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Publicaciones protestantes en el siglo XVI
Lizbeth Valencia Gómez
Uno de los factores que dio pie al inicio de la época moderna es la Reforma
Protestante. En el ámbito religioso va a provocar una crisis doctrinal, en lo
político va a conformar nuevas alianzas políticas entre gobernantes católicos y
gobernantes protestantes, en el ámbito social va a influir en la educación al
fomentar la alfabetización del pueblo y en el campo de la economía, según
Weber va a dar pie al desarrollo del capitalismo.
Es por ello que la finalidad de este trabajo de investigación es investigar de qué
forma influyeron las publicaciones protestantes para concretar y difundir los
argumentos de la reforma protestante y cuál fue el impacto social que
tuvieron.
Introducción
Con la disolución de los principios fundamentales del Medioevo y el
surgimiento de las nuevas corrientes intelectuales del humanismo y el
Renacimiento, se dieron las condiciones propicias para el desarrollo de la
Reforma protestante, especialmente en los territorios de habla alemana, en
donde el fervor religioso se entremezclaba con el disgusto hacia la Iglesia
romana.
La Reforma fue denominada “protestante” después de la segunda Dieta de
Espira (1529), en la cual los dirigentes luteranos firmaron una enérgica
protesta
dirigida
al
Emperador
manifestando
su
disconformidad
y
reafirmando su fe con ahínco. Las cuatro tradiciones protestantes principales
que surgieron de la Reforma fueron la luterana, la calvinista, la anabaptista y
la anglicana, cada una con importantes implicaciones en la teoría y la práctica
políticas.
El mundo de la cristiandad estaba siendo socavado como resultado de una
combinación de factores. Desde lo ideológico - teológico, movimientos tan
divergentes como el misticismo, con su énfasis en el encuentro directo con lo
divino, y el nominalismo, que enfatiza lo concreto, desafiaron sin quererlo la
estructura jerárquica y corporativa de la Iglesia de Roma. Los humanistas, con
el entusiasmo de sus nuevos descubrimientos en el campo de la cultura clásica,
favorecían el estudio de Grecia y Roma más que las sutilezas de los teólogos
escolásticos. El descubrimiento de América, las nuevas ideas de Copérnico, y
sobre todo la expansión de la información a través de la imprenta, que expuso
nuevos horizontes del conocimiento no asequibles anteriormente.
En lo
político, el Imperio estaba acosado por la conciencia de sentimientos étnicos y
nacionales. La consecuencia eran que las agresivas demandas de los grupos
nuevos no podían ser satisfechas por los representantes de las tierras
alemanas: los príncipes y los nobles. La Reforma suministró una nueva
teología de la autoridad política y de la relación entre el hombre cristiano y la
autoridad. En cuanto al contexto social, el sistema feudal estaba siendo
amenazado por el crecimiento de una nueva clase, la burguesía, interesada en
el comercio y el intercambio. Los pequeños pueblos se iban convirtiendo en
centros urbanos, y existía un nuevo sentimiento de independencia de los
señores feudales. Los campesinos explotados estaban listos para rebelarse, y
así lo hicieron durante la Reforma.
Erasmo de Rótterdam
El principal humanista fue Erasmo de Rótterdam. Fue el símbolo de toda una
corriente cultural y un ejemplo de la ambigüedad y de la complejidad de las
relaciones de la época. Fue muy critico con la Iglesia católica por lo que lo
vinculan como parte del movimiento protestante. Sin embargo, nunca apoyó la
Reforma por considerarla una ruptura de la Cristiandad, por lo que se
mantuvo fiel a Roma.
Su educación fue religiosa y culta, siendo durante algún tiempo monje
dominico, aunque renunció al hábito poco después. Fue secretario del
arzobispo de Cambray y a finales del siglo XV residió en Oxford donde conoció
a Thomas Moore (Tomas Moro) y a John Colet. Viajó también por todo el
continente, aumentando su prestigio por la publicación y difusión de sus obras,
recibiendo además el mecenazgo de personajes destacados, como el Papa o
Carlos de Gante, futuro emperador, Carlos V, siendo uno de sus consejeros.
