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PROYECTO COMUNICACIONAL COMÚN
DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS
EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
(Versión del 26 Julio 09)
Tabla de contenido
Introducción
1. La realidad comunicacional en el contexto sociopolítico de
América Latina y el Caribe
1.1. Contexto sociopolítico
1.2. La realidad comunicacional
1.3. La comunicación en la acción apostólica de Compañía de Jesús
2. Visión de futuro de la comunicación en la Compañía de Jesús en América
Latina y el Caribe (2009-2013)
3. Misión del Sector de Comunicación de la Compañía de Jesús en América
Latina y El Caribe
4. Líneas de acción, propuestas estratégicas, gestión y aplicación del
Proyecto Comunicacional Común
4.1. Líneas de acción
4.2. Propuestas Estratégicas
4.3. Gestión y aplicación del Proyecto Comunicacional Común
INTRODUCCIÓN
La comunicación, entendida como la producción y circulación de mensajes entre personas a
través de distintos medios y lenguajes con el fin de transmitir, construir y compartir sentido, es una
dimensión imprescindible de nuestros ministerios. La importancia de esta dimensión es expresada
en las Normas Complementarias de las Constituciones de la Compañía de Jesús (96, 1, p. 295; 96,
2, p. 295; 280, p. 367; 303, 1, p. 375; 303, 2, p. 375; 303, 3, p. 375), resultantes de las
Congregaciones Generales 31 (1966) y 34 (1995). Asimismo, en la recientemente concluida
Congregación General 35: “Es preciso desarrollar una estrategia profesional e integral para mejorar
nuestras comunicaciones internas y externas.” (CG35, Desafíos para nuestra Misión, n. 13).
Por su parte, en el documento de la CPAL (Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina
y el Caribe) titulado Principio y horizonte de nuestra misión en América Latina” (2002), los
Superiores Mayores de la Compañía de Jesús en América Latina indicaron las necesidades y
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desafíos que presenta la realidad latinoamericana para nuestra misión reconociendo la importancia
de la comunicación para responder a ellos (n. 11).
Más recientemente, la CPAL ha planteado la urgencia de asumir en nuestra acción apostólica un
compromiso mayor, tanto en lo que se refiere a la presencia de la Compañía en los medios, como en
lo relativo a la formación idónea de los jesuitas en los distintos campos de la comunicación:
“El impacto de los medios masivos de comunicación social en todas las esferas de la cultura
actual nos lleva a sentir la urgencia de una mayor presencia de la Compañía en este campo.
Es necesario, en particular, buscar una mayor articulación de los múltiples programas e
instituciones de comunicación de nuestras Provincias y asumir con más sentido
evangelizador la responsabilidad de formar los comunicadores sociales en nuestras
universidades y otros centros especializados”. (Desafíos y prioridades apostólicas para la
CPAL Hoy, 30 de abril de 2005).
Las redes y obras necesitan saber qué comunicación queremos para América Latina y El Caribe.
Para ello con los jesuitas y colaboradores involucrados en estas redes y obras de comunicación se ha
iniciado un proceso participativo de reflexión. Como fruto de este esfuerzo, se ha elaborado este
“Proyecto Comunicacional Común” (Proyecto ComCom), que pretende ser un ideario para el
Apostolado Comunicacional coordinado desde la CPAL. Así se trata de lograr una mayor unión de
criterios y una coordinación colaborativa en todo nuestro esfuerzo comunicacional y en la
formación necesaria para su desarrollo. En realidad lo más importante en la elaboración de este
documento ha sido la reflexión y participación del mayor número de personas. Debido al carácter
tan cambiante del eco-sistema mediático se impone una actualización constante de este Proyecto
ComCom.
José Martínez de Toda, SJ
Coordinador de Comunicación de la CPAL
1. LA REALIDAD COMUNICACIONAL EN EL
SOCIOPOLÍTICO DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
CONTEXTO
1.1. Contexto sociopolítico
Las regiones de la América Latina y el Caribe están marcadas tanto por su diversidad racial y una
mayor conciencia de la diversidad cultural (indígenas de distintos grupos étnicos, migrantes
europeos y asiáticos, afrodescendientes, mestizos en sus distintas modalidades), como por los
elementos comunes relacionados en gran parte con el idioma (castellano y portugués en la mayoría
de su población, pero también las lenguas aborígenes, así como el inglés, el francés y el holandés
específicamente en la región del Caribe). Muchos amerindios aspiran a vivir sus culturas sin
injerencia hegemónica de la cultura occidental, impregnada hoy de neoliberalismo y otras
características ajenas a los valores indígenas.
