominante sigue siendo de carácter religioso) y no puede avanzar hacia el futuro. 17 3.3.2- Crítica a la Moral La crítica a la moral es capital en Nietzsche, pues detrás de todo concepto, en cualquier ámbito, hay una estimación ante la vida, una valoración de la vida. No hay conceptos “desinteresados”, todo concepto esconde una estimación. La crítica que realiza a la moral está estrechamente relacionada con la que hace a la filosofía, pues moral y filosofía decadentes nacen a la par, con los equivalentes socrático-platónicos de Bien =Verdad= Realidad, Razón = Virtud = Felicidad, para Nietzsche, un pernicioso malentendido. Definición de la moral: moral-la idiosincrasia de décadents, con la intención oculta de vengarse de la vida-y con éxito. Doy mucho valor a esta definición. Nietzsche. Ecce homo. Por qué soy un destino. La crítica más feroz de Nietzsche a la cultura occidental es la crítica a los valores morales, a la moral enseñada hasta ahora, la moral alemana, burguesa, cristiana, idealista. De ella critica sus rasgos definitorios (antivitalismo y dogmatismo), analiza sus presupuestos psicológicos, la aparición de sus valores a partir de la inversión de los valores vitales y el cambio en el lenguaje. La moral tradicional es antivital, antinatural pues presenta leyes (el deber) que van en contra de las tendencias primordiales de la vida. Es una moral de resentimiento contra los instintos y el mundo biológico y natural. Esto se ve claramente en la obsesión de la moral occidental por limitar el papel del cuerpo y de la sexualidad. Es dogmática porque considera los valores morales como objetivos y universales. Platón situó los valores en el mundo eterno de las Ideas, el Cristianismo en la mente de Dios, Kant en la conciencia moral, con la inmortalidad del alma y la existencia de Dios como garantes de la unión de felicidad y justicia moral. Pero los valores no tienen una realidad objetiva. Los crean las personas (son subjetivos), son proyecciones de nuestra subjetividad, de nuestras pasiones, sentimientos e intereses. El valor siempre es una estimación, un punto de vista, perspectiva sobre el mundo escogida por la utilidad que las cosas tienen o pueden tener para los seres humanos ( acerca a la ética de Nietzsche al relativismo del pragmatismo) El conocimiento no es más que una mera interpretación de los valores de las cosas. Y estas estimaciones e interpretaciones pueden ser contrarias a la vida, como en el caso de la moral tradicional. Como consecuencia de la creencia en el carácter independiente de los valores, la moral tradicional creyó también que las leyes morales valen para todos (otro error). Esto es lo que indicaba el imperativo categórico kantiano, y también la ética tomista que considera la ley moral como consecuencia de la ley natural y ésta de la ley eterna. Pero al no tener realidad objetiva los valores no existe universalidad en los valores. Los valores están sujetos al devenir. Nietzsche aplica el método genealógico para investigar cómo han evolucionado los conceptos morales, desde un análisis etimológico e histórico. En la génesis de la moral judeo-cristiana se han transvalorado los valores de la vida, en la que bueno-malo correspondían a fuerte-débil. 18 Lo poderoso, lo noble, lo amado de dios ( götlich) era lo bueno ( gut). Lo vulgar, lo débil ( schlecht) era lo malo. Con la trastocación, lo débil (schlecht) se ha convertido en bueno, y lo bueno en malo moralmente ( böse). Esta trastocación tiene su origen en el resentimiento y la mala conciencia (el sentimiento de culpa). Respecto al resentimiento, Nietzsche nos dice que, a los esclavos, a los débiles, ante la imposibilidad de poder alcanzar una plenitud vital, les queda el re-sentimiento, el sentimiento de odio y de rechazo hacia aquello a lo que uno se ha sometido y esclavizado, por incapacidad, por cobardía, pero que no se atreve a salir hacia lo odiado, sino que queda en el interior como una gran fuerza que genera rabia, impotencia, envidia y deseos de venganza. El hombre del resentimiento, a su venganza da el nombre de justicia, y responsabiliza de ella al Dios justiciero. El hombre reactivo, impotente, miedoso, agobiado por la sociedad, al no poder desahogar sus instintos hacia afuera, los vuelve contra sí y ahí está el origen de la mala conciencia, la culpa, la voluntad de maltratarse a sí mismo, de compadecerse de los demás, originándose el valor del altruismo y el sacrificio, y la idea de pecado. La idea de pecado es una de las más enfermizas inventadas por la cultura occidental. El cristianismo (y todo el moralismo occidental) tiene necesidad de la idea de pecado y de la noción de libertad: para poder hacer culpables a las personas es necesario antes hacerlas responsables de sus acciones ante el deber universal para todos. Resentimiento y culpa dan como forma de vida el ideal ascético: la lucha consigo