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ACCIÓN DE GRACIAS – FUNDACIÓN DE LA CONGREGACIÓN - MSCS
25 de Octubre 1895 - 25 Octubre de 2013
“Alzad vuestros ojos y mirad los campos” (Jn. 4,35)
Animadora 1: “El Señor ha hecho grandes cosas por ellos. Grandes cosas ha hecho el
Señor por nosotras: y nos alegramos”. (Sal. 12, 2-3). La acción de gracias y la alabanza, el
homenaje hecho a Dios en adoración a su persona, por sus bendiciones y favores que nos ha
hecho. El cristiano que cultiva en su corazón la gratitud hacia a Dios, lo alaba exprimiendo
así la alegría y la convicción que emergen de lo más profundo de su ser por sus obras
maravillosas. Dios, no obstante su grandeza y poder, se preocupa por nosotros, nos colma
de bendiciones. En la celebración de los 118 años de existencia de nuestra querida
Congregación, de todo corazón manifestémosle nuestra gratitud por tantos beneficios
recibidos a lo largo del camino de servicio evangélico – misionero a los migrantes.
Queremos también agradecer y suplicar por el XIII Capítulo General, que celebramos a la
luz del Tema: La vocación scalabriniana, testimonio de esperanza y de profecía; y a la luz
del Lema: “Alzad vuestros ojos y mirad los campos” (Jn.4, 35).
Canto: Refrán de acción de gracias o bendición
Animadora 2: Desde hace 118 años el Beato Juan Bautista Scalabrini acoge en la Capilla
del Episcopado de Plasencia, Italia, al grupo pionero: Carolina Marchetti, Assunta
Marchetti, Angela Larini y Maria Franceschini y las envió en misión. Encarnando el
carisma scalabriniano, nuestras primeras Hermanas lo vivieron en modo generoso al
exterior, entre los migrantes. Dóciles a la llamada misionera aprendieron día con día a
hacerse “migrante con los migrantes”, en vista de la expansión del Reino de Dios en el
mundo de la movilidad humana.
L. 1: Estaban comenzando un nuevo modo de caminar hacia el Padre. Era el 28 de Octubre
de 1895. Este grupo pionero “alzó los ojos, miró los campos” y vio la grande cosecha del
Señor, lista para la siega: el mundo de la emigración, especialmente en tierras americanas.
En la plenitud de su generosidad, respondieron Sí a Cristo Peregrino y partieron en misión.
Canto: sobre la misión...
L. 2: El carisma scalabriniano es un don de Dios que nos hace capaces de amar a nuestro
compatriota en país extranjero y al extranjero en la propia patria. Y nosotros de corazón,
sentimos de dar gracias a Dios por el don del carisma dado al Beato Juan Bautista
Scalabrini y dejado en herencia a nuestra Congregación; esa lo ha desarrollado y difundido
mediante el testimonio de vida y acción misionera de la Venerable Madre Assunta y del
Siervo de Dios Padre José Marchetti, de las primeras hermanas y de todas nosotras,
haciéndolo crecer a lo largo de estos 118 años de servicio a los migrantes. Agradecemos al
Señor que, a lo largo de esta historia, ha aparecido “en abundancia” sobre sus miembros y
sobre las personas beneficiadas de su servicio, toda “la riqueza de su gracia (…) con toda
sabiduría e inteligencia, porque Él nos ha hecho conocer el misterio de su voluntad” (Ef.
1, 8-9).
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Todas: “Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo desde el
cielo, en Cristo, con toda clase de bendiciones espirituales” (Ef. 1,3).
L. 3: “Estén siempre alegres, oren sin cesar y en toda ocasión den gracias a Dios, vuestra
vocación en Cristo Jesús” (1.Tes 5, 16-18).
L. 1: “Aclamen al Señor, tierra entera, sirvan al Señor con alegría, lleguen a él con
cantares de gozo. Sepan que el Señor es Dios: él nos creó, a él pertenecemos, somos su
pueblo y ovejas de su rebaño” (Sal. 99, 2-3).
L.2: Dar gracias al Señor, porque es bueno!
Todas: Porque es eterna su misericordia!
L.3: “Te doy gracias, Señor, con todo mi corazón, yo proclamaré todas tus maravillas. En
ti me alegraré y me regocijaré; alabaré, Altísimo, tu nombre.” (Sal 9, 2-3).
L.1: “Bendeciré al Senor en todo momento, su alabanza estará siempre en mis labios. Mi
alma se gloría en el Senor; que lo oigan los humildes y se alegren. Glorifiquen conmigo al
Senor, alabemos su Nombre todos juntos” (Sal. 33, 1-4).
Animadora 2: Sal. 67 – coros alternos o en otra modalidad.
Ant. Que te alaben los pueblos oh, Dios, que todos los pueblos te alaben.
Que Dios tenga piedad y nos bendiga, haga brillar su rostro sobre nosotros.
Para que en la tierra se reconozca su dominio, y su victoria entre las naciones.
Que te alaben los pueblos oh, Dios, que todos los pueblos te alaben.
Que canten de alegría las naciones, porque gobiernas a los pueblos con justicia y guías a las
naciones de la tierra.
Que te alaben los pueblos oh, Dios, que todos los pueblos te alaben.
La tierra ha dado su fruto: el Señor, nuestro Dios, nos bendice.
Que Dios nos bendiga, y lo teman todos los confines de la tierra.
Ant. Que te alaben los pueblos oh, Dios, que todos los pueblos te alaben.
Estrofa: Acción de gracias...