Manejaba un latín culto y elegante.
En 1503 publica Manual del Caballero cristiano, donde fomentaba una
religiosidad más bíblica e imitadora de Cristo. En 1508 publica sus Adagios
comentados, donde mostraba la prudencia y una serie de valores morales
propios de la antigüedad clásica. En 1511 escribe el Elogio de la locura, en el
que realiza una crítica muy dura a la mentalidad del clero, las órdenes
religiosas y la superstición popular. Esta obra será un posible antecedente a la
crítica de la jerarquía eclesiástica realizada poco más tarde por los
protestantes. Esta misma idea se mantuvo en sus Coloquios entre 1516 y 1521
en los Países Bajos.
Erasmo supo utilizar de forma magistral la imprenta como elemento difusor de
las principales obras e ideas intelectuales. A pesar de estar de acuerdo con
algunos planteamientos de los protestantes y criticar a la Iglesia católica, jamás
rompió con ella. Sin embargo, también criticó ciertos puntos de los
reformadores, como su pesimismo sobre la libertad y la naturaleza humana,
como lo expuso en El libre albedrío (1524). No obstante, tampoco apoyó al
Papado en 1534, siendo mal visto por la Iglesia católica y por los protestantes.
Tras la muerte de Erasmo, la Iglesia católica prohibió sus libros, que se
incorporaron al Índice de libros prohibidos.
Lutero
La Reforma protestante de Lutero va a suponer toda una convulsión ideológica
y política, y la palabra de Lutero se transcribe a través del texto impreso;
siendo el primer movimiento ideológico que se basa en la imprenta como
movimiento "publicista". Posteriormente que se toma conciencia del poder de
la imprenta la contrarreforma instaurará la censura. Y la Reforma supondrá
una democratización del libro hasta entonces desconocida, tradición lectora
que hasta hoy se conserva.
Hasta la Reforma los impresores tratan de imitar al manuscrito; incluso se
utiliza el pergamino y buen papel y es iluminado como los manuscritos; se
intentaba suplantar el manuscrito porque la Reforma sacrifica esto a que los
libros lleguen a la mayor gente posible, lo que traerá el abaratamiento de los
costes, los malos papeles y tintas, pero también la lengua vulgar y la
alfabetización.
En 1517 expone en la puerta de la iglesia de Wittenberg sus 95 tesis en la
lengua de la Iglesia (latín), con la esperanza de precipitar un debate acerca de
las indulgencias para las grandes obras de los papas Julio II y León X. Pero las
tesis fueron secretamente traducidas al alemán y ampliamente difundidas,
debido a la insatisfacción con las prácticas de la Iglesia en tierras germanas. Un
tema que no parecía demasiado trascendente se convierte en un gran
problema que logra captar el interés y el apoyo popular para con la figura de
Lutero. La condena del Papa León X hace que Lutero proclame que el Papado
no tiene poder con respecto a la relación del hombre con Dios, empeorando las
cosas. Se realiza un debate en Leipzig en 1519, en el cual Lutero expresa más
claramente los límites del poder del Papa. El conflicto final ya es inevitable, y
en 1520 aparecen los escritos reformadores esenciales, en los que se precisa la
doctrina luterana y se desarrolla su determinismo místico y religioso hasta las
últimas consecuencias. En 1520 una bula papal había condenado todos los
escritos de Lutero, dándole 60 días para retractarse, y el 10 de diciembre de ese
año Lutero quemó la bula pontificia como símbolo de su ruptura con Roma.
