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1 UNIDAD DIDÁCTICA NIETZSCHE Y LA CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL HISTORIA DE LA FILOSOFÍA 2º BACHILLERATO BLOQUE (III): LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA Rubén Benítez Florido Departamento de Filosofía I.E.S. VECINDARIO Curso 2010-2011 2 1 INTRODUCCIÓN: LA FILOSOFÍA DE NIETZSCHE COMO CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL 2 ANTES DE LA DECADENCIA: ARMONÍA ENTRE LO APOLÍNEO Y LO DIONISÍACO 2.1 Apolíneo y dionisíaco 2.2 Recuperación de Heráclito: inocencia del devenir. 3 DESARROLLO DE LA DECADENCIA: EL PLATONISMO O EL TRIUNFO DE LO APOLÍNEO SOBRE LO DIONISÍACO 3.1 El platonismo en el “paso del mito al logos”. 3.2 La “transmutación de valores”: crítica nietzscheana al platonismo. 3.3 El cristianismo o “platonismo para el pueblo”. 3.4 El “nihilismo” como expresión de la decadencia. 4 GENEALOGÍA DE LA MORAL: 4.1 Crítica a la “moral socrática”. 4.2 “Moral de señores” versus “moral de esclavos” 3 1 INTRODUCCIÓN: LA FILOSOFÍA DE NIETZSCHE COMO CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL Según Nietzsche, lo más peculiar de la cultural occidental es la afirmación de unos valores que son, en realidad, antivalores, en tanto que atentan contra el instinto de la vida (principal valor que salvaguardar para Nietzsche, el valor más importante), recurriendo a la creencia –para dar legitimidad a esos falsos valores- en la existencia de un mundo donde tiene cabida la verdad, la objetividad, la racionalidad, lo inmutable. Decimos que algo es “decadente” cuando manifiesta una pérdida de valor, fuerza o vigor respecto del “tono” vital del anterior. Esto es precisamente lo que ha ocurrido, según Nietzsche, al referirse a la historia de Occidente como un “proceso decadente”. 2 ANTES DE LA DECADENCIA: ARMONÍA ENTRE LO APOLÍNEO Y LO DIONISÍACO Esta etapa Nietzsche la sitúa en el mundo griego hasta el siglo de Pericles (s. V a.C.). Nietzsche piensa que en este momento histórico no se ocultan las dimensiones fundamentales y trágicas de la vida. Antes de la filosofía el ser humano vivía en un mundo que no rehusaba la “contingencia” del ser humano, ni olvidaba los aspectos fundamentales de la vida: la irracionalidad, el caos, la temporalidad, la enfermedad y la muerte, etc. Las dos grandes cosmovisiones de la época, la tragedia griega y la religión politeísta, no eran contrarias a la vida sino su afirmación. 2.1 APOLÍNEO Y DIONISÍACO: Según Nietzsche, el pueblo griego antiguo supo captar las dos dimensiones fundamentales de la realidad sin ocultarse ninguna de ellas, dimensiones que este pueblo expresó de forma mítica con el culto a Apolo y Dionisos. La auténtica grandeza griega radica en la tragedia, género artístico con el que consiguieron representar de modo armónico lo apolíneo y lo dionisíaco de la existencia. Lo apolíneo representaba para los griegos la individuación, el equilibrio, la medida, la forma, la racionalidad, la luz, la armonía, etc. Lo dionisíaco representaba la confusión, la deformidad, el caos, la noche, el instinto, la disolución de la individualidad, la irracionalidad, etc. Cuadro 1. Dimensiones apolínea y dionisíaca de la existencia. DIMENSIÓN APOLÍNEA DIMENSIÓN DIONISÍACA Luz Oscuridad Equilibrio Caos Armonía Deformidad Racionalidad Irracionalidad Medida Confusión Según Nietzsche, la grandeza del mundo griego arcaico estribaba en no ocultar ambas dimensiones de la realidad, en armonizar ambos principios. 