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Universidad Nacional de Río Cuarto Facultad de Ciencias Económicas Instituto de Desarrollo Regional DEBILIDAD Y VULNERABILIDAD PRODUCTIVA EN LOS TERRITORIOS NEOLIBERALES. LA ESTRUCTURA PRODUCTIVA DEL SUR DE LA PROVINCIA DE CÓRDOBA EN EL CONTEXTO DE LA REFORMA ESTRUCTURAL ARGENTINA DURANTE LOS AÑOS NOVENTA Autores: Ricardo Roig (*), Gustavo Busso (*) y Ricardo Lescano Zinny(*) Río Cuarto, febrero del 2001 (*) Miembros del Instituto de Desarrollo Regional y docentes - investigadores del Departamento de Economía de la FCE de la UNRC. INDICE RESUMEN .................................................................................................................................................. 3 I.- INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................... 4 II.- PRINCIPALES ASPECTOS DE LA TRANSICIÓN Y SU IMPACTO EN AMÉRICA LATINA ....................................................................................................................................................... 4 III.- LA INDUSTRIA ARGENTINA: DESDE LA SUSTITUCIÓN A LA DESUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES EN EL PROCESO DE REFORMA ESTRUCTURAL EN LOS AÑOS NOVENTA. ................................................................................................................................................. 6 IV. COMPORTAMIENTO SECTORIALES DEL PROCESO DE DESUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES EN LOS NOVENTA ............................................................................................... 8 V.- CARACTERIZACIÓN DE LA ESTRUCTURA DEL SECTOR MANUFACTURERO DE ADESUR ................................................................................................................................................... 11 DISTRIBUCIÓN REGIONAL .......................................................................................................................... 12 DISTRIBUCIÓN SECTORIAL Y EMPLEO ......................................................................................................... 13 TAMAÑO Y EMPLEO ................................................................................................................................... 13 ASPECTOS FINANCIEROS............................................................................................................................ 14 DISTRIBUCIÓN SECTORIAL Y FACTURACIÓN ................................................................................................ 14 CONTROL DE CALIDAD ............................................................................................................................... 15 CONTROL DE CALIDAD............................................................................................................................... 15 FORMAS DE AGREMIACIÓN Y ASOCIATIVIDAD.............................................................................................. 15 VI.- SÍNTESIS Y CONSIDERACIONES FINALES ....................................................................... 17 VII.- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ........................................................................................ 20 Resumen La falta de políticas industriales activas junto con el proceso de desregulación y rápida apertura económica en los años noventa han provocado una profunda transformación y crisis en el sector manufacturero argentino a nivel nacional y regional. El cambio y consolidación del nuevo modelo de desarrollo a inicios de los años noventa ha generado modificaciones en las relaciones entre el Estado y el Mercado, lo cuál ha impactado de formas diversas en las distintas regiones del territorio nacional. En este trabajo se describe y analiza el estado de situación y el impacto de las políticas económicas sobre la estructura productiva del sector manufacturero de la región sur del Provincia de Córdoba en los años noventa. A partir de este análisis se plantean algunas líneas estratégicas para mejorar el desempeño global del sector industrial de la región para la primera década del siglo XXI. Palabras claves: economía regional - crecimiento – estructura productiva I.- Introducción El presente trabajo se propone identificar y analizar cuales han sido los cambios más relevantes ocurridos en el sistema productivo a nivel internacional, su configuración en América Latina, y su impacto en Argentina, de manera de explicar la situación actual de la estructura productiva de la región comprendida por los Municipios de la región sur de la Provincia de Córdoba, los cuales se han agrupado mayoritariamente en la Asociación Intermunicipal del Sur de Córdoba (ADESUR), asociación que agrupa a 47 Municipios. El análisis de la estructura regional se realizó en base a datos aportados por el Censo Económico, Industrial y Tecnológico, llevado a cabo por la Secretaria de Extensión y Desarrollo de la Universidad Nacional de Río Cuarto durante los meses de diciembre de 1998 y enero-febrero de 1999 para los municipios de ADESUR. El trabajo ha sido organizado en seis partes. En primer lugar se describe como los procesos de globalización e internacionalización del capital influyen en el tejido productivo de los países desarrollados, y como estos cambios se han procesado en América Latina. En segundo lugar se aborda el desempeño de la industria Argentina durante el período de sustitución de importaciones hasta su entrada en crisis. En tercer lugar se muestra cual fue el camino elegido para resolver esta crisis, y como la aplicación de los programas de ajuste estructural de los noventa han modificado el tejido productivo nacional. En cuarto lugar se muestran los datos más relevantes que surgen del censo industrial que se hizo en el Sur de la Provincia de Córdoba de forma tal de caracterizar la estructura productiva del territorio delimitado por los Municipios de ADESUR. Por último se exponen algunas conclusiones con la finalidad de aportar a la formulación de políticas que puedan contribuir a sacar del atraso relativo en que se encuentra el sector manufacturero regional. II.