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Teatro del absurdo 劇院的荒唐 Theatre of the Absurd El Teatro del Absurdo es un término empleado por el crítico Martin Esslin en 1962 para clasificar a ciertos dramaturgos que escribían durante la década de 1950, principalmente franceses, cuyo trabajo se considera como una reacción contra los conceptos tradicionales del teatro occidental. Los autores de este tipo de teatro no se consideraban a ellos mismos integrantes de una escuela pero compartían ciertas actitudes hacia la difícil situación del hombre en el universo. Las características generales y principales del teatro del absurdo son la reacción contra los conceptos tradicionales del teatro occidental y el rechazo del teatro realista existente. Las características peculiares del teatro del absurdo son el deliberado abandono de una construcción dramática racional y el rechazo del lenguaje lógico y/o consecuente. Sustituyen la estructura tradicional de planteamiento-nudo-desenlace por una ilógica sucesión de situaciones aparentemente sin sentido. Los personajes pueden cambiar de sexo, personalidad o estatus; la trama es a menudo circular y no va a ninguna parte y los objetos pueden llegar a expulsar a los personajes de la escena o, por el contrario, ser reducidos al mínimo para representar el vacío y la nada. Utilizan un lenguaje sin sentido que lleva a malentendidos entre los propios personajes y además, los diálogos evasivos crean un efecto cómico y demuestran los límites del lenguaje. Las obras tienen en común la presentación de una realidad grotesca y una falta de división clara entre fantasía y realidad. La aceptada creencia de que el mundo tiene sentido (un mundo que poco tiempo antes había sufrido las experiencias de las dos Guerras Mundiales, de los campos de concentración y de Hiroshima) es subvertida y reemplazada por un mundo donde las palabras y las acciones pueden ser completamente contradictorias como podemos ver en el final de Waiting for Godot: Vladimir: ¡Qué! ¿Nos vamos? Estragon: Sí, vámonos. No se mueven. (Beckett: 1967 ) El autor más importante es irlandés Samuel Beckett con su Esperando a Godot (1953), pero además de éste, son referentes el rumano Eugène Ionesco con La cantante calva, Harold Pinter y su La habitación (1957) entre otros grandes como el francés Jean Genet o el estadounidense Edward Albee. En España destacamos autores como Miguel Mihura, Enrique Jardiel Poncela, Fernando Arrabal o José Sanchis Sinisterra. Fuentes: queaprendemoshoy.com/que-es-el-teatro-del-absurdo; www.profesorenlinea.cl/artes/teatrodelabsurdo.htm 1 ANTECEDENTES DEL TEATRO DEL ABSURDO El término “teatro del absurdo” proviene del uso filosófico de la palabra “absurdo” por pensadores existencialistas como Albert Camus y Jean-Paul Sartre, según ellos “el absurdo solo puede surgir cuando Dios ha muerto”, parece ser una reacción a la desaparición de la dimensión religiosa en la vida contemporánea. El hombre está sólo ante un mundo salvaje (masacrada la sociedad por dos Guerras brutales) y debe buscar sus respuestas, su lugar en el mismo sin el auxilio de una figura divina que le dé sentido. Diversas citas sobre este teatro permiten entender mejor su sentido y nos permiten reflexionar un tanto sobre el mismo: “Pregúntenle a los más importantes científicos de la física y las matemáticas no podrán dar una definición de lo que es real. La única realidad es esa que llega desde dentro. La inconsciencia, lo irracional, nuestros pensamientos, imágenes, nuestros símbolos son más verdaderos que el realismo, son las profundas verdades del alma”. “Para nada, el teatro es inútil, pero su inutilidad es indispensable, ¿para qué la gente necesita el fútbol? ¿Cuál es el propósito de que exista?" Los antecedentes de esta tendencia teatral tenemos que buscarlos en Alfred Jarry [1], con su “Ubu Rey” (1896). Su declaración sobre lo incomprensible parece ya una declaración de principios del teatro del