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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
El paso del mito al logos
Mediante el tópico “del mito al logos” se quiere expresar la lenta aparición del pensamiento racional
(razón, en gr. logos), que desplaza al mito en la tarea de explicar el universo, el hombre y la sociedad; la
historia de la transformación de una sociedad aristocrática, guerrera y agrícola en una de mercaderes y la
historia de la transformación política de una sociedad, que pasa de un sistema político oligárquico a una
polis democrática. Estas transformaciones conllevarán un cambio de referencias culturales y el nacimiento
del conocimiento racional, de la filosofía.
¿Por qué en Grecia? ¿Por qué en Mileto?
La filosofía surgió en Grecia a finales del siglo VII a. C. (Época arcaica, siglo VIII-V a. C.) Surgió
en este lugar y en este momento porque en Grecia se dieron ciertas condiciones que lo hicieron posible.
Y nace en Mileto (Jonia, oeste de la actual Turquía), porque en esta ciudad confluyen condiciones
desconocidas hasta ahora .en Grecia continental: prosperidad económica, desarrollo artesanal y un intenso
comercio marítimo; formas políticas más flexibles, tolerantes y democráticas que en la Grecia continental;
ruptura con muchas tradiciones griegas y apertura a otras culturas (las orientales), en las que hallaron un
enorme caudal de conocimientos e ideas desde las que relativizaron sus propias creencias y saberes. En
Mileto coincidían gentes de todos los países, interesadas en comentarlo y discutirlo todo, en iniciar nuevas
empresas cada vez más ambiciosas. En este clima surge la poesía épica y la filosofía.
¿Milagro griego?
Durante muchos años se pensó que la filosofía había sido una invención exclusiva de los griegos, que
habrían hecho, sin antecedentes ni influencias del exterior, un auténtico milagro: el descubrimiento de la
razón, de la filosofía. Pero esta opinión ya no se admite actualmente. Lo que sí se admite es que en los
griegos era notable la inteligencia, el interés por la verdad y el amor al diálogo. La filosofía no surge de
pronto, es más bien el producto de una lenta evolución.
CONDICIONES QUE POSIBILITARON EL PASO “DEL MITO AL LOGOS”
1. Circunstancias geográficas
La Grecia antigua o Hélade estaba constituida por la llamada Grecia continental, por numerosas islas
en el mar Mediterráneo y las islas del mar Egeo, por las costas de la península de Anatolia en la actual
Turquía, el sur de la península itálica (Magna Grecia) y otros lugares en el litoral hispano-francés, en África y
en Egipto.
Esta configuración geográfica influyó notablemente en su historia. El terreno accidentado y escaso de la
Grecia continental, plagado de valles fértiles, pero mal comunicados entre sí, favorecerá su fraccionamiento
político en polis (ciudad-estado). Los mares que bañan su recortado litoral y las numerosas islas entre la
península griega y la asiática propiciarán los movimientos migratorios.
En la Grecia continental la riqueza del suelo era limitada y la producción agrícola insuficiente para satisfacer
las necesidades de una población en crecimiento. La aglomeración de población en un espacio tan reducido
obligó a los griegos a proyectar su vida hacia el mar y a dedicarse a la navegación, con el fin de buscar un
aprovisionamiento seguro. De este modo fueron extendiéndose y fundando colonias primero en Asia Menor
después en el sur de Italia, principalmente.
FILOSOFÍA I/ CURSO 2016-17
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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
2. Circunstancias sociopolíticas: La formación de la polis griega
Introducción
Durante la Época Oscura (1200 ó 1100–800 a. C.), destruida la civilización micénica, los griegos
se organizaron en pequeñas comunidades agropecuarias o aldeas con independencia política unas de otras,
una vez liberadas del control al que estaban sometidas por parte de las castas militares gobernantes y el
palacio-fortaleza micénicos. Esas aldeas, asentadas en torno a núcleos fortificados con fin defensivo, andando
el tiempo, se convertirán en el precedente directo de las ciudades-Estados (polis). En efecto, a partir de la
Época Arcaica (800─500 a. C.) en casi toda Grecia, aquéllas aldeas más próximas ─por ejemplo, las que
ocupaban un mismo valle─, o que mantenían relaciones comerciales o religiosas más fluidas, acabaron
agrupándose en una unidad política: la ciudad-Estado o polis. El fenómeno por el que se reúnen en una sola
y única ciudad pequeñas aldeas y comunidades agrarias antes desligadas entre sí es conocido como
sinecismo. Colaboró en este proceso lo accidentado del terreno que habitaban, cuajado de valles en el interior
y de unas recortadas costas, atestadas de cabos, golfos e islas en e litoral.
Desde la Época Arcaica, las polis que configuraron la Hélade evolucionaron unas hacia regímenes
democráticos, otras hacia regímenes aristocráticos, o hacia sistemas más miltaristas. Emergieron dos polis
que fueron punto de referencia y admiración: Atenas, que inicia un camino hacia un sistema democrático, y
Esparta, al sureste del Peloponeso, que va imponiendo poco a poco un régimen militarista. Son dos modelos
de organización social con valores muy diferenciados.
Es interesante conocer cómo Atenas y otras polis accedieron a la democracia. Fue un proceso largo y
conflictivo. Veamos
De los sistemas oligárquicos a la democratización de la vida pública

La polis oligárquica
Todas las teorías acerca del origen de la polis coinciden en destacar que su aparición está ligada a
la desaparición progresiva de las monarquías y a la instauración de las oligarquías (gobierno de unas pocas
personas pertenecientes o bien a la nobleza (oligarquía aristocrática) o bien a las clases más ricas
(oligarquía timocrática o plutocrática). Así, lentamente, entre los siglos XI y VII a. C., el poder del rey pasó
primero a los jefes de las grandes familias aristócratas que poseían la tierra y, por consiguiente la riqueza y
las armas (oligarquía aristocrática), y, posteriormente, pasó de estas familias aristócratas a una nueva clase
social de hombres enriquecidos por el desarrollo del comercio y de la industria (oligarquía timocrática o
plutocrática).
Y es que en la Época Arcaica, la disminución del peligro de guerra hizo desplazar la importancia del poder
del rey y tomó trascendencia el Consejo o Bulé (Consejo del rey, compuesto únicamente por nobles), cuya
influencia aumentaba a medida que iba disminuyendo el poder real. Fueron pasando a manos de la
aristocracia la declaración de guerra, la promulgación de leyes y la administración de justicia. El título de rey
dejó de ser hereditario y se hizo electivo. Así, el poder institucional fue acaparado paulatinamente por los
nobles terratenientes. Se instaura, así, un período de dominio aristocrático a lo largo del mundo helénico.
