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SEMINARIO 13
DEL DESARROLLO A LA GLOBALIZACION
EL ANROPÓLOGO CRÍTICO Y OTROS ACTORES SOCIALES
(Pierre Beaucage)
En relación con otras ciencias Sociales, la Antropología tardó bastante en interesarse por
lo que llamamos GLOBALIZACIÓN, aunque sí se habían estudiado otros conceptos
englobados ahora bajo la globalización: ACULTURACIÓN, DESARROLLO,
MODERNIZACIÓN, etc.
SIGNIFICADO DE LA GLOBALIZACIÓN
-Vivimos en una época marcada por los procesos globalizadores del capitalismo
extensivo, que impone el mercado como eje dinámico de las estructuras sociales
-Tradicionalmente los clásicos de la ciencia social: Durkheim, Weber e incluso Marx,
comparten una definición territorial de la sociedad moderna y el modelo de sociedad
nacional-estatal, que en la actualidad se ve claramente amenazado por la globalidad y la
globalización.
-En consecuencia, globalización significa:
1 Ausencia del Estado Mundial
La singularidad del proceso de G. radica en la ramificación, densidad y estabilidad de sus
recíprocas redes de relaciones regionales-globales.
La sociedad mundial no es ninguna mega-sociedad nacional que contenga todas las
sociedades nacionales, sino un horizonte mundial, caracterizado por la multiplicidad y la
ausencia de integrabilidad.
2 Sociedad Mundial sin Estado Mundial
Se trata de una sociedad no organizada políticamente, en la que surgen nuevas
oportunidades de acción y de poder para actores transnacionales, democráticamente no
legitimidados.
Se abre un nuevo espacio transnacional de lo moral y de lo subpolítico, como se puede
ver por ejemplo en los boicots de compras, y en cuestiones acerca de la comunicación y
la crítica transculturales.
3 Estamos asistiendo a la difusión de un capitalismo globalmente
desorganizado, donde no existe ningún poder hegemónico ni ningún régimen
internacional, ya sea de tipo económico, ya político.
- El debate acerca de la globalización en las ciencias sociales se entiende y desarrolla como
una discusión fructífera sobre:
-Qué supuestos fundamentales
-Qué imágenes de lo social
-Qué unidades de análisis
Pueden sustituir a la axiomática Nacional-Estatal (Ultrich Beck)
CONTEXTO DE LA GLOBALIZACIÓN
- El espacio social-transnacional suprime la vinculación de una sociedad a un lugar
concreto.
- Ahora ha empezado una época de política transnacional, donde los actores nacionalesestatales deben compartir escenario y poder globales con:
-organizaciones internacionales
-empresas transnacionales
-movimientos sociales
-políticas transnacionales
LA MÁXIMA DE PENSAR GLOBALMENTE Y ACTUAR LOCALMENTE
Para Rosenau, esta policéntrica política mundial, genera una situación en la que:
- Organizaciones internacionales: Banco Mundial , Iglesia Católica, Mcdonald,
las nuevas organizaciones internacionales no gubernamentales, etc. actúan de
manera paralela o de mutuo acuerdo.
- Problemas transnacionales: El cambio climático, las drogas, el sida, los
conflictos étnicos o la crisis monetarias, determinan el orden político del día.
- Eventos transnacionales: La guerra del golfo, mundiales de fútbol, elecciones
norteamericanas, conmueven o remueven la opinión pública.
- Surgen comunidades transnacionales: fundadas por la religión, la ciencia,
estilos de vida, parentesco, orientaciones políticas, etc.
- Estructuras transnacionales: modos de trabajo, producción y cooperación,
bancos, corrientes financieras, cran y estabilizan relaciones de coop. y de crisis
por encima y más allá de las fronteras
El resultado es que las culturas e identidades se desarraigan y sustituyen por símbolos
mercantiles, procedentes del diseño publicitario y de los iconos de empresas
multinacionales.