En un intento por frenar los acontecimientos, el emperador Carlos V y los
príncipes alemanes y eclesiásticos se reunieron en 1521 en la Dieta Imperial de
Worms, instando a Lutero a retractarse. Pero éste se negó una vez más,
ratificando su postura y afirmando que el concilio y el Papa podían
equivocarse pero no las Escrituras. Ese mismo año es excomulgado como
hereje. El Emperador condenó a Lutero, pero el elector Federico el Sabio lo
recluyó en su castillo de Wartburgo para protegerlo de posibles ataques
papistas. Es allí que comienza a traducir las Sagradas Escrituras, una
contribución fundamental al desarrollo de la lengua alemana. La Iglesia
católica estaba apoyada por los interesados en preservar el orden tradicional
(el emperador, algunos príncipes y el alto clero), mientras que el luteranismo
estaba apoyado por los príncipes del norte de Alemania, el bajo clero, los
comerciantes y amplios sectores del campesinado, quienes interpretaban la
situación como una posibilidad para obtener una mayor independencia tanto
religiosa como económica.
En 1523, Martin Lutero hizo público uno de sus primeros escritos político:
“Sobre la autoridad secular, hasta dónde se le debe obediencia [Von Weltlicher
Oberkeit]”. Lutero entregó en esa obra una concepción de la obediencia que
permanecería vigente dentro del luteranismo hasta el siglo XX. Llevando hasta
el último extremo el precepto cristiano que ordena una sumisión incondicional
a la autoridad, debido a que ésta tiene un origen y una misión divinos.
La aparición de los escritos teológico-políticos de Lutero coincide con su etapa
teológica del llamado “cambio reformador”, etapa en la cual Lutero define las
características de su discurso teológico que lo harán irreductible a la luz de la
ortodoxia católica, provocando la separación definitiva con Roma, y de paso,
dando origen a la Iglesia reformada. Para nuestro propósito consideramos aquí
como obras políticas de Lutero las que propone el politólogo e historiador
español J. Abellán. Estas obras están redactadas entre 1520 y 1525. Ellas son las
siguientes:
- A la nobleza cristiana de la nación alemana, acerca de la reforma de la
condición cristiana. (An den christlichen Adel der deutschen Nation von des
christlichen Standes Besserung 1520).
- Sobre la autoridad secular: hasta donde se le debe obediencia (Von weltlicher
Obrigkeit, wie weit man ihr Gehorsam schuldig sei 1523).
- Exhortación a la paz en contestación a los doce artículos de campesinos de
Suabia (Ermahnung zum Frieden auf die zwölf Artikel der Bauernschaft in
Schwaben 1525).
- Contra las bandas ladronas y asesinas de los campesinos (Wider die
räuberischen und mördischen Rotten der Bauern 1525).
- Carta sobre el duro librito contra los campesinos (Ein Sendbrief von dem
harten Büchlein wider die Bauern 1525).
La piedra angular de la teología luterana y el punto de partida de todas sus
reflexiones, incluidas las políticas, es la tesis de que sólo la fe en Dios hace
justos a los hombres. La revelación de que “el justo por la fe vivirá” da
respuesta a la inquietante pregunta de cómo llegar a un Dios bondadoso. Esta
justificación por la fe implica que la fe del cristiano no puede darse a través de
un agente externo, sea eclesiástico o político. La fe es una predisposición
interna del individuo que lo inclina hacia Dios. Para Lutero la esencia del
cristianismo no se encuentra en la organización encabezada por el Papa, sino
en la comunicación directa de cada persona con Dios.
Los tres principios
fundamentales del credo reformado son: la justificación por la fe, el sacerdocio
universal, y la autoridad de la Biblia. El sentido principal de la Reforma suele
expresarse con la frase “justificación por la gracia a través de la fe”, pues la fe
es lo único que nos permite aprehender la gracia recibida.
El sacerdocio
universal es el resultado del individualismo y la secularización, que prescinde
de todo intermediario y permite al individuo el contacto directo con Dios. La
Biblia será invocada como referencia única, con el consiguiente rechazo de la
tradición o la interpretación eclesiástica, terminando con el monopolio de
Roma ya que cada cual puede expresar su propia opinión en materia doctrinal.
