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TEMA 6. FILOSOFÍA MODERNA (IV): INMANUEL KANT
I. MARCO HISTÓRICO, CULTURAL Y FILOSÓFICO DE KANT
Inmanuel Kant es, sin duda, el filósofo más importante del siglo XVIII. Nació
en 1724 en Könisberg, en lo que entonces era Prusia Oriental, y murió en 1804. En el
momento de su nacimiento reinaba Federico Guillermo I, el padre del militarismo
prusiano, que convirtió a Prusia en la tercera potencia europea.
Fue educado en el pietismo, una variante del protestantismo que se extendió por
Alemania y que defendía una moral estricta, un cierto misticismo y una ruptura radical
con la Iglesia luterana. Además, predicaba la tolerancia religiosa, lo que encajaba muy
bien con los Ideales Ilustrados.
Kant dedicó toda su vida al estudio y se apasionó por la política de su tiempo.
Fue un entusiasta de Federico II el Grande, el “rey filósofo”, que gobernó Prusia desde
1740 hasta 1786. A este monarca, uno de los más importantes representantes del
despotismo ilustrado, se debió una profunda modernización de Prusia: implantó la
igualdad ante la ley y la independencia judicial mediante la separación de poderes.
Además, fomentó la cultura y la educación desde el poder y protegió a intelectuales
como La Mettrie y Voltaire.
Desde el punto de vista cultural hay que destacar que la época central del siglo
XVIII está muy influida por el espíritu de la Ilustración. Kant compartió los ideales
del movimiento ilustrado manifestando una profunda simpatía por los ideales de la
independencia de los EEUU de América, en cuya declaración de independencia (1776)
se recogen los principios del liberalismo político y por la Revolución Francesa (1789),
que marcó el final del Antiguo Régimen.
Destacar que hacia 1767 surgirá en Alemania un movimiento cultural de breve
duración pero de gran importancia, el movimiento prerromántico Sturm und Drang
(Tormenta y Empuje), que, frente a los ilustrados que destacaban el valor de la razón,
reivindicará el poder de los sentimientos y las pasiones. Las dos figuras más destacadas
de este movimiento son Goethe y Schiller.
Desde el punto de vista filosófico señalar que en la época de Kant en las
universidades alemanas predominaba el racionalismo dogmático de Wolff, que
defendía la metafísica; es decir, un saber independiente de la experiencia acerca del
alma, de mundo y de Dios.
Gracias a Kant, que lee la obra de Hume, se introduce en Alemania el
empirismo británico y con él una actitud crítica hacia la metafísica concebida como
una ciencia.
II. CUESTIONES CONTEXTUALES
1. FACTORES POLÍTICOS, SOCIALES Y CULTURALES QUE EN EL SIGLO
XVIII CONDUCEN A LA ILUSTRACIÓN.
Como ya hemos dicho, el siglo XVIII, en el que vive Kant, es conocido como el
periodo de la Ilustración o Siglo de las Luces.
El movimiento ilustrado, que se inició en Inglaterra en el siglo XVII donde
destacaron Newton, Locke y Hume, alcanzó en Francia su mayor brillantez. Entre los
ilustrados franceses destacan: Voltaire (1694-1778), Diderot (1713-1784), D´Alambert
(1717-1783), Helvetius (1715-1771), Montesquieu (1689-1755) y el ginebrino
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Rousseau (1712-1778). Desde Francia se difundió a otros países, especialmente a
Alemania, siendo Kant la figura más destacada de la Ilustración alemana.
La Ilustración tuvo como ideales el progreso, la tolerancia y el
cosmopolitismo. Sus rasgos característicos fueron su aprecio por la razón y la libertad
así como sus deseos de luchar contra el dogmatismo, la superstición y el fanatismo y de
desarrollar un pensamiento filosófico al margen de Dios. De mano de los ilustrados, el
teísmo y la Iglesia católica sufrirán fuertes críticas afianzándose el proceso
secularizador. La masonería, organización secreta defensora del laicismo, a la que
pertenecieron Voltaire, Haydn y Mozart, fue la que mayor labor realizó a favor de la
propagación del deísmo.
