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Ética y Moral
Dilemas éticos. La medicina durante el nazismo.
Leyes de eugenesia. Los médicos judíos durante la shoá.
“Si comprender es imposible, conocer es necesario porque lo sucedido puede
volver a suceder, las conciencias pueden ser seducidas y obnubiladas de
nuevo, las nuestras también.
Por ello, meditar sobre lo que pasó es deber de todos”
Primo Levi
Los perpetradores. ¿Cómo fue humanamente posible?
La pregunta ¿Cómo un ser humano genéticamente igual a nosotros los seres humanos ordinarios que
diariamente trabajamos tenemos familia nos reímos y lloramos, cometieron semejante horror? ¿Cómo tantas
personas de una diversidad cultural y social llevaron a cometer crímenes de lesa humanidad? Cristopher
Browning investiga el comportamiento, el funcionamiento y las opciones que se le presentaron a los
perpetradores. Él tuvo la oportunidad de investigar las acciones de la policía del orden de Hamburgo que
tuvieron directamente involucrados en el asesinato masivo en Josefow cercana a Lublín (Polonia). Cuando el
sargento Trapp debía llevar a cabo la operación de asesinato podrían ser eximidos, diez personas no lo
quisieron hacer, la mayoría si participaron. Luego de Josefow la unidad quedó insensibilizada. Luego de ese
“bautismo de fuego” ya nada los atemorizaba. Un tiempo mas tarde Browning tuvo encuentros para su
investigación con los criminales en 1960, la mayoría daba por verdadero que no habían tenido opción, que no
querían ser considerados cobardes o que no podían recordar “Como un hombre admitió, no fue hasta años
más tarde que él empezó a considerar que lo que había hecho no había sido correcto. No se le había ocurrido
en aquel momento”, 1
Otro de los motivos es el antisemitismo, sentimiento, ideología bastante común en Europa del siglo XIX y XX
las teorías raciales, que aparecieron en esos momentos sustentando un nuevo modelo del viejo anti judaísmo
medieval. Daniel Godhagen también estudió el fenómeno, el describe estos antisemitas como
“eliminacioncitas”
“La presunción fundamental es que el judío es diferente, un parásito, que da vuelta el orden social alemán, y
es un elemento destructivo. Por lo tanto, la sociedad debe librarse del "judío", y esto debe hacerse muy
rápidamente, en todo el mundo. Goldhagen, afirma que este tipo de antisemitismo, es específicamente
característico de los alemanes.” En su libro: Hitler's Willing Executioners – Ordinary Germans and the
Holocaust [Los verdugos voluntarios de Hitler – alemanes comunes y el Holocausto] (NY 1996) Godhagen
además, a diferencia de Browning, ve al antisemitismo como un fenómeno alemán puro. Todos los alemanes
que participaron lo hicieron por convicción de que el pueblo judío debía desaparecer.
1
Ensayos sobre la puesta en práctica de la Solución Final Cambridge University Press, 1993, páginas 169-183
1
“Hemos de arreglar las cuentas con los criminales de guerra, de una vez por todas, para que podamos
construir una Alemania más bella y eterna. Para nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Ciertamente
aquí no estamos perdiendo el tiempo: tres o cuatro acciones por semana. Primero los gitanos, luego los
judíos, partisanos y otra gentuza” Ernst Klee, Willi Dressen, Volker Riess (Eds.), The Good Old Days - The
Holocaust as Seen by its Perpetrators and Bystanders [Los buenos tiempos visto por perpetradores y
espectadores Volker Riess (Eds.).
Otra cuestión era la ferocidad de la guerra contra la Unión Soviética, en esta contienda no se respetaban
los derechos humanos, de ambos lados el bombardeo a poblaciones civiles y la muerte de ciudadanos
comunes era rutinaria, sin embargo en el asesinato en las fosas el asesino estaba frente a frente con su
víctima que en muchos casos eran mujeres y niños y ancianos ¿Cuáles entonces seguían siendo los
motivos?
Los motivos que llevaron a los asesinos a participar en los asesinatos fueron diversos. Stangel
(Comandante de los campos de Sobibor y Treblinka) fue entrevistado en la cárcel (fue el único enjuiciado
de los ejecutores de la Operación Reinhard) y de su testimonio se puede concluir que el se esmeraba por
cumplir de la mejor manera posible las órdenes de los jerarcas nazis “mi ética profesional era que si algo
andaba mal, tenía que ser descubierto. Esa era mi profesión; y yo disfrutaba de ello. Me daba satisfacción.
Y sí, yo era ambicioso”
En otro momento describe que veía a las víctimas que iban a la muerte como una masa, no distinguía su
humanidad que se perdía de esa manera. En otra parte de la entrevista comenta que cuando vio una vez
ganado lo hizo recordar a esos judíos que iban a la muerte. O sea los judíos como animales (no humanos,
ganado parásitos etc.) y lo único importante era que el sistema funcionara. Y eso no se podía cambiar. Otra
explicación que daban era que participaron en los asesinatos era que sus compañeros no creyeran que
eran cobardes. Otro ejemplo pueden ser los médicos que trabajaban en los campos como por ejemplo ,
los médicos de Aushwitz, estos no estaban allí para atender a los enfermos, como su juramento
hipocrático lo indica sino que controlaban muertos las víctimas gaseadas, realizaban experimentos como
si los humanos fueran ratas de laboratorio, donde prevalecía la ideología de la multiplicación y la
prevalencia de la raza aria .Todo lo descripto no hace que entendamos a la Solución Final como un
fenómeno de obediencia debida, o de acatar órdenes, sin ninguna responsabilidad individual por parte de
los ejecutores. Por otra parte se puede ver como miles de personas que al ver semejante atrocidad,
expusieron sus vidas y salvaron judíos poniendo en juego su propia vida y la de sus familias. Ambos grupos
pertenecen a los seres humanos sus actitudes en momentos límites los hace a algunos diferenciarse
moral y éticamente de los otros.
Leyes eugenésicas: EL ESTADO BIOLÓGICO: HIGIENE RACIAL NAZI, 1933–1939
La eugenesia nazi consistió en una serie de políticas sociales que situaron a la mejora de la raza por medio de
la eugenesia en el centro de sus preocupaciones. Estuvo dirigido a aquellos seres humanos que los nazis
identificaron como una "vida indigna de ser vivida" (en alemán, incluyendo pero no limitado a
los delincuentes, enfermos mentales, discapacitados físicos, disidentes políticos, pedófilos,
homosexuales, haraganes, dementes, religiosos y débiles, para la eliminación de la cadena hereditaria.
Las acciones para llevar a cabo estos programas médicos, como por ejemplo la intensa propaganda y
fundamentación ideológico-"científica", comenzó mucho antes del régimen nazi. Tanto las leyes de higiene
racial como el programa de eutanasia tienen sus raíces en las organizaciones internacionales y en el
movimiento médico internacional a favor de la eugenesia y la eutanasia, así como en las respectivas
legislaciones y programas llevados a cabo en varios países, como por ejemplo la esterilización masiva de gente
señalada como enfermos hereditarios en países como Estados Unidos, Australia, Reino Unido, Noruega,
2
Francia, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Islandia y Suiza, durante la primera mitad del siglo XX. Las primeras
legislaciones eugenésicas de esterilización forzada y masiva así como las restricciones legales a la inmigración
según criterios médicos racistas se implementaron en los Estados Unidos a principios del siglo XX mucho antes
del régimen nazi. También aquellas organizaciones médicas y eugenésicas estimularon o promovieron
legislaciones en favor de la eutanasia en Alemania mucho antes del régimen nazi, por ejemplo, en los años 70
del siglo XIX y en los años 20 del siglo XX, y hubo también programas de eutanasia en Escandinavia, Francia y
Suiza donde fueron eliminados innumerables enfermos.
