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SERFATY, Edith. Suicidio en la adolescencia. Adolesc. Latinoam., jul./sep. 1998, vol.1, no.2, p.105110.
ISSN
1414-7130.
Adolescencia Latinoamericana
Adolesc. Latinoam. v.1 n.2 Porto Alegre jul./sep. 1998

Suicidio en la adolescencia
Suicídio na adolescência
Dra. Edith Serfaty*
Resumo
La autora realiza una amplia revisión sobre la incidencia de suicidio en la
adolescencia, índices de diferentes regiones del mundo, resalta el aumento del índice
de acuerdo con los aspectos sociales y ambientales. Caracteriza los riesgos, muestra
los signos de sospecha y exhalta al necesario diagnóstico de riesgo, a actuar pronto
para evitar un desenlace; al papel de la escuela, de la familia y a lo imperioso del
tratamiento adecuado en los casos sospechosos.
Resumo
A autora faz uma ampla revisão sobre a incidencia de suicídio na adolescência,
comparando os índices das diversas regiões do mundo, faz comentarios sobre o
aumento do índice de acordó com aspectos sócio-ambientais. Caracteriza os riscos,
apresenta os sinais mais comuns de suspeita e alerta sobre a necessidade do
diagnóstico de risco, a conduta pronta para evitar-se um desenlace, o papel da escola
e da familia e a necessidade de tratamento apropriado nos casos de conduta suspeita.
Introducción
"Todo intento de suicidio de un adolescente está dirigido a otro y trata de expresar
una demanda de afecto, de amor, de ser escuchado y reconocido como persona. Debe
ser interpretado como una pregunta que requiere una respuesta"
En los últimos años se ha producido un incremento de los suicidios en las personas de
15 a 24 años de edad.
Coincidiendo con los estudios de Sr. M Rutter, la salud física de los jóvenes ha ido
mejorando, mientras que han crecido los trastornos de conducta antisocial, el
consumo de alcohol y/o drogas y las conductas suicidas.(1)
Dentro de las conductas suicidas, se deben destacar:
1 - las ideas de suicidio (pensamientos sobre la voluntad de quitarse la vida, que no
vale la pena seguir viviendo, dejar de ser una carga para los demás)(2)
2 - el planeamiento del suicidio: como, donde y cuando llevar adelante la conducta de
autodestruccion (con que elementos-arma de fuego, ahorcamiento, salto al vacio, las
vias del tren, etc), el lugar y hasta a veces el dia elegido.
3 - el parasuicidio: es un acto generalmente no fatal, que se ha incrementado en los
últimos tiempos, sobre todo en mujeres adolescentes o jóvenes. Es impulsivo y se
utilizan sustancias medicamentosas.
Es frecuente en aquellas personas con modificaciones abruptas del humor o con
personalidades de características antisociales. Existen síntomas depresivos en el 10%
de los casos y se observa un entorno de desorganización social.(3)
4 - el suicidio: tiene como característica preponderante el ser fatal y premeditado. Es
mas habitual en el varón, con una personalidad premorbida normal. Existe depresión
en el 70% de los casos y es frecuente el aislamiento social.(3)
Efectuando un seguimiento en aquellos adolescentes que han realizado un intento de
suicidio, se ha visto que el 10% se suicidan a los 10 años del primero. Solamente una
cuarta parte de aquellos que realizan un intento concurren a la consulta médica;
porque creen que deben arreglárselas solos, que no necesitan ayuda.(4)
En Estados Unidos de America, cada suicidio de 15 a 25 años representa una perdida
de 53 años de vida humana y de u$s 432.000 de productividad económica. Es decir
que ocasiona enormes perdidas en todo sentido, según un cálculo de Wenstein y
Saturno (1989)
Es la segunda o tercera causa de muerte para ese grupo etário en casi todos los países.