Otros hechos que contribuyeron al desarrollo de la Ilustración fueron:
- 1. La expansión del comercio colonial, el inicio de la mecanización de la
producción y como consecuencia la acumulación de poder por parte de la
burguesía.
- 2. Como consecuencia de lo anterior, la crisis de la sociedad estamental.
Aunque durante el XVIII la nobleza y el alto clero monopolizan los altos
cargos del Estado, la Iglesia y el Ejército, se asiste también al imparable
ascenso económico de la burguesía. De hecho el movimiento ilustrado
recogerá la aspiración de la burguesía de modificar el marco jurídico que la
relegaba, a pesar de ostentar un enorme poder económico, al tercer estado y,
por tanto, a una desigualdad jurídica frente a la aristocracia.
- 3. El imparable avance de la ciencia que provocó una profunda confianza en
sus posibilidades para mejorar las condiciones de vida y contribuir al
dominio de la naturaleza.
2. LAS NUEVAS IDEAS: PROGRESO, EDUCACIÓN O ILUMINACIÓN,
HUMANIDAD, CIVILIZACIÓN, NATURALEZA.
Como ya hemos dicho, el siglo XVIII, en el que vive Kant, es conocido como el
periodo de la Ilustración o Siglo de las Luces.
El movimiento ilustrado, que se inició en Inglaterra en el siglo XVII donde
destacaron Newton, Locke y Hume, alcanzó en Francia su mayor brillantez. Entre los
ilustrados franceses destacan: Voltaire (1694-1778), Diderot (1713-1784), D´Alambert
(1717-1783), Helvetius (1715-1771), Montesquieu (1689-1755) y el ginebrino
Rousseau (1712-1778). Desde Francia se difundió a otros países, especialmente a
Alemania, siendo Kant la figura más destacada de la Ilustración alemana.
La Ilustración tuvo como ideales el progreso, la tolerancia y el
cosmopolitismo. Sus rasgos característicos fueron su aprecio por la razón y la libertad
así como sus deseos de luchar contra el dogmatismo, la superstición y el fanatismo y de
desarrollar un pensamiento filosófico al margen de Dios. De mano de los ilustrados, el
teísmo y la Iglesia católica sufrirán fuertes críticas afianzándose el proceso
secularizador. La masonería, organización secreta defensora del laicismo, a la que
pertenecieron Voltaire, Haydn y Mozart, fue la que mayor labor realizó a favor de la
propagación del deísmo.
Los ilustrados eran conscientes de que estaban provocando una transformación
total de las ideas. Transformación que los llevaría a sostener:
a) Una confianza plena en la razón (entendida esta como razón ilustrada –empírica
y analítica, crítica y autónoma).
b) La idea de progreso. Los ilustrados rechazan el pasado, que se les muestra lleno
de supersticiones y falsedades, y confían en el progreso de la humanidad.
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c)
d)
e)
f)
Consideran que la razón humana ha de ser capaz de liberar a los seres humanos
y de ayudarles a descubrir nuevas verdades con lo que mejorarán sus
condiciones de vida. El progreso de las artes y las ciencias conducirá al progreso
de la humanidad (este aspecto será criticado por Rousseau).
En este progreso tiene un papel fundamental la educación que ayudará a superar
las sombras y oscuridad de la ignorancia y permitirá iluminarse por la luz de la
razón. Por primera vez se plantea la idea de la cultura, el arte y las ciencias al
alcance de todo el mundo.
Al mismo tiempo, al manifestar su confianza en la capacidad racional de los
seres humanos, algunos autores llegan a hablar de la humanidad en su conjunto
y de sus derechos. Con ello van más allá de las diferencias culturales, raciales y
sexuales que separan a las personas. En este sentido merecen especial mención
las reivindicaciones feministas de Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft.
