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DOCUMENTO FINAL Resultados de la Audiencia: “MUJERES Y JUSTICIA CLIMÁTICA 2011-ARGENTINA Fortaleciendo voces, buscando soluciones” Resistencia - Provincia del Chaco - Argentina 11 de Octubre 2011 -Audiencia “Mujeres y Justicia Climática 2011”Auditorio Casa de las Culturas 11 de Noviembre 2011 -Presentación pública de los resultados de la AudienciaRecinto Legislativo de la Cámara de Diputados de la Provincia del Chaco Resistencia, Noviembre de 2011 PREFACIO Entre octubre y diciembre de 2009, una serie de audiencias sobre justicia climática fueron organizadas por el Llamado Mundial de Acción Contra la Pobreza (GCAP) en diecinueve países en todo el mundo. El objetivo de estas audiencias fue el de permitir que aquellos quienes habían sido afectados por el cambio climático pudieran compartir sus historias, expresar sus preocupaciones y exigir un espacio en el debate político en torno a la justicia climática. Los testimonios que surgieron de estas audiencias expusieron el impacto real del cambio climático sobre las vidas de millones de personas en todo el mundo, así como algunos de los procesos de adaptación y estrategias de mitigación encontradas por las comunidades. En 2011, nuevas audiencias fueron organizadas por el GCAP en quince países de África, Asia y América Latina1 con el objetivo de llevar las voces de los más afectados -las mujeres y los grupos tradicionalmente excluidos- a influir en las negociaciones y planes de acción sobre la crisis climática, a nivel nacional e internacional, durante la Cumbre de las Partes (COP 17) a realizarse en Durban, Sudáfrica, entre el 28 de Noviembre y el 9 de Diciembre de 2011, y la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo Sustentable (Río+20) a celebrarse entre el 4 y 6 de junio de 2012 en Río de Janeiro, Brasil. El presente documento constituye un nuevo llamado a los Gobiernos Provinciales y al Gobierno Nacional; al empresariado argentino y extranjero; a quienes son responsables de la toma de decisiones a nivel mundial a través de las instituciones de las Naciones Unidas; El presente documento es un nuevo llamado en fin, a nuestras sociedades en su conjunto, a comprometerse decisivamente a en la organización de condiciones políticas de gestión ambiental basadas en criterios humanitarios. Los testimonios de las mujeres que fundamentaron este documento fueron escuchados durante la Audiencia “Mujeres y Justicia Climática-2011 Argentina: Fortaleciendo voces, buscando soluciones”, realizada en el auditorio de la Casa 1 Argentina, Brasil, El Salvador, México, Perú, Botswana, Ghana, la República Democrática del Congo, Nigeria, Uganda, Zambia , Bangladesh, Pakistán y la India. de las Culturas de la ciudad de Resistencia, Provincia del Chaco, a los 11 días del mes de Octubre. El evento fue organizado por el Instituto de Desarrollo Social y Promoción Humana INDES, ONG que forma parte de la red Encuentro de Entidades No Gubernamentales para el Desarrollo (EENGD) la cual impulsa la Campaña de Acción Global contra la Pobreza (GCAP) en el ámbito de la República Argentina. Colaboraron además, el Instituto de Cultura Popular INCUPO y el Grupo el Grupo de Voluntariado Civil (GVC ONLUS Programa “Juan Penco Chaco”). Instituto de Desarrollo Social y Promoción Humana (INDES) Instituto de Cultura Popular (INCUPO) Grupo de Voluntariado Civil (GVC) Programa “Juan Penco Chaco” Resistencia, Noviembre de 2011 INTRODUCCIÓN Tras la segunda guerra Mundial, Europa quedó casi totalmente destruida y los mercados de ese continente literalmente desaparecidos. Estados Unidos necesitaba esos mercados para colocar sus excedentes industriales de postguerra y de su producción industrial permanente. Era necesario entonces, reconstruir esos mercados -fundamentalmente los de Alemania, Francia e Italia- pero era necesario además, embarcar en la cruzada del “Desarrollo” a los pueblos Subdesarrollados del Hemisferio