- Principales aspectos de la transición y su impacto en América Latina La evolución de la economía mundial de las tres últimas décadas se enmarca en procesos de globalización e internacionalización del funcionamiento del sistema económico, que se manifiesta de manera expresa en los mercados de productos, en la dinámica de los mercados laborales y en la configuración de un sistema financiero internacional. Este proceso, que ocurre más allá de la voluntad explícita o implícita de insertarse en ellos, ha ido modificando las reglas de juego que definían los anteriores modelos de desarrollo, abriendo desconocidos espacios de negocios con la aparición de nuevos sectores productivos, modificando el rol y las funciones del Estado, y generando amenazas que se fueron materializando en la desaparición de todas aquellas firmas que no tuvieron la capacidad o las condiciones políticas-económicas para adecuarse a las nuevas condiciones mundiales. La crisis del petróleo, el retroceso del estado de bienestar, las políticas de apertura y desregulación, la desaparición de la URSS, la consolidación de Europa como un mercado único, el surgimiento de bloques regionales –NAFTA, MERCOSUR, ALCA-, junto con la irrupción de un nuevo paradigma científico tecnológico, produjeron cambios políticos, culturales y económicos de tal magnitud y a una velocidad que dificultan la adaptación a los mismos1. En respuesta a la nueva realidad competitiva internacional, se comenzaron a desarrollar fuertes procesos de reconversión, en los cuales se alteran tanto las estrategias y el peso relativo de las distintas actividades, como así también las prácticas productivas, tecnológicas y comerciales. Como resultado de estos cambios, se fue conformando un nuevo tejido industrial en los países desarrollados en el que unas pocas grandes firmas multinacionales conviven con firmas de mediano tamaño con una fuerte base regional, y que a su vez coexisten con un gran número de pequeñas empresas tradicionales (OCDE,1992; CEPAL, 1996) En este contexto se fueron consolidando dos procesos diferenciados que reflejan el impacto de estos cambios en la estructura productiva de América Latina. Por un lado, los países del Cono Sur –Chile, Argentina, Brasil – manifiestan una marcada inclinación hacia industrias procesadoras de recursos naturales, altamente automatizadas, con estándares de productividad al nivel de las mejores prácticas internacionales y escasa capacidad para generar empleo. Mientras que por otro lado México y varios países de América Central muestran un patrón de especialización productivo con una fuerte participación relativa de la “maquila” productora de computadores, indumentaria y aparatos eléctricos, a partir de la estrategia de las grandes corporaciones norteamericanas, japonesas y coreanas, para su mejor posicionamiento en el mercado interno de los Estados Unidos. En este caso si bien se emplean tecnologías de última generación y una sofisticada logística (JIT, calidad total, kanban, etc.), lo atractivo para estas empresas es la disponibilidad de fuerza de trabajo a un costo mucho menor que en sus respectivos países (J. Katz, 1999). Cuadro Nº 1 Peso relativo de los sectores industriales en el producto manufacturero; 1970-1996 (en porcentajes) Argentina 70 90 96 I II III+IV V 15.6 14.3 9.9 8.5 36.2 46.7 38.2 30.5 13.1 12.1 45.7 29.0 70 18.8 9.9 35.8 35.5 Brasil 90 96 22.9 7.0 39.6 30.5 22.8 8.7 42.4 26.1 70 Chile 90 96 14.9 7.7 43.2 34.2 10.1 2.3 55.5 32.0 10.2 2.0 56.2 31.6 70 México 90 96 13.3 12.3 13.9 5.5 9.5 10.8 46.8 46.8 46.5 34.4 31.4 28.8 Fuente: Padi, Cepal (Katz,1999) Referencias: I – Industrias metalmecánicas (sin automóviles). CIIU 381, 382, 383,385 II – Equipo de transporte. CIIU 384 III + IV – Alimentos, bebidas y tabaco (III). CIIU 311, 313, 314. Industrias procesadoras de recursos naturales (IV). CIIU 341,351, 354, 355, 356, 371, 372 (para el caso chileno está excluido CIIU 372) V – Industrias tradicionales intensivas en mano de obra. CIIU 321, 322, 323, 324, 331, 332, 342, 352, 361, 362, 369,390. 1 Si bien no pueden soslayarse el impacto de los cambios aquí mencionados, hay que destacar que el agotamiento del modelo de producción fordista, que se puso de manifiesto en una declinación de la tasa de ganancia y crecimiento de la productividad, fue anterior al primer shock petrolero, y puso al descubierto los problemas de la organización fordista para hacer frente a cambios inesperados en la demanda. Paralelamente y en toda la región, tal como se destaca en el cuadro 1 fueron perdiendo peso las ramas productoras de bienes de capital y de química fina, como así también aquellas ramas productoras de bienes no durables, como vestimenta, calzado, muebles, etc., que son intensivas en mano de obra y en el uso de servicios de ingeniería y de esfuerzos en I+D (W. Peres,1997). Y si bien la región mejoró su competitividad internacional en términos de exportaciones, está mejoría se vio reflejada en un reducido grupo de grandes empresas, profundizando así el dualismo de la estructura productiva. III.- La industria argentina: desde la sustitución a la desustitución de importaciones en el proceso de reforma estructural en los años noventa. Durante todo el período de sustitución de importaciones Argentina muestra una tasa de crecimiento que es relativamente alta en el sector manufacturero, y en donde la productividad crece rápidamente (el 5 ó 6% por año, acumulativamente). Además no sólo se van generando nuevos modelos organizacionales y nuevas formas de comportamiento industrial, que el país no tenía, sino que se produce una gran movilidad social y territorial de la población. Sin embargo a medida que esta dinámica social se va acelerando, el tejido industrial que se va configurando pone de manifiesto un gran flanco débil; que no es una industrialización orientada hacia el mercado externo, sino que los procesos industriales están volcados al mercado doméstico, y recién cuando la demanda doméstica tiene dificultades, una parte de la producción local se vuelca al exterior. Es decir, se comienzan a generar ciertas formas de internacionalización como conducta anti crisis, pero en general, es una industrialización que está detrás de la frontera técnica internacional y que le cuesta internacionalizarse. Si bien comienza siendo una industrialización planteada desde el Estado con un carácter fuertemente corporativo, intensivo en las industrias de la defensa, sobre la mitad de los años ‘50, se produce el arribo masivo de corporaciones internacionales. Durante esa época Argentina estaba vista como un país de grandes expectativas. No estaba visto como un país con muchas dificultades, y significaba poner un pie para