Download Nietsche y la critica de la razon occidental

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Transcript
1
UNIDAD DIDÁCTICA
NIETZSCHE
Y LA CRÍTICA DE LA
CULTURA
OCCIDENTAL
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA
2º BACHILLERATO
BLOQUE (III): LA FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
Rubén Benítez Florido
Departamento de Filosofía
I.E.S. VECINDARIO
Curso 2010-2011
2
1 INTRODUCCIÓN: LA FILOSOFÍA DE NIETZSCHE
COMO CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL
2 ANTES DE LA DECADENCIA: ARMONÍA ENTRE LO
APOLÍNEO Y LO DIONISÍACO
2.1 Apolíneo y dionisíaco
2.2 Recuperación de Heráclito: inocencia del devenir.
3 DESARROLLO DE LA DECADENCIA: EL
PLATONISMO O EL TRIUNFO DE LO APOLÍNEO
SOBRE LO DIONISÍACO
3.1 El platonismo en el “paso del mito al logos”.
3.2 La “transmutación de valores”: crítica nietzscheana al
platonismo.
3.3 El cristianismo o “platonismo para el pueblo”.
3.4 El “nihilismo” como expresión de la decadencia.
4 GENEALOGÍA DE LA MORAL:
4.1 Crítica a la “moral socrática”.
4.2 “Moral de señores” versus “moral de esclavos”
3
1 INTRODUCCIÓN: LA FILOSOFÍA DE NIETZSCHE
COMO CRÍTICA DE LA CULTURA OCCIDENTAL
Según Nietzsche, lo más peculiar de la cultural occidental es la afirmación de unos
valores que son, en realidad, antivalores, en tanto que atentan contra el instinto de la
vida (principal valor que salvaguardar para Nietzsche, el valor más importante),
recurriendo a la creencia –para dar legitimidad a esos falsos valores- en la existencia de
un mundo donde tiene cabida la verdad, la objetividad, la racionalidad, lo inmutable.
Decimos que algo es “decadente” cuando manifiesta una pérdida de valor, fuerza o
vigor respecto del “tono” vital del anterior. Esto es precisamente lo que ha ocurrido,
según Nietzsche, al referirse a la historia de Occidente como un “proceso decadente”.
2 ANTES DE LA DECADENCIA: ARMONÍA ENTRE LO
APOLÍNEO Y LO DIONISÍACO
Esta etapa Nietzsche la sitúa en el mundo griego hasta el siglo de Pericles (s. V
a.C.). Nietzsche piensa que en este momento histórico no se ocultan las dimensiones
fundamentales y trágicas de la vida. Antes de la filosofía el ser humano vivía en un
mundo que no rehusaba la “contingencia” del ser humano, ni olvidaba los aspectos
fundamentales de la vida: la irracionalidad, el caos, la temporalidad, la enfermedad y la
muerte, etc.
Las dos grandes cosmovisiones de la época, la tragedia griega y la religión
politeísta, no eran contrarias a la vida sino su afirmación.
2.1 APOLÍNEO Y DIONISÍACO:
Según Nietzsche, el pueblo griego antiguo supo captar las dos dimensiones
fundamentales de la realidad sin ocultarse ninguna de ellas, dimensiones que este
pueblo expresó de forma mítica con el culto a Apolo y Dionisos.
La auténtica grandeza griega radica en la tragedia, género artístico con el que
consiguieron representar de modo armónico lo apolíneo y lo dionisíaco de la
existencia.
Lo apolíneo representaba para los griegos la individuación, el equilibrio, la
medida, la forma, la racionalidad, la luz, la armonía, etc. Lo dionisíaco representaba la
confusión, la deformidad, el caos, la noche, el instinto, la disolución de la
individualidad, la irracionalidad, etc.
Cuadro 1. Dimensiones apolínea y dionisíaca de la existencia.
DIMENSIÓN APOLÍNEA
DIMENSIÓN DIONISÍACA
Luz
Oscuridad
Equilibrio
Caos
Armonía
Deformidad
Racionalidad
Irracionalidad
Medida
Confusión
Según Nietzsche, la grandeza del mundo griego arcaico estribaba en no ocultar
ambas dimensiones de la realidad, en armonizar ambos principios.