La preocupación de Lutero por los excesos del poder temporal, al prohibirse en
el ducado de Sajonia la divulgación de su traducción de los Evangelios, hace
que desarrolle su doctrina de los dos reinos. En resumen, “la autoridad es
servidora de Dios, no hay que dejar que la utilicen exclusivamente los paganos
sino todos los hombres”. La espada, la autoridad secular y el poder son como
un servicio especial a Dios que debe estimarse, y “corresponden al cristiano
con preferencia a todos los demás hombres en la tierra”. La función material
del orden secular “debe castigar o actuar donde la culpa lo merezca o la
necesidad lo exija, sin tomar en consideración a los papas, obispos o
sacerdotes, por mucho que amenacen o excomulguen”. “El poder secular está
ordenado por Dios para castigar a los malos y proteger a los buenos".
Ulrico Zwinglio
Ulrico Zuinglio, en alemán Huldrych (o Ulrich) Zwingli (1 de enero de 1484 - 11
de octubre de 1531) fue el líder de la Reforma Protestante suiza y el fundador
de la Iglesia Reformada Suiza.
Sus 67 Tesis frecuentemente se consideran como la primera confesión
reformada del año 1523, constituyendo la contribución de Zwinglio a la
llamada Primera Disputación de Zurich en enero 1523.
La explicación
detallada de las Tesis en julio 1523 es considerada como una de las obras más
importantes de Zwinglio. En 1523, Zwinglio redactó su Introducción de Zurich
como consecuencia de la Segunda Disputación de Zurich. En ella se había
criticado, entre otros, la escasa educación del clérigo, lo que llevó a Zwinglio a
redactar una especie de “instrucción de trabajo” para los pastores, en el que
trata la doctrina de pecado y gracia, la ley, el Evangelio y la nueva vida,
exigiendo reformas eclesiásticas en cuanto a las imágenes y el culto. En
noviembre de 1523, el Consejo de Zurich declaró esta escritura documento
obligatorio.
Las diez Tesis de Berna del año 1528, que apenas llenan una
página y se deben a la autoría de los predicadores bernenses Berthold Haller y
Francisco Kolb, son el fundamento de la conversión de Berna a la Reforma.
También tenían influencia directa en St. Gallen, Mühlhausen, Biel y Lindau.
Esta confesión se destaca especialmente por su primera tesis: “La santa iglesia
cristiana cuya única cabeza es Cristo, nació de la palabra de Dios; ella
permanecerá en su palabra y no escuchará la voz de un extraño.”
En 1530, con ocasión de la Dieta Imperial de Augsburgo, Zwinglio entregó su
Fidei Ratio (razón o justificación de la fe) como confesión; sin embargo, esta
confesión probablemente no fue tratada en esa oportunidad. Zwinglio
argumenta claramente en oposición tanto al catolicismo como al luteranismo,
dando un resumen de su doctrina cristiana basada en la Confesión de Fe
Apostólica. La doctrina de los sacramentos que era el punto central de las
polémicas, es tratada en todos sus detalles.
Juan Calvino
La segunda Reforma se da con el teólogo Juan Calvino (1509 – 1564). Se originó
en un momento en el que parecía que el Luteranismo se había agotado a
mediados del siglo XVI. Juan Calvino creó en Ginebra su “reino de Dios” en la
Tierra. Basó su obra en parte de lo realizado por Ulrich Zwinglio. La reforma
de Calvino era una doctrina más radical que la de Lutero. Se basa en la
predestinación. Dios desde el inicio de la Creación decide quien se salva y
quien se condena, no importando ni las obras ni la fe, ya que está decidido
desde antes del nacimiento. La predestinación se podrá manifestar en una vida
exitosa, señal de que Dios favorece a esa persona por ser "hijo de Dios". Esta
doctrina fue fácilmente
asumida por una burguesía emprendedora y
ambiciosa como la de Ginebra u Holanda.
Calvino estableció en Ginebra entre 1541 y 1563 una república teocrática que
estaría bajo una estructura moral impuesta a la fuerza si se diese el caso, como
ocurrió con la ejecución de Miguel Servet. Esta segunda reforma se extendió
rápidamente a Flandes, a Alemania occidental, Escocia y a Francia,
ocasionando tanto en Francia como en Flandes, luchas civiles que van a
culminar con la Guerra de los treinta años en 1618.