Igualmente asociada a la idea de progreso está la idea de civilización. Con este
término se aludía al estado avanzado que alcanzaría la sociedad y la cultura
como resultado del proceso de ilustración. Tal estado implicaba tanto un
conjunto de conocimientos y valores (tolerancia, libertad) como un desarrollo
tecnológico y político (acorde con las aspiraciones de la clase burguesa).
Una nueva concepción de la naturaleza. Los ilustrados proclaman la autonomía
del mundo respecto a Dios y ofrecen una explicación del mundo sin recurrir a
Él. Es posible descubrir las leyes que rigen la naturaleza y con ellas predecir el
curso de los acontecimientos y aspirar a controlarlos. Los científicos ilustrados
renuncian a conocer las causas ocultas de los fenómenos (toda pretensión
metafísica está fuera de lugar). Al mismo tiempo, la Naturaleza se convierte en
la guía del ser humano. Como Dios ha perdido el protagonismo, ahora ha de ser
la Naturaleza la que guíe a los seres humanos.
3. CARACTERÍSTICAS DE LA RAZÓN ILUSTRADA.
Como ya hemos dicho, el siglo XVIII, en el que vive Kant, es conocido como el
periodo de la Ilustración o Siglo de las Luces.
El movimiento ilustrado, que se inició en Inglaterra en el siglo XVII donde
destacaron Newton, Locke y Hume, alcanzó en Francia su mayor brillantez. Entre los
ilustrados franceses destacan: Voltaire (1694-1778), Diderot (1713-1784), D´Alambert
(1717-1783), Helvetius (1715-1771), Montesquieu (1689-1755) y el ginebrino
Rousseau (1712-1778). Desde Francia se difundió a otros países, especialmente a
Alemania, siendo Kant la figura más destacada de la Ilustración alemana.
La Ilustración tuvo como ideales el progreso, la tolerancia y el
cosmopolitismo. Sus rasgos característicos fueron su aprecio por la razón y la libertad
así como sus deseos de luchar contra el dogmatismo, la superstición y el fanatismo y de
desarrollar un pensamiento filosófico al margen de Dios. De mano de los ilustrados, el
teísmo y la Iglesia católica sufrirán fuertes críticas afianzándose el proceso
secularizador. La masonería, organización secreta defensora del laicismo, a la que
pertenecieron Voltaire, Haydn y Mozart, fue la que mayor labor realizó a favor de la
propagación del deísmo.
Hablamos de razón ilustrada porque la Ilustración crea un nuevo modelo de
racionalidad, en claro contraste con la razón cartesiana, recogiendo elementos de la
tradición empirista. Las características más importantes son:
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a) Se trata de una razón empírica y analítica, inspirada en Locke y Newton. Es
una razón que tiene en la sensación (lo recibido a través de los sentidos) el
origen de todo el conocimiento (sensismo). Esto supone que rechaza los
principios y verdades innatas.
b) Es una razón crítica consigo misma, lo que la lleva a fijar sus propios límites
y a romper definitivamente con la metafísica tradicional (este aspecto queda
perfectamente recogido en la filosofía kantiana). Esta conciencia de sus
límites la convierte en una razón modesta, que plantea su tarea como una
búsqueda siempre inacabada.
c) Es una razón autónoma, pues, aunque tiene clara conciencia de sus límites es
la única guía posible para el hombre, que ha roto con la tradición. La razón
se seculariza y se independiza de la fe. De ahí que Kant señale que la divisa
o lema de la Ilustración es Sapere aude! ¡Atrévete a pensar, ten el valor de
servirte de tu propio entendimiento!
III. COMPRENSIÓN. PENSAMIENTO DEL AUTOR
1. LA IDEA KANTIANA DE ILUSTRACIÓN.
TEXTO 1. (Respuesta a la pregunta: Qué es la Ilustración?)
