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Instituto de Predicción Económica CENTRO GAUSS ESTANCAMIENTO DE LA ECONOMÍA CHINA. José Vicéns Otero Paula Nogal Fernández (Febrero de 2016) Desde el año 2014 y especialmente en los últimos meses asistimos a una aparente contradicción en el diagnóstico de la evolución de la economía China y de sus cifras de crecimiento. Por un lado los países emergentes justifican sus pobres resultados por la importante caída de las importaciones del gigante asiático. Latinoamérica está creciendo muy por debajo de las tasas registradas en la pasada década y de su potencial, mientras que por otro lado las cifras de crecimiento del PIB publicadas por las autoridades chinas siguen siendo la envidia del resto de los países, ya sean avanzados o en desarrollo. Algo no cuadra o nos estamos volviendo locos, pues no se entiende que se está hablando de estancamiento en China cuando su economía crece a tasas del 7% o superiores. Por ello creemos que existen razones suficientes como para sospechar que el crecimiento del país es sensiblemente inferior al publicado oficialmente y que sus tasas reales podrían estar próximas al 3% o incluso inferiores. Veamos algunas cifras que apoyan esta tesis. Fuente: Informe Tendencias Diciembre 2015, Instituto de Predicción Económica L.R. Klein. En 2014 las exportaciones de Latinoamérica a China decrecieron a una ritmo del 9,4%, lo que ya nos ponía en aviso de cierta contradicción pues es difícil entender que un país tan dependiente de materias primas contrajera de forma tan brusca su demanda y mantuviera una velocidad de crucero de un 7%. Ello generó nuevos problemas en los precios de las commodities que cayeron como consecuencia de una contracción de la demanda, nada que ver con lo que ocurrió posteriormente con el petróleo, más vinculado a Instituto de Predicción Económica CENTRO GAUSS un exceso de oferta, y que supuso un nuevo lastre para los países exportadores de materias primas latinoamericanos. Adicionalmente las importaciones totales chinas en 2014, no decrecieron como las procedentes de Latinoamérica, pero sí se colapsaron con crecimiento nulo, lo que también es difícilmente compatible con el mencionado crecimiento del 7%. Pero en 2015 llegamos a la cuadratura del círculo pues con unas importaciones que caen un 15%, sean totales o procedentes de Latinoamérica, el país sigue creciendo a la misma tasa mágica del 7%. Algo no encaja y se apuntan a continuación dos razones que podrían explicarlo. En primer lugar se argumenta que la razón de esta discrepancia de cifras se justifica por un cambio de modelo basado más en la demanda interna y servicios que en las exportaciones, lo que resulta difícilmente creíble dadas las dificultades de generar semejante cambio y sobre todo en tan poco tiempo. Es arriesgado creer que una economía cada vez más abierta como la china puede pasar en pocos meses a una economía basada en el autoconsumo, cerrando su dependencia de productos importados y en especial de materias primas. Más fácil es suponer que lo realmente ocurrido es una caída en la actividad general del país, dependiente de la actividad mundial vía exportaciones, con una incidencia directa en las compras al exterior. Fuente: Elaboración propia a partir de datos del National Bureau of Statistics of China, Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial. La segunda razón es más técnica y se fundamenta en la necesidad de corregir por los deflactores las cifras en dólares de las que se dispone para aproximarse a las cifras en volumen. Los deflactores evidentemente han caído pero no pueden explicar la fuerte caída de las exportaciones latinoamericanas, todo ello sin olvidar, como se ha repetido hasta la saciedad, que la causa de la caída de los precios ha sido precisamente la caída de las importaciones chinas y que primero es el buey y luego el carro. Pero hagamos un ejercicio simple de aritmética básica; las importaciones chinas de materias primas suponen aproximadamente un 30% del total de Instituto de Predicción Económica CENTRO GAUSS sus importaciones, lo que se traduce en que la caída de los precios podría justificar como mucho una caída de las importaciones de un 2% en 2014 y un 11% en 2015. Si nos ajustamos a los datos disponibles de las exportaciones de Latinoamérica a China, más fiables que otras fuentes, el resultado seguiría siendo una caída en volumen de las importaciones de China próxima al 5% y por tanto tampoco sería válida esta línea argumental. Por el lado de la oferta la industria sería el principal pagano de la situación, un sector que estaría disminuyendo en su actividad y que forzosamente tendría que reducir sus importaciones. En conclusión, no se puede descartar que la economía de China esté atravesando una fase de importante desaceleración, con fuerte caída de sus importaciones y tasas de crecimiento del PIB sensiblemente inferiores a las cifras oficiales del 7%, y más próximas al 3% o incluso inferiores.