La pertenencia a la aristocracia (literalmente, gobierno de los mejores) dependía, pues, de la posesión de la
tierra. Los nobles, que administraban la justicia y tenían todo el poder económico y político en sus manos,
que viven placenteramente en tiempos de paz y conducen al pueblo, dedicado fundamentalmente a la
agricultura y a la ganadería, en tiempos de guerra, consideraban natural que fueran ellos los únicos que
intervinieran en el gobierno de las polis, pues ellos se creían (y el pueblo así los consideraba) los mejores,
los más virtuosos, los que con sus proezas personales solucionaban las guerras, pues sólo los nobles podían
tener caballos y armas. En griego `el noble, `el mejor´, se dice aristos –en plural aristoi, los mejores–, (de
FILOSOFÍA I/ CURSO 2016-17
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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
ahí y de la palabra griega cratos, que significa `poder´, provienen también las expresiones aristócrata =
gobierno del mejor y aristocracia = gobierno de los mejores).
Por otro lado, la palabra aristos está relacionada con areté (que suele traducirse por `virtud´, `excelencia´).
De esta forma, el propio lenguaje ya indicaba que unos hombres, los nobles, los mejores, los aristoi, eran los
que poseían la areté, la virtud, la excelencia. Por supuesto, `virtud´ no se entendía en este tiempo en el
sentido moral-religioso que ha adquirido al contacto con el pensamiento cristiano, sino como la
potencialidad, habilidad o capacidad.
En las polis de la Grecia arcaica, dominadas por una aristocracia rural, la virtud era una cualidad atribuida de
modo específico a los nobles, algo no aprendido, sino heredado: el noble poseía, por serlo, la virtud; y por tal
se entendía el valor, la belleza (física y espiritual), la capacidad de decisión en la guerra y en la política
basada en un saber (no aprendido sino instintivo) que le permita elegir lo mejor, la fuerza, la independencia...
Pero, aunque tales virtudes se suponían unidas de un modo intrínseco a la aristocracia, ello no quitaba que
cada aristócrata tuviera que demostrarlas en sus acciones y en su estar: en la guerra, en la política, y en el
trato con sus semejantes. La prueba fundamental de que uno poseía la virtud era el éxito en las acciones
llevadas a cabo y la fama. El éxito y la fama, confirmaban la posesión de la virtud, el fracaso era indicio de
su falta. (Fracasar es vergonzoso; se castiga no por haber obrado mal en nuestro sentido del término, sino por
haber fracasado).
La vida del noble tenía, pues, que ser una ratificación de su nobleza: “la nobleza obliga” –diríamos hoy.
Cuando el noble parece estar desposeído de la virtud y no cumple con lo que se espera de él, se explica por la
intrusión de elementos plebeyos entre sus antepasados, o por la intervención de un dios.
Pero el gobierno de los nobles (aristocracia) fue muy duro, especialmente para los campesinos, cuyo
rendimiento por sus cosechas no era muy remunerativo. En los flancos de las montañas se cuidaban rebaños
de cabras y ovejas y en las llanuras se cultivaban cereales, vides, olivos e higueras. El trabajo del campo se
realizaba de modo muy rústico (con arados de madera, aplastando el grano, pues se desconocían los
molinos…) y era poco rentable. La industria y el comercio no tenían ninguna relevancia, ya que cada
familia procuraba obtener todo lo necesario para su subsistencia. Pero la acumulación de riqueza por los
grandes propietarios rurales contribuyó a transformar esta situación: los ricos comenzaron a adquirir los
objetos de lujo que vendían los fenicios; luego, en la propia Grecia, comenzó a desarrollarse la industria,
puesto que ya había una clientela capaz de consumir. Los barrios industriales fueron tomando gran
importancia en la ciudad: los componentes de un mismo oficio se agrupaban para protegerse y adoptaron un
culto común, que creó una especie de parentesco religioso. Estas asociaciones tomaron, por consiguiente,
cierta semejanza externa con el clan (genos) nobiliario.
Paralelamente al desarrollo de la industria se intensificaba el comercio, sobre todo el marítimo, por lo que las
ciudades costeras se convirtieron en grandes centros industriales y comerciales. El desarrollo del comercio y
la industria generó un importante cambio social, pues provocó el surgimiento de una nueva clase de
hombres enriquecidos por la explotación de estas nuevas actividades económicas y no sólo por la posesión
de tierras. La riqueza generada por esas actividades económicas favoreció a las clases urbanas, pero generó
un profundo malestar entre los pequeños propietarios, pues la importación de cereales procedentes de otras
regiones cuya producción era más barata significó una competencia ruinosa para estos agricultores locales,
quienes, por la caída de los precios, se encontraron ante una gran crisis. Estos pequeños propietarios poseían
pequeños lotes de tierra que trabajaban ellos mismos, no tenían prestigio guerrero ni poder sobre las
personas. Ante esta gran crisis, así como solían hacer cuando sus pequeñas parcelas de terreno pedregoso ya
no eran rentables, algunos emigraron, pero otros preferían pedir préstamos a los nobles. Así contraían
deudas que con frecuencia luego no eran capaces de pagar. Esto les llevaba a la pérdida de la tierra y a la
esclavitud, pues muchos de ellos habían ofrecido su propia persona como garantía del préstamo y, al no
poder devolverlo, pasaban a ser esclavos por deudas del prestamista, que así aumentaba todavía más sus ya
extensas propiedades. Esta situación provocaba grandes tensiones y conflictos sociales, que eran dirimidos
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I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
mediante arbitraje por los mismos aristócratas, que con frecuencia fallaba injustamente en su propio
provecho. En la administración de justicia los aristócratas pretendían guiarse por las leyes tradicionales de
cada polis, que incorporaban los usos de la comunidad y procedían de los mismos dioses. Pero como esas
leyes no estaban escritas en ningún lado, su administración e interpretación por los aristócratas (que con
frecuencia eran al mismo tiempo jueces y parte) se presta a todo tipo de abusos y arbitrariedades.