absurdo: “…relatar cosas comprensibles sólo sirve para entorpecer la mente y desviar la memoria, mientras que el absurdo ejercita el cerebro y hace trabajar la memoria”. Está influido por movimientos artísticos de principios del siglo XX, como Dada y el Surrealismo, antecedentes inmediatos del absurdo. Por otra parte, el distanciamiento predicado por autores como Brecht [2] y la teatralidad primitiva de Artaud [3] preparan también este camino, que se inscribe en la línea del antiteatro del siglo XX. En su comienzo, el público no tuvo facilidad para aceptar algo tan diferente a lo que había sido acostumbrado; personajes, ambientes, diálogos, todo resultaba extraño y extravagante. Los propios autores se resistían a dar explicaciones acerca del sentido de sus obras. Preguntado Samuel Beckett acerca del significado de “Esperando a Godot”, respondió que, “de haberlo sabido él, lo habría puesto en la obra”. Lo cierto es que no pretendían estos autores que se “comprendiera” en el sentido tradicional del término, sino que su finalidad era que al público le llegara la idea de que precisamente no había que preocuparse por el sentido, en un mundo sin sentido. Muchos críticos y eruditos consideraban, por otra parte, que se trataba de un teatro intelectual, que exigía atento estudio, profundo análisis e interpretación. Las comparaciones y la búsqueda de raíces en surrealistas y dadaístas era inevitable. En el teatro no se obtenía una imitación de la vida, sino una visión imaginativa de la vida. Naturalmente, la identificación del público con los sucesos y personajes era imposible, ya que no se captaba el significado sino de modo fragmentario e intuitivo, sin concesiones a lo emotivo; se producía, por tanto, el efecto de distanciamiento que Brecht había propuesto. Sólo se reconoce la irracionalidad que puede ser también percibida en la propia vida. Fuente: arteescenicas.wordpress.com/ teatro-del-siglo-xx-el-teatro-del-absurdo/ 2 LA OBRA QUE VAMOS A VER Pit y Pot, dos personajes cercanos a Buster Keaton, Charlot o los hermanos Marx; a Vladimir y Estragón (Esperando a Godot), Mercier y Camier (Samuel Beckett) o Ríos y Solano (Ñaque o de piojos y actores), nos ofrecerán su peculiar y sorprendente visión de la realidad y de la vida, a veces delirante, otras cruel, irónica, divertida y transgresora. Su existencia está marcada por la repetición. Siempre esperan algo que no acaba de llegar, imaginan situaciones que quizá nunca existan, inventan historias imposibles. En su mundo todo puede pasar, pero nunca pasa nada. Anhelan el mundo de fuera, vivir la vida de los de “fuera”. ¿Qué pasaría si un buen día uno de ellos decidiera romper la convención, saltarse las normas y vivir su propia aventura? Basada en personajes, situaciones, tramas y diálogos del “denominado” Teatro del Absurdo, la obra y la puesta en escena utilizan y manejan técnicas cercanas al clown, al circo, al cabaret o el mimo. Un homenaje a Ionesco, Beckett, Arrabal y tantos otros, que nos acerca a las corrientes del teatro contemporáneo. Fuente: www.teatrodelaestacion.com La representación parte de fragmentos de las siguientes obras: -La cantante calva (1948) de Eugéne Ionesco, es una sátira que exagera algunos aspectos de la vida cotidiana con el fin de demostrar la falta de sentido del personaje. Éstos forman un gran galimatías al hablar y se muestran incapaces de comunicarse unos con otros. -Eloísa está debajo de un almendro de Enrique Jardiel Poncela: El argumento presenta en tono de humor a una familia absolutamente excéntrica (inverosímil), los Briones, con una serie de misterios y sombras en su pasado y un comportamiento absurdo e irracional en su vida cotidiana. La relación amorosa central entre una de las hijas, Mariana, y Fernando, misterioso y apuesto joven que también guarda secretos en su pasado familiar, acabará resolviendo todos los enigmas de una manera melodramática. Estrenada en 1940, los diálogos ingeniosos y el humor