mismo, la auto-tortura para alcanzar la justicia divina, el pecado que hay que expiar en uno mismo y en el prójimo, la vida piadosa, virtuosa. Las virtudes de la moral decadente (antivital, dogmática, resentida, culpable, ascética) se consideran el camino para alcanzar la felicidad: la mansedumbre, la renuncia a sí mismo, la obediencia, la prudencia (que no es otra cosa que el disfraz de la cobardía), el castigo. Los valores tradicionales son los de la moral de esclavos, de los débiles que no aguantan el dolor de la vida Los medios utilizados por la casta sacerdotal se encaminan al consuelo de la propia culpa, la evasión de la propia impotencia, y la venganza contra lo superior. La transmutación de los valores es la superación de esta moral de esclavos para recuperar de nuevo la moral aristocrática, la moral de los señores, el código moral del superhombre. Los señores son fuertes, nobles, dominadores; tienen sentido de la plenitud. Su moral es la arrogancia basada en su propia fuerza, la actividad desbordante, la fe en sí mismo y en su propio destino, la falta de compasión y simpatía, la magnanimidad por abundancia de poder. Su origen: nace de los "estados del alma elevados", es una moral caballeresca (agonística), creadora, que implanta valores y, por ello es activa, es la moral propia del superhombre y es una moral que ama "la muerte de Dios". Los esclavos, por el contrario, son débiles, pobres, enfermos, apocados y pusilánimes. Su moral se basa en la compasión, la humildad, la resignación, la obediencia, la renuncia y el amor al prójimo. Su origen: está en el instinto de venganza contra toda forma de vida superior, y pretende la igualdad de todos los hombres (es una tendencia a nivelar) No crea valores, sino que los encuentra ante sí y es por ello pasiva. 19 3.3.3- Crítica de la Filosofía La crítica que hace Nietzsche a la filosofía tiene una unión estrecha con la crítica que hace a la moral. Conocimiento filosófico y moral nacen juntos, pues ambos son estimaciones sobre la vida, y el platonismo es una metafísica y una epistemología que incluye, como cualquier interpretación sobre la realidad, valores. . La crítica a la filosofía se puede desglosar en la crítica a la epistemología y la crítica a la metafísica, utilizando el método psicológico-genealógico. 3.3.3.1- Crítica a la epistemología , crítica al racionalismo y a cómo se han formado las categorías ( reflexión sobre el lenguaje) El hombre posee distintas facultades para orientarse en la vida: los sentidos, los instintos, la imaginación, la capacidad estética, la razón. Son todos medios para la supervivencia y la superación. En este sentido, Nietzsche dice que el hombre tiene la voluntad de interpretar la realidad, de fabular. Esta voluntad ha degenerado hasta convertirse en una voluntad de autoengaño al convertir a la razón en la única fuente de conocimiento, y al hacer de la lógica una representación de la realidad. La hipertrofia de la razón, el menosprecio de los sentidos, de los instintos....son característicos de la filosofía y de la ciencia occidentales y llevan a errores patológicos (como los principios lógicos que reducen lo real a lo racional) que crean el mundo metafísico que escinde la realidad en 2 mundos. El origen de estos errores está en el lenguaje que olvida su sentido metafórico y cree ser una representación de la realidad. En toda la tradición filosófica, el lenguaje se presenta como un instrumento para conocer la estructura de la realidad y obtener verdades. Esto presupone que: - Hay una realidad en sí misma, única, inmutable cognoscible. - El conocimiento objetivo y universal es posible. (Nietzsche, al criticar esta visión del lenguaje como representación de la realidad, critica los presupuestos en los que se basa esta visión del lenguaje: la realidad racional, estática, y el conocimiento objetivo y universal). Pero, ¿qué muestra el método genealógico sobre el conocimiento, el lenguaje, los conceptos y los valores? 1) El origen del lenguaje y su función. El lenguaje se origina con el impulso para expresar la experiencia vital, no en la necesidad de conocer. Por eso el lenguaje tiene originariamente sentido metafórico, expresivo, y no es un instrumento para alcanzar el conocimiento de la realidad (no es un instrumento representativo de la realidad, sino expresivo de la subjetividad). 20 2) La evolución del lenguaje, de la metáfora a la creación del concepto. El paso de la metáfora al concepto es un paso producido a lo largo del tiempo: Las sensaciones individuales dan lugar a imágenes metafóricas Sensaciones similares son expresadas con una misma metáfora para referirse cómodamente a ellas. Una misma metáfora para distintas sensaciones da como lugar la “ilusión” de una palabra que las representa a todas, pero en el fondo supone la pérdida de la singularidad y de la diferencia. Entre los humanos, se da un “pacto” para generalizar el uso de ciertas palabras, para fijar las metáforas, hacerlas fijas, establecer un límite en su uso, y con ello nace el concepto: la palabra de uso obligado, compartido por todos. Los conceptos nacen por convención. Se olvida el origen metafórico del concepto, el concepto se “acomoda” en nuestras vidas. Con ello se pierde la única manera de aprehender la realidad como lo que es: devenir, cambio, singularidades, diferencias cualitativas. 