Puntos de vista de Hitler sobre la eugenesia
Adolf Hitler había leído algunos escritos sobre higiene racial durante su período de encarcelamiento en la
prisión de Landsberg am Lech. El futuro líder consideró que Alemania sólo podía ser fuerte de nuevo, si el
Estado aplicaba a la sociedad alemana los principios básicos de la higiene racial y la eugenesia.
Los conceptos de las ideas racistas de competencia que fundamentaron el darwinismo social fueron discutidos
por científicos europeos y también en la prensa vienesa durante la década de 1920, pero la forma exacta
como Hitler recogió estas ideas es incierta. En 1876, Ernst Haeckel discutió la política de infanticidio selectivo
de la ciudad griega de Esparta.2 En su Segundo Libro, que se mantuvo inédito durante la Alemania Nazi, Hitler
también elogió Esparta porque la consideraba el primer "Estado Völkisch". Apoyó lo que percibió como un
tratamiento eugenésico de los niños deformes:
“Esparta debe ser vista como el primer Estado Völkisch. La exposición de los enfermos, los débiles, los niños
deformes, en definitiva, su destrucción, era más decente y en verdad mil veces más humana que la miserable
locura de nuestro tiempo que preserva a los sujetos más patológicos y, de hecho, lo hace a cualquier precio; y,
sin embargo, toma la vida de cientos de miles de niños sanos como consecuencia del control de la natalidad o
por medio de abortos, para, posteriormente, engendrar una raza de degenerados cargados de enfermedades”
Rudolf Hess, el segundo en el mando después de Hitler, afirmó que el nazismo era “biología aplicada”.
Durante el Tercer Reich, una variante de la eugenesia políticamente extremista y antisemita determinó el
curso de la política de estado. El régimen de Hitler promocionó la “raza nórdica” como su ideal eugenésico e
intentó dar a Alemania la forma de una comunidad nacional cohesiva que excluía a cualquier persona
considerada “menos valiosa” o “racialmente extranjera” debido a su herencia. Las medidas de la salud pública
para controlar la reproducción y el matrimonio estaban destinadas a fortalecer el “cuerpo nacional”
eliminando los genes de la población que representaban una amenaza biológica. Muchos médicos y científicos
alemanes que habían respaldado las ideas de higiene racial antes de 1933 adoptaron el nuevo énfasis que el
régimen daba a la biología y a la herencia, las nuevas oportunidades profesionales y los fondos adicionales
para la investigación.
La dictadura de Hitler, respaldada por el amplio poder policial, silenció las críticas de la eugenesia nazi y los
partidarios de los derechos individuales. Una vez que todas las instituciones culturales y educativas y los
medios de comunicación estuvieron bajo control nazi, la eugenesia racial se extendió en la sociedad y las
instituciones alemanas. Los judíos, considerados “extranjeros”, fueron excluidos de las universidades, los
institutos de investigación científica, los hospitales y la atención médica pública. Las personas con cargos altos
que eran consideradas “poco fiables” desde el punto de vista político tuvieron un destino similar.
LA BATALLA DE LOS NACIMIENTOS
Haciéndose eco de los continuos temores eugenésicos, los nazis pregonaron las advertencias de la “muerte
nacional” planteadas por los demógrafos e intentaron revertir la tendencia de la caída en la tasa de
nacimientos. La Ley de Salud Marital de octubre de 1935 prohibió las uniones entre “saludables por herencia”
y personas consideradas genéticamente ineptas. Casarse y tener hijos se convirtió en un deber nacional para
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los “racialmente aptos”. Hitler proclamó en un discurso pronunciado el 8 de septiembre de 1934: “En mi
estado, la madre es el ciudadano más importante”.
Para tomar medidas contra previas preocupaciones eugenésicas sobre los efectos del alcohol, el tabaco y la
sífilis, el régimen nazi fomentó la investigación, llevó a cabo campañas de educación pública y promulgó leyes
que en conjunto tenían el objetivo de eliminar el “veneno genético” asociado a defectos de nacimiento y daño
genético para las generaciones futuras. En 1936, se estableció la Oficina Central del Reich para Combatir la
Homosexualidad y el Aborto, con el fin de redoblar los esfuerzos para la prevención de actos que
obstaculizaran la reproducción. En un discurso de 1937 que asociaba la homosexualidad a la disminución de la
tasa de nacimientos, el jefe de la policía alemana Heinrich Himmler afirmó: “Un pueblo de buena raza con
pocos hijos tiene un boleto de ida hacia la tumba”.
PROGRAMA MASIVO DE ESTERILIZACIÓN
El 14 de julio de 1933, la dictadura nazi cumplió con los sueños que durante mucho tiempo tuvieron los
partidarios de la eugenesia al promulgar la Ley para la Prevención de Descendencia con Enfermedades
Genéticas, basada en una ley de esterilización voluntaria redactada por los funcionarios de salud de Prusia en
1932. La nueva ley nazi fue también autoría de Falk Ruttke, abogado, Arthur Gütt, médico y director de
asuntos de salud pública, y Ernst Rüdin, psiquiatra y uno de los primeros líderes del movimiento de higiene
racial alemana. Estaban sujetos a la ley los hombres y las mujeres que “sufrían” de alguna de las nueve
condiciones supuestamente hereditarias: debilidad mental, esquizofrenia, trastorno maníaco depresivo,
epilepsia genética, corea de Huntington (una forma mortal de demencia), ceguera genética, sordera genética,
deformidad física severa y alcoholismo crónico.
Los tribunales especiales para la salud hereditaria le dieron a la medida de esterilización un halo de debido
proceso, pero la decisión de esterilizar generalmente era una cuestión de rutina. Casi todos los más
reconocidos especialistas en genética, psiquiatras y antropólogos en algún momento u otro comparecieron
ante dichos tribunales y exigieron la esterilización de aproximadamente 400.000 alemanes. Para los hombres,
el método habitual de esterilización era la vasectomía, y para las mujeres, la ligadura de trompas, un
procedimiento invasivo que causó cientos de muertes.
OPINIONES PROVENIENTES DEL EXTRANJERO
La reacción internacional ante la ley de esterilización nazi fue variada. En los Estados Unidos, algunos
periódicos señalaron la escala masiva de esta política y expresaron temor de que los “hitlerianos” aplicaran la
ley a los judíos y los detractores políticos. En el mismo país, los partidarios de la eugenesia, en cambio,
consideraron que la ley no era “una apresurada improvisación del régimen de Hitler”, sino el desarrollo lógico
de ideas previamente sostenidas por los “mejores especialistas” de Alemania.
En la década de 1930, los principales especialistas en genética estadounidense y británica criticaron en forma
creciente a las organizaciones establecidas de eugenesia por mezclar los prejuicios con una interpretación
anticuada y simplista de la herencia humana. Al mismo tiempo, y más allá de los círculos eugenésicos, la
esterilización obtuvo apoyo como una forma de reducir los costos de la atención institucional y la ayuda a los
pobres. Los índices de esterilización aumentaron en algunos estados de los Estados Unidos durante la
Depresión y durante ese mismo período se promulgaron nuevas leyes en Finlandia, Noruega y Suecia. En Gran
Bretaña, la oposición católica bloqueó una ley propuesta. En ningún lugar la cantidad de personas esterilizadas
se acercó a la escala masiva del programa nazi.
El sueño eugenésico nazi en nuestros días
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¿Qué tienen en común el programa de esterilización y eutanasia Aktion T4 y las nuevas técnicas genéticas
como el diagnóstico prenatal o los ‘bebés a la carta’?
Dos noticias publicadas a mediados de enero pasado vienen a recordar la obsesión de esta sociedad por lo
‘normal’, o mejor dicho por lo ‘perfecto’. Se trata de los avances en diagnóstico prenatal generalizado, para
evitar a toda costa cualquier nacimiento con discapacidad; y la selección genética o ‘bebés a la carta’, que
pueden acabar creando dos bloques de ciudadanos: los que pueden costearse esa selección y los que no.