Animadora 1: Como misioneras para los migrantes, somos llamadas a la vocación
profética de ser, en el mundo, la voz de Dios a favor de los hermanos y de las hermanas en
movilidad. “La Iglesia, como Madre, debe sentirse sin fronteras, Iglesia familiar, atenta al
creciente fenómeno de la movilidad humana en sus diversos sectores”1. Después: “Entre la
tarea de la Iglesia en favor de los migrantes, hay indudablemente la denuncia profética de
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las negligencias que esas ofrecen frecuentemente, con empeño para influir en los
organismos de la sociedad civil y en los gobiernos de los países, para obtener una política
migratoria que tome en consideración los derechos de las personas en movilidad.”2.
Animadora 2: La mirada compasiva de Jesús sobre la multitud y su atención en el servicio,
deben ser actitudes y la mirada de discípulas misioneras scalabrinianas en el contemplare
los campos del mundo, la gran mies en espera de nuestra atención misionera.
L. 3: Lectura: Mc. 6, 30-44 - Momento di silencio e reflexión
Animadora 1: Desde hace tiempo, invocamos a María, Madre de los Migrantes, que
acompaña a todos: misioneros, misioneras y personas en movilidad. Cultivamos el gran
sueño de tener un corazón similar a aquel de María, para amar un poco como ella a los
migrantes y para hacer siempre “todo aquello que el Señor nos diga” (Jn. 2,5).
Todas: Santísima Virgen María, te pedimos de acompañar por los caminos del mundo a
todos aquellos que migran en busca de trabajo y apoyo. Tú, que conoces el exilio, dirige tu
mirada compasiva a la difícil condición de vida de tantos migrantes y bendice aquellos que
les dan la bienvenida y los ayudan a conseguir una vida digna. Te pedimos, vigila, sobre
todos aquellos que son obligados a vivir lejos de su patria,
Canto: A María
Salmo: 65
Ant. Feliz el que tú eliges para vivir en tus atrios!
A ti, oh Dios, te corresponde un canto de alabanza en Sión, y todos tienen que cumplir sus
votos, porque tú escuchas las plegarias.
A ti acuden todos los hombres bajo el peso de sus culpas.
Nuestras faltas nos abruman, pero tú las perdonas. Feliz el que tú eliges y atraes para que viva
en tus atrios: ¡que nos saciemos con los bienes de tu Casa, con los dones sagrados de tu
Templo!
Por tu justicia, Dios, salvador nuestro, nos respondes con obras admirables: tú eres la
esperanza de los confines de la tierra y de las islas más remotas.
Tú afianzas las montañas con tu poder, revestido de fortaleza; acallas el rugido de los mares,
el estruendo de las olas y el tumulto de los pueblos. Los que habitan en las tierras más lejanas
temen tus obras prodigiosas; tú haces que canten de alegría el oriente y el occidente.
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Visitas la tierra, la haces fértil y la colmas de riquezas; los canales de Dios desbordan de
agua, y así preparas sus trigales: riegas los surcos de la tierra, emparejas sus terrones; la
ablandas con aguaceros y bendices sus brotes.
Tú coronas el año con tus bienes, y a tu paso rebosa la abundancia; rebosan los pastos del
desierto y las colinas se ciñen de alegría. Las praderas se cubren de rebaños y los valles se
revisten de trigo: todos ellos aclaman y cantan.
Ant. Feliz el que tú eliges para vivir en tus atrios!
L. 1: “La “puerta de la fe” (cfr Hechos 14,27) que introduce a la vida de comunión con Dios
y que permite el ingreso en su Iglesia es siempre abierta para nosotras. Es posible ultrapasar
dicho umbral cuando la Palabra de Dios viene anunciada y el corazón se deja plasmar de la
gracia que transforma. (…) Profesar la fe en la Trinidad – Padre, Hijo y Espíritu Santo –
equivale a creer en un solo Dios que es Amor (cfr 1Jn. 4,8): el Padre, que en la plenitud de
los tiempos ha enviado a su Hijo para nuestra salvación; Jesucristo, que en el misterio de su
muerte y resurrección ha redimido el mundo; el Espíritu Santo, que conduce la Iglesia a
través de los siglos en la espera del retorno glorioso del Señor!3
Animadora 2: Teniendo presente la fiesta de la fundación de nuestra Congregación, así
como los textos con los cuales hemos orado y este año, aquellos en los que la Iglesia nos
invita a la comunión con Dios y a reafirmar nuestra fe en la Trinidad – expresamos ahora
nuestras oraciones espontaneas.
Oración del Padre Nuestro
Oración en preparación al XIII Capítulo General
Animadora 1: Bendición - Al concluir este momento de celebración, “miremos otra vez los
campos”, y contemplemos nuestra realidad congregacional, eclesial y vocacional. Pidamos al
Señor la gracia de vivir y testimoniar nuestra vocación, para ser un signo de “esperanza y
profecía” en el mundo de las migraciones. Por intercesión del Beato Juan B. Scalabrini
pidamos la visión global del fenómeno migratorio y la compasión por el migrante, mientras
que por la intercesión del Siervo de Dios P. José Marchetti, de ser incansables en el servicio a
los migrantes y creativas en la búsqueda de soluciones en su favor. Finalmente, por la
intercesión de la Venerable Madre Assunta Merchetti, el compromiso de revitalizar y
fortalecer la propia identidad y el amor a la Congregación.
Con María, la Madre de Dios, proclamada “feliz porque creyó” (cf Lc. 1, 45), cantamos:
Canto: Magnificat u otro
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