Pero están caracterizados principalmente por tres tipos de problemáticas que se entrecruzan y que
a su vez son interdependientes: la inequidad y exclusión socioeconómica, que les impide satisfacer
sus necesidades y realizar efectivamente sus derechos, y que genera distintas formas de violencia, la
corrupción en todos los niveles y la crisis de valores en relación con el sentido de la vida
individual y social.
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Se reportan avances en los procesos de formación de una modernidad propia arraigada en las claves
de la realidad cultural de numerosas naciones del continente; el sentimiento de la “democracia” y de
sus implicaciones en términos de participación activa ha crecido, a pesar de los defectos de los
actuales sistemas sociopolíticos que rigen en nuestros países. Hay un reconocimiento creciente de
los derechos humanos y de las libertades de expresión y de opinión, unidas a las de conciencia, de
pensamiento, de investigación y de acceso a la información disponible.
Estas problemáticas inciden a su vez en la forma como operan actualmente los procesos y medios
de comunicación, tanto desde el ámbito de la producción y emisión de mensajes a través de
distintos canales y tecnologías de información y expresión, como desde el que corresponde a los
consumos culturales.
1.2. La realidad comunicacional
La situación actual corresponde a un cambio de época en términos planetarios. Venimos viviendo
un proceso de globalización y de mundialización de la cultura, en el seno de la cual surgen la
“Sociedad de la información” y la “Sociedad del Conocimiento”, motorizadas por la incidencia de
nuevos lenguajes multimedia vehiculados por las tecnologías digitales y enfocada en la producción
de nuevos modos de relacionarse las personas con el mundo y de comportarse interpersonal y
colectivamente.
La Sociedad del Conocimiento implica transformaciones en las formas de relacionarse con él. Si
bien la cultura ilustrada hizo predominar lo escrito, lo expositivo, lo conceptual, lo especulativo, lo
teórico, lo reflexivo y lo abstracto, las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC’s) han
permitido el predominio de lo audiovisual, lo emotivo, lo coloquial, lo práctico, lo intuitivo, lo
concreto, lo dialógico, en la formación de las identidades de las personas, resultando más icónicas
que lógicas, más sensitivas que racionales, más intuitivas que discursivas, más instantáneas que
procesuales, y más informatizadas que comunicadas.
En nuestros países se ha venido haciendo cada vez más presente esta Sociedad del Conocimiento,
alimentada por los medios de comunicación industriales (prensa, cine, radio y televisión), por los
medios del entorno digital (Internet, multimedia y telefonía celular, entre otros) y por lógicas de
producción simbólica, económica y política. La telemática con todas sus implicaciones incide en el
desarrollo de la cibercultura, entendida esta como el conjunto de técnicas, prácticas, modos de
pensamiento y valores que se desarrollan con el crecimiento del “ciberespacio”.
Tanto la cibercultura como la globalización cultural reconocen que la comunicación está en el
centro de las prácticas sociales que las producen, y ofrecen elementos positivos y limitaciones, tanto
en sus implicaciones históricas y políticas como en las de tipo ético, algunas de las cuales se señalan
a continuación:
En la globalización cultural
- La dinámica entre globalización y glocalización pone el acento en los discursos dominantes de
las empresas multinacionales frente a nuevas formas de organización comunitaria.
- Las posibilidades crecientes de consumo cultural de medios propician el contraste, por una
parte, entre una cultura, que privilegia la autonomía y una mentalidad consumista; y, por otra,
una cultura de redes sociales que construye un mercadeo segmentado de productos, con
comunidades afines.
En la Sociedad del Conocimiento
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Hay tensión entre la concentración del conocimiento en manos de monopolios y oligopolios, y
la desconcentración operada por comunidades crecientes que crean y distribuyen software
abierto y establecen la propiedad común de contenidos para la World Wide Web.
Hay una brecha digital, que no es causada tanto por razones económicas, cuanto por una
educación deficiente, y que demanda políticas de solidaridad.