Un informe de la Organización Mundial de Salud, hace proyecciones de un
incremento de esta problemática para los años 2000, debido en parte a la inequidad
de oportunidades.(5)
Incidencia en las diferentes regiones
Las tasas de suicidio son para Latinoamérica mas frecuentes en el varón que en la
mujer, en todos los países, oscilando en 6 a 10 por 100.000 habitantes para el sexo
masculino y 2 a 4 por 100.000 habitantes en el sexo femenino.(6)
Las tasas de suicidio de los países de la región son menores a las de Canadá u
Estados Unidos de América, donde se duplican para los varones.
Comparadas con las tasas de los países de Europa, son similares a la de España,
Grecia, Alemania, y sensiblemente menores a las de la Federación Rusa, Lituânia,
Letônia, Hungria. Estos últimos ostentan los niveles mas altos del mundo, junto con
las de Nueva Zelanda.(6)
Los países de oriente tienen tasas de suicidio en valores similares a los de
Latinoamérica, con la diferencia que en Hong Kong, Singapoor y China rural los
valores de varones y mujeres son similares.(6)
Con referencia a las conductas suicidas, en el Centro de Investigaciones
Epidemiológicas de la Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires, se efectuó
un estudio en una muestra probabilistica de 304 varones de 18 años, sobre la
frecuencia de ideación e intentos de suicidio, utilizando en SCAN.
(Schedule for Clinical Assesment in Neuropsychiatry) de la OMS, en 1994. En esa
oportunidad, se detectó que el 12,6% había tenido en el último mes ideas persistentes
de suicidio, el 0,98% había realizado un intento definido de suicidio, el 0,33% con
lesiones autoprovocadas leves a moderadas y el 0,33% graves.(7)
Factores de riesgo
Los suicidios en los adolescentes han tenido una variación estacional, habiéndose
observado una elevación de la frecuencia en primavera, siguiéndole el otoño.(8)
Uno de los temas que mayor inquietud ocasiona entre los profesionales de la salud y
también entre los familiares y amigos de los adolescentes, es como poder advertir el
riesgo de suicidio ante un adolescente que puede parecer conflictuado o no.
Un hecho a tener en cuenta es que generalmente avisan de alguna manera que están
pasando por una situación de crisis, y piden ayuda: a través de escritos, poesías,
cuentos, relatos, cartas en que el contenido es la muerte o situaciones vinculadas. Se
comunican con algún amigo o familiar poco tiempo antes de hacer el intento,
anunciándolo en forma velada, como pidiendo una oportunidad de ser salvados.(9) (10)
Las situaciones posibles predictores de una conducta suicida son el haber tenido antes
un intento de suicidio; el consumo actual de alcohol o alguna droga, la influencia del
medio ambiente: el que haya habido casos de suicidio o parasuicidio en el entorno.(11)
En cuanto a los antecedentes familiares se ha observado en un estudio del CIE de la
Academia Nacional de Medicina, que aquellos con antecedentes de depresión en la
madre o consumo de alcohol del padre, así como consumo de drogas por un hermano,
tenían mas probabilidades de tener ideación suicida, que aquellos que no tenían estos
antecedentes familiares.(12)
La existencia de un clima de tensión, hostilidad o violencia familiar, es también un
factor de riesgo de suicidio en la adolescencia: aquellos jóvenes malhumorados, que
contestan mal, golpean las puertas o dan respuestas agresivas, en forma permanente,
están manifestando de esta manera una situación de crisis interna.(13)
En estudios efectuados en el CIE-ANM se observó una asociación estadísticamente
significativa entre la existencia de depresión grave y la frecuencia de ideas de
suicidio (12)
Son
también
síntomas
de
posibilidad
La
presencia
de
ideas
La
depresión
El
El
pesimismo
Las
ideas
de
- La disminución en la sociabilidad
de
de
Son
sintomas
Los
intentos
de
suicidio
Los
anuncios
sobre
ideas
de
La
tranquilidad
- Sueños sobre la muerte
suicidio:
suicidio
grave
insomnio
persistente
culpabilidad
predictivos:
anteriores
suicidio
inquietante
Desde un punto de vista biológico, existen algunos predictores de una conducta
suicida: un nivel bajo de 5 hidroxitriptamina o serotonina, o 5 HVA, así como bajos
niveles de MOPEG.(14)
Se considera de alta peligrosidad respecto al suicidio la existencia de una
personalidad antisocial, un nivel bajo de 5 HTP y el consumo concomitante de
alcohol.