Salvando las distancias del tiempo y las técnicas empleadas, ambos avances tienen preocupantes cosas en
común con el programa nazi de esterilización y eutanasia Aktion T4, que tenía como objetivo principal
una mejora de la raza.
¿Se podría considerar que los nuevos avances en genética buscan objetivos similares o los que pretendía el
nazismo? ¿Estamos ante la posibilidad de la realización del sueño nazi en nuestros días?
Aktion T4: contra la ‘vida indigna de ser vivida’
Del programa eugenésico nazi Aktion T4 no se ha hablado demasiado, quizás por tratarse de un escalofriante
sistema de selección para determinar quién tenía derecho a vivir, y quien no, de entre los ciudadanos más
vulnerables.
¿De dónde surge el nombre de estos planes? Pues de los cuarteles generales de la organización que los llevaba
a cabo, situados en Berlín, en la Tiergartenstrasse 4 (calle del Jardín Zoológico, número 4).
Su aplicación para eliminar a personas señaladas como enfermos incurables, niños con taras hereditarias,
delincuentes, enfermos mentales, discapacitados físicos, pedófilos, homosexuales y, en general, adultos o
ancianos considerados ‘improductivos’, fue llevada a cabo bajo la responsabilidad principal de los médicos.
La Aktion T4 se materializaba en dos vías de actuación: la eutanasia, practicada sobre personas con esa
tipología, y la esterilización masiva, para que no hubiera descendencia con lo que los médicos consideraban
taras que hacían infelices a las personas. Y estamos hablando de pacientes alemanes.
Cada una de esas personas era considerada y presentada por los médicos como una ‘vida indigna de ser vivida’
(Lebensunwertes Leben) y se calcula que fueron asesinadas sistemáticamente ‘por compasión’ entre 200.000 y
275.000 personas, mientras que los programas de esterilización masiva alcanzaron a más de 400.000
personas; siempre, en todos los casos, contra su voluntad o sin el consentimiento del paciente.
Las raíces, eugenesia internacional
Pero, cuando se habla de Aktion T4 no se habla exclusivamente del período en que los nazis pusieron en
marcha su ‘solución final’, durante la guerra, sino que se trata de un proyecto con raíces anteriores a ese
tiempo.
Viene de la doctrina eugenésica internacional de organizaciones a favor de la esterilización masiva, aplicada a
gente señalada como enfermos hereditarios, y establecida en países como Estados Unidos, Australia, Reino
Unido, Suecia, Noruega, Francia, Finlandia, Dinamarca, Estonia, Islandia o Suiza.
De hecho, democracias impecables hicieron barbaridades eugenésicas en nombre de la ciencia durante la
primera mitad del siglo XX. Ya en 1931 el Papa Pío XI condenó las esterilizaciones y leyes eugenésicas de países
como Dinamarca, Suecia o Noruega.
El salto a nuestros días
Llegados a este punto, cabe preguntarse: ¿cuáles son las conexiones de este plan exterminador con los
avances genéticos actuales?
Nos referimos concretamente al diagnóstico prenatal, una técnica cada vez más utilizada en España, entre
otros países, para evitar que nazcan niños con carencias genéticas. Cuando aparece la mínima señal adversa,
el embarazo suele acabar en un aborto. No son pocos los que se preguntan si con estas técnicas no se está
recurriendo a una ‘caza’ y destrucción de los discapacitados, porque el examen prenatal habitual afecta a
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valores relacionados con el respeto hacia la vida humana, el respeto hacia la vida de esas personas
discapacitadas.
El diagnóstico prenatal generalizado eliminaría a grupos enteros de personas, como las afectadas por el
síndrome de Down, las que presentan cuadros de enfermedad mental por vínculos genéticos, como el
trastorno bipolar, o los sordos.
Asimismo, la noticia de que, a primeros de enero, nació una niña en Londres sin el gen del cáncer de mama
gracias a que el embrión fue seleccionado genéticamente para reducir el riesgo de padecer un futuro tumor,
plantea cuestiones éticas, pero también de desigualdad social.
Además de que en el proceso se destruyen embriones, hay que tener en cuenta que sólo podrán optar a este
tipo de selección de ‘bebés a la carta’ aquellos que dispongan de medios económicos suficientes para
pagárselo. O sea, mientras se desmantelan cada vez más los servicios básicos de sanidad o el sistema de
pensiones, al mismo tiempo se apunta hacia una selección genética para los que puedan costeársela.
De esta manera, se crearán dos bloques de ciudadanos: los hijos seleccionados y privilegiados genéticamente
y los hijos de una masa de población que no tendrá medios para acceder a esa selección.
Las diferencias con la Aktion T4
Los nazis, a diferencia de los tiempos actuales, no utilizaban la genética, sino que recurrían a la eutanasia pura
y dura y a la esterilización. Los médicos estaban de acuerdo y, en conjunto, se ejercía una presión sobre la
sociedad que acababa por surtir el efecto deseado.
El argumento principal es que esas personas eran una carga para la familia, para la sociedad y para ellos
mismos, infelices, con una vida no digna de ser vivida. Es lo que se llamaba la Volksgemeinschaft, el beneficio
de la comunidad en general.
Ahora, en cambio, lo que ha cambiado fundamentalmente son las técnicas empleadas, que lejos de tener una
apariencia cruenta se basan en el diagnóstico prenatal, en los bebés a la carta y en la idea de la eutanasia
como modo de alcanzar una muerte digna.
Sólo cambia el aspecto técnico y el hecho de que no se impone contra la voluntad del afectado, sino que sólo
lo hacen quienes quieren hacerlo. Tampoco se practica, en teoría, sin el consentimiento del paciente.
Así pues, ya no se recurre a la esterilización, sino al diagnóstico precoz, donde el médico está obligado a
participar. Y se practica el aborto eugenésico ante el mínimo defecto a considerar por parte de quien se
somete a las pruebas.
Como ocurría entonces, también se ejerce una gran presión social para que estas prácticas se consideren, no
sólo normales, sino recomendables.
En cuanto a la eutanasia, la presión social se ve reflejada en el hecho de que cada vez se fomenta más entre
las sociedades occidentales la idea de que, ante una vida no digna de ser vivida, y sin que se ofrezcan al
paciente alternativas para que eso no sea así, es mejor recurrir a la solución de una ‘muerte digna’.
Cabe recordar que, sin ir más lejos, en marzo de 2006 un ministro italiano comparaba la eutanasia de la ley
holandesa con el nazismo. Carlo Giovanardi, titular de Relaciones con el Parlamento, se refería al programa
nazi de eutanasia infantil Aktion T4.
“La legislación nazi y las ideas de Hitler están resurgiendo en Europa, por ejemplo en Holanda, a través de la
eutanasia y el debate sobre cómo se puede matar a los niños afectados por patologías”, dijo Giovanardi.
Por otra parte, mientras con el programa Aktion T4 uno de los argumentos era el sentido patriótico nacional,
“es bueno para el país”, ahora se utiliza el ‘buenismo’, el hacerles sentir que son una carga y que es mejor
acabar con esa situación.
Josef Rudolf Mengele . EL ÁNGEL DE LA MUERTE
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(Baviera; 16 de marzo de 1911, Brasil; 7 de febrero de 1979) fue un médico, antropólogo y criminal de guerra
nazi, especialmente reconocido por sus experimentos con detenidos en el campo de concentración y
exterminio de Auschwitz, Polonia. Sus conocimientos en Anatomía,
Cirugía, Genética, Enfermedades, Tratamientos, entre otros aspectos, en su facultad de profesional de
la Medicina, los aplicó analizando, estudiando, torturando y ejecutando a miles de prisioneros durante
la Segunda Guerra Mundial. Es por ello por lo que, tras conocerse estos crímenes, se le apodó "El ángel de la
muerte".