4
2.2 RECUPERACIÓN DE HERÁCLITO: INOCENCIA DEL
DEVENIR
No es extrañar que Nietzsche únicamente respete a Heráclito como el único
filósofo griego que supo captar la esencia de la realidad como una constante “lucha de
contrarios” (sin que ninguna de las partes llegue a dominar o prevalecer del todo sobre
la otra) y como un continuo “devenir” que nada pueda hacer parar. Heráclito había
conseguido expresar a través de su pensamiento esta dimensión trágica realidad.
El gran descubrimiento de Heráclito es que la unidad del principio creador no es
una unidad idéntica, ni excluye la lucha, la discordia, la oposición.
Para entender la ley suprema del ser es preciso unir lo completo y lo incompleto,
lo concorde y lo discorde, lo armónico y lo disonante, y darse cuenta de la unidad surge
de todos los opuestos.
Según Heráclito, la unidad propia del mundo es una tensión de este género, no
anula, ni concilia, ni supera el contraste, sino que lo hace ser y lo hace entender como
contraste.
3 INICIO DE LA DECADENCIA: EL PLATONISMO O EL
TRIUNFO DE LO APOLÍNEO SOBRE LO DIONISÍACO
Con Sócrates, y sobre todo con Platón comienza la decadencia de la cultura
occidental y el declive del tono vital anterior a ellos. Con “platonismo” Nietzsche se
refiere a toda teoría para la que la realidad está escindida en dos mundos: un “mundo
verdadero”, dado a la razón, inmutable y objetivo, y un “mundo aparente”, dado a los
sentidos, cambiante y subjetivo.
Como es sabido, Platón defendió el “dualismo ontológico”, esto es, dividió la
realidad en dos mundos opuestos a las que atribuyó las siguientes características.
Cuadro 2. Características del dualismo ontológico en Platón.
MUNDO VERDADERO MUNDO APARENTE
Los sentidos
SE
ANCANZA La razón
MEDIANTE
Objetivo/inmutable
Subjetivo/cambiante
CARACTERÍSTICAS
La eternidad
Nacimiento, duración y
LE CORRESPONDE
muerte
El alma/ el bien
El cuerpo/el mal
SE RELACIONA CON
Sin embargo, para Nietzsche el “platonismo” es un concepto flexible que no se
limita a la filosofía de Platón: lo encontramos antes y después de ella. En realidad, en
opinión de Nietzsche, toda la filosofía occidental está recorrida de un extremo a otro por
el platonismo, y prácticamente, podemos identificar la propia tarea de la filosofía con el
“platonismo”: trascender el mundo de las apariencias para descubrir la verdad
inmutable.
El “platonismo” se ha instalado de tal forma en nuestra cultura que viene a
significar la actitud de todos los hombres de nuestra civilización. Toda la filosofía
(excepto Heráclito) y la religión son una forma de platonismo, pues defiende la misma
concepción de la realidad, aunque con palabras distintas.
¿En qué sentido dice Nietzsche que el “platonismo” implica el triunfo de lo
apolíneo sobre lo dionisíaco? Para responder a esta pregunta tenemos que remontarnos
al origen de la filosofía y el “paso del mito al logos”.
5
3.1 EL PLATONISMO EN EL “PASO DEL MITO AL LOGOS”
La filosofía nace con el “paso del mito al logos”, como superación de las
descripciones míticas del mundo que apelan a la imaginación y a la narración
metafórica. Estas, a su vez, fueron sustituidas por descripciones racionales del mundo
que apelan a una descripción precisa y objetiva del mismo.
Además, ocurre que la filosofía a partir de este momento empieza a operar con
una serie de conceptos antitéticos:
MUNDO VERDADERO
MUNDO APARENTE
(LO APOLÍNEO)
(LO DIONISÍACO)
Realidad
Apariencia
Razón
Sentidos
Alma
Cuerpo
Permanencia
Cambio
Unidad
Multiplicidad
Sin embargo, ambos conjuntos de conceptos no son valorados de la misma
forma: el mundo verdadero se convierte en fundamento último del mundo aparente, y se
constituye como lo opuesto a éste. De esta forma, el “mundo del más acá” se convierte
en la negación del “mundo del más allá”, única realidad verdadera.
Cierto es que estas creencias no comienzan con Platón, pero adquieren su más
radical expresión en Sócrates y Platón.