Se ha encontrado, entre los suicidas, una tasa elevada de 17 hydroxicorticoides en
orina (15)
Una actividad neuronal disminuida en el cortex frontal lateral en los sujetos violentos
(detectado a través del SPECT), inducen a pensar en la posibilidad de un intento de
suicidio.
Con respecto a las diferencias del suicidio en cuanto al género, se vio que las mujeres
tienen una tasa mas elevada de serotonina central, lo que incluiría en una tasa mas
baja de suicidio.
La serotonina es un neurotransmisor de acción en la depresión, y en el control de los
impulsos, por lo que si se encuentra disminuida, originaría ambas situaciones.
Desde un punto de vista cultural, es innegable la influencia de la trasmisión por la
televisión o en las revistas o periódicos, de suicidios de adolescentes o escenas
violentas, sobre el comportamiento de los mismos, incitando a situaciones de auto o
heteroagresion.
Prevención y acción
Dado que solamente una cuarta parte de los adolescentes que han realizado un intento
de suicidio consultaron a un profesional, es un deber innegable realizar acciones de
prevención e información sobre esta situación: fomentando la autoestima y la toma
de decisiones por parte de los adolescentes, a través de técnicas de anticipación.
A nivel escolar, detectando y entrevistando a aquellos niños o adolescentes que
bruscamente disminuyan su rendimiento, o tengan problemas de conducta, o falten
reiteradamente a clase.
Una vez instalado el intento de suicidio es necesario una acción rápida, especializada
e interdisciplinaria, de abordaje integral que convoque y comprometa a la familia y a
la red de amigos.
Dada la estrecha relación encontrada, el diagnostico y tratamiento precoz de la
depresión puede ser una forma de prevenir el suicidio.
Es responsabilidad de todos los adultos velar porque nuestros adolescentes y jóvenes
no lleguen a decisiones destructivas y extremas, y poder socorrerlos en el momento
oportuno.
Abstract
Suicide
on
adolescence
A large revision over de incidence of suicide during the adolescent period was made
by the author, comparing the prevalence from different countries. It was made the
various considerations about the relation between the increasing of the incidence and
social level or environment reasons. The risk factors, the suspect signals and the
necessity of precocious diagnosis to prevent the occurrence of suicide are
emphasized, claiming the important rule of the school and the family in prevention
and the necessity of adequate treatment of the behavioral suspects cases.
Key words: Adolescencia Latinoamericana 1998; l (2): Suicide, depression in
adolescence; psychological and social prevention
Bibliografía
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15. Bunney W et al. Further evaluation of urinary 17 hydroxycorticoids in suicidal
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*Médica Psiquiatra - SASIA-Sociedad Argentina de Salud Integral del Adolescente.
© 2011
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 ormato Documento Electrónico (ISO)
PEREZ BARRERO, Sergio y REYTOR SOL, Francisco. El suicidio y su atención por el
médico de la familia. Rev Cubana Med Gen Integr [online]. 1995, vol.11, n.4 [citado 201104-14], pp. 11-18 . Disponible en:
<http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S086421251995000400001&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0864-2125.
 Formato Documento Electrónico (ABNT)
PEREZ BARRERO, Sergio; REYTOR SOL, Francisco. El suicidio y su atención por el
médico de la familia. Rev Cubana Med Gen Integr, Ciudad de La Habana, v. 11, n.
4, agosto 1995 . Disponible en
<http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S086421251995000400001&lng=es&nrm=iso>. accedido en 14 abr. 2011.
 Formato Documento Electrónico (Vancouver)
Pérez Barrero Sergio, Reytor Sol Francisco. El suicidio y su atención por el médico de la
familia. Rev Cubana Med Gen Integr [revista en la Internet]. 1995 Ago [citado 2011 Abr
14]
;
11(4):
11-18.