abrirse a toda Latinoamérica. Muchas empresas transnacionales, en muy poco tiempo 1955/61, responden a la apertura de la economía Argentina, radicándose en nuestro país unas 200 corporaciones. Durante toda esta etapa y hasta mediado de los años setenta la productividad de la economía Argentina crece a un ritmo similar al de Estados Unidos. El verdadero problema de la pérdida relativa se produce bastante más tarde cuando entramos en la turbulencia de fines de los ’70 (Katz J., Kosacoff B., 1998). Se producen grandes cambios en los niveles de incertidumbre macroeconómico, comienza a contraerse los niveles de inversión, y se entra en una zona de gran turbulencia social. Junto con la caída de la inversión agregada (del 20, 22% a tasas del 12%) comienza a producirse otro efecto, también muy importante, que es de la reestructuración del aparato productivo. Una de las respuestas de la política global, a la caída de la inversión agregada, fue la de inventar los modelos de los regímenes promocionales sectoriales. Es decir, se generaron condiciones particulares de estímulo (en papelera, automotriz, siderurgia) que revitalizaran la tasa de inversión. Desde el inicio de los años ‘70 el modelo de política industrial desarrolla muchos de estos instrumentos particulares que luego se extienden regionalmente (La Rioja, Catamarca, San Luis, etc.). Esto tiene un considerable impacto en algunos sectores y en algunas regiones. Tal como ocurre en el resto de América Latina, en nuestro país comienza a modificarse la estructura industrial. Al contraerse la demanda interna empieza a perder dinamismo los mercados asociados a los sectores en donde el país había intentado gestar su ventaja comparativa, que es en los bienes durable, los bienes de capital (metalmecánica en general y automotriz) y comienzan a tener mayor peso los sectores productores de commodities industriales (celulosa y papel, petroquímica, aceite comestible, aluminio, etc.). Cuadro Nº 2 Composición del valor agregado de la industria manufacturera Argentina Sector Metalmecánica general Automóviles Alimentos y bebidas, y otros Prods. Indus. Básicos (procesadores de recursos nat) Industrias tradicionales Total industria manufacturera 1977 19.9 10.9 20.6 15.5 33.1 100 1990 14.3 8.5 24.3 22.4 30.5 100 Fuente: CEPAL (1996) Comienza a producirse la transición hacia un modelo de estructura productiva más orientada hacia la exportación en las ramas productoras de commodities industriales, explotadoras de materias primas nacionales. La estructura productiva se concentra en grandes grupos económicos con alto porcentaje de participación del capital nacional. Entre los años 1980 a 1997 el crecimiento absoluto del PBI fue del 18,7%, este magro crecimiento lo explican, básicamente, la demanda interna que crece en términos absolutos al 36% y por la expansión de las exportaciones que superan en un 17% al crecimiento del PBI (C. Bonvecchi, 2000, en B. Kosacoff (ed.)). La otra fuente de crecimiento, la sustitución de importaciones, fue contractiva, es decir se manifestó un proceso que sustituyó producción nacional por importadas. La estructura productiva que se observaba en los diferentes territorios previa a la transformación estructural de los años noventa, significó que el impacto en las regiones no fuese el mismo, pero en general el proceso de desustitución fue superior al nivel nacional en las regiones del interior del país, debilitándose las estructuras productivas regionales por la velocidad que adquirió y por la escasa secuencialidad del proceso de apertura de la economía. IV. COMPORTAMIENTO SECTORIALES DEL PROCESO DE DESUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES EN LOS NOVENTA Desde inicios de los años noventa la economía argentina entra, con agudos ciclos económicos de corto plazo, en un proceso de crecimiento y expansión económica, en el marco de una transformación estructural que se tradujo en una mayor apertura externa, flexibilización de las relaciones laborales, privatización de las empresas públicas y la redefinición del rol del Estado en el funcionamiento de los mercados. Es decir se modificaron los aspectos básicos que definieron el funcionamiento del modelo de desarrollo hasta comienzos de los años noventa. A partir de la implementación del Plan de Convertibilidad en el año 1991, la economía argentina empieza a manifestar una mejoría en los indicadores macroeconómicos básicos, que confluyeron en el armado de nueva estructura de incentivos y regulaciones, algunos sectores y regiones mejoraron notablemente su perfomance económica mientras que en otras el balance de la década es insatisfactorio y está muy por debajo de los promedios nacionales. Cuadro Nº 3 Tasa de variación (%) de la producción industrial Argentina 1993 a 1997 Prod. Metálicos -11.3 Hilados y tejidos -11.2 Máquinas de oficina -21.6 Máq. Y aparatos eléctricos -1.5 Confecciones -0.9 Rama Instrumental médico aparatos de medición y -1.5 1993 a 1997 Alimentos y bebidas 21.6 Siderurgia y aluminio 46.7 Complejo automotor 17.5 Papel y productos del papel 30.0 Maderas y prod. de la 29.4 madera Sustancias y productos 15.0 químicos Rama Fuente: G. Yoguel (2000) En esta transición en el modo de funcionamiento de la economía quedaron en el camino no solo una gran cantidad de firmas, si no que dada la baja tasa de generación de nuevas empresas se perdieron un importante número de puestos de trabajo. Los mecanismos de transmisión a las heterogéneas regiones que componen el país muestran la consolidación de un proceso concentrador en lo económico y territorial, a la par que confirman, como en las décadas anteriores, una creciente desigualdad del ingreso entre personas, puestos de trabajo y entre promedios regionales. Si se analiza por sectores productivos, la heterogeneidad de resultados muestran comportamientos muy variados. Entre los años setenta y los noventa, el número de plantas industriales pasan de 126.000 en 1973, a 115.000 en 1984, y en 1993 llegan apenas a 91.000, con una perdida de 300.000 puestos de trabajo en el período (de 1.3 millones en 1973 a 1 millón en 1993). Estas pérdidas se potenciaron por la nueva estructura de precios relativos que tuvieron que manejar los agentes económicos, por las dificultades para acceder al crédito (particularmente las pequeñas y medianas empresas) y por la velocidad y la forma en que se concibió en términos de políticas macro y micro el proceso de apertura (Alvarado y otros, 1998). Como puede observarse en el cuadro siguiente, el proceso de apertura y desregulación que tuvo como resultado la modificación de la estructura de precios relativos de la economía, logró una sustancial mejora en la productividad del sector industrial y un incremento en los volúmenes de producción en forma agregada, pero estos no alcanzaron para lograr sostener los niveles de empleo décadas anteriores. Cuadro Nº 4 Producción, empleo y productividad, en la industria manufacturera argentina (índice base 1990 = 100) Indicador 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 90/97 * Volumen físico Obreros ocupados Hs. Trabajadas Productiv.por hora 100.0 100.0 100.0 100.0 109.9 95.5 98.7 111.3 123.0 95.0 101.4 121.3 126.6 92.9 99.1 127.8 132.0 90.5 98.2 134.4 122.5 85.2 88.7 138.1 129.7 82.0 87.7 147.9 141.4 83.7 91.1 155.2 41 -16 -9 55 Fuente: INDEC (1998) La reducida contribución de las exportaciones industriales al crecimiento del PBI muestra la debilidad e insuficiencia, a pesar de los avances en la década de los noventa, de la competitividad de la producción global argentina. De hecho en los años noventa si bien se observa un aumento absoluto en las ventas externas el nivel de la apertura exportadora es inferior al de finales de los años ochenta. Ello puede explicarse, muy probablemente, por un tipo de cambio sobrevaluado en los noventa y por la recesión de fines de los años ochenta, no obstante el coeficiente de exportación respecto al PBI es muy bajo en comparación a otros países de similar desarrollo relativo, actualmente alrededor del 8% en Argentina versus México ubicado cercano al 30%. No obstante todo lo anterior, la importancia de las exportaciones fabriles en la explicación del crecimiento del PBI total ha aumentado. La apertura importadora que se inicia más fuertemente a principios de los años noventa, y ha mostrado tener, en el contexto de los acuerdos con la OMC, una tendencia a bajar o mantener los niveles de protección arancelarios. El tejido industrial en la década de los años noventa se modificó en el sentido de una mayor trasnacionalización, concentración y expansión de los sectores vinculados a las actividades de comercio, servicios y finanzas. Cuadro Nº 5 Tasa de variación del valor agregado bruto según origen de capital Nacional Asociación* Extranjero 1993 32.3 18.4 49.3 1994 28.6 20.2 51.2 1995 29.2 10.1 60.7 1996 24.8 9.8 65.4 1997 21.0 10.0 69.0 Fuente: INDEC (1999). *NOTA: se denomina asociación a las empresas que poseen una participación de entre el 10% y el 50% de capitales extranjeros. Según el tipo de producción industrial, los commodities, el complejo automotor, algunos complejos agroalimentarios, las grandes empresas en general y las transnacionales en particular ganaron participación en el total de la producción en el territorio argentino. Cuadro Nº 6 Tasa de variación de la producción industrial clasificación por productos Clasificación por productos Commodities Bienes tradicionales Complejo automotor Difusores de progreso técnico IED inferior al 10 % IED superior al 10 % Espacios productivos grandes Espacios productivos pymes Mano de obra alta y media calificación Mano de obra baja calificación Total industria 1993 – 1997 13.1 10.6 17.5 4.2 2.8 16.1 17.0 3.4 9.3 16.6 11.0 Fuente: Yoguel G. (2000) Esto es así, porque la escala y los recursos disponibles por estas firmas, les permiten resolver las fallas de mercado. Existen ciertas formas de organización industrial que resuelven las fallas de mercado y otras formas que no las pueden resolver. Es decir, capitales que no solamente son una estructura de poder que operan en la esfera política - económica, sino también son un modelo de resolución de fallas de mercado, que operan en el nivel técnico - económico. A su vez, comparando la evolución del Indice de Concentración Industrial Global2 (ICIG), ha presentado un significativo grado de crecimiento con respecto a otros períodos. Así, durante la década del sesenta, tal indicador -restringido al análisis de las primeras cien empresas industriales del país- arrojaba un promedio del 24% para el período 1960-1969 (Khavisse y Piotrkowski, 1973), mientras que el quinquenio 1994-1998 presenta un valor del 41% para el mismo indicador CEP, 2000). Este es un tema importante si queremos entender el impacto del modelo de apertura y desregulación de la economía, que en general se hace sin una percepción de fallas de mercado. A su vez, el paradigma tecno-productivo que se despliega a nivel internacional contribuyó a este proceso de concentración industrial ya que, si bien las pequeñas y medianas empresas aún mantienen una ventaja en algunos tipos de innovación, la mayor ventaja la mantienen las grandes empresas que son las que pueden invertir grandes cantidades de recursos en innovaciones particulares y amortizarlas con los grandes volúmenes de venta en los mercados internacionales (Freeman C, 1994). En este contexto, deben existir políticas destinadas a apoyar la existencia, producción y reproducción de empresas caracterizadas como pequeñas y medianas en función de su escala, como mecanismos válidos de fuentes de creación de empleo y de 2 El ICIG muestra la participación de las primeras cien empresas industriales en el valor bruto de producción. disminución de desequilibrios estructurales, en tanto que tales mecanismos conducen a la emergencia o consolidación de una economía más competitiva. En general estas empresas están muy lejos del estado del arte. No hay devaluación posible que las coloque en los mercados internacionales. En este contexto, la década de los noventa se caracterizó por la debilidad de las políticas destinadas a apoyar la existencia, producción y reproducción de empresas caracterizadas como pequeñas y medianas. En general las micro y pequeñas y medianas empresas están muy lejos del estado del arte en los procesos productivos, en varios sectores no hay devaluación posible que permita su inserción auténtica y no espúrea (por ejemplo con sobreexplotación de la fuerza de trabajo) en los mercados internacionales. De acuerdo a lo anterior es imprescindible lograr un adecuado nivel de competitividad externa con altos niveles de inversión en el sector manufacturero, para poder colocar la economía Argentina en un sendero de crecimiento sostenible a largo plazo, condición necesaria para reducir en forma genuina los elevados índices de desempleo que se observan desde la implantación del Plan de Convertibilidad. V.