4 2.2 RECUPERACIÓN DE HERÁCLITO: INOCENCIA DEL DEVENIR No es extrañar que Nietzsche únicamente respete a Heráclito como el único filósofo griego que supo captar la esencia de la realidad como una constante “lucha de contrarios” (sin que ninguna de las partes llegue a dominar o prevalecer del todo sobre la otra) y como un continuo “devenir” que nada pueda hacer parar. Heráclito había conseguido expresar a través de su pensamiento esta dimensión trágica realidad. El gran descubrimiento de Heráclito es que la unidad del principio creador no es una unidad idéntica, ni excluye la lucha, la discordia, la oposición. Para entender la ley suprema del ser es preciso unir lo completo y lo incompleto, lo concorde y lo discorde, lo armónico y lo disonante, y darse cuenta de la unidad surge de todos los opuestos. Según Heráclito, la unidad propia del mundo es una tensión de este género, no anula, ni concilia, ni supera el contraste, sino que lo hace ser y lo hace entender como contraste. 3 INICIO DE LA DECADENCIA: EL PLATONISMO O EL TRIUNFO DE LO APOLÍNEO SOBRE LO DIONISÍACO Con Sócrates, y sobre todo con Platón comienza la decadencia de la cultura occidental y el declive del tono vital anterior a ellos. Con “platonismo” Nietzsche se refiere a toda teoría para la que la realidad está escindida en dos mundos: un “mundo verdadero”, dado a la razón, inmutable y objetivo, y un “mundo aparente”, dado a los sentidos, cambiante y subjetivo. Como es sabido, Platón defendió el “dualismo ontológico”, esto es, dividió la realidad en dos mundos opuestos a las que atribuyó las siguientes características. Cuadro 2. Características del dualismo ontológico en Platón. MUNDO VERDADERO MUNDO APARENTE Los sentidos SE ANCANZA La razón MEDIANTE Objetivo/inmutable Subjetivo/cambiante CARACTERÍSTICAS La eternidad Nacimiento, duración y LE CORRESPONDE muerte El alma/ el bien El cuerpo/el mal SE RELACIONA CON Sin embargo, para Nietzsche el “platonismo” es un concepto flexible que no se limita a la filosofía de Platón: lo encontramos antes y después de ella. En realidad, en opinión de Nietzsche, toda la filosofía occidental está recorrida de un extremo a otro por el platonismo, y prácticamente, podemos identificar la propia tarea de la filosofía con el “platonismo”: trascender el mundo de las apariencias para descubrir la verdad inmutable. El “platonismo” se ha instalado de tal forma en nuestra cultura que viene a significar la actitud de todos los hombres de nuestra civilización. Toda la filosofía (excepto Heráclito) y la religión son una forma de platonismo, pues defiende la misma concepción de la realidad, aunque con palabras distintas. ¿En qué sentido dice Nietzsche que el “platonismo” implica el triunfo de lo apolíneo sobre lo dionisíaco? Para responder a esta pregunta tenemos que remontarnos al origen de la filosofía y el “paso del mito al logos”. 5 3.1 EL PLATONISMO EN EL “PASO DEL MITO AL LOGOS” La filosofía nace con el “paso del mito al logos”, como superación de las descripciones míticas del mundo que apelan a la imaginación y a la narración metafórica. Estas, a su vez, fueron sustituidas por descripciones racionales del mundo que apelan a una descripción precisa y objetiva del mismo. Además, ocurre que la filosofía a partir de este momento empieza a operar con una serie de conceptos antitéticos: MUNDO VERDADERO MUNDO APARENTE (LO APOLÍNEO) (LO DIONISÍACO) Realidad Apariencia Razón Sentidos Alma Cuerpo Permanencia Cambio Unidad Multiplicidad Sin embargo, ambos conjuntos de conceptos no son valorados de la misma forma: el mundo verdadero se convierte en fundamento último del mundo aparente, y se constituye como lo opuesto a éste. De esta forma, el “mundo del más acá” se convierte en la negación del “mundo del más allá”, única realidad verdadera. Cierto es que estas creencias no comienzan con Platón, pero adquieren su más radical expresión en Sócrates y Platón. 