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CONDUCTA SEXUAL HUMANA La conducta sexual humana se basa en un compuesto psicofisiológico. Si bien no es muy diferente de otras motivaciones más primarias (hambre, sed), tiene características peculiares que la convierten en una actividad que cabalga entre los impulsos más primigenios, las emociones más sofisticadas y constantes influencias culturales. Para hablar de respuesta sexual humana debemos hacer referencia a aspectos psicológicos, emocionales y fisiológicos que interrelacionan dando lugar al deseo sexual, la excitación, el orgasmo, el placer, entre otros, es decir, al conjunto de experiencias que pueden aparecer a lo largo de la respuesta sexual. La respuesta sexual puede producirse desde cualquier parte del cuerpo, no es imprescindible la estimulación directa del pene o la vulva ya que el cuerpo puede verse estimulado por sonidos, miradas, olores, fantasías, etc. Las personas interpretan de forma muy diferente sus respuestas sexuales e incluso desarrollan comportamientos muy distintos. Pero a pesar de todas esas diferencias, la forma en la que en esencia responde el organismo ante la excitación es más o menos la misma, intervienen las mismas partes y su actuación es similar. Hay muchos autores que han investigado la respuesta sexual humana, una de las aportaciones más interesantes fue la de Masters y Johnson que estudiaron y describieron el ciclo de respuesta sexual, tanto en el varón como en la mujer, en cuatro etapas bien definidas: excitación, meseta, orgasmo y resolución. En el varón, el período de resolución tiene un espacio de tiempo que se llama periodo refractario absoluto, que es aquel período en que no se puede producir una eyaculación, independiente de la estimulación sexual que se presente. La excitación sexual se puede desencadenar por un sinnúmero de mecanismos que estimulen cualquiera de nuestros sentidos y van en directa relación con las experiencias vividas. Esto detona una respuesta fisiológica tanto en el hombre como en la mujer. El sustrato biológico de esta fase es la vasocongestión mediada por el sistema nervioso. Algunas venas se estrechan e impiden la salida de la sangre sobre todo en la región pélvica, esa disminución del calibre de la vena obedece a "una orden" que el sistema nervioso envía por medio de los llamados neurotransmisores. El congestionamiento sanguíneo condiciona que las estructuras genitales aumenten de tamaño. También se pueden distinguir el aumento del ritmo cardiaco, de la presión arterial y del tono neuromuscular en general. En el hombre se produce la señal más visible, que es la erección del pene, y esta se produce fundamentalmente por un cambio en la circulación arterial y venosa, en respuesta a un estímulo nervioso. En las mujeres, el elemento que se podría emular con la erección del pene, es la lubricación vaginal, que es el resultado directo del incremento de flujo sanguíneo a nivel pélvico, que producen una vasodilatación en las paredes de la vagina y se produciría mayor lubricación vaginal. 1 La fase de la meseta se caracteriza porque los cambios antes descritos alcanzan su esplendor. En las mujeres, se produce lo que se conoce como plataforma orgásmica, lo que en definitiva es un aumento de volumen del tercio exterior de la vagina, secundario a la vaso dilatación de esa zona. Esto produce una disminución del lumen vaginal y mayor contacto entre los genitales, lo que desmitifica el grosor del pene, ya que el lumen se adaptaría al grosor de éste. Los labios mayores se observan como hinchados e incluso tienden a separarse; los labios menores también están turgentes y adquieren una coloración intensa. Es importante mencionar que el clítoris es traccionado hacia arriba del pubis y da la impresión que disminuye de tamaño, sin que ello signifique que la excitación ha disminuido y mucho menos que terminó. En relación a la lubricación vaginal, ésta aumenta, aunque si el estímulo es demasiado prolongado, la lubricación podría disminuir en forma considerable e incluso detenerse. Esto equivaldría a la perdida de erección en el hombre y sería una respuesta normal. El fondo vaginal aumenta su ancho y profundidad; además existen menos terminaciones nerviosas, por lo que la profundidad de la penetración no aumenta la sensación placentera y además desmitifica el hecho que un pene largo podría entregar más placer sexual. Por otro lado en el hombre, el pene alcanza sus máximas