intelectual que derrocha la hacen precursora del teatro del absurdo. -Teatro de Cabaret de Kart Valentín es una compilación de las obras del comediante, dramaturgo, clown, cineasta, inventor y luthier Karl Valentin, al que se considera un precursor del espectáculo moderno y del «cómico que personifica el arte total» -Pic-Nic, de Fernando Arrabal (Pique-nique en campagne, 1962), es una obra teatral muy breve que denuncia el absurdo de la guerra a través de personajes ignorantes e inocentes y el traslado al contexto bélico de las soluciones de la vida civil y cotidiana. Sería una obra cómica —que en ocasiones recuerda a Gila— si el final no dejara helado el optimismo. -Esperando a Godot (1952), la obra maestra del existencialismo escrita por Samuel Beckett, proporciona una deprimente, pero interesante filosofía. Beckett emplea personajes y decorados mínimos con el fin de demostrar las ideas existencialistas. La obra se centra sobre dos personajes principales situados en un lugar inconcreto. El propósito de estos dos personajes es esperar a que un hombre llamado Godot llegue. El diálogo que entre ellos tiene lugar mientras esperan, junto con la espera misma, representa la absurda existencia del género humano. -Ñaque o de piojos y actores de José Sanchis Sinisterra, Ríos y Solano (dos cómicos de la legua, originarios de la ancha Castilla del siglo XVII) llegan al “aquí”” y “ahora” de la representación, procedentes de un largo vagabundeo a través del espacio y del tiempo, arrastrando un viejo arcón que encierra todo su “aparato” teatral. 3 Han de repetir ante el público un tosco espectáculo, pero el cansancio, las dudas y temores retrasan, interrumpen una y otra vez su actuación en un diálogo que, deliberadamente, los emparenta con Vladimiro y Estragon, los ambiguos clowns de Samuel Beckett. -Monólogos de la guerra de Miguel Gila. Fuentes: es.answers.yahoo.com/question/ www.epdlp.com/escritor. Referencias [1] Alfred Harry (Laval, 1873 - París, 1907) Escritor francés, precursor del dadaísmo y el surrealismo y figura imprescindible en la evolución de las vanguardias del siglo XX, tanto en el teatro como en la narrativa experimental. Su drama Ubú rey (1896) obtuvo gran éxito y escandalizó por su tono mordaz y grotesco contra la cultura burguesa. [2] Bertol Brecht (Augsburgo 1898 - Berlín oriental, 1956) Escritor alemán, es uno de los dramaturgos más destacados e innovadores del siglo XX, cuyas obras buscan siempre la reflexión del espectador y trata además, de fomentar el activismo político. Brecht es también, un lírico prestigioso. Aparte de estas dos facetas, cabe destacar su prosa breve de carácter didáctico y dialéctico. La base de toda su producción es una posición antiburguesa, una crítica a las formas de vida, la ideología y la concepción artística de la burguesía, poniendo de relieve al mismo tiempo la necesidad humana de felicidad como base para la vida. Entiende sus textos como intentos progresivos de provocar asombro, reflexión, reproducción y cambios de actitud y de comportamiento en el espectador. Para ello utiliza el conocido "efecto de distanciamiento" emocional frente a la representado, lo que permitirá al público ser más crítico y reflexivo y es condición necesaria para que el teatro cumpla así, su finalidad. [3] Antonin Artaud (Marsella, 1896 - Ivry-sur-Seine, 1948) Poeta, ensayista, actor y director de teatro francés, fundador del teatro de la crueldad, donde afirmó las bases de lo que posteriormente será El teatro y su doble (1938), su principal obra crítica, y que junto a Ubu rey, de Jarry, representa la síntesis del drama vanguardista del siglo XX. En su teoría, le asigna al teatro la función de destruir los valores culturales artificiales, impuestos por siglos de dogmatismo racionalista, y propone volver al ritual primitivo para reflejar la verdadera realidad del alma humana y las condiciones en que vive: "el drama de crueldad". Fuente: www.biografiasyvidas.com 4