3.2 LA “TRANSMUTACIÓN DE VALORES”: CRÍTICA NIETZSCHEANA AL PLATONISMO El platonismo, piensa Nietzsche, se manifiesta como un resentimiento radical contra la vida, contra el “mundo del más acá” y todo lo que éste conlleva: el cambio, la multiplicidad, la apariencia, el cuerpo, etc. El platonismo recoge, de manera general, todos los elementos de la negación de la vida, expresada en el mundo terrenal. Manifiesta, pues, una actitud fuertemente “antivitalista”. En este sentido se puede decir que el platonismo inherente a toda la cultura occidental se ha convertido en el mayor enemigo de la vida. En lugar de afirmarla, la niega; en lugar de reverenciarla, la condena. Por eso Nietzsche es partidario de una “transmutación de los valores” que vuelva a situar a la vida como el valor fundamental desde el cual ordenar todos los demás. Por qué, según Nietzsche, aparece el platonismo? Como producto de la no aceptación de la realidad en toda su crudeza, de no aceptar la dimensión “trágica” de la realidad: la realidad como lugar en el que se da la vida, el orden, etc., pero también el lugar donde se da la muerte, el caos, etc. El platonismo es creación de individuos débiles, con un tono vital bajo que pueden llegar a creer en la fantasmagoría de un mundo trascendente. El mundo verdadero es un refugio para los que no pueden aceptar la vida. De todo esto se desprende el apodo que el propio Nietzsche atribuye a su manera de hacer filosofía: la “filosofía del martillo”. Con este rótulo se quiere subrayar el método, en general destructivo empleado por Nietzsche, y que se observa de forma clara en su pretensión de destruir los valores existentes para implantar otros nuevos. En definitiva, lo que quiere destruir es la cultura occidental para, de inmediato, afirmar un 6 mundo que se nutra de valores contrarios a esa cultura. Por tanto, primero niega, destruye a martillazos, los valores existentes y posteriormente afirma, mediante su filosofía vitalista, unos valores nuevos. 3.3 EL CRISTIANISMO O “PLATONISMO PARA EL PUEBLO” El cristianismo es totalmente fiel a la filosofía platónica. “Platonismo para el pueblo”, dice Nietzsche, filosofía platónica expresada en términos sencillos y accesibles a todo el mundo. Con el cristianismo las ideas que antes estaban presentes en un número reducido de personas, los filósofos, se extienden a todos los hombres. El dualismo ontológico y antropológico pasa a ser de dominio público. El Mundo Inteligible de Platón pasa a ser el Mundo Divino, el Mundo Sensible el Mundo Terrenal, y el alma se sigue oponiendo al cuerpo. Distintas palabras para, en el fondo, las mismas ideas. 3.4 EL “NIHILISMO” COMO EXPRESIÓN DE LA DECADENCIA De manera general, podemos entender el “nihilismo” (de “nihil”, nada) como una actitud vital y filosófica que hace girar la existencia alrededor de algo inexistente. Para Nietzsche toda cultura que cree en la existencia de una realidad absoluta, realidad en la que se sitúan los valores objetivos de la verdad y del bien, es una cultura nihilista. Toda la cultura occidental ha sido hasta este momento nihilista porque ha depositado toda su pasión y esperanzas en algo inexistente (el mundo ideal de los filósofos, el Dios de los cristianos), despreciando de este modo indirecto la única realidad existente, la realidad del mundo que se ofrece a los sentidos, la realidad de la vida. 4 GENEALOGÍA DE LA MORAL: El “método genealógico” trata de, por un lado, reconstruir el momento y la situación originarios de los acontecimientos, y por otro lado, es un proceso crítico, caracterizado por la inversión y el desenmascaramiento de todo lo existente. Se trata de quitar la máscara a todo lo decadente, de explicarlo por fuerzas ocultas, instintos y tendencias. 4.1 CRÍTICA A LA “MORAL SOCRÁTICA”: La “moral socrática” presenta las dos siguientes características: consideración de los valores morales como valores objetivos y universalidad de los valores morales. CRÍTICA A LA CONSIDERACIÓN OBJETIVA DE LA MORAL. Platón situó los valores morales en el Mundo eterno e inmutable de las Ideas, el cristianismo los sitúa en el ámbito eterno e inmutable de la mente de Dios. Pero la moral tradicional, resultado de la moral socrática, se equivoca totalmente: no existe un ámbito en el que se encuentren los valores como realidades independientes de las personas. Los valores los crean las personas, son proyecciones de nuestra subjetividad, de