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El Narcisismo Soy lo máximo. De cómo una inocente conducta puede derivar en un problema serio de sobrevaloración de la imagen. En una época dominada por el culto a la imagen, el narcisismo parece tomar nuevas formas. ¿Pero será realmente así? ¿El narcisista nace o se hace? Empecemos por recordar quién fue Narciso, el personaje que inspiró el término. La mitología griega lo retrata como un apuesto joven que por un lado rechazaba a sus pretendientes y, por otro, embelesado por su imagen reflejada en el agua murió ahogado al querer abrazarla. El concepto de narcisismo describe a una persona que sobrevolara su propia imagen y todo su ser, al extremo que es incapaz de reconocer a otro ser como semejante, y, por tanto, es incapaz de amarlo o comprenderlo, explica la psicóloga Martha Villar. Pero hay un narcisismo normal y otro de tipo patológico. El primero es una etapa natural en el desarrollo humano y aparece entre los 3 o 4 años, cuando los niños sienten el deseo de satisfacer sus propias necesidades sin tener en cuenta a los demás. Sus ideas revelan grandeza exagerada, quieren ser el rey o Supermán, pero son capaces de entender que los padres son la autoridad, comenta la psicóloga Carmen Bravo de Rueda de la Clínica Ricardo Palma. El narcisismo patológico es un trastorno de la personalidad asociado a una percepción distorsionada de sí mismos, acompañado muchas veces de comportamientos antisociales. "Este narcisista devalúa a los demás para sentirse más que los otros, no advierte las necesidades de los demás, y trata de sobresalir aun a costa de los otros", acota Carmen Bravo de Rueda. ¿Nacen o se hacen? Sobre este punto, ambas especialistas explican que no existe una causa, pero hay certeza de que la forma de crianza influye mucho. "Si no se pone límites a los comportamientos impulsivos y demandantes de los hijos desde las primeras muestras de tiranía, pueden llegar a ejercer su autoridad, como los reyes que creen ser, y ejercer actos de violencia contra sus propios padres", comenta Martha Crosby. Un estudio publicado en "Developmental Psychology" el año pasado demuestra que hay una relación entre el narcisismo y las agresiones de hijos a padres. "En algunos casos vemos ese componente narcisista: se trata de adolescentes que sienten que deben conseguir todo lo que quieren aquí y ahora. No aceptan un no por respuesta. Cuando los progenitores intentan establecer límites, los hijos reaccionan con agresividad", comentó Esther Calvete, autora principal del estudio e investigadora en la Universidad de Deusto, España. Una persona con trastorno narcisista puede traer muchos problemas en la familia y en el ambiente social donde se desenvuelve. Si percibes que tu hijo o hija te falta al respeto, amenaza y asusta, es señal de que hay que actuar y pedir ayuda especializada. Mientras más pequeños sean, mayor éxito tiene la intervención, refiere Carmen Bravo de Rueda. ¿Este comportamiento puede corregirse? Podemos evitar hijos narcisistas criándolos en un ambiente de respeto y solidaridad fomentando la empatía y evitando la envidia. Carmen Bravo de Rueda Psicóloga de la de la Clínica Ricardo Palma