Infancia y juventud
Josef Mengele fue el mayor de los tres hijos de Karl Mengele y su esposa Walburga, unos acaudalados
industriales de la ciudad de Günzburg(Baviera).
Estudió Medicina y Antropología en las universidades de Múnich y Frankfurt. En 1933, Karl Mengele, nazi
acérrimo, ofreció su taller industrial a Adolf Hitler para que éste pronunciara un discurso en Günzburg; por
estos servicios, Karl Mengele recibió amplias facilidades económicas para hacer crecer su negocio.
Dos años después 1935 Mengele se doctoró en Antropología por la universidad de Múnich con una tesis
doctoral sobre las diferencias raciales en la estructura de la mandíbula, bajo la supervisión del
profesor Theodor Mollison. A continuación viajó a Fráncfort del Meno, donde trabajó como ayudante
de Otmar von Verschuer en el Instituto de Biología Hereditaria e Higiene Racial de la Universidad de Fráncfort.
En1938 se doctoró en medicina con una tesis doctoral titulada Estudios de la fisura labial-mandibular-palatina
en ciertas tribus.
Josef Mengele, a partir de las convicciones de Otmar von Verschuer, se convirtió en un antisemita acérrimo,
convencido plenamente de la superioridad de la raza aria y que prodigaba un absoluto desprecio por el judío.
La incumbencia de Mengele como médico estaba orientada al estudio genético-racial más que a la medicina
curativa.
Josef Mengele pertenecía a las juventudes hitlerianas cuando se incorporó a las SA en el momento que éstas
estaban a punto de desaparecer como grupo armado, por lo que tuvo que renunciar. Luego intentó
incorporarse a las SS; inicialmente no tuvo éxito, aunque lo consiguió tres años después.
Se casó en 1939 con Irene Schönbein, una hermosa y educada dama de religión luterana y tuvo un hijo
llamado Rolf Mengele.
Trayectoria nazi
En 1932, a la edad de 21 años, Mengele se afilió a Casco de Acero, Liga de los soldados de
vanguardia (Stahlhelm, Bund der Frontsoldaten), asociación nazi que se incorporó a la Sturmabteilung (SA)
en 1933 y que Mengele abandonó poco después alegando problemas de salud. Se afilió al
partido nazi en 1937 y en 1938 entró en la Schutzstaffel (SS). Entre 1938 y 1939 sirvió durante seis meses en
un regimiento de infantería ligera de tropas de montaña. En 1940 fue destinado a la reserva del cuerpo de
médicos, comenzando un período de tres años en el que serviría en una unidad Waffen SS, la 5ª División
Panzergrenadier SS Wiking. En 1942, en Rostov, resultó herido en una pierna en el frente ruso y fue declarado
no apto para el combate. Gracias a su comportamiento brillante frente al enemigo en el frente oriental fue
ascendido al rango de SS Hauptsturmführer (Capitán). Fue re-asignado entonces como Lagerarzt, médico de
campo de concentración.
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Mengele fue enviado al campo de concentración de Auschwitz en sustitución de otro doctor que había caído
enfermo. El 24 de mayo de 1943 se convirtió en el oficial médico del llamado campo gitano, una parte
de Auschwitz-Birkenau.
Consecuentemente, Mengele se convirtió en el oficial médico en jefe del principal campo de enfermería de
Birkenau. Sin embargo, no fue el oficial médico en jefe de Auschwitz; por encima en la jerarquía se encontraba
el médico de guarnición Eduard Wirths.
Fue durante su estancia de 21 meses en Auschwitz cuando el doctor Mengele alcanzó la fama, ganándose el
apodo del "Ángel de la muerte". Cuando los vagones de tren repletos de prisioneros llegaban a Auschwitz II
(Birkenau), con frecuencia Mengele esperaba en el andén junto a otros médicos para seleccionar a los más
aptos para el trabajo y la experimentación, así como quiénes serían enviados inmediatamente a las cámaras
de gas.
Mengele se paraba en una rampa frente a las filas e indicaba con un gesto de la mano quién moría y quién
vivía: a la derecha iban los ancianos, niños, mujeres embarazadas e incapacitados; a la izquierda iban las
mujeres jóvenes y hombres de evidente buen estado de salud. Los que quedaban en la fila de la derecha iban
directamente a las cámaras de gas.
Mengele ingresó a Auschwitz como investigador médico. Ansioso de hacerse un nombre por sí mismo
comenzó a hurgar entre los secretos de la genética, ya que acorde con las ideas de Hitler, buscaba la
imposición y el desarrollo de la raza aria, el modelo humano ideal para los nazis.
Según sus teorías, si de alguna manera la ciencia lograba asegurar que las mujeres arias dieran a luz
gemelos rubios de ojos azules, el mundo se podría salvar, es decir, repoblar con esta raza “pura”.
Genéticamente hablando, para Mengele los gemelos representaban un misterio. Y el campo de concentración
al que había llegado era un sitio ideal donde obtener pacientes para sus experimentos, dada la gran cantidad
de parejas de hermanos disponibles.
El reclutamiento de los individuos era sistemático. Una vez seleccionados, a los gemelos se les permitía
conservar su cabello y ropas originales; luego eran tatuados con un número que se ordenaba en una secuencia
especial y se los alojaba en una barraca exclusiva para los hermanos.
Los supervivientes de este campo de concentración que conocieron a Mengele lo describían como un oficial
impecablemente aseado, muy apuesto y perfumado, de gestos aristocráticos y poseedor de una extraña
mezcla de condescendencia y una ferocidad morbosa ante el poder de decidir quién vivía o moría. Una
característica distintiva de Mengele era un notorio espacio interdental entre los dientes superiores frontales.
Muy pocas veces Mengele demostró humanitarismo respecto de alguno de los condenados, e incluso mató
personalmente a algunos cautivos por desobedecer las reglas.
Mengele se mostró particularmente duro con aquellas internas que quedaban embarazadas de los guardias.
Madre e hijo (nacido o nonato), iban inexorablemente a la cámara de gas.
Muchas veces, en los vagones en que se traía a los condenados quedaban cadáveres de madres con sus hijos
aún vivos en brazos. Mengele ordenaba lanzar esas criaturas directamente al horno de la lavandería, para que
sirvieran de combustible. Más tarde cambió de actitud: permitió a las embarazadas dar a luz, pero los bebés
nacidos eran confiscados para ir a dar a una sala de experimentación en otro lugar del campo de
concentración.
En muchos casos Mengele ordenó que a la madre parturienta se le vendase el pecho para que no amamantara
a su bebé. Recopilaba datos sobre la muerte por inanición de los infantes.
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Mengele explicaba a otros colegas su actitud: " Cuando nace un niño judío no sé qué hacer con él: no puedo
dejar al bebé en libertad, pues no existen los judíos libres; no puedo permitirles que vivan en el campamento,
pues no contamos con las instalaciones que permitan su normal desarrollo; no sería humanitario enviarlo a los
hornos sin permitir que la madre estuviera allí para presenciar su muerte. Por eso, envío juntos a la madre y a
la criatura."
Los experimentos
Los gemelos resultaban particularmente interesantes para Mengele. Dicho interés radicaba en las profundas
influencias inculcadas por Otmar von Verschuer y Ferdinand Sauerbruch del Instituto Kaiser Wilhelm
de Genética y Eugenesia, donde adquirió los conceptos de herencia y raza pura y el problema judío era el
núcleo de las discusiones.
Mengele, siguiendo los pasos de Von Verschuer, había desarrollado un fuerte interés por los gemelos como
una fuente de información acerca de estos conceptos, por tanto, cuando supo que Auschwitz era su destino,
no pudo ocultar su satisfacción, pues el campo de concentración era para él un laboratorio lleno de judíos con
los que experimentar.
