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Historia-Bloque 1 (Primera Parte) 1-INTRODUCCIÓN La importancia de estudiar la guerra fría radica en que de ella deriva la situación mundial actual, y es por ello vital que comprendamos como desarrollaron los hechos a partir de la 2GM, y la distintas teorías sobre como se podrían haber desarrollado. Así, debemos preguntarnos s era realmente inevitable le Guerra Fría y sí los acontecimientos se podía haber desencadenado de forma diferente. 2-DEBATE SOBRE LA GUERRA FRÍA El acuñamiento del término en 1946 es, a su vez, otro motivo de estudio de cuál sería el futuro de las relaciones internacionales. La reunión de la Comisión de Energía Atómica de la ONU se reunió para acordar unas medidas y normas internacionales para la no proliferación del arma atómica. El proyecto norteamericano consistía en crear un organismo internacional que se ocupara de controlar todos los medios de producción e investigación nuclear y, sólo una vez asegurada su paralización, EEUU se desharía de sus propias armas nucleares. Este plan sería la confirmación de la aplastante ventaja de los EEUU sobre la URSS en materia nuclear. Por eso los soviéticos tenían otra propuesta, la pura y simple destrucción de todas las armas nucleares existentes, ya que no estaban dispuestos a aceptar la consolidación americana en este terreno. Fue en el contexto de estas negociaciones que el periodista americano H.B.Swope acuñó el término guerra fría para caracterizar lo que intuía iba a ser un periodo de enfrentamiento no bélico con la URSS. Lo que hay que preguntarse es por que en tan poco tiempo, los dos grandes aliados de la 2GM iban a verse enfrentados por la supremacía mundial. -Interpretaciones americanas sobre esta cuestión La primera, la americana se considera como ortodoxa o tradicional, y surge del llamado telegrama largo de George Kenan de 1946 en el que se describía un discurso electoral de Stallin de forma que se analizaba completamente la política interior y exterior soviética. Para Kennan, la URSS no tenía otra ambición que “comunistizar” el mundo, pero no debían ser sobreestimados ya que se encontraban en desventaja y no era previsible un intento de agresión. Kennan proponía pasar de la colaboración propuesta por Roosevelt a una política de equilibrio y contención de los avances soviéticos, política que conduciría al resquebrajamiento de la estructura ideológica del comunismo, el debilitamiento de la unidad interna de la UTRSS y la reducción de su expansión exterior. Resultado de la opinión de Kennan es la primera formulación de lo que iba a constituir la política exterior norteamericana y el núcleo de la interpretación tradicional de la guerra fría. Después está la teoría revisionista, que cuestiona radicalmente un enfoque tan fuertemente ideológico en el marco de la corriente historiográfica conocida como la Nueva izquierda. El núcleo de esta postura está en que, difícilmente de puede hacer responsable la URSS de la guerra fría, ya que se encontraba en condiciones de inferioridad económica y militar, más bien hay que responsabilizar a EEUU por utilizar su fuerza para imponer a los soviéticos un nuevo orden plenamente de acuerdo con sus sistema mediante medidas como la Doctrina Truman y el Plan Marshal. El planteamiento revisionista invierte radicalmente las premisas y los planteamientos de la escuela tradicional, aunque es, al igual que esta, demasiado cerrada y tiende a la simplificación. Así, las interpretaciones post-revisionistas intentan romper con la dicotomía manquea de la responsabilidad absoluta de una u otra potencia, disintiendo de la tesis tradicional por la ignorancia de ésta de las legítimas necesidades de seguridad de los soviéticos; y de la revisionista por la escasa atención que presta a las responsabilidades de la conducta soviética en el endurecimiento de las posiciones americanas. Así los post-revisionstas niegan el carácter inevitable de la guerra fría y culpan a los problemas derivados de las percepciones erróneas de ambas partes. En esta línea de pensamiento destaca W.Loth que, como otros autores, considera que la causa de la guerra fría fue el no reconocimiento americano de la zona de seguridad soviética que, en un principio, podría haber seguido coexistiendo sin chocar necesariamente. La guerra fría aparece así como el resultado de una compleja problemática en la que los europeos desempeñan el papel esencial y en la que está profundamente imbricados los problemas de la política exterior y las relaciones internacionales. -Interpretación soviética y marxista Las lineas de la interpretación soviética se remontan a las concepciones propias del marxismo a cerca del capitalismo y el imperialismo. Aquí hay que destacar que la retórica marxista se utilizó más como legitimadora que como inspiradora, como bien prueva el ya mencionado discurso de Stallin que dio pie a la exteriorización del anticomunismo. Así, de la mano del ideólogo oficial del Kremlin Jdanov, se planteó la teoría de los dos mundos según la cual la victoria en la 2GM había fortalecido la causa del socialismo y debilitado el capitalismo, existiendo dos campos, el imperialista belicista y reaccionario, y el anti-imperialista y democrático; siendo el enfrentamiento inevitable por que tal sería la voluntad del campo imperialista. En resumen, en la medida que rechacemos una interpretación apriorística y aceptemos al menos como hipótesis el principio de la profecía, no es posible estudiar los orígenes y desarrollo de la guerra fría prescindiendo de una atenta y cuidada atención a la cronología. 3-DOS DÉCADAS DE TENSIONES Y DESENCUENTROS: 1917-1940 Des de el principio los líderes soviéticos tuvieron el convencimiento de que los países capitalistas estaban en contra de la revolución comunistas, de hecho, en EEUU estaba muy arraigada la creencia de que la URSS era un estado repugnante política e ideológicamente y además una amenaza a la paz internacional. La consolidación del sistema soviético y el posterior ascenso de Hitler en los años 20, modificaron las relaciones entre la URSS y las potencias occidentales, pero sin llegar a ser un giro copernicano. Además las purgas Stallinistas afectaron mucho a la relaciones contribuyendo a minusvalorizar a la URSS como aliada por parte de occidente. Tras el fracaso de la conferencia de Munich en 1938, se llegó al pacto germanosoviético en 1939, que sería el prólogo de la 2GM. La agresión alemana a la URSS en junio de 1941, hizo que los británicos buscaran la alianza y que en EEUU se empezara a ver a los soviéticos con una perspectiva más favorable. En este punto se observan algunas de las líneas fundamentales y contradictorias de la política exterior americana, la aproximación británico-americana culminada con la Carta Atlántica (Churichill y Roosevelt 1941) y, por otra parte, las relaciones con los soviéticos que se basaban en la apreciación rooseveltiana de que Stallin se movía en última instancia por razones de seguridad estratégica y que, algunas reivindicaciones territoriales y de seguridad soviéticas podían ser aceptadas por Occidente. 4-BASES Y CONTRADICCIONES DE LA GRAN ALIANZA (1941-1945) El desastre de Pearl Harvour precipitó la entrada en guerra de los EEUU y la formalización de la Gran Alianza con la que EEUU, Gran Bretaña y la URSS se comprometían a llevar a cabo la guerra contra Hitler y sus aliados. La base más sólida de la Alianza consistía en la necesidad común de derrotar a Alemania, pero había otros cuatro factores que cimentaban aquella alianza: 1) El económico de la URSS en la ayuda económica americana. 2) EEUU y la URSS eran potencias anticolonialistas. 3) Roosevelt estaba dispuesto a aceptar algunas de las reivindicaciones respecto a la zona de seguridad. 4) Ninguna de las dos grandes potencias deseaba una nueva guerra. Aún así, fueron más poderos la desconfianza y los recelos, y cuatro factores desencadenaron la separación: 1) El problema de la apertura del segundo frente en Europa Occidental. Era fundamental para los soviéticos, pero el hecho de que Roosevelt tardara dos años en llevarlo a cabo (lo prometió en 1942 y lo cumplió en 1944) fue interpretado por Stallin como un intento de agotamiento soviético. 2) El problema de Europa Occidental. La contradicción entre la política de libre determinación de los pueblos proclamada por EEUU, y su intención de respetar la zona de seguridad soviética condujeron al reparto de las zonas de influencia entre Churchill y Stallin en 1944 que se hizo oficial en la conferencia de Yalta de 1945. 3) La ayuda económica americana a la URSS. El empeño del Congreso en condicionar políticamente la concesión de créditos hacia pensar a Stallin que los americanos no tenían pensado consolidar la ayuda. 4) El problema alemán, que no se resolvió hasta Yalta (1945) cuando las relaciones sovietico-occidentales habían dejado atrás su mejor momento. 5-DOS AÑOS CRUCIALES (1945-1946) Los problemas más importantes para la colaboración soviético-occidental se perfilaban claramente a finales de 1944, pero esto no excluía la política de colaboración. Prueba de ello fue la conferencia de Yalta de principios de 1945 en la que se consiguieron importantes acuerdos como la delimitación de fronteras y la reorganización del gobierno por-soviético pero de bases democráticas y elecciones libres en Polonia; la declaración de la Europa liberada que establecía la creación e Europa de gobiernos democráticos; y el tratamiento, por primera vez, de la cuestión de Alemania, que se dividió en tres zonas de influencia (EEUU, Gran Bretaña y la URSS) y luego en cuatro al unirse Francia quedando Berlín en territorio de la URSS pero dividida también entre las cuatro grandes potencias. Esta conferencia satisfizo a todos, ya que EEUU no dio a los soviéticos nada que no tuvieran ya y éstos vieron reconocida su zona de influencia. Pero en este preciso momento se produjo un cambio súbito en la actitud americana. El cambio presidencial de Roosevelt por Truman, mucho más inexperto en políticas de conciliación, llevó a una política de mayor firmeza que estaba destinada a forzar a los soviéticos a mayores concesiones. En principio no se pretendía acabar con la política colaboracionista, pero se obtuvo lo contrario, a mayor dureza los soviéticos respondieron igual. El endurecimiento americano pasó por poner de manifiesto su superioridad económica y nuclear, aunque la colaboracón seguía existiendo, por eso se explica que se llegara a la cumbre de Postdam (mediados de 1945) de la que todos salieron relativamente contentos. El problema es que cualquier tipo de avance conciliador tendía a ser considerado insuficiente por quienes, en EEUU, apostaban por una política de abierta dureza contra la URSS. Así, la política de Roosevelt fue enterrada a finales de 1945, y a lo largo de 1946 la política americana se fue endureciendo hasta llegar al cuestionamiento abierto de la preeminencia soviética en Europa oriental. El telegrama de Kennan había sentado las bases de lo que sería la política de contención y el famoso discurso de Churchill marcó la pauta de lo que iba a ser el tono legitimador de la guerra fría. Como para los soviéticos el elemento esencial de sus relaciones con EEUU esra el económico, la valoración no podía ser más negativa. A través de la presión la intimidación y la violencia, los comunistas y sus aliados desplazaron el poder en Hungría, Polonia, Rumanía y Bulgaria. El telón de acero empezaba a ser una realidad en 1946. Visto esto, podemos señalar una serie de factores que resultarían decisivos a la hora de explicar los orígenes de la guerra fría: 1) El cambio de política por parte de los EEUU el no reconocer la zona de seguridad que previamente había aceptado. 2) La conducta soviética en relación a Europa Oriental fortaleció las corrientes realistas y anti-comunistas, en el seno de la administración y diplomacia americanas. 3) La insistencia norteamericana en la política de puerta abierta tenía sus razones económicas ya que la apertura de todos los mercados a los productos americanos parecía una condición imprescindible para asegurar el crecimiento económico. 4) La supremacía militar y nuclear americana actuó en sentido contrario a la distensión. 6-LA “PRIMERA GUERRA FRÍA” (1947-1062) El empeoramiento de la situación no conducía directamente a la guerra entendida como una política de confrontación. A principios de 1947 se mantenía la posibilidad de llegar a un acuerdo pero, en cierto modo, lo que vino a provocar la evolución de los acontecimientos fue la catastrófica situación económica en que se hallaba Europa, a la que EEUU no tardarían en oponer soluciones radicales Doctrina Truman: Constituyó la repuesta política a uno de los obstáculos potenciales de la nueva política exterior americana. En lo fundamental planteaba la necesidad de socorrer a los pueblos libres, sus instituciones y su integridad territorial, frente a un poder agresivo que no podía ser sino el soviético, los EEUU debían correr al socorro de dichos pueblos con ayudas económicas y asistencia militar. Un problema de sucesión mperial se había convertido súbitamente en un conflicto profundamente ideologeizado, la política de contención se había popularizado al precio de convertirse en una cruzada nacional. Plan Marshall: Era otra gran iniciativa decisiva de mano del secretario de Estado Marshall. Se trataba de un Programa de Recuperación Europea que pretendía uan respuesta articulada a los graves problemas económicos y políticos por los que atravesaba Europa planteando un programa multinacional que ayudaba a vencer las resistencias francesas al tratamiento de Alemania como una unidad económica, al favorecer la recuperación económica se minaban las bases del avance comunista. A pesar de sus claros objetivos anti-comunistas, se ofreció a todos los países europeos, la URSS incluida, así los ponían ante una situación extremadamente delicada. La respuesta soviética fue negativa. Así, la doctrina Truman y el plan Marshall señalan indefectiblemente el inicio de una guerra fría traducida ya en abierta confrontación ideológica y económica. Una confrontación que no tardará en materializarse en una rígida división política y, pronto, militar de Europa. Respuestas soviéticas y división de Alemania: Las iniciativas americanas situaban a la URSS a la defensiva; y la respuesta soviética (ciega y brutal) iba a despejar las dudas que sectores de la sociedad occidental mantenían todavía acerca de la actitud americana. Entonces se elaboró la doctrina Jdanov que aceleró el proceso de comunistización, el proceso que condujo a la constitución del bloque oriental con todas sus secuelas de unificación forzada de partidos, persecución a los líderes de la oposición, purgas y absoluto dominio soviético. Como respuesta específica al Plan Marshall se crearía en enero de 1949 el COMECON (comité de asistencia y cooperación económica entre los países del bloque soviético). La creación de la Cominform suponía también el cierre de filas de todos los partidos comunistas, incluidos los de Europa occidental, en torno al de la Unión Soviética. Se les criticó por una supuesta colaboración con el capitalismo que les había sido previamente impuesto por Moscú. Pero el mayor desastre lo iba a cosechar la URSS en Alemania al apostar Occidente decididamente por la incorporación de este país al plan Marshall, al menos de las zonas de ocupación occidental. Así, a finales de 1947 la posibilidad del mantenimiento Alemania unida permanecía abierta, pero en diciembre fracasó la última CMRE, a partir de aquí británicos y americanos decidieron que había llegado el momento de tomar las medidas adecuadas para asegurar la estabilización de la Bizonia con el acuerdo ya de Francia se decidió la unificación de las tres zonas occidentales, la creación de un Consejo económico alemán con funciones de Parlamento, de un órgano ejecutivo y de una especie de Cámara Alta integrada por representantes de los Landers, es decir, hacia la constitución de un Estado alemán occidental. Pera los soviéticos estos avances eran inaceptables. En Junio de 1948 se extendió la reforma monetaria a Berlín Occidental, y la repuesta soviética fue el bloqueo de Berlín durante el que sólo se pudo abastecer mediante el puente aéreo con EEUU. Bloque que fue entendido como un intento expansionista por amplios sectores de pensamiento occidental, además de fomentar la impopularidad soviética entre los alemanes y que EEUU supo utilizar para imponer su alternativa: la constitución de un Estado alemán separado. Por imposición americana, un Consejo Parlamentario elaboró un texto constitucional que se aprobaría a mediado s de 1949 bajo el nombre de Le Fundamental. Más tarde se elegía el primer parlamento federal y el primer gobierno de la República Federal Alemana. Inmediatamente después, se constituyó la RDA. La división de Alemania se había consumado. La OTAN y el Pacto de Varsovia La última consecuencia del bloqueo fue el surgimiento de la OTAN por iniciativa británica y en clara clave anti-soviética a partir del Tratado de Bruselas que algunos países habían firmado en 1948. el llamado Pacto Atlántico o Tratado del Atlántico Norte, con el que se creaba la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue firmado en Washington el 4 de Abril de 1949. El proceso de confirmación de la división europea y la configuración de los bloques recibió el impulso definitiva con la guerra de Corea. A cerca de este asunto se discute sobre el papel de la URSS en la autorización de la invasión por las fuerzas norcoreanas de Corea del Sur, pero lo que está claro es que Stallin se vio sorprendido con la evolución de los acontecimientos; no estaba informado de los planes de la ofensiva norcoreana y menos esperaba que Truman ordenara la intervención de las tropas americanas en nombre de las Naciones Unidas. Las consecuencias de esta guerra, volvieron a ser nefastas para la URSS, ya que seguía al triunfo de Mao en China y la primera explosión nuclear soviética (Chernobil), con esto Truman consiguió gran receptividad en el sentido de que el comunismo había pasado del uso de la subversión para la conquista de naciones independientes al de la invasión armada y la guerra. La cosa fue muy lejos en el plano de política interna norte americana y el clima de histeria favoreció el maccarthysmo y un ulterior giro a la derecha de la política interior americana. Las consecuencias más importantes en el plano de la política exterior fueron la transformación de la OTAN en una alianza militar integrada, el impulso del rearme de los aliados europeos de los EEUU y el proceso de acercamiento americanos con sus exenemigos; así se iban a desarrollar los procesos que determinarían la definitiva configuración de los bloques militares. La presión estadounidense de que Alemania participara en el esfuerzo militar occidental despertaba reticencias sobre todo en Francia, así, se creó en 1954 la Unión Europea Occidental (UEO) como ampliación del tratado de Bruselas a la que se incorporaron Italia y Alemania, como el medio de que la REA pudiera ingresar en la OTAN. Como respuesta soviética, un año más tarde se creaba el Pacto de Varsovia y en 1956 se incorporaba a él a RDA. La división de Europa en dos bloques antagónicos se había consumado. Así a mediados de los cincuenta, se había cumplido las expectativas de división del mundo en dos bloques y, aunque las iniciativas vinieron siempre des de el lado occidental, hay que decir que Stallin jugó a favor de sus enemigos para conseguirlo. Entre el enfrentamiento y la distensión Los últimos pasos que condujeron a la división europea iban acompañados de elementos que apuntaban a la distensión. Las iniciativas de Eisenhower de acentuar los tonos de la guerra fría no triunfaron en occidente, pues se temía una guerra nuclear en territorio europeo; además la recuperación económica de Europa fomentó las expectativas de dejar de depender de los americanos; y en la URSS la muerte de Stallin dio un impulso hacia la distensión, aunque condujera a la renuncia de la reunificación de Alemania. A partir de 1955 se pudo pensar que la guerra fría iba a terminar definitivamente pues los acontecimientos de Hungría en 1956 dejaban claro que EEUU no iba a arriesgar la paz por liberar a los pueblos de Europa Occidental, y los soviéticos parecían contentarse con el reconocimiento de la RDA Berlín Las tentativas de Kruschov de buscar la distensión iban des de demostraciones de buena voluntan hasta amenazas, y así en 1961 amenazó con cerrar los acesos a Berlín. La respuesta de Kennedy de defender los derechos de los ciudadanos de Berlín demostró que la preocupación máxima occidental era mantener el stau quo. Así, Kruschov decidió edifcar el famoso muro de Berlín para detener la marcha de alemanes hacia la zona occidental. Esto, tuvo ciertos efectos positivos como la confirmación de que también los soviéticos apostaban por el statu quo y la aceptación, por parte de los dirigentes de la REA de que la distensón habría que pasar por la línea del reconocimiento. Cuba En lo relativo a la desnuclearización de europa central, las cosas no marchaban tan bien para los soviéticos, y por eso decidieron instalar rampas lanza misiles en Cuba como forma de presión para que los EEUU negociaran la desnuclearización. Pero esta la respuesta americana de imponer un bloqueo a la isla, casi lleva al mundo al borde del desastre. Finalmente Kruschov se retiró c cambio de la promesa estadounidense de no invadir Cuba. 7-LA DISTENSIÓN (1963-1979) en 1963 se inicia una nueva fase de relaciones internacionales marcada por el deseo mutuo de mantener el statu quo como base para lograr posteriores avances; y por la apertura de cauces de negociación múltiples como la instalación del teléfono rojo o la celebración de numerosas reuniones. En ningún aspecto los logros fueron completos, pero en todos se avanzó mucho. En el terreno del armamento, los primeros acuerdos no excluían el crecimiento de la calidad y la cantidad de los arsenales, pero prepararon el camino para acuerdos más importantes. Se alcanzó la idea de la paridad estratégica, según la cual la potencia nuclear de EEUU era mayor, pero la URSS le podía alcanzar en cualquier momento. Así, en 1972 se firmaron las SALT (Strategic Arms Limitation Talks) que consistían la autolimitación del desarrollo de los sistemas de misiles antimisiles y misiles intercontinentales. En Europa se avanzó mucho en el terreno de la distensión entre los dos bloques, aunque también había tensión interna en cada uno de ellos. Así, los EEUU intentaron frenar las tendencias autonomistas forjando un amplio marco de cooperación económica y político-militar con Europa, pero esta propuesta fue frustrada por Francia. Aún así, como el autonomismo francés tenía bases más nacionalistas, no pudo ofrecer ninguna alternativa y, además, contra la política francesa surgieron corrientes en Alemana cada vez más a favor del Atlantismo y la distensión con el Este. Ejemplo de esto es la firma por la REA del Tratado de No Proliferación Nuclear y el reconocimiento de hecho de la República Democrática alemana y sus fronteras orientales. Como ya hemos dicho, la distensión entre bloques favorecía las tensiones internas y cuando se avanzó a este respecto tales problemas se acrecentaron. Un ejemplo son las crisis de Berlín (1953), Hungría (1956), Rumania o Checoslovaquia. En esta última, la actuación soviética durante la primavera de Praga fue un producto de las distensión y una demostración de sus límites, al mismo tiempo que se encargó de subrayar la incapacidad del bloque soviético para asumir un proceso de democratización desde y con el socialismo. Pero este tipo de problemas no serían ningún obstáculo para la distensión, ya que Occidente seguía pensando que, en la medida que no se contestase el statu quo, podrían alcanzarse a medio plazo avances en la democratización en la Europa Oriental. Guerra de Vietnam Este conflicto que se resolvió como una derrota político militar estadounidense sin precedentes se mostraría cargado de consecuencias para el futuro ya que, en un principio, la involucración americana en la contienda se apoyaba mucho más en el factor nacionalista que en el socialista. Pero el error fue de Jonson, por convertir lo que no era más que una moderada intervención en un elemento central de la política exterior para salvar la credibilidad americana en el Mundo, por que confiaba en que rindiera valiosos frutos y por que esperaba que de algún modo la URSS ayudaría a los EEUU a encontrar una salida en Vietnam. Los límites de la distensión Las principales razones por las que la URSS no estaba interesada en que se rompieran las políticas de colaboración eran la ruptura con china que derivaba en una aproximación Chino-Americana peligrosa des de 1971 y, sobre todo, la necesidad de la ayuda económica americana. Pero en todas las líneas de acuerdo existían elementos de confrontación articulados de tal modo que igual que los avances traían más avances, la amenaza de regresión se dibujaba claramente en el horizonte. Tres elementos fundamentales que apuntan a la confrontación: 1) Para la URSS la coexistencia pacífica no excluía la renuncia a conducirse en política desde posiciones de fuerza, y el trabajo conjunto a favor de la paz no excluía la retórica a cerca de la continuación de la lucha de clases entre capitalismo y socialismo. Así, se alineó con los pases del Tercer Mundo que habían experimentado revoluciones comunistas o pro-socialistas, que dejaban una seria de victorias revolucionarias que tienden a debilitar la hegemonía americana. Sin embargo, aunque pareciera que la USS tenía más penetración en el Tercer Mundo, EEUU seguía gozando del equilibrio estratégico favorable. 