3) La engañosa relación entre realidad-concepto, la creación de LA Verdad y del pensamiento conceptual como resultado de la búsqueda de seguridades.¿Qué muestran los conceptos, qué relación hay entre concepto y realidad, qué es la verdad y qué es el pensamiento conceptual?: El lenguaje y los conceptos son convenciones humanas para poder vivir en sociedad. Los conceptos son siempre subjetivos, muestran una perspectiva, un punto de vista. La consideración de los conceptos como depositarios de los significados mediante los que descubrimos las propiedades de las cosas , que reflejan la realidad, y la consideración de que las relaciones entre los conceptos representan las relaciones entre las cosas son creencias que resultan convenientes mantener para el grupo. Creencias que se puede resumir en visión sustancialista y estática de la realidad. Los conceptos enmascaran la realidad (el devenir), son un engaño: En el mundo no existen esencias que puedan ser captadas por los conceptos, no existe un rasgo o varios que se encuentren en todos y cada uno de los individuos, ni siquiera existen “los objetos” pues la identidad que les atribuimos, su "ser los mismos" en el tiempo, es consecuencia de nuestro modo sustancialista de representarnos la realidad. Por eso no nos es posible afirmar y negar la misma cosa " Se trata de un principio de experiencia subjetiva que no expresa una "necesidad", sino simplemente una incapacidad". Los conceptos son momias (no contienen nada vivo), telas de araña (se crean por necesidad de supervivencia dentro del grupo, y para sobrevivir deben matar lo vivo). Los filósofos, los grandes tejedores de conceptos, son quienes más interés tienen en mantener el engaño del lenguaje conceptual. Por eso dirá Nietzsche de los filósofos que una de sus 21 características es el egipticismo, su tendencia a matar todo lo vivo con sus momias conceptuales, y la labor conceptual es una labor hecha con mímica de sepulturero. No hay una relación “natural” entre conceptos y realidad, ni una correspondencia: los conceptos no representan las relaciones entre las cosas, los conceptos muestran las relaciones humanas, los intereses humanos, los usos y las costumbres sociales. No existe la Verdad de un concepto, pues no hay un correlato ontológico al concepto, porque entre el mundo del sujeto y el del objeto no hay correspondencia. “La Verdad” misma (y su concepto creado a partir de ella, “la mentira”) es uno de estos conceptos de obligado cumplimiento, “La verdad es aquella clase de error sin el cual una determinada especie de seres vivos no podría existir”. “La Verdad” es la gran mentira. El pensamiento conceptual, que está en la base de la filosofía y de la ciencia, es fruto de una opción vital para alcanzar cierta seguridad en un mundo irreductible a nuestra racionalidad deseada, pero nada tiene que ver con el conocimiento de la realidad. . 4) La engañosa relación realidad-lenguaje que establece el ser humano (el lenguaje como representación de la realidad), y su influencia en la visión de la realidad ( la visión sustancialista de la realidad). ¿Por qué mantenemos esa fuerte correspondencia representativa entre lenguaje y realidad? ¿Por qué la fuerza de la visión sustancialista en el conocimiento? Nietzsche nos responde que hay una actitud de fetichismo hacia el lenguaje, por influencia de la gramática ya que: la mayoría de nuestras frases tienen una estructura sujetopredicado, que da pie a una interpretación sustancialista de la realidad: en el mundo existen cosas que tienen propiedades que le son propias, ejercen acciones o las padecen. Así nos inventamos la "objetividad" de nuestro conocimiento, la concepción teleológica de la realidad que habla de la sustancia-sujeto como dotado de alguna finalidad o algún tipo de conciencia, de intencionalidad. De aquí surge, por ejemplo, el principio de causalidad. el verbo copulativo "ser" tiene un uso primordial, lo que da pie a una visión del sujeto como "permanencia" y el predicado como "esencia o accidente". De aquí surgen, por ejemplo, el principio de identidad, el de no-contradicción y el de tercio-excluso. Con el lenguaje hablamos de cosas distintas mediante las mismas palabras, lo cual parece suponer que existen semejanzas entre ellas, incluso identidad. Dado que con el lenguaje atribuimos "ser" a las cosas, creemos referirnos a lo común. Así nos inventamos la "universalidad" de nuestro conocimiento. 