En Juan Calvino se encuentra el desarrollo de una temática político-jurídica
más desarrollada. Recoge elementos de la tradición conciliar cristiana, como
de la forma administrativa de la llamada república hebrea, cuya estructura
está concebida de acuerdo a un orden federativo y en la noción de
pacto/contrato.
Estos principios sirvieron para el desarrollo en el pensamiento teológico
calvinista de la teología federal y se manifestarán en la formación de las
democracias modernas de Suiza, Holanda y los Estados Unidos (Carvajal, 1999,
p. 33). Thomas Hobbes (1588-1679), firmemente comprometido con la Reforma
inglesa, entregó en su Leviatán los fundamentos teóricos calvinistas para
reemplazar la antigua metáfora medieval de las Dos Espadas (que
representaba el equilibrio entre el poder eclesiástico del Papa y el secular del
Emperador) por la concepción de un gobierno secular que sujeta el arma del
estado soberano en una mano y el bastón pastoral de la iglesia nacional en la
otra.
La obra principal de Juan Calvino es la Institución de la religión cristiana. La
primera edición de la Institución fue publicada en Basilea para el mes de
marzo de 1536. El libro, en aquel entonces, tenía tan sólo 516 páginas y era
pequeño, de tal manera que cabía en los amplio bolsillos de la época, y por
tanto podía circular encubiertamente en Francia. Tenía sólo seis capítulos. Los
primeros cuatro hablaban sobre la ley, el Credo, el Padrenuestro y los
sacramentos. Los últimos dos eran un resumen de la posición protestante
frente a los "falsos sacramentos romanos," y a la libertad cristiana.
En los años subsiguientes, el libro usualmente llamado los Institutos o la
Institución, creció significativamente. Tras la edición de 1536, en latín,
apareció en Estrasburgo la de 1539, en el mismo idioma. En 1541 Calvino
publicó en Ginebra la primera edición francesa, que es una obra maestra de la
literatura en ese idioma, incluso se llega a comparar (en cuanto al aporte
lingüístico) con la obra de Shakespear y de Cervantes que fueron la base del
desarrollo lingüístico en la lengua inglesa y en el español respectivamente. A
partir de entonces, las ediciones aparecieron en pares, una latina seguida de su
versión francesa, como sigue: 1543, 1545, 1550 y 1551, 1559 y 1560. Puesto que
las ediciones latina y francesa de 1559 y 1560 fueron las últimas producidas en
vida de Calvino, son ellas las que nos dan el texto definitivo de la Institución.
En ediciones sucesivas, Calvino lo amplió desde seis capítulos a ochenta,
completando así cuatro libros. En la última edición, la de 1559, la Institución
siguió el orden del Credo Apostólico, al tratar de las verdades de la religión
cristiana.
En el primer libro, Calvino aborda el tema del conocimiento de Dios en cuanto
es creador y supremo gobernador de todo el mundo. El segundo libro trata del
conocimiento
de
Dios
como
redentor
en
Cristo,
conocimiento
que
primeramente fue manifestado a los patriarcas bajo la ley, y después a
nosotros en el evangelio. El tercer libro trata de la manera de participar de la
gracia de Jesucristo, frutos que se obtienen de ello y efectos que se siguen.
Resulta interesante el segundo capítulo, donde se define la fe, y se expone sus
propiedades. Calvino entiende que el fin único de toda fe verdadera es
Jesucristo. Para finalizar, el cuarto libro trata de los medios externos o ayudas
de que Dios se sirve para llamarnos a la compañía de su Hijo, Jesucristo, y para
mantenernos en ella.
Iglesia Anglicana
Enrique VIII no veía con buenos ojos la gran influencia de Roma en Inglaterra,
ya que la Iglesia contaba tribunales propios y el clero inglés ricas posesiones: la
Iglesia era uno de los mayores terratenientes de Inglaterra. Tanto el rey como
la burguesía aspiraban a controlar estas tierras. En los Comunes se quería
reducir el peso y la riqueza de la Iglesia y la monarquía tenía escasos recursos.