“LA ESENCIA SE CONVIERTE EN DISEÑO” (U. Beck)
OBJETIVO
P. Beaucage propone en el texto DEFINIR UNA PARTICIPACIÓN ESPECÍFICA
DE LA ANTROPOLOGÍA AL ESTUDIO DE LA GLOBALIZACIÓN y ayudado de
la perspectiva de la Antropología Crítica, PRECISAR EL PAPAEL QUE COMO
ANTROPÓLOGOS PODEMOS DESEMPEÑAR EN EL CONTEXTO ACTUAL.
METODOLOGÍA
-Para ello, construir una Antropología crítica, implica asumir que no sólo somos
observadores, sino también observados.
-Lo que estamos capacitados para ver en los demás, depende en buena medida de lo que
está en nosotros mismos.
-Para Beaucage, construir una A. crítica de la globalización supone:
1) Redefinir una A. a la vez económica, política y simbólica, frente a los nuevos fenómenos
globales (no toca ya estudias con lupa lo local, sino analizar la dimensión simbólica y ritual)
2) Entender en nuevo papel del antropólogo como un actor más que actúa en el campo
global (pérdida del papel del monopolio de las representaciones de las culturas, ni de los
étnicos, en un ejercicio de constante autocrítica)
EFECTOS DE LA GLOBALIZACION PARA LA ANTROPOLOGIA
- Diversidad de actores antiguos y nuevos, que interactúan en los contextos etnográficos
globales:
-Los mismos miembros de una tribu.
-Sacerdotes/monjas de la teoría de la liberación, que organizan cooperativas.
-El predicador evangélico, que lucha contra la idolatría y el alcoholismo.
-Agrónomos, ecologistas, que proponen tecnologías verdes.
-Activistas contra la violencia de género.
-Jóvenes líderes indígenas, que recelan, reclaman el mantenimiento de su cultura.
- Todos estos actores luchan por imponer la legitimidad de su propia “cosmovisión”, la
llamada “Lucha de Clasificaciones” por Bourdieu: “Los actores regionales son a su vez el
terminal nervioso local de organizaciones y fuerzas diversas de mayor escala (desde la
Iglesia católica, Ongs, Congreso Nacional Indígena, etc.)”
-Se produce también una pérdida de la Inmunidad Antropológica, en mayor medida
provocada por la aceleración de la revolución tecnológica e informacional que pone
cualquier información en circulación en poder sin poder controlar el impacto de los
discursos (ahora las publicaciones están indexadas, disponibles en internet, etc.)
El resultado es que los ESPACIOS SOCIALES TRANSNACIONALES SUPRIMEN LA
VINCULACIÓN DE LA SOCIEDAD A UN LUGAR CONCRETO SEGÚN LA
CONCEPCIÓN NACIONAL-ESTATAL DE LA SOCIEDAD.
POSTMODERNISMO O GLOBALIZACIÓN
Pierre Beaucage hace autocrítica y aclara el atraso de la antropología en analizar las
formas actuales de la “globalización”. Durante casi 20 años el espacio de reflexión y de
debates estuvo ocupado por la problemática postmodernista. A principios de los 80, los
antropólogos proclaman la muerte de los grandes paradigma (funcionalismo,
estructuralismo, marxismo y feminismo).La Humanidad pasará a una etapa completamente
nueva de su historia(derrumbe de los cuadros principales de la vida social;familia, Estadonación).La corriente postmodernista acercó la antropología al mundo del arte y la
literatura, apartándose cada vez más de las demás ciencias sociales.
¿Cuándo y cómo se desplegó la “onda postmodernista”?:
_ La crisis financiera de 1982 demarca el fin de más de 30 años de expansión del
capitalismo occidental bajo hegemonía americana.
_ Se empieza a cuestionar la filosofía económica del Estado del Bienestar.
_ La filosofía económica del Libre mercado de Friedman frente al keynesianismo.
_ Antropólogos y economistas influenciados por el discurso dominante, “reescriben” la
ciencia: los primeros para borrar el esencialismo y los segundos para borrar el
keynesianismo.