En 1784 Kant publica en la Revista mensual de Berlín un artículo titulado:
Respuesta a la pregunta ¿Qué es la Ilustración? En él define a la Ilustración como la
salida del hombre de la minoría de edad y explica que las personas se mantienen en
esa situación de minoría de edad por pereza y cobardía. Una situación que los incapacita
para pensar por sí mismos.
Kant comparte el optimismo de su época y piensa que se dan las condiciones
históricas para que las personas se atrevan a usar su propio entendimiento. Por eso las
anima a ello explicando que el lema de la Ilustración es “¡Atrévete a pensar!” (Sapere
aude!). Sin embargo, como ya hemos señalado, hay dos importantes obstáculos que
impiden que los seres humanos salgan de esa situación:
a) La pereza: nosotros mismos nos negamos a salir de la ignorancia. La
ignorancia crea indolencia y es mucho más cómodo dejarse guiar por otros que hacer el
esfuerzo de pensar por uno mismo.
b) Por otra parte, a los poderosos les interesa mantenernos en esta situación de
minoría de edad. La ignorancia del pueblo es la mejor receta para poder dominarlo. En
este sentido alude a los clérigos, médicos y abogados que se aprovechan de la
ignorancia para presentarse como auténticos magos que deslumbran con su saber y
tratan de dominar las conciencias y las conductas de las personas.
En estas circunstancias, Kant piensa que la condición para que se pueda alcanzar
la mayoría de edad es la eliminación de la censura. Se ha de permitir la libertad de
pensamiento y de expresión, no se han de censurar los libros y escritos publicados
porque solo así es posible que las personas lleguen a formarse sus propias opiniones y a
pensar por sí mismos.
Para justificar esta idea Kant distingue entre uso público y privado de la razón.
El uso público de la razón es el que hace uno cuando como experto expone sus
opiniones sobre algunas de las cuestiones que maneja (el juez que opina sobre una
propuesta de ley, el funcionario de un ministerio que critica públicamente alguna orden
ministerial). El uso privado de la razón, en cambio, es el uso que hace una persona en
el desempeño de su cargo dentro de una institución del Estado (el juez o el funcionario
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en sus trabajos). Según Kant, se ha de permitir libertad en el uso público pero se ha de
limitar el uso privado. Esto significa que el militar, el funcionario, el clérigo han de
obedecer a sus superiores cuando están de servicio y no pueden cuestionar las órdenes
que les dan sus superiores, pero pueden y deben discutir públicamente los defectos que
encuentren en la organización y funcionamiento de las instituciones que conocen. De
ahí la recomendación kantiana: Razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis,
pero obedeced.
De este modo, piensa Kant, poco a poco se llevará a cabo la reforma progresiva
de la sociedad. Kant rechaza la revolución y cree que el desarrollo moral de la
humanidad, su mayoría de edad, solo puede alcanzarse de forma lenta y dentro de un
orden.
Por otra parte, el ideal republicano de Kant supone que son los propios
ciudadanos los que tienen que asumir el poder legislativo pero para poder llegar a ello el
pueblo ha de estar en condiciones de poder hacerlo. Mientras tanto, el poder legislativo
ha de permanecer en manos del monarca.
Refiriéndose a su propia época Kant la califica como época de ilustración pero
aún no ilustrada, en ella se dan las condiciones para llegar a la mayoría de edad pero
esta todavía no se alcanzado. Esto explica que solicite una libertad total para discutir
públicamente el poder establecido pero al mismo tiempo advierta de los peligros de
hacer un mal uso de esa libertad. Por esa razón, Kant confía al poder político la doble
tarea de garantizar la libertad de pensamiento y expresión y la de la protección por la
fuerza contra todo abuso de esa libertad que sea perjudicial para una sana ilustración. Al
mismo tiempo, Kant explica que si los políticos tratasen de impedir la ilustración,
estaría justificada la rebelión porque cometerían un crimen contra la naturaleza humana.