2) Los EEU tampoco renunciaban a su propia visión de lo que debería ser el orden internacional y los principios ordenadores de la sociedad: el principio de libre circulación del mercado seguía siendo un eje básico de la política exterior que utilizaba como arma política en las relaciones bilaterales. 3) Las negociaciones sobre el rearme se veía condicionadas por los progresos tecnológicos, que podía modificar sensiblemente los equilibrios alcanzados. Pero estos factores no eran lo suficientemente fuertes como para evitar los dos últimos logros importantes: La conferencia de Helsinki En la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE) de Helsinki, los soviéticos se comprometieron a avanzar en el terreno del respeto a los derechos humanos mientras que los EEUU y los miembros de la OTAN reconocieron la inviolabilidad de las fronteras europeas. El compromiso soviético fue un impulso para la liberación de los países de su órbita. La firma de las SALT II De su complejo proceso se deduce que en EEUU cada vez eran más las fuerzas que apostaban por el fin de la distensión, sólo la decidida voluntad de los países europeos y el pragmatismo de algunos sectores de la Administración americana, se pudo llegar a la firma del acuerdo. Este, volvía a conceder a la URSS mayor tasa de crecimiento de las armas estratégicas, aunque la superioridad seguía siendo estadounidense. De forma aislada, ninguno de estos procesos era lo suficientemente radical como para significar una ruptura en la colaboración: los soviéticos había experimentado grandes avances en el Tercer mundo, pero seguían lejos de alcanzar la capacidad imperial americana, y lo mismo con respecto al armamento. Pero estos cambios fueron percibidos por los sectores más radicales de la sociedad americana como inaceptables que habían de recibir un impulso decisivo de dos acontecimientos que habrán de revelarse como fundamentales a pesar de que en lo que se refiere a las relaciones soviético-americanas no suponía ningún cambio especial: Afganistán y la crisis de los rehenes de Irán a finales de 1979. Esto desencadenó la súbita adopción de una batería de medidas antisoviéticas que implicaban el reconocimiento de un fracaso por parte de ka Administración Carter, y un último esfuerzo por ganar la mano a los sectores más duros que en las elecciones de 1980 le derrotarían con la victoria de Reagan. El fracaso de esta Administración, encuentra su paralelo en la actitud soviética, una dirección esclerotizada y senil incapaz de favorecer una evolución política interior o de tolerar las de sus aliados, y enfrentada a una larvada crisis económica, se embarcó en una absurda fuga adelante, en una política imperial y de armamento, de funestos resultados. 8-LA “SEGUNDA” GUERRA FRÍA (1979-1985) Los acontecimientos finales de 1979 marcaron un giro importante en la dinámica entre el Este y el Oeste, pero en los años sucesivos iban a adquirir tonos más amenazadores, ya que Reagan supuso una línea de firmeza y hostilidad con respecto a la URSS y constituyó una nueva ideologización de las relaciones internacionales. Esto recordaba al clima de la “primera” guerra fría, pero con la diferencia de que ya no se identificaba Comunismo=URSS, si no que se demonizaba a los soviéticos pero se habría colaboración con países como China aunque también eran comunistas. Las primeras iniciativas de Reagan alarmaron a los soviéticos y a sus propios aliados, pues el formidable incremento de gastos militares y sus reticencias a las negociaciones de desarme parecía diseñados para provocar el rechazo soviético. En Europa se acrecentó el nuevo clima de guerra fría con la subida al poder del gral. Iaruzelski del estado de sitio en Polonia en 1981. Pero los aliados europeos de EEUU vieron esto como un “asunto interno” y decidió no arriesgar los avances en la colaboración entre Europa Occidental y Oriental. En el Tercer Mundo los EEUU pasaron a la ofensiva desarrollando una política de hostigamiento a los países que habían desafiado el poderío americano o se habían aproximado a la Unión Soviética. Y los peores momento se vivieron entre 1083 y 1984 con el despliegue de los Cruise y Persing II, que provocó el abandono por los soviéticos de las conversaciones para la reducción de misiles intermedios y de las START; y al año siguiente se producía un boicot de la URSS y sus aliados a los juegos de Los Ángeles y un brusco enfriamiento de las relaciones interalemanas. Pero esto último subrayaba las diferencias entre la “primera” y la “segunda” guerra fría, en la que se mantuvieron abiertas la práctica totalidad de las vías de comunicación y negociación. El cambio fundamental que señalaba el principio de la Guerra Fría se produjo en 1985 en la URSS con el acceso al poder de Mijail Gorvachov, hecho especialmente relevante por que señaló el fin del proceso de degeneración en la dirección soviética que se inicia en los últimos tiempos de Breznev y continúa con Andropov y Chernenko; y por que estaba dispuesto a llevar a cabo una política de reforma interior y de búsqueda de la distensión en el exterior como su decisión de superar los obstáculos que bloqueaban las negociaciones sobre armamento. En noviembre de 1985 la primera cumbre Reagan-Gorvachov no se materializó en acuerdos concreto, pero el clima era mucho más amistoso y permitió un acuerdo de notificación de maniobras militares entre los dos bloques; la segunda cumbre (Reykiavik) ofrece escasos resultados, pero la tercera, Washington 1987, concluye con el tratado sobre el NIF (retirada de los misiles Cruise y SS-20), el mayor logro en 40 años en reducción de armamento nuclear, pero estos acuerdos iban más lejos en la sistematización de muchos de los contenciosos del Tercer Mundo (Afganistán y Nicaragua). La nueva política soviética precipitó la democratización de los pueblos de la Europa Oriental, la desaparición del bloque soviético y la reunificación de Alemania. De las razones que impulsaron a Gorvachov, la más importante fue la percepción de la paralización de la economía soviética y la involución de su vida política. Planteó alternativas como la liberación del peso de los compromisos en el Tercer Mundo y del derivado de la propia carrera armamentística. En el terreno político se aspiraba a una reforma que concluyese con el fortalecimiento de la ursa y el socialismo y no con el desmoronamiento de ambos, puesto que supo apreciar que la liberación de los pueblos de Europa Central no podía frenarse. Pero los EEUU también tuvieron su papel en el triunfo de la distensión a causa, fundamentalmente, de las crecientes dificultades económicas internas, muy amenazadoras para el liderazgo americano. Hay un debate sobre si la causa de la victoria Occidental en la guerra fría fue la política de Reagan para situar a la URSS en una posición que la obligó a colaborar, o si fueron los sólidos y perdurables efectos de la distensión y de fomento en las relaciones entre los dos bloques. La respuesta más plausible es una combinación de ambas, pero es posible que sin la guerra fría el camino se hubiese andado antes y con consecuencias menos traumáticas para la post-guerra. 9-ALGUNOS PROBLEMAS: CONCEPTUALIZACIÓN Y PERIODIZACIÓN: Tanto los límites cronológicos de la guerra fría como sus orígenes han sido ampliamente debatidos, ya que ambas cosas están profundamente interrelacionadas con el problema de la caracterización de la guerra fría Algunos autores fijan el inicio en 1917 cuando surgen dos potencias emergentes con sistemas socio-políticos y bases ideológicas antagónicas; otros los situaron en 1943, cuando EEUU y la URSS se perfilan como grandes superpotencias y afloran las primeras desavenencias. Pero la fecha que se baraja con más frecuencia es la de 1947, el año del paso de la colaboración a una confrontación que asume unos perfiles nítidamente ideológicos (como la doctrina Truman y la teoría de Jdanov) y en la que la división alemana y europea en dos bloques recibe un gran impulso que más tarde será irreversible. Más complejo es el problema del límite final. En los 60-70 se solía situar el fin de la guerra fría en 1963 (después de la crisis de los misiles en Cuba y con la nueva línea política de Kennedy y Kruschev), pero no todos los estudiosos aceptaban esta fecha y hubo quien situó el final en la conferencia de Helsinki o no la daban por terminada. A finales de los 70 principios de los 80, se iba a introducir un nuevo interrogante: ¿se podía hablar de una “nueva” o “segunda” guerra fría o era la misma que no había terminado? El último y más decisivo acontecimiento que condujo a que se fije en 1989 el fin de la guerra fría fue la desaparición del bloque Orienta representada por la caída del Muro de Berlín. Esta delimitación puede ser asumida, pero es necesario un esfuerzo de conceptualización y clasificación de lo que entendemos por guerra fría. Así, podemos definir la guerra fría como un enfrentamiento directo, pero no bélico entre do superpotencias y sus respectivos bloques a nivel mundial (lo que incluye los supuestos de bipolarización y globalización) que encarnan dos sistemas socioeconómicos e ideológicos antagónicos; que se desarrolla a través de rivalidades geoestratégicas, revoluciones en el Tercer Mundo, aspiraciones democráticas en la Europa Oriental; y en el que juega un papel fundamental al carrera de armamentos y el hecho de que tales armamentos tengan la capacidad de destruir el mundo tal y como lo conocemos (cosa absolutamente nueva en la historia). Esta definición permite señalar los elemento diferenciales que no se habían planteado anteriormente y que, posiblemente, no se volverán a plantear es los mismos términos en la historia de la humanidad. En cuanto a su periodización interna, hay que tomar nota tanto de sus elementos generales como de de los más específicos que pueden condicionar la dinámica general del proceso. En este sentido hay que recalcar que la guerra fría se caracteriza en un extremo por el gran número de tensiones, conflictos y guerras localizadas, instrumentalizadas por ambos bloques para reforzar la propia posición y debilitar la del adversario. Estos conflictos tienen, generalmente, orígenes y causas propias, y podía producir modificaciones de los equilibrios alcanzados y condicionar respuestas por parte de una u otra de las superpotencias. El otro extremo de la guerra fría venía condicionado por el no enfrentamiento bélico directo, así que loas momentos de máxima tensión iban seguidos de la restauración de nuevos equilibrios que abría períodos de distensión. Así pues, la dinámica confrontación-distensión-nueva confrontación ha permitido el establecimiento de tres fases a lo largo del período de la guerra fría con sus respectivas subfases que responderían en lo fundamental a la misma dinámica que las fases generales. Historia Bloque 1-Segunda Parte Estalinismo, capitalismo del bienestar y guerra fría 1945-1956 A pesar de las tensiones que enfrentaban a Gran Bretaña, Estados Unidos y la URSS no hubo ningún conflicto hasta que, en septiembre de 1945, Gran Bretaña restauró el colonialismo francés en Indochina a pesar de la declaración de independencia hecha por Ho Chi Minh, el líder comunista de la resistencia antijaponesa. A principios de 1946 la atmósfera de colaboración se estaba evaporando (Churchill denunció el poderío soviético) y en 1947 después de que Gran Bretaña dejara de financiar los gobiernos anticomunistas de Turquía y Grecia, el presidente Truman pidió fondos al congreso para tal propósito. A la doctrina de Truman se sumó el Plan Marshall → plan de ayuda económica a Europa que evitó también la radicalización izquierdista. La polarización de Europa fue acelerada, en 1949 la división de Alemania en Oriental y Occidental ya era fija, simbolizando la división de Europa y del mundo. En la Alemania Occidental después de que el antifascismo facilitara la aceptación de la izquierda la guerra fría volvió a eliminarla, Su política exterior: Creó una atmósfera de represión conformista Demonizó el comunismo como instrumento político de la URSS Identificó al radicalismo como el enemigo interior En la Alemania Oriental las democracias populares cayeron en un temor paranoico a las conspiraciones y en brutales patologías de control y terror. Pero en ambas partes la guerra fría se convirtió en un sistema de poder disciplinario que limitaba lo que se podía decir y pensar. Asegurando la democracia para el capitalismo Entre 1943 y 1947 el ímpetu de la guerra antifascista favoreció mucho a la izquierda y la promesa de democracia impulsada por el socialismo. Después de 1947, la guerra fría actuó contra los programas democráticos de las coaliciones de la resistencia, eliminando posibilidades y atenuando el deseo de cambio en vez de intensificarlo. Ante la rapidez con que se movía la apertura de la Europa Occidental la política norteamericana puso freno a la reforma en vez de conducirla. Se usó el Plan Marshall para crear una nueva pauta en la posguerra, uniéndose con el anticomunismo para dar comienzo a la guerra fría e invalidando con ello su propio deseo reformista. El anticomunismo redujo el espacio para los experimentos reformistas hasta que prácticamente desapareció. Usando la ayuda económica para bloquear las opciones radicales, los encargados de formular la política norteamericana se aseguraron de que los reformistas no comunistas no pudieran elegir. Transformando la coyuntura económica europea se anuló la coyuntura política que daba respetabilidad a los comunistas. Ya que el objetivo político del Plan Marshall era aislar a la Unión Soviética a los partidos comunistas europeos. Perspectivas de democracia en Europa del Este Las limitaciones internacionales para la izquierda fueron especialmente claras en Europa del Este. La ferocidad destructiva del nazismo y la movilidad de poblaciones en masa por Europa fueron cruciales para la circunstancias de la posguerra. Las economías estaban subdesarrolladas, la guerra había causado daños terribles en la infraestructura, Stalin sumió a la región en la dependencia y la experiencia política reciente era sin excepción de dictadura. Las posibilidades de introducir la democracia en Europa del Este fueron frágiles y breves. Incluso teniendo en cuenta las desventajas que representaban el atraso, las ruinas del fascismo y las repercusiones de la guerra fría, el estalinismo resultó insuperable. El endurecimiento de las conformidades privó a las democracias populares de su apoyo popular y el control centralizado acabó con todo el potencial para una cultura política democrática de masas y liquidó los propios partidos comunistas como órganos creativos. Las atroces purgas de 1948-1952 diezmaron los partidos comunistas de la región justo cuando salían del aislamiento de la resistencia. Estalinizando las democracias populares La guerra fría malogró las iniciativas democráticas. Después del fracaso de la estrategia de los caminos nacionales en Occidente Stalin dio prioridad a la conformidad comunista para el Este donde la creación de la Cominform → su propósito era la lealtad a la política exterior soviética; fue el golpe de gracia. El mundo volvió a dividirse en dos bandos. Las democracias populares se convirtieron en regímenes comunistas y los partidos comunistas no gobernantes encabezaron la resistencia a la americanización en Occidente. El efecto inmediato fue el enfrentamiento con los no comunistas y el comienzo de una segunda fase del poder soviético → la estanilización, donde la sociedad fue atacada, los partidos se deshacían y los socialdemócratas eran obligados a fusionarse con los partidos comunistas. La escisión de Tito (Partido Yugoslavo) dio comienzo a la fase final de la estanilización (1948- 1953, muerte de Stalin). Hubo un gran derramamiento de sangre, los comunistas volvieron el terror del Estado contra sí mismos. Las mejores virtudes comunistas se redefinieron como traición. El desprecio de la legalidad, de la democracia, de la ética política y de las mejores tradiciones del socialismo ridiculizó las pretensiones de progresismo del comunismo. El proceso de estanilización acabó con el acto de Slanski. El poder se hallaba ahora centralizado en los líderes internos del partido y del Estado, sin frenos constitucionales ni oposición legal y con una esfera pública dirigida. Como víctimas del estalinismo quedaron también los propios partidos comunistas, de los cuales fueron expulsados una cuarta parte de los afiliados entre 1948 y 1952. La estanilización descendió sobre Europa del Este como una contrarrevolución política. Si el Plan Marshall aseguró la democracia para el capitalismo entonces la política soviética aseguró el socialismo para Stalin. Pautas de reforma europea occidental En el este y oeste, la guerra fría cerró las brechas radicales de 1945, los avances democráticos fueron duraderos (nuevas constituciones, sufragio a la mujer, propiedad pública...). La ciudadanía social fue un avance decisivo, vieron que para que el pueblo ejerciera su democracia eficazmente, se necesitaban unos niveles de vida mínimos. Las reformas fueron polivalentes: Los Estados del bienestar de la posguerra llevaban aparejadas: Una política demográfica y la modernización industrial La competitividad internacional y la eficacia nacional La mejora social y el progreso democrático Medidas tecnocráticas de recuperación económica Medidas sociales para: Reforzar la familia y asegurar la reproducción social Fomentar nuevos modelos de consumo masivo Las reformas educativas satisficieron las necesidades de mano de obra de una economía cambiante. La socialdemocracia de la posguerra Después de 1945 existía una socialdemocracia que iba despojándose de forma creciente de la tradición marxista, temerosa de la lucha de clases y escéptica ante la transformación del capitalismo mediante la revolución, cuyo tres pilares fueron el keynesianismo, el corporativismo y el estado del bienestar. Las socialdemocracias más fuertes eran vehículos generales del progresismo, pero en gran parte de la Europa Occidental las condiciones lo impidieron: Por el comunismo en Italia, Francia, Finlandia e Islandia Por las divisiones religiosas y etnolingüísticas en Alemania Occidental, Países Bajos y Suiza Pero allí donde no existían estos factores los partidos socialistas se convirtieron en la voz principal de 1945 → Gran Bretaña, Escandinavia y Austria. Por otro lado los socialistas estuvieron en la clandestinidad en España, Portugal y Grecia hasta el fin de las respectivas dictaduras. El keynesianismo, base del programa socialdemócrata, aceptaba la permanencia del capitalismo pero juzgaba necesaria la intervención del Estado para corregir las disfunciones del mercado. De esta forma el pueblo obtendría el pleno empleo, una subida de ingresos y el compromiso del gobierno con la igualdad social. La fórmula keynesiana desradicalizó la imaginación socialdemócrata. Corporativismo Las cadenas de producción se extendieron, con los automóviles como modelo industrial clásico. Este régimen nuevo en las fábricas (salarios elevados y alta productividad) alimentaría un nuevo auge orientado al consumidor. Todo ello presuponía un futuro de crecimiento económico. Los nuevos estrategas cambiaron sus prioridades, dejaron el medio principal de las clases obreras por lentas mejoras de la estructura de clases y optaron totalmente por las elecciones. Así, los partidos socialistas se conviertieron en “partidos populares” con apoyo variado. Dejó de hablarse de poner fin al capitalismo, solo quedó el deseo de gobernar después de las elecciones. Sin embargo, aunque los socialistas habían dado forma al ordenamiento de la posguerra, fueron los conservadores quienes cosecharon los beneficios. En 1960, los socialistas habían abandonado en su mayor parte las ideas de abolir el capitalismo, pasaron a tener fe en el crecimiento económico, la prosperidad industrial y el aumento de nivel de vida. Las mujeres en su lugar La guerra causó grandes trastornos a la vida familiar, confundió los límites entre lo público y lo privado e introdujo a las mujeres en cometidos que normalmente correspondían a los hombres. Pero después de 1945 la maternidad y la vida cotidiana volvieron de nuevo, hubo diferencias entre el este y el oeste que revelaron ciertas pautas de cambio a largo plazo. Durante la guerra la movilización de las mujeres creó expectativas de igualdad, se crearon organizaciones como la Agrupación de Mujeres Antifascistas (1933) o Mujeres Libres. En España el Frente Popular mejoró la situación jurídica de las mujeres pero tras la victoria de los nacionales en la guerra civil se volvió a implantar la subordinación de las mujeres. Lo mismo ocurrió en Francia e Italia. (En 1945 solo Portugal, España, Grecia y Suiza seguían con sistemas de gobierno exclusivamente masculinos). La incapacidad de la izquierda para escapar del marco maternalista señaló los límites del antifascismo. El socialismo siempre prometió una liberación de gran alcance para las mujeres, sin embargo la misoginia, la separación de esferas y la indiferencia de los movimientos con predominio masculino siguieron siendo la norma. Los años 50 fue una época intermedia para las mujeres, suspendidas entre la novedad de la ciudadanía jurídica y la normalización de la vida doméstica. En este sentido, el armazón