22 Si nuestra gramática fuera distinta, nuestra forma de entender el mundo también lo sería. Sólo la superación de la creencia en la gramática permite superar también la concepción sustancialista de la metafísica: “La razón en el lenguaje: ¡Oh, qué vieja hembra engañosa....! Creo que no nos vamos a desembarazar de la vieja idea de "Dios" porque aún seguimos creyendo en la gramática". 3.3.3.2- Crítica a la metafísica, a cómo se ha caído en la falsa interpretación de la realidad (crítica al dualismo de “mundo real, verdadero, perfecto, inmutable, racional” y “mundo aparente, engañoso, imperfecto, cambiante, sensible”) La ontología tradicional es estática, pues considera al ser como algo fijo, inmutable, realidad que no se deja ver en este mundo de continuo cambio. El rasgo esencial de los filósofos es descrito por Nietzsche como egipticismo: es la tendencia a la paralización, la falta de creatividad, la lectura rígida e inamovible de la realidad, el rechazo a la idea de devenir, de cambio. Todos los filósofos anteriores han demostrado no tener sentido histórico porque la historia es un devenir permanente y en cambio ellos han hecho de la historia y de la vida unos conceptos estables, inmóviles, fijos, de lo vivo han hecho una momia conceptual. Los conceptos filosóficos son lo contrario a la vida, por eso la filosofía va contra la vida. ¿Qué se esconde detrás de una categoría metafísica? En la respuesta, Nietzsche nos remite a lo que ha dicho en relación a los conceptos: -En primer lugar, una valoración. Esta separación entre “ser real” y “aparente” es ya un juicio valorativo sobre la vida, un juicio negativo, porque da más importancia al mundo ideal que al de los sentidos. En realidad no hay un mundo aparente y otro verdadero, sino el devenir constante de creación y destrucción. Los conceptos básicos de la metafísica tradicional presentan entidades racionales como esencia, sustancia, unidad, alma, Dios…platonismo en definitiva, que crea una tabla de categorías contrapuestas de valores antitéticos. La ontología está estrechamente unida con la moralidad. - En segundo lugar, la falsa concepción tradicional del ser es una perversión de los valores vitales. De modo que, si desarrollamos qué son los conceptos filosóficos con los que se crea la metafísica tenemos que: las categorías metafísicas tienen su origen no en la realidad sino en la necesidad psicológica humana. Las categorías son creaciones para vivir con cierto "reposo", no nacen de la lógica presente en la realidad, sino de la necesidad de sobrevivir a la incertidumbre: "las razones por las que este mundo ha sido calificado de aparente por el metafísico, fundamenta, antes bien, su realidad; otra especie de realidad diferente es absolutamente indemostrable". las categorías metafísicas son ilusiones morales, nacen de la tendencia al autoengaño, de la voluntad de fabulación del ser humano transformada en voluntad de autoengaño ( voluntad de nada, dice Nietzsche). El "mundo verdadero" se construye en oposición 23 al "aparente" que es considerado engañoso:"Las categorías del ser verdadero de las cosas son signos del no-ser, de la nada", son ficciones convencionales vacías de contenido real, una estimación ante el caos para negar su realidad. Nietzsche había manifestado que el ser humano prefiere creer en la nada antes que no tener nada en lo que creer. las categorías metafísicas son síntoma de decadencia, de nihilismo. La ilusión moral es perniciosa cuando se inventa otro mundo para negar este:"Inventar otro mundo distinto a éste implica tener recelo contra la vida, una actitud de recelo frente a la vida como devenir”. “Dividir el mundo es verdadero y aparente, ya sea al modo platónico-cristiano, o bien al modo kantiano, es una sugestión de decadencia" 3.3.4- Crítica a la ciencia. La ciencia continúa siendo una prolongación de la metafísica tradicional, como interpretación racional del mundo. Mantiene un querer encontrar la verdad, por lo que mantiene una oposición a la vida. Nietzsche ataca la metodología del mecanicismo y del positivismo, como impregnadas todavía de ese aire metafísico que niega la vida. De ella critica: - Su objetividad. Con la expresión "objetividad" nos referimos a la descripción desde esquemas racionales, independientemente de las peculiaridades que presenta cada cosa en el mundo. Filósofos como Platón, Aristóteles, Santo Tomás, Descartes, Kant, Comte, creyeron que se podía alcanzar la objetividad. La postura de Nietzsche conecta con la línea filosófica históricamente más desacreditada: el subjetivismo, el escepticismo y el relativismo. - la existencia de leyes naturales. Siguiendo un planteamiento parecido al de Hume, Nietzsche dice que una ley física o química no es algo que conozcamos, sólo conocemos sus efectos, y no la relación necesaria. Las relaciones podrían haber sido de distinta manera. El orden