Por tanto, la secularización de los bienes eclesiásticos permitiría un
relanzamiento de la monarquía. Esta hostilidad se acentuó con el problema de
Catalina de Aragón, casada con Enrique VIII. El rey alegaba para pedir la
anulación de su matrimonio el hecho de ser la viuda de su hermano Arturo. En
realidad se trataba de una excusa para casarse con su amante, Ana Bolena.
Pero el papa se opuso a su divorcio. Enrique VIII decidió que el Papa no tenía
razón alguna para impedir la anulación del matrimonio con Catalina y la boda
con Ana Bolena. Se organizó un ataque contra
la Iglesia tanto desde la
monarquía como desde la burguesía, que apoyaba a su rey con el deseo de
quedarse con las tierras de la Iglesia. En 1529 el parlamento votó una serie de
medidas contra la Iglesia, como el control financiero de los bienes. En 1531,
con la intervención de Thomas Crammer, una comisión dictaminó que Enrique
VIII se convirtiera en la cabeza de la Iglesia de Inglaterra, Enrique designó a
Crammer arzobispo de Canterbury, y este declaró nulo el matrimonio real.
Entonces el Papa decidió excomulgar a Enrique VIII y se produjo la ruptura
total con Roma cuando el Parlamento aprobó el Acta de Supremacía en 1534,
según la cual la Iglesia de Inglaterra tendría al rey como líder.
La intensidad del carácter protestante del anglicanismo bajo la influencia del
reformista Martín Bucero (1522) fue moderada con el afianzamiento de Isabel I
en el trono de Inglaterra.
Para sobrevivir, Isabel se había convertido, en
apariencias, al catolicismo durante el reinado de su hermanastra María. Con el
Prayer Book (1559) y el Credo (1571), la “jefa suprema” conforme con el Acta de
Supremacía de 1534– estableció la base doctrinal de la Iglesia de Inglaterra,
aun cuando la Biblia fue proclamada la autoridad única en materia de fe. Fue
abolido el celibato eclesiástico y se conservaron sólo dos sacramentos: el
bautismo y la Cena, además del principio episcopal. Esta confesión aparecía
aún muy próxima al catolicismo aunque teológicamente protestante, influida
por el calvinismo. Influencia que era mayor entre los grupos denominados
puritanos que, en el siguiente siglo, encabezados por Oliverio Cromwell, jefe
militar del ejército del Parlamento, derrotaron al rey Carlos I en Naseby (1645).
La ejecución del monarca, representante temporal de Dios –seguida de la
liquidación de la monarquía, la caída de la jerarquía anglicana y la
desaparición de la Cámara de los Lores– fue considerada un acto religioso y
político: una “nueva reforma” y el comienzo de un milenio en que la nueva
Iglesia triunfaría progresivamente. Como consecuencia de la guerra civil fue
instaurada la República la que sólo duró hasta 1653, cuando Cromwell aceptó
el
Instrumento
de
Gobierno,
constitución
escrita
que
establecía
un
Protectorado (fórmula mixta de gobierno con aspectos semimonárquicos y del
parlamentarismo) y le nombraba Lord Protector, compartiendo poderes
soberanos con un nuevo Consejo de Estado de 21 miembros.
Con el
Instrumento se buscaba un gobierno estable y tolerancia para todas las sectas
puritanas.
El protectorado –que terminó siendo una virtual dictadura–
concluyó con la muerte de Cromwell, en 1660.
Confesiones
La confesión más importante de la Reforma suizo-alemana fue, durante treinta
años, la Primera Confesión Helvética o Confessio Helvetica Prior del año 1536.
Planificada y promulgada en un esfuerzo común por las ciudades de Zurich,
Berna, Basilea, Schaffhausen, St. Gallen, Mühlhausen y Biel, y redactada por
Leo Jud, esta confesión demuestra en un lenguaje claro y sin adornos los
principios de la temprana Reforma suiza. Sólo fue superada en su impacto
hacia afuera por la Segunda Confesión Helvética o Confessio Helvetica
Posterior. Esta última se remonta a una confesión personal de fe de Enrique
Bullinger del año 1562, transformándose en 1566 en la confesión común de las
iglesias reformadas helvéticas (salvo Basilea). Más tarde ganó importancia más
allá de las fronteras suizas, sobre todo en Hungría y Polonia, pero también en
Escocia.