Sur, para asegurar su dominio imperialista en el mundo. Un audaz y vasto plan de “ayuda” económica sería la herramienta ideológica e instrumental para convencer a los “destruidos” pueblos europeos y a los subdesarrollados pueblos del Hemisferio Sur, a embarcarse en sus propósitos. El Plan encargado de dar cumplimiento a los objetivos propuestos se denominó “Plan Marshal” y fue lanzado el 20 de Enero de 1949 por el entonces presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman (“célebre” entre otras cosas, por haber ordenado el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki, cuando el conflicto bélico de la Segunda Guerra Mundial ya había entrado en su fase de negociación), inaugurando así la Era del Desarrollo, que contrariamente a los objetivos expuestos, condenó a nuestros pueblos al subdesarrollo, dentro del “Desarrollo”. En aquella oportunidad, entre otras cosas, Truman dijo: “Debemos embarcarnos en un osado y nuevo programa para hacer que los beneficios de nuestros adelantos científicos y progresos industriales estén disponibles para la mejora y el crecimiento de las áreas subdesarrolladas. Más de la mitad de la gente del mundo vive en condiciones próximas a la miseria. Son víctimas de enfermedades. Su pobreza es un impedimento y una amenaza tanto para ellos como para las áreas más desarrolladas. Nuestra meta debería ser, ayudar a los pueblos libres del mundo por medio de sus propios esfuerzos, para que produzcan más comida, más vestimenta, más materiales, más energía mecánica para iluminar sus cargas. Invitamos a otras naciones a que sumen sus recursos tecnológicos en este emprendimiento. Debe ser un esfuerzo mundial para el logro de la paz, la abundancia y la libertad.” En aras de este desarrollo los países subdesarrollados del Hemisferio Sur implementaron políticas de sometimiento y endeudamiento, básicamente sobre sus recursos naturales: sobre los suelos, aguas y bosques, sobre los yacimientos mineros, sobre los hidrocarburos, etc. A más de 60 años de aquel mensaje lleno de los mejores propósitos, más de la mitad de la gente sigue viviendo en condiciones próximas a la miseria, no dispone de alimentos suficientes, muere a consecuencia de enfermedades antiguas (que son curables), tales como la tuberculosis, la meningitis, etc., y de otras nuevas como la hepatitis y el SIDA. La contaminación ambiental es cada vez más universal y más grave, y los desastres “naturales” evidenciados por el cambio climático auguran un futuro complejo y sombrío. El hambre y la pobreza, no han sido eliminadas de la faz del planeta. Es paradójico y doloroso comprobar, que el costo adicional para lograr la meta de prestar los servicios sociales básicos para todos los países en desarrollo, así como también para erradicar la pobreza en ellos, se necesita sólo el 0,2% del ingreso bruto mundial, y que con tan sólo el 4% de la riqueza que acumulan las 225 personas más ricas del mundo (que tienen una riqueza igual a la de más de 2.500 millones de personas pobres), se lograría el Acceso Universal a los servicios sociales básicos, eliminando así el flagelo de la pobreza en nuestro planeta. MODELO PRODUCTIVO Y CRISIS CLIMATICA El cambio climático es la expresión que se utiliza para dar cuenta de la variación del clima respecto del historial climático a una escala regional o global. Los parámetros de medición son las temperaturas, la nubosidad, las lluvias, etc. El SIGLO XX ha sufrido la mayor velocidad del calentamiento global así como la década de 1990 ha sido la más caliente del último milenio. La temperatura global ha variado 1ºC desde los orígenes de la civilización. El calentamiento acelerado está relacionado con la concentración de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera provocados por la acción antrópica, estos son, entre otros, el vapor de agua, el dióxido de carbono, el ozono y el metano. El sol emite energía lumínica sobre el planeta. De esa masa energética, un 