Pues bien, en una sociedad así, en donde ser rico y tener poder determina el ser virtuoso, en donde no hay
lugar para las ideas de justicia y derecho, en donde la tierra era más bien pobre y escasa para una densidad
excesiva de la población, y la cultivable estaba repartida entre los terratenientes locales, a los pobres, a los
endeudados, a los sojuzgados por el poder, a los esclavizados y a los descontentos (existía un descontento
generado en las ciudades por la negativa de la nobleza de dar acceso en las tareas de gobierno a los nuevos
ricos surgidos del comercio y la industria) no les quedaba más solución que el exilio o la colonización
buscando tierras libres que cultivar en el extranjero. Los aristócratas, por su lado, favorecían la emigración,
pues constituía una válvula de escape que evitaba que las tensiones sociales se agudizasen. El comercio, a su
vez, permite escapar de los abusos recurriendo a la emigración

Desestabilización de la oligarquía aristocrática
Paralelamente al proceso colonizador, en la Grecia continental (especialmente en Atenas) se
producían importantes cambios: la nobleza perdió poder político porque no era la única que intervenía en la
defensa de la ciudad: los soldados rasos y los remeros adquirieron un papel decisivo en la guerra. En efecto,
por un lado, las técnicas de la guerra varían y la victoria no depende del jinete costosamente armado (la
nobleza tenía un papel decisivo en la guerra y en la defensa de la polis debido a que constituía la caballería),
sino del hoplita (el soldado raso, de a pie, el soldado de infantería, que acabó con el predominio de la
caballería y de la nobleza tradicional), reclutado entre los ciudadanos de clase media, y de los remeros,
pertenecientes a la clase pobre. El hoplita podía hacerse con su instrumental de guerra sin necesidad de
poseer una fortuna, lo que permitió que muchos ciudadanos normales pudieran convertirse en guerreros y
tener un peso en las decisiones políticas, ya que, como guerreros, podían participar en las asambleas.
Hoplitas y remeros hacen perder a la nobleza el monopolio de la defensa y control de la ciudad, los nobles ya
no pueden justificar la usurpación del poder político. Por otra parte, a comienzos del siglo VII a.C. tuvo lugar
una importante revolución económica: florecen el comercio, la navegación y la pequeña industria artesanal.
Los nobles terratenientes se ven amenazados por este desarrollo económico (paralelo y consecutivo a la
expansión colonial) y ceden a su empuje, siendo desplazados en el protagonismo social y político por estos
nuevos ricos, que ya no son nobles ni viven de la tierra. Desde ahora la posesión de tierras no implica
necesariamente riqueza y poder. Los comerciantes hacen temblar los cimientos de la oligarquía aristocrática,
cuando ésta se excede en sus abusos.
En los siglos VII y VI a. C., estallan algunas rebeliones sociales. En las ciudades oligárquicas aristocráticas
se suscitó un doble descontento: los campesinos y jornaleros (en notable incremento) exigen el reparto de
tierras y la condonación de las deudas y, al mismo tiempo, gentes de humilde cuna, pero enriquecidas por el
comercio y la artesanía (= clase mercantil, nacida como consecuencia de la colonización y enriquecida por el
comercio y la artesanía), reclaman derechos políticos. La aristocracia dominante tuvo que hacer frente a esas
graves rebeliones derivadas de los problemas económicos y sociales que el modelo vigente generaba.
Dado que la inestabilidad política y las revoluciones sociales, debidas a los conflictos de intereses entre los
diversos grupos, son continuas, ciertas ciudades como Atenas remitieron la solución de estos conflictos a
legisladores (como Solón y Dracón) mientras que otras recurrieron a la acción de aristócratas locales, a
menudo, jefes militares, que recibieron el nombre de tiranos. Así surgen dos nuevas figuras políticas: el
legislador y el tirano.
FILOSOFÍA I/ CURSO 2016-17
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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
El legislador
El legislador era elegido por los grupos enfrentados para que se solucionasen los conflictos
mediante la promulgación de leyes adecuadas y por escrito, pues ya no se aceptaba que las tensiones y
conflictos sociales, originados por el impago de las deudas, fuesen dirimidos –como ya se ha dicho más
arriba– mediante arbitraje por los mismos aristócratas, iluminados por leyes tradicionales de origen divino,
que no estaban escritas en ningún lado y cuya aplicación e interpretación se prestaba a todo tipo de abusos e
injusticias.
Pero los nuevos ciudadanos obligaron a los nobles a poner las leyes por escrito. Y así, los griegos, que
habían olvidado la lectura y escritura de la cultura micénica y habían sido analfabetos durante los
cuatrocientos años de la Época Oscura, habiendo aprendido nuevamente a leer y a escribir y sospechando que
los aristócratas manipulaban las tradiciones a su antojo, elevaron un gran clamor pidiendo que todas las leyes
se escribiesen e hiciesen públicas en todas las polis griegas. Contra lo que se protestaba no era contra la
dureza de las leyes, sino contra su desconocimiento por el pueblo y su arbitraria interpretación por los
oligarcas. Había que desposeer a los aristócratas de tanto poder.
Así, durante los siglos VII y VI a. C. fueron surgiendo “legisladores”, elegidos por los grupos enfrentados,
que ponían por escrito las leyes de la polis: las grababan en piedra y las exponían en lugares públicos, donde
todo el mundo pudiera leerlas, analizarlas, criticarlas y , reformarlas, y supiera a qué atenerse respecto a sus
derechos y obligaciones. Que Dracón en el 624 a. C. escribiese y promulgase las leyes tradicionales de
Atenas fue considerado como un gran progreso por el pueblo, pues ponía límites a la aristocracia, por lo
menos evitando que las leyes cambiasen en función de las conveniencias del momento. Ya no se estaba a
merced de las arbitrariedades de los aristócratas, y ello a pesar de la dureza de las leyes mismas, que, entre
otras cosas, consagraban la esclavitud por deudas (aún hoy llamamos “draconianas” a las leyes especialmente
duras).
A principios del siglo VI a. C., en vista de que continuaban los conflictos entre las clases, el legislador Solón,
(640-558 a. C.), un aristócrata moderado y prestigioso en Atenas, recibió el encargo de de eliminar los
contrastes entre las clases en lucha (reforma social) y reordenar la constitución (reforma política). La
reforma social consistió en la abolición integral de las deudas, el rescate de los que habían caído en
servidumbre y la prohibición de responder con la persona como garantía de una deuda, otorgó la ciudadanía a
las clases bajas, e impulsó el comercio y los oficios liberales. La reforma política tuvo un carácter más
complejo: estableció un régimen que llamamos oligarquía timocrática o plutocrática “gobierno de los
ricos”, en el que adjudican ciertos derechos políticos y responsabilidades en función de la renta de cada clase,
es decir, se reemplaza el privilegio de nacimiento por el mérito de la riqueza para acceder a las magistraturas
y cargos públicos (anteriormente sólo los nobles controlaban estas instituciones).