nuestras pasiones, sentimientos e intereses, los inventamos, existen porque nosotros los hemos creado. Sin 7 embargo, es frecuente olvidar este hecho, de ahí que habitualmente los vivamos como objetivos y los sintamos como mandatos, como exigencias que vienen de fuera. UNIVERSALIDAD DE LOS VALORES. Como consecuencia de la creencia en el carácter independiente de los valores, la moral socrática creyó también que los valores morales valen para todos los hombres: si algo es bueno es bueno para todos, si algo no se debe hacer no es correcto que lo haga nadie. Si realmente los valores existieran en un mundo verdadero y objetivo podríamos pensar en su universalidad, pero no existe dicho mundo, por lo que en realidad los valores se crean, y por ello cambian y son distintos a lo largo del tiempo y en cada cultura. Una vez criticado el fundamento absoluto que sirve de soporte a la validez de la moral, no se puede pensar en su universalidad. 4.2 “MORAL DE SEÑORES” VERSUS “MORAL DE ESCLAVOS”: Además de la crítica a la moral socrática, Nietzsche da un paso más y distingue entre una “moral de señores” y una “moral de esclavos”. El señor (el nobe, el aristócrata) tiene el sentimiento íntimo de que él mismo es el creador de sus propios valores y, por tanto, no tiene que buscar la aprobación de sus acciones más que por sí mismo. El esclavo (el débil, el cobarde), por el contrario, ve con recelo las virtudes del poderoso y antepone las cualidades útiles para aliviar y hacer más soportable su propia existencia: compasión, paciencia, humildad etc. En la “moral de los eslavos”, la norma es lo que es beneficioso para la sociedad del débil. Cualidades como la simpatía, bondad e humildad, son ensalzadas como virtudes, y los individuos fuertes e independientes son considerados como peligrosos, y por lo tanto, como “mal”. La moral de esclavos es, pues, una moral gregaria. Sus valoraciones morales son expresión de las necesidades del rebaño. Es ésta una moral inventada que esclaviza al hombre y, en definitiva, debilita la vida. Cuadro 3. Diferencia entre la moral de señores y la moral de esclavos. MORAL DE SEÑORES (moral sana) MORAL DE ESCLAVOS (moral contranatural) Voluntad de jerarquía, de Voluntad de igualdad excelencia Resentimiento contra la vida Ama lo que eleva, lo noble superior, censura la excepción Quiere la diferencia Glorifica lo que hace soportable la Es la moral de héroe, del guerrero, vida a los pobres, los enfermos y del que no teme el dolor ni el los débiles de espíritu, la concordia sufrimiento Altruismo, hermandad entre los Es la moral de la persona que crea hombres. valores Se encuentra con los valores dados 8 APÉNDICE. EL ESTILO DE NIETZSCHE: EL AFORISMO No escribió Nietzsche de forma sistemática y ordenada, sino a fogonazos, empleando habitualmente el método aforístico. No expuso organizadamente sus grandes temas, no los desarrolló ordenada y exhaustivamente, tal como hemos visto que hicieron otros filósofos que hemos estudiado, sino que escribió a impulsos de su intuición, plasmando brillantes pensamientos de forma fugaz y relampagueante, intensa y vital, recreándose en el uso de toda suerte de metáforas y empleando una forma de expresión que muchas veces alcanza la belleza literaria, e incluso belleza poética, cosa que le distingue extraordinariamente de la mayoría de los filósofos, que suelen utilizar un estilo académico y metódico, más o menos racional y cuadriculado, con lo cual no comulgaba el espíritu vitalista de Nietzsche. El estilo de Nietzsche era todo menos desapasionado. Nada más lejano a la fría prosa a la que nos tienen habituados los filósofos, que el ardor y el apasionamiento de los escritos de Nietzsche, en los que la vida palpita de forma intensa e incontenible. DEFINICIÓN DE AFORISMO Sentencias o párrafos cuya característica principal es la de presentar pensamientos filosóficos de una forma breve, concentrada y “cerrada”, de modo que cada pensamiento posee relativa autonomía. CARACTERÍSTICAS DEL AFORISMO Abundancia de metáforas. Empleo de una expresión que roza lo literario (a veces se confunde lo filosófico y lo literario en su obra). Vehemencia y tono apasionado. 