dimensiones en cuanto a longitud y circunferencia. Por la uretra es posible observar la salida de unas cuantas gotas de un líquido transparente proveniente de las glándulas bulbouretrales o de Cowper y cuya misión es alcalinizar la uretra para impedir el daño a los espermatozoides, por el medio ácido producido por la orina. Los testículos pueden estar pegados al periné aunque descenderán de vez en cuando, si la meseta se prolonga. Si la estimulación sexual aumenta, se alcanzan niveles de tensión sexual elevados, los que llevan al umbral del orgasmo, desencadenando posteriormente una serie de reflejos, que en su conjunto constituyen las sensaciones orgásmicas. Las sensaciones orgásmicas son constituidas por contracciones involuntarias de la musculatura pélvica, debido a ésto el individuo experimenta diversas sensaciones que varían de acuerdo a la experiencia. En el hombre, el orgasmo se divide en dos etapas: la primera es la emisión de semen a nivel de la uretra prostática, entre el esfínter estriado y liso; esto se produce por contracciones rítmicas cada 0.8 seg. de la glándula prostática y vesículas seminales, lo que origina aumento de la presión de la uretra prostática, manifestándose la sensación de eyaculación inminente, que no se puede detener, ya que los mecanismos reflejos ya fueron desencadenados. Secundariamente se produce la eyaculación propiamente tal, que es la contracción rítmica de la musculatura de la uretra bulbar, de la glándula prostática, vesículas seminales y de músculos de la base del pene, además de una serie de sensaciones neurovegetativas que comprometen todo el cuerpo. En las mujeres no existe una sensación que emule el punto de eyaculación inminente. Lo que se ha encontrado es un repentino estallido de calor y placer a nivel del clítoris y de la plataforma orgásmica, que luego se propaga por todo el cuerpo; además se desencadenan una serie de contracciones involuntarias de la musculatura en distintas partes del cuerpo, pero con mayor intensidad a nivel de la plataforma orgásmica y del útero; incluso se ha descrito la pérdida de los sentidos por escasos segundos. Algunas mujeres, luego de la primera sensación orgásmica, pueden repetirla en varias ocasiones, si los estímulos sexuales persisten, lo que se conoce como mujeres multiorgásmicas. La ausencia o presencia de este hecho no constituye una anormalidad. 2 Alfred Kinsey en los años 50, halló que sólo el 70 % de las mujeres lograban el orgasmo durante su primer año de matrimonio. Sin embargo, el 95 % de las mujeres de la muestra estadística, habían obtenido orgasmo posteriormente, en algún momento de la vida. En la actualidad, más de cincuenta años después, la cifra de mujeres con orgasmo, ha aumentado sensiblemente. Tienen orgasmo antes de casarse y luego de casarse. En relaciones ocasionales, o de duración prolongada. La creencia en la supuesta "madurez" del orgasmo vaginal, es una creencia que predominó en los primeros cuarenta o cincuenta años del siglo XX. Fue sostenida por Freud y produjo infinidad de daños psicológicos, tanto en mujeres como en los hombres. Que las mujeres no tengan la facilidad de tener orgasmo que si tienen los hombres, no tiene nada que ver con el tipo, la manera, el modo de obtenerlos. De hecho, la incapacidad de alcanzar el orgasmo durante el coito, a pesar de una respuesta plena ante otra forma de estimulación sexual, constituye la queja más común de las mujeres que buscan ayuda de los terapeutas sexuales. El bloqueo psicológico y fallas o malos entendidos educacionales, parece ser la respuesta a esa dificultad. Y por supuesto, la presencia en la mente de esas mujeres, del mito que estamos analizando. La cualidad de un orgasmo, es decir, la intensidad, duración y placer global, puede variar de un coito al otro. La originalidad y la frecuencia de la ocurrencia, pueden influir sobre la calidad de la siguiente experiencia sexual, como pueden influir también, factores tales como la ansiedad, la culpa, la ira o la depresión. Juegan importante papel, la indiferencia al compañero y el contexto donde se realiza la relación . Todos los orgasmos femeninos , directa o indirectamente, tienen intervención del clítoris. La variedad de la obtención del orgasmo femenino, la experimentación, la posibilidad de goce de diferentes maneras, proporciona una idea aproximada de la salud mental, no sólo sexual, de la mujer. Hoy, comienzos del siglo XXI, la salud mental de una persona, es medida