30% se dispersa y llega al espacio, y el 70% restante llega a la superficie de la Tierra y se refleja en ella para ser devuelta en forma de radiación infrarroja o térmica. Esta radiación se libera al espacio pero se ve frenada por los GEI, los cuales generan que el calor se mantenga más tiempo en la superficie terrestre. El actual Modelo de Producción industrial de carácter extractivo-minero, común a todas las áreas de producción de la actividad humana, contribuye al aceleramiento del calentamiento global. Nuestro proceso productivo agrario, al encolumnarse tras los objetivos del desarrollo promovido por el llamado del Plan Marshal, ha sido y es producto de un conjunto de desarrollos teóricos en el campo de la economía que ha otorgado al sector agrario, un papel relevante en el crecimiento económico, impulsado fundamentalmente por economistas británicos que, confiados en la capacidad transformadora de la ciencia y la tecnología, y apoyados además, por los recursos financieros que aportaría el mencionado Plan, rompieron con la visión pesimista de los límites impuestos a la agricultura por la “Ley de los Rendimientos Decrecientes”, para resituar a la agricultura en ese lugar imprescindible para el crecimiento y desarrollo económico, que, de una parte, habría de aportar a la reconstrucción de Europa, (especialmente Alemania , Francia, Italia Etc.), luego de su destrucción causada por la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, contribuir a la entronización y universalización de la experiencia británica, considerando la “Revolución Agrícola” o la modernización de la misma, como un paso previo o necesario para la Industrialización. En este contexto, no es casual la afirmación contenida en el artículo del economista Inglés J. Lewis publicado en 1954, que decía: “no es rentable producir un volumen creciente de manufacturas, a menos que la producción agrícola crezca simultáneamente.” Esto se debe a que las trasformaciones agraria e industrial van siempre parejas y a que las economías en que la agricultura se halla estancada no presentan desarrollo Industrial. La implementación, difusión y universalización masiva de este modelo que impulsó la transformación de la agricultura tradicional en un sector económico moderno, se apoyó en dos concepciones básicas: a) que los procesos productivos agrarios podían ser manipulados mediante la aplicación de conocimientos físico-químicos y biológicos, y b) que la sustitución progresiva de trabajo por capital, constituía la manera más adecuada de incrementar la productividad. Fue posible además, gracias a un desarrollo particular de la Agronomía, que de acuerdo a los desarrollos físicos y fundamentalmente químicos, logrados en laboratorio fueron trasladados después al campo. Dos eminentes científicos de la época, Jean B. Boussingault y Justus Von Liebig precursores de la agricultura química moderna- contribuyeron de manera determinante a la modernización de la agricultura de la época. Al hombre se le dio la posibilidad de manipular la tierra y los procesos productivos en el sentido deseado: la Agrobiolgía permitía manipular convenientemente las plantas y los animales, la Química corregir los suelos y alimentar adecuadamente a las plantas, las Máquinas, evitar las labores más penosas, etc. Más tarde con el descubrimiento del “VIGOR” híbrido de las semillas, y ahora de la Ingeniería Genética con el dominio de la obtención de organismos modificados genéticamente (OMG), habrían sentado los cimientos básicos para el desarrollo y consolidación futura del actual Modelo Productivo. Este Modelo Productivo Agrario tuvo su época de mayor desarrollo en el período conocido como el de la “Revolución Verde”. Se desarrolló causando profundas deseconomías y mayores desigualdades sociales, al que se suman los daños ambientales que han tenido y tienen efectos dolorosos sobre la salud de plantas, animales y personas; con la contaminación directa del