9 TEST NIETZSCHE VERDADERO/FALSO 1. El primer representante del platonismo es Sócrates. 2. Según Nietzsche, las metáforas expresan mejor la realidad que los conceptos precisos, claramente definidos. 3. La teoría para la cual en el conocimiento de la realidad es imposible prescindir del punto de vista recibe el nombre de idealismo. 4. Según Nietzsche, en lo fundamental, el cristianismo expresa la misma concepción de la realidad que la filosofía de Platón. 5. Nietzsche creyó que toda la cultura occidental defiende de un modo u otro lo que llamó nihilismo activo. 6. La filosofía siempre ha sido capaz de captar el aspecto dionisíaco de la existencia. 7. La razón no es un buen instrumento para expresar la realidad puesto que la realidad no es racional. 8. En el mundo existen unidades, sustancias, esencias. 9. Nietzsche justifica con precisión, objetividad y rigor cada una de sus tesis principales. 10. La moral cristiana es una moral antinatural. 11. Nietzsche rechaza la legitimidad de toda creencia en realidades absolutas (Dios, Humanidad, Naturaleza, etc). 12. Lo apolíneo se refiere a la dimensión racional, bella y ordena del mundo. 13. El cristianismo es “platonismo para el pueblo”. 14. Nietzsche considera menos falsa la religión politeísta que la monoteísta. 15. NIetzsche cree en la existencia de valores objetivos pues cree que existe un mundo trascendente en el que éstos se sitúan. 16. Las dimensiones más importante de la vida son las conscientes, las racionales. 17. Considera que el mundo es una totalidad ordenada y racional, un cosmos. 18. Cree posible encontrar datos inmediatos, evidentes, no sujetos a la influencia de elementos subjetivos. TEST NIETZSCHE OPCIÓN MÚLTIPLE 1. ……………… son dos dimensiones apolíneas de la realidad: a. El orden y la noche. b. La individuación y el caos. c. La irracionalidad y la belleza. d. Ninguna de las anteriores. 2. Nietzsche defendió el nihilismo: a. Pasivo. b. Activo. c. Platónico. d. Ninguna de las anteriores. 3. Según Nietzsche, el pensamiento conceptual es un buen modo de representar la realidad pues: a. Puede describir adecuadamente la esencia de las cosas. b. No describe adecuadamente la esencia de las cosas pero sí sus propiedades fenoménicas. c. Permite el acuerdo entre las personas. 10 d. Ninguna de las anteriores. 4. Nietzsche considera que los principios lógicos fundamentales: a. Se aprenden y tienen valor objetivo. b. Son subjetivos. c. Son innatos. d. Ninguna de las anteriores. 5. El filósofo presocrático que más valoró Nietzsche es: a. Heráclito. b. Empédocles. c. Anaxágoras. d. Ninguna de las anteriores. 6. Nietzsche defendió: a. El objetivismo. b. El perspectivismo. c. El idealismo. d. Ninguna de las anteriores. 7. La decadencia occidental comenzó con: a. Sócrates y Platón. b. El cristianismo. c. Descartes. d. Ninguna de las anteriores. 8. Para Nietzsche, un signo de la realidad de algo es: a. En hecho de que permanezca idéntico a sí mismo a través del cambio. b. Su racionalidad. c. El hecho de que cambie. d. Ninguna de las anteriores. 9. Según Nietzsche, los valores morales: a. Son invenciones humanas. b. Existen por sí mismos en un mundo ideal. c. Tienen como fundamento la voluntad divina. d. Ninguna de las anteriores. 10. Llama ………………. Al cambio que propone en la tabla de valores: a. Nihilismo. b. Platonismo. c. Giro moral. d. Ninguna de las anteriores. 11. La religión más valorada por Nietzsche fue: a. El monoteísmo griego. b. El politeísmo griego. c. El budismo. d. Ninguna de las anteriores. 12. Nietzsche defiende: a. El idealismo. b. El objetivismo. c. El realismo. d. Ninguna de las anteriores. 