por la posibilidad de tener opciones. El período de resolución. En esta fase los cambios ocurridos remiten, esto significa que se pierde la erección del pene y que los testículos retornan a su posición normal. Los labios tanto mayores como menores recobran su tamaño original y el clítoris retorna a su posición original lo mismo que el útero. Con respecto al varón debe señalarse que el tiempo requerido para que el pene pierda su erección se relaciona directamente con el lapso que duró la meseta, esto es, entre más tiempo dure la meseta más tiempo tarda el pene erecto después del orgasmo y la eyaculación. Masters y Johnson describieron el Período refractario, como parte de la fase de resolución y lo describieron como propio de los varones y durante el cual no se puede tener otra respuesta, a diferencia de las mujeres que por no tener este período no requieren de ese descanso, es decir, siempre están listas para más coitos. La duración del período refractario aumenta conforme el varón envejece. No solo es compleja la conducta sexual del hombre, aunque esta si es la más amplia y es en la que intervienen más factores, hay animales que también tienen una conducta sexual curiosa y compleja, como por ejemplo la conducta sexual de los bonobos. Pese a que muchas hembras primates se muestran reacias a tener relaciones sexuales en una gran parte de su ciclo, en los bonobos ocurre lo contrario. Los bonobos son un tipo de primates con una conducta sexual diferente. 3 Los bonobos tienen relaciones sexuales en todas las posiciones imaginables y con todas las combinaciones de compañeros posibles. Contradicen la noción de que el sexo tiene como único fin la procreación. Con frecuencia los miembros implicados son del mismo sexo o las relaciones tenían lugar durante el periodo del ciclo menstrual de la hembra, en el que esta no es fértil. Era más probable que la actividad sexual ocurriera en momentos de tensión, como cuando existía un riesgo de competitividad por la comida, o como forma de reconciliarse después de una pelea. Mientras en la mayor parte de las especies la conducta sexual es una categoría distinta, en el bonobo se ha convertido en parte fundamental de las relaciones sociales. Los bonobos se excitan con sorprendente facilidad y expresan esta agitación con una gran variedad de posiciones de cópula y contactos genitales. Es posible que el patrón sexual más característico sea el llamado frotamiento genito-genital (o frotamiento GG) que tiene lugar entre las hembras adultas. Una hembra se cuelga de otra con los brazos y las piernas –casi de la misma forma en que una cría se sube a su madre- mientras esta, apoyándose en ambas manos y pies, la levanta del suelo. Entonces las dos empiezan a frotar una contra otra con rapidez su hinchazón genital. Este comportamiento, completamente ausente en los chimpancés, ha sido observado en todos los grupos de bonobos en los que hay más de una hembra, estuvieran en cautiverio o en estado salvaje. También los machos bonobos pueden montarse unos a otros, pero generalmente lo que hacen es un breve frotamiento de los testículos: se mantienen de espaldas uno con respecto al otro y uno de ellos frota su escroto contra el del otro. Además, realizan también lo que se llama lucha de espadas con los penes, una conducta no muy común que sólo ha sido observada en estado salvaje, en la que dos machos se cuelgan cara a cara de una rama mientras frotan sus penes erectos como si se tratara de una lucha de espadas. La extrema variedad de contactos eróticos es impresionante, sobre todo si incluimos el esporádico sexo oral, el masaje de genitales entre individuos y el beso con lengua. El mismo tipo de relaciones sexuales que tiene lugar en un determinado grupo parece extenderse también a las relaciones entre grupos distintos, lo que resulta completamente opuesto a los chimpancés, ya que los machos patrullar los límites del territorio y ocasionalmente invadir el de los vecinos, provocando batallas mortales. En los bonobos, sin embargo, no existe ni un caso que refleje este nivel de violencia entre comunidades: al contrario, la regla parece ser que varias comunidades se mezclen pacíficamente, intercambiando incluso relaciones sexuales y espulgándose unos a otros. Los datos interesantes sobre estos primates son : La manera de ganar un favor sexual futuro de la hembra hace a los machos desplegar cantidades asombrosas de energía para complacerla y mimarla. Sin embargo, no tienen