3.2 LA “TRANSMUTACIÓN DE VALORES”: CRÍTICA
NIETZSCHEANA AL PLATONISMO
El platonismo, piensa Nietzsche, se manifiesta como un resentimiento radical
contra la vida, contra el “mundo del más acá” y todo lo que éste conlleva: el cambio, la
multiplicidad, la apariencia, el cuerpo, etc.
El platonismo recoge, de manera general, todos los elementos de la negación de la
vida, expresada en el mundo terrenal. Manifiesta, pues, una actitud fuertemente
“antivitalista”.
En este sentido se puede decir que el platonismo inherente a toda la cultura
occidental se ha convertido en el mayor enemigo de la vida. En lugar de afirmarla, la
niega; en lugar de reverenciarla, la condena.
Por eso Nietzsche es partidario de una “transmutación de los valores” que
vuelva a situar a la vida como el valor fundamental desde el cual ordenar todos los
demás.
Por qué, según Nietzsche, aparece el platonismo? Como producto de la no
aceptación de la realidad en toda su crudeza, de no aceptar la dimensión “trágica”
de la realidad: la realidad como lugar en el que se da la vida, el orden, etc., pero
también el lugar donde se da la muerte, el caos, etc.
El platonismo es creación de individuos débiles, con un tono vital bajo que
pueden llegar a creer en la fantasmagoría de un mundo trascendente. El mundo
verdadero es un refugio para los que no pueden aceptar la vida.
De todo esto se desprende el apodo que el propio Nietzsche atribuye a su manera
de hacer filosofía: la “filosofía del martillo”. Con este rótulo se quiere subrayar el
método, en general destructivo empleado por Nietzsche, y que se observa de forma clara
en su pretensión de destruir los valores existentes para implantar otros nuevos. En
definitiva, lo que quiere destruir es la cultura occidental para, de inmediato, afirmar un
6
mundo que se nutra de valores contrarios a esa cultura. Por tanto, primero niega,
destruye a martillazos, los valores existentes y posteriormente afirma, mediante su
filosofía vitalista, unos valores nuevos.
3.3 EL CRISTIANISMO O “PLATONISMO PARA EL PUEBLO”
El cristianismo es totalmente fiel a la filosofía platónica. “Platonismo para el
pueblo”, dice Nietzsche, filosofía platónica expresada en términos sencillos y accesibles
a todo el mundo.
Con el cristianismo las ideas que antes estaban presentes en un número reducido
de personas, los filósofos, se extienden a todos los hombres.
El dualismo ontológico y antropológico pasa a ser de dominio público. El Mundo
Inteligible de Platón pasa a ser el Mundo Divino, el Mundo Sensible el Mundo Terrenal,
y el alma se sigue oponiendo al cuerpo. Distintas palabras para, en el fondo, las mismas
ideas.
3.4 EL “NIHILISMO” COMO EXPRESIÓN DE LA DECADENCIA
De manera general, podemos entender el “nihilismo” (de “nihil”, nada) como una
actitud vital y filosófica que hace girar la existencia alrededor de algo inexistente. Para
Nietzsche toda cultura que cree en la existencia de una realidad absoluta, realidad en la
que se sitúan los valores objetivos de la verdad y del bien, es una cultura nihilista.
Toda la cultura occidental ha sido hasta este momento nihilista porque ha
depositado toda su pasión y esperanzas en algo inexistente (el mundo ideal de los
filósofos, el Dios de los cristianos), despreciando de este modo indirecto la única
realidad existente, la realidad del mundo que se ofrece a los sentidos, la realidad de la
vida.
4 GENEALOGÍA DE LA MORAL:
El “método genealógico” trata de, por un lado, reconstruir el momento y la
situación originarios de los acontecimientos, y por otro lado, es un proceso crítico,
caracterizado por la inversión y el desenmascaramiento de todo lo existente. Se trata de
quitar la máscara a todo lo decadente, de explicarlo por fuerzas ocultas, instintos y
tendencias.
4.1 CRÍTICA A LA “MORAL SOCRÁTICA”:
La “moral socrática” presenta las dos siguientes características: consideración de
los valores morales como valores objetivos y universalidad de los valores morales.