Disponible
en:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21251995000400001&lng=es.
Revista Cubana de Medicina General Integral
versión impresa ISSN 0864-2125
Rev Cubana Med Gen Integr v.11 n.4 Ciudad de La Habana jul.-ago. 1995
Trabajos Originales
El suicidio y su atención por el médico de la familia
Sergio Pérez Barrero,1 Francisco Reytor Sol2
1. Especialista de II Grado en Psiquiatría. Profesor Auxiliar. Facultad de Ciencias
Médicas. Bayamo, Granma.
2. Residente de 3er. año en Medicina General Integral. Policlínico Comunitario
Docente "René Vallejo". Bayamo, Granma.
RESUMEN
Se realiza un breve esbozo de las diferentes causas de muerte de acuerdo con la
clasificación NASH y se profundiza en la historia del suicidio con énfasis en los aspectos
causales referidos por Freud, Durkheim y Menninger; se critican éstos por su enfoque
unilateral y se acepta la génesis multifactorial de dicha conducta. Se analizan las diferentes
clasificaciones según los métodos, la dinámica y los agentes, así como los llamados
factores de riesgo que predisponen al suicidio. Se discute la participación del médico de la
familia en el mejor cumplimiento del Programa Nacional de Prevención de la Conducta
Suicida y se sugiere cómo valorar adecuadamente a un paciente con riesgo suicida.
Palabras
clave:
SUICIDIO/clasificación;
SUICIDIO/prevención
&
control;
SUICIDIO/historia. FACTORES DE RIESGO; MEDICINA COMUNITARIA;
MEDICINA FAMILIAR.
INTRODUCCION
Según la clasificación NASH existen 5 formas de morir: naturales, accidentales, suicidas,
homicidas y no especificadas. Además, éstas pueden ser intencionadas, subintencionadas y
no intencionadas.1
Fue el abate Desfontaines en el siglo xviii el primero que empleó el término suicidio (sui- sí
mismo y cidius- matar).2
Muy relacionados con este término están los siguientes:
Acto suicida. Todo hecho por el que un individuo se causa a sí mismo una lesión,
cualquiera sea el grado de intención letal y de conocimiento del verdadero móvil.
Parasuicidio. Acto no mortal en el que una persona, de forma deliberada, se autolesiona o
ingiere un medicamento en dosis superior a la prescrita o reconocida como terapéutica.
Conductas autodestructoras directas o conscientes. Corresponden a las tentativas de
suicidio y al suicidio consumado.
Conductas autodestructivas indirectas o inconscientes. Tienen un carácter insidioso y
prolongado y no son reconocidos como actos suicidas (equivalentes suicidas, suicidio
palma a palma).
Autolesión intencionada. (Deliberate sulf-Larm). Término propuesto para conceptualizar el
intento suicida como una conducta de afrontamiento.
Ideación suicida. Comprenden desde la idea fugaz de la dificultad de vivir a la idea suicida
transitoria, prolongada, permanente, impulsiva o planeada.3
A través de la historia, la postura frente al suicidio ha sido diferente según el momento
histórico concreto de que se trate. Así, en la antigua Roma, se asumía una posición neutral e
incluso positiva frente al suicidio. Basta mencionar a Séneca, el estoico, quien dijera: "El
vivir no es un bien, si no se vive bien". "Morir antes o después es irrelevante". "La vida no
es como para comprarla sea cual sea el precio".
En el siglo iv después de nuestra era, Constantino I llamado El Grande, oficializó el
cristianismo,4 y con ello se asumió una actitud de rechazo. San Agustín consideraba el
suicidio como un crimen y Santo Tomás como un pecado, sino el mayor de todos, pues
usurpaba a Dios la decisión sobre la vida.
Este rechazo duró siglos por la propia influencia de la religión, y aún éste es su punto de
vista.
En el siglo xviii, el filósofo Hume asume una postura permisiva-positiva frente al suicidio.
Hume expresó: "Si no es un crimen que ya cambia el curso del Nilo o el Danubio ¿dónde
está el crimen? ¿en cambiar la dirección de unos cuantos litros de sangre?."