A partir de 1943, los gemelos eran seleccionados y ubicados en barracones especiales. Cuando en la rampa de
selección localizaba gemelos, para éstos constituía una esperanza de alargar la vida el pertenecer a esa
condición. Los gemelos eran ubicados en un recinto especial y eran tratados algo mejor que los demás
internos. Prácticamente todos los experimentos de Mengele carecían de valor científico, pero fueron
financiados por el gobierno nazi. Incluyeron, por ejemplo, intentos de cambiar el color de los ojos mediante la
inyección de sustancias químicas en los ojos de niños, amputaciones diversas y otras cirugías brutales y,
documentado al menos en una ocasión, un intento de crear siameses artificialmente mediante la unión de
venas de hermanos gemelos (la operación fue un fracaso y el único resultado fue que las manos de los niños
se infectaron gravemente). Las personas objeto de los experimentos de Mengele, en caso de sobrevivir al
experimento, fueron casi siempre asesinadas para su posterior disección.
Mengele extraía los ojos a sus víctimas y los colocaba en una pared como un muestrario de las variedades
heterocromas que existían. Intentó también por la vía química cambiar el color de pelo de los internos
mediante la aplicación de dolorosas inyecciones subcutáneas y en algunos casos realizó castraciones y
experimentos en la médula espinal dejando paralizados a los intervenidos.
En cooperación con otros médicos, Mengele intentó también buscar un método de esterilización masiva;
muchas de las víctimas fueron mujeres a las que se les inyectaban diversas sustancias, sucumbiendo muchas
de ellas o quedándose estériles en muchos otros casos.
En otras ocasiones realizaba experimentos sumergiendo en agua helada a internos fuertes para observar sus
reacciones ante la hipotermia.
Mengele también realizó experimentos con gitanos y judíos que tenían deformidades, enfermedades
hereditarias (enanismo, síndrome de Down), siameses e incluso con mellizos. Los esqueletos eran enviados
a Berlín como un macabro muestrario de la degeneración física de los judíos.
Otra de sus líneas de investigación fue el virus etno-específico.
Mengele llegó a tener una colección particular de condenados especialmente escogidos para servir en sus
ensayos, el trato recibido no era mejor que el de los condenados a las cámaras de gas.
En 1944, Mengele deseaba un cambio: aunque estaba orgulloso de sus experimentos, pretendió ascender en
el escalafón de las Waffen SS haciéndose evaluar por un inspector.
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El informe emitido por un coronel SS destacaba la personalidad, profesionalidad y celo del deber de Mengele,
que le daban méritos para un ascenso y un nuevo puesto. Sin embargo, por motivos desconocidos, nunca se le
reasignó de Auschwitz.
Mengele hizo en una ocasión cargar un vagón de tren con unos cajones que los internos notaron "demasiado
pesados para su volumen". Los cajones iban dirigidos a Günzburg y algunos internos dedujeron correctamente - que los cajones contenían lingotes de oro, provenientes de las extracciones dentales de las
víctimas del campo. Éste fue uno de los primeros indicios de que Mengele había presentido el fin de la
Alemania Nazi.
Hipótesis
En los años 2000 se descubre que el poblado brasileño de Cândido Godói tiene el mayor índice de gemelos de
todo el mundo. En el libro de investigación del argentino Jorge Camarasa, El Ángel de la Muerte en
Sudamérica, se habla de que este médico llegó en 1963 para seguir con sus experimentos.
Evasión
El 26 de noviembre de 1944, Richard Baer, comandante de Auschwitz, recibió el extraño comunicado de
desmantelar la instalación decayendo el ritmo de exterminio del campo. La orden provenía directamente
de Heinrich Himmler, a muchos les causó sorpresa la situación.
23 días atrás Mengele se había parado en la rampa de selección y había enviado su última selección a las
cámaras. Para él la orden no lo extrañó, pues suponía que Alemania perdería la guerra.
Mengele abandonó el campo el 17 de enero de 1945, durante la evacuación del campo, diez días antes de la
liberación del campo por parte del Ejército Rojo. Se dirigió al campo de concentración de Gross-Rosen, pero
este campo había sido cerrado en agosto de 1944 y en abril de 1945 huyó hacia el oeste camuflado como un
miembro de la infantería regular alemana con identidad falsa, pero fue capturado.
Fue prisionero de guerra, cerca de Núremberg hasta que resultó liberado por los aliados, que desconocían su
identidad.
Durante los juicios de Núremberg no se mencionó a Josef Mengele como genocida.
En la impunidad
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Josef Mengele en 1956. Fotografía tomada en una comisaría de Buenos Aires para el Documento de Identidad
de Mengele.
Tras esconderse algún tiempo en Günzburg y luego en Baviera, Mengele partió hacia América del Sur,
concretamente hacia Buenos Aires (Argentina), en 1949, donde muchos otros oficiales nazis huidos y
ayudados por la organización ilegal ODESSA habían llegado y encontrado refugio. Irene no siguió los pasos de
su marido y de algún modo le repudió y él y su familia se separaron.
Josef Mengele se divorció por correspondencia de su esposa Irene, la carta la traía su padre Karl quien lo visitó
en la Argentina.
Como su nombre no estaba mencionado en la prensa y al parecer la cacería de nazis a él no le alcanzaría, se
juzgó libre de sospecha y audazmente volvió a tomar su nombre original, se inscribió como tal en la guía
telefónica de Buenos Aires e incluso viajó a Suiza a visitar a su hijo Rolf en 1956, sin que nadie siquiera
sospechara de él y su pasado.
En 1958 se casó en Uruguay, más precisamente en el departamento de Colonia con Martha María Will, la
mujer de su hermano Karl, que había fallecido en 1949. Ella y su hijo se mudaron a Argentina para reunirse
con Mengele, aunque ambos regresaron a Europa años después.
Su familia en Alemania le respaldaba económicamente y prosperó en los años cincuenta, primero montando
una tienda de juguetes y después como socio de una empresa farmacéutica, la Fadro Farm.
El acta de divorcio entre Irene y Josef Mengele fue encontrada por Simon Wiesenthal y dio luces a la dirigencia
judía de que Mengele estaba vivo y además en la Argentina. Se enviaron los datos para ser corroborados por
colaboradores en la Argentina y se pidió la extradición por parte del gobierno de Bonn, que fue rechazada por
el gobierno argentino aduciendo que Mengele no vivía en dicha dirección.
Mengele fue advertido de esta situación y se escapó de Buenos Aires. Una de las personas que advirtieron a
Mengele era Hans-Ulrich Rudel, el célebre piloto de Stuka que era cliente de la compañía de Mengele. A Rudel,
sus buenas relaciones con el gobierno del Paraguay le habían permitido tener amistad con el dictador Alfredo
Stroessner, presidente de esa nación, y así se permitió aceptar a Mengele en ese país.
Sin embargo, a partir de entonces Mengele vivió de manera modesta.
A pesar de los esfuerzos internacionales en rastrearle, jamás fue detenido y vivió impunemente durante 35
años bajo diversas identidades falsas. La captura de Adolf Eichmann, juzgado en Jerusalén en 1961, alimentó
los miedos de Mengele y sus continuos movimientos y el Mossad le persiguió durante algún tiempo, pero los
esfuerzos de Israel se dirigieron hacia la normalización de las relaciones con Paraguay y a la lucha contra
enemigos más cercanos.
Increíblemente, ni el Mossad ni Wiesenthal lograron ubicarlo a pesar de que su hijo Rolf pudo visitarlo una vez
e intercambiar correspondencia.
Capesius. El farmacéutico de Auschwitz
Recientemente se ha publicado la obra de Dieter Schlesak “Capesius. El Farmacéutico de Auschwitz”. En ella a
través de varios protagonistas de los hechos sucedidos en Auschwitz se hacen diferentes reflexiones sobre el
papel jugado por los perpetradores.