CRÍTICA A LA CONSIDERACIÓN OBJETIVA DE LA MORAL. Platón
situó los valores morales en el Mundo eterno e inmutable de las Ideas, el
cristianismo los sitúa en el ámbito eterno e inmutable de la mente de Dios. Pero
la moral tradicional, resultado de la moral socrática, se equivoca totalmente: no
existe un ámbito en el que se encuentren los valores como realidades
independientes de las personas. Los valores los crean las personas, son
proyecciones de nuestra subjetividad, de nuestras pasiones, sentimientos e
intereses, los inventamos, existen porque nosotros los hemos creado. Sin
7

embargo, es frecuente olvidar este hecho, de ahí que habitualmente los vivamos
como objetivos y los sintamos como mandatos, como exigencias que vienen de
fuera.
UNIVERSALIDAD DE LOS VALORES. Como consecuencia de la creencia
en el carácter independiente de los valores, la moral socrática creyó también que
los valores morales valen para todos los hombres: si algo es bueno es bueno para
todos, si algo no se debe hacer no es correcto que lo haga nadie. Si realmente los
valores existieran en un mundo verdadero y objetivo podríamos pensar en su
universalidad, pero no existe dicho mundo, por lo que en realidad los valores se
crean, y por ello cambian y son distintos a lo largo del tiempo y en cada cultura.
Una vez criticado el fundamento absoluto que sirve de soporte a la validez de la
moral, no se puede pensar en su universalidad.
4.2 “MORAL DE SEÑORES” VERSUS “MORAL DE
ESCLAVOS”:
Además de la crítica a la moral socrática, Nietzsche da un paso más y distingue
entre una “moral de señores” y una “moral de esclavos”. El señor (el nobe, el
aristócrata) tiene el sentimiento íntimo de que él mismo es el creador de sus propios
valores y, por tanto, no tiene que buscar la aprobación de sus acciones más que por sí
mismo. El esclavo (el débil, el cobarde), por el contrario, ve con recelo las virtudes del
poderoso y antepone las cualidades útiles para aliviar y hacer más soportable su propia
existencia: compasión, paciencia, humildad etc.
En la “moral de los eslavos”, la norma es lo que es beneficioso para la sociedad
del débil. Cualidades como la simpatía, bondad e humildad, son ensalzadas como
virtudes, y los individuos fuertes e independientes son considerados como peligrosos, y
por lo tanto, como “mal”. La moral de esclavos es, pues, una moral gregaria. Sus
valoraciones morales son expresión de las necesidades del rebaño. Es ésta una moral
inventada que esclaviza al hombre y, en definitiva, debilita la vida.
Cuadro 3. Diferencia entre la moral de señores y la moral de esclavos.
MORAL DE SEÑORES (moral sana)
MORAL DE ESCLAVOS (moral
contranatural)
 Voluntad
de
jerarquía,
de
 Voluntad de igualdad
excelencia
 Resentimiento contra la vida
 Ama lo que eleva, lo noble
superior, censura la excepción
 Quiere la diferencia
 Glorifica lo que hace soportable la
 Es la moral de héroe, del guerrero,
vida a los pobres, los enfermos y
del que no teme el dolor ni el
los débiles de espíritu, la concordia
sufrimiento
 Altruismo, hermandad entre los
 Es la moral de la persona que crea
hombres.
valores
 Se encuentra con los valores dados
8
APÉNDICE. EL ESTILO DE NIETZSCHE: EL AFORISMO
No escribió Nietzsche de forma sistemática y ordenada, sino a fogonazos,
empleando habitualmente el método aforístico. No expuso organizadamente sus grandes
temas, no los desarrolló ordenada y exhaustivamente, tal como hemos visto que hicieron
otros filósofos que hemos estudiado, sino que escribió a impulsos de su intuición,
plasmando brillantes pensamientos de forma fugaz y relampagueante, intensa y vital,
recreándose en el uso de toda suerte de metáforas y empleando una forma de expresión
que muchas veces alcanza la belleza literaria, e incluso belleza poética, cosa que le
distingue extraordinariamente de la mayoría de los filósofos, que suelen utilizar un
estilo académico y metódico, más o menos racional y cuadriculado, con lo cual no
comulgaba el espíritu vitalista de Nietzsche.
El estilo de Nietzsche era todo menos desapasionado. Nada más lejano a la fría
prosa a la que nos tienen habituados los filósofos, que el ardor y el apasionamiento de
los escritos de Nietzsche, en los que la vida palpita de forma intensa e incontenible.
DEFINICIÓN DE AFORISMO
Sentencias o párrafos cuya característica principal es la de presentar pensamientos
filosóficos de una forma breve, concentrada y “cerrada”, de modo que cada pensamiento
posee relativa autonomía.