asegurado el objetivo, ni siquiera aquellos que dominan en el grupo. La hembra elige su compañero. La mayoría de los adultos machos se queda sin hembra por mucho tiempo En algunas especies las hembras en celo son las que persiguen al macho que desean, y con su intensidad erótica lo incitan y lo invitan a copular varias veces con ella Copular no tiene entre ellos un fin reproductivo Sus actos de amor están vinculados con ofrecer y recibir complacencia. Los bonobos no esperan el celo y están haciéndose el amor todo el tiempo. Son una comunidad tan armónica que las peleas son casi inexistentes. Si surge un conflicto entre ellos pues arreglan el asunto besándose, acariciándose o haciendo el amor. 4 Disfunciones sexuales. Deseo sexual hipoactivo (DSH) Aunque estrictamente hablando el DSH no corresponde a una disfunción sexual, se presenta tanto en el hombre como en la mujer y se manifiesta por la disminución o la pérdida, total o parcial, del interés o el deseo por la actividad sexual (masturbación, coito). Es un trastorno que perfectamente puede distorsionar gravemente la relación de pareja. Se habla de DSH cuando la carencia de interés sexual es motivo de trastornos personales o de deterioro de la relación de pareja, y no una elección voluntaria. El énfasis se sitúa en que es el efecto que tiene la carencia de interés sexual sobre la relación lo relevante para definir el DSH. También es importante destacar que el deseo sexual difiere en cada individuo y que estas diferencias no necesariamente indican la presencia de DSH. El DSM IV describe el DSH, como: "Disminución (o ausencia de fantasías y deseos de actividad sexual) de forma persistente o recurrente, que provoca malestar acusado y dificultades en la relación interpersonal. Tanto los factores físicos como psicológicos contribuyen al DSH. Las causas físicas incluyen: deficiencias hormonales; depresión; estrés; alcoholismo; insuficiencia renal; enfermedades crónicas. Las causas psicológicas incluyen: problemas relacionales, ej. lucha de poder, conflictos, hostilidad, trauma sexual (violación, incesto), cambios vitales mayores (muerte de un familiar, nacimiento, reubicación geográfica) y mezcla de recuerdos negativos con la interacción sexual. Las personas que están enrabiadas, temerosas o distraídas generalmente no están deseosas de la intimidad sexual. Trastorno de la excitación sexual en la mujer (TESM) Esta disfunción consiste en la inhibición en el aspecto general de la respuesta de excitación. La mujer con TESM no se lubrica, su vagina no se expande y no se produce la formación de la plataforma orgásmica. Tampoco percibe las sensaciones eróticas. Puede encontrar repulsivo el contacto físico, puede no tener sentimientos con respecto al hombre, o puede gozarlo hasta un cierto punto. Es poco frecuente que el TESM se presente aislado, más bien acompaña a la anorgasmia. Como todas las disfunciones, el TESM puede ser de toda la vida o adquirido. De toda la vida, significa que la mujer nunca ha respondido a la estimulación sexual. Adquirido, significa que tuvo respuesta a la estimulación, pero que en algún momento ha dejado de hacerlo. Puede, a su vez, ser situacional o generalizado. Situacional se refiere a cuando ocurre en determinadas circunstancias y no en otras. Generalizado se refiere a que el trastorno ocurre independiente de la situación. El DSM IV describe el TESM como: "Incapacidad persistente o recurrente, para obtener o mantener la respuesta de lubricación propia de la fase de excitación, hasta la terminación de la actividad sexual, causando un malestar acusado o dificultades en las relaciones interpersonales". Entre las causas más frecuentes de esta disfunción están la culpa y la hostilidad. La culpa, generalmente comprende un conflicto interno entre el deseo de gozar la interacción sexual y un temor inconsciente de hacerlo. La hostilidad con frecuencia es contra su propia pareja. Trastorno de la erección en el hombre (TEH) Esta disfunción consiste en la incapacidad del hombre para obtener o mantener la erección peneana para así lograr una relación sexual. Al igual que en las otras disfunciones puede ser de toda la vida o adquirida, situacional o generalizada . 