Así, las leyes de Solón organizaron el gobierno de Atenas prescindiendo del privilegio del nacimiento, pero,
en su lugar, establecieron el privilegio de la fortuna; no arruinaron enteramente el poder de los nobles que, en
su calidad de ricos, siguieron figurando en las primeras clases, pero permitieron a todo ateniense que se
enriqueciera con el trabajo llegar a figurar en la clase superior y alcanzar, así, todas las magistraturas. La
constitución de Solón posibilitó que personas ajenas a la nobleza (mercaderes y comerciantes enriquecidos en
el intercambio con las colonias mediterráneas, por ejemplo) accediesen a la acción política a. En este sentido,
puede decirse que Solón preparó el camino para la democracia.
Los griegos sentían un inmenso respeto por la ley. Este respeto no impedía que, con frecuencia, surgiesen
nuevamente conflictos. La insuficiencia de las reformas de Solón para solucionarlos dio origen a una nueva
fórmula política esencialmente transitoria, la tiranía, que, con el consentimiento de pueblo y de las clases
sociales medias aliadas contra la aristocracia, confiaba el poder a un solo hombre al margen de la
constitución.
FILOSOFÍA I/ CURSO 2016-17
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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
El tirano
A pesar del significado peyorativo que ha ido adquiriendo posteriormente, con el término
“tirano” se designaba en la Grecia arcaica a un individuo al que se encumbraba al poder generalmente con
ayuda de los sectores más desfavorecidos (descontando, claro está, los esclavos), a los que halagaba
demagógicamente. Solía ser un aristócrata ambicioso y resentido contra los de su clase que se apoderaba del
poder por la fuerza y luego lo mantenía mediante una guardia militar personal, de la que echaba mano ante
cualquier dificultad. (Con frecuencia, algunos tiranos subían a la tiranía en olor de popularidad). Una vez que
las reformas se habían llevado a cabo y se había restablecido la convivencia, el tirano dejaba de ser necesario.
(Aunque a veces se empeñaban en conservar el poder, recurriendo a métodos impopulares. En ocasiones,
incluso caían en la tentación de dejar el poder a sus herederos. Este tipo de actuaciones fue lo que hizo que el
término acabase teniendo connotaciones negativas).
Estos regímenes tiránicos (650-500 a. C.) resultaron, en general, beneficiosos, pues aseguraron el orden,
reconstituyeron la pequeña propiedad y practicaron una política de grandes trabajos a título de ayuda a los
indigentes y como propaganda (los Pisistrátidas en Atenas). El período de las tiranías se caracterizó, además,
por ser una época de notable vitalidad cultural y económica. Los intercambios comerciales, en particular,
por vía marítima, se multiplicaron, y el uso de la moneda se tornó esencial. Esto hizo que muchos se
enriquecieran, y quienes se enriquecían tuvieron poco a poco la posibilidad de tomar parte más activamente
en la vida política (según constaba en la constitución de Solón). El desarrollo de actividades culturales
comunes en el conjunto de las ciudades griegas fue, junto a la lengua y la religión, uno de los principales
factores de cohesión en una antigua Grecia caracterizada, en lo político, por la desmembración. En este
sentido cabe mencionar la importancia de los juegos panhelénicos u olímpicos (organizados en Olimpia
desde el 776 a. C.), los píticos (promovidos en Delfos), los nemeos (en Nemea) y los istmitos (en el istmo de
Corinto). Estos eventos contribuyeron de forma decisiva a que los antiguos griegos adquirieran conciencia de
su adscripción a una misma civilización.
Algunos tiranos se rebelaron como hábiles dirigentes y fortalecieron su ciudad: Polícrates de Samos
(570─522 a. C.), Pisístrato de Atenas (c.607─527 a. C.), Periandro, tirano de Corinto en el siglo VII a. C.,
etc. Pero, en cualquier caso no pudieron resistir ni al desmoronamiento a que les llevaban o bien los
sucesores mediocres o bien los incesantes pujos de la aristocracia, ni a la voluntad de los individuos de
obtener auténticas responsabilidades políticas y convertirse, realmente, en ciudadanos.
Por todo ello, a legisladores y tiranos puede reconocérseles una precisa función en el paso de la oligarquía a
la democracia. El tirano, al sanear y hacer crecer la economía, posibilitaba el enriquecimiento de los
ciudadanos y, en consecuencia, le procuraba derechos y responsabilidades políticas. Por otra parte,
legisladores y tiranos monopolizan el poder apoyados por el descontento popular y pretenden desposeer a los
nobles y fortalecer el Estado. En la práctica se prepara el terreno jurídico y social para la democracia.

La polis democrática
Es justo repetir que Solón preparó el camino para la democracia. Pero después de Solón,
Atenas conoció muchos años de luchas civiles, y largos años de tiranías con Pisístrato y sus hijos (560─510).
Luego surgió una figura de gran relieve: Clístenes (510─507), miembro de una familia aristocrática, adoptó
una serie de medidas que reconstruyeron profundamente el sistema político ateniense claramente a favor del
demos. Pese a la hostilidad de la aristocracia introdujo un mayor grado de igualdad entre los ciudadanos ya
que, a partir de entonces, la participación en la vida pública y el acceso a la misma pasaron a depender del
lugar de residencia y no de la fortuna y el nacimiento.
Por lo demás, Clístenes no modificó sustancialmente la constitución de Solón. Debe señalarse que, para
eludir nuevos gobiernos tiránicos, instituyó el ostracismo, una medida jurídica de precaución excepcional
que, previa aprobación por mayoría simple, permitiría el destierro por diez años de aquellos ciudadanos cuya
FILOSOFÍA I/ CURSO 2016-17
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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
ambición o influencia eran consideradas peligrosas para la ciudad. Cada año, pues, se consultaba al pueblo si
se debía plantear un voto de ostracismo, y, en caso afirmativo, cada ciudadano escribía sobre su boletín
(ostrakon, tejuela de cerámica) el nombre de aquél cuyo destierro deseaba. En virtud de todo ello, se
considera que Clístenes sentó las bases institucionales y los principios de la democracia, siendo en ocasiones
calificado de “padre” de la misma. Esta evolución política va acompañada de la bonanza económica y la
apertura cultural.