La propia filosofía kantiana como veremos a continuación responde
perfectamente a la divisa de la Ilustración. El filósofo se atreve a pensar por sí mismo lo
que lo lleva a desarrollar su método crítico. Método que le permitirá reformular tanto la
teoría del conocimiento como la ética.
2. LA SÍNTESIS ENTRE RACIONALISMO Y EMPIRISMO EN KANT.
TEXTO 2. (Prolegómenos a toda metafísica venidera que haya
de poder presentarse como ciencia)
Kant, como filósofo moderno que es, comparte con los filósofos anteriores el
deseo de asentar la filosofía sobre cimientos sólidos y alcanzar un conocimiento seguro.
Desde su punto de vista, las corrientes anteriores no lo habían logrado y él se propone
conseguirlo. En este sentido, el pensamiento de Kant supone la síntesis y superación
del racionalismo y el empirismo.
Después de una primera etapa racionalista en que aceptaba la posibilidad de
construir el conocimiento desde la propia razón, Kant “despertó de su sueño
dogmático”, tras la lectura de Hume, y comprendió que nuestro conocimiento debe
atenerse a la experiencia. Pero aceptar que el conocimiento debía apoyarse en la
experiencia planteaba el problema de que desde la experiencia, como había señalado
Hume, no era posible obtener un conocimiento universal y necesario, es decir, desde la
experiencia no se podía hacer ciencia.
Para resolver esta cuestión Kant elabora su propia teoría del conocimiento. Esta
se desarrolla en su obra Crítica de la razón pura, obra cuya primera edición es de 1781.
En 1787 publica su segunda edición en la que introduce importantes modificaciones.
Entre ambas, en 1783 publicó los Prolegómenos a toda metafísica venidera que haya de
poder presentarse como ciencia, obra más breve y de estructura más sencilla que
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recogía los contenidos básicos de la primera edición de la Crítica de la razón pura para
facilitar su comprensión.
La teoría del conocimiento de Kant se centra en analizar si la matemática, la física y
la metafísica son ciencias, interesándose especialmente por la metafísica. Según él, las
dos principales deficiencias de la metafísica eran las siguientes:
1. Que mientras otras ciencias progresaban, en metafísica no sucedía lo mismo (y
se continuaban planteando los mismos problemas en el siglo XVIII que en la
época de Platón y Aristóteles).
2. Que los metafísicos, a diferencia de los científicos, no acababan de ponerse de
acuerdo en sus teorías y conclusiones.
Al mismo tiempo, y en paralelo, se pregunta por las condiciones que hacen
posible el saber humano en sus distintos niveles (producido cada uno de ellos por las
facultades correspondientes): el conocimiento Sensible (producido por la facultad de la
Sensibilidad), el conocimiento Intelectual (producido por el Entendimiento) y el
conocimiento Racional (producido por la Razón)
* Propiamente hablando solamente existen dos facultades de conocimiento, que
son la sensibilidad y el entendimiento, pero dentro de este distingue Kant dos tipos de
actividad intelectual que el hombre realiza: una es la actividad consistente en formular
juicios, actividad del entendimiento. Y otra es la actividad de enlazar unos juicios con
otros formando razonamientos, actividad realizada por la razón.
TEXTO 3. (Crítica de la razón pura. Introducción)
TEXTO 4. (Crítica de la razón pura. Doctrina Trascendental
de los elementos, 2ª Parte)
2.1. ESTÉTICA TRASCENDENTAL
En esta parte de la Crítica de la razón pura expone que las condiciones que
hacen posible el conocimiento sensible y que las matemáticas sean una ciencia son el
Espacio y el Tiempo.
Espacio y Tiempo son las condiciones puestas por el sujeto para que haya
conocimiento sensible. A ello se añade el caos de impresiones que procede de los
sentidos y como resultado tenemos el objeto percibido o fenómeno.
Kant llama al Espacio y Tiempo formas a priori de la sensibilidad y también
intuiciones puras, porque son como dos coordenadas vacías en las que se ordenan las
impresiones sensibles.