- Caracterización de la estructura del sector manufacturero de ADESUR3 La heterogeneidad, vulnerabilidad y debilidad productiva que se observa a nivel nacional y regional se expresa también a nivel intra regional pero de forma más aguda. La región que comprende ADESUR esta vinculada a las actividades agrícola ganadera, en una región sub región pampeana de menores, aunque no bajos, rendimientos de la tierra. En casi todos estos municipios la empresa más importante en términos de empleo es su propia municipalidad, mientras que el sector alimentario de pequeña escala es lo que predomina en términos de cantidad de firmas y generación de valor agregado. En algunas ciudades existen empresas vinculadas al complejo oleaginoso, estos aglomerados urbanos muestran mayor dinamismo económico y son las que en los últimos años han aumentado más en cantidad de población por efecto fundamentalmente de la migración. La propiedad de la tierra se ha concentrado, los excedentes agrícolas en gran parte son remitidos extra regionalmente, algo similar ocurre con el sector financiero. En la Ciudad de Río Cuarto y en la región existen, según algunos informes preliminares, mayores volúmenes de depósitos que de prestamos, dando crédito a la hipótesis sobre la fuga de excedentes financieros. Esta relación se verifica principalmente en los bancos privados más que en los públicos. En las últimas décadas en la región contaba con varios frigoríficos, fábricas de implementos agrícolas e industrias oleaginosas de gran importancia a nivel provincial e incluso, en algunos casos, a nivel nacional. La antigüedad de la tecnología empleada en la región tiene un promedio de 11 años, comparada con un promedio que gira alrededor de 7 años para el total país. Esto 3 Para el relevamiento se tomaron los 48 Municipios que integran ADESUR a octubre de 1998. Sector serrano: Achiras, Alpa Corral, Embalse, Río de los Sauces, Santa Rosa de Calamuchita, Villa Cañada del Sauce, Villa del Dique, Villa Rumipal; Sector medanoso: Bouchardo, Del Campillo, Huinca Renanco, Italó, Jovita, Mataldi, Serrano, Vicuña Makena, Villa Huidobro, Villa Valeria, Washington; Sector mal drenado: Levalle, La Carlota, La Cesira, Los Cisnes; Sector de llanuras bien drenadas: Adelia María, Baigorria, Berrotaran, Bulnes, Gigena, Holmberg, Las Higueras, Coronel Moldes, Río Cuarto, Sampacho, San Basilio; Sector bien drenado: Alejandro Roca, Bengolea, Carnerillo, Charras, Chazón, Chucul, General Deheza, Las Acequias, Los Condores, Reducción, Santa Eufemia, Ucacha. estaría indicando menor reposición y actualización en los procesos productivos, afectando negativamente los niveles de productividad de las firmas asentadas en los municipios de ADESUR. Si se tiene en cuenta, además, que la mayor parte de las empresas son micro y vinculadas al mercado regional, la vulnerabilidad de gran parte del tejido productivo es un problema presente pero que se traslada de forma preocupante hacia el futuro. En este capítulo nos proponemos describir las principales características de la estructura industrial de finales de la década de los años noventa de la región que comprende ADESUR. Para esto hemos utilizado informes, investigaciones y, además, la base datos del Censo Económico, Industrial y Tecnológico que realizó la Secretaria de Extensión de la UNRC, durante los meses de diciembre de 1998 y enero de 1999. Si bien, a partir de los datos consignados en el Censo, se puede obtener un análisis muy detallado del tejido industrial de la región, por limitaciones de espacios y en algunos casos por restricciones que impone la ley de secreto estadístico, nos hemos concentrados en los aspectos más relevantes: Distribución regional Distribución sectorial y empleo Tamaño y empleo Distribución sectorial y facturación Aspectos financieros Calidad Capacidad de organización del sector Distribución regional Tal como lo refleja la información disponible existe en la región de ADESUR una elevada concentración industrial desde la perspectiva territorial. Así, en la sub región llanura, se encuentran casi el 60 % del total firmas de la región. La contra cara de esto lo vemos en la sub región serrana con apenas un 5 % de la firmas en ese territorio (ver cuadro número 6). Como consecuencia de esta concentración, es la sub región llanuras el que también detenta la mayor cantidad de puestos de trabajo y el que mayor riqueza genera. Es de destacar, que este fenómeno se repite al interior de esta sub región, ya que su ciudad más importante, Río Cuarto, es la que produce esta distorsión. Cuadro Nº 7 Participación de las regiones de ADESUR en la industria manufacturera Sub Sub Sub Sub Sub región región región región mal región de bien serrana medanosa drenada llanura drenada % Industrias Puestos de trabajo Valor bruto producción Valor agregado bruto 5,23 % 4,8 % 4,6 % 6,1 % 16,33% 8,6 % 6,6 % 8,0 % 6,40 % 4,6 % 9,5 % 6,1 % Fuente: Elaboración propia con base en ADESUR (2000) 58,47% 70,8 % 71,0 % 71,0 % 13,56 % 11,0 % 8,3 % 8,7 % Distribución sectorial y empleo Al analizar la distribución de la industria por sectores (clasificación CIIU 3), esta muestra una gran presencia de la producción de alimentos y bebidas (rama 15) generando un 41 % de los establecimientos de la región y un 50 % de los puestos de trabajo generado por toda la industria. La fabricación de material de transporte y muebles le siguen en importancia.Como puede observarse en los totales del cuadro, el promedio de la cantidad de empleado por empresa da números muy bajos, sólo 3,8 trabajador por empresa. Esto da una aproximación a la escala de empresas que sobreviven en la región de ADESUR. Cuadro Nº 8 Número de establecimientos y puestos de trabajo (por rama y en porcentaje) Rama (CIIU 3 a dos dígitos) Número establ. % 425 16 15 5 58 62 4 8 44 114 127 32 23 6 95 1035 41,0 2,0 1,0 0,5 5,5 6,0 0,3 0,7 4,0 11,0 12,0 3,4 1,0 0,6 9,0 100 15-Alimentos y bebidas 17-productos textiles 18-Prendas de vestir 19-Curtidos y terminación de cueros 20-Producc.de mad, productos de madera y corcho 22-Actividades de edición e impresión 24-Sustancias y productos químicos 25-Productos de caucho y plásticos 26-Otros productos minerales no metálicos 28-Productos elaborados de metal 29-Fabricación de maquinaria y equipos NCP 31-Fabricación de maquinaria y aparatos elect 34-Fabri.de vehíc autom, remolques y semirre 