1.3. La comunicación en la acción apostólica de Compañía de Jesús
El trabajo de los jesuitas en comunicación abarca diversas áreas: la Red de Coordinadores
Provinciales de Comunicación. También la revista virtual miradaglobal.com con su Red de revistas
de opinión de toda América Latina. Además está la Red de Homólogos de Comunicación AUSJAL
(Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina), que
comprende las Facultades y Programas de Comunicación existentes en 20 de nuestras
universidades. También nació la Red de Radios confiadas a la Compañía de Jesús, integrada por
115 emisoras. Así mismo hay una Agencia de Noticias (en Bolivia), revistas para familiares y
amigos (12 revistas “Jesuitas”), de opinión (13), de espiritualidad (8), del apostolado de la oración
(6), de comunicación (5), de filosofía y teología (3), publicaciones periódicas de diversos tipos (8),
páginas web y blogs.
En los últimos años se han notado los siguientes avances y logros en comunicación:
- En las diferentes obras ha crecido el reconocimiento de la comunicación como una dimensión
importante. Esto se refleja, por ejemplo, en el mayor envío de jesuitas a formarse en áreas de
Comunicación, en la constitución de Comisiones Provinciales de Comunicación y en el hecho de
que algunas provincias han destinado recursos económicos a diversos proyectos de comunicación.
- Varias Provincias y diversas obras dentro de ellas han aumentado sus esfuerzos por incidir en la
opinión pública a través de la comunicación social, tanto con medios propios como con distintas
formas de presencia en la prensa, la radio, la televisión y la Internet
- Se cuenta con una larga trayectoria de presencia en diversas artes como teatro, música, pintura y
crítica cinematográfica. Una muestra parcial es el Grupo OPA (Oración por el Arte) en Brasil y
Ecuador.
Pero se notan también las siguientes deficiencias con respecto a la comunicación:
- En la mayoría de las Provincias faltan planes y políticas de comunicación. No se considera la
comunicación como una dimensión presente en cada una de las obras ni relacionada con las demás;
y por ello la dimensión de la comunicación está prácticamente ausente en los planes de formación
de los jesuitas jóvenes. Más bien hay una cultura individualista y aislacionista, que considera cada
obra independiente y por lo tanto incomunicada con las demás.
- Hay poca presencia de los jesuitas y colaboradores ignacianos en los medios no eclesiales.
- Hay que pasar de ser usuarios y consumidores a creadores de contenidos en el Internet y
cartógrafos de tales contenidos. Éstos trazan mapas para que los navegantes de Internet no sólo
accedan a la información y al conocimiento, sino aprendan a discernir su calidad.
- Es también todavía muy poco lo que se hace en la educación para los medios, la cual implica la
formación de una conciencia crítica ligada al conocimiento y al uso creativo de sus técnicas y
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lenguajes, tanto en lo que concierne a la condición de audiencia de medios industriales, como en la
condición de usuarios/productores de contenidos para la Web.
- Pero principalmente, se señala que la comprensión que actualmente se tiene de la comunicación
en las distintas obras de la Compañía, es instrumental antes que estructural. Se considera a la
comunicación como un recurso más para crear influencia y producir convicciones y cambio social.
Pero la comunicación debe ser entendida desde un punto de vista estético antes que instrumental,
como fue el aporte jesuítico a la promoción del barroco y a la formación de la Enciclopedia y la
Ilustración (humanismo jesuítico).
2. VISIÓN DE FUTURO DE LA COMUNICACIÓN EN LA COMPAÑÍA DE
JESÚS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (2010-2015)
Queremos una América Latina libre, democrática, respetuosa de las diversas culturas y etnias, y de
los derechos humanos, donde reinen la equidad, la justicia y la paz, donde no existan las actuales
desigualdades sociales y se viva con valores humanos y cristianos. Para ello se necesita una
comunicación con las mismas características.
Esta es nuestra VISIÓN a cinco años (2010-2015) de la comunicación en la Compañía de Jesús en
América Latina y El Caribe.
-
Nuestro trabajo en los medios enfatiza la comunicación para el cambio de estructuras y para un
desarrollo humano, donde las personas y comunidades sean los agentes protagonistas de su
presente y su futuro, donde se logre la mayor inclusión de los pobres, y que sea sostenible, es
decir, sin poner en riesgo los recursos naturales del país.