ambiente, de las aguas superficiales y subterráneas; del deterioro del paisaje, de los bosques naturales; del uso de insumos energéticos y recursos naturales no renovables (o que han de agotarse en plazos históricos no muy lejanos). Un Modelo de Producción que ha desplazado del campo a las ciudades, cientos de miles de familias campesinas, acrecentando la pobreza en las periferias urbanas al aumentar la desocupación. Un sistema de producción que al desconocer las inter e intrarelaciones que se dan entre los componentes de un ecosistema en el marco ecológico en que se desarrolla, aisló el proceso productivo de su necesaria interconexión con otras ciencias del conocimiento humano, y de las variables sociales, económicas, medioambientales y culturales que se suceden e intervienen en dicho proceso. Además, por la especialización de la producción, el aumento de escala y la excesiva ambición de lucro aparejados, la consolidación y crecimiento del monocultivo (especialmente, de cultivos alimenticios e industriales para la exportación), que hizo del incremento de la productividad el principal objetivo de la actividad y de las políticas agrarias, para obtener el máximo beneficio optimizando las oportunidades de mercado. Con el crecimiento del monocultivo (a escalas que superan en muchos casos las 10.000 Has. de sembradíos), creció también el requerimiento de maquinarias más pesadas, más potentes y más sofisticadas. Los cultivos se hicieron más vulnerables a las plagas al cultivarse grandes extensiones con la misma especie; los rendimientos unitarios disminuyeron con cada cosecha; y la mecanización de cada vez más faenas, generó una mayor dependencia del petróleo y el desplazamiento de la mano de obra para muchas de las labores culturales que antes daban ocupación a contingentes significativos de trabajadores en el campo. Los residuos tóxicos en los alimentos, la contaminación y la salinización de las aguas por la sobreexplotación de la energía fósil, comenzaron a crecer a ritmos superiores a los rendimientos. El modelo agroindustrial vigente recurre entonces, a intensificar y diversificar el uso de maquinaria agrícola; al uso de variedades de alto rendimiento (semillas híbridas); al empleo de cantidades más crecientes de nutrientes (fertilizantes), para contrarrestar los efectos de la Ley de los Rendimientos Decrecientes, así como también al incremento en el uso de plaguicidas y otros productos tóxicos, para neutralizar los daños en las cosechas, y el uso de herbicidas para el control de malezas, dando así origen a los tres pilares básicos de los “Agronegocios”: a) el de la Maquinaria agrícola, b) el de las Semillas, y c) el de los Agroquímicos, cada uno de los cuales ha instalado poderosos imperios económicos que benefician a corporaciones transnacionales y a algunos socios locales, que no sólo acumulan ganancias siderales, sino que también compran voluntades, deciden sobre las políticas alimentarias, sobre las reglas de comercialización y exportación de la producción, e inciden -hasta deciden- en las políticas públicas destinadas al sector. “En el departamento Bermejo fue así: desde 1886 cuando se instala la fábrica todos los indígenas cambiaron su alimentación, no pudieron ir al monte a casar, a extraer lo que era producto del monte, porque todo era prohibido. Entonces los chicos crecieron comiendo esto que la empresa le daba. Y entonces cuando se termina la empresa, no sólo el mundo indígena estaba mal, también el mundo criollo que trabajaban en la empresa, y hubo una lucha interna porque muchos de los que trabajaban en la empresa estaban a favor de que la empresa siguiera continuando, mientras que los del campo estaban a favor de que ellos puedan obtener un pedazo de tierra. Entonces, al correr de los tiempos nosotros crecimos, supimos que había nuestros derechos, que había una institución que capacitaba a las personas como indígena. Muchas veces nos preguntábamos ¿por qué, si