Consecuencias: Se produce un “timonazo” político-económico, se produce una invasión
del “imaginario común”, por la simbólica de mercado.
LA GLOBALIZACIÓN POR SU NOMBRE: EL ULTRALIBERALISMO
COMO IDEOLOGIA DEL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL.
¿Dónde y por qué se empieza a instaurar este nuevo orden social?:
-
En el Tercer Mundo: Brasil e Indonesia 1964, Chile 1973, Argentina
1976……
En los países del Norte, tras la crisis de los 80, se empezaron a socavar las bases del
Estado de Bienestar.
Friedman y los nuevos regímenes militares llevaron a cabo las contrarreformas
mediante la supresión violenta de las organizaciones campesinas y obreras.
-
Legitimación del Ultraliberalismo, del nuevo orden social:
-
Levi-Strauss en su libro “El pensamiento salvaje”, hizo un análisis de las metáforas
y símbolos que se usaron para legitimar esta empresa.
Se cambia el término “Neoliberalismo” por “Globalización”.
Las dimensiones de la globalización.
La palabra globalización suele referirse a dos aspectos, que aunque complementarios, el
último es normalmente ocultado por los intereses que la impulsan: a) La circulación
acelerada de bienes y servicios a nivel planetario y la difusión casi instantánea de la
información y b) una ideología que la sustenta.
Cubre 4 aspectos:
a)
Un proceso que se inicia en el siglo XVI que se continuado con
el colonialismo del S.XIX y la primera mitad del S.XX.
b)
Una fase actual que tiene un relanzamiento vertiginoso desde
los años ’80 que se ve plasmada en: Una integración mundial de
la producción, un crecimiento sorprendente de los mercados
financieros, la integración de las nuevas tecnologías
informáticas y una desregularización de todo el aparato estatal
precedente.
c)
La transformación del ideario colectivo que hace confundir lo
local y la foráneo, y que ahora son suplantados por un sistema
de símbolos globalizados.
d)
Una ideología: el Ultraliberalismo que sirve de praxis económica
y social dominante.
La globalización crea unas contradicciones en su proceso de implantación: A nivel
económico, un fuerte distanciamiento entre países ricos y pobres. A nivel político la
integración unipolar crea fracturas entre el centro y las periferias, y a su vez, entre los países
dominantes (EE.UU-Europa). Y a nivel ideológico-cultural, el individualismo y el
consumismo propugnado por este nuevo liberalismo, provoca contestaciones, a veces
también fundamentalistas, de origen religioso o étnico o de corrientes ecologistas,
feministas, etc.
La globalización como proceso de larga duración.
Esta tendencia a uniformizar la economía, la política y la cultura tiene sus inicios en el
siglo XVI con la conquista de América y se dilata a siglos posteriores acomodándose a los
diferentes ritmos históricos.
Podemos establecer varias etapas:
SS. XVI-XVIII, en los que la explotación y circulación de las mercancías corresponden
básicamente a iniciativas estatales o de las coronas reinantes de las metrópolis. La difusión
cultural, ya fuera de la lengua, la religión, etc. es encomendada igualmente a instituciones de
la corona, o dependientes de ella.
SS. XIX e inicios del XX en los que todo lo relacionada con la circulación de las
mercancías pasa a través de manos privadas protegidas por los nuevos estados liberales. La
proliferación de la prensa escrita y electrónica como un cuarto poder, se articula desde
iniciativas también privadas.
Esta dimensión globalizadora provoca una doble dinámica. Por un lado la polarización
entre el centro, los llamados países civilizados, desarrollados…. y las periferias constituidas
por las llamadas colonias o países subdesarrollados. Por otro lado se crea una tensión en la
pugna por la hegemonía: España-Portugal en sus inicios, que luego se tornaría entre
Francia-Inglaterra.
