Download AGRICULTURA ECOLÓGICA, NUTRICIÓN Y SALUD Antonieta
Document related concepts
Transcript
AGRICULTURA ECOLÓGICA, NUTRICIÓN Y SALUD Antonieta Manrique C. Vice-Presidenta RAE-PERU “Cuando la alimentación es mala, la medicina no funciona, cuando la alimentación es buena, la medicina no es necesaria…” (Proverbio Ayurveda) Este proverbio tiene relación con el lema “sano, limpio y justo” acuñado por el movimiento Slow Food para incentivar hábitos alimenticios saludables asociados con la sustentabilidad ambiental, social y económica, las buenas relaciones entre productores y consumidores y el buen gusto en la mesa. Tiene también relación con los cuatro principios que sustentan la agricultura ecológica: salud (humana, animal y vegetal), ecología, equidad y precaución (IFOAM). La producción de alimentos que nutren y aportan salud supone haber cambiado el enfoque tecnológico (dependiente de combustibles fósiles, uso de agrotóxicos y grandes inversiones de capital por trabajador y por hectárea) por otro que, capitalizando los procesos biológicos y naturales que generan condiciones óptimas para el crecimiento de plantas y animales, valora la agrobiodiversidad y propicia innovaciones en la producción, la transformación y el acceso de la pequeña agricultura al mercado en condiciones de equidad e inclusión. Los sistemas productivos agroecológicos muestran ser más sustentables para la producción de alimentos y más resistentes a los fenómenos climáticos por su bajo uso de recursos energéticos no renovables (Conferencia de Bellagio-Italia 1999). Variedades de oca Variedades de quinua Archivo fotográfico RAE – Perú 2012 En Perú, la investigación científica de alimentos ha venido orientándose a los alimentos funcionales y los productos nutraséuticos. Ese análisis no solo otorga importancia a los alimentos para cubrir las necesidades básicas de nutrición sino también para proteger contra afecciones tales como las enfermedades cardiacas, diferentes tipos de cáncer o la diabetes, por efecto del sobrepeso y la obesidad, creciente en niños y niñas. Estudios realizados por la doctora Ritva Repo-Carrasco-Valencia (profesora de la Universidad Nacional Agraria La Molina, muestran las ventajas nutraséuticas de los cultivos andinos y plantas alimenticias como los tubérculos (oca, olluco, papa) raíces (maca, arracacha) granos (quinua, kiwicha, kañiwa) leguminosas (tarwi, nuña, pallar) y frutas (aguaymanto, sacha tomate). Menciona el alto valor nutricional de los granos andinos (especialmente de la quinua) en proteínas, al punto de poder remplazar las proteínas de origen animal con una calidad superior por su contenido de aminoácidos esenciales (lisina) que es el doble en la quinua, en comparación con el trigo. Igualmente señala que las proteínas de la kiwicha y la kañiwa son también ricas en lisina y en otros aminoácidos esenciales. Variedades de quinua Archivo fotográfico Rae – Perú 2012 La desnutrición que afecta a niños en edad pre-escolar tiene una poderosa alternativa en los granos andinos dadas sus propiedades funcionales y nutricionales en forma de carbohidratos (almidón). Esa propiedad viene siendo utilizada como insumo por la industria alimentaria al igual que su contenido en aceites de buena calidad y esenciales para el organismo humano. Otro componente recientemente estudiado es la fibra dietaria o porción comestible de los vegetales que las enzimas gastrointestinales humanas no pueden digerir. Anteriormente se pensaba que dicha fibra no tenía importancia nutricional al no ser metabolizada por el organismo. Actualmente se sabe que las dietas bajas en fibra dietaria están relacionadas con muchas enfermedades “modernas” como el síndrome metabólico; también con la diabetes y las enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Existen diferencias en la fibra dietaria entre fibras solubles e insolubles con efectos positivos (de ambas) en la salud. Así, la fibra soluble reduce el nivel del colesterol y glucosa de la sangre previniendo así problemas cardiovasculares y diabetes. La fibra insoluble previene la constipación y el cáncer del colon. Además, la fibra soluble actúa como un agente prebiótico en el intestino, ofreciendo un sustrato para las bacterias benéficas, con lo que mejora la salud intestinal y general. La quinua, la kiwicha y la kañiwa son excelentes fuentes de fibra insoluble y soluble (Repo, R, 2008). En la línea de alimentos que nutren, otra propiedad de los granos andinos es la de ser fuentes de micronutrientes: la kiwicha es excelente fuente de calcio; la kañiwa y la quinua, de hierro. El contenido de vitaminas del grupo B es considerable en los granos