13. Para Nietzsche, las matemáticas: a. Son un instrumento adecuado para describir los cambios en la realidad. b. Se refieren a un mundo ideal y absoluto situado fuera del tiempo y el espacio. 11 c. Son invenciones humanas. d. Ninguna de las anteriores. SOLUCIONES: TEST NIETZSCHE VERDADERO/FALSO 1. V 2. V 3. F 4. V 5. V 6. F 7. V 8. F 9. F 10. V 11. V 12. V 13. V 14. V 15. F 16. F 17. F 18. F TEST NIETZSCHE OPCIÓN MÚLTIPLE 1. d 2. b 3. d 4. d 5. a 6. b 7. a 8. c 9. a 10. d 11. b 12. d NIETZSCHE, EL CREPÚSCULO DE LOS ÍDOLOS La «razón» en la filosofía 1 ¿Me pregunta usted qué cosas son "idiosincrasia" en los filósofos?... Por ejemplo, su falta de sentido histórico, su odio a la noción misma de devenir, su egipticismo. Ellos creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni [desde la perspectiva de lo eterno], - cuando hacen de ella una momia. Todo lo que los filósofos han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos no salió vivo nada real. Matan, rellenan de paja, esos señores idólatras de los conceptos, cuando adoran, - se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran. La muerte, el cambio, la vejez, así como la procreación y el crecimiento son para ellos objeciones, - incluso refutaciones. Lo que es no deviene; lo que deviene no es... Ahora bien, todos ellos creen, incluso con desesperación, en lo que es. Mas como no pueden apoderarse de ello, buscan razones de por qué se les retiene. «Tiene que haber una ilusión, un engaño en el hecho de que no percibamos lo que es: ¿dónde se esconde el engañador? - «Lo tenemos, gritan dichosos, ¡es la sensibilidad! Estos sentidos, que también en otros aspectos son tan inmorales, nos engañan acerca del mundo verdadero. Moraleja: deshacerse del engaño de los sentidos, del devenir, de la historia [Historie], de la mentira, - la historia no es más que fe en los sentidos, fe en la mentira. Moraleja: decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos, a todo el resto de la humanidad: todo él es «pueblo». ¡Ser filósofo, ser momia, representar el monótono-teísmo con una mímica de sepulturero! - Y, sobre todo, fuera el cuerpo, esa lamentable idée fixe (idea fija) de los sentidos! , ¡sujeto a todos los errores de la lógica que existen, refutado, incluso imposible, aun cuando es lo bastante insolente para comportarse como si fuera real! ... » 2 Pongo a un lado, con gran reverencia, el nombre de Heráclito. Mientras que el resto del pueblo de los filósofos rechazaba el testimonio de los sentidos porque éstos mostraban pluralidad y modificación, él rechazó su testimonio porque mostraban las cosas como si tuviesen duración y unidad. También Heráclito fue injusto con los sentidos. Estos no mienten ni del modo como creen los eleatas ni del modo como creía él, - -no mienten de ninguna manera. Lo que nosotros hacemos de su testimonio, eso es lo que introduce la mentira, por ejemplo la mentira de la unidad, la mentira de la coseidad, de la sustancia, de la duración... La «razón» es la causa de que nosotros falseemos el testimonio de los sentidos. Mostrando el devenir, el perecer, el cambio, los sentidos no mienten... Pero Heráclito tendrá eternamente razón al decir que el ser es una ficción vacía. El mundo «aparente» es el único: el «mundo verdadero» no es más que un añadido mentiroso... 3 ¡Y qué sutiles instrumentos de observación tenemos en nuestros sentidos! Esa nariz, por ejemplo, de la que ningún filósofo ha hablado todavía con veneración y gratitud, es hasta este momento incluso el más delicado de los instrumentos que están a nuestra disposición: es capaz de registrar incluso diferencias mínimas de movimiento que ni siquiera el espectroscopio registra. Hoy nosotros poseemos ciencia exactamente en la medida en que nos hemos decidido a aceptar el testimonio de los sentidos, - en que hemos aprendido a seguir aguzándolos, armándolos, pensándolos hasta el final. El resto es un aborto y todavía-no-ciencia: quiero decir, metafísica, teología, psicología, teoría del conocimiento. O ciencia formal, teoría de los signos: como la lógica, y esa lógica 13 aplicada, la matemática. En ellas la realidad no llega a aparecer, ni siquiera como problema; y tampoco como la cuestión de qué valor tiene en general ese convencionalismo de signos que es la lógica. 