Víctor Capesius (1907-1985) fue un farmacéutico rumano que procedía de una zona de origen alemán,
ubicada en los Cárpatos. Era hijo de un médico. Tras sus estudios de Farmacia en la Universidad de Viena,
cumplió su servicio militar en el ejército rumano. Durante muchos años desarrolló la labor de visitador médico
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y representante de diferentes laboratorios farmacéuticos, por lo que era muy conocido entre los médicos de
la zona, muchos de los cuales eran de cultura alemana, como él, y judíos.
En la II Guerra Mundial fue llamado nuevamente al ejército de Rumanía y merced a su origen cultural alemán y
a los acuerdos entre gobernantes rumanos y la Alemania nazi, él como otros, pasó a formar parte del ejército
alemán. Se formó en Varsovia y de allí pasó al campo de Dachau dónde dirigió la farmacia.
En 1944 se hizo cargo de la farmacia del campo de Auschwitz-Birkenau. Su labor allí consistía no sólo en la
organización de la misma, sino que probablemente, según Schlesak, estuvo implicado en el control, custodia o
administración del Zyklon B.
Auschwitz. Edificio dónde se encontraba el almacén del Zyklon B y de los bienes robados.
Los trenes de judíos que llegaban a la rampa de Auschwitz (judenrampen) eran recibidos no sólo por médicos,
sino por farmacéuticos o dentistas, cuando ya había excesivo trabajo para los médicos. Estos profesionales
sanitarios, médicos, farmacéuticos y odontólogos, hacían la selección: hombres y mujeres fuertes jóvenes y sin
niños, a la derecha, niños, ancianos, enfermos, u hombres más mayores, a la izquierda, hacia las cámaras de
gas.
Capesius, según se refiere en el libro, no sólo hacía una labor en el almacén de productos químicos de
Auschwitz, sino que participó en las selecciones de la rampa. Aunque la selección en las rampas era una
competencia de los médicos cuando el flujo de judíos europeos hacia Auschwitz era incesante, los médicos
estaban sobrecargados de “trabajo” y fueron apoyados por dentistas y farmacéuticos.
En la obra, Schlesak acusa a Capesius de haber sustraído muchos objetos procedentes del expolio de los judíos
(medicamentos, comida, libros) y de haberse apropiado de joyas, relojes, así como del oro procedente de las
muelas de los judíos. Es llamativo, según Schlesak, la capacidad que tuvo Capesius de levantar empresas en
momentos de crisis económica y de la reconstrucción alemana, lo que atribuye a los bienes que atesoraba
procedentes de los judíos.
Al acabar la guerra fue detenido y pasó un año en un campo de concentración británico. Posteriormente
estudió ingeniería eléctrica a Stuttgart. En 1950 abrió su propia farmacia y un salón de belleza. Fue
nuevamente detenido en 1959 y juzgado en 1964 siendo condenado a 9 años de cárcel.
Entre el 20 de diciembre de 1963 y el 10 de agosto de 1965 se celebró en Frankfurt, el conocido como
“segundo juicio de Auschwitz”. Allí se juzgó a 22 oficiales de segunda fila de los campos de concentración y
exterminio, entre ellos a Capesius.
Los aspectos más turbadores de sus actuaciones, según el autor del libro, era cómo fue capaz de llevar a cabo
las selecciones en las rampas y de enviar a las cámaras de gas no sólo a desconocidos sino a personas de su
propio pueblo. A la llegada de los judíos rumanos, el les recibía, les tranquilizaba al hablar su mismo idioma y
posteriormente con engaños les dirigía a las cámaras de gas.
Dra. Gisella Perl
Gisella Perl fue una ginecóloga judía que realizó más de mil abortos a sus compañeras prisioneras del campo
de concentración de Auschwitz para salvarlas de los tormentos a los que las sometían los nazis.
Perl vivió en la ciudad de Sighet, en Rumania, hasta el año 1944, cuando los nazis invadieron Hungría y
deportaron a su población judía.
Fue deportada junto a su familia al campo de concentración de Auschwitz, donde perdió a su marido y a su
único hijo varón, además del resto de su familia y a sus padres. Se la obligó a trabajar como médica en el
campo, con la tarea de ayudar a sus compañeras prisioneras para que mejorasen de sus enfermedades y de
sus problemas derivados de la incomodidad, la insalubridad y los horrores del campo; sin embargo, no podía
hacer mucho por ellas, ya que no contaba con antisépticos, vendajes limpios ni agua corriente. Adquirió
notoriedad, pese a los contratiempos, por haber salvado la vida de cientos de madres ayudándolas a abortar,
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ya que las mujeres embarazadas solían ser golpeadas y asesinadas o utilizadas por el Dr. Josef Mengele para
hacer vivisecciones.
Después de abandonar el campo de concentración de Bergen-Belsen, su último destino, descubrió que tanto
su esposo como su hijo habían muerto. Intentó envenenarse a sí misma y fue enviada a un convento
en Francia hasta 1947, para recuperarse. En marzo de ese mismo año viajó a la ciudad de Nueva York, donde
fue interrogada bajo sospecha de haber asistido a los médicos nazis de Auschwitz en su tarea de violación de
los derechos humanos.
El tribunal de Estados Unidos alude a las leyes de Nüremberg para juzgar el accionar de la Dra. Perl en
Aushwitz. En dos de los artículos de las mismas, acerca de las experiencias médicas, dice que:
“- la experiencia debe tener resultados prácticos para el bien de la sociedad, imposibles de obtener
por otros medios: no puede ser practicada al azar y sin necesidad.
- la experiencia no debe ser intentada cuando hay una razón a priori para creer que ella entrañará la
muerte o la invalidez del sujeto con la sola excepción de los casos donde los médicos que hacen las
investigaciones sirven ellos mismos como sujetos experimentales.”
En Medical Lilling and The Psychology of The Genocide publicado en el año 1988, se analiza la conducta
de los profesionales en los campos de concentración. A partir del concepto de ‘desdoblamiento’ o ‘two self’
se trata de explicar cómo un médico, que fue formado para curar, puede contrariar su juramento humanitario
realizando alguna práctica que involucre la muerte.
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“El desdoblamiento involucra cinco características:
una dialéctica entre dos Yo en término de autonomía y conexión. El medico en el campo necesitaba su Yo
Auschwitz para funcionar psicológicamente en un ambiente tan antiético a sus patrones éticos anteriores.
Al mismo tiempo necesitaba su Yo anterior para continuar considerándose un médico humanitario. El Yo
de Auschwitz tenía que ser autónomo y también estar conectado al Yo anterior del cual surgió.
El desdoblamiento sigue un principio holísitico. El Yo de Auschwitz “tuvo éxito” porque era inclusivo y podía
conectarse con todo el ambiente de Auschwitz: volvía coherentes y daba forma a varios mecanismos.
El desdoblamiento tiene una dimensión vida-muerte: el Yo de Aushwitz era percibido por el perpetrador
como una forma de supervivencia psicológica en un ambiente dominado por la muerte: en otras palabras,
tenemos la paradoja de un “yo asesino” creado en nombre de lo que uno percibe como una propia cura o
supervivencia.
Una de las principales funciones del desdoblamiento, como en Aushwitz, es la de evitar la culpa: el segundo
yo tiende a ser el que realiza el trabajo sucio,.
El desdoblamiento involucra tanto dimensiones inconscientes que tiene lugar mayoritariamente fuera de la
conciencia como un cambio significativo en la conciencia moral.”