-
Se da una comunicación donde el ciudadano tenga la oportunidad de hacer valer plenamente sus
derechos y pueda cumplir sus obligaciones asumidas de común acuerdo con los miembros de la
sociedad. Se logra una comunicación ciudadana activa, participativa, dialógica, descentralizada,
horizontal, democrática y respetuosa de las diferencias.
-
Se busca la sociedad del conocimiento, que debe ser pluralista, participativa y que sepa integrar
en vez de excluir. Trata de que se comparta el conocimiento, que es un bien común al que todos
deben tener acceso.
-
Esto supone el desarrollo de modalidades de aprendizaje con más formas de autonomía racional
y de control en manos de ciudadanos cada vez más cosmopolitas.
- La comunicación, entendida como una dimensión imprescindible en toda acción
evangelizadora, está presente de una u otra forma en todas nuestras actividades, en conexión con
las dimensiones espiritual, educativa y social.
- En consecuencia hay una mayor comunicación “ad intra” con boletines y noticieros, que llegan a
todos los jesuitas y compañeros/as de misión. También hay una mayor comunicación ‘ad extra’
con un impacto mayor en la opinión pública.
- Todas nuestras obras de comunicación, así como los medios de comunicación en nuestras obras o
la presencia de éstas en los medios, asumen la misión del servicio de la fe y la promoción de la
justicia en diálogo con las culturas y las otras religiones.
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- Nuestra comunicación pone en la agenda pública los grandes problemas y las esperanzas de la
comunidad en su conjunto, en particular de los más desposeídos. No sólo somos voz de los más
pobres y excluidos de la sociedad, sino que contribuimos a que ellos expresen directamente sus
angustias y esperanzas.
- Se da un papel creciente a los medios populares y comunitarios, se refuerza la comunicación
interna y externa de los grupos excluidos (indígenas, campesinos, sectores populares urbanos) y se
les empodera para que produzcan comunicación social desde el punto de vista de su propia
comunidad.
- También hay más creatividad popular que oxigena la cultura: se crean nuevas obras en los
distintos campos de las artes, tanto clásicas como contemporáneas, incluidas las nuevas tecnologías
de la información y la comunicación. Lo popular-alternativo va pasando a lo cívico-ciudadano.
3. MISIÓN DEL SECTOR DE COMUNICACIÓN DE LA COMPAÑÍA DE
JESÚS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Nuestra misión en comunicación se ilumina con los aportes de lo cristiano según el modo ignaciano
y jesuita. He aquí algunas características de la identidad ignaciana y jesuita, que pueden mejorar
nuestra comunicación y estimular las características deseables de un líder paradigmático, que
coadyuve a la formación de una sociedad con un conocimiento más socializado y comunitario, pues
considera el conocimiento como un bien común y no exclusivo de minorías privilegiadas.
Ignacio comienza sus Ejercicios Espirituales preguntándose: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A
dónde voy y a qué? Ignacio responde y se autodefine así: He sido llamado a la existencia por Dios.
He recibido de Él todo lo creado (que es bueno) como un regalo; Él me espera junto a sí para
hacerme feliz eternamente (EE., 23). Todas las personas han sido hechas por Él iguales en destino y
dignidad. Esta primera afirmación y clarificación del yo da sentido a toda su vida. Es también una
visión positiva ante la vida y el mundo, que debe reflejarse en la comunicación ignaciana.
Lo anterior establece prioridades. Ya que vivimos en una sociedad que nos ha llenado de medios,
pero que nos ha oscurecido las metas, debemos usar los medios ‘tanto cuanto’ nos sirvan para
nuestra meta. Ello requiere ‘indiferencia’ y libertad interior, liberándose de prejuicios, ataduras,
trabas e ideologías, hasta conocer la voluntad de Dios (EE., 23). Pero al mismo tiempo, el servicio
con amor lleva al “Magis” (Más y Mejor), que es soñar para cosas grandes con generosidad, y
trabajar para llevarlas a la práctica.
Ignacio siente una gran adhesión a Jesús, que vino a predicar el amor, la solidaridad, el altruísmo.
Entiende la fe ante todo como un encuentro personal con Jesucristo. Y ese Jesús le confía una
misión, que es continuar la de Él. La Compañía de Jesús hoy día ha centrado su misión en estas tres
prioridades: el servicio de la fe y promoción de la justicia en diálogo con la cultura y las otras
religiones. Esto incluye la opción preferencial por los pobres, “en todo amar y servir” (EE., 233),
‘ser para los demás’. La comunicación jesuita está al servicio de esta misión.