maternalista del Estado del Bienestar era clave (hasta las progresistas hacían distinción entre las madres amas de casa, las de verdad, y las que trabajaban y privaban a sus hijos de los cuidados maternos). La creciente participación de las mujeres en la economía, la educación superior y el consumo privado quedó oculta por el triunfo del ideal del ama de casa-madre con dedicación plena. Este silenciamiento del radicalismo, en medio de planteamientos pro-familia fue también un efecto de la guerra fría. Por otro lado, la homosexualidad fue señalada como peligro para la seguridad de la comunidad. A pesar de algunos enclaves de tolerancia intelectual, la izquierda no era menos categórica respecto a desaprobaciones, incomprensión y hostilidad declarada. Capítulo 21-Primera Parte 1968. Se mueve, después de todo. El radicalismo europeo era totalmente internacionalista y para este cambio la televisión fue un elemento clave. La revolución corría a cargo primeramente de los estudiantes, estaban en marcha. Los movimientos del 22 de Marzo se caracterizan por: Sin líderes oficiales, sin posiciones teóricas comunes...divididos por sus creencias políticas diferentes pero unidos por la voluntad común de actuar y un pacto en el sentido que todas las decisiones las tomarían asambleas generales. Los movimientos estudiantiles rechazaban la política convencional por la acción directa y las calles. Se vive una radicalización de los negros ( a partir de 1967), Panteras Negras, el nacionalismo negro y la conversión del movimiento pro derechos civiles en la Campaña de los Pobres. París, Francia: Los Hechos de Mayo La revolución estudiantil estalló en París el 3 de mayo de 1968. Todo empieza un viernes en la Soborna (universidad parisiense), la policia desaloja la universidad de los estudiantes por la fuerza y estos responden con grandes movilizaciones. "Soltad a los estudiantes, retirad la policía, reabrid Soborna" Las cuatro quintas partes de los parisienses estaban a favor de los estudiantes, el pueblo contra el gobierno y la policía. La misoginia y la xenofobia se desatan. Cohn-Bendit convocó por radio una huelga general. El 13 de mayo 800.000 obreros protagonizaron una marcha para expresar su apoyo a los estudiantes. El ímpetu pasó de los estudiantes a los obreros. El 18 de mayo, los huelguistas ya eran dos millones y se habían ocupado 120 fábricas. Dos movimientos se estaban juntando: Los estudiantes y los obreros. Los obreros querían cambios que representaran calidad de vida. La distancia entre el movimiento y los líderes nacionales de la izquierda importaba ahora de verdad. El intento por parte del movimiento obrero de formar gobierno fue interrumpido bruscamente por De Gaulle. El 30 de mayo el general se dirigió por radio a la nación, el gobierno y la sociedad respetable habían vuelto a recuperar el valor. Volviendo a la normalidad Los obreros se encontraban divididos, la desmoralización de la izquierda no podía competir con la retórica anticomunista del orden. Los jóvenes menores de 21 años, los portadores activos de los hechos de mayo, fueron excluidos de las últimas elecciones, dándole el triunfo al gobierno conservador y militar de De Gaulle. Política en un tiempo de Deseo Dos izquierdas se encontraban cara a cara desde ambos lados de la frontera de la alocución de De Gaulle el 30 de mayo. El PCF protegía sus costumbres arraigadas frente a los nuevos movimientos. El antiautoritarismo de los militares fue la fuerza principal que estalló y se coló por las grietas cada vez mayores de la cultura política gaullista. Vuelven las huelgas y los movimientos de Mayo, en Junio había ya 450 comités de acción en París. Los estudiantes volvían a la carga, querían saber: ¿por qué estamos aprendiendo esto? ¿Para hacer que? ¿Para desempeñar qué función en la sociedad? El Movimiento 22 de Marzo fue uno de los precursores de esta crítica, con su ausencia de burocracia, la idealización de la autonomía local y la democracia permanente del mitin general. La política estaba bajando a la tierra. Era momento de conectar la vida política con la cotidiana y de esta forma librarse de los políticos. Estas nuevas políticas desde los puntos de partida de la vida cotidiana complicaron los conceptos de la izquierda. Capítulo 21-Segunda Parte CAPITALISMO DE CONSUMO, GENERACIONES Y LA POLÍTICA DE LA CULTURA La revuelta de los estudiantes franceses estuvo vinculada a una crisis del Estado francés, cuyo sistema democrático se contaba entre los menos funcionales de Occidente. La elevación de los niveles de vida incluyó no solo la vivienda, la nutrición y la seguridad omnipresente del pleno empleo y el Estado de bienestar, sino también mayores ingresos disponibles debido al aumento de los salarios reales. Este cambio se produjo de repente y estuvo concentrado en los primeros años de los sesenta. La opinión pública vinculó este nuevo consumismo al individualismo adquisitivo y a la privatización de la forma de vida. El desprecio y la identificación relacionados con los modestos placeres de la economía de consumo se manifestaron siguiendo líneas generacionales. La juventud radical se enfrentaba a una política dominante (en la derecha y en la izquierda) atrincherada en torno a esta clase de experiencias de la guerra y la posguerra. Su rebeldía tenía un tono antipatriarcal: contra el poder del padre en las familias pero también contra la arraigada autoridad política. Las generaciones antifascistas (que habían experimentado la segunda guerra mundial como adultos y ahora dirigían los partidos comunista y socialdemócrata) respondían despreciando a la izquierda estudiantil. El número de estudiantes creció en la década de 1960. El boom de la natalidad contribuyó a ello. La escolarización obligatoria también se prolongó, y la juventud se encontró con un pie en la dependencia infantil y el otro en la responsabilidad adulta, lo cual creó una categoría nueva de jóvenes con tiempo, conocimientos, dinero y una creciente conciencia de sí mismo que constituían un mercado y se concentraban en instituciones distintivas, pero se veían excluidos jurídicamente de la ciudadanía. El radicalismo estudiantil transcendió la universidad y alcanzó una rebeldía más amplia entre la juventud. Esta Nueva Izquierda criticaba el consumismo y la socialdemocracia, proyectaba un internacionalismo que iba más allá de los bandos de la guerra fría y analizaba los cambios en el capitalismo contemporáneo. Propugnaba la democracia participativa dentro de una ética de compromisos. En 1958-1962, este movimiento embrionario empezó a cuajar. Debía mucho a un comunismo disidente anterior, con su antiimperialismo, sus redes internacionales y su inconformismo ético. Pero debía más a los cambios sociales y culturales de la posguerra. En julio de 1967, el Congreso de la Dialéctica de Liberación agudizó este radicalismo cultural y le dio un tono político. LA PRIMAVERA DE PRAGA: “SOCIALISMO CON ROSTRO HUMANO” En la Europa del Este también se estaba formando una nueva izquierda en Checoslovaquia, donde el comunismo era una paradoja. El KSC, que había sido el mayor partido comunista de Europa en el periodo de entreguerras y el más fuerte de la Europa del Este después de 1945, gozó de auténtica popularidad en 1945-1948. A pesar de ello, creó el estalinismo más repugnante de la región y aplazó la desestalinizacion hasta 1962-1963. Para entonces la crisis en Checoslovaquia era grave. La Primavera de Praga comenzó con el Comité Central entre octubre de 1967 y enero de 1968 y, culminó con la sustitución del primer secretario del partido. Las bases del partido se movilizaron rápidamente durante enero-abril, con la liberación de la prensa e intensos debates internos en el partido. El Programa de Acción del 10 de abril reavivó el partido, y la convocatoria del XIV Congreso para septiembre centró un proceso de radicalización. Esto ocurrió a lo largo de miles de mítines públicos, concentraciones de masas y nuevas asociaciones como las organizaciones de víctimas del estalinismo y el Club de Comprometidos Sin Partido. Volvieron a fundarse partidos no comunistas. El acontecimiento fundamental fue el “Manifiesto de las 2.000 palabras”: el documento centraba la identificación popular con la reforma, hecho que radicalizó los ánimos del público, polarizó a los conservadores y a los reformistas y llevó las cosas más allá del control del presidente del KSC. La Primavera de Praga había renovado la vitalidad reprimida de la tradición comunista de Checoslovaquia, activando diversas esperanzas y reacciones. Mientras los reformistas y los conservadores trataban de estabilizar la legitimidad del partido, la esfera pública resultaba cada vez más difícil de controlar, a medida que las asambleas de estudiantes, los mítines públicos y la prensa institucionalizaban un fermento de opinión libre de censura. La Primavera de Praga, al igual que el comunismo reformista húngaro de 1956, creó problemas al monopolio político del Partido Comunista y alcanzó el borde de los sistemas estalinistas instaurados en 1947-1949. Los soviéticos consideraban que las bases de dichos sistemas (gobierno de partido único, justicia administrativa, censura, ortodoxia marxista-leninista y autonomía de los servicios de seguridad) no eran negociables. Las libertades de expresión, asociación y reunión, la abolición de la censura y la liberación de la prensa, etc. chocaban con las reglas soviéticas. Era el marco de diferencias irreconciliables entre el KSC y los soviéticos. El principio del pluralismo definió el Programa de Acción desde el comienzo. Decía que el Partido Comunista tenía que ganarse su liderazgo con obras. Tenía que actuar por medio de la persuasión, basándose en la democracia. No había ninguna diferencia entre los reformistas del KSC y el país en agosto de 1968. La hostilidad soviética llevó a la opinión pública a respaldar en masa al gobierno. El conservadurismo implacable de la URSS puso fin a la Primavera de Praga. Los ejércitos del Pacto de Varsovia llegaron a Praga el 20 de agosto para restaurar el gobierno normal. Sin embargo, la conspiración tramada con los conservadores del Presidente del KSC salió mal. El Comité de la Ciudad de Praga convocó el XIV Congreso del KSC donde los delegados se unieron en secreto contra la invasión. Al cabo de traumáticas negociaciones, se acordó un protocolo. Habían logrado rechazar a los conservadores, renunciando sólo a algunos radicales y resistiéndose a repudiar la reforma en general. Pero al firmar el protocolo, renunciaron al Programa de Acción. Los reformistas no tardaron en verse atrapados en una retirada degradante e irreversible. El Congreso de KSC fue anulado. Se reintrodujo la censura. La esfera pública fue cerrada. El presidente del Partido Comunista eslovaco, se hizo cargo del gobierno. La continuación de las protestas contra la invasión entre octubre de 1968 y marzo de 1969 sólo sirvió para endurecer la línea normalizadora. EL COMUNISMO Y LA IZQUIERDA La invasión soviética de Checoslovaquia puso fin a las perspectivas del socialismo en la Europa del Este. Había tres puntos fijos en el sistema soviético que impedían cualquier izquierda auténtica en los partidos comunistas de la Europa del Este después de 1968. El primero era el puño de hierro del dominio militar soviético, que se basaba en la división geopolítica de Europa en 1945-1949, consolidada por la OTAN y el Pacto de Varsovia. La economía socialista (propiedad colectiva, gestión burocrática y planificación central) era el segundo punto fijo del sistema soviético. El tercer punto fijo era el monopolio político comunista y el gobierno de partido único. Cuando la reforma se salía de estos preceptos, se alcanzaban los límites de lo posible. Los caminos nacionales, la ampliación del mercado y la reforma política iban en contra del sistema soviético. Las acciones soviéticas fueron condenadas casi universalmente. El desprecio soviético por el movimiento mundial era escandaloso y la unanimidad del comunismo mundial se había disuelto. Has 1956 una persona podía apoyar a la URSS o a su propio partido comunista, incluso a pesar de los crímenes de Stalin. La resistencia al fascismo y al nuevo orden nazi habían sido razones convincentes para ello, como lo fueron también las líneas de combate de la guerra fría. Después de 1956, el conflicto chino-soviético dividió aún más el movimiento mundial, con nuevos grupos maoístas dentro de las izquierdas nacionales. En 1960, las ortodoxias del comunismo ya presentaban grietas amenazadoras. La agitación que provocó 1956 empujó a algunos partidos a realinearse. Otros llevaron a cabo un replanteamiento gradual. Durante la década de 1960 también se produjeron notables reactivaciones del marxismo que rompieron el molde ideológico estalinista y liberaron las ideas marxistas del aislamiento de la guerra fría. En los países donde no había un partido comunista grande, el marxismo se difundió entre las universidades. En Francia e Italia, el papel del comunismo en la resistencia y la cultura organizada de la izquierda convirtieron al marxismo en una parte aceptada de la vida intelectual. En Gran Bretaña, el marxismo encontró espacio entre el CPGB y las instituciones culturales del movimiento obrero, ensanchándose en el decenio de 1960 con la expansión de las universidades y la apertura de las artes y la televisión. En 1968, las líneas entre estos marxismos diversos y los partidos comunistas que se estaban desovietizando poco a poco ya eran borrosas. O bien los partidos comunistas se separaban del estalinismo condenando la invasión o se condenarían a sí mismos a la insignificancia política. ¿PUERTA AL FUTURO? Los movimientos 1968 fracasaron en todas partes. Los nuevos radicalismos tenían tanto los síntomas desordenados como los movimientos dirigidos de forma consciente. La combatividad raras veces adquirió una cohesión que no fuera temporal o local. Definieron espacios nuevos donde se necesitaban nuevas ideas y prácticas. Los movimientos de 1968 proporcionaron visiones fugaces de de un futuro que todavía se estaba configurando: estructuras de clase que se recomponían, movimientos obreros que perdían su cultura distintiva y su terreno en la comunidad, industrias de servicios que dominaban el mercado de trabajo, nuevas tecnologías y procesos laborales vinculados a nuevos discursos de autogestión y alienación. Los dos legados más importantes para el futuro de la izquierda fueron: el renacer de la política extraparlamentaria y el feminismo y el auge de nuevos movimientos de mujeres que durante el decenio de 1970 fueron también el ejemplo más creativo de oposición extraparlamentaria. Por supuesto, detrás de toda la agitación de 1968 perduraba el socialismo parlamentario. Capítulo 22-Feminismo Dossier 3 Feminismo. Regenerizando la izquierda En 1968, la mujer continuaba en un lugar pasivo respecto a la toma de decisiones, contrastando con las numerosas protestas que comenzaban a darse. Diversos choques en público como el sucedido en el Congreso del SDS acompañaron a los movimientos de liberación de la mujer, que comenzaron a extenderse por todo el mundo. En ese momento comenzaron eregirse importanes figuras como Rosalind Delmar o Aileen Christianson, que llegaban al movimiento feminista a través del movimiento estudiantil como era habitual. Los movimientos de liberación de la mujer estaba vinculados de forma absoluta a los hechos de 1968 y pronto los distintos movimientos empezaron a converger: el movimiento alemán occidental cristalizaba en el SDS, los movimientos de París convergían en el Mouvement de Libération des Femmes durante 1967-1970… La primera Conferencia Nacional del Movimiento de Liberación de la Mujer tuvo lugar en el Ruskin College de Oxford el 27 de Febrero de 1970, dando lugar al Comité Coordinador Nacional de la Mujer y las Cuatro Exigencias del Movimiento de Liberación de la Mujer: igualdad salarial, igualdad de educación y oportunidades, guarderías abiertas 24 horas al día, y anticoncepción y abortos libres y gratuitos. Pese a esto la presencia real del movimiento estaba en los grupos y campañas locales. Alrededor de la Conferencia de Ruskin se sucedieron otros acontecimientos que fueron impulsados por el movimiento como la huelga en petición de la igualdad salarial en la fábrica Ford de Dagenham, entre el 5 y el 28 de Junio de 1968, la circulación del panfleto de Anne Koedt “The Myth of the Vaginal Orgasm” (1969) a un nivel masivo, introduciendo la sexualidad femenina en la política, la repartición de folletos en la exposición de Ideal Home criticando el consumismo o la especialmente notable interrupción del espectáculo de Miss Mundo en noviembre de 1970. Todo esto acabó desembocando en la manifestación nacional de marzo de 1971. Para el feminismo británico, la defensa de la Ley del Aborto de 1967 fue la campaña nacional más destacada. Junto a esto, el verdadero centro de gravedad del movimiento de liberación de la mujer era grupo de Concienciación, la forma democrática primitiva que se convertiría en la quintaesencia del movimiento, alrededor del cual se estructuraron la mayor parte de las actividades, desde mítines públicos hasta asistencia a las mujeres maltratadas. Un gran número de actos de transgresión pública como la colocación de una corona a “la esposa desconocida del soldado desconocido” en la Tumba del Soldado Desconocido en París en 1970. Se serializó el boletín informativo “The Clit Statment” que era una polémica extrema contra las mujeres heterosexuales escrita por lesbianas radicales de Nueva York en 1974. Esto se unió al carácter separatista del movimiento, que excluía a los hombres por completo y llegaba a casos como la institución de la norma de lesbianismo político por parte de las Feministas Revolucionarias de Leeds en 1979 haciendo que la imagen radical del movimiento aumentara. Las Cuatro Exigencias eran además reformadas para que se incluyeran la independencia económica y jurídica y para que se “pusiera fin a la discriminación contra las lesbianas y el derecho de la mujer para definir su propia sexualidad” Así, con la radicalización del separatismo en lesbianismo político vino el énfasis de la violencia contra las mujeres, creándose los primeros refugios para mujeres maltratadas y movimientos de protesta con el lema de “Recuperad la noche” que darían lugar a diversos episodios de violencia. Mientras, el movimiento se seguía centrando en la búsqueda de la igualdad empresarial y el reconocimiento de las labores domésticas y, poco a poco, se creaba una nueva esfera pública feminista, dónde destacaría la creación del Servicio Nacional de Información en Leeds y de los numerosos centros para mujeres (WIRES) y puntos de encuentro. Los movimientos de liberación de la mujer adquirieron cohesión a nivel nacional mediante las campañas relacionadas con el aborto y la importancia del movimiento a nivel internacional aumentó, aunque falta de solidez y coherencia. Pese a esto el feminismo de la Segunda Ola no logró institucionalizarse nacionalmente y ante la falta de estructura las feministas decidieron hacerse un hueco en la corriente principal de la izquierda. Los partidos de izquierda se ocuparon de los nuevos feminismos de forma muy desigual y poco a poco el feminismo pasó a ser considerado poco más que una distracción burguesa y la tarea de transformar los partidos de la izquierda fue un completo fracaso. Pese a la derrota en el aspecto político, el Movimiento de Liberación de la Mujer había conseguido hacerse visible en la esfera pública, perfilándose así varias pautas continuas de feminismo que recayeron sobre todo en la sociedad civil y que continuarían evolucionando durante los años hacia un futuro aún no definido. Si bien el mejor momento del Movimiento de Liberación de la mujer había pasado, las feministas encontraron formas de cooperar tanto conjuntamente como en la tarea de abarcar los marcos de la izquierda. El desarrollo de la nueva guerra fría, la amenaza de destrucción nuclear y la creciente conciencia de la catástrofe medioambiental del mundo dieron ímpetu a las convergencias feministas dentro de la izquierda. El movimiento pacifista transnacional y la ascensión de la política de los Verdes proporcionaron el terreno práctico en el que podrían formarse nuevas alianzas. LA DESCOLONIZACIÓN (Parte 1) El imperialismo tendía a convertirse en colonialismo en las áreas donde la organización política nativa no podía ejercer su autoridad con eficacia. Claro que muchas veces eran los europeos, japoneses o norteamericanos los que por su propia voluntad ocupaban estas tierras, pero lo que solía ocurrir era que, cuando el gobierno nativo no sabía manejar sus cuestiones populares (y por lo tanto no podían ofrecer grandes ventajas a las potencias extranjeras), éstas intervenían. Si aceptamos esta premisa, podremos ver la descolonización no simplemente como un acto de retirada europea, sino también como una nueva forma de afirmación política en África, Asia y América Latina. 1) El imperialismo antes y durante la Primera Guerra Mundial Las primeras reacciones al imperialismo europeo llegaron antes del estallido de la I GM de los dos grandes estados tradicionales que Europa se había esforzado tanto por humillar: Turquía y China. Una proposición británica para que se concediera la autonomía a Macedonia impulsó a la acción estas fuerzas. La Primera Guerra Mundial impartió un estímulo adicional al activismo político en el Sur y logró liberalizar en general los regímenes. He aquí algunos casos: -Francia ofreció diversas reformas esperadas por largo tiempo a los argelinos musulmanes. -Gran Bretaña se sintió obligada a declarar que la meta final de la India era el gobierno propio, y en Egipto inició negociaciones con los líderes políticos locales. -En América Latina el efecto general de esta nueva situación fue el surgimiento de gobiernos populistas dirigidos contra la élite terrateniente. Esto, sumado a la reorganización económica de gran parte del continente constituía una especie de “descolonización” -Este movimiento impulsó también la Revolución rusa de 1917. Lenin no solo formuló un ataque teórico contra el colonialismo, sino que además renunció de inmediato a los designios zaristas sobre Constantinopla, Persia y Manchuria. 2) Los nacionalismos tras la Primera Guerra Mundial A) Nacionalismo dentro del orden colonial: se aceleraron tras la I GM. Las causas fueron la lenta difusión de la educación occidental, el creciente desarrollo económico de algunas áreas y la acumulación de conocimientos adquiridos a través de estos procesos. Se estaban creando las bases necesarias para fuertes movimientos nacionalistas después de 1945. comenzaron a formarse los primeros partidos políticos en muchas de estas áreas. B) Nacionalismo fuera del orden colonial: en estos años se escucharían otros desafíos fuera del imperialismo europeo. Nacionalismo turco: con Mustafá Kemal, fue el reto más notable. Nacionalismo chino: en 1921 nacía el Partido Comunista Chino, y el éxito de este suceso contra los dictadores militares provocó la guerra civil entre nacionalistas y comunistas. Esta lucha estimuló las ambiciones japonesas, y la invasión japonesa de Manchuria y China cambió el curso de la guerra civil hasta la victoria comunista. Nacionalismo en Asia y Medio Oriente: tampoco estos nacionalismos pasaron inadvertidos para las capitales europeas involucradas (París y Londres). No dejó de reconocerse la gravedad del costo terrible de la guerra, aunque también se habían producido grandes ganancias. Los críticos de izquierdas ya no dirigían sus ataques contra el colonialismo, sino que pedían remedios contra abusos específicos. Y es que justo en el momento en que ciertas fuerzas empezaban a terminar con la dominación europea en el extranjero, muchos europeos llegaban a la conclusión de que su supervivencia nacional podría depender de la conservación del imperio. Ante el poderío creciente de los EEUU, URSS y Japón, parecía absurda la idea de que los nacionalismos locales serían la oleada del futuro, pero el fortalecimiento de estos en la mayoría de las áreas dominadas por europeos proseguía sin descanso, y la Segunda Guerra Mundial proyectó el impulso decisivo. 