Esta dimensión económica necesariamente lleva tras de sí una difusión cultural que la
sostiene ideológicamente. Disparidades culturales que igualmente crea una contradicción
entre centro y periferias. Entre el modelo europeo, sobre todo desde el siglo XIX, de
secularización, individualismo y el culto al progreso y la ciencia; y el de las colonias más
apegado a lo local y a las tradiciones, que generalmente estarían más ligados a cuestiones
religiosas y a lo social y comunitario. Esta confrontación ideática discurrió por un proceso
de asimilación y, más propiamente, de sincretismo religioso y cultural.
La globalización como fase actual.
Esta fase habría que iniciarla en la II Guerra Mundial por lo cambios de metrópolis que
se originan. Las potencias europeas en sus modelos económico y social están en ruinas y el
banderín será tomado por centros que se sitúan fuera del antiguo continente. Se crean dos
polos enfrentados en la llamada Guerra Fría, con idearios opuestos: EE.UU. en la región
capitalista y la URSS en la socialista.
Con el paso de los años, dentro de cada uno de estos dos mundos aparecerán países que
se enfrentan a los centros: Una Europa y un Japón recuperados de la guerra, y China que
igualmente ha llevado a cabo su revolución socialista y que se enfrenta a Moscú. Tanto en
uno como en otro polo se optará por la intervención del Estado, que será quien regula la
vida en todos sus aspectos; económico, político, social, cultural: Sistema keynesiano y
sistema socialista. Desaparecerán las antiguas colonias de carácter territorial a favor de otras
de exclusivo influjo económico o estratégico-militar.
Será alrededor de los años ’80 cuando todo este juego de enfrentamientos y
dependencias será sustituido por lo que se llamó el Nuevo Orden Mundial. Todo a causa
de dos hechos que resultaron transcendentes: Por un lado el desmembramiento de la URSS
y con ella el bloque socialista y, por el otro, la conciencia del capital de que ya no necesita
de la intervención estatal y su tendencia a paradigmas ultraliberales.
China renuncia a la economía socialista y los centros capitalistas deslocalizan su
producción industrial fundamentalmente hacia los países del sudeste asiático.
La situación actual queda configurada como: 1) Un solo centro; EE.UU. y unos
segundos países radicados en Europa, que son los grandes consumidores y que controlan al
resto desde potentes centro financieros; 2) Unos llamados “países emergentes” como
China (que se está constituyendo como segunda potencia), India y Brasil, y 3) Una gran
bolsa que son los grandes productores, tanto de materias primas, como de los productos
manufacturados. Éstos serán la bolsa del hambre que propician la riqueza de los países
ricos.
A nivel de sistema de producción, lo que antes se entendía como economía informal, se
está implantando como el sistema estructural de producción.
“TRANSFORMACIONES DEL IMAGINARIO COLECTIVO”
Para Friedman los movimientos sociales de naturaleza cultural obedecen a una lógica
pendular, en función de las fases del ciclo de reproducción del capital. En el seno de la
clase dominante la ideología linear del progreso va a ser sustituida por el cosmopolitismo.
El enfoque posmodernista sobre el individuo y su opcionalidad que tanto influyó la
antropología reciente, corresponde a las cosmovisión de la élite metropolitana, que dispone
de crédito suficiente para consumir productos de lujo en una especie de supermercado
planetario.
A pesar de la recesión actual, esta élite beneficia directamente las transacciones
rápidas y considerables de riquezas que acompañaron el programa internacional de
privatización, retirada del Estado, reducción de impuestos, etc.
“LA GLOBALIZACIÓN COMO DISCURSO Y RITUAL DOMINANTE”
La palabra “globalización” camufla a los verdaderos beneficiados de las políticas
neoliberales. Su genial ambigüedad permite presentar la retirada del Estado como una
necesidad dictada por una ley histórica. La globalización llega a ser una forma
contemporánea de otras representaciones dominantes que nos acompañan desde el siglo
XVIII , que se llamaron sucesivamente: “progreso”, “civilización”, “desarrollo”...
Se considera a la globalización al igual que estas representaciones traductoras de las
tendencias más profundas del hombre: “desde siempre, el hombre a inventar y a
intercambiar con sus semejantes, lo que lleva directamente a la globalización actual”.