CARACTERÍSTICAS DEL AFORISMO
 Abundancia de metáforas.
 Empleo de una expresión que roza lo literario (a veces se confunde lo filosófico
y lo literario en su obra).
 Vehemencia y tono apasionado.
9
TEST NIETZSCHE VERDADERO/FALSO
1. El primer representante del platonismo es Sócrates.
2. Según Nietzsche, las metáforas expresan mejor la realidad que los conceptos
precisos, claramente definidos.
3. La teoría para la cual en el conocimiento de la realidad es imposible prescindir
del punto de vista recibe el nombre de idealismo.
4. Según Nietzsche, en lo fundamental, el cristianismo expresa la misma
concepción de la realidad que la filosofía de Platón.
5. Nietzsche creyó que toda la cultura occidental defiende de un modo u otro lo que
llamó nihilismo activo.
6. La filosofía siempre ha sido capaz de captar el aspecto dionisíaco de la
existencia.
7. La razón no es un buen instrumento para expresar la realidad puesto que la
realidad no es racional.
8. En el mundo existen unidades, sustancias, esencias.
9. Nietzsche justifica con precisión, objetividad y rigor cada una de sus tesis
principales.
10. La moral cristiana es una moral antinatural.
11. Nietzsche rechaza la legitimidad de toda creencia en realidades absolutas (Dios,
Humanidad, Naturaleza, etc).
12. Lo apolíneo se refiere a la dimensión racional, bella y ordena del mundo.
13. El cristianismo es “platonismo para el pueblo”.
14. Nietzsche considera menos falsa la religión politeísta que la monoteísta.
15. NIetzsche cree en la existencia de valores objetivos pues cree que existe un
mundo trascendente en el que éstos se sitúan.
16. Las dimensiones más importante de la vida son las conscientes, las racionales.
17. Considera que el mundo es una totalidad ordenada y racional, un cosmos.
18. Cree posible encontrar datos inmediatos, evidentes, no sujetos a la influencia de
elementos subjetivos.
TEST NIETZSCHE OPCIÓN MÚLTIPLE
1. ……………… son dos dimensiones apolíneas de la realidad:
a. El orden y la noche.
b. La individuación y el caos.
c. La irracionalidad y la belleza.
d. Ninguna de las anteriores.
2. Nietzsche defendió el nihilismo:
a. Pasivo.
b. Activo.
c. Platónico.
d. Ninguna de las anteriores.
3. Según Nietzsche, el pensamiento conceptual es un buen modo de
representar la realidad pues:
a. Puede describir adecuadamente la esencia de las cosas.
b. No describe adecuadamente la esencia de las cosas pero sí sus
propiedades fenoménicas.
c. Permite el acuerdo entre las personas.
10
d. Ninguna de las anteriores.
4. Nietzsche considera que los principios lógicos fundamentales:
a. Se aprenden y tienen valor objetivo.
b. Son subjetivos.
c. Son innatos.
d. Ninguna de las anteriores.
5. El filósofo presocrático que más valoró Nietzsche es:
a. Heráclito.
b. Empédocles.
c. Anaxágoras.
d. Ninguna de las anteriores.
6. Nietzsche defendió:
a. El objetivismo.
b. El perspectivismo.
c. El idealismo.
d. Ninguna de las anteriores.
7. La decadencia occidental comenzó con:
a. Sócrates y Platón.
b. El cristianismo.
c. Descartes.
d. Ninguna de las anteriores.
8. Para Nietzsche, un signo de la realidad de algo es:
a. En hecho de que permanezca idéntico a sí mismo a través del cambio.
b. Su racionalidad.
c. El hecho de que cambie.
d. Ninguna de las anteriores.
9. Según Nietzsche, los valores morales:
a. Son invenciones humanas.
b. Existen por sí mismos en un mundo ideal.
c. Tienen como fundamento la voluntad divina.
d. Ninguna de las anteriores.
10. Llama ………………. Al cambio que propone en la tabla de valores:
a. Nihilismo.
b. Platonismo.
c. Giro moral.
d. Ninguna de las anteriores.
11. La religión más valorada por Nietzsche fue:
a. El monoteísmo griego.
b. El politeísmo griego.
c. El budismo.
d. Ninguna de las anteriores.
12. Nietzsche defiende:
a. El idealismo.
b. El objetivismo.
c. El realismo.
d. Ninguna de las anteriores.