Finalmente, en 1951, se le concedió la ciudadanía estadounidense. Ingresó alHospital Monte Sinaí en
Nueva York para trabajar como ginecóloga y asistió en el parto de alrededor de tres mil bebés sólo en
Nueva York, convirtiéndose en experta en tratamientos contra la infertilidad. En junio de 1948, publicó la
historia de su vida en Auschwitz, detallando los horrores que debió vivir allí como médica prisionera. Más
tarde se reunió con su hija, Gabriella Krauss Blattman, a quien había logrado esconder durante la guerra, y
ambas se mudaron a Hertzlia, Israel. Falleció en Israel en 1988.
DILEMAS MEDICOS EN LOS GUETOS.
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EL DILEMA DE LA INSULINA DEL GUETO DE VILNA (VILNIUS) LITUANIA.
Los médicos judíos en los guetos tuvieron que tomar decisiones muy complicadas. Recordemos que en los
guetos las condiciones de vida eran muy duras. El frío, el hambre, el hacinamiento, la incomunicación, la
desesperanza y el tifus eran los acompañantes de los judíos. No se puede entender la vida en los guetos sin
entender las enfermedades que sufrieron los judíos y el papel abnegado de médicos y enfermeras judíos.
Todo eran situaciones que conducían a la muerte. La falta de higiene, y el gran hacinamiento producían brotes
de enfermedades como el tifus y la tuberculosis, aunque el peor enemigo era el hambre.
No existe por parte de los historiadores un acuerdo sobre cuáles fueron las causas del establecimiento de los
guetos. La invasión de Polonia por parte del Ejército Alemán provocó un gran desplazamiento de población.
Había zonas de Polonia con mucha población judía. Tanto los polacos judíos como los católicos fueron
desplazados de sus lugares de residencia y llevados a ciertas zonas del centro de Europa. Las tierra que eran
obligados a abandonar eran ocupadas por ciudadanos alemanes o por polacos de origen alemán, o de las
zonas limítrofes a Alemania, polacos que en función de los movimientos de las fronteras habían sido alemanes
o polacos.
Por otro lado se plantea también por parte de los historiadores la dificultad que tenía el ejército alemán para
controlar a los miles de judíos. No querían los alemanes dejar a enemigos sueltos en su retaguardia, ya que
podrían ejercer algún tipo de resistencia. E incluso se cree que les pudieron aislar en los guetos ya que los
nazis pensaban que los judíos eran portadores del tifus “por naturaleza” y que una medida de salud pública
era su aislamiento. Otros autores creen que el confinamiento en los guetos era un paso previo a su traslado a
África, ya que existió el denominado “Plan Madagascar” que consistía en la deportación de todos los judíos a
Madagascar. El curso de la guerra y la imposibilidad de controlar a la Armada británica pudo impedir este plan.
Los judíos son llevados a una zona central de Polonia, el denominado “Gobierno General” dirigido con mano
más que de hierro por Hans Frank, uno de los líderes nazis que fue juzgado en los Juicios de Núremberg.
Los médicos en los guetos intentaban hacer su trabajo de la mejor manera posible y con todo tipo de
limitaciones. Las medicinas eran escasas y tuvieron que tomar decisiones muy delicadas.
Poster en el que mediante juegos se explicaban medidas preventivas para evitar la diseminación de
enfermedades en el gueto de Vilna (1941-1942). Museo del Holocausto de Vilna.
Analicemos el dilema del Dr. Avraham Wainrev, médico del gueto de Vilnius (Vilna) en Lituania.
En aquel momento se pensaba que las pastillas de Calcio podrian ser un tratamiento coadyuvante en el
tratamiento de la tuberculosis. Dado que no había pastillas de Calcio para todos los pacientes, se celebra un
consejo de médicos, rabinos, abogados y autoridades del Judenrat (Consejo Judío). Tras diferentes
deliberaciones nadie le dice al Dr. Wainrev que hacer. Unos se escudan en las leyes mosaicas, otros en que no
hay leyes, otros en que hay que dejar obrar a la naturaleza y que el médico no es quién para decidir. Ante este
dilema el Dr. Wainrev administra la medicación a todos los pacientes hasta que esta se acaba y poco a poco
van falleciendo todos los enfermos.
Avraham Weinreb
Al poco tiempo se plantea un problema similar, pero con la insulina. Esta vez el Dr. Wainrev creía que no se
debía hacer un reparto igualitario. A diferencia de las pastillas de Calcio, la insulina es imprescindible para los
diabéticos y el Dr. Wainrev, no tenía insulina para todos los pacientes. Nuevamente somete su duda a la
misma comisión y obtiene las mismas respuestas: No hay precedentes…No dar medicación a los pacientes es
hacer medicina nazi…“¿De qué han pecado tus pacientes para que tú los juzgues a la vida o la muerte?”
“¿Quien te dio a ti la autorización?”
Finalmente, solo, el Dr. Wainrev tomó la decisión que ya tenía pensada atendiéndose sólo a criterios médicos,
únicamente facilitó la medicación a aquellos pacientes que tenían mejores posibilidades de sobrevivir. Dice
“Cuando se acabaron las dosis de de Insulina y no quedó más para administrar, comenzaron a morir los
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pacientes, uno tras otro, y sin poder ayudarles, solo se oía el grito de la desesperación. Entonces pensé que la
decisión ética que asumí, no fue la correcta. No sé qué otra opción quedaba en mis manos. La postura Ética
religiosa de que el hombre no puede y no debe intervenir acerca de quién vivirá y quien no, es totalmente
verdadera y asumible en un mundo donde hay ética y justicia. Pero en la realidad terrible del Guetto, esa
visión es como una imagen del más allá, que ya no existe y que no volverá”.
El Dr. Wainrev tomó una decisión ética complicada. Pero probablemente no podía tomar otra. En un mundo
con reglas y con respeto a todos puede ser fácil juzgarle, pero la vida y la muerte en guetos y campos no
estaban sujetas a las leyes de la normalidad.
Los ángeles de Auschwitz. Doctora Adelaide Hautval
Adelaide Hautval era un psiquiatra que vivía en la zona francesa controlada por el régimen de Vichy.
En abril de 1942, Hautval recibió la noticia de la muerte de su madre, que había vivido en el París ocupado.
Se dispuso a ir al entierro de su madre y pidió permiso a las autoridades alemanas para entrar en la zona
ocupada. Las autoridades se lo negaron y Hautval decidió arriesgarse a cruzar la línea de demarcación
ilegalmente. Su intento fracasó, y la doctora Hautval fue capturado por la policía alemana y trasladado a la
prisión de Bourges.
En junio de 1942, los prisioneros judíos comenzaron a llegar a la prisión. Hautval protestó enérgicamente
contra la forma en que eran tratados, diciéndole a los guardias, "Los judíos son personas como todos los
demás”. La respuesta de las autoridades fue que de ahora en adelante iba a compartir su suerte y la colocaron
un parche en su ropa que decía: "Amigo de los Judíos".
En enero de 1943, después de estar en los campos de Pithiviers y Beaune-la-Rolande y en las prisiones de
Romainville, Orléans y Compiègne, la doctora Hautval fue enviada al campo de exterminio de Birkenau, junto a
dos centenares de presas francesas.
Hautval, una devota protestante, se instalo junto a quinientas prisioneras judías, y fue apodada "la santa".
Aplicó sus conocimientos médicos para tratar a los prisioneros judíos que habían contraído el tifus,
recluyéndolos en una parte separada del barracón, con el fin de evitar el contagio.
Hautval, fue nombrada médico por el comandante del campo, pero se abstuvo de notificar las enfermedades
de los presos, lo que les salvó de una muerte inmediata.