Los gobiernos del mundo no tendrían otra opción que apoyar esta nueva tendencia,
abandonando toda vida económica, social y cultural al sector privado, puesto que sus
intervenciones fueron el gran error del siglo XX.
A nivel económico hoy asistimos a una ampliación planetaria de objetos de consumo
destinados a la élite internacional (arte, gastronomía, moda...), hay una exaltación del
cosmopolitismo y de la hibridación.
Esta nueva cultura exige descartes de concepciones y aptitudes que se consideran ya
obsoletas, como que es necesario producir para poder vender y consumir, hoy día se
autosustentan la circulación y el consumo.
La burguesía intelectual sobreviva gracias a diferentes formas de redistribución, ya sean
públicas o privadas, han visto disminuida estas redistribuciones por la contracción del
capital en las tres recesiones de los años 1980-1991-2000, su cosmovisión por ello se
tambalea, el optimismo modernista se a esfumado y a dado lugar a una nostalgia romántica.
En un escalón inferior, las clases subalternas sufren el impacto del desmantelamiento de
los servicios públicos y la precarización del empleo.
En medio de este panorama surgen movimientos de resistencia locales reivindicando
especifidad cultural frente a la globalización capitalista, lo que Friedman va a llamar “la
indigenización popular”. La complejidad de estas luchas reales que pueden ser tanto de
corte particularista como universalista, quedan ilustradas en los países intermedios como
México, hacia los cuales se han descentralizado parte de la producción industrial.
Para aprender los significados de todos estos movimientos, el antropólogo en primer
lugar debe apropiarse de las herramientas de la economía política, para poder plantear
cuales son las características que toma el proceso de acumulación del capital en una
formación social determinada, inserta en una posición específica en el proceso global.
Hay sociedades cuya función en este proceso es la de expulsión de mano de obra a
países centrales.
Para que funcione este proceso, no solo hace falta pobreza, hace falta que haya una
percepción de pauperación a nivel de imaginario social, el individuo tiene que verse como
tal.
Pierre Beaucage habla de cómo las gentes de Puebla con los que creó el taller de
tradición oral se perciben más pobres ahora, que cuando el llegó, ya que antes con el dinero
del café podían comprarse televisores, hoy, y gracias al Área de libre comercio de las
Américas, ganan menos, y se han visto obligados a irse a capital o a Estados Unidos a
buscar trabajo, como consecuencia de ello, se canceló el taller y las cooperativas regionales
de campesinos nahuas y totonacos, que llegaron a tener unos ocho mil miembros y
derrotaron a los caciques el los años ochenta.
CONCLUSIONES
EL NUEVO ESCENARIO TERCERMUNDISTA:
EMIGRANTES, DESARROLLO, ONGS, PREDICADORES
Sin embargo, una vez convertidos en inmigrantes, estos pueden confirmar algo que los
televisores les habían sugerido. Todos estos bienes sí están disponibles «del otro lado», pero
no son exactamente para ellos. En las telenovelas mexicanas, la gente que tiene esto son los
güeros; sí, hay lugar para la gente morena, los indios, pero siempre como criadas, choferes
o delincuentes. Y es exactamente eso, o algo peor, lo que les espera. El que logra pasar,
como mojado o alambrista, es menos pobre en función de la sociedad de donde viene, en la
que no vive. Pero, en la en que está, ocupa y siente que siempre ocupará el último peldaño,
ya no como indio, sino como wetback, chicano, junto con los mestizos que lo despreciaban
en su tierra. Así que la generalización a nivel del planeta del imaginario norteamericano (lo
que alguien llamó la «miamización del mundo», no se traduce por la expansión suave de
este imperialismo benigno, como lo llama Fearle, el consejero de Bush, sino por la
agudización de nuevas contradicciones.
Estas pueden inducir varios tipos de intentos de superación, ge-neralmente a nivel del
imaginario. En un punto de caída mayor de los migrantes en el agro californiano, Cesar
Chávez organizó, hace 25 años el primer movimiento de protesta contra la
sobreexplotación de esa mano de obra agrícola. Luego los mixtéeos y los zapo-tecos de
Oaxaca, y después los quichés de Guatemala han formado sus asociaciones de defensa de
sus derechos, frente al racismo de los rancheros y a las milicias privadas «patrióticas».