13. Para Nietzsche, las matemáticas:
a. Son un instrumento adecuado para describir los cambios en la realidad.
b. Se refieren a un mundo ideal y absoluto situado fuera del tiempo y el
espacio.
11
c. Son invenciones humanas.
d. Ninguna de las anteriores.
SOLUCIONES:
TEST NIETZSCHE VERDADERO/FALSO
1. V
2. V
3. F
4. V
5. V
6. F
7. V
8. F
9. F
10. V
11. V
12. V
13. V
14. V
15. F
16. F
17. F
18. F
TEST NIETZSCHE OPCIÓN MÚLTIPLE
1. d
2. b
3. d
4. d
5. a
6. b
7. a
8. c
9. a
10. d
11. b
12. d
NIETZSCHE, EL CREPÚSCULO DE LOS ÍDOLOS
La «razón» en la filosofía
1
¿Me pregunta usted qué cosas son "idiosincrasia" en los filósofos?... Por ejemplo, su
falta de sentido histórico, su odio a la noción misma de devenir, su egipticismo. Ellos
creen otorgar un honor a una cosa cuando la deshistorizan, sub specie aeterni [desde la
perspectiva de lo eterno], - cuando hacen de ella una momia. Todo lo que los filósofos
han venido manejando desde hace milenios fueron momias conceptuales; de sus manos
no salió vivo nada real. Matan, rellenan de paja, esos señores idólatras de los conceptos,
cuando adoran, - se vuelven mortalmente peligrosos para todo, cuando adoran. La
muerte, el cambio, la vejez, así como la procreación y el crecimiento son para ellos
objeciones, - incluso refutaciones. Lo que es no deviene; lo que deviene no es... Ahora
bien, todos ellos creen, incluso con desesperación, en lo que es. Mas como no pueden
apoderarse de ello, buscan razones de por qué se les retiene. «Tiene que haber una
ilusión, un engaño en el hecho de que no percibamos lo que es: ¿dónde se esconde el
engañador? - «Lo tenemos, gritan dichosos, ¡es la sensibilidad! Estos sentidos, que
también en otros aspectos son tan inmorales, nos engañan acerca del mundo verdadero.
Moraleja: deshacerse del engaño de los sentidos, del devenir, de la historia [Historie],
de la mentira, - la historia no es más que fe en los sentidos, fe en la mentira. Moraleja:
decir no a todo lo que otorga fe a los sentidos, a todo el resto de la humanidad: todo él
es «pueblo». ¡Ser filósofo, ser momia, representar el monótono-teísmo con una mímica
de sepulturero! - Y, sobre todo, fuera el cuerpo, esa lamentable idée fixe (idea fija) de
los sentidos! , ¡sujeto a todos los errores de la lógica que existen, refutado, incluso
imposible, aun cuando es lo bastante insolente para comportarse como si fuera real! ... »
2
Pongo a un lado, con gran reverencia, el nombre de Heráclito. Mientras que el resto del
pueblo de los filósofos rechazaba el testimonio de los sentidos porque éstos mostraban
pluralidad y modificación, él rechazó su testimonio porque mostraban las cosas como si
tuviesen duración y unidad. También Heráclito fue injusto con los sentidos. Estos no
mienten ni del modo como creen los eleatas ni del modo como creía él, - -no mienten de
ninguna manera. Lo que nosotros hacemos de su testimonio, eso es lo que introduce la
mentira, por ejemplo la mentira de la unidad, la mentira de la coseidad, de la sustancia,
de la duración... La «razón» es la causa de que nosotros falseemos el testimonio de los
sentidos. Mostrando el devenir, el perecer, el cambio, los sentidos no mienten... Pero
Heráclito tendrá eternamente razón al decir que el ser es una ficción vacía. El mundo
«aparente» es el único: el «mundo verdadero» no es más que un añadido mentiroso...
3
¡Y qué sutiles instrumentos de observación tenemos en nuestros sentidos! Esa nariz,
por ejemplo, de la que ningún filósofo ha hablado todavía con veneración y gratitud, es
hasta este momento incluso el más delicado de los instrumentos que están a nuestra
disposición: es capaz de registrar incluso diferencias mínimas de movimiento que ni
siquiera el espectroscopio registra. Hoy nosotros poseemos ciencia exactamente en la
medida en que nos hemos decidido a aceptar el testimonio de los sentidos, - en que
hemos aprendido a seguir aguzándolos, armándolos, pensándolos hasta el final. El resto
es un aborto y todavía-no-ciencia: quiero decir, metafísica, teología, psicología, teoría
del conocimiento. O ciencia formal, teoría de los signos: como la lógica, y esa lógica
13
aplicada, la matemática. En ellas la realidad no llega a aparecer, ni siquiera como
problema; y tampoco como la cuestión de qué valor tiene en general ese
convencionalismo de signos que es la lógica.