3) Los nacionalismos tras la Segunda Guerra Mundial La movilización de las fuerzas nacionalistas era tan fuerte que parecía muy improbable el restablecimiento de los antiguos regímenes coloniales sin una fuerte resistencia. La II GM también agudizó las tensiones en la más importante de las posesiones imperiales, la India, lo que fortaleció las demandas de independencia al mismo tiempo que colocaba a los británicos en una posición muy desfavorable. En África la influencia de la guerra fue menos directa, pero también tensó las relaciones coloniales. De todas formas, los europeos estaban convencidos de que el nuevo orden internacional que surgiría tras la guerra estaría caracterizado por la interdependencia de las naciones (es decir, de ellos y sus antiguas colonias), pero esto no fue así. Si bien es cierto que se creó un nuevo orden internacional, fue la coordinación entre los estados del Norte y NO la conexión con el Sur lo que establecería las relaciones internacionales después de 1945. Tras la guerra, los occidentales creían que el principal problema provendría de la URSS, pero la realidad fue que lo encontraron en el Sur. Pronto comenzó la violencia, el mismo día en que París celebraba la derrota alemana. Los disturbios musulmanes en Argelia oriental destruyeron más de cien vidas europeas, y la reacción fue inmediata y cruenta. Al año siguiente estalló la guerra en Indochina (con más de 100000 franceses muertos) y un levantamiento en Madagascar que provocó la represión francesa. El Imperio británico tampoco se libró de la violencia colonial: los griegos contra los turcos en Chipre, los judíos contra los árabes en Palestina, los hindúes contra los musulmanes en la India, los conflictos en Irlanda del Norte… son algunas de las consecuencias indirectas del proceso de descolonización. Con el inicio de la independencia de Argel terminó la fase crítica de descolonización europea. 4) Comparaciones entre la experiencia británica y francesa en cuanto a descolonización. A pesar de la importancia histórica de la descolonización europea después de la II GM, no ha habido un debate general sobre el carácter de la descolonización como movimiento histórico. Sin embargo, si que ha surgido una especie de opinión que atribuye las diferencias entre las experiencias británica y francesa a una combinación de sus respectivas tradiciones imperiales y de su capacidad para gobernar. Después de 1945, las opciones políticas de Gran Bretaña y Francia se vieron condicionadas por el ascenso claro de las dos potencias “antiimperialistas” (EEUU, URSS) y con la madurez de las élites nacionalistas de todas partes de África y Asia para imponer una retirada de Europa en el extranjero. Así pues, las decisiones políticas que verdaderamente importaban para París y Londres no se referían a la posibilidad de que se liberaran las colonias, sino al territorio que se permitiría gobernar a estas élites políticas nuevas. ¿Qué territorios se federarían y cuáles se fragmentarían? ¿Quién debería gobernar y de acuerdo con qué procedimientos? Estas eran algunas de las cuestiones decisivas para estos dos países, y es que lo que estaba claro era que, en el momento en que no se respetaran los límites históricamente impuestos a su poder, su política estaría condenada al fracaso. Por ejemplo, en Francia las guerras interminables de Indochina y Argelia no solo costaron las vidas de miles de asiáticos y africanos, sino que finalmente provocaron el derrumbo de la IV República. El análisis comparativo de la capacidad de los británicos y los franceses para abandonar sus imperios tras 1945 sugiere cuatro aspectos en que los británicos se veían favorecidos: -Los precedentes de la Segunda Guerra Mundial que sirvieron para orientar a los líderes europeos y organizar sus respuestas ante las presiones a favor de la descolonización. En este punto, los británicos se mostraron más aptos que los franceses. -Las diferentes relaciones mantenidas por los dos países con EEUU (los británicos tenían una ventaja demoledora) -La cuestión de las instituciones políticas internas de Francia y Gran Bretaña, con sus capacidades muy desiguales para afrontar un problema de la magnitud de las descolonización. -El carácter de las élites nacionales que debían afrontar los europeos. 5) LA DESCOLONIZACIÓN EN PARÍS Y LONDRES Gran Bretaña La experiencia británica preparó a Londres extraordinariamente bien para la liquidación del imperio después de 1945. Durante el periodo de entreguerras, se puso en claro que jamás se haría realidad el sueño de la “federación imperial” (es decir, que Londres controlase íntegramente la política de los diversos pueblos anglosajones). Por este motivo el gobierno representativo que no se podría conseguir fue transformándose en gobierno responsable con una mancomunidad en el que los estados serían plenamente soberanos. Por lo tanto, la Declaración Balfour (1926) solo enunció lo que ya se había decidido: la soberanía de los dominios en todos los sentidos. La cuestión india. La Ley de Gobierno de la India se considera como el primer gran paso del proceso de descolonización británica. Aunque esta ley distaba mucho de conceder la independencia a la India, en Londres resultaba bastante concluyente en muchos sentidos, ya que en gran medida conciliaba la opinión popular con la independencia final de la “joya de la corona”, considerada junto con las propias Islas Británicas como uno de los “pilares gemelos” de Gran Bretaña. Los británicos crearon la tradición de afrontar el descontento colonial mediante reformas que asociaban a los pueblos subyugados más estrechamente a su propio gobierno. Y la decisión final de conceder la independencia a la India y de permitir su retiro de la mancomunidad si lo deseaba constituye un precedente monumental para la política británica hacia el resto de las colonias. Francia En 1944 se reunió un grupo de funcionarios civiles coloniales en la capital del Congo francés, a fin de elaborar propuestas para la reorganización imperial tras la guerra, pero las numerosas propuestas útiles que formularon (la derogación del trabajo forzado, la creación de asambleas territoriales y la representación de pueblos coloniales) no se ocuparon del problema verdaderamente fundamental: la posibilidad de una evolución colonial hacia la independencia. En la conferencia se afirmó que no existiría ninguna idea de autonomía, ni ninguna posibilidad de evolución fuera del bloque francés del imperio. Con el tiempo, las cosas no mejoraron, ya que a pesar de la rápida promulgación de reformas, no se pensó en conceder a los nacionalistas coloniales ningún tipo de ventaja política para su independencia. Así, la IV República creó la UNIÓN FRANCESA (unión del sistema colonial francés). Esta “federación” dependía única y exclusivamente de la autoridad de Francia. En los asuntos legislativos, la unión quedaba totalmente subordinada a la Asamblea Nacional. Estos pueblos seguirían sin ser libres. Lo que París parecía decidido a lograr era un equivalente de la Federación Imperial que los británicos ya habían rechazado (a cambio de la mancomunidad). Entonces…¿cómo entender esta institución tan históricamente anticuada? He aquí una lista en la que queda patente el adelanto y madurez de Gran Bretaña frente a Francia: -Mientras que los franceses se empeñaban en convertir a sus súbditos coloniales en conciudadanos (“La Francia de 100 millones de franceses”), los británicos habían apostado por un autogobierno. -Históricamente hablando, el “antiimperialismo” británico del siglo XIX llegó a basarse en el supuesto de que el libre comercio podría armonizar los intereses entre las naciones, librando al mundo de la guerra mediante una interdependencia económica creciente y provechosa. Por ilusorias que fueran estas ideas, parecían funcionar bien sobre todo en América Latina, cuya estabilidad dependía en alto grado de sus conexiones financieras con Gran Bretaña. Para los británicos era mucho más sensato trabajar con tales élites nacionales de importadores y exportadores que tratar de ejercer un control político directo sobre pueblos de diferentes etnias. Francia era mucho más débil internacionalmente hablando, por ello no podía mantener la clase de control informar disfrutado por los británicos, así que a fin de ser imperialistas, los franceses debían ser proteccionistas. -Las relaciones entre Washington, Londres y París también fueron decisivas en esta balanza. Así como los lazos que unían a Roosevelt y a Churchill eran muy estrechos, Roosevelt no le tenía ningún tipo de estima a De Gaulle. A pesar de la capacidad demostrada por este último, los norteamericanos se oponían a su liderazgo, incluso en el momento de la liberación de Francia (Roosevelt se negó a reconocer la autoridad del general) Fue hasta fines de 1944 cuando los EEUU reconocieron finalmente al Gobierno provisional de De Gaulle. Los aspectos de la personalidad de De Gaulle que resultaban tan antipáticos para los norteamericanos, y a veces para los británicos, se relacionaban con su determinación de no permitir que Francia fuese absorbida por ellos durante la guerra, convirtiéndose así en algo secundario y privado de toda iniciativa. Y es que todas las corrientes de la opinión política francesa sospechaban de las maniobras norteamericanas en el norte de África, y se creía que Washington quería expulsar a los franceses para ocupar su lugar. Cabe añadir, que estas sospechas no eran, ni por asomo, descabelladas, ya que no había duda acerca de la agresiva intención norteamericana de que terminara el imperio extranjero europeo después de la II GM. Washington había buscado la destrucción de las esferas de influencia de sus rivales (Gran Bretaña incluida) en el Sur, apoyando los movimientos nacionalistas en estas regiones. Una minoría en anglosajones sostenía que la función de los actos de Washington era simplemente desplazar a Gran Bretaña, sin embargo muchos británicos esperaban que les uniera a América una simpatía natural y confiaban en que su poderío llenara el hueco que dejó le desintegración de sus esferas formales e informales de control por todo el mundo. La forma de actuar de Washington dejaba en manifiesto que eso no era así y sus claras intenciones de destruir las esferas de influencia de sus rivales desde fines del siglo XIX. Otra de las grandes diferencias entre Gran Bretaña y Francia en su capacidad de llevar la descolonización está fijada en la política interna de cada país. Mientras que Gran Bretaña tenía una política estable, con dos partidos leales y un ejecutivo fuerte, Francia era todo lo contrario, era un sistema con muchos partidos y con una oposición desleal tanto por la derecha como por la izquierda, no eran tan capaces como los británicos de llevar la situación de la descolonización. No es que en Gran Bretaña los partidos no tuvieran sus disputas como en cualquier otro momento, es que se daba una solidaridad partidista debido a la política coherente y consistente que se llevaba a cavo. Uno de los ejemplos de la solidez de las instituciones británicas se da en la invasión de la Zona del Canal de Suez que despertó verdadera preocupación tanto al público británico como a sus líderes, el sistema demostró poder desempeñarse notablemente bien. El punto más delicado de esta política británica era el gran esfuerzo de los conservadores para evitar divisiones, ya que eran el partido del Imperio por excelencia y se sentían ligados emocionalmente con el llamado orgullo imperial. Aun así el único error grave de los conservadores durante su liderazgo fue el de Suez a pesar del retorno de Churchill. El éxito de dicho liderazgo se debió en gran medida a que los laboristas habían mostrado el camino concediendo la independencia a los territorios del sur de Asia y preparando el terreno para la futura independencia de Costa de Oro, además de algo de suerte ya que Churchill dejó el poder antes de realizar ciertas políticas equivocadas y le sucedieron lideres más realistas como Macmillan y MacLeod. La política llevada acabó fue apoyada por la lógica del sistema británico, los reaccionaros se esforzaron para conseguir concesiones pero aun así permanecieron aislados e impotentes. En lo única cosa en la que están de acuerdo todos los participantes en el sistema político francés es en que las numerosas deficiencias estructurales del sistema de gobierno de la Cuarta Republica es el causante de las pruebas de la descolonización de Francia. La gran debilidad que sufría tanto la Tercera Republica como la Cuarta era una gran división política que impedía dar con una unidad necesaria para que el gobierno fuera eficaz. Esa división se debía a conflictos históricos que afectaban a la sociedad francesa, a la lucha del gobierno contra la oposición que negaba el sistema total y las actitudes francesas hacia el poder que impedían que se dieran relaciones fuertes de autoridad, esto sumado a los numerosos partidos y a un ejecutivo débil hizo que llegara tal nivel de incapacidad que el régimen se derrumbó ante la primera amenaza grave de insubordinación militar. Este análisis de la decadente política francesa olvida fueron la unidad, la resolución y la acción las que características destacadas del liderazgo nacional socialista en estos momentos críticos. Tendemos a utilizar como chivo expiatorio el sistema, cuando en realidad no fue tanto el culpable por sus deficiencias políticas como por las propias posiciones socialistas poco realistas sobre los asuntos coloniales. No se debe olvidar por tanto la dedicación de la Cuarta Republica para dar una imagen de Francia con la política colonial de De Gaulle basada en la idea de que a partir de la grandeza internacional y apoyándose en su imperio podrían alcanzar una política interna estable. Se percibe una angustia compartida con la decadencia de la grandeza nacional, un sentimiento de humillación, tanto los socialistas como sus compatriotas no experimentan una pérdida de Indochina, o un fracaso de la política colonial si no el fracaso de un régimen, de un pueblo. Podríamos decir que no solo las diferencias entre las instituciones políticas de Francia y Gran Bretaña son importantes, sino también las psicologías nacionales de las elites políticas de estos dos países. Mientras que la política británica apoyaba la retirada de la India, los franceses apoyaban la acción militar en Indochina, aunque los líderes políticos compartían afiliación partidista destacaba su nacionalidad en sus decisiones. El hecho de que los laboristas se encontraran en el poder inmediatamente después de la guerra ayudó a que Gran Bretaña tuviera un modelo de cómo afrontar la situación. En Francia si que hubo un grupo que se podría equiparar con los laboristas, el Partido Comunista Francés defendía una política colonial sensata. Aunque tendía a desalentar los movimientos independentistas decidió no reprimirlos, pensaba que si la separación se iba a dar de todas formas lo mejor era que fuera bajo la protección de un gobierno capaz de representar los intereses de la población local y de proteger el área libre de las invasiones de otras potencias extranjeras. Los intereses económicos son también otro rasgo, quizás no decisivo, pero si a tener en cuenta cuando hacemos la comparativa entre Gran Bretaña y Francia. Los intereses franceses estaban más preocupados que los británicos, estos últimos pudieron adaptar sus intereses económicos mejor a la transferencia de poder. Los empresarios británicos habían estado antes expuestos a las tensiones de libre comercio, y las empresas y bancos internacionales europeos eran en su mayoría británicos comprendieron que tenían la posibilidad de cooperar con los nacionalistas moderados mejor que otros. Por otra parte algunos miembros de la comunidad económica veían bien la separación ya que se presentaban algunas industrias nacionales como rivales importantes, aunque se condenan los intereses económicos si hay federación o descentralización mientras no fuesen una amenaza tanto un país como otro podía esperar que la presión del desarrollo económico actuara. En conclusión tenemos que tanto en tradiciones y practicas imperiales, el rago y las ambiciones internacionales, la estructura política y la piscología nacionales los británicos superan a los franceses, pero este análisis no basta para entender las grandes diferencias que existen entre las experiencias de los dos países por ello analizamos y comparamos las diversas situaciones coloniales. Un estudio comparativo del nacionalismo colonial. Después de centrarnos en comentar las políticas de París y Londres, también debemos tener claro la importancia del papel desempeñado por los pueblos de Asia y África en su propia liberación. Existen numerosos acontecimientos que pueden hacer ver la historia desde un punto de vista completamente distinto, y centrarnos solo en las capitales podría obstruir nuestra visión de los procesos determinantes de la historia que ocurrían en el terreno colonial de forma silenciosa. Desviamos nuestra atención hacia Hanoi, y Delhi, El Cairo y Argel, Accra y Abidján. En muchos estudios comparativos del nacionalismo tienden a presentar primero las tipologías del liderazgo nacionalista y a compararlas con los oponentes locales para luego analizar su contenido, pero la diversidad de la experiencia histórica en el tema nos muestra la incapacidad de dicho proceso de comparación para los fines que buscamos. Por ello pasamos a hacer un análisis de la estructura y no de los valores, lo importante en el análisis comparativo del nacionalismo colonial se relaciona con el carácter de la alianza rural-urbana. Tanto Gandhi como Ho Chi Minh, entre otros, tienen en común un liderazgo en el momento de la independencia nacional sobre agrupaciones tradicionales y modernas en sus valores y estructura. Aunque dichas alianzas nacionalistas variaban dependiendo de los intereses representados, de la solidez del aparato partidista que reunía las fuerzas anticoloniales, del poder relativo de los grupos locales fuera de la cubierta nacionalista y de los peligros internacionales, es mediante un análisis de estas fuerzas como podemos elaborar una buena tipología del nacionalismo colonial y entender la participación de Asia y África en la descolonización. Un buen ejemplo de la importancia de los movimientos locales es la comparativa entre las reacciones nacionalistas de Argelia e Indochina ante las reacciones del África negra y Madagascar en una política francesa esencialmente igual en todo el imperio. Da Gaulle fue el arquitecto de dicha política que se basaba en conceder solo las reformas que beneficiaban la conservación del dominio francés. Aunque la política fue la misma, los resultados fueron muy diferentes, mientras en 1954 estaba finalmente una revolución en Argelia, la política triunfaba en el África negra. Este éxito esta justificado por las variables antes nombradas, un partido nacionalista capaz de fortalecer las alianzas, la resistencia relativa de la oposición y la necesidad del partido del auxilio del sistema internacional para conservar su predominio local. Para comprender pues el proceso de descolonización europea debemos imponer un orden a la gran diversidad de casos que encontramos. Tras la segunda Guerra Mundial Costa de Marfil se convertirá en el territorio decisivo para la política francesa al Sur del Sahara. Houphouet ayudo a derogar las odiadas regulaciones del trabajo forza existente en el África francesa en la Tercera República y apoyo completamente a la gran masa de habitantes del territorio que se encontraba sometida a las terribles regulaciones de mano de obra forzada y barata, fue asi como se convirtió en “un héroe y libertador”. La posguerra llevo escaseces e inflación en exceso a Costa de Marfil por la declinación de los precios en el mercado internacional del café y el cacao, el país se agitaba cada vez más contra la administración francesa. En la Primera Asamblea Constituyente se prometia a los africanos que las reformas liberales en el gobierno colonial llevadas a cabo no serían modificadas, pero eso no se cumplió. Tras los cambios considerables, claramente con términos menos liberales, que se dieron en la Segunda Asamble Constituyente con respecto a la Primera el Parti Democratique du Côte d’Ivoire (PDCI) surgió como líder con Houphouet a la cabeza del África Occidental Francesa y del África Ecuatorial formando un nuevo partido, el RDA. Se afiliaron con los comunistas en la primera legislatura, por ello y por las huelgas ferroviarias que estallaron en 1947 París empezó a ver la necesidad de intervenir. Primero se utilizó una política conciliatoria para que se alejaran de los comunistas pero al ver que no funcionaba presionaron para sacar del territorio al RDA en las elecciones de la segunda legislatura. La represión cayó sobre Costa de Marfil, se encarceló en masa a los funcionarios del PDCI, se subieron los impuestos a los simpatizantes de dicho partido, se manipularon las elecciones y falsearon los resultados a favor de los candidatos ya seleccionados. De todos modos la represión no quedó sin respuesta, huelgas, manifestaciones masivas, desobediencia y lucha que les costó la vida a algunos africanos. Al final la política funcionó y Houphouet-Boigny decidió romper con los comunistas, aquí está el gran éxito de la descolonización francesa. El problema que tuvo que afrontar fue la mala organización de su partido, aunque parecía ser un partido fuerte no pudo tolerar las presiones ejercidas en su contra por la administración francesa, ante la presión el partido se desmembró. No fue este el único motivo por el que Houphouet afrontó de esa forma la presión francesa, podría haber apelado al pueblo por encima de los líderes de su partido, huido e organizado guerrillas, pero no escogió este curso de acción. DESCOLONIZACIÓN- Parte 2 El factor más importante que determina la actitud del poder local (de la elite nacionalista más importante) ante el ex-país conquistador (la política metropolitana) es su posición de poder local. Cuánto influye y si tiene competidores locales fuertes. El ejemplo claro fue Costa de Marfil. Toda guerra de liberación lleva un conflicto civil, y si el partido del poder no es fuerte deberá luchar contra los colonizadores y contra los otros grupos nacionalistas a la vez. Las elites dominantes deberán evitar el conflicto armado con las potencias imperiales. También hay que tener en cuenta que dada la diferencia de poder un conflicto armado resultaría en muchas víctimas del bando local. Un conflicto armado también separaría a los pueblos locales, que normalmente ya de por si no estaban unidos. Por último hay que tener en cuenta que lo que nosotros vemos como grupos locales nacionalistas solían estar muy distanciados unos de otros, y no luchaban como una fuerza conjunta. Entonces la guerra civil está presente en todos los movimientos