Trataba a pacientes judíos con una dedicación sin límites, y sus manos suaves, y cálidas palabras fueron de
inestimable valor para los judíos que se encontraban en el infierno de Auschwitz. -Allí-dijo, en palabras
grabadas en la memoria de los prisioneros, "todos estamos condenados a muerte. Vamos a comportarnos
como seres humanos mientras estemos vivos. "
Finalmente, la doctora Hautval fue trasladada al bloque 10 del campo de Auschwitz I, donde se llevaron a cabo
experimentos médicos. El doctor Eduard Wirths la había involucrado en la identificación de las
manifestaciones tempranas del cáncer en las mujeres. Pero la doctora Hautval descubrió rápidamente que el
proyecto implicaba experimentos inhumanos, sin anestesia.
Le dijo al doctor Wirth que no iba a participar en sus experimentos, y añadió que nadie tenía derecho a decidir
sobre la vida o determinar el destino de otro. Cuando se ve obligada a ayudar en la esterilización quirúrgica de
una joven de Grecia, Hautval le dice al doctor Wirth que nunca volvería a asistir a dicho procedimiento.
Entonces el doctor Wirth la dijo: "¿No ves que estas personas son diferentes a usted?" Ella le respondió: "En
este campo, muchas personas son diferentes de mí. Usted, por ejemplo".
Cuando se negó a tomar parte en los experimentos de Mengele con gemelos, fue enviada de vuelta a
Birkenau.
Siendo enviada más tarde a Ravensbrück, donde se las arregló para sobrevivir hasta la liberación del campo.
Cuando regresó a Francia, su salud se había deteriorado de forma permanente.
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En 1962, colaboró con el escritor estadounidense Leon Uris, en Londres.
En su famoso libro, Éxodo, Uris describe los crueles experimentos perpetrados por Wladislas Dering, médico
polaco, sobre los prisioneros de Auschwitz.
Dering, que se había trasladado a Londres después de la guerra, demandó a Uris por difamación.
A petición Uris, la doctora Hautval viajó a Londres para testificar. El juez inglés se refiere a ella como una de las
mujeres más impresionante y valiente que había visto declarar en un tribunal de Gran Bretaña, una mujer de
fuerte carácter y una personalidad extraordinaria.
El 18 de mayo de 1965, el Yad Vashem reconoció a Adelaide Hautval como Justo entre las Naciones.
Worl Ludwig
Worl Ludwig (1906-1967) pasó 11 años de su vida como prisionero político en los campos de concentración
nazis.
Fue detenido por primera vez por la Gestapo en 1934, y enviado a Dachau por la publicación de un folleto de
información sobre los horrores de los campos nazis.
Después de pasar unos nueve meses encerrado en una celda, fue trasladado primero a la carpintería del
campo y más tarde, como personal médico, asignado a los enfermos del campo.
En 1942, fue enviado a Auschwitz, junto con otros 17 enfermeros para hacer frente a un brote de tifus, que
amenazó no sólo a los presos sino también el personal del campo.
Worl, contradiciendo una orden expresa de las SS, oculto a los enfermos contagiados, lo que les salvó de una
muerte inminente.
También puso en riesgo su vida con el fin de obtener al menos un mínimo de los medicamentos necesarios y
los instrumentos médicos para el tratamiento de los enfermos.
Modificó las listas de selección con el fin de salvar a algunos de los pacientes judíos de la muerte por
gaseamiento.
Como resultado de contradecir constantemente las órdenes de los médicos de las SS, Worl fue destituido de
su cargo y encarcelado de nuevo en una celda en régimen de aislamiento.
Después de un tiempo fue puesto en libertad y, en virtud de su nacionalidad y de su edad, fue enviado a
Güntergrube, un campo de trabajos forzados cercano a Auschwitz.
En Guntergrube, como en Auschwitz, protegió a 600 prisioneros judíos de malos tratos por parte de los
sádicos Kapos alemanes y se encargó de que recibieran su correspondiente parte de comida y ropa.
Incluso los prisioneros con tuberculosis fueron capaces de sobrevivir porque Worl evito que trabajaran y los
protegió de las continuas inspecciones de los médicos de las SS.
En el momento de la evacuación de Auschwitz, ayudó a escapar a algunos de los presos que iban camino de la
cámara de gas.
Después de la guerra Worl, se convirtió en presidente de la Organización de ex prisioneros de Auschwitz en
Alemania, dedicó su vida a perpetuar la memoria de los crímenes nazis y llevar a sus autores ante la justicia.
En 1963, subió al estrado como uno de los testigos clave en el juicio de Auschwitz.
El 19 de marzo de 1963, el Yad Vashem reconoce a Ludwig como Justo entre las Naciones.
Doctora Ella Lingens
El Dr. Kurt Lingens y su esposa, la Dra. Ella Lingens vivían en Viena a finales de la década de 1930.
Kurt Lingens fue un anti-fascista, nacido en 1912 en Düsseldorf, Alemania. Su padre, era el jefe de la policía de
Colonia, Alemania, perdió su trabajo en 1936 porque se asoció con el partido de la Iglesia Católica "Zentrum"
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partido que tradicionalmente se opuso al nazismo, y porque él había tratado de obstaculizar la persecución de
los católicos por parte de la SA.
A Kurt Lingens le impidieron estudiar en universidades alemanas por sus actividades anti-fascistas como
estudiante.
La esposa de Kurt, Ella, nació en Viena en 1908, tenía un doctorado en Derecho y estudió medicina en la
universidad local. Cuando los nazis anexaron Austria, comenzó a ayudar a los judíos, especialmente a los
estudiantes que ella conocía de la universidad.
Durante los disturbios de la Kristallnacht, escondió a diez judíos en su cuarto. En 1939, conoció al barón Karl
von Motesiczky, un anti-nazi que también estudió medicina en la Universidad de Viena hasta 1939 y era de
madre judía.
Se hicieron amigos, y el Barón von Motesiczky invitó a los Lingens a vivir en una gran casa que poseía en el
barrio Hinterbruhl de Viena.
El barón a menudo alojaba judíos y miembros de la resistencia anti-nazi en la casa. Los Lingens escondieron a
una joven judía, Erika Felden, en su apartamento durante un período de varios meses entre 1941 y 1942.
De los judíos que lograron llegar al apartamento, algunos pidieron a Kurt y Ella cuidar de sus objetos de valor
para que no fueran confiscados por los nazis.
Otros pidieron a los Lingens utilizar sus conexiones para ayudarles a escapar de los nazis. Una de estas
"conexiones" fue un actor judío llamado Rudolf Klinger, se comprobó que más tarde les traicionaría,
informando sobre los Lingens y las actividades del barón von Motesiczky a la Gestapo.
Klinger se ofreció para acompañar a los judíos hasta la frontera. En agosto de 1942, Weissberg-Cybulski, judío
que vivía en la clandestinidad en Cracovia y colaboraba con los Lingens, envió a dos parejas judías a Viena, los
hermanos Bernardo y Goldstein Jakob y su esposa Helene y Pepi, para que fueran llevados a la frontera.
Klinger los llevó a la frontera, pero en el último minuto, los entregó a los alemanes, y también informó sobre la
gente que había ayudado a planear la fuga.
El 13 de octubre de 1942, los Lingens y el barón von Motesiczky fueron detenidos. Kurt Lingens fue asignado a
una unidad de la Wehrmacht y fue enviado al frente ruso como una forma de castigo.
Mientras que en el frente ruso, Lingens fue herido de gravedad.
Ella Lingens y el Barón von Motesiczky fueron enviados a Auschwitz. El barón von Motesiczky murió de tifus el
25 de junio de 1943.
Ella se puso a trabajar como médico de los internos del campo, y logró salvar a un número considerable de
judíos de la muerte en las cámaras de gas. Posteriormente fue enviada a Dachau, y logró sobrevivir hasta el
final de la guerra.
Klinger, el judío informador de la Gestapo, fue arrestado en 1943 después de que decidieran que ya no les
servía de utilidad. Fue enviado a Auschwitz, donde murió.
El 3 de enero de 1980, el Yad Vashem reconoce a Kurt Lingens y a Ella Lingens como Justos entre las Naciones.
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