La democracia (en gr., literalmente el gobierno del pueblo) consiste en el ejercicio del poder por todos los
ciudadanos libres de la polis, ya que todos contribuían a su defensa. La democracia tiene como ideales
supone la eleuthería (libertad), la isonomía (todos son iguales ante la ley) y la isegoría (igualdad de palabra:
todos tienen derecho a hablar en la Asamblea).
La evolución de la polis y el advenimiento de la democracia juegan un papel decisivo en la aparición de la
filosofía. “La filosofia es hija de la polis y de la democracia” (F. Châtelet). Ni en las civilizaciones rurales ni
en los grandes imperios asiáticos ─en los que domina la arbitrariedad del soberano─ pudo surgir filosofía
alguna. Los ideales democráticos de libertad, igualdad ante la ley e igualdad de palabra desarrollan la
capacidad crítica, y ¿qué caracteriza a la filosofía sino la crítica?
Para los griegos, la polis o ciudad-estado no es únicamente el centro político, económico, religioso y cultural,
sino un ideal de vida, la forma más perfecta de sociedad civil.
En general, la polis consistía en un territorio no muy extenso, que abarcaba un núcleo urbano (en el que se
situaba el centro político, administrativo, comercial y religioso), y un territorio rural (que incluía granjas,
tierras de cultivo y pastoreo, y bosques). En el incipiente núcleo urbano se levantaron dos espacios. En la
parte más elevada, la acrópolis (ciudad alta), zona fortificada con templos, destinada al culto y a proteger a
los habitantes en caso de peligro; y en la parte baja, los grandes espacios públicos como santuarios, teatros,
gimnasios y el ágora (plaza), centro neurálgico en que se concentraba la vida civil, institucional y
económica. En torno a estos edificios públicos se desarrollaba una red de calles residenciales.
Organización política y administrativa de Atenas
Poder legislativo



Asamblea popular (Ekklesía). Era el máximo órgano de gobierno, era soberana y tenía todas las
atribuciones.
Consejo (Bulé). Asamblea consultiva que preparaba los proyectos de ley sometidos a la asamblea
popular, aseguraba la ejecución de las leyes y recibía cuentas de los magistrados salientes. En época
clásica estuvo formado por 500 miembros elegidos por sorteo (50 por cada tribu).
Pritanía. Compuesta por 50 consejeros de un distrito, que eran nombrados prítanes. El cargo duraba una
décima parte del año. Recibían las embajadas, proponían a la asamblea las deliberaciones y convocaban
la asamblea y el consejo. De la pritanía salía elegido por sorteo cada día un presidente (epistates). Él era
el encargado de custodiar durante veinticuatro horas el sello del la ciudad y las llaves de los archivos y de
los templos.
Poder ejecutivo: las magistraturas

Magistrados o arcontes. Se ocupaban de los asuntos jurídicos y de los cultos oficiales. Su elección se
hacía por sorteo entre los candidatos y tenía carácter anual. Entre ellos destacaban:
 Arconte epónimo, el jefe de gobierno y magistrado principal. Su nombre servía para identificar el
año de gobierno.
 Arconte rey o basileús, dotado de funciones sobre todo religiosas y judiciales
FILOSOFÍA I/ CURSO 2016-17
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I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA

Arconte polemarco, encargado nominalmente de las funciones militares y de los asuntos y
conflictos entre ciudadanos y extranjeros.
Los seis arcontes restantes, denominados tesmotetes, fueron instituidos para ser los redactores, guardianes e
intérpretes de la ley escrita.


Estrategos (generales). Eran los encargados de dirigir el ejército y la flota. Los nombraba la Asamblea
y eran cargos anuales, pero reelegibles. Su influencia llegó a ser muy grande dentro de los esquemas
políticos de la ciudad. Pericles, el famoso dirigente de Atenas en el periodo clásico, fue estratego desde el
año 443 a. C. hasta el 429 a. C.
Otras magistraturas secundarias se encargaban de la policía, de las vías de comunicación, de las
prisiones, de los mercados, etc.
Poder judicial

Tribunal popular (Heliea), constituido por 6000 ciudadanos elegidos a suerte por un año entre los
ciudadanos varones de más de 30 años sin deudas con el Tesoro o no privados de sus derechos civiles. En
él se podía apelar las decisiones de los magistrados. Juzgaba todos los asuntos y delitos, menos los
relacionados con la muerte.
 Tribunales criminales:
 Areópago. Estaba compuesto de forma vitalicia por los exarcontes. El origen de este tribunal se
remontaba al pasado aristocrático. Por eso su poder se fue reduciendo con el avance de la
democracia. En época clásica prácticamente sólo se ocupaba de juzgar los delitos de homicidio
voluntario.
 Los Efetas. Lo componía un Colegio de 51 ciudadanos que juzgaban los homicidios involuntarios y
los crímenes perpretados contra extranjeros o esclavos.
En estos tres tribunales delegaba la Asamblea el poder judicial.
3. Circunstancias económicas
Tras el proceso de colonización, y debido al desarrollo de la industria artesanal y del comercio,
que generan mayor riqueza que la agricultura y la ganadería, y a la implantación de la moneda, comenzó en
Grecia un período de prosperidad económica, política y sociocultural a lo largo de un período histórico en el
que, como se ha visto ya, se van produciendo grandes transformaciones.
Por otra parte, la bonanza económica permitió al hombre griego disponer de “ocio”, de tiempo libre
suficiente para reflexionar y dedicarse a lo que puede llamarse vida contemplativa. El “ocio”, condición
necesaria para el filosofar, según Aristóteles, era efecto de su peculiar sistema económico-laboral (los que
trabajaban y producían eran los extranjeros y los esclavos) y de su desprecio de la actividad manual, que tuvo
como consecuencia un escaso desarrollo de la técnica o de ciencias como la física o la química.
Hay otro hecho importante: la introducción de la moneda en el siglo VII a. C. (invención importada de Lidia,
región del Imperio persa) no sólo transforma y acelera toda la economía, sino que crea un sistema abstracto de
referencia y un nuevo tipo de “valor” no basado en preferencias subjetivas. La moneda ─como la ley escrita─
contribuyó a educar a los griegos en el desarrollo de la capacidad de abstracción Y el dinero, al igual que la
filosofía, es una abstracción.