Detrás de las luchas inmediatas, se está formando la representación ideal de que el sur de
EE.UU. es tierra mexicana, tierra india, arrebatada ilegal-mente por Estados Unidos
después de la guerra de 1848, y en la que los de «la raza» volverán a ser mayoritarios'. Otros
migrantes regresan a sus pueblos de origen con otro milenarismo. Han descu-bierto, con
los predicadores evangélicos, que son parte del pueblo de Dios, engañado durante siglos
por los brujos y luego por la idolatría católica. Y regresan a enseñar la palabra de Dios a sus
hermanos. Cuando lo logran, se convierten en pastores y dan un toque indígena a los cultos
pentecostales, aproximándolos en cierta forma a los rituales chamánicos: contacto directo
con la divinidad, trances proféticos, curaciones milagrosas. Esta relativa indigenización
ocurre a la vez que los creyentes se hacen enemigos acérrimos tanto del catolicismo
tradicional con su culto a los santos como de los ritos y creencias indígenas (Beaucage
2004). Estamos frente a una transformación multiforme y rápida de los imaginarios
colectivos de los pueblos tradicionales que tienen ya muy poca relación con lo que
plasmamos hace una o dos generaciones en nuestras monografías.
Y ¿qué pasó con el desarrollo? En amplias zonas del Tercer Mundo, incluyendo
Mesoamérica, los Andes, ha cambiado de rumbo con el abandono de las políticas de
desarrollo regional integral (DRI) que dominaron el discurso y las prácticas de los 60 a los
90. A la vez que se le agregaba la nueva etiqueta «sostenible», se subdividió solapadamente:
en los países y las regiones que se pueden integrar a la economía globalizada (el Cono Sur
de América Latina, el este y el Sureste de Asia), la sostenibilidad del desarrollo significa un
proceso de acumulación de capital que se mantiene por sí sola. Para el resto del globo, esa
parte que provee esencialmente de mano de obra y de mercado, se elaboran políticas
puntuales de ayuda hacia las poblaciones «particularmente vulnerables» a las catástrofes
naturales y políticas, como los tsunamis, el sida y las guerras. Es el «desarrollo
humanitario», la cara humana de la globalización, y se completa con programas de subsidios
a la agricultura de subsistencia y de preservación de la biodiversidad: aquí sí se considera un
desarrollo ecológicamente sostenible. Esta división en dos partes opuestas ya estaba
presente desde el principio en el «oxímoron del desarrollo sustentable» (Escobar 1995, Rist
1996, Beaucage 2001b).
A pesar del carácter sumamente limitado, las organizaciones indígenas y campesinas de
resistencia en América Latina han encontrado en estas políticas un espacio útil para sus
luchas. El proceso de la globalización ha fragmentado sus comunidades (Beaucage 2001a),
pero les proporciona a la vez un conjunto heterogéneo de aliados: ecologistas,
antropólogos y partidarios de la teología de La liberación. Sin ser cínicos, podemos decir
que los dos primeros están profesionalmente interesados en la preservación de la diversidad
biológica y cultural. Los últimos, los «liberacionistas» estuvieron muy cerca de los
movimientos revolucionarios, hasta los años 80. Con el fracaso de la revolución en
Centroamérica y en los Andes, v con el cambio radical de la política vaticana bajo Juan
Pablo II, se reorientaron hacia la formación de organizaciones cooperativas y de defensa de
la cultura indígena y de los derechos humanos. Para eso, encontraron interlocutores en la
segunda generación de organizaciones no gubernamentales (ONGs) surgidas en los países
del norte en la gran época del desarrollismo y reorientadas a apoyar iniciativas locales
(Malena 1995, Fowler, 2001). Cada uno de estos actores sociales tiene su propia agenda y
su propio imaginario, pero coinciden entre sí, y con los indígenas esencialmente, en cuanto
a la definición del enemigo (los caciques, los terratenientes, el capital transnacional que
controla los precios de los productos agrícolas) y en una búsqueda común de soluciones
que impliquen colectivamente a los campesinos indígenas. Mientras que las ONGs ven en
las comunidades locales un terreno donde experimentar la puesta en marcha de un
desarrollo alternativo al modelo dominante, las organizaciones indígenas las consideran,
muy prácticamente, como una fuente de fondos y como instrumento para el conocimiento
del mundo externo, así como un «capital simbólico» que les puede ser útil.