de liberación nacional: Guerra Civil de dos años, y muchos más de consecuencias en Irlanda tras el Tratado Anglo-irlandés en 1921 En medio de la lucha contra el esfuerzo de los holandeses de recuperar las Indias Orientales Holandesas los comunistas hicieron un golpe de estado contra el gobierno de Hatta-Sukarno que nunca olvidó el Ejército Indonesio. En Túnez Bourguiba tuvo problemas para sellar su acuerdo de “autonomía interna” por presiones dentro del país Sólo porque su liderazgo en el movimiento nacionalista estaba fuera de duda pudo Kwame Nkrumah aceptar la Constitución de 1950 para Costa de Oro. Si los británicos hubieran apoyado a movimiento separatista de Ashanti y los territorios del norte no hubiera podido hacerles frente. “No tenemos programa sino independencia” declaró el partido marroquí Istiqlal a principio de los 50. Representaba los intereses de los terratenientes donde el 60% de la población rural no era terrateniente. El mismo lema usó el partido Wafd egipcio en 1951 por su abrogación unilateral del tratado Anglo-Egipcio de 1936. Pero se le escapó el poder de las manos y en 1952 sufrieron un golpe de estado. Por muy reacias que fueran a luchar contra la autoridad imperial tales confrontaciones ocurrían. Hay distintas categorías de poderes locales que desafían a grandes potencias: Los grupos dominantes que menos probabilidades tienen de enfrentarse a las fuerzas colonialistas son los que no tienen su posición local segura y pueden beneficiarse de Europa. Costa de Marfil es un caso claro de esto. El factor local, que la AOF quisiera incorporarse al territorio y los temas económicos eran razones por las que no enfadarse con París. No siempre una economía saneada ayudaba a la economía europea. Por ejemplo en el caso de Qadaffi que tenía petróleo, y a este no le importaban los conflictos armados. La corte de Camboya también es otro ejemplo de colaboración de elite con los europeos. Los franceses destruirían las fuerzas antimonárquicas presentes en el país. Los intereses europeos están eficazmente representados por una elite de importadores e exportadores, cuya capacidad para desarrollarse económicamente le permite cooperar de manera útil con el sistema internacional, al mismo tiempo que asegura la estabilidad interna. Por supuesto, han habido excepciones: algunas elites no se dan cuenta de donde están sus intereses: El zar cometió un gran error al enredarse con Japón en 1904 y por ayudar a los serbios en 1914 el partido Wafd se suicidó en 1951 cuando abrogó el tratado Anglo-Egipcio en 1951 para intentar recuperar Sudán y el Canal de Suez. Al intentar luchar contra presas grandes se los comieron los otros partidos nacionalistas. También las fuerzas imperiales cometieron errores como por ejemplo: UK amenazó a la monarquía jordana al invitarles al Pacto de Bagdad en 1955. UK destruyó el régimen del sistema iraquí afín a UK de Nuri Pasha as Said como precio por invadir el Canal de Suez. A veces triunfan grupos que no se esperaba que triunfasen. Por ejemplo el rey de Marruecos que se sirvió en las rivalidades de los demás partidos para que no le molestasen a él. Los gobernantes basan su poder en la legitimidad tradicional o en los ingresos de las importaciones y exportaciones que se inclinen menos a movilizar a sus pueblos en guerras de liberación nacional. Esto nos lleva a que el análisis de Elliot Berg sobre los límites económicos de la elección política en el África Occidental Francesa después de 1945 que no distingue entre variables políticas y sociales de la pobreza. Si la necesidad económica fuera tan grande en el terreno político Argelia no hubiera tenido su liberación. ¿Qué clases nacionalistas podrían entrar en conflicto violento con un régimen imperial? En el caso de Argelia, que nunca se sintieron unidos a Francia. Los colonos usurparon el papel de la elite local. No surgió ninguna clase importante afrancesada y crecía la posibilidad de que el campesinado se expresara contra los franceses directamente, y no a la burguesía nativa. Pero esos movimientos no crearon lazos con las masas. Son muy visibles pero insignificantes frente a los esfuerzos de Messali Hadj y del Ulama Musulmán Reformista que dotó de una base popular a la oposición en contra de los franceses. En 1954 los franceses no encontraron a ningún aliado sino solo al Frente de Liberación Nacional. En Indochina la elite que hubiera podido ayudar a los franceses fue destruida por la ocupación japonesa. En el resto de países los japoneses colaboraban con las eficientes fuerzas locales, en el caso de Indochina la administración quería ayudar a los franceses y la población nacionalista fue clandestina, y se unió en los comienzos del partido comunista allí. Francia había eliminado al resto de la no tan importante oposición y el PCI se iba volviendo cada vez más fuerte. La represión de los franceses de los años treinta y la ocupación de principios de los cuarenta beneficiaban a los comunistas. El factor decisivo fue la ocupación japonesa. En el resto de la zona, los japoneses trabajaban con las elites nativas, que eran instrumentos de administración más eficientes que los funcionarios públicos occidentales. En indochina la administración amiga de los franceses quería entenderse con los japoneses. El canal para los vietnamitas que deseaban liberar su país era un movimiento clandestino, en el que los comunistas vietnamitas tenían un papel fuerte y protegido. En lo económico la presencia francesa de los años 20 había descansado en inversiones de grandes empresas como Michelin, en las actividades de la clase comerciante china y la influencia de los terratenientes ricos. Los franceses habían liquidado la oposición, por lo que los comunistas vietnamitas se volvieron muy fuerte, al no tener oposición. La base sobre la que actuara la elite económica era muy estrecha y la represión de los franceses sufrida anteriormente beneficiaba políticamente a los comunistas. La presencia francesa en el sudeste asiático debería haber cambiado mucho después de 1945. Los agrupamientos de fuerzas políticas en Vietnam, no controlados por el comunismo, podrían haberse unidos, y contar con el apoyo francés como se barajó, aceptando la independencia de Vietnam a cambio de seguir beneficiandose económicamente. En Malaya, donde los comunistas se encontraban en una situación más difícil, una parte decisiva de la victoria inglesa fue su respeto a la base del poder independiente de Tengku Abdul Rahman, jefe del Partido de la Alianza que asociaba a los malayos con los chinos, para poder aplastar a los insurgentes. Comparando Indochina con Indonesia, vemos que las diferencias entre ambas áreas fueron más políticas, que económicas y sociales, si queremos evaluar las posibilidades de una revolución comunista. En los años treinta, Indonesia tenía un porcentaje de campesinos sin tierras mayor que Indochina, y las plantaciones holandesas y la clase comerciante china impedían el surgimiento de una clase media indígena. El comunismo había llegado a Indonesia antes que a cualquier otro país de África o Asia. Los obstáculos del éxito comunista en Indonesia son políticos. Primero, el partido comunista escogió muy mal el momento de los levantamientos que impulsó. Mientras que en Indochina fueron especialmente los nacionalistas no comunistas quienes se destruyeron a si mismos, la revuelta del PCI en 1926 -1927 hizo que el partido retrocediera, mientras otros partidos se fortalecían. El golpe de estado contra el gobierno de Hatta en otoño de 1948 mientras una gran fuerza holandesa estaba preparándose para atacar a los nacionalistas, dio mucha desconfianza hacia ellos, incluso de los que hasta entonces fueron sus aliados. La tolerancia de Tokio hacia los nacionalistas dejaba a los comunistas muy débiles. Tras la derrota de Japón los nacionalistas indonesios no comunistas disfrutaron de una autonomía nunca antes vista para ellos. Por último, los holandeses le concedieron independencia al área, pero si hubieran tenido que luchar muy probablemente hubiera resurgido el PCI. El comunismo fue derrotado en Indonesia por una serie de eventos fortuitos. Si los franceses hubieran hecho lo mismo (que era posible) Cochinchina y Camboya hubieran sido independientes, sin pasar por el comunismo. Hay un tercer tipo de situación posible: Que una elite nacionalista se oponga al orden colonial sobre la base de su posición de poder local. Una burguesía manufacturera que desplace a la elite en nombre de los aranceles protectores de su industria incipiente y en aras de una producción agrícola más racional, para alimentar al proletariado urbano e incrementar la demanda rural de bienes manufacturados. La India es el ejemplo. La alianza del campesinado y la nueva burguesía urbana lograda por Gandhi creó el poder que obligaría a los ingleses a marcharse. El movimiento Swadeshi, involucró un boicot a los productos británicos que benefició a la industria local. El período de mayor expansión fue después de la Primera Guerra Mundial, cuando los británicos permitieron los primeros aranceles protectores a la India. Mientras se fortalecía la burguesía Gandhi extendía su credo. Su mayor éxito inicial fue el “programa para la ausencia total de cooperación” con la Constitución de 1919, y obtuvo aún más éxito con las campañas de desobediencia civil. El respeto por el derecho de la propiedad y su insistencia en la no violencia hacían que los industriales hindúes no se alarmaran. Pero si los británicos no hubiesen concedido la independencia tras la segunda Guerra Mundial, habría habido una revolución. No está claro que la organización de intereses que llevó a la India a la independencia hubiese mantenido su poder si una revolución intensa y prolongada hubiera surgido. En India habían muchos problemas de pobreza y sociales. La india ha estado gobernada desde la independencia por una coalición integrada por el establecimiento burocrático-militar que aplica la política, los grandes grupos empresariales que financian el congreso, los políticos del montón que representan a los pequeños propietarios rurales y a los campesinos más ricos y los intelectuales que articulan la política. En el caso de India vemos una elite nacionalista que seguramente habría vacilado mucho antes de lanzarse a una revolución, pero que tenía todas las posibilidades de hacerlo si los británicos no se hubieran ido. Todos estos estudios son ejemplos de las respuestas coloniales ante la conservación de la dominación europea después de 1945. El factor más importante es el lugar de la elite predominante respecto al doble desafío que afronta: del sistema internacional y los rivales locales: Las elites de importadores-exportadores y los gobernantes tradicionales deberán moderar sus demandas nacionales para poder seguir contando con apoyo extranjero. La elite manufacturera nacional aliada a las fuerzas rurales, representativa de algo más que un puñado de grandes terratenientes, es claramente más capaz de presionar sus demandas autónomas. Pero deberá evitar una sugerencia radical de presionar por una guerra de liberación porque los radicales podrían querer cambiar todo el país y ellos dejarían de estar en una situación de poder. La elite más poderosa es la que no tiene rivales nacionales, porque no tiene nada que temer, y podrá ver al extranjero como el enemigo. En este sentido Argelia e Indochina eran muy diferentes por lo que representaban para Francia. No se parecían en nada con la experiencia británica, ya que Argelia era el hogar del 2% de la población nacional, tenía recursos petrolíferos, y era estratégicamente importante para Francia, ya que su capital Argel, estaba a 800 kilómetros de Marsella. En Kenia, al no ser importante para los británicos, vendieron las tierras para crear una elite exportadora en la que pudieran basar sus relaciones después de la independencia. En Argelia la presencia era mucho más poderosa, y los colonos frustraban cualquier intento de creación de una burguesía musulmana poderosa. Tampoco podían copiar el ejemplo de Sudáfrica y aislarse, ya que eran más pobres, y la pequeña minoría importante no hubiera podido mantener el poder sin ayuda de los franceses. Por eso resultaba muy difícil la retirada. La comparación entre Indochina y Malaya es más ambigua. Pero la fuerza mayor de los grupos no comunistas en Malaya, se combinó con la disposición de los británicos para trabajar con ellos, y batir a los insurgentes, los británicos empezaron con mayores ventajas que los franceses, y se supieron manejar mejor. Nasser es el fracaso de la política británica. Londres se enfrentó contra este líder colonial, con quien no podía llegar a ningún acuerdo. El fracaso más importante de los británicos fue con respecto a Medio Oriente, Mossadegh nacionalizó las empresas petroleras británicas que operaban en Irán. Al final Gran Bretaña se salió con la suya, pero porque pidió la ayuda de Estados Unidos. La toma del Canal de Suez en 1956 por Nasser fue muy amenazadora, según Eden (primer ministro): “ Algunos afirman que Nasser no es Hitler ni Mussolini. Aparte de la diferencia de escala, no estoy muy seguro. Ha seguido el patrón de Hitler, hasta en los campos de concentración y la propagación de Mein Kampf entre sus oficiales. Ha entendido y utilizado el patrón de propaganda de Goebbels en toda su crudeza. La posición estratégica de Egipto intensifica la amenaza de cualquier dictadura que allí se establezca.” La mayor amenaza representada por Nasser era la erosión de las débiles elites árabes del Medio Oriente amigas de Occidente (Libia, Arabia Saudí, Irak, Jordania, Líbano y los emiratos del Golfo Pérsico) que podían monopolizar las reservas petroleras de la región. Suez era la más nociva de las retiradas británicas. Conclusión En este capítulo vemos los factores que llevaron a la liquidación de los imperios europeos de ultramar después de 1945. En la gran mayoria de los casos la influencia europea fue decisiva en el resultado final. Los británicos fueron mucho más efectivos, y tuvieron pocas pérdidas, ya que a pesar de perder el poder, pusieron clases gobernantes que fueran afines ellos, conservando sus principales intereses. Los británicos tenían cuatro ventajas: 1- Sus tradiciones imperiales hacían que prefirieran el imperio informal, y tenían un procedimiento establecido para la devolución de poder. 2- Sus lazos con Estados Unidos hacían que no temieran por los cambios del mundo. 3- Sus instituciones políticas internas manejaban problemas de esta magnitud con facilidad. 4- Con la excepción de Suez, su uso de la fuerza se limitó a casos donde era factible conseguir sus metas, que no eran descabelladas. Por último Londres no vio los desafios como un peligro para su seguridad nacional. Para Paris en cambio la rebelión en Argelia e Indonesia, si que lo vio así. En resumen, los malos resultados de Paris se debieron a que no supieron manejar las situaciones de forma que se beneficiaran ellos mismos, a la vez que cedían los gobiernos a los nacionalistas. El resultado para ellos hubiera sido muy diferente de haber contado con las mismas condiciones que los británicos. DESCOLONIZACIÓN-Tercera Parte INTRODUCCIÓN Guerra de Vietnam (1964-73) debe integrarse en el avance del comunismo y la conversión del continente asiático, desde 1945, en el principal escenario “caliente” de la GF en el que se imbrican las rivalidades Este-Oeste con el enfrentamiento entre los dos grandes países comunistas, la URSS y China. LA COLONIA FRANCESA DE INDOCHINA. SIGLOS XVIII-XIX Tras el británico, el francés fue el segundo gran imperio colonial europeo moderno. Un imperio centrado en África. El llamado “segundo imperio francés” comenzó a formarse a partir de la conquista de Argelia que se inició en las postrimerías de la Restauración en 1830 y continuado por los gobiernos liberales, por la Francia bonapartista y, a partir de 1871, estimulado por el ejemplo británico y por la derrota en la guerra franco-prusiana que desempeña un papel similar al 98 español. El imperio francés se centró en África: Argelia y Túnez, Chad, Gabón… más Madagascar. La colonia más próspera fue la de Indochina; la cual incluía los tres estados de Vietnam, Laos y Kampuchea o Camboya. EVOLUCIÓN DE LA PENETRACIÓN FRANCESA Antes de la llegada de los franceses, la zona estaba sujeta a la autoridad del emperador chino. Sin embargo, las potencias europeas se repartían las posesiones de la decadente dinastía manchú. La peculiaridad de la presencia francesa en esa zona fue construyendo su imperio a partir de enclaves anteriores, los franceses no tenían más que cinco bases comerciales fortificadas en la India y su tráfico comercial era muy limitado. La hegemonía británica en la India, hizo derivar los esfuerzos hacia la “apertura” de China y hacia el asentamiento en Indochina. De las bases comerciales y de las misiones católicas fue desde donde surgió el imperio colonial francés en Indochina. Fueron consolidando su presencia por una política de apoyo y alianzas con dirigentes locales enfrentados entre sí y, acciones militares producto de diversas “crisis de colaboración”: 1. Tratado de Tourane en 1787 por el que los franceses apoyan al rey de Anman frente a los gobernadores de Tonking y Cochinchina. 2. Acciones militares entre 1820-1847 con la “excusa” de garantizar la seguridad de las misiones católicas y dentro de la política global de lograr la apertura de todo el área al comercio europeo. 3. Momento de inflexión importante al hilo de la política imperialista y de prestigio del régimen de Napoleón III. Entre 1862-1868 el tratado de tolerancia religiosa que incluye, la concesión a Francia de las tres provincias orientales de Cochinchina. A partir de ese núcleo, e interviniendo en las pugnas internas, los franceses consiguen consolidar Camboya como un protectorado francés en 1863. 4. La política bonapartista es continuada por la III República que, entre 1873 y 1887, y aprovechando una serie de “crisis periféricas” establece su dominio creando Union Indochina (1887). El Tratado de Bankog (1893) fue una especie de reparto de zona de influencias entre Inglaterra y Francia que pactan la neutralidad de Siam y la fijación de una frontera estable entre este reino (1907) y la Unión Indochina. ADMINISTRACIÓN E IMPERIALISMO FRANCÉS Francia estuvo dividida entre: 1. Las fuerzas políticas que creían que su destino se encontraba en Europa y norte de África. 2. Aquellas que impulsaron la política asiática e imperialista en general. Puede decirse que la derecha francesa fue imperialista mientras los socialistas y radicales tendieron a ser críticos respecto al imperialismo. Las bases más solidas del imperialismo francés se encontraban en el ejército y las grandes finanzas. El modelo imperial estuvo asentado en una burocracia imperial, muy centralizada y jerarquizada que siguió el modelo administrativo francés metropolitano. Su política cultural consistió en un intento de asimilación de los llamados “franceses de color” a través del ejército y de la escuela. Importancia de una burguesía autóctona, comercial y colaboracionista. Esta situación divide claramente a la sociedad Indochina y radicaliza el anticolonialismo popular. En 1929 se funda el Partido Comunista Indochino y se adhiere el Komintern. El sistema que se establece (con la excepción de Camboya) fue el de la administración indirecta a través de gobiernos “títere” bajo gobernadores franceses cuyas prerrogativas se ejercían en materia de relaciones comerciales y política exterior en general. MONOGRAFICO INDOCHINA INDOCHINA DURANTE LA IIGM Los japoneses ocuparon toda Indochina. Sin embargo, y hasta Marzo de 1956, los japoneses mantuvieron a sus “aliados (los representantes franceses del gobierno de ¿Vichy?) en sus puestos. En marzo de 1945 los japoneses encarcelaron a todos los representantes y habitantes franceses y proclamaron el estado autónomo de Vietnam en un intento de atraerse a la población a su causa frente a los aliados anglonorteamericanos. Ese primer régimen colapsó, tras lo que dio paso a un intento francés de reinstalarse en la zona a través de una nueva Unión Francesa con ciertos cambios y concesiones a la población, con el apoyo de sectores importantes de la burguesía comercial autóctona. Sin embargo, los movimientos nacionales eran ya muy fuertes. El partido nacionalista de Ho-Chi-Min trató de hacerse con el poder proclamando la República Democrática de Vietnam de la cual se desgajaron Laos y Camboya, ocupadas por los franceses. Camboya se independizó por su cuenta y lo mismo con Laos. En 1946, Gran Bretaña entregó la administración de Vietnam del Sur a las tropas coloniales francesas a cambio de que éstas reconociesen la independencia del régimen de Vietnam del Norte dentro de la órbita de la Unión Francesa. Presiones de los sectores más duros de la administración, el ejército y los intereses coloniales para que Francia resolviese militarmente el problema de Vietnam LA PRIMERA GUERRA DE INDOCHINA (1946-1954) Tropas francesas ocupan el Delta del Río Rojo (norte del Vietnam) como castigo por la irradiación nacionalista desde allí hacia el sur. Fueron derrotadas por las tropas nacionalistas del norte apoyadas por China. Es la firma del armisticio en Corea, y el intento de lograr un cierto grado de reparto (distensión en la zona) el que acaba por partir en dos a Indochina. La administración Eisenhower decide no intervenir con tropas en Vietnam del Norte y la capitulación de las tropas francesas en la zona se sanciona a través del Tratado de Ginebra (1954) que reconoce la división de Indochina en tres estados independientes. Laos, Camboya y Vietnam. Este último dividido a su vez en dos (Norte y Sur) hasta la celebración de elecciones libres. Por lo que respecta al área del sur, se encargarían las tropas de Estados Unidos en sustitución de las tropas coloniales francesas que se retiran. LA SEGUNDA GUERRA DE INDOCHINA Y LA GUERRA DE VIETNAM (1957-1975) En 1956, el gobierno “títere” de Ngô Dinh Diem, apoyado por los americanos se negó a convocar elecciones tal y como había sido acordado en Ginebra, con la convicción de que las ganarían los comunistas y partidarios de la unificación del pañis bajo la égida del Norte que había iniciado un importante desarrollo industrial y armamentístico. El derrocamiento de la monarquía de Bao Dai (representante era Diem) desembocó en un gobierno dictatorial que comenzó a ser combatido por los comunistas del interior con la ayuda del régimen del Norte: esa guerrilla (“Vietcong”) fue la que inició el proceso de liberación del país frente a la mayor presencia de tropas norteamericanas. Inicialmente, los americanos decidieron aplicar en el sur de Vietnam una política de ayudadas económicas de intención similar a la aplicada en Japón y Corea del Sur: evitar que el empobrecimiento de la población más el prestigio del comunismo volcase a la población hacia la órbita soviética y/o china. Las enormes ayudas económicas americanas, especialmente en la reforma agraria, fueron dilapidadas y esta última paralizada. La corrupción e ineficacia (familia Diem) con un gobierno y unas fuerzas armadas crónicamente venales, la ayuda americana acabó en manos de una estrecha élite que padecía enfrentamientos entre católicos y budistas. En 1963, un golpe de estado militar acabó con la dictadura de Diem si sucediéndose una serie de gobiernos débiles incapaces que favorecieron la cada vez mayor intervención militar estadounidense. Esos primeros años sesenta de enfrentamientos internos, avance del comunismo… es cuando USA