4 ─ Circunstancias culturales
Los antiguos griegos no adquirían sus conocimientos a través de ninguna institución escolar, sino
a través de los poetas y de los sabios. Grecia no poseía un sistema educativo organizado, el papel educador lo
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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
desempeñaban los poetas, muy especialmente, Homero y Hesíodo. Los poetas eran, pues, los verdaderos
maestros. Tampoco había una institución religiosa que controlase las creencias
Los poetas (épicos y líricos) y los sabios satisfacían la natural y racional curiosidad de los seres humanos
primitivos, que en un determinado momento de su vida, se plantean ciertas cuestiones: ¿Quién no se siente
inquieto por saber qué somos, adónde vamos y de dónde venimos, qué sentido tiene nuestra existencia, si
hay un Dios o si, por el contrario, estamos solos en el universo? La razón humana necesita estas
explicaciones sobre el mundo en torno; los hombres no se conforman con estar en el mundo, con aceptar el
mundo como un hecho, como algo dado, que es –al parecer- la actitud animal. El hombre necesita una
“concepción del universo” que le permita orientarse, saber a qué atenerse.
El hombre necesita, pues, “orientarse” en el mundo; no le basta, como al animal, con manejar un mundo de
objetos “comestibles” o “incomestibles”, “beneficiosos” o “perjudiciales”; necesita buscar explicaciones: la
razón humana busca fundamentos, trata de entender el porqué de las cosas, su modo de originarse, su modo
de ser, su finalidad...
El mundo, para el hombre primitivo, es un colosal repertorio de problemas: el nacimiento, la muerte, los
cambios de la Luna y del Sol, el sucederse de las estaciones, el trueno y el rayo, el origen del Universo... He
aquí una serie de cuestiones inteligentes, racionales –entre otras muchas- a las que el hombre debió buscar
una explicación. Y la explicación que pudo ofrecer fue de carácter imaginativo: el mito.
El mito satisface la natural y racional curiosidad de las sociedades primitivas, ofrece, una “concepción del
universo” que les permite orientarse, saber a qué atenerse y cómo manejar el mundo.
¿En qué consisten los mitos?
Los mitos son un conjunto de narraciones y doctrinas tradicionales de los poetas acerca del
mundo, los hombres y los dioses. Se caracterizan por ofrecer una explicación imaginativa acerca de la
totalidad de lo real, en la que encuentran respuesta los problemas y enigmas más acuciantes y
fundamentales del hombre: el nacimiento, la muerte, los cambios de la Luna y del Sol, el sucederse de las
estaciones, el trueno y el rayo, el origen y naturaleza del universo y del hombre, cuál es el lugar del hombre
en ese universo caótico (impredecible) y sagrado (sujeto a la voluntad de los dioses), cómo se obtiene el
fuego, si existirá una retribución justa después de la muerte…
En los mitos, los poetas recurren a símbolos o imágenes. Todo lo que representa a los dioses o a seres y
acciones asociados a los dioses se expresa simbólicamente. Por ejemplo, los mitos de la diosa Deméter y de
su hija Perséfone, que explican el origen de la fructífera primavera y del estéril invierno. También son
símbolos las plantas o animales (la lechuza y el olivo de Atenea, la granada y el pavo real de Hera, el can
Cerbero del Hades…), ciertos objetos (égida, tridente, balanza…) y lugares (Tártaro, Hades, laguna Estigia,
monte Olimpo…).
Los mitos van estrechamente vinculados a los dioses o a los semidioses o héroes. Entre los dioses se pueden
distinguir:

Los dioses primordiales o elementales, los que surgieron en primer lugar. Son, en realidad, la
personificación de las fuerzas de la naturaleza, de los elementos primarios de los orígenes del universo,
que la imaginación de los hombres primitivos convirtió en dioses.
Entre estas divinidades destacan las de carácter cósmico: como el Caos (el Vacío primordial, anterior a la
creación), después Gea (la Tierra), Tártaro (el Inframundo), Eros (el Amor). Érebo (las Tinieblas) y Nix
(Noche), engendrados por Caos. Éter (el Cielo Superior) y Hémera (el Día), engendrados por Nix y su
hermano Érebo, etc.
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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA

También entre los dioses primordiales hay que incluir una serie de abstracciones, ciertamente reveladoras
y negativas, que engendró Nix (la Noche) por sí misma, y que más tarde convivirán junto a los dioses
olímpicos: Tánatos (la Muerte), Moro, Moiras y Ceres (personificaciones. del Destino), Hipno (el
Sueño), Némesis (la Venganza), Geras (la Vejez)…. De esta manera el mundo se preparaba para recibir a
los Hombres disponiéndoles mil causas de sufrimientos.
Los dioses olímpicos: son los dioses triunfadores sobre Cronos, el más joven de los Titanes, al que
destronó su hijo Zeus, quien instaura un orden nuevo: el orden olímpico.
En torno a Zeus, padre de los dioses y de los hombres, dios del cielo y el trueno (el Tronida), y cuyos
símbolos se incluyen el rayo, el toro, el águila y el roble, se mueven las figuras de los grandes dioses:
Hera (hermana y esposa de Zeus, protectora del matrimonio), Posidón (dios del mar), Hades o Plutón
(dios de los muertos), Deméter ( “Madre de los cereales”), Hestia (diosa del hogar), Atenea (hija de
Zeus, nacida de la cabeza del dios; diosa de la sabiduría y la guerra), Apolo (dios de las artes), Ártemis
(diosa de la caza), Hermes (dios del tráfico comercial y mensajero de los dioses), Ares (dios de la
guerra), Hefesto (dios del fuego), Dioniso (dios de la pasión, de la fiesta y del vino), Afrodita (diosa del
amor).
Estos dioses habitan en las cimas del Olimpo (dioses olímpicos), envueltas en nieblas. Son dioses
concebidos antropomórficamente, es decir, con figura y cualidades humanas. No conocen la
enfermedad ni la vejez, son inmortales; superiores a los hombres física e intelectualmente
(poderosísimos, bellísimos, sapientísimos…). Las actuaciones de dioses (y héroes) eran un modelo de
comportamiento para los hombres, pues encarnaban los más altos ideales de la vida griega. Pero esto,
que servía para infundir respeto, era insuficiente para tener una visión ética de la vida, pues los dioses
comparten con los hombres toda clase de flaquezas y vicios (cometían engaños, robos, adulterios, se
emborrachaban, luchaban entre ellos, eran de voluntan caprichosa y apasionada, vengativos...). Ante ellos
sólo cabe tratar de obtener sus favores, o por lo menos evitar su agresividad, con súplicas y sacrificios, y
ritos.