ustedes son dueños de la tierra, cómo no van a saber comer eso? Entonces la explicación es muy simple y es que nosotros habíamos nacido en un lugar donde todo era prohibido.” Santa López. Yataí, Provincia del Chaco.2 “Actualmente en la provincia de Misiones tenemos aproximadamente 122 comunidades aborígenes y una de las grandes problemáticas es la pérdida de biodiversidad. Una de las cosas que me han transmitido, especialmente mi 2 El presente junto con los demás testimonios pertenecientes a la Audiencia “Mujeres y Justicia Climática-2011 Argentina: fortaleciendo voces, buscando soluciones”, realizada el Martes 11 de Octubre en el Auditorio de la Casa de las Culturas de la ciudad de Resistencia, Provincia del Chaco, se adjuntan de manera integra en el Anexo de este documento. mamá que partera, ella hace una comparación de lo que es qué significa la tierra y el útero. Una de las cosas que siempre me ha enseñado es eso de que tenemos que confiar en el útero, en la fuerza del útero, porque el útero es donde se resguarda la vida, y así también la tierra. La tierra es dadora de vida, es amorosa, y vemos que hay tanta agresión a la tierra que hoy por hoy nos baja las defensas a todos, bajan las defensas la tierra y bajan también las defensas de los seres humanos que somos parte de ella. En misiones hay muchas cosas que nos bajan las defensas: los monocultivos, los pinos, las represas, los agrotóxicos, la gran cantidad de agrotóxicos que recibimos, en el tabaco, en el pino, la pulverización que se realiza. Porque verdaderamente, eso hace una gran agresión a la tierra y por consecuencia al agua, las piedras, los árboles, las plantas, los animales y a nosotros, que somos los consumidores finales de toda esta agresión. Ese es el mensaje que quería compartir con todos ustedes. Estamos perdiendo muchas muchas defensas.” Isabel Aquino. Wanda, Provincia de Misiones. “En la ciudad de Córdoba el ‘desarrollo’ es muchísimo cemento, es muchísima contaminación ambiental, es muchísima soja, pesticidas, plaguicidas, y es mucho menos alimento y calidad de vida para nosotros y para nuestros niños (...) Los espacios urbanos, por ejemplo los basurales que se ponen alrededor o en los mismos lugares donde convivimos las personas, nuestras plantas, nuestros animales, la contaminación que eso genera y el lugar que ocupamos para el sistema: un lugar de desecho, un lugar fuera, donde no hay que verse, donde la salud no es lo importante. Estela Casas. Córdoba, Provincia de Córdoba. “El cambio climático afecta a nuestra comunidad en la escasez de agua, y el agua es vital para nosotros que la usamos para nuestro consumo, para nuestros animales y para nuestros cultivos. Y también nos vemos afectados por la explotación de minería que se da mucho allá, y son empresas transnacionales que vienen a instalarse nuestras comunidades. Son minas que las hacen a cielo abierto liberando sustancias malignas al aire y afectando nuestra vida y al medio ambiente que es nuestra casa.” Sandra Arjona. Moreno, Provincia de Jujuy. “Porque cuando todo esto va avanzando, la contaminación de los agrotóxicos, y cuando talan el bosque y tiene menos defensa la tierra, los vientos se llevan nuestras tierras, la lluvia puede ser muy escasa o muy abundante, los fríos y calores pueden ser los dos extremos, y no lo sufrimos solamente las mujeres, lo sufren los niños, los sufren los hombres, los sufre toda una sociedad. Y entonces la lucha de un referente, de un luchador de organizaciones, debe ser la conciencia de la sociedad que está del otro lado “¿y yo que hago desde el otro lado para salvar el planeta?” Porque muchas veces la gente dice “a mí no me toca”, pero cuando empiecen a respirar un aire más pesado, más contaminado, cuando empiecen a sentir los calores, o los fríos extremos, entonces van a pensar que sí teníamos razones.” Jorgelina Córdoba. Pozo del Tigre, Provincia de Formosa. “La Agroecología lleva como bandera la Soberanía