35-Fabricación de otros equipos de transporte 36-Fabricación de muebles y otros NCP Total Puesto s de trab. 1993 81 35 15 129 145 72 19 92 197 196 37 117 502 336 3986 % 50,0 2,0 0,9 0.5 3,0 3,5 2,0 0,6 2,5 5,0 5,0 1,0 3.0 13,0 8,0 100 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Económico, Industrial y Tecnológico. ADESUR Tamaño y empleo Analizando la estructura productiva por tamaño de las firmas a partir de los puestos de trabajos se observa un elevada presencia de microempresas. Este indicador muestra una vez más, la característica artesanal de la producción local, como así también nos permite inferir el grado de informalidad y vulnerabilidad de la misma. Cuadro Nº 9 Tamaño de la firma por puesto de trabajo % de firmas Menos de 4 Entre 4 y 10 Entre 11 y 20 Entre 21 y 100 Mas de 100 84,4 9,6 2,9 2,4 0,7 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Económico, Industrial y Tecnológico. ADESUR Aspectos financieros De acuerdo a los datos del relevamiento, del total de unidades censadas un 63% tiene una o más fuentes de financiamiento, siendo el crédito de proveedores la principal fuente del mismo, ya que un 94 % de las empresas que utilizan alguna fuente de financiamiento lo hace por esta vía. A su vez, del total de empresas que acceden a alguna fuente de financiamiento un 42 % utiliza el sistema bancario para financiar sus actividades. Cruzando estos datos con los niveles de facturación, se observa que de las empresas que facturan más de $10.000, un 61 % accede a financiamiento bancario, mientras que del total de empresas que facturan menos de $10.000, solo un 14 % tiene acceso al financiamiento bancario. Por otro lado, se observa que el 37 % de las unidades censadas no tiene acceso a ninguna fuente de financiamiento, de estos el 60 % se justificó diciendo que el volumen de negocios no lo justificaba y un 21 % adujo no lograr beneficios suficientes para hacer frente al costo de la financiación. Acorde con los datos consignados la cadena de proveedores es el pilar fundamental del sector manufacturero de la región, es decir el 94 % de las empresas que acceden a alguna fuente de financiamiento lo hace por esta vía. Esto cobra una importancia relevante si tenemos en cuenta que el 53 % de las empresas tiene proveedores dentro del ADESUR, y que el 68 % tiene clientes dentro del mismo territorio social. Esto permite observar que el régimen bancario que se fue conformando a partir del Plan de Convertibilidad no ha contribuido en la medida de lo necesario para el financiamiento del desarrollo de la capacidad productiva y competititiva de las empresas regionales. Distribución sectorial y facturación Al realizar el análisis de las ramas de producción de acuerdo al rango de facturación, nuevamente surgen las microempresas como el grupo más poblado. Así vemos que del total de empresas de todos los sectores el 60% factura menos de $3.000 mensual, un 16 % factura entre $ 3000 y $ 5000 , casi el 10 % factura entre $ 5000 y $ 10000, mientras que solo un 14 % de todo el universo muestra una facturación superior a $10.000. A su vez, la rama 15, elaboración de productos alimenticios y bebidas, sigue siendo la rama más importante para cualquier rango de facturación que se considere. Si quisiéramos seleccionar el colectivo de pymes de la región a partir del nivel de facturación, y defiendo a estas empresas como aquellas que tienen una facturación por encima de los $ 10000, observamos que solo quedarían 146 firmas, corroborando nuevamente la debilidad de la estructura productiva regional Cuadro Nº 10 Cantidad de establecimientos y nivel de facturación mensual por rama Rama (CIIU 3 a dos dígitos) 15-Alimentos y bebidas 17-productos textiles 18-Prendas de vestir 19-Curtidos y terminación de cueros 20-Producc de mad, productos de madera y corcho, paja y productos trenzables (-) de $3.000 256 9 9 3 36 $3001 y $5.000 65 2 3 1 8 $5001 y $10.000 43 4 (+) de $10.000 60 5 4 1 10 22-Actividades de edición e impresión 24-Sustancias y productos químicos 25-Productos de caucho y plásticos 26-Otros productos minerales no metálicos 28-Productos elaborados de metal 29-Fabricación de maquinaria y equipos NCP 31-Fabricación de maquinaria y aparatos elect 34-Fabri.de vehíc autom, remolques y semirre 35-Fabricación de otros equipos de transporte 36-Fabricación de muebles y otros NCP Total Porcentaje (%) 36 2 3 28 73 81 15 5 9 16 21 1 2 15 11 5 2 4 6 8 14 19 6 5 2 6 4 4 9 2 60 621 60,2% 3 15 167 16,2% 9 99 9,6% 12 145 14% Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Económico, Industrial y Tecnológico. ADESUR Control de calidad Por lo general, de las empresas que realizan algún tipo de control de calidad, estas lo hacen en base a criterios personales, sustentados en la experiencia del propietario, o en trabajadores de baja calificación supervisados por el dueño de la firma, y solo en muy pocos casos el control se lleva a cabo en base a criterios técnicos. Cuadro Nº 11 Control de calidad Tipo de control de calidad 1.- De materia prima 2.- De partes del proceso productivo 3.-De productos 4.- Empresas que hacen 1,2 y3 % de firmas 52,0 50,0 70,0 30,0 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Económico, Industrial y Tecnológico. ADESUR A su vez, tal como los indican los datos, predomina el control del productos terminados, y por lo general a través del control visual. Este último criterio podría estar conduciendo a encarecer los costos, ya que un producto que comienza a tener defectos en las etapas iniciales, al no ser identificado a tiempo, sigue recibiendo costos de mano de obra, materiales y otros gastos. También de acuerdo a muchos de los empresarios visitados, aumentar los controles de calidad del producto conduce a incrementos de costos de fabricación, lo cual les estaría restando competitividad vía precios, ya que el mercado al que se dirigen es poco exigente en aspecto de calidad, y predomina la elección vía precio. Formas de agremiación y asociatividad En general la gran mayoría de los empresarios no han mostrado interés real en formar algún tipo de agremiación en cámaras y círculos de producción, o comercialización conjunta, de manera tal que puedan dar respuestas más efectivas y poder resolver las deficiencias de escalas de estas empresas, como así también alcanzar los servicios empresariales requeridos por las mismas. Cuadro Nº 12 Conducta gremial de los empresarios: porcentaje de participación en entidades gremiales de primer, segundo y tercer grado. Nivel 1er grado 2do grado 3er grado Afiliado 58,0 20,0 5,0 No afiliado 42,0 80,0 95,0 Total 100 100 100 Miembro activo 4,0 3,0 1,0 Fuente: Elaboración propia en base a datos del Censo Económico, Industrial y Tecnológico. ADESUR Tal como se desprende de los datos presentados, el sector industrial no ha generado mecanismos de participación a través de los cuales canalizar su problemática de modo conjunto. No existe por lo tanto un espacio de discusión de la problemática del sector manufacturero y de vehiculización de sus intereses. VI.