La naturaleza apasionada y caprichosa de los dioses les llevaba a intervenir en la Naturaleza y en la vida
de los mortales. En consecuencia, tanto los fenómenos naturales como la conducta humana dependen de
la voluntad caprichosa o arbitraria de la divinidad, es decir, no suceden por necesidad. Decimos que algo
sucede arbitrariamente cuando ese algo es así, pero podría ser de otro modo, dependiendo de la
voluntad de los dioses (por ejemplo, una tempestad se desata porque Zeus se enfurece; la peste tiene su
origen en la ira de Apolo porque ha sido ofendido uno de sus sacerdotes, etc.). Esto implica que nada es
previsible. Pero decimos que algo sucede por necesidad cuando ese algo es así y no podría ser de otro
modo, cuando estamos convencidos de que todo sucede de una forma ordenada y racional, cómo y
cuándo tiene que suceder (por ejemplo, los tres estados del agua son necesariamente tres, no podrían ser
más ni menos estados). Esto, sin embargo, supone regularidad y, por tanto, previsión. En el mito se niega
la existencia de regularidades (leyes), y así es imposible la ciencia.
Sin embargo, incluso en el mito, la arbitrariedad encuentra también limitaciones. Los dioses, héroes y
hombres están sometidos al Destino (Moro, Moiras, Ceres), una fuerza abstracta de carácter cósmico, que se
impone necesariamente a todos y que es necesario aceptar resignadamente, pues contra ella nada se puede
hacer. De este modo, el Destino viene a establecer una especie de ley eterna, un cierto orden y necesidad en
el acontecer universal. Cuando los hombres sean capaces de sustituir la idea de arbitrariedad por la de
necesidad, estaremos en el inicio de la filosofía. Así, de una parte la filosofía criticará la arbitrariedad de las
intervenciones divinas y, de otra parte, recogerá esta idea de necesidad que impone el Destino: las cosas
suceden porque tienen que suceder.
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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Por otro lado, las actuaciones de los dioses (y héroes) eran un modelo de comportamiento para los hombres,
pues ellos encarnaban los más altos ideales de la vida griega. Las virtudes que los antiguos griegos atribuían
al hombre las poseían los dioses en grado sumo. Así, los dioses eran superiores a los hombres física e
intelectualmente (poderosísimos, habilísimos, bellísimos, sapientísimos...). Pero tengamos en cuenta que la
virtud de los dioses y de los nobles no se entendía en el sentido moral-religioso que ha adquirido al contacto
con el pensamiento cristiano, sino como la superioridad física e intelectual..
Pero esto, que infundía respeto a los hombres, obediencia a las leyes y disciplina a su instinto, era,
insuficiente para instaurar una visión ética de la vida. Los dioses poseían virtudes, pero también tenían los
vicios de los hombres (cometían engaños, robos, adulterios, se emborrachaban, luchaban entre ellos, eran
vengativos...) e intervenían de manera caprichosa en la vida de los mortales. Los dioses actuaban y sentían
igual que los hombres; pero, eso sí, eran inmortales, poderosos y pertenecían a un tiempo pasado y
excepcional: el de los orígenes del mundo. Ante ellos sólo cabe tratar de obtener sus favores, o por lo menos
evitar su agresividad, con súplicas, sacrificios. Para reforzar su eficacia, algunos mitos, los de carácter
religioso, iban acompañados de unas representaciones, llamadas ritos.
Con el mito, el hombre puede configurar una imagen de su propio mundo capaz de dar sentido y orientar su
relación con la naturaleza y con los demás hombres. El mito es la forma prerracional de explicarlo todo, y
prefigura las explicaciones racionales.
Por último, dos consideraciones: 1) La “mitología clásica” no es homogénea. Existen tres tipos diferenciados
de mitos, según los protagonistas sean hombres, dioses o héroes: a) mitos propiamente dichos: narraciones
referidas al origen de las cosas y a los dioses; b) leyendas: narraciones relativas a los héroes o heroínas, hijos
de un dios y de un mortal; c) mitos relativos a los hombres: Helena de esparta, raptada por Teseo, rey de
Atenas). 2) En contra de lo que con frecuencia se afirma, el mito, incluso cuando en él intervienen los dioses,
no es necesariamente religioso. Por ejemplo, el mito de Deucalión no es religioso, pues no existe un culto ni
un ritual de Deucalión. Por el contrario, otros mitos van estrechamente vinculados a una personalidad divina
y a la religión propiamente dicha. Todo el ciclo de Démeter, que explica místicamente la germinación, el
crecimiento y la maduración del trigo, es uno de los más grandiosos del pensamiento griego. Es
profundamente religioso, y no se abre en su plenitud sino en los misterios eleusinos, gracias a un aparato
ritual en extremo complejo).
La explicación mítica en Homero y Hesíodo
En todas las culturas, la explicación mítica aparece en personajes dotados de una capacidad
especial para acceder a lo misterioso, a lo sobrenatural, mundo cerrado e inaccesible para los demás hombres.
Estos videntes, en Grecia poetas inspirados, reflejan el esfuerzo del pensamiento humano por formular, de una
manera comprensible para todos, respuestas coherentes a los grandes interrogantes que se formula la
colectividad.
Éste es el origen de los mitos de las grandes civilizaciones, que, en el caso de la griega, fueron compilados
principalmente por los poetas Homero (850? a. C.) y Hesíodo (750? a. C.).
Homero
Es el mítico padre de la cultura griega. Nada seguro se sabe sobre su vida. Siete ciudades se
disputaron el honor de ser su patria. Es probable que naciera en Esmirna, viviera en Quíos y muriera en Ios.
En sus poemas, la Ilíada y la Odisea, Homero recoge el ambiente agrícola y ganadero de poblaciones que,
dada la orografía de un país muy quebrado y montañoso, se agrupan en valles formando comunidades
dispersas en torno a una población cercana al mar y regida por un monarca semidivino que controlaba el
poder desde el palacio-fortaleza.
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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Homero habría cantado con nostalgia para reyezuelos y aristócratas las glorias de la vieja e idealizada
civilización micénica ya desaparecida, las últimas guerras troyanas. En la Ilíada canta el sitio de Ilión (Troya)
por los griegos micénicos, describiendo las hazañas y vicisitudes de sus reyes y héroes (Aquiles, Néstor,
Agamenón, Odiseo, etc). En la Odisea canta la vuelta del astuto Odiseo (Ulises en latín) a Ítaca, de donde era
soberano. Si la Ilíada es como el símbolo de todas las expediciones guerreras de los micénicos y apasiona por
su contenido épico, la Odisea es el símbolo de sus innumerables aventuras marinas y seduce por ser más
humana y cordial. Y en expediciones y aventuras participan los dioses y los hombres, compartiendo un mismo
terreno.