Alimentaria, que es el derecho a una alimentación sana que satisface las necesidades de nuestro espíritu y de nuestro cuerpo, que representan nuestros recursos naturales y la biodiversidad que valoriza nuestra manera de producir reverenciando nuestra forma de alimentarnos. La Agroecología como su nombre lo indica, no utiliza agrotóxicos, unos de los grandes contaminantes del suelo, del agua y del aire. Puntualmente en los aplicadores, los fitosanitarios producen efectos tóxicos, agudos y crónicos sobre órganos y sistemas. Mutagénesis, Teratogénesis, Carcinogénesis ya se trate de Herbicidas, Fungicidas, Insecticidas, Rodenticidas, etc.” Zunilde Poggio. Bella Vista, Provincia de Corrientes. LA AGROECOLOGIA COMO PROPUESTA SUPERADORA AL MODELO PRODUCTIVO ACTUAL A este modelo o sistema productivo, con escaso grado de resiliencia, demandante permanente de insumos y energía externa, no se le puede pedir sustentatibilidad, porque los principios y prácticas sobre los que se sustentan, simplemente no lo hacen posible. Pero que a pesar de ello, nos fue impuesto, como el paradigma que contribuiría a eliminar el hambre y la pobreza en el planeta. Lo que, más allá de algunos logros en la obtención de variedades enanas de trigo y arroz de alto rendimiento, que contribuyeron en parte a aumentar y mejorar la alimentación en países densamente poblados del denominado “Tercer Mundo” (Asia, África y América Latina) no ha logrado eliminar ambas calamidades en ninguna parte del mundo. Ahora nos presentan como un cambio de paradigma la “Revolución Biotecnológica” con la masificación de OMG que mantiene en esencia la concepción y los elementos que hacen y han generado la agroindustria, lo que no implica un cambio de paradigma, al que sólo se le han incorporado nuevas variables técnicas, que hacen al proceso menos sustentable. Ahora tenemos variedades RR de soja, RR y BT de algodón y maíz, se esterilizan semillas, etc. manteniéndose los paquetes tecnológicos, sin los cuales el sistema no podría funcionar. Su implantación, por tanto, no cambia los postulados y las prácticas de la revolución verde. Tanto el desarrollo de la ciencia como la propia realidad han demostrado la necesidad de transitar hacia un verdadero cambio de paradigma, hacia un Modelo de Producción que reivindique el enfoque ecosistémico y resitue a la agricultura en su misión esencial, que es la de producir alimentos y materias primas de modo sostenible. Es decir, para que dicho proceso en armonía con la naturaleza sea perdurable. El informe de la Comisión Brundlat (de la Comisión Mundial del Medioambiente y Desarrollo CMMAD, 1987), definió: que todo desarrollo es “sostenible si satisface las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas”, lo que implica la idea de las limitaciones que imponen los recursos del medio ambiente, el estado actual de las tecnologías y de las organización social, y la capacidad de la biosfera de absorber los efectos de la actividad humana (GEI). Ese cambio de paradigma se esta produciendo en el campo de las ciencias agrarias de manos de la Agroecología. Este término que surgió en los años setenta, constituye una concepción particular de la actividad agraria más ligada al medio ambiente, más sostenible socialmente, y por lo tanto, más preocupada por el problema de la sostenibilidad ecológica de la producción. Concibe al medio ambiente como un sistema abierto, compuesto de diversos subsistemas interdependientes que configuran una realidad dinámica de complejas relaciones naturales, ecológicas, sociales, económicas y culturales (reivindicando e incorporando en este aspecto, los saberes populares y las experiencias rurales en los países del tercer mundo, vinculadas a sus tradiciones). Reivindica en esencia, la necesaria unidad entre las Ciencias Naturales entre sí y con las Ciencias Sociales para comprender la interconexión entre procesos ecológicos, económicos y sociales: reivindica, en fin, la vinculación