en el mundo es una creencia que hace la vida más soportable. - la validez del ejercicio de la razón. Esta crítica a la ciencia se incluye en la crítica más general a toda actitud (incluida la filosófica) que considera a la razón como el instrumento legítimo para el conocimiento. La razón es una dimensión de la vida humana, aparece de forma tardía en el mundo. Junto a la razón encontramos otras dimensiones básicas: los sentidos, la imaginación, la apreciación estética, los sentimientos, el instinto. Y todas ellas nos llevan a enjuiciar. La razón no es mejor que otros medios para alcanzar un conocimiento de la realidad, en todo caso es peor puesto que el mundo no es racional. - legitimidad de las matemáticas para expresar la realidad. Las matemáticas prescinden de la dimensión cualitativa del mundo, de su riqueza. Las matemáticas son invención humana, no un desvelamiento de la realidad oculta velada por una realidad engañosa (el devenir). Lo que hacen es simplificar la realidad. La matematización de la realidad es criticada por Nietzsche, pues la mera determinación cuantitativa de las cosas tiende a anular las diferencias que realmente existen entre ellas, ya que el modelo matemático tiende a la igualación, no a la cualificación. La ciencia cree que el mundo es 24 un entramado de relaciones lógicas que le otorgan una visión o perspectiva privilegiada del mundo única en su género. Este fundamento del que parte la Ciencia no es otro que “la fe en la verdad”. Sin embargo, para poder hacer ciencia verdadera, este supuesto debe ser desterrado. La matematización se manifiesta en el mecanicismo y positivismo de su época. Se relaciona con la metafísica tradicional porque se inspira directamente en la lógica, que trata del devenir como si fuera “apariencia” del ser inmóvil. Los principios de identidad, de no-contradicción y el de tercio excluso han sido sus herramientas. Pero la matematización no nos ayuda a conocer las cosas. En ella y en la lógica la realidad no llega a aparecer ni siquiera como problema, cuanto menos como enigma. El mundo es un caos de fuerzas, incertidumbre, no un cosmos sometido a leyes rígidas, severas y determinantes. Y este caos produce horror al hombre, horror al vacío de sentido determinado, de-limitado. La ciencia puede ser capaz de desenmascarar los valores propuestos por la metafísica, la religión y la moral, y puede anular la creencia en la verdad absoluta. Pero si se aparta de los sentidos que le dan origen puede caen en los mismos valores decadentes de la metafísica. - el progreso asociado a las ciencias, como si la ciencia, al investigar el curso de la naturaleza, pudiera dar una orden al hombre, pasar del ser al deber ser, de la realidad al valor (cuando toda visión de la realidad ya es una valoración). La ciencia no está desvinculada de ninguna valoración, ya es manifestación de un interés, y no puede ser por tanto El Valor, pues no hay objetividad en los valores. Entre ciencia y moral hay pues una relación clara: los problemas humanos, la valoración de la vida, no van a encontrar respuesta en la ciencia. La ciencia no explica al hombre, sino que es éste quien explica a aquélla. Entre ciencia e intereses la vinculación también es clara: se manifiesta en la alianza Ciencia-Estado, sirviendo la primera a los intereses maquiavélicos del segundo. La ciencia está al servicio del “monstruo más frío de todos los monstruos, el Estado”. El golpe dado por la ciencia a la religión en el Renacimiento ha sido empleado no por el pueblo, sino por el príncipe ( Maquiavelo), por el Leviatán ( Hobbes), por la Nación. 3.3.5- Crítica a la Religión. Crítica al Cristianismo Nietzsche considera que la religión cristiana lleva hasta el final el desprecio por la vida característico de la cultura occidental. Su superación es necesaria para la aparición del superhombre. Toda religión nace del miedo, de la angustia, de la impotencia que siente el hombre ante las dimensiones trágicas de la vida. Por lo tanto, ninguna religión ha contenido jamás ninguna verdad. La crítica que hace tiene precedentes en la filosofía de la Ilustración y en Feuerbach. Nietzsche se enfrenta a los siguientes elementos de la religión cristiana: - a la metafísica cristiana, que no es sino platonismo para el pueblo, escindiendo la realidad en dos mundos de los cuales el ficticio es colocado como el verdadero y deseable, y el real como pecaminoso. De la metafísica critica también el 25 monoteísmo. Aunque el politeísmo es falso, expresa mejor la riqueza de la realidad que el monoteísmo, pues refleja tanto los aspectos luminosos como los caóticos. El monoteísmo ("monótono-teísmo") representa el extravío de los sentidos, la reducción engañosa de la realidad a un solo "tono" ordenado negador de la vida. En Dios está divinizada la nada, canonizada la voluntad de nada. La muerte de Dios es necesaria para el nacimiento del