Para realizar esta misión se requiere discernimiento. También se requiere humildad, a la que se
llega por la austeridad, la pobreza y el no preocuparse por los honores. También hace falta
preparación, estudio, responsabilidad y autoevaluación constante a través del examen de
conciencia (EE., 77). De esta forma uno se capacita para ser un buen instrumento en las manos
de Dios. Estas condiciones ayudarán a lograr la sociedad de la verdadera comunicación, pues no se
tratará de lograrla a través de la influencia, sino con el aprender-aprendiendo y el enseñar-
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acompañando.
4. LÍNEAS DE ACCIÓN, PROPUESTAS ESTRATÉGICAS, GESTIÓN Y
APLICACIÓN DEL PROYECTO COMUNICACIONAL COMÚN
4.1. Líneas de acción
La misión de la Compañía de Jesús debe ponerse en práctica a partir de la comunicación corporativa
u organizacional, que comprende la comunicación interna y externa, en red, de nuestras
instituciones y obras apostólicas.
Ambos tipos de comunicación exigen definir y llevar a la práctica una imagen corporativa clara
que, respetando la pluralidad de los distintos contextos, áreas, sectores, obras, comunidades y
personas, haga posible y cada vez más asimilable la identificación institucional de la Compañía
como tal en el ámbito público.
Para lograr la comunicación interna y externa hay que emplear los medios que más y mejor nos
puedan servir, utilizándolos con el criterio del tanto - cuanto ignaciano. Hay una variedad de
modalidades grupales y masivas del uso de los medios, así como diferentes tipos de medios:
impresos (libros, periódicos, revistas), digitales (informativos, blogs y otros), sonoros (radiodifusión
y otros medios auditivos), audiovisuales (cine, video, televisión, Internet, multimedia). También las
artes en sus distintas manifestaciones (visuales, musicales, escénicas, etc.) son medios de expresión
que pueden contribuir a la comunicación.
Los medios (propios, ajenos, y propios unidos a los ajenos) y las artes pueden utilizarse en distintos
campos de acción, como el periodismo, la publicidad, la comunicación organizacional, educativa y
recreativa (lo lúdico y la liturgia), la producción editorial, radiofónica y audiovisual.
Para dinamizar la comunicación como dimensión de nuestra vida y misión de jesuitas, y de todas
nuestras obras apostólicas en colaboración con los laicos y en general con las personas que no
pertenecen institucionalmente a la Compañía, el Sector de Comunicación, se propone contribuir
específicamente a la realización de las siguientes acciones según los respectivos contextos:
a) Presencia en la opinión pública a través de los medios de comunicación
El Sector de Comunicación debe articularse con los demás sectores, para colaborar en el logro de
los objetivos comunes.
Se debe trabajar para que nuestros comunicadores, y los medios utilizados de comunicación,
estén cada vez más al servicio de la fe, de la promoción de la justicia y de la formación para el
conocimiento que aquellas exigen.
La Compañía debe tomar posición institucional y pública ante los diversos acontecimientos de la
vida nacional y usar su poder de convocatoria para influir constructivamente en el desarrollo del
país, en la defensa de los derechos humanos de los jóvenes, de los desplazados y emigrantes, de
las mujeres, de los indígenas y afroamericanos; “difundiendo valores éticos y democráticos,
contra la corrupción, la intolerancia, el autoritarismo y toda forma de violencia, tanto en el ámbito
de la sociedad como de la familia” (Principio y Horizonte 2002, nn. 24-25); en señalar y poner de
relieve lo valioso de lo cotidiano de la gente común y corriente, sus ideales y realizaciones
positivas.
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Esta presencia exige abrirse a la percepción, escucha y discernimiento personal y comunitario de
las ideas, sentimientos, demandas y propuestas que nos llegan especialmente desde los sectores
desposeídos y excluidos de la población.
Se deben desarrollar medios alternativos a los hegemónicos, y entre ellos de manera especial los
comunitarios, para que tengan voz los que no la tienen; y así ayuden a la formación de
comunidades. (“Esta Congregación urge a todas las instituciones de la Compañía a poner estas
nuevas tecnologías al servicio de los marginados.” (Congregación General 35, D. 3, n. 29)).
