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4. El Fenómeno de la Persuasión en la Sociedad de Masas La Erótica Subliminal Quino Villa Bruned Folleto anónimo de El Gran Farma (Mayo, 2003). Hoy me he acercado hasta mi Centro de Salud; hasta la Unidad de Salud Mental, para ser más exactos. No, no he acudido allí en busca de ayuda terapéutica; quería acordar una visita con los estupendos profesionales que forman el equipo, y a fin de poder llevar a aquella Unidad a todos mis alumnos y alumnas de Psicología. Al llegar a la planta, una mujer me da los buenos días muy efusivamente; yo le contesto de una manera informal, sin pararme, y sin corresponder a su tono demasiado cercano –invasor, más bien–, tratándose de una desconocida. No está sola. Le acompañan otros visitadores médicos, varones. Tal vez ella me haya identificado como personal del Centro, como posible usuario de sus mercancías. ¡Con el Gran Farma hemos topado! De regreso, y después de haber acordado la visita al centro, vuelvo a detenerme en el mismo lugar que hace un rato una desconocida quiso acortar distancias por la vía rápida con un demasiado cordial buenos días. Sobre la mesa informativa, varios folletos que antes no estaban, y que han debido aparecer como por generación espontánea. Y en concreto, uno de ellos que hace referencia a la depresión. –Tiene buena pinta –me digo–. Las ilustraciones lo hacen accesible y cercano. ¿Cojo uno? ¡Anda! Es anónimo; vamos, que lo que dice, dicho está, pero es como si no lo hubiera dicho nadie. ¡Esto me huele a chamusquina! ¿Y si cogiera uno por cada uno de mis alumnos o alumnas? Podríamos analizar su contenido con detenimiento. No, primero prefiero analizarlo yo. Así que con uno será suficiente. Esto ocurre un viernes. El lunes acudo al mismo centro, para realizar una donación de sangre. Me acerco hasta el mismo lugar, esta vez sí con la intención de coger varios folletos anónimos, pero ¡milagro! ¡Ya no queda ni uno solo! Así que no hay más remedio que rentabilizar aquél que cogí hace tres días. Por la parte delantera se aporta información que, aún objetivamente válida, lo 1 4. El Fenómeno de la Persuasión en la Sociedad de Masas La Erótica Subliminal Quino Villa Bruned que hace es preparar para la que aparece en el reverso. Define la depresión como enfermedad, habla de sus causas, y también de cómo altera la vida cotidiana. La última frase es la que sirve de puente: La mayor ayuda por parte de la familia es aportar cariño, comprensión y paciencia, hasta que el tratamiento haga su efecto. ¿De qué tratamiento están hablando? Sólo de uno. Damos la vuelta al folleto, y ahora se nos cuenta un cuento; un cuento, sí: Porque la historia resulta verosímil, como la de cualquier cuento. Porque, además, va ilustrado, como la mayoría de los cuentos. Y, especialmente, porque desde un punto de vista científico ofrece información errónea sobre lo que es el tratamiento de la depresión; eso ocurre en cualquier cuento. Y aquí quería llegar: En el apartado de Los Medicamentos Antidepresivos se afirma: Actualmente existen medicamentos antidepresivos muy eficaces para tratar la depresión y ningún consejo o remedio casero puede sustituirlos. En el tercer párrafo se refuerza la idea: La cura de la depresión no depende de la voluntad de la persona. Los consejos del tipo “distráete” o “tienes que esforzarte para mejorar” son insuficientes, y en ocasiones contraproducentes. Si por un casual realizáramos un análisis semántico minucioso, podríamos llegar a la conclusión de que la información literal es correcta, y puede ser aceptada como válida. Pero los emisores anónimos están jugando con los posibles usuarios. Quien lea el folleto de pasada, sin saber el motivo, podrá fácilmente concluir que para curar una depresión no hay más remedio que aceptar un tratamiento farmacológico que, en el quinto punto, se nos explicará que es cosa de unos cuantos meses, meses que en no pocos casos se acabarán convirtiendo en años: de 4 a 6 2 4. El Fenómeno de la Persuasión en la Sociedad de Masas La Erótica Subliminal Quino Villa Bruned semanas la fase aguda; de 3 a 6 meses la fase de posibles recaídas; e indefinida la de recurrencia. Y mientas tanto, hay que seguir consumiendo dócilmente el antidepresivo en cuestión. La teoría de la generalización podría explicar cómo cuando esa voz anónima del