4
La otra idiosincrasia de los filósofos no es menos peligrosa: consiste en confundir lo
último y lo primero. Ponen al comienzo, como comienzo, lo que viene al final - ¡por
desgracia! , ¡pues no debería siquiera venir! - los «conceptos supremos», es decir, los
conceptos más generales, los más vacíos, el último humo de la realidad que se evapora.
Esto es, una vez más, sólo expresión de su modo de venerar: a lo superior no le es lícito
provenir de lo inferior, no le es lícito provenir de nada... Moraleja: todo lo que es de
primer rango tiene que ser causa sui (causa de sí mismo). El proceder de algo distinto es
considerado como una objeción, como algo que pone en entredicho el valor. Todos los
valores supremos son de primer rango, ninguno de los conceptos supremos, lo existente,
lo incondicionado, lo bueno, lo verdadero, lo perfecto - ninguno de ellos puede haber
devenido, por consiguiente tiene que ser causa sui. Mas ninguna de esas cosas puede
ser tampoco desigual una de otra, no puede estar en contradicción consigo misma... Con
esto tienen los filósofos su estupendo concepto «Dios»... Lo último, lo más tenue, lo
más vacío es puesto como lo primero, como causa en sí, como ens realissimum (ente
realísimo)… ¡Que la humanidad haya tenido que tomar en serio las dolencias cerebrales
de unos enfermos tejedores de telarañas! - Y lo ha pagado caro! ...
5
-Contrapongamos a esto, por fin, el modo tan distinto como nosotros - (digo nosotros
por cortesía ..) vemos el problema del error y de la apariencia. En otro tiempo se tomaba
la modificación, el cambio, el devenir en general como prueba de apariencia, como
signo de que ahí tiene que haber algo que nos induce a error. Hoy, a la inversa, en la
exacta medida en que el prejuicio de la razón nos fuerza a asignar unidad, identidad,
duración, sustancia, causa, coseidad, ser, nos vemos en cierto modo cogidos en el error,
necesitados al error; aun cuando, basándonos en una verificación rigurosa, dentro de
nosotros estemos muy seguros de que es ahí donde está el error. Ocurre con esto lo
mismo que con los movimientos de una gran constelación: en éstos el error tiene como
abogado permanente a nuestro ojo, allí a nuestro lenguaje. Por su génesis el lenguaje
pertenece a la época de la forma más rudimentaria de psicología: penetramos en un
fetichismo grosero cuando adquirimos consciencia de los presupuestos básicos de la
metafísica del lenguaje, dicho con claridad: de la razón. Ese fetichismo ve en todas
partes agentes y acciones: cree que la voluntad es la causa en general; cree en el «yo»,
cree que el yo es un ser, que el yo es una sustancia, y proyecta sobre todas las cosas la
creencia en la sustancia-yo- así es como crea el concepto «cosa»... El ser es añadido con
el pensamiento, es introducido subrepticiamente en todas partes como causa; del concepto «yo» es del que se sigue, como derivado, el concepto «ser»... Al comienzo está
ese grande y funesto error de que la voluntad es algo que produce efectos, - de que la
voluntad es una facultad... Hoy sabemos que no es más que una palabra ... Mucho más
tarde, en un mundo mil veces más ilustrado, llegó a la consciencia de los filósofos, para
su sorpresa, la seguridad, la certeza subjetiva en el manejo de las categorías de la razón:
ellos sacaron la conclusión de que esas categorías no podían proceder de la empiria, - la
empiria entera, decían, está, en efecto, en contradicción con ellas. ¿De dónde proceden,
pues? - Y tanto en India como en Grecia se cometió el mismo error: «nosotros tenemos
que haber habitado ya alguna vez en un mundo más alto ( - en lugar de en un mundo
mucho más bajo: ¡lo cual habría sido la verdad! ), nosotros tenemos que haber sido divi-
14
nos, ¡pues poseemos la razón! »... De hecho, hasta ahora nada ha tenido una fuerza
persuasiva más ingenua que el error acerca del ser, tal como fue formulado, por
ejemplo, por los eleatas: ¡ese error tiene en favor suyo, en efecto, cada palabra, cada
frase que nosotros pronunciamos! -También los adversarios de los eleatas sucumbieron
a la seducción de su concepto de ser: entre otros Demócrito, cuando inventó su átomo...