se implica completamente en la guerra de Vietnam. Responsabilidad que hay que atribuir al nuevo presidente demócrata: John F. Kennedy quien ganó las elecciones de 1960 siendo investido en 1961. Kennedy, al legar a la presidencia se encontró con el problema vietnamita y con el avance del comunismo. Fue la administración Kennedy la que desencadenó la escalada de envíos de tropas y material bélico. Una política continuada y drásticamente acelerada por Lyndon Johnson, tras el asesinato de Kennedy en 1963. Se creyó poder controlar a través del envío de tropas escogidas, asesores militares, material de guerra…Johnson ganó las elecciones con un programa que preveía la pronta retirada americana de Vietnam, tras haber pacificado la zona. Sin embargo, Vietnam atrapó hasta unos límites imprevistos: si en 1963 ya habían 30.000 soldados americanos en Vietnam, en 1967 habían casi 400.000 hombres. Para entonces, la población del Sur era tan acosada, como sospechosa de apoyar a la guerrilla, como el ejército del Norte. Los tres primeros años de guerra abierta parecieron asegurar una lenta pero segura victoria americana. Era así en el terreno militar estricto, pero no en el ámbito civil y político a la propia población vietnamita sujeta a la doble arbitrariedad de sus gobiernos y de las tropas americanas que ordenaban operaciones de resituación de poblaciones,etc… En USA, la guerra de Vietnam fue convirtiéndose en cada vez más impopular con los llamamientos afilas que afectaron sobre todo a la clase obrera y media baja, a la población de color especialmente. Fueron alcanzando a la clase media. Fue la primera guerra televisada con un impacto psicosocial muy alto. Son los años de apertura política tras la era del maccarthismo, del pacifismo…los momentos más duros de la guerra coinciden por la crisis financiera en USA que quebraron el sueño americano de bienestar y hegemonía mundial. De esta forma, la guerra de Vietnam comenzó a perderse en el terreno militar, político y dentro de los propios USA. En 1968 ocurrió la ofensiva de los comunistas que significó el hundimiento moral de la opinión pública norteamericana. La victoria de los comunistas aún tardaría, pero fue entonces cuando el periodista televisivo Walter Cronkite abogó por la negociación casi al tiempo que llegaban a las pantallas americanas y a todos los periódicos del mundo aquellas imágenes terribles de ejecuciones sumarias de Saigón. Creciente desmoralización y desorganización de las tropas estadounidenses, drogas, deserciones, clima de Apocalypsis Now… La consigna de “Yankees Go Home” comenzó a ser coreada en toda Europa y en los propios movimientos radicales, hippies, etc, de EEUU. Creciente aislamiento internacional de USA al respecto… En 1968, Nixon llegó a la Casa Blanca con un programa de salida honrosa de Vietnam, el problema era cómo. La salida americana de Vietnam fue el producto de esa situación de coexistencia pacífica, en el marco del enfrentamiento chino-soviético que los americanos alimentaron a través de la estrategia internacional desarrollada por Henry Kisinger. Ese enfrentamiento, y la clara división del movimiento comunista internacional favoreció una salida negociada con el Vietcong. En 1973 retirada norteamericana de su acercamiento a China y en el contexto de la distensión respecto a la URSS. En 1975 se proclamó la República Socialista de Vietnam. El trauma de Vietnam perdió su hegemonía y se enfrentó a una crisis hasta los noventa pasando por la “era Reagan” y la segunda GF… La situación en el resto de Indochina. La conferencia de Ginebra independencia a Laos y Camboya. En Laos se mantuvo la monarquía bajo el imperio francés como una monarquía constitucional, y en 1962 entraron a formar parte del gobierno los comunistas. El control de estos creciendo hasta 1975 que la victoria comunista y la unificación del país favoreció la toma definitiva del poder por el partido comunista de Laos instaurándose la República popular de Laos. Lo mismo en Camboya. Tailandia se independizó tras la derrota japonesa bajo la égida de USA e inició una nueva fase de monarquía más o menos dictatorial y un desarrollo económico acelerado hasta convertirse en uno de esos países de capitalismo salvaje. EL DENOMINADO “TERCER MUNDO” Alfred Sauvy en 1952 utilizó por primera vez el término “Tercer Mundo” refiriéndose, en plena guerra fría, a los países subdesarrollados. El radicalismo reivindicativo fue puesto por el mismo Sauvy: “este tercer mundo ignorado, explotado, quiere también ser algo”. Esos países eran: Asia, África y América Latina, es decir, las tres cuartas partes de la humanidad. El principal problema del Tercer Mundo a mediados de los cincuenta era el crecimiento económico y el de poder reducir distancias respecto a los países desarrollados. De ahí que, enseguida, conceptos como los de desarrollo, dependencia, sistema mundial, etc, se vieran asociados al del Tercer Mundo. El proceso de descolonización que sigue a la SGM se inscribe en el contexto de GF que caracteriza al sistema bipolar surgido durante la contienda. Los países que acceden a la independencia a partir de 1945 s ven forzados a elegir entre dos modelos de desarrollo igualmente imperfectos: CAPITALISMO: tiende a perpetuar los bajos niveles de desarrollo y a consolidar las relaciones de dependencia con la antigua metrópoli y con EEUU. A cambio, la adscripción al bloque occidental, parece garantizar el mantenimiento de libertades democráticas que, sin embargo, puede desaparecer a poco que se cuestione el status quo vigente. “SOCIALISMO REAL”: pareció garantizar el desarrollo inicial, pero al precio de tener que aceptar una férrea disciplina ideológica (régimen de partido único) y de la desestructuración cultural e ideológica de la sociedad tradicional y de los valores propios. El derrumbamiento del comunismo en la URSS y en la Europa del Este, y el descubrimiento de la dramática realidad de países como Cuba llevan a cuestionar actualmente este crecimiento inicial o a situar el estancamiento y las dificultades del crecimiento mucho antes. Se puede afirmar que ninguna de las dos ha garantizado el crecimiento económico, ni la reducción de distancias son el Primer Mundo, ni la instauración de sistemas democráticos respetuosos de los derechos humanos. Por el contrario, a mediados de los 90, en estos países el fuerte crecimiento demográfico y el lento crecimiento, cuando no la reducción de los niveles de renta hace que la situación sea hoy peor. De ahí que la recuperación de una identidad cultural, sacrificada por la modernidad, se ha convertido en la clave de las reivindicaciones de los movimientos opositores más radicales. En el terreno de la teoría y las ideologías, cada una de las escuelas estaba convencida de que el paradigma ofrecía una explicación de los problemas del Tercer Mundo y estaba en condiciones de enunciar la estrategia para resolverlos. Esta situación ha cambiado y está demandando una revisión radical, sobre todo con el final del “Segundo Mundo” el concepto “Tercer Mundo” se ha visto privado también de su sentido originario. Las dos grandes corrientes que se han visto rechazadas como grandes teorías globales. INTERPRETACIÓN “NEOCLÁSICA” - Primaban los aspectos internos para explicar el escaso desarrollo de la mayor parte de los países del Tercer Mundo y el alto desarrollo del Primer Mundo. - Se suponía que el cambio económico y tecnológico llevaría consigo el cambio político y social: el desarrollo mediante incrementos en la productividad del trabajo que producían el crecimiento económico asociado a la industrialización que comportaba la urbanización, alfabetización y el desarrollo político y social, en forma de consolidación de sistemas de participación democrática. - Se admitía la aplicación de políticas keynesianas (Estado de Bienestar) para estimular el crecimiento o se identificaba totalmente modernización económica con modernización política. Sin embargo, la evolución de las últimas décadas: - No ha habido un cambio político, económico y social que haya conducido a los países del Tercer Mundo a niveles de desarrollo similares a los de los países industriales. - El crecimiento económico, allí donde se ha dado, ha adquirido un carácter fragmentario y sólo ha beneficiado a una minoría de la población. Lo mismo del cambio social. - En cuanto al cambio político, no hay una correlación clara entre crecimiento económico e implantación de sistemas democráticos. Puede afirmarse todo lo contrario: países que han tenido un gran crecimiento económico (Asia oriental y suroriental) hasta el extremo que hoy resulta difícil incluirlos en el Tercer Mundo, se caracterizan por sistemas autoritarios y represión; por el contrario, países comprometidos en una profunda democratización (Chile, Argentina, Filipinas, Turquía) no parecen haber experimentado avances en la industrialización. SEGUNDA INTERPRETACIÓN - La mayor parte de las veces, la descolonización había sido incompleta o formal ya que los nuevos países mantenían relaciones de dependencia política, económica, cultural y militar con las antiguas o nuevas metrópolis. - Esta dependencia, derivada de la división internacional del trabajo y del mercado mundial surgido durante la colonización. Su mantenimiento tras la descolonización condicionaba la evolución de estos países. La dependencia sería la responsable del subdesarrollo puesto que el desarrollo de los países industrializados es el fruto de la explotación y del subdesarrollo del Tercer Mundo. - Para explicar la ausencia del desarrollo se acudía a factores externos, y entre estos primaba la articulación de estos países a un sistema mundial capitalista que generaba mayor dependencia y perpetuaba el desarrollo. Esta articulación producía un intercambio desigual de los países menos desarrollados. Estas obras referían lo esencial de la teoría de la dependencia, del sistema mundial capitalista y de la divisón entre formaciones centrales (países desarrollados) y formaciones periféricas (países subdesarrollados). En la versión más radical de esta teoría, se argumentaba la imposibilidad de “desengancharse” del sistema mundial capitalista, y por lo tanto del subdesarrollo. La superación sólo por una “transformación total” que sería impulsada por una “revolución” iniciada en la periferia. Las obras despertaron un gran interés, pero la evolución de los países subdesarrollados ha tendido a quitarles razón por el proceso de diferenciación dentro del Tercer Mundo y la aparición de un “Cuarto Mundo”, ponían de relieve la importancia de los factores internos. Simultáneamente, en el mundo árabemusulmán y en otros lugares, la adscripción a movimientos confesionales radicales de gran parte de los antiguos militantes izquierdistas vació de “carácter revolucionario al proletariado de la periferia”. Del conflicto entre las dos grandes teorías, se desprendieron elementos de análisis que todavía pueden resultarnos útiles a condición de no caer en el maniqueísmo de planteamientos que pretenden contener toda la verdad de una realidad muy compleja. La creciente inadecuación de las antiguas teorías a una realidad cada vez más compleja, la desaparición de la confrontación Este-Oeste y la toma de conciencia de la difícil realidad social, económica y política de más de las tres cuartas partes de la humanidad han dado lugar a la generalización de una nueva denominación que, tiene la ventaja de no estar apenas contaminada por los grandes debates teórico-conceptuales de los sesenta-setenta y de ser eminentemente gráfica: la expresión Norte-Sur para diferenciar los países desarrollados de los no. La diferencia se sitúa en la renta per cápita. Norte países con una renta elevada de América del Norte y de Europa, además de Japón, y el Sur agrupa a la mayor parte del resto. La desaparición de la rivalidad Este-Oeste no ha supuesto el “fin de la historia”. Los conflictos persisten y tienen mucho que ver con las relaciones de dependencia, explotación, rivalidad, etc. De ahí que la concreción del Nuevo Orden Internacional pase por una reformulación de estas relaciones. Características del subdesarrollo según Yves Lacoste en Geografía del subdesarrollo (1965), son: 1. Insuficiencia alimentaria. 2. Grave deficiencia de las poblaciones, alto porcentaje de analfabetos, enfermedades de las masas, alta mortalidad infantil. 3. Recursos desaprovechados o despilfarrados. 4. Alto porcentaje de agriculturas de baja productividad. 5. Pequeño porcentaje de población urbana, debilidad de las “clases medias”. 6. Industrialización restringida e incompleta. 7. Hipertrofia del sector terciario. 8. Debilidad de la renta nacional por habitante. 9. Abundancia del paro laboral y del subempleo, empleo de niños para trabajar. 10. Situación de subordinación económica. 11. Desigualdades sociales muy marcadas. 12. Dislocación de las estructuras económicas y sociales. 13. Amplitud del crecimiento demográfico. De la comparación de los países en desarrollo y de los países industrializados se desprende la siguiente profundización de las diferencias: 1. Altas tasas de natalidad que contratan con la de los países desarrollados. La búsqueda de oportunidades ha llevado al fenómeno de las megaciudades del sur caracterizadas por: a. Extrema miseria, infraviviendas, falta de servicios, drogas y marginación, mafias organizadas, delincuencia. La recesión de los ochenta y las políticas 2. 3. 4. 5. 6. de ajuste por el FMI y el Banco Mundial comportaron una caída de las inversiones urbanas que contribuyó a degradar más las condiciones de vida en las megaciudades. Su volumen las hace inmanejables y su gobierno se convierte en un problema de orden público. b. Profunda división económica y social del espacio metropolitano. Las clases dominantes y los sectores privilegiados viven en áreas residenciales acotadas, protegidas policial y militarmente en condiciones aceptables y con acceso a servicios. El resto, la gran mayoría, en barrios de infravivienda, sin urbanización y sin servicios. El Sur se caracteriza por una menor esperanza de vida, mayor mortalidad infantil, elevada tasa de fecundidad…son variables que inciden negativamente en la “calidad de vida” y que condiciona las posibilidades de desarrollo. Este comportamiento responde a condicionantes históricos (destacar el colonialismo y la dependencia), culturales ya la manera en que asignan los recursos disponibles. Por ejemplo, los conflictos regionales y el mundo bipolar implicaron una gasto militar desproporcionado en estos países. Condicionan el desarrollo la escasa incorporación de la mujer en el trabajo (en países del Sur la mujer también lleva el peso de la economía doméstica y se ocupa de la agricultura y la ganadería), elevado analfabetismo y las grandes bolsas de pobreza. Distribución de la fuerza de trabajo. Excesivo peso del sector primario y la relativa hipertrofia del sector terciario. Hiperespecialización en determinados productos, lo que se refleja en su comercio exterior. Más de dos tercios de las exportaciones de los países en vías de desarrollo: a. Son productos primarios, en cambio las exportaciones de los países desarrollados están compuestas en sus tres cuartas partes por productos manufacturados. b. La especialización del Norte, de los países industrializados es difusa porque cada uno exporta e importa u gran número de productos diferentes. Por el contrario, la especialización de los países del Sur es concentrada, no exporta más que un reducido número de productos. Antes de la desaparición del bloque del Este, el Norte exportaba sus producto hacia otros países del Norte (las tres cuartas partes), hacia los del Este y apenas hacia el Sur. En cambio, casi las dos terceras partes de las exportaciones del Sur hacia los países del Norte y el 29% hacia los del Este y sólo un 8% hacia el mismo Sur. Los del Este hacia el Sur más de la mitad, hacia el Norte la cuarta parte y, en menor medida, hacia otros países del Este. La desaparición del bloque del Este empeora el desequilibrio de los intercambios dada la fuerte reducción de la presencia de productos del Este en el comercio internacional y lo reducido de las exportaciones del Norte hacia el Sur. Destacar que el Sur ha incrementado su participación en el comercio mundial por las exportaciones de hidrocarburos y de los productos de los newly industrializing countries asiáticos. 7. Añadir una deuda que supera el total del PNB y un servicio de la deuda que absorbe una parte importante de los beneficios de las exportaciones de bienes y servicios. Este problema es uno de los más conflictivos en las relaciones NorteSur que nació debido a: Intentos de industrialización acelerados a finales de los 60 y principios de los 70 y de las dos crisis petroleras que provocaron un fuerte desequilibrio en el sistema monetario y financiero mundial. Los conflictos bilaterales, las diferencias ideológicas, las rivalidades por las hegemonías regionales, etc., alimentan la carrera de armamentos en el Sur, que genera enormes beneficios al Norte. La deuda ha generado una nueva relación de dependencia Norte-Sur. El subdesarrollo origina una insuficiencia de recursos y estructuras socio-económicas desequilibradas; la falta de recursos y de estructuras socio-económicas adecuadas impiden el desarrollo de las mayoría de los países del Sur. Según los datos de finales de los 90 cobre el Producto Nacional Bruto, el 78% de la humanidad sólo aportan al 18% del total mundial. Las tasas de crecimiento anual del tercer mundo en el Producto Nacional Bruto per capita son muy inferiores a las de los países desarrollados. Los últimos decenios, el PIB se ha multiplicado por siete y el PIB per capita se ha triplicado. La distribución no ha sido homogénea y la desigualdad va en aumento. El análisis diacrónico de estas características evidencia que nos encontramos muy lejos de una situación estática. Convergencias con los países desarrollados: 1. Reducción de diferencias en las respectivas esperanzas de vida. 2. En la oferta calórica diaria. 3. En las tasas de analfabetismo. 4. Disponibilidad de agua potable. Divergencias: 1. En el consumo de energía per capita 2. Índice de escolarización que incluso retrocede en el promedio de años de escolarización. 3. En la que se reduce lentitud con que se reduce la mortalidad de los niños. 4. En el mantenimiento de una fecundidad. Parece todavía operativa la distinción entre un Norte con: 80% de la producción mundial, 70% de la energía, 75% de los minerales, 85% recursos forestales, 60% de los alimentos y tres cuartas partes de los automóviles. En el Sur de debe sobrevivir con mucho menos. Ahora bien, en la actualidad el Sur parece haber estallado, y haber dado lugar a la aparición de las sociedades reales con su propia historia, cultura e identidad. Sólo el estudio de estas sociedades nos permitirá ver la distancia que separa a los dragones asiáticos de los países menos desarrollados que tienen muy pocos productos que ofrecer al mercado, que parecen haber sido excluidos de la economía mundial. Es el caso de la mayoría de los países del sur del Sahara. El movimiento de Países No-Alineados (MPNA) nace de la voluntad de tres líderes políticos que lucharon por la independencia de sus países por desterrar la injerencia y el dominio extranjero en el Tercer Mundo. Como precedentes: la acción de Nehru, Nasser y Sukarno a los que se une Tito. - Antecedente: las reuniones que mantuvieron durante la guerra de Corea algunos países asiáticos que no veían la intervención extranjera en el continente. De ahí surgió en 1950 el Grupo Afro-Asiático que se define por la anti-polarización entre el Este y el Oeste y que será la plataforma de Nehru. - Sukarno, de indonesia había liderado el largo proceso de independencia de Holanda. - Nasser se encontraba dolido por la actitud británica, y de Occidente en el tema de la nacionalización del Canal de Suez. - Tito había roto con Stalin en 1948 pero dispuesto a abrazar el modelo capitalista. Estaba aislado en un mundo bipolar. Su concepción del comunismo le cerraba las puertas del Este. La Conferencia de Bandung (Indonesia, 1955) fue el primer paso de la No Alineación. Esta insistió en: El derecho de todos los pueblos a disponer de ellos mismos. Igualdad y soberanía de todas las naciones. Rechazo de la injerencia política y cualquier tipo de presión por las grandes potencias. Aceptaba el derecho de cualquier país a defenderse, sólo o en coalición, de las agresiones exteriores. Solucionar las diferencias por la vía pacífica, desarme y prohibición de las armas nucleares. Distintas reuniones que fueron perfilando los objetivos del Movimiento de No Alineación. Pero sería en la Conferencia de Belgrado de 1961 donde nacería MPNA (Movimientos de Países No Alineados). Distintas reuniones periódicas que desarrollaron los objetivos y dotando a la MPNA de un programa de acción que tendía hacia la modificación de las relaciones económicas internacionales. Se reivindica una independencia, un nuevo orden mundial. Por ejemplo, la III Conferencia celebrada en Lusaka (Zambia) en 1970 supone el inicio de la institucionalización del movimiento en la escena internacional y el retorno de los temas que relacionan no alineación y problemas de desarrollo. La Conferencia pública una “Declaración sobre la no-alineación y las cuestiones económicas” y condenan al colonialismo y el apartheid en Sudáfrica. En 1973, la Conferencia celebrada en Argel sería el clímax del Movimiento de Países No-Alineados. Dos problemas fundamentales surgen: La multiplicación de los conflictos en el interior del Tercer Mundo y los signos de inestabilidad (Angola, Sahara, Chad, Camboya-Vietnam…) tienden a radicalizar las posturas y a romper la solidaridad interna del movimiento. El carácter formal que revestía la no-alineación para muchos países que se alineaban claramente con uno de los bloques (caso de la Cuba de Fidel Castro) - Fidel Castro defendía la “alianza natural” entre los PNA y los países socialistas; Houari Boumedian creía que la principal división del mundo era entre ricos y pobres y no entre socialismo e imperialismo. - La inclusión de nuevos países tendía a dar un protagonismo a los países “socialistas” y a reproducir en el seno del movimiento el enfrentamiento entre los bloques. En la Conferencia de La Habana (¡979), Castro priorizó el anti-imperialismo y la “alianza natural” entre los PNA y los países socialistas. La segunda postura que insistía en la independencia de los PNA respecto a los dos bloques fue defendida por Tito, dirigente yugoslavo. Triunfaron los principios de no-alineación preconizados por el dirigente yugoslavo, pero el movimiento se resintió y adoptó un discurso antiimperialista en el que la referencia siempre era EEUU, sin embargo, la invasión de Afganistán y l aguerra irano-iraquí introdujeron un matiza de equilibrio y de reflexión sobre el anti-imperialismo de la URSS y la no-alineación de algunos países miembros del movimiento. La MPNA entró definitivamente en crisis tras la caída del muro de Berlín y la desaparición del mundo bipolar que le dio su sentido. Capítulo XI-La Revolución Cultural La mejor forma de acercarnos a la revolución cultural es a través de la familia y el hogar, de la estructura de las relaciones entre ambos sexos y entre las distintas generaciones, que en la mayoría de sociedades se resistían a cambios bruscos. Las estructuras eran de ámbito mundial, con semejanzas básicas en amplias zonas, aun que por razones socioeconómicas y tecnológicas, había una notable diferencia entre Eurasia y el resto de