- Síntesis y consideraciones finales Las consideraciones de los aspectos que se abordaron en los puntos anteriores en cuanto al sendero que están transitando las economías industrializadas, como así también la nueva configuración de la estructura productiva de las economías más importante de América Latina, entre ellas la de nuestro país, ponen de manifiesto el atraso relativo y la vulnerabilidad del sector manufacturero de la región. Se observa fuerte presencia de sectores característicos en los estadios iniciales de desarrollo, como alimentos y bebidas y fabricación de muebles y colchones. Son sectores que requieren poca inversión por personal ocupado, y que se insertan fácilmente en el mercado local, abasteciendo una demanda regional. Por razones de costos, de proximidad de la demanda, y por ser productoras de bienes de primera necesidad, estos sectores, junto al textil son los primeros que se propagan en economías industriales de bajo nivel de desarrollo industrial. No obstante, hay un trecho importante que en necesario transcurrir para avanzar, y es el relativo a la articulación de este sistema industrial al resto de la economía nacional y a los mercados externos. Estas empresas están muy desarticuladas de otros sistemas productivos. Presentan una alta dependencia regional en su cadena productiva, tanto hacia delante como hacia atrás. Se proveen con predominancia dentro del ADESUR y abastecen también con preferencia a la región comprendida por ADESUR. La integración hacia delante define un perfil de empresas dedicadas al mercado interno, con peso regional. Este aspecto no debe obviarse como punto a resaltar y revertir en un programa de desarrollo empresarial, industrial y regional, en tanto y en cuanto toda acción para fomentar el crecimiento de la región debe necesariamente insertar las empresas en los mercados nacionales y extranjeros. Es una forma, entre otras razones, de evitar una acentuada dependencia a los avatares de la región, de diversificar los mercados, y además de confrontar la competitividad de las empresas y de la región con sus pares de otras regiones y del exterior. La existencia de rendimientos crecientes, la fallas de mercado que comprometen la asignación eficiente de recursos y la ausencia de mecanismos que lleven automáticamente al equilibrio y a la convergencia de tasas de crecimiento económico territorial son, entre otros, aspectos distintivos que cuestionan ciertas visiones predominantes en la teoría económica y que se traducen en recetas de políticas de neto corte neoclásico y neoliberal. Surge del análisis de la estructura productiva regional la necesidad de generar y potenciar instituciones regionales que recojan las particularidades y heterogeneidades que se presentan , de tal modo de diseñar e implementar políticas que tengan un alcance e impacto real sobre las firmas y el sistema productivo de la región, de modo de contribuir a mejorar la competitividad sistémica de ADESUR. En este contexto es importante analizar los instrumentos disponibles a nivel local e intercomunal para establecer mecanismos de protección, de sinergias y fomento a sectores considerados estratégicos, como también de los sectores que muestran mayor desarrollo e indicadores de productividad acorde a los que se registran en el contexto nacional y del MERCOSUR. Dado este escenario, se hace imprescindible fomentar la participación y la asociatividad de los empresarios locales, de tal modo de fortalecer su capacidad para influir en las niveles de decisión política a nivel local y provincial, como así también desarrollar relaciones de confianza a los fines de lograr proyectos asociativos que permitan ganar escala. Para esto se recomienda difundir la cultura de que la eficiencia colectiva depende de una adecuada división del trabajo entre las firmas, la asociación y cooperación horizontal entre grupos de firmas permitirá superar sus debilidades. Estos aspectos exigen un ambiente de confianza e identidad cultural que no se pueden crear con instrumentos de política tradicionales, más pueden ser transmitidos y estimulados. Como muestra la experiencia en otros países industrializados y en desarrollo, la asociación de pequeñas y medianas empresas posibilita el acceso a asesorías y sobre todo, posibilita el acceso a nuevas tecnologías, nuevos mercados, más eficientes y económicos mecanismos de abastecimiento e insumos, servicios tecnológicos, utilización común de maquinaria o servicios de apoyo administrativo, capacitación empresarial y asistencia técnica (Bianchi P, y Di Tommaso M 1998). Dentro del área de comercialización, una alternativa válida para las unidades de producción en pequeña escala, sin perder el sentido de independencia, es a través de la creación de estructuras para comercializar los productos finales y asociados, y los de terceros cuando el fortalecimiento de la estructura lo permita. A su vez, todos estos aspectos podrían potenciar la generación de nuevos emprendimientos productivos en los sectores más dinámicos de la región, es decir en aquellos sectores en donde se pueda agregar mayor valor a través de la difusión de innovaciones tecnológicas que completen las principales cadenas de valor de la región. Por otro lado, darían lugar a la promoción de un importante número de micro empresas a PyME, a través de condiciones favorables de financiamiento, políticas activas definidas a nivel local, intercomunal y provincial de acceso a información, consultorias, incorporación de nuevas tecnologías, capacitación de la fuerza de trabajo y empresarial, identificación de nichos a nivel MERCOSUR y otros países de la región, etc.. Esto tendría un fuerte impacto no solo a nivel de valor, sino también en la generación de nuevos puestos de trabajo. Otro aspecto muy importante a tener en cuenta es el de mejorar el control de