A finales del siglo xix, comienza la era moderna en la interpretación del suicidio, con los
trabajos de Durkheim y Freud. Durkheim realiza un enfoque sociológico del suicidio y
plantea que es el resultado de la fortaleza o la debilidad del control de la sociedad sobre el
individuo. Así define 3 tipos:
Suicidio altruista. Es el literalmente pedido por la sociedad, debido a su cultura, normas y
costumbres. Al individuo no le queda otra opción honorable. Seguir viviendo sería una
ignominia. Es el caso del harakiri entre los antiguos samurais.
Suicidio egoísta. En este caso la persona tiene pocos lazos con la comunidad; son personas
que viven solas, no tienen familia ni grupo social o institución con quien relacionarse. No
hay prácticamente exigencias sociales para el individuo.
Suicidio anónimo. Se produce por una repentina ruptura en la relación habitual entre la
sociedad y el individuo (pérdida de seres queridos, propiedades, prestigio, etcétera.)
Freud desarrolla la teoría psicológica del suicidio. Consideró que en el suicida existía una
hostilidad inconsciente dirigida hacia el objeto amado que ha sido previamente
introyectado. Es, según Freud, un crimen al que se le ha dado un giro de 180 grados.
Zilboorg, retoma el punto de vista freudiano y lo desarrolla; considera el suicidio no sólo
como una fuerte hostilidad inconsciente, sino también como una incapacidad poco común
de amar a otros.
Karl Menninger considera que en todo suicida se encuentran implícitos 3 deseos: deseos de
matar, deseo de ser matado y deseos de morir.
Ambos enfoques, el sociológico representado por Durkheim y el psicológico por Freud, son
enfoques unilaterales de este dramático problema. Sin embargo, sin pretender justificar
estos enfoques, en la práctica médica, observamos estos mecanismos de producción del
suicidio, sobre todo el anónimo.
En la Clasificación Internacional de Enfermedades-9 (CIE-9) el suicidio y las lesiones
autoinfligidas quedan incluidos en las categorías comprendidas entre E 950 a E 959.
1. E 950. Suicidio mediante sustancias sólidas o líquidas (barbitúricos y otros
psicofármacos).
2. E 951. Suicidio mediante gases de uso doméstico (gas de balón, etcétera).
3. E 952. Suicidio mediante otros gases y vapores (monóxido de carbono).
4. E 953. Suicidio por estrangulación, ahorcamiento y sofocación (incluye sofocación
por bolsa plástica).
5. E 954. Suicidio por sumersión (ahogamiento).
6. E 955. Suicidio por arma de fuego y explosivos (por arma de cañón corto, escopeta
y fusil).
7. E 956. Suicidio por instrumentos cortantes y punzantes (cuchillo, navaja, punzón,
etcétera).
8. E 957. Suicidio por precipitación (de lugares naturales o creados por el hombre).
9. E 958.Suicidio por otros medios y los no identificados (quemadura, estrellamiento
de vehículo, colocación o salto delante de objeto móvil y electrocución).
10. E 959.Efectos tardíos de lesiones autoinfligidas.5
Como se puede observar, en la CIE-9 el suicidio se clasifica según el método empleado. Al
respecto también existe una clasificación simplificada:
1. Suicidio por métodos violentos o duros (arma de fuego, ahorcamiento,
precipitación).
2. Suicidio por métodos pasivos o suaves (ingestión de psicofármacos, anilina,
etcétera).
El suicidio también se puede clasificar según su forma clínica. Así tenemos:
1. Suicidio ampliado. Es aquél en el que se arrastra a la muerte a otro que no desea
morir. Por ejemplo: madre con una depresión nihilista que asesina a su hijo para
evitarle "los sufrimientos que la vida conlleva".
2. Suicidio por desesperación. Es el que ocurre en el marco de una situación con gran
repercusión afectiva en sujetos con poca tolerancia a las frustraciones. Por ejemplo:
fracaso amoroso y pérdida de un ser querido.