esencial que existe entre el suelo, la planta, el animal y el hombre. El objetivo de la Agroecología es el estudio de los sistemas agrarios y las prácticas consecuentes para el logro de una actividad productiva sostenible, sin el uso de insumos externos y energía fósil que se materializa en un alto consumo de plaguicidas y otros agroquímicos tóxicos, herbicidas, fertilizantes y maquinarias más pesadas y más sofisticadas. Los Estados y el sistema internacional han sido incapaces de eliminar la pobreza y el hambre en el mundo. El presente documento es un nuevo llamado a los gobiernos provinciales y al Gobierno Nacional; al empresariado argentino y extranjero; a quienes son responsables de la toma de decisiones a nivel mundial a través de las instituciones de las Naciones Unidas; este es un llamado en fin, a nuestras sociedades en su conjunto, a comprometerse decisivamente en la organización de condiciones políticas de gestión ambiental basadas en criterios humanitarios. En el campo de la producción esto quiere decir, que todo el proceso productivo agrario a futuro, se ajuste con la mayor rigurosidad técnico-científica, a los principios y fundamentos de la Agroecológica, garantizando a los pueblos el acceso y el control efectivo de los recursos naturales y productivos para el ejercicio real de los derechos humanos aludidos por nuestra Constitución Nacional. Ya que está absolutamente demostrado, que es posible hacer producción agraria sin recurrir al uso de agroquímicos de ninguna naturaleza. Siendo esto válido tanto para las pequeñas unidades familiares de producción, como para la mediana producción agraria y para las empresas agroindustriales. De otro lado, parece ser la oportunidad para incluir en este camino de gestión, la necesidad de incorporar en los programas educativos, tanto del nivel primario como secundario, y con mayor énfasis en el universitario, a la Agroecológica como materia de enseñanza obligatoria. Naturalmente, la aplicación de políticas que posibiliten la instalación de esta propuesta estaría condicionada a su aplicación gradual, en un proceso prudente de tiempo. En este sentido, experiencias sobre desarrollo sostenible en el marco de la Agroecológica, existen no sólo en nuestra provincia y nuestro país, sino también en la mayor parte del mundo y a mayor escala. Por ejemplo: Un estudio la Comisión de Derecho Humano a la Alimentación de Naciones Unidas informa que los efectos y resultados de 286 proyectos de agricultura sostenibles realizados en 57 países (de Asia, África y América Latina)sobre 37 millones de hectáreas y 12 millones explotaciones agrícolas en las cuales aumentó la productividad de alimentos por hogar en 1,7 toneladas anuales (un 73 por ciento) para 4 millones de productores que cultivaban cereales y tubérculos en 3 millones de hectáreas; y en 17 toneladas anuales para 146 mil agricultores que cultivaban tubérculos (batata, papa, mandioca) en 542 mil hectáreas. Otro estudio más reciente y a gran escala obtenido del mismo informe, señala que se examinaron 40 proyectos de 20 países africanos con beneficios para 10 millones de agricultores y sus familias, mejoras en 12 millones de hectáreas en las cuales con la aplicación de prácticas agroecológicas se duplicó holgadamente el rendimiento promedio de las cosechas (se multiplicó por 2,13) durante un período de entre 3 y 10 años, lo que dio un incremento de la producción total de alimentos de más o menos 6 millones de toneladas al año, equivalente a 557 Kg. por familia. Los efectos del cambio climático se traducen en el éxodo del campo a la ciudad, lo que ha generado que las ciudades crezcan en condiciones precarias e insostenibles, generando al aumento del desempleo, promoviendo los hechos delictivos y la inseguridad. Los pueblos originarios han vivido en armonía con la naturaleza desde tiempos inmemoriales. Quizás estemos a tiempo aún de aprender de ellos y encontrar soluciones a partir de