2. 2. ANALÍTICA TRASCENDENTAL
En esta parte de la Crítica de la razón pura se explica el conocimiento
intelectual. Para que el entendimiento pueda juzgar recurre a los conceptos puros o
categorías que no proceden de la experiencia sino que son previos a esta.
Las categorías son a priori, no proceden de la experiencia, son producidas
espontáneamente por el Entendimiento y están vacías. Han de llenarse con los datos
procedentes del conocimiento sensible. Son doce (unidad, pluralidad, totalidad, causa,
sustancia…).
En definitiva, juzgar implica aplicar categorías a fenómenos y el resultado es el
objeto conocido.
Además, las categorías son las condiciones que permiten que la Física exista
como ciencia.
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2. 3. LA DIALÉCTICA TRASCENDENTAL
En esta parte de la Crítica se tratan estas dos cuestiones:
a) Se analiza el conocimiento racional, estudiando la naturaleza y
funcionamiento de la razón.
b) Se plantea si la Metafísica es una ciencia.
a. NATURALEZA Y FUNCIONAMIENTO DE LA RAZÓN
La razón es la facultad de enlazar unos juicios con otros formando
razonamientos. Se caracteriza por su afán de generalización. Este es un afán legítimo
mientras se realiza dentro de los límites de la experiencia porque amplía nuestro
conocimiento. Sin embargo, cuando la razón en su afán de generalización traspasa los
límites de la experiencia, entonces nos hallamos ante un uso ilegítimo de la razón.
Cuando se produce este uso ilegítimo de la razón:
1. Todos los fenómenos físicos se unifican y pretenden explicarse por medio de
teorías metafísicas acerca del mundo.
2. Los fenómenos psíquicos se pretenden unificar y explicar por medio de teorías
metafísicas acerca del alma.
3. Ambos tipos de fenómenos, físicos y psíquicos, se intentan unificar y explicar
mediante teorías metafísicas acerca de una causa primera o suprema, dios.
Desde el punto de vista kantiano, el proceder ilegítimo de la razón surge de la
propia naturaleza de la razón, de su sed de absoluto que la lleva más allá de la
experiencia (haciéndola plantearse cuestiones metafísicas).
A su vez, esta tendencia inevitable hace caer a la razón en la Ilusión
Trascendental de creer que puede hablar de lo que en realidad no se puede hablar.
Por tanto, la pregunta sobre si la metafísica es una ciencia se responde
negativamente señalando la imposibilidad de formular juicios acerca de realidades que
están más allá de la experiencia. Las categorías sólo pueden usarse legítimamente
aplicándolas a los fenómenos, a lo dado en la experiencia.
Según esto, la Metafísica es una ciencia falsa e ilusoria y prueba de ello es que
las teorías metafísicas son confusas y contradictorias.
¿Qué son Dios, Alma y Mundo? Kant responde que no son más que formas a
priori de la razón (Ideas puras de la razón). En la experiencia no existe objeto alguno
que corresponda a dios, alma y mundo, pero eso no significa que sean creaciones
puramente arbitrarias o fantásticas. Son pensamientos que necesariamente se ocultan en
todos nuestros razonamientos y que tienen una función positiva y legítima, lo que se
llama su función o uso regulativo. Expresan el ideal de la razón de encontrar leyes y
principios cada vez más generales. Es decir, expresan la confianza que el espíritu
humano tiene de que lo que todavía le es desconocido se halle regido por leyes firmes y
seguras que todavía habrán de ser descubiertas.
2.4. CONCLUSIÓN
En conclusión, podemos decir, que tras la crítica a la que Kant somete a la razón
pura, quedan superados el racionalismo y el empirismo. El supuesto conflicto entre
ambos (conocimiento producido por el sujeto, al margen de la experiencia, o desde la
experiencia y, por tanto limitado a esta) se resuelve señalando el papel activo del sujeto
en el proceso del conocimiento y destacando que es el objeto el que depende del sujeto
(“Giro copernicano”).