3. Suicidio por miedo. Se trata de evitar una situación muy temida. Por ejemplo:
pérdida de la virginidad en familias moralistas.
4. Suicidio por venganza o chantaje. El suicida, con su muerte, pretende castigar a
otros. Por ejemplo: persona histérica que frente a un conflicto se suicida dejando
una nota que inculpa al amante.
5. Suicidio por sacrificio. La muerte tiene una finalidad política, religiosa. Por
ejemplo: El líder ortodoxo, Eduardo Chibás, se suicidó en un programa radial en
que denunciaba la corrupción administrativa y política del régimen existente.6
Menninger ver otro aspecto del suicidio, los llamados suicidios subintencionados o
suicidios crónicos que son conductas usuales que atentan contra la vida, y que conforman
un grave peligro para ella como son los actos imprudentes o temerarios, las omisiones
significativas, los excesos significativos y la conducta antiterapéutica.
El suicidio, además de constituir un drama de la existencia humana, en muchos países es un
problema de salud. según la OMS, está ubicado entre las 10 primeras causas de muerte y
cada día en el mundo se suicidan 1 000 personas. En la antigua Alemania Occidental,
Austria, Japón, Países Escandinavos, Hungría y Suiza, alcanza una tasa 25 por 100 000
habitantes. En EE.UU. la tasa es de 12 por 100 000 habitantes mientras que en Italia y
España las estadísticas son de 10 por 100 000 habitantes.
El suicidio es más frecuente en el sexo masculino en una proporción 3:1 con relación al
sexo femenino. El intento suicida es más frecuente en este último, en una proporción de 3:1
con relación al sexo masculino. Por cada suicidio se manifiestan 8 a 10 intentos suicidas.
Los hombres tienen tendencia a utilizar los métodos violentos con más frecuencia que las
mujeres.
En nuestro país, el suicidio ocupa la sexta causa entre todas las muertes con una tasa de
22,5 por 100 000 habitantes en 1988.7 La provincia Granma ocupó el primer lugar con una
tasa de 36,8 por 100 000 habitantes y fue la tercera causa de muerte, precedida por las
enfermedades cardiovasculares y los tumores malignos. (Cuba. Ministerio de Salud
Pública. Informe epidemiológico sobre el suicidio en Granma. Sectorial de la Salud, 1988).
Múltiples han sido los estudios realizados sobre el tema que nos ocupa, con el objetivo de
determinar las posibles causas que expliquen la conducta suicida: Bronisch comparó 2
grupos de pacientes con reacción depresiva breve o prolongada con y sin intento suicida y
concluyó que el alcoholismo, los intentos suicidas en la familia de primer grado y el
divorcio entre los padres, predispone a la reacción depresiva con conducta suicida.
Clark, en un estudio realizado en 928 pacientes con conducta suicida durante 3 años
concluyó que los antecedentes de intento suicida de baja letalidad están asociados con
intentos suicidas futuros no letales.
Allebeck comparó 32 esquizofrénicos suicidas con un grupo control de 64 esquizofrénicos
no suicidas y observó que los antecedentes de intento suicida estaban relacionados con el
suicidio; calificó así el suicidio en el esquizofrénico como impulsivo y difícil de predecir.
Winokur estudió 401 pacientes con depresión psiquiátrica y depresión por enfermedad
somática, y encontró mayor ideación suicida e intentos de suicidio en las depresiones por
causa psiquiátrica.
Kotila et al. examinaron 406 adolescentes con intentos suicidas, en 226 era su primer
intento y en 180, eran intentos repetidos. Al finalizar el seguimiento de 10 años, el 1 % de
los que habían tenido un intento suicida se había suicidado y el 4 % había tenido intentos
suicidas repetidos. (Pérez Barrero S. El suicidio y su manejo. Conferencia impartida en el
Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, junio 1989).
A pesar de estos trabajos recientes sobre el suicidio y otros muchos realiza dos dentro y
fuera de nuestro país, aún no se conoce con certeza la causa del suicidio, el cual responde a
diversos factores biológicos, psicológicos y sociales. Sin embargo, existen los llama dos
factores de riesgo que pueden predecir en cierta medida la posibilidad suicida.