En relación con los otros actores, el antropólogo me parece el mejor preparado, no sólo
para entender las dinámicas locales y sus puntos de enlace y de ruptura con las dinámicas
globales, sino para explicar estas últimas a los primeros interesados, los campesinos
indígenas. Efectivamente, tenemos que realizar que, si bien históricamente, nuestras teorías
y nuestra metodología se han desarrollado para estudiar a los grupos subalternos (¿estudiar,
para quienes los dominan?) en cuanto estos llegan a ser actores con visión propia de sus
intereses, lo esencial para ellos es poder entender la economía y la sociedad global en la que
tienen que moverse. Si sabemos combinar la antropología con la historia y con la economía
política, podremos explicar bastante. Por ejemplo, es frecuente que los actores sociales de
base atribuyan sus males a «funcionarios corruptos» y pongan sus esperanzas, frente a la
crisis, en la acción del estado, sobre todo en países con pasado populista y tradición
intervencionista. En ese caso, nos corresponde aclararles los cambios en la cultura
dominante y en las políticas que desembocan en la situación actual, y la ponderación de las
posibilidades reales que presentan las soluciones como «el comercio justo», por ejemplo, a
menudo presentado como una panacea a los problemas de la agricultura campesina.
La articulación con los actores religiosos puede ser bastante más ardua, por la guerra
abierta que existe entre la Iglesia Católica y las Iglesias protestantes. Por orientación cultural
y generacional, los antropólogos, en el campo, nos sentimos más afines a la teología de la
liberación. La mayor parte de nosotros simpatizamos con la unión de los pobres y de los
indígenas para defender sus intereses y con una cierta forma de socialismo democrático.
Sobre todo que los liberacionistas no suelen insistir demasiado, en el campo, en los del
catolicismo actual como son la oposición a la contracepción, el discurso sobre la virginidad,
y se dedican a formar ONGs de apoyo al desarrollo. Así que fraternizamos fácilmente con
estos cristianos de izquierda cuando se trata de apoyar la educación y la revalorización de la
cultura indígena. Hasta que entramos en conflicto cuando ciertos miembros de la ONG
rechazan que los indígenas publiquen un parte de su rica tradición oral porque el contenido
no corresponde a la moral sexual católica. Hasta también que uno realice, como me
ocurrió, que el único caserío que no tenía de agua potable en la región era el de los testigos
de Jehovah, por que la ONG católica nunca les incluyó en sus proyectos. Cuando yo les
ayudé a tener agua entubada, con la ayuda de ingenieros quebequenses, y me di cuenta que
terminaba de enfriar mis relaciones, antes muy calurosas, con la ONG. Una cosa era su
trabajo de organización y los servicios que ponían en pie en las comunidades y otra cosa el
hecho que eran parte de una fructífera estrategia, por parte de la Iglesia católica mexicana,
de contención de la expansión protestante en zonas indígenas. Y en ésta no estaba yo
interesado en participar.
Mientras tanto, mi opinión cambiaba frente a la contraparte evangélica de la que me
sentía culturalmente muy alejado por su apego rigorista a la Escritura. En otra región me di
cuenta que las mujeres indígenas acudían mucho a la capilla pentecostal, y trata ban de traer
a sus maridos, a pesar de la ideología patriarcal que profesan los predicadores, porque en la
práctica, la prohibición del alcohol suprimía el primer factor de la violencia doméstica
(Beaucage 2004).