andinos. En cuanto a vitaminas liposolubles, la quinua y kañiwa son ricas en vitamina E, una vitamina importante y un antioxidante natural que protege el organismo contra contaminación ambiental y efectos de envejecimiento prematuro. Por su lado, las papas nativas con color morado o rojo tienen compuestos como las antocianinas, muy beneficiosas para el organismo. Este potencial recién se esta tomando en cuenta en el desarrollo de nuevos productos con alto valor nutricional en base a estos cultivos. Fideos hechos de harina de trigo Archivo fotográfico RAE – Perú 2012 Hace algunos años la Asociación de Productores Ecológicos del Perú (ANPEP) y RAEPERU con apoyo de la Fundación CSF, el impulso de Miguel Altieri y de especialistas como Carmen Felipe-Morales y Mario Tapia N. desarrollaron el proyecto Semillas Ecológicas Andinas (SEANDES) orientado a preservar suelos y semillas en chacras campesinas de Puno, Cusco, Huánuco y Cajamarca mediante prácticas de agricultura tradicional, manejo ecológico y un mayor involucramiento del gobierno regional y local en la producción y la conservación de semillas de calidad con participación de centros de formación y de investigación. Experiencias realizadas por IDMA en Huánuco y el Centro IDEAS en Cajamarca demostraron que transitando de la parcela al territorio y al desarrollo rural multifuncional sin descuidar la seguridad y soberanía alimentaria, es posible atender la seguridad alimentaria y el acceso de la agricultura familiar al mercado local. Asimismo, se constató la importancia de estudiar los saberes y las técnicas tradicionales de conservación de suelos y semillas y las rutas de comercialización de las semillas de calidad para incentivar a los conservacionistas de la agrobiodiversidad. Un sinnúmero de evaluaciones y lecciones aprendidas han ido mostrando los caminos a seguir para el cambio tecnológico y el desarrollo del mercado interno de productos orgánicos/ecológicos y la institucionalidad correspondiente. RAE-PERU también viene difundiendo la “Guía de Alimentación Saludable” con resultados de un estudio que compara el valor nutricional del frijol, la lechuga, el tomate y la espinaca bajo producción ecológica versus la convencional. La evidencia menciona elevados niveles en calcio, magnesio, potasio, sodio, manganeso, hierro y cobre en las verduras ecológicas, frente a las convencionales. Así, mientras en una espinaca ecológica la concentración de hierro es de 1585 gramos, la convencional solo alcanza los 19 gramos. En el tomate ecológico las diferencias son mayores en hierro (1938 gramos de hierro en la espinaca ecológica, frente a 1.0 gramo en el tomate convencional (estudio realizado por RutgersUniversity, New Jersey.USA, comentado por el Comité de Consumidores Ecológicos). La tendencia de consumidores informados (hombres y mujeres) viene creciendo y con ello las demandas de calidad, diversidad, inocuidad e información sobre el origen y las propiedades de hortalizas, granos, carnes, proteínas de origen vegetal, frutas, plantas medicinales, hierbas aromáticas y otros 400 productos (Alvarado, F. 2012) que se comercializan en ferias ecológicas, tiendas de productos orgánicos, islas en supermercados, restaurantes, e inclusive compras del Estado para los programas sociales, colocando nuevos retos a la certificación de tercera parte y a los sistemas de garantía (SPG). Algunas reflexiones finales En una perspectiva de seguridad y soberanía alimentaria y de prioridad por la nutrición y la salud con base en la producción orgánica/ecológica: a) Seguir promoviendo el cambio tecnológico y los procesos de transición a la agricultura ecológica en costa, sierra y en la amazonia. b) Ampliar frontera agrícola en zonas de agrobiodiversidad preservando el uso del suelo y las fuentes de agua. c) Desarrollar metodologías participativas para el desarrollo de capacidades y asistencia técnica agroecológica recuperando las tradiciones culturales, las cosmovisiones, la relación amigable con la naturaleza y con los recursos de la parcela y de los territorios donde habitan las familias, como cuencas, microcuencas, corredores económicos o zonas de agricultura ecológica urbana y peri-urbana d) Incentivar la investigación agroecológica participativa en producción, transformación, comercialización, estudios de oferta y demanda de alimentos y preferencias de los consumidores. e) Promover la conservación y el cuidado de semillas locales con incentivos a las familias conservacionistas. f) Promover la asociatividad y la formalización de las unidades productivas de alimentos orgánicos/ecológicos a través de diversas modalidades (cooperativas, pymes).