Según Stengel éstos son los siguientes:
1. Sexo masculino.
2. Mayor riesgo según aumenta la edad.
3. Más frecuentes en viudos, solteros y divorciados.
4. Carencia de hijos.
5. Alta densidad de población.
6. Residencia en grandes ciudades.
7. Alto estándar de vida.
8. Crisis económica.
9. Consumo de alcohol.
10. Intentos suicidas previos.
11. Familares suicidas o con intentos de suicidio.
12. Enfermedad física asociada.
13. Expresión manifiesta de la intención suicida.
14. Planificación del acto suicida.
15. Letalidad del método empleado.
16. Vivir solo.
17. Enfermedad psiquiátrica asociada (trastornos
alcoholismo).2
depresivos,
esquizofrenia,
En nuestro país existe un Programa de Prevención de la Conducta Suicida, que considera
los siguientes factores de riesgo. (Cuba. Ministerio de Salud Pública. Programa de
Prevención de la conducta suicida. Ciudad de La Habana, 1988).
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
Adolescentes con embarazo temprano.
Madre soltera con hijos.
Personas mayores de 60 años con otros factores de riesgo.
Personas sin apoyo o atención familiar.
Personas con enfermedad crónica o invalidante.
Los sobrevivientes de una tentativa de suicidio.
Los que anuncian el suicidio.
8. Alcohólicos y farmacodependientes.
9. Antecedentes familiares de suicidios o intentos suicidas.
10. Jóvenes que no estudian ni traba jan.
11. Niños y adolescentes de familias con problemas sociales, o familiares.
12. Niños y adolescentes con dificulta des escolares.
13. Niños y adolescentes con trastornos de conducta.
Este Programa considera las familias con riesgo, donde incluye:
1.
2.
3.
4.
Las que tengan individuos con riesgo suicida.
Las que tengan bajos ingresos percápita y bajo nivel de escolaridad.
Las que tengan alteraciones en su dinámica y en sus relaciones.
Las que tengan problemas sociales de envergadura.
Los objetivos que plantea dicho programa son: evitar el primer intento suicida, su desenlace
fatal y su repetición. Para lograr dichos objetivos, el médico de la familia debe identificar a
los individuos con riesgo y las familias con riesgo, para garantizar su atención integral. De
producirse un intento suicida, el médico de la familia debe notificarlo al Departamento de
Estadísticas para su control por parte del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología.
Una vez en el consultorio, de acuerdo con las lesiones, debe remitirlo a un Servicio de
Psiquiatría de Urgencia, acompañado por la enfermera o el familiar que más conozca del
caso, orientaciones para su traslado, para evitar con ello que se repita el intento durante el
trayecto.
El paciente debe ser entregado al psiquiatra de guardia, o en su defecto, al médico que se
encuentre en el Servicio de Urgencias donde permanecerá 24 horas en observación, período
en el cual será valorado por un psiquiatra. Si resulta ingresado, el médico de la familia se
interesará por la evaluación del mismo.
Si el paciente es devuelto a su área de salud, lo visitará o citará a consulta en los primeros 7
días del intento, para proceder a su dispensarización, evaluar en su primera consulta el
riesgo potencial de suicidio e interconsultarlo con el psiquiatra del área de salud en ese
período, o como máximo a los 15 días, si la posibilidad suicida ha disminuido.
El médico de la familia debe valorar mensualmente, como mínimo, al paciente con intento
suicida en los primeros 6 meses y evaluarlo en los 6 meses subsiguientes bimestralmente.
Estas consultas serán independientes a las que realice el psiquiatra, y podrían aumentar su
frecuencia según el riesgo del paciente.
Si el caso requiere atención social, el médico de la familia realizará las coordinaciones
necesarias con el servicio social para garantizar el apoyo de la trabajadora social, la cual
hará uso de sus posibilidades y recursos.