4 La otra idiosincrasia de los filósofos no es menos peligrosa: consiste en confundir lo último y lo primero. Ponen al comienzo, como comienzo, lo que viene al final - ¡por desgracia! , ¡pues no debería siquiera venir! - los «conceptos supremos», es decir, los conceptos más generales, los más vacíos, el último humo de la realidad que se evapora. Esto es, una vez más, sólo expresión de su modo de venerar: a lo superior no le es lícito provenir de lo inferior, no le es lícito provenir de nada... Moraleja: todo lo que es de primer rango tiene que ser causa sui (causa de sí mismo). El proceder de algo distinto es considerado como una objeción, como algo que pone en entredicho el valor. Todos los valores supremos son de primer rango, ninguno de los conceptos supremos, lo existente, lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto - ninguno de ellos puede haber devenido, por consiguiente tiene que ser causa sui. Mas ninguna de esas cosas puede ser tampoco desigual una de otra, no puede estar en contradicción consigo misma... Con esto tienen los filósofos su estupendo concepto «Dios»... Lo último, lo más tenue, lo más vacío es puesto como lo primero, como causa en sí, como ens realissimum (ente realísimo)… ¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales de unos enfermos tejedores de telarañas! - Y lo ha pagado caro! ... 5 -Contrapongamos a esto, por fin, el modo tan distinto como nosotros - (digo nosotros por cortesía ..) vemos el problema del error y de la apariencia. En otro tiempo se tomaba la modificación, el cambio, el devenir en general como prueba de apariencia, como signo de que ahí tiene que haber algo que nos induce a error. Hoy, a la inversa, en la exacta medida en que el prejuicio de la razón nos fuerza a asignar unidad, identidad, duración, sustancia, causa, coseidad, ser, nos vemos en cierto modo cogidos en el error, necesitados al error; aun cuando, basándonos en una verificación rigurosa, dentro de nosotros estemos muy seguros de que es ahí donde está el error. Ocurre con esto lo mismo que con los movimientos de una gran constelación: en éstos el error tiene como abogado permanente a nuestro ojo, allí a nuestro lenguaje. Por su génesis el lenguaje pertenece a la época de la forma más rudimentaria de psicología: penetramos en un fetichismo grosero cuando adquirimos consciencia de los presupuestos básicos de la metafísica del lenguaje, dicho con claridad: de la razón. Ese fetichismo ve en todas partes agentes y acciones: cree que la voluntad es la causa en general; cree en el «yo», cree que el yo es un ser, que el yo es una sustancia, y proyecta sobre todas las cosas la creencia en la sustancia-yo- así es como crea el concepto «cosa»... El ser es añadido con el pensamiento, es introducido subrepticiamente en todas partes como causa; del concepto «yo» es del que se sigue, como derivado, el concepto «ser»... Al comienzo está ese grande y funesto error de que la voluntad es algo que produce efectos, - de que la voluntad es una facultad... Hoy sabemos que no es más que una palabra ... Mucho más tarde, en un mundo mil veces más ilustrado, llegó a la consciencia de los filósofos, para su sorpresa, la seguridad, la certeza subjetiva en el manejo de las categorías de la razón: ellos sacaron la conclusión de que esas categorías no podían proceder de la empiria, - la empiria entera, decían, está, en efecto, en contradicción con ellas. ¿De dónde proceden, pues? - Y tanto en India como en Grecia se cometió el mismo error: «nosotros tenemos que haber habitado ya alguna vez en un mundo más alto ( - en lugar de en un mundo mucho más bajo: ¡lo cual habría sido la verdad! ), nosotros tenemos que haber