superhombre. - la moral cristiana como moral de esclavos. Es la moral que propugna la inversión de los valores vitales. A los valores propios de la moral de esclavos (la humildad, el sometimiento, la debilidad, la mediocridad) añaden los valores mezquinos propios del rebaño: la obediencia, el sacrificio, la compasión, postula el ascetismo y la renuncia. Con el Cristianismo, dice Nietzsche, se presenta una de las ideas más enfermizas de nuestra cultura: la idea de pecado. - la influencia perversa del cristianismo. Con el triunfo de la religión, todo el pensamiento occidental queda manchado por su punto de vista. Es el corruptor de la filosofía europea, pues ésta "lleva en sus venas sangre de teólogos". Esta influencia no es tanto por la figura de Jesús, a quien Nietzsche consideraba un revolucionario, ni por el cristianismo primitivo, sino por San Pablo. "El cristianismo es aún posible en todo momento...No está ligado a ninguno de los dogmas impúdicos que se han engalanado con su nombre" (La voluntad de poder). 3.4- La filosofía del Sí, la reivindicación de la vida. La filosofía de Zaratustra/Dionisos: la transmutación de los valores y la llegada del superhombre. Después de la constatación de la muerte de Dios debe darse paso al nihilismo activo, es necesario transmutar los valores, crear otros nuevos. Esta creación implica no cambiar el "orden" de los mundos platónicos, sino disolver esta dicotomía, disolver el platonismo: - que escinde la realidad en un ámbito " real-verdadero-estático" y otro "aparente-engañoso-cambiante". - que entroniza a la razón como La Facultad de conocimiento y desvirtúa a los sentidos. - que simplifica la pluralidad mediante los conceptos, y levanta un orden de valores antivital, antinatural. El uso de las metáforas en Nietzsche es manifestación del enigma de la vida que debe aceptarse, y los personajes en cuya boca pone el mensaje de la afirmación de la vida no son casuales: - en el período romántico Dionisos, opuesto a Sócrates (la primacía de lo apolíneo) - en la filosofía del mediodía Zaratustra, el Dionisos transformado que se ha liberado del pesimismo. Zaratustra, quien, como creador de la moral maniqueísta, se convierte en el superador de la moral, opuesto al cristianismo. En boca de Zaratustra aparece un único tema: la vida como multiplicidad de fenómenos y perspectivas bajo diferentes metáforas (voluntad de poder y eterno retorno), aceptada por el nuevo hombre (superhombre), aquel que valora desde la 26 moral de señores, más allá del bien y del mal de la moral de esclavos y del rebaño, y conoce y crea de acuerdo a la vida (perspectivismo, verdad como utilidad a la vida). 3.4.1- La vida como realidad fundamental: voluntad de poder y eterno retorno. La "metafísica" de Zaratustra. La realidad tiene un carácter móvil, dinámico, devenir de manera constante. La realidad es multiplicidad de fenómenos en lucha constante. La vida como multiplicidad de fenómenos cambiantes se opone a cualquier visión única, dogmática (que acepta un único punto de vista) y estática de la realidad. La realidad vital animal y humana también es devenir y lucha. La vida humana es interpretación, es decir, selección del aspecto bajo el que se enfrenta y se relaciona con la realidad, estimación, una valoración desde un punto de vista, una perspectiva. Todas las perspectivas son irreductibles a un único impulso o una única causa. No existe, pues, Un Significado de la realidad. En la filosofía romántica Nietzsche hablaba de la vida como constante fluir de dos polos: lo dionisiaco y lo apolíneo. En la evolución de su pensamiento rompe esta dicotomía para abrir el abanico de fuerzas y de relaciones, de fenómenos sucediéndose sin fin. En el período de Zaratustra, y después, en el período crítico, hay dos metáforas a las que recurre para aludir a la vida: la voluntad de poder y el eterno retorno. 3.4.1.1- La voluntad de poder. La voluntad de poder es la fuerza creadora primordial que busca mantenerse en el ser y ser aún más. Se identifica con cualquier fuerza, inorgánica, orgánica, psicológica, y tiende a su autoafirmación, es impersonal. En el mundo inorgánico es la energía que anima todo lo existente, juego de fuerzas en equilibrio y desequilibrio constante. En el mundo orgánico se manifiesta en la multiplicidad de pulsiones, instintos y necesidades. En el hombre se manifiesta también como la multiplicidad de deseos, motivaciones e ideales, una de cuyas manifestaciones es la voluntad psicológica y la razón. La voluntad de poder no es, pues, una facultad del alma, fuente del querer, al estilo aristotélico-tomista, ni de la psicología del momento como capacidad consciente de la mente. Para Nietzsche esta facultad clásica es una perspectiva de la voluntad de poder más profunda, es "el lejano eco de un combate ya disputado en lo profundo". Interpretar la voluntad de poder como simple deseo de poder ( interpretación psicologista) o entendiendo el poder como un fin concreto deseado, externo a la voluntad ( poder político, gloria, como lo interpretaron en la Alemania nazi) hace que la voluntad de poder se reduzca a impotencia, que sufre siempre por lo que ansía y no tiene, alude siempre a una carencia. La voluntad de poder es impulso de creación, de ser más, que se manifiesta en la aceptación alegre del flujo continuo de las cosas. Así, la metáfora de la voluntad de poder se completa con la metáfora del eterno retorno. 