Se deben crear más puentes de diálogo con el mundo plural actual donde se experimentan ingentes
avances científicos y cambios culturales acelerados. Nuestro mundo está necesitado de un diálogo
amplio y esperanzador, en el que los medios de comunicación social son importantes. (“Desafíos y
prioridades apostólicas para la CPAL hoy”, 30 abril 2005).
b) Evangelización explícita. El “Vayan y evangelicen”’ no sólo es un mandato de Jesús, sino que
brota de un entusiasmo, de una fe en Él y de su seguimiento cercano. (Se quiere “anunciar su
Evangelio de esperanza a los innumerables pobres que habitan hoy nuestro mundo” (Congregación
General 35, D. 2, n. 13). El primer requisito para la evangelización por los medios es que éstos
cumplan con su fin de buscar la verdad y la unión, garantizar la centralidad de la persona humana,
defender la vida, conservar la paz y asegurar un perfil alto a la democracia.
Es necesario hacer creíble la fe cristiana para cuando se comunique de una forma explícita y
visible. La credibilidad, uno de los frutos del testimonio, es uno de nuestros primeros retos (11ª.
Asamblea de la CPAL, 30 de abril de 2005).
Urge “una mayor cercanía afectiva, reflexiva y dialogante con la profunda religiosidad de nuestro
pueblo, tan rica en símbolos y devociones, que ayude a enfrentar el creciente secularismo y nos
abra para un diálogo crítico y constructivo con otras religiones y creencias”. (Principio y Horizonte,
CPAL, 2002, n. 28).
Ante la creciente indiferencia religiosa, hay que volver al sistema narrativo bíblico, evangélico y
kerigmático en nuestra comunicación.
c) Promover la formación de profesionales, investigadores y productores de la comunicación y de
los medios, que fomenten y respeten los derechos fundamentales de las personas y de las
comunidades, lo mismo que los valores de nuestras culturas. Para ello conviene definir bien el
perfil del comunicador, que se quiere formar, favoreciendo su formación ignaciana, profesional y de
responsabilidad social.
En la educación ignaciana la formación integral del comunicador debe desarrollar la dimensión
intelectual, cognoscitiva, volitiva hacia la acción y la espiritual (Plan Estratégico AUSJAL 20012005, n. 51).
Incluir la comunicación en la formación de los jesuitas jóvenes, como se halla establecido en las
“Normas Complementarias de las Constituciones de la Compañía de Jesús” de 1995 (n. 303, 1, p.
375), y en la 14ª. Asamblea de la CPAL (del 7 al 11 de noviembre de 2006).
Asimismo, de acuerdo al mandato de dichas “Normas Complementarias”, los provinciales deben
favorecer la formación profesional de aquellos jesuitas, que tienen dotes naturales para la
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comunicación o las artes. Sería deseable que estén articulados en red para acompañarse mutuamente
en sus estudios y en su formación.
d) Contribuir al desarrollo de la comunicación como dimensión presente en todas las obras y
actividades de la Compañía de Jesús, para promover desde los criterios y valores del Evangelio la
defensa de la vida, la dignidad de las personas y la realización de sus derechos humanos, la acción
política en función del bien común, la paz fundada en la justicia solidaria con los excluidos, y el
respeto a la integridad de la creación.
e) Desarrollar sistemáticamente la educación para los medios en nuestros colegios y centros
educativos. La etapa de socialización escolar es particularmente adecuada para que los alumnos se
alfabeticen en la lectura de los medios, tanto industriales como digitales, y en su empleo para
expresarse; y que además sean conscientes, críticos, activos, sociales, creativos, y puedan
seleccionar y apreciar los contenidos mediáticos.
f) Promover eventos artísticos y culturales. Estimular la creación, el desarrollo y la coordinación
de espacios de encuentro y diálogo de las distintas realidades y expresiones culturales,
preferentemente en los sectores populares y excluidos, mediante la realización de eventos artísticos
y culturales, que contribuyan al conocimiento y difusión de los valores presentes en ellos.
g) Integrar la liturgia y el culto con el arte en sus distintas modalidades y manifestaciones.
h) Unir en redes las obras de comunicación social existentes en el continente, para planificar y
potenciar sus estrategias comunicacionales en forma coherente, y apoyar la constitución y el
desarrollo de obras interprovinciales.
i) Mantener una relación estrecha con la Iglesia a nivel latinoamericano y local, especialmente con
el CELAM (Conferencia Episcopal Latinoamericana), la CLAR (Conferencia Latinoamericana de
Religiosos), la OCLACC (Organización Católica Latinoamericana y del Caribe de Comunicación) y
la RIIAL (Red Informática de la Iglesia de América Latina), ofreciendo también nuestra
colaboración y experticia.