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Solo se conocen los objetos en el sujeto, no como son en sí mismos y su
conocimiento depende de lo puesto por el sujeto (el espacio y el tiempo y las
categorías).
Esto es lo que se conoce como el Idealismo Trascendental kantiano. Llamado
así porque, aunque admite la existencia de una realidad exterior que proporciona la
materia del conocimiento y es independiente del sujeto, esta es incognoscible
Nosotros solo conocemos los fenómenos, las cosas tal y como se nos aparecen
pero para que existan los fenómenos debe existir la cosa en sí o noúmeno (el objeto en
sí mismo, algo que solo puede ser pensado, no conocido).
3. EL FORMALISMO MORAL (LA ÉTICA KANTIANA. ¿Cómo debo obrar?)
TEXTO 5. (Fundamentación de la metafísica de las costumbres)
TEXTO 6. (Crítica de la razón práctica)
TEXTO 7. (Fundamentación de la metafísica de las costumbres)
Tras su investigación sobre la razón teórica, Kant pasó a la crítica de la razón
práctica que aparece desarrollada en dos obras: Fundamentación de la metafísica de las
costumbres, de 1785, y en la Crítica de la razón práctica, de 1788.
Al plantearse el problema de la ética, Kant trata de dar solución a estas
cuestiones:
- ¿Cómo debemos actuar?
- ¿Cómo han de ser nuestras acciones para ser consideradas como válidas de
modo universal y necesario, es decir, para ser consideradas morales?
Hay que señalar que Kant construye su ética a partir de la crítica que dirige a
las éticas anteriores, a las que podemos referirnos como éticas tradicionales.
Esta crítica se centra en los siguientes aspectos:
1. Las éticas anteriores son éticas materiales o de contenidos. Son éticas que
definen algo que consideran el Bien y establecen una serie de normas que nos permiten
alcanzarlo. Por ejemplo, para Platón el bien consiste en la virtud de la justicia que
permite al hombre que la posee -el hombre justo- la contemplación de la Idea de Bien.
2. Son éticas empíricas o a posteriori, y dado que se elaboran a partir de la
experiencia no pueden ser universales y necesarias. Deducen cuál es el Bien para los
hombres a partir de la observación de su conducta. Lo que todos los hombres buscan es
la felicidad, dice Aristóteles.
3. Sus imperativos son hipotéticos o condicionales. Estos imperativos son
medios para conseguir cierto fin (eso que se define como el Bien) y se formulan del
modo siguiente: “Si quieres ser feliz, obra del modo siguiente...”. Bastaría con renunciar
a la pretensión de alcanzar ese Bien para que la obligatoriedad de la norma perdiese
efectividad. Por tanto, no son imperativos morales, porque no mandan de modo
universal y necesario.
4. Son heterónomas. La ley no surge de la propia voluntad sino de algo ajeno a
ella. No es el sujeto el que se da a sí mismo la norma sino que la recibe desde fuera de la
propia razón. Lo que lo determina a obrar es el deseo o la inclinación.
Frente a estas éticas la propuesta kantiana es una ética formal, una ética que no
nos dice lo que tenemos que hacer, no nos recomienda tales o cuales acciones. Carece
de contenido. Simplemente nos dice cómo debemos obrar, cuál ha de ser la forma de
nuestras acciones. La razón de ello es que, desde el punto de vista kantiano, lo que hace
moral a una acción, lo que la hace buena no es su contenido sino el ánimo con el que se
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hace, la intención, independientemente del éxito conseguido con esas acciones. En este
sentido Kant distingue entre:
- Acciones contrarias al deber, entendido el deber como “la necesidad de una
acción por respeto a la ley”.
- Acciones conformes al deber.
- Acciones hechas por respeto al deber. Solo estas son acciones morales.