África. Por ejemplo, en la poligamia. Estaba prácticamente ausente en Eurasia, en cambio, floreció en África. La inmensa mayoría de la humanidad compartía una serie de características: - Matrimonio formal con relaciones sexuales privilegiadas para los cónyuges. - Superioridad del marido sobre la mujer. - Superioridad de los padres sobre los hijos, y de las generaciones más ancianas sobre los más jóvenes. - Unidades familiares formadas por varios miembros. El núcleo fundamental (la pareja con hijos) estaba presente en todas partes. La idea de que la familia es el núcleo, se basa en un malentendido histórico, sobre todo del carácter de la cooperación social y su razón de ser en las sociedades preindustriales. En la segunda mitad del siglo XX, esta distribución básica y duradera empezó a cambiar en los países occidentales “desarrollados”, de forma desigual en cada región. El cambio espectacular se ve más claro en países de moral estricta y con una fuerte carga tradicional, como los católicos. Algo insólito le estaba ocurriendo al matrimonio en Occidente. La cantidad de gente que vivía sola también empezó a dispararse. La pareja casada con hijos estaba en retirada. En determinados casos dejó de ser incluso típica. La crisis de la familia estaba vinculada a importantes cambios en las actitudes públicas a cerca de la conducta sexual, la pareja y la procreación, tanto oficiales como extraoficiales, los más importantes de los cuales pueden datarse en los años 60 y 70, época de liberalización extraordinaria tanto para los heterosexuales como para los homosexuales. Se instauró un nuevo clima de relajación sexual reconocido por la ley: - Legalización del divorcio (1970). Legalización de la venta de anticonceptivos y la información sobre los métodos de control de la natalidad. Nuevo código de derecho familiar (1975). Legalización del aborto (1978). Pasaron a estar permitidas cosas que hasta entonces habían estado prohibidas, no sólo por la ley o la religión, sino también por la moral, las convenciones y el qué dirán. Estas tendencias no afectan por igual a todas las partes del mundo: El divorcio fue en aumento en todos los países donde era permitido. El matrimonio se convirtió en algo mucho menos estable en algunos países, siguió siendo mucho más permanente en los países católicos. Grandes o pequeñas, las mismas transformaciones pueden detectarse por todo el mundo en “vías de modernización”. Algo que resulta evidente, sobre todo en el campo de la cultura popular o, más concretamente, de la cultura juvenil. II El divorcio, los hijos ilegítimos y el auge de las familias mono parentales indicaban la crisis de la relación entre los sexos. El auge de una cultura específicamente juvenil muy potente indicaba un profundo cambio en la relación existente entre las distintas generaciones. Los jóvenes se convirtieron en un grupo social independiente. Los acontecimientos más espectaculares en los años 60 y 70 fueron las movilizaciones de sectores generacionales que, en países menos politizados, enriquecían a la industria discográfica. La radicalización política de los años 60 perteneció a los jóvenes, que rechazaron la condición de niños o adolescentes, al tiempo que negaban el carácter plenamente humano de toda generación que tuviese más de treinta años. Con excepción de China, a los jóvenes radicales los dirigían miembros de su mismo grupo. Como por ejemplo el caso de los movimientos estudiantiles en Francia y en Italia 1968-1969. La nueva “autonomía” de la juventud como estrato social independiente quedó simbolizada por un fenómeno que no tenía seguramente parangón desde la época del romanticismo: el héroe cuya vida y juventud acaban al mismo tiempo. Esta figura era el ideal típico de lo que se convirtió en la manifestación cultural característica de la juventud: la música rock. Era un estilo de vida ideado para morir pronto. Lo que convertía esas muertes en simbólicas. El surgimiento del adolescente como agente social consciente recibió un reconocimiento cada vez más amplio, entusiasta por parte de los fabricantes de bienes de consumo. Los grupos de edad no son nada nuevo en la sociedad, e incluso en la civilización burguesa se reconocía la existencia de un sector de quienes habían alcanzado la madurez sexual, pero todavía se encontraban en pleno crecimiento físico e intelectual. Esto creaba tensiones entre los jóvenes y sus padres y profesores. La novedad de la nueva cultura juvenil tenía una triple vertiente: - En primer lugar, la “juventud” pasó a verse como la fase culminante del pleno desarrollo humano. La actividad humana en la que la juventud lo es todo y la vida iba claramente cuesta abajo a partir de los treinta años. El que esto no se correspondiese con una realidad social era una prueba más del modo insatisfactorio en que estaba organizado el mundo. Esto valía tanto para el mundo capitalista como para el comunista, además de para los grandes estados poscoloniales. No obstante, se hicieron algunas concesiones tácitas y acaso no siempre conscientes a los sectores juveniles de la sociedad. A partir de finales de los años sesenta hubo una tendencia a rebajar la edad de voto a los 18 años y también se dio algún signo de disminución de la edad de consentimiento para las reacciones sexuales. A medida que se iba prolongando la esperanza de vida, el porcentaje de ancianos aumentaba y la decadencia senil se retrasaba. En tiempos difíciles, la “jubilación anticipada” se convirtió en uno de los métodos predilectos para recortar costos laborales. - - En segundo lugar, la novedad de la cultura juvenil deriva de la primera: era o se convirtió en dominante en las “economías desarrolladas de mercado”, en parte porque ahora representaba una masa concentrada de poder adquisitivo, y en parte porque cada nueva generación de adultos se había socializado formando parte de una cultura juvenil con conciencia propia y estaba marcada por esta experiencia, y también porque la prodigiosa velocidad del cambio tecnológico daba a la juventud una ventaja tangible sobre edades más conservadoras o por lo menos no tan adaptables. Lo que los hijos podían aprender de sus padres resultaba menos evidente que lo que los padres no sabían y los hijos sí. El papel de las generaciones se invirtió. En tercer lugar, fue la asombrosa internacionalización en las sociedades urbanas. Los tejanos y el rock se convirtieron en las marcas de la juventud “moderna”. La hegemonía cultural no era una novedad, pero su modus operandi había cambiado. En el período de entreguerras, su vector principal había sido la industria cinematográfica norteamericana. Con el auge de la televisión y con el fin del sistema de estudios de Hollywood, la industria norteamericana perdió parte de su preponderancia y una parte aún mayor de su público. La moda juvenil norteamericana se difundió directamente o gracias a una especia de osmosis informal, a través de discos y luego cintas, cuyo principal medio de difusión, ayer igual que hoy y que mañana, era la anticuada radio. También se difundió gracias a la fuerza de la moda en la sociedad de consumo que ahora alcanzaba a las masas. Había nacido una cultura juvenil global. ¿Habría podido surgir en cualquier otra época? Casi seguro que no. Fue el descubrimiento de este mercado juvenil a mediados de los años 50 lo que revolucionó el negocio de la música pop y, en Europa, el sector de la industria de la moda dedicado al consumo de masas. El “boom británico de los adolescentes”, que comenzó por aquel entonces, se basaba en las concentraciones urbanas de muchachas relativamente bien pagadas en las cada vez más numerosas tiendas y oficinas, que a menudo tenían más dinero para gastos que los chicos, y dedicaban entonces cantidades menores a gastos tradicionalmente masculinos como la cerveza y el tabaco. Cuanto más rico el país, mayor era el negocio discográfico. Su poder adquisitivo facilitó a los jóvenes el descubrimiento de señas materiales o culturales de identidad. Sin embargo, lo que definió los contornos de esa identidad fue el enorme abismo histórico que separaba a las generaciones nacidas antes de 1925 y las nacidas después de 1950. La edad de oro ensanchó este abismo hasta los años setenta. Esta versión del abismo generacional no se circunscribía a los países industrializados, pues el drástico declive del campesinado produjo brechas similares entre las generaciones rurales y ex rurales, manuales y mecanizadas. Afectó incluso a aquellos que habían quedado al margen de los grandes acontecimientos políticos del siglo, o que no se habían formado una opinión a cerca de ellos, salvo en la medida en que afectasen a su vida privada. La mayoría de la población mundial era más joven que nunca. En muchos aspectos, el abismo generacional era mayor en países del 3r mundo que en Occidente, donde la existencia de instituciones permanentes y de continuidad política unía a jóvenes y mayores. III La cultura juvenil se convirtió en la matriz de la revolución cultural en el sentido más amplio de una revolución en el comportamiento y las costumbres, en el modo de disponer del ocio y en las artes comerciales, que pasaron a configurar cada vez más el ambiente que respiraban los hombres y mujeres urbanos. Dos de sus características importantes son: Era populista e iconoclasta, sobre todo en el terreno del comportamiento individual. Que los niveles sociales más altos se inspirasen en lo que veían en “el pueblo” no era una novedad en sí mismo. En la era del imperialismo las influencias culturales empezaron a actuar sistemáticamente de abajo arriba gracias al impacto de las nuevas artes plebeyas y del cine, el entretenimiento de masas por excelencia. Los mayores triunfos de Hollywood se basaban en novelas concebidas para un público de cultura y clase medias. Sólo el género anárquico y populista de la comedia cinematográfica se resistió un tiempo a ser ennoblecido. El triunfante “musical” de Broadway del período de entreguerras, y los números bailables y canciones que contenía, eran géneros burgueses, aunque inconcebibles sin la influencia del jazz. Se escribían para la clase media de Nueva York. La edad de oro de Broadway al igual que la de Hollywood se basaba en la simbiosis de lo plebeyo y lo respetable, pero no de lo populista. La novedad de los años 50 fue que los jóvenes de clase media y alta empezaron a acepar como modelos la música, la ropa e incluso el lenguaje de la clase baja urbana, o lo que creía que era. La música rock fue el caso más sorprendente. Fue una inversión de los papeles: el mercado de la moda joven plebeya se independizó, y empezó a marcar la pauta del mercado patricio. El giro populista de los gustos de la juventud de clase media y alta en Occidente puede tener algo que ver con el fervor revolucionario que en política e ideología mostraron los estudiantes de clase media unos años más tarde. Ese estilo se vio probablemente reforzado entre los jóvenes de sexo masculino por la aparición de una subcultura homosexual de singular importancia a la hora de marcar las pautas de la moda y el arte. El estilo populista era una forma de rechazar los valores de la generación de los padres o, un lenguaje con el que los jóvenes tanteaban nuevas formas de relacionarse con un mundo para el que las normas y los valores de sus mayores parecía que ya no eran válidos. El carácter iconoclasta de la nueva cultura juvenil afloró con la máxima claridad en los momentos en que se le dio plasmación intelectual. Su objetivo eran anuncios públicos de sentimientos y deseos privados. El subjetivismo era su esencia. Significaba algo más que la afirmación de que el compromiso político obedecía a motivos y a satisfacciones personales, y que el criterio del éxito político era cómo afectaba a la gente. La liberación personal y la liberación social iban de la mano, y las formas más evidentes de romper las ataduras del poder, las leyes y las normas del estado, de los padres y de los vecinos eran el sexo y las drogas. Comprometerse en público con lo que hasta entonces estaba prohibido o no era convencional se convirtió en algo importante. Las drogas habían permanecido confinadas en reducidas subculturas de la alta sociedad, la baja y los marginados, y no se beneficiaron de mayor permisividad legal. Se difundieron no sólo como gesto de rebeldía. El consumo de drogas era una actividad ilegal, y el mismo hecho de que la droga más popular entre los jóvenes occidentales, la marihuana, fuese posiblemente menos dañina que el alcohol y el tabaco, hacía del fumarla un acto de superioridad sobre quienes la habían prohibido. La nueva ampliación de los límites del comportamiento públicamente aceptable, incluida su vertiente sexual, amentó la experimentación y la frecuencia de conductas hasta entonces consideradas inaceptables o pervertidas, y las hizo más visibles. La importancia principal de estos cambios estriba en que, implícita o explícitamente, rechazaban la vieja ordenación histórica de las relaciones humanas dentro de la sociedad, expresadas, sancionadas y simbolizadas por las convenciones y prohibiciones sociales. Lo que resulta aún más significativo es que este rechazo no se hiciera en nombre de otras pautas de ordenación social. Paradójicamente, quienes se rebelaban contra las convenciones y las restricciones partían de la misma premisa en que se basaba la sociedad de consumo, o por lo menos de las mismas motivaciones psicológicas que quienes vendían productos de consumo y servicios habían descubierto que eran más eficaces para la venta. Así, hasta los años noventa, la liberalización se quedó en el límite de la legalización de las drogas, que continuaron estando prohibidas con más o menos severidad, y con un alto grado de eficacia. IV La revolución cultural de fines del siglo XX debe entenderse como el triunfo del individuo sobre la sociedad, o mejor, como la ruptura de los hilos que hasta entonces habían imbricado a los individuos en el tejido social. Este tejido estaba compuesto por: - Las relaciones reales entre los seres humanos y sus formas de organización. - Los modelos generales de esas relaciones. - Las pautas de conducta que era de prever que siguiesen con su trato mutuo los individuos. De ahí la inseguridad traumática que se producía en cuanto las antiguas normas de conducta se abolían o perdían su razón de ser. En la mayor parte del mundo, los antiguos tejidos y convenciones sociales estaban en situación delicada, pero aún no en plena desintegración, lo cual era una suerte para la mayor parte de la humanidad, sobre todo para los pobres, ya que las redes de parentesco, comunidad y vecindad eran básicas para la supervivencia económica y sobre todo para tener éxito en un mundo cambiante. En gran parte del tercer mundo, estas redes funcionaban como una combinación de servicios informativos, intercambios de trabajo, fondos de mano de obra y de capital, mecanismos de ahorro y sistemas de seguridad social. Sin la cohesión familiar resulta difícil explicar el éxito económico de algunas partes del mundo, como Extremo Oriente. En las sociedades más tradicionales, las tensiones afloraron en la medida en que el triunfo de la economía de empresa minó la legitimidad del orden social aceptado hasta entonces, basado en la desigualdad, tanto porque las aspiraciones de la gente pasaron a ser más igualitarias, como porque las justificaciones funcionales de la desigualdad se vieron erosionadas. La revolución social era un caos tanto en Oriente como en Occidente. Fueran los que fuesen los excesos de la teoría, la práctica era muchas veces igualmente extrema. Las instituciones a las que más afectó el nuevo individualismo moral fueron la familia tradicional y las iglesias tradicionales de Occidente, que sufrieron un colapso en el tercio final de siglo. Consecuencias de este individualismo social a finales del siglo XX: - El cemento que había mantenido unida a la comunidad católica se desintegró. - Las vocaciones sacerdotales y las demás formas de vida religiosa cayeron en picado. - La autoridad material y moral de la Iglesia sobre los fieles desapareció en el agujero negro que se habría entre sus normas de vida y moral y la realidad del comportamiento humano. Las consecuencias morales de la relajación de los lazos tradicionales de familia fueron más graves, ya que la familia no era sólo un mecanismo de auto perpetuación, sino también un mecanismo de cooperación social. Debido a la involucración de la familia en las grandes empresas capitalistas, la concentración del capital y la aparición de las grandes empresas empezó a generar la organización empresarial moderna. Un motivo aún más poderoso era que el mercado no proporciona por sí sólo un elemento esencial en cualquier sistema basado en la obtención de beneficio privado: la confianza, el cumplimiento de los contratos. Para eso se necesitaba el poder del estado o los lazos familiares o comunitarios. Así surgió también el negocio del crimen, bajo los valores de los lazos familiares. Estos vínculos eran indispensables para que este negocio cumpliera su cometido. Por ejemplo las mafias, compuestas por nutridos grupos de hermanos. Pero justo eran estos vínculos y esta solidaridad de grupos no económicos lo que estaba siendo erosionado, al igual que los sistemas morales que los sustentaban. Al principio las ventajas de una liberalización social generalizada habían parecido enormes a todo el mundo menos a los reaccionarios empedernidos, y su coste, mínimo; además, no parecía que conllevase también una liberalización económica. La gran oleada de prosperidad que se extendía por las poblaciones de las zonas más favorecidas del mundo, parecía haber eliminado los escombros de la desintegración social. Ser progenitor único todavía era la mejor garantía para una vida de pobreza, pero en los modernos estados del bienestar, también garantizaba un mínimo de ingresos y un techo. En el aspecto material, lo que los organismos públicos podían proporcionar era muy superior a lo que la mayoría de las familias podía dar de sí, bien por ser pobres, bien por otras causas. Las ventajas materiales de vivir en un mundo donde la comunidad y la familia estaban en decadencia eran, y siguen siendo, innegables. De lo que pocos se dieron cuenta fue que la moderna sociedad industrial había dependido hasta mediados del siglo XX de la simbiosis entre los viejos valores comunitarios y familiares y la nueva sociedad, y de lo duras que iban a ser las consecuencias de su rápida desintegración. Eso resultó evidente en la era de la ideología neoliberal, en la que la expresión “los subclase” se introdujo en el vocabulario sociopolítico. Los subclase subsistían gracias a la vivienda pública y a los programas de bienestar social, aunque de vez en cuando complementasen sus ingresos con escapadas a la economía sumergida o al mundo del “crimen”, es decir, a las áreas de la economía donde no llegaban los sistemas fiscales del gobierno. Pero dado que este era el nivel social en donde la cohesión familiar se había desintegrado, sus incursiones en la economía informal era muy inestable. La mayoría de los negros norteamericanos se convirtieron en el paradigma de los “subclase”: un colectivo de ciudadanos prácticamente excluido de la sociedad oficial, sin formar parte de la misma o del mercado laboral. Sólo en las zonas del mundo que todavía no habían entrado en el universo en que los seres humanos vivían unos junto a otros pero no como seres sociales, sobrevivían en cierta medida las comunidades, y con ellas el orden social, aunque un orden, para la mayoría, de una pobreza desoladora. Una existencia de desigualdad tanto social como económica. El drama del hundimiento de tradiciones y valores radicaba en la desintegración tanto del antiguo código de valores como de las costumbres y usos que regían el comportamiento humano, una pérdida sensible, reflejada en el auge de “políticas de identidad”, de tipo étnico/nacional o religioso, y de movimientos nostálgicos extremistas que desean recuperar un pasado hipotético sin problemas de orden ni de seguridad. Llamamientos en pro de una “comunidad” a la que pertenecer en un mundo anómico; de una familia a la que pertenecer en un mundo de aislamiento social; de un refugio en la selva. Estos eran los riesgos políticos del desgarramiento y la ruptura de los antiguos sistemas de valores y de los tejidos sociales. A medida que fueron avanzando los años ochenta, se hizo cada vez más patente que también esta ruptura ponía en peligro la triunfante economía capitalista. La familia se convirtió en parte integrante del capitalismo primitivo porque le proporcionaba algunas de estas motivaciones, al igual que “el hábito del trabajo”, los hábitos de obediencia y lealtad, incluyendo la lealtad de los ejecutivos a la propia empresa, y otras formas de comportamiento que no encajaban fácilmente en una teoría racional de la elección basada en la optimización. El capitalismo podía funcionar en su ausencia, incluso para los propios hombres de negocios. Esto ocurrió durante las “opas” piráticas para adueñarse de sociedades anónimas. Los países capitalistas que no habían olvidado que el crecimiento no alcanza sólo con la maximización de beneficios procuraron dificultar o impedir estos actos de piratería. El capitalismo había triunfado porque no era sólo capitalista. La maximización y acumulación de beneficios eran condiciones necesarias para el éxito, pero no suficientes. Fue la revolución cultural del último tercio del siglo lo que comenzó a erosionar el patrimonio histórico del capitalismo y a demostrar las dificultades de operar sin ese patrimonio. La ironía histórica del neoliberalismo que se puso de moda en los años setenta y ochenta, y que contempló con desprecio las ruinas de los régimenes comunistas, es que triunfó en el momento mismo en que dejó de ser tan plausible como había parecido antes. El mercado proclamó su victoria cuando ya no podía ocultar su desnudez y su insuficiencia. La revolución cultural se hizo sentir con especial fuerza en las “economías de mercado industrializadas” y urbanas de los antiguos centros del capitalismo. Las extraordinarias fuerzas económicas y sociales que se han desencadenado a finales del siglo XX también han transformado el “tercer mundo”. Gorvachov-Pimera Parte El fin del Comunismo y las Revoluciones de 1989 El estalinismo fue un desastre total para la izquierda, perjudicó enormemente su credibilidad. Fue necesaria una lucha larga y difícil para que los comunistas occidentales pudieran salir de esta negra noche de la guerra fría y recuperar legados democráticos de mediados de la década de 1940 y después. En 1943-1947, los partidos comunistas de la región (Europa del Este) eran muy independientes. Pero con la guerra fría, Moscú reafirmó su control, acabó con los caminos nacionales al socialismo e impuso una represión brutal. Tal y como confirmaron las crisis de 1956 y 1968, los intereses de la seguridad soviética se habían endurecido hasta convertirse en un poder absoluto. El comunismo soviéticos era un programa de industrialización forzosa basado en la propiedad estatal y el plan administrado centralmente. Era una campaña acelerada desde arriba que se desencadenó sobre una sociedad encerrada en el atraso. Entrañaba una enorme ineficacia y empeoró las penalidades humanas resultantes de transformaciones sociales tan vastas. Pero como tosco esfuerzo en pos del desarrollo, su éxito fue asombroso y entre el decenio de 1930 y el de 1950 despertó gran admiración general. Permitió a la URSS no sólo sobrevivir