La «razón» en el lenguaje: ¡oh, qué vieja hembra engañadora! Temo que no vamos a
desembarazarnos de Dios porque continuamos creyendo en la gramática...
6
Se me estará agradecido si condenso un conocimiento tan esencial, tan nuevo, en cuatro
tesis: así facilito la comprensión, así provoco la contradicción.
Primera tesis. Las razones por las que «este» mundo ha sido calificado de aparente
fundamentan, antes bien, su realidad, - otra especie distinta de realidad es absolutamente
indemostrable.
Segunda tesis. Los signos distintivos que han sido asignados al «ser verdadero» de las
cosas son los signos distintivos del no-ser, de la nada, - a base de ponerlo en
contradicción con el mundo real es como se ha construido el «mundo verdadero»: un
mundo aparente de hecho, en cuanto es meramente una ilusión óptico-moral.
Tercera tesis. Inventar fábulas acerca de «otro» mundo distinto de éste no tiene sentido,
presuponiendo que no domine en nosotros un instinto de calumnia, de empequeñecimiento, de recelo frente a la vida: en este último caso tomamos venganza de
la vida con la fantasmagoría de «otra» vida distinta de ésta, «mejor» que ésta.
Cuarta tesis. Dividir el mundo en un mundo «verdadero» y en un mundo «aparente», ya
sea al modo del cristianismo, ya sea al modo de Kant (en última instancia, un cristiano
alevoso), es únicamente una sugestión de la décadence, -un síntoma de vida
descendente... El hecho de que el artista estime más la apariencia que la realidad no
constituye una objeción contra esta tesis. Pues «la apariencia» significa aquí la realidad
una vez más, sólo que seleccionada, reforzada, corregida... El artista trágico no es un
pesimista, - dice precisamente sí incluso a todo lo problemático y terrible, es
dionisíaco...
Cómo el «mundo verdadero» acabó convirtiéndose en una fábula.
Historia de un error
1.
El mundo verdadero, asequible al sabio, al piadoso, al virtuoso, -él vive en
ese mundo, es ese mundo.
(La forma más antigua de la Idea, relativamente inteligente, simple, convincente.
Transcripción de la tesis «yo, Platón, soy la verdad».)
2.
El mundo verdadero, inasequible por ahora, pero prometido al sabio, al
piadoso, al virtuoso («al pecador que hace penitencia»).
(Progreso de la Idea: ésta se vuelve más sutil, más capciosa, más inaprensible, - se
convierte en una mujer, se hace cristiana ... )
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3.
El mundo verdadero, inasequible, indemostrable, imprometible, pero, ya en
cuanto pensado, un consuelo, una obligación, un imperativo.
(En el fondo, el viejo sol, pero visto a través de la niebla y el escepticismo; la Idea,
sublimizada, pálida, nórdica, königsberguense ).
4.
El mundo verdadero - ¿inasequible? En todo caso, inalcanzado. Y en cuanto
inalcanzado, también desconocido. Por consiguiente, tampoco consolador, redentor,
obligante: ¿a qué podría obligarnos algo desconocido?...
(Mañana gris. Primer bostezo de la razón. Canto del gallo del positivismo.)
5.
El «mundo verdadero» -una Idea que ya no sirve para nada, que ya ni
siquiera obliga,-una Idea que se ha vuelto inútil, superflua, por consiguiente una Idea
refutada: ¡eliminémosla!
(Día claro; desayuno; retorno del bon sens [buen sentido] y de la jovialidad; rubor
avergonzado de Platón; ruido endiablado de todos los espíritus libres.)
6.
Hemos eliminado el mundo verdadero: ¿qué mundo ha quedado?, ¿acaso el
aparente?... ¡No!, ¡al eliminar el mundo verdadero hemos eliminado también el
aparente!
(Mediodía; instante de la sombra más corta; final del error más largo; punto culminante
de la humanidad; INCIPIT ZARATHUSTRA [comienza Zaratustra].)