Gran Farma nos dice una cosa, nosotros entendemos otra, generalizándola. Nos ha dicho que los medicamentos no pueden ser sustituidos por consejos o remedios caseros, y hemos entendido –porque el Zorro que continúa escondido tras su máscara así lo ha pretendido– que la única alternativa viable a los remedios caseros es la medicación. Y me voy a detener en esta falacia. Podemos afirmar sin miedo que durante los últimos años la psicoterapia –y en concreto la terapia cognitivo-conductual– ha resultado efectiva para modificar no sólo los síntomas –mejorar el estado de ánimo, resolver situaciones de la vida diaria, recuperar actividades habituales que se habían dejado atrás– sino y sobre todo el origen del problema: pensamientos automáticos negativos e inadecuados, esquemas operacionales desadaptativos, expectativas y atribuciones poco afortunadas... No estoy ahora diciendo que este tipo de tratamientos puedan sustituir a todos los demás; si lo hiciera, volvería a reproducir la manipulación subliminal que quería denunciar. Si pretendiera lograr un efecto generalizador en un posible usuario, utilizaría unos pocos argumentos como los que siguen: En muchos casos resulta necesario mejorar las habilidades para que el individuo pueda recuperar el acceso a determinados estímulos reforzadores; ¿cómo puede suplir eso una pastilla? En otros muchos, el programa de habilidades tiene como objetivo que se recuperen relaciones interpersonales perdidas, o que e resuelvan problemas de esa índole: ¿acaso el medicamento puede sustituir a un entrenamiento sistemático en habilidades sociales? La terapia más de corte cognitivo se adentra ya no sólo en los pensamientos inadecuados, sino en la filosofía de vida del paciente. ¿Acaso la medicación también? Los programas de autocontrol desarrollados por Rem han resultado muy eficaces para que el individuo recupere el autocontrol sobre la realización de 3 4. El Fenómeno de la Persuasión en la Sociedad de Masas La Erótica Subliminal Quino Villa Bruned actividades agradables, ya que éstas influyen de manera importante sobre su estado de ánimo. Incluso la biblioterapia ha resultado efectiva. ¿Todo ello a cambio de una pócima misteriosa que logra el milagro? Al margen de todas esas razones, hay que añadir que una de las principales terapias cognitivas es la de Beck. No obstante aún no se conoce, con exactitud, por qué los mejores tratamientos son mejores. Parece que una variable importantísima que estaría mediando en todo ello –también con respecto al tratamiento farmacológico– serían las expectativas del paciente: si yo espero que... es posible que acabe confirmando mis expectativas. Sí parece estar fuera de dudas la efectividad del tratamiento psicológico de la depresión. Como también resultan eficaces otros tratamientos, y entre ellos el farmacológico. Y aquí quería llegar. A largo plazo parece más efectivo el tratamiento psicológico que el farmacológico.1 Se ha estudiado la relación coste-eficacia. Se ha comparado un tratamiento psicológico cognitivo-conductual con uno farmacológico con fluoxetina (Prozac). Una sesión psicoterapéutica resulta más cara que una receta; esto es así. Pero a los dos años de tratamiento2 se ha podido comprobar que el tratamiento farmacológico resulta un 33% más caro que el psicológico; y el combinado (farmacológico + psicológico), un 23% más caro que el psicológico. A partir de estudios recientes3 se concluye que existe similitud de eficacia en el tratamiento de la depresión entre el tratamiento farmacológico, el cognitivoconductual, y otros también de corte psicoterapéutico. Por favor, estimado lector, estimada lectora. No generalices de manera inconsciente. Hazlo sólo cuando lo desees. Sin que nadie –ni el Gran Farma ni yo– te digan cuando has de hacerlo y en qué determinada dirección. Stop. Quino Villa. Psicólogo clínico y sexólogo. 1 PERSONS, J. B. (1993). Outcome of psychotherapy for unipolar depression. En GILLES, T. R. (dir). Hanbook of effective psychotherapy. New York. Plenum. 2 VALLEJO PAREJA, M. A. (1998). Depresión. En VALLEJO PAREJA, M. a. (COM), Manual de Terapia de Conducta. Madrid. Pirámide (p. 491). 3 Por ejemplo el Sheffield Psichotherapy Proyect, dirigido por Shapiro a mitad de la década de los 90; o el realizado por el National Institute of Mental Healt Treatment de EE.UU. unos años antes. 4