27 3.4.1.2- El eterno retorno Ante la realidad de continuo cambio, la vida humana es interpretación, selecciona un punto de vista: - si en esta elección desestima como falsas las otras perspectivas, dará lugar a una vida decadente. Rechaza la multiplicidad y como huida crea el platonismo. - si en esta elección asume todo el flujo de la vida, cíclico, da lugar a una vida ascendente. Aquí introduce Nietzsche la metáfora de eterno retorno, para Nietzsche su doctrina más profunda en relación con el significado de la vida en relación con el tiempo y la actitud del ser humano ante ella. Identificar qué es el eterno retorno nos lleva a dos explicaciones: - Frente a la concepción lineal y teleológica del tiempo y de la realidad, que supone un único proceso y un único destino (concepción prototípica del platonismo), Nietzsche propone la repetición cíclica de todo lo existente: nacimiento, vejez, muerte, pasión, dolor, alegría... Es la vuelta constante, la repetición rítmica de las cosas. Nietzsche considera que, dado que la cantidad que hay en el universo es finita y el tiempo infinito, el modo de combinarse dicha fuerza para dar lugar a las cosas es finito, y deberá repetirse, dando lugar a la repetición de todo. - El eterno retorno como doctrina moral supone la máxima aceptación de la vida, la reivindicación de su sentido no trascendente. Frente a un más allá que ordena un único sentido, el eterno retorno es la aceptación alegre de que el mundo sea una y otra vez tal como ha sido. Igual que la materia produce múltiples combinaciones repitiéndose infinitamente partiendo de una energía limitada, la vida humana desde el eterno retorno es no sólo aceptar, sino querer que vuelvan a producirse los mismos sucesos, querer que el destino vuelva a producirse ( Amor fati). El resentimiento contra la vida nace de la incapacidad de asumirla plenamente. Si aceptamos la vida y su falta de trascendencia, cada instante es único pero eterno porque en cada instante se encuentra todo el sentido de la existencia. El eterno retorno es la actitud necesaria para acabar con todo platonismo y para identificar al superhombre. “Mi fórmula para expresar la grandeza en el hombre es amor fati[amor al destino]: el no querer que nada sea distinto ni en el pasado ni en el futuro ni por toda la eternidad. No sólo soportar lo necesario, y menos disimularlo-todo idealismo es mendacidad frente a lo necesario-, sino amarlo…” ( Ecce homo) “¿Qué sucedería si un demonio... te dijese: Esta vida, tal como tú la vives actualmente, tal como la has vivido, tendrás que revivirla... una serie infinita de veces; nada nuevo habrá en ella; al contrario, es preciso que cada dolor y cada alegría, cada pensamiento y cada suspiro... vuelvas a pasarlo con la misma secuencia y orden... y también este instante y yo mismo...? Si este pensamiento tomase fuerza en ti... te transformaría quizá, pero quizá te anonadaría también...¡Cuánto tendrías entonces que amar la vida y amarte a ti mismo para no desear otra cosa sino ésta suprema y eterna confirmación!” (La Gaya Ciencia). 28 3.4.2- La nueva idea de conocimiento ( perspectivismo, subjetivismo), de lenguaje (metáfora) y de verdad ( teoría pragmática) La realidad aceptada como voluntad de poder retornando continuamente requiere una nueva forma de entender el conocimiento, el lenguaje y la verdad. El conocimiento no es aprehensión de la realidad oculta, estática, y objetiva captada por la razón, expresada en el concepto, cuya verdad consiste en la adecuación o correspondencia con lo representado, en la coherencia lógica o en la evidencia racional. El conocimiento es perspectiva, interpretación, estimación de perspectivas, y en este sentido siempre es construcción de sentido, fabulación. La razón humana se sirve de sus propias formas de composición e interpretación de la realidad, que siempre son valoraciones sobre lo que interesa de la realidad. La voluntad de poder es también voluntad de ilusión, de fabulación, sobre todo en relación con el conocimiento. Pero el resultado obtenido no es más que una perspectiva, y la razón no podrá nunca tener una visión total de la realidad, ni simplificarla, pues la realidad es irreducible a una totalidad o a una simplificación. Por eso los sentidos, que me muestran el cambio, no son en absoluto tergiversadores de la realidad. La verdad del