4.2. Propuestas Estratégicas
Para llevar a cabo las líneas de acción anteriormente señaladas, se presentan las siguientes
propuestas estratégicas:
a. Comisión Provincial de Comunicación
El primer paso debería ser constituir una Comisión Provincial de Comunicación (de jesuitas y, si es
posible, de colaboradores en la misión). Ella formularía políticas de comunicación que incluyan las
Líneas de Acción indicadas anteriormente.
b. Diagnóstico y planeación comunicacional continuos
La Comisión Provincial de Comunicación debe estimular en cada área, sector, obra y comunidad el
profundizar de una forma continua y permanente en el análisis de la realidad comunicacional de
nuestro entorno. Ello requeriría detectar mediante métodos e instrumentos adecuados los
imaginarios, los logros, las dificultades y los problemas que en materia de comunicación interna y
externa existen actualmente.
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Sobre la base del diagnóstico, la Comisión debe elaborar un Plan Provincial de Comunicación
Social, que articule las políticas, líneas de acción y estrategias pertinentes en el corto, mediano y
largo plazo.
Así mismo trataría de que lo comunicacional tuviera un lugar en la planificación provincial, por
ejemplo, en el Proyecto Apostólico Provincial.
La Comisión Provincial de Comunicación debe asesorar al Gobierno de cada Provincia en materia
de comunicación. Estudiaría con el Provincial la posibilidad de publicar opiniones sobre hechos
sociales a nombre de la Compañía cuando sea conveniente.
Otra de sus funciones sería organizar la evaluación de situaciones, procesos, obras y actividades
apostólicas en la perspectiva de la comunicación. Ello requiere señalar indicadores, que orienten la
evaluación. De ella surgirán propuestas relacionadas con el incremento cualitativo de esta
dimensión.
Convendría que tales diagnósticos y planificaciones fueran compartidos con otras Provincias a
través del Coordinador del Sector Comunicación de CPAL para diagnosticar y planificar también la
comunicación a nivel continental.
c. Evaluación
El criterio fundamental de validación de personas, comunidades y obras apostólicas será la opción y
compromiso efectivos, desde y con los pobres, en el combate contra las diferentes realidades de
pobreza y en la promoción de la fe-justicia.
Otros criterios serán: ¿Forman a sus colaboradores y directivos en lo profesional y en lo ignaciano?
¿Hay participación de todos los integrantes de las obras en las decisiones importantes?
La evaluación será realizada con criterios coherentes con la identidad ignaciana y jesuítica, habitual
y permanente, diversificada (autoevaluación y heteroevaluación), diagnóstica, formativa y
cualitativa. Se prepararán los instrumentos técnicos necesarios para realizar esta evaluación, de
acuerdo a las propuestas del Proyecto ComCom.
4.3. Gestión y aplicación del Proyecto Comunicacional Común
Una vez aprobado el Proyecto Comunicacional Común (Proyecto ComCom) por los
Provinciales, se crea una Comisión Gestora con el Coordinador del Sector de Comunicación de
la misma CPAL, con las siguientes responsabilidades:
Animar, difundir y promover el Proyecto ComCom para su progresiva aplicación en nuestras
instituciones comunicacionales: carreras de comunicación de AUSJAL, Red de revistas de
opinión, Red de Radios confiadas a la Compañía de Jesús, etc.
Corresponde a los Provinciales la responsabilidad de presentar el Proyecto ComCom en sus
respectivas Provincias, el urgir su aplicación, el acompañamiento y evaluación de sus procesos
de aplicación y de los resultados de la misma.
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(NB: Será muy bienvenido cualquier comentario sobre este ProyectoComCom, siempre en proceso
de mejoramiento. Favor enviarlo a José Martínez de Toda - [email protected]).