sus conocimientos milenarios a la actual crisis ambiental y social. La mujer tiene al igual que el varón, un papel fundamental en el uso la gestión de recursos naturales. No hay política genuina de gestión ambiental en el mundo sin equidad de género. Y esa equidad se debe manifestar en la igualdad de las mujeres al acceso a la tierra y a los recursos naturales, de igual manera que a su seguridad integral espiritual y física. Las políticas de gestión ambiental implican también el dar prioridad al resarcimiento histórico hacia las mujeres, dando preferencia a sus derechos, garantizándoles la salud y la educación así como también la representación en estructuras de toma de decisión a nivel comunal, provincial, regional, nacional e internacional. Para ello resulta imprescindible generar las condiciones favorables para el cumplimento de estos derechos, fortalecer mecanismos de divulgación de información eficaces, para la formación, capacitación y educación, fundamentalmente en temas tan importantes como la salud sexual y reproductiva. El Estado debe ser quien haga cumplir las normativas internacionales con el apoyo de la sociedad. Pero también tiene que aplicar políticas de reconocimiento de derechos y de acceso a la tierra. El Estado tiene que bregar por el control de los recursos naturales en manos de las comunidades campesinas e indígenas, de forma de que estas puedan seguir viviendo en el campo fortaleciendo los derechos colectivos y comunitarios. Los Estados del mundo, como representativos de la voluntad de sus pueblos, tienen el derecho y la obligación de definir soberanamente y sin condicionamientos externos sus propias políticas alimentarias de modo que ellas garanticen el derecho a la alimentación y los demás derechos económicos, sociales y culturales necesarios. El uso de los recursos naturales debe estar primeramente al servicio de la producción de alimentos en el marco de la soberanía alimentaria. Esto quiere decir que la sociedad se beneficie en su conjunto a través del acceso a alimentos sanos, accesibles y culturalmente apropiados. La agricultura familiar proveyó de alimentos sanos y abundantes a la humanidad, durante miles de años, aportando a la sobrevivencia de plantas, animales y personas, sin causar daños ambientales irreversibles. En tanto el desarrollo a ultranza del actual Modelo de Producción, ha contribuido a la destrucción de los ecosistemas naturales, en la mayor parte del mundo, en poco menos de un siglo, sin resolver el hambre y la pobreza, flagelos nunca antes conocidos. Por las consideraciones expuestas, las mujeres que a diario aportamos mucho de nuestras vidas a la preservación y cuidad del ambiente, para preservar la vida de las plantas, de los animales y de las personas, y que además somos las que sufrimos permanentemente las consecuencias negativas causadas por la prevalencia del modelo productivo que contribuye al cambio climático. Asumiendo la representación y el sentir de la sociedad en su conjunto, por cuanto nadie escapa a los daños producidos, exigimos: “QUE LOS REPRESENTANTES DE LOS PODERES DEL ESTADO EN LOS NIVELES LOCAL, PROVINCIAL Y NACIONAL, SE SENSIBILICEN CON LAS DEMANDAS DE LA SOCIEDAD EXPUESTAS EN LOS TESTIMONIOS Y LOS CONTENIDOS DE ESTE DOCUMENTO, PARA SUMARSE COMPROMETIDAMENTE EN LA URGENTE BUSQUEDA DE SOLUCIONES CONCRETAS A LOS CRITICOS PROBLEMAS SOCIALES, ECONOMICOS Y AMBIENTALES QUE PLANTEA EL CAMBIO CLIMATICO, A TRAVES DE LOS CANALES DE SU COMPETENCIA, HASTA LLEGAR A LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES A NIVEL MUNDIAL: FAO, NACIONES UNIDAS, CORTE INTERNACIONAL DE LA HAYA, ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL DEL TRABAJO, ETC. PARA QUE ESTOS ORGANISMOS ASUMAN LA RESPONSABILIDAD QUE LES CORRESPONDE.” Instituto de Desarrollo Social y Promoción Humana (INDES) Instituto de Cultura Popular (INCUPO) Grupo de Voluntariado Civil (GVC) Programa “Juan Penco Chaco” Resistencia, Noviembre de 2011