calidad y la certificación de origen, proceso que podría difundirse en la región, aprovechando la externalidad positiva de contar con una universidad de las características de la UNRC. También se debería potenciar y articular la red proveedores, que tienen una fuerte presencia regional, de forma de contribuir a la construcción de ventajas competitivas dinámicas, facilitando la conquista de nuevos mercados. La discusión sobre el crecimiento económico en las últimas décadas ha rondado alrededor de la tecnologías (blandas y duras) como una de las fuentes principales del crecimiento que explica la divergencia entre regiones. En términos teóricos, la tecnología (excepto en el modelo Harrod-Domar en la cuál se considera constante en el análisis) es una las principales fuente de aumento de la productividad de los factores y es la que termina explicando el diferencial de tasas de crecimiento entre regiones. Esto trae a debate algunos temas centrales para el diseño de políticas, por ejemplo, podría citarse las relaciones entre Sistemas Nacionales-Regionales de Innovación, la propiedad intelectual, generación y uso de las patentes y los secretos de producción. El aspecto central de política en estos modelos es definir un esquema de financiamiento para la formación y funcionamiento eficaz, efectivo, equitativo y sustentable de la generación, almacenamiento, distribución y consumo de conocimientos que desemboquen en la difusión y aplicación de las innovaciones tecnológicas. Vinculado a lo anterior, un tema relevante para las regiones de menor nivel de desarrollo relativo es la apropiación de conocimientos que se generan extra regionalmente y que pueden adaptarse y/o copiarse para los procesos productivos internos. En este sentido las regiones generan explícita o implícitamente “dispositivos” para captar y difundir conocimientos generados extra regionalmente. La apropiación sistemática de conocimiento tecnológico como bien público semi puro debería formar parte de la estrategia de desarrollo de una región, dado que es una de las formas de acortar la brecha tecnológica con los países y regiones de mayor nivel de desarrollo. El conocimiento genera rendimiento crecientes por varias vías. Por una mejor organización social, por mejor gestión, por mayor calidad en los procesos productivos, por más y mejores productos, por mayor productividad individual y colectiva. Las preguntas claves que se realizan para el diseño de políticas son: ¿Cómo y quienes se apropian entre los distintos integrantes de una sociedad del Stock y Flujo de conocimientos?. ¿Quién paga la generación, mantenimiento y reproducción del valor del acervo de conocimientos?. ¿Es posible transferir conocimientos de una región a otra?, ¿con que mecanismos?. Estas preguntas encuentran diferente tipos de respuestas en los distintos marcos teóricos existentes en la actualidad. En este sentido, puede observarse cierta convergencia en varios cuerpos de teoría respecto a conceptualizar la competitividad como un derivado de la competitividad sistémica, mas que por firmas o ramas. En contextos donde las economías nacionales y las regiones disponen de autonomía cada vez más acotadas, las políticas públicas se orientan a fortalecer las sinergias potenciales que pueden existir entre los centros generadores de investigación y desarrollo, las empresas y el Sector Público como animador y promotor del desarrollo a escala local y regional. La región dispone de las condiciones necesarias básicas, ya que cuenta con buena dotación de recursos naturales, se encuentra emplazada en una zona de fácil acceso, con infraestructura y disponibilidad de recursos humanos e instituciones capaces de transformarse en actores idóneos para el cambio, pero, de todos modos esto no es suficiente. Para fortalecer un proceso de desarrollo regional equilibrado, equitativo, eficiente y sustentable es necesario, de manera expresa desde el poder político regional, modificar la asignación de recursos que espontáneamente realiza el mercado para disminuir la debilidad y vulnerabilidad de la estructura productiva regional. VII.- Referencias bibliográficas ADESUR (1998). Censo Económico, Industrial y Tecnológico. Secretaria de Extensión y Desarrollo. Universidad Nacional de Río Cuarto. ADESUR (2000). Diagnóstico de la industria en los Municipios de ADESUR. Secretaria de Extensión y Desarrollo. UNRC. Mimeo Alvarado Jorge, Cepeda Horacio, Kacef Osvaldo, y Jorge Robbio (1998). La industria argentina en los noventa. Unión Industrial Argentina – Instituto para el Desarrollo Industrial. Buenos Aires. Bianchi Patrizio y Di Tommasso Marco. (1998). Política industrial para las PYME en la economía global. En Comercio Exterior, vol. 48, núm. 8. México. CEP (1999): Reporte industrial 1999. La industria argentina en el fin de siglo, Secretaría de Industria, Comercio y Mineria. Buenos Aires CEPAL (1996). 15 años de desempeño económico. América Latina y el Caribe, 19801995. LC/G.1925 (SES.26/17). Santiago de Chile. Freeman Cris (1994). The economic of technical change. Cambridge Journal of Economics Nº 18. Academic Press Limited. INDEC (1998). Encuesta sobre la conducta tecnológica de las empresas industriales argentinas. Estudio Nº 31. Katz Jorge (1999).Reformas estructurales, productividad y conducta tecnológica. CEPAL. Santiago de Chile. Katz Jorge y Bernardo Kosacoff (1998). Aprendizaje tecnológico, desarrollo industrial y la microeconomía de la sustitución de importaciones. Desarrollo Económico (Revista de Ciencias Sociales) vol. 37, Nº 148, enero – marzo. Khavisse, Miguel y Juana Piotrkowski (1973): La consolidación hegemónica de los factores extranacionales. El caso de las cien empresas industriales más grandes, Secretaría de Planeamiento y Acción de Gobierno, Buenos Aires. OCDE (1992). Thecnology and Corporate Organization. En Thecnology and the economy. The key relationship. París. Peres Wilson (1997). El resurgimiento de las políticas de competitividad industrial. En Políticas de competitividad industrial: América Latina y el Caribe en los años noventa. Siglo XXI editores. México. Yoguel Gabriel (2000). El tránsito de la sustitución de exportaciones a la economía abierta: Los principales cambios en la estructura industrial Argentina entre los años setenta y los años noventa. En El desempeño industrial Argentino. Más allá de la sustitución de importaciones. Bernando Kosacoff Ed. LC/BUE/G.108. Buenos Aires.