(Usando un ejemplo del propio Kant. Un comerciante que no cobra precios
abusivos a sus clientes obra conforme al deber. Pero si lo hace para no perder a la
clientela, lo hace solo conforme al deber pero no por deber. En cambio, si actúa así
porque considera que es su deber cobrar el precio justo, obra por respeto al deber y su
acción es moral).
Desde la perspectiva de la ética formal una acción es moral cuando se hace por
deber, es decir, por respeto a la ley y es entonces cuando podemos hablar de una buena
voluntad. Una voluntad que es buena porque quiere cumplir con el deber, hacer el bien,
independientemente de que lo logre o no (de una persona que se lanza al agua para
salvar a otra porque lo considera su deber se dice que posee una buena voluntad, al
margen del éxito de su intento) y autónoma porque se da a sí misma la ley. Es la propia
persona quien usando su razón práctica descubre el deber moral (que está en sí mismo,
es a priori) y libremente escoge cumplirlo (la ley moral proviene de nosotros mismos y
con respecto a ella somos legisladores y súbditos). En este punto se manifiesta
claramente el ideal ilustrado kantiano consistente en ser capaces de pensar por nosotros
mismos.
La exigencia de obrar moralmente, de obrar por respeto al deber se expresa por
medio del Imperativo Categórico. Tal imperativo, a diferencia de los imperativos
hipotéticos, manda una conducta por sí misma, como objetivamente necesaria, no como
condición para conseguir otra cosa. Es, por tanto, un mandato incondicionado, que
manda de manera absoluta. La voluntad no tiene posibilidad de eludirlo. Y no nos dice
qué acciones debemos realizar sino cómo deben ser, qué forma deben tener.
Dicho imperativo se formula de varios modos, los dos más conocidos son los
siguientes:
- “Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se
torne en ley universal”. Lo que el imperativo indica es que la máxima o
norma que determina nuestra conducta sea tal que podamos querer que se
convierta en ley universal.
-
“Obra de tal modo que te relaciones con la humanidad, tanto en tu persona
como en la de cualquier otro, siempre como un fin y nunca solo como un
medio”. En esta segunda formulación se presenta a las personas como fines
en sí mismos. En este sentido dice Kant que los seres racionales se llaman
personas porque la naturaleza los distingue como fines en sí mismos, o sea,
como algo que no puede ser usado meramente como medio. Es cierto que,
en muchas ocasiones, necesitamos el servicio y la ayuda de los demás
tratamos a los otros como medios para nuestros fines-, pero no podemos
utilizarlos solo como medio, sino que siempre hemos de considerarlos y
respetarlos como algo que posee un valor intrínseco, tienen dignidad. Por
este motivo, las acciones que atentan contra la dignidad del ser humano
como, por ejemplo, la esclavitud, son siempre moralmente malas.
TEXTO 8. (Fundamentación de la metafísica de las costumbres)
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CONCLUSIÓN: LOS POSTULADOS DE LA RAZÓN PRÁCTICA
Como hemos visto, la teoría del conocimiento kantiana establece claramente
cuáles son los límites del conocimiento humano y la imposibilidad de la metafísica
como ciencia, por pretender rebasar esos límites.
Sin embargo, a través de la ética, Kant será capaz de recuperar aquellos
contenidos que eran inaccesibles al conocimiento humano. Llegamos así a los
postulados de la razón práctica, no demostrables pero exigidos por la moral.
La libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios no se pueden
demostrar teóricamente pero deben ser supuestos necesariamente como condiciones de
la moral. Los postulados de la razón práctica no se pueden probar a partir de los datos la
experiencia, pero son la condición de posibilidad de la existencia de la moral. Si tales
condiciones no se diesen (si no fuésemos libres, ni nuestras almas inmortales y Dios no
existiese), entonces la moral sería imposible.
Estos postulados abren, a su vez, el camino para la justificación de la actitud
religiosa y la contestación a la tercera pregunta que según Kant se plantea la filosofía:
¿Qué me cabe esperar?
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