La Confessio Helvetica Posterior se considera, en un primer momento, como el
documento definitivo de la Reforma suizo-alemana. Sus treinta artículos se
basan principalmente en la Confesión de Fe Apostólica. Sus argumentos tratan
de consolidar y conservar la doctrina reformada internamente y defenderla
hacia afuera. En el curso del liberalismo, que abolió cualquier obligación
confesional, la Segunda Confesión Helvética perdió importancia en Suiza. Sin
embargo, hoy en día todavía es considerada como una de las confesiones
reformadas más importantes. La primera confesión en el territorio alemán era
la Confesión de la Frisia Oriental de 1528, también llamada Confesión de
Predicantes.
A partir de 1528 había actividades reformistas en la Frisia Oriental que
estaban influenciadas más bien por Zwinglio que por Lutero. La posición de
Zwinglio, sobre todo su doctrina de la Santa Cena, entra claramente a la
Confesión de la Frisia Oriental cuyos 33 artículos contienen una “suma de la
enseñanza cristiana de los predicantes en la Frisia Oriental”.
En 1530 se
elaboró la Confessio Tetrapolitana (Confesión de las Cuatro Ciudades) para la
Dieta Imperial de Augsburgo, con el fin de desarrollar la posición evangélica de
las regiones del Sur de Alemania. Paralelamente se redactaron la Confessio
Augustana, esto es, la confesión luterana más importante, y la Fidei Ratio de
Zwinglio. La Confessio Tetrapolitana fue influenciada tanto por Lutero como
por Zwinglio, buscando una intermediación entre los dos reformadores en la
doctrina de los sacramentos. Martín Bucero y Wolfgang Capito formularon un
texto encargado por la ciudad de Estrasburgo, seguida por Memmingen,
Lindau y Constanza. Este texto, sin embargo, no fue presentado públicamente
en la Dieta Imperial.
En 1554 se publicó el Catecismo Menor de Emden, precedido por una versión
más amplia del año 1546. Ambos textos fueron elaborados por Juan a Lasco
quien era principalmente a Juan Calvino. En 1569, la confesión se ratificó en el
sínodo de La Rochelle (una pequeña ciudad en la costa atlántica de Francia),
por lo que se denomina también la Confesión de La Rochelle o Confesión
Francesa. La Confessio Gallicana tuvo mucha influencia en Francia y, después
de la huida de los hugonotes, también en otras regiones europeas. La escritura
confesional reformada más importante de origen alemán es el Catecismo de
Heidelberg, redactado en esta misma ciudad en el año 1563.
Conclusión
Como hemos visto, las publicaciones protestantes del siglo XVI, forman parte
de un revuelo en el aspecto comunicativo ya que se descubre su carácter
político. Es aceptado que la Reforma protestante originó una reforma política
en la medida en que dio origen a “un discurso político-jurídico que deriva de
los escritos teológicos de los Padres de la Reforma: Lutero y Calvino
principalmente, y que continúa su desarrollo por sus sucesores a través de la
formulación de una corriente doctrinal y de una institucionalidad temporal”.
Así mismo, el desarrollo ideológico va a concretar las bases del pensamiento
moderno, por ejemplo, con la proclamación de un Dios personal y con la idea
del sacerdocio universal surge el individualismo espiritual; y con el concepto
de los dos reinos empieza la separación Iglesia - Estado.
Bibliografía
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Carvajal, Patricio. La reforma política. Una introducción al pensamiento políticojurídico del protestantismo en los siglos XVI-XVII. Revista de Estudios
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García Cárcel, Ricardo. De la reforma protestante a la reforma católica.
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Plasger, George. Las confesiones reformadas en los siglos XVI y XVII. 2004
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Weber, M. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Madrid: Alianza.
2001.