sido divi- 14 nos, ¡pues poseemos la razón! »... De hecho, hasta ahora nada ha tenido una fuerza persuasiva más ingenua que el error acerca del ser, tal como fue formulado, por ejemplo, por los eleatas: ¡ese error tiene en favor suyo, en efecto, cada palabra, cada frase que nosotros pronunciamos! -También los adversarios de los eleatas sucumbieron a la seducción de su concepto de ser: entre otros Demócrito, cuando inventó su átomo... La «razón» en el lenguaje: ¡oh, qué vieja hembra engañadora! Temo que no vamos a desembarazarnos de Dios porque continuamos creyendo en la gramática... 6 Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro tesis: así facilito la comprensión, así provoco la contradicción. Primera tesis. Las razones por las que «este» mundo ha sido calificado de aparente fundamentan, antes bien, su realidad, - otra especie distinta de realidad es absolutamente indemostrable. Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al «ser verdadero» de las cosas son los signos distintivos del no-ser, de la nada, - a base de ponerlo en contradicción con el mundo real es como se ha construido el «mundo verdadero»: un mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusión óptico-moral. Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de «otro» mundo distinto de éste no tiene sentido, presuponiendo que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida: en este último caso tomamos venganza de la vida con la fantasmagoría de «otra» vida distinta de ésta, «mejor» que ésta. Cuarta tesis. Dividir el mundo en un mundo «verdadero» y en un mundo «aparente», ya sea al modo del cristianismo, ya sea al modo de Kant (en última instancia, un cristiano alevoso), es únicamente una sugestión de la décadence, -un síntoma de vida descendente... El hecho de que el artista estime más la apariencia que la realidad no constituye una objeción contra esta tesis. Pues «la apariencia» significa aquí la realidad una vez más, sólo que seleccionada, reforzada, corregida... El artista trágico no es un pesimista, - dice precisamente sí incluso a todo lo problemático y terrible, es dionisíaco... Cómo el «mundo verdadero» acabó convirtiéndose en una fábula. Historia de un error 1. El mundo verdadero, asequible al sabio, al piadoso, al virtuoso, -él vive en ese mundo, es ese mundo. (La forma más antigua de la Idea, relativamente inteligente, simple, convincente. Transcripción de la tesis «yo, Platón, soy la verdad».) 2. El mundo verdadero, inasequible por ahora, pero prometido al sabio, al piadoso, al virtuoso («al pecador que hace penitencia»). (Progreso de la Idea: ésta se vuelve más sutil, más capciosa, más inaprensible, - se convierte en una mujer, se hace cristiana ... ) 15 3. El mundo verdadero, inasequible, indemostrable, imprometible, pero, ya en cuanto pensado, un consuelo, una obligación, un imperativo. (En el fondo, el viejo sol, pero visto a través de la niebla y el escepticismo; la Idea, sublimizada, pálida, nórdica, königsberguense ). 4. El mundo verdadero - ¿inasequible? En todo caso, inalcanzado. Y en cuanto inalcanzado, también desconocido. Por consiguiente, tampoco consolador, redentor, obligante: ¿a qué podría obligarnos algo desconocido?... (Mañana gris. Primer bostezo de la razón. Canto del gallo del positivismo.) 5. El «mundo verdadero» -una Idea que ya no sirve para nada, que ya ni siquiera obliga,-una Idea que se ha vuelto inútil, superflua, por consiguiente una Idea refutada: ¡eliminémosla! (Día claro; desayuno; retorno del bon sens [buen sentido] y de la jovialidad; rubor avergonzado de Platón; ruido endiablado de todos los espíritus libres.) 6. Hemos eliminado el mundo verdadero: ¿qué mundo ha quedado?, ¿acaso el aparente?... ¡No!, ¡al eliminar el mundo verdadero hemos eliminado también el aparente! (Mediodía; instante de la sombra más corta; final del error más largo; punto culminante de la humanidad; INCIPIT ZARATHUSTRA [comienza Zaratustra].)