al ataque nazi, sino también a ganar la guerra. La industrialización soviética pasó a ser un modelo natural para el Este. Pero el sistema soviético entró en la posguerra con notorios defectos estructurales que con el paso de los años empeoraron. En lo tocante a las necesidades básicas, el sistema funcionó razonablemente bien, pero sufrió un fracaso tremendo en la tarea de organizar los servicios, de tal modo que incluso los éxitos relativos resultaron perjudicados. Pero el estalinismo no era sólo un “programa para transformar economías atrasadas en economías avanzadas”. Era también un sistema de gobierno. Era la lucha faccional bolchevique después de Lenin que concentró el poder alrededor de Stalin, silenció a sus oponentes y puso fin a la democracia. Esto representó una ruptura profunda con los socialismos de antes de 1914, que al menos eran democráticos. El sistema político del estalinismo presuponía el poder exclusivo del Partido Comunista y abarcaba una economía dirigida, el monopolio de la vida pública y el control de la cultura. El partido y el Estado se hallaban plenamente integrados. Solidarnosc: democracia e insurgencia obrera en Polonia A pesar de la enorme crisis de1986, los regímenes neoestalinistas de la Europa del Este parecían seguros. La legitimidad internacional estaba asegurada. Los acuerdos de Helsinki de la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa, firmados por Estados Unidos, la URSS, 30 países europeos y Canadá en 1975, reconocieron la soberanía, la no injerencia y el carácter inviolable de las fronteras, al tiempo que prometían la cooperación entre el este y el oeste. Las apariencias eran engañosas. La estabilidad socialista se agrietó de forma dramática a causa de Polonia. Huelgas masivas fueron la respuesta a los aumentos de precio de los alimentos, que se anunciaron sin previo aviso, primero en 1976, en medio de la crisis económica, por el de Edvard Gierek. En ambas ocasiones, el Estado se echó atrás. La oposición polaca se distinguía por ser obrera. A pesar de la extrema combatividad de los obreros, Gierek se abstuvo de desencadenar la represión general, optó por la conciliación y sostuvo trece “consultas” con mítines de masas en los astilleros y diez en Lodz durante 1971-1975. Gierek puso en marcha la modernización industrial con créditos occidentales. Gierek ganó tiempo apaciguando las protestas. La dominación comunista se apoyaba en su contrato social del mínimo social y el Estado de bienestar, vinculado a salarios altos, alimentos baratos y reconocimiento social. Gierek también recurrió a la represión selectiva. En 1976 se formó el Comité para la Defensa de los Obreros (KOR), que se afirmó en una Carta de Derechos de los Trabajadores. Una tercera insurgencia en 1980 (pero esta vez no violenta) provocó que los obreros hicieran un inventario de reivindicaciones políticas en el que la creación de sindicatos independientes ocupaba el primer lugar. El gobierno se mostró de acuerdo con la carta al tiempo que añadía sus propios principios: propiedad colectiva, supremacía del partido y alianza internacional. Gierek fue sustituido por Stanislaw. El Sindicato Autónomo Independiente, o Solidaridad, se inscribió oficialmente el 10 de noviembre. El enfrentamiento entre el Partido y Solidaridad era constante. El nombramiento del general Jaruzelski para el cargo de jefe de gobierno en febrero de 1981 indujo a pensar que los soviéticos veían con creciente preocupación la debilidad del centro político del partido. Y en Moscú, el 4 de marzo, los líderes soviéticos y polacos acordaron “dar marcha atrás a los acontecimientos” y “eliminar el peligro que se cierne sobre los logros socialistas de la nación polaca”. Solidaridad se debatía entre coexistir bajo el comunismo, lo cual requería renunciar a las ambiciones políticas, y el dinamismo de su propio crecimiento, en el que constantemente entraba la política. Walesa (a cargo de Solidaridad) y sus consejeros católicos pensaron en la posibilidad de pasar por encima del Partido mediante una división corporativista del trabajo o un pacto social con un gobierno comunista reformado. Jeruzelski en 1981 ofreció un pacto corporativista como alternativa a la ley marcial, pero se había llegado a un punto que impedía la conciliación. Cuando Solidaridad declaró que “la vida pública en Polonia requiere reformas profundas y exhaustivas que introduzcan de manera permanente los principios de autonomía, democracia y pluralismo”, lo que hizo fue entrar en el terreno de la Primavera de Praga y dejar atrás el país del “socialismo que existe en realidad”. El resultado era inevitable, Jeruzelski proclamó la ley marcial, detuvo a los líderes de Solidaridad y formó un Consejo Militar de Salvación Nacional. Desde la perspectiva del futuro, la historia de Solidaridad tuvo una trascendencia cuádruple: provocó la desaparición definitiva del Partido Comunista, deslegitimó fatalmente el lenguaje del socialismo, presentó la ascensión de una democracia obrera singularmente poderosa y organizada nacionalmente, y dio cuerpo a la utopía de una “sociedad civil” organizada de forma independiente que de un modo u otro pudiera librarse de ser contaminada por el Estado. Solidaridad era un movimiento obrero clásico, abarcaba toda la complejidad de la clase obrera y movilizaba a trabajadores de todas las industrias, regiones, generaciones, géneros y categorías asalariados. Durante sus dieciocho meses, Solidaridad estuvo cerca de organizar la sociedad polaca en un potencial contrahégemonico. Fue sin duda la insurgencia obrera más impresionante de Europa desde 1917-1923. Había aquí espacio para la Primavera de Praga de Polonia, una oportunidad para unir las energías de Solidaridad con los reformadores del partido. Pero la democratización estaba prohibida por los soviéticos. La Ley Marcial, proclamada el 21 de diciembre de 1981, representó un desplazamiento total del partido, pues destruyó no sólo la perspectiva de una transición pacífica a la democracia, sino también la energía del Partido Comunista polaco. La represión llegó a través del ejército y las fuerzas de seguridad en lugar de un partido purgado y reestalinizado. Gorbachov Una vez hubo empezado la guerra fría, la URSS afectó a la izquierda de la Europa occidental una serie de trastornos: con una política profundamente reñida con el socialismo parlamentario, como escenario de dictadura y gobierno policíaco y como origen de una crisis desastrosa de la credibilidad moral del socialismo. Con la invasión de Hungría y Checoslovaquia, el bochorno se convirtió en ira. Pisoteó la democracia y destruyó los tres movimientos reformistas más fuertes de los países socialistas: la Revolución húngara (56), la Primavera de Praga (68) y Solidaridad (80-81). Todo esto cambió en 1985-1986. Después de dieciocho años de conservadurismo paralizante, Breznev murió en noviembre de 1982. Le sustituyó Andropov, que empezó a reemplazar la ridícula gerontocracia que a la sazón gobernaba la URSS. Tras la inesperada muerte de Andropov en el 84, le sustituyó Chernenko, el cual murió dos años después. El miembro más joven, Gorbachov, fue nombrado su sucesor. Gorbachov puso en marcha un programa destinado a llevar al comunismo soviético a un futuro modernizado y que, en realidad, provocó su implosión. Recuperó tradiciones no estalinistas de reforma. A medida que iba cobrando forma, el programa recordaba a la Primavera de Praga. La prioridad más importante de Gorbachov era la sangre nueva (ya que la mayoría de los cargos del partido estaban asignados a miembros muy mayores). En el XXVII Congreso en el 86, lanzó sus consignas definidoras : perestroika (reestructuración o reforma radical) y glasnost (apertura). El problema principal era político: atravesar la acumulación de capas de letargo y corrupción en que se encontraba enterrada la burocracia económica. Para que la reforma económica diera buenos resultados, había que liberalizar la esfera pública. Se nombraron directores liberales para las publicaciones, se desmanteló la censura, se liberaron las artes, se reexcavó la historia. Gorbachov tomó medidas audaces para poner fin a la guerra fría, que se había vuelto a intensificar. Propuso un sistema exhaustivo de seguridad internacional. No se comprometió con ningún movimiento de liberación nacional y decretó que ya ayuda al exterior consistiese en asistencia social en lugar de armas. Las tropas soviéticas abandonaron Afganistán en 1989. Lo más notable de todo fue que Gorbachov se retiró de la Europa del Este. En el 87 los europeos occidentales estaban convencidos de que el compromiso de Gorbachov con la paz y la democracia era sincero y en 1990, recibió el Premio Nobel de la Paz. En 1988-1989, la reconfiguración de política europea ya había empezado, con Hungría y Polonia a la cabeza. Y una vez mencionada la democracia para la Europa del Este, se propuso también para las repúblicas soviéticas. Una tercera lógica de la estrategia internacional de Gorbachov fue el desmembramiento de la URSS. En el 87, el aniversario del Pacto Nazi-Soviético de 1939, que llevó a la ocupación de Lituania, Letonia y Estonia por los soviéticos en agosto de 1940, fue recibido con protestas, y en el otoño de 1988 varios “frentes populares” exigían la independencia nacional en los tres estados. Los tres Soviets Supremos declararon su soberanía, los frentes populares se declararon partidarios de la secesión, y en el verano de 1989, los partidos comunistas bálticos se separaron de PCUS. En Bielorrusia, Moldavia y Ucrania surgieron movimientos parecidos que en el Cáucaso se volvieron violentos. Los cambios de esta magnitud en la periferia requerían decisiones en el centro, pero las intenciones de Gorbachov se cumplieron de manera irregular. Albergaba la esperanza de que reclutando líderes nuevos, liberando el movimiento de ideas y despojándose de la mentalidad de sitio de la guerra fría empujaría al PCUS hacia una versión soviética de la Primavera de Praga al tiempo que inspiraba confianza en el pueblo. Pero. Después de años de componendas y disimulo, era difícil persuadir al Partido-Estado para que actuara. La elección del Congreso que tuvo lugar en marzo de 1989 y se convirtió en el eje del período de Gorbachov. Fue un momento de democracia popular auténtica. Empezó la formación de partidos, unió los “movimientos informales”, cristalizó durante el periodo 1986-1987 y proporcionó el ímpetu en 1990-1991 para la hora de la verdad. El Congreso llevó aparejados un proceso electoral libre y debates sin restricciones. El efecto fundamental fue el proceso mismo de discrepancia pública. En 1989, el ímpetu favorable al cambio quedó fuera de su alcance. El ideal de reforma controlada que propugnaba Gorbachov se desvaneció en una nueva polarización. La Unión se estaba desintegrando. Lituania, Estonia y Letonia se declararon independientes. Mientras las periferias se sumían en la crisis, el centro no resistió. El Partido Comunista tenía que hacer frente a una oposición cada vez más amplia que abarcaba repúblicas nacionales a los reformadores radicales. El 15 de marzo de 1990, el Congreso de Diputados del Pueblo eligió a Gorbachov para la recién creada presidencia. A instancias de Gorbachov, el Comité había renunciado al artículo 6 de la Constitución Soviética, que garantizaba la supremacía del Partido Comunista. Gorbachov dejó escapar dos grandes oportunidades. Una fue el largo intervalo entre el anuncio de la Conferencia del partido en enero de 1987 y su celebración en junio de 1988. Su discurso reveló el problema. Su “mezcla de críticas y alabanzas”. Tratar de mediar entre los conservadores del partido antiguo y los reformistas nuevos fue un obstáculo para tener una visión estratégica. La segunda oportunidad se presentó en el verano de 1990, en el momento culminante de la reforma económica. Contra la propuesta principal del gobierno de una transición de cinco años a un mercado regulado de “500 días” basada en una privatización radical por medio de la venta de activos a los ciudadanos. Gorbachov pisó el freno y adoptó una reforma muy modificada (preocupado por el desempleo y otras dificultades), mientras que en septiembre de 1990 Eltsin introdujo el plan de 500 días en Rusia. Los costes políticos fueron inmensos. Gorbachov parecía estar apaciguando a sus conservadores otra vez; Eltsin parecía tener el grial de la reforma. Los demócratas se habían vuelto anticomunistas. En las elecciones soviéticas locales y republicanas de 1990, el PCUS perdió una y otra vez. Eltsin era el hombre que prometía. En unas triunfales elecciones presidenciales en junio de 1991, recibió el 57% de los votos. Mientras Eltsin hacía del Estado en el medio de la democratización, Gorbachov se veía atrapado en el papel de policía federal. En 1991, Gorbachov perseguía un objetivo doble. Renegoció el federalismo de la Constitución en torno a las repúblicas, con la Unión como ejecutivo reducido. En segundo lugar, se acercó a la ruptura con la tradición comunista. En junio del 91 el Comité Central aceptó un programa socialdemócrata en líneas generales, y Gorbachov confirmó la economía mixta y el socialismo de mercado, con la socialdemocracia escandinava como modelo implícito. Pero tanto Eltsin como Leonid Kravchuk, jefe del Parlamento ucraniano, ya estaban abandonando el tratado. Entonces, un Comité del Estado para la Emergencia, detuvo a Gorbachov en Crimea, y trató de hacerse con el poder. El golpe duró tres días. Sus líderes eran burócratas de alto rango del PCUS que ocupaban puestos clave en el Estado. Suspendieron todas las libertades, declararon una emergencia económica que debía resolverse por medio de medidas tomadas desde el centro y que consistían en la reducción de precios, la subida de salarios, y la distribución equitativa de alimentos. Gorbachov se negó a aprobarlo. Eltsin se subió a un tanque en las inmediaciones del Parlamento ruso, denunció el golpe e hizo un llamamiento a defender la democracia. Las masas respondieron. Gorbachov regresó de Crimea y, al llegar, condenó el golpe y aplaudió la resistencia de Eltsin. Dimitió como secretario general del PCUS e instó al Comité a disolverse. El PCUS fue suspendido y se confiscaron sus activos. Los vencedoras no fueron Gorbachov ni su proyecto de Perestroika, sino Eltsin y la República Rusa. Moscú tenía ahora dos ejecutivos rivales: Gorbachov y Eltsin. Eltsin se unió a Ucrania y Bielorrusia para formar una Comunidad de Estados Independientes. Gorbachov renunció a la presidencia de la URSS, que había dejado de existir. Postcomunismo: las revoluciones de 1989 Los acontecimientos del otoño de 1989 fueron extraordinarios. Crearon soberanías nacionales a partir de un sistema imperial en descomposición. Mostraron una pauta común: sustitución de los gobiernos comunistas de partido único y las economías dirigidas por democracias de múltiples partidos y capitalismos de mercado basados en la propiedad privada y el imperio de la ley. Las transiciones revolucionarias, a través de las cuales los comunistas renunciaron a su monopolio, fueron genéricas. Quedaron vinculadas a una sola cadena. Se celebraron mesas redondas con las oposiciones polaca y húngara porque los comunistas deseaban preservar un papel esencial en las ordenaciones pluralistas putativas. Los acontecimientos superaron este objetivo. Polonia rechazó una coalición de unidad nacional u formó su propio gobierno. Así terminó la dominación comunista en Polonia. Sucedió cuando el Congreso de Diputados del Pueblo abría el proceso político en la URSS, el nuevo Presidente norteamericano, George Bush, declaraba que la Guerra Fría había terminado y las tropas soviéticas ya habían empezado a salir de Hungría. En octubre de 1989, la Europa del Este se encontraba al borde de la revolución. Los acontecimientos fueron revolucionarios: las propuestas populares se intensificaron hasta convertirse en un desafío al gobierno; el aparato represivo del Estado se desmoronó; el régimen y sus partidarios estaban paralizados; un nuevo gobierno se comprometió con la celebración de elecciones libres y con una transición a la democracia. Un proceso de reestructuración de la URSS, orientado a una “democratización” no especificada, había ensanchado el espacio para las transiciones negociadas en Polonia y Hungría. La Perestroika soviética había provocado movilizaciones populares en el Báltico y en el Cáucaso, mientras una sociedad civil organizada estaba apareciendo en Hungría, proceso que ya había avanzado bajo Solidaridad en Polonia. Pero la RDA fue el primer país socialista cuyo gobierno fue derribado directamente por un levantamiento de las masas. Noviembre de 1989 sacó el proceso político de las salas de reuniones de los comités a las calles. En noviembre-diciembre de 1989, una reacción revolucionaria en cadena introdujo la democracia en la Europa del Este. Gorvachov-Segunda Parte Lo que quedó Las revoluciones de 1989 fueron revoluciones democráticas en sentido riguroso. El partido y el Estado se separarían, al igual que el Estado y la sociedad civil. También se separarían el Estado y la economía; el programa futuro más importante era la mercadización. Hubo una transformación estructural, se crearon nuevas constituciones y esferas públicas. En la Europa del Este era ahora posible hablar, escribir, actuar y pensar de forma diferente. Se celebraron elecciones libres. Si una dimensión de 1989 fue el cambio en la cumbre, la otra fue un cambio desde abajo. El pluralismo presuponía la auto-organización de la “sociedad” en contraposición al Partido-Estado. Las derrotas violentas y la cruda normalización de 1968-1973 en Polonia, Yugoslavia y Hungría, en medida no menor que en Checoslovaquia, agotaron el crédito del comunismo. El espacio organizativo común a las revoluciones (excepto en Rumania) fue el “foro”, integrado por intelectuales. Eran mesas redondas muy ambiguas, y no había posibilidad de encontrar soluciones intermedias. Muchos querían que la oposición no se convirtiera en partidos. Lo importante era hablar de manera franca y ética en nombre de la sociedad civil pidiendo cuentas a los gobernantes en lo tocante a la moral. El carácter general del “movimiento” de la oposición parecía su mejor baza y ésta se perdería si se convertían en partidos interesados. El ideal cívico de una RDA reformada que forjase su propio futuro sufrió una derrota aplastante. La infraestructura política se había disuelto por completo y los políticos occidentales irrumpieron en el vacío. La emigración en masa de jóvenes y personas con talento a Occidente continuó. Los foros se fracturaron y se convirtieron en partidos. Las primeras elecciones después del comunismo fueron referéndums apasionantes sobre la democracia y rompieron claramente con el pasado. El foro albergaba la esperanza de derrotar las mentiras del totalitarismo con la verdad de la sociedad civil. Los foros también recordaban la tensión del “partido” y el movimiento social se hizo cada vez más importante en la izquierda europea de 1970. Las revoluciones de 1989 afectaron de forma profunda el futuro de los valores democráticos. Los sistemas de gobierno posteriores al comunismo se funda en valerosos actos de movimiento colectivo HACIENDO EL MERCADO Los gobiernos postcomunistas compartían una creencia neoliberal en la mercadización. La economía política era el punto de partida del pensamiento socialista. Pero ir más lejos y considerar las desigualdades económicas como útiles para la democracia siempre se consideró inaceptable. La unificación de Alemania desmanteló por completo la antigua economía administrada por el Estado. El Estado del bienestar de la antigua RDA fue desmantelado, con resultados desastrosos para las mujeres y el desempleo (en 1998, 1,2 millones de parados). El ministro de Hacienda polaco, Leszak Barcelowicz impuso el mercado y liberó los precios para fomentar la privatización inmediata. Esta medida sirvió para obtener créditos de Occidente, pero el resultado fue un desastre para el empleo y los niveles de vida. En 1993, bajo un nuevo gobierno de izquierdas, empezaron a reducir la velocidad de la transición. En Checoslovaquia, el ministro de Hacienda, Václav Klaus, reestructuró brutalmente la economía. Se adoptó un plan de cupones que daba a los ciudadanos valores de cartera y expresaba la unión ideológica del capitalismo y la democracia. Supuso un auge económico, pero los resultados sociales fueron funestos. En medio de la euforia de haberse liberado del estalinismo, este triunfalismo neoliberal arrolló los ideales de la democracia. Fue un proyecto masivo de ingeniería social que sustituyó “regímenes de fuerte protección económica y social” por regímenes expuestos a la economía superior de Occidente, con una forma de puertas abiertas al capital. El FMI y la UE dictaron la forma de transición: desmantelar el Estado de bienestar, liquidar el sector público y desregular la economía. La transición alcanzó su más completa dimensión en la ex RDA. Había alternativas a la mercadización radical que recordaban los modelos de economía mixta ya explorados por Gorbachov y algunos reformistas comunistas. Se anunciaron en el programa de octubre de 1981 de Solidaridad. Los reformistas comunistas en Hungría y Polonia aspiraban a convertirse en la izquierda en los nacientes sistemas de gobierno capitalistas de la región. Una octava parte de la población búlgara que había sido comunista sufrió a causa de la mercadización. Los buenos resultados electorales que las izquierdas excomunistas obtuvieron poco después de 1989 significaron la recuperación de los niveles de apoyo prerrevolucionarios. Sin embargo, las credenciales de los nuevos partidos eran ambiguas, bajo sospecha de tener estructuras estalinistas. Pero todos los antiguos partidos comunistas siguieron las normas de la democracia, rebautizándose como socialdemócratas. Volvieron al poder en Polonia (1993), Hungría (1994) para sumarse a Bulgaria y Rumania. En Alemania, el PSD (con base en el Este) era un híbrido que esperaba actuar como puente entre la era comunista y un naciente progresismo en Occidente. El clima posterior a 1989 era notoriamente inhóspito para el feminismo. En 1990, muchos ciudadanos de las nuevas democracias ya expresaban un mayor escepticismo sobre los beneficios de la mercadización. Si el “socialismo real” estableció algo perdurable en las culturas políticas de Europa del Este, fue un complejo de poderosas expectativas populares sobre las responsabilidades del Estado para con la sociedad. FINALES Y PRINCIPIOS En 1968, los partidarios de Breznev denunciaban toda apertura a la democracia tachándola de contrarrevolución. La experiencia de Gorbachov en 1985-1991, la suerte que corrieron los reformadores comunistas polacos y húngaros y la marginalización de la oposición cívica en la RDA, demostró que tal vez tuvieran razón. La era de la revolución bolchevique resultó ser un periodo finito, pero el “socialismo real” se apuntó logros reales en su haber. Después del estalinismo propiamente dicho, Europa del Este tuvo periodos de estabilidad y mejora, pero con la era de Breznev se destruyeron las opciones. En 1985, el clima era muy malo para una “tercera vía”. Gorbachov intentó convertir la economía soviética en modelo mixto y el PCUS en socialdemócrata, pero la economía neoliberal proporcionó una nueva hegemonía, no había espacio para una economía fuerte en el sector público. En la década de los 80, Gorbachov no logró apoyo suficiente del PCUS, y EEUU presentó el neoliberalismo como la contraopción.