conocimiento no es ahora la correspondencia con la estructura de la realidad, la coherencia o la evidencia racional, sino la utilidad o no de una perspectiva, de una estimación para la vida (si la favorece o no)."La verdad es aquella clase de error sin la que una determinada especie de seres vivos no podría vivir. El valor para la vida es lo que decide en última instancia". La verdad conceptual es sólo una perspectiva, un fenómeno, una apariencia que se ha impuesto a través de la costumbre del lenguaje. El arte como expresión, más que como descripción o catalogación del mundo, se convierte en el modo más adecuado de crear perspectivas, de manifestarse la voluntad de ilusión del conocimiento. Esto es así porque el arte es ante todo lenguaje metafórico, no lógico: - La creación metafórica habla "como si". La metáfora es máscara que sabe que no agota el rostro de la realidad. La metáfora se mantiene siempre abierta al mundo, no cerrada, como ocurre con el modelo simplificador de los conceptos. La metáfora no confunde la máscara con el rostro, el modelo con la realidad. El concepto suprime el "como si" y confunde el modelo con la cosa representada. - Los conceptos categorizan, reducen la realidad "racionando" el significado. La metáfora integra la diversidad desbordando la representación unívoca. 3.4.3- El superhombre: el modo de vida humano creador de valores (moral de señores) El nuevo hombre se afirma en su propia producción: Dios, como concepto máximo de la visión estática y dogmática de la realidad, y valor máximo, ha muerto. El nihilismo pasivo puede ser superado, así son posibles nuevos valores porque se ha redescubierto la pluralidad de los sentidos que tiene la realidad. Se afirma la vida, esta vida terrenal, múltiple y en constante movimiento. El amor eterno a 29 la vida proporciona al ser humano el medio de ir superándose continuamente. Este es el sentido de “Superhombre” ( Übermensch, lo sobrehumano, lo ultra o suprahumano) en Nietzsche: una forma superada de vivir el ser humano atado al nihilismo pasivo/reactivo. En este modo de vida humano superior que es el “Superhombre”, debemos considerar qué es el hombre en relación a lo que puede ser, cómo llegar a serlo, y cómo es el modo de vida superior. En la antropología de Nietzsche el hombre es sólo un puente hacia el superhombre. El hombre es visto por lo que todavía es ( menos que superhombre) y por lo que puede ser ( superhombre): - El hombre es un ser miserable porque desprecia la tierra, el cuerpo, el instinto. Es un ser a medio hacer entre la bestia y el superhombre, un paso intermedio entre la animalidad y la superhumanidad. - el hombre es un animal defectuoso, es el único animal del universo que aún no ha llegado a consolidarse, y corre un riesgo: o vence al hombre mediante la superación o vuelve a la animalidad primitiva. - el hombre es algo intermedio, un puente tendido hacia el superhombre. No es un ser estático, inmóvil. Es posibilidad de creación. - el hombre es superación si supera la idea de Dios y crea. La transformación del hombre en superhombre pasa por tres cambios, o tres estadios: - camello. Es el nihilismo pasivo/reactivo, el animal de carga que obedece sin quejarse, que sigue el imperativo “Tú debes”, y vive afligido la pérdida de valores. - león. El hombre-camello, cansado por el peso de la carga, se rebela contra su amo y lo derriba. Se convierte en hombre-león, crítico de sí mismo, que dice "yo quiero". Es el nihilismo activo. - niño. Es el hombre creador de sus propios valores, que busca la afirmación de sí mismo, el superhombre. El modo de vida que es el Superhombre se caracteriza por: - su ansia de vivir, manifestada en su esteticismo (la vida como una obra de arte, el ser humano como artista trágico) y la aceptación del eterno retorno: valoración del placer, de la salud, de las pasiones, de la sexualidad, de la fortaleza, de la destrucción, del sufrimiento... - situarse por encima del bien y del mal de la moral del rebaño. Es creador de valores. Su conciencia es la conciencia de la naturaleza, de la voluntad de poder ascendente: lo que favorece la naturaleza es bueno, lo que la perjudica es malo. Por eso está por encima del bien y del mal de la moral tradicional. - practicar la moral de los señores, que huye de la igualación de los individuos, de la resignación, de la humildad, de la compasión de la moral de los esclavos. Quiere la lucha, el riesgo, la superación. Es un espíritu libre (liberado de los ideales) - vivir la fidelidad a la tierra, lejos de la trascendencia metafísica de los filósofos. Vive en la finitud, no cree en ideales absolutos (Progreso, Ciencia, Nación.... --------------------------------------------------------------------------------------------------------Cuando alguien pone el dedo en la llaga, sólo los necios y los cobardes acusan al dedo y desprecian la llaga. (Confucio). 30