En los poemas de Homero y, más tarde, en Hesíodo, se ha visto un antecedente de las afirmaciones de los
primeros filósofos griegos,. Por ejemplo, el Océano ─para ambos mitólogos ─es el padre de todos los ríos─
Homero, por ejemplo, dice, además, que es el “generador de dioses” y la “génesis de las cosas”, afirmación
que Aristóteles considera como un posible antecedente de Tales.
Homero y Hesíodo eran los verdaderos educadores de la sociedad griega. Los mitos narrados en sus poemas
ofrecían explicaciones a los grandes interrogantes del hombre. Homero para los griegos era algo muy distinto
de lo que es hoy para nosotros. Para nosotros no pasa de ser un poeta que ofrece narraciones imaginativas,
bellas e ilustrativas, a lo sumo. Sin embargo, en la vida y en la cultura de Grecia, trasciende el campo de la
poesía. Para los griegos las obras de Homero venían a ser como los libros de texto en que sucesivas
generaciones aprendían:
-
la moral y el conjunto de valores arriba descritos (la fuerza, el valor, la independencia, el honor, la
lealtad, la hospitalidad...);
la teología. La organización social de los dioses (con Zeus como rey supremo) y sus formas de
comportarse –tal como las describe Homero- se corresponden totalmente con la organización social y el
código moral de la sociedad aristocrática griega .
Además de moral y teología, los griegos aprendían de Homero todo lo que en realidad sabían (o creían saber)
sobre historia, geografía, cosmología, navegación, arte militar, etc.
Hesíodo
Este poeta, nacido probablemente hacia el 750 a. C.) en Ascra, es autor de la Teogonía que
explica el origen del universo y la genealogía de los dioses. Los trabajos y los días es un poema moral que
exalta el trabajo y describe las labores del campo. Esta estimación del trabajo anuncia ya la próxima sociedad
de mercaderes y artesanos libres de la costa jonia de, en que surgirá la filosofía
Las polis que configuraron la Hélade de Hesíodo alcanzaron bajo los regímenes tiránicos una notable
vitalidad política, económica y sociocultural, a lo largo de la Época Arcaica (800─500 a. C.), un período
histórico en el que se producen grandes transformaciones por el desarrollo de la industria artesanal y el
comercio, que generan mayor riqueza que la agricultura y la ganadería, y la implantación de la moneda, que
resultó esencial. Esto hizo que muchos se enriquecieran y pudieran tomar parte más activamente en la vida
política. Esta nueva situación produce un cambio de mentalidad en una poderosa clase media que disputa el
poder a la oligarquía aristocrática. La oligarquía timocrática o “gobierno de los ricos” toma el relevo en el
gobierno de las polis que, en su mayoría, alcanzarán la democracia.
Hesíodo, en sus poemas, recoge estos cambios que suponen una transición del mito a la filosofía. El mito del
ordenamiento del mundo lo narra como un proceso natural: a partir de tres principios originarios: Caos, Gea y
Eros, van surgiendo todos los demás seres mediante un proceso generacional, de nacimientos sucesivos.
Ahora se trat de realidades originarias con poder divino, pero representadas como realidades físicas.
Hesíodo ya no canta para reyezuelos y aristócratas –como Homero-, sino para la burguesía laboriosa de
labradores, comerciantes, navegantes... considerará que la virtud no es heredada como pensaban los
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TEMA 1- EL LUGAR DE LA FILOSOFÍA EN EL SABER HUMANO
I – EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
aristócratas y Homero, sino que se logra mediante el trabajo, lo cual no deja de representar una posición
implícitamente revolucionaria. En sus narraciones se está imponiendo una nueva reflexión más en
consonancia con el mundo en el que vive, que empieza a ser mejor comprendido y más transformado por las
nuevas actividades humanas. Nos encaminamos hacia una explicación racional.
Los sabios de los siglos VII-VI a. C.
Los “sabios” (sophoi) griegos son el precedente inmediato de los filósofos. La referencia más antigua se
encuentra en Platón:
“Muchos comprendieron que “laconizar” consistía mucho menos en cultivar la gimnasia que en dedicarse a la
filosofía , cayendo en la cuenta de que decir palabras de este tipo era obra de un hombre perfectamente
formado. Entre estos se contaron Tales de Mileto, Pittaco de Mitilene, Bías de Priene, nuestro Solón, Cleóbulo
de Lindos, Misón de Quenea, y el séptimo, Quilón de Lacedemonia, como suele decirse (...) Prueba de su saber
en este estilo son los dichos breves y dignos de memoria que cada uno de ellos pronunció cuando, reunidos en
Delfos, quisieron ofrecer a Apolo, en su templo, las primicias de su sabiduría, y le consagraron las
inscripciones que todo el mundo repite: “conócete a ti mismo” y “nada en demasía” (Protágoras, 343 d).
(Otras recogidas en Cincel, T 3, pág. 50: de Cleóbulo: “Lo óptimo, la medida”, Periandro: “Si tienes éxito, sé
moderado”, “La democracia es mejor que la tiranía”
Se trata, pues, de una sabiduría “gnómica” (gnome: máxima), transmitida oralmente, fácil de asimilar por el
pueblo, y que responde a las necesidades de orientación ética y política de unos seres humanos que viven en
una época de profundas alteraciones políticas, económicas y sociales. En ella triunfa una reflexión acerca del
individuo y la sociedad, que está ya muy cerca de la filosofía. De hecho, el primero que se cita en todas las
listas de los “siete sabios” es también el primero de los filósofos: Tales de Mileto.
Para terminar, algo muy importante: si todas las circunstancias expuestas condicionaron el nacimiento
del logos, debemos subrayar como más relevantes algunos aspectos. La buena situación económica a finales
del siglo VII a. C. favorece el “ocio”, condición necesaria para filosofar. Los ideales democráticos de
libertad, igualdad ante la ley e igualdad de palabra desarrollan la capacidad crítica de los griegos, y ¿qué
caracteriza a la filosofía sino la crítica? Pero este sentido crítico, esencial a la filosofía, también se vio
favorecido porque, al no haber ninguna institución escolar, ni religiosa, que controlase los conocimientos
que los antiguos griegos debían de adquirir, y menos todavía el modo de adquirirlos, aquéllos elegían
libremente lo que querían saber en poetas y sabios, y podían juzgar casi sin límite lo que de negativo o poco
convincente iban encontrando en los mitos.
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