5 El DSM IV define TEH como: "Incapacidad persistente o recurrente para obtener o mantener una erección apropiada hasta el final de la actividad sexual, causando un malestar acusado o dificultades en las relaciones interpersonales". A diferencia con las otras disfunciones, en la TEH es más frecuente que exista una causa física desencadenante. No es infrecuente que después de unos tragos de alcohol (que deprime el sistema nervioso central) el hombre encuentre dificultades para mantener la erección o bien presente una TEH. El sujeto, a raíz de esta experiencia, se siente muy preocupado si en la próxima oportunidad irá a tener o no la erección. Esta ansiedad inhibe el reflejo erectivo y el hombre será incapaz de lograr una erección, aún cuando en esta oportunidad no haya consumido alcohol. Trastorno orgásmico femenino (TOF) El TOF es la inhibición del componente orgásmico de la respuesta sexual humana, es decir, la falta de orgasmo o la ausencia del clímax en la relación sexual. Es importante separarlo del TESM. Con el TOF la mujer puede encontrarse sexualmente muy excitada; pero no es capaz de llegar al orgasmo. El DSM IV da la siguiente definición para el TOF: "Ausencia o retraso persistente o recurrente del orgasmo tras una fase de excitación sexual normal. Esta dificultad puede darse en todas las situaciones o sólo en algunas específicas, y provoca malestar acusado o dificultades en las relaciones interpersonales. Este diagnóstico no se considera apropiado si la dificultad para conseguir el orgasmo se debe a que la estimulación sexual no es la adecuada en cuanto a objeto, intensidad y duración". Las mujeres presentan una amplia variedad en el tipo o intensidad de la estimulación necesaria para producir el orgasmo. El diagnóstico de TOF se basa en el juicio del clínico, de sí la capacidad orgásmica es inferior a lo esperado para su edad, experiencia sexual y estimulación sexual recibida. Trastorno orgásmico masculino (TOM) El TOM es la inhibición involuntaria del componente orgásmico de la respuesta sexual humana en el hombre. Como en otras disfunciones el TOM puede ser de toda la vida o adquirida, situacional o generalizada. El DSM IV da la siguiente definición para el TOM: "Ausencia o retraso persistente o recurrente del orgasmo tras una fase de excitación sexual normal. Esta dificultad puede darse en todas las situaciones o sólo en algunas específicas, y provoca malestar acusado o dificultades en las relaciones interpersonales. Este diagnóstico no se considera apropiado si la dificultad para conseguir el orgasmo se debe a que la estimulación sexual no es la adecuada en cuanto a objeto, intensidad y duración". La causa de esta disfunción habitualmente es psicógena. Eyaculación precoz (EP) Eyaculación precoz también es un término controversial, no está totalmente claro qué la constituye. El DSM IV define EP como "Eyaculación persistente o recurrente en respuesta a una estimulación sexual mínima antes, durante o poco tiempo después de la penetración, antes de que la persona lo desee, causando malestar acusado y dificultades en las relaciones interpersonales". 6 El clínico deberá tomar en cuenta los factores que afectan la duración de la fase de excitación, tales como la edad, novedad que le proporciona la pareja sexual, situación y frecuencia de la actividad sexual. Lo que falta en la definición anterior es la pérdida de percepción de la sensación erótica. Otra definición que se podría intentar dar es "la incapacidad de ejercer un razonable control voluntario sobre la respuesta eyaculatoria, una vez que el hombre alcanza cierto grado de excitación y no está consciente de las sensaciones eróticas que le llevan al "punto de inevitabilidad". Incompetencia eyaculatoria parcial Esta disfunción es una variación de la anterior; consiste en que la respuesta eyaculatoria es parcialmente inhibida. Sí se presenta la eyaculación, pero con la ausencia de las contracciones placenteras (0,8 segundos de intervalo) de la uretra peneana y de los músculos bulbares y perianales. Las personas que se encuentran en este caso sienten la emisión de su líquido seminal de un modo incompleto, y no perciben las auténticas sensaciones del orgasmo. Otras condiciones que afectan el ciclo de la respuesta sexual. Existen otras condiciones que afectan la relación sexual de la pareja, y que no están relacionadas con ninguna de las fases de la respuesta sexual humana. Se las podría describir asociadas a los trastornos dolorosos, según clasificación del DSM IV. Estas afecciones son: el vaginismo, que sólo se presenta en la mujer; la dispareunia que se presenta tanto en hombres como en mujeres y las algias pelvianas; trastorno más bien de carácter psicosomático. 7