El alta del paciente, si ha tenido una evolución favorable, será después de transcurrido el
primer año de haber realizado el intento suicida.
Hasta aquí hemos esbozado algunas consideraciones sobre el suicidio, el intento suicida y
su atención por parte del médico de la familia. No obstante, consideramos útil que, en la
conducta ante todo intento suicida, el médico de la familia se haga las siguientes
interrogantes:
1.¿Quién era esta persona antes de intentar contra su vida?
De las respuestas a esta pregunta se puede conocer si era un enfermo psiquiátrico previo o
no, si ha realizado intentos previos o no, si tenía una adecuada adaptación social, familiar o
laboral previa o no, si proviene de una familia "psiquiátrica", con suicidios o intentos
suicidas o no y otros factores que pueden darnos una dimensión del posible riesgo suicida.
2.¿Quién es esta persona ahora?
La comparación entre las respuestas a la pregunta anterior y ésta, nos dará una
aproximación mayor para calificar el riesgo suicida.
Las respuestas incluyen: cuadro clínico actual, adaptabilidad social familiar y laboral
actual, factores precipitantes si existieran, enfermedades físicas asociadas, etcétera.
3.¿Es alta su letalidad?
Aquí, las respuestas nos deben orientar sobre el método empleado, la seriedad de la
intención, las circunstancias en que se realizó, lo que unido a las respuestas conseguidas en
las 2 primeras preguntas darán un enfoque más preciso del caso en cuestión y de la posible
conducta que se debe seguir.
4.¿Qué es lo que dice el paciente y cómo lo dice?
Como se infiere, con esta pregunta tratamos de verificar la sistematización o no de la idea
suicida, la seriedad del propósito, la presencia de ideas delirantes de minusvalidez y
autorreproche sobrevaloradas y la presencia de factores desencadenantes, etcétera. Cómo
expresa el paciente el problema es muy importan te, pues no cabe dudas de que un paciente
deprimido dice las cosas de manera diferente a una persona histérica, o a un esquizofrénico.
Esta información complementada con la anterior, adquiere un valor nada despreciable al
enfrentarnos a un suicida potencial.
5.¿Qué parte "sana" tiene?
La respuesta a esta pregunta tiene gran importancia, pues nos va a ir preparando la
estrategia de la atención terapéutica. ¿Estoy frente a un psicótico? ¿Un alcohólico deteriora
do? ¿Un adolescente impulsivo pero con buen ajuste escolar? ¿Una persona con crítica de
lo realizado? Las diferentes situaciones que se pueden encontrar son muy diversas, desde
las personas que apenas tienen perturbación psíquica, hasta los muy perturbados
psíquicamente, desde los que tienen una crítica razonada para lo ocurrido, hasta los que
consideran el suicidio como única posibilidad.
6.¿De qué se puede "sujetar" para vivir además de mí?
Como se ve, en esta pregunta debe quedar incluido todo médico que se enfrenta a un
posible suicida. El valor ético, humanístico y solidario de esta pregunta es incuestionable.
Pero, además, nosotros debemos conocer si el paciente tiene motivos para continuar
viviendo: hijos, un trabajo creativo, excónyuges, padres, hermanos, militancia política,
creencias religiosas, etcétera.
7.¿Qué más se puede hacer por esta persona?
La respuesta a esta pregunta nos hace revisar mentalmente todo lo sucedido en la relación
médico-paciente-familia, y la conducta asumida por el médico de la familia frente a cada
momento de ésta, así como las alternativas futuras que se pueden tomar.
8.¿Lo he hecho todo?
Como se puede apreciar, esta es una pregunta incisiva y que complementa la anterior, y se
pretende, con ella, que el médico de la familia agote todos los recursos disponibles (familia,
comunidad, instituciones, organizaciones, etcétera) al enfrentar un paciente potencialmente
suicida.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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Científico-Técnica, 1982; t.3:1956.
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9. . Programa de Prevención de la conducta suicida